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Derecho Romano
Universidad Nacional de La Matanza
38 pag.
Unidad 1
1.1. Concepto de Derecho Romano.
El derecho romano es el conjunto de normas y principios que rigieron la conducta del Pueblo Romano desde la fundación de
Roma en el año 753 a.C. hasta la muerte del emperador Justiniano en el año 565 d.C., y abarca el estudio de las instituciones
jurídicas romanas que hacen al Derecho Privado (ius privatum). Sirvió de base e inspiración a numerosos sistemas jurídicos
modernos. El derecho o, mejor dicho, el ius romano es, según Celso, “el arte de lo bueno y de lo equitativo”. La justicia, según
Ulpiano, queda definida como “la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo jurídico”.
Respecto al Ius publicum (derecho público) y al Ius privatum (derecho privado) no podemos establecer la distinción actual que
tenemos respecto ambos ya que en Roma no existía la idea de Estado. El ius público establece lo justo respecto “lo que es de todos”.
El ius privado, en relación a “lo que es propio de los particulares”. El ius publicum no puede ser alterado por los pactos particulares.
El ius commune (derecho común) se contrapone al ius singulare (derecho singular o excepcional). Paulo lo define a este último
como “aquel que ha sido constituido por la autoridad a causa de la utilidad particular de alguien”. El beneficium (beneficio) aparece
dentro del derecho justinianeo para designar ciertas ventajas otorgadas a algunas personas. El privilegium (privilegio) era en
principio una “ley contra un individuo”; en la época posclásica, el privilegium favorece a una persona.
Se entiende por ius civile el derecho que es propio de cada nación (civitas). Este ius civile está contenido en el ius scriptum de las
leges (y otras fuentes con valor análogo: plesbicitos, senadoconsultos, constituciones imperiales), pero también en el ius non
scriptum de las instituciones propias de los romanos (patria potestas, la manus, etc.) y de los ritos jurídicos (mancipatio, in iure cesio,
etc.). Se entiende por ius gentium (derecho de gentes) al derecho común a todas las naciones, que tiene su fuente en la “razón
natural”. Ulpiano distingue el ius gentium, común a todos los pueblos humanos, del ius naturale, “aquel que la naturaleza enseñó a
todos los animales, pues este no es propio del género humano”.
El ius praetorium o honorarium es aquel que por una finalidad de “utilidad pública” introdujeron los pretores para ayudar, suplir
o corregir el ius civile. Este tipo de ius no desplaza al ius civile, pero de algún modo lo complementa y hasta lo corrige.
Si bien este principio luce como moral, debido a la interpenetración entre las costumbres (mores) y el ius, el no vivir en forma
honesta puede arrastrar consecuencias jurídicas. La inobservancia de las mores, por ejemplo, podía traer la tacha de infamia, por la
nota censoria.
La conducta de todo hombre no debe ocasionar daños a otro. El daño a una persona libre, ya de palabra o de hecho, configura
el delito de injurias (iniuriae). El daño referido a las cosas (damnum iniuria datum) era penado por la lex Aquilia.
Unidad 2
2.1. Organización Primitiva.
Los romanos son un pueblo de agricultores y soldados. En lo social, Roma estaba compuesta originariamente por familias, las
cuales están integradas en grupos más amplios: las gens. La gens está integrada por las distintas familias pertenecientes al mismo
linaje. Se caracterizan por llevar todos sus integrantes el mismo nombre común (nomen gentilicium). El vínculo de parentesco que
los une no es únicamente consanguíneo (parentesco cognaticio), sino que también hay un parentesco artificial de la agnatio
(parentesco agnaticio). Todos los miembros de cada familia estaban sometidos a la autoridad de un paterfamilias, de acuerdo con
las distintas generaciones. Este vínculo se trasmite por la vía masculina. Los integrantes de cada familia, y en su medida de cada
gens, están incorporados al culto familia (sacra privata) en el cual se reverencia a los antepasados comunes, divinizados como
“dioses Manes”.
2.2. Monarquía.
La monarquía va desde el año 754 o 753 a.C. (Fecha tradicional de la fundación de Roma) hasta el año 509 a.C. (cuando ocurre la
caída del último de los reyes, Tarquino el Soberbio).
a) Composición política.
Roma era una civitas quiritaria, es decir una entidad política autónoma. Civitas es una comunidad políticamente organizada.
El rex o rey es quien ostenta la autoridad suprema de la civitas (entendida como regnum) tanto en el aspecto
político, como militar, judicial y religioso. Puede ser propuesto por el antecesor o por el Senado, pero su
designación debe ser reconocida por una lex regia de imperio y aprobada por los dioses. Su cargo era vitalicio.
Según la tradición histórica hubo siete reyes: cuatro de origen latino (Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio y Anco
Marcio) y los tres últimos de origen etrusco (Tarquino el Antiguo, Servio Tulio y Tarquino el Soberbio).
Dentro de la civitas estaba también el Senado, que estaba compuesto por los jefes de las gens (patres gentis),
designados por el rex. Sus funciones eran: (a) aconsejar al rey (consilium); (b) salvaguardar las costumbres
tradicionales (mores maiorum); (c) ejercer un control de las decisiones comiciales ratificando sus actos por la
auctoritas patrum (da valor total a los actos); (d) proponer un nuevo rey, si el anterior no lo había hecho,
ejerciendo el interregunum.
Los Comicios Curiados constituyen la asamblea del populus. Estaba integrada sólo por los patricios, componiendo
30 curias, 10 por cada una de las tribus étnicas (Romanos, Sabinos y Etruscos). La unidad de voto era la curia. Bajo
la proposición del Senado, conceden al rey propuesto el imperium. Aceptan las leges y deciden sobre la guerra y la
paz. Con el nombre de calata comitia se reúnen dos veces al año (24 de marzo y 24 de mayo), presididos por el
Pontifex Maximus, ocupándose de actos que hacen al ius civile y están relacionados con la religión y la familia.
Estaban también los colegios sacerdotales, entro los cuales debemos mencionar, el de los Pontífices, el de los
Augures y el de los Feciales. (a) Los Pontífices se ocupaban del culto público; tienen el control del calendario, son
los que controlan las formulas judiciales y está a su cargo la interpretatio del ius. (b) Los Augures son los
encargados de anunciar los augurios, haciendo saber si la voluntad de los dioses es favorable para la realización de
todo acto importante. (c) Los Feciales se ocupan de los ritos vinculados con el derecho internacional (como los de
declaración de guerra y de la conclusión de tratados).
b) Composición Social.
La sociedad romana quiritaria estaba compuesta por los patricios, los clientes, los plebeyos, los esclavos y los libertos.
Los patricios son aquellos que pertenecen a las gentes originarias de Roma, y son en principio los que tienen
derechos políticos y privados reconocidos por el ius civile.
Los clientes son aquellos que sin ser patricios son algo así como vasallos admitidos en las familias gentilicias,
participando del culto familiar. Son protegidos por su patrono y se deben fidelidad mutua.
Los plebeyos son definidos por exclusión. No eran ni patricios, ni clientes. Eran aceptados por los patricios
permitiéndoles trabajar en Roma y cultivar tierras, pero no participaban de asuntos políticos.
Los esclavos estaban en la familia sujetos al dominium del paterfamilias. Su origen era por nacimiento o cautiverio
de guerra. Cuando se los manumitía (se los sacaba de la esclavitud) se convertían en libertos.
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El rey etrusco Servio Tulio estableció un nuevo ordenamiento de la población basado en las unidades militares de las
centurias, teniendo además en cuenta la fortuna que cada familia poseía. Para poder determinar las diferencias ordena la
realización de un censo (census) que se debía actualizar cada lustro (5 años). Se debían inscribir todos los mayores de 18 años,
señalando a qué familia pertenecían y el paterfamilias el valor de su patrimonio. Éste estaba calculado en un principio en la
posesión de tierras, aunque más tarde se tradujo su valor en ases.
Una vez obtenidos los montos, clasificó a la población en “clases” de tal modo que se formaron cinco de ellas. A la primera
pertenecían los que tenían 20 yugadas (medida de tierra equivalente a lo que se podía arar con dos bueyes en una jornada; era
igual a 100.000 ases) o más. A la segunda los que tenían 15 yugadas (75.000 ases) o más hasta el monto de la primera clase. A la
tercera, los que tenían 10 yugadas (50.000 ases) o más, hasta 75.000 ases. A la cuarta los que tenían 5 yugadas (25.000 ases) o
más hasta 50.000 ases. A la quinta los que tenían 2 yugadas (11.000 ases) o más hasta 25.000 ases.
A cada clase asignó un determinado número de “centurias”, de tal modo que la primera tenía 80; la segunda, la tercera y la
cuarta tenían 20 centurias cada una de ellas; y la quinta, 30 centurias. Por encima de la primera clase existían 18 centurias de
caballeros (equites). Entre los que no poseían tierras se formaron cinco centurias más: dos de ellas formadas por artesanos, que
estaban adscritas a los efectos militares de la segunda clase; otras dos más estaban formadas por músicos, quienes figuraban
adscritos a la quinta clase; finalmente, existía una centuria formada por los del nivel más bajo, los proletarii (que no tenían
tierras ni oficios honorables) y los capite censi (aparecen en el censo anotados sólo con sus nombres). En total 193 centurias.
18 centurias de equites
1ra clase 80 centurias
2da clase 20 centurias + 2 de artesanos
3ra clase 20 centurias
4ta clase 20 centurias
5ta clase 30 centurias + 2 de músicos
1 centuria de capite censi
193 centurias
Esta reforma de Servio Tulio servía para: (a) organizar el ejército; (b) cada componente de las centurias debía aportar sus
propias armas, contribuyendo a los gastos bélicos; (c) las centurias constituyeron una nueva asamblea popular (seguramente en
tiempos republicanos) llamada “comicios centuriados” (centuriata comitia) que se reúnen convocados por un magistrado con
imperium, aprobando o rechazando sus propuestas.
La centuria era la unidad de voto, primero se vota en ella y se obtiene un voto. Al votar primero los equites y las 80
centurias de la 1ra clase, si se ponían de acuerdo obtenían una mayoría decisiva de 98 votos, por lo cual el voto de las clases
menores resultaba difícilmente significativo.
Servio Tulio subdividió la ciudad de Roma en cuatro tribus urbanas (no tenían que ver con las tribus étnicas) que eran
distritos político-administrativos. Luego durante la época republicana llegara a haber 35 tribus.
2.3. La República.
La República abarca desde el año 509 a.C., fecha en la que se derroca al último de los reyes, Tarquino el Soberbio, hasta el año
27 a.C., cuando se instaura el Principado por parte de Octavio Augusto.
a) La secesión de la plebe.
Para comprender el ordenamiento de la res publica hay que tener en cuenta el conflicto patricio-plebeyo. Los plebeyos,
conscientes de su creciente número y del aislamiento político que determinaban los patricios, crearon una fuerza armada
plebeya, que se juramentó para forma una comunidad separada. Por ello determinaron una secesión retirándose al monte
Aventino.
Por pedido de los patricios, que señalaron la mutua necesidad uno de los otros, la plebe decidió reintegrarse a Roma,
llegándose a un pacto juramentado por el cual los plebeyos obtuvieron la posibilidad de reunirse en concilios plebeyos y el
reconocimiento de un magistrado plebeyo: el tribuno de la plebe (año 494 a.C.). El tribuno de la plebe podía convocar a la
plebe en dichos concilios plebeyos tomando decisiones que significaron su reconocimiento político-jurídico. También podía
acudir en auxilio de cualquier plebeyo frente a actos arbitrarios de los magistrados patricios. Y lo más importante, tenía el
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Para mejorar la administración y el gobierno del Imperio Romano, considerando la gran extensión de las tierras que lo
componían, lo dividió en una parte oriental, con sede en Nicomedia, que él se reservó, y otra occidental, con sede en Milán, que
concedió a Maximiano, a quien nombro su colega. Ambos eran Augustos. Pero al mismo tiempo, ambos designaron a dos Césares,
formando una Tetrarquía (gobierno de cuatro). El propósito era solucionar por un lado el gobierno de las diversas regiones y por
otro lado el problema de la sucesión, pues se había dispuesto que luego de cierto término los Césares pasarían a ser los nuevos
Augustos, y estos elegirían a nuevos Césares.
Esta organización política fue de corta duración; Constantino disolvió la Tetrarquía de Diocleciano. Dividió el imperio en cuatro
Prefecturas: Oriente, Iliria, Italia y Galia, con 14 diócesis y 117 provincias. Reforzó el ejército y reformó el orden burocrático. Su
medida más importante fue el Edicto de Milán (313) por el cual decretó la libertad de todos los cultos. El Cristianismo, que era
perseguido por Diocleciano por no reconocer al Emperador como Dominus, paso a ser admitido.
En el año 391 d.C. el Cristianismo pasó a ser la religión oficial romana, durante el periodo de Theodosio. Este, a su muerte,
dividió el territorio en el Imperio de Occidente y el Imperio de Oriente. El Imperio de Occidente caería en el año 476 d.C. por las
invasiones bárbaras. El Imperio Romano de Oriente perduró a lo largo de toda la Edad Media, hasta que los turcos otomanos se
apoderaron de Constantinopla en el año 1.451. El Dominado o Bajo Imperio perdura en Oriente hasta la muerte en 565 de
Justiniano, quien será el gran consolidador del ius, con su famosa compilación, conocida como Corpus Iuris Civilis.
Unidad 3
3.1. Persona y Capacidad Jurídica.
En el Derecho Moderno, el vocablo central básico es el de persona, entendido como “sujeto de derecho”, es decir, como el ente
capaz de adquirir derechos y contraer obligaciones. Puede ser la persona física (el hombre) o la persona jurídica (entes o
corporaciones con capacidad jurídica). Rigen en la actualidad los principios de que (a) todo hombre es persona, es decir, “sujeto de
derecho” por el hecho de ser hombre, y de que (b) todas las personas son iguales, por lo menos ante la ley.
En el Derecho Romano, en cambio, la persona es el hombre considerado según su status, la situación jurídica que ocupa en la
sociedad, en la civitas y en la familia. Por “hombre” (homo) se entiende la unidad biológica psicofísica: una mente racional contenida
en un cuerpo; y es vocablo comprensivo tanto del varón como de la mujer. En cambio, “persona” es el homo que, según su status,
tenía plena capacidad jurídica.
a) Condición jurídica.
El esclavo es al mismo tiempo un hombre y una res mancipi, por cuanto pertenece a su dueño quien tiene sobre él una
potestad absoluta. Pese a su incapacidad, tendrán cierta actuación en la vida negocial para obrar actos por cuenta de su
dueño, y si pertenecen al populus o a una civitas podrán desarrollar cierta actividad como agentes públicos. Pueden ser
vendidos y comprados, y pueden ser causa de reivindicación. La esclavitud es una institución del ius gentium, que era
aplicada por todos los pueblos. Si bien el esclavo carece de capacidad jurídica propia, sin embargo puede actuar como
instrumento de adquisición de su dominus. El dueño también podrá servirse del esclavo como un operador negocial.
Igualmente se le podía constituir al esclavo un peculio, es decir, ciertos bienes entregados por el dueño, quien le dejaba la
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Unidad 4
4.1. La Familia Romana.
La familia romana tiene sus características propias que son distintas del sentido que tiene en la actualidad. Ulpiano diferencia
entre familia proprio iure y familia communi iure. (a) La familia proprio iure tiene la característica de que todos sus integrantes están
sometidos a una misma persona, el paterfamilias. El pater es el único sui iuris (tiene los derechos por sí mismo, plena capacidad
jurídica); los demás son todos alieni iuris (depende de otro). Al fallecer el paterfamilias, los hijos varones pasan a ser ellos
paterfamilias, teniendo potestad sobre sus propios descendientes. La mujer, si bien será sui iuris, será “cabeza y fin de su propia
familia” (no puede ejercer patria potestas). (b) La familia communi iure está formada por todos aquellos que reconocen una
descendencia común y son agnados entre sí. En los primeros tiempos este tipo de unión conformaba la institución de la gens.
Los romanos conocen dos vínculos de parentesco, la adgnatio y la cognatio. La cognatio es el parentesco de sangre y, por tanto,
es una vinculación natural igual a la que rige en el derecho actual. La adgnatio es un vínculo artificial creado por el ius civile, que une
como parientes agnados a todos aquellos que estaban sometidos a la potestas del pater y hubieran continuado en ella si éste no
hubiese fallecido y, así, las generaciones siguientes in finitum. La adgnatio era una institución política monolítica, en la cual se
practicaban los sacra privata. Al ir desapareciendo el lazo de la religión, esta forma de parentesco irá conociendo su lento ocaso. La
gens decae hacia fines de la República y ya no se cuenta en el Principado.
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El poder del pater sobre los filiifamiliae es absoluto, considerándolos a estos como si fueran propiedad suya. La patria potestas
es vitalicia, ya que no cesaba mientras viviera el pater, cualquiera que fuera la edad de los filii, salvo el caso de emancipación de
éstos. Ni el matrimonio de ellos, ni el hecho de que ocuparan magistraturas, ponía fin a la patria potestas.
El pater podía ejercer la patria potestas de varias maneras: (a) Podía imponer penas, incluso la capital, a los miembros de la
familia, sin estar obligado a ocurrir ante el magistrado. Igualmente el censor tenía la facultad de vetar, por medio de una nota
censoria, las arbitrariedades del paterfamilias. (b) El pater puede también “exponerlos”, es decir, no admitirlos en la familia, para el
caso de no aceptar al recién nacido o no aceptar la atribución de paternidad. (c) También podía enajenar al hijo; como castigo podía
venderlo como esclavo en el extranjero, pero si lo hacía en Roma, entonces se entendía que lo estaba dando in mancipio. (d) Los
filiifamiliae podían ser reivindicados respecto de quien los retuviera. En caso de secuestro, se comete el crimen de plagio, que es de
carácter público.
Para poder adquirir la patria potestas de un filius o de una filia es necesario que haya sido concebido en iusta nuptiae, es decir,
que sea un hijo legítimo concebido en una unión matrimonial reconocido por el ius civile; que haya sido adoptado por el pater; o, ya
en la época posclásica, que hubieran sido legitimados por el padre que los hubo de un concubinato.
Las patria potestas se extingue: (a) por la muerte del pater; (b) por haber sufrido el pater una capitis deminutio (haber perdido
la libertad, la ciudadanía o haberse dado en adrogatio). Igualmente si los filii mueren o han sufrido una capitis deminutio. La forma
directa de hacer salir un filius o una filia de la patria potestas es la emancipatio.
La emancipatio es la forma voluntaria por parte del pater de hacer cesar la patria potestas (aparte de la adopción y de la
conventio in manu de la hija). La forma para realizar la emancipación es semejante a la de adoptio, donde se realizan tres
mancipaciones seguidas de dos manumisiones, con la diferencia de que se realizan en cambio tres manumisiones, utilizándose de un
amigo quien actúa como pater fiduciarius.
El matrimonio romano fue siempre invariablemente monogámico: una mujer no puede tener dos maridos a la vez, ni un hombre
puede tener dos mujeres a la vez. Para celebrar la iustae nuptiae, era necesario cumplimentar determinados requisitos: (a)
capacidad natural, que se considera existente con la pubertas (la mujer debía contar por lo menos con 12 años de edad y el hombre
con 14); (b) conubium, que consistía en el derecho de contraer matrimonio legítimo, el cual debía existir recíprocamente entre
ambos contrayentes (los ciudadanos romanos tienen el conubium con ciudadanas romanas y, si les fuera concedido, con los latinos y
los peregrinos); (c) consentimiento de los contrayentes, que debe ser dado por las partes con total libertad, sin violencia ni coacción;
(d) consentimiento de los patres, cuando los contrayentes son alieni iuris.
La celebración del matrimonio romano era un acto regulado por las mores. Jurídicamente bastaba con el mero consentimiento,
probado por amigos o vecinos. Se solía redactar un documento (nuptiales tabulae) y también otro sobre la dote. Dentro de la
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Los romanos no contaron con un sistema de impedimentos para contraer matrimonio aunque si reconocieron ciertas
prohibiciones: (a) vinculadas con reglas que nacen del fas y condenan el incesto, hay prohibición de contraer nupcias con los
parientes más cercanos; (b) los hijos adoptivos no se pueden casar entre sí ni tampoco con los otros hijos in potestate, al menos que
se disuelva el vínculo adoptivo por la emancipación; (c) el vínculo de parentesco por afinidad, es decir, el que une a un cónyuge con
los parientes inmediatos de otro (por ejemplo: matrimonio entre suegro y nuera, entre suegra y yerno, entre madrastra e hijastro,
entre padrastro e hijastra; este impedimento rige una vez disuelto el matrimonio, puesto que mientras éste permanezca, es por otra
razón que no se pueden casar los afines, puesto que una mujer no puede estar casada con dos maridos, ni un varón con dos
mujeres); (d) por un senadoconsulto de la época de Marco Aurelio y de Cómodo (segunda mitad del siglo II) se dispuso que el tutor
(o sus descendientes o ascendientes) no podían contraer matrimonio con su pupila, hasta que se hayan rendido las cuentas de la
tutela; (e) se prohíbe también el matrimonio del gobernador de provincia con una mujer nacida o domiciliada en el territorio en que
ejerce su cargo; (f) con el fin de mantener la disciplina militar, los primeros emperadores habrían prohibido las nupcias de soldados
romanos, aunque ya hacia fines del siglo II, esta prohibición no existe más; (g) la mujer viuda, durante el período clásico, no podía
contraer nupcias antes de haber transcurrido 10 meses de la muerte de su marido ya que, si bien era válido el matrimonio, la mujer
era afectada por la nota pretoria de infamia; luego se extiende a un año, y también se aplica a la mujer divorciada; (h) Justiniano
prohíbe el matrimonio entre el raptor y la raptada; (i) el adúltero o adúltera podrá casarse, después de la muerte de su cónyuge,
pero no con su cómplice en el adulterio.
El emperador Octavio Augusto dictó leyes (años 18 y 9 a.C.) conocidas por el nombre lex Iulia et Papia con propósitos
demográficos y para corregir la corrupción de las costumbres. Conforme a este corpus legislativo, surgen ciertas prohibiciones de
matrimonio: (a) a los ciudadanos ingenuos se les prohíbe casarse con mujeres de mala fama (prostitutas, alcahuetas, cómicas, etc.) y
a los senadores con las libertas; (b) se establece la obligación de contraer matrimonio para los hombres mayores de 25 años y
menores de 60 y para las mujeres comprendidas entre los 20 y los 50 años, incluidos los/as viudos/as y divorciados/as (quedaban
exentos de estas obligaciones los hombres y las mujeres que hubieran procreado por lo menos tres hijos legítimos); (c) se
sancionaba a los solteros que no se casaban y a los casados que no tenían hijos, no pudiendo los primeros adquirir nada a título
hereditario, mientras que los segundos, sólo a la mitad.
El matrimonio produce los determinados efectos entre cónyuges: (a) Si el matrimonio es cum manu la mujer entra en la familia
del marido como agnada. Es por lo tanto, una alieni iuris¸ al igual que sus hijos, que a los efectos del parentesco serán sus hermanos,
ya que ella misma ocupa el lugar de hija; y si su marido es también alieni iuris, por estar bajo la potestad de su pater, será
considerada nieta de éste. Carece de independencia patrimonial al igual que sus hijos pero tiene vocación hereditaria. (b) Si el
matrimonio es sine manu sigue siendo agnada de su primitiva familia, y continúa sometida a la patria potestas de su padre si este
vive. (c) Sea el matrimonio cum manu o sine manu, las relaciones personales entre marido y mujer están reguladas por las
costumbres sociales y, en determinadas circunstancias, la mujer goza del rango social del marido. (d) Existía entre los cónyuges un
deber de reverencia mutua; en virtud de él uno de ellos no puede accionar contra el otro sin permiso del pretor, no era admitida
entre cónyuges la actio de dolo ni la actio furti, por ser infamantes. (e) La infidelidad es reprimida respecto de la mujer, pero no del
marido.
El matrimonio produce los siguientes efectos en cuanto a los hijos: los hijos habidos de iustae nuptiae serán considerados hijos
legítimos, quedando sujetos a la patria potestas. Los hijos seguirán la condición jurídica del pater: si este es ciudadano romano, el
hijo tendrá también ciudadanía romana, y si fuera latino o peregrino, el hijo será también latino o peregrino.
Efectos del matrimonio en cuanto a los bienes: (a) Matrimonio cum manu: Si la mujer in manu fuese alieni iuris, carece de
capacidad patrimonial; todo lo que ingrese por causa suya con posterioridad, incrementará el patrimonio del pater de la familia del
marido. Si la mujer in manu era sui iuris, al contraer matrimonio se produce una capitis deminutio pasando a ser alieni iuris, y los
bienes con los que antes contaba serán absorbidos en forma total por el pater de la nueva familia. (b) Matrimonio sine manu: en
esta forma de matrimonio, se separan los bienes. Cada cónyuge administra y dispone de sus bienes (o, si son alieni iuris, para su
pater) y no responde por las obligaciones del otro (no se hacen cargo de las deudas de la pareja). Si bien no estaba obligada, era
usual en un matrimonio bien avenid que los cónyuges se comporten respecto de los bienes particulares como si fueran comunes. La
mujer solía conferir al marido la administración de sus propios bienes, que serán llamados “bienes parafernales”. (c) La dote es una
cantidad especial de dinero o de bienes hecha por la mujer (o su pater o un tercero) al marido para solventar los gastos del
matrimonio. Si bien no era obligatoria, las costumbres prácticamente exigían que el pater de la novia concediera al marido
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Justiniano restringirá la libertad de divorcio. El marido podía divorciarse por iusta causa sí: (a) la mujer supiera de una
conspiración contra el emperador y no le hubiese avisado; (b) por adulterio de la mujer; (c) si hubiese atentado contra su vida; (d) si,
no queriendo el marido, comiera o se bañara con extraños; (e) si, no queriendo el marido se quedara fuera de su casa, a no ser la de
sus padres; (f) si, no sabiéndolo el marido o habiéndoselo prohibido, asistiera al circo o al teatro, etc. La mujer podía divorciarse por
iusta causa sí: (a) el marido hubiera conspirado contra el emperador, o sabiéndolo que lo estaban haciendo otros no los hubiera
denunciado; (b) si el marido hubiera atentado contra su vida o no la hubiese defendido ante un atentado de otros; (c) si la hubiera
incitado al adulterio, entregándola a otros hombres; (d) si el marido la hubiese acusado falsamente de adulterio; (e) si el marido
viviera en otra casa con otra mujer, habiendo sido advertido por dos veces por sus padres, o los de la mujer, u otras personas dignas
de fe.
a) Adrogatio.
Ocurre cuando un pater adopta a un sui iuris, es decir, a otro pater, de tal modo que si este último tiene descendientes, no
sólo él sino también sus hijos y nietos ingresaban en la familia del adrogante. La adrogatio debía ser aprobada por el
populus con presencia e intervención del Pontífice. Las mujeres no podían adrogar ni ser adrogadas.
Desde el aspecto personal, la adrogatio involucra una capitis deminutio minima para el adrogado. De ser sui iuris, pasa
ahora a ocupar el lugar de filius en la nueva familia, en la cual será agnado. Los bienes del adrogado, pasan a integrar el
patrimonio del adrogante, pero no las deudas.
b) Adoptio.
La adopción ocurre cuando un pater adopta a un alieni iuris que estaba bajo la potestas de otro pater. Primero tenía que
romper el vínculo de la patria potestas que el filius tenía con su primitivo pater, lo cual se realizaba mediante una triple
mancipatio, seguida de dos manumisiones y, luego, tenía que realizar un acto ante el magistrado, en el cual el pater
adoptante reclamaba a dicho alieni iuris como filius suyo.
Unidad 5
5.1. La doctrina del negocio jurídico.
Los romanos acuñaron la expresión negocio con el valor de referirse al actuar puramente utilitario o económico. La
terminología de hechos, actos y negocios jurídicos es netamente modernista. Podemos distinguir que: (a) todo hecho es
un mero acontecimiento que interesará al derecho siempre y cuando que produzca determinadas implicancias jurídicas
(ej.: nacimiento, modificación o extinción de situaciones o relaciones jurídicas, el tiempo, algunos hechos naturales
como inundaciones o sequias, la muerte). (b) Cuando hablamos de actos nos estamos refiriendo a acciones voluntarias
humana. Éstos pueden ser la realización de algo prohibido por el ius (actos ilícitos). Cuando el actuar voluntario procura
ya el nacimiento, la modificación o la extinción de una situación o relación jurídica, estamos en presencia de actos lícitos
o, denominados con más propiedad, actos jurídicos. (c) Para algunos autores, el acto jurídico es sinónimo de negocio
jurídico. Para otros habría una diferencia; si bien en ambos interviene la voluntad, en el caso del acto jurídico, esta se
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a) Vicios conscientes.
Esto puede ocurrir en el caso de los negocios simulados o en los negocios hechos como mera broma. Por ejemplo, en el
caso de la realización de un negocio como la compraventa, pero sin que exista realmente un precio, podemos asumir que se
está encubriendo un caso de donación. En la época posclásica, el negocio simulado es nulo, y si el acto verdadero es lícito,
valdrá como tal. El negocio efectuado como broma carece de validez, por cuanto no hay una voluntad seria de realizarlo.
Cuando una de las partes manifiesta su voluntad pero ésta no responde a su pensamiento interno, se hablará de “reserva
mental”.
b) Vicios inconscientes.
(a) El error es el falso conocimiento que la o las partes tienen sobre el acto o negocio llevado a cabo o sobre un aspecto
esencial de él. El error de derecho existe cuando alguien alega ignorar el ius o tener un conocimiento equivocado de él. En
principio la ignorancia del ius resulta inexcusable. Sin embargo, se admitió que pudiera ser invocado por determinadas
personas: los menores de 25 años, en ciertos casos para los militares, en otros para las mujeres y también los rústicos. Pero
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(a) La condición, que es un acontecimiento futuro e incierto del cual depende la eficacia del negocio. Hasta que no se cumpla
dicho acontecimiento la obligación es una situación de expectativa, que no es aún exigible. En el derecho moderno se distingue
entre la condición suspensiva y la condición resolutoria. Según la primera, la eficacia del negocio nace cuando el hecho condicional
se cumple (Ej.: te prometo dar 1.000 si llegara una nave de Asia). Según la segunda, en cambio, hace que el negocio nazca y sea
eficaz pero, de ocurrir la condición, se resuelve (Ej.: te daré 100 todos los días mientras no llegue una nave de Asia). En el Derecho
Romano solo se conoce propiciamente lo que hoy en día se llama “condición suspensiva”.
(b) El plazo o término es el acontecimiento futuro y objetivamente cierto del cual se hace depender la eficacia del negocio. Lo
que caracteriza al término, a diferencia de la condición, es la certidumbre de que el acontecimiento necesariamente sucederá.
© Se entiendo por modo una carga impuesta a una persona beneficiada por un acto de liberalidad (legado, donación,
manumisión).
Unidad 6
6.1. Obligaciones.
La obligación jurídica consiste en generar una actio en virtud de la cual el acreedor pueda exigir judicialmente el cumplimiento
de ella. En su denominación de obligatio aparece la idea de una atadura (ligatio) que une a dos personas, el “deudor” (debitor) y el
“acreedor” (creditor). Entre ellas existe un “vínculo” (vincula) que se expresa mediante vocablos como ligar (nectere) o constreñir
(adstringere). La extinción de una obligación se expresa mediante el termino liberar (liberare) o disolver (solvere).
Según una definición moderna, la obligación es un “vínculo jurídico a partir de la cual una persona llamada deudor se encuentra
constreñida a cumplir una determinada prestación a otra persona denominada acreedor”.
En las Institutas de Justiniano la obligatio aparece definida como “vínculo jurídico que nos constriñe en la necesidad de tener
que pagar alguna cosa según el ius de nuestra civitas”.
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La prestación debe consistir en un dar (dare), en un prestar (praestare) o en un hacer (facere). La expresión dare se refiere al
traspaso al acreedor de la posesión u otro iura in re aliena sobre una cosa. También el tener que realizar servicios o trabajos (dare
operas). Praestare significa en general el contenido de una obligación (significa prestación) pero se utiliza cuando no hay
propiamente un dare o un facere; según su significado etimológico, praestare implica garantizar algo, pero también se utiliza con el
significado de resarcir un daño. Facere hace relación con todo acto que implica un comportamiento determinado o una abstención
de dicho comportamiento (non facere), como por ejemplo, el constreñimiento de hacer una fosa o construir un edificio, o no
cometer dolo.
Se entiendo por “fuentes” de las obligaciones aquellos actos, negocios o situaciones de los cuales nacen o se originan las
obligaciones. Gayo establece una división bipartita de las obligaciones: las que nacen de un “contrato” ( ex contractu) y las que nacen
de un “delito” (ex delicto). Para Gayo, se pueden diferenciar ciertas situaciones en las cuales se busca voluntariamente “contraer una
obligación” (contrato), de otras en las cuales surge una obligación en la cual el deudor queda constreñido involuntariamente (como
ser los delitos). Luego, incluye una nueva clasificación que incluye a todos aquellos casos que no fueran contratos o delitos, las
obligaciones que nacen según “varias especies de causa”. Justiniano establece una división cuatripartita de las obligaciones:
contratos, cuasi contratos (quasi ex contractu), delitos y cuasi delitos (quasi ex delicto). Los cuasi contratos y cuasi delitos son
aquellas figuras jurídicas que se asemejan a las figuras del contrato y el delito respectivamente, pero no llegan a serlo, ya que, en los
cuasi contratos no hay acuerdo de voluntad y en los cuasi delitos no suele haber dolo. Los bizantinos luego distinguirían una quinta
fuente de obligación, que sería la lex (ley).
CLASIFICACIÓN DE OBLIGACIONES
POR EL VÍNCULO CIVILES O NATURALES
CIVILES U HONORARIAS
DE DERECHO ESTRICTO O DE BUENA FE
POR LOS SUJETOS PARCIARIAS, MANCOMUNADAS.
CUMULATIVAS
SOLIDARIAS
AMBULATORIAS
POR EL OBJETO GENÉRICAS O ESPECÍFICAS
DIVISIBLES O INDIVISIBLES
ALTERNATIVAS O FACULTATIVAS
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Mora.
La mora supone la existencia de un crédito exigible respecto del cual el deudor en forma consciente ha retrasado el
cumplimiento sin estar justificado en dicha demora. En general, se produce por el retardo injustificado del deudor.
Acción Pauliana.
La acción Pauliana era una acción revocatoria concedida al acreedor que denunciara, dentro del año, la realización de un
acto o actos fraudulentos, contra el deudor que cometiera el fraude y contra los terceros que habían participado en ellos. Era
necesario que el acto realizado haya disminuido o empobrecido el patrimonio del deudor, y haya ocasionado perjuicio a los
acreedores, creando o acrecentando el estado de insolvencia. Tiene por finalidad la revocación del acto fraudulento. Era arbitraria,
el juez debía restablecer el orden de las cosas en el estado anterior a la celebración del acto, restituyendo la propiedad de la cosa
con sus productos y frutos, o volviendo a constituir la obligación, en caso de haber sido liberado el tercero deudor.
Para la comisión de un delito se requiere generalmente una intención maliciosa (dolo malo) si bien por una interpretación
jurisprudencial para el delito de daño sancionado por la ley Aquilia, basta meramente la culpa. No son imputables el infante, el
impúber próximo a la infancia o el demente; en cambio sí lo pueden ser el impúber próximo a la pubertad, el esclavo, el pródigo o la
mujer.
Las acciones penales tienen rasgos propios que hay que destacar: (a) si existieran varios delincuentes, la actio los engloba a
todos ellos de manera “cumulativa”, de tal modo que todos y cada uno de ellos debe satisfacer la pena por entero. Por ejemplo, si
son cuatro quienes han cometido un furtum nec manifestum (la pena es el duplum), aquel a quien le hurtaron la cosa podrá
perseguir por la actio furti nec manifesti a cada uno por separado, con lo que obtendrá ocho veces el valor de la cosa. (b) Las
acciones penales son pasivamente intrasmisibles, de tal modo que sólo es responsable el autor del delito, no sus herederos. Desde
un punto de vista activo, las acciones penales son trasmisibles, ya que son de contenido económico. (c) Si el autor del delito era un
filius in potestate o un esclavo, el pater o el dominus, podía escapar de su responsabilidad entregando dicho hijo o esclavo, por
medio de una mancipatio, a quien sufrió el perjuicio, en carácter de noxa. Si no, debía pagar él mismo la pena del delito.
a) Furtum.
El furtum (hurto) consiste en el apoderamiento de una cosa mueble ajena, considerándola como propia, en contra de la voluntad de
su dueño. La figura del furtum excede lo que hoy en día se conoce por “hurto”, ya que engloba otras situaciones, a saber: (a) en
principio, se considera fur (ladrón) a quien se lleva una cosa cuya posesión o tenencia está en manos de otro, sin autorización suya.
(b) Ya en el siglo II a.C., también será furtum el retener la cosa de otro contra su voluntad. (c) Quien se apodera de una cosa que
hallo perdida (no abandonada), ya sea que sepa de quién es o lo ignore, estaría cometiendo furtum. (d) Quien a sabiendas, de mala
fe, ha vendido o dado la cosa de otro, o ha recibido en esas condiciones, dineros que no eran debidos, comete furtum. (e) La
destrucción maliciosa de los documentos donde se evidencia una deuda, también sería considerada furtum en épocas posteriores.
Las formas de cometer el furtum pueden ser: (a) en principio, la sustracción o desplazamiento de la cosa (furtum rei). Acá entrarían
todas las variantes mencionada en el párrafo anterior. (b) También se consideró furtum el abuso que se produjera en el uso de una
cosa confiada a alguien (furtum usus). (c) Otro caso se da cuando el propietario de una cosa dada en prenda o dada en usufructo se
apodere de esa cosa. No se considera el dominio que tiene sobre ella el dueño, sino la posesión de la cosa que había entregado y
debía respetar (furtum possessionis).
Quien comete furtum debe actuar con dolo (dolus malus). También será denominado animus o adfectus furandi, que consiste en el
conocimiento que tiene el ladrón de que está actuando contra la voluntad del dominus de la cosa. Por las características del furtum,
quien lo comete debe haber adquirido un provecho respecto de la cosa hurtada. Si se ha apoderado de una cosa ajena para dañarla
o destruirla, no es furtum, sino el delito de daño.
Existen distintas clases de furtum: (a) furtum manifestum, cuando el ladrón es sorprendido in fraganti, es decir, en el momento
mismo de cometerlo o llevando la cosa hurtada a un lugar destinado a guardarla. (b) furtum nec manifestum, cuando no se dan estas
condiciones. Según la ley de las XII Tablas el furtum manifestum era castigado con la muerte si el ladrón era un esclavo y con azotes y
la declaración de addictus si era un hombre libre. Si el furtum era nec manifestum, la ley decenviral establecía la pena del duplum.
En el procedimiento formulario, el pretor otorgaba la actio furti manifesti por el quadruplum del valor de la cosa, y la actio furti nec
manifesti se la otorgaba por el duplum. Justiniano mantendrá las mismas penas. c) en caso de furtum descubierto, se le concedía la
actio furti concepti a quien sufrió el furtum y que luego, en presencia de testigos, había buscado y encontrado en casa de alguno,
aunque no fuera el ladrón, aquello que fue hurtado, siendo la pena por el triplum; d) en caso de furtum entregado, se concedía la
actio furti oblati contra aquel que traslada una cosa hurtada a la casa de otra persona con la intención de que fuera encontrada en
su casa antes que en la suya; esta acción la podía utilizar aquel a quien se le traslada la cosa hurtada contra esa persona, sea o no el
ladrón, y la pena era del triplum; e) en caso de furtum ocultado, se podía sancionar con la actio prohibiti furti a aquel que se
opusiera voluntariamente a que se investigara el furtum, siendo la pena del quadruplum; f) en caso de furtum no presentado, se
sancionaba con la actio non exhibiti furti a aquel que no presentase o exhibiese la cosa hurtada que ha sido buscada y hallada en su
casa.
La actio furti es de carácter infamante y le compete al dueño de la cosa hurtada, pero también a aquel que aun no siendo dueño de
la cosa, le interesa que ésta no fuera hurtada. La actio furti se lleva a cabo contra el ladrón (fur). Pero también contra el cómplice de
la acción delictiva. Por la actio furti se puede perseguir el pago de una pena. Sin perjuicio de ello, para recobrar la cosa hurtada, el
dueño tiene que elegir entre la rei vindicatio y la condictio furtiva.
b) Rapina.
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a) Pago.
La palabra empleada para designar lo que hoy llamamos “pago” era solutio, derivada de solvere. Significa el cumplimiento
de aquello a lo cual el deudor se obligó. En general, se “paga” cumpliendo la prestación debida, aunque se acepta también que el
deudor se libere pagando una cosa por otra con consentimiento del acreedor. En principio corresponde pagar al acreedor, pero
también es válido pagar al mandatario de éste. El tiempo y lugar del pago de la obligación suele estar determinado en el propio
negocio.
b) Novación.
Ocurre la novación (novatio) cuando se transforma una obligación ya existente en otra nueva, de tal modo que queda
extinguida la primera, quedando ahora subsistente la segunda. La novatio se crea mediante una stipulatio novatoria que crea la
nueva obligación. En la stipulatio novatoria se debe conservar el mismo debitum de la obligación precedente, pero puede contener
un elemento nuevo, como un cambio en alguno de los elementos secundarios o accidentales de la obligación, o el agregado o la
quita de una condición.
c) Compensación.
Modestino define la compensación como “la contribución entre sí de la deuda y del crédito”. Supongamos que A es
acreedor respecto de B por 100. Pero B resulta acreedor de A por 50. Ello significa que ambos son al mismo tiempo acreedores y
deudores en forma recíproca. Ahora bien, si A inicia el cobro de su crédito por 100, B le opondrá el suyo por 50. El juez en la
sentencia compensara el crédito de A con el de B, de tal modo que la condena de B será solamente por 50.
d) Remisión de la deuda.
La remisión de una deuda consiste en el perdón de la deuda por parte del acreedor.
e) Concurso de causas.
Ocurre esto cuando el acreedor obtiene por otra causa, la cosa que le es debida. Así, A hace una estipulación con B, por la
cual éste se obliga a darle el fundo Tusculano. Con posterioridad, por otra causa (por ejemplo, compra) A deviene en propietario de
dicho fundo. La obligación primera quedaba extinguida, puesto que una vez ya adquirida la cosa, deja de ser debida y no podemos
reclamar que se nos dé una cosa que ya es nuestra.
Cuando se debe una cosa específica y ésta perece en su totalidad, o si la cosa debida se hubiera hecho sacra o religiosa o si
se trata de un esclavo y este hubiera alcanzado la libertad, en consecuencia de hecho se extingue la obligación, quedando el deudor
liberado.
La muerte puede hacer cesar ciertas obligaciones que son intrasmisibles a los herederos. La capitis deminutio extinguía en
principio las obligaciones, aunque el pretor protegía a los acreedores.
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a) Nexum.
EL nexum no era considerado propiamente contrato. Es un rito estrictamente formal y solemne. Exigía las formas del per aes et
libram (uso del cobre y la balanza). El deudor “vendía su cuerpo” mediante la mancipatio quedando en condición de nexis, para
garantizar el cumplimiento de la obligación. Si no cumplía podía terminar en prisión por la deuda, siendo vendido como esclavo o
asesinado por el acreedor.
b) Sponsio.
Consistía en la interrogación por parte del acreedor al deudor mediante el empleo del verbo spondere. Por ejemplo: “Spondes dare
centum?” pregunta el acreedor; “spondeo” contestaba el deudor. Este verbo sólo podía ser empleado por los ciudadanos romanos y
tenía un significado religioso, por lo que según algunos era un juramento.
c) Stipulatio.
La estipulación es la forma más sencilla y ordinaria por la cual se puede hacer nacer una obligación. El futuro acreedor ( stipulator)
preguntaba en forma solemne al futuro deudor (promissor) si prometía dar, hacer o prestar (dare, facere, praestare) algo y, este
último contestaba congruentemente y en forma inmediata que lo prometía y a partir de ese momento quedaba obligado. Por
ejemplo: “¿Me prometes dar 100?” preguntaba el stipulator, y el promissor contestaba “lo prometo”.
Para que la stipulatio fuera valida: a) las partes debían estar presentes, debían saber hablar y entenderse por medio de las palabras
(ni los mudos, ni los sordos, podían realizar la stipulatio); b) todo debe suceder en un solo y único acto, la interrogación debe ser
seguida inmediatamente por la respuesta sin que exista un intervalo entre una y otra; c) la respuesta debe ser totalmente
congruente con la pregunta (por ejemplo, si preguntas “¿prometes?” la otra parte debe contestar “prometo”, si preguntas “¿darás?”
debe contestar “daré”, si preguntas “¿harás?” debe contestar “haré”); d) se solía hacer en presencia de testigos para luego tener
una prueba, pero luego se comenzó a redactar un escrito complementario.
La stipulatio válida podía exigirse por medio de una actio ex stipulatu. La estipulación puede estar sujeta a ciertas modalidades: a) la
condición (acontecimiento futuro e incierto del cual depende la eficacia del negocio); b) el plazo (acontecimiento futuro y
objetivamente cierto del cual depende la eficacia del negocio); c) el lugar (donde debe realizarse el pago); d) la alternativa (se
promete una cosa u otra, y para cumplir la obligación hay que dar solamente una de las dos); e) la accesio (agregado de otra persona
a los solos efectos de recibir el pago en lugar del acreedor).
En la stipulatio podían intervenir, tanto del lado de la parte acreedora como de la deudora, dos o más personas. A la stipulatio se le
puede agregar una cláusula que establezca una pena para el caso de incumplimiento (stipulatio penal). También puede participar de
una estipulación un acreedor adjunto (adstipulator) en quien el acreedor principal deposita su confianza para el cobro de la
obligación.
d) Dictio dotis.
La dictio dotis es la promesa solemne de dote, que podía ser hecha solamente por la misma mujer que se va a casar, por su pater y
también por un deudor de la mujer que actuara por orden suya. Era una promesa unilateral, es decir, el acreedor no hace ninguna
pregunta, simplemente el deudor se obliga directamente.
e) Iusiurandum liberti.
Era el juramento por el cual el liberto, mediante la promesa unilateral, se obligaba a hacer a su patrono un regalo, un servicio o
trabajos, luego de ser manumitido.
7.4. Contratos Literales.
Son aquellos contratos formales en los cuales las obligaciones se contraen por “letras”, es decir, por escritos o documentos.
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Unidad 8
8.1. Las cosas.
La palabra res (cosa) sirve, ante todo, para designar los entes materiales, así como los naturales, sean animados como los
inanimados. “Cosa” es todo objeto corporal e incorporal sujeto al poder del hombre y susceptible a la valoración económica. Las
cosas corporales son las materiales, las que se pueden tocar, como por ejemplo un fundo, un esclavo, un vestido, el oro y la plata.
Las res incorporales son las cosas inmateriales, que no se pueden tocar. Son las que consisten en algo jurídico, como por ejemplo la
herencia, el usufructo, el uso, las obligaciones, las servidumbres (hoy en día se las conoce como “derechos”).
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Unidad 9
9.1. Iura in re aliena.
Aparte de las limitaciones impuestas por el ius al propietario, éste goza de la plena potestad sobre la cosa, pero podía
voluntariamente producir una limitación jurídica respecto de su dominio, permitiendo que de algún modo concurra con él en el
ejercicio de su propiedad. Esta concurrencia se da en las servidumbres, en el usufructo, uso y habitación, en la enfiteusis y la
superficie, en el pignus y la hipoteca. Podemos hablar en general de iura in re aliena o derechos reales cobre cosa ajena, si bien la
terminología no es clásica.
9.2. Servidumbres.
La palabra “servidumbre” designa una carga o un gravamen que debe soportar un fundo. Esa carga o gravamen es en favor
de un predio vecino, de tal modo que quien se halle en él, y haya convenido la servidumbre pueda llevar a cabo una actividad
limitada en la cosa ajena, o también obtener el beneficio de una cierta abstención por parte del propietario de la cosa que soporta la
servidumbre. Así, por ejemplo, el fundo A tiene una fuente caudalosa de agua, de la que carecen los fundos vecinos B, C y D. Se
puede entonces constituir servidumbres de agua, en virtud de la cual los titulares de los fundos vecinos pueden tomar el agua para
sus necesidades agropecuarias.
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10.1. Concepto de Sucesión.
La sucesión implica la sustitución o cambio de titular en una relación jurídica que puede darse por actos inter vivos o mortis
causa. “Suceder” significa ocupar el lugar que anteriormente tenía una persona. La sucesión mortis causa ocurre cuando se produce
el cambio de titular en el conjunto de relaciones jurídicas trasmisibles a una persona por causa de muerte. La sucesión inter vivos
podía verificarse en la totalidad del conjunto de derechos y obligaciones (a título universal) o con una relación jurídica particular (a
título personal).
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