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Wl EVOLUCION DE LAS IDEAS PENALES SUMARIO: 1. Perfodos que comprende la evolucién de las id penales—2. De la venganza privada.—3. De la venganza di na—4. De la venganza piblica—5. El periodo human 6. La etapa cientifica. rio. — 1. PERIODOS QUE COMPRENDE LA EVOLUCION DE LAS IDEAS PE- NALES. A lo largo del tiempo, la funcién represiva se ha orienta- do hacia diversas rutas segtin los distintos pueblos. Los estudiosos de la materia agrupan en cuatro perfodos las tendencias que ofrecen algunas notas comunes, a saber: el de la venganza privada; el de la venganza divina; el de la venganza piblica y el periodo humanitario. Hay quienes sefialan una quinta etapa correspon- diente a los Gltimos tiempos, denominada cientifica, por consi- derar que presenta perfiles y caracteres propios. Antes de iniciar el estudio de cada uno de los periodos, debe advertirse que en ellos aparece, con sensible relieve, el principio de donde toman su nombre; sin embargo, no se sustituyen inte- gramente; cuando surge el siguiente no puede considerarse des- aparecido plenamente el anterior; en cada uno de ellos conviven ideas opuestas y atin contrarias. Si observamos nuestra legisla- }6n misma, nos daremos cuenta de que todavia perviven remi- niscencias de los periodos penales de antaio. 2. DE LA VENGANZA PRIVADA. A esta etapa suele Mamérsele también venganza de la sangre 0 época barbara. “En el primer perfodo de formacién del Derecho Penal, fue el impulso de la defensa o de la venganza la ratio essendi de todas las actividades provocadas por un ataque injusto. Por falta de proteccién ade- cuada que hasta después se organiza, cada particular, cada fami- lia y cada grupo se protege y se hace justicia por sf mismo. Desde luego no se pretende afirmar que esto constituya propiamente 7 ie LINEAMIENTOS ELEMENTALES DE DERECHO PENAL nganza privada del Derecho Penal; se habla de la ¥' dad espontinea hunden sus sustituirla, tenie os y documentos una e ap como de tn antecedente en cuya reali raices las instituciones juridicas que vinieron do, para comprobar su existencia, diversos histGricos a més del conocimiento de la naturaleza humana que thos autoriza para suponer el imperio de tales reacciones donde Gquiera que no se hallara una autoridad, suficientemente Fuerte, que tomara por su cuenta el castigo de los culpables, el gobierno y la moderacién de los ofendidos y el aseguramiento del orden y la paz sociales”. En este periodo la funcién represiva estaba en manos de los particulares. Como afirman los tratadistas, si pensamos en que todo animal ofendido tiende instintivamente a reaccionar, es fi- Gil comprender cémo la primera forma y la primera justificacion de lo que hoy lamamos justicia penal debi6 ser, por Ia naturale- va misma de las cosas, la venganza. Mas no toda venganza puede éstimarse como antecedente de la represién penal moderna; s6lo tiene relevancia, como equivalente de la pena actual, la actividad vengadora que contaba con el apoyo de la colectividad misma, mediante la ayuda material y el respaldo moral hacia el ofend do, reconciéndole su derecho a ejercitarla. La venganza privada se conoce también como venganza de la sangre, porque sin duda se origin6 por el homicidio y las lesio- nes, delitos por su naturaleza denominados de sangre. Esta ven- ganza recibid, entre los germanos, el nombre de blutrache, sgeneralizindose posteriormente a toda clase de delitos. ‘Como en ocasiones los vengadores, al ejercitar su reaccién, se excedfan causando males mucho mayores que los recibidos, hubo necesidad de limitar la venganza y ast aparecié la formula del talién ojo por ojo y diente por diente, para significar que el grupo s6lo reconocia al ofendido el derecho de causar un mal de igual intensidad al sufrido. Este sistema talional supone la existencia de un poder moderador y, en consecuencia, envuelve ya un de- roll considerable.? . ‘Ademis de la limitaci6n talionaria, surgié mas tarde el sis- tema de compasicione, segiin el cual el ofensor podia comprar al ofendido o a su familia el derecho de venganza, 1 ViLLaLon0s, Ignacio, Derecho Penal Mexicano, 2a ed., Porrda, 1960, p. 24 2 SEBASTIAN SOLER, Derecho Penal Argentino, I, edicién 1953, Buenos Aires, p- 55 EVOLUCION DE LAS IDEAS PENALES. 19 3. DE LA VENGANZA DIVINA. Parece natural que al revestir los pueblos las caracterfsticas de la organizacién teocritica, todos los problemas se proyecten hacia la divinidad, como eje funda- mental de la constitucién misma del Estado. Asi surge, en el te- rreno de las ideas penales, el perfodo de la venganza divina; se estima al delito una de las causas del descontento de los dioses; por eso los jueces y tribunales juzgan en nombre de la divinidad ofendida, pronunciando sus sentencias e imponiendo las penas para satisfacer su ira, logrando el desistimiento de su justa in- dignacién. “Es indeclinable el concepto de que la irritacién y la reaccién provocadas por un ataque venido del exterior, respondieron pri- mero al instinto de conservacién, dando nacimiento a la lucha y a la venganza privada cuando la ofensa se habia consumado; y s6lo después, logica y ontolégicamente, se idearon explicaciones 0 justificaciones que atribuyeron tal conducta a la necesidad de dar satisfaccién a las divinidades ofendidas, aun cuando entre una y otra cosas mediara muy corto intervalo”.$ En esta etapa evolutiva del Derecho Penal, la justicia repre- siva es manejada generalmente por la clase sacerdotal. Aparece en muchfsimos pueblos, pero se perfila de manera clara en el hebreo; esto no debe resultarnos extrafio si atendemos a que los judios han sido siempre eminentemente religiosos. 4. DE LA VENGANZA PUBLICA. A medida que los Estados ad- quieren una mayor solidez, principia a hacerse la distincién en- tre delitos privados y ptiblicos, segtin el hecho lesione de manera directa los intereses de los particulares o el orden piblico. Es entonces cuando aparece la etapa llamada “venganza publica” 0 “concepcién politica’; los tribunales juzgan en nombre de la co- lectividad. Para la supuesta salvaguarda de ésta se imponen pe- nas cada vez més crueles e inhumanas. Con justicia Cuello Calén afirma que en este periodo nada se respetaba, ni siquiera la tran- quilidad de las tumbas, pues se desenterraban los cadaveres y se les procesaba; los jueces y tribunales posefan facultades omnimo- das y podfan incriminar hechos no previstos como delitos en las leyes. De estos ilimitados derechos abusaron los juzgadores; no los pusieron al servicio de la justicia, sino al de los déspotas y los § VILLALOBOS, op. cit, p. 25 20 LINEAMIENTOS ELEMENTALES De beng or Peay tiranos depositarios de la autoridad y del mando, Ste espe. inspiré el Derecho Penal europeo hasta el siglo xvqype" “Phin No s6lo en Europa imperé esa Concepcién, en que Ia ath riedad era la regla tinica, sino también en Oriente ¥en Amg. Para conseguir de los stibditos, por medio del terror yla inuin dacién, el sometimiento al soberano 0 a los grupos Politicamen: fuertes, En este periodo la humanidad, puntualic, Carrane; ® Trujillo, aguz6 su ingenio para inventar suplicios, Para vengary, con relinado encarnizamiento; la tortura era una ea, ee ee on treparg ‘oria durante la instruccién y una cuestién previa antes de | ci6n, a fin de obtener revelaciones o confesiones, calabozos (“oubliettes” de oublier, olvidar, donde sultfan prisién perpetua en subterrdneos) de madera; la argolla, pesada pieza de mad el “pilori”, rollo 0 picota en que cabeza y tra. ‘a ejecy. Nacieron og las victimas Ja jaula, de hierro ¢ ‘ey capaz de persuadir, zy efecto i ¢l pattimonio exclusive ¢ sibuen ote oo de ellos Voltaire, Juan Ja vouen ejemplo EVOLUGION DE LAS IDEAS PENALES 2 Ferri, Por lo que ve a la reforma penal, fue acertadamente desig- nado por el destino y por algunos amigos suyos de la revista “II Caffe” el joven Bonnesana, Marqués de Beccaria. Su sintesis admirable vio la luz timidamente en el aio de 1764, publicando. se annimamente y fuera de Milan, ciudad natal y asiento de la vida y actividad del autor; pronto se habian agotado 32 edicio- nes, con traduccién a 22 idiomas diferentes. En este libro titu- lado Dei delitti ¢ delle pene, se une la critica demoledora de los sistemas empleados hasta entonces, a la proposicién creadora de nuevos conceptos y nuevas practicas; se pugna por la exclusién de suplicios y crueldades innecesarios; se propone la certeza, contra las atrocidades de las penas, suprimiendo los indultos y las gracias que siempre hacen esperar la impunidad a los delin- cuentes; se orienta la represién hacia el porvenir, subrayando la utilidad de las penas sin desconocer su necesaria justificacién; se preconiza la peligrosidad del delincuente como punto de mira para la determinacién de las sanciones aplicables y se urge por una legalidad de los delitos y de las penas, hasta el extremo de proscribir la interpretacién de la ley, por el peligro de que pu- diera servir de pretexto para su verdadera alteracion....”° De entre los puntos més importantes del libro de Beccaria destacan los siguientes: a) El derecho a castigar se basa en el contrato social y por tanto la justicia humana y la divina son independientes. 8) Las penas tinicamente pueden ser establecidas por las le- yes; éstas han de ser generales y s6lo los jueces pueden declarar que han sido violadas. @) Las penas deben ser piiblicas, prontas y necesarias, pro- porcionadas al delito y las minimas posibles. Nunca deben ser atroces. 4) Los jueces, por no ser legisladores, carecen de la facultad de interpretar la ley. Para Beccaria nada hay tan peligroso como el axioma comtin que proclama la necesidad de consultar el es- piritu de la ley. ¢) Elfin de la pena es evitar que el autor cometa nuevos deli- tos, asf como la ejemplaridad respecto a los demas hombres. Jf) La pena de muerte debe ser proscrita por injusta; el contra- to social no la autoriza, dado que el hombre no puede ceder el © Op. cit, pp. 28 y ss. LINEAMIENTOS ELEMENTALES DE DERECHO peng, 22 derecho a ser privado de a vida, de la cual él mismo no puede ane Lacie marae considera, por algunos, como ¢| in dor oe la Escuela Clasica. Estima Blonidn que oo no es su fundador por ser superior a las ae ae bf Apéstol del Derecho Penal renovado del cual inauguré la ae ; umManista y romantica, con espiritu mas filantr6pico que cientifico. 6. LA ETAPA CIENTIFICA. Desde que se empieza a sistematizar en los estudios sobre materia penal, puede hablarse del perfodo cientifico. Esta etapa, en rigor, se inicia con la obra del marqués de Beccaria y culmina con la de Francisco Carrara quien, como se verd en temas posteriores, es el principal exponente de la Es- cuela Clasica del Derecho Penal. Algunos autores sefialan, como principio del periodo cienti- fico, las doctrinas de los positivistas de fines de la pasada cen- turia; no obstante, tales estudios no forman propiamente parte del Derecho Penal, segin se demostrar4 en su oportunidad; los positivistas confeccionaron ciencias causales explicativas de la criminalidad, pero no Derecho, normativo por esencia. Por otra parte, para la existencia de un conocimiento cientifico basta con perseguir un fin o una verdad en forma ordenada y sistematica; tal cosa ocurre a partir de la obra admirable del marqués de Beccai ; en consecuencia, es desde entonces cuando surge el a anes a ee ya antes de Beccaria hubo in- ietud por con guns sere el echo Peal y venichtcueaial Pi ‘ar de resolverlos con-

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