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Revista Espatola de Antropologia Americana ISSN: 0556-6533 2001, m2 31: 293-319 Maria Padilla, reina de la magia Monique AuaRas Profesora Titular de la PUC - Rio de Janeiro RESUMEN Entre las entidades de umbada/quimbanda, religion brasileiia de origen africa- na fuertemente marcada por el sincretismo, destaca Marfa Padilla como una dia- blesa seductora y terrible. Todo indica que esa figura es la reinterpretacion, lleva~ da a Brasil en el equipaje de la hechiceras portuguesas deportadas en otros tiempos, de un personaje historico, Maria de Padilla, amante de Don Pedro de Cas- tilla. La hipétesis que aqui desarrollamos es que no es el origen factual lo que per- mite entender los poderes ambiguos de la entidad brasilefia, sino la permanencia en el imaginario social de una visién amenazadora de la mujer que afirma su sexualidad, representacién que también se manifiesta en las tradiciones populares ibéricas referentes a la propia Maria Padilla Palabras-clave: Imaginario social; umbanda/quimbanda; cultos populares bra- silefios; hechiceria: poder femenino; Maria Padilla; Maria de Padilla, RESUME Parmi les esprits de l'umbanda/quimbanda, religion brésilienne d'origine afti- caine au fort syncrétisme, on trouve Maria Padilha, diablesse a la fois séduisante et terrible. Tout laisse supposer que ce furent les sorciéres portugaises autrefois déportées au Brésil qui, dans leurs bagages, apportérent cette réinterprétation d’un personage hestorique, Maria de Padilla, favorite du roi D. Pedro de Castille. Cepandant, suivant Mhypothése présentée ici, ce n’est pas l"origine historique qui 293 Monique Angrus Maria Padilla, reina de tu magia permet de comprendre les pouvoirs ambigus de la démone bréselicnne, mais bien la permanence, dans Pimaginaite social, d'une vision angoissante de la femme qui alfieme si sexulité, et que ceite représentation a également joue un role dans ka fagon dont Ics traditions populaires ibériques se réferent au personage historique lui-meme. Mots-clés: Imaginaire social; umbanda/quimband: liens; sorcellerie: pouvoir féminin; Maria Padilha; Mari : cultes populaires bre de Padilla. EL presente texto! se inscribe dentro de una linea de investigacién dedi- cada al estudio del imaginario social brasilefo, y de un modo particular, al campo de las religiones brasilefas de origen afticano. Se sabe que esas reli- giones pricticamente comienzan con la liegada de los primeros barcos negre- ros, suftiendo varias transformaciones a medida que se procedia a la cons- truccién de la sociedad brasilena, Actualmente el panorama esta dominado por el gran prestigio del eandomblé, de origen joruba, considerada como la mis «tradicional» de esas religiones, y por la gran difusin de la mas recien- tc umbanda’, Asumidamente sincrética, esa religion popular aglutina ele- mentos provenientes de las tradiciones africanas, indigenas, catolica, espi tistas y ocultistas. En la mezcla de la antigua macumba com el espiritismo Kardecista, Roger Bastide (1971) identificaba el deseo de alcanzar mayor prestigio, de acuerdo com los criterios de ka clase media emergente, Sin nbargo las tradiciones africanas no se dejaron encuadrar tan ficilmente. A Jo largo de los afios, todo aquello que no podia ser aceptado por ese proceso de emblunquecimiento’ ha cristalizado en forma de una subdivision de la umbanda, la quimbanda, Aunque los seguidores de la modalidad mejor con- cién, con algunas modificaciones debidus a la necesidad de actualizar los datos bibliograficos, de ta comunicacién «Ake nublesse vient de tes loin», ow Uhistoire de Maria Padiths, maitvesse die roi de Castille 0¢ reine de la music & Rio de Janeira, presentatks al Coto- quio hiternacional Cimaginaire et les sciences humaines, CNRS, Paris, cl 9 de diciembre de 1988, Mi participacidin faé posible gracias a una bees de auxilioeviaje de CNPq. Asi come ol candomblé se extendid a to largo de las costas brasifeiias durante e} siglo XIX (Augras 1992), 2 comsecuencia de las puerras que cnfrentaran el reino de Benin y eb im Fie Yoruba y propiciaron Ia Hegada a Brasil de un gran nimero eselavos de alta alcurnia prineipes ¥ sacerdotes-—, ks umbanda nacid en el Fstado de Rio de Janeiro en los aos vei te de este siglo (Brown 1986), © fe libro de Renato Ortiz consayrado al surgimiento de la umbanda se tirula, muy ade- cuadamente, 4 morte branes da fevricvira negro 1978) Revista Espauta de Antmpoh 2001, ne 31: 293-319 sia Amnricana — 204 Monique Augras Maria Padilla, reina de la magia siderada de la umbanda, que Ilaman «umbanda blanca» (sic), aseguran no tener nada en comin com la quimbanda, vista como sinénimo de «magia negra», los adeptos de la quimbanda, a su vez, se dicen umbandistas sin mas. La investigacién de campo demuestra, de hecho, que en la mayoria de los templos se desarrollan ambas vertientes. Lejos de constituir una secta disi- dente, la quimbanda parece corresponder a una categoria de acusacion dentro de umbanda (Birman 1983), y pasaremos a designarla como umbanda- quimbanda. La busqueda de aceptacién por parte de la umbanda ha Ilevado a sus adeptos a distanciarse de las representaciones mas ligadas con la herencia africana y, entre otros aspectos, del culto a las diosas, cuyos mitos revelan la presencia de una cxuberante sexualidad. Todo aquello que se situaba fuera de la moral vigente, se arrogo al dominio de los dioses del desorden, simboliza- dos sintéticamente por las figuras de los Exus, entidades que presentan una fuerte semejanza con las figuras diabdlicas. Mejor dicho, son figuras trans- gresoras que se corresponden totalmente con la inversion de los valores esti- mados por la sociedad. Y todo lo relacionado con la sexualidad femenina did origen a una nueva categoria de entidades designadas con el yocablo genéri- co de Pomba Gira, ya que, como los Exus, su numero es legidn, y segiin tos adeptos existian miles de Pomba Gira A\ investigar cn Rio de Janeiro las mas conocidas figuras de esa entidad, me he encontrado con una representacién que se ha venido destacando, asu- micndo un caracter cada vez mas individualizado y hoy merecedor de un cul- to especifico. Es Maria Padilla, «reina de la magia». Comentando en Recife las caracteristicas de esa entidad todopoderosa‘, el maestro Roberto Motta me Ilam6 la atencién sobre un aspecto generalmente desconocido, Le dejo la palabra: «Una de las mayores sorpresas que tuve sobre una entidad del Candomblé © de Umbanda, se refiere a Maria Padilla. La conoci, si no me falla la memoria, en el terreiro de Mario Miranda, en Casa ‘Amarela, no lejos de donde estamos en este momento. Al principio quise creer que se trataba de una creacién del imaginario tipicamen- te brasilefio, igual que Zé Pelintra, Maria do Acais, Mestra Paulina y + En conferencia titulada De [ya mi a Pomba Gira: transformagées ¢ simbolos da libi- do, en el V Ciclo de Estudos sobre o Imagindrio-Imaginario e sexualidade, en la Fundagio Joaquim Nabuco, Recite, Pernambuco, 26/10/87, y publicada en Augras (1989). 295 Revista Espaiola de Antropologia Americana 2001, n* 31: 293-319 Monique Augras Maria Padilla, reina de ta magia tantos otros, sin antepasados directos (era lo que yo pensaba) en las mitologias europeas, africanas o amerindias. Mi sobresalto fue gran de, como se puede comprender perfectamente, cuando ta encontré ni mais ni menos que en Prosper Mérimée, en Carmen, que cito 4 con- tinuacion, Ella (Carmen) estaba detante de una mesa, mirando una terrina Hena de agua o de plomo que habia hecho derretir y que habia arro~ Jado alli dentro. Ora cogia un pedazo de plomo, y con cara de tris- teza lo reviraba de todos los lados, ora ella cantaba una de esas can- ciones magicas con las que las gitanas imvocan a Maria Padilla, la amante de Don Pedro, que fué, por lo que se dice, ta Bari Crallisa 0 Ja gran reina de los gitanos «Motta 1995: 182) EL hallazgo de Roberto Motta’ me estimulé a realizar una investigacién espeeffica, de campo y de textos, para intentar reconstruir el trayecto de Maria Padilla. Pues el Don Pedro a que se refiere Mérimée fué rey de Casti- Hla, y Marta Padilla su amante y favorita. ¢Cémo puede un personaje de la historia real transformarse en reina carioca de la magia? ;Qué caminos son los que recorre el imaginario social? UNA REINA HERMOSA. Antes de presentar a Maria Padilla, es necesario hablar algo de Pomba Gira para entender mejor sus caracteristicas, ya que es frecuentemente cita- da como uno de los elementos mas destacados del «pueblo de Pomba Gira». La investigacién de campo se realizo durante dos afios, de 1987 a 1988, junto a sacerdotisas y devotos de umbanda-quimbanda. Se complement con la lectura sistematica de folletos encontrados muchas veces entre jor- naleros, cuyos autores, pertenecientes a esa religion, intentan organizar los La primera comunicacién piiblica hecha por Roberto Matta sobre esa coincidencia, fué presentada en el grupo de trabajo Religido, Cultura e Identidade, en la XV Reunién de Ia Associagao Braxilefia de Antcopalogia, en Curitiba, en marzo de 1986. Por otro lado, Matly- se Moyer, que ha dedicado recientemente wn libro a los antecedentes histéricos de la entidad (Meyer 1993), relata que su encuentro con fas raices ibericas se produjo durante la defensa de Ii tesis de doctorado de Laura de Mello ¢ Sovza, que fué publicada en £986, Curfosamente, su primers comunicaci6n sobre el tema fué en Paris, en el mismo aio de 1988 en que presenté este texto, on Paris también, Fs por tanto a finales de los afios achenta cuando la reina de la magia decidio hacer su debut acadéinico, Revista Espanola de Anempologia Americana — 296 2001, 31: 293-319 Monique Augras Maria Padilla, reina de la magia conocimientos respecto de las diversas entidades, con recomendaciones sobre el modo de lidiar con ellas, transcripciones de sus canciones (los denominados «pontos cantados») y descripciones de Jas ofrendas estipula- das por la tradicién. Pomba Gira es un Exu del sexo femenino, y en la iconografia umbandis- ta se representa con la figura de una diablesa cuyo cuerpo muestra una plas tica exubcrante. Filla sintetiza los aspectos mas chocantes que la sexualidad femenina puede asumir frente a la moral y a las buenas costumbres. El dis- curso de los folletos umbandistas es bien claro al respecto: «Pomba Gira, Exu mujer, asi denominada en nuestra ley, es una entidad conocida en Umbanda y en Quimbanda como mujer de siete Exus (...) obteniendo de esa forma la fuerza y la ayuda necesaria de sus compajicros (marides)» (Molina s/f: 13). El «pueblo de Pomba Gira» esta formado por mujeres cuya vida fue com- pletamente lujuriosa, asi como «mujeres que, cuando desencarnadas, se entregan a siete Lxus» (Teixeira Neto s/f: 31, el subrayado es del autor). Son por tanto mujeres de sexualidad desenfrenada ya que su libido sobrevive a la propia muerte, Pomba Gira, tnico Exu femenino en medio de 17 Exus mas- culinos, segin Texeira Neto (s/f: 31), es eapaz de todo. Los autores de los folletos que describen las diversas entidades de umbanda-quimbanda insisten en el peligro representado por Pomba Gira, ya que su poder se fundamenta casi exclusivamente en su deseo sexual. «Cuando se incorpora, la Pomba Gira daa su medium una apa- rencia en la que la vibracién del sexo, la lujuria, los deseos carnales, la lascivia, pues, es por demas acentuada» (Teixcira Neto s/f: 39). Sucede que entre todos los mediums del sexo femenino, cualesquiera que sean las entidades que acostumbran a incorporarse, tienen también una Pom- ba Gira «encostada», Es facil imaginarse hasta que punto esa caracteristica puede asumir semblanzas amenazadoras en una sociedad todavia dominada por valores machistas, en la que cn la mayoria de los casos sélo cxisten dos categorias de mujeres —decentes y vagabundas— segun el grado de dominio de sus deseos scxuales. Como todo Exu, Pomba Gira representa la subversién de los valores morales, Pero las jévenes mediums saben cémo protegerse. Para librarse del 297 Revista Espaiiola de Antropologia Americana 2001, n* 31: 293-319 Munique Augras Marics Padilla, reina de fa magia destino de tas mujeres perdidas, ofrecen sacrificios a la entidad para contro lar su influencia, Las ofrendas y ceremonias que persiguen aplacar a los dioses del desor- den parecen constituir un importante clemento de articulacién entre umban- da y quimbanda. Permiten canalizar la fuerza de tas potencias tenebrosas para cf mantenimiento del orden y de las buenas costumbres. En el discurso umbandista, deseoso de legitimacién y de respeto, son constantes las preocu- paciones moralizadoras. Entre los testimonios recogidos por Lima Trindade puede Ieerse, por ejemplo: «A Pomba Gira que recebo & pacifica, humilde, ndo & chegada aos homens» (1985: 35, el subrayado es mio), en flagrante oposicion a la representacién usual de la entidad como prostituta, Desde esa perspectiva, Maria Padilla goza de un concepto todavia mas favorable «Matia Padilla es un espirita de una mujer de la vida, pero no es eseandalosa, es mas sencilta, mas recatada que la Pomba Gira...» (nforme a. 3, ibid: 50), «Pomba Gira era prostituta de un bajo nivel social y sin cultura. Ella no conoce nada, no sabe distinguir lo que es bueno y le que es malo, Ella no pertenece a la clase de Maria Padilla, En vida, Maria Padilla cra una profesora, tenia conocimientos, una persona elegante Aunque prostituta, sabia y sabe comportarse como una seiiora (..) Las otras que estan debajo de ella son prostitutas pobres, que acep- tan poco dinero para ser poseidas, diferentes de aquellas liamadas damas elegantes que, teniendo mucho dinero, pueden exigir mucho dinero» (Informe n. 4, ibid). Promovida de prostituta a protesora®, Maria Padilla acaba siendo descrita como una cortesana de clase alta, Es una mujer de lujo, muy elegante, «una sefioray. Igual que los informantes de Lima Trindade, las personas a las que interrogué fueron unanimes «Maria Padilla es una reina, ella esti por encima de nosotras», La aproximacién de esas dos eategorias no es tan paraddjica como puede parecer a Primera vista. En otro texto (Auzras 1989) faé posible demostrar que, en fa socicdad brasile~ tha tradicional, la profesora ocupaba un lua intermedio entre la umujer de la callen y ta «del hogan», « partir de ta oposicién entre la «casan y ta «caller, tan dien puesta en evidencia por Roberto dit Matta (1985), Revisia Espanola de Anirupologgia Americana 298, 2001, nS 31; 293-319 Monique Augras Maria Padilla, reina de la magia Un autor de folletos alega tener registrado el testimonio de la propia Maria Padilla, hablando personalmente, por medio de un mensaje psicografi- ado. Vamos a escucharla: «Sarava Maria Padilla, gran Orixa de Quimbanda. Cuando cru- zada con las Almas, mucha luz y fuerza tiene para dar en Umbanda (.) Yo soy respetada en mis siete Cruceros. Todos y cualquier traba- {jo que alli baja yo lo estoy mirando, si me agrada la persona ayudo, si no me agrada, estorbo con toda mi falange, y la persona dice que el trabajo no ha sido bien sucedido (...) No me intereso mucho por los regalos y si por la guerra, Deme usted nombre y direccién, si es posible, de su enemigo, en el Cruce- ro, 0 en una encrucijada, en cruz abierta. Grita por Marfa Padilla, yo soy de los Cruceros de Calunga (...) Si deseas agradarme con siete cigarros encendidos y siete rosas, te lo agradezco. Si deseas mojar mi garganta con anis, agradezco, y siga con mi proteccién, aprenda a conversar conmigo en el espacio, yo aparezco en suefios cuando no hay un burro cerea’. Saravé Menino Exu Savavé minha estrela ‘aravé meu garfo e minha caveira Sarava a menga grande que hé de correr do inimigo» (Moli- na s/f: 21-23). Por estas palabras se ve que Padilla merece la fama de ser una de las enti- dades mas peligrosas de la quimbanda. En muchos aspectos recuerda el ori- x lans, al que est subordinada en la complicada jerarquia de los cultos sin- créticos*. En el candomblé, Iansi es la rcina de los espiritus de los muertos 7 Esto es, cuando no hay nadie que pueda ser poseido por la entidad. La Quim- banda llama «burro» a aquello que en la umbanda es «caballo», ofteciendo un buen ejemplo de la inversion de los valores usuales en la quimbanda, ya que substituye el caballo, animal noble, por el burro. Fn ambos casos, se esta hablando de] medium. *'” Las entidades de umbanda-quimbanda son vistas como subordinadas a los orixas del candomblé, Actualmente se esti produciendo un proceso de aproximacién cntre umbanda y el candomblé, hasta tal punto que ya se habla en umbandomblé. Esa evolucién parece deri- varse del prestigio del que el candomblé esti ahora disfrutando entre una sociedad mas amplia, a causa de su reciente valorizacién como «expresién auténtica» de las raices africa- nas y de su corolaria visibilidad en los medios de comunicacién, especialmente en la televi- 299 Revista Espaiiola de Antropologia Americana 2001, no 31: 293-319 Monique Augras Maria Padilla, reina de ta magia (los Eguns), y en la quimbanda todo «trabajo» magico realizado en el cemen- terio requiere de su beneplicito. A su vez, Maria Padilla, reina de los siete Cruccros, reside en el centro de! cementerio, el Calunga. Es todopoderosa y slo hace lo que quiere. Es costumbre decir que, para ganar el apoyo de algtin Exu, basta ofrecerle un regalo, y que luego él estar a disposicion del que pide. Maria Padilla, como se ve, se reserva el derecho de estar de acuerdo o n6. Substituye el aspecto casi automatico —basica- mente «toma la da cd (te doy y me das)—~ del procedimiento magico, por una relacion mas personal, casi afectiva, con el que pide. Pero sobre todo esta- blece una relacion de poder absolute y arbitrario, Sia ella no le agrada quien le pide Para qué sirven los regatos? Se Ie ofrecen rosas rojas sin espinas, bien abiertas (tradicionaimente los capullos de rosa cerrados son simbolo de virginidad), bebidas alcohélicas. cigarros, Tales ofrendas son comunes a todas fas Pomba Gira. Lo que distin- gue a Padilla, sin embargo, es su sed de sangre (la menga) y su pasién por la guerra. Exu es su guia, la estrella indica su brillo, ef tenedor (tridente) ilustra sus origenes diabélicos, la calavera simboliza el poder sobre los muertos, y el saludo final recuerda que, ademas de su contenido guerrero, la sangre cho- rreante es la marca distintiva de la feminidad. De la misma manera que Pomba Gira, Maria Padilla es la patrona de las mujeres bonitas, de la sexualidad exigente: «Yo ayudo a ser hermosa, no existe un burro mio que sea feo, todas son mujeres bonitas y envidiables» (thid.: 27). Sus puntos? insisten en su bellezs «Con un cubierte en la mano Ahi viene una mujer bonita Bonita y muy hermosa Muy hermosa y tlena de rosas Ahi viene Maria Padilla De los 7 Cruceros de Calunga». ° Las ceremonias de umbanda-quimbanda constan necesariamente de rucda ( con canciones (pontos) en Jengua vernicula, incluyendo algunas palabras de origen bantu, como en los ejemplos aqui citados, menga (sangre). ealunga (ccmenterio), eurimba (can- to}, Aunque parezca portuguesa, ta palabra «giray proviene en ese contexto del quicongo njila (roday Revista Espattola de Antrepologia Americana 300) 2001 2" 31; 203.319 Monique Augras Maria Padilla, reina de la magia Es una pena que todas esas rosas terminen engalanando Calunga, o sea el cementerio. La ambivalencia es, por otro lado, una constante, cuando belleza y rique- za estan asociadas a escenas extrafias: «De donde Maria Padilla viene? Donde Maria Padilla vive! Ella vive en la mina de oro Donde el gallo negro canta Donde el nifio no Hora». Qué significan ese nifio callado, ese gallo triunfante y diabélico, respec- tivamente presa y guardian de una mina de oro? Los conjuros ibéricos no estan lejos", ni las formulas magicas que hacen aflorar los tesoros escondi- dos de la tierra. «Bajo aquella higuera/ habia una Reina hermosa», Maria Padilla de nue- vo. Simbolo de fecundidad en las tradiciones indo-mediterréneas, segdin Jean Chevalier y Alain Gheerbrant (1973), la higuera que se opone a la cruz del cementerio, el Crucero emblematico de Padilla. Sin embargo, en las religio- nes brasilefias de origen africano, la higuera (Ficus) es precisamente la mora- da de los espiritus de los muertos'!. Prevalece por lo tanto el mensaje de la muerte. ‘Actualmente en Rio de Janciro Maria Padilla se esta transformando en una denominacién colectiva, tal como sucedié con Pomba Gira. Ademas de las entidades ya conocidas de la higuera y de los siete cruceros de Calunga, se rinde culto a Maria Padilla de la carretera, del puerto, de la playa, del cabaré, Son todos lugares de paso, marginales, de transformacién, de pode- res, Tales denominaciones parecen el resultado de un proceso de contamina- cidn por el cual las caracteristicas clasicamente atribuidas a una Pomba Gira, se extendieron a Maria Padilla, Una pequefia encuesta realizada entre los vendedores de establecimientos especializados en pertrechos de umbanda y 1 Ese «punto» recuerda ademas el «conjuro de la puerta» citado por Sanchez Ortega (1988: 165): «Diablo Cojuelo/ dame sefial/ de perro ladrar/ de gallo cantar...». M Segin Olga Cacciatore (1977), fa higuera seria todavia el «irbol de tos Exus». Henti Gerges Clouzot, que fué uno de los pocos autores en sefalar la presencia del culto de Ma Padilla cn Bahia, relata haber visto su asentamiento en un Arbol, sin precisar todavia cual (A951: 155). 301 Revista Espanola de Anmropologia Americana 2001, 0.9 31; 293-319 Monigite Augras Maria Padi, reina de fa magia candomblé', dejé clara cierta fusién entre las caracteristicas de una y otra entidad. Las pequefias estatuas de yeso que representan a Maria Padilla obe- decen, sin embargo, a un estereotipo bien diferente de las de Pomba Gira: Padilla cs una joven de color canela, con largos cabellos negros, busto, bra~ 208 y piernas desnudos, ya que su vestimenta sc reduce a una saya corta y arremangada. La Padilla de la higuera esta recostada en el arbol, levantando la saya en una postura de ofrecimiento. Otras caracteristicas muestran, en el pic de las estatuillas, un simbolo —gencralmente pintado— que indica la especificidad de cada una. Para Maria Padilla de los sicte cruceros de Calun- ga, son cruces; para Maria Padilla de las Almas, es una calavera; y para una entidad que solo pude tocalizar una vez, Maria Padilla de las siete catacum- bas, una caja de difunte. A mi pregunta sobre el numero de Padillas, la «mae-de-santo» de un terreiro de umbanda de Niteroi, replica: «Existen un mantin de Maria Padilla. No es posible deseribir Cada «errciro» tiene la suya, y todavia depende si es umbanda, quimbanda v candomble. Pero ex siempre una rei. Umbanda es una religion en franca expansi6n que cada dia incorpora nue- vas entidades, y el caso ‘de Maiia’ Padilla’ evidencia claramente ese proceso. A la pregunta «De donde viene Mari Padilla?», la misma sacerdotisa responde: Depende. Las Maria Padilla vienen de muchos lugares, hay una que viene del Congo, otra de Bahia... Viene de todo lugar Es significativo que la informante slo consigue especificar dos origenes, Congo y Bahia. Aunque insiste en la multiplicidad de origenes posibles, ape- nas remite a las fuentes legitimadoras de siempre, Africa y la «Roma Negra» brasilefa. Sin cmbargo Prosper Mérimée apunta otra pista, Ja de la amante de un rey de Castilla que, ademas, tendria que ver con los gitanos. ¢Como se ha transformado en reina carioea de los cementerios? ia encuesta realizada cn junio de 1988, en catorce establecimientos especisliza- os que entonces contenia el Mercado de Madurcira, en Rio de Janeito. Una excelente des- cripeion de ese mercado, may estimade por todo cl pucblo ae santo» y por los investigado- res, puede ser encontrado et Vogel et al. (1993). Revista Espaiiota de Antropolostia Americana 302 2001, 31: 29319 Monique Augras Maria Padilla, reina de la magia {DE DONDE VIENE MARIA PADILLA? Mérimée, como se ha visto, muestra a Carmen evocando a Maria Padilla como reina gitana que, dicen, tendria embrujado a Don Pedro I de Castilla. EI personaje histérico, que no tenia nada de gitana, era por el contrario una dama de la nobleza, que se vié obscurecido a Jo largo de los siglos por la tra- dicién que la acusé de haber ejercido la peor de las influencias sobre el rey. Si se cree en las palabras del cronista Jean Froissart (1333-1400), su con- temporaneo, «de roi Dom Piétre qui fiit si cruel» no merecia la corona, y no carecia de influencias malvadas para llevar una vida de crimenes. Hijo de Alfonso XI y de Maria de Portugal, Pedro (1334-1369) sucedié a su padre a los quince aftos. La larga serie de guerras que cubrieron de san- gre su reinado, fue originada por las pretensiones de los bastardos del rey fallecido, que abandoné la compafiia de su esposa para unirse a Leonora de Guzman. El testimonio de Froissart esté lejos de representar una opinion. objetiva, pues fue el apoyo de los ejércitos franceses bajo el mando del famoso capitan Bertrand Du Guesclin'? lo que permitid que Enrique de Tras- tamara, hijo de Leonor, derrotase y finalmente triunfase sobre Pedro. Cap- turado en la batalla de Montiel (14 de marzo de 1369), el rey legitimo fué ascsinado a traicién, y la posteridad le ha registrado con dos apellidos opues- tos. Para sus partidarios quedé como Pedro el Justiciero, y para los otros Pedro el Cruel Con la victoria de Enrique era de esperar que prevaleciese la acusacion de crueldad. Romanceros de los siglos siguientes se dedicaron a denigrar la memoria de Pedro y a sefialar culpables. Ahora bien, en una sociedad machis- La expedicién de Du Guesclin, financiada a partes iguales por el rey de Francia, por el rey de Arayén y por el Papa Urbano V, tuvo, ademas de obvios motivos politicos, ¢l objeti- vo de apartar del suelo francés y catalina las «Grandes Compafias», grupos de revoltosos y soldados errantes que se dedicaban al pillaje. Con la absolucién previa del Papa, las Compa- jtias invadicron Castilla y Don Pedro, refugiado en Portugal, se alié con cl principe inglés que centonces gobernabu la Guyenne, consiguiendo derrotar al adversario en la batalla de Najera (3 de abril de 1367) y prender al mismo Du Guesctin mientras que Trastimara lograba escapar. El propio rey de Francia, Carlos V, page el rescate de su capitin, los ejércitos retomaron el tra- bajo y Don Pedro, que se desentendié de su aliado, cometid la locura ~segiin Calmette (1979: 204)— de «buscar ayuda entre los Moros, provocando la revuelta de sus suibditos que se pasa- ron al lado de su adversarion, Froissart, que relata Ta expedicién de Du Guesclin en su Chro- niques, no asistid a nada de eso ya que en esa época estaba en Inglaterra, Al contrario de un testimonio contempordneo, su narracién es en realidad una expresion de la versién oficial, francesa, y obviamente contraria a Don Pedro. 303 Revista Espariola de Antropotogia Americana 2001, n.° 31: 293-319 Monique Augras Maria Padilla, reina de ta magia fa como era Ja cultura medieval'*, ~De donde vienen los escdndalos? De las mujeres, claro, Culpable fué Leonora de Guzman, que robé a Alfonso XI de los brazos de su esposa, Maria de Portugal. Culpable también Maria de Portugal que, abandonada, educé a su hijo para la venganza'®. Culpable asi mismo Blan- ca de Borbon, la desdichada esposa de Don Pedro que, segiin dicen, murié pronto por orden del rey. La vox populi denuncia a Pedro y lo absuelve al mismo tiempo: Blanca -—-que cra hermana de Ia reina de Francia~— habria sido amante de Fadrique, otro bastardo del fallecido rey y al que Pedro habria mandado matar para vengar su honra. Hoy los historiadores son de Ja opinion de que [a retna probablemente murié por enfermedad", En lo referente a Fadrique, es cierto que el rey no le mandé matar para proteger su trono. Sin embargo en los romanceros la gran culpable de todo fué Maria Padilla, favorita de Don Pedro desde 1352 hasta su muerte en 1361. Hija legittma de Diego Gareia de Padilla, Seftor de Villareja, fue presentada al joven rey por Juan Affonso de Albuquerque que contaba con su apoyo para mantenerse como consejero de Pedro, Se convirtié en su amante y de él tuvo cuatro hijos, Beatriz, Constanza, Alfonso e Isabel. Fn el mis- mo_aiio en que se conocieron y se enamoraron, en 1352, el rey se vio obligado por razones dinasticas a desposar a Blanca de Borbén. Se dice que, al tercer dia de las bodas, Pedro dejo a la joven esposa en Vallado- Hid y huyo a Toledo donde Maria lo esperaba'?. El tenia dieciocho anos y olla quince. Durante su vida Pedro no parece haber sido muy cuerdo en lo que se refiere a fas mujeres. Tuvo muchas amantes, pero Maria permanecié como favorita. Cuando ella fallecié, en 1362, poco despues de fa reina, el rey Hevé Ver a este respecto, por cjemplo, Gerages Duby, Male Moven dge— De UAmour et andres essais, Paris, Flammarion, 1988 En cuanto subid al trono Pedro mando matar a la amante de su padre Esta no es ka version de Proissart, que cita fas adverteneias que habria recibide F ice de Biswaye, dama de honor de la pobre reina: «Dame, satwes-vous, car sé fe rot Dam Pid= te fsief vous tient, il vous ferw mourir ou metira en prision, tant ext fort courroucé sur vous, pourtant que vous avez dit et témoigné gue it fit mourir ex son lit la voine, sa femme, la set au duc de Bourbon ot d la reine de Frances(1982; $44). FA cronista no hace la menor alusion ila acusacidn de adult 10, cela va sans dive. Extraje esos informes sobre la vida y la descendencia de Maria de Padilla a partir de ta entrada que be dedicat la Fneictopedia Espasa-Caipe (1930), Revista Espariola de Aniropotagia Americana 304 2001, ne 3 293319 Monique Augras Maria Padilla, reina de la magia luto. Declaré ptiblicamente que la habia desposado secretamente y solicits a las Cortes la legitimacién de sus hijos, ademas de la concesin, post mortem, del titulo de reina de Castilla y Leén para la fallecida Maria. Como al mismo tiempo Pedro estuvo casado con Blanca, la solicitud resultaba bastante extrafia. A los poderosos, sin embargo, les era facil obte- ner los testimonios que necesitaban y, aunque el sapo fucse de un tamafio regular, el arzobispo de Toledo tuvo que tragarlo, Los pequefies principes fueron legitimados, y su madre fué enterrada con todas las pompas reales en la catedral de Sevilla, al lado de San Fer- nando. Alfonso murié pronto de infelicidad, y como se ha dicho, el reino pas6 finalmente a manos de Enrique de Trastamara. Beatriz se hizo monja en el convento de Tordesillas, Constanza se casé con John de Gaunt, duque de Lancaster e Isabel con el hermano de éste, Edmund de Langley, duque de York. Pero la descendencia posterior de Maria de Padilla merece una nota. Su hija Constanza fué madre de Catalina de Lancaster, que se casé con Enri- que Ill de Castilta que cra a su vez, cl nicto de Enrique de Trastamara. Engendraron a Juan II de Castilla que, unido a Isabel de Portugal tuvo como hija a Isabel, mas conocida hoy como Isabel | la Catélica. (1451- 1504). Como puede verse, la reina que juntamente con su esposo Fernando de Aragén (descendiente también de los Trastamara), emprendié la gran Reconquista de Espafia y, en 1478 instituyé el imperio de la Inquis jtataranieta de aquella que Hegaria a scr invocada por las hechiceras ibéri- cas y que hoy conocemos como reina de la magia en Rio de Janeiro! La his- toria real no cs menos fascinante que «cer autre réel, |'imaginaire» (Le Goff, 1985, p. II). En la sangre de los descendientes los enemigos se recon- cilian, los perseguidores se encuentran, y una reina celosa del triunfo de la Cruz es pariente, en linea directa, de la reina carioca de los siete Cruceros de los cementerios. LOS DICHOS DE LOS ROMANCEROS Al parecer, fa nueva dinastia de los Trastémara fué beneficiosa para Cas- tilla, desarrollndose el pais bajo el reinado de Enrique. Para reforzar el poder del nuevo rey se extendieron rumores que desacreditaban a Don Pedro y a sus mujeres. Los trovadores transcribicron cn verso esos rumores. Se compuso el Ciclo de Don Pedro el Cruel. 305 Revista Espanola de Antropologia Americana 2001, n 34: 293-319 Monique Augras Maria Padilla, reina de la magia «Entre unos, Secreto; entre oes se publica, no se sabe por mas cierto de que el vulgo lo decia» Santullano 1968: $61). El «Ciclo» relata los crimenes del rey y las intrigas de Maria de Padilla Ba insinuar algo sobre las relaciones entre la reina y Fadrique, para que el rey de inmediato lo mande matar. chin to hubo dicho da cabeza le han cortado; a doka Maria Padilla en wi plato te hd enviado» (ibid.: 566) Si cl humor de Maria esta sombrio, Pedro decide alegrarla y para cllo ordena Ja muerte de la reina. Blanca se despide de la ra cristiana: la como un verdade- «0 Francia mi dulce tierra O mi casa de Borbon! 6.) El rei no me hd conocido con las virgenes me veo. Dofia Maria Padilla Esto te perdono yo; por qutarte de cuidade lo hace ef rey mi senor» (ibid.: 572 Sin embargo, se queja de haber side abandonada por el rey: «Posesin tomé en la mano mas no se ta tomé, en el alma, por se la dus primera «i oira mas dichosa ama; a una tal dohu Maria que de Padilla se lama y deja su misma esposa por una manceba falsa fibid.: 568) Nace fa Ieyenda en Ja cual Mérimée se apoyara: Reviste Espanola de Anropotogia Americana — 306 2001, 0" RID Monique Augras Maria Padilla, reina de ta magia «Wile una cinia a don Pedro de mil diamantes sembrada pensando enlazar con ella lo que amor bastardo enlaza; Inibola dona Maria que cuanto pretende aleanza; eniregélo a un hechicero de la hebrea sangre ingrata; hizo parecer culebras las que eran prendas del alma y en este punto acabaran la fortuna y mi esperanza» (ibid.: 369). Es interesante que la version divulgada por Mérimée, cuatro siglos mas tarde, presente importantes modificaciones: «On a accusé Marie Padilla d’avoir ensorcelé le rei don Pédre. Une tradition populaire rapporte qu'elle avait fait présent 4 la reine Blanche de Bourbon, d'une ceitre d'or, qui parut aux yeus facings du roi comme un serpent vivant. De lé la répugnance qu'il montra toujours pour la mathereureuse princesse» (1847: 189, ». 47). Los cambios merecen un comentario, En la versién que se podria consi- derar original, ya que Santullano (1968) la situa en el siglo XIV © XV, poco tiempo después del fallecimiento de los protagonistas, fa reina Blanca es quien da el cinto al rey, y Maria recurre a los sortilegios de un hechicero judio para darle un aspecto amenazador'®. En la nota de Mérimée, es Maria quien manda hacer el cinto hechizado para uso de la reina. Ella tiene la ini- ciativa, ofrece el regalo y actita como hechicera. Ademas, como se ha visto mas arriba, el texto del novelista francés presenta a Marfa Padilla como habiendo sido «la grande reina de los gitanos», mientras que en el Romance- ro la hechiceria es atribuida a un mago judio. 'S tra variante del Ciclo de Don Pedro, citada por Marlyse Meyer (1993: 32) da la mis- ma versién: «La reina al Rey habia dado/ Una cinta muy rica/ De oro muy bien labrado/ Con perlas piedras precioxas/ Ceniala el rey Don Pedra/ con placer, de muy buen grado/ Porque se Ja dié la Reina/ que de é era muy amado/ Dota Maria Padilla/ La cinta hubiera en su mano/ Diébla en poder de un judio/ Que era migico y sabio/ Puso en ella tales cosas/ Que al Rey mucho han espantado’ Culebra le ha semejados. 307 Revista Espaitola de Antropologia Americana 2001, n.° 31: 203-319 Monique: Augras Maria Paditta, reina de la magia Como se vera mas adelante, la aludida relacion de Padilla con los gitanos parece un tanto anacronica. En el siglo XIV los gitanos ni siquiera habian le- gado a fa Europa Occidental!” y eran, de hecho, los judios y los moros los que podria decirse tenian el casi monopotio de las acusaciones de hechiceria No sorprende, por lo tanto, el recurso a fas artes de la «ingrata sangre hebrea» para transformar cl cinto de diamantes en horrible culebra. En la tradicion judeo cristiana Ja serpiente representa por excelencia un avimal demoniaco, ¢ incluso hasta al propio demonio. Ademas, Chevalier y Gheerbrant (1973) Haman la atencion sobre su antigua relacién con los cul- tos ctonicos relacionados con fa fecundidad femenina. En ambas versiones, la original y Ja romantica, es evidente la referencia sexual. Por medio de un cin- turon la reina Blanca desea «enlazar aquello que el amor bastardo enlaza», o sea, atraer para si los deseos det esposo, En Ja medida en que el cinturon encantado es visto como una serpiente por el rey, la esposa asume un aspee- to falico, Al ofrecerle el cinturén pone al rey frente a Ja negacién de su pro- pia virilidad. La mujer sumisa se transforma en criatura hermafrodita, pode- rosa y temible. En la version de Mérimée quien usa el cinto es la reina y, por consiguiente, a los ojos del rey, aparece como mujer filica cuyo prototipo es Lilith, la mujer-serpiente, En ambos casos es patente fa amenaza de castra- cién debido a la revelacion de un poder que junta a tos dos sexos en uno solo. En este punto da Jo mismo una version que otra La hechicera (Mérimée) 0 Ia cliente del hechicero (Romancero) cs Maria de Padilla. Pero es la reina Blanca quien asume la silueta de Lilith, sugirién- dose asi una extraia identidad entre las dos, Blanca o Maria. Culpable 0 ino- cente la mujer siempre tiene que ver con el diablo. La historia de las mujeres de Don Pedro es nada mas que la revelacin del terrible poder femenino. Pero hoy el imaginario popular sélo ha retenido ja imagen de la amante, que encarna mejor el ambito de fa transgresion. MARIA PADILLA LLEGA A BRASIL. Los romances de final de la Edad Media, recitados en las cortes y en los castillos, son recogidos y reorganizados en la época clasica, cuando él teatro En Francia, las primeras Crinicas que relatan su Hlegada datan de comiensos det siglo XVé nis exactamente de 1419. En Espafa, llegarian aproximadamente en 1427. Aunque el roman- cero estuviese floreciente en aquells époes, ent atin muy pronto para ineluirlos en fa namrativa Revista Espatola de Antropoloxia Americana 308 2001, no 31: 293-319 Monique Augras Maria Padilla, reina de la magia espaiiol se inspira en los muchos dramas del Siglo de Oro. Con el triunfo del clasicismo, el Romancero «se refugia en las aldeas apartadas y en el campo, entre personas menos letradas» (Menéndez Pidal 1962: 33). Gracias a las rimas y a su ritmo peculiar, los romances se memorizan facilmente y, a cau- sa de la union entre Espafia y Portugal (de 1580 a 1640), se extienden por toda la peninsula Ibérica. Después atraviesan los mares y gran parte de la literatura nordestina de cordel deriva directamente de las maravillosas histo- rias de la Europa medieval, transmitidas por la cultura popular ibérica Pero hasta e] momento no me ha sido posible encontrar en esa literatura de transmisi6n casi exclusivamente oral, cl menor vestigio del Ciclo de Don Pedro el Cruel ni, por consiguiente, de los maleficios de Maria Padilla. Segin parece, ella Hegé a Brasil por otros caminos. En 1713, la portuguesa Antonia Maria, natural de Beja, es condenada a la deportacién por hechicera. Enviada a Angola acaba sin embargo —no se sabe por qué— llegando a Brasil en 1715. Fija su residencia en Recife y vuelve enseguida a las practicas magicas. La Inquisicin la reencuentra y, entre las partes del proceso, Laura de Mello e Souza revela la utilizacion, por parte de la hechicera de Beja, de una curiosa formula: «Antonia batia no chio com trés varas de marmelo, invocava Barrabas, Satands, Caifas, Maria Padilha com toda sua quadril- ha, Maria da Calha com toda a sua canalha» (Mello ¢ Souza 1986: 168; el subrayado es mio). Esta claro que tal oracién no era propiedad exclusiva de Antonia Maria. Barrabas, Caifas, Herodes y hasta el mismo Poncio Pilatos estaban continua- mente presentes en las formulas magicas de los hechiceros portugueses. En el libro publicado en 1894, y dedicado a las Diabluras, Santidades y Profe- cias, Augusto ‘Teixeira de Aragio encontré, en los archivos de la Térre do Pombo, la pista de otra Maria Antonia, «mas conocida como Maria Paixao», natural de Porto, que fue deportada a Brasil en mayo de 1633, asi como la de Anna Martins que, con mas de noventa aiios, curaba tanto por las oraciones a los santos como por Ja evocacién de Barrabas 0 «el poder de Caifas». En el Portugal sctencentista, otra bruja evocaba a Maria Padilla para proteger a una cliente del marido celoso: «Por Barrabas, Satanas, Caifas, y Maria Padilla con toda su cua- drilla ablandasen el corazén del dicho...». 309 Revista Expaiola de Anopologia Americana 2001, n° 31: 299-319 Monigue Augras Marie Padilla, reina de ta magi Todo Ileva a suponer que las hechiceras portuguesas ya se habian acos tumbrado a ver en Maria Padilla un espirite poderoso y sin duda maligno, puesto que en las oraciones Ia asociaban con el nombre de los malos del Nue- vo Testamento y hasta con el propio Satanas. La dispersion del romancero de Don Pedro parece haber propiciado esa reinterpretacidn del personaje histé- rico de Maria de Padilla, para mas adelante transformarla en imagen infernal, con séquito oliendo a Acido sulfiirico. Antes hipotética cliente de un hechice- 10 judio, se eleva ahora a Ja condicion de patrona de las hechiceras. Laura de Mello © Souza, a quien debemos el descubrimicnto de Antonia Maria, la hechieera de Beja, y del uso de ta oracién de Maria Padilla en Bra- sil en pleno siglo XVIII, prosiguiendo cn sus investigaciones. afirma que, cn Jos primeros procesos de destierro por hechiceria, a mediados del siglo XVI, ya encontré «cuatro casos de oraciones que invecaban & Maria Padilla, existien- do noticias de decenas de cllas en cl Brasil setecentista, asuciadas siempre con otros elementos de las oraciones de conjuro» (1993: 93) La relacién de Maria Padilla con los gitanos no parece tan evidente. Consta que el rey de Portugal Don Jodo V hizo desterrar a todos los gitanos portugueses y espaioles del Reino de Brasil en 1718 (Barby 1965). Otros ya habian Iegado antes, condenados la mayoria por robo. Aunque hoy dia la asociacin de los gitanos con la brujeria se ha convertido en un topico. nada permite afirmar que ellos hayan traido a Maria Padilla en sus equipajes. El notable trabajo de Maria Helena Sanchez Ortega, sobre La Inquisiin y lox gitanos (1988) proporciona una base segura para situar los limites de tal hechiceria gitana, Demuestra que todas fas practicas que les fucton atribui- das, eran ya parte de las tradiciones espaiolas antes incluso de que los gita- nos Hegasen a Ja peninsula. Al analizar procesos de la Inquisicién observa que la. «en el caso de los gitanos no aparece ningiin caso en ef que algiin miembro haya sido procesado por un delito en el que no hubieran incurrido también los castellanos viejos» (Sanchez Ortega 1988: 52). La capacidad de los gitanos para adaptarse a las costumbres y ereen- cias de los lugares recorridos, fué algo asumido por todos los autores Henriette Asso (1994) muestra que, segtin en el pais donde se estableci- Revista Expaitota de Animpotoggia Ames 2001. nf 34: 298-319 wm 310. Monique Augras Maria Padilla, reina de ta magia an, pasaban con la mayor naturalidad a profesar la religion catdlica, el islamismo y, hoy dia, el pentecostalismo. Al penetrar en la Europa ociden- tal, justificaban su periplo diciendo haber sido cristianos en otro tiempo, después apéstatas, y al ser reconvertidos habian recibido del Papa, como penitencia, la obligacion de viajar hasta llegar a Santiago de Compostela”. Nada sorprende, por lo tanto, que durante ese periodo incorporasen las costumbres espaiiolas. Sanchez Ortega pasa revista a las praticas magicas de los no-gitanos (1988: 97-234), y levanta un riquisimo acerbo que en nada difiere de las practicas medievales semejantes”!, Entre las diversas oraciones destinadas a sortilegios de amor, encontramos dichos idénticos a los de las brujas portuguesas ya conocidas y, como no podria dejar de ser, la evocacién de Maria Padilla; «Yo te conjuro/ por doa Maria Padilla/ con toda su cuadrilla/ por el marqués de Villena/ con toda su gente/ por la mujer de Sata- nis/ por la mujer de Barrabas/ por la mujer de Belcebii...». La nica diferencia se debe a la evocacién de las «mujeres» de los res- pectivos diablos, como si, para los efectos del amor, hechos por mujeres y para mujeres, las pricticas se debiesen mantener dentro de los limites del mundo femenino. Pero otras brujas de Valencia recurren a la oracién mas cla- sica: «Por Barrabis, Satands y por Lucifer/ por dofia Maria de Padi- lla/ y toda su compaiiiay (ibid). Lo que interesa es el poder de las potencias infernales. Est claro que las gitanas, al establecerse en Espaiia, habrian de benefi- ciarse de esa tradicidn. Extrafios y marginales en relacidn con las sociedades que recorrian, los gitanos se situaban, casi naturalmente, en el peligroso y 20 alls se disaient tres bons chétiens ct étaicnt de Ia Basse Egyte, et encore desaient qu’ils avaient été chétiens autrefois et n'aveient pas grand temps que les chétiens les ient subjugués et tout leur pays, et tous fait baptisés et mourir ceux que ne voulaient pas Vétre (...) le pape leur avait donné pénitence d’aller dix-set ans parmi le monde, sans cou- cher en lict» [texto de 1427, citado por Asséo 1994: 22-23]. La autora destaca la curiosa inversion que Heva a esos «extrahos romeros» a seguir un itinerario inverso al de las Cru- zadas (ibid.). 21” No olvidemos que los gitanos llegaron a Espana a comienzos del siglo XV. 311 Revista Espafola de Antropologia Americana 2001, n° 31: 293-319 Monique Augras Maria Padilla, reina de ta magia poderoso reino de las margenes, en aquel intermedio donde todo es posible y donde circulan las potencias del caos*?. Se fueron encuadrando en aquello que Maria Helena Sanchez Ortega Hama «o mito da tribo magica», sacando partido de su propia ambigiiedad para sobrevivir y, por consiguiente, espe- cializindose en todo aquetlo que estaba situado fuera de las buenas costum- bres: adivinacién, robo, brujeria, y todos los tipos de «pillerias» posibles. Nacia asi un estereotipo en vigor hasta hoy dia Con relaci6n a los gitanos espaiioles, Sanchez Ortega atribuye gran par te de esos clichés a ta obra de George Borrow, «don Gorgito el inglés», misionero que recorrié Espafia a principios del siglo pasado y que, habien- do convivido realmente con los gitanos, dejé relatos en los que se mezclan informaciones etnograficas y devancos literarios 0, como ella dice, «a caba- Ho entre la imaginacion y la realidad» (p. 301). Fue entre sus paginas don- de la autora localizé ta cita [eno encontrada en ninguna otra fuente] del conjuro del que Mérimée se hari eco algunos afios mas tarde: «se Jo defie- lo a Padilla romi» (cit, p. 262). No hay nada mas lagico que Maria de Padi- Ha haya sido incorporada al arsenal de las oraciones gitanas en el Siglo XIX. Pero parece un poco arriesgado que esa simple mencidn baste para hacer de ella Ja «gran reina de los gitanos»**, Prefiero, por ahora, dejar esa hipotesis en cl campo de la literatura romantica, !o que no constituye una contradiceion, Ademas fué exactamente por ese camino, asi como otros investigadores que me precedicron, por ef que he tlegado a interesarme por las origenes histéricos de Maria Padilla, reina de la magia en Rio de Janei- ro. Aunque hubiera habido gitanos en Brasil antes de su deportacion, por asi decir «oficial», la hipdtesis de que cila habria Hlegado en sus equipajes parece poco econdmica, visto el gran ntimero de hechiceras portuguesas ya deportadas a lo largo del periodo colonials. Y cuando el-rey D. Joao V resuclve expulsarlas, hacia tiempo que, como decia Antonia Maria, la hechicera de Beja, «Maria Padilla con toda su cuadrilla», habia arribado a nuestras playas. Ver, al respecto, M. Augras, O que é tahii, Sao Paulo, Brasiliense, 1989. Al respecto ver kit monografia de LC, Pauta Carvalho, tmafriginatidade vigama, S30 Paulo. USP, 1989. * Ademis de eso, Sanchez Orteya no deja de destacar que el apersoniie de Mérimse es Probable que esté mas lejos de la realidad que las gitanas de Lope de Vega y Cervantes» (p. 256) * No puedo dejar de indicar que, en Ia umbanda-quimbanda, existen numerosas entida- des Haniadas gitanas (cf Paula Carvalho 1989), Pero todas estan incluidas en la categoria de Pomtba Gira, no de Maria Padi, Revista Espanola de Antropologia Americana 32 2001, 9." 31; 293-319

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