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Disefios de investigacién Metodologia en tesis de ciencias sociales Karina Ansolabehere Fernando Cortés Liliana Martinez Gisela Zaremberg (Editores) FLACSO Diseios de investigacion : metodologta en tesis de cieniclas soeiales / Karina "Ancolabehere ly otros tres] (editores). ~ México : FLACSO México, 2018. 189 paginas :ilustraciones, grficas ; 23 cm. ISBN 978-607-8517-30-5 1. Investigacion Social ~ Metodologia 2. Ciencias Sociales = Metodologle 3, ‘esis y Disertaciones Acacémicas — Investigacion ~ Metodologla 4, Educacion Supenet — Investigacion ~ Metodologa |. Ansolabehere, Karina, editora I, Cortés, Fernand, 1941, editor il, Martinez Pérez, Liana, editora IV. Zaremberg, Gisela, editora a edicion: julio de 2018 © 2018, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede México stera al Ajusco 377, Héroes de Padiena, Tlalpan, 14200 Ciudad de México ‘flacso.edu.mx| public@flacso.edu.mx 978-607-8517-30-5 libro fue sometido a un proceso de dictaminacién por parte de académicos externos nacionales ‘ernacionales de acuerdo con el Consejo Editorial de la Flacso México. «da prohibida la reproduccion parcial o total, directa o indirecta del contenido de la presente obra, ‘ontar previamente con la autorizacion por escrito de los editores, en términos de la Ley Federal Derecho de Autor y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables. eso y hecho en México. Printed and made in Mexico. indice 49 69 115 145 167 Estudio introductorio Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liliana Martinez, Gisela Zaremberg I. Notas sobre la indagacién de un proceso politico Francisco J. Cantamutto Il. Apuntes sobre una explicacién no causal en una tesis de ciencias. sociales: el acaparamiento de tierras en Argentina Agostina Costantino Ill El disefio teérico y los estudios de caso como estrategia de contraste. Caminos para estudiar la institucionalizacion de la defensa de los derechos humanos Jairo Antonio Lopez Pacheco IV. Disefio de investigacién: operacionalizacién, variables de control y modelaje empirico Isaac Cisneros V. Busqueda y construccién de un objeto de estudio: las empresas mexicanas de la industria aeronautica Juana Hernandez Chavarria VI. Gestién comunitaria del agua, entre la teoria y la realidad Carolina Escobar Neira Estudio introductorio Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liliana Martinez, Gisela Zaremberg Introducci6n El presente volumen es parte de una coleccién desarrollada por la Flacso Mé- xico desde 2013 con el objetivo de que los estudiantes de doctorado reflexio- naran acerca de los diferentes tipos de dilemas y problemas metodolégicos que enfrentaron en la elaboracién de sus tesis. Es una coleccién que tiene el propésito de complementar el aprendizaje de la metodologia de los estudian- tes de posgrado partiendo del andlisis de experiencias concretas de resolucién de problemas en las diferentes etapas del proceso de investigacién. El primer volumen: El helicoide de la investigacién, se concentré en las particularidades del planteo de problemas de investigacién en ciencias sociales. El segundo: Del modo de investigacién al modo de exposicién, profundiz6 en los problemas de la comunicacién de los resultados de una investigacién original. El libro que ahora se presenta, y tercero de la serie, se ocupa de los as- pectos relativos al disefio de una investigacién. De esta manera se da conti- nuidad a los volimenes que abordaron los diversos procesos vinculados al problema de investigacin y a las tensiones que surgen en el paso del modo de investigacién al de exposicién. A fin de acotar el tramo del proceso de investigacién en el que se centra este libro, se invité a los estudiantes a reflexionar acerca de su investigacién desde la definicién de las hipétesis o conjeturas de investigacién hasta la re- coleccién y el andlisis de los datos. La pregunta que se buscé responder en los capftulos fue por qué se eli- gid determinado disefio de investigacién y qué modificaciones sufrid como 7 8 * Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liliana Martinez, Gisela Zaremberg producto de la recoleccién de las evidencias empfricas. Las y los estudiantes de doctorado de Ia Flacso México afrontaron esta pregunta mostrando di- ferentes concepciones sobre el disefio de investigacién y diversas tensiones entre aquel que habian previsto y la interaccién de este con las evidencias, Sin embargo, un aspecto que afloré durante la elaboracién de este ma- terial fue la escasa claridad en cuanto a qué se entiende por disefio de inves- tigacién, Este imprevisto llevé a los editores de este libro a indagar acerca de cémo ha evolucionado dicho concepto, as{ como de las diversas concep- ciones contempordneas que coexisten sobre ese término. Dada la relevancia pedagégica de la pesquisa, sus resultados se han integrado a este estudio in- troductorio, de tal modo que en su primera parte se resefian los conceptos de diseho de investigacién que prevalecen en la actualidad y se buscan sus raices en el tiempo desde la segunda mitad del siglo xx, presentando des- pués una descripcién de los capitulos que componen el libro, enfatizando en aquello que se relaciona con el disefio de investigacién. Los diferentes signi icados de los disefios de investigacion Un disefio de investigacién es un conjunto de operaciones cuyas fases prin- cipales son (i) el plan! y (ji) la estructura de la investigacién, las cuales orientan (iii) la recopilacién de evidencia empirica ttil para genetar res- Para evitar malos entendidos es necesario precisar qué se entiende en este texto por plan, proyec- toy cisefio de una investigacién. El plan es el mapa que muestra a grandes rasqos la trayectoria ‘que se espera siga el proceso de investigacién y suele jugar un papel central en los procesos de seleccion de postulantes a programas de doctorado. €! proyecto de investigacién incluye el tema tratado en el estudio, asi como |a delimitacién del problema y su localizacion en el cuerpo te6- rico pertinente y en relacién con los resultados a los que han llegado los andlisis previos, incluye ademés el planteamiento de las hipstesis tedricas que serdn investigadas, sus correspondientes expresiones empiricas, asi como el proceso de hacer observables los conceptos contenidas en ellas, las técnicas que se emplearén para disponer de mediciones confiables y vélidas y las formas de tratamiento de la informacion. €! dfserto de investigacion, como se veré en este texto, suele entenderse como una profundizaciOn (respecto del proyecto de investigaci6n) en el tratamiento de las hipotesis que conduce a enfocar la atencién en la estructura de las relaciones entre los in- Estudio introductorio « 9 puestas a lao las preguntas de investigacin (Davies, 2006: 266; Kerlinger y Lee, 2000: 449-450). La importancia relativa de los componentes del disefio —el plan, la estructura y la informacién— varia en funcién de las fases por las cuales atraviesa la investigacién. En algunas etapas predomina el plan, en otras, la estructura, y también las hay en las que el interés se traslada al plano empirico. El esquema general de la investigaci6n delinea lo que hard el investiga- dor para responder la o las preguntas que orientan el proceso. Tal esque- ma debe contener la idea general del problema que se propone abordar, las posibles respuestas provisorias (hipétesis), sus consecuencias empiricas, la delimitacién de las unidades de observacién, la disponibilidad de informa cidn, la estrategia para recabarla y sistematizarla, y los métodos de andlisis adecuados para su tratamiento. Por ejemplo, en el proceso de elegir a los mejores aspirantes a un pro- grama de estudios de posgrado, uno de los requisitos frecuentes suele ser que ellos presenten el proyecto de investigacién que desarrollardn si fueran aceptados. Es claro que la exigencia no consiste en un proyecto con un dise- fio ya completo, sino que este se elaborard y afinars en el transcurso del pos- grado: lo que se pide en la postulacién es solo un boceto de la investigacién de tesis. En este caso, la idea de disefio se limira a la presentacién del plan. Conocer los intereses de investigacién de los postulantes, su concordancia con las Iineas de investigacién de los profesores y la coherencia interna de los planteamientos de su proyecto, proporciona informacién valiosa para orientar la seleccién de estudiantes afines al programa docente. La estructura del disefio refiere al conjunto de relaciones entre las va- riables, indicadores, indices y registros empiricos de los hechos. Y ella se puede expresar en diversos lenguajes: ecuaciones o sistemas de ecuaciones, diagramas, grdficas y aseveraciones expresadas en palabras o en el lenguaje de la logica. dicadores (de los conceptos tebricos) y en los procedimientos para obtener y construir los datos apropiados para la investigacién 10 © Karina Ansolabehere, Fernando Cortes, Liliana Martinez, Gisele Zaremberg Para evitar confusiones es necesario distinguir entre las relaciones que li- gan los conceptos que conforman la estructura teérica y las asociaciones entre indicadores, indices, variables y registros empfricos de distinta naturaleza que hacen observables los conceptos. Es de las relaciones teéricas entre estos tilti- mos de donde se derivan las relaciones empiricas esperadas. Por ejemplo, una cosa es establecer en el cuerpo de una teorfa la hipétesis de que la pobreza inhibe la participacién electoral, causa violencia social, destruye la cohesién social o provoca anomia; y otra muy distinta el establecer cémo se expresan empiricamente los vinculos entre esos conceptos: los indices o categorias de pobreza, las mediciones de la participacién electoral, y de la forma como se hacen observables la cohesién y la violencia social, asf como la anomia. Né- tese que el ensamble entre los planos teérico y empitico puede originarse en el Ambito de la teoria, es decir, siguiendo el camino deductivo, o desde el dominio empirico para llegar a lo tedrico via la induccién. Seguir una de es- tas alternativas dependerd del tipo de investigacién (King, Keohane y Verba, 2000: 23) 0 del momento del helicoide que esté transitando dicho proceso (Aibar et al., 2012: 13-19; Gobato, 2012: 81-106). Este segundo aspecto del disefto de investigacién suele predominar en la etapa de la discusién del proyecto de inyestigacién. Corresponde a las operaciones metodolégicas —que consisten en localizar el problema de in- vestigacién en el corpus del conocimiento acumulado asi como en el Ambito tedrico—, el enfoque conceptual con el que se abordard el estudio, los mé- todos que se emplearsn y las hipétesis® centrales con que se inicia la investi- gacién. En esta fase predomina el andlisis de la consistencia légica entre las diferentes partes. 2 Ena siguiente seccién se volvera a este tema 3. El término hipdtesis se usa en sentido amplio y engloba a las simples ocurrencias, generaliza- ciones empiricas, hipdtesis tedricas no sometidas a contraste empirico e hipétesis convalidadas, es decir, ya contrastadas con la evidencia. Ast, a pesar de que las Investigaciones exploratorias, frecuentemente abogan por no formular hipétesis al inicio de la investigacién, en general se apoyan por lo menos en ocurrencias (una de las formas que asumie el concepto amplio de hipd- tesis), que se refinan @ lo largo del proceso investigativo. Estudio introductorio * 11 Con base en el plan y la estructura del disefio de investigacién se cons- truye la evidencia empirica necesaria para, segtin sea el tipo de investiga- cidén y la posicién metodolégica que sustente el investigador, proponer hipétesis por generalizacién empitica, describir las caracteristicas y atributos de los observables, y someter a prueba las consecuencias observacionales de- rivadas de los enunciados conceptuales (Stinchcombe, 1987: 15-28). El tercer rasgo del disefio de investigacién prevalece en la fase de capta- cin de informacién y andlisis. Con el plan y la estructura se especifican las técnicas de recopilacién de la informacién que dard pie a la construccién de las variables o los registros empiricos de los atributos que interesan y las unidades que se observardn: personas, hogares, empresas, comunidades, unidades productivas agrarias o industriales, paises, regiones, etcétera. Las variables, que son indicadores, indices 0 registros empiricos de los concep- tos, representan las propiedades tedricamente pertinentes de esas unidades* y los métodos de andlisis ayudan a hacer visibles las estructuras de relaciones que permiten elaborar inferencias de las asociaciones entre los conceptos, y proporcionan los instrumentos para validar empiricamente las hipétesis. A pesar de que en esta concepeién del disefio se alude a las posibles técnicas E! proceso que vincula los conceptos con los indices @ indicadores fue desarrollado bajo el nom- bre de operacionalizacién, o definicién operacional, en el ya clésico articulo de Lazarsfeld, “De los conceptos a los indices empiricos”. Sin embargo, en un trabajo posterior, Blalock incorpora la operacionalizacion como parte de! proceso de medicién en las ciencias sociales, setalando {que “los te6ricos de la saciologia a menudo usan conceptos que estan formulados en altos ni- veles de abstraccién. Estos son muy diferentes a las variables de que disponen los socidlogos empiricos [...]. Fl problema de tender el puente entre la teorle y la investigacién debe verse ‘como error de medicion” (Blalock, 1968: 6, 12). Lo que conduce a Zeller y Carmines (1979: 10) 2 definir le medicin en ciencias sociales como el proceso de ligar conceptos abstractos con in- dicadores empiricas. Se abre ast la puerta para considerar los problemas de confiabilidad (erro- res de medicion) y validez de la medicion en clencias sociales, dando cabida al uso de técnicas estadisticas relativamente sofisticadas. Por otra parte, estos desarrollos abandonan la definicion restringida ampliamente utilizada en las ciencias naturales y sociales, que por lo demas es la més popular, segun la cual medir “es la asignacién de nimeros a objetos o eventos de acuerdo a reglas” (Stevens, 1951: 22). 12 + Kerina Ansolabehere, Fernando Cortés, Lilana Martinez, Gisela Zaremberg para contrastar las regularidades que se derivan de la teorfa con los datos, el centro del interés es la generacién de la informacién, La descripcién de los componentes del disefio de investigacién tiene un fin expositivo, ya que en cada momento y paso de la investigacién estén presentes sus tres elementos fundamentales, aunque con pesos variables en las distintas etapas. Esto es claramente perceptible durante el avance en la realizacién de una tesis de posgrado. Como ya se dijo, al inicio predomina la fase de planeacién, luego viene la discusién de la estructura de relaciones entre conceptos y de sus vinculos con sus expresiones observables, para fi- nalmente llegar al andlisis de la informacién y a los métodos y técnicas de andlisis. Sin embargo, la variedad de situaciones que se observan al examinar los disefios de investigacién en acto no solo difieren por las importancias rela- tivas que adquieren sus componentes durante las distintas etapas de la in- vestigacién, sino que también interviene la evolucién que ha tenido dicho concepto en las tiltimas seis 0 siete décadas. Una mirada retrospectiva de los avances del conocimiento metodold- gico relativos a los disefios de investigacién en las ciencias sociales, permite distinguir tres etapas que se ordenan de acuerdo con el tratamiento de la causalidad: i) las primeras conceptuaciones, i) el predominio experimental y iii) la fase observacional. Asi, la variedad de los disefios que emplean las investigaciones en acto depende tanto de la preeminencia de sus componentes ligada al proceso in- terno de su desarrollo, como a su ubicacién respecto de las etapas tempora- les por las que ha atravesado el conocimiento metodolégico sobre el tema. En la préxima seccién se caracterizan y desglosan los tres ciclos que se han identificado, y alli el tema latente serd el establecimiento de las relaciones causales con una base en datos. ‘Ademiés, las complicaciones no se agotan al considerar las dos dimensio- nes subyacentes a la variedad en los disefios de investigacién (del proceso de investigaci6n y del desarrollo metodolégico), pues también hay que tomar en cuenta que los estudios pueden ser de naturaleza correlacional o expe- rimental de acuerdo con los procedimientos que se empleen para producir Estudio introductoria + 13 los datos. Como se verd, una vertiente de los disefios de investigacién hunde sus rafces en las ideas centrales de la tradicién experimental, aunque en los hechos no se leven a cabo experimentos en sentido estricto. Otra importante corriente en las disciplinas sociales —que ha seguido su propia légica de evolucién— es la perspectiva correlacional. En esta la informacién no proviene de experimentos sino de la observacién. En toda observacién de un hecho (acontecimiento, proceso, fenémeno o sistema) (Bunge, 1979a: 717-720) participan un sujeto, las circunstancias y los ins- trumentos de observacién (Bunge, 1979a: 730). De estos uiltimos, los mas populares para recabar informacién son el cuestionario —que se utiliza tanto en combinacién con el muestreo estad{stico, como con los censos 0 el mues- treo intencional—, las entrevistas —en sus diversas formas— y los andlisis de textos. Un amplio grupo de andlisis en torno al conocimiento metodolégico relativo a los disefios de investigacién en las ciencias sociales basados fun- damentalmente en la observacién no se ordena en relacién con la proble- matica de la causalidad, sino en torno a la comprensién, la argumentacién narrativa y la autenticidad de las conjeturas ¢ interpretaciones propues- tas por el investigador cuando este examina la informacién relativa al caso de estudio. Estas aproximaciones se interesan en el proceso de observacién como una dindmica autorreflexiva ¢ intersubjetiva del investigador o los investigadores y el o los investigades, en destacar la simultaneidad de las temporalidades (pasado-presente-futuro) y la estratificacién (unicidad-re- peticidn-transversalidad) de los proceso sociales observados, y en develar las implicaciones y consecuencias de la autorfa en la produccién del co- nocimiento social, entre otros temas que involucran la produccién de in- formacién durante la investigacién (véanse Geertz, 1992 [1973]: 19-40; Bourdieu, 2013 [1993]: 527-543; Koselleck, 2001 [2000]: 43-92; Ginz- burg, 2010 [2006]: 433-465). No obstante, dado que ninguno de los capi- tulos reunidos en este libro se orienta desde dicha corriente metodolégica, preferimos orientar el presente estudio introductorio hacia la explicacién de las etapas que se han dado en torno a los disefios de investigacién cuyo foco es la causalidad. 14 © Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liliana Martinez, Gisela Zaremberg La cuarta seccidn de este capitulo introductorio est dedicada a la ver- tiente correlacional, pero enfocada més bien en su pretensién de establecer vinculos causales a través de la investigacién no experimental. Sobre el concepto disefio de investigacién con especial referencia a la investigacién social en América Latina Como toda periodizacién, la que se ofrece enseguida para caracterizar las etapas del desarrollo metodolégico de los disefios de investigacién tiene cietto grado de arbitrariedad, Asimismo, esté pensada para arrojar luz so- bre las dificultades a las que se enfrenta el investigador, en especial en sus primeros afios de formacién en un posgrado, que cubren del periodo del planteamiento del primer disefio de su proyecto, hasta los tiltimos giros del helicoide de la investigacién que culminan en la publicacién, después de haber encontrado la forma mas adecuada de transitar del modo de inves- tigacién al de exposicién. Las primeras conceptuaciones En los primeros afios de la evolucién de la sociologia empitica en América Latina (entre las décadas de 1950 y 1960), se entendfa por disefio de inves- tigacién “el arreglo de las condiciones para la recoleccién y andlisis de datos con el objetivo de combinar la relevancia de los propésitos de la investiga- cién con la economia en los procedimientos” (Selltiz e¢ al., 1959: 60). En Se toma este libro como base para exponer las ideas centrales imperantes en la época debido a ia relevancia que tuvo en la formacién en métodos de investigacion de las primeras generacio- nes de socidlogos y politélogos pravenientes de los diversos paises de América Latina, que se formaron en las aulas de la Flacso en Chile —en esa época la Unica sede de esta institucin—y que a la postre constituyé la primera generacién de investigadores sociales latinoamericanos emplricos (Franco, 2007). Otro importante libro para la formacién metodologica de nuestros investigacores fue el de Festinger y Katz (1953), aunque se orientaba mucho més al tratamien- Estudio introductorio * 15 consecuencia, concluyen estos autores, los disefios variardn de acuerdo con los objetivos de la investigacién. A partir de estas ideas propusieron distin- guir tres tipos de estudios clasificados segiin su disefto: i) Exploratorios: aquellos en los que el investigador busca familiarizarse con el fenémeno a estudiar 0 generar conocimientos més profundos para lograr una mejor formulacién del problema de investigacién o proponer nuevas hipétesis por generalizacién empirica (Selleiz. et al., 1959: 60). {i) Descriptivos: cuyo propésito central es dibujar, lo mas precisamente po- sible, las caracteristicas y atributos de las unidades de andlisis (personas, grupos, empresas, regiones, etc.), ya sea determinando las frecuencias con que ocurren, o bien cémo los segundos se relacionan. Estas investi- gaciones pueden contener hipétesis iniciales (Selltiz et al., 1959: 60). iii) Explicativos: que se proponen someter a prueba una relacién causal en- tre variables (Selltiz et al., 1959: 60). Los estudios exploratorios deben tener un disefio flexible considerando que sus propésitos centrales son generar conocimiento en situaciones en las que poco o nada se sabe sobre los temas de la investigacién. Esta flexibilidad ayuda a la formulacién de preguntas de investigacién mas precisas y proba- blemente dard origen a hipétesis que necesariamente deberén contrastarse con otros datos. Por su parte, los estudios descriptivos requieren realizar medidas sin ses- go y con altos niveles de confiabilidad. En tanto que en los explicativos no solo importan las mediciones precisas ¢ insesgadas, sino que también deben permitir realizar inferencias causales validas. Segiin esta clasificaci6n, los estudios exploratorios tienen como una de sus finalidades concebir hipétesis, mientras que los descriptivos se pueden +o de datos de encuesta por muestreo. Seria injusto no mencionat entre las obras relevantes de la época la de Galtung (1966), a la saz6n profesor de metodologia de la Flacso en Santiago de Chile, publicada primero por Eudeba y luego en inglés en 1967 16 * Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liliana Martinez, Gisela Zaremberg llevar a cabo con o sin hipétesis y los explicativos requieren establecer hi- potesis causales. Detrds de dicha caracterizacién subyace una concepcién muy limitada de la nocién de hipétesis, dado que se restringe a enunciados derivados de un cuerpo tedrico susceptibles de ser contrastados con la evidencia empiri- ca. Sin embargo, esta no es la tinica forma de conceptuarla.° Bunge (1979a: 283-284) distingue cuatro niveles en la operacién de conjeturar: i) ocurren- hipétesis empiricas: conjeturas aisladas sin convalidacién, que se apoyan en las regu- laridades observadas de la evidencia empirica, pero que carecen de funda- mento conceptual; i#i) hipétesis plausibles, que tienen apoyo tedrico, pero cias, que son hipétesis sin fundar teéricamente ni contrastar; que no se han sometido a la prueba de la experiencia, ¢ 7») hipétesis conva- lidadas, que son enunciados conceptuales teéricamente fundados y contras- tados con la experiencia. Con base en esta clasificacién queda claro que en los tres tipos de dise- fios de investigacién que distinguen Selltiz ¢t ai. intervienen hipstesis. En el inicio de los estudios exploratorios, las hipétesis empleadas toman la forma de conjeturas y cuando aquellos concluyen, la de hipétesis empiticas. En los estudios descriptivos el investigador puede plantear hipstesis so- bre la base de regularidades empiticas tras haber iniciado la investigacién con una ocurrencia previa; o bien, establecer una relacién hipotética fundada en una teorfa sobre cémo seria el caso, por ejemplo, de la hipétesis amplia- mente investigada, “las personas con mayores niveles de instruccidn tienden a-votar por los partidos de izquierda”, sin que ello implique una imputacién causal. Por su parte, la caracterfstica de los estudios explicativos, segtin la cla- sificacién de Selltiz et al., consiste en el planteamiento ¢ indagacidn de hi- pétesis causales. © Para Bunge una “férmula es una hip6tesis factual si y s6lo si (i) se refiere mediata o inmediata- mente, a hechos no sujetos hasta ahora a experiencia 0, en general, no sometibles a la misma, {ies corregible la vista de nuevo conocimiento” Estudio intraductorio ® 17 En conclusidn, se puede afirmar que cualquier disefio de investigacién emplea hipétesis, en cualquiera de sus cuatro formas, como uno de los mo- tores del proceso de investigacién. La clasificacién de los estudios en exploratorios, descriptivos y expli- cativos, a veces se entiende como un conjunto de categorias mutuamente excluyentes, es decir, que toda investigacién debe ser clasificada en una y solo una de ellas. Sin embargo, cabe la posibilidad de que un mismo estu- dio transite de una a otra de esas categorias en un mismo proceso de inves- tigacién. Incluso los autores mismos de tal clasificacién reconocen que no siempre son claramente distinguibles los tres tipos de disefios, pues cual- quier investigacién puede ser inscrita en dos o més de ellos. No obstante, el énfasis en una investigacién especifica usualmente corresponde a solo uno (Selltiz et al, 1951: 51). Por otra parte, nada impide que un andlisis explo- ratorio se convierta en descriptivo en la marcha de la pesquisa, aunque las regularidades y las caracteristicas observadas del fendmeno requieran de la produccién adicional de observaciones o, atin més, que con base en los re- sultados obtenidos se llegue a una hipétesis. Para que esto tiltimo ocurra es necesario abundar en el trabajo conceptual a fin de localizar la hipétesis en el cuerpo de una teorfa, derivar hipétesis empiricas de ellas y construir los ob- servables, as( como seleccionar los métodos adecuados para llevar a cabo la contrastacion. rtunque en 1& pratuta 1a alsuhcion entre 1bs tres upos no sea nitida, es til para discutir la pertinencia de emplear tal o cual disefio en la investigacién (Selltiz et al, 1951; 51). En esta clasificacién de los disefios, la caracterfstica definitoria de los es- tudios explicativos es que planteen y sometan a prueba una hipétesis causal. Selltiz e¢ al. convocan a emplear métodos experimentales para estudiar la causalidad, aunque reconocen que las “pruebas de hipétesis” que florecie- ron en Ia disciplina estadistica distan de ajustarse a la forma como se trata la causalidad en los experimentos (Selltiz et a, 1951: 51). Campbell y Stan- ley retomardn y desarrollardn esta idea en la década de 1960. Lo cual ser el tema del préximo apartado. Ademés, Selltiz et al. sostienen que si bien no es posible estudiar los vinculos causales empleando métodos no experimentales s{ lo es inferitlos 18» Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liana Martinez, Gisela Zaremberg wf con base en los datos observados. Para saber si dos registros empiticos (va- riables) mantienen una relacién de causalidad (X causa a Y) basta saber que: i) la causa precede al efecto, ii) se observa una variacién concomitan- te y iii) todos los restantes factores que podrian tener influencia sobre X 0 sobre Y deben ser controlados (Selltiz. et al., 1951: 83-88).’ Los intentos de inferir nexos causales con base en datos obtenidos por observacién se- rén retomados y desarrollados a partir del segundo quinquenio de los afios cincuenta, constituyéndose en uno de los polos de la preocupacién meto- dolégica de la época, cuyo interés decayd a comienzos de los setenta. En los tiltimos afios se ha visto su renacer con la incorporacién de la idea de “contrafactual”. Este tema se abordard en la seccién dedicada a los disefios correlacionales. La etapa experimental La idea predominante de disefio de investigacién explicativo se enlaza con el llamado de Selltiz et al, a emplear métodos experimentales para estudiar causalidad. Esta idea es retomada por Campbell y Stanley (1966), quienes escriben un libro sobre disefios de investigacién con enfoque experimental, aunque su contenido no se reduce a la experimentacién (Campbell y Stan- ley, 1966: 9). Pero antes de avanzar sobre la idea de disefio planteada por esta influyente perspectiva es necesario presentar algunos conceptos bésicos referidos al campo de la experimentacién. El experimento consiste en provocar deliberadamente algiin cambio y observar ¢ interpretar el resultado con una finalidad cognitiva (Bunge, 1979a: 819). Afiade a la observacién cientifica el control, bajo supuestos tedricos, de un conjunto de factores que inciden, 0 se suponen que in- ciden, sobre el resultado. En el experimento el objeto esté rodeado por 7 Esta idea esta inspirada en John Stuart Mill (1972[1875]) quien plante6 que una relacién causal existe si: la causa precede al efecto, i) la causa esté relacionada con e! efecto, y i no se puede encontrar otra explicacién alternativa plausible para el efecto que no sea la causa. Estudio introductorio * 19 un medio artificial que se encuentra més 0 menos bajo control (Bunge, 1979a: 819-820). La variable que manipula el experimentador se llama variable indepen- diente (X) y la que cambia variable de resultado o dependiente (¥). Para establecer las diferencias que provoca la manipulacién de la variable inde- pendiente sobre la dependiente hace falta un testigo o un sistema de con- trol. Este puede ser el sistema mismo cuando no se encuentra sometido a la operacién de X, procedimiento que se puede emplear cuando es estable en el tiempo. En caso contrario hay que emplear un sistema separado, de modo que por la accién de la variable experimental aparece una diferen- cia entre el sistema experimental y el de control. Y en caso de que haya variaciones individuales importantes, como ocurre en las ciencias socia- les, hay que elegir conjuntos de individuos en lugar de casos individuales, esto quiere decir que hay que elegir un grupo experimental y otro de con- trol, pero hay que elegirlos de tal modo que la tinica diferencia entre ellos sea que uno recibe los estimulos del experimentador y el otro no (Bunge, 1979a: 830-831). Si los resultados deben reflejar la operacién de X y no la eleccién de las unidades que los componen (sesgo de seleccién), los grupos experimental y de control tienen que ser homogéneos o relativamente similares en todos sus aspectos. Para lograr este propésito se pueden emparejar (aparear) las unidades garantizando su similitud en todas las variables observadas. Sin embargo, esta no ¢s la tinica técnica para lograr la homogencidad de los grupos, la estadistica pone a disposicidn de los investigadores los proce- dimientos de control de distribuciones y aleatorizacién. El primero consiste en igualar los grupos de tratamiento y de control en algunas medidas del colectivo, como promedios, medianas, varianzas, etc., olvidando las diferen- cias individuales, en tanto que el segundo consiste en formar ambos colecti- vos por aleatorizacién. Este procedimiento se basa en el principio estadistico de que si se toman dos muestras aleatorias independientes de una misma poblacidn estas no presentardn diferencias significativas, es decir, que los grupos serdn equivalentes u homogéneos. Esto también se puede aplicar en situaciones experimentales en las que el investigador forma aleatoriamente, 20 © Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liliana Martinez, Gisela Zarembera por ejemplo, dos grupos y a uno de ellos le asigna el tratamiento al azar y al otro no. Sise buscara analizar el efecto de una beca sobre el rendimiento es- colar, se pueden seleccionar aleatoriamente dos grupos de estudiantes (que serin estadisticamente equivalentes) y decidir al azar a cudl de ellos aplicar el tratamiento (el otorgamiento de la beca). En los experimentos se satisfacen las tres condiciones de Mill, replan- teadas por Selltiz et al. En efecto, el investigador manipula una variable C (causa) para obtener un resultado E (efecto), lo que garantiza la precedencia temporal,® es decir, se observa E una vez que acontecié C. Ademés, con la informacién que proporciona el experimento, aplicacién de C y cambio en E, se puede establecer la relaci6n entre C y E, esto es, que se puede estable- cer el pattdn de covariacién que liga la causa con el efecto. Y, por tiltimo, Jos experimentos son disefiados de manera tal que se controlen los posibles efectos que puedan tener otras variables sobre la relacién causal. ‘Ahora bien, la idea de disefio que elaboran Campbell y Stanley pone el acento en la generacién de la informacién necesaria para estudiar relaciones causales entte variables. En efecto, sostienen que el leitmotiv de su libro se encuentra en una cita de McCall (1923) quien sostenfa que “Hay excelentes libros y tratados que exponen el manejo estadistico de datos experimenta- les, pero muy pocos de cémo obtener datos adecuados y correctos a los cuales poder aplicar el procedimiento estadistico” (Campbell y Stanley, 1966: 10). La preocupacién principal en la perspectiva experimental de estos au- tores y sus seguidores se concentra en la posibilidad de establecer una es- tructuta logica que genere la informacién adecuada” para analizar hipétesis 8 gunge (1979b: 65-69) plantea que en la asimetria o sucesion causal “El efecto aparece siempre que se hayan satisfecho las condiciones resumidas por C, pero no necesariamente despues de C. Para emplear un término grato a los flésofos tradicionales, la causa es existencialmente previa al efecto; pero no tiene por qué precederto en el tiempo”. 9 Spector (1981: 7) coincide con Campbell y Stanley al privilegiar la estructura y la generacion de informacién al conceptuar los disefios: “Cualquier investigacion cientifca, ya sea en las ciencias sociales o naturales, debe empezar con algtin plan o estructura. Esta estructura define el nume~ roel tipo de entidades o variables a ser estudiadas y sus relaciones. Tal estructura se denomina diseno”. Difiere con dichos autores respecto a la causalidad. En efecto, plantea que “Se dice @ Estudio introductorio ® 24 causales, Esta estructura informa si se recabard la informacién antes y des- pués de que haya operado la variable experimental, de modo que el antes sirva como grupo de control; o se empleard un grupo de control y otro ex- perimental; o bien se combinardn estas dos opciones de modo de dar pauta a cuatro tipos de observaciones (en el grupo experimental y de control antes de la operacién de la variable experimental y en ambos grupos después de aplicar el “traramiento”); 0 seré necesario establecer series que se despliegan en el tiempo, etcétera. En el libro de referencia se estudian dieciséis disefios, algunos experi- mentales y el resto cuasi experimentales, cuyas potencialidades y limitacio- nes se juzgan por comparacién con los modelos experimentales. Los autores plantean que “son muchas las situaciones en que el investigador puede in- troducir algo similar al disefio experimental en su programacién de pro- cedimientos para la recopilacién de datos (p. ¢j., el cudndo y el quién de la medicién), aunque carezca de control total acerca de la programacién de estimulos experimentales (el cudndo y el quién de la exposicién y la ca- pacidad de aleatorizarla) que permite realizar un auténtico experimento” (Campbell y Stanley, 1966: 70). Shadish er af. (2002: 104) definen “cuasi experimento” como experimentos “que carecen de asignacién aleatoria de las unidades a las condiciones pero que tienen propésitos y atributos estruc- turales similares a los experimentos aleatorizados”. En esta corriente metodolégica se da por sentado que el propésito de la investigacién consiste en estudiar relaciones causales!” y que para ello se debe emplear como modelo el experimento, concebido en los términos ya planteados. La novedad es que si bien la forma de generar la informa- cién esté delineada a partir del modelo experimental, introducen la idea de veces que los estudios experimentales establecen relaciones causales y los no experimentales s6lo establecen que dos cosas estén relacionadas. Aunque en la practica los estudios experi- mentales son mas poderasos en su habilidad para determinar que una cosa causa a la otra, no todos los estudios experimentales establecen causacibn, y no todos los estudios no experimen- tales fallan al estableceria.” 10 Spector (1981) es un caso desviado. 22. * Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liliana Martinez, Gisela Zaremberg producir las observaciones en situaciones en que el experimentador no tie- ne control absoluto sobre la situacién, y sefialan que los disefios serdn tanto més complejos segiin se tenga menos control (Campbell y Stanley, 1966: 9), es decir, dan por sentado la precedencia temporal y la covariacién, y el problema central radica en la posibilidad de controlar otras variables que pudiesen intervenir sobre la relacién entre C y E. El hecho de que en la bibliografia dedicada a este tema haya referencias escasas al papel de la teorfa en el proceso de investigacién no debe llevar a conchuir que no se le otorgue alguno, de hecho, se reconoce el rol que jue- gan la formulacién de teorias, hipétesis y modelos asi como su contrasta- cién con criterios externos en el avance de la ciencia, y sititan el papel de la experimentacién en la segunda fase, aquella del “desbrozamiento, el re- chazo y la revisién” (Campbell y Stanley, 1966: 72). Avin més, destacan su fncién en la resolucién de discusiones tedricas (Campbell y Stanley, 1966: 11). No debe olvidarse que el experimento tiene una intencién cognitiva para lo cual el control es cl elemento central que permite validar las hipéte- sis causales, Tanto la pretensién de adquirir mas y mejores conocimientos como el control descansan en supuestos tedricos. De las consideraciones anteriores se puede derivar que para esta pers- pectiva el disefio de investigacién se concibe como el modelo Iégico —entendido como los argumentos conceptuales que llevan a ligar C con E— que debe emplearse para someter a prueba las hipétesis causales, don- de el tema de control de variables!! tiene un rol central. Los disefios correlacionales y la causalidad Los disefios correlacionales se pueden entender como un conjunto de es- tructuras légico-matemdticas que se usan para organizar las variables con- 1) En nuestro quehacer cotidiano, el control de variables debe entenderse, en la medida en que las variables son indices 0 indicadores de conceptos, como el procedimiento para controlar explica- clones alternativas al fenémeno en estudio. Estudio introductorio * 23 tenidas en la matriz de vatianzas y covarianzas (Cortés y Rubalcava, 1993: 227-260), pero que no necesariamente estan orientadas a estudiar relacio- nes causales. La estadistica proporciona una gran variedad de estrategias de andlisis de datos entre las que destacan el papel de los modelos de regre- sidn, de trayectorias, jerarquicos, de panel, factoriales, de conglomerado, de correspondencia y estructurales lineales, entre otros. Todas estas técnicas se nutren de resultados obtenidos por la obser- vacién guiada por el interés académico de generar conocimiento cientifi- co, entendiendo por observacién la “percepcién intencionada ¢ ilustrada: intencionada o deliberada porque se hace con un objetivo determinados ilustrada porque va guiada de algin modo por un cuerpo de conocimiento” (Bunge, 1979a: 727). ‘A pesar de que estas técnicas no estén construidas especificamente para estudiar causalidad, en los tiltimos tiempos ha habido dos grandes oleadas de trabajos que han emprendido la investigacién acerca de la posibilidad de realizar inferencias causales a partir de datos observacionales. La primera onda tuvo su origen en el trabajo de Lazarsfeld (1974) en el que presenté y desarrollé su modelo de anilisis de covarianzas,|2 que file expuesto por primera vez en 1946 en un congreso de la Sociedad Americana de Sociologia en Cleveland; también se apoyé en un articulo de Simon pu- blicado en 1957. Ambos trabajos presentan una clara Iinea de continuidad con la contribucién del genetista poblacional Wright (1934), quien habia planteado, pioneramente, la posibilidad de abordar el tema de la causalidad empleando técnicas estadisticas aplicadas a datos generados por observa- cién, no necesariamente por experimentacién. Sobre la base de estos avances, Hubert M. Blalock (1964) publicé un libro que cristalizaba y desarrollaba las ideas de los trabajos precedentes, El andlisis de covarianzas de Lazarsfeld fue la técnica mas utilizada en América Latina en los se- ‘senta para estudiar la asociacién entre tres variables dicotomicas. Cuando el caso involucraba mds variables se reducia a examinar el cambio en la asociaci6n entre X y Y, aunque se introdu- ca la tercera variable (t)y se concluia, erréneamente, sobre la relacién entre X y ¥ al controlar simultaneamente el conjunto de las relaciones analizadas. 24 © Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Lilana Martinez, Gisela Zaremberg su titulo es ilustrativo: Causal Inference in Nonexperimental Research, y en este plasma los esfuerzos de las ciencias sociales por inferir causalidad a partir de observaciones obtenidas principalmente, aunque no en exclusi- va, por muestreo. Pero el esfuerzo por encarar la inferencia causal en situaciones no ex- perimentales no se redujo a los Estados Unidos. En Francia fue notable la contribucién de Raymond Boudon (1967), quien publicé LZ ‘analyse mathe- matique des faits socieaux, cuyo tercer capitulo estd dedicado al andlisis de la causalidad con datos generados por observacién. A finales de los sesenta varios nuimeros del influyente anuario Sociolo- gical Methodology, editado por Borgatta (1969, 1970) fueron dedicados al tratamiento del tema. Sin embargo, conforme transcurrian los afios setenta el entusiasmo decayé, y el desaliento aumenté en proporcién directa a la incapacidad de las ciencias sociales para controlar todos los factores relevan- tes que pueden estar influyendo sobre el vinculo causal, es decir, ejercer el control al modo de los experimentos en las ciencias naturales, 0 bien, ser capaces de aleatorizar sus efectos. En fin, si bien es posible, aunque en ocasiones sea bastante dificil, esta- blecer la precedencia temporal de C sobre E y también registrar sus relacio- nes, la piedra de toque ha sido el control de todos los factores relevantes que pueden estar interviniendo en la relacién. La segunda oleada de causalidad, que irrumpe en las ciencias sociales en la década de los noventa, toma pie en el trabajo de Holland (1986), quien define el efecto causal como la diferencia entre el valor observado en la variable dependiente si estuviese sometida a la variable “causa” yel efecto que se observarfa si no lo estuviera. Esta definicién es tedrica, ya que involucra una condicién contrafactual, en tanto que en cualquier situa- cién real no se puede observar simulténeamente a la variable Y sometida y no sometida a la variable X, De aqui se deriva lo que Holland denomi- na el problema fundamental de la inferencia causal: no se puede conocer con certeza un efecto causal (King et a/., 2000: 90). Para aproximar esta nocién de causalidad a las condiciones en que operan las ciencias, King et al. (2000: 93) la redefinen como “la diferencia entre el componente sis- Estudio introductorio * 25 temético de las observaciones que se hacen cuando la variable explicativa tiene un valor y el componente sistemético de observaciones comparables cuando la variable explicativa tiene otro valor”. Es interesante notar que la tensidn entre las explicaciones observacionales y las causales han atravesado las tltimas dos décadas en las ciencias politicas y han generado un amplio debate acerca de los alcances y limites de las explicaciones causales (Maho- ney y Goertz, 2006). La definicién de causalidad de Holland —en la medida en que en una misma unidad se observa Y bajo presencia y ausencia de X— satisface los re- quisitos de Mill: precedencia temporal de la causa sobre el efecto, relacién entre ambas y el control de las otras variables que podrfan intervenir en la re- lacién. Sin embargo, la condicién contrafactual involucrada en la definicién lleva a que en la investigacién aplicada el investigadlor busque aproximarse lo mas que pueda a la situacién ideal descrita por la definicién de causalidad, Aunque se podrian establecer los vinculos entre esta forma de definir la causalidad y los disefios experimentales, no es menos cierto que las apli- caciones en las ciencias sociales siguen los derroteros de King et al, donde los componentes sistematicos se refieren a los valores esperados en la varia- ble (esperanzas matemiticas) medida en un conjunto de observaciones. En la practica, las esperanzas matemdticas se estiman con técnicas estadisticas que operan sobre la matriz de varianzas y covarianzas de las observaciones, La posibilidad de que esta definicién de causalidad sea vtil para la investigacién social empirica pasa por resolver o aproximarse a dar una solucién razonable al acontecimiento contrafactual. Hay una vasta biblio- grafia!> dedicada a este tema que sobrepasa con mucho los alcances de esta introduccién, pero si hay que tomar muy en cuenta la advertencia referi- da a los contrafactuales: “aunque se oponen evidentemente a los hechos, tienen que ser razonables; deberfa ser posible que el acontecimiento con. trafactico hubiera ocurrido en unas determinadas circunstancias” (King e¢ al., 2000: 89). 8 Dos trabajos de consulta obligada para quienes decidan incursionar en este tema son el de Ru- bin (1991) y el de Rosenbaum (2002) 26 * Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liliana Martinez, Gisela Zaremberg La logica de la inferencia en la investigacién social como disefio de investigacion En este apartado se examinara, desde el punto de vista de los disefios de in- vestigacién, la légica de la inferencia cientifica, tal como ha sido elaborada en el campo de las ciencias sociales por Arthur Stinchcombe (1987).!4 Para ello se presenta una breve exposicién de los conceptos y modelos propues- tos por este autor y se argumentaré en favor de incluirlos también como disefios de investigacién considerando que pueden ser titiles para orientar la investigacién cuando el interés consista en confrontar teorfas o hipétesis rivales empleando datos. Es bastante habitual que cuando se hace referencia a la contrastacién de hipstesis se piensa autométicamente en las pruebas de hipdtesis, tema perte- neciente al Ambito de la inferencia estadistica, a pesar de que Stinchcombe Io ha tratado dentro de las ciencias sociales con bastante profundidad. Dicho autor distingue entre enunciados tedricos, tales como “el in- dividualismo en un grupo social causa una mayor tasa de suicidio”, de Durkheim, a partir del cual se deducen por implicacién légica enunciados empiricos como en Francia los protestantes tendran una tasa de suicidio ma- yor que los catélicos, o bien, que las personas casadas tendrén tasas de suici- dios menores que los solteros, las cuales serdn atin menores entre los casados con hijos (Stinchcombe, 1987: 15). En general, contrastar teorfas consiste en evaluar el grado de adecua- cidn entre los enunciados empfticos y las observaciones, Stinchcombe hace uso de este concepto y de la idea de contrastacién poperiana para plantear que si se dispone de una teorfa!® A, a partir de la cual se derivan los enun- ciados empiticos B, y B, y de las teorfas C y R se deriva “no B,” y de Dy E se concluye “no B,”, y resulta que B, y B,, son confirmados por las ob- 14 En este trabajo se hace referencia a la edicién de 1987, aunque la primera data de 1968, 15 En esta seccion se emplea la terminologia de Stinchcombe por lo que la palabra teoria denota tanto hipotesis como enunciados tedricos de bajo nivel que se pueden poner en corresponden- cia directa con las observaciones, Estudio introductorio * 27 servaciones (es decir, son verdaderos), entonces se concluye que las teorfas GR, Dy Eon falsas, pero incluso pueden subsistir otras, como F, Q. Sy T, que permanecen como teorfas rivales pues no han sido falseadas por la evidencia empirica. Entre las posibles teorias rivales hay que considerar a la inferencia esta- distica, pues es una teorfa particular que emerge como una alternativa a la que proporciona la teorfa social para dar cuenta de las regularidades en las observaciones. En efecto, dichas regularidades pueden provenir del com- portamiento esperado de un fenémeno sujeto a un sinntimero de causas in- dependientes (regularidad estadistica) o bien surgen de los disefios cuando la base empitica se generé a través de muestras aleatorias. En los casos en que las observaciones se comportan de acuerdo con las teorias estadisticas suele rechazarse la teoria sustantiva. El esquema légico proporcionado por Stinchcombe delinea con clari- dad los denominados experimentos cruciales si la teorfa A implica a B y la teoria C implica “no B” y se observa B, entonces C es falsa, lo que hace que ‘Assea mas creible, De acuerdo con la teorfa refutacionista de Popper. Nétese que la confirmacién de un enunciado no permite concluir que A es vérda- dera sino tnicamente mas creible. Basindose en las ideas de este autor referidas a las investigaciones que confrontan teorfas se puede observar que su modelo permite planear la investigacién, establecer las estructuras no solo en el plano tedrico sino tambign en el empirico, y ademds proporciona elementos para guiar la re- copilacién de evidencia, cumpliendo asi con el concepto de disefio tal como Jo plantean Davies, Kerlinger y Selleiz et al. Debe notarse que la aproximacién de Stinchcombe no coloca a la cau- salidad en el centro de la explicacién. La relacién planteada en el enunciado tebrico puede ser genética, mecénica, aleatoria, dialéctica, interactiva o, en general, responder a cualquiera de los principios de determinacién sefiala- dos por Bunge. Considérese como ilustracién de cémo se emplean los modelos referi- dos, desde el punto de vista de los disefios de investigacién, dos hipétesis rivales que explican los cambios en la distribucidn del ingreso en México. 28 « Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liliana Martinez, Gisela Zaremberg Una de ellas plantea que a partir del afio 2000 ha tenido lugar una caida tendencial en la desigualdad en el ingreso como consecuencia de la disminucién en el premio a la educacién superior (debido entre otros factores a los esfuerzos de los gobierno por aumentar la cobertura de la instruccién), lo cual se refleja en una caida relativa en los ingresos mas cle- vados, combinada con el aumento de la participacién de los sectores mds desfavorecidos beneficiarios de la politica social focalizada puesta en accién a partir de 1997 con el programa Progresa, que en 2002 cubria a 4.2 mi- Ilones de hogares y en 2014 a seis millones, ademds del alza en las remu- neraciones de los trabajadores con menores niveles de calificacién debida ala mayor demanda por exportaciones que usan intensivamente mano de obra no calificada, misma que se originé en la apertura comercial y la fir- ma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Esquivel et al, 2010: 175-217). Desde esta perspectiva podria esperarse una reduccién tendencial si los tres factores que impulsarfan el decrecimiento sistematico de la desigualdad variaran continuamente a lo largo del tiempo 0, en el caso en que uno 0 dos de ellos no lo hicieran, el efecto del tercero (el que provoca disminuciones continuas) prevalece. Esto quiere decir, desde el punto de vista metodolé- gico, que de los enunciados tedricos se deriva el enunciado observacional “la desigualdad debe decaer sistemdticamente a lo largo del tiempo”. De los tres factores mencionados, el aumento de la oferta de fuerza de trabajo con educacién terciaria es el tinico que ha experimentado un cre- cimiento continuo, el cual es resultado de la inversién hecha en la materia por los gobiernos mexicanos durante los tiltimos afios (Esquivel e¢ al., 2010: 190-192), mientras que pareciera que el Programa Oportunidades/Prospera alcanzé el techo de su cobertura de alrededor de seis millones de hogares, y el comportamiento de las exportaciones, y por tanto el aumento en los ingtesos de los trabajadores de las maquiladoras, ha seguido los avatares de la economia, afectada por el quebranto econémico de comienzos de siglo originada por la detencién de la economia estadounidense, y las crisis de los precios internacionales de los alimentos y del mercado inmobiliario entre los afios 2007 y 2009. Estudio introductorio © 29 La otra forma de entender el cambio en la distribucién del ingreso sos- tiene que si ha habido una disminucién en la desigualdad pero que no es tendencial sino escalonada, es decir provocada por fuerzas que operaron a partir de 2002. La caida se debid, por una parte, al esfuerzo de la politica social, en particular del programa Progresa (que en 2002 pasé a llamatse Oportunidades y, en 2014, Prospera), que ademas de set el programa social emblemético ha mostrado haberse focalizado en los sectores econémica- mente menos favorecidos, a la vez que ha tenido un aumento sustancial en cobertura. En 1997, st afio de inicio, fue de trescientas mil familias, al afto siguiente cubrié 1.6 millones, en 2004 llegé a cinco millones, hasta alcanzar en 2012 a seis millones de familias. La reduccién en la desigualdad en la distribucién del ingreso vista a partir de 2000 seria el resultado del aumento en la participacién relativa en el ingreso de la base de la pirémide social por efectos de la nueva politica social y la astringencia en el gasto debido a la retraccién econémica que ex- periments el pais al iniciar el nuevo siglo, que favorece sobre todo los ingre- sos de los sectores altos de la pirdmide de ingresos. En tanto los programas sociales parecieran haber tocado techo y no contintien aumentando su co- bertura ni sus apoyos, y las remuneraciones de los sectotes sociales de altos ingresos no se recuperen debido a la politica fiscal de déficit cero, se despren- de que en 2002 se debe dar una reduccién de la desigualdad a un nivel rela- tivamente constante, es decir, en escalén, y no una tendenciaa la reduccién (Cortés, 2010: 75-76; Cortés, 2013: 136). El conjunto de enunciados tedricos permite derivar el enunciado obser- vacional, “la desigualdad no disminuye continuamente a lo largo del tiempo sino escalonadamente’”, esto es, cae en un punto del tiempo y se mantiene por un periods, en tanto permanezca la politica social en favor de los pobres y el principio de equilibrio fiscal con escaso crecimiento econémico. La confrontacién entre las dos formas de interpretar la caida en la des- igualdad en la distribucién del ingreso alrededor del afio 2000 (tendencial o escalonada) conduce a examinar los datos proporcionados por la Encues- ta de Ingresos y Gastos de los Hogares en el periodo de referencia. Como esta encuesta utiliza muestras aleatorias independientes hay que descarcar la 30 * Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liana Martinez, Gisela Zaremberg posibilidad, siguiendo el planteamiento de Stichcombe, de que los cambios se deban a las fluctuaciones aleatorias, es decir, se debe eliminar la explica- cidn de las regularidades con base en el azar. Una vez que se elimina esta posible explicacién, se deben generar las observaciones que den sustento empirico a una u otra de las explicaciones alternativas. Mas alla de la discusién conceptual y acentuando el interés en el disefio de la investigacién, este ejemplo muestra que el modelo tratado en esta sec- cién permite delinear el plan de la investigacién conforme de la estructura de relaciones conceptuales (enunciados tedricos) se derivan consecuencias (enunciados empiricos) que llevan a construir los observables que permitan dirimir empiricamente las interpretaciones confrontadas. Algunos comentarios a modo de apuntes { La causalidad es el elemento central que distingue a los estudios explorato- | trios y descriptivos de los explicativos, y ha llegado a ser una preocupacién fundamental no solo de la sociologfa y la ciencia politica, sino también en las restantes ciencias sociales. La perspectiva experimental (que incluye los | experimentos y cuasi experimentos) analiza las fortalezas y debilidades de | los diferentes disefios con base en la “distancia” que los separa del disefio | patrén, es decir, aquel que controla todas las fuentes de invalidacién inter- | na; en tanto los métodos correlacionales se empefan en generar modelos que permitan realizar estimaciones de efectos causales, a través del andlisis de la matriz. de varianzas y covarianzas. De los desarrollos examinados interesa destacar que: 1) centrarse en la causalidad deja fuera del Ambito conceptual otras aproximaciones que recu- ren a principios de determinacién diferentes; 2) los tres principios “opera- cionales” para construir explicaciones causales, planteados por primera vez por Mill y retraducidos por Selleiz et al, si bien, en principio, parecen tenet validez universal, es decir, que podrfan aplicarse en todo tiempo y lugar, tienen las debilidades propias de la epistemologia empirista; 3) se deben considerar las limitaciones que derivan de la inferencia inductiva, més all Estudio introductorio ® 34 de las fluctuaciones de muestreo, y 4) se tiende a confundir causalidad con explicacién causal, Enseguida abundamos sobre estos cuatro temas. 1) Si el concepto determinacién se entiende més alld del uso ordinario de la palabra (“propiedad o caracteristica definida del objeto”) 0 se concibe superando la nocidn de conexidén necesaria (“conexién constante y univo- ca entre cosas 0 acontecimientos, o entre estados y cualidades de las cosas, as{ como entre objetos ideales”) y se le define como “el proceso mediante el cual un objeto ha Ilegado a ser lo que es, 0 sea, la forma como un objeto adquicre sus propiedades o caracteristicas” (Bunge, 1979b: 22-23), enton- ces es posible distinguir varias categorias de determinacién de las cuales la causal es solo una de ellas. Un listado bastante completo de las categorias de determinacién, pero no exhaustivo, asi como de sus relaciones se encuentra en Bunge (1979b: 37-42), Entre ellas interesa destacar por su pertinencia para las ciencias so- ciales i) la interaccién 0 causacién reciproca o telacién funcional (Bunge, 1979b: 38), ii) la determinacién estadistica, en la cual el resultado final es producto de la accién de un conjunto de causas estadisticamente indepen- dientes (Bunge, 1979b: 38), iii) la determinacién estructural (0 totalista) “de las partes por el todo” (Bunge, 1979b: 38), y iv) la “determinacién dialéctica, de la totalidad del proceso por la ‘lucha’ interna y por la eventual sintesis subsiguiente de sus componentes opuestos” (Bunge, 1979b: 39). En con- secuencia, limitar los disefios de investigacién explicativos al principio de determinacién causal (categorfa de determinacién que refiere al efecto que provoca una causa externa) los cercena y limita dejando fuera la posibilidad de explicar los fenémenos sociales con base en las relaciones entre los indi- | viduos, entender los limites de la agencia por las restricciones que imponen | las estructuras sociales y deja fuera del Ambito del andlisis social la emergen- \ cia de sucesos o fenémenos cualitativamente nuevos. 2) El neopositivismo sostiene que: “Dar una explicacién causal de un acontecimiento quiere decir deducir un enunciado que lo describe a partir de las siguientes premisas deductivas: enunciados singulares —Ias condiciones iniciales—.” (Popper, 1962: 57). una o varias leyes universales y ciertos roa 32.» Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liliana Martinez, Gisela Zaremberg En esta forma de concebir la explicacién causal se distinguen dos par- tes: explanandum y explanans. El primero es “la oracién que describe el fe- némeno a explicar (y no el fenémeno mismo); el término explanans refiere a la clase de aquellas oraciones que se aducen para dilucidar el fenémeno” (Hempel, 1988: 249); mientras que en el exp/anans se distinguen dos clases de oraciones: las que formulan las condiciones iniciales y las que represen- tan las leyes generales.'6 En sintesis, esta manera de conceptuar la explicacién causal reduce la causalidad al plano gnoscoldgico. En esencia se trata de subsumir enuncia- dos particulares en oraciones que expresan leyes.!7 i 18 para Hempel “El término ley sugiere la idea de que el enunciado en cuestién efectivamente ha sido confirmado por los elementos adecuados disponibles: como esta calificacién en muchos (2505 @s irrelevante para nuestros propésitos, emplearemos las expresiones ‘hipétesis de forma universal’ en lugar de ‘ley general’ y, si fuera necesario, estableceremos la condicién de confir- maci6n satisfactoria por separado” (Hempel, 1988: 233). La ley es conceptuada por Hempel ‘como una hipétesis convalidada, lo que concuerda con la posicién de Bunge (1979b: 335), aun cuando difieren respecto a si las leyes son solo producto de! pensamiento o si “es una pauta es- table que opera independientemente del conocimiento o de la voluntad humanos: es inherent alas cosas (Bunge, 1999a: p. 47). Debe notarse que si bien la aproximacién de Hempel sistematiza el concepto desarralla- do por Popper usa con frecuencia el término explicacion y no explicacién causal, excepto en la pagina 252 donde dice, refiriéndose a la definicién, que “E! tipo de explicacién que hemos considerado hasta aqui cominmente se denomnina explicacién causal” (Hempel, 1988: 252). Es probable que esta cautela se deba a que Karl Popper, después de rechazar la idea de explicaci6n causal por ser tautolégica 0 no refutable, propone concebirla como “una regla metodolégica ‘que se corresponde tan exactamente con el principio de causalidad, que éste podria conside- rarse como |a version metafisica de la primera. Se trata de la simple regla de que no abando- naremos la busqueda de leyes universales y de un sisterna tedrico coherente, ni cesaremos en nuestros intentos de explicar causalmente todo tipo de acontecimientos que podamos describir- esta regla gula al investigador cientifico en su tarea” (Popper, 1962: 57-60). Cuando Popper dice que |o "guia" no significa que lo consiga de manera absoluta (Popper, 1962: 137). 17 Para Hempel explicacién y prediccion comparten la misma estructura ldgica, lo que a menudo ha llevado a confundir ambos conceptos: "Se ha de sefialar aqui que el mismo analisis, incluidas las cuatro condiciones necesarias, se aplica tanto a la prediccion cientifica como a la explicacién. La diferencia entre ambas es de caracter programético. Dado E, es decir, si sabemos que el fend-. meno descrito por E ha ocurrido y si se proporciona luego un conjunto adecuado de enunci ide Cg bys bye «sso Ls, hablamos de una explicacién del fenomeno que estudi Estudio introductorio * 33 De esta concepcién epistemolégica deriva el rol central que otorgan a la causalidad Selltiz e¢ a/. en la produccién de conocimiento legitimo y, por tanto, la limitacién de los estudios explicativos a aquellos que contengan hipétesis causales. Y, por otra parte, también cobran sentido los esfuerzos que se han dedicado a establecer las relaciones entre las causas y la informa- cidn proporcionada por las observaciones mediante el empleo de técnicas estadisticas modernas. Un punto adicional es que la definicién precisa de causalidad se basa en que si se da C entonces E, lo que implica que C y E pueden ser simulténeos y no necesariamente estar distanciados por el tiem- po (Bunge, 1997: 98).'8 Y el aspecto olvidado de la causalidad es la idea de produccién, es decir, la necesaria identificacién de los mecanismos que median entre Cy E. 3) La posibilidad de generalizar los resultados de un experimento (vali- dez externa) o de inferir causalidad a partir de los observables, remite al tema de la inferencia inductiva. Una formulacién concisa del problema que enca- ran los estudios que deben inferir lo general a partir de lo particular plantea que “Desde el punto de vista légico no podemos generalizar mds alld de sus limites; es decir, que no podemos generalizar de modo alguno. Pero tratamos de hacerlo conjeturando leyes y verificando algunas de dichas generalizacio- nes en otras condiciones no menos especificas pero diferentes” (Campbell y Stanley, 1966: 39). Si bien esta formulacién hace referencia a la posibilidad de generalizar los resultados de un experimento més alld de las condiciones experimentales, es perfectamente aplicable al problema que enfrentan los estudios observacionales signados por la preocupacién causal. 4) Segiin la concepcidn realista, la causalidad es una cuestién ontolégi- ca, es decir, un rasgo propio del mundo factico; posicién que se contrapone Si se proporcionan los ultimos enunciados mencionados y se infiere E antes que suceda el fend- meno que se describe, hablamos de predicci6n” (Hempel, 1988: 251). Dada esta posicion de Hempel cabe preguntarse (i) cmo consideraria la cientificidad de las disciplinas retrodictivas, las que combinan prediccin con retrodicci6n (i) las explicaciones que recurren a la teoria del 205 (deterministico) en que dados los enunciados y las condiciones iniciales es imposible de- terminar el resultado E. ® Para mayores detalles véase la nota 6 de este estudio introductorio. 34 ¢ Karina A\ labehere, Fernando Cortés, Liliana Martinez, Gisela Zaremberg ala que sostiene el empirismo moderno para el que la categoria de causa- cin es puramente gnoseolégica; 0 sea que solo tiene que ver con nuestra experiencia de las cosas, no con las cosas mismas (Bunge, 1979: 18-22). La causalidad debe distinguirse de la explicacién causal, una cosa es suponer que este principio opera en el mundo factico y otra es contestar al porqué “no nos contentamos con hallar hechos, sino que deseamos saber por qué ocu- ren” (Bunge, 1979a: 561). Respecto de la explicacién causal hay varias posiciones. Una de ellas sostiene que “dat una explicacién causal de un acontecimiento quiere decir | deducir un enunciado que lo describe a partir de las siguientes premisas de- ductivas: una o varias leyes universales y ciertos enunciados singulares —las condiciones iniciales” (Popper, 1962: 57). Esta manera de conceptuar la explicacién causal la reduce al plano gnoseolégico, por lo que es perfecta- mente compatible con la perspectiva empirista. La critica a esta forma de conceptuar la explicacién causal sefiala que: j) no es una explicacién sino més bien la subsuncién de enunciados parti- culares bajo oraciones generales y ii) hace caso omiso de la parte ontolégica de la causalidad, considerando tinicamente la parte légica (Bunge, 1999b: 96). Una vez elaborada la critica, se plantea que la explicacién cientifica debe dar cuenta de los procesos, conocidos 0 supuestos, que vinculan las causas con los efectos (Bunge, 1999a: 98). Segiin esta conceptuacién, no bastaria, para explicar la diferencia salarial entre un hombre y una mujer, sefialar la regularidad estadistica de que los hombres ganan mds que las mujeres por el mismo trabajo en las mismas condiciones; cualquier cienti- fico social se preguntar‘a por los mecanismos que operan tras la discrimi- nacién de género. El tratamiento de la explicacién causal en la epistemologia genética se basa, antes que nada, en distinguir entre los planos teérico y empirico, y sostiene que la sucesién temporal de los eventos da pie para establecer re- gularidades que serfan manifestaciones de las relaciones causales que existen en el mundo empirico y que solo pueden reconstruitse por atribucién a las relaciones empiricas observadas de las conexiones necesarias que se estable- cen en Ja teoria (Garcfa, 2000: 204-207). Estudio introductorio * 35 Allo largo de la segunda seccién de este capitulo introductorio se ha ob- servado que la diferencia entre causalidad y explicacién causal ha brillado por su ausencia, es probable que la confusidn o mezcla de ambos conceptos en la préctica cotidiana de la investigacidn esté en la base de las dificultades para entender con claridad qué operaciones se realizan, tanto en lo concep- tual como en lo empitico, para atribuir causalidad en el estudio de los pro- blemas sociales, Para finalizar, las consideraciones expuestas respecto de los conceptos de disefios de investigacién en esta introduccién dan pie para comprender por qué la expresién “disefio de investigacién” es polisémica, aunque fre- cuentemente se emplea como si su significado estuviese perfectamente de- terminado. Si se practicase un “corte geolégico” a las formas como se usa en la actualidad se encontrarfan diferentes estratos que corresponden, como se ha visto en la tercera seccién, a diversos estadios conceptuales en el de- sarrollo de las ciencias sociales. Los estratos exploratorio y descriptivo son ficilmente reconocibles, sin embargo, la naturaleza y complejidades de las nociones de causalidad y explicacién causal, asf como el origen experimen- tal u observacional de los datos representan un amplio campo para la dis- cusién sobre la relacin de las técnicas estadisticas y sus habil generar explicaciones causales sobre la base de datos observacionales. | idades para Los disefios de investigacién en acto Los capitulos reunidos en este libro exponen con detalle el proceso de ela- boracién, implementacién y ajustes de los disefios de investigacién de las tesis de un grupo de estudiantes del Doctorado de Investigacién en Cien- cias Sociales de la Flacso México. Los primeros tres textos destacan por sus aportes en cuanto a la elabo- racién de los conceptos clave y las hipétesis de sus pesquisas, asi como a la conceptuacién de la explicacién como objetivo de las mismas, momento ctitico de la fase de estructuracién del disefio de investigacién. Son reflexio- nes que se enfocan en la exposicién de las restricciones de la explicacién 36 * Karina Ansolabehere, Fernando Cortés, Liliana Martinez, Gisela Zaremberg causal para contrastar hipétesis que pretenden responder preguntas de in- vestigacién cuyo objetivo fundamental, més que establecer relaciones entre variables, se centra en explicar cémo es posible la emergencia de ciertos pro- cesos y resultados econémicos y sociopoliticos, y sus implicaciones para la recoleccién y andlisis de la informacién. Los otros tres textos se concentran en demostrar las tensiones y pro- blemdticas enfrentadas por los investigadores cuando se establecen las relaciones de variables relevantes en las conjeturas o hipétesis y se las con- trasta con la informacién o los datos relativos a la problemdtica estudia- da, dando cuenta, cuando fue el caso, de las distancias entre la planeacién y la realizacidn del disefto, asi como de los replanteamientos, alcances y If- mites de estos. EI capitulo “Notas sobre la indagacién de un proceso politico”, de Francisco J. Cantamutto, aborda las problemdticas de un disefio de investi- gacidn orientado a comprender qué es un proceso politico, es decir, en pala- bras del autor, “una compleja interaccién de agentes, voluntades, intereses” més que “un disefto previo bellamente ejecutado en un escenario fijo”. A Cantamutto le interesa en particular el caso del kirchnerismo en Argentina, tema principal de su investigacién doctoral. El disefio propuesto debié considerar en principio una tevisién de las explicaciones preexistentes sobre el proceso, controlando la parcialidad de sus argumentos mediante la consideracién de un marco més amplio ¢ iden- tificando los presupuestos tedricos de las evidencias empiricas que sustenta- ban estas explicaciones, con el fin de proponer conceptos que funcionaran de nexo entre las diferentes aproximaciones al mismo. Este ejercicio critico propicié —ante la emergencia de enfrentamientos con teorias alternativas y tomando como base los hechos— Ia necesidad de disefar la construccién de un aparato tedrico propio que permitiera “su- perar los puntos ciegos de las diferentes perspectivas, haci didlogo, evitando sesgos politicistas 0 economicistas” y que fuera capaz de ndolas entrar en dar cuenta de la ldgica procesual que explica un resultado politico con base en un concepto ordenador de las observaciones; para el caso en cuestién, claborar una hipétesis 0 clave de interpretacién que entendiera el kirchne- Estudio introductorio © 37 rismo como “una construccién politica de tipo hegeménica, dirigida por una fraccién de la clase dominante, bajo un formato populista”. La operacién de definir conceptos tedrica y empfricamente significa- tivos, como por ejemplo el de orden politico —definido por Cantamutto como “una distribucién esperada de roles y tareas entre los agentes sociales para alcanzar objetivos sociales comunes’—, para diferenciarlo del concep- to de proceso politico, como el mecanismo que daba lugar al orden pol 0, demuestra la importancia de este tipo de tareas en el disefio de una investi- gacidn debido a que ello permite al investigador la distincién y organizacién de los observables a considerar sobre el fenémeno estudiado. En palabras del autor, “un asunto era el resultado (el orden politico), que tenfa ciertas caracteristicas (la hegemonta), y otra eta el ‘mecanismo’ que le daba lugar (el proceso politico), que tenfa otras (su forma populista)”. Asimismo, la tarea de explicitar la Iégica procesual que dio lugar al orden politico investigado permite al autor una reflexién sobre la naturaleza de la explicacién como objetivo metodoligico del disefio de investigacién suma- mente valiosa por su potencialidad para ampliar sus alcances més allé de la determinacién de las variables y factores causales o la identificacién de corre- laciones, muchas veces irresolubles, para apuntar a su capacidad de mostrar Jas concatenaciones, posibilidades y contingencias de los procesos sociales y su compleja relacién con los probables resultados. De ahi la radical consideracién de Cantamutto sobre la finalidad de una investigacién de corte explicativo: “Lo que buscamos defender no es una necesidad ex ante, sino una necesidad ex post facto: no hay voluntad de prediccién ni teleologia, sino una intencién de desentrafar las rela- ciones sociales que dieron forma a un resultado especifico, contingente, imposible de predecir. La pregunta que nos guié no fue cémo X pudo provocar Y, sino cémo fue que llegamos a Y, cual fue la cadena de aconte- cimientos que, no teniendo ninguna necesidad de ocurrencia ex ante, sin embargo, ocurrié.” El texto de Agostina Constantino, “Apuntes sobre una explicacién no causal en una tesis de ciencias sociales: el acaparamiento de tierras en Ar- gentina”, como lo indica el titulo, describe los esfuerzos desplegados a partir

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