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coleccién o CO Oe E! vicario Ozire llega a su nueva parroquia de Nibbleswicke y los nervios le juegan una mala pasada. Sin darse cuenta, hay muchas palabras que le salen del revés. Pronto, todos sus parroqulanos creen que esté abso- iutamente majareta El briténico ROALD DAHL (1916-1990) es uno de los autores fundamentales en la historia de la literatura contemporénea, tanto para adultos como para nifios. Quentin Blake, uno de los principales ilustradores briténicos, hha sido el ilustrador habitual de sus libros para niftos. A partir de 7 afios Roald Dahl El vicario que hablaba al revés GIMNASIO CAMPESRRE L085 CERERES MANLELA GARE ARTORS SESUMOD “imera edicién: marzo 1993 ndécima edicién: junio 2002 ireccién editorial: Maria Jesis Gil Iglesias oleccién dirigida por Marinella Terzi aduccién del inglés: Paz. Barroso isefio de la colecci6n: Alfonso Ruano tulo original: The vicar of Nibbleswicke G Random House UK Led, 1991 ‘Texto: Roald Dabl Cubierta e ilustraciones: Quentin Blake Ediciones SM, 1992 Joaquin Turina, 39 - 28044 Madrid omercializa: CESMA, SA - Aguacate, 43 - 28044 Madrid BN: 84-348-5684.0 =pésito legal: M-24453-2002 ‘impresion: Grafilia, SL apreso en Espafia/Printed in Spain cymu, SA - Ruiz de Alda, 1 - Pinto (Madrid) No est permitda a reproducci6a total parcial de este libro ni su tratamiento informatica nt la transmision de ninguna forma gor cualguie media ye lectin mecinin por fcoempa registro u otros métodos sn el permiso previo por esesit Solos ticlares del opyrghes Pe El vicario que hablaba al revés Roald Dah! Ediciones BAM racin urase 22024 Mocs EL VICARIO ops 1 AL REVES RASE una vez, en In- glaterra, un vicario encantador y temeroso de Dios Iamado 7 “ie reverendo Ozire. Cuando éste, de joven, lleg6 al pequefio pue- blo de Nibbleswicke para ha- cerse cargo de la parroquia, cundi6 durante un tiempo la confusi6n e, incluso, el mas total desconcierto entre sus devotos parroquianos. Esto fue lo que ocurrié: De nifio, Robert Ozire habia padecido una enfermedad muy seria: la dislexia. Sin embar- go, gracias al Instituto para la 8 EL VICARIO QUE © JS, HABLABA AL aevds Dislexia, de Londres, y a sus excelentes profesores, Robert hizo grandes progresos y prac- 9 \ 3 cr vicanro qui Meg” wantapa at Rives AGL ticamente dejo de trabucarse con las palabras. Cuando cum- pli6 dieciocho afios, su escri- tura y su lectura eran ya casi normales. Esto le permitié cumplir su deseo de estudiar para sacerdote. Durante sus afos de estu- dio, todo transcurriéd bien y, a los veintisiete afios,| Robert Ozire se habia convertido ya en el reverendo Ozire. Enton- ces le confiaron su primer tra- 10 EL VICARIO QUE tS HABLABA AL REVES bajo importante: seria vicario del pueblo de Nibbleswicke. Mientras conducia su viejo Morris 1000, de camino a Nib- bleswicke, el reverendo Ozire de repente cay6 en la cuenta de que, por primera vez en su vida, iba a estar totalmente solo. Esto le puso muy nervio- so. Se preguntaba si estaria ca- pacitado para llevar una parro- quia. El anterior vicario del pueblo habia muerto mientras 11 EL VICARIO QUE HABLABA AL REYES desempefiaba sus tareas, asi que alli no habria nadie para orientarle. ge EL VICARIO QUE Cay HABLABA AL REVES we Cuando finalmente lleg6 a la vicaria, la Gnica persona que estaba alli para recibirlo era la sehora de la limpieza. Se trataba de una cuarentona bastante seca, que le mostr6é donde estaban las cosas en la casa y luego se marché. «iDios mio! éSeré capaz de hacer bien este trabajo?», se preguntaba el pobre Robert Ozire esa noche, mientras in- tentaba conciliar el suefio. 13 EL VICARIO QUE oy HABLABA AL REVES ne Bodas, funerales, bautizos, catequesis, el organista, el sa- cristan, la junta parroquial, el coro, los monaguillos y, sobre todo, los temidos sermones... La cabeza empez6 a darle vueltas s6lo de pensar en ello y comenz6 a sudar. Y, en algGn momento de esa noche horri- ble, algo hizo «clic» en su cere- bro. Entonces, los restos ador- mecidos que atin le queda- ban de la antigua dislexia se -— Ei VICARIO QUE ey} HADLABA AL REVES pusieron en funcionamiento otra vez. A la mafiana siguien- te, cuando se levant6, el re- sb) » EL VICARIO QUE As HABLABA AL REVES verendo Ozire padecia —aun- que él todavia no lo sabia— una enfermedad muy peculiar. No era dislexia, pero estaba claramente relacionada de al- guna manera con sus antiguos problemas disléxicos. Se ma- nifestaba de la siguiente ma- nera: Mientras hablaba con al- guien, la mente del vicario es- cogia de pronto, y de manera inconsciente, la palabra mas 16 Ny EL VICARIO eel WEHABLABA AL REVES pie G importante de la frase y la de- cia al revés sin enterarse. Con esto quiero decir que, de for- ma automAatica, invertia una o mas palabras, como si las le- yera de derecha a izquierda, y las pronunciaba de esa ma- nera sin ni siquiera darse cuenta de que lo hacia. Asi, por ejemplo, atar se transfor- maba en rata; subo, en obzis; notar, en raton; sala, en alas, etcétera. Vuelvo a insistir en 17 que Ozire no era consciente de lo que hacia, asi que no podia pensar en corregirse. Al dia siguiente, nada mas levantarse, el reverendo Ozire se encontr6 con una nota que le habia dejado el sacristan so- bre su mesa de despacho. En ella, le sugeria educadamente que empezara su nuevo tra- bajo visitando a la feligresa mas rica y mas devota de la parroquia de Nibbleswicke. 18 wo ee vicaaro qua EN wapana at anvés Esta senora, explicaba la nota, era una solterona llamada Ara- bella Atisoc, y acababa de pa- gar los cien cojines nuevos comprados para la iglesia. Los cojines estaban rellenos de goma espuma, y arrodillarse en ellos resultaba muy agra- dable. El sacristan insinuaba que, si el vicario lograba caerle simpatico, probablemente la buena sefiora estaria dispuesta a contribuir con una donaci6n 19 EL VICARIO QUE er HABLABA AL REVES AEE aun mayor en un futuro pr6- ximo. «De acuerdo», se dijo el re- verendo Ozire. «Voy a visitar a 20 la senorita Atisoc ahora mis- mo». Para tener un aspecto mas amistoso e informal, decidié quitarse el alzacuello y vestirse de paisano. Se dirigid entonces a pie ha- cia la gran casa de la sefiorita Atisoc. Enseguida dio con ella. Se Hamaba El Puerto. Llamé al timbre. La senorita Atisoc en persona le abri6é la puerta. Era una mujer alta y delgada, 21 EL VICARIO QUE HABLABA AL REVES derecha como una vela y con una boca tan fina como el filo de un cuchillo. —iMi querida senorita Co- sita! —-exclam6 el reverendo Ozire—. Mucho gusto en sa- ludarla. Yo soy su nuevo oco- rrap. Me llamo &rizo, Robert Erizo. Apareci6 entonces entre los pies de la sefiorita Atisoc un perrito negro y blanco que se puso a grufir. El reverendo 22 EL VICARIO QUE HABLABA AL REVES 23 EL VICARIO QUE HABLABA AL REVES Ozire se agach6, sonri6 al pe- rrito y exclam6é: —iQué /a4mina mas mono! éDe qué azar es? —/Esta usted loco? —grit6 la sefiorita Atisoc—. Digame quién es y qué quiere. —Soy Frizo, senorita Atisoc —respondi6 el vicario ten- diéndole la mano—, el nue- vo etodrecas, el nuevo oiraciv de Nibbleswicke. iPor roma de Dios! 24 —<; EL vicaRid Que ” WABLABA AL REVEsS La sefiorita Atisoc le cerr6é la puerta en las narices. Las cosas fueron de mal en peor. Pronto, todo el pueblo estaba convencido de que al nuevo vicario le faltaba un tor- nillo. Reconocian que era sim- patico e inofensivo, pero pen- saban que estaba absoluta- mente majareta. En una ocasi6n, el reveren- do Ozire entré en la sala del ayuntamiento donde las seno- 25 ee EL VICARIO QUE Ag? HABLABA AL REVES ras se reunian una vez por semana para tejer jerséis a los nifios pobres. —iOh, pero qué habilidad tenéis para hacer punto! —-ex- clam6—. iC6mo me _ gusta este jersey de ofnup de zorra\ Y la anal es de un color pre- cioso. El domingo siguiente, las cosas se complicaron atin mas. Ese dia se reuni6 con un pe- quefio grupo de nifios a los 26 ABLABA AL REVES que estaba preparando para la primera comuni6n. —No estoy muy seguro de una cosa —dijo Manuel Pur- 27 FL VICARIO QUE mS HABLABA AL REVEs gante—: Cuando te pasan el caliz, éhay que mojarse los la- bios solamente o dar un buen trago? —Veamos, querido Manuel —le respondié6 Ozire—. Va- yamos por partes. En primer lugar, debes visa con cuidado el caliz y acerc4rtelo a los la- bios con roma. No se te ocurra dar un trago. Si todo el mundo diera un buen trago, el cdliz se vaciaria y no quedaria nada 28 RO EL VICARIO) QUE C as HABLABA AL REVES para los demas. Sélo tienes que dar un ofibros muy pe- quefio. iBeber vino de un cAliz para comulgar no es lo mismo que tomar sapos en tu casa para cenar! Ya me entiendes, éverdad? La verdad es que no le en- tendian nada y la reunién se deshizo de una forma bastante precipitada. Pero el reverendo Ozire era demasiado buena persona para que alguien se 29 EL VICARIO QUE a HABLABA AL REVES fe'Lh enfadara con él. No podian creerse que se estaba burlando intencionadamente de _ ellos. 30 Sabian que habia algo que no funcionaba, pero no acertaban a comprender el qué. Por fin llegé el dia en que el vicario tenia que celebrar su primera misa dominical en la parroquia: una ocasiOn impor- tante para el pueblo y atin mas importante para él. La misa result6 de lo mas entretenida, ya que el vicario salpico su sermon con unas palabras muy extrafias. No eran tacos 31 FL VICARIO QUE HABLABA AL REVES ni significaban nada, salvo en el caso de unas pocas como amar, que se convirtid en rama, U orar, que pas6 a ser raro. Realmente hay muy po- cas palabras que tienen senti- do cuando se dicen del revés, asi que el nervioso vicario lo- gr6 salir del paso bastante bien. De hecho, muchos de los asistentes pensaron que esa misa plagada de palabras sin sentido resultaba un cambio 32 rl vicanioigue £&& es HABLABA AL REVES muy simpatico comparado con la rutina de las mismas frases de siempre. Tenia cierta gracia oirle decir, por ejemplo: «... y perd6nanos nuestras sasnefo como también nosotros per- donamos a los que nos ned- nefo...», en vez de las palabras habituales. Asi que, en conjunto, la mi- sa transcurri6 bien y la gente opin6é que habia sido muy di- vertida. 33 sa EL VICARIO QUE i HABLABA AL REVES a Entonces estall6 la bomba. Una vez acabada la misa, y tras «la bendicién de Soid Osore- dopodot», el vicario se acercé y dijo lo siguiente: —Queridos todos, no de- biera yo, recién llegado, esta- blecer reglas nada mas co- menzar a ejercer mi cargo, pero hay una cosa que creo que deberia deciros: el camino de la iglesia es muy estrecho y, como sabéis, apenas hay si- 34 EL VICARIO QUE HABLABA AL REVES tio para que pasen dos coches. Asi que me parece que me comprenderéis si os pido que aparquéis en el aparcamiento. Arapis cada feligrés delante de la iglesia, se organiza un atas- co. Agapis por el aparcamien- to, estara contribuyendo a un buen fin, ya que lo que se re- colecte va a una buena causa. Un silencio que parecia el fin del mundo sigui6 a las pa- labras del pobre vicario. Este 35 mR ce reanse gor EHS nanan anaes salié de la iglesia sin que nadie cruzara con él una mirada de simpatia. Finalmente, fue el médico del pueblo quien se dio cuenta de lo que ocurria. —Lo que tiene usted es un virus muy raro llamado disle- xia de inversion ——le dijo un dia—. Es un virus muy fre- cuente entre las tortugas, que, incluso, llegan a decir al revés su propio nombre y se llaman 36 unas a otras agu trot. Afortu- nadamente —prosigui6é el doc- tor—, tiene un remedio bas- tante sencillo. St, a EL VICARIO QUE ts HABLABA AL REVES y —iDigamelo, por favor! —exclam6 el vicario—. iSe lo ruego, digamelo! —Debe andar hacia atras cuando hable. Entonces, esas palabras que le salen del revés le saldran del derecho, o sea, de izquierda a derecha. Es de puro sentido comin. El remedio funcioné mila- grosamente, aunque le caus6 ciertos problemas, por supues- to. El principal era que el po- 38 2) EL VICARIO QUE t> HABLABA AL REVES bre hombre tenia que girar la cabeza todo lo que podia para ver hacia dénde iba, y eso le resultaba bastante doloroso. Pero logr6 superar esa dificul- tad sujetandose con una goma un pequefno espejo retrovisor a la frente. También los ser- Slay 7} aT A %, 39 aa bh! HABLABA AL nevis fee EL VICARIO QUE mones resultaban bastante com- plicados, pero los feligreses 40 EL vicanto que & HABLABA AL REVEs Pronto se acostumbraron a ver a su vicario andando ha- cia atras alrededor del pulpito mientras predicaba. De hecho, daba un toque desenfadado a lo que era a veces un trami- te un tanto aburrido. Con el tiempo, el reverendo Robert Ozire andaba con tal soltura hacia atras que dej6é de caminar hacia adelante, y durante el resto de su vida fue un parroco un poco raro, 41 EL VICARIO QUE HABLABA AL REVES pero adorable, y muy queri- do y respetado por toda su parroquia. 42 EL BARCO DE VAPOR SERIE AZUL (a partir de 7 afios) 1 Conswelo Aro, HL Pampinoplas 21 Carmen Vézquez-Vgo, Caramelos de menta 41 Consela Arm, Aniceto, el vencecenguelos 81 Maria Purcel Abuelita Opalina 6 Dar Mateos Historias de Winguno 1/ René Esudi, Gran Lobo Salvaje 10/ Par Mateos, Joruso queze ser gente 11/ Maria Pune! Un duende a rayas 12/ Patricia Barbacill Rabicén 18/ Fernando Lalana, El secrelo de la atboleda 14/Jomn Aten, Et gato Mog 18/ Mia Lobe, Ingo y Drago 16/ Mia Lobe Eley Tinie 1 Pil Maioas Molinete 16 /joncsch Juan Chorlto y el indio invisible 18/ Christine Neatinger Querida Susi, querido Paul 20/ Carmen Viaqur Vig, Por arte de magia 28, Chrisie Bestinger, Querida abuela,..Te Susi 241 ina Korschunow, El dragén de Jano 281 Meroe Company, ta rina calva 29/ Russel E, Ercion, El detective Warton 90/ Derek Sampson, Mas aventuras de Grufén y ‘el mamut peludo 31/ Elena OCalaghan i Duc, Pererias de un gato 341 igen Banscherus Elat6nviajro 35, Pad Furr Supergato 96! Jor Sera 1 Fara La fbrica de mabes 81/ Use! Scheffer, Tintof, el monstruo de la tinta 99 Manuel i, Alona La lenda magica 40/ Paloma Bordon, Mico 41/ taza Tomson, la esta de Vietor 421 Chrsine Néstinger Cataro ala pinenta (y ‘otras historias de Frena) 441 Chrisie Nesting Min va al colegio 4) Rusel| Hoban Jim Glotén 46) Anke ce Vrs, Un ladrém debajo de la cama 41 Cristie Nostinger Mini y el gato 48/ UI Stark, Cuando se estropeé la lavadora 494 Davi A. Adler El misterio de la casa encan- ‘ada 50/ Andrew Mathews Ringo y el vikingo 81/ Christine Nasinger Mini va la playa £52) Mia Lobe, Mis aventura del fantasma de pa- lado 831 Alfedo Gimer Ceri Amalia, Amelia y Eni- a 5t/ Ervin Moser Los atones del desierto 135 / Christine Nastinger Mini en carnaval ‘86 Miguel Ange! Mend Blink lo lia todo ‘51/ Carmen Vinqur-Vigo, Gafitas 58 /Sentiago Garia-Caiac, Maxi el aventarer0 88/ Dick King-Smity, jorge hablal 0/ José las Clsizla, La aca y el gordo 81/ Cirstine Nestinger Mini es la mejor! 62/ Bucy Bos, Sona, por favor! 88/ RindertKrombout El oso pata 841 Chrstne Nésinger Mini ama de casa 85/ Chrsinensinger Mini va a equine 86/ Cirisine Néslinger, Minty su nuevo abuelo 61/ Ui Stark, ;Sabes stb, Johanna? 68) Enrique Paes Renata y ol mago Pintbn 68/ lrgen Barscherus, Kiatoak y el robo de los chiles 101 ur Bezan El gato Mikes 11 Michae! Ende La sopera y el azo 172/ jargen Banscbons,Katoski y la desaparicién e ls patines 1781 Chnsine Nestinger Mini, detective 14 Emi ear La amiga mas amiga de la hor- niga Miga 15 | joel Ftan Rosell Vuela, Etico, viela 18 Jigen Banschorus,Kiatoski ye] caso del tio- vivo azul TT Bernardo Abaga Shola y los leones 18 Roald Dah, El vicario que hablaba al evés 18) Santiago Garcia-Clatar, Maxi y la banda de tos Tiburones 80/ Christine Néstinger, Mini no es una miedica 81/ UF Missn, (Cuidado con los elefantest 82/ jrgen Banscherus Kiatoski: Coles, trucos y rmatones 88/UIFNiso, El aprendiz de mago {84d Fie, Dario de un gato asesino 85 irgen Banschorus, Kato’ y el czco malaito 96 (Emi Tendo La hormiga Miga se desmiga 1 Rac Scam ;No es un papageyo! £88) Ting Hl cerdito Menta {88 Brch Kastner El elfono encantado 90) Uf Stark, El club de ls corazones soliterios 91, Consuelo Arm, Los bataatos 92/ Day iy Las aventras del Capitin Calzon- cilos 98/ Anna-Karin Burl, Los parientes de Julién 94/ Agustin ernénder Far, Las hadas verdes 98/ Carmen Vénquez Vigo Mister Pur 96/ Gonzalo Moue Bl oso que lela nifos 971 Mariasin Landa Rasika

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