Érase una vez Cenicienta, esclava de su madrastra y sus
hermanastras a la que explotaban limpiando y cumpliendo sus deseos. Cenicienta tenía un hada madrina que la ayudó con un vestido y un carruaje para ir a la fiesta del príncipe Henry, por cierto, el vestido era tan hermoso que parecía telas de nubes. Todo esto tendría una condición pues acabaría a las 12 am. Después de llegar al castillo que parecía que era un paraíso, solamente noto que el príncipe no la paraba de mirar, pues se había sorprendido por su hermosura, ella era como un ángel caído. El príncipe no dudó y la invito a bailar, después de un buen tiempo lamentablemente ya eran las 12, pero Cenicienta no se había percatado pues ella sentía que había llevado mil horas bailando con el príncipe. Cuando se dio cuenta que ya eran las 12 sin pensarlo salió corriendo sin ningún aviso se marchó, el príncipe la intento alcanzarla, pero no lo logro, pues cenicienta se había ido sin perder ninguna zapatilla. El príncipe se había quedado muy triste por la partida de la dama misteriosa y desde ahí la mujer hermosa se había convertido en su adicción por encontrarla. Mientras Cenicienta vivía su vida como esclava, el príncipe la buscaba. Después de tiempo Cenicienta salió por cosas necesarias y de repente miro fijamente al príncipe Henry que estaba ahí enfrente de ella, los dos se miraban fijamente pues el príncipe estaba seguro que ella era la dama que estaba buscando hace tiempo y lo confirmo con una foto que tenía guardada, pues había notado que era la mismísima. Desde ahí empezó un amorío entre Cenicienta y el príncipe hasta que se casaron y dejo de vivir como una esclava con sus hermanastras y madrastra. Fin