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Retrato de Un Asesino - Patricia D. Cornwell
Retrato de Un Asesino - Patricia D. Cornwell
ePUB v1.2
NitoStrad 08-06-12
Título original: Portrait of a Killer
Autor: Patricia Cornwell
Traducción: Mª Eugenia Ciocchini
Primera edición: abril de 2003
Editor original: NitoStrad (v1.0)
ePub base v2.0
A John Grieve, de Scotland Yard.
Tú lo habrías atrapado.
MARAJÁ MEERZARAM
GUAHAHAPAJE RAZ
PAREA MANERAMAPAM
MUCHER
L.C.S.K.
Oeste de Londres
Estimado jefe:
Vuelvo a las andadas. ¿Le gustaría atraparme? Pues
ya podría buscar aquí —dejo mi guarida— cerca de
Conduit St esta noche a las diez y media vigile Conduit St
y alrededores —Ja— Lo desafío con 4 vidas más cuatro
conos más para añadir a mi pequeña colección y me
quedaré satisfecho Haga lo que haga no conseguirá
descansar… La hoja no es grande pero sí afilada…
[escribió Jack el Destripador junto al dibujo del cuchillo]
O a bisto al demoño
con su mikrocopio y visturi
mirando un Riñon
con el portaojetos en alto
He aquí el demonio,
con su pico y su pala de madera,
cavando en la tierra acerada,
con la cola en alto.
Esta alusión a la literatura popular de Cornualles no tiene
sentido si creernos que la carta la escribió un asesino analfabeto
capaz de extirparle el riñón a una víctima y enviarla por correo.
Walter Sickert visitó Cornualles cuando era niño. Pintó allí
mientras era aprendiz de Whistler. Conocía el lugar y a su gente.
Era un hombre instruido y familiarizado con las rimas folclóricas
y las canciones del teatro de variedades. Es inverosímil que un
pobre iletrado de Londres conociera Cornualles o leyera
cuentos populares de Cornualles en un tugurio de los barrios
bajos.
Alguien podría —y debería— alegar que, ante la ausencia
de una fuente de referencia fiable, en este caso el ADN de
Sickert, no existen pruebas científicas concluyentes para suponer
que la secuencia específica hallada en la carta de Openshaw la
depositó allí Walter Sickert, alias Jack el Destripador. Y no
debemos suponer nada semejante.
Aunque desde el punto de vista estadístico, una secuencia
específica excluye al noventa y nueve por ciento de la población,
en palabras del doctor Ferrara: «La correspondencia de las
secuencias podría ser una coincidencia. O podría no serlo.» En
el mejor de los casos, contamos con un «discreto indicador» de
que las secuencias del ADN mitocondrial de Sickert y el
Destripador proceden de la misma persona.
15
Una carta pintada
Walter Sickert era el peor enemigo de un científico forense. Era
como un tornado que arrasa un laboratorio.
Desató el caos en nuestra investigación con su sorprendente
variedad de papeles, pinturas, matasellos y letras falseadas, y
con su manía de ir de aquí para allá sin dejar un rastro en diarios
o agendas ni fechar la mayoría de sus cartas y obras artísticas.
Su golpe definitivo a la ciencia forense fue la decisión de que lo
incineraran, pues cuando se quema un cuerpo a 1C00 °C, el
ADN desaparece. De modo que si Sickert dejó muestras de
sangre o de pelo, aún tenemos que encontrarlas.
Ni siquiera podríamos intentar un estudio familiar del ADN
de Sickert, ya que para ello necesitaríamos muestras de sus hijos
o hermanos. Sickert no tuvo hijos. Su hermana, tampoco. Que
se sepa, ninguno de sus cuatro hermanos dejó descendencia.
Sería absurdo e impensable exhumar el cadáver de la madre, el
padre o los hermanos de Walter por la remota posibilidad de
padre o los hermanos de Walter por la remota posibilidad de
que su ADN mitocondrial coincidiera con el que los laboratorios
Bode recuperaron de manera milagrosa de unos fragmentos
genéticos de vidas pasadas.
El caso del Destripador no se resolverá de manera
concluyente mediante pruebas de ADN o dactiloscópicas, lo
cual, en cierto modo, es bueno. La sociedad ha llegado a
esperar que la magia de la ciencia forense aclare todos los
crímenes, pero las pruebas no significan nada sin el elemento
humano de las facultades deductivas, el trabajo en equipo, una
investigación exhaustiva y la labor de un fiscal inteligente. Si las
muestras de ADN halladas en las cartas de Sickert y en las del
Destripador hubieran coincidido de un modo exacto, cualquier
defensor hábil habría dicho que el hecho de que Sickert
escribiera aquellas cartas no prueba que matase a nadie. Quizá
lo hiciera porque tenía un sentido del humor extravagante y
retorcido. Un buen fiscal replicaría que Sickert estaría en un
aprieto aunque sólo hubiera escrito una de esas cartas, ya que
éstas equivalen a una confesión. En ellas, el Destripador afirma
haber matado y mutilado a personas que llama por el nombre, y
amenaza con matar a miembros del gobierno y la policía.
Las filigranas del papel añaden otra dimensión al asunto.
Hasta la fecha hemos encontrado tres cartas del Destripador y
ocho de Sickert con la filigrana de A Piríe & Sons. Parece que
entre 1885 y 1887, el papel de carta que usaban los Sickert en
el número 54 de Broadhurst Gardens era A Pirie, y estaba
doblado en el centro como una tarjeta de felicitación. La parte
delantera de las hojas tenía un reborde azul claro, el mismo color
delantera de las hojas tenía un reborde azul claro, el mismo color
en que estaba estampada en relieve la dirección. La filigrana está
centrada sobre el pliegue. En las tres cartas del Destripador, la
hoja se cortó por este pliegue, de manera que sólo tiene la mitad
del sello de A Pirie & Sons.
A menos que Jack el Destripador fuera tonto de remate,
habría arrancado la parte de la hoja que contenía la dirección.
Esto no significa que los criminales nunca cometan fallos
estúpidos, como olvidar el carne de conducir en el escenario del
crimen o dejar una nota escrita en el resguardo de un depósito
con la dirección del banco del ladrón y su número de la
Seguridad Social. Pero Jack el Destripador no cometió errores
garrafales, de lo contrario lo habrían descubierto en su época.
Era un arrogante, y no creía que pudieran atraparlo. Sickert
no debió de preocuparse por las filigranas incompletas de las
cartas que firmó con el nombre del Destripador. Quizá se tratase
de otra provocación, otro «atrápenme si pueden». Las filigranas
de A Pirie & Sons que encontramos en el papel de Sickert
llevan fecha de fabricación; en las tres cartas del Destripador,
estas fechas están incompletas y son: 18, 18 y 87. El 87, como
es obvio, corresponde a 1887.
Tras muchos viajes a los archivos encontramos otras
filigranas coincidentes que tampoco debieron de preocupar a
Sickert. Las cartas que Walter escribió a Jacques-Emile Blanche
en 1887 están escritas en un papel con las señas estampadas en
negro y la filigrana de Joynson Superfine. Una búsqueda entre la
correspondencia entre Blanche y Sickert en la biblioteca de
L'Institut de France, en París, revela que entre el otoño de 1888
y la primavera de 1889 Sickert usó papel Joynson Superfine,
con la dirección 54 Broadhurst Gardens estampada en relieve
sin color, o de color rojo intenso y con un reborde en el mismo
tono.
Las cartas que Ellen escribió a Blanche con fechas tan
tardías como el año 1893 —con las señas 10 Glebe Place,
Chelsea— también están escritas en papel con la filigrana de
Joynson Superfine. En la colección de documentos de Whistler,
en Glasgow, hay siete cartas de Sickert con filigranas de
Joynson Superfine, de manera que parece que Sickert usaba
este papel al mismo tiempo que el de A Pirie & Sons.
En la colección de sir William Rothenstein, en el
Departamento de Manuscritos de la Universidad de Harvard,
encontré otras dos cartas de Sickert en papel Joynson
Superfine. Rothenstein era pintor y escritor, y lo bastante amigo
de Sickert para que éste le pidiera que mintiese por él bajo
juramento. Durante la década de 1890, Sickert había trabado
amistad con una tal Madame Villain, una mujerzuela de Dieppe a
quien él llamaba «Titine». Aunque no hay pruebas de que
cometiera adulterio con esta mujer, ella le proporcionó techo y
comida y un espacio en su pequeña casa que él usaba como
estudio. Fuera cual fuese la naturaleza de su relación, podría
haberse usado en los tribunales si Sickert hubiera rechazado la
demanda de separación de Ellen, cosa que no hizo. «Si te citan
—le escribió a Rothenstein en 1899, durante el divorcio—,
podrías declarar que ignoras incluso el nombre de Titine. Podrías
podrías declarar que ignoras incluso el nombre de Titine. Podrías
decir que siempre la he llamado "Madame".»
No hay fecha en ninguna de las dos cartas con filigrana de
Joynson Superfine que Sickert dirigió a Rothenstein. Para una de
ellas —que, curiosamente, está en alemán e italiano— debió de
usar el papel de su madre, ya que el membrete lleva la dirección
de ésta. En la segunda, que contiene fórmulas matemáticas y una
cara caricaturesca con la palabra «puaj», figuran las señas 10
Glebe Place, Chelsea, las mismas de la cana de 1893 que Ellen
remitió a Blanche. En los archivos municipales de Londres hay
una carta del Destripador con una filigrana incompleta de
Joynson. Parece que Sickert usó este papel desde finales de la
década de 1880 hasta finales de la década de 1890. No he
encontrado cartas con esta filigrana posteriores a la fecha de su
divorcio, en 1899, cuando Walter se trasladó a la Europa
continental.
En los archivos de la City, dentro de la carpeta
correspondiente a «Los asesinatos de Whitechapel», hay cuatro
cartas escritas en papel Joynson Superfine con las siguientes
fechas: 8 de octubre de 1888, 16 de octubre de 1888, 29 de
enero de 1888 y 16 de febrero de 1889. Dos de ellas están
firmadas con el nombre «Nemo». Otras tres, en papel sin
filigrana, también llevan la firma «Nemo». El 4 de octubre de
1888 (cuatro días después de que la policía de la City recibiera
la primera carta de «Nemo») The Times publicó una carta al
director firmada por «Nemo». En ella se describen
«mutilaciones, nariz y orejas cortadas, destripamiento del cuerpo
y extracción de ciertos órganos: el corazón y el c…» El autor
y extracción de ciertos órganos: el corazón y el c…» El autor
proseguía:
Estimado señor:
Estaré en Whitechapel el 20 del corriente… y
comenzaré una tarea delicada a eso de medianoche, en la
misma calle donde ejecuté mi tercer examen del cuerpo
humano.
Suyo hasta la muerte,
Jack el Destripador
Atrápenme si pueden
P.D. [posdata situada en la parte superior del pliego]:
Espero que pueda leer mis palabras, y lo pondré todo por
escrito, sin dejarme nada. Si no puede ver las letras,
hágamelo saber y las haré más gandes.
Querido jefe:
Así que aora dicen que soy judío ¿cuando aprenderán
querido jefe? Uste y yo sabemos la verdad. Lusk puede
buscarme eternamente que nunca me encontrará pero
estoy ante sus nanzes todo el tiempo. Los veo buscarme y
me dan
ataques de risa ja ja. Amo mi trabajo y no pararé
hasta que pillen e incluso entonces cuidado con su querido
compinche Jacky.
Atrápenme si pueden.
Thejuwes are
The men That
Will not
be Blamed
for notbing.
En el hombro la sonda
el termómetro al costado
Curarás a un soldado
tu satisfacción será honda
FUENTES ORIGINALES
FUENTES SECUNDARIAS