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Quinto encuentro Jestis y Marfa de Betania (Jn 12,1-11) Seis dias antes de la Pasena, Jesse fue a Betania, donde es- taba Lésaro, a quien Jesis habia resucitada de entre los muer- tos. Le dieron alli una cena. Marta servia y Lazaro ena uno de las que estaban con él en la mesa. Entonces, Maria, tomando tuna libra de perfome de nardo puro, muy cara, ungia ls pies de Jessy ls secd con sus cabellos, Y la case se lend del olor del perfiums. Dice Judas Iscariot, uno de los distpules, el que lo hhabia de entregar:«:Por qué no se ba vendido exe perfiome por teins dear sb ‘i spores Per ra deco porque le preocuparan los pobres, sino porque ert ladrén, co tno tenia te bo selena lo gue echaban en la Js i: “«Déjala, que lo guarde para el dia de mi sepultura. Porgue po- bares siempre tenes com vostro ero a mi no siempre me ten- itive Gran mimero de judios supiron que Jesis estaba ally fue~ 10m, no slo por fess, sino tambien por vera Lézaro, a quien ha- bia resuctado de entre ls muertos. Los sunossacerdoesdecidie- rom dar muerte también a Lézaro, prgue causa de él muchos Juaios se les iban y eran en Jess. Desvelar el misterio *Pon atencién, digo, y descubriris que en el pasaje evan- ¢gélico los evangelistas no han escrito palabras y relatos, sino misterios.» Con estas palabras, Origenes, en su Homilia sobre el Cantar de las Cantares (1,4), introduce el episodio de Beta- 8 perf de Evangeio nia. Estos mstera se perciben de modo muy especial en las piginas del evangelio de Juan. Encierran un sentido profundo sdlo accesible a euantos emprenden la ardua tarea de desci- frarlo, Esta cs la meta de nuestro trabajo: desvelar el mistrio dqucencieta la expesin sa fragancia del perfumes (hm row ‘myrow) en el rlato de la uncidn de Betania. Para ello proce- dderemos del siguiente modo: estudio de la funcin de Jn 12,1- 11 en el cuart evangelio, andliss de Jn 12,3 (el gesto de Ma- ria y la fragancia del perfurne) y conclusion final. 1. La funcién de Jn 12,1-11 cn el cuarto evangelio La insercin del relato de la uncién dentro del bloque uni- tario de los caps. 11 y 12 no es ciertamente arbitraria. Res- ponde a unos objetivos bien determinados del evangelist: el hhecho sucede exactamente seis dias antes de la Pascua (Jn 12,lscf 11,55.56; 12,20) yen segundo lugar, va unido a una serie de narraciones (resurreccién de Lézaro, entrada tiunfal en Jerusalén, didlogo con fos griegos)situadas en este petiodo post-pascual Ahora bien, estos objetivos de tipo literario responeden en ilkimo té:mino al pensamicnto teol6gico que el autor quiere expresar através de su obra, Si Al sicta la accién de Betania an tes de a Pascua es porque quiere orienar tanto el relato como In atencién del leetor/a hacia el gran acontecimiento que cen- dlri lugar en esta solemnidad: la muerte de Jess (n6tese que la resurtecién sera vel dia después del sibadon, Jn 20,1). Tan- to es asf que en los caps. 1112 apuncan ya los temas capita- CAN. Catch ene, La ipa dl prime on Ju 1235, Bai (1990) 26.265 to ev y adapta prs oe volume, CE fe Mouro-Besr alle ce en 1112 Fae de ra ‘elnino thlggues en A. Desh Gt Saran did ‘sea Tame de tuniipae de Chapin 1 Plage fan 1. 104) Cha ar 19, py 138-109 G. Mlk Th Chine ay Se no oft Fars angel is 117, ae Pot tu iio, Rams 19, Jessy Mars de Beanie » les de la pasién ™: la hora de Jess (Jn 12,23.27.33), su glori- ficacion (In 11,4: 12,14.23.28), el juico final Jn 12,31), la reunién de los hijos disprsos de Israel (Jn 11,52; 12,32), la rea leza de Jess (Jn 11,275 12,13.15). La muerte (sepuleura) de Jest también esté presente en los caps. 11-12, En Jn 12,7, Jess ha explicado la uncin en re- Jacién con el dia de su Sepultura. Su explicacin remite auto- miticamente a Jn 19.40, donde el evangelista narra cémo Jo- sé de Arimatea y Nicodemo ungieron el cuerpo de Jess. Por consiguiente, la uncién de Jesis en Betania puede considerar- se como la prefiguracién de su sepulura Consideremos ahora el contexto préximo del relato de a tuneién. Estésituado entte la resuereecién de Lizaro y la en~ trada criunfal de Jess en Jerusalén. Por un lado, su cercan‘a a la resurreccidn de Lézato (ya en Jn 12,1 se alude a Lézato co- ‘mo «a quien Jests habia resueitado de entre los muertos) se- fala el interés que tiene el autor en esablecer una fuerte vine culacién entre ambos relatos. Pero, por qué tanto interés en «llo? El autor utiliza el episodio de L4zaro para hablarnos in- dlirectamente de Jesis, de su muerte y resurreccin, Este e- ‘curso se hace evidente en los siguientes textos: Joa Laenfermedad de Lizaro traci consigo la glo- rificacdn (o ea también la muerte) de Jess. Je 1716: Para fests, ira Judea, afin de resucizar a Lizaro significa swaneat hacia fx mute. Por si propia voluntad, Jess toma la decision de entregar la Vida, y ai lo entende Tomés l Mello, J 11,2425: Laincervencién de Marca (apenada por la muer- te de su hermano) proveca la mantfesacién de [ests como la resurteciony la vida del mundo, Es parad6jico, pero en la resurreccién de un muerto em- pieza.afraguarse la muerte de Jestis (Jn 11,45-53). Y, poco an- CE dela Poet, a Psion arn sng df i ibhe79), (er P1986 9p 1738 10 pene de oan tes de resuitar a Lizaro, Jesse habia. manifestado como el autor de la resurreccién corporal y espirieual de todo ereyente (In 11,25-26). En otras palabras, Jess mismo se presenta co- imo el vencedor de la muerte. Envuelto en esta atmésfera«pas- cual, comienza el evangelista el relato dela unc Sere Je- stis victorioso de la muerte quien anuncie su propia sepuleara n 12,7). Por supuesto, Jets no alude simplemente a la se- pultura fsica. Sus palabras van ms allé del sepuler, los lien- 20s, el sudario y las aromas. Anunciando su muerte y sepultu- ‘a, estd anunciando también su resurteccién_gloriosa con todos los frutos que de ella se derivan. Pero, si esis quicre triunfar sobre la muerte, primero tendra que probatla, tendri que sufira en su propia carne. Porque sdlo asi su muerte se- 1 redentora: «Si el grano de ttigo no cae en tiera y muere, queda solo; mas, si muere lleva mucho fruto» (Jn 12,24) y germinaréen salvacién universal: «¥ yo, cuando fuere levan- tado dela tierra, a todos arastraré hacia mis (Jn 12,32). ‘Tampoco carece de significado que la uncién de Betania csté situada después de la enerada triunfal de Jess en Jerusa- lén, Ademds, ambos relatos estin unidos por la expresin tern- poral al dia siguientes (Jn 12,9). Mateo y Marcos, en camn- bio, descrben ta entrada de Jess en Jerusaén (Mt21,1-11; Me 11-11) mucho antes de su uncién (Me 26,6-13; Me 14,3-9), y Lucas sitda el acontecimiento similar muicho ances también dela Pascua, entre la parsbola de las minas y la escena de Je- sti lorando sobre Jerusalén (Le 19,28-40), Con la proximidad de los dos episodios, se asocia el Jess recign ungido en Betania con ef Jess (Mestas) rey de Israel que entra en Jerusalén (cf. Zac 9,9) entre las aclamaciones de Ja mulkitud (Jn 12,125 11,27). Bl texto no lo dice explici- tamente, pero su estratégicacolocacisn ya nos dea entrever el cardcter real de la uncidn (cf. 2 Re 9,1-13; 1 Sam 10,1; 1 Re 1,38-40; Sal 132,2) que esis ha recibido en casa de Lizaro ™, ~ Lascomeneins no sepoen de curd te pute. CK. Bae, Ho sei gant Une asm tir tt pai el on, ‘Sida Nl 2008 p21 Cog 1989 Elis Te Aig Jos Mare de Bana 101 EL ungido como rey en la cena de Betania, como rey entra cn Jerusalén, como rey muere en la cruz y como rey es ente- rrado ". Que la cealeea de Jess afloe ya en el relato de Bet nia no tiene, por tanto, nada de extraio, No es necesari re- cordar tampoco que el tema de la realeza de Jesis es uno de los temas principales de la pasiin del cuarto evangelio. Baste recordar cl interrogatorio de Pilato: «Lego, zi eres rey? Res- pondié Jess: Ta dices que yo soy rey» in 18,37). La escena ulmina en la presentacin de Jests ante los judios: «Aqui te- nis a vuesto rey» Jn 19,14), Podemos coneluir que la funcién del episodio de fa uncién cn el evangelio de Juan se explica por su situacién dentro de Jos caps. 11-12. La finalidad de éstos es preparar la segunda parce del evangelio. En Jn 11-12 cl autor anticipa, mediante 1. uso de diversos recursos estilisticos, todo el mistrio pascual de Jesis antes de su realizacién en Jn 13-20. Dentro de este ‘marco literati al servicio del objetivo general de Jn 11-12, e relato de Ja uncién es parte preparatoria de la pasin. Funcio- nna como prefiguracin de lt (mucre)/sepuleura de Jesis y eo- ‘mo auténtico anuncio profétco de su reaeza mesidnica Jee pint 97970 ey She, ase ee rt ect St ated Cat geomet mtcntpatetonel su ancorenns wo, Samia far lian nc es Bae coca endl tn og me ne we ce ieee etn ite senclnaaseee a Seman rhansepetctenaostepe Siar Seve tern ‘cnt Bama tn et Sc cc de {lsat de fs (omen Meo'y Maro) Ck tambo Lape Mary ce se ee a Chhawrehersoanen fan catalan ates ee ec de en soe an pa eo nan bre nc depts Cre Ear at bee eee ern oon ar earn aie sr ee tapes al dre cs meee Tas poeapertrtachines eile pete SE SRN a eel le im El pefone det Engi 2. El gesto de Maria Nada sorprendente haba sucedid en la cena de Betania iMusic ung ops dfs land de sta ace sogiremer el siguente orden: ls personae, ls tes accones de Mati y su significado simbdlic. Los personajes Los personajes centrales de la escena son Jess, Marfa y a= das, La accién de Maria Jn 12,3) provoca la intervencién de Judas (Jn 12.4-6), y Judas a su ver, la intervencién de Jess (in 12,7-8). Maria irrumpe en el rclato sin previa presentacién. Sobre Lizaro y Marta el evangelista nes proporciona alguna informa cin (Jn 12,1-2); de Maria sin embargo, no nos dice nada, Se limita a describir su acci6n. Supone, por tanto, que el letor ya la conoce desde el milagro de su hermano Lézaro (Jn 11,1-53), donde aparecfa ocho veces su nombre. En Jn 11,2 el autor iden- tifica a Maria como sla que habia ungido con perfume a Sefor ¥ enjugado sus pies con sus propios cabellss. Pero, de hecho, Maria todavia no habia realizado estas acciones. ;Cmo conci- liar entonces Jn 11,2.con Jn 12,3? ;Se rata de una presentacién proléprica de la unci6n o de una teferencia a otra uncién pre- cedente? Si hubo otra uncin, el evangelista no la incluye en su relato, Nosotros nos inclinamos por la primera solucién, Maria no habla con nadie, ni siquiera con Jess. Es su ges- to la palabra més elocuente. ¥ Ia prucba es que su accién no pasa inadvertida alos invitados. Es mas, les lla de soxpresa y provoca entre ellos diversas reacciones (cf Mt 26,8; Me 14,4- 5; Le 7,39). Nucsto autor, sin embargo, s6lo nos transmit la de Judas. Maria se postra ante Jess, unge sus pies con perfume caro y luego los seca con sus cabello. Ya en Jn 11,32, Maria se habia echado alos pies de Jess (Le 10,39). En el relaro de la pecadora, Lucas presenta a Jess recostado a la mesa y a la mujer detris de dl junto a sus pies. Jessy Maria de Besonia 105 El evangelista no hace ningin comentario explicito ala ac- cidn de Marfa. No la explica, no la enjuicia. Unicamence la describe, limitindose a introducir la observacién final sobre la ‘asi, ena de perfume. En nuestea opinin, esta apreciacién dl evangelista es mas que una forma delicada de aprobar el hhecho de Maria, Su profundo significado simbélico se scon- de tras a simple evidencia del hecho. En resumen, confluyen en Marla toda una serie de obser- vaciones posiivas: pertenece a la familia de Lizaro (los ami gos de Jess, ef Jn 11,5.36), ysus gestos demuestran una gran Confianza y estima hacia Jess (Jn. 11,32; 1253). Pasemos a Judas (ausente en los paralelos sindpticos;en su lugar esti ealgunoso en Marcos y «los discfpulos» en Mateo) El evangelist le observa con especial interés. De hecho, le dedica tes versfculos. He aqui la presentacin de Judas: «Di- ce, pues, Judas Iscariore, uno de los discipulos, ef que lo ha- bia de entregar» Jn 12.4% ef. 6,71, donde el evangelista acla- ra que las palabras de Jessen 6,70: «Uno de vosotros es ef Diabloo, se refieren a Judas Iscariot). La ilkima anotacin se converted en estibillo inseparable del nombre de Judas. Co- smo si el evangelista temiera que el lector pudiese olvidar esta informacidn, De las catorce citas que se refieren a Judas, diez contienen el verbo entregar"?. Asi pues, ya desde su primera aparicin en el reato, Judas Iscariote queda etiquetado como el rival de Jess Judas abre el dilogo con una pregunta que, al parecer, no va dirigida a ninguno de los comensales (utiliza cl verbo en for rma pasiva). Mas bien, la interpelada es Maria, pues es su ac- cin lo que reprucba'™: «:Por qué no se vendié este perfume CE Jn 66471; 1.4 19.2629, 420, 182.35 19.1210, CEB, pve el son iment delusion di Bean Cie 124.tjen Bann paper deo UV ane i, Br {ic 87% p 440 fone aor nespca pega de Ja cna a po ‘Retin af pa de Mac tn mane pac fe nagucad de compen ea wo Hi perfome del Borgo «1 tresccntos denarios y se dio alos pobre, (Puede verse tua posible alusion alas reinta monedas que recibié Judas por centtegar a Jess: cf. Mt 26,15; 27.3.9.) Implicitamente, Judas esti afirmando que Maria ha despilfarado el dinero. La enor- ‘me suma pagada por el perfume agrava la iritacion de Judas, Fl evangelists anticipa el motivo de la intervencién de Ju- das, No le mueven intenciones limp. Bien poco le impor- tan los pobres. Lo que en realidad provoca la reaccién de Judas es laavider por el dinero", El evangelista se interesa més por Judas que por los dems. Lo calfiea abiertamente de ladrén». Encargado de guardar la bolsa convanitara (ef, Jn 13,29), ro- baba lo que en ella se echaba. No s6lo no serviaa los pobres, sino que se apropiaba desvergonzadamente del dinero comin, EL imperfecto «se Hevaba» indica que lo hacia usualmente Hay, por tanto, un marcado coneraste entre el retrato de das y a figura de Maria. Maria, fel, unge a Jess, Judas, t dos, causa su muerte. Marfa, con su acein, es la mujer de un pes. parecer grat, yx que die aun Jess ue in- licamente aparece muerto, Judas, con sus critics, traciona su esclavitud por el dinero. Fi evangelistaalaba el eransparen- te gesto de Maria con una fina observacién: la casa se llend de la Fragancia del perfume. Por el eontraro, la pregunca de Ju- dist acy

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