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ELVIRA NARVAJA DE ARNOUX MARIANA DI STEFANO CECILIA PEREIRA co Capitulo 4 % La identificacién del género discursivo 7 Uno de los aspectos que el lector identifica al leer es el génexo discursive al que pertene- ce el texto, La pertenencia a un género es lo que explica casi todo lo que ceurre en un texto:/el modo de plantear el comienzo y el cierre, el temaa tratar, los modos de ineluir la palabra de otros, |, ] registro mas o menos formal, y hasta. labia el léxico empleados, entre otros}, La nocidn de género discursivo, tal conie-ft6 definida por M. Bachtin, identifica una xegu- Igridad en el.uso del lenguaje: este no es azaroso ni esta librado a la voluntad del hablante, y por =" Io tanto no es imprevisible, sino que por el contrario esté pautado por la esfera de la actividad ~~ humana que éste esté desplegando. 7 Bachtin sostiene que “la voluntad discursiva de un hablante se plasma siempre en un género, el cual es producto de una praxis social especifica,”' Para él, las distintas esferas de la actividad humana producen enunciadas relativamente estables, a los que denomina géneros dis- 3 cursivos. Los géneras son infinitas —existen tantos como esferas de la actividad humana—e © 7 = historieas —existen, se transforman o dejan de existir de acuerdo a las transformaciones de la“ © prdctica social en que se sustentan. Son ejemplos de géneros discursivos la crénica periodistica, * el ensayo, la demanda judicial, la publicidad gréfica, 1a exposicién oral didéctica, la nota de divalgacién cientifica, la novela, ete. ‘Los elementos constitutives de los génoros son el tema, la estructura y of estilo, por lo que. el uso de un género determinado impone al hablante restricciones temaiticas, estilisticas y com- posicionales, a las que debe adecuarse para lograr un uso 'eficaz del lenguaje. {Cémo y cuando aprende el hablante las caracteristicas propias de cada género? Las aprende en Ja medida en que se enfrenta con ellos y necesita leerlos y producirlos. Pero mientras hay una gran cantidad de géneros que frecuentamos desde nuestra infancia, que aprendemos esponté- neamente a medida que aprendemos a hablar (como la conversacién familiar, por ejemplo), hay ‘otros que —o bien por su grado de complejidad, 0 bien por la falta de conocimiento y entrena- miento que tenemos en ellos—requieren a voces do una reflexicn y de un aprendizaje guiado. Es ‘el caso de los denominados géneros académicos, que son las produceiones discursivas propias del Ambito universitario (ensayos, articulos cientificas de especializaciénponencias.a congresas, parciales, monografias, informes. entre muchos otros) e El conocimiento de las caracteristicas propias de los géneros académicos es muy ttil para encarar con mayor preparacién las practicas de lectura y escritura universitarias. 1. Lea los siguientes textos e identifique el género diseursivo al que pertenece cada uno: * Ver Bachtin, M, (1997) “Bl problema de los géneros discursivos", en Hstétioa dela creacn verbal, Buonos Aires, ‘Siglo 300, pp. 248-298, 33 34 La Tectura y la escritura en la universidad ‘Texto k: La lucha por el monopotio de la competencia cientifica El campo cientiico come sistema de las rolaciones objativas entre las posiciones adquitidas (en las luchas anteriores) es el lugar (es decir, el espacio de juego) de una lucha de concurrencia, que tiene por apuesta especttica el monopolio de la autoridad cientilica, Inseparablemente definida como capacidac ‘técnica y como poder social, o, si se profiore, el monopolio de la competencia cientifica, entendida en ei sentido de capacidad de hablar y de actuar legitimamente (es decir de manera autorizada y con autori- dad) on materia de ciencia, que esta socialmente reconocida a un agente determinado os observaciones répidas, para descartar malentendidos posibles, En primer lugar, es necessrio culdarse de reduci las relaciones objetivas que son constitutivas del campo al conjunte de las interac- ciones, en el sentido del interaccionismo, es decir, al conjunto de las estrategias que en realidad é! etermina, como veremos mas adelante (cf. Bourdieu, “Une interpretation de la théorie do la réligion selon Max Weber", Archives europsennes de sociologie, 12, 1, 1971, pp. 3-21). Por otra parte, seré rnecesario precisar lo que quiere decir ‘socialmente reconocido": veremos que el grupo que otorga este reconccimianto tiendo siempre @ reducirse mas al conjunto de los sabios, es decir, de los concurren- tes, a medida que se incrementan los recursos cientificos acumulados y, correlativamente, la autono- mia del campo. Decir que el campo es un lugar de luchas, no 98 ¢olamente romper con la imagen pacitica de la comunidad cientifica’ tal como la describe la hagiografia cientifica —y frecuentemente después de ella la sociologia de la ciencia—, e2 decir, con la idea de una suerte de merase ‘que no conoceria, otras leyes que la de la concurrencia pura y perfecta de las ideas, infalbiemente sharcada por la fuerza intrinseca de la idea verdadera, Es, también, recordar que el funcionamientemisio del campo clentifico produce y supone una forma especitica de interés (las précticas cientificas no aparecen como “desinte- resadas' sino por relerencia a intereses diferentes, producidos y exigidos por otros campos). Fragments de Bourdieu, ,,itelecuales, politea y poder, Bs. As,, EUDEBA, 1999, ‘Texto Hh Pensar en el poder Una compilacién de atculos de Pierre Bourdieu donde se replantea el papel de ios intetectuales y do las ciencias scciales on un periodo al que ef soci6logo francés caifica como marcac por la moda y 12 complacencia politicas. Este libro de Pier Bourdieu constituye un manjar, de esos que hay que degustar y saborear poco a poco, Quiza la titima joys del siglo que cerré. Eni recopllacién de Intelectuales, polltica y poder, que ecité Eudeba, estan reunidos desde textos erudites sobre sus conceptos de "campo", “capital simb6iico’ y ‘habitus de clase” —ya cldsicos on las Ciencias sociales y en la sociologia del arte— hasta entrevistas periodisticas, pequefios articuls e inter- venciones politicas en coloquios. Abarcan desde 1971 hasta el posfacio de octubre de 1929. La mayoria de los trabajos resultan dificlles de ubicar para un lector argentino. TTados giran, de una u otra manera, en torno al debate sobre fas figuras asumidas hist6ricamente por los intelectuales y su relacién con la politica y el poder. Una cuestién casi tan antigua como la cultura occidental pero que en la dima década asumio ribetes inécitos, Porque cancelada ya el “compromiso” sartreano —al que Bourdieu critica en este libro— se insfalé no solo en Europa y Estados Unidos sino también en América latina la medorra intelectual, la mansedumbre politica, la ausencia compieta de critica y de cuestionamiento social. Elementas que hasta hace pocos aos habian constituido el alma ‘misma de todo intelectual, casi algo inherente a su condicin de tal ‘Sumamente molesto por esa situacién, Bourdieu ha empleado e! prestigio mundial que gan en et terrano de las ciencias sociales para impugnar esa complacencia con el poder. Fueron muchos los ttulos que dadicé vitimamente a esa faena. (.) En el renglén que atafe a la cultura y la ciencia, Intelectuales, politica y poder complementa et propdsito cuestionader de una época a la que el autor caracteriza como de “restauracién”.(..) Bourdieu Capitulo 4, La identificacién del género discursive 35 también arremete contra ia ciencia politica y sus “doxétobos” (amantes de la opinién no cientifica), mu- ‘chos de ellos televisivos. Esos personajes supuestamente erucitos que los argentinos nos hemos acos- ‘umbrado a padecer en la television, siempre haciendo gala on cus pusstas en escena de “neutralidad’ y “equidistancia’, Precisamente aqui el autor desnuda —tomando como eje a TV francesa— {os delgados ‘mecanismos que hacen posible esa apariencia de “neutralidad" que encubre habitualmente una posicién conservadora. También emergen aqui posiciones polticas coyunturales como eu rechazo al golpe militar de la burocracia prosovistica en Polonia a comienzos de los afios 80 y su impugnacién al gobierno socialsta francés por no condenario.(..) El libro se cierra con su llamado a conformar una “internacional de los intelectuales contra la intema- cional conservadora que hoy tiene su centro en jos EEUU". Un mensaje activisia en una época de pasividad. Un ademén a contracorriente que seguramente provocard resquemores entre muchos de los que celebran sus textos tedricos pero no son tan entusiastas a la hora de asumir su postura politica, [Néstor Kohan, Clarn, 20 de febrero de 2000. ‘Texto II: 1, Explique la nocién de “autoridad cientitica", segin el sccislogo francés contemporaneo P. Bour- dieu, 1. El sociéiogo francés contemporaneo, Pierre Bourdieu, considera que la “autoridad cientitica” deri- vva tanto de una capacidad técnica como de un poder social. Asi, esta es una especie particular de capital social que asegura un poder sobre los mecanismos constitutives dal campo cientiica, La autoridad clen- tifica es el objeto de lucha dentro del campo, cuyo monopolio busca ejercerse, come modo de legitimar la palabra y la accién de un grupo. 2, Reconstruya la situacién comunicativa original de cada uno de los textos y explicite cual es la finalidad de cada uno de ellos. 3. ZA qué género discursivo pertenece catia uno? ;Alguno de ellos puede considerarse un género académico? gPor qué? 4, Sefiale las caracteristicas de cada uno de los géneros identificados y comparelos. Descri- ba las caracteristicas del enunciador en cada uno. 5, Haga un listado de los géneros académicos que conoce. 6. A partir de la leetura de un diario y/o revista, haga un listado de géneros periodisticos. 7, Precise el género de los textos de L. Galvez y de E. Galeano, lefdos en el Cap. 1 8, Precise las operaciones que realizé para transformar el texto “Soy Julio Verne” en la entrada eneiclopédica solicitada en el Cap. 10. Capitulo § | La identificacion de secuencias textuates Los textos académicos: entre la exposicién y la argumentacién Los'textos son objetos compleios. Poseen una dimensiéa enunciativa, por la cual, en fun- |, cidn de la situacién comunicativa para la que fueron previstos, presentan un modo particular de construccién del enunciader, de] referente y del enunciatario (ver La puesta en escena, Cap. 1), y responden a caracteristicas genéricas vinculadas con précticas discursivas histéri- ca y socialmente determinadas (ver Los géneros discursivos, Cap. 4). Pero ademés, y también a raiz de la finalidad que poseen, los textos presentan caracteris- ticas composicionales que remiten a formas, rata jieas. de areazecfn.S Sete trata de Jas llama- (iis seienca testes, ave son! la nar [ logal, la argumentativa y la instruccional._ En los géneros académicos hay un notable predominio de las secuencias expositivo-expli- cativa y de Ja argumentativa. Como veremos, la explicacién y la argumentacién son dos polos de un mismo continuum discursivo, e Qué es una secuencia textual? En el marco de estudios lingtifsticos que se proponeni hallar regularidades en la produccién discursiva, el lingitista francés contemporaneo J.M. Adam propone una tipologia textual. - ‘Seguin Adam! tanto al leer como al producir textos, tos sujetos actualizan o recrean modos ..’ de encadenamiento prototipico de proposiciones. Ese encadenamiento prototipice da como resul- tado.una secuencia, que sera predominantemente narrativa, descriptive, argumentativa..expli- = cativa odialogal Por ejemplo, cada secuencia reconocida como descriptiva es, a su modo, original. Pero com- parte, a su ver, con las otras secuencias descriptivas un cierto mtimero de caracteristicas linguis- _ ticas de conjunto, un aire de familia que Hleva al lector a identificarla como “secuencia descriptiva mas o menos tépica, mas o menos candnica”, Asi, Adam define la nocién de secuencia como una © / estructura dotada de una organizaciéri interna que le es propia, v.con una autonomia relativa, en ~ tanto establece relaciones de dependencia/independencia con el conjunto mas vasto del.que e 24 Come sefiala Adam, es dificil encontrar textos “puros’, es decir textos compuestos por un 5 solo tipo de secuencia, En general, en un mismo texto coexisten diversas secuencias, aunque 3 siempre hay una que predomina por sobre el resto. Esas seeuencias diferentes guardan entre sf, 3 2.§ dentro del texto, relaciones que, pueden ser-de.insernifn (una secuencia esta inserta en otra, que x ea Ia contiene) y/o de dominaneia (hay Bs = Si tomamos como ejemplo el to Blogrdfen, por més variadas que resulten sus) formas de construecién, hay siempre una secuencia narrativa dominante: se presenta una suce- | sign de acciones encadenadas sobre un eje temporal que permite ubicar una situacién inicial y | Bs "Ver Adam, Jean Michel (19923 Les textes: typeset prototypes; Panis, Nathan, 37 38 Le lectura y la eseritura en la universidad ‘una final, y una serie de transformaciones entre Ia primera y la segunda. Pero ademés, esta secuencia narrativa puede integrar secuencias descriptivas, dialogales, oxplicativas, ete. La se- ‘cuencia narrativa seria el modo de organizacién tipico al que se apela para producis/leer biogra- fias, Consideramos de gran utilidad para el desarrollo de las habilidades de lectura y de escritu- ra la nocién de secuencia, ya que —dado que los distintos tipos de secuencia exigen la puesta en practica de operaciones cognitivas diferentes y modos diferentes de jerarquizar informacién- su reconocimiento a la hora de leer 0 producir textos es decisiva. Nos centraremos en las caracteristicas propias de la secuencia.expositiva-explicativa y de la argumentativa, dada su preeminencia en los géneros académicos. 1) Lea el siguiente texto e indique qué secuencias estan presentes en él y cual predomina por sobre las demas. Senélelas y explicite las caracteristicas que tiene cada una. (0) “Serian las diez de la maftana. Yo estaba recostado en un banco, frente al ro Charles. A unos ‘quinientos metros a mi derecha habia un alto edticio, cuyo nombre no supe nunca. El agua gts acarrea- i ’ba largos troz0s de hielo. inevtablemente, ol rf hizo que yo pensara en el tempo. La milenaria imagen Ge Heréelto. Yo habia dormido bien; mi clase de la tarde anterior habia logrado, cteo, interesar a los ‘alumnos. No habfa un alma a la vista ‘Senti de golpe laimpresion (que segtn os psicdlogos correspond alos estedos do tatiga) de haber vivido ya aquel momento. En a otra punta de mi banco alguien se habla sentado. Yo hubiera preferiéo totar solo, pero no use levantarms en seguide, para no mostrarme incivi, El otto se habia puesto @ Siibar Fue entonces cuando ocurté la primera de las muchas 2ozobras de esa mafane. Lo que sibaba, | io que tralaba de sibar (nunca he sido muy entonado), era el estilo colo do La taperade Elias Regules. | Ey catilo me rerajo a un patio, que ha desaperecido, ya la memoria de Alvaro Melién Lafinur, quo hace | tantos afios ha muerto, Luego vinieron las palabras. Eran las de ta décima del principio. La voz no era la | de Alvaro, pero queria parecerse a la de Alvaro, La reconoci con horror MMe le acerqus y le dj: I “Sori, justed es oriental o argentino? “Argentino, pero desde el catoroe vivo on Ginebra —fue la contestacién, | Hubo un silencio largo. Le pregunté: “En el ndmero diecciete de Malagnou, frente a a iglesia rusa? Ne contest6 que si "En tal caso --lo die resueltamente- usted se llama Jorge Luis Borges. Yo también soy Jorge Luis i Borges. Estamos en 1969, en la chudad de Cambridge “No —me respancié con mi propia voz un poco lejana.(..) (Fragmanto de"E otto", de Jorge Luis Borges. En E! fbr de arena, Buenos Aires, Emecd, 1975) La) Indique a qué género pertenece el texto de Borges que acaba de leer. 2) Indique cudl de los textos que siguen es predominantemente expositivo-explicativo y cual argumentativo, Identifique los rasgos que le permiten caracterizar a cada uno: Capitulo 5. La identificacién de secuencias textuales 38 ‘Texto I: El desempleo multiplica a los estudiantes Una investigacién de la UBA a la que tuvo acceso Pagina 12 revelé que el aumento de la desocupacion provocd un incremento de los aspirantes a entrar en 1a instituciGn. Son jévenes que nunca pudieron trabajar. Por Javier Lorca {La cantidad de aspirantes a ingresar en la Universidad de Buenos Aires aument6 casi un 70 por ciento durante la década que ya ee despide,(..) Los investigadores de la Secretaria de Planificacién de la UBA detectaran que las causas que més incidleron en el crecimiento de quienes aspiran a obtener un diploma gon el aumento de ia desocupacién y las mayores exigencias para conseguir trabajo. Dirigido por la socidloga Roxana Gambero y centrado en el perfodo en el que se produjo la explosion do os eepirantes (1992-1998), ol estudio también revelé que, al misma tiempo, se increments la cantidad de estudiantes de la UBA desermpleados y crecié la de quienes buscan trabajo. Otro hallazgo, que reuer- za ae conclusiones del informe, fue que una de las franjas etarias mas afectadas por la desocupacién es \a de 17 a 22 afios: el 5I por clento de ellos estaba desocupado mientras se producia la avalancha do Inscripciones. Entre los jévenes de esas edades est, justamente, la gran mayoria de los alumnos, que uieren entrar en la Universidad. La UBA denomina aspirantes a quienes se anotan para cursar el CBC, al margen de sitetminan o no {al cicio. De todos modos, of ntimero de inscriptos se trasiada ala matricula: la UBA pasé de tener 174 mil ‘estudiantes en 1990 acontar, segtin se estima, 220 mil en la actualidad. Un crecimiento del 26 por ciento, “Para explicar el incremento, iniciamos una investigaciOn exploratoria, basada en dos muestras diferen- tes", aclaré. El trabajo se apoyé por un lado, en los datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Inde, y por ott, en los censos universitaris realizados por la UBA (1992, 1996) y por el Ministerio da Educacién (en1994), “Cuando se abrié el CBC en 1985, se anotaron 82 mil alunos. Luago la cantidad fue bajando. En 1987 se insiala en su nivel historioo “cerca de los 60 mil aspirantes”, detallé la secretaria de Planiticacién. Hasta que en 1994-1995 se advierte un salto y los inscriptos llegan a ser 62 mil. De ahi en més, continda la onda oxpansiva: 64 mil, 68 mil, 74 mi, hasta los 78 mil estimados para este fin de siglo. En busca de repuestas para el boom, os investigadores reourtieron a los datos del Indec para la poblacién de la Capital y el Gran Buenos Aires (donde se concentran fos alumnos de la UBA). En mayo {de 1992, el desempleo era del 5 por ciento en la ciudad y del 7,8 en el conurbano, pero en mayo del ‘84, lacira habia legado a 9 a 11,9por ciento, en cada sector. Y en octubre del 96, la tasa ya habia trepado hasta el 12.8 y el 21,2 por cionto, respectivamente, Para entonces, la cantidad de aspirantes al CBC habia sakado de fos 50 mil del '92 a los 68 mil del'97, y seguiria dando saltos. En refuerzo de la tesis amas desompleo, mas aspirantes, se halld que la franja etaria que nuciea ala, | mayoria de los virtuales alumnos inciufa muchos més desocupados que el promedio. “Cuando tomamos | lafranja de 17 a.22 aos, que es la quintaesencia del alurmno universitario, més del 50 por ciento estaba desocupado, Esto nos convencié de la fuerte relacién que hay entre las difcultades de encontrar trabajo yy la necasidad de ir a estudiar’, dijo Ménica Abramzon, ttular de la Secretaria. ¥ Gambero, directora de la investigacién, concluyé: “Par la edad que tienen, todo indica quo son chicos que no accedieron nunca ‘a fener trabajo. No han sido expulsados del mercado, porque riunca estuvieron dentro. No perdieron el trabajo, sino que no tuvieron ninguno.” “E! conocimiento es considerado cada vez més una variable de importancia para el desempefio laboral, y ante la imposibilided de insertarse ocupacionalmente, ios jévenes buscan instancias de capa- citacién que mejoren sus posibiidades", explicS Abramzon. Pero aclara que, en todo ef mundo, el des- ‘empieo moderno afecta también a los graduados universitarios. “Sin embargo —djo— en el imaginario ‘social, quien més capacitado est, mas posiolidad tiene de conseguir trabajo. Uno observa esto incluso ‘en los clasificados de os diarios. Se ven avisos que dicen, por ejemplo, perito mercantil con CBC apro- bade. En el imaginario opera la posibilidad do ingrosar en la Universidad para mejorar la competitividad en el mercado.” Pero 0! fenémono no os privativo de la UBA. En los 90, la matricula de la educacidn superior registi6 ‘aumentos en todo el pais. Asi, el sistema universitario nacional tenia 679.403 alunos en 1990, mientras {que hoy tiene 908.778, sagan el propio Ministerio de Educacién, Un 25 por ciento mas, Pagina 12, 10. jlo do 1999 40 ‘La leotura y la escritura en la universidad ‘Toxto He “En cuanto a si la educacion puede neutralizar la diferencia marcada por los distintos niveles so cloeconémicos, oreo que hay una falacia respecto de la promesa de la educacién. El problema es que la ‘educacion no modifica sustancialmente el mercado de trabajo. El mercado de trabajo tione reglas auté- homas. Si todo el mundo se educa mas, lo que va a producir es al efecto “fila”. Son colocados primeros fn la fila de buscadores de trabajo los que tienen mas educacién, tiltimo los quo tienen menos educa- cid, Significa que siuno tiene muchos més j6vones que se educan, puede pedi los jovenes con escuela media para ser cadets, es lo que esté pasando. Pero no es que necesito la ascusla media para ser ‘cadete, sino que lo pueden pedir porque tienen una oferta mayor. En el fondo de la fla van quedando los, ‘gue tienen menor educacién, En un pais en el que la mitad de los jévenes no termina la escuela media, '3e discrimina a los que tienen un componente econémico mas bajo, Esto quiere decir que muchas veces lo que hace la educacién es legitimar la ciferencia eocial.” (adactacién de fa entrevista @ Daniet Fimus, socblago especialsta on ecucacién, reatizada por la periodista ‘susana Colombo para el Suplemente Zona, daro Clarn, domingo 4 de julio de 1969.) 5.2. La explicacisn y la argamentacién: dos polos de-un continuum Los géneros discursivos.se reconocen no slo por su, zelacién_con determinadas précticas sociales, gu cardcter oral.o escrito, su formato.o.su“paratexto”, sino también por el predominio que en cada uno de ellos tiene una u otra secnencia ‘Por ejemplo, en géneros como la entrada de enciclopedia o en los manuales escolares, pre- dominan las secuencias descriptivas y explicativas. En cambio, en la nota de opinién periodistica 0 en el ensayo, las secuencias argumentativas son predominantes. Las demas secuencias que aparecen en estos géneros dependen o estén dominadas por las anteriores: puede incluirse una natracién en el desarrollo de la explicacién de un hecho o una descripcién en una argumentacion. Muchos de los géneros discursivos que circulan en el medio educativo se integran en el primer tipo,el expositivo-explicativo: clases, exposiciones orales, manuales de diferentes clen- cigs, informes de experiencia, ete.)En ‘cambio, en el ambito periodistico, juridico ¥ politico hay presencia masiva de(textos argumentativos: disoursos ants cl parlamente.intervenciones en de- bates, discursos conmemorativos, notas edilariales, acusacion o defensa en.un juicio, ensayo Es ‘asi como suelen explicarse las propiedades de la luz.o I intensidad de un sismo, mientras que las diferentes tesis sobre la legalizacién del aobre los rumbos que ha de tomar una politica econémica son generalmente objeto de discursos argumentativos. 1 T ese a sus diferencias, tanto los géneros expositivos como los argumentativos se caracte- vizan por desarrollar una exposicin razonada den tema ode la solucisn.a.un problema, o bien por fundamentar_una_opinién. Este despliegue discursivo del razonamiento constituye el.en-, tramado comtin a ambos tipos [Por eso, més alld de su perteneneia genérica, os discursos razona~ dos considerados individualmente pueden tender al polo ‘expositivo-explicativo o hacia el argu- mentativo. ( (5.2.1. Lo expositivo-explicativo Los diseursos que pueden incluizse en el extremo del polo expositive-explicativo se presen- ton como la exposicién.de.un saber construide.en otro lado, legitimado ya socialmente. Bjemplo: & Capitulo 6, La identificacion de secuencias textuales 4 raiz de las Investigaciones metodolégicas de fines de siglo y lo que va del present ‘concepcién clésica (de! pensamiento matemético) ha sido sustituida por una concepcién unitaria que reduce todas las nociones mateméticas, primero, ala de niimero entero, y luego, en una segunda etapa, ala nocién de conjunto .) Seguin esta concepeién, las estructuras mateméticas se convierten, propiamente hablando, en los tinicos objetos de las matematicas.” Bourbal, N, Las grandes comrientes del ponsamianto materntice, Bs. As., EUDEBA, 1962. O bien se presentan como saber —teérico 0 cuasi teérico—referidoral Ambito de los , hechos o acontecimientos que asume la forma de un iuicisco tatative de “observa- dor’. | aa Bjomplo: “Recientemente hemos obtenido pruebas experimentales con-cluyentes de que no hay muelas ‘cariadas cin bacterias y cin alimonto para olas. En los laboratorios esterilizados de la Universidad de Notre Dame y la Universidad de Chicago, los animales sin microorganismos orales no tienen ‘aries. Mientras que los animales en circunstancias normales tienen un promedio de més de ‘cuatro caries cada uno, las ratas esterilizacas no muestran ningtin signo de caries. En a escuela {de Odontologia de Harvard hemos demostrado otro aspecto de la cuestin: que también deben hallar- ‘se presentes restos de alimentos. Las ratas que tienen muchas bacterias en sus bocas, pero son al mentadas por tubos diractamenta unidos al estémago, no hacen caries. En.un par de ratas unidas quirdrgicamente de modo que tengan una circulaci rata alimentada por boca desarrolla caries, mientras las alimentada por tubo no.” sanguinea comin, la Reider, F, "Las caries” ctado por Copl, | Inirduccién a a ldgica, Bs.As. EUDEBA, 1976, Aunque algunos de estos textos puedan estar escritos en primera persona del singular, todos tienden a borxar las huellas del sujeto dor (las marcas valorativas, afectivas 0 apreciativas) e instaurar una distancia que genere el efecto de[objelividad:Bjemplo: “La posesién det ienguaje ge enliende primero, como la simple existencia efeciva de “imagenes vetbales", e50 65, de vestigios que los vocablos escuchados u oidos han dejadd (..) Es negesario que 52.06, como los psicdlogos dicen, un concepio linguistico (Sprachbegrif}, 0 un concepto Verbal (Worlbe- Gill), una “experiencia Interna central, especificamente Verbal, Gracias a la cual, el sonido oido, ‘rohunclado, leido o escrito, se convierta en un hecho de lenguaje”. ah by Watieeu-Ponty, Mt. Fonomenolagia de a prcepcié, Barcelona, Pianeta, Y985, B] texto de Merleau-Ponty permite observar cémo el enunciador toma distancia de su enunciads a la vez que autoriza su discurso mediante el empleo de lenguaic té ina las fuentes y uso de citas textuales que avalan sus consideraciones y.son indices. desu rigor clontifico Otros textos emplean la primera persona del plural para generar efectos similares. Se trata de un uso del “nosotros” que ubica al emunciador coma miembro de.una.comunidad cienté- fica, que lo respalda. En sintesis, se trata de discursos que se proponen informar y en los que la dimension cognitiva es central, 42 La lectura y la escritura en Ia universidad 5.2.2, Lo argumentativs ( S Por su parte, los textos protinnntomentareumsatais tienden a la construccion de ( mnevos_conceptos a.partir del. propio desarral En ellos el sujeto se manifiesta y | confionta.su_opinign con la de otros. Esta dimensién, alogien del discurso argumentalivo se [pone en evidencia en el uso de caficesiones ironias y oirasestiategias de vefutacién, Bn los discursos argumentativos el enunciador toma postura ante hechos o temas y se propone persuadir a su destinatario. Por ello, este tipo de diseursos exhiben con més claridad la 7 subjetividad del enunciador y el cardeter valora nguaje. } tivo del Para caracterizar este otro polo discursive, podemos comparar el desarrollo expositivo- explicativo de cualquier manual de Instruccién Civica sobre el funcionamiento del los medios masivos en la democracia, con el siguiente fragmento de! lingtista norteamericano contempora- neo, Noam Chomsky, Profesor de Lingastica en el MIT Massachusetts Institute of Technology y autor de Sobre Poder e Ideologia, Husiones Necesarias y Cémo fabricar el consenso. Bjemplo. “En cual de los diversos sentidos que asignamos a la democracia queremos que esta sea una sociedad democratic? Permitanme contraponer dos concepeiones de democracia. En una el publico puede partcipar de una manera significativa en el manejo de sus propios asuntos, y los mecios de informacién eon abiortos y libres. Si uno busca la palabra “democracia" en el diccionario obtendra mas 0 menos esa definicin. Una concepcién allemativa de ‘democracia’ es que el piblico debe ser exciuido del manejo de sus propios asuntos y los medios de informacién deben ser rigida y estrictarente controlades. Esta podria ‘sonar como una concepcién exlravagante de democracia, pero sin embargo es la que prevalece, no sélo ‘en los hechos sino también en la teoria. Hay una larga historia de este punto de vista que comienza en las primeras revoluciones democraticas de la Inglaterra del siglo XVI, Veamos ahora como y por qué el problema de los medios y do la desinformacién caben en ese contexto. La primera operacién de propaganda en un gobierno modemo sucedié durante la administracion de ‘Woodrow Wilson. Wilson fue elegido presidente de Estados Unidos en 1916 con una plataforma cuyo ema era "Paz sin victoria", Era un lema acertado en medio de la Primera Guerra Mundial. La poblacion norteamericana era extremadamente pactfista y no vefa razén alguna para intervenir en el conflict euro~ peo, Pero la administracion Wilson se habia comprometido a actuar y dabia hacer algo al respecto. Establecié entonces una comisién de propaganda del gobierno, llamada comisién Creel, que en ‘menos de seis meses consiguié convortira una poblacién pacitista en una histériea y belicosa masa que ansiaba destruir Alemania, despedazar a los alomanes miembro por miembro, marchar a la guerra y salvar ol mundo, Fue un logro mayisculo, y condujo a otros logros. En esa misma época y después de la guerra, as rismas técnicas fueron empleadas para estimular ‘el Miedo a los rojas. Como se sabe, con elias se aloanz6 un enorme éxito en la destruccién de sindicatos y en la eliminacién de peligrosos problemas como la libertad de prensa y la libertad de pensamiento politico. Esta cruzada cont6 con un fuerte apoyo de los medios de comunicacin y de las grandes empre- ‘34s, que organizaron y empujaron el trabajo. Lenguaje persuasive Entre los que pariciparon con entusiasmo habfa algunos intelectuales progresistas, gente del circulo de (el flésofo y educador) John Dewey, quienes sentian gran orgullo en mostrar —como se puede ver por gus eseritos de esa época— que “los mas inteligentes miembros de la comunidad’ —coro se lle- aban a si mismos—-hacian desviar hacia la guerra a una poblacién que no la deseaba, aterrorizéndola @ ilamandola de un fanatismo pattiotero, Los medias que se emplearon fueron de los mas imaginatives. Hubo, por ejemplo, una caudalosa tabricacién de atrocidades cometidas: nifitos belgas con los brazos arrancados y adclescentes alsacia- nas a las que reventaban la cabeza contra la pared y toda suerte de cosas horrbles que atin se pueden leer en os libros de historia. Fueron inventadas por el Ministerio de Propaganda brténico, cuyo com: promiso central en aquel tiempo —tal como los escribieton en las actas de sus deliberaciones secretas— d Capitulo 5. La identificacién de eecuencias textuales 3 ‘era controlar el pensamiento de todo e! mundo. Pero fo que mas interesaba era controlar el pensamiento de los miembros mas inteligentes de la comunidad de fos Estados Unidos, quienes podrian difundir la e propaganda que el minister habla tramado y corvertir un pais pacitista on un histérico querrero. y La propaganda es a la democracia lo que la cachiporra ola picana eléctrca a los gobiernos totalita- e rigs, Estados Unidos fue el pionero en la industria de las relaciones piiblicas. El objetivo de esa industria fs controlar la mente de las masas. Estados Unidos aprendié mucho de la Comisién Cree! y del rédito obtenido con ol Miedo a los Rojos. Es una vasta industria. Gasta actualmente unos mil millones de délares al afio. EI mensaje esencial 18s que debemos trabajar todos juntos y en armonta en pro del ideal norteamericano. :Quién podtfa estar contra es0? ,Quién podria estar contra un slogan como “Apaye a nuostros soldados"? Todas son frases vvacuias. De hecho, 6 le preguntan a usted: ,Apoya la gente de lowa?, responderia que sf, por supuesto, : sin saber muy bien lo que eso significa. Lo que todo eso significa es: Apoye nuestra polttcas. Pero usted no quiere que la gente se dé cuenta de eso. Aqu! esta la sutleza de la buena propaganda, Se trata de | ‘> crear un slogan al que nadie pueda oponerse y al que todos apoyan porque nadie sabe lo que significa, y porque la atencién esté desviada de aquello que si significa algo: ;Apoya usted nuestra politica” Para convencet al destinatario de su juicio sobre la funcién de los medios masivos en las, democracias actuales, ol argumentador despliega diferentes estrategias. En primer lugar, el tex- to se abre con una pregunta que, como tal, involuera al lector al invitarlo a pensar sobre Ia democracia que “queremos”: "2En cual de los diversos sentidos que asignamos a la democracia queremos que esta sea una sociedad demoorética?" La formulacién de esta pregunta difiere de las que dominan en el discurso expositive- explicativo. Estas uiltimas suelen ser més neutras y estén orientadas a aclarar alguna euestién que el lector desconoce: * Qué 2s la fenomenologia? (...) La fanomenologia es el estudio de las esencias, y segtin ella, todos. los problemas se resuelven en el estudio de las esencias:..” Merleau-Ponty, M, Fenomenologia dela percepcién, Barcelona, Planta, 1985. | En cambio, en el texto argumentativo anterior la pregunta del enunciador compromete al lector, Usa la primera persona del plural para incluir al destinatario (“iqué sentido le asignamos ala democracia que queremos J" usted y yo...) y asi presentar sus inquietudes como “comparti- das” Luego, el texto pasa a definir un concepto. Pero tampoco se hace del mismo modo que en el ejemplo de Merleau-Ponty ya que se observa un uso argumentative de la definicién: la selecciin de algunos rasgos del significado del término democracia (la toma de decisiones y la libertad de prensa) permite presentar un “nuevo coneepto” que enmarcaré los fenémenos a los que va a referirse luego. Este nuevo concepto se construye en el desarrollo discursive por confronta- cidn con la definicién del diecionario, eon la cual dialoga polémicamente: Peimnitanme contraponer dos concepciones de democracia. En una el publico puede participar de | una manera signficativa en el manejo de sus proplos asuntos, y 10s medios de informacién son abiertos |__ yes. si uno busca la palabra “demecracia” enol dicionroobtenaré ms 0 menos esa denis “4 La lectura y la eseritura en la universidad Una concepcisn alternativa de “democracia’ es que el ptiblico debe ser excluido del manejo de sus, propios asuntos y los medios de informacién deben ser rigida y estrictamente controlados. Esta podria sonar como una concepcién extravagante de democracia, pero sin embargo es la que prevalece, no ‘8610 on los hechos sino también en la teorfa, Hay una larga historia de este punto de vista que comionza ‘en as primeras revoluciones democréticas de la Inglaterra del siglo XVIL A partir del tercer parrafo del toxto, se despliega un segmento narrativo que tiene una clara orientacién argumentativa. Aporta razones que fundamentan la analogia evalustiva quese nta.en |Lpatrafo siete; “La propaganda es a la demoeracia lo que la cachi- porra.o.la.picana eléctrica a los gobiernos totalitarios”. Es interesante también remarcar el uso de citas y la inclusién de otras voces en este texto argumentativo, Habfamos sefialado anteriormente que el uso de las citas en la exposicién de un tema tenia por finalidad ampliar.o aclarar la informacién sobre una determinada.cuestién 0 respaldar el saber que se trasmite a través de una autoridad cientificamente legitimada. Por eso, el discurso expositivo-explicativo recurre predominantemente a la cita textual en discurso direc- toy cuando usa formas de discurso indirecto, remite de manora clara a las fuentes. En cambio, en el texto de Chomsky, la palabra de los otros se presenta en forma fragmentada, acompariada de comentarios del enunciador: Entre los que participaron con entusiasmo habia algunos intelectuales progresistas, gente del circu- lo de (el flésofo y educador) John Dewey, quienes sentian gran orgullo en mostrar —como se puede ver por sus escritos de esa época— que “ios mAs inteligentes miembros de la comunidad'—como $0 Hlamabana si mismos—hacian desviar hacia la guerra a una poblacién que no la deseaba, aterrorizin- ola e inflamandola de un fanatismo patriotero, ‘También incluye Ja palabra del otro mediante ol uso de formas hibridas, sin marcas de delimitacién entre las voces 0 en discurso indirecto. Ambas estrategias suponen una interpreta- cidn del discurso del otro, una versién del mismo. Al hacerse cargo del discurso citado, al inte- grarlo al suyo, el argumentador pone de manifiesto su posicidn ideolégica o afectiva: nifitos belgas con los brazos atrancados y adolescentes alsacianas a las que reventaban la caboza ‘contra la pared y toda suerte de cosas horribles que ain se pueden leer en los libros de historia, Fueron inventadas por el Ministerio de Propaganda britanico, cuyo compromiso central en aquel tiempo —tal como lo escribieron en las actas de sus deliberaciones secretas— ora controlar el pensamien- to de todo et mundo, La inclusién de otras voces diferentes de la del enunciador varia, como vemos, segrin el tipo de secuencia en la que se presente, En Ja secuencia expositivo-explicativa predomina el diseurso directo entrecomillado que mantiene intactas las palabras del otro. El discurso argumentativo usa las palabras del otro apropidndose de ellas para sus fines argumentativos 0 refutativos. Predomina en este tipo de secuencias el discurso indirecto, Ia contaminacién de voces y el discur- 0 indireeto libre. El parrafo final del texto de Chomsky vuelve a interpelar al destinatario, ahora de manera més directa, en segunda persona, para comprometerlo en un diélogo no racional con “el poder” que pone en evidencia las sutilezas del funcionamiento de los medios masivos en las democra- cias, funcionamiento que antes ha mostrado a partir del andlisis hiatérico: — Capitulo 5, La identificacion de secuencias textuales 45 Es una vasta industria. Gasta actualmente unos mit millones de délares al afio. EI mensaje esencial ‘26 que debemos trabajar todos juntos y en armonta en pro dal ideal norteamericano. {Quién podria estar ‘contra es0? zQuién podria estar contra un slogan como “Apoye a nuestros soldados"? Todas son frases ‘vacuas. De hecho, si le preguntan @ usted: ;Apoya la gente de iowa?, respondera que sf, por supuesto, sin saber muy bien lo que eo significa. Lo que todo eso significa es: Apoye nuestra poiica, Pero usted ro quiere que ta gente se dé cuenta de eso. Aqui esta la sutleza de la buena propaganda. Se trata de : ‘rear un slogan al que nadie pueda openers y al que todos epoyan porque nadie sabe lo que significa, es porque la atencién esta desviada de aquello que sf significa algo: ,Apoya usted nuestra politica? & Esta clausura del texto es una puesta en escena, una teatralizacién de la recepeién, en la\, id que aparecen representadas las diferentes voces con el fin, de subrayar.el control social. que ejer- bea cen los medios. = Los diseursos que, como el de Chomsky, se ubican en el polo argumentativo son-discursos: : cuya finalidad es.persuadiy en los que a la-dimensién cognitiya Se agrega la'émocional. 7 | i 5.2.3, Los dos polos £. et Cn El siguiente cuadro esquematiza las caracteristicas de los polos expositivo-explicativo y argumentativo: maa eee - POLO EXPOSITIVO EXPLICATIVO POLO ARGUMENTATIVO “Se presenta como un saber construido * Se presenta como la construccién de | ‘en otro lado, legitimado ya socialmente nuevos coneeptos a partir del propio le * © como un saber tebrico, desarrollo discursivo. | 7 e ® ‘Tiende a borkar las huellas del sujeto * El sujeto se manifiesta y confronta su . ya instaurar una distancia que genere opinion con la de los otros i © el objeto de objetividad. i © Las fronteras entre discurso citante y * Aparecen distintas formas de l citado son nitidas. contaminacién de voces. ! * Se propone informar, * Se propone persuadir. eae: * La dimensién cognitiva es central * Aladimensién cognitiva se agrega— |! x” 1a emocional 0 s. . 1. Lea los giguientes fragmentos. El primero corresponde a un texto de divulgacién, el a segunda a un articulo ensayistico. El primero se ubica en el polo expositivo-explicativo y el segundo, iz en el argumentativo. b 46 La lectura y la escritura en la universidad Fragmento 1: En la mayor parte de religiones y cosmogonias se supone que, en el principio de los tiempos, la humanidad vivia en un estado de felicidad completa. El poeta griego Hesiodo, del sigio Villa. C., reco endo la tradicién mitolégica explica que, con anterioridad a la era actual, hubo otras cuatro pro- foresivamente més pertecta, la més antigua de las cuales fue la llamada Edad de Oro, En aquella etapa, {os “hombres vivian como dioses, sin penas en el corazén, alejacos y liberados det trabajo y del dolor. | Lamiseria no los amenazaba y con brazos y plornas que no destallecian nunca, vivian en una alegre fiesta mas allA del aleance de todo mal. Morfan como vencides por el suefio, y la tierra fructifera les ofrecia abundante alimento sin limites. Vivian cémodamente y en paz en sus tietras, eran ricos en ganar {do y amados por os bendites dioses". Pero un dia Pandora abrié la tapa do su caja repieta de mates y stos inundaron la Tierra, De la Edad de Oro se pasé a la de Plata y, sucesivamente, a la de Cobre, a la de los Héroes y, finalmente, a la de Hierro. El posta latino Virgo, en las Geérgicas, volvié a cantar el pasado feliz en el que ‘Ninguna valla separaba los campos, ni marcas ni linderos dividian los acres de ltigiosos terrenos, sino que todo era comtin.” 'Y Plutarco, el historiador y bidgrato griogo, también traté det pretérto mitico y feliz de la humanidad, Estos arquetipos mitioos © religiosos estan inscritos en todas las culturas y resurgen con especial vitalidad cuando los hombres se encuentran en tiempos iffctes y criticos. Perola proyeccién del mitono se produce ya hacia el pasado remoto, sino hacia el futuro o hacia la lejania espacial, imaginando que en aigin jugar del mundo, en algin momento del porveniro mas allé de la muerte debe de existirla posibil- dad de vivir flizmente, , Las Utop/as, tloteca Savat de Grandes Temas, 1994 Fragmento 2: La Ciudad Occidental ya muestra sin pudor las lagas purulentas de esa descomposicién, el debiliia- mitento sidoso de sus defensas que pudre desde adentro et orgullo historico de las utopias urbanisticas, le devuelve una imagen atroz en los fragmentos del espeio roto que desgarra la carne de los nuevos Gtritos que se ha inventado: ahora se puade ser iraqu en Nueva York, turco en Berlin, sudaca en ‘Madrid, europeo del este en cualquier parte, argentino en Buenos Aires, Pero ya no s@ puede sofiar con la Gran Diferencia. En una época que ha olvidado el sentido de la tragedia, la cultura s6lo puede ser farsa. En una época que ha olvidado el sentido de la utopia, la ciudad s6lo puede ser basurero, “tierra baldia de hombres huecos’, para paraftasear a aquel lcido reaccionario que fue T. S. Eliot. Dasdo los rmuliplicados pero homogéneos megafonos massmedidticos del poder se nos informa, claro esté, que Jas utopias han falleckdo, como es l6gjco, junto con la Historia. Se terminaron ios grandes relatos, y 6s la hora de los chistes de veloro: la teanstormacién de la alagoria poitico-postica de la Alphaville de Go ard on la estetizante hediondez urbana de Blade Runner de Ridley Scott o de Fuga de New York de Carpenter, puede dar una imagen siniestra, pero no tragioa: la cuota de humor —en todos los sentidos {el término— que puede encontrarse alli, es el testimonio de que la encarnacién de la distopla en la ‘cotidianidad sélo es tolerable ai costo de una ironfa congelada y permanente que por lo tanto ha perdido Su caractercrlico para retraerse a la mueca descontrolada (e incorregibie) dat “hombre que rie" de Victor Hugo. Sarmiento, Echeverria o Alberdi pretendian que la Razén podia hacorse empezar todo nueva- mente dasde cero, y su utopia consistia on desplazar et Desierto curiéndolo con la Ciudad. Nunca ddejaron de percibir, como hombres licidos que eran, que la empresa no podia estar exenta de contradic- Ciones, de desgarramientos, de “conflictes y armonia” que tal vez debieran coexsstir sin sintesis posible. Pero, on el fondo, creyeron en que las ideas podrian derrotar al malentendido. Lo reprimido, sin embar- 190, se cobra la venganza en su retorno, y—para parafrasear nuevamente un titulo de Roberto Arkt— el ddesierto, tarde o temprano, entra a la ciudad, ‘Griner, €. "La travesia dala altoridad”, on AAV. Utopas, Corregidor, 1994 1a) Teniendo en cuenta la caracterizacién de los polos expositivo explicativo y argumenta- tivo, compare en ambos textos: Capitulo 5, La identificacién de secuencias textuales a7 — la presencia/ausencia del sujeto enunciator 4 — los mados de inclusién de la palabra de los atros — — lafinalidad ‘ 2, Algunos textos explicativos se acerean al polo argumentativo y algunos textos argumen- tativos se presentan como desarrollos demostrativos, rigurosos y objetivos. Softale en el siguiente texto argumentativo los elementos que lo aproximan a los diseursos expositivo-explicativos: Hey, pues, en nuestra alma cinco facultades principa‘es: fa atencién, la comparacién, el juicio, ta || reflexion y el raciocinio, alas cuales podemos affadirla memoria, de que se habl6 anteriormente. Heros reconocido estas facultades observéndonos a nosotros mismos; esto ee, observando cémo nuestra alma obra sobre las sensaciones producidas por ella por los objetos anteriores. La observacién de estas facultades nos hace conocer que no pertenecen a nuestro cuerpo. Este no hace mas que recibir por les sentidas las impresiones de los objetos exteriores, cuya impresiones se retinen despuds en una sustancia, una e indivisible, a que llamamos alma. Esta es una @ indivisible, porque si no lo fuera, las sensaciones que recibe se repartirian entre sus partes: por ejemplo, las sensaciones de la vista corresponderian a una parte, las sensaciones del oldo a titra, y asi lo demas. Por consiguiente no habria ninguna parte que pudiese comparar todas las sensa- clones: luego el alma es una e indivisible; luego es distinta del cuerpo. Y si suponemos que cada parte dol alma recibe las mismas sonsaciones, recibird el alma tantas ssensaciones cuantas parte tiene; es deci, que silas partes son ciento, siempre que miramos a un objeto a recibimes cien sensacionas; pero esto es contra la experiencia: luego el alma no puede componerse d= partes; luego es una e indivisible. De ahi Se inflere que el alma es distinta del cuerpo: = 1. porque #! cuerpo se compone de partes, y el alma no: | 2. el cuarpa de par si no perce, compara ni reflexiona, pues hay algunos en quienes no se descu- bren estas facut 3. elcuerpo no se corsvierte en nuevas sustancias por la transpiracién, el alimento, las enfermedades, le edad y puede ser privado de algunos de sus miombros sin que el alma padezca mudanza alguna: luego el alima es distinta del cuerpo, Porta reflexién y observacién de nosotros mismas hemos llegado a conocer la existencia, simplicidad fe inmortalidad del aima. Digamos pues, que slo por los sentidos conocemos las cosas materiales, por la rellexién podemes conocer ias ospirituales. Hemos tratado ya dol alma; tratemos ahora de Dios, sJovellanas, . M. Curso de humanisades castelianas, Madd, 1845 2. Bl siguiente texto explicativo se va orientando argumontativamente. Analice el despla- zamiento de un polo al otro: Los griegos El aporte de las titimas investigaclones unido a los nuevos puntos de vista del criteriohistrico permiten hoy intentar una explicacién del milagro de la cultura helenica. |" Else iniciarfa, por cierto, como un resultado de varios factores concutrentes. El medio fisico, desde luego. Una tietra de cielo luminaso, ni ester nl ubérrima, o sea, como ya lo advirtié Herédoto, con la | vind de exigirel esfuerzo y la disciptina del trabajo humano y premiarlo dignamente, agregado ello a dos circunstancias coadyuvantes: la de estar emplazada en el rivio en que no s6lo subyacen los residuos de a Jas civlizaciones minoicas y micénicas sino en ol que se cruzan las influencias de las magnas clvlizacio- ros de Oriente y Egiptor y la de ser una peninsula protundamente intervenida por el mar y rodeade por un -semiller0 de islas, lo cual, al propender al cumplimiento de la més profunda hazafia humana hasta enton- cos —la navegacién maritima— otorga en gaje la fecunda vinculacién con las gentes y culturas més diversas. 48 La lectura y la eseritura en la universidad ‘Los otros factores se refieren a que la legada de las tribus helénicas a la Peninsula, el Archipiélago ya vecina costa asiética coincide, por un lado, con ta expansién de la técnica del hierro, que al poner al alcance de cualquiera armas y utensilios de metal barato no s6lo ampifa el poder del trabajo sino que ‘conspira democraticamente contra e! poder de las minorias nobles armadas de bronce; por otro lado, quella invasién coincide con ie aifusién de! maravilloso alfabeto fenicio y e! papiro, que al volver la esoritura y la lectura democraticamente accesibles a cualquiera, termina con la anqullosante dictadura intelectual de los colegios sacordotalos y de los escribanos aulices. El actor timo ne es menos ponderable: consiste en el contacto con fas mas alts civiizaciones, y en las condiciones enunciadas, de tribus auténticamente barbaras y con impulso ascendente. Hay un mo- ‘mento de las civilizeciones, en que ei proceso creador se detiene: la clase poseyente y dirigente, teme- rosa de perder sus excesivos privlagios, sélo aspira a su conservacién, vale decir, a la perduracion intangible del orden tradicional. En postura epimeteica, su alma se drige hacia atrés a la imitacién del pasado—, hasta e! punto de que los muertos gobieman ya a los vives. Entonces suele ccurtir que los bbarbaros de afuera —invasion horizontal— o los de adeniro —invasién vertical— aparecen y derrumban loque ya estaba muerto intinsecamente, y sobre sus fertlizantes ruinas una vida nueva puede ascendar o.asciende, Bérbaros de esa clase, sin compromiso momificante con el pasado, gon les que invadn toda Grecia y Jonia después de los protagonisias de las civlizaciones minoica y miceniana. ‘Anora bien, orgénicamente relacionades con estos privleglados origenes estan todos los aspactos de la cultura helénica que la sindican como cosa aparte y singular entre las otras: una actividad tan intensa como varia, una profunda percepoién de la belleza y el equilbrio de lo que vive; su capacidad de llegar ala alegria a raves del dolor; su intrepidez ante lo nuevo, que la llevan a oponer la juventud de las {res gracias —el arte, fa filosofia y la ciencia— a la vejez de las religiones; su creacién de la democracia ‘© gobierno sin amos, hazafias todas que reconocen un coman origen: la gonial aptitud griega para la libertad. Franco, Luis. Pequeio Dicclonario do la Deoctemaneia, Americalee, Bs. As. 1969,

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