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ete Heviota Dew MARIA DEL ROSARIO GAR Profesora de las Facultades de Relaciones fnternacionales, y Ciencia Politica y Gobierno, de la Universidad del Rosario Resumen El articulo debate la afirmacion de algunos académicos, que volvi6 a ponerse en boga a raiz de los atentados terroristas del 11 de septiembre, enel sentido de que ta civilizacién islémica constituye una amenaza para Occidente. La objecién fundamental tiene que ver con la imposibilidad de! mundo islémico para constituirse en un bloque unificado, dada su heterogeneidad tanto a nivel cultural como de intereses econémicas y politicos. Como ejemplo de esta heterogeneidad y de la falta de unidad del rmundo islamico se analiza el caso de Afganistén, desde [a perspectiva interna asi como desde Ia posicion asumida por los paises musulmanes frente af conflicto afgano, que dista mucho de ser undnime. Abstract The common assumption -fashionable anew due t6 the September the TP events- that the Islamic civilisation represents a threat fo the west is discussed in this article. The main objection made by the author has to do with the impossibility the Islamic world has of constituting itself as a unified block, given its heterogeneity, at a cultural level, as well as, regarding its political and economic interests. The case of Afghanistan is explored as an example of the heterogeneity and the lack of unity experienced in the Islamic world, fram an internal perspective and from the position taken by other Muslim countries, which is far from being unitary. A raiz de los acontecimientos del 11 deseptiembre, sehavuelto a hablar insistentemente sobre la posibilidad de una guerra de civilizaciones entre el mundo islamico y Occidente. Esta idea tiene su origen en un articulo publicado por Samuel Hunting- ton en 1993', en el que afirma que después de la guerra Fria, cuando la mayor parte de los conflictos tenia un cardcter pre- dominantemente ideoldgico, el mundo se veria abocado a una guerra entre civilizaciones, donde ia causa fundamental del enfren- tamiento seria de caracter reli- gioso y cultural. Es indiscutible laimportanciacreciente del factor cultural en los conflictes actua- les. Pero afirmar que estamos frente a la posibilidad reat de una guerra entre Occidente y el Islam, s6lo puede ser producto de un profundo desconacimiento del mundo islamico, de su hete- rogeneidad y sus contradiccio- nes. Contrario alo que opina el hom- bre comun occidental, el Islam no es una religién fundamenta- listay monolitica. De hecho, como lo afirma Ali A. Mazrui, el Islam ne es sélo una religion, es una forma de vida que varia de un pais musulmén a otro, pero que est animada por un espiritu comin, Este espiritu comin tiene sus bases sustentadas en los principios fundamentales del islam, muchos de ellos compar- tidos por las otras dos religio- nes monoteistas, el cristianismo y el judaismo. Los musulmanes son monoteistas, creen en los profetas, en los libros sagrados (el Antiguo y Nuevo testamen- tos y el Cordn), en los angeles, en el juicio final y en que todo sucede segin la voluntad de Dios?. Dos aspectos, sinembar- go, diferencian radicalmente al Islam de las otras dos religio- nes: por una parte, la creencia en que Jesus fue tan solo un profeta, y por otra, que para el Isiam, Mahomaes el ultimo pro- feta de Dios. Las revelaciones que le fueron transmitidas por el arcdngel Gabriel y que estan consignadas en el Corda, son las Gltimas instrucciones que Dios transmitié a los hombres para que éstos conocieran su verdadera voluntad. Los anti- guos profetas, Moisés, Abraham, Jesus, también transmitieron en su momento él mensaje de Dios a los hombres, pero éste no fue ofdo o fue mal interpre- ' Samuel Huntington, “Fl choque de civilizaciones”, en Clencla Politica, No. 33, 1993, PAIL. Maze 1997, p. 118. “Islamic and Western Values", en Foraign Affairs, Vol. 76, No. 5, sept-oct. de > Mehmet Soymen, Concise islamic Catechism, Directorate of Religious Affairs, Ankara, 1992, p15. taco’, de tal manera que se hizo necesario enviar un nuevo pro- feta para rectificar el camino. Mahoma es por lo tanto el ulti- mo yids importante profeta. Y el Cordn es, entonces, el Libro Sagrado, que contiene el men- saje final. Existen ademas cin- co obligaciones que todo musulman debe cumplir en ta medida de sus posibilidades: la profesion de fe; la oracion, que debe hacerse cinco veces al dia; el ayuno en el mes de Rama dan; la limosna anual, y ia pere- grinacién aLaMeca por lomenos una vez en la vida. Pero la fuer- za del Istam no se basa solo en estas cinco obligaciones funda- mentales sino, principalmente, en el hecho de que éste pene- tra profundamente la vida coti- dianade todo musulman, Ellslam tiene que ver con la vida fami- liar, la herencia, laalimentacion, el vestido, la organizacién juri- dica y la economia, entre otros, lo que lo convierte en un fuerte factor de cohesion social. Si bien estos principios esen- ciales son compartidos por los mas de 1.000 millones de mu- sulmanes en el mundo, existen marcadas diferencias al interior del Islam. La primera gran dife- i rencia es la division entre chii- tasysunnitas’, que tuvo suorigen en ei afio 660 d.C. cuando Al Muawiya, gobernador de Damas- co, de la familia Omeya, se le- vanto contra el califa Ali, yerno de Mahoma. Los que apoyaron a Al Muawiya fueron los sunni- tas, quienes consideraban que para ser califa, no era condicl6n indispensable pertenecer a la familia del profeta (lo que le permitia a cualquier musulman acceder al califato), ni tener cualidades religiosas y morales particulares, Ademas, el proyecto Omeya de trasladar la capital del califato de La Meca a Da- masco, abria la posibilidad de expandiratin masellslamycrear un gran imperio, como efecti- vamente sucedid. Los chiitas, por el contrario, tomaron parti- do por Alf (de ahi su apelativo de “partisanos” o Shi'a), puesto que consideraban que para ser elegido califa era condici6n in- dispensable llevar sangre del profeta. Ademas, porencima del papel politico, los chiitas ledaban gran importancia al papel reli- gioso del califa. Con ef paso de los siglos, el chiismo se fue di- ferenciando del sunnismo en varios aspectos. Entre otras di ferencias, los chiitas conside- 4 Cordn (Trad. Juan Vernet, Plaza & Janes, Barcelona, 1980) 3, 78: “Di: creemas en Dios, en to ue se nos ha revelado y en fo que se revelé a Abraham, a Ismael, a Isaac, a jacob ya ias doce tribus; creemos en lo que fue dado a Moisés, a Jesits y a los profetas procedente de su Senor. No establecemos diferencias entre elfos, y nosotros estamos sometidos a £1". ¥ Cordn, 4, 154, quesse refiere 4 los judios: ‘Los hemos maldecido porque rompleron su alianza, no creyeron en es aleyas de Dios, mataron a los proferas sin raz6n.. SA. Th, Khoury, Los furrdamentos det Islam, Barcelona, Herder, 1980, 9. 136. ran que Ali obtuvo de Mahoma una-consagraci6n especial, que se transmite de generacion en generacién, y que convierte a quien la recibe en un dirigente, © imam practicamente infalible. Sus principales seguidores se encuentran en su gran mayoria en Iran, pero también existen minorias chiitas importantes en trak y en Afganistan, particular- mente entre los hazara.® Por otra parte, existen diferen- cias que tienen que ver con la interpretacion del Cordn, y que hacen que en ef mundo islami- co existan tendencias que van desde las mas moderadas, pa- sando por el misticisme istami- co, hasta las mas ortodoxas y fundamentalistas. Las primeras son las racionalistas, que inter- pretan ef Cordn teniendo en cuenta la influencia de las cir- cunstancias histdricas y el con- texto cultural en el cual Mahoma recibié las revelaciones. Si bien el Cordn es considerado como la palabra de Dios, ésta debio ser transmitida a Mahoma en un ienguaje que fuera compren- sible para él, y con referentes culturales que se ajustaran a su momento histérico. Segtin este punto de vista, se distinguen, entonces, dos niveles en el fi- bro: uno superficial, que puede ser alterado, y otro profundo, inaiterable, que tiene que ver con el-mensaje de fondo. Asi, por ejemplo, las cuestiones re- lacionadas con los derechos de la mujer, que son claramente derivadas de factores cultura- les, pueden alterarse. En esa medida, no se obliga a las mu- Jeres a usar ef velo, sino mas bien a comportarse como si lo tuvieran. Yen lo politico seacepta el Estado laico en la medida en que no vaya en contra de los principios fundamentales det islam. Desde esta vision més liberal, pasando por toda una gama de tendencias mas 0 menos con- servadoras y tradicionalistas, se llega a las tendencias mas orto- doxas y fundamentalistas, que son minoritarias en el mundo islamico, pero que desafortuna- damente son las mas conocidas en Occidente, dada la especta- cularidad de los métodos que utilizan algunos de los grupos que las profesan o el caracter exdtico de su forma de vida. El Isiam, por tradicion, ha sido una religién tolerante, modera- da y progresista. Basta citar ca- sos como el de la Espafia musutmana, donde por ocho si- gios convivieron pacificamente musulmanes, judios y cristianos, y donde la violencia religiosa fue generada y fomentada mas bien por la Santa Inquisicidn; 0 el det califato abasida, donde se desa- rrollaron las ciencias, fas artes y "Ver descripcion émnica de Afganistan mas adelante. Sees DESAFios DESAFIOS la filosofia, mientras la Europa medieval permanecia ajena a cualquier innovacion. Paradéji- camente, es esa tolerancia ca- racteristicalaquehahecho posible el surgimiento de movimientos como los fundamentalistas. El fundamentalismo moderno surgio en Egiptoa principios del siglo XX, como reaccion a la presencia britanica en el pais, por un lado, y a la apatia tanto delos gobernantes egipcios como de los ulemas (doctores en teo- logia), por el otro. El movimien- to tomé fa forma de una organizacién politica militante, los “Hermanos Musuimanes’, fundada por Hassan al Banna (1906-1949), que tenia como objetivo imponer un Estado is- lamicoteocratico en Egipto yotros paises’. Hoy en dia existen grupos fun- damentalistas (unos mas orto- doxos que otros) en casi todos los paises musulmanes, pero en la mayoria de ellos son minori- tarios. Estos grupos consideran que todos los aspectos dela vida del hombre deben estar subor- dinados alislam y éste debe ser, por lo tanto, el fundamento de fa politica, la economia, la justi- cia, la vida privada, el arte, en- treotros. Estaconcepcién, aunada a una interpretacion ortodoxa Oe y fanatica del Cordn, ha genera- do la formacion de pequefios grupos politicos que conside- ran que la Unica forma de Esta- do y de organizacién juridica posibles son las que se basan en la Sharia o ley coranica. Son movimientos politico-religiosos que, como Al Qaeda (grupo de Osama Ben Laden), combaten por la implantacion de Estados islamicos ortodoxos en el mun- do musulman. Ademas, ven en e| mundo occidental un enemi- go del islam, no sdlo porque su cultura havenido minando poco a poco la islamica, sino porque Occidente ha protagonizado in- numerables ataques a tierras musulmanas. En palabras de Ben Laden: Por mas de siete afios, los Esta- dos Unidos han ocupado las tie- rras del Islam en el mas sagrado de susterritorios, Arabia, saquean- do sus riquezas, pasando por sobre sus dirigentes, humillan- do a su pueblo, amenazando a susvecinos y utilizando sus bases en la peninsula como punta de lanza para combatir a los pue- blos musulmanes circundantes.¢ A esta vision se afiade el hecho de que se toman fragmentos del Cordn particularmente belico- sos para justificar una guerra Santa contra Occidente y en particular contra EE.UU., que es Francis Robinson, Ef mundo islémico, folio, Barcelona, 1989, p. 40. * Osama Ben Laden, eclaracion del Frente Mundial Islémico para la guerra Santa contra los, judios y los crazados’, citado por Bernard Lewis, “License to Kil’ en Foreign Affairs, Vol. 77, No. 6, nov. ‘de 1998, p. 14. considerado como la cabeza de todo lo que representa la “mal- dad” occidental (drogas, alco- hol, prostitucion, pérdida de valores morales, ataques a tie- tras del Islam y ocupacién de las mismas): Matar a los americanos y a sus aliados, tanto civiles como mili- tares, es un deber individual de cada musulman que esté capa- citado para hacerlo, en cualquier pais donde sea posible, hasta que la mezquita de Al Aqsa [en Jerusalén}, y la de Haram (en ta Mecal hayan sido liberadas de sus garras y hasta que sus ejér- citos, destrozados y con las alas rotas, salgan de todas las tie- rras del islam, incapaces de amenazaraningin musulman... De igual manera, hacemos un llamado a todos los ulemas musulmanes, a los lideres, j6ve- nes y soldados, para que lancen atagues contra los ejércitos de los demonios americanos y con tra aquellos que estén aliados con ellos entre los colaborado- res de Satanas*, El discurso fundamentalista es simple pero contundente, exa- cerba el fanatismo de sus mili- tantes y los Hevaa realizar actos como los del 11 de septiembre, basados en una conviccién reli- giosa profunda que no acepta el dialogo, ni la concertacién. La mayor parte de los musul- manes del mundo condena fuer- temente este discurso y sobre * Osama Ben Laden, op.cit, p. 15, todo los métodos utilizados por esos grupos para lograr sus objetivos. Baste sdlo con con: tatar el hecho de que ningun pais musulman, incluso aque- llos con gobiernos islamicos, apoyé de manera abierta a Ben Laden o al grupo taliban, en la guerra contra el terrorismo. Para los grupos fundamentalis- tas ortodoxos, en particular para Al Qaeda y Jos talibanes, esta claro que Occidente le ha de- clarado la guerra al Islam desde hace varios afios, y que cual- quier método que se utilice en su contra es valido en la medi- da en que es un acto de defensa de la fe y de ataque a los infie- les. Desde este punto de vista, el dialogo resulta imposible. Muestra de ello fueron los re- clamos de los EE.UU. al gobier- no taliban después de los atentados, reclamos que para estos grupos resultaban absur- dos: se les pidié que entrega- ranaBen Laden, pero no sepodia entregar a la justicia america- na, ya que la dinica justicia po- sible es la islamica. Se afirmé que Ben Laden era un terroris- ta, pero no lo es; es un mujahe- din 0 combatiente del Islam. Se les acus6 de no ser verdaderos musulmanes, pero segtin varias declaraciones de los talibanes, ellos son los tinicos verdaderos musulmanes. Se les acusé de falta de libertad religiosa en i: * S Et 2 Afganistan, pero no podia ha- berla, puesto que el Islam es la nica religién verdadera. Ejem- plos como éstos abundan y, por lo tanto, las posibilidades de didlogo y concertacién son muy pacas. Los bombardeos de los EEUU. a Afganistan, aunque lograron tumbar al gobierno taliban, solo pueden producir un efecto con- trario al esperado, esto es, una mayor radicalizacién de estos grupos y la posibilidad de que sectores conservadores del mundo islamico, que tradicionalmente no aceptan los métodos utiliza- dos por los fundamentalistas, terminen por acercarse cada vez mas a ellos, como se esta vien- do en Pakistan. Aunque la ma- yoriade los musulmanes condena lainterpretacién fundamentalista y ortodoxa y, por supuesto, ei terrorismo, estos grupos pueden convertirse no sdlo en una de las mayores amenazas para Oc- cidente como, de hecho, ya lo son, sino también para los pro- pios paises musulmanes que tienen gobiernos mas o menos liberales y laicos. Perolaheterogeneidad del mundo musulmannosereducealoantes descrito. Un analisis detallado del caso afgano y de la comple- jidad de su entorno internacio- nal, puede ayudar a entender hasta qué punto es diverso este universo, y por qué las inter- pretaciones simplistas en el mejor de los casos se quedan cortas. La diversidad en Afganistan E} territorio del actual Estado de Afganistan ha sido objeto de muitiples disputas, invasiones y conquistas que, unidas a sus particularidades geograficas, condujeron a que esta region fuera poblada por una gran va- riedad de pueblos y culturas con diferencias marcadas, que cons- tituyen una de sus principales caracteristicas, y que hacen que la situacion afgana en términos sociales, politicos y religiosos sea especialmente compleja. Afganistan fue tradicionalmen- té una tierra de paso, por don- de transitaban las caravanas procedentes de laindiay de China, que transportaban especias y sedas hacia fos mercados del este, lo que hizo de este terri- torio un lugar de confluencia de diversas culturas. El territorio afgano fue también lugar de interseccién de grandes impe- rios (el persa, el mongol, el ruso, el britanico) y objeto de inva- siones que fueron dejando alli poblaciones asentadas con fuér- tes herencias culturales y lin- gilisticas (hazaras de origen turco-mongol, persas, griegos). Ademas, ias condiciones geo- graficas de Afganistan han fa- vorecido la dispersion de los grupos étnicos. El pais, atrave- sado por la cadena montafosa del Hindu Kush, con valles fér- DESAFIOS. eee § tiles peroaislados, rodeados por desiertos y estepas, ha favore- cido ei asentamiento disperso, el aislamiento cultural y la con- siguiente fragmentacién de ia sociedad afgana. A estas condi- ciones se afiade el hecho de que las actuales fronteras del Esta- do afgano fueron trazadas de manera arbitraria por una co- misién anglo-rusa, entre 1888 y 1893, sin tener en cuenta los factores étnicos, sino mas bien los Intereses politicos y estraté- gicos de las potencias en cues- tidn, quedando las etnias divididas de un lado y otro de las fronteras. Afganistan se caracteriza, en- tonces, por ser un pais fragmen- tado enuna serie de etnias, tribus y pequefios grupos locales que nunca se han reconocido a si mismos enel Estado-nacién. Cada uno de los habitantes de Afga- nistan tiene una identidad étni- ca y/o tribal o grupal que es la gue imprime en los individuos el sentimiento de pertenencia y que, por ende, juega un papel fundamental en la vida politica y social'®, Paraanalizar cabalmente el pro- biema afgano, es necesario entender sus particularidades étnicas y culturales y el fuerte apego de una parte considera- ble del pueblo a las estructuras tradicionales de caracter tribal ysus instituciones, cuyainfluencia sobrepasael ambito local y cuyo poder debe sertomadoencuenta como un factor politico deter- minante. Segtin Olivier Roy", en Afganis- tan se pueden distinguir tres niveles basicos de identidad comunitaria: Fl primero, que tiene el carac- ter mas general, se refiere a las etnias 0 nacionaiidades (Ilama- das mellia)” y que comprende grandes grupos como los pash- tuns (que son la etnia mayorita- ria), tayiks, uzbekos, hazaras, baluches, aymags, nuristanis, turcomanos, kirguizes, ete.'? Sin embargo, la utilizacién de los términos etnia o nacionalidad para el caso afgano es proble- matica, debido a que no corres- pondenaentidades homogéneas; su definicién varia de un grupo a otro. Por ejemplo, un pashtun no es simplemente un indivi- duo que pertenece a esta etnia, sino que dentro de-eila, existen unidades culturales diferentes segun la tribu a la que perte- '° Olivier Roy, “Etat et societé en Afghanistan’, en Revive Francaise de Science Politique, Vol. 35, No. 3, Paris, junio de 1985, ” Ibid, p. 71. © Ver mapa anexo, "Para una descripclén mas detallada de las etnias ver Michelle et Robin Poulton, L’Afahanistan, Paris, PUF, 1981, pp. 10-14. nezca. La etnia tayik no corres- ponde exclusivamente a los sunnitas de habla persa, ya que no todos los sunnitas de habla persa pertenecen a este grupo. En la definicién de los hazara (poblacién de origen mongol), ademas de factores culturales y lingitisticos juega un papel importante el aspecto religioso (son en su mayoria chiitas). En los ultimos aiios, el nivel de las etnias adquirié gran importan- cia debido a la polarizacion pashtun pro taliban, no pash- tun anti taliban, derivada de la nefasta experiencia de limpie- za étnica sufrida por ta pobla- cian pashtun entre 1992 y 1996, durante el gobierno de una coa- licin de etnias del norte, cono- cida después de 1996 como la Alianza Norte, liderada por ta- yiks, que perpetré una serie de masacres y violaciones denun- ciadas por Amnistia Internacio- nal y otras organizaciones internacionales de derechos humanos, ydestruy6, entre otras, la ciudad de Kabul. El segundo nivel se refiere al sistema tribal (llamado qaliba), que se enéuentra principalmente entre los pashtuns del sur y del este, entre los nuristanis y ba- luches y, en cierta medida, en- tre los aymags. El nivel tribal incluye, y se caracteriza, por el sentimiento de solidaridad frente alos extraiios, unaideologiatribal a * Olivier Roy, op. eft. propia, costumbres y leyes co- munes, y un sistema de creen- cias auténomorespectodellsiam. Estos elementos estan basados en la llamada pashtunwali, que consiste en un conjunto de va- lores (el honor, la hospitalidad, la venganza, etc.), una red ins- titucional (la jirgah, o asamblea de tribus, que tiene como fun- cién tomar decisiones de con- senso bajo la direccion de un lider tradicional) y una ley co- min que reglamenta los asun- tos de matrimonio, herencia y tenencia de tierras, entre otros. Apesar de que este sistema esta todavia presente entre los gru- pos pashtuns, tiene unatendencia marcada a la desaparicién en las ciudades y en los grupos pashtuns desarraigados, y fue remplazado paulatinamente por la sharia o ley coranica, espe- cialmente entre 1996 y 2001, durante el gobierno del grupo taliban. Sin embargo, es proba- ble que en las actuales circuns- tancias, después de la caida de este grupo, vuelvan a surgir las diferencias tribales al interior de los pashtuns, especialmen- te entre las tribus del este y del sur, que tradicionalmente han competidode manera muy fuerte por el poder. Finalmente, el nivel basico, es el qawm ogruposolidario, como lo denomina Olivier Roy,'* que fundamenta su unidad en iazos de solidaridad, y puede identifi- carse ya sea con una familia ex- tensa o clan, con un grupo ocu- pacional ocon un poblade. Dentro del gawmadquieren granimpor- tancia los lazos de parentesco y las relaciones patrén-cliente. No Corresponde necesariamente a un territorio especifico (puede haber varios gawm en un mismo poblado o regién) y no tiene las mismas caracteristicas de las es- tructuras tribales. Tampoco tie- ne un fundamento sociolagico homogéneo: un gawm puede re- ferirse a una tribu, un clan, un grupo profesional (el qawm de los mullahs, de los barberos, de los estudiantes), un grupo reli- gioso, unacomunidad localo una etnia, Cada individuo esta liga- do a uno de esos grupos, y son éstos los que le otorgan el sen- tido de pertenencia basico y to protegen de otros grupos y deia intromision del Estado. Estos tres niveles se intersec- tan o superponen de una ma- hera un tanto compleja. Todos losafganos pertenecenaun qawm © grupo solidario, pero no ne- cesariamente a una tribu. To- dos tienen una etnia, pero la identidad étnicanotieneel mismo significado en todos los casos, siendo mas importante para algunos grupos laidentidad tribal ©, en ocasiones, el gawm. Otras instituciones tradiciona- les afganas son el liderazgo y la jirgah. La primera se refiere a los tideres tradicionales, llama- dos khan o matek, que han es- tablecido una relacion patrén- cliente con su grupo. El lideraz- go no se otorga mas que por el consenso del gqawm y nunca es permanente. El khan debe de- mostrar constantemente quees digno de tener este cargo ga- rantizando la alimentacion del grupo, manteniendo lacohesion, defendiendo los intereses del qawm frente al Estado. Estos lideres tradicionales se han vis- to despiazacios, segtin lo men- cionado antes, por jovenes intelectuales fundamentalistas, educados en el exilio, en ma- drasas o escuelas coranicas pakistanies de orientacién or- todoxa, donde los refugiados afganos enviaban a sus hijos, dado el cardcter gratuito de estas escuelas. Fue entre estos jove- nes estudiantes que surgié en 1994 el grupo de los taliban (del arabe talib, que significa “el que estd buscando” y que en gene- ral se refiere a aquél que busca el conocimiento religioso)"®. La segunda institucién es la jir- gah, una institucién especifica- mente tribal y que se encuentra sobre todo entre los pashtuns. Hay dos modalidades de jirgah. "= Kawun Karkar, Art introduction to the Taliban, institute for Afghan Studies, otofio de 2000, p. 1. En primera instanciaestélajirgah restringida o asamblea de jefes decianes, queseretineparadecidir sobre aspectos de defensa de la tribu y toma decisiones sobre conflictos temporales. Por otra parte, esta la gran jirgah 0 loya Jirgah, que es la gran asamblea de todos ios guerreros y que constitufa, antes de 1978, el fundamento de la legitimidad del Estado afgano. Esta provee a la sociedad afgana de una estructura histérica y politica que siempre la ha ayudado a mane- jar las situaciones de anarquia, caos y emergencia'’. Después del ataque norteamericano a Afganistan y de la caida dei gobierno taliban, este mecanisme ha cobrado vida nuevamente, en especial, a raiz de las pro- puestas tanto del derrocado rey afgano, como de las Naciones Unidas, que incluyen entre otras, la convocacién de una Joya jir- gah que decida sobre ef rumbo futuro del pais. Con base en lo descrito antes, se puede afirmar que no existe una nacién afgana, sino una yuxtaposicion de etnias, tribus y gawms; una “colcha de reta- zos", donde iaidentidad de cada grupo es poco clara y donde ia sociedad funciona con institu- ciones y valores propios. Afga- nistén es considerado, entonces, ——— rr como uno de los mas claros ejem- plos de separacién entre la so- ciedad civily el Estado'’. Durante el gobierno comunista, por ejem- plo, los intentos del Estadoafgano por convertirse en el eje central dei pueblo, fueron vistos como redundantes e inutiles. El Esta- do es legitimo en la medida en que es pashtun y sustentado en la gran jirgah, pero su actua- cién efectiva, al menos antes de la liegada de los talibanes al po- der, no liegaba a constituirse en el centro de ia organizacion juridica y social. Los grupos al margen, es decir los no pash- tuns, veianaiin mas lejosal Estado, del cual sospechaban profun- damente en la medida en que éste favorecia a su propio gru- po en detrimento del resto de la poblacidn. Esta situacién cam- bid radicalmente con el acceso al poder, entre 1992 y 1996, del gobierna de8. Rabani (la hoy llamada Alianza Norte), ya que por primera vez subié una coa- licion no pashtun al poder gra- ciasaque suluchaenlaresistencia afgana contraia invasion soviética les proporciond no sélo un espacio de actuacién politica, 0 también fas armas que les permitieron consolidar sus parti- dosynoaceptar el retornoal statu quo anterior, es decir, a un régi- men con dominante pashtun. Sin embargo, el fracaso del gobier- '5 Noorullah Khan, “Afghan Loya Jirga’, en The News International, mayo 21, 2001. » Ver Olivier Ray, op. cit: | | no de la coalicién no pashtun, Su Carencia absoluta de legiti- midad y ios intentos de Rabani de perpetuarse en el poder's, condujeron a que un grupo fun- damentalista basicamente pas- htun, lograra derrocarlos e imponer un gobierno basadoen principios mas generales, como la sharia. Ademas de los factores étnicos, tavariablereligiosajuega un papel de importancia mayor, ya que es el fsiam, y no la pertenencia aun mismo Estado, lo que cons- tituye el factor de unidad, al ser éste el principal comin deno- minador entre las diversas et- nias y nacionalidades. En efecto, para la sociedad rural afgana, existe un universal que es la umma o comunidad musulma- na; un cuerpo juridico, que es la sharia 0 ley coranica; una insti- tucion judicial, que son los qazi 0 jueces isldmicos, y una refe- rencia legitimante, que es el Isiam!?. El Islam se propago en Afganis- tan porobradelos ejércitos arabes venidos del oeste en el afio 642, y constituye un factor clave en la vida afgana en la medida en que es el tinico comtin denomi- nador alo largoy ancho del pais. Puesto que el pueblo afgano no sé reconoce en un Estado-na- cién, el Islam juega un papel de vitalimportanciaen elsentimiento de identidad cultural. Es el for- jador det horizonte intelectual del afgano, de sus sistemas de valores y de su cédigo de com- portamiento”®. Mas que una unidad institucional, el factor de cohesién del islam se basa en el sentimiento de pertenen- cia ala Umma o comunidad de musulmanes. Es asi como para el campesino afgano, el islam, ademas de ser un modeio ético, es la posibili- dad de acceder aun “universal”, a una categoria mas amplia y general que va mas alla de su actuar inmediato. El Estado, por lo tanto, debe ser un simple agente de un universal preexis- tente, la sharia o ley coranica, que va mas alld de las culturas tradicionales ylas segmentacio- nes y que, ala vez, no interfiere con ellas. Como en la mayoria de los pai- ses musulmanes, no existe un clero organizado en Afganistan. Los muliahs no tienen un poder particular en Jas aideas. Se Ile- gaa ser muliah por el conoci- miento de! Cordn y de las oraciones, entre otros, peroeste no le garantiza un estatus su- perior. El “alto clero” no es mas organizado. Estacompuesto por % Ver Amnesty International, The 1994 Amnesty international Report, Women in Afghanistan A human rights catastrophe, Londres, 1994, Olivier Roy, "UIslam dans ia resistance afghane", en Esprit, Paris, abril de 1982 2 bia, ulemas (doctores en derecho y teologia islamicas), mulawis (mullahs con educacién supe- rion) ¥ gazis (jueces istamicos). Su formacién se lleva a cabo en las madrasas o escuelas islarmi- cas y en las universidades, don- de se adquiere una formacién comun a todo el mundo musul- man: arabe clasico, teologia, interpretacién del Cordn, tradi- cidn del profeta y derecho isla- mico. Esta formacién genera el sentimiento afianzado de per- tenenciaa la comunidad musul- mana en general, y no a una nacién o institucion nacional en particular. Los mullahs apoya- ron siempre a los dirigentes politicos afganos cuando éstos eran defensores del Islam y los combatieron cuando considera ron que estaban proponiendo “innovaciones peligrosas", con- trarias ala ley coranica. Paralos mulfahs, asi como para ef cam- pesino, el Estado no es un fin ensimismo, sinouninstrumenta de defensa de Ia religion, que integra las tribus alrededor de un solo eje de control social. Existen, sin embargo, algunos elementos que tienden a debi- fitar dicha cohesién y que se resumen en dos divisiones in- ternas del Islam: la de sunnitas- chiitas y la de intelectuales islamicos-campesinos tradicio- nalistas. Latendencia dominante en Afga- nistan es la sunnita, que a su yez se encuentra fragmentada en diferentes escuelas de inter- pretacion que van desde las mas ortodoxas y fundamentalistas hasta las tradicionalistas, que estan tan aferradas a las tradi- ciones tribales comoalisiam (en esta categoria se incluyen las escuelas misticas 0 confrater- nidades sufis). Existe, ademas, una minoria chiita importante, que esta constituida en su gran mayoriapor miembros delaetnia hazara, que se convirtieron al chiismo gracias al trabajo esta- cional que tradicionalmente ha realizado esta poblacién semi- némadaen Iran. Asi, lafragmen- tacién religiosa se superpone enocasiones, yen otras semezcla con la fragmentacién étnica, haciendo que el islam, factor cohesionador por excelencia, pierda este caracter cuando se pretende hacer un analisis mas minucioso de la sociedad afga- na y se convierta en otro de los muchos factores de conflicto. Como consecuenciadel conflicto derivado de la invasién soviéti- ca a Afganistan entre 1979 y 1989, las divisiones tanto étni- cas como religiosas se hicieron mas patentes. Seguin lo mencio- nado antes, la guerra transfor- mé las relaciones sociales y politicas en Afganistan. En 1992 subid por primera vez al poder una coalicién de partidos poli- ticos (todos de orientacién reli- giosa, pero en algunos casos totalmente opuestos entre si), conformados por personas per- tenecientes a etnias.no pash- DESAFIOS. pe nN tuns, que impuso un gobierno fuertemente autoritario y vio- lento que condujo al pais a una guerra civil’. Durante este pe- todo, los lideres tradicionales fueron desplazacos por jévenes intelectuales fundamentalistas que hicieron del Islam el princi- pio de organizacion y moviliza- ciéndelasociedad civil, tomando el regreso ala shariacomo prin- cipio fundamental. Es en medio de esta guerra que surgen, en- tonces, los talibanes” como los lideres més influyentes de laopo- sicin al gobierno y de defensa tanto de la fe islamica como de la comunidad pashtun. A pesar de que la interpretaci6n ultraor- todoxa del Islam por parte del grupo taliban no era comparti- da por la mayoria del pueblo pashtun, éste se identificé con el grupo por razones étnicas. Los talibanes, lograron tomar- se el poder en 1996, imponer un gobierno islamico apoyado por la comunidad pashtun y obligar a la coalician no pash- tun a retirarse a la zona norte de Afganistan. Esta situacion condujo a la divisién del pueblo afgano en dos: los pashtuns que apoyaban a los talibanes y los no pashtuns que apoyaban ala fragil Alianza Norte. Con la cai- da de los talibanes la sociedad afgana ha vuelto a fragmentar- se en una multiplicidad de gru- pos con intereses y origenes 2 amnesty International, op. cit. p. Te ® Kawun Karkar, op. cit. ees diversos, Sin embargo, se han venido realizando grandes es- fuerzos en la busqueda de al- ternativas para la conformacion de un nuevo gobierno post ta- liban estable y representativo de todos los sectores étnicos y religiosos, que no perpetile la guerra civil y la inestabilidad en la region. E! mundo islamico frente al caso afgano La fragmentacion étnica y reli- giosa no sélo afecta a Afganis- tan internamente, sino que también se relaciona estrecha- mente con su situacion inter- nacional y con la posicion que los otros paises musulmanes han asumido con respecto al con- flicto afgano. En efecto, la falta de cohesién del mundo islami- co se refleja en el hecho de que la posicién de los paises musul- manes frente al conflicto no ha sido unanime. En ella han in- fluido tanto factores étnicos y religiosos, como politicos y econdmicos. . El pais musulman més directa- mente involucrado en el con- flicto afgano es Pakistan. A raiz delacreacion del Estado pakistani en 1947, los afganos cuestio- naron la “linea Durand” como limite entre los dos territorios y reclamaron la anexién de toda la regién ocupada por tribus pashtuns. La “linea Durand” se extiende por 600 kilémetros de frontera afgano-pakistani. Lle- va el nombre de Mortimer Du- rand, jefe de la misién inglesa enviada a Afganistan en 1883, que impuso a los afganos un convenio segin el cual cedian parte de su territorio a los in- gleses. Se traz6 entonces esta linea que dividia en dos al terri- torio pashtun: uno, controlade por Kabui, y otro, por las ingle- ses, gue pasé a ser parte del Estado de Pakistan desde su creacién. La cuestién del “Pashtunistan" fue entonces el denominador de las relaciones afgano-pakistanies, que se mantuvieron siempre tensas, e incluso generaron miltiples incidentes, como el de 1961-1963, perfodo duran- te ei cual la frontera permane- cié cerrada. La participacién pakistani en el conflicto afgano de 1978-1988 se debié, en primera instancia, al hecho de que la invasién so- viética a Afganistan poniaal pais en una situacién de encierro, en la medida en que quedaba aprisionado entre dos fuerzas. Por un lado, la India, con la cual tiene atin graves conilictos fron- terizos de mayor preocupacion que los que tiene con Afganis- tan, y por el otro la URSS, amiga de la India, a la que veia llegar a sus fronteras. Ei apoyo del general Zia Ul-Hak ala resistencia afgana fue, por consiguiente, abierto y decidi- do. Peshawar, poblacién de Pa- kistan cercana a la frontera con _ Afganistan, se convirtié no séle en el centro principal de los 3'000.000 de refugiados, sino también en el lugar de entrena- miento y en el comando central de una buena parte de los gru- pos de Ja resistencia. Estos ulti- mos recibieron el apoyo del ejércitopakistaniy armas ymisiles enviados por EE.UU. a través de Pakistan. Después de la firma de los acuerdos de Ginebra en 1988, Pakistan continué apoyan- do alos combatientes contra el gobierno comunista que perma- necio en el poder hasta 1992. La estrategia pakistani consis- tid desde un principio en favo- recer a jos pashtuns del este por oposicion a los otros gru- pos en conflicto. No era enton- ces un apoyo a la resistencia en general, sino que se centraba en una parte de ella. Esta estra- tegia tenia como objetivo con- trolar una confederacién tribal con miras a establecer un go- bierno pro-pakistani en Kabul. La idea de tener un gobierno aliado en Afganistan soluciona- ba, por una parte, el problema de los reciamos afganos del “Pashtunistan” y, por otra, acre- centaba su influencia en la re- gion, compitiendoasicon el poder regional indio. Lg DESAFIOS Aunque Pakistan mantuve re- laciones con el gobierno de Ra- bani, éste no daba garantias de convertirse en su aliado. Ademas, durante el periodo de ese gobierno, el niimero de re- fugiados afganos en Pakistan no disminuyé, Por el contra- rio, la persecucién a la pobla- cin pashtun y la guerra civil que caracteriz6 al régimen de Rabani, provocé un éxodo de poblacién hacia Pakistan, con los consiguientes problemas sociales relacionadas no sélocon la ubicacién, instalacién y ali- mentaci6n de tos refugiados, sino también con el trafico de dro- gas y armas y el contrabando de todo tipo de productos. Estas fueron las causas para que el gobierno pakistani ayudara, con el apoyo de EE.UU., al en- trenamiento, financiacién y toma del poder de los talibanesy para que, ademas, fuera uno de los tres paises (con Arabia Saudita y fos Emiratos Arabes Unidos) que aun mantuviera relaciones conAfganistan después de 1998. Después de los acontecimien- tos del 11 de septiembre, Pa- kistan se vio enfrentado a un dilema: por un lado, apoyar a los talibanes, dacalaconveniencia de un gobierno que, a pesar de su radicalismo religioso, habia desistido de las reclamaciones sobre el Pashtunistan, pacifica- do el 85% del pais, frenado el éxodo de refugiados, y era un aliado en el conflicto de Cache- mira con la India. Sin embargo, dicho apoyo podia significar la declaracion de guerraalos EE.UU. y el aislamiento internacional del pais. La otra alternativa con- sistia en apoyar la guerra con- tra el terrorismo liderada por EE.UU., acambio del levantamien- todel bloqueoal queestabasome- tido el pais a raiz de los ensayos nucleares. El apoyo a fos Esta- dos Unidos implicaba el forta- lecimiento de los grupos politicos de orientacién religiosa al inte- riordel pais, un recrudecimienta de la crisis afgana y, probable- mente, la salida del poder de los talibanes. Pero, también, el levantamiente del bloqueo sig- nificaba el restablecimiento de las relaciones econémicas con EE.UU. y de fa ayuda militar y financiera, vital para Pakistan en este momento. EI gobierno pakistani opto, na- turalmente, porelapoyoaEE.UU., pero su interés se centra actual- mente, en vista de la caida del gobierno taliban y de la preocu- pacién internacional por la re- construccion del pais, en la conformacién de otro gobierno aliado en Afganistan, con un alto componente pashtun, Por su parte, las nuevas repti- blicas musulmanas de Tayikis- tan, Uzbekistan y Turkmenistan, asi como Rusia, apoyaron en su momento al gobierno de Raba- ni debido a que el componente &tnico de dicho gobierno era mayoritariamente tayik, pero DESAFIOS. {goers incluia también la participacion de uzbekos y turcos. Esto, se considera alin hoy, hacia mas facil lacontinuidad dela influencia rusaenlaregion, dados los fuertes vinculos histéricos, econdmicos ypoliticos que existenentre Rusia y las mencionadas republicas. Elacceso delos talibanes al poder en 1996, obligé a los partidos del gobierno clerrocado a pasar a fa oposicién armada, confor- mando la Alianza Norte, con el apoyo decidido tanto de Rusia, que veia tanto en el gobierno taliban un enemigo de sus inte- reses en la regién, como de las repdiblicas musulmanas del norte de Afganistan. Ademas, el reco- nocimiento taliban de! gobier- no independiente de Chechenia, que slo existe de nombrey que no ha sido reconocido por nin- gtin otro Estado, no hizo mas que acrecentar la animadversion de Rusia?. Después del 11 de septiembre, Rusia continud apoyando a la Alianza Norte € intenté, hasta donde le fue posible, que ésta asumiera el poder después de la caida de los talibanes, pero esta posibi- lidad fue rechazada tanto por lacomunidad internacional, como por los mismos afganos. Los fuertes lazos étnicos de las re- publicas de Asia Central con la i 3 pid. p.7. Alianza Norte hicieron que Dus- hanbe, de hecho, se convirtiera en el centro de las ayudas ru- sas, tayiks y uzbekas aeste grupo. Los gobiernos laicos de estas republicas, que vieron en los talibanes una amenaza para SU estabilidad interna por lainfluen- cia y apoyo que estos ultimos le podian proporcionar a grupos fundamentalists en sus propios paises; ledieron suapoyoaEE.UU. en la guerra contra el terroris- mo. Su interés fundamental en las actuales circunstancias es, por un lado, eliminar la amena- za del fundamentalismo islami- coenlaregiény, por otro, ayudar ala conformacion de un gobier- no estable con la participacion efectiva de miembros de sus propias etnias, en vista de que la Alianza Norte no se constitu: yé en una alternativa real de gobierno después de la caida de los talibanes. El caso de Iran es diferente, y en él influye decididamente el fac- tor religioso. El apoyo irani ala resistencia afgana contra los soviéticos no fue tan decidido y palpable como el de Pakistan. Los “guardianes delarevolucion’””* eran los encargados de los asun: tos afganos durante la ocupa- cidén soviética. Estos ponian como condicion a una ayuda directa * Los “quardianes de la revolucion’ son brigadas de jovenes voluntarios que ejercen funciones policivas y de vigilancia religiosa, dirigidos por mullahs. DESAFIOS ‘RUaRERs | : | el reconocimiento del lideraz- go de Khomeini y el apoyo a Iran en contra de Irak y de los Estados Unidos. Estas condiciones fueron aceptadas casi que ex- clusivamente por fa poblacion chiita, en su mayor parte haza- ra. Sin embargo, el apoyo que Iran le presté a los grupos chil- tas fue mas moral y politico (a través de declaraciones guber- namentales), que militar o finan- ciero, y se basd, sobretodo, en la solidaridad religiosa. Esto se debe a que Iran no tiene intere- ses reales en Afganistan. El desarrollo irani se da mas hacia eloeste yel norte, siendolazona oriental del pais, limitrofe con Afganistan, poco desarroliada y mas bien alejada de sus cen- tros productivos y administra- tivos. Después de la Ilegada al poder de los talibanes*® y de ias fuer- tes persecuciones a los chiitas que condujeron al asesinato de nueve funcionarios consulares iranies en 1997, lranestuvocerca de atacar Afganistan y ha apo- yado mds decididamente a los chiftas afganos. Aunque la cai- da del gobierno taliban es con- veniente para ran, este pais, por su condicion de Estado islami- co conservador, no acepta el liderazgo de Estados Unidos (pais visto por ellos como infiel y enemigo del Islam) en la guerra ie ees es contra el terrorismo y ha insis- tido en la necesidad de que [a ONU asuma un liderazgo mas contundente en la reconstruc- cién dei pais. En el caso de Arabia Saudita, los Emiratos Arabes y Kuwait, en- tran a jugar un papel importan- te, ademas de los factores religiosos, los vinculos ecend- micos con Estados Unidos. Con la invasion soviética a Afgai tan, Arabia Saudita, al igual que Kuwait y los Emiratos Arabes Unidos, prestaron un gran apo- yo no sélo a la resistencia afga- na, sino también a Pakistat Ademés de la solidaridad isk mica que reforzé enormemet te la posicién del general Zia Ui-Hak en el gobierno tanto al interior de Pakistan como en los asuntos externos, Arabia Sau- dita, Egipto y los Emiratos Ara- bes Unidos prestaron una generosa ayuda financiera diri- gida al mantenimiento de los refugiados afganos y a proveer de armas tanto a los grupos de la resistencia como al mismo Pakistan. Lagenerosaintervencién de estos. Estados se relacionaba, ademas, con la concepcion norteameri- cana que veia en la invasién soviética a Afganistan una ame- naza a la seguridad de los go- biernos del Golfo. Es decir, que % Los talibanes en su condictén de sunnitas ortadoxos consideran que los chiltas son una desviacién del Islam puro, dichos gobiernos se involucra- ron en el conflicto puesto que se vieron directamente amena- zados. Laayuda saudi alos mujahedin, estaba dirigida mas que todo al sector de la resistencia que te- nia una fuerte tendencia waha- bi (musulmana ortodoxa), que es la dominante en Arabia Sau- dita y que incluia sobretodo a grupos de mullahs y estudian- tes entrenados en Pakistan a través de madrasas de orienta- cién wahabi, El fundamentalismo de tipo wahabi fue el aplicade por los talibanes en Afganistan y esto condujo a que Arabia Saudita reconociera, en su momento, al gobierno afganoliderado por ese grupo. Sin embargo, esta comu- nion ideolégica no implicé la ausencia de conflicto. Después de los atentados a las embaja- das de Fstados Unidos en Ken- yay Tanzania, el gobierno saudi le retiré la nacionalidad a Ben Laden y, aunque mantuvo las relaciones con los tailbanes a pesar de que éstos fo acogie- ronen su territorio, dichas rela- ciones seenfriaron. Ademas, son bien conocidas Jas declaracio- nes de Ben Laden y de los tali- banes contra la familia real saudi por sus vinculos con los Esta- dos Unidos derivados de la ex- plotacién del petrdleo, por permitir la permanencia de tro- pas norteamericanas en la tie- rra sagrada del Islam después delaguerradel Golfo, y porservir de base a los ataques norteame- ricanos contralrak. Estas circuns- tancias han generadolaoposicion cada vez mayor de algunos sec- tores de la poblacion saudi, que amenazan seriamente la conti- nuidad de la familia real en el poder. Arabia Saudita y los Emiratos Arabes Unidos rompieron rela- ciones con el gobierno taliban después de los ataques terro- ristas del 1] de septiembre, pero su apoyo a los EE.UU. en la que- rra contra el terrorismo, a pe- sar de los vinculos econémicos, fue moderado. No permitid, por ejemplo, ia utilizacion de las bases militares en su pais, para el ata- que contra Afganistan, Esto se explica, no sélo por razones de solidaridad religiosa, que son importantes, sino tambien, por- que la familia real saudi no pue- de arriesgarse a un aumento de la oposiciéa radical istamica al interior del pais. Irak, por su parte, ha sufrido en carne propia las sanciones y ataques norteamericanos, y aunque no tenia relaciones con el gobierno taliban, condend fuertemente los bombardeos a Afganistan y, en general, laguerra contra el terrorismo. Otros paises musulmanes con- denaronitos ataques terroristas, pero alavez —con la excepcion de Turquia, que, en su calidad de miembro de fa OTAN, envid tropas de apoyo al ejército ner- teamericano—, trataron de mantener un bajo perfil con Fespecto al conflicto, explicable por el temor al fortalecimiento del fundamentalismo a nivel popular, fo que traeria como consecuencia una fuerte ame- naza a la estabilidad interna de dichos paises. Elcaso de Afganistan noes tinico y refleja claramente la hetero- geneidad del mundo isiamico no sélo a nivel interno, sino también en la variedad de posi- ciones quelos paises musulmanes han adoptado con respecte al conflicto. En efecto, cada uno de estos paises constituye un universo lleno de matices, de intereses de diversa indole que enalgunos casos se complemen- tan, pero que en otros pueden llegar a convertirse en motive de fuertes divisiones. Sin negar ja importancia que pueda tener en estos momen- tos fa solidaridad del mundo musulman con el pueblo afga- no, pensar en el Islam como un bloque homogéneo que podria eventualmente enfrentarse a Occidente en una guerra de ci- vilizaciones es desconocerlagran variedad de intereses tanto eco- némicos, como politicos, y la diversidad étnicayreligiosa, que surgen como obstaculos insal- vables a la hora de buscar la unién de fa comunidad musul- mana, de la umma, fee A Bibliografia Amnesty International, The 1994 Amnesty International Report. Womenin Afghanistan: human rights catastrophe, London, 1994, Ben Laden, Osama, “Declara- cin del Frente Mundial tslamico para ia guerra Santa contra los judios y los cruzados”, citado por Bernard Lewis, ‘License to Kill", en Foreign Affairs, Vol. 77, No. 6, nov-dic. de 1998. Corén (Trad. juan Vernet), Barcelona, Plaza & Janés, 1980. Huntington, Samuel, “El cho- que de civilizaciones’, en Ciencia Politica, No. 33, 1993. 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