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M1 - C3 - La Cultura Visual Contemporánea
M1 - C3 - La Cultura Visual Contemporánea
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1. Cultura visual, prácticas sociales y tecnología
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Decidimos empezar este recorrido, como no podía ser de otra
manera, con una imagen, con cuatro, con miles, o con millones de
fotografías, capturando experiencias de otras y otras que cuentan
‒tal vez sin saberlo‒ una particular forma de ver y transitar el
mundo. En 2011, cuando todavía era incipiente lo que se volvería
certeza luego con respecto a la expansión cuantitativa de las
imágenes, el artista holandés Erik Kessels inauguró en Ámsterdam
una instalación que reunía cerca de seis millones de fotografías
publicadas en solo 24 horas en la plataforma para compartir
imágenes Flickr.
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¿Cuántas fotografías y videos de nuestros hijos, hijas, sobrinos, nietos
guardamos? ¿Podemos hacer un listado rápido de los momentos
capturados? ¿Cuántas, en cambio, de nuestra infancia? ¿De qué cambios
‒en la vida cotidiana y en las tecnologías a disposición‒ dan cuenta
estas imágenes? ¿Cuánto y cómo se ha modificado la forma de capturar
y hacer circular las fotografías que tomamos?
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posibilidad: la de acceder, a un costo relativamente bajo, a esa nueva
tecnología.
Pero el Super 8 fue también bastión del cine político de los años 60 y
70. La portabilidad de la cámara y el bajo costo del material fílmico
permitió que, en medio de un contexto de constante ebullición, en el
cual los jóvenes tenían un papel preponderante, surgieran grupos,
manifiestos, movimientos y producciones que conforman hoy una
parte relevante de nuestro archivo filmográfico.
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Esta idea del vínculo entre tecnología y cambios socio-culturales se
nos aparece como el primer paso, la puerta para abrir el juego y
pensar las imágenes y su contexto desde perspectivas que nos
permitan comprender la complejidad del tema. Más allá de los
avances tecnológicos que, como vimos, ofrecen la posibilidad de
ampliar los márgenes de lo que representamos, ¿qué otras
cuestiones configuran nuestra mirada sobre el mundo? ¿Cómo y
bajo qué marco vemos, conocemos, pensamos, creemos? En otras
palabras: ¿qué vemos y qué no vemos cuando miramos?
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El taumatropo y el zootropo fueron algunos de los juguetes ópticos que
anticiparon la llegada del cine. En el Museo Virtual de la filmoteca de la UNAM
(Universidad Nacional de México) es posible acceder a todos los juguetes ópticos
del período precinematográfico, verlos en 3D y apreciar su funcionamiento.
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Lo primero que se desprende de este concepto es la idea de que
nuestros modos de mirar no están determinados solo por nuestra
subjetividad, sino que están inscriptos en lógicas más amplias. Hay
un complejo entramado que cada época construye con sus
prácticas, hábitos, técnicas, deseos, poderes, que constituyen un
límite, un campo de lo posible y lo visible que determina no solo las
imágenes que van a circular sino también la forma en la que vemos
o dejamos de ver algo.
… el ver no es neutro ni, por así decir, una actividad dada y cumplida
en el propio acto biológico, sensorial o puramente fenomenológico.
Sino un acto complejo y cultural y políticamente construido, y que lo
que conocemos y vemos en él depende, justamente, de nuestra
pertenencia y participación de uno u otro régimen escópico. (Brea,
2007, p. 148)
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El concepto del fuera de campo en el ámbito del cine refiere a todas aquellas
acciones que quedan por fuera de lo que la cámara está encuadrando en ese
momento. El fuera de campo puede remitir a imágenes o al sonido. En la
narración, el fuera de campo se convierte en un elemento significativo en tanto
puede sugerir una presencia (un personaje, una situación) sin hacerla visible
nunca. Como afirma Noël Burch en su libro Praxis del cine: “Cuanto más se
prolonga el campo vacío, más se crea una tensión entre el espacio de la pantalla y
el espacio-fuera-de-campo” (Burch, 1972, p. 34).
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Eso que no capturamos, que no circula en los medios, aquello que
cada régimen de visibilidad vuelve “invisible”.
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Walter Benjamin alude al principio mecánico y óptico del cine por el cual al
proyectar 24 imágenes fijas por segundo se crea la ilusión de movimiento. El
fenómeno óptico de la “persistencia retiniana” investigado por el médico inglés
Roget y desarrollado y definido luego, en 1829, por el físico Joseph-Antoine
Ferdinand Plateau constituye uno de los antecedentes que permitieron, entre
otros avances científicos y técnicos, la creación del primer cinematógrafo a fines
del siglo XIX.
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2. La relación imagen y palabra
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Las Meninas tiene un significado inmediato accesible a cualquier
espectador. (…) Pero, como es habitual en Velázquez, en esta escena
en la que la infanta y los servidores interrumpen lo que hacen ante
la aparición de los reyes, subyacen numerosos significados, que
pertenecen a campos de la experiencia diferentes (…) Existe, por
ejemplo, una reflexión sobre la identidad regia de la infanta, lo que,
por extensión llena el cuadro de contenido político. Pero también
hay varias referencias importantes de carácter histórico-artístico,
que se encarnan en el propio pintor o en los cuadros que cuelgan de
la pared del fondo; y la presencia del espejo convierte el cuadro en
una reflexión sobre el acto de ver y hace que el espectador se
pregunte sobre las leyes de la representación, sobre los límites entre
pintura y realidad y sobre su propio papel dentro del cuadro.
(Portus, 2013, p. 128)
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quedarán finalmente por fuera de sus modos de ver para emerger
con fuerza en otros momentos y bajo otras miradas.
Para ampliar, las y los invitamos a leer la nota “El autor del vídeo
viral ‘Velaske, yo soi guapa?’: ‘Han fusilado un formato que yo creé’”.
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Debord publicaba su libro La sociedad del espectáculo. En él
señalaba un creciente interés por el espectáculo en las sociedades
marcadas por un sistema capitalista avanzado. “Allí donde el mundo
real se transforma en simples imágenes, las simples imágenes se
convierten en seres reales, motivaciones eficientes de un
comportamiento hipnótico” (1969, p. 43). La noción de espectáculo
desarrollada por Debord plantea una línea que han seguido otros
autores en el tiempo referida al impacto de la imagen en los modos
de relacionarse: “el espectáculo no es un conjunto de imágenes,
sino una relación social entre personas mediatizada por imágenes”
(p. 38).
Parece increíble que desde 2008 hasta nuestros días hayan pasado
poco más de diez años y que ese borde, ese marco de referencia,
haya sido traspasado hasta tal punto que el debate, por estos días,
no esté tanto centrado en lo que se exhibe y en lo que se “guarda”,
sino en analizar si hay algún aspecto de nuestra privacidad que esté
al resguardo de organismos estatales, empresas y multimedios.
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En este régimen visual contemporáneo no hay lugar para el viejo
arte de develar capas de sentido, porque todo está allí, exhibido,
superpuesto, remixado, photoshopeado, viralizado. Intentaremos,
para complejizar el enunciado anterior, caracterizar algunas de las
principales dimensiones que se ven movilizadas, revueltas y
quebradas en el modo de ver imperante.
Estas dos imágenes capturan el momento en que asumen el Papa Benedicto XVI
(2005) y el Papa Francisco (2013). Entre ambas pasaron solo ocho años. En ellas
es posible ver hasta dónde nuestras prácticas sociales y culturales están
mediadas por imágenes.
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4.1. Acceso y circulación
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@AlaxisLuK. Twitter (2013).
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Lo que en principio parece una consecuencia en cuanto a lo
cuantitativo (millones de visualizaciones que ubican esa imagen o
esa producción en boca de todos) impacta también en la calidad de
lo que vemos, en cómo lo vemos y sobre todo en el vínculo entre lo
que vemos y lo que conocemos. Lo que se viraliza entonces,
adquiere un status de verdad que impacta en nuestro acercamiento
al conocimiento, y que toma relevancia aun cuando se trate de una
imagen o un mensaje de dudosa procedencia.
4.2. Hipervisibilidad
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En este contexto, ¿es posible mirar en un mundo donde
permanentemente recibimos estímulos de imágenes que
representan ese mundo? O, en todo caso, ¿la realidad está
representada en esa vorágine de imágenes? ¿Podemos ver todo,
absolutamente todo del mundo?
4.3. Hiperconexión
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o smartphones cuando la hiperconexión no solo se nos presenta
como una consecuencia del uso activo de pantallas y medios
digitales, sino como una dimensión que atraviesa y reconfigura
nuestra vida cotidiana, nuestra profesión, el estudio, los vínculos, la
forma de aprender. A propósito, Dolors Reig, especialista en
cibercultura, tecnología y redes sociales, nos advierte que “aunque
tecnológicamente se pueda entender el tránsito del móvil al
smartphone como un continuum acumulativo de agregación de
tecnologías, desde el punto de vista social supone un verdadero
salto cualitativo que induce cambios sustanciales en nuestra
experiencia vital” (Reig y Vilchez, 2013, p. 11).
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En un mismo sentido, podríamos preguntarnos qué sucede con
quienes, por diferentes razones, no tienen su vida absolutamente
conectada/vinculada a los dispositivos. En una sociedad atravesada
por las pantallas y los medios digitales, quienes no pueden acceder
a una buena conexión a internet o a un dispositivo móvil
relativamente avanzado en términos tecnológicos, comienzan a
quedar al margen y, con ellos, la producción de imágenes de todo
un sector.
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su deseo “fisgoneando” la vida de sus vecinos, a los que prácticamente
no conoce de manera directa.
4.5. La selfie, “el show del yo” y la tiranía del “me gusta”
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La selfie no es lo mismo que un autorretrato. No se toma para colgar
en la sala ni para guardar en el álbum, como en la era moderna. La
selfie implica que va a ser compartida instantáneamente y requiere
una repercusión positiva, porque si no, se borra.
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Fotos incluidas en el catálogo de la exposición De la selfie a la autoexpresión.
Galería Saatchi (2012).
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Asociado inmediatamente a este último fenómeno, aparece lo que
llamaremos “tiranía del me gusta”. No se trata solo de recibir o no
comentarios positivos sobre una publicación, sino de cómo esta
práctica define la relevancia de esa imagen y el posicionamiento de
su autora o autor en el ecosistema particular donde se relaciona
con otros y otras.
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Es de decisiva importancia que el modo aurático de existencia de la
obra de arte jamás se desligue de la función ritual. Con otras
palabras: el valor único de la auténtica obra artística se funda en el
ritual en el que tuvo su primer y original valor útil. (Benjamin, 1973,
p. 161)
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Asado en Mendiolaza, Marcos López (2001).
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4.7. Reflexionemos
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Para poder comprender cómo estas lógicas pueden extenderse en
el tiempo, aun con otros matices, vale la pena preguntarse acerca
de las imágenes que circulan de la escuela en nuestra época, donde
prima la ilusión de que “todo está visible”. ¿Qué escenas de la
escolaridad vemos habitualmente en los medios? ¿Cuáles circulan
en las redes? ¿Qué aspectos de la vida escolar nos permiten mirar y
cuáles, por el contrario, se omiten? Pensemos en la cantidad de
imágenes sobre conflictos gremiales que hemos visto a lo largo de
estos años, o sobre escuelas con dificultades edilicias o de
infraestructura. Miremos con detenimiento las que circulan en las
redes, con instantáneas de las familias sonrientes dejando a sus
hijas e hijos en la entrada de las escuelas, la de las egresadas y los
egresados en la puerta festejando, la de madres y padres afuera
reclamando por algún incidente.
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manera la escuela muestra su cara menos visible y podemos
acceder, por ejemplo, a la intimidad de una docente preparando
sus clases; a la de un niño estudiando con su mamá, mate de por
medio; a la de una maestra encontrándose con sus alumnos por
videollamada.
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@filonewsok. Instagram (2020).
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Pablo Pineau es docente, investigador y uno de los referentes en el
estudio de la historia de la educación argentina y latinoamericana.
Forma parte del equipo del Museo de las Escuelas, que recopila y
exhibe, entre otras cosas, un gran archivo fotográfico de la historia de la
escuela en Argentina.
Bibliográficas
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Burbules, N. (2014). El aprendizaje ubicuo: nuevos contextos, nuevos
procesos. Revista Entramados. Educación y Sociedad, (1), 131-135.
Disponible en:
https://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/entramados/article/view
/1084/1127
Foucault, M. (1968). Las palabras y las cosas. Buenos Aires: Siglo XXI
editores.
Videos y podcast
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Entrevista a Pablo Pineau: https://youtu.be/XAsAlwhY9YM
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