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LOS RAPACES

Por:Fernando Vallejo

Aunque todos son iguales empiezo con Gaviria el senador, el cenador, el leguleyo,
el Hombre de las Leyes, que aspira a ocupar dentro de año y medio el puesto que
ya ocupó el otro Gaviria, el mariquita que nos dejó en la ruina: económica,
cultural, social, moral, total. Ex magistrado de la Corte Constitucional, este otro
Gaviria hoy es miembro del Congreso en su sección Cenado. Ayer mamó allá, hoy
mama aquí. Mama y cena. En un país donde millones si desayunan no almuerzan
y si almuerzan no comen, éste mama y cena. ¿Y qué cena el cenador Gaviria?
¿Caldo de leyes? ¿Sopa de letras? Yo digo que ternera a la llanera, sobrebarriga,
chicharrón en manteca, porque además de hematófago se me hace que es
carnívoro. Hematófago, o sea sanguijuela que vive de chuparnos la sangre con el
cuento de que nos la paga con constituciones y leyes. ¿Para qué más leyes,
cenador Gaviria, si la casi totalidad de los delitos que se cometen en Colombia,
por monstruosos que sean, se quedan impunes? ¿Y para qué constitución? Los
que pergeñaron esta puta por instigación del Gaviria mariquita la parieron con
180 erratas. Ni siquiera tuvieron el cuidado de lavarla, y así, sucia como les nació
de sus puercas vaginas, empezó su camino por nuestra sufrida Colombia esta
nueva Carta Magna que dizque venía dizque a reemplazar dizque a la otra, la
centenaria y teñida de sangre. Y de inmediato la nueva puta sucia se tiñó de
sangre y de infamia. Es que no podía ser de otro modo, convocada la
Constituyente que la emitió por quien la convocó: la mariquita Gaviria, que donde
pone sus sucias manos todo lo empuerca. El que se montó al poder por sobre el
cadáver de Galán, a quien servía; el que le permitió a Pablo Escobar que nos
masacrara con sus sicarios y sus bombas y se construyera el búnker de La
Catedral desde donde pudiera seguirnos asesinando a mansalva y allí le metiera
preso, en uno de los episodios más vergonzosos de la historia de mi país, a su
viceministro de Justicia; el que sin haber construido una sola calle abrió la
importación de carros y nos embotelló el destino; el que sin haber construido una
sola fábrica les abrió las importaciones a los rapaces internacionales y le dio a la
industria colombiana el puntillazo que le faltaba, el que no le había alcanzado a
dar la Ley con sus atropellos disfrazados de justicia social y con sus trabas
burocráticas; el manzanillo local que en un acto de manzanillaje internacional se
montó en la OEA durante ocho años hasta que la degradó y acabó con ella. Ése:
la mariquita manzanilla de Pereira que ahora vuelve. Vuelve impune pues no lo
castiga nadie: ni la Ley, ni Dios, ni las Farc, ni el Ejército, ni los paramilitares, ni
la gente de bien, ni los criminales que dizque tan machos son pero no tanto. Ahí
vuelve. A ver, Cesarito, ¿de qué querés volver esta vez, bonita, de Primera Dama?
¿Y cuántas bellezas del sexo fuerte tenés, traés? ¿Cinco? ¿Seis? Angurrioso,
avorazado, ¡pasá una!

Hoy en Colombia la Ley es una puta y los Gavirias y los de su calaña sus lenones:
los que la ordeñan y la explotan. ¡Pensar que aquí hubo una ley de ausentismo! A
los que nos teníamos que ir porque Colombia la leguleya nos había cerrado todas
las puertas (como no fueran las de la política y de la delincuencia, que esas sí
siempre han estado abiertas para el granuja que quiera pasar), nos cobraban en
el aeropuerto el impuesto de ausentismo cuando volvíamos cuando podíamos,
con lo poco que teníamos, a visitar a la familia. ¡Y hoy, cabrones, hoy que somos
cuatro millones los colombianos que vivimos afuera, o sea la undécima parte de
la población, ustedes, politiqueros leguleyos, viven y maman de los 4.500
millones de dólares que les mandamos al año! Por eso hoy no se le derrumba el
valor del peso a Uribe y tiene con qué pagar los sueldos de los consulados y las
embajadas con los que compra las voluntades y las conciencias de los del
Honorable Congreso de la República para que lo reelijan. Las exportaciones
colombianas no alcanzan para compensar las importaciones y ni se diga para
pagar los intereses y vencimientos de la inmensa deuda externa que nos han
montado él y predecesores. ¿De dónde sale entonces para pagar todo lo anterior
y por añadidura los sueldos del servicio diplomático, esto es, embajadores,
cónsules, agregados, ministros consejeros, etc., etc.? De nuestras remesas. De
ahí sale. Con ellas, con nuestros dólares, tú, Uribe, desvergonzado, les estás
pagando a los hijos y a los hermanos de los miembros de ese Congreso cuyas
conciencias compraste para que te aprobaran la reelección. No hace mucho en un
periódico te hicieron la lista. En ella podrás ver a quienes tan bien conoces: a
Carlos José Holguín, hijo del senador (cenador) que dirige el partido conservador,
de embajador en Ecuador; a Miguel Gómez, hijo de Enrique Gómez Hurtado, de
embajador en Francia; a Claudia Turbay, hija de Julio César, de embajadora en
Uruguay. Y así y así y así. La larga lista de los hijos y las hijas, los hermanos y las
hermanas de los comprados, de los vendidos. Los que tú Uribe, que eres el da y
reparte, compras con nuestros dólares. A la momia impúdica de Turbay (el padre
de la que digo que es embajadora en Uruguay), lo vi la otra noche declarando por
televisión: hablaba lentamente, buscando las palabras (como si alguna vez las
hubiera tenido), para decir en esencia que esperaba vivir muchos años (calculo
que otros cien), para ver reelegido a Uribe por infinitos períodos constitucionales
porque dizque éste era el único capaz de darles la pelea a los bandidos. ¡Pero
cuáles bandidos! ¿Y él que es? ¿Es que acaso Julio César Turbay Ayala es un
hombre honorable? ¡Carajo, Dios no existe! Bandido de la política, como ninguno,
es lo que eres, maestro de las argucias y manipulaciones más tortuosas, momia
ignara y putrefacta. Y Mamatoco López, que tiene a su hijo colocado de
embajador en Londres, haciéndonos la farsa de la contraparte. Ustedes dos
cantan a dúo, bandidos, el dúo de las momias bellacas. Mi única esperanza de
que no se nos vayan a morir impunes estos dos (como se nos murió el primo de
Mamatoco López, Jaime Michelsen, gran bandido de cuello blanco, nuestro
Houdini de las finanzas y la estafa) es que los asesinos de las Farc me los
castiguen. Ahí te los encargo, Tirofijo.

Ah, y Mamatoco López apoyando a Peñalosa. ¿Para qué? ¿Para que Peñalosa le
bendiga la finquita? Tú, Peñalosa, hijo legítimo de Fadul y Peñalosa y que
mamaste la corrupción in utero, ¿cuánto sacaste del Transmilenio con Pastranita?
A ver, decí, contá, contá los billetes. Ya te tengo tres sabuesos siguiéndoles las

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pistas a todos tus contratos. Postúlate para la presidencia y en mí vas a encontrar
a tu Nacho Vives, manos limpias.

Pero se me olvidaba: hubo aquí también impuesto de soltería para que en un país
donde no hay trabajo para millones que se tienen que ir, lo pagaran los que no
tenían hijos. Ya no existen esos dos impuestos infames, pero claro, porque no les
conviene a los explotadores de la puta. Lo que sí van a hacer ahora es sospechar
de nuestras remesas diciendo que son del narcotráfico para crear otra
dependencia burocrática que se acabe de parrandear lo que deje Uribe de
nuestros dólares en las embajadas, como Focine se parrandeó en sueldos y
burocracias lo que debía ir a los cineastas colombianos del sobreprecio que
inventaron para las boletas de los teatros; o como se parrandean los impuestos
los burócratas del Ministerio de Cultura, que no hace mucho estuvo a punto de
clausurar la Orquesta Sinfónica porque no tenía con qué pagarla, siendo así que
mientras no existió ese ministerio y durante casi un siglo, que es lo que lleva esa
orquesta desde que la fundó Guillermo Uribe Holguín cuando Colombia no tenía ni
tres millones de habitantes, sí hubo. Mentira que el dinero que mandamos es del
narcotráfico. ¡Es el de nuestro trabajo honrado! El precio de la cocaína está más
quebrado que el del café porque de tanto que exportaron los carteles colombianos
de la droga lo quebraron, y porque entró al mercado, a competir con ella, un
nuevo tipo de estupefacientes -el éxtasis y las anfetaminas- que cuesta muy poco
producir y no necesita de guerrillas ni cultivos, y que es lo que hoy consumen los
jóvenes en las discotecas. Dinero del narcotráfico es el que financió la campaña
de Samper, y él y Dios muy bien lo saben. Y si siempre sí se quedan impunes los
paramilitares y devuelven algo de lo que se robaron aunque embolsándose la
tajada grande, ni un centavo de ese dinero devuelto irá a dar a sobrevivientes de
sus víctimas para resarcirlos en algo como pretenden los burócratas y leguleyos
porque éstos a su vez se lo robarán cuando se pongan a administrarlo. Ni un solo
centavo, óiganlo bien, porque Colombia es el reino de la impunidad y la mentira.
Pero hay más: esa puta de la Ley que alcahuetea las masacres y los crímenes
más horrendos ya empezó a atropellar a los ciudadanos decentes. Indiferente
presenció el país cómo en nombre de la clase política Alfonso Gómez Méndez,
Procurador y luego Fiscal General de la Nación y hoy aspirante a la presidencia, le
daba el zarpazo al gobernador del Valle, el escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal,
acusándolo de que les había vendido una estatuilla al cartel de Cali, y lo tumbó de
la gobernación y lo metió preso y le quitó sus derechos políticos de por vida.
Compinche de Serpa, quien a su vez lo era de Samper como su ministro de
gobierno, a Gómez Méndez se le olvidaban las trapacerías de ambos. Buena parte
del país les vendió de todo a los narcos: carros, casas, fincas, y alguno hasta su
conciencia para llegar a la presidencia. Y es que los narcos estaban por todas
partes, como Dios Padre. ¿Por qué entonces Gómez Méndez no metió preso a su
jefe Serpa y al jefe de ambos Samper que recibió millones de dólares del cartel
de Cali para su campaña? ¿O a Tirofijo o a Carlos Castaño, si es que era tan
verraco? Vil es lo que es. Ex procurador, gran bellaco, ve a ver cuánto dinero
tiene Gardeazábal a ver si sí como tú decías estaba coludido con los narcos.
Esa Serpa o Sierpe es una sierpe asnal. Como Turbay, abre la boca y rebuzna.

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Empezó su carrera de dialogador de paz alcahueteando a las Farc, como Ossa. No
vayas a fumar marihuana, hombre Serpa, como Ossa, pues si bien el ciudadano
normal tiene 3 mil 343 trillones 299 billones 364 millones 494 mil 450 neuronas,
de suerte que puede quemar algunas, si así le place, con la hierba maldita, las
cuatro que vos tenés las tenés que cuidar mucho para el bien de Colombia pues
esta vez sí te vamos a elegir presidente para que nombrés a Uribe de embajador
en la OEA. ¡Cómo se te ocurrió renunciar a semejante puestazo sin tener nada en
firme! ¡Qué arriesgado sos! Claro, hoy querés mamar de una teta más
substanciosa y estás en todo tu derecho. Que dizque respetás mucho al ex
presidente Gaviria, al ex presidente Samper, al expresidente López y al ex
presidente Turbay, pero que ya estás lo suficientemente crecidito y madurito y
con pelitos en el chimbo como para tener tu movimiento propio, el sierpismo. Así
que ya saben, paisanos, en adelante a los lagartos de Colombia se les llamará
"sierpes".

Pero en fin, qué carajos, yo soy protector de los animales y amo a los lagartos, a
las culebras, a los asnos, y amo también, aunque me inspiren temor, a los lobos.
De ahí mi compasión por el asno Serpa y el lobo Wolf, quien en su carrera por la
presidencia perdió una pata y hoy, con sólo tres, corre en desventaja compitiendo
con la jauría de los rapaces. Menos mal que de su primera aventura le quedaron
los colmillos intactos.

Y porque quiero a los animales, desde esta altísima columna en que me monté y
desde la que diviso viejas y más viejas en pelota (que me fascinan), denuncio a
Beatriz Londoño Soto, quien cuando era Secretaria Distrital de Salud de Bogotá
asesinó en Engativá a 400 de mis hermanos perros en la forma más monstruosa,
con la alcahuetería de su jefe Antanas Culo y el silencio cómplice de Colombia. ¿Y
hoy qué? ¿Dónde creen que está ésta? De Directora del Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar, mandando desde su puerca vagina a más de 500 burócratas.
Así premia Colombia a sus criminales. Uribe, cura tartufo, aguzá el oído, oíme
bien, enchufate con tus cinco sentidos: si para mi próximo artículo de esta
honorable revista que saldrá en el mes de mayo no me has destituido a la
mataperros Londoño Soto y me la has mandado al Buen Pastor en tanto decido
dónde la electrocuto, tenete fino porque te va a llover: voy a soltar la lengua y a
hablar de tus viejas tetonas, cura tartufo, y vas a maldecir el día en que
compraste con tus hermanos compinches La Carolina.

Ah, y el alcalde Garzón. ¡Ay, repartiendo desayunitos en las escuelas de Bogotá


entre los niños pobres con el convoy de camarógrafos de testigos que te siguen y
te filman y te sacan en televisión! Dando limosna a campana herida como el cura
García Herreros ante las cámaras de la televisión para que digan que sos bueno y
te elijan de presidente. Limosna das, pero con plata ajena, no con la tuya: con la
de los impuestos, cabrón. ¿O es que algún día has sacado un quinto de tu bolsillo
para un niño pobre? ¡Con que esa es tu lucha, Lucho! Ya te leí el alma,
alcalducho. ¿Y cuántos de los desventurados perros que vagan por las calles de
Bogotá has recogido? Ni uno, porque claro, como no pueden votar por vos... Y me

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vas cerrando la plaza de la Santamaría o vas a ver. Te echo a Antonio Caballero,
que es mi amigo, para que te toree. Ese sí te saca unos buenos pases...
¡Ah con esa maldita Beatriz tan mala y tan taimada y estas mujeres públicas tan
ambiciosas y dañinas! De ilustres matronas y cultas damas pasaron a ser perras
sueltas, "mujeres de 4 en conducta", como diría mi paisano Jaime Sanín Echeverri
el novelista, que ya murió pero a quien aquí recuerdo y le pongo una florecita de
homenaje en su tumba en nombre mío y en el de Noemí que tan generosamente
nos está representando en España de embajadora. Y María Emma (con dos emes,
¿eh?, no con una) compitiendo con ésta en carrera tendida detrás del gran nabo
de la presidencia. ¡Jua! Estas dos yeguas por más buenas que sean, para la
carrera de fondo son pecata minuta ante mi preferida, la desprendida, la
luchadora, la justiciera Íngrid: Íngrid Betancur, o "Betancourt" que también así se
dice, pues ella es colombiana pero francesa. Mujer excepcional de cuatro tetas y
dos vaginas es bipátrida. Señor embajador de Francia: se me va ya ya ya a los
Llanos a rescatar a su paisana que hoy sufre cautiverio en manos de las Farc,
pues a usted le toca, ya que ella es agente encubierto de su país que quiere
apoderarse del millón de kilómetros cuadrados del territorio del nuestro. Ella es
su Matahari, su Juana de Arco. Y le quiero decir, señor embajador, para que lo
sepa, que de los 6 mil secuestrados que hay hoy en Colombia (el gobierno dice
que 2 mil quinientos, pero el gobierno roba y miente), uno solo está secuestrado
porque se lo buscó, de su propia voluntad, motu proprio, y ni uno más: ella sola.
Para hacerse ver, por su ambición, por demagoga, se fue esta mujercita al
Caguán recién recuperado a meterse en la boca del lobo. ¿Para qué? Para
tomarse con Tirofijo la misma foto que tres años antes se tomó Andrés Pastrana
abrazado al hampón. Para eso. Para salir retratada con el hampón como salió este
alfeñique con bigote en su búsqueda de la presidencia.
Y aquí hago una pausa para abrir párrafo aparte, un párrafo que el señor
embajador de Francia no debe leer pues es de incumbencia exclusiva de los
colombianos, y mandarle un comedido recado a Andrés Pastrana, el de la foto con
Tirofijo: follón, felón, hijo de tu papá y de tu mamá, malnacido, ¿cómo te fue en
Cuba con Castro? ¿Siempre sí te va a prologar tu libro de memorias? Ya te tengo
título: Memorias de la infamia. Y sigo con las mujeres de 4 en conducta.
Cuando yo nací, en Medellín no había más mujeres públicas que las privadas; o
sea, las que se usaban para el uso común, las rameras: en Guayaquil, la Curva
del Bosque, Lovaina, Las Camelias, El Fundungo y La Bayadera, barrios que
llamaban de tolerancia y donde estaban las que se llamaban casas de citas
aunque no sé por qué, pues en ellas nunca hubo que pedir cita.
¡Ah, cómo cambia el idioma y cómo cambian los tiempos y cómo se putea todo,
hasta misiá hijueputa! Hoy por ejemplo al Congreso de la República le dicen
"honorable": el Honorable Congreso de la República. Entonces aquí propongo, por
analogía idiomática, que hablemos en adelante del Honorable Secretariado de las
Farc. Y al Honorable Secretariado de las Farc le pregunto: ¿qué están haciendo
con Íngrid, nuestra redentora bipátrida? ¿Dónde la tienen haciendo sus
necesidades? ¿A la intemperie? ¿De noche? ¿A oscuras? ¿En un rastrojo?
¡Crueles! ¡Malvados! ¡La van a picar las cachonas en las nalgas! Y ojo con su
marido, que es muy bravo: la otra noche le oí decir por televisión que estuvo a

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punto de pegarle al ministro de gobierno de Pastrana dizque porque éste dizque
decía que dizque lo de Íngrid dizque era un autosecuestro. Y no, todos sabemos
que no. Ella está allá por su decisión, su decisión propia surgida de su vagina: de
su propia voluntad (pues es mujer valiente comprometida con la causa de los
humildes y está ahíta, ya cenó, fue cenadora), ella se fue a hacerse ver al
Caguán, donde sigue desde hace tres años en su lucha. Honorables miembros del
Honorable Secretariado de las Farc: monten una hoguera de leña seca y quemen
en ella a Juana de Arco. Y le mandan sus cenizas al embajador de Francia en un
paquete por DHL.

Malnacidos y malnacidas: me hicieron ir y en mi ausencia acabaron con Colombia,


me la volvieron un desastre. Miles de secuestrados, miles de asesinados, tres
millones de desplazados, cuatro millones de exiliados, medio país desocupado, la
industria en ruinas, el campo en ruinas, la cultura en ruinas, la moral en ruinas,
eso es lo que me dejaron. Sí, caterva de malnacidos y malnacidas, por no decirles
de hijueputos e hijueputas.

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