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6 Personas en Busca Del Autor
6 Personas en Busca Del Autor
6 Personas en Busca Del Autor
El abandono que los personajes resienten una y otra vez a lo largo de Seis
personajes... consiste justamente en que sus dramas no han sido transportados al
mundo material. De ahí la referencia constante al motivo del autor como padre
creador pero también ausente. Tal como ellos mismos lo expresan: “el autor que
nos dio la vida, luego no quiso, o materialmente no pudo, conducirnos al mundo
del arte”.
Cuando se representaba “EL juego de los papeles”, comedia del mismo autor; se
presentan en el escenario sus personajes: el padre, un cincuentón; la madre, muy
afligida; la hijastra, rebelde; el hijo, soberbio; el niño y la niña.
Culminó el liceo en Palermo, y tuvo gran devoción por la lectura de poesía italiana
del siglo XIX. Y fue así que escribió sus primeros poemas. Teniendo
gran afinidad hacia su madre, cuyo sentimiento se plasmaría al
hilvanar su novela Colloqui con i personaggi de 1915.
Se enamoró de su prima Lina y ese amor no fue bien visto por la familia. Sin
embargo, pasado un tiempo fue tomado en cuenta. Teniendo que el joven Luigi
dejar sus estudios para ocuparse de la administración de las inversiones familiares
sobre el negocio del azufre, de tal manera que pudieran contraer nupcias pronto.
LA GENERACIÓN SICILIANA
Género: Dramático.
Especie: Comedia.
Estructura: No aparecen divisiones en actos ni escenas.
Tema: Broma paradójica entre la vida y el teatro.
Ninguna obra es tan audaz como Seis personajes en busca de autor . Ponemos
ante el espectador los atractivos de la más famosa obra de Luiggi Pirandello ,
donde palpitan en ella las inquietudes , los enigmas , el humor, el drama y lo
absurdo.
Bajo esta etiqueta, la metateatralidad, este libro reúne tres obras capitales para
entender el poder creativo de Pirandello: Seis personajes en busca de autor; Cada
cual a su manera; Esta noche se improvisa. Cada una de ellas, completamente
distintas, van a explorar y rebasar los límites del teatro, dejando en el espectador
(o lector) una sensación de haber experimentado un espectáculo único. Es más,
ya sea sentado en la butaca tras una representación, o lo que este volumen
permite, leer los textos, al finalizar la obra, cuando en la acotación se indica que
baja el telón, las manos te dolerán de aplaudir.
La obra que encabeza el libro, Seis personajes en busca de autor se sitúa como el
paradigma pirandelliano. Antes de dedicarse por entero a escribir teatro, Pirandello
ya jugó en anteriores relatos y novelas con la separación entre poeta y creación,
reclamando la autonomía de los personajes. Lo que consiguió en este texto teatral
es precisamente lo que comentaba al inicio de la reseña, la realización de lo
fantástico.
En esta obra, una compañía de teatro ensaya una escena de una comedia —hete
aquí, de Pirandello— bajo las órdenes del director. En mitad del ensayo, se
plantan en el patio de butacas un grupo de personajes huérfanos que buscan un
autor para contar su historia. Ante la confusión suscitada entre los actores reales y
los personajes, estos últimos se presentan y comienzan a representar su drama.
El director cree oportuno que no sean ellos, sino sus actores de la compañía los
que se metan en su papel y desarrollen la escena. Los seis personajes se niegan
en rotundo; nadie mejor que ellos podrán contar su historia. Ahí reside la esencia
del texto. Cuando un poeta escribe un texto y da vida a un personaje, este
reclamará su independencia y decidirá seguir contando aquello que le ha sido
fijado. Se produce, por tanto, la fisura entre creación poética y realidad escénica,
es decir, lo que representan los actores de carne y hueso. Y es que Pirandello
ahonda en la idea de que un actor hace del personaje algo más real, pero menos
verdadero, al llevar la creación que ha ideado el poeta del plano ficticio al plano
tangible y material de la realidad.
Para Cada cual a su manera, el juego del espejo es la parte fundamental. En esta
obra se desarrolla una comedia de enredos denominada «obra de clave», es decir,
obra basada en un hecho real. Este acontecimiento es el suicidio de un importante
escultor italiano que, al ser traicionado por su mujer, decidió quitarse la vida,
creando una fuerte conmoción popular. La genialidad del texto reside en que
seremos, como lectores, espectadores de una obra donde, entre el público,
estarán los individuos en quien se basa la obra: una actriz y su amante. Asisten al
estreno por ver cómo interpretan sus papeles, con el riesgo de que puedan o no
contar realmente lo sucedido y les deje en una nefasta posición social.
La obra se abre en las acotaciones con un aviso: no se aseguran los actos que se
representarán porque no saben cómo se tomarán las interpretaciones tanto la
actriz como su amante, ocultos en sus palcos atentos a cuanto suceda sobre el
escenario. Recuerda esta obra a la parodia que organiza Hamlet para descubrir la
fechoría de su tío y así mostrar el espejo del que hablaba antes a él y a su propia
madre. ¿Y cómo acabó aquello? Aquí, como cita el aviso, no se asegura la
integridad de nadie sobre el escenario. Así, Pirandello vuelve a romper las pautas,
si es que existen, de lo que se puede hacer en teatro. Pirandello hace lo que
quiere porque es muy bueno. Punto.