6 Personas en Busca Del Autor

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¿El Porqué del título?

Presente ya desde el título, la mención de la figura del autor es un motivo


constante a lo largo de toda la obra y se vincula explícitamente a las nociones de
rechazo o abandono. Los personajes están obsesionados con la búsqueda de un
autor porque el suyo los ha rechazado junto al drama que justifica sus existencias.
De este modo, y con este objetivo, se presentan de imprevisto en el ensayo,
rogándole al Director que los acoja en su fantasía y termine de darle forma a sus
dramas.

Tal como explica en el “Prefacio” de la obra, para Pirandello la creación de un


personaje es similar a la de una persona: del mismo modo en que un día una
partícula de vida crece en el interior de la mujer hasta que sucede la concepción,
el personaje “se le insinúa al autor en la fantasía hasta convertirse en una criatura
viva” (85). Sin embargo -y a diferencia de las personas-, la plenitud en la
existencia de un personaje no se alcanza sino en el momento en que su autor los
traslada del mundo de las ideas al mundo material, al volcarlos en una obra.

El abandono que los personajes resienten una y otra vez a lo largo de Seis
personajes... consiste justamente en que sus dramas no han sido transportados al
mundo material. De ahí la referencia constante al motivo del autor como padre
creador pero también ausente. Tal como ellos mismos lo expresan: “el autor que
nos dio la vida, luego no quiso, o materialmente no pudo, conducirnos al mundo
del arte”.

Cuando se representaba “EL juego de los papeles”, comedia del mismo autor; se
presentan en el escenario sus personajes: el padre, un cincuentón; la madre, muy
afligida; la hijastra, rebelde; el hijo, soberbio; el niño y la niña.

Sorprendido el director de la obra escucha al padre lo siguiente: Ellos vienen en


busca de un cualquiera que quiera darles realidad en su obra ya que su problema
radicaba en que todos ellos procedían de la fantasía del escritor quien después de
concebirlos en su imaginación, no los pasó al papel, no los inscribió en una obra.

Por eso están allí, anhelados de existir, de consumar y manifestar su propio


destino; y como en el teatro no hay ningún autor, insisten para que el Director de
la compañía los vea y los ayude a dar forma en su drama.
Vida del Autor.

Luigi Pirandello. (Agrigento, Sicilia, Italia, 28 de junio de 1867 - Roma, Italia, 10 de


diciembre de 1936) Inició su educación en su propia casa, pasando después a
estudiar en Palermo y derecho en Roma. Obtuvo el doctorado en Filosofía y Letras
en la Universidad de Bonn. A continuación dio clases en un Instituto de Roma y
comenzó su actividad literaria publicando poesías, ensayos y relatos en diversos
periódicos. Se inició en la narrativa, para posteriormente dedicarse al teatro,
siendo director del Teatro D´Arte de Roma y de los de Turín y Milán.

Dramaturgo, novelista y escritor de relatos italiano. Ganó el Premio Nobel de


Literatura en 1934. Pirandello durante sus primeros años estudió en su hogar,
quedando deleitado con las fábulas y leyendas que le eran enseñados por su
tutora María Stella. Además realizó su primera tragedia a la precoz edad de doce
años.

Se estableció en Roma (1894), y alcanzó fama internacional después de la I


Guerra Mundial, cuando se dedicó por entero al teatro, en el que destacó por la
originalidad de sus temas y la novedad de planteos y procedimientos técnicos que
representaban una revolución contra los esquemas convencionales, hasta el
punto de que sin él no puede explicarse gran parte del teatro
moderno, tanto europeo como americano.

Culminó el liceo en Palermo, y tuvo gran devoción por la lectura de poesía italiana
del siglo XIX. Y fue así que escribió sus primeros poemas. Teniendo
gran afinidad hacia su madre, cuyo sentimiento se plasmaría al
hilvanar su novela Colloqui con i personaggi de 1915.

Se enamoró de su prima Lina y ese amor no fue bien visto por la familia. Sin
embargo, pasado un tiempo fue tomado en cuenta. Teniendo que el joven Luigi
dejar sus estudios para ocuparse de la administración de las inversiones familiares
sobre el negocio del azufre, de tal manera que pudieran contraer nupcias pronto.

El matrimonio se postergó y él se inscribió en la Universidad de Palermo.


Trasladándose luego a la Universidad de Roma, donde fue partícipe de un
lamentable problema con un profesor: Situación que lo obligó a abandonar dicha
universidad. Yéndose a Bonn, doctorándose el 21 de marzo de 1891, realizando
una tesis en alemán sobre la lengua siciliana. Luego retornó a Italia.
Marco Histórico, Político y Social del Autor.

Agudo observador de la naturaleza humana y narrador de lo absurdo de la


existencia, el novelista y dramaturgo Luigi Pirandello nació en Sicilia, cerca de la
localidad de Porto Empedocle, el 28 de junio de 1867. Convencido seguidor del
relativismo total, el escritor creía que nada en la vida tiene un final y que no
existen las verdades absolutas. Pirandello se convirtió en uno de los autores
teatrales más importantes y exitosos de la Europa de entreguerras, y sus obras
tuvieron y siguen teniendo una enorme influencia en el arte dramático.

LA GENERACIÓN SICILIANA

Los padres de Luigi Pirandello pertenecían a la burguesía, y se habían enriquecido


gracias al comercio familiar de azufre que dirigía su padre. Asimismo su madre,
Caterina, era la hija de un prestigioso abogado de Agrigento. Ambas familias eran
fervientemente antiborbónicas y defensoras de la unificación de Italia (el
movimiento conocido como Il Risorgimento, liderado por Giuseppe Garibaldi). Tras
la unificación, Caterina vio que el idealismo de su juventud no tenía cabida en la
realidad del país y sufriría una gran decepción, y ese sentimiento de traición y de
resentimiento sería asimilado por su hijo que lo reflejaría en alguna de sus
primeras obras como es el caso de Los viejos y los jóvenes, que Pirandello definía
como "la muy amarga y poblada novela de Sicilia en 1870, en la que está
encerrado el drama de mi generación".

En 1880, la familia se trasladó a Palermo, donde el distanciamiento entre Luigi y


su padre empezó a ser cada vez más evidente, sobre todo cuando el joven
descubrió unas cartas comprometedoras de su progenitor que revelaban la
existencia de una relación extramarital. Esta creciente desconfianza llevó a Luigi a
un progresivo acercamiento a su madre que acabó convirtiéndose en auténtica
veneración. A la muerte de Caterina, Luigi reflejaría la profundidad de sus
sentimientos hacia ella en una obra del año 1915 titulada Colloqui con i
personaggi (Charlas con los personajes). Poco después, Luigi empezó a sentirse
atraído por su prima Lina, algo que no fue visto con buenos ojos por su
familia. Para que se le permitiese entablar una relación seria con ella, pidieron a
Luigi que dejara sus estudios para dedicarse al negocio de azufre, y así lo hizo.
Durante unas vacaciones de verano, en 1886, el joven trabajó con su padre, y esa
experiencia constituyó la base para sus futuras obras Il Fumo (El humo) o Ciàula
scopre la Luna (Ciàula descubre la Luna). Finalmente el matrimonio, que parecía
inminente, nunca se llegó a celebrar.
LOCURA E INTENTO DE SUICIDIO

Mientras estudiaba Derecho y Letras en la Universidad de Palermo, el joven


Pirandello trabó amistad con el político y periodista Giuseppe De Felice Giuffrida
y conocería también a la que sería su futura esposa, María Antonietta Portulano,
una chica tímida de buena familia con la que se casó en 1894 (y con la que tendría
dos hijos y una hija) tras haber pasado unos años estudiando en las universidades
de Roma y de Bonn. Ese mismo año publicó su primera novela de relatos
titulada Amores sin amor.

Pero en 1903, un accidente catastrófico en una mina de azufre en la que su padre


había invertido un enorme capital propio y también parte de la dote que había
proporcionado la familia de Antonietta provocó el desastre económico de la
familia. Antonietta sufrió un golpe emocional devastador, del que no lograría
recuperarse, y Pirandello empezó incluso a albergar pensamientos suicidas. Para
poner remedio a la desesperada situación en la que se encontraban, el autor
solicitó aumentar sus horas de trabajo en el Instituto Superior de Magisterio de
Roma, donde impartía clases de italiano, así como también de alemán. Además
solicitó una retribución económica por sus obras a las revistas a las que
anteriormente había regalado sus relatos.

FASCISMO Y PREMIO NOBEL

En 1919, los problemas mentales de su esposa se habían agravado de tal manera


que Pirandello se vio obligado a ingresarla en un sanatorio mental a pesar de que
él creía que aún era capaz de cuidarla en su casa. María Antonietta pasó el resto
de su vida en el sanatorio (donde moriría el 20 de diciembre de 1959). En 1921,
Pirandello estrenaría una de sus obras más famosas, Seis personajes en busca
de autor (que sería publicada en 1925), que concitó tanto defensores como
detractores. En 1924, Pirandello solicitó a Benito Mussolini el ingreso en el Partido
Nacional Fascista y tras ser aceptado asumió la dirección artística y la propiedad
del Teatro d'Arte di Roma. Pirandello llegó a describirse a sí mismo como "fascista
porque soy italiano" y su simpatía por el duce le granjeó el apodo P. Randello
(randello en italiano significa garrote), que le puso la revista satírica Il Becco
Giallo. Pirandello siguió incansable escribiendo novelas, y entre 1925 y 1926, su
última y quizá más importante novela, Uno, Nessuno e Centomila (Uno, nadie y
cien mil), se publicó por entregas en la revista Fiera Letteraria.
En relación con el escenario histórico y social, y con la realidad artística. Con
respecto a lo primero, la Primera Guerra Mundial (1914-1919) deja en el mundo
“huellas” difíciles de borrar: la Revolución Rusa, la Gran depresión de 1929, la
consolidación de los estados alemán e italiano, son hechos derivados de este
proceso. Por ejemplo, a causa de la inestabilidad política, social y económica de
Italia, después de la Primera Guerra Mundial nace el movimiento fascista. Los
fascios eran ultranacionalistas, se oponían a la lucha de clases y eran partidarios
de un Estado jerárquico y corporativo. Tienen a Benito Mussolini como su
conductor (“Duce”). La manifiesta adhesión de Pirandello al fascismo no
condicionó, por suerte, su obra de escritor. En relación con lo segundo, el escritor
vive la vigencia del llamado naturalismo (siglo XIX) y del movimiento vanguardista
que se comienza a generar en las primeras décadas del siglo XX. En este sentido,
es un heredero y un precursor: heredero de una tradición teatral (comedia italiana)
y precursor, a partir de Seis personajes en busca de autor, de la dramaturgia
universal contemporánea.

Luigi Pirandello, que ya había logrado fama internacional, fue nombrado


Académico de Italia en 1929, y en 1934 recibió el Premio Nobel de Literatura. El
escritor declaró públicamente su respaldo a la anexión de Abisinia por parte de
Italia, y como muestra de su apoyo a la causa entregaría la medalla que
acompañaba a la concesión del Premio Nobel al gobierno fascista para que la
fundiera y con las ganancias contribuyera a financiar la campaña de Abisinia. Pero
al final, a pesar de su apoyo a Mussolini, Pirandello no pudo evitar mantener
varios desencuentros con algunos líderes fascistas del partido, por lo que acabaría
rompiendo el carné y afirmaría: "Soy apolítico, solo soy un hombre en el mundo".
A partir de entonces, el escritor estaría constantemente bajo el vigilante punto de
mira de la OVRA, la policía secreta fascista.

Pirandello murió en soledad en su casa de Roma a causa de una neumonía el 10


de diciembre de 1936. El gran autor italiano no tuvo un funeral de Estado.
Mussolini se lo había ofrecido en vida, pero Pirandello lo rechazó. Los restos
mortales de Luigi Pirandello fueron incinerados y tras diez años, como marcaba la
ley, recibieron eterna sepultura, no sin antes haber pasado por alguna que otra
alguna vicisitud (al parecer, unos pilotos norteamericanos se negaron a esparcir
sus cenizas desde el aire). Hoy en día, los restos del escritor y dramaturgo
descansan en una roca cerca de su casa natal en Sicilia, un lugar que hoy es
un museo, a la sombra del famoso "pino de Pirandello".
Movimiento literario al que pertenece la obra.

Género: Dramático.
Especie: Comedia.
Estructura: No aparecen divisiones en actos ni escenas.
Tema: Broma paradójica entre la vida y el teatro.

Es una obra que se desarrolla durante el ensayo de una comedia; éste es


interrumpido por la presencia de seis personajes de una novela, cuyo autor no
continuó sus historias , por eso ellos buscan a alguien que lo haga; o sea un autor.

Ninguna obra es tan audaz como Seis personajes en busca de autor . Ponemos
ante el espectador los atractivos de la más famosa obra de Luiggi Pirandello ,
donde palpitan en ella las inquietudes , los enigmas , el humor, el drama y lo
absurdo.

En conjunto con el resto de su producción dramática de la época, propone


innovadores procedimientos que serán posteriormente influyentes fundamentos
del teatro moderno, especialmente en el llamado Teatro del absurdo.

No tiene actos ni escenas. En el fondo, a partir de un acercamiento al mundo


teatral (“teatro dentro del teatro”), donde se interrelacionan los Personajes de la
“comedia por hacer” y los de la compañía, en un espacio y tiempo subjetivos,
existe una preocupación por develar el sentido último de la creación (la autonomía
de los seres ficticios) y, por consiguiente, el sentido último de la existencia; al
respecto, este asunto no es nuevo en la literatura universal, cuando Pirandello
escribe Seis personajes en busca de autor. Ni tampoco se ha dejado de escribir
sobre ello. Valga el ejemplo de la novela (nivola) Niebla, de Miguel de Unamuno,
donde el personaje protagónico, Augusto Pérez, se “rebela” al autor.

La temática general de esta obra pirandelliana —a juicio del profesor Radoslav


Ivelic— trata “del profundo choque entre el ser y el conocer, entre lo que el hombre
conoce y lo que las cosas son en realidad. Y una de esas cosas que conoce, o
trata de conocer, es su propio yo y el de los demás”. A partir de lo anterior,
podemos establecer una serie de motivos que, en forma paralela, y a veces
contradictoria, se hacen presentes en Seis personajes en busca de autor:
naturaleza de la realidad y de la ilusión; el porqué de los papeles y máscaras que
conscientemente adoptan los hombres; dificultad de alcanzar la verdad;
dinamismo continuo: nuestro yo está compuesto de varios yo; idealismo: la
realidad es como cada uno la ve o la hace; lo filosófico en función de lo dramático;
el arte como única realidad (la vida como una ilusión); existencia autónoma de los
personajes dramáticos; rivalidad entre los Personajes y los actores (estos últimos,
al imitar la historia, la deforman) y entre los mismos Personajes (odios,
rencores…). Esta temática del ser y del conocer, de la realidad y de las
apariencias, tiene su concreción fundamental en lo que ha sido llamado el “teatro
del espejo”. Pirandelo afirma: “Mientras un hombre vive, vive y no se ve a sí
mismo. Bien, pon un espejo frente a él y hazle verse a sí mismo en el acto de vivir.
O bien se asombra de su propia apariencia, o aparta la vista para no verse, o
escupe irritado a su imagen o alza el puño para quebrar el espejo. En una palabra,
surge una crisis, y esta crisis es mi teatro”.

Bajo esta etiqueta, la metateatralidad, este libro reúne tres obras capitales para
entender el poder creativo de Pirandello: Seis personajes en busca de autor; Cada
cual a su manera; Esta noche se improvisa. Cada una de ellas, completamente
distintas, van a explorar y rebasar los límites del teatro, dejando en el espectador
(o lector) una sensación de haber experimentado un espectáculo único. Es más,
ya sea sentado en la butaca tras una representación, o lo que este volumen
permite, leer los textos, al finalizar la obra, cuando en la acotación se indica que
baja el telón, las manos te dolerán de aplaudir.

La obra que encabeza el libro, Seis personajes en busca de autor se sitúa como el
paradigma pirandelliano. Antes de dedicarse por entero a escribir teatro, Pirandello
ya jugó en anteriores relatos y novelas con la separación entre poeta y creación,
reclamando la autonomía de los personajes. Lo que consiguió en este texto teatral
es precisamente lo que comentaba al inicio de la reseña, la realización de lo
fantástico.

En esta obra, una compañía de teatro ensaya una escena de una comedia —hete
aquí, de Pirandello— bajo las órdenes del director. En mitad del ensayo, se
plantan en el patio de butacas un grupo de personajes huérfanos que buscan un
autor para contar su historia. Ante la confusión suscitada entre los actores reales y
los personajes, estos últimos se presentan y comienzan a representar su drama.
El director cree oportuno que no sean ellos, sino sus actores de la compañía los
que se metan en su papel y desarrollen la escena. Los seis personajes se niegan
en rotundo; nadie mejor que ellos podrán contar su historia. Ahí reside la esencia
del texto. Cuando un poeta escribe un texto y da vida a un personaje, este
reclamará su independencia y decidirá seguir contando aquello que le ha sido
fijado. Se produce, por tanto, la fisura entre creación poética y realidad escénica,
es decir, lo que representan los actores de carne y hueso. Y es que Pirandello
ahonda en la idea de que un actor hace del personaje algo más real, pero menos
verdadero, al llevar la creación que ha ideado el poeta del plano ficticio al plano
tangible y material de la realidad.

En un magnífico ejercicio de teatro dentro del teatro, se desarrolla en escena el


drama de los seis personajes ante el asombro de los actores, director, tramoyista y
ayudantes de la compañía, y el lector, es decir, nosotros, espectadores todos.

Para Cada cual a su manera, el juego del espejo es la parte fundamental. En esta
obra se desarrolla una comedia de enredos denominada «obra de clave», es decir,
obra basada en un hecho real. Este acontecimiento es el suicidio de un importante
escultor italiano que, al ser traicionado por su mujer, decidió quitarse la vida,
creando una fuerte conmoción popular. La genialidad del texto reside en que
seremos, como lectores, espectadores de una obra donde, entre el público,
estarán los individuos en quien se basa la obra: una actriz y su amante. Asisten al
estreno por ver cómo interpretan sus papeles, con el riesgo de que puedan o no
contar realmente lo sucedido y les deje en una nefasta posición social.

La obra se abre en las acotaciones con un aviso: no se aseguran los actos que se
representarán porque no saben cómo se tomarán las interpretaciones tanto la
actriz como su amante, ocultos en sus palcos atentos a cuanto suceda sobre el
escenario. Recuerda esta obra a la parodia que organiza Hamlet para descubrir la
fechoría de su tío y así mostrar el espejo del que hablaba antes a él y a su propia
madre. ¿Y cómo acabó aquello? Aquí, como cita el aviso, no se asegura la
integridad de nadie sobre el escenario. Así, Pirandello vuelve a romper las pautas,
si es que existen, de lo que se puede hacer en teatro. Pirandello hace lo que
quiere porque es muy bueno. Punto.

Y se cierra el volumen del «teatro en el teatro» con la obra Esta noche se


improvisa, que ya su título indica la ruptura total de la barrera entre escena y
exterior. No hay comedia, está por hacer, a la manera de la Commedia dell’Arte.
Se suceden una serie de cuadros en los que se muestra el ir y venir de actrices y
actores que recorren el escenario, patio de butacas e incluso el vestíbulo,
improvisando un guion no escrito, a veces bajo las órdenes del director, otras, y
vuelta a la independencia del personaje, por su cuenta. Con esto, quedan
recogidos tres textos diversos entre sí, ya no solo por argumento, sino por su
relación con el teatro y el conflicto planteado entre los participantes de las obras.

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