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Mod II - Violencia en Los Centros Educativos Pags 30-46
Mod II - Violencia en Los Centros Educativos Pags 30-46
La violencia en cualquiera de sus formas es considerada, hoy por hoy, un grave problema de salud
pública. Sin embargo, las definiciones adoptadas para su categorización no han sido fáciles, pues
se considera como un problema multicausal y amplio que puede tener diversas expresiones. La
violencia puede definirse de muchas maneras, según quien la ejerza y con qué propósito. Sin
embargo, en el ámbito de la salud pública, la dificultad reside en definir la violencia de manera
que abarque el conjunto de actos perpetrados y las experiencias subjetivas de las víctimas, pero
sin que la definición resulte tan amplia que pierda sentido o describa como hechos patológicos
las vicisitudes naturales de la vida cotidiana. Por ello, la Organización Mundial de la Salud define la
violencia como:
“El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno
mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar
lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.”
Esta definición cubre una amplia gama de actos que van más allá del acto físico para incluir las
amenazas e intimidaciones. Además de la muerte y las lesiones, la definición abarca también las
múltiples consecuencias del comportamiento violento, a menudo menos notorias, como los daños
psíquicos, privaciones y deficiencias del desarrollo que comprometan el bienestar de los individuos,
las familias y las comunidades.
Para efecto de este módulo, nos basaremos en la clasificación utilizada en el Informe Mundial sobre
la Violencia y la Salud¹⁵, que divide a la violencia en tres grandes categorías según el autor del acto
violento:
1) Violencia dirigida contra uno mismo,
2) Violencia interpersonal y
3) Violencia colectiva.
Esta categorización inicial distingue entre la violencia que una persona se inflige a sí misma, la
infligida por otro individuo o grupo pequeño de individuos, y la infligida por grupos más grandes,
como los Estados, grupos políticos organizados, milicias u organizaciones terroristas.
• El primer grupo, violencia dirigida contra uno mismo, contempla aquellos comportamientos
suicidas y autolesiones, tales como la automutilación. El comportamiento suicida va desde el
pensamiento o pensamientos sobre quitarse la vida a la planificación, así como intentos por
quitarse la vida o la consumación del acto.
• Por último, el tercer grupo, violencia colectiva, se define como el uso instrumental de la violencia
por personas que se identifican a sí mismas como miembros de un grupo frente a otro grupo
o conjunto de individuos, con objeto de lograr objetivos políticos, económicos o sociales.
Adopta diversas formas: conflictos armados dentro de los Estados o entre ellos; genocidio,
represión y otras violaciones de los derechos humanos; terrorismo; crimen organizado.
Esta clasificación tiene también en cuenta la naturaleza de los actos violentos, que pueden ser
físicos, sexuales o psíquicos, o basados en las privaciones o el abandono, así como la importancia
del entorno en el que se producen, la relación entre el autor y la víctima y, en el caso de la violencia
colectiva, sus posibles motivos.
Violencia
Física
Naturaleza de violencia
Psicológica
Privaciones y detenciones
Sanciones determinadas por el género. A las niñas les castigan por no cumplir o
descuidar
Sanciones determinadas por el género. A las niñas les castigan por no cumplir o descuidar las tareas
domésticas, por salir, por “juntarse con varones” o “andar con novios”. A los niños por su parte les
castigan por actuar agresivamente (pelear, gritar), si fuman, si beben, si hacen relajo con los amigos.
Castigan más a los niños que a las niñas porque dicen que los niños aguantan más y son más fuertes.
(Grupo focal con niñas, Ocotepeque).
• En los grupos focales los niños, pero sobre todo las niñas compartieron actitudes que refieren
a la igualdad entre hombres y mujeres.
• Al parecer se ha dado un cambio generacional en la sociedad hondureña de occidente, en
donde hay un discurso más orientado hacia el ejercicio de los derechos de las mujeres y la
igualdad con los hombres.
• Sin embargo, sigue habiendo ámbitos en donde se muestra mayor resistencia a ese cambio
por la enérgica consolidación de normas discriminatorias en la sociedad. Estos ámbitos tienen
que ver principalmente con el papel de la mujer como principal responsable de las tareas del
hogar y el cuidado de los/las hijos/as, así como de la expectativa de asumir una actitud pasiva
en la sexualidad.
• El ámbito escolar es percibido como un espacio seguro. Sin embargo, la mitad de niños, niñas
y adolescentes ha sufrido algún tipo de maltrato en el centro educativo, la mayoría por parte
de otros niños, niñas y adolescentes (en su mayoría varones).
• 60% de niños, niñas y adolescentes sabe el significado de bullying (más niñas que varones); 40%
dice que existe bullying en el centro educativo.
• Asociación significativa entre violencia en el centro educativo y en el hogar.
• Tanto niñas como niños y adolescentes están expuestas/os a las agresiones, pero las
construcciones de género marcan diferencias en el tipo de abuso y sus causas.
• Las niñas desarrollan estrategias para protegerse mutuamente, como salir juntas del centro
educativo.
Regañan o no salen a recreo y a veces, de vez en cuando les pegan. Otros castigos pueden ser salir
tarde, hacer tareas, linchar al frente… algunas veces sí nos castigaban de una manera física. Sobre
todo a los niños. Una profesora le reventó a un niño la regla en la espalda. (Grupo focal con niñas,
Ocotepeque).
16 USAID. Global Women’s Institute, George Washington University/Estudios e Investigaciones de Centroamérica. Gender-based Violence Study
in Western Honduras. 2018
Si bien es cierto que la VBG surge desde la perspectiva de los derechos de las mujeres, actualmente
el concepto se ha hecho más amplio, caracterizando la violencia basada en el género como actos
perpetrados en contra de una persona solo por su género, basados en la imposición de diferencias
entre el hombre y la mujer.
La violencia basada en el género cuenta con muchas manifestaciones, incluidas las que ocurren en
el ámbito escolar, entre ellas las siguientes:
Tipo de
Descripción
violencia
Violencia Es aquella que se da en el seno de la familia, generalmente de un familiar
intrafamiliar varón a una familiar mujer, que en muchos casos resulta ser la pareja o
conviviente. Además de las agresiones físicas, como los golpes o las patadas,
este tipo de violencia comprende las relaciones sexuales forzadas y otras
formas de coacción sexual, los malos tratos psíquicos, como la intimidación
y la humillación, y los comportamientos controladores, como aislar a una
persona de su familia y amigos o restringir su acceso a la información y la
asistencia. Los hijos e hijas a menudo están presentes durante los altercados
domésticos. En un estudio hecho en Irlanda, 64% de las mujeres maltratadas
dijo que sus hijos presenciaban habitualmente la violencia; lo mismo declaró
el 50% de las mujeres maltratadas en Monterrey. Los hijos que presencian
la violencia matrimonial presentan mayor riesgo de sufrir una amplia gama
de problemas emocionales y de conducta, entre ellos ansiedad, depresión,
mal rendimiento escolar, poca autoestima, desobediencia, pesadillas y quejas
sobre la salud física. Estudios realizados en los Estados Unidos y el Canadá́
indican que los hijos que presencian episodios violentos entre sus padres
presentan con frecuencia muchos de los mismos trastornos conductuales
y psicológicos de los niños, niñas y adolescentes que son maltratados
directamente. En Honduras, la violencia intrafamiliar pasó de ser del segundo
delito denunciado después del robo al más denunciado en el país en 2017¹⁸.
Tipo de
Descripción
violencia
Violencia La violencia sexual comprende una gran diversidad de actos, como
sexual las relaciones sexuales bajo coacción en el matrimonio y en las citas, las
violaciones por parte de extraños, las violaciones sistemáticas durante los
conflictos armados, el acoso sexual (incluida la petición de favores sexuales
a cambio de trabajo o calificaciones escolares), los abusos sexuales de
menores, la prostitución forzada y la trata de personas, los matrimonios
precoces y los actos violentos contra la integridad sexual de las mujeres,
como la mutilación genital y las inspecciones obligatorias de la virginidad.
Tanto hombres como mujeres pueden, además, sufrir violaciones estando
detenidos o encarcelados; sin embargo, la prevalencia en los datos nos indica
que las mujeres, y en especial las niñas, son más propensas a sufrir violencia
sexual desde temprana edad. De acuerdo al informe Violencia y seguridad
ciudadana: una mirada desde la perspectiva de género en Honduras, más del
85% de las personas que llegan a evaluación médica forense por violencia
sexual son mujeres y de ellas, más del 80% son niñas comprendidas en edades
de los 0 a 18 años está constituido por mujeres y de ellas, más del 80% está
comprendido por niñas comprendidas en edades de los 0 a 18 años ¹⁹.
Maltrato El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son
infantil objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico
o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial
o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo
o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto
de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la
violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato
infantil. El maltrato infantil es una causa de sufrimiento para los niños, niñas
y adolescentes y las familias, y puede tener consecuencias a largo plazo.
El maltrato causa estrés y se asocia a trastornos del desarrollo cerebral
temprano. Los casos extremos de estrés pueden alterar el desarrollo de
los sistemas nervioso e inmunitario. Diversos estudios demuestran que el
maltrato infantil, como la desatención, pueden ser mayores en niñas que en
niños y adolescentes; prueba de ello es que existían 15 países en el mundo
donde las niñas presentaban un mayor grado de desnutrición que los niños,
niñas y adolescentes, debido a patrones culturales de alimentación, entre
estos países se encontraban Guatemala y Honduras.20
Para el abordaje de la violencia basada en género en los centros educativos (VBGCE) es importante
trabajar los mitos de la violencia, bastante acentuados en nuestra cultura. Entre ellos mencionaremos
los siguientes:
19 http://www.hn.undp.org/content/dam/honduras/docs/publicaciones/diagnosticogeneroyviolencia.pdf
20 Lagarde, Marcela, “El género”, fragmento literal: ‘La perspectiva de género’, en Género y feminismo. Desarrollo humano y democracia, Ed.
horas y HORAS, España, 1996
Mito Realidad
Los golpes o amenazas realizadas a La violencia hacia los niños, niñas y adolescentes y niñas se
los niños, niñas y adolescentes no oculta, casi siempre. La violencia hacia los niñas y niñas puede
es violencia, porque es parte de su desembocar en serias repercusiones a nivel físico y emocional
educación. en las niñas, niños, niñas y adolescentes y adolescentes que la
reciben.
La violencia contra los niños, niñas y La violencia ocurre en todos los estratos y clases sociales.
adolescentes y niñas sólo ocurre en
familias de escasos recursos o con
enfermedades mentales.
Los niños, niñas y adolescentes y No siempre es así. Es posible que algunas veces debido a la
niñas no se acuerdan de la violencia edad, los niños, niñas y adolescentes y niñas no tengan recuerdo
recibida porque olvidan con facilidad. exacto de la violencia recibida, pero sí tienen recuerdo de las
emociones que experimentaron como producto de la violencia
Fuente: Mecanismos de Protección y Estrategias de atención en violencia dirigida a niñez y adolescencia.
Módulos de formación. Plan en Honduras 2013
La violencia de género desde el centro educativo resulta en daño sexual, físico o psicológico a las
niñas y niños, niñas y adolescentes. Esto incluye cualquier forma de violencia o abuso que esté basado
en estereotipos de género o que tenga como objetivo a los y las educandos sobre la base de su sexo.
Incluye, pero no se limita a, violación, toque sexual no deseado, comentarios sexuales no deseados,
castigos corporales, intimidación y acoso verbal.
Las relaciones de poder desiguales entre niños, niñas y adolescentes, mujeres y hombres, contribuyen
a la violencia de género. La violencia puede tener lugar en el centro educativo, en el patio del centro
educativo, yendo al centro educativo o regresando de ella. Puede ser perpetrada por docentes,
profesoras, educandos o miembros de la comunidad. Niñas, niños y adolescentes pueden ser
víctimas, así como también perpetradores/as. Tal violencia puede afectar el bienestar de los y las
educandos, poniéndolos en riesgo mayor de fracaso educativo debido al ausentismo, abandono del
centro educativo o falta de motivación por logros académicos. Esto también impacta su salud mental
y física, resultando en daño físico, embarazo, infecciones de transmisión sexual (incluyendo VIH/SIDA)
o enfermedades emocionales/psicológicas.
Los tres tipos de violencia de género desde el centro educativo –sexual, física y psicológica- se
superponen, y a veces las distinciones entre ellas son imperceptibles. Por ejemplo, la intimidación
puede ser tanto verbal como física. Las niñas, niños y adolescentes que se salen de sus roles
tradicionales de género pueden ser víctimas de las tres formas de violencia. Las muchachas pueden
ser humilladas por docentes con relación a su apariencia física (violencia sexual o acoso) así como
también su habilidad intelectual (abuso psicológico).
Tipo de
Características
Violencia
Vlencia física El castigo corporal es cualquier tipo de castigo en el cual la fuerza física es usada
para causar algún grado de dolor o incomodidad, aunque sea mínima. Este tipo de
violencia incluye pegarles a los niños, niñas y adolescentes con la mano o un objeto
(ej., palo, correa, zapato, cuchara de madera). Esto también incluye patear, sacudir,
o tirar a los niños, niñas y adolescentes, arañar, pellizcar, morder, quemar, escaldar o
ingestión forzada (ej., lavar las bocas de los niños, niñas y adolescentes con jabón u
obligarlos a ingerir especias picantes). En general, los y las docentes aplican castigo
corporal a las niñas diferente al de los niños y adolescentes varones. En la mayoría de
los casos, los niños y adolescentes varones experimentan castigo físico más frecuente
y severo que las niñas, como una forma de “hacerlos hombres”. El castigo corporal
tiene efectos negativos físicos y psicológicos en los y las educandos, que incluyen
dolor, herida, humillación, culpa, desamparo, ansiedad y baja autoestima. Los docentes
pueden abusar físicamente de los niños, niñas y adolescentes por medio de trabajo
forzado durante y fuera de las horas de clases. Los/las docentes pueden forzar a los y
las educandos a buscar agua o trabajar en los campos; los niños, niñas y adolescentes
corren el riesgo de heridas físicas causadas por el trabajo manual pesado, y fracaso
educativo por perder clases. La violencia física puede tener efectos devastadores a
largo plazo en los y las educandos. Tales efectos pueden incluir incremento del riesgo
del daño social, emocional y psicológico, incremento del riesgo de abuso de sustancias,
problemas físicos, de salud mental y problemas sociales, disturbios de la memoria y
comportamiento agresivo. Puede también afectar negativamente el logro académico.
Violencia Las niñas, niños y adolescentes experimentan violencia sexual de parte de los adultos
sexual y otro niño por medio de cualquier forma de actividad sexual forzada o no deseada,
donde no hay consentimiento, el consentimiento no es posible, o el poder o la
intimidación son usados para coaccionar un acto sexual. La violencia sexual y el abuso
incluyen contacto físico directo, tal como toque no deseado o cualquier tipo de
violación. A pesar de la edad legal de consentimiento legal, la actividad sexual entre un
ocente y un/a educando es considerada abuso por la diferencia de edades y de poder
entre ambas partes. Actividades como la de hacer a un niño, niña o adolescente mirar
actos sexuales o pornografía, o usarles para hacer la misma, es también abuso sexual.
Por otro lado, la violencia sexual puede ser perpetrada verbalmente. Por ejemplo, con
lenguaje explícito sexualmente dirigido a los niños, niñas y adolescentes o cualquier
atención sexual repetitiva, no deseada y no permitida por medio de la burla o la mofa
sobre el vestido o la apariencia física, es también abuso sexual. La violencia o el abuso
sexual pueden tener efectos devastadores a largo plazo en los y las educandos. Tales
efectos pueden incluir incremento del riesgo del daño social, emocional y psicológico,
incremento del riesgo de abuso de sustancias, problemas de salud y sociales tales
como embarazo no deseado, infecciones de transmisión sexual incluyendo VIH/ SIDA,
desórdenes depresivos, disturbios de la memoria y comportamiento agresivo. La
violencia sexual también puede afectar negativamente el logro académico
Tipo de
Características
Violencia
Violencia Los niños, niñas y adolescentes pueden experimentar violencia psicológica y abuso
psicológica tanto de sus compañeros/as y docentes por medio del acoso verbal, intimidación, burla
o degradación y castigo cruel. Los y las docentes pueden usar castigo no físico que
degrada, humilla, denigra, hace pagar los platos rotos, amenaza, atemoriza o ridiculiza
a los niños, niñas y adolescentes. La crítica constante de naturaleza injustificada, negar
el reconocimiento, límites poco claros y conducta impredecible, eventualmente cobra
el precio en los jóvenes. La violencia y el abuso psicológico entre los y las educandos
toma la forma de burla usada contra niños, niñas y adolescentes que no encajan en
la imagen de la sociedad de lo que es “masculino” o “femenino” como una forma
de hacerlos conformarse. La intimidación puede variar desde la burla a la violencia
física perpetrada por ambos, los/as educandos y los/as docentes. Otras formas de
intimidación incluyen amenazas, poner nombres, sarcasmo, rumorar, exclusión de
un grupo, humillación y comentarios abusivos. Además, la intimidación es un patrón
de conducta más que un incidente aislado. El abuso psicológico puede tener serios
efectos a largo plazo en los y las educandos, incluyendo el incremento del riesgo del
daño social, emocional y psicológico y problemas de salud mental, problemas sociales
tales como ansiedad y depresión, así como incidir en el desempeño académico.
Macrosistema
- Representaciones sociales. Mesosistema Individuo
- Relaciones y usos de poder. - Problemáticas sociales identificables Microsistema - Carga histórica.
- Violencia estructural. en escuelas, barrios, sectores o - Conflictos conyugales. - Autoestima baja.
- Violencia institucional. grupos sociales. - Ambientes violentos - Dependencia.
- Desigualdades sociales. - Situaciones de pobreza. familiares. - Indiferencia.
- Impunidad. - Falta de oportunidades. - Socialización. - Comunicación pobre.
- Desempleo. - Falta de afecto.
Factores de riesgo: - Deterioro urbano. Factores de riesgo:
- Desarraigo y anomia. - Ambientes vecindarios Factores de riesgo
- Aceptación de la violencia, Factores de riesgo: violentos. - Violencia intrafamiliar
como una forma de resolución - Asociación con compañeros en la infancia.
de conflictos. delincuentes. Padres ausentes.
- Idea de la masculinidad - Aislamiento de mujeres y familias. - Abuso infantil.
vinculada con la dominación, el - Prácticas de violencia en ámbitos - Consumo de alcohol
honor y la agresión. barriales y sectoriales. y drogas.
- Papeles rígidos para cada sexo. - Violencia escolar.
Este modelo permite analizar los factores que influyen en el comportamiento (o que aumentan el
riesgo de cometer o padecer actos violentos) clasificándolos en cuatro niveles:
• En el primer nivel se identifican los factores biológicos y de la historia personal que influyen en
el comportamiento de las personas y aumentan sus probabilidades de convertirse en víctimas
o perpetradores de actos violentos. Entre los factores que pueden medirse o rastrearse se
encuentran las características demográficas (edad, educación, ingresos, entre otros).
• En el segundo nivel se abordan las relaciones más cercanas, como las mantenidas con la
familia, las y los amigos, las parejas y los com¬pañeros/as, y se investiga cómo aumentan el
riesgo de sufrir o perpetrar actos violentos. En la violencia juvenil, por ejemplo, tener amigos
que cometan o alienten actos violentos puede elevar el riesgo de que un joven los sufra o los
perpetre.
• En el tercer nivel se exploran los contextos comunitarios en los que se desarrollan las
relaciones sociales, como los centros educativos, los lugares de trabajo y el vecindario, y
se intenta identificar las características de estos ámbitos que aumentan el riesgo de actos
violentos. Al este nivel, dicho riesgo puede estar influido por factores como la movilidad de
residencia (por ejemplo, el hecho de que las personas de un vecindario tiendan a permanecer
en él durante largo tiempo o se trasladen con frecuencia), la densidad de población, nive¬les
altos de desempleo o la existencia de tráfico de drogas en la zona.
• El cuarto nivel se interesa por los factores de carácter general relativos a la estructura de la
sociedad que contribuyen a crear un clima en el que se alienta o se inhibe la violencia, como la
posibilidad de conseguir armas y las normas sociales y culturales. Entre éstas se incluyen las que
conceden prioridad a los derechos de los padres sobre el bienestar de los hijos, consideran el
suicidio una opción personal más que un acto de violencia prevenible, reafirman la dominación
masculina sobre las mujeres y los niños, niñas y adolescentes.
La estructura circular de los anillos ilustra cómo los factores de cada nivel refuerzan o modifican los
de otro. Así, por ejemplo, una persona de personalidad agresiva tiene más probabilidades de actuar
violentamente en el seno de una familia o una comunidad que acostumbra a resolver los conflictos
mediante la violencia que si se encuentra en un entorno más pacífico. El aislamiento social, factor
comunitario muy frecuente en el maltrato de ancianos, puede estar influido tanto por factores
sociales (por ejemplo, un menor respeto a los ancianos en general) como relacionales (la pérdida
de amigos y familiares).
Además de ayudar a esclarecer las causas de la violencia y sus complejas interacciones, el modelo
ecológico también pone de manifiesto que, para prevenirla, es necesario actuar en varios niveles a
la vez. Por ejemplo:
• Hacer frente a los factores de riesgo individuales y tomar medidas para modificar los
comportamientos de riesgo individuales.
• Influir en las relaciones personales más cercanas y trabajar para crear entornos fa-miliares
saludables, así como brindar ayuda profesional y apoyo a las familias identificadas con problemas
de violencia.
• Vigilar los lugares públicos como los centros educativos, los lugares de trabajo y los barrios, y
tomar medidas para hacer frente a los problemas que pueden conducir a la violencia.
• Hacer frente a la desigualdad de género y a las actitudes prácticas culturales adversas.
• Prestar atención a los factores culturales, sociales y económicos más generales que contribuyen
a la violencia y tomar medidas para modificarlos, como las orientadas a reducir las diferencias
económicas y sociales de clase, garantizando un acceso igualitario a los bienes, los servicios y
las oportunidades.