AREA DE CONOCIMIENTO: DERECHO CIVIL, INTRODUCCION AL DERECHO
CIVIL Y DERECHO DE LA PERSONA. PRIMER CURSO; SEGUNDO GRUPO; PRIMER SEMESTRE. CURSO ESCOLAR: 2.022/2.023 PROFESOR: EUGENIO NZE OBIANG, Licenciado en Derecho.
TEMA 10.- EL PATRIMONIO.
I.- EL PATRIMONIO: CONCEPTO, COMPOSICION Y FUNCIONES BASICAS. Según el art. 1.911 CC., del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus bienes, presentes y futuros. Es decir, que la responsabilidad por deudas afecta, en principio, no a unos bienes concretos del deudor, ni a todos los que tiene en el momento de contraer la obligación, sino a todos los que se hallen o deban hallarse en su poder cuando, a falta de cumplimiento voluntario se pida éste judicialmente y se inicie el embargo. La responsabilidad se dice abarca al total patrimonio bruto de la persona, o sea, a todo el activo, si bien con la posible concurrencia de los restantes acreedores del titular, cuyas pretensiones componen su pasivo. Por patrimonio de una persona se entiende el conjunto de sus bienes y sus deudas. Cuando fallece la persona, este patrimonio se transforma en herencia: conjunto de todos los bienes heredables del difunto, que responde de todas sus obligaciones. En vida de la persona, la existencia de su patrimonio se pone de relieve en los casos de concurso: cuando, no alcanzando los bienes de la persona a pagar todas sus deudas, los acreedores consiguen que el conjunto del activo, o sea la universalidad de los bienes del deudor, se ponga en administración para satisfacer el pasivo ordenada y proporcionalmente. La herencia puede pertenecer conjuntamente a varias personas, y lo mismo ocurre con el patrimonio de una persona jurídica cuando se disuelve y le suceden los socios. Herederos o socios son, entonces, conjuntamente, titulares del patrimonio: dueños de los bienes y deudores de las deudas. Pero no es indispensable la muerte de la persona natural o la disolución de la persona jurídica para que un patrimonio conjunto de bienes y deudas se atribuya a varios sujetos: ocurre lo mismo con la sociedad de gananciales que se forma entre cónyuges salvo pacto en contrario cuando se casan: los dos esposos, conjuntamente, son titulares del patrimonio ganancial, dueños de sus bienes y deudores de sus deudas. De donde se deduce que, cuando la ley lo dispone así, hay patrimonios distintos del general de la persona: patrimonios separados, que a veces, como acabamos de ver, tienen una pluralidad de titulares (patrimonios colectivos). Estos patrimonios funcionan en cierto modo como personas: se puede contratar en nombre de la herencia o de la sociedad de gananciales, y el beneficio del contrato y el deudor de las prestaciones convenidas será al menos, principalmente el patrimonio para el que se contrata y no la persona que lo representó. II.- CLASES DE PATRIMONIO. De Castro distingue los siguientes: A.- Patrimonio personal: Se halla constituido por la masa de bienes (activo y pasivo) unida al titular en su condición de persona, sin requerir otra calificación. El patrimonio personal se considera así, con un carácter general, total y unitario, en el que no cabe distinguir masa de bienes con propia independencia sin expreso mandato legal y este carácter unitario del patrimonio es considerado de orden público y configura a este tipo de patrimonio como la forma regular de patrimonio. B.- Patrimonio separado: Se entiende como una masa patrimonial que pertenece a un patrimonio personal, pero del que se halla independizada por estar igualmente destinada a un fin específico. Precisamente en función de la naturaleza de este fin se distinguen los siguientes tipos de patrimonio separado, que, como dice DE CASTRO, son los únicos posibles, pues la creación de patrimonios separados está fuera del poder de la autonomía de la voluntad: - Patrimonio en liquidación, que tiene por objeto cuidar los intereses contrapuestos de los partícipes y de los acreedores (herencia aceptada a beneficio de inventario y los alimentos señalados al concursado o quebrado). - El patrimonio del incapacitado, pues cabe que la incapacidad no se extienda a todas las relaciones del sujeto, por lo que pueden coexistir dos masas patrimoniales del incapacitado, una bajo la administración del tutor y otra libre de ella. C.- Patrimonio de destino o con titular interino. Se trata de aquella masa de bienes, derechos y relaciones jurídicas en general cuyo titular se halla indeterminado, manteniéndose unido y confiado por la ley a un titular interino para su protección mientras se produce la determinación del titular definitivo. D.- Patrimonio afectado a un fin. Tras la supresión de patronatos y demás formas de vinculación de bienes y la regulación de las fundaciones como patrimonios personales, las figuras tienen un carácter excepcional. DE CASTRO señala los siguientes ejemplos: - La vinculación, por acto pre fundacional, de bienes a una fundación de interés público que todavía no se ha constituido plenamente. - Las que llama fundaciones dependientes, es decir, aquellas cuyos bienes y fines se confían a una Institución pública o al patronato de otra fundación. - Los patrimonios por suscripción, formados mediante colectas y destinados a un fin concreto. E.- Patrimonio colectivo. Se trata de masa de bienes indivisas atribuidas unitariamente a una pluralidad de personas unidas entre sí, de suerte que cada una de ellas aisladamente no aparece como titular de dichos bienes. Se citan como ejemplos los casos de los bienes gananciales. III.- LAS COSAS: CONCEPTO Y REQUISITOS. A.- Concepto y requisito. En principio, no debemos confundir los términos “cosa y bien”. El concepto de bien comprende a todos los objetos valiosos, materiales e inmateriales. Un bien solo tiene tal condición cuando, de algún modo, puede ser influido, dominado y apropiado por el hombre. Así no son bienes aquellos entes que, según la realidad física, están fuera de nuestro alcance (el sol, las nubes, sonidos, la luz etc.); ni los que no son apropiados en sí, por constituir bienes a modo común de la humanidad (espacio aéreo, sonido etc.,). El concepto de bien es más amplio que el de cosa: un invento por ejemplo es un bien, pero no es una cosa. Las cosas son bienes tangibles y corporales: un árbol, un alfiler, mientras que otros bienes no tienen cuerpo (bienes inmateriales) como las energías, las ideas (creaciones literarias o artísticas, inventos, etc.,), y los atributos o bienes de la personalidad. IV.- CLASIFICACION DE LAS COSAS. a) El CC., en el art. 337 plantea la antítesis entre cosas consumibles y no consumibles (el precepto, erróneamente, les llama “fungibles”), explicando que a la primera especie pertenecen aquellas de que no puede hacerse el uso adecuado a su naturaleza sin que se consuman; a la segunda especie corresponden las demás. b) En sentido propio, son cosas fungibles las que se pueden sustituir unas por otras (un billete de banco, trigo de tal calidad). Las cosas fungibles carecen por sí de individualidad: constituyen un género. Por eso la deuda de bienes fungibles tienen un régimen distinto de la de bienes concretos individualizados; y lo mismo la administración o el disfrute de aquellos, por cuanto más fácilmente pueden perder su identidad y existencia separada en manos del administrador o usufructuario. V.- FRUTOS, MEJORAS Y GASTOS. Algunas cosas tienen la cualidad de generar, excrecer o secretar otras, sin mengua de su propia individualidad y esencia: un manzano produce manzanas; un pino, resinas; un aguacatero, aguacates; un cocotero, cocos; una oveja, lana, leche, crías. Otras se desarrollan a partir de una simiente, para multiplicarse (trigo). Una y otras producciones, jurídicamente, son frutos, desde los orígenes del Derecho Civil. En idéntica línea, y desde mucho antes, la privación del goce de un objeto propio (casa, dinero), para comunicarlo temporalmente a otro a título oneroso, se traduce en una retribución periódica, llámese beneficio o fruto: la casa se arrienda por una merced mensual o a un tanto alzado por las temporadas; el dinero se presta a un diez o un quince por ciento anual de interés (frutos). Los frutos encierran dos conceptos: a) Frutos naturales: art. 355 CC., las producciones espontáneas de la tierra, y las y demás productos de los animales, tal es el ejemplo del manzano. Según la definición legal de los frutos naturales e industriales, todo lo que producen los campos o los animales es fruto. En el Derecho Romano el concepto de fruto acaba por desembocar en el de beneficio, a saber, que quien percibe los frutos tiene la obligación de abonar los gastos hechos por un tercero para su producción, recolección y conservación, a través de una regla que sigue proclamando hoy nuestro Código Civil. b) Frutos civiles: continúa el art., 355. Son el alquiler de los edificios, el precio del arrendamiento de tierras y el importe de las rentas; el beneficio de la explotación en cualquier forma de una industria o negocio, una obra literaria, o un patente; las ganancias de una sociedad regular colectiva,