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El uso fecundo de la légica* Eric Laurent** La vez pasada? legamos a un punto sobre el cual Lacan insiste: para volver a encontrar el objeto perdido, el sujeto no tiene el apoyo del Otro, no tiene el apoyo de un todo. La con- secuencia de ello es que el goce estd a cargo del sujeto. “Ese goce cuya falta hace inconsistente al Otro |. cargo mio, dice Lacan, pero “es pues el mio?”? "[...] “Esto constituye”, afiade, “[...] ese margen que todo pensamiento ha evitado, saltado, rodeado o taponado cada vez que logra aparentemente sostenerse con un cfrculo: ya sea dialéctico 0 mateméatico”.® Este parrafo nos muestra que las tres versiones de! desa- rrollo del andlisis que hemos visto hasta ahora, la versi6n dia- léctica que vimos en la primera parte del Seminario y las dos versiones mateméticas que vimos en la segunda y la tercera parte, son todas ellas una critica radical de cualquier proyecto que se apoye en una completud circular. Suponen una critica radical del proyecto, digamos, logicista. Iv, Publicacién Entredichos, Revista de “El Seminario de Caracas", Clase de febrero, 1994. Agrade- Psicoandlisis, Fundacién del Campo Freudiano, 14 ‘coms la gentileza de Gustavo Zapata. “Eric Laurent es psicoanalistaen Parts, dial de Psicoandlisis (AMP). 1 Clase Il, “Paradojas de la Identificacién’, Entrediches, dp. eit. 2 Lacan, J, “Subversion del aujeto y dialéctica del deseo”, Escifos 2, Buenos Altes, Siglo Veintiuno, 2009, p. 780. 3 Ibid, p.781. oxpresidente dela Asociacién Mun- ut A sain? 3 revista de logica. Era una paradoja nueva, E Wal parece” circulaba a los aitos cuarenta en los circu. isl cos, casi Serve la misma forma, como un cuento ‘aandena a muerte, Siempre nos interesan los cuentos de i denados a muerte, Nos conciemen a todos, oun hombre es condenado a muerte un sAbado, y el juez le ge lo siguiente: Usted va a ser ahorcado al mediodia de uno ge los siete dias de la semana que viene, pero solo sabrs de dfa se trata la mafiana misma de su muerte”. El juez era conocido como hombre que cumple con su palabra. El aboga- do esté encantado y, cuando regresan a la celda, el condenado jepregunta indignado que por qué esté tan contento con que Joahorquen. “ZNo ve usted que la sentencia del juez es impo- sible de ejecutar?” “No veo por qué”, responde el condena- do. “Voy a explicarle, dice el abogado, es evidente que no lo pueden ahorcar el s4bado que viene, porque es el tiltimo dia de la semana, y el viernes por la tarde sabria con certeza que lo ahorcan al dia siguiente, lo cual seria contradictorio con la sentencia del juez”. “Verdad”, dice el condenado. “Entonces, yano puede ser el sabado, y el viemes es el tiltimo dia. Pero el viernes tampoco puede ser, porque usted lo sabria de an- temano el jueves por la tarde. Y el jueves tampoco, potque lo sabria de antemano el miércoles”. Y asf sucesivamente, con el talento que tienen los abogados, convence al condenado de que la sentencia del juez prohibe su ejectcién. De lo mas ali- viado, el condenado comenta con su abogado: “Lo curioso es que ea las frases de la condena no hay ninguna paradoja Iogi- ca, Entreéhenunciado de la primera, “usted vaa ser ahorcado undia...”, y el segundo, “no lo vaa saber antes del dia...” no hay contradiccién. Pero de la conjuncién de ambos surge una paradoja”. Ahora bien, Io mas curioso es ue él miércoles por peymanana se presenta el juezy le anuncia al condenado que ve a ser ahorcado al mediod(a. El juez cumple exactamente que publica articulos de filosotin analitica, ersity Press en nombre de 7 Mind ‘actualmente © pul fa Mind Association una revista britanica eo iblicada por la Oxford 13 quando dice que voy a ser ejecutado un dia de la semana que viene, si conffo plenamente en su palabra respecto a la conde- na, entonces la segunda declaracién seguin la cual solo voy a saber de qué dia se trata el dia de la ejecucidn, puede ser falsa y tengo raz6n de sorprenderme de que me ejecuten. $i dudo de ja palabra del juez no me puede sorprender que la ejecucién se cumpla. Lo paradgjico es que, si dudo del juez, él tiene la razon yilas dos declaraciones son verdaderas, no es ninguna sorpresa el que me ejecuten, pero si conffo absolutamente en su palabra me puedo sorprender de que me ejecuten. Porque el razona- miento segiin el cual no puede ser el iltimo dia de la semana, y sino puede ser el tiltimo entonces el pentiltimo pasa a ser el til- timo y tampoco puede ser, y asf sucesivamente, supone confiar plenamente en la palabra del juez. Si la creencia en la palabra del juez es valida, el razonamiento es valido. El aporte de Smullyan consiste en descentrar el apologo, en demostrar la contradiccién no apoyandose en la funcién del saber o en la gramitica del saber, sino en la gramatica de Ja creencia. Gon esta paradoja hago al Otro consistente. Lo arad6jico es que cuando confié en el Otro absolutamente, el ro no tiene razén sistematicamente. EI tratamiento que le da Smullyan al apélogo tiene, por’ nde, mucho que ver con el intenso trabajo que se llev6 a cabo re 1953 y 1987, en l6gica, acerca dela consistencia en el uso ‘verbo saber y del verbo creer. Se destacé en esto especial nite un légico finlandés, Hintikka, que en los afios sesenta Iblico Knowledge and Belief, “Saber y creencia”, libro al cual Pacan hace referencia en un texto suyo publicado en Scilicet ‘67, el tiltimo muimero de esa revista. A Lacan le interes6 la forma en que Hintikka demuestra lo dificil que es discriminar entre saber y creencia. Decit “yo sé tal cosa” y decit “creo que $é tal cosa” son dos cosas muy distintas, pero resulta sume mente dificil, segin los contextos, distinguir con certeza enti® ambos enunciados, saber siel sujeto ha dicho tna cosa o la tra, El sujeto dice “sé”, pero podria deci “creo que 96, Util ar esta critica de la separacion ingenua entre saber y creencia es crucial para el psicoanalista. 7 en la imposibilidad de ser ahorcado el ditimo d ee es falso, Nada en su razonamiento le eis ‘ geht nado saber con certeza lo que va a ocurrir, yb (oman eonctenado, segtin Quine, tiene que distinguir cuatro ca pavers ahorcado mafana al mediodta y lo sé (pero Si0s6)-2) No voy a ser ahorcado mafiana al edbbalaykd pero no 10 86). 3) Voy a ser ahorcado mafiana al mhedioda eee 4) No voy a ser ahorcado mafiana al mediodia y no ‘ost. Quine subraya asi que en todos los casos figura un “no lo gi Blprimer enunciadlo, en sit cardcter hipotético disfraza- go noalivia al sujeto del hecho de que no sabe de verdad. Por iguiente, en los dos primeros casos hay que reintroducir gn (pero no lo s6)". Por tanto, en realidad, los cuatro casos se reducen a dos, solo hay dos casos que considerar, el tercero y elcuarto. El tercer caso no es ‘contradictorio con la sentencia y esel que se cumple en el apdlogo. Quine concluye su presentacién con una frase que me Po rece perfectamente atea: “En ver de seguir buscando una con- tradyccion en la sentericia del juez, 1o mejor es dejar de per saren ella y dedicarse tan solo a esperar que las Coss salgan bien”. Es humor negro, pero al mismo tiempo es una posicién perfectamente atea. A fin de ‘cuentas, en vez de andar averi- guando acerca di fe los enuneiados de Dios, lo mejor es ira la muerte sin dema: saga anguccarporsuedemsoee tole Quine fue alguien bastante angustiado. Hizo un andlisis ee Br omento, segan cuenta en si biograffa, pero exh mucho mas inteligente 10° ol analista y podtia prever Per. fectamente-de antemano lo. a ~ ee : ie me ee aA isis r4pi ificil anali icos. fe rere ti ens jnanalizable, como 10s Ficos, tla eco caenlcoen ict japoneses, hay que afadir 2 los Jos verdaderme agora clinica de 10 inanalizable hay que to- l6gicos. En 2 marlos en cen oy adoja, publicado en 1961, re esta paradoja, publi 6 riiculo. S0Dne er der?" diferencia entre predic Tomarel lugar de la como lo demuestra el apdlogo, el asunto n es muy {4cil sorprender, El asunto es cc ee Sente con la ley del inconsciente y, cuando llega el punto dave, cortar la sesion. Como se define el punto clave de la fesion? No hay receta y ese es el meollo del asunto. Es exac- tamente el punto clave que Wittgenstein supo distinguir en jos comentarios que hace sobre el psicoandlisis, el del corte de la sesion. Las interpretaciones de Freud son perfectas, dice Wittgenstein, el tinico problema radica en que en determina- do momento cesa de interpretar. Por qué?, :por qué corta en determinado momento? Por mas que examine el asunto, por més que revise la obra de Freud, no encuentro ninguna justi- ficacién y estoy convencido de que no se puede encontrar nin- guna que permita decir por qué hay que cortar en un momen- to determinado. Wittgenstein, que segtin parece era psicético, tenfa raz6n: ese es el punto clave. EI no creia que hubiera nin- guna justificacion, pues no tenfa ninguna creencia en el Nom bre del Padre y le parecfa una cosa absurda. Definir el punto crucial de una sesién es exactamente como elenunciado de la regla, de las directivas del andlisis, al inicio de una cura: depende del juicio mas intimo, de las consecuen- cias que ha tenido para el analista el proceso analitico. No hay receta, hay una efectuacién en el analista desu relacién al psi- coandlisis. El interés de este tipo de paradojas es mostrar que el corte se puede dar con el efecto de sorpresa cualquiera que sea el Ssunto. A fin de cuentas, el analizante nunca puede saber de antemano: Cualquiera que sea la propuesta del obsesivo de ‘ye él sabe de antemano lo que va.a ocurtit mientras exista la funci6n sujeto supuesto saber, es mentira, no puede saberlo. Y ast como hay dos clases de silencios, hay dos clases de de- "aciones del tipo “sé de antemano Jo que usted va a decir”. claracion?nalizante ama al analista le supone saber le hace Ee a eo Otro, Son como las pruebas de la existencla de puede dar fe de que existe amandolo. El analista es amado por él analizante, con el amor slo se 55,901 Dict “comio saber si 7 Geer queen lamar de Iranaferencia, un amor epistemol& 9 © Jos sistemas formales? Porque de ello se des- mite eon logica hay que distinguir entre por lomeniostres pa enunciados, os deccibls, los universes y os exis- se igo por To menos tres porque de ello se desprenden to stinciones entre tos de enunciados que forman series wo 1a consecuiencia es que una cosa es un enunciado verda- geno y otra cosa distinta un enunciado demostrable. ‘Con la demostracién de que, en cualquier sistema formal, jun en [a aritmética, hay enunciados que no se pueden de- Mostrar, Godel alivi6 a todos los matemticos del proyecto infernal de Hilbert, que se proponfa la reduccién de las mate- méticas a una deduccién, a un programa formal, consistente. fl proyecto de Hilbert daba por supuesto la consistencia de jos sistemas formales y se proponfa en consecuencia conse- guir el programa formal que permitiera darle a cualquier pro- blema, a cada problema, a todos los problemas habidos y por haber, una solucién formal, 0 sea, calculable a ciegas, mecdni- camente, Se sabe que Hilbert utiliz6 incluso la expresi6n, de odiosa memoria, “solucion final’ para designar el proyecto, jue era la solucién final frente a cualquier clase de problema. Godel salvaguards el hecho de que las matemsticas son una actividad de descubrimiento, y no de aplicacién de un sistema de razonamientos bien formados. Demostré que el in- terés de los razonamientos bien formados radica solamente en que permiten descubrir soluciones nuevas. Gadel era pldtonico, en el sentido de que pensaba que las cosas nuevas que las matematicas permitian descubrir exis- tian en unos fopos tiranos como el concebido por Platén, que osas que se construfan, sino que existian en el mundo uprasensible. Gel era loco, Suftfa, segin parece, de una es- Gquizofrenia paranoide interesantisima, Pudo seguir trabajan- doy demostrar su teorema porque tuvo Ja suerte de ser hospi- ida en Princeton, a donde llegé cuando tenia talizado de por vi tatprenta aftos y done muri6 veinticincoaftos clespués. Tenia jstencla d noeran ae We: Expresion eer aural por ls orarcas nas en la Con 0. so de Warne (12) qe dsigna a extermino masivn de sud 123, mos a examinar a la luz de la hiancia que desig- ia la diferencia entre la forma en que se sostiene 5 en el fantasma y la forma en que se sostiene una vez econ NOW ja paradoi & deseo a fvesndo el fantasia, Iu postulaci6n de la consistencia del Otro Como sostiene su deseo el sujeto neurético? Lo apoya en la consistencia del Otro. Esto tiene un caracter necesario: | sujeto histérico no puede sostener su deseo sin sostener el deseo del padre. Cudntas veces se verifica, en casos de suje- tos histéricos, que las vacilaciones del deseo estan vinculadas al punto en que el padre demostré la impotencia de su de- seo ante el deseo materno, impotencia que tiene su desenlace para el sujeto en un dejar plantado. Cuantas veces se verifica que el sintoma del sujeto histérico se aloja siempre en este punto preciso. El ejemplo paradigmatico es Dora. Cuando ella adivina la impotencia de su padre, cuando conjetura que solo a través de la satisfaccién oral alcanza él a tener una relacién con su amante, entonces Dora tiene un sintoma de afonia, aloja su sintoma en el circuito oral. Pero el sujeto histérico tiene mil maneras de tratar el momento en que se evidencia, con me~ {aforas que pueden ser menos obvias que la de la erecci6n, la ruptura o la impotencia del deseo paterno. En este punto aloja gu sintoma y trata de garantizar la consistencia del Otro. Innumerables también son los recursos del obsesivo para rantizar la consistencia del Otro. Intentaré asegurarse de que Fr Otro, el padre, esté completo, no intentando sostener su de- sep, no ayudando al padte, sino, por ejemplo, borrando todas iar huellas de sus fallas, borrando la huella del momento en que vacilé el deseo paterno. Como el Hombre de las ratas, se deaicaré, por ejemplo, a rehacer las cuentas familiares para que cuadren bien, No ayudaré al padre a tener relaciones con su como Dora, sino que borrard todas las huellas del po- ante, sd s tro del padre con la amante, que es algo distinto. sible encuent 121 artic ‘mn de Kreis" eestaca el hecho ce que la consecuencia descubrimiento de Gédel es que hay muchas cosas més a antes que la consistencia de algo. Que la aritmetica oon inpnpleta, no impide calcular, no impide encontrar prue- ire impide considerar totalidades,juicios universales, por wt tencirian que tomar en cuenta la posibilidad del conjunto aMinfiito. De allf que el campo mas fructifero actualmente ar matematicas y en légica sea el de la teoria de las pruebas, sniciada por Genssen, un alumno de Hilbert, campo en el cual trabaia Girard con entusiasmo, que es un hombre de mi edad, muy simpatico, que esta fabricando l6gica todo el dia. Porque del hecho de que no podamos establecer enunciados univer-

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