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El Amor Mágico
El Amor Mágico
En Jordania, vivía una chica simple y tan común, El día de la feria cultural, ambos se volvieron a encontrar,
Damaris era esa chica. Lo que no sabía es que su vida fueron los finalistas de cada categoría por ende iban a
pronto iba a cambiar. El 11 de diciembre, se estaba recibir el premio. Ambos se miraron un momento, pues
realizando una feria cultural en el Condado Mariposa, las caras que ellos veían eran reconocidas, el jurado
lugar que quedaba como a unas 5 horas de Jordania. pidió que se abrazaran para cerrar la ceremonia, al
Damaris veía esto como un reto, el cual iba a ser una abrazarse ambos se sintieron cálidos; como si ya se
gran oportunidad para que ella demuestre su talento hubieran abrazado antes, y ahí quedó todo parecía que
como pintora y pueda quizá vender alguna de sus bellas no se iban a volver a ver, ninguno de los dos tuvo el valor
pinturas. En Jordania, todos la veían a Damaris como de hablarle al otro.
una gran joven artista con ojos que reflejaban la Mientras tanto, Diego, un apasionado músico con manos
profundidad de su alma creativa. El día que ella partió de que acariciaban las teclas de un piano con gracia,
su pueblo, todos la despidieron con fuertes aplausos. buscaba inspiración en cada rincón del mundo. Sus
Al llegar Damaris sintió un apretón en el corazón, quizá melodías eran poesía para el corazón, pero él anhelaba
era la emoción por el festival, llegando al hotel donde se una musa que le susurrara secretos que solo el amor
iba a quedar, decidió comprar unas galletas porque podía revelar.
estaba de hambre, cuando estaba cerca del super se
chocó con un chico, era super apuesto, alto, y de ojos
marrones. Ambos se disculparon por el hecho y se
dijeron al mismo tiempo “¿Estás bien?”, todo era como
una coincidencia.
cuándo y cómo, el tiempo pareció detenerse. Los ojos de
Damaris encontraron los de Diego, y en ese instante,
entendieron que algo mágico estaba a punto de suceder.
La chispa del amor se encendió entre ellos, una llama
Un día, el destino, siempre juguetón, conspiró para que ardió con la intensidad de mil soles.
unirlos de nuevo en un festival local. Damaris estaba
exhibiendo sus pinturas en una pequeña feria de arte, Diego encontró en Damaris la musa que había estado
mientras que Diego se preparaba para dar un concierto buscando, y vio en ella la inspiración que su música
que encantaría a todos los presentes. Ambos estaban anhelaba. Juntos, pintaron sus días con los colores del
sumidos en sus propios mundos, inconscientes de la amor, creando un lienzo de felicidad y complicidad. Sus
conexión que se avecinaba. noches resonaban con las dulces melodías de Diego,
Cuando sus
miradas mientras que las mañanas se iluminaban con los rayos
finalmente se dorados de la presencia de Damaris.
cruzaron en la
bulliciosa
feria, ellos
creían que ya
se habían
visto, en ese
momento es
que ellos se
acordaron de
dónde,
A medida que el tiempo avanzaba, su amor creció y se
fortaleció, enfrentando desafíos como un fuerte viento
que solo hacía que sus raíces se hundieran más
profundamente en el suelo. Juntos, enfrentaron los
altibajos de la vida, sabiendo que mientras tuvieran el
uno al otro, podrían superar cualquier tormenta.
Damaris y Diego demostraron que el amor es como una
obra de arte en constante evolución, donde cada
pincelada y cada nota musical contribuyen a una historia
única y eterna. Y así, en ese pequeño pueblo donde sus
destinos se cruzaron, vivieron felices para siempre, su
amor resonando como una melodía eterna que
continuaba incluso más allá de las páginas de su historia.