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Sin Escrutinio General el Parlamento es ilegal

José Miguel Alvarado

El próximo 23 de julio habrá elecciones a nivel nacional e inmediatamente, después


del cierre de los colegios electorales, se sumarán los votos de cada urna, obteniendo
un resultado por cada una de ellas: PP 100, PSOE 90, VOX 80… por ejemplo.
En toda España habrá 60.541 mesas electorales con dos urnas cada una, una para el
Senado y otra para el Congreso de los Diputados.
INDRA, que es una empresa privada, ha sido contratada para hacer la suma de las
sumas, es decir, el escrutinio total de las 60.541 sumas parciales del Senado y el
escrutinio total de las 60.541 sumas parciales del Congreso.
El ordenador y el programa informático con el que INDRA realiza ese escrutinio NO
tienen auditoría externa por parte de los partidos ni del Estado. Por eso y, sobre todo,
porque su participación no aparece recogida en la Ley Electoral (LOREG) la suma que
Indra realiza es PROVISIONAL.
El verdadero escrutinio, el oficial, el “bueno”, comienza cinco días después de las
votaciones y se realiza en las 52 Juntas Electorales Provinciales por parte de la
administración del Estado. Se llama Escrutinio GENERAL y es la esencia del sistema
electoral.
Como hemos dicho, inmediatamente después del cierre de los colegios electorales
se suman los votos de cada urna dejando constancia del resultado en su
correspondiente acta (PP 100, PSOE 90, VOX 80…). Así se tendrán 60.541 actas
relativas al Senado y otras tantas relativas al Congreso.
De cada acta se hacen varias copias: una se entrega a los partidos políticos, otra se
expone en la puerta del colegio electoral… Y el acta original −que es la más
importante− se envía a la Junta Electoral Provincial que le corresponda para que allí se
sumen los datos que aparecen recogidos en todas ellas y se obtenga la suma total
oficial. En eso consiste el Escrutinio General.

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¿Cuál es el problema? Que desde el año 2000 el Escrutinio General NO se realiza y,
por tanto, la composición de los diferentes Parlamentos se basa en la suma/escrutinio
que hace la empresa privada contratada por el partido del gobierno para dar los
resultados provisionales.
Esto, además de suponer un delito contemplado en la LOREG con penas de hasta 7
años de cárcel (art. 139-140), invalida e ilegaliza los parlamentos que se han
conformado sin el preceptivo Escrutinio General. Y lo que es más grave: supone una
burla a la voluntad del pueblo español expresada en las urnas.
Ahora bien, ¿cómo sabemos que no se realiza el Escrutinio General desde el año
2000?
Porque así lo confesó la Junta Electoral de Sevilla en el año 2015. Veamos.
Era 25 de marzo, 2015. Tres días antes se habían realizado las elecciones
autonómicas de Andalucía. En Sevilla, José María Arenzana y el ex juez Francisco
Serrano se presentan como apoderados de VOX en la Junta Electoral de la provincia
para vigilar el Escrutinio General. ¿Y qué ven? Que no se hace. Presentan una queja. La
Junta Electoral de Sevilla la rechaza. Días después los representantes de VOX recurren
ante la Junta Electoral Central y ésta resuelve a su favor con el expediente 334/26.
[Véase al final]
En ese expediente se puede leer cómo la Junta Electoral de Sevilla confiesa
descaradamente que desde el año 2000 se tiene por costumbre NO hacer el Escrutinio
General, es decir, que se tiene por costumbre fiarse de la suma de los votos que realiza
la empresa privada contratada por el partido que gobierna.
Entonces, ¿qué hacen la Juntas Electorales desde el año 2000 durante el Escrutinio
General? Comparar/cotejar unas pocas actas escogidas por los diferentes partidos para
ver si tienen algún error. De esa manera violan la esencia del sistema electoral y dejan
vía libre a la empresa que hace el escrutinio provisional para que pueda cometer un
fraude con total impunidad.
No obstante, los magistrados y funcionarios que deben llevar a cabo la
suma/escrutinio GENERAL siguen cobrando un dineral, ¡como si aún se pasasen
sumando datos los tres días que estipula la ley electoral! (LOREG, artículos 103-108).
La Junta Electoral de Sevilla, para justificar la costumbre de NO hacer el Escrutinio
General, alegaba que ningún partido había manifestado su rechazo a tal usanza. O sea,
que el PP y el PSOE, tan enemigos en lo aparente, no querían las cuentas claras en lo
que se refiere al conteo de votos y se conformaban con los resultados que daba la
empresa privada contratada ora por uno, ora por otro.
¿Acaso Indra es infalible? ¿Acaso es santa y pura como la Virgen? No. Su historial de
“irregularidades” electorales a nivel mundial es extenso y su accionariado está
infestado por los fondos buitre que provocaron la crisis de 2008.

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Entre esos buitres y el partido que gobierna el Estado (que tiene una quinta parte de
las acciones) se elige al consejo de administración de Indra. Y ese consejo elige a los
empleados que controlan el programa que hace la suma total PROVISIONAL de las
60.541 urnas del Senado y las 60.541 urnas del Congreso.
Bien, pues ante el recurso de VOX de 2015, la Junta Electoral Central ordenó que se
realizara el Escrutinio General en la provincia de Sevilla. Y al hacerlo, ¿qué se
descubrió? Que Indra había añadido 4656 votos de más en su suma provisional.
4656 podrían parecer pocos, pero la Ley D´Hont concede el último escaño de cada
provincia por muy pocos votos (100, 500, 2000…). Así que basta con robar unos
poquitos en cada una de las 50 provincias grandes para robarse otros tantos escaños
en unas elecciones generales.
No hace falta llegar a tanto, pues, aplicando ese método fraudulento, lo que ganaría
un partido lo perdería otro. Así, en el hipotético caso de que el PSOE y el PP tuvieran
80 diputados cada uno, bastaría que el PSOE robase 10 para conseguir una diferencia
de 20 escaños (PSOE= 90; PP=70).
¿Queda clara la importancia de hacer el Escrutinio GENERAL? ¿Resulta patente el
peligro de confiar única y exclusivamente en la suma de la empresa privada contratada
por el partido que gobierna?
Consciente de todo ello al ver los resultados reales de la provincia de Sevilla,
Santiago Abascal (presidente de VOX) se acordó de que en las elecciones europeas del
año 2014 su partido se había quedado a 2000 votos de obtener un diputado en el
Parlamento Europeo y solicitó que se realizase el Escrutinio GENERAL correspondiente,
ya que entonces tampoco se había realizado.
La Junta Electoral Central rechazó la petición de VOX alegando que ya había
caducado el plazo de reclamaciones y, como el verdadero resultado de las elecciones
de la provincia de Sevilla no había alterado el reparto de escaños, dio carpetazo al
asunto.
Demos, pues, un salto temporal y avancemos un año, situándonos en las elecciones
del 26 de junio de 2016, sí, en esas en las que la coalición IU-Podemos perdió de
manera misteriosa un millón doscientos mil votos con respecto a las de diciembre de
2015. Hubo rumores de que había habido un pucherazo, ¿os acordáis?
Bien, pues Pablo Iglesias salió justo tres días después de las votaciones –el
miércoles− para decir que no, que no había habido fraude. ¿Cuál es el problema? ¡Que
el miércoles comenzaba el Escrutinio GENERAL y, si este se realiza como manda la ley,
debería tardarse dos o tres días en hacerse la suma! Por tanto, los dirigentes de Unidos
Podemos se conformaron con la suma de Indra a pesar de que debían conocer lo que
había ocurrido el año anterior en Sevilla.

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Y así llegamos a las elecciones del 28 de abril de 2019, donde Indra se lució dando el
siguiente resultado PROVISIONAL:

Como veis el número de escaños de los seis primeros partidos tiene forma de
algoritmo matemático, algo nunca visto en toda la “democracia”. Un algoritmo
matemático la mar de sospechoso, ¿verdad?
Así se lo pareció a VOX, que, invocando el precedente de 2015 (Sevilla), exigió por
boca de su número dos (Ortega Smith) que se realizase el Escrutinio GENERAL… hasta
que, de repente, se mordió la lengua y no volvió a decir nada más sobre el tema.
¿Con quién hablarían los dirigentes de VOX para dejar de exigir el Escrutinio General
de una manera tan repentina? Sea con quien fuere, el partido verde depuso su noble
exigencia y se conformó con la suma de Indra. Pero como no se pudo formar gobierno
se repitieron las elecciones seis meses después, el 10 de noviembre, donde Indra
volvió a torear a todos los españoles con el siguiente resultado PROVISIONAL:

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El número de escaños de los seis primeros partidos volvía a tener forma de
algoritmo matemático. ¡Menudo descaro! A pesar de ello, esta vez VOX no dijo nada,
satisfecho, al parecer, con tener unos cuantos diputados más.
Sin embargo, en el Escrutinio General celebrado a partir del miércoles los resultados
se modificaron un pelín, pues el PP (gracias al voto del extranjero y a un cotejo más
minucioso de las actas) arrebató 1 escaño al PNV en la provincia de Vizcaya al
remontar ciento sesenta y tres votos, 163.
La relación entre el número de escaños de los seis primeros partidos dejó de tener,
por tanto, forma de algoritmo. Pero lo más significativo es que la suma de Indra había
“errado” por 163 votos, ¡pocos!, pero los justos para que el PNV obtuviese un escaño
que en realidad no le correspondía.
Como pudo atestiguar la Asociación Plataforma Elecciones Transparentes (APET),
tampoco se realizó el Escrutinio General en las autonómicas de Vascongadas y Galicia
(2020) ni en las de Cataluña (2021). VOX, ¿por qué no lo denunciaste como sí hiciste en
Sevilla pocos años atrás?
En vista de la corrupta negligencia de todos los grandes partidos y de que como
mera asociación no se podía impugnar las elecciones en caso de que no se realizara la
suma oficial, la APET llegó a un acuerdo puntual con un pequeño partido llamado
UDEC para presentar una lista conjunta a las elecciones autonómicas de Madrid
(2021), donde tampoco se hizo el Escrutinio General.
Testigos del delito, APET-UDEC reclamaron 1º ante la Junta Electoral de Madrid, 2º
ante la Junta Electoral Central, 3º ante el Tribunal Superior de Madrid, 4º ante el
Tribunal Constitucional y 5º ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, ¡y
ninguno de esos organismos quiso ver las pruebas audiovisuales que demostraban que
no se había realizado el Escrutinio General! Es más, a petición de Más Madrid, PP y
VOX condenaron en costas a APET-UDEC por valor de 3000€.
Sin embargo, los socios de la APET no nos rendimos y nos personamos como público
en los Escrutinios Generales de las elecciones autonómicas de Ávila, Sevilla y Granada
de 2022 y en las de Madrid, Toledo y Asturias de 2023, donde tomamos pruebas
audiovisuales de la NO realización de la sumatoria oficial y contemplamos como los
grandes partidos aceptaban los resultados provisionales de Indra.
En fin. El próximo 28 de julio, cinco días después de las elecciones, comenzará el
Escrutinio General en las Juntas Electorales Provinciales. Después de contar el voto del
extranjero deberían hacer la suma/escrutinio tal como establece la LOREG en sus
artículos 103-108.

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Nosotros, los de Elecciones Transparentes, acudiremos como público para ser
testigos de lo que allí suceda y presentar las denuncias oportunas en caso de que no se
realice el Escrutinio General. Y animamos a todos los españoles a hacer lo mismo,
tanto a los que votan como a los abstencionarios, ya que también se roba su NO-voto.
Dado que es un acto público, se pueden hacer grabaciones audiovisuales. Quizá los
magistrados que dirigen el acto no quieran que se les grabe cometiendo un delito, así
que no estaría de más estar preparados para grabar discretamente.
¿Por qué habría de molestarse un ciudadano normal en hacer todo eso si la justicia,
como demuestra la experiencia de la APET, está corrompida y es cómplice del fraude
electoral?
Por varios motivos, principalmente para que prevalezca la justicia y haya unas
elecciones limpias. O, en caso de ser revolucionario, para recopilar las pruebas que
justifiquen un cambio de sistema.
También, si se es un pequeño partido que se presenta a las elecciones, sería bueno
que exigiese la realización del Escrutinio General aunque esté lejos de conseguir
representación parlamentaria: así demostraría al pueblo que no todos los políticos son
tan “despistados” como los grandes partidos.
¿Cómo y dónde debe un partido impugnar los resultados electorales si no se realiza
el Escrutinio General? Ante la Junta Electoral Provincial primero, y ante la Junta
Electoral Central después, según los plazos y procedimientos establecidos por la
LOREG.
Estos plazos son muy cortos (24 horas) por lo que los apoderados de los partidos
que quieran evitar que se dé por válida la suma PROVISIONAL deberán ser muy rápidos
y estar preparados para responder a las excusas que presenten, para empezar, los
miembros de la Junta Electoral Provincial, compuesta casi por los mismos funcionarios
que NO habrán hecho el escrutinio oficial.
Uno de los pretextos que esos funcionarios alegarán para justificar su dejación de
funciones será que los partidos grandes tienen una copia de todas las actas y hacen la
suma de los datos en privado, con sus propios afiliados. ¿Para qué la van a volver a
hacer ellos −los funcionarios del Estado− en público? ¿Y por qué dudar de las cuentas
realizadas por el PP y el PSOE?
Otra de las excusas que suelen presentar los de las Juntas Electorales Provinciales
(JEP) es que sumar los datos de todas las actas de su provincia es una tarea muy
fatigosa (tanto más cuantas más mesas electorales tenga su circunscripción) y que les
resulta imposible introducir en una hoja de cálculo (como Excel) los datos de las actas…
a pesar de que tienen tres días para hacerlo y cobran hasta 4000 euros por ello.

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La tercer excusa más repetida por las JEP es que los magistrados que dirigen los
Escrutinios Generales tienen la potestad de interpretar la Ley Electoral a su gusto,
quedándose con las partes que les interesan y desechando las que no. A lo cual
conviene replicar adjuntando la notificación emitida por la Junta Electoral Central el
10/11/2019, número de expediente 331/248, en la que ésta les recuerda a las Juntas
Electorales Provinciales lo siguiente:
“Los resultados PROVISIONALES facilitados el día de la votación por la
Administración convocante del proceso electoral carecen de toda vigilancia o
supervisión por parte de la Administración Electoral, la cual, aun cuando pueda
servirse de dichos resultados para cotejarlos con los que resulten del escrutinio oficial
que le corresponde hacer, nunca puede sustituirlos, sino que debe realizar su recuento
conforme a las actas proporcionadas por las respectivas mesas electorales”.
Lo malo es que la Junta Electoral Central, si ve que quien reclama es un solo partido
y además pequeño, puede hacer caso omiso a su propio recordatorio como hizo en
2021 cuando el partido UDEC/APET denunció administrativamente que la Junta
Electoral de Madrid no había hecho el Escrutinio General.
Eso no debe hacernos tirar la toalla, sino todo lo contrario: debe motivarnos a
persistir y a sumar apoyos entre la ciudadanía y los partidos pequeños para que los
grandes no monopolicen el poder y el juego electoral sea limpio… o en su defecto para
demostrar que no se realiza la sumatoria oficial y cambiar de sistema.
Ahora bien, ¿cómo hacer una revolución con base en la NO realización del Escrutinio
General? Muy fácil, invocando el artículo 21.3 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, que dice: La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del
poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán
de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro
procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.
Y claro, sin Escrutinio General no hay elecciones autenticas y se puede apelar “al
supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión” recogido en el párrafo
tercero del preámbulo de la DDHH. También al artículo 6 y al 1.2 de la Constitución
Española, que dice: La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan
los poderes del Estado.
En conclusión, revolucionarios y demócratas: ¡Nos vemos en el Escrutinio General!

José Miguel Alvarado


Presidente de la APET

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