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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS INSTITUTO DE ANTROPOLOGIA UNA ARCHIVO PARA LAS CIENCIAS DEL HOMBRE Volumen VII Parte Primera BUENOS AIRES 1956 CULTURA Y CIGLOS CULTURALES ENSAYO DE ETNOLOGIA TEORETICA por MARCELO BORMIDA NarursLeza Y DeFmciéN DE La Ernorocta, Si quisiéramos seguir la costumbre escolar de definir una ciencia en base a la etimologia del término que la designa, entenderfamos por Etnologia al estudio de los %m; un contenido harto vago e im- preciso, pues numerostsimos son los valores seménticos del vocablo griego ! y varios los aspectos bajo los cuales cada uno de estos significa- dos puede ser considerado, Es claro, por otra parte, que no es posible es- tablecer el dmbito y el fin de una ciencia tomando en cuenta un nombre, simple rétulo condicionado siempre a una necesidad de econo- mia de expresién. Dos son Jas condiciones necesarias y suficientes para que un saber sea ciencia y para que perdure como tal en el devenir del pensamiento humano: en primer lugar debe abarcar un sector de Ia realidad cuyos Imites sean definibles con precisién y cuyas partes se hallen vincula- das arménicamente entre s{; ademés poseer una metodologia propia y gnoseolégicamente intachable, La historia demuestra que estas dos condiciones no se llenan en un solo dia y que un saber no puede consti- tuirse en ciencia por un simple acto de voluntad individual: el contenido, el método y, por ende, la definicién de una ciencia’son productos de esa especie de catarsis que la misma sufre en la prolongada lucha por su exis- tencia y por su licitud como saber auténomo. En este proceso dialécti- co se halla el sentido profundo de la historia de la Etnologfa, brillante- mente captado por W. Schmidt en una obra escrita a principios del si- glo*. Nacida como una simple aficién de coleccionistas curiosos, la Et- 1 Raza, multitud, nacién, estirpe, pueblo, casta, etc. * Scmapr, W., Die moderne Ethnologie. L'Ethnologie Moderne, en Anthropos, tomo I, pég, 135-163; 318-387; 593-644; 950-887, Madling bei Wien, 1906. nologia ha ido definténudose de manera cada vez mas clara como da ecien- cia de Is culume, No queremos ocuparnos agut de ka violenta hucha conceptual que se teenad alrededor de los técminos ectrolarias y «ane trapologias ni de sus enfees en las enerientes Mtoséficas em pugna du- yante la segunda mitad del sigts pasado; puntuatizames tan s6lo que el momento més tmpartante del pooceso de formutaciin de Ja Etnolos gla ha side el de av separacién de la Antmpologia, que durante muchos afios se Ie habln wnide estrechamente, amenazando con ahogar au inci- piente autonomia, El peligro que eorrié nuestra ciencia de ser absore bide por la Antoopologéa y redueid? a una simple subdivisin de ésta, etigida orgullosammente en eiencia sintétios del hombre, fisiea y morals mente considerado, se desvanccid com la guichra det pensamiento po sitiviste, Resnbio de esta situneiia es la a Jos «nis pesfector, de lo cinfurjor= a lo «superior, debja neesariamente concluirse que la historia concreto de da eutusre humana eonsistia on la superposiviin en el tiempo de diferentes capas 3 T Tweateap el sis A do) ala 5 — 3 cpg s = al ete2 > notte eb : al rig = culturates, constituidas cada wua por un patrimonio de invenciones con un grado de de los bienes que aparecen objetivaments reunides en patriuonjos, Es nifis, afirma que los phyla de los bienes tomaos individualmente son mucho mas complejos de to que suponia el evolucionisme, que hi upre- cincién del grado de perfeceién de una invencién es paraniente subjeti- vo¥ que su valor cronalégica es ilusorin, Dentro de la corrieate histérica, ta Escuela Histérioocultural ge earacteriza por utilizar, coma medio de investigncién (y tambitu co- wo fin), el cielo cultural, Si bion Schmidt atirma que el cielo es tan sb Jo una parle def armozém tedrico de ta Escucla y no ya su «conditic sine qua none % no cabe duda que, en la praetica, todo su trabajo gira al rededar de este concepts, Ex ercvo eyLruRaL EN SUS pos GaneNE: gorkas esone fa sociedad, tances «ciclo cultucals pues, Cuando un complejo cultural Inctuye # tox ciales de da cultura humana, la ergologia, costumbres 'y Ja religifn, se lo denomina miranda sobre si mismo como en un chroulo, se basta a sf mismo y con esto asegura también su estado tudeperdionter *. Concretamente, ol ciclo es un stipe de civijizacléns, carnctertzado por un patrimonis de~ terminado ¢ «integral», originado en alguna, parte del ecamene y difun~ dide luego en ua dren mds o menos vesta del mundo, Por fa transfor~ macién de unos pocos cicls primitives se habrian originada les ciclos 8 Ce! * Lo admite tombitn Binsulti, » pesar de su posiciém algo escéptica con eespectn nos resultados de la exewota « . che si deve considerare come unica tentative —ed Petal un tentative in molte parti riuseito— di classificare com uu eriterio al temipn stesso storico © genealagien, le phi antiche culture sopravissute nell'umasits @tiua- les, Beasurty IR Rare e Popolé delle Terra, tome f, pp. 536-532, Torin, 941. * Scnmrey, W.. Pte Gultere Mislorieal Mellie of Etheantors, whe 113, New York, 1930, * Seams, Wis ap. cf. pig. 176. 10 PERO hes qepocmimaumy. ¥ te Me eae dos los demas. Naturelmente, lus relyciones filétieas de tos eielos no son postuladas uriginatio y que este procedsy es una apli+ cactin legitima del conrepto misino de ciclo ea su orden metodoligica. Jas diffeil resultaria conlester a Locks laa yuriantes de nna objecién que circula eu ta Hiteratura adversa a ja Eseuely Histévicoeulturel y gue se misme de! ciclo, Dice Biasutti sintetizando estas erf- icoeritural da a veoes la impeesién de querer iderar los niclos esmo éreaciones de por st, jumutebles en an vida, lye por mezclas o eruzamivites. Semejante cancepeién no es tan sdlo jtiovelucionisla sing también antihistéricas mencjonamos una de L ejemplo— sin siquiern hal gumentaciin podria rebate neramente en Ocvaufa, pues allt es donde eo la eseuri a Escuela Histé Gnaennen, F. op, ells, phe H¢, LavsosaBasmarn. 2, Origin « dijfavione delle civiftth, pig. 2: Yer el capitate ¢ de te pate {, «Moscanisno attfuscrig delle cultust " Lowre, R., Prefacia de la eiciia feericsu de non erano che tante tribt,.. ¢ eoreary pertanto di reestruire te rivill& di ogui singalo groppe di tet venute a formare la nazione latina, quella grea @ cost via: e fra Ie varia civilta cost ottenute potreno in seguito scoprite delle cxisoides... paralle te a quelle cho per i dialetti enna, ke isoglosse> *, Claro est que la inves- st etaoldgica tiene ann madurea muy inferior a Ia wleansada por la Lingiiistica ; nuestra ciencia no ha agotado ade fa fase puramente com. parativa, etapa que In Indocuropeistica ya habla completada, en sa lineas generales, eon las obras de Bopp, escritas gn ef segunda decento dal siglo pasado, De ali qne la Etnologia enfrente « menudg los problos foas de la reconstruecién y de la fildtiea de los eictos sin tener wna hase suficiente en Ing hechos vemparatives fundamentales, Admitida la legitimidad de este éraslado de conceptos veamos las posihilidades que oftece para una revisidcr conceptual del ciclo, tanto en su orden de existenria como en al de métods, En te que eancierne al primero las eenelusiones ee derivan directamente de los resultados de la eritiaa al indoguropes umnitario expuesios ards arrtha, o de sus core larins Inmediatos, a} En et 1) Cieles culturales eonceetos y wnitarios coma los expy la Escuela Histicicarultural elisiea no han existido jamés. den de exisleneic, stos por Un ciclo es Menomn, 0. F. Aw Die Tumbokullur am Unlern Kongo und ster roestaftika- divcter Kuiturkreis, oo Anthropes, toma XX, pig. 54% Micibing bed Wien, 1923. EV Suter ha Viele ® sostener asta ponespts muy resientemante ev sy couteitaxcidn 8 «His toria Mundi» dirigida por P. Bern: Urgeschichtliche Grundfragen, pp. 249-213, Bern, w52 Posant, Vig fntrodusions linguéetica irederteapoa, pp. 40-41, Torino, 1988, 19 tan solo un sistema de isoidas que expresa un etipo de civilizaciém: ubs- tracto, reflejo subjetivo de un conjunto cultural polimorfo, La mealidad que Vislumbramcs @ través de este reflejo debié ser un complejo de cul- turas elernentales, vinculadas en mayor o menor grado, que existié du- rantecieria época, mis omenos remota, en unt rea conereta. La compa~ racién de fas culturas actuales que se originavon de ese conyplejo culia- yal nos proporciona entonces una abstmeciin motadoliies (pera 10 ideal, en el sentido de Siehers, Undeo medio para captar una realidad comploja que de ninguna otra manera podrfames exprosar ni jnvestigar, 2) La consistencia del ciclo cultural asf concebide @s la, resnilante provisional del estado actual de nuestros eanoeimiettos, pues se basa en tas calturas clementales que hasta abova canacomos y en cuanto Ins heines tomade en eonsideracién en nuestra labor comparativa, Es po- sible. y probable, que estudios mis profundizades de la Etriologia de cada continente perfeccianen o Lransformen nuestros acLuales sistemas de isoidas mundiales; como tambiée es probable que Je desaparicién de importantes nifcleas Izamnos en el curso de fe peehistoria condene a algunos s#ttemas @ quedar pera siempre en wn estado fragmeniaria, El ciclo euliaral ps entuswet la expre neeimiento in de un esfade momentdnen del co- os, en exda iomento, ef producto del devenir de acieneia étnolégivca, 8 consideromes, por ejeraplo, eb Ciclo de las Daw Cl 08 factible que e/ sistoma dv isoidas que actualmente lo expresa se ver modificada natablemerte al tomarse en consideracién Jas cultures ame- rigunns que le pe 3) Una wnidad cultural, regional @ coutineatal, subordinada al ciclo eullural que integra, campocy refleja una realidad concreta y unitarin, es decir una eujlura madre secundaria, andloga al prologerndnica o al pratoeslave on el indorurapee: es tan s6lo un sistema de isofdas mifis especializado, puesto que incluye iseidas que estuvieron difundidas tini- camente en es¢ particular conjunta de culturas que-originé les culturas: elomentales yeunidas en esa unidad secundarie. Ejemplificando on on ® eben consideraree perlenecientes oJ Ciclo de las Toa Clases las oulturms de vasto gmmpo Ge del Planatte brasttetto, Crecmot hmberlo dermostrado et que te balla er curse ale publicaciin. (Exantogta de ine Ge-Tapteya), En este excri se sustiens que les grupos de lengua Ge-propia, (es decir fox qur baw quedado coma Perteaeciontes « esta fh luego de tas investjgveianes de Loukutka} m0 spt yu be trab 8 y eumidares eomo se auricailtores primitives de Lu~ tulos, dotodos ademas de un Ikoport re de tas Dos tlases, tafes-como: dns ity torn, sepuleern arquizwdies, dereebo etasde varotitsy fens 5 eh ext) hombre caso concrete, poderos afirmar que munca existid una cultura unitari: (Semito-Hamita), de la que se originaron las culturas de los Seniitas y de los Hamitas a nvanera de ua érbol zenea- Tégico; existié iinicamente un sisterna de isoidas difundidas en un cone plejo ya heterogsnee de onlturas del que se origitaron esas culturas hise Larieas. 4) Cusndo la comparaciin ecuménica Mega a esiablecer uaa soi da valida para todo un ciclo y que se podria ateibuir por lo tanto a la época en que sus enltucas originarias vivian atin contiguas en el terri- torio primitiva, 8 posible que este bien no haya existide en lode eflas, De elif que ro siempre necesitemos pensar que geupus cullucales actua- les de grom extensiéa que no lo poseen, to bayan perdiday podria inter pretacse esta falta como consecueneia de habersa origiaods esos grapos a representa una determinada leoida; 0 su auseneia; 1, drea originaria dei ciclo eon gus culturas elementalgs: 2, 27 2", tas culturas to cuales del cfelo, laz dos primeras fsolda s, Ia otra ain esta lsoida de aquellas culturas originarias que Lampoco to posefan, cultures que el estudio comparative es y seri sieapre impotente para discriminar tlie. 2). A la inversn, determinadas bienes pueden haber existido tan s6to posthitidad que indu- en algunas de las evlturas eriginaria te um cic 24 ee a pensar que Po stempre un biew limitade a un grupo de sus culluras seluoles sea posterior.» la épeca ova funilin y esa religién, quedamdo subentendide par cierto. que nuestra afitmacién vale en el estado actual de nuestros eenocimien- tos y quo Ta naturateza misma del cleo, coma constrmccin subjetiva, ycomo fin de Je javestigncidu, permitira afirmaciones cada vex mils apro ximadas @ la realidad, Las ventajas de esta posicién podrisy parecer ifs formales que substanctales, pero no es ast; tras dg ellas est la con ciencia de copter, con una afirmacién absoluta, una caracteristica esen- cial de an tipo de civilizacién y un ya de constrair un ideal epistemol gico a [a manera de Sisher, Clara estd que, en muchos casos, tendremigs que reductr In Hista de las isoidas realmente siguificatives de wn ciclo mundial, pero habremos ganado en claridad y exactitud, En un aspecto més especial, la houelogaciéw del ci la lengua madre de una gran fam 4 nos permite aplirar a fa Etnologta algunas teorlas y métodos espectates que han sido élabo- rados en las distintas remas de ta Glofologta: aaf Ia Leorfa de fas ondas y fos procedimientos de ta lingitfstica espacial de Bartoli, te primera fo cultural a ® Los prinetptos tddlecs do In Linguistica capscial hax sido resumtttos por ef Thismo Birtoli oa su contribucién a Race e Papoll delle Terra, of, pp. 320-346, alll expresa by pusthilidad de su aplicacién a las inveneiones, Las tranccrihimas para que el lector purda Jurgar por ai mismo: 1 Norur del dre menos expuetia, Si ste dow faves una se encventra en-un free gue sea u cya side snenos expursta u las camunicaeiones que ol érua de la otra fase, lin fase det Grea menos expuesta ex ia mis andigern, 2) Norma de lus drear talerales. S¢ de dos fases cronoldgicas una se encuentra —o 8g hy encattrads— en inlormodias u wits, dn faze de das direas tateraies ex nurmatmente in mobs antignsa 5 Norma del drem mayor, Si dos ge reas La una es —o he sido— mucho mmyor, es decir mis extendids «que la otra, (a fase difandisin en el dren mayor e2 wormalaeale dar mds aniligar. reas Interales y la atta en Ace 26 nos ayuderia a interpreter Ins fendmencs de difusida cultural y [6 sig- nificacién de les Sear conservativas, toto en un terrilorto: eultursi- monte hemogénes ewanto en uno en el que intemiencn varies cictos, Tes seguades permilirian averiguar In auligiiedad rcletiva de las dis- tintas variantes de une invenrién en un dvea homegénes, Nevaindonos a descubrir sus modalidades arcaicas y aeercindongs de esta manera a las iseidas bésicas det ciclo que estediamos. Todas estas cuestiones entran ya de Meno en el terrena metodeligice y ne es nuestra intenciée ocupamnes de ellos en este lug Antes de poner fin a estas puntualizarioues acerca de Etnologia teorética, nos sentimes en la obligacién de contestar a una pregnnta qué habré surgidn seguramente en el ditime del lector no expecializado, tal vex preseupado por lo sutil y complejo da nuestros planteamfentos. eA qué tantos esfuerros! Qué quiere ser lx Etaologla en et conjusto del saber bumagn? (Cual es su valor y qué contvibucién podemes espe~ sag de elln pars el conoeimiento del mondo del Espiritu? Ea verdad, “nadie qua leaga su niente formada en las disciplinas hist6ricas diseute hoy la importaneia de to cultural en ta vida det hombre y et més ingenuo porifea de ana libertad individual de corte iluminista no pwede menos que tomarla en considgracién. ET hombre es hombre en cuanto 9 cree- dor y asimilador de cultura; extegeiin becha por to biolégico, todo su contenida espiritual es, directa 0 indirectamente, cultura, Las occiones humonas se balla todas inspiradss, dirigidas © Timitadas por la eulta- ra; el hambre vive come sumergido en sy mundo cultural y en 6 pare itenta ovadir de este pun ledadl, tarvbign Gl eneuentra eu paxde de evistir, aun coands. doy 2 colgca eu una aotitud de pegacién frente a } 23 su eullura que, come modelo antitética, encauza su rebelién. Pera In Einologia, aun no abdicando de sus plenos derechos en et terreno de las allas culturas y, en consecuencia, en auestra propia, por una Kita divisi6n d2 Wrabajo con las otras camas de la Historia, se ocu- gu principalmente de Iss culture primitivas, En consecuearia, todas ior conaerea nermutmeente ta fas F de dos [uses ntestizuadax ea ¢l pasado una ra, In fsee dovsaparecida o menos vite et nore 4) Norma def dren sertor EP deen se Norma de ta fase teempareciale, 5 hha desaparéeido, 0.65 mengs vital, que La malmerde fg mis antigua, La aplicacién de tos prinefptos de Bartoli s ts Ltugitisticn poete veree en la eoler= cit se trabajos: Danzous, M., Saggi di (ingeeistica epazénie, Toriun, 1943. En ta Et pologia, las ormas espaciales no han sido aplicadas metédieamente y las tentn. divas de waa cronglogia celativa sobre bases espaciales herha por Kroeber y por la Escuela Historicotultiral dejan muche aug descar. las preguntas del lector pueden condensarse en una sola: ¢Qué impor- tancia tiene el estudio de los «tipos de civilizacién» primitivos para el conocimiento de la humanidad toda? Es cosa sabida que el papel de los primitivos en Ia Historia propiamente dicha es insignificante y pasi- yo; su choque con Ia cultura occidental se resuelve en episodios margi- nales, especies de epifendmenos de la Historia, que pueden tener, como mucho, un interés afectivo y que terminan siempre en su corrupeién y su muerte como sociedades autonémas. Pero de toda otra jerarquia es su interés en el fnbito de la Prehistoria; reliquias de momentos supe- rados del devenir general del Espiritu, las culturas primitivas nos per- miten penetrar a fondo en el mundo espiritual del hombre prehistérico, del que la Arqueologia, de por si sola no nos brinda m4s que un pano- rama fragmentario y muchas veces hipotético. Cada una de ellas ¢s el eco de una época remota de la humanidad, que es peldaiio obligado de nuestra propia cultura, de nuestra. orgullosa civilizacién del siglo XX. En este sentido la Etnologia tiene amplios contactos con la Prehistoria general y casi se identifica con ella. Esta visién en perspectiva de la huma- nidad actual que aun resiste o resistia hasta hace poco liempo a nuestra civilizacién agresiva y dominadora, nos permite descubrir e interpretar el proceso causal de os hechos cuiturales, incluso Jos muestros, los cua- Jes, @ la luz de la historia més remota, nos revelan su sentido més inti- mo. Tan sélo puede reconocerse al hombre a través de toda la hume- nidad, considerada en todas sus diferencias en el espacio y a lo largo del tiempo. La Etnologia se oftece para resolver las nueve décimas de esta tarea. Afirma Croce, criticando a ta Prehistoria como cieneia, que tan s6lo podria. hacerse ingresar a la Historia un pueblo conocido a tra- vés de sus restos arqueolégicos cuando el investigador consiga identi- ficarse con el espfritu de un hombre de ese pueblo: identifiencién que, por supuesto, debe ser de raz6n y no de fantasia ®, La Etnologfa histé- ica pretende poder realizar este cometido; el etnélogo piensa poder iden- tificarse con el mundo espivitual del pigmeo, del cazador australian o del nayewante de Polinesia -y, a través de estos mundos tan distintos, conocer al suyo propio, que es el mundo de sn cultura. Asf entendida, la Etnojogia bien puede ambicionar ser parte esencial de un humanismo integral. ® Croce, B., Teoria e storia della storiografia, Bari, 1917, pag. 119. «Volete in- tendere la storia vere di un neolitico ligure o siculo? Cercate anzitutto, se vi & possibile, di rifarvimentalmente neolitico ligure o ciculo; ¢ se non vi & possibile, © non v'importa, contentateyi di descrivere e classificare e disporre in serie i erani, sli utensili ¢ i graffiti che si sono rinvenuti, appertenenti a quei neolitic. 28

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