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El tercer mandamiento requiere que los fieles santifiquen los días de fiesta como los domingos asistiendo devotamente a misa y evitando trabajar u otras actividades seculares. El cuarto mandamiento ordena que los hijos amen, respeten y obedezcan a sus padres y superiores, y que no los ofendan ni desobedezcan.
El tercer mandamiento requiere que los fieles santifiquen los días de fiesta como los domingos asistiendo devotamente a misa y evitando trabajar u otras actividades seculares. El cuarto mandamiento ordena que los hijos amen, respeten y obedezcan a sus padres y superiores, y que no los ofendan ni desobedezcan.
El tercer mandamiento requiere que los fieles santifiquen los días de fiesta como los domingos asistiendo devotamente a misa y evitando trabajar u otras actividades seculares. El cuarto mandamiento ordena que los hijos amen, respeten y obedezcan a sus padres y superiores, y que no los ofendan ni desobedezcan.
TERCER MANDAMIENTO El tercer mandamiento es el último de los tres que son deberes hacía con Dios: Santificarás las fiestas Lo que nos manda: Lo que nos pide el tercer mandamiento es que nos acordemos de santificar las fiestas y nos manda honrar a Dios en todos los días de fiesta con actos de culto externo. Los días de fiesta son los domingos y todas aquellas festividades establecidas por la Santa Iglesia. En esos días lo que debemos hacer, es asistir devotamente a la Santa Misa. Lo que nos prohíbe: El tercer mandamiento nos prohíbe trabajar en los días de fiesta para que ese día le dediquemos tiempo a Dios y además podamos disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos. Lo que podemos hacer como práctica: Los domingos y fiestas de guardar ir siempre a Misa entera y evitar las malas diversiones. CUARTO MANDAMIENTO El cuarto mandamiento es el primero de los siete que son deberes hacia el prójimo: Honrarás a tu padre y a tu madre. Lo que nos manda: Lo que nos pide el cuarto mandamiento es que amemos, respetemos, obedezcamos y socorramos a nuestros padres. Además de padre y madre, este mandamiento también incluye a nuestros superiores, a quienes, por lo mismo, les debemos respeto y obediencia. Lo que nos prohíbe: El cuarto mandamiento nos prohíbe ofender a los padres y superiores y desobedecerles. Lo que podemos hacer como práctica: Obedecer y respetar a los padres y superiores tratando de agradarles en todo lo que se pueda.