Capitulo 1
“4Qué d*monios estas haciendo aqui,
Desmond?”, pregunté con mi voz seria. “zC-
Como ingresaste a mi departamento?", entré en
panico y mi voz comenz6 a temblar porque
estaba segura de que habia cerrado la puerta
con llave.
éCémo d*ablos la abrid?
Desmond sonrié, pero no de forma genuina y
reconfortante, sino de una que me provocaba
escalofrios en todo el cuerpo.
“He venido a buscarte ati y a... nuestro
pequefio Sander, serafin", dijo con su voz ronca
mientras avanzaba hacia mi.
Evité reaccionar cuando me llamé serafin, pero
por dentro mi corazon se habia partido en
pedazos en el momento que lo escuché decir el
nombre de nuestro hijo. “zDe qué d*monios
estas hablando?”, le pregunté mientras me
hacia la loca.
Hice de todo para ocultarlo de su padre, por lo
que pensé que no habia forma de que Desmond
supiera que teniamos un hijo.
Se detuvo a unos metros de mi e hizo una
expresién burlona. “Ya veo, zacaso pretendes
jugar conmigo como antes, Serafina?". Inclind
un poco su cabeza y luego siguid acercandose.
Con cada paso que daba me ponia mas ansiosa.El poder que tenia como el Alfa me hacia
temblar a pesar de que alguna vez fui la Luna de
la manada en Ja que reinaba Desmond.
“jNo te me acerques, Desmond!", grité mientras
cerraba las manos y retrocedia un poco. Ya que
él habia bloqueado la puerta, solo debia esperar
el momento perfecto para escapar por la
ventana.
Una vez que estuviera fuera de peligro, iria a
Niscia para llevarme a Sander y evitar que
Desmond diera con él.
iSimplemente no podian encontrarse!
Oe otro modo, Desmond haria todo lo que
estuviera a su alcance como marqués de
Blackmont para quitarme a mi hijo. Yo sabia
cuanto poder tenia, por eso preferia evitar
cualquier discusi6n con él.
“Vuelve a mi, Serafina”. Me ofrecié su mano a
pesar de estar tan cerca de mi. Tenia una
expresién tan calmada que hizo que se me
acelere el corazon. “Vuelve a mi y empecemos
de nuevo... con nuestro hijo”.
No podia creer que lo habia dicho. gEmpezar de
nuevo? ZY luego qué? ;Debia esperar a que me
traicione otra vez? ;De ninguna manera!
“iYa quisieras!". Le di la espalda y corri hacia la
ventana.
Estaba a punto de saltar cuando me tomé de la
cintura. Luego, en un abrir y cerrar de ojos, sentique mi espalda chocaba contra la pared que
estaba al lado de la ventana por la que planeaba
escapar.
Grité del dolor antes de lanzarle una mirada a
ese b*stardo que sonreia descaradamente.
Entonces, me di cuenta de que él tenia mis
manos contra la pared. La parte inferior de su
cuerpo estaba bloqueando mi cintura para que
no pudiera moverme.
“iDesmond! jLibérame en este instante!", grité e
intenté liberarme.
“:De verdad creiste que dejaria que mi Luna se
escapara de mi otra vez?”. Intenté provocarme
con su sonrisa mientras acercaba su rostro al
mio.
Logré distinguir su aroma, con lo que pude
rememorar los tiempos en los que soliamos ser
pareja. Olia a una combinacion de citricos,
naranja y cedro. Era tan cautivador que hizo que
mi lobo y yo nos obsesionaramos con él.
Desmond sabia muy bien que una de mis
debilidades era su olor masculino.
El sabia perfectamente lo que estaba haciendo
y su tonta sonrisa empezaba a molestarme.
M‘idito sea este hombre...
Lo m*ldigo por saber !o que esta haciendo.
Me estremeci cuando su nariz roz6 mi piel. “Asi
es... Aun adoras mi olor, serafin", susurré en mi
oido. “Y todavia me encanta tu aroma floral deiris blanco y peonias frescas”.
“Suéltame”, dije en un intento por ignorar sus
palabras, las cuales me estaban haciendo
perder la cabeza.
Desmond me miré y una sonrisa picara se
dibujé en su rostro.
"Ni lo suefies. No permitiré que vuelvas a
engafiarme, Serafina, Te has escapado de mi
una vez, pero esto no volvera a ocurrir. Te
prometo en el nombre de la Diosa de la Luna
que nunca te dejaré ir, incluso si ruegas y
lloras".
“iComo si fuera a rogarte!", grufii.
Mis ojos se abrieron de par en par y jadeé
cuando sus labios rozaron mi oreja. “No te
preocupes, mi querida Luna. Solo hay una forma
en la que puedo hacer que me ruegues”.
Mi coraz6n se detuvo ante sus palabras, pues
su susurro prometia algo tan oscuro y familiar.
*“Sigue sofando, c*bron...", le dije. Mi cuerpo se
estremecia y no podia evitar sentirme exc*tada
en ese momento mientras me besaba una y otra
vez en el cuello.
«Querida Diosa de la Luna... gPor qué estoy
disfrutando esto?»
"Quizas ahora estés diciendo eso, pero sé que
pronto estaras rogandome que te f*lle hasta
que no puedas moverte mas. Esa es una
promesa, Serafina Beryl-Verlice, mi Luna yCapitulo 2
“Serafina, permiteme explicarte, por favor...",
suplicéd Desmond mientras camindbamos
tranquilamente hacia nuestra habitacion
después de que él regresara de asistir a la
despedida de soltero del conde Jacob Urba.
“No es lo que piensas...”.
Silencié de una bofetada a mi pareja, quien a la
vez era mi esposo. “De verdad quieres
explicarme qué pasé después de haberte
atrapado?", pregunté dulcemente.
Desmond se puso palido al ver lo frio que me
estaba comportando mientras sonreia
alegremente. Yo podia sentir las emociones que
él sentia en este momento debido a que nos
habiamos marcado el uno al otro, por lo que
sabia que él se sentia perdido y asustado por la
forma en la que yo estaba actuando, mientras
que él sabia que yo me sentia herida.
“Asi es, mejor cierra la boca”, dije con una
sonrisa falsa.
Cuando llegué a nuestra habitacioén, me
sorprendi cuando Desmond me abrazo por
detras y su rostro se enterré en mi cabello.
Eso hizo que me doliera el corazon y que mis
lagrimas comenzaran a brotar. Mi lobo y yo
estdbamos aullando de dolor.
"Serafin... sé que te he lastimado... Por favor...Por favor, perdéname...”.
Sonrei amargamente al escucharlo. Serafin...
Esa era la forma en la que él me llamaba con
carifio porque pensaba que Seraphina venia de
serafin, un tipo de ser celestial.
Mientras que yo solia llamarlo... Canela, porque
era esencial en mi vida. A pesar de qué era
conocido como un gobernante despiadado,
siempre se veia encantador cuando le hablaba y
solia actuar como un gatito cada vez que lo
llamaba por su apodo.
Pero en este momento, tan solo recordar esos
apodos que teniamos el uno para el otro, me
hacia sentir dolor.
Desmond entendia lo que yo estaba sintiendo,
ya que su abrazo se hizo mas fuerte y me
estrujé el corazon.
"Serafin... Seraphina... Por favor, perdéname...
No me dejes... No puedo darme el lujo de no
estar contigo”. Su voz se quebro.
Yo podia sentir que él también estaba sufriendo,
pero no podia pasar por alto el hecho de que lo
habia encontrado durmiendo con una...
cortesana. Eso era lo que ocurria cuando bebia
con ellas. De haber sabido que eso ibaa
suceder, no le hubiera permitido ir ala
despedida de soltero del conde Urba.
“zTe acostaste con ella porque hasta ahora no
he podido tener un hijo?”, pregunté en agonia.En ese momento, me di cuenta de que habian
pasado cinco afios desde que nos Casamos y no
habia logrado quedar embarazada. Aun asi,
Desmond nunca me traté mal por ello y me
aseguraba que, en lugar de preocuparnos,
debiamos disfrutar de nuestra vida juntos, lo
cual me hacia sentir que habia encontrado a
alguien que me comprendia.
Sin embargo, esa debia ser la razon por la cual
se acosté con una pr*stituta.
Desmond me dio la vuelta y pude ver sus ojos
llorosos antes de que me respondiera
horrorizado, “jclaro que no! Eso no es cierto...
Alguien us6 un afrodisiaco que me hizo creer
que esa mujer eras tu. En ese momento solo
podia pensar en ti, debes creerme”. Entonces
se arrodillé, me abrazo de la cintura y continuo.
“Por favor, no me dejes. No puedo vivir sin ti,
Serafina. Te lo ruego...”.
Lo miré fijamente sin moverme ni un centimetro.
Solo mirarlo en este momento hacia que se me
revolviera el estmago. Podia sentir que el! odio
puro comenzaba a florecer en mi corazon.
Incluso mi lobo se sintié abatido cuando nos
enteramos de lo que pasd. Nos rompio el
corazon a ambos...
éPodria volver a confiar en él?
éPodria?
éPodria perdonarlo?Volvi a la realidad cuando Desmond se
encontraba sollozando mientras me rogaba con
sus ojos completamente rojos.
“Una oportunidad, serafin... Por favor, solo
dame una oportunidad, Seraphina. Te
demostraré que...”.
“Desmond, no me iré a ningun lado”, le dije
mientras acariciaba su cabello. “;Acaso no
recuerdas que uno de mis votos era que seria
capaz de perdonar?”. El asintid. “Pero solo lo
haré una vez. Si esto vuelve a suceder, me
divorciaré de ti y nada de lo que digas me hara
cambiar de parecer. gQued6 claro, canela?",
dije de forma dulce pero amenazante.
Desmond tragé saliva y asintid. Su mirada se
ilumindé cuando tomdé mis manos y las llevd a sus
labios para adorarme como una diosa.
‘Si! jGracias, serafin!". Se puso de pie y me
abrazo tan fuerte como pudo.
Hice mi mejor esfuerzo para olvidar lo que habia
visto en ese momento, realmente lo hice. Pero
hubo momentos en que no queria que se
acercara a mi porque cada vez que veia sus
grandes manos callosas, solo podia recordar
cémo acariciaba a otra mujer que claramente no
era yo.
Desmond se dio cuenta de que estaba
empezando a distanciarme de él en las ultimas
semanas, Ni siquiera podia permitir que mebesara en los labios porque solo recordaria que
beso y pasd la lengua por el cuerpo de esa
cortesana. Hice todo lo posible para evitar
cualquier clase de contacto fisico con él.
Incluso pensar en hacer el amor... simplemente
ya no me podia podia sentir exc*tada cuando él
me tocaba. Fue por eso que terminamos
durmiendo sin mirarnos. O mas probablemente,
era yo quien no estaba de humor para hacer el
amor con él.
“No puedo... Lo siento...”, dije e inmediatamente
le di la espalda mientras cubria mi cuerpo
desnudo bajo las sabanas.
Lo escuché suspirar. Desmond sabia que
todavia estaba molesta por lo que habia
sucedido y él no podia decirme que
simplemente debia olvidarlo, pero no habia
forma de que pudiera hacerlo
“;A-Al menos puedo abrazarte?”, me preguntd.
Podia escuchar cémo su voz se quebraba del
dolor y ya no sentia aquel entusiasmo con el
que solia hablarme antes de irnos a dormir.
“Estoy muy cansada, as/ que mejor duérmete de
una vez.", le dije con frialdad. Su pregunta me
habia hecho sentir muy incémoda.
“Serafina...”.
“iEstoy cansada!", dije enojada y volteé para
mirarlo. “jgAcaso no puedes notarlo,
Desmond?!".Qued6 boquiabierto ante mi repentino arrebato.
Se recompuso, aparté la mirada de mi y me
dijo, “E-entiendo. Perdéname por hacerte sentir
incémoda...”.
Exhalé bruscamente y le di la espalda, pero me
sentia culpable por la forma en que actué.
Simplemente no pude evitar estallar porque mi
lobo y yo no podiamos seguir adelante con lo
que paso.
Ya no podia contarle
mis trastornados pensamientos a Desmond
porque sentia que... él no seria capaz de
entender mis sentimientos.
Desde ese entonces, él y yo comenzamos a
distanciarnos el uno del otro. El empezaba a
perder la paciencia rapidamente y los miembros
de mi manada tuvieron que rogarme que lo
detuviera de castigar severamente a algunos de
ellos.
“Luna, por favor... Alfa es incontrolable”, dijo
una de las esposas mientras se arrodillaba ante
mi.
Otra de ellas se puso a llorar y me dijo, “Luna...
Mi esposo no hizo nada como para que lo
castiquen. El solo hizo su trabajo como siempre
lo habia hecho, pero el Alfa... El Alfa Desmond
por alguna razon ordend a sus guardias que lo
llevaran a prision...”.
“Luna... Por favor, haz algo. Tengo miedo deque el Alfa mate a mi pareja... jPor favor!".
Me pellizqué la nariz mientras suspiraba antes
de asentir. “Vamos", dije para poder calmarlas.
Necesitaba resolver este problema lo antes
posible.
Fuimos a la prisién y cuando llegamos noté un
fuerte olor a metal oxidado, Poco después, me
di cuenta de que en realidad olia a sangre
fresca...
Desmond parecia estar sorprendido cuando me
vio y noté que sus manos estaban manchadas
con sangre. Escuché como las mujeres se
horrorizaban detras de mi.
“sQué d*monios le estas haciendo a los
miembros de tu manada, Desmond?", pregunté
seriamente.
Su expresién se suaviz6 por un momento antes
de cambiar a una mas firme. “Educandolos".
Levanté una ceja y dije, “zCdamo los estas
educando? ;No puedes ver que estas mujeres
estan preocupadas por ellos?”.
Desmond miré detras de mi y su rostro se
ascurecid. Podia sentir que ellas estaban
asustadas.
“;Detente!", Levanté la voz para que se volteara
averme. Lo miré con los ojos entrecerrados e
inmediatamente di un paso hacia adelante de
forma desafiante antes de tomarlo del cuello."Hazlo otra vez", amenacé a mi esposo. “Hazlo
otra vez, Desmond. Te reto”.
Entrecerré sus ojos color ambar hacia mi. Me di
cuenta de que estaba molesto conmigo
basandome en las emociones que senti cuando
nos marcamos. Desmond me conocia muy bien
y sabia que yo no me echaria hacia atras tan
facilmente mientras él actuaba como un Alfa
irracional.
El exhalé bruscamente. “Déjenlos ir”, ordend
con frialdad mientras miraba directamente a mis
ojos azules.
Solté su cuello e inmediatamente sefialé hacia
afuera. “Ahora vete de aqui", le dije.
Grufié suavemente. “No me digas qué hacer,
Seraphina...”.
“Te digo qué hacer cuando yo quiera. Sal de
esta prisién antes de que haya mas
derramamiento de sangre. Ahora”, respondi,
sefialando la salida.
Desmond intent6 abrir la boca para replicarme,
pero se detuvo y me dio la espalda. Me quedé
viéndolo por un momento antes de mirar a los
guardias, quienes rapidamente se enderezaron
cuando los vi.
“Inférmenme si Desmond comienza a actuar
como un lunatico otra vez, gentendido?",
pregunté con firmeza.
Los miembros de la manada Rising Diamondsabian que a quien debian temerle no era al
Alfa, sino a la Luna, quien era muy escalofriante
cuando se enfadaba. Incluso Desmond sabia
que debia dejar de comportarse como un
lunatico cuando ella aparecia.
Era por eso que los miembros de mi manada me
tenian un gran respeto como su Luna, porque
podia domar a su Alfa a pesar de que era una
rebelde antes de conocer a Desmond.
Ellos inclinaron sus cabezas y dijeron al unisono,
“Si, Luna. Como usted ordene”.
Asenti y fui a la celda donde las mujeres
estaban atendiendo a sus esposos. Me relajé y
suspiré antes de acercarme a ellos. “Ya
convoqué a Anderson para que viniera aqui”.
Refiriéndome al médico de nuestra manada.
“Descuiden, una vez que tengan el antidoto,
solo necesitaran reposar en cama", dije en voz
baja.
“Gracias, Luna”, respondieron las esposas
mientras asentian.
Antes de salir de la prisidn, decidi esperar la
llegada de Anderson para asegurarme de que
se les proporcionaria suficiente antidoto para el
acénito.
"¢Sigue afuera?", le pregunté a Anderson
después de despedirme de las parejas.
El no estaba seguro si responderme, pero luegoasintié con la cabeza. “Si, Luna”, respondio.
*Estaba hablando con Beta Harvey y Beta
Oakley antes de que viniera aqui”.
“Ya veo. Entonces, procedo a retirarme”.
Anderson incliné su cabeza ante mi. “Si, Luna”.
Sabia que Desmond no se iria tan facilmente,
sino que me esperaria hasta que saliera.
incluso le pidié a sus dos Betas que vinieran
solo para poder esperarme. Si, Desmond tiene
dos Betas.
Cuando el Alfa rey Azarius qued6 impresionado
con la contribucién de Desmond en la guerra
rebelde hacia diez afios, le otorgé un titulo
nobiliario y una propiedad donde podia empezar
su propia manada.
Nos conocimos durante la guerra cuando uno
de los lideres rebeldes me habia capturado.
Desmond me ayud6 y me salvo. Ese fue el
momento en que nos dimos cuenta de que
éramos el uno para el otro. Ademas, yo era la
Unica que podia domarlo cada vez que actuaba
de manera despiadada.
Nuestro vinculo de pareja pas6 por altibajos
antes de que finalmente nos casaramos y me
convirtiera en la Luna de la manada Rising
Diamond.
En ese momento, Desmond decidié tener dos
Betas y tres Gammas que lo ayudarian a
manejar los asuntos de la manada.Pude ver a los tres en el momento en que sali de
la prisién. Desmond inmediatamente mird hacia
mi direccidn y los dos betas agacharon sus
cabezas ante mi.
Aunque seguia molesta por lo que paso hace
semanas, no podia negar el hecho de que
Desmond era el Unico que podia hacer que mi
corazon se acelerara, pero inmediatamente
desvié mi mirada cuando la imagen de él
durmiendo con esa cortesana aparecié en mi
mente.
De repente quise llorar mientras mi lobo
intentaba consolarme.
“Serafina...”.
Me mordi el labio cuando senti que me seguia
por detras. “Ahora no, Desmond”. No pude
evitar toser, lo que me aclard la garganta
inmediatamente. “Vamos a hablar sobre lo que
hiciste hoy”, le dije, sin voltear a mirarlo.
Lo nico que escuché como respuesta fue un
suspiro.
Ya sabia que nuestra conversacion terminaria
en un desastre, pero esperaba que no fuera asi.Capitulo 3
Mientras estabamos en su sala de estudio, me
senté en su valiosa silla y le insisti que me
explicara por qué se estaba comportado como
un lunatico.
Desmond arrug6 la frente y me dijo: “Serafin,
grealmente tenemos que discutir sobre esto?
No es nada mas que un asunto trivial”. Luego,
se encogié de hombros y aparto la mirada para
buscar un libro en las estanterias.
Aquello me hizo hervir la sangre y le exclame:
“zAsunto trivial? {Qué cosa para mas absurda!
j~Cémo puedes volver a actuar de esa forma?!
jgQué di*blos te esta pasando?!”. Intenté
golpear el escritorio para intimidario, pero no
funcions.
Desmond se acercé a mi y estuvo a punto de
tomar mi rostro, pero me alejé de él y temblé de
asco al recordar lo que pas6 semanas atras.
Pude notar el dolor en sus ojos mientras bajaba
la mano.
Suspirdé y sefiald: “Me evitas cada vez que
intento tocarte o abrazarte".
Aparté la mirada sintiendome culpable en ese
momento. Hice mi mejor esfuerzo para no
evitarlo, pero mi cuerpo me obligaba a alejarme
de él.
Yo supuse que era la voluntad de mi lobo.Después de todo, todavia no podia perdonar lo
que vi en la finca del conde Urba.
No podia culpar ni a mi lobo ni a mi.
Suspiré, aclaré mi garganta y le dije: “En
cualquier caso, espero no volver a escuchar que
sigues haciendo esas cosas, Desmond. No
deseo que te comportes como lo hacias en el
pasado”.
La historia era que él solia ser demasiado cruel
con los miembros de su manada, pues los
enlistaba al servicio militar desde los diez afios
de edad y sin prestarle atencidn al género.
Eso solo dejé de existir cuando le dije que no
estaba de acuerdo con ello.
Desmond me escuché y la edad que debian
tener los miembros de su manada para
enlistarse paso a ser dieciséis afios.
Pero seguia siendo obligatorio.
No queria quedarme en el mismo lugar que él,
asi que le dije: “Me iré ahora, tengo algo que
hacer”.
Mi lobo se estaba enfureciendo y no se olvidaria
de que encontré a Desmond durmiendo con una
cortesana en el sofa, lo cual se habia convertido
en un recuerdo desagradable.
Me detuve cuando senti un par de brazos
envolviendo mi cintura y me sorprendi al notar
que Desmond habia aprovechado para tomarme
por sorpresa.“Serafina... Dijiste que me perdonabas, pero si
en verdad lo hiciste, zentonces por qué te alejas
de mi?”. Cuando escuché que su voz se
quebraba, mi corazon se partio.en mil pedazos.
“Desmond...”. Intenté de liberarme de él! para
mirarlo, pero no me lo permitid.
De repente, mi hombro se sintié extraflamente
humedo y fue entonces que me di cuenta de
que Desmond estaba llorando.
igMi esposo estaba llorando?!
“Mi serafin... gAcaso me odias? {Me tienes
asco? Es esa la raz6n por la que ya no quieres
que te toque? gNo confias en mi? Por favor...
Solo dime lo que realmente sientes".
Apreté los dientes cuando senti que me picaban
los ojos, mi coraz6n se contrajo y le dije
décilmente: “Canela, por favor, libérame ahora”.
Pero eso solo provoc6 que su agarre se hiciera
mas fuerte, frunciera el cefio y que comenzara a
hablar como un nifio berrinchudo: “No... Yo
quiero que me digas lo que piensas. No quiero
sentir tus sentimientos, solo quiero tu
honestidad".
Estaba confundida, pero podia sentir que lo
estaba lastimando al ocultarle lo que realmente
pensaba.
Yo sabia que Desmond era esencial en mi vida y
por eso le dije en voz baja: “Canela... Déjame
verte”.El disminuy6 la fuerza de su agarre lo suficiente
como para que me diera la vuelta y lo vea
llorando, lo cual me hizo sentir horrible.
Nunca le habia mostrado ese lado vulnerable a
nadie excepto a mi, ya que era su pareja. Fue
por eso que antes habia dicho que detras de
esa actitud fria, se escondian unas emociones
melancédlicas y solitarias.
Levanté mi mano para tomar su mejilla y lo
llamé. El reaccioné sollozando y me mird con
ojos llorosos.
Se arrodillé, abraz6 mi cintura y me pregunto:
“zDeseas que me quede en la habitacién de
invitados? Lo haré... Me quedaré alli. Solo no te
alejes de mi porque mi lobo y yo sufrimos
cuando no estas. Sé que te sientes incomoda,
ya que yo puedo sentir lo que sientes y tu
puedes hacer lo mismo conmigo. Entonces
dime, ~qué puedo hacer para que vuelvas a
confiar en mi, serafin?".
Las l4grimas se acumulaban en mis ojos y no
sabia qué decirle. En lugar de poder... confiar en
mi pareja, sentia que estaba siendo arrojada a
un abismo y que no habia nadie que pudiera
salvarme.
Desmond enterré su rostro en mi vientre
mientras lloraba y dijo: “No puedo justificar mis
acciones. Fue mi culpa haber caido en esa
trampa. Yo... mataré al conde Urba por hacerme
sufrir asi y manchar mi vinculo contigo”.Suspiré de la melancolia porque sabia que é!
intentaria recurrir a |a violencia otra vez.
Desmond miré hacia arriba para encontrarse
con mi mirada. Me sorprendi cuando pude ver
cémo esos ojos color Ambar brillaban de dolor y
sequé sus lagrimas. Luego, limpié mis lagrimas
con las mangas de mi vestido y le dije con una
gran sonrisa: “Canela... déjame pensarlo. Es
cierto que no encuentro agradable que me
toques y no puedes hacer que me olvide de lo
que pas6, pero... estoy haciendo mi mejor
esfuerzo. Tu serafin hard todo lo posible para
olvidarlo”.
Desmond se puso de pie, tomd mi rostro entre
sus manos y dijo: “Te he lastimado... Debi
haber... Soy tan idiota como para siquiera...”.
Suspiré y le dije: “No recurras a la violencia, solo
déjame ver qué puedo hacer. Supongo que...
daré lo mejor de mi*. Después de eso, aparté la
mirada.
zEn qué estaba pensando? zOlvidarlo? ¢Seria
capaz de olvidar a esa r*mera que se acost6
con mi esposo y durmié con él?
El llamdé mi atencién y suplicé: “Seraphina, si me
odias, solo dimelo. Puedes contarme todo lo
que sientas. Si te estoy haciendo sufrir tanto,
por favor dimelo. Solo no te alejes de mi
porque... me duele".
Pude notar en sus ojos que este hombre meadoraba, apreciaba y, sobre todo... me amaba
muchisimo.
~Realmente tenia que distanciarme de él?
«Mi diosa de la luna, qué deberia hacer?».
Respiré profundamente, entrelacé mis manos
con las de él y le dije entre lagrimas: “Canela...
Odio sentirme asi. Cada vez que te veo, veoa
esa...". Intenté continuar, pero no me salian las
palabras.
Desmond dijo suavemente: “Si, serafin?
Adelante, cuéntame todas tus preocupaciones”.
Lo miré a los ojos mientras sollozaba y respondi:
“Mi lobo y yo estamos lastimados por tus
acciones. No sabes cuanto quiero olvidar esa
imagen en la que estas desnudo junto con ella
y... Ese recuerdo me esta atormentando". Me
arrodillé en el suelo cuando no pude soportar
mas el dolor, me cubri la cara con las manos y
segui: “Me siento tan mal que desearia poder
huir de aqui. Desmond... Ocultarte esto me ha
estado consumiendo por dentro”.
Rompi en llanto y segui explicandole: “Yo... ni
siquiera sabia como contarte estos
pensamientos que siguen repitiéndose en mi
cabeza. Siento que me estoy volviendo loca y
no quiero volver a confiar en tinunca mas”. En
ese momento, senti el abrazo de Desmond,
quien exclamé: "jSerafina! jTus razones son
validas! Ahora te entiendo, mi serafin”.Lloré hasta que dejé salir todo lo que tenia
dentro. Desmond se qued6 ahi... Mi esposo
estaba ahi conmigo escuchando todas mis
inseguridades y los pensamientos que me
estaban consumiendo. Nunca se fue y no dejé
de escucharme.
Aunque sabia que mis palabras lo estaban
lastimando, Desmond se qued6 a mi lado.
No pude evitar abrazarlo y besarlo
apasionadamente. Pude descargar todos los
sentimientos que estaban destinados solo a él.
Mi canela...
En ese momento, Desmond y yo empezamos a
arreglar las cosas. Volvimos al principio y
tratamos de entendernos hasta que finalmente
llegamos a la conclusién de que debiamos
perdonar y olvidar.
Di mi mejor esfuerzo. Realmente hice todo lo
posible por olvidar esos recuerdos que seguian
apareciendo en mi cabeza. Si me veia
preocupada, Desmond siempre estaba ahi para
aliviar mis pensamientos.
Estaba tarareando mientras tralia conmigo una
bandeja de té de hibisco recién hecho y algunas
galletas. Sonrei al pensar en la cara que pondria
Desmond cuando me viera llegar con su té
favorito. No tenia sirvientes conmigo porque
queria ser la Unica que le sirviera esto a mi
querido Desmond.Cuando llegué a la entrada, estaba a punto de
tocar y vincularme mentalmente con mi esposo
cuando de repente se abrid la puerta.
Frunci el cefio cuando me encontré con Hazel,
la hermana de Harvey.
Ella parecia sorprendida de verme, pero igual
sonrié dulcemente, hizo una reverencia ante mi
y me saludé con su dulce tono: “Saludos, Luna
Serafina".
Asenti y le dije con indiferencia: “Hazel, hace
mucho que no te veo. No sabia que habias
regresado a la manada”.
Ella se rio suavemente y respondid: “Acabo de
llegar. Tenemos un receso académico de dos
semanas y decidi regresar a la manada para
saludar al Alfa Desmond tan pronto como fuera
posible”.
Secretamente me enojé al ver sus redondos
ojos marrones mirandome de forma ridicula,
pero fingi desinterés. Estaba a punto de decirle
que se apartara de mi camino cuando Desmond
salid.
Su rostro se iluminé al verme y se dirigié a
mi: “Serafin...”.
Incliné la cabeza, sonrei y le dije: “Te he traido
algunos bocadillos, canela. Pensé que estarias
hambriento”.
Desmond se relajé y dijo: “Ven aqui, mi Luna”.
Miré a Hazel con arrogancia cuando vi elenorme cefio fruncido en su rostro antes de
sonreirle dulcemente a mi esposo y aprovechar
para burlarme de ella cuando Desmond no
estaba mirando: “Si, mi Alfa".
La atrapé poniendo los ojos en blanco antes de
que se fuera. Desmond cerré la puerta y yo
logré sentir el dulce sabor de la victoria.
Cuando volvi a ver a mi esposo, él tenia una
sonrisa traviesa en su rostro y dijo mientras
reia: “Si las miradas pudieran matar, Hazel ya
estaria muerta”.Capitulo 4
El sabia...
Desmond sabia que la presencia de Hazel me
irritaba desde el dia que llequé a su manada y
me hacia infeliz verlos juntos, incluso si en ese
entonces aun no lo habia aceptado como mi
pareja.
Mientras le servia un poco de té, le
pregunté: "ZQué estaba haciendo ella aqui,
canela?”. Aunque ya sabia que ella solo habia
venido a saludarlo, queria saber qué era lo que
Desmond tenia que decir al respecto.
Después entregarle su taza, él hizo que me
sentara en su regazo y me envolvid con sus
brazos, lo que me permitio oler su seductor
aroma a citricos, naranja y cedro, haciendo que
mi corazon se acelerara rapidamente.
El olia como algo exdtico y yo encontraba eso
muy atractivo.
Me beso suavemente antes de responderme un
tanto inseguro: “Vino a saludarme y me informé
que se quedaria en la mansién de Harvey por
dos semanas. También me parecié haberla
escuchado decir que estaba ansiosa por
verme”.
Se alarmé cuando me vio mirandolo con los ojos
entrecerrados, levantd las manos y dijo: “jS-
Serafin, estoy siendo honesto! Eso fue todo loque me dijo”.
Como no bloque6 sus sentimientos, pude notar
que se estaba preocupado porque atin no habia
logrado convencerme de que estaba diciendo la
verdad.
Le volvi a insistir: “gEstas seguro?".
El asintid y aclaré: “Lo juro en nombre de la
Diosa de la Luna”.
Me quedé mirandolo en silencio mientras él
comenzaba a molestarse, pero no conmigo,
sino con Hazel, a quien parecia querer invocar
para castigarla por generar un nuevo
malentendido entre nosotros, ya que no era la
primera vez que su presencia nos ocasionaba
problemas.
El intentd hablar: “Yo...".
Pero lo interrumpi antes de que dijera algo que
podria arruinar nuestro dia: “Estas perdonado”.
Desmond inmediatamente fruncid el cefio, pero
se relajé en el momento en que enterré mi cara
en su cuello. Senti que sus manos frotaban mi
espalda mientras yo ronroneaba por sus
caricias.
Le di un beso en el cuello y dije: “Canela, si ella
alguna vez te vuelve a tocar, quiero que sepas
que tu Luna la asesinara. Debes ser conscientede eso como el Alfa de nuestra manada”.
El se rio y respondié mientras sus labios
tocaban mi oido: “Mmm... Desde cuando eres
tan aterradora, Luna Serafina?".
Lo abracé del cuello, acaricié su robusto pecho
y le susurré seductoramente: “Lo aprendi de mi
esposo”.
Escuché que su respiracién se entrecortaba
cuando sus labios comenzaron a trazar una
linea en mi cuello. Luego, susurré en voz
baja: “Mi esposa si que aprende rapido y me
encanta cuando ella es tan posesiva como yo”.
Me incliné hacia adelante para besar el borde de
sus labios y le susurré sensualmente mientras
sonreia: “gPor qué no me muestras lo posesivo
que eres, canela?”".
Desmond grufiéd seductoramente mientras me
devolvia la sonrisa antes de pellizcarme:
“gQuieres que te lo demuestre siendo rudo 0
gentil?”.
Mordi mi labio inferior de la excitacioén para
evitar gemir y le contesté: “;Qué te parece... si
usas UN poco de fuerza?".
Levanto una ceja antes de rozar su nariz contra
mi mandibula y volvid a preguntarme. “zSegura
que quieres que sea algo rudo?", me aclaré la
garganta y asenti.
Pero antes de que Desmond y yo pudiéramos
besarnos, alguien tocé la puerta. Inicialmente,eso no detuvo a Desmond, quien bajé la cabeza
y estaba a punto de tocar mis labios. Sin
embargo, quien estaba tocando la puerta
comenzo a hacerlo con mas intensidad.
Alguien dijo desde afuera: “Alfa, soy Oakley.
Tengo un asunto muy urgente que tengo que
discutir contigo".
Me rei cuando su expresién se oscurecié y
gruné: “M*idita sea... Ese hijo de p*ta... Y eso
que tu te estabas divirtiendo tanto, serafin”.
Se quejé cuando me levanté de su regazo antes
de besar su mejilla. Coloqué un dedo en su
barbilla, le guifié y lo obligué a
escucharme: “Podemos divertirnos mas tarde.
Por ahora, cumple con tus deberes como el Alfa
de nuestra manada”.
Desmond fruncié el cefio, suspird y dijo antes
de que me fuera: “Seras toda mia mas tarde y
no aceptaré un "no" por respuesta, serafin”.
Volteé a mirarlo, sonre/ y le respondi de forma
amenazante: “Tendras que obligarme”.
El grufid y yo abri la puerta mientras reia. Oakley
me saludé con una reverencia antes de que le
diera un golpecito en el hombro.
Provoqué a Desmond antes de despedirme de
él y mandarle un beso volador que lo hizo enojar
aun mas: "Calmalo por mi, Oakley”.
Desmond exclamo: “jSerafina!".
No dejaba de reir mientras caminaba por elpasillo.
Cuando regresé a mi oficina personal, ya habia
terminado con todos mis deberes como Luna. Al
principio, Desmond queria que tuviéramos una
sola oficina para ambos, pero yo deseaba que
cada uno tuviera su propio espacio. A pesar de
que él no estaba de acuerdo, eventualmente
acepto.
Luego, decidi salir y via mi esposo divirtiéndose
con los nifios de nuestra manada, a lo que
sonrei gentilmente mientras lo vela reir y correr
detras de ellos.
A él no le gustaban los nifios hasta que nos
conocimos. El era cruel y solia enlistarlos en el
ejercito hasta que le dije que no lo aceptaria
como mi pareja si no cambiaba su forma de
gobernar.
El inmediatamente decidié cambiar por mi y
lentamente empezo a gustarle jugar con los
pequefios desde el momento en que nos
casamos.
Podia imaginar a Desmond siendo un buen
padre para nuestros futuros hijos, lo que
provoco que colocara la mano sobre mi vientre
y no pude evitar suspirar.
Por un momento crei que estaba embarazada...
Desmond noté lo que estaba haciendo y me
pregunté preocupado: “;Cudntas tiempo Ilevas
suspirando, serafin? gHay algun problema?”.Volvi a la realidad y jadeé cuando Desmond dejé
caer sus manos sobre mis hombros y vi su
reflejo en el espejo de la casa tan pronto como
terminamos de cenar. Posteriormente, nos
fuimos a nuestra habitacidn.
Dejé de peinarme cuando comencé a sentirme
mal. Entonces, suspiré y forcé una sonrisa
mientras le hacia una pregunta a Desmond: “Vi
que disfrutabas jugando con esos nifios. gNo
sientes envidia de sus padres por el hecho de
que no he podido quedar embarazada?".
Desmond tom6 mi rostro entre sus manos y me
miré preocupado.
Senti que mis ojos se llenaban de lagrimas y
segui cuestionandolo: “Llevamos cinco afos
casados, Desmond. {Es mi culpa que hasta
ahora no haya podido quedar embarazada?
Aunque no me lo digas, sé que tu también
quieres que tengamos un hijo...”.
El me abrazo y me dijo suavemente: “Serafin,
sabes que no me molesta que no tengamos un
bebé, ;verdad? Tu puedes sentir que estoy
siendo honesto".
El tenia razén, no senti ningtin problema con él y
Parecia no tener ningun inconveniente con que
todavia no tuviéramos un hijo.
Le pregunté cuando se senté en la cama y me
abraz6: “;No te sientes mal de que no seamos
una familia?”.Desmond sonrid, apoy6 su frente en la mia y
respondié: “Mientras tu y yo estemos juntos,
siempre seremos una familia, Serafina”.
Enterré mi rostro en su cuello, suspiré y le dije:
“Pero solo somos esposos y tu sabes que una
familia se forma una vez que se tiene a un hijo".
Me obligo a mirar su rostro, el cual se se veia
mucho mas relajado que antes, y refutd:
“Serafin, seguimos siendo una familia sin
importar que seamos solo nosotros dos, Quizas
simplemente este no es el momento apropiado
para que nos concedan un bebé".
Le pregunté confundida: “;Y qué pasa si ese
momento nunca llega? ;Qué haremos si la Diosa
de la Luna no nos permite tener un hijo?".
Me pellizcé suavemente y respondid: “No hay
ningun problema, siempre podemos entrenar a
mi sobrino Daniel para que él sea el préximo
Alfa. Recuerda que te prometi que tendriamos
una vida muy feliz, Serafina".
Queria llorar tras escuchar sus palabras. Me
alegré de que a Desmond no le molestara que
no tuviéramos un hijo y le agradeci a la Diosa de
la Luna por haberme juntado con este hombre
hombre tan cruel pero comprensivo.
Lo abracé fuertemente y le dije: “Desmond...”.
Pensaba que ya no seria capaz de confiar en él,
pero estaba equivocada. Lo habia acusado de
acostarse con esa mujer porque pensaba que