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ensayo sobre Morazán

Historia de Honduras

Omar Josué Rivera López


Sonia Rodas

10 DE MARZO DE 2024
UNITEC
SPS
La gran mayoría de los historiadores y biógrafos de Francisco Morazán ubican su
pensamiento político en el liberalismo que surgió de la Revolución Francesa, y algunos
de ellos, incluso le atribuyen el liderazgo ideológico fundacional del Partido Liberal de
Honduras. Recordemos que Morazán cobra protagonismo en la escena política
centroamericana con su brillante triunfo en la batalla de la Trinidad en noviembre de
1827, en los inicios de la larga guerra que se libraría entre los liberales y conservadores
desencadena por su primer presidente, Manuel José Arce, aliado con estos últimos,
prácticamente desde que asumió el poder 1824 mediante lo que quizás haya sido el
primer fraude electoral de Centroamérica. En el momento de la independencia, el modo
de producción de Centroamérica consistía, en apretada síntesis, en una heterogénea
mezcla de comunidad primitiva para los mestizos, de esclavismo para los negros y de un
brutal semi feudalismo, o más exactamente, de una suerte de esclavitud encubierta para
los indios a través de las instituciones coloniales del repartimiento y la encomienda.
Obsérvese, entonces que Morazán se volvió más importante promotor de Centroamérica
de los principios filosóficos y morales de la Revolución Francesa, de libertad, igualdad,
y fraternidad, que le imprimieron sus precursores, como Voltaire, Russeau y
Montesquieu, pero también de los postulados, esencialmente económicos, de Bentham,
Mill y Spencer, que sirvieron de base a la doctrina liberal capitalista.
No obstante, pienso que no tiene mucho sentido que tratemos de encasillar a Morazán
en una posición ideológica definida, como pudiéramos hacerlo en nuestro tiempo.
Desde esta óptica ideológica, en mi opinión, puede decirse que Morazán representaba
los intereses de la incipiente burguesía agrícola y comercial de los criollos de
Centroamérica, enfrentada a las pretensiones de dominio sobre la región por parte de la
elite económica y religiosa guatemalteca. Estoy persuadido, por consiguiente que
constituye un error pretender negar que el pensamiento político de Morazán ¨aunque
fuese embrionariamente¨, como dice Mariátegui, tuviese que ver con el liberalismo de
la Revolución Francesa que condujo a la consolidación del sistema capitalista, sin
contar con que este, por la dinámica de la historia, el avanzado de su tiempo, el que
llevaría a la humanidad a superiores estadios de desarrollo y que, en su primera etapa, se
desenvolvería bajo las leyes de la libre competencia. Lo que, por razones obvias, llevo
al desprestigio y a la debacle a los partidos liberales que lo siguieron en su inhumana
deformación y de la que, por desgracia el Partido liberal de Honduras no pudo
desmarcarse y garantizar así su supervivencia.
Y por lo mismo, no podemos desconocer los errores en los que incurrió el liberalismo
de Centroamérica, sobre todo su primera generación, entre los cuales como bien lo
señala el historiador Mario Argueta, se halla la absurda privatización de las tierras de las
comunidades indígenas. Al igual que la una tanto precipitada proclamación del libre
comercio, que habría provocado que Inglaterra, que encabezo la Revolución Industrial
del siglo XIX, desplazara alas industrias artesanales centroamericanas. Dicho sea de
paso, no deja de ser interés que en la reorganización del Partido Liberal que se llevó a
cabo en 1920 bajo la conducción de José Ángel Zúñiga Huete, su nuevo programa se
hubiere inspirado en la Revolución Mexicana. Pero, además, no se puede ignorar, como
lo asevera Longino Becerra en su obra, Morazán revolucionario.
El liberalismo como negación del iluminismo, que una facción no desdeñable de
liberales renegó de Morazán, lo saboteo, combatió abiertamente contra él y hasta afirma
¨contribuyo a favorecer los motivos de la conjura que lo llevo al patíbulo en Costa
Rica¨. Y finalmente, Morazán no era ateo, como sostenía sus decratatores, ni siquiera
anticlerical. Y en cuanto a la mención en el testamento de Morazán de que moría ¨en la
religión del autor del universo¨, sin más aclaración, esta ha sido interpretada por algunos
autores, aunque sin evidencia documental que lo respalde, como que no abrazaba
ninguna religión en particular, o bien que pertenecía a alguna logia masónica, cual se
supone que fue el caso de varios de los caudillos de la emancipación latinoamericana.
Pero el escritor, Miguel Calix Suazo, quien ha dedicado gran parte de su vida a
investigar su trayectoria, sostiene que Morazán no pudo ser iniciado formalmente dentro
de una logia masónica en Centroamérica, ya que para la fecha en que estas se iniciaron
en la dicha región, él tenía 23 años de haber muerto asesinado en Costa Rica¨.
Como sea, cuales quiera que hayan sido exactamente las ideas políticas de Morazán,
con el discurrir de los años la razón fundamental de su lucha adquiere cada vez mayor
transcendencia, porque, aunque hoy por no nos percatemos cabalmente de ello, la
unidad de Centroamérica por la que ofrendo su vida se halla cada vez más cerca, ya que
será indispensable para el mejoramiento y rapidez de la comunicación interoceánica que
requería el acelerado cambio en el orden mundial que estamos presenciando.
En resumen, el ensayo analiza el pensamiento político de Francisco Morazán,
situándolo en el contexto histórico como una figura central en la historia de
Centroamérica, especialmente por su papel en la lucha contra el conservadurismo y por
la implantación de principios liberales en la región. También la vigencia del
pensamiento morazanista, se señala la revelación continua del pensamiento político de
Morazán en a la actualidad, especialmente en términos de defensa de libertades
públicas, la separación de la iglesia y Estado, y la promoción del libre comercio. Y
aunque las circunstancias históricas hayan cambiado, los principios de Morazán siguen
siendo pertinentes en la lucha por la democracia y el desarrollo económico en
Centroamérica. Y por último los aspectos de la revolución Morazanista son los cambios
sociales, como la abolición de la esclavitud, la secularización de la educación y la
separación de la iglesia y el estado, y económicamente se defendió la propiedad privada
y el libre comercio, aunque también se reconocen errores en la privatización de tierras
indígenas y en adopción precipitada del libre comercio.

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