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ÉTICA Y VALORES

¿Qué hace a algo valioso?


El valor instrumental, cuando un objeto, persona o acción es útil, pero sustituible.
El valor sentimental, pues simboliza algo que estimamos (amor, amistad). Es posible
que tb tenga un valor estético si es bello.
El valor económico, pues no nos gustaría perderlo o que se rompiese, pues nos es útil
y tb ha costado mucho dinero (aunque fuese sustituible por otro mejor).

VALORES

Cualidades de los objetos, personas o acciones que apreciamos.


Se expresan a través de las normas, siendo estas las que determinan cuáles de
nuestras conductas son formales o informales.
Están reconocidos por nosotros, y son una serie de estima y criterios con los que nos
enfrentamos a las decisiones, es decir, nosotros escogemos hacer algo o no (tomar una
decisión) porque existe una estimación (apreciación) y consideración cualitativa
(positiva o negativa) hacia algo.

Ética vs moral
La moral es el conjunto de normas y acuerdos sociales que dictan el modelo de
conducta (acciones y costumbres) en una sociedad particular. Es un término que deriva
del latín mor, y significa costumbre, modo de vivir, carácter. La forma de ser que
adquirimos las personas a lo largo del tiempo, el conjunto de hábitos que componen
nuestro carácter y que resulta de las decisiones que realizamos.
Esta moral es desarrollada por una sociedad, por comunidades humanas (constructo
social) y esas normas son convencionales y cambiantes (los valores éticos y morales
van cambiando con el paso del tiempo: lo que antes nos parecía mal, ahora lo
aceptamos y viceversa).
La ética (o filosofía moral) es la reflexión sobre la dimensión moral del ser humano. Es
un término que deriva del griego ethos, y significa modo de ser o carácter, costumbre.
Educar a los niños en las costumbres.
Cuestiona y reflexiona sobre las acciones morales del conjunto de personas que forman
esa sociedad o comunidad humana y aspira a desarrollar los principios que serán
compartidos por ellas.
La acción moral/acción humana

Las acciones morales son formas de actuar que podemos calificar como buenas o
malas. Suelen acompañarse de una conciencia sobre estar actuando bien o mal,
denominada conciencia moral (juez interior).

Son acciones conscientes: sabemos lo que estamos haciendo y valoramos si


está bien o mal con ayuda de nuestra conciencia.

Una de nuestras facultades simbólicas tiene que ver con la posibilidad de determinar
nuestra voluntad. Se fundamenta porque se entiende que somos libres y podemos
escoger y elegir. 3 características principales de la acción moral:
- Consciente/razonada: las acciones inconscientes no pueden determinarse como
morales o no, pues la persona debe ser consciente de lo que está haciendo.
Justificamos nuestras elecciones y argumentamos los motivos que nos llevan a
ellas.
- Libre y voluntaria: concepto de libertad. Propuesto por Kant. La persona es libre
y decide cómo quiere vivir. Debe corresponderse con un principio: la ley moral
(criterio que impide actuar bajo instinto y deseos y demanda actuar de acuerdo
con lo que la razón nos permite determinar como justo, según un deber impuesto
por esa ley moral).
La decisión es la función que constituye el conjunto de las conductas efectivas a partir
del conjunto de las conductas posibles. Esto se universaliza y se hace extensible al resto
de nuestra comunidad. Una acción es moral si no se obliga al sujeto a actuar de una
determinada manera. Se puede considerar inmoral cuando el sujeto es consciente 100%
de que ese acto no es moral y, aun así, decide hacerlo (no hay coacción), es decir, existe
dolo (sabe lo que hace y quiere hacerlo).
Ambientalismo: ¿el ambiente determina nuestras acciones o no? Siempre
podemos crear las circunstancias adecuadas para “provocar” que una persona haga
algo o no. Según esto, todo el mundo sería esclavo de la determinación y susceptible
de ser manipulado, se limita la libertad. No somos seres morales; el hombre no tiene
libertad para decidir (la libertad es el inicio de una nueva cadena causal en el mundo
(efecto mariposa).

Innatismo: hay determinantes biológicos que determinan nuestro


comportamiento. Las decisiones son no condicionadas, no hay ningún otro ingrediente
que provoque mi decisión más que mi libertad de hacerlo o no. Somos seres morales;
tenemos libertad para decidir.
- Clasificada como buena o mala: Tenemos capacidad para tomar decisiones
conscientes y racionales. Supone enfrentarse a situaciones en las que podemos
actuar de diferentes maneras: la manera que escogemos determina si actuamos
bien o mal.
La acción moral, entendida como una acción humana, tiene los siguientes componentes:
libertad (qué y cómo hacer) y razonamiento (juicio que nos justifica, tanto la acción como
los motivos que nos llevan a ella).
Autonomía vs heteronomía
Hay autonomía en las decisiones (griego: que se da su propia norma) cuando la
determinación en tomar esa decisión se da de manera incondicionada, es decir, cuando
no encontramos ninguna circunstancia o ingrediente de antemano dado a la decisión .
De aquí derivan las Teorías Formales (Kant).
La heteronomía (griego: que otro le da la norma) se da cuando la determinación está
condicionada por ingredientes y circunstancias anteriores a la decisión. Teorías
Materiales (Mill, doctrina utilitarista).
La autonomía y heteronomía están relacionadas con las decisiones, con la coacción o
no en el momento de tomar una decisión; el innatismo y ambientalismo están
relacionados con las conductas.

Seres libres
La libertad es un concepto filosófico complicado que fundamenta nuestra condición
moral. Se refiere a la posibilidad de determinar nuestra voluntad a partir de una decisión.
Estas decisiones son la función que constituye el conjunto de las conductas efectivas a
partir de las conductas posibles:
- Conducta posible: las posibilidades y opciones que tienes sobre hacer algo (o no
hacerlo) o sobre hacer otra cosa. Por ejemplo, puedes elegir entre comer pasta
o no comerla o si comer lentejas o no comerlas.
- Conducta efectiva: comer pasta (o no) en lugar de lentejas.
La decisión es lo que ha dado lugar a que finalmente escoja una de esas opciones, en
este ejemplo, finalmente he comido pasta. Hay una bifurcación de decisiones, dos
caminos: yo escojo uno.
Llamamos libertad a que una persona haya podido determinar su voluntad a partir de la
decisión (esta decisión implica una conducta/acción u otra). Que la decisión la determine
la voluntad es un sinónimo, otra manera de explicarlo, pero las dos quieren decir lo
mismo.
Nuestra constitución biológica (temperamento, genes, ADN…), la educación recibida y
en contexto y entorno en que crecemos y nos desarrollamos influyen en nuestra
conducta y la manera de comportarnos, aunque no las determinan (puede ser más
probable actuar de determinada manera según estas circunstancias, pero no obliga a
actuar como tal).
Las decisiones morales no están condicionadas, pues dos actos (decisiones) opuestos
y en extremos serían igual de válidos, tendrían el mismo valor y sus actores no serían
responsables de ellos.
Una persona libre decide cómo vivir y participa en la construcción de normas que deben
regir la vida en común, la convivencia con los demás.
“La libertad es la condición de la voluntad que decide a sí misma a obrar por respeto al
deber: libertad para actuar NO movidos por el deseo o instintos, sino por un deber que
se nos impone mediante la ley moral, proveniente de nuestra razón.” Kant.
Valores: criterios para tomar decisiones

Las acciones diarias tienen diferentes consideraciones y nos llevan a valorar diferentes
opciones: debemos valorar qué consideraciones son más pertinentes, realizar una
jerarquía de todo aquello que puede influir en la decisión que vayamos a tomar. A esto
se le denomina CRITERIOS. Los criterios que nos llevan a tomar una decisión avalan la
decisión que tomamos. Estos criterios son cosas que estimamos (valores, como
honestidad, compromiso, disciplina…) necesarias para el desarrollo de esa acción; nos
permiten adquirir un compromiso, por ejemplo, con la comunidad. Valoramos y
estimamos esos valores y nos permiten tomar decisiones de una forma racional
(elegimos y decidimos).
Los criterios son el ratio de cualidades que consideramos cuando se toman decisiones
(ya sean pertinentes o no): para cada decisión que tomamos en nuestra vida, debemos
tener en cuenta diferentes consideraciones, identificando las que sean más pertinentes.
Según esto, los seres criteriosos (prudentes) son los que tomarían decisiones más
pertinentes (buscarán el término medio entre los vicios: justo medio).
Todo lo que estimamos (valores) nos permiten tomar decisiones: utilizamos
nuestros valores como criterios para tomar decisiones.

Prudencia

Aristóteles: primer filósofo en reflexionar sobre cuestiones sobre convivencia en la


ciudad, en comunidad. Reflexiona sobre cómo tomamos decisiones y cómo estas guían
nuestra conducta. Estas decisiones pueden ser buenas o malas. En medida en que
tomamos buenas decisiones, adquirimos el hábito de seguir tomando buenas
decisiones. Según pasa el tiempo y desarrollamos este hábito, permite tomar mejores
decisiones en el futuro.
La prudencia, según Aristóteles, es la virtud de la razón, del intelecto. Nos permite
ponderar o juzgar opciones antes de tomar una decisión o desarrollar una acción.
Permite tomar decisiones de una manera equilibrada y ponderada según sea válido para
cada decisión. Ante nuevas situaciones, sabremos buscar el término medio si estamos
entrenados en la prudencia. Nos convertiremos en personas prudentes. La prudencia
pasará a formar parte de nuestro carácter.
Una persona con criterio (prudente) sería aquella que sabe tomar en
consideración el valor pertinente para cada situación.

Esta es capaz de coordinar un conjunto de valores de manera equilibrada en función de


la situación y del asunto concreto (está relacionado con un saber cómo comportarse en
cada caso). Se busca con esto un resultado que nos satisfaga tanto a notros como al
resto.
La adquisición de virtudes éticas

¿Cómo debemos obrar?


Aristóteles fue el primero en teorizar acerca de la importancia de la decisión. De acuerdo
con él, la repetición de actos produce hábitos, y la totalidad de hábitos constituye el
modo de ser o carácter de una persona:
Modo de ser/carácter de una persona = hábitos (virtudes éticas) = repetición de
actos.
Las personas con buenos hábitos se dice que tienen virtudes éticas. Con los hábitos
vamos dibujando progresivamente, nuestra personalidad, nuestro carácter: la clave es
la repetición (seremos valientes cuando realicemos repetidamente actos de valentía).
Este camino de adquisición de hábitos que nos lleva a tomar buenas decisiones se llama
vía moral.
El justo medio (el lugar intermedio en que se encuentran los supuestos) es buen criterio
para tomar decisiones, pues evita el vicio (polos extremos, bien por defecto bien por
exceso). Cuando tomamos decisiones, debemos ponderar y juzgar, buscando el
equilibrio entre vicios (exceso y defecto) para encontrar el justo medio (buen criterio para
tomar la decisión).
Aristóteles menciona la prudencia como una virtud de enorme importancia, ya que nos
ayuda a determinar racionalmente cuál es el mejor modo de comportarnos en la práctica.
Con esto, define una persona prudente como aquella que sabrá encontrar cuál es el
término medio que debe elegir en cada caso, de acuerdo con su situación y sus
circunstancias particulares.
Es difícil de emplear por todos de la misma manera: el justo medio es relativo a las
circunstancias en que se toma la decisión y la situación de las personas. Por ej, la dieta
de un deportista de élite no es tan buena para otras personas. Por tanto, el medio justo
será lo que es bueno de acuerdo con las circunstancias personales de cada uno.
Cuando nos ejercitamos en tomar decisiones bajo este criterio, nos iremos comportando
con mayor juicio.

Resumen:
Teoriza sobre la importancia de la decisión. Su idea se basa en la posible
creación del hábito de tomar buenas decisiones gracias a la aptitud adquirida de
la prudencia.
El justo medio evita pecar de vicios (exceso y defecto).
Las decisiones deben tomarse de acuerdo con unas circunstancias.
Los criterios como razones

A menudo, defendemos nuestra postura citando los criterios como razones


empleadas para tomar esa decisión y no otra. Utilizamos los valores como criterios
para tomar decisiones.

Por ejemplo, una persona que elige como delegado a un compañero se excusa en que
le parece una persona valiente: utiliza el criterio de valentía como razón para avalar su
juicio. A su vez, indica implícitamente que valora positivamente la valentía, pues utiliza
sus valores como criterios a seguir a la hora de toma decisiones.
Las “buenas razones” son aquellas basadas en criterios pertinentes, mientras que las
“malas razones” son aquellas que emplean “criterios no pertinentes”.

Vivir en sociedad

Cuando elegimos las normas que rigen/ordenan nuestra sociedad, inevitablemente


utilizamos nuestros valores como criterios para tomar decisiones. Cuando hablamos de
convivencia en comunidad, de alguna manera utilizamos “valores éticos”. Son útiles y
sirven en medida en que permiten convivir de forma pacífica.
Las normas de convivencia no son mandatos o jurisdicciones, sino reglas que
cumplimos por compromiso con los valores que las inspiran. Estas reglas conforman
una suerte de “fondo compartido” de conductas que consideramos aceptables. No todas
las sociedades tienen el mismo “fondo” de normas de convivencia (sustentadas por
valores), por lo que una buena pregunta trataría sobre el posible establecimiento de
unos valores universales para que pudiera haber un “fondo común” aceptado por todos.
Los valores éticos con aquellos que nos sirven para hacer posible la convivencia entre
personas y no sería posible relacionarnos satisfactoriamente con los demás sin ellos.
Se pueden destacar:
- Honestidad
- Respeto
- Solidaridad
- Justicia
- …
Estos valores se estiman y entendemos como importantes para la convivencia en
democracia, pues permiten vivir y convivir en comunidad.
Son aquellos que constituyen un eje que guía la conducta de nuestras máximas (de
acuerdo con la cual nos vamos a comportar). A partir de ellos tomamos nuestras
decisiones. Los valores éticos guían nuestra conducta moral.
VALORES ÉTICOS O MORALES

Son aquellos que constituyen un eje que guía la construcción de nuestras máximas
(normas dadas a uno mismo u que se asumen como propias) y a partir de los cuales
tomamos decisiones. Guían nuestra conducta.

Los valores éticos son estimaciones que hacemos (Adela Cortina).

“Cuando nos enfrentamos a las cosas no solo hacemos operaciones intelectuales


como comprenderlas, compararlas entre sí, o clasificarlas, sino que tb las estimamos
o desestimamos, las preferimos o las relegamos, es decir, las valoramos.”
Adela Cortina (1997): El mundo de los valores.

La autora aquí quiere decir que ante las cosas tomamos apreciaciones: tomar una
apreciación sobre algo es valorarlo. Por ejemplo, apreciar determinada serie, implica
decir que gusta la serie. “Los valores son estimaciones”, quiere decir que los valores
gustan. En algún sentido, los valores pueden ser algo que estimamos, pueden ser el eje
de la estimación, pero no se pueden construir en meras preferencias o gustos.

Axiología

Conjunción de palabras axios (valioso, digno, estimable) y logos (tratado, conocimiento,


discurso, palabra, trabazón). Se considera en qué sentido se estima una cosa u otra
(quedan reflejadas las teorías objetivistas y subjetivistas).

“¿Tienen valor las cosas porque las deseamos o las deseamos porque tienen valor?
¿Es el deseo, el agrado o el interés lo que confiere valor a una cosa o, por el contrario,
sentimos tales preferencias debido a que dichos objetos poseen un valor que es previo
y ajeno a nuestras reacciones psicológicas u orgánicas?”
Risieri Frondizi (1977): ¿Qué son los valores?

“¿Es el deseo, el agrado o el interés lo que confiere valor a una cosa o, por el
contrario, sentimos tales preferencias debido a que dichos objetos poseen un valor
que es previo y ajeno a nuestras reacciones psicológicas u orgánicas?”
Adela Cortina
Valores: ¿objetivos o subjetivos?

“Si la solidaridad, por ejemplo, es en sí valiosa y por eso deseamos construir un mundo
solidario, son algunas personas las que han decidido que la solidaridad es un valor. Si
una persona justa debe agradarnos porque la justicia es un valor o, si más bien, ocurre
que a uno le agrada las personas justas y por eso dicen que la justicia es un valor.
La cuestión es muy compleja. Porque si aceptamos la primera tesis -la que dice que
nosotros inventamos los valores-, entonces el subjetivismo es inevitable. Cada grupo,
cada persona, cada sociedad creará sus propios valores, y mal va a pretender que los
estimen los demás grupos, personas o sociedades. Pero si aceptamos la segunda -la
que dice que los valores son reales y por eso hemos de aceptarlos-, entonces no se
entiende por qué no somos capaces de estimarlos todas las personas, ni tampoco qué
resquicio de creatividad nos queda a la hora de construir el mundo.”
Adela Cortina (1997), El mundo de los valores

Hay objetividad en los valores, hay cosas que indican y construyen los valores. Sin
embargo, en la medida en que tienen fuerza estimativa y se gradúan se genera un
aspecto subjetivo que tiene que ver con cuanto se asume un valor y qué valores se
asumen.
o Teorías subjetivistas: no existen cosas valiosas por sí mismas, universales ni
objetivas. La consideración de lo que es un valor depende de la apreciación
subjetiva que hacemos. Nosotros atribuimos los valores. La consideración de
lo que es un valor depende de la apreciación subjetiva de personas y grupos
sociales.

o Teorías objetivistas: los valores son propiedades/cualidades que están en las


cosas; algo que existe y que descubrimos; son objetivos porque no son
inventados por el hombre. Lo valoramos según descubrimos su valor.

“Los valores realmente valen, por eso nos atraen y complacen, no son pura creación
subjetiva. Consideramos buenas a las cosas que portan algún valor, como una
melodía hermosa, o una propuesta liberadora, descubrimos en ella algún valor (en
este caso, estético).
Pero la realidad no es estática, sino dinámica. La creatividad humana actúa como
partera sacando a la luz aquello que estaba latente, alumbrando nuevos valores y
formas de percibirlos.
Los valores son entendidos como cualidades reales a las que les damos cuerpo de
forma creativa.”
Adela Cortina.
PLURALIDAD DE VALORES

El mundo de los valores es muy variado, por tanto, existen diversos tipos de valores:
- sensibles, relacionados con los sentimientos (placer-dolor, alegría-pena);
- De utilidad, como relojes, ordenadores (en la medida en que son útiles o
eficaces, capaces o incapaces);
- Vitales (salud-enfermedad, fortaleza-debilidad);
- Estéticos (bello-feo, elegante-inelegante, armonioso-caótico);
- Intelectuales (verdad-falsedad, conocimiento-ignorancia);
- Morales (justicia, esclavitud, honestidad, solidaridad);
- Religiosos (sagrado o profano).
Adela Cortina (2001): Valores morales y comportamiento social.

Propiedades de los valores

Hablamos de polaridad, pues podemos afirmar que existe la justicia siempre y cuando
reconozcamos la existencia de la injusticia, pues los valores tienen polaridad (positivos
y negativos). Aquí se podría hablar de valores y disvalores:
Polo positivo = valor que se ha tomado como criterio
Polo negativo = su contrario
Los valores van polarizados y se ordenan por binomios: un valor puede ir con dos
valores (+, -), pero siempre va en pares. Por ej: si mi valor es la solidaridad, este sería
el polo positivo y su contrario, el egoísmo, sería el polo negativo. Si mi criterio es el
egoísmo, la solidaridad sería su polo negativo. Puede que no en todas las situaciones
los valores que tomemos como criterios sean el polo positivo en nuestra conducta.
Lo ideal sería incrementar el grado de satisfacción de valores positivos y menguar el de
disvalores.
Los valores son dinámicos, pues nos atraen o repelen y nos invitan a actuar de una
determinada manera. Los valores y disvalores no nos dejan indiferentes.
Los valores se aceptan o rechazan con diversa intensidad, pues gozan de graduación:
hay valores que aceptamos con más fuerza que otros, y se nos presentan con más o
menos fuerza. No se trata de cuánto valen, sino de su fuerza positiva o negativa.
Se trata de la intensidad para aceptar o rechazar un valor poniendo en juego la
estimación del valor (la fuerza tractora con la que te empuja o atrae). Un sistema de
valores con graduaciones bajas no te incitaría a hacer cosas aun sabiendo que en
circunstancias extremas actuarías bajo ese valor (siempre que no sean valores morales,
es decir, sería posible con valores estéticos, de utilidad…).
La jerarquía de los valores que cada persona tiene, jerarquizando por tanto sus valores.
No todos los valores valen lo mismo, lo que lleva a una pluralidad de valores que se
presenta ordenada/jerarquizada, de ahí que se deduzca la superioridad de unos valores
frente a otros en distintas situaciones o sociedades. Esta jerarquía constituye un
sistema de valores, jerarquizados y ordenador por binomios: es posible entrar en
conflicto con una persona al no tener el mismo sistema de valores, aunque este sistema
de valores esté formado por los mismos valores (debido a las diferentes maneras de
ordenar esos valores según su valor).
Los valores guían la conducta; el sistema de valores tensiona la conducta.

Los valores morales

Dependen de la libertad humana y, por tanto, de la voluntad y decisiones que tomemos.


No pueden atribuirse a animales, plantas ni objetos inanimados. Sin valores morales
estaríamos vacíos de humanidad (son humanos): por esto mismo, los
universalizaríamos, ya que son valiosos en sí mismos y en ellos destaca la dignidad de
las personas.
Esto coincide con las teorías objetivistas, al decir que un valor existe por sí mismo: según
la universalización de los valores, todas las culturas comparten el deseo de llegar a
valores llamados universales, que existen en todas las culturas, como la justicia, aunque
los actos justos sean diferentes para cada una de ellas (el fin como SH siempre es llegar
a esos valores universales). Esto encajaría solo dentro de las teorías objetivistas.

Los valores y el rol de docente

La vida está repleta de valores: no encontramos casi nada que sea neutro y carezca de
valores.
Como docente, de manera explícita o implícita, transmitimos valores; nuestras acciones
nos definen, queramos o no, y también nuestras omisiones. Deberemos pues ejercer
nuestra tarea como docentes con transparencia y hacerlos explícitos de una forma
reflexiva (de manera explícita y habiendo reflexionado antes sobre ello para poder tener
una base en la que argumentar tu postura en cuanto a ese valor que
defiendes/rechazas).
1. Los seres humanos son seres morales porque:
a. Siempre se comportan bien
Clasificada como buena o mala: Tenemos capacidad para tomar decisiones
conscientes y racionales. Supone enfrentarse a situaciones en las que podemos
actuar de diferentes maneras: la manera que escogemos determina si actuamos bien
o mal.
b. Pueden expresar quejas de lo que no les gusta
c. Tienen valores
d. Son libres y racionales
La acción moral, entendida como una acción humana, tiene los siguientes
componentes: libertad (qué y cómo hacer) y razonamiento (juicio que nos justifica,
tanto la acción como los motivos que nos llevan a ella).

2. Los valores:
a. Son abstractos
Teorías subjetivistas: no existen cosas valiosas por sí mismas, universales ni
objetivas. La consideración de lo que es un valor depende de la apreciación subjetiva
que hacemos. Nosotros atribuimos los valores. La consideración de lo que es un valor
depende de la apreciación subjetiva de personas y grupos sociales.
b. No están relacionados con la toma de decisiones
A menudo, defendemos nuestra postura citando los criterios como razones
empleadas para tomar esa decisión y no otra. Utilizamos los valores como criterios
para tomar decisiones.
c. Pueden manifestarse en determinados objetos o acciones
De utilidad, como relojes, ordenadores (en la medida en que son útiles o eficaces,
capaces o incapaces);
Estéticos (bello-feo, elegante-inelegante);
Clasificada como buena o mala: Tenemos capacidad para tomar decisiones
conscientes y racionales. Supone enfrentarse a situaciones en las que podemos
actuar de diferentes maneras: la manera que escogemos determina si actuamos bien
o mal.
d. Los impone el Estado

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