Está en la página 1de 4

“Jubilación positiva. Hacia un envejecimiento activo y saludable” (2011) – Lic.

Luciana Antonetti

PRESENTACIÓN

Hasta ahora hemos vivido un modelo de jubilación que imponía un cese


definitivo de la actividad, sin compromisos sociales y definido exclusivamente
por la inactividad, el reposo o el simple consumo de ocio pasivo. Sin embargo,
la nueva generación de jubilados y personas mayores se siente en plena
posesión de sus facultades y tienen la necesidad de ser considerados como
personas útiles a la sociedad, enfrentándose el sentimiento de frustración y
desvalorización que provoca el momento de la jubilación. Con esta publicación
queremos romper los estereotipos que existen ante las personas mayores y
proponer alternativas de vida en la jubilación con modos de comportamiento
adaptativos y proyectos de vida acordes con la nueva sociedad. Mediante la
presente, se mostrará que más allá de las actividades remuneradas existen
otros proyectos como los de carácter social, cultural, formativos o deportivos,
que pueden producir gran satisfacción personal, permitiéndoles permanecer
en contacto con la realidad, contribuyendo, además a un proceso de
envejecimiento saludable y activo.

CONTENIDOS

1. LA JUBILACIÓN
Se hará un recorrido sobre la jubilación desde todos los enfoques, haciendo
una reflexión de la influencia de la sociedad en los jubilados y viceversa.

2. SALUD MENTAL Y SOCIAL


Los problemas mentales y consejos para mantener una adecuada salud
mental serán los temas a tratar. Como también, se hará hincapié en la
importancia de las redes sociales, proponiendo alternativas para evitar la
soledad, el aislamiento o la marginación.

3. LA RE-ORIENTACIÓN VOCACIONAL Y OCUPACIONAL


Se entenderá a la misma como un modelo preventivo, que permitirá la
reformulación de un proyecto vital o la formulación de uno nuevo.

1. La jubilación
La palabra jubilar proviene del latín jubilare, que quiere decir, eximir de servicio
a aquellas personas que desempeñan alguna actividad laboral, por razones de
edad o imposibilidad física, señalándose pensión vitalicia o recompensa por los
servicios prestados. La jubilación supone desequilibrios y, seguramente, no es
sin pérdida, ni consecuencias. El tema es que en la actualidad parece natural
pensar que jubilarse implica perder salud mental y física, perder bienestar,
perder deseo, perder poder adquisitivo, perder función social, perder actividad,
en definitiva, perderse como sujeto deseante. Hablar y reflexionar sobre la
etapa de la jubilación plantea inevitablemente un problema social. Las
personas que transitan esta etapa, como grupo diferente e importante en el
ámbito demográfico, con rasgos culturales específicos e intereses propios;
necesitan que se garanticen algunas condiciones que hacen a su bienestar: la
posibilidad de desempeñar roles que den sentido a sus vidas, desarrollar
actitudes distintas a las actuales con las que se dé fin a la falta de integración
social y a todos los prejuicios, mitos y estereotipos que envuelven al proceso de
jubilación. Una mirada diferente sobre los adultos mayores, que los muestran
activos y con proyectos, derrumba los prejuicios que dominaron durante
décadas y rescata los aspectos positivos de la jubilación.

2. Salud mental y social

No sería adecuado caracterizar a una persona en su paso del tiempo con un


patrón genérico, cada uno será en su proceso de jubilación y en su "hacerse
mayor", como ha vivido y aprendido, al igual que todo lo humano, siempre
llevará el sello de lo subjetivo, de lo único, de lo idiosincrásico. El grado de
conflicto que representa para cada individuo terminar la formal etapa laboral y
las conductas defensivas que se adopten estarán determinadas por la historia
personal, las experiencias y representaciones que condicionan habitualmente
sus ideas, emociones y conductas. Pero en general la jubilación se vive de
manera traumática, con las consecuencias que un acontecimiento de esta
característica conlleva.
Los sujetos que están por jubilarse se angustian frente al ideario compartido
sobre el fin de la etapa laboral. Esto produce sentimientos de pérdida de roles,
de actividades, de identidad y del propio lugar dañando la autoestima y
llevándolos en dirección a cuadros depresivos. Es frecuente que la persona se
sumerja en un sentimiento de insatisfacción, relegación y aislamiento que la
conducen a sufrir trastornos de diversas índoles. Asumen entonces actitudes
que van desde la resignación pasiva hasta la rebelión y rechazo. Estas
personas, al encerrarse en sí mismas y colocarse al margen de la vida, ponen
en marcha un proceso de progresiva degradación psíquica y física. Las
personas después de jubilarse, no solo pueden, necesitan, para tener más
opciones de ser saludables, mantener una función productiva. La falta de este
compromiso vital conduce a un rememorar nostálgico, una autonomía
debilitada, productividad descuidada e iniciativa abandonada. Vivir esta etapa
sin ese compromiso implica dificultades para mantenerse sano. El
envejecimiento es un proceso que está rodeado de muchas concepciones
falsas, de temores, creencias y mitos. Envejecer significa adaptarse a cambios
en la estructura y funcionamiento del cuerpo humano por un lado y cambios en
el ambiente social por el otro. Entonces, para lograr una vejez exitosa se debe
mantener una participación activa en roles sociales y comunitarios para una
satisfacción de vida adecuada. Se trataría entonces de que enfrenten esta
etapa de la vida no sólo con serenidad y dignidad, sino como un período que
presenta nuevas oportunidades de desarrollo y realización. También en esta
etapa son importantes los grupos de pares, porque con ellos, el pasado cobra
una dimensión compartida y el presente una tarea de abordaje. Los mayores, si
son convenientemente estimulados, pueden y deben aún aportar muchas
satisfacciones a la sociedad y, especialmente, a sí mismos. Y establecer una
relación afectiva con los más jóvenes, es todo un logro al que pueden acceder.
Una ocupación es un cambio para ellos.

3. Re-orientación vocacional y ocupacional

Mantenerse activo, empleando las fuerzas y habilidades de las que se dispone,


valorar la propia experiencia, la constante actualización y la renovación de las
motivaciones, son algunos de los objetivos de un proceso de re-orientación
vocacional y ocupacional. La re-orientación vocacional y ocupacional se
caracteriza, fundamentalmente, por la re-formulación del proyecto vital y/o
formulación de otro nuevo. Permite cambiar la postura de de-socialización que
conduce a la muerte social, por una de re-socialización, con una nueva
programación del tiempo libre, con compromiso subjetivo en nuevas
actividades laborales, recreativas, culturales y/o sociales. Surge así para el
sujeto la posibilidad de adoptar un rol con renovadas expectativas y
comportamientos, la posibilidad de modificar el curso diario de la vida, hasta
ahora organizado en torno a la antigua actividad laboral, esto conlleva una
utilización diferente del tiempo, una reestructuración de los lazos sociales y un
desplazamiento de los intereses personales. La re-orientación vocacional y
ocupacional aborda esta problemática de la etapa de jubilación como proceso
a partir del momento previo y desde una perspectiva preventiva. En general se
cree que en esta etapa del desarrollo evolutivo ya no hay necesidad de una
orientación vocacional ocupacional; que los “abuelos” ya han hecho su vida y
que no les queda mucho por hacer. Sin embargo, muchos de ellos se sienten
aún vitales, con ganas de hacer cosas, aprovechan los años después de su
jubilación para aprender cosas nuevas que quizás desearon hacer toda su vida
pero no habían tenido tiempo u oportunidad.

También podría gustarte