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Procesos Comunicacionales

(Recursos Naturales)

Módulo: 6

Profesor: Daniel López Ferro


Índice de Contenidos Módulo

Contenido
Objetivos de la Unidad .................................................................................................................. 2
Procesos Comunicacionales .......................................................................................................... 2
Resumen del Módulo .................................................................................................................. 24
Bibliografía recomendada ........................................................................................................... 25

Profesor: Daniel López Ferro Página Nº 1


Procesos comunicacionales Módulo

Objetivos de la Unidad

 Conocer los conceptos oratoria.


 Identificar estrategias para hablar en público.
 Reconocer la importancia de la técnica de la palabra.

Procesos Comunicacionales

Oratoria
Cómo hablar bien en público
ESTRATEGIA N º 1
LOGRE QUE LA TENSIÓN SE PONGA DE SU PARTE

Como la mayoría de los seres humanos usted probablemente experimenta algún tipo de
tensión todos los días.
Así que es normal sentir más tensión cuando habla en público. Aquí le decimos cómo
manejar esto a su mejor y propio interés.

Sea objetivo:
Acepte el hecho de que va a sentir alguna tensión cuando hace una presentación. No
se ponga tenso por el hecho de estar tenso ni haga negación de esta realidad.

Identifique la tensión:
¿Siente usted tirantez en sus hombros, mariposas en el estómago, su boca se pone
seca y su respiración se acorta? Eso le ocurre a la mayoría de la gente, no solamente
a usted.

Libere la tensión:
Trate de hacer el siguiente ejercicio. Tense los músculos comprometidos, relájelos y
ténselos nuevamente. Después de cuatro o cinco veces usted va a sentir que los
músculos comienzan a relajarse. Ahora cierre sus ojos y respire despacio por la nariz.
En un minuto aproximadamente usted va a sentir que la tensión se alivia.

Libere la tensión mediante el movimiento:

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Durante la presentación de un tema o punto de vista con sus manos, mueva su cuerpo
de la mejor manera que pueda y trabaje con medios audiovisuales. Esto le ayudará a
convertir la tensión en energía.

ESTRATEGIA N° 2
MANTENGA UN CONTACTO VISUAL

El contacto visual es la forma más poderosa y persuasiva de ganar la atención y obtener


acuerdo.

Use el contacto visual:


No comience a hablar de inmediato. Decida quiénes son las personas claves en la
reunión n, mírelos en la forma que lo haría si fueran los únicos a quienes les estuviera
hablando. Salúdelos o sonríales.
Esta técnica establecerá un contacto personal que le ayudará a crear interés en su
presentación.

Mantenga el contacto visual en todo momento:


Este es un gran paso para obtener la respuesta que usted requiere de la audiencia.
Puede iniciar con una cara "amistosa" y concentrarse en esa persona por unos cuantos
segundos. O puede dividir la audiencia en cuadrantes y hablar a un "amigo" en cada á
rea, esto hace que desarrolle oyentes afectuosos en una forma sistemática.

Determine la audiencia:
Si ve a alguien "en el vacío", el contacto visual ayudará a desviar la atención de esta
persona hacia usted.

Aprenda a leer los rostros:


El contacto visual también le ayudará a leer la reacción de la audiencia. Además, le
ayuda a usted, si es necesario, a cambiar o adaptar su presentación.

ESTRATEGIA N° 3
PÓNGASE RÁPIDO EN MARCHA

Los primeros 30 segundos de su presentación son los más críticos y usualmente los
más difíciles. Este es el tiempo en que usted debe establecerse a sí mismo y su
mensaje. A continuación, le enseñamos cómo salir en los primeros 30 segundos.

Encuentre y use su reloj:


Su reloj es lo que trabaja mejor para usted al abrir una presentación.
El tiempo correcto creará exactamente la relación que usted quiere con su audiencia.

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Las anécdotas que se refieren a las necesidades e intereses de su audiencia pueden


crear un sentimiento positivo de reconocimiento o nostalgia. Pero no se exceda con ellas
ni trate de resultar más simpático de lo que puede ser.

Use los nombres claves de los miembros de la audiencia, en una forma personal y
calurosa, es un método seguro de ponerse la audiencia en la palma de la mano.

Un aspecto sorprendente: Las citas estadísticas y llamativas obtendrá n una seria


atención todo el tiempo. Pero cuidado, no hable de algo que desconozca.

Las bromas son de gran ayuda para "romper el hielo" pero recuerde que una broma
pobremente contada no es graciosa.

Cómo evitar la distracción en usted:


No inicie antes de estar preparado. No use medios audiovisuales en los primeros treinta
segundos.
No trate de apresurar su entrada. Solamente toma 30 segundos preparar una entrada
de 30 segundos.

ESTRATEGIA N° 4
EXPONGA LAS PREGUNTAS SUAVEMENTE

Uno de los temores más grandes es no tener la respuesta a una pregunta o tener la
mente en blanco aun cuando se conozca la respuesta.

Aquí está n algunas formas simples de enfrentar esta situación:

No se salga por la tangente:


Regrese a la sesión pregunta-respuesta. Si no sabe la respuesta, sea honesto. Escuche
la pregunta:
No trate de pensar en una respuesta hasta que escuche y entienda la pregunta
completa. Tómese su tiempo para responder.

Haga cortas las respuestas:

Nunca demore segundos para contestar una pregunta.

Organice su respuesta:

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Conteste las preguntas inmediatamente si puede. Si necesita unos segundos para


organizar su respuesta, use frases como las siguientes: "Esa es una buena pregunta…"
o "Lo que usted pregunta es…"

Admita que usted no sabe: Un simple "le buscaré la respuesta y se la daré” ganará
credibilidad y empatía.

Mantenga control con el contacto visual:

Cuando alguien finaliza de hacer una pregunta, corte el contacto visual y reestablézcalo
con otros miembros de la audiencia, cuando ha terminado de responder, no mire
nuevamente al que pregunta. Las preguntas y respuestas no deben conducir a un
diálogo entre dos personas.

Esto puede causar que el respeto de la audiencia pierda interés. También, use el
contacto visual para fomentar en la gente las preguntas "amistosas" y evite el contacto
visual con aquellos que hacen preguntas que usted prefiere no responder.

ESTRATEGIA N° 5
MUESTRE LOS MEDIOS AUDIOVISUALES CORRECTOS

Si usted está desarrollando más de tres puntos en una presentación y utiliza medios
audiovisuales, estos pueden reforzar su mensaje para una mayor comprensión.

Siga estas simples reglas, cuando use diapositivas, transparencias, carteles u


hojas sueltas.

No use medios audiovisuales en los primeros 30 segundos:


Estos distraen las frases iniciales.

No les hable a sus medios audiovisuales:


Hable directamente a su audiencia.

No lea sus medios audiovisuales:


Úselos para ilustrar lo que está diciendo.

Hágalo simple:
Usted debe tener solamente un concepto por diapositiva o página.

Posicione el mensaje horizontalmente:


La gente está acostumbrada a leer de izquierda a derecha, no de arriba hacia abajo.

Centre el mensaje dentro de márgenes anchos:

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Revise sus medios audiovisuales: Su audiencia debe ser capaz de obtener el punto de
cualquier medio en una mirada.

Recuerde:
Los medios audiovisuales no son la parte más importante de la presentación, es usted.
No se oculte detrás de ellos, literal o figurativa- mente.

ESTRATEGIA N° 6
NAVEGUE A DISTANCIA PRUDENTE DEL PROBLEMA
Aquí hay tres pequeñas palabras que le ayudará n a evitar problemas: repase, repase,
repase.

Una de las mejores formas de evitar problemas es saber lo más que se pueda sobre su
audiencia antes de tiempo.
Trate de obtener una lista de los asistentes antes de la reunión.

Pero si algo debe salir mal, no se atemorice. Su audiencia será comprensiva,


especialmente si usted adopta una actitud de "no voy a permitir que esta situación se
aproveche de mí".

De cualquier manera, usted debe estar preparado para las cuatro crisis más
importantes:

Dificultades técnicas

Los problemas comunes son micrófonos que no trabajan o tienen cables que son
demasiado cortos para permitirle a usted moverse a proyecto- res de diapositivas que o
está n para arriba o en el orden incorrecto.

Evite estos dolores de cabeza personalmente probando todo el equipo de antemano.

Cambio de planes

En el último minuto, su tiempo asignado puede ser reducido a la mitad o aumentado sin
casi aviso previo.

Esta es la razón por la que usted debe planear para ambas situaciones una corta o larga
versión de su presentación. Secreto: Usted puede siempre prolongarla agregando
una sesión de preguntas y respuestas.

Mala disposición del lugar

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Es demasiado grande o pequeño, demasiado caliente o frío. Hay distracciones de ruido


y los asientos pobres. Una vez más, planee con anticipación. Inspeccione el sitio
personalmente y verifíquelo dos veces con la persona a cargo.

Alguien roba su estruendo

Otro hablante "roba" sus mejores puntos. No se ponga defensivo, comunique a la


audiencia lo que pasó, conecte otro punto clave y acorte su presentación.

ESTRATEGIA N° 7
PRACTIQUE
Ciertamente la naturalidad debe prevalecer en cualquier presentación oral, no obstante,
debemos elaborar previamente un esquema para presentar nuestras ideas en forma
clara y concisa. Este esquema debe practicarse a efecto de que nos familiaricemos con
lo que se expondrá luego. Nuestra presentación debe comunicarse oralmente, no leerse
como un informe.

Practicar nuestro discurso nos ayudará a no divagar sino a transmitir una idea exacta
de lo que se va a decir.

Ordene sus ideas según le parezca más lógico y satisfactorio, esto le permitirá aclarar
y ordenar sus pensamientos, practique este orden varias veces y verá cuán fácil le
resultará exponer sus ideas.

Practicar también nos ayuda a desarrollar la confianza en nosotros mismos cuando


hablamos en público. Verá que la intensa excitación nerviosa que muchos desarrollan
cuando hablan en público, desaparece si se ha adquirido dominio del sistema nervioso
y serenidad mediante la práctica. Muchas veces ocurre que un orador trata de decir
algo, pero de esto no pasa, su intención es transmitir ideas, pero los nervios parecen
paralizar su actuación.

ESTRATEGIA N° 8
UTILICE EL LENGUAJE CORPORAL
Para transmitir nuestras ideas, no solamente utilizamos la voz sino también nuestro
cuerpo mediante gestos que a veces son más elocuentes y convincentes que nuestras
palabras. Henri Bergson expresa muy bien el papel importante que juega el gesto. “En
todo orador el gesto rivaliza con la palabra. De la palabra el gesto corre detrás del
pensamiento y procura, él también servir de intérprete”.

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Si permanecemos inmóviles o presentamos un rostro impenetrable estaremos


inevitablemente provocando la monotonía o generando duda en cuanto a si somos
orgullosos o estamos distantes del público.

El auditorio aprecia el significado de la expresión corporal del orador, estará pendiente


de aspectos como desplazamiento, gestos de la cabeza, los brazos, hombros y manos,
contracciones de hombros o los movimientos expresivos de las manos. Recordemos
que a un orador se le ve antes de que se le escuche por lo que esta primera impresión
visual causará una reacción estimativa de la sinceridad, cordialidad y energía de las
palabras que le dirigen.

A continuación, algunos consejos para hacer un adecuado uso de la expresión corporal.

Háblele a todo el auditorio, no solamente a una persona.


Infórmese primero de quién es su auditorio y si es posible averigüe cuáles son sus
preocupaciones, inquietudes y tendencias en relación con el tema que se va a exponer.

Cuide su apariencia física ajustándola al auditorio, a la ocasión y si es factible, a la


naturaleza del mensaje que se va a transmitir.

Procure crear en el auditorio la impresión de que se dirige personal- mente a cada uno
de ellos, esto es de vital importancia porque el oyente tiende a rechazar al orador cuando
parece ignorar su identidad como individuo. Elija a una persona y háblele directamente,
luego haga lo mismo con otra persona y así sucesivamente. Si el auditorio es muy
grande hable por segmentos.

Posición.
No es correcto ampararse detrás de la mesa, sino que en ciertos momentos es
conveniente permanecer a un lado de la misma y moverse unos pasos para dar más
énfasis a las palabras.

Evitemos balancearnos de arriba hacia abajo y hacia los lados. El correcto uso de las
manos es muy importante, algunos oradores juegan con el botón de su chaqueta, otro
enlazará n o desenlazará n sus dedos.

Si se habla de pie no juguemos a la estatua y si se hace sentado manténgase derecho,


pero sin tiesura forzada, deje un espacio de unos veinte centímetros entre el abdomen
y la mesa e igual espacio entre la espalda y el respaldo de su asiento.

Se debe aprovechar estos espacios para avanzar el cuerpo y producir efectos de


acercamiento, confidencia o expresión de algún asunto importante, evite el cruce y
descruce de las piernas.

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Durante la presentación, no mire al suelo fingiendo modestia y organice las ideas antes
de hablar durante unos treinta segundos.

Gestos.
Debe haber concordancia entre lo que se siente y lo que se revela a través del gesto o
la mímica y tenga cuidado de que sean naturales, no estudiados. Utilice esa especie
de lenguaje por signos que es de carácter universal para enviar mensajes que denoten
indicar, rehusar, precaución, división, etc.

ESTRATEGIA N° 9
SEA NATURAL
Cuando exponga sus ideas no adopte poses artificiales ni pretenda ser un “sabelotodo”
pues causará rechazo en el auditorio. La naturalidad se expresa en sus ideas, sus
palabras, su postura corporal, sus gestos, su mirada. No trate de impresionar a los
demás con datos estadísticos o ideas que desconoce o con una vestimenta
extravagante. Sea usted mismo, transmita exactamente lo que sabe y en- tienda que
usted vale no por cuanto pueda impresionar sino por su calidad como ser humano.

Un orador es natural cuando utiliza su propio vocabulario, su habitual modo expresivo,


las palabras y frases deben ser las propias evitando la afectación y el rebuscamiento.

Lo anterior no exime la elegancia pues lo que se trata es de combinar lo natural con lo


preciso.

Se trata de ser sencillo, exacto, aunque no es fácil porque sabemos que hay un público
pendiente de nuestras palabras por lo que el sentimiento innato de vanidad o impulso
natural de egolatría nos puede llevar a tratar de distinguirnos de los demás.
Se deben evitar las falsas sonrisas, los ojos deliberadamente entorna- dos, los
movimientos pedantescos o las admiraciones que se apartan de la naturalidad.

Se dice que los oradores más eficaces son los que han aprendido que hablar en público
es nada más que una conversación privada amplificada. Ellos han aprendido a vencer
la tendencia de los oradores inexpertos de adoptar personalidades totalmente distintas
cuando suben al estrado. Un poco de miedo no significa que usted es incompetente,
es una reacción humana a una situación de gran tensión.

ESTRATEGIA N° 1 0
COMIENCE Y TERMINE BIEN
Se dice que un comienzo interesante es algo que arrebata la atención inmediatamente.
Recordemos como dijo Pascal “prever es prevalecer” y debemos prever no solo el
comienzo sino el final de nuestra exposición.

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La mejor regla de oro para empezar bien un discurso es ser lo más breve posible, caso
contrario, nuestro auditorio se preguntará mental- mente si es que vamos a decir algo.
A veces una muy buena idea no logra impactar precisamente porque se acompañó en
un principio por una verborrea que cansó al auditorio.

Algunos oradores creen que la mejor forma de iniciar un discurso es narrando un cuento
humorístico pero cuidado con esto pues podría provocar más bien la burla y
conmiseración si no somos buenos en estos menesteres. Un buen chiste contado con
gracia para ejemplificar algún punto es como un confite que adorna un pastel, la crema
que le da color, pero no el pastel mismo.
Otro error que debemos evitar es comenzar con una disculpa como
“yo no soy orador”, “no estoy preparado para hablar” cualquiera del auditorio podría
pensar “y entonces para qué continuar”
El auditorio está ahí para aprender y pasar un rato agradable y no para escuchar
nuestras excusas.
Respetemos la curiosidad del auditorio con la primera frase y habremos conquistado el
interés de su atención.
Podemos también generar curiosidad con una pregunta interesante, una frase, anécdota
u otra exposición que, aunque no esté relacionada con el tema pueda provocar el
interés. Una buena forma de acompañar estas expresiones y hacerlas más atractivas
es mostrar algún objeto ya que es una excelente forma de atraer la atención.
Las palabras de un hombre famoso siempre atraen la atención por lo que también esta
es una buena opción para iniciar un discurso.
Para comenzar bien, debemos también conocer al auditorio y determinar cuáles son sus
intereses lo cual nos permitirá orientar más acertadamente nuestra frase inicial.
Cuidemos eso sí de que esta frase se escuche natural y no estudiada, imaginemos
que estamos relatando algo a un amigo.

ORATORIA
Las 7 Estrategias de la Comunicación Oral
Introducción

La capacidad de exponer con claridad, credibilidad y confianza es importante no sólo


para nosotros mismos como personas, sino también para la empresa en que trabajamos
y la comunidad a la que pertenecemos. De hecho, la forma en que nos presentamos
y exponemos nuestros mensajes influye en cómo los demás nos perciben y en
nuestros logros tanto profesionales como personales.
The Seven Strategies of Master Presenters (Las Siete Estrategias de los Oradores
Consumados) explora las diferencias esenciales entre el orador con- sumado y el orador
al que aún le que- dan aspectos por mejorar. El libro está lleno de ejemplos con los que

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los autores explican en qué consisten las estrategias y técnicas que caracterizan a los
grandes oradores. Asimismo, proponen una serie de ejercicios ideados para que el
lector reflexione y busque en su interior, practique antes de hablar en público, obtenga
feedback de sus compañeros y de su público, mejore continuamente y, en definitiva, se
convierta en un maestro orador.
El libro tiene por objetivo que sus lectores comprendan y dominen las siete estrategias
de los grandes oradores llevándolas al más alto nivel. Estas siete estrategias fueron
desarrolladas por los autores tras examinar detenidamente la bibliografía sobre técnicas
de exposición en público, además de realizar entrevistas a 26 de los mejores oradores
de Estados Unidos y a algunos de los más renombrados coaches en oratoria. Estas
estrategias y técnicas han sido probadas en el aula, en los seminarios impartidos por
los autores a alumnos de diversas procedencias.

El orador consumado

En su investigación los autores descubrieron que son cinco adjetivos los que describen
a los oradores expertos: creíbles, competentes, compatibles, preocupados y dinámicos.
En primer lugar, entre los factores que contribuyen a que un ponente resulte creíble,
se encuentran la honestidad, la autenticidad y su capacidad para exponer lo que ha
anticipado en la introducción sin salirse del guion ni del tiempo establecidos. En
segundo lugar, un orador dispone de dos minutos para demostrar su dominio del tema,
ya sea apoyándose en su propia experiencia e investigación, ya en la síntesis de la
investigación ajena. Si no lo hace dentro de ese tiempo, aún tiene una segunda
oportunidad, pero ello le supondrá un esfuerzo extra. En tercer lugar, en esos dos
minutos debe también establecer su compatibilidad con los asistentes puesto que va a
ser su modelo: es un hecho psicológicamente demostrado que la gente aprende de
las personas hacia las que siente afinidad imitándolas como si de un modelo se tratase.
Utilizar cierta dosis de humor auto despectivo, sin llegar a descalificarse, es una de las
mejores formas de crear esa afinidad y romper el hielo. A David Brooks, uno de los
autores del libro, lo suelen presentar diciendo que “ha hablado en los cincuenta estados
de la Unión, en todas las provincias canadienses y en doce países". Al tomar la palabra,
Brooks reconoce que es cierto, pero aclara que en ocho de esos diez países fue sólo
para pedir indicaciones. En cuarto lugar, según un dicho anglosajón "a la gente no
le importa cuánto sabes, hasta que sabe cuánto les importas". Una de las prime- ras
cosas que llama la atención de un orador profesional es que su principal preocupación
no es enseñar o exponer un tema, sino aprender y conectar con la gente. En quinto y
último lugar, los oradores consumados son dinámicos y transmiten esperanza,
motivación y energía al público asistente.

Para llegar a ser un experto en exposiciones orales, los autores recomiendan poner en
práctica la técnica de la ligera ventaja (the slight edge technique), que consiste en
desarrollar una técnica en concreto y utilizarla de forma intencionada para mejorar de
forma constante. Quien fuera presidente de la línea aérea SAS, Jan Carlzon, decía que

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“es más sencillo hacer 1000 cosas un 1% mejor que intentar hacer una única cosa un
1000% mejor". Los autores insisten en que dicha mejora debe ser gradual, pues al igual
que el mejor vino, los mejores oradores se van haciendo poco a poco.

Estrategia 1: Conozca a su público


Todos hemos asistido a grandes exposiciones en las que el único problema era estar
dirigidas al público equivocado, ya fuera porque el orador no se informó bien de ante
quién tenía que hablar y cuáles eran sus necesidades, ya fuera porque su presentación
no se correspondía con la composición demográfica y psicográfica de su público. Para
no caer en este error, los autores nos presentan ocho técnicas para conocer a nuestro
público, sin dejar de enfatizar que una combinación de todas ellas generará los mejores
resultados.
En primer lugar, el orador debe realizar dos tipos de estudio antes del encuentro: un
estudio demográfico, que proporciona información cualitativa de orden general, y un
estudio específico en el que se realizan preguntas más detalladas con la finalidad de
averiguar información más concreta sobre las necesidades de formación o
desarrollo. En segundo lugar, tiene que realizar entrevistas cara a cara con alguno de
los participantes, pues ello no sólo le proporcionará información relevante, sino que
también le ahorrará tiempo de preparación al permitirle enfocar el tema con más
claridad. En tercer lugar, frente a las entrevistas cara a cara, las entrevistas por teléfono
tienen la ventaja de ser más rápidas y anónimas. Al hacerlas por teléfono, es importante
garantizar al entrevistado garantías de confidencialidad y realizar preguntas de altura
para obtener respuestas de altura. No hay que olvidar nunca que las preguntas deben
sernos útiles para concretar el contenido de la exposición. Para una mayor fiabilidad se
deberá entrevistar al menos a tres personas y así poder contrastar sus opiniones. En
cuarto lugar, los estudios de casos funcionan muy bien en workshops, sesiones de
formación técnica u otro tipo de sesión en las que el objetivo sea que los asistentes
resuelvan problemas de forma más eficaz y creativa. En ciertas instancias, se puede
entregar el caso a los participantes para que lo preparen con la debida antelación e,
incluso, solicitar su resolución por escrito como requisito para asistir al seminario.
En quinto lugar, los autores destacan las visitas al lugar de trabajo como medio para
adquirir información de primera mano sobre el entorno laboral de los participantes.
McRae ha bajado a 1.000 metros bajo tierra antes de preparar una conferencia para un
grupo de mineros o se ha trasladado a una plataforma petrolífera antes de impartir un
seminario a un grupo de personas que trabajaban en la misma. En sexto lugar, seguir
la jornada de trabajo de uno de los empleados que asistirá a la conferencia nos puede
proporcionar una idea exacta sobre qué tipo de cosas hacen y cómo desarrollan su
labor. En séptimo lugar, los informes anuales o de otro tipo proporcionan valiosa
información sobre la empresa u organización que ha solicita- do nuestros servicios. Por
último, no debemos olvidar la información disponible en Internet, tanto en la página
oficial de la empresa como en otros sitios web.
El orador debe asegurarse de que sus propias metas, las metas organizativas y las del
público asistente se encuentran en la misma línea. Ello se logra cuando existe una

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afinidad entre nuestro tema y el tema que tratan otras ponencias que tendrán lugar
dentro del mismo marco, cuando el contenido se ajusta al nivel de experiencia o
conocimientos de los asistentes, cuando tenemos en cuenta la homogeneidad o
heterogeneidad del público y cuando no ignoramos el cansancio, estado de ánimo y
estilo de aprendizaje de los asistentes.

Estrategia 2: Prepare un contenido sobresaliente.


Mark Twain decía que, por lo general, le llevaba tres semanas preparar un buen discurso
improvisado, haciendo referencia al hecho de que los grandes discursos son resultado
de una concienzuda preparación. Algunos oradores al hablar demuestran sus grandes
dotes de comunicación, pero el contenido de su ponencia resulta más bien flojo.
Para los autores, una gran exposición es aquella que tiene el poder intelectual de
motivar a quienes la oyen a explorar otras formas de pensar y, al mismo tiempo, cuenta
con el poder emocional de motivarles a actuar de un modo diferente. En su opinión, la
preparación del contenido, su estructuración y su comunicación son tres actividades
interrelacionadas que, cuando fluyen armónicamente, dan lugar a un proceso creativo
estimulante y cuando no lo logran viene a ser como quedarse atrapado en un atasco.
Por muy buena que sea la capacidad de comunicación del orador, nada le salvará del
fracaso si el contenido de su ponencia es mediocre. En este apartado, exploraremos la
forma de des - arrollar un contenido magistral.
Para comenzar, el contenido de la exposición tendrá más fuerza si se presenta desde
una perspectiva firme y comienza con una frase impactante. Ese contenido puede
reforzarse también haciendo una pregunta retórica que haga pensar a los asistentes y
reclame toda su atención. Por otra parte, el título de la ponencia funciona como un
gancho: supone un elemento clave de decisión para cualquier individuo que se plantee
si asistir o no a la misma y, a la vez, genera unas expectativas respecto al contenido.
No tenga miedo de ser innovador inventando títulos del tipo “El Efecto Alfred Hitchcok:
Cómo Ponerle Suspense a una Presentación" o "El Show del Juego de Internet:
Maximice el Uso Potencial de Internet en su Empresa", en lugar de utilizar clásicos
populares como "Marketing por Internet para Principiantes” o “Gestión Efectiva del
Tiempo para el Director Actual". Lo cierto es que los primeros títulos son frescos y
originales, irradian energía, resultan prometedores y tienen atractivo, mientras que los
segundos son predecibles y tienen tan poca vida que hasta los leemos más despacio.
No lo dude y con- viértase en el rey o reina de los títulos. Lo tiene fácil: sea intrépido y
seductor, sorprenda, póngale novedad, originalidad, magia y emoción.
En nuestras presentaciones debemos prestar especial atención a los comienzos y
finales. Investigaciones sobre la memoria muestran que el material que se recuerda
más fácilmente y resulta más impactante es el que se encuentra al comienzo y al final.
Por ello es conveniente abrir y cerrar toda exposición de forma contundente. Por otra
parte, puesto que vivimos en un mundo cada vez más acelerado en que los despegues
rápidos son norma habitual, sólo tiene 90 segundos para captar la atención del público
(aunque algunos expertos piensan que ese tiempo es aún menor). De hecho, las
investigaciones muestran que cuando nos presentan a una persona, comenzamos a

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formarnos una opinión de ella en siete segundos. En definitiva, nunca hay una
segunda oportunidad para causar una buena primera impresión. En cuanto al final,
una buena forma de terminar la exposición es con una rápida revisión del material
cubierto o utilizando una cita genial, una historia o una anécdota.
Las citas son un material perfecto para potenciar el contenido y lo bueno de ellas es que
existe una para cada ocasión. Las podemos encontrar en un repertorio, aunque
con los avances tecnológicos resulta más cómodo hacerlo utilizando un programa
informático o incluso alguna página web de las muchas que hay dedicadas a ello
(los autores mencionan www.bartleby.com). Los autores también recomiendan ir
recopilando nuestras propias citas en un diario o utilizar un programa informático para
almacenarlas. Esto último nos permitirá realizar una búsqueda rápida, llegado el
momento.
Las historias son otro de esos ingredientes que ilustran el contenido y animan la
exposición. Lo mejor de todo es que los asistentes las recuerdan mucho después de
haber olvidado el nombre del conferenciante y el tema sobre el que habló, con lo cual
constituyen un método de enseñanza realmente eficaz. Pueden utilizarse de las
seis maneras siguientes: como introducción; para romper el hielo con la finalidad de
sacar al participante de sus preocupaciones externas e introducirle en el aquí y ahora
de la sesión; como ejemplo, explicación o ilustración; como estudio de caso; como
metáfora y como conclusión. Podemos extraer historias de fuentes tan diversas como
libros, revistas, películas, la biblioteca, los archivos formales e informales de la empresa
u organización, cuentacuentos, nuestros hijos, amigos, familia y demás: todo vale si
no nos extralimitamos al utilizarlas. Con frecuencia las historias sobre nosotros mismos,
en las que mostramos nuestro lado más humano con la finalidad de ilustrar un punto,
resultan ser las que tienen más fuerza intelectual y, si lo sabemos hacer con humor,
también son las más divertidas. Esto se debe al deseo inconsciente del público de
simpatizar con el orador, especialmente si este les resulta alguien cercano y sin afán de
superioridad.
Sin embargo, los grandes presentadores no se limitan a las historias. Por el contrario,
para que sus exposiciones resulten enérgicas, memorables e impactantes, se apoyan
en la triple ventaja de utilizar, en primer lugar, historias convincentes para ilustrar el
concepto, en segundo lugar, una simulación para que los asistentes adquieran una
experiencia de primera mano y, finalmente, una conclusión avalada por pruebas
científicas. Es lo que los autores denominan en the Three "S" Advantage, en
referencia a las iniciales en inglés de Stories (historias), Simulations
(simulaciones) y Summary of Scientific Evidence (sinopsis de pruebas
científicas). La utilización de estos tres elementos produce una sinergia de efecto
multiplicador, que se puede ilustrar utilizando la siguiente analogía matemática:
3+3+3= 9 mientras que 3x3x3= 27. El orden de los elementos se puede alterar según
las necesidades de la exposición.
En un fantástico libro titulado Escribir una Tesis Doctoral en Quince Minutos al Día, Joan
Bolker introduce el concepto de "borrador cero" (Zero Draft), que es un documento
privado en el que el escritor vuelca sus pensamientos por escrito; el siguiente paso

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consiste en pasar a limpio los datos redactando un documento que, al igual que el
anterior, es sólo para sus ojos. En estos momentos no se busca la perfección, sino tan
sólo dar salida a los pensamientos y producir conceptos. En los márgenes y entre
líneas, se van añadiendo ideas como si se tratara de un diálogo. Aunque termine
descartando el 90% de estos pensamientos, el 10% restante valdrá su peso en oro.
En la tercera etapa, el autor escribe para su público y, finalmente, en la cuarta se habrá
completado el proceso con la creación de un documento de gran valor tanto para su
autor como para el público ante el que lo expondrá. Estos pasos se pueden transferir
también al dominio de las presentaciones, ponencias, conferencias y discursos. Usted
puede comenzar su propio borrador cero en cualquier momento, antes o después de
encontrar un título, es indiferente. En la tercera etapa, al reformular el contenido, lo
haremos teniendo en mente el público al que va dirigido. Es aconsejable practicar y
recibir feedback para poder pulir tanto el contenido como la ejecución.

Estrategia 3: Organice el contenido de forma excepcional


Por muy relevante que sea el contenido y muy buen orador que usted sea, si su
exposición está mal organizada puede darla por perdida, pues los asistentes serán
incapaces de seguir sus razonamientos y concluirán que no conoce el material, que es
usted vago y caótico y, por tanto, no merece la pena prestarle atención. Por el contrario,
los oradores de gran nivel pasan mucho tiempo no solamente trabajando en el contenido
y en la comunicación del mensaje, sino también en la organización del mismo. A
continuación, examinaremos cinco técnicas con las que aprenderá a organizar sus
presentaciones.
En primer lugar, es aconsejable introducir organizadores avanzados: se trata de marcos
de referencia que nos sirven para organizar mentalmente el contenido que vamos a
exponer. Ante todo, recuerde que no es posible ser demasiado claro. Por ello, los
grandes oradores utilizan organizadores para situar a los asistentes, pues dándoles
una visión general de la estructura, éstos saben cómo será la presentación. Es
esencial, al comienzo, anunciar cuántos puntos se van a tratar y, cada vez que concluya
uno de ellos, señalarlo al auditorio: "ese era el segundo punto". Dichas
explicaciones se pueden apoyar en material visual.
En segundo lugar, para fortalecer la ordenación pueden utilizarse ocho estructuras
organizativas: la cronológica, la geográfica, la analítica, la funcional, la
comparativa, la conflictiva, la metafórica y una combinación de las anteriores. Las
presentaciones cronológicas, como su nombre indica, están organizadas de principio a
fin, o de fin a principio (cronológica inversa), mientras que las presentaciones
geográficas utilizan lugares para situar la acción.

Por su parte, las presentaciones analíticas se dividen en subtemas relevantes y


demuestran la relación entre los mismos, mientras que las funcionales ayudan a
profundizar en la comprensión y apreciación del funcionamiento de las cosas utilizando
un determinado procedimiento. Contrastes y comparaciones funcionan bien juntos; por
ejemplo, podemos encontrar puntos en común y puntos divergentes entre

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estadounidenses y canadienses. En cuanto al conflicto, es una faceta humana que


podemos ver tanto en la vida real como en las películas. De hecho, en la mayoría de
las películas se introduce algún tipo de conflicto en los 30 primeros segundos. Las
presentaciones metafóricas, a su vez, utilizan algo que es bien conocido y entendido
para que los asistentes comprendan algo que les resulta complejo. Una mezcla de estos
siete métodos proporciona los mejores resultados. En tercer lugar, hay que asegurarse
de que haya cohesión. Al igual que en una sinfonía con las notas, los conferenciantes
deben tender a la armonía con sus palabras. Para ello, deben seguir los siguientes
pasos: escribir una misión, desarrollar metas y objetivos, formular y responder
preguntas esenciales, utilizar diagramas como guías para exponer pensamientos claros,
ensayar la presentación realizándola ante otras personas que nos proporcionen
feedback, realizar las mejoras pertinentes y, por último, incluir una llamada a la acción.
En cuarto lugar, los autores nos aconsejan prestar atención a las transiciones, pues
estas son clave para la claridad. Las transiciones indican a los asistentes que ha
terminado un apartado y que va a comenzar el siguiente. Según su uso, pueden servir
como resúmenes del con- tenido ya expuesto, como señales de circulación verticales
que indican a los asistentes qué material viene a continuación o como pausas para que
los oyentes descansen antes de pasar al siguiente punto. Existen varias clases de
transiciones: la más sencilla de todas es la delineación, mediante la cual el orador da a
entender que va a cubrir tres temas. Palabras y frases también pueden utilizarse para
indicar una transición de un tema al siguiente, por ejemplo, “a continuación”, “el
siguiente ejemplo”, etc. Mediante fotografías también podemos dar a entender que
termina un apartado y vamos a comenzar uno nuevo. Las presentaciones de
PowerPoint nos permiten utilizar diferentes colores y formatos de diapositiva para indicar
la transición. Podemos además utilizar un puzzle de cuatro piezas para simbolizar las
cuatro partes de una presentación o enfatizar los cambios modulando la voz y utilizando
el lenguaje corporal adecuado.
En quinto y último lugar, es esencial comprender la importancia de la sincronización. Si
su ponencia es una de las varias que se ofrecen durante una conferencia o congreso,
exija ver la pro- grama. Infórmese de quién va a hablar antes y después para encajar
correcta- mente su presentación. Y esté listo para cualquier imprevisto, para ser flexible
e incluso para omitir contenido, ya que el público puede perdonar muchas cosas, pero
nunca que un conferenciante se pase de hora.

Estrategia 4: Desarrolle una comunicación dinámica


El discurso sonaba a conferencia de economía. Carecía de elocuencia y el orador no
utilizó historias, bromas o referencias ilustrativas para dotarlo de interés humano.
Hacerlo peor era casi imposible. Se llamaba John Fitzgerald Kennedy y era su
primer discurso.
Y es que, como Kennedy, muchos ponentes preparan demasiado el contenido y no
prestan atención a la presentación, mientras que otros preparan poco el contenido, pero
poseen grandes dotes oratorias. Los grandes oradores encuentran el equilibrio entre

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ambos. A continuación, examinaremos trece técnicas que le enseñarán a realizar una


comunicación dinámica.
En primer lugar, evite comenzar utilizando frases trilladas del tipo “estoy muy contento
de estar aquí hoy", pues no sólo hacen que el público desconecte, sino que se malgasta
un tiempo precioso. Churchill las odiaba. De todas formas, si de verdad quiere alabar
a sus anfitriones, los autores recomiendan que lo haga a mitad del discurso, que es
cuando realmente resultan verosímiles. En segundo lugar, utilice palabras enérgicas, ya
que potencian su persona y hacen que su mensaje resulte tan sagaz que harán el
esfuerzo de escucharle. En tercer lugar, haga que su presentación fluya aprovechando
el impulso de las cosas que dice en primer y último lugar, las que repite con frecuencia
y las que se le da bien decir. En cuarto lugar, póngale un poco de suspense. El 90% de
los ponentes utiliza presentaciones crono- lógicas para ordenar y contar historias; sin
embargo, las presentaciones resultan más entretenidas si se les añaden flashbacks o si
se hace una presentación cronológica inversa (foreshadowing), contando primero las
consecuencias y luego analizando cómo llegamos a ellas. En quinto lugar, utilice algún
artilugio para darle una nota dramática a la par que divertida. Si hay un sustantivo en su
presentación, plantéese utilizar el artilugio que lo representa. Uno de los autores,
McRae, menciona varias veces en uno de sus seminarios "la llave para abrir el proceso
de negociación" y, cada vez que lo hace, saca una llave de esas antiguas que todos
hemos visto en los pueblos. Con el tiempo, encontrar artilugios se convierte para
algunos en una obsesión y ven artilugios por todas partes. Seguro que usted también
puede encontrar alguno para lucir en sus presentaciones.
En sexto lugar, utilice representaciones teatrales para dar vida a sus exposiciones. En
séptimo lugar, utilice la pausa siempre que quiera enfatizar algo, antes y después
de lo que desea enfatizar. En lenguaje oral, las pausas equivalen a las comillas del
lenguaje escrito. En octavo lugar, utilice el humor en el momento oportuno y de la forma
adecuada, pues es un arma poderosa que puede ensalzar o destruir su presentación.
A todos nos gustan los chistes, pero no todo el mundo sabe contarlos. En noveno lugar,
tiene 90 segundos para ganarse la atención del público. Una forma de lograrlo es utilizar
ejercicios participativos que ejemplifiquen el punto que desea probar. En décimo
lugar, el role play puede ser una de las mejores actividades para aprender, pero no
todos querrán participar y debe ser por tanto una actividad voluntaria. En undécimo
lugar, utilice el aprendizaje activo haciendo que los asistentes resuelvan problemas
reales y luego deje que los asistentes comparen sus soluciones antes de exponer las
decisiones que tomaron en la vida real. En duodécimo lugar, prepárese para las
preguntas anticipándolas, ya sea pensando en ellas usted mismo como parte del
feed- back que recibe de otros o realizando un ensayo general de su presentación con
público incluido. Abrir la sesión a ruegos y preguntas puede resultar arriesgado:
algunas personas pueden realizar preguntas que sólo les interesan a ellas mismas y
entorpecen a los demás. Pero lo peor que le podría ocurrir es que alguien se pusiera
desagradable y, en ese caso, lo mejor es no contestar sino simplemente decir una frase
del tipo "la contestación a esa pregunta es larga, si quiere se lo explico a usted cuando
acabemos”, luego volver a tomar posición en el estrado y dirigir la mirada a otra parte.

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Para acabar, su última oportunidad de recoger todo lo que ha dicho en su presentación


es un final de impacto, que puede tomar muchas formas, incluida la de un poema.

Estrategia 5: Haga que recuerden el contenido


No basta con que el material sea bueno y esté bien presentado: perderá la mayor
parte de su valor si no hace que sus oyentes lo recuerden, lo pongan en práctica y lo
transmitan. Los ponentes experimentados se esfuerzan tanto en este particular como
en el contenido, en la exposición y en la organización. Para parecerse a ellos, le
sugerimos que asimile y aplique las estrategias y técnicas que siguen hasta que las use
con comodidad en todas y cada una de sus exposiciones.

Según las investigaciones, transcurridas 24 horas desde una presentación, la gente


recuerda el 50% de la información expuesta, mientras que dentro de las siguientes 24
horas olvidará un 50% de ello. Por muy bueno que sea el orador o por muy bien que a
los asistentes se les dé escuchar, el individuo medio olvida el 75% de lo que oye en una
conferencia. Por ello, le proponemos once técnicas para que recuerden su exposición.
En primer lugar, es aconsejable repetir y decir con otras palabras lo que ya ha dicho,
pues si repetimos un dato siete veces, las posibilidades de que la gente lo recuerde
aumentan en un 80%. Por eso los oradores con experiencia repiten, repiten y repiten.
Un error bastante común es el de dar por supuesto que "lo he dicho, lo han oído,
podemos pasar a otro tema". Los lectores siempre pueden releer, pero los oyentes no
pueden re-oír. Los grandes oradores también cambian sus explicaciones y comienzan
exponiendo un principio de simple aplicación para poco a poco ir añadiendo complejidad
al asunto.
Otra técnica que utilizan es la de pedir a uno de los asistentes que resuma el material
cubierto antes de pasar al punto siguiente con la finalidad de fomentar el
aprendizaje activo, ya que, a diferencia del aprendizaje pasivo, el activo hace que la
gente recuerde a largo plazo. Pregúntese qué presentador preferiría usted: uno que
explica un concepto, da un par de ejemplos y pasa al punto siguiente o uno que expone
el concepto y divide al público en grupos para que busquen ejemplos y aplicaciones
prácticas.
Con el fin de lograr que los asistentes estén atentos, los autores recomiendan que nos
sirvamos del humor, del factor novedad y del factor sorpresa. Puesto que a todo el
mundo le gusta reír, la gente estará más atenta si piensa que van a contarle algo
divertido; además, cuando nos reímos, nos relajamos y cuando nos relajamos,
aprendemos. La mayor parte de las presentaciones o ponencias comienza de una forma
previsible, por eso a Brad McRae le gusta comenzar sus seminarios de negociación con
el estudio de un caso de negociación que los participantes deben leer y resolver.
Otra técnica para que la gente recuerde durante mucho tiempo la información que oye
es la utilización de trucos memorísticos y reglas nemotécnicas. De la misma manera,
mucho después de haber olvidado el nombre del orador y el título de la ponencia,
la gente recuerda las historias. También hay que saber utilizar los momentos

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definitorios, que son aquellos en que los asistentes no sólo comprenden una parte de la
exposición, sino que además se dan cuenta de que lo han entendido. Otra técnica muy
útil es el anclaje, que consiste en hacer que una idea, concepto o principio se fije en la
memoria de una persona. Asimismo, las metáforas también proporcionan poderosas
imágenes; por ejemplo, hablando de una fusión, un ponente utilizó el Cubo de Rubik
como metáfora de la complejidad de una fusión, en la que, al mover un elemento de
sitio, se mueve otro y por ello se hace necesario ser paciente a la hora de buscar
soluciones.
Otra interesante técnica es la de escribir una obra de teatro en tres actos invitando a
los participantes a que reflejen el comienzo, desarrollo y fin de un tema que les
inquiete. Igualmente, se les puede solicitar que escriban una canción o busquen una
banda sonora para apoyar sus argumentos. Los juegos son otra técnica que potencia la
memoria a largo plazo y anima cualquier seminario: cualquiera de los juegos que hemos
jugado en nuestra infancia o de los que hemos visto en la televisión es susceptible de
ser adaptado. En el libro leemos sobre el buen resultado que uno de los autores
consigue utilizando el famoso concurso televisivo “50 por 15 ¿Quiere ser millonario?".
En su versión seminario, un grupo de participantes prepara las preguntas en orden
ascendente de dificultad y selecciona a un presentador: esta pregunta a un con-
cursante elegido entre el público asistente si quiere seguir adelante arriesgándose a
perder lo que ha ganado hasta el momento.
Para hacer que la gente ponga en práctica lo que ha aprendido, los autores apuntan
cinco técnicas: desarrollar un plan de acción en el que los participantes describan
cómo utilizarán lo que han aprendido; fijar metas SMART (por sus siglas en inglés,
que se corresponden con específicas, mensurables, alcanzables, realistas y con
una fecha de entrega); desarrollar un formulario de seguimiento; fijar una cita
para hacer una clase de seguimiento y, por último, utilizar un formulario tres por
tres en el que los participantes escriban tres cosas que el ponente u orador hace bien y
tres cosas que debería mejorar. Finalmente, para que los participantes puedan
transmitir el contenido podemos utilizar el método de compañeros (mediante el
cual se pone a trabajar juntos a dos de los asistentes para que entre ambos puedan
dar uso a lo aprendido), organizar actividades de tipo role-play y el juego del vídeo
virtual en el que muestren las habilidades adquiridas, dar seguimiento por teléfono y
correo electrónico, dialogar por Internet, organizar reuniones de grupos de gente con
intereses afines, escribir una carta al supervisor para que haga un seguimiento o
establecer contratos de aprendizaje con el supervisor de los empleados para seguir
impartiendo seminarios que hagan progresar a los empleados en el camino del
aprendizaje.
Recordar y poner en práctica los conocimientos adquiridos son dos funciones
importantes. Sin embargo, el círculo no se completa hasta que otras personas que no
estaban en el seminario participan de los conocimientos impartidos en el mismo. Sólo
entonces puede el conferenciante estar seguro de que su presentación ha conseguido
excelentes resultados: cuando los asistentes se lo enseñan a sus compañeros o lo
revisan con sus supervisores. En definitiva, cuando todo ese conocimiento se

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transfiere al lugar de trabajo y se convierte en parte integrante de la cultura


empresarial.

Estrategia 6: Contrólate a ti mismo, a asistentes difíciles y situaciones difíciles.


Los grandes oradores no sólo se conocen a sí mismos y ejercen sus dotes de auto-
control, sino que además han aprendido a reconocer y tratar las circunstancias que
afectan la capacidad de escucha de los asistentes. La Zona de Máximo
Rendimiento es esa condición del orador en la que no está ni oxidado ni quemado, sino
que se encuentra en su mejor momento. Para situarnos en esa zona, debemos
asegurarnos de tres cosas: en primer lugar, que estamos realizando las atribuciones
adecuadas, es decir, que cuando encontramos un obstáculo en nuestro camino
reaccionamos correctamente valorando la situación de forma realista. En segundo
lugar, observando y cambiando nuestro diálogo interno en caso de que fuera necesario.
Y, en tercer lugar, evitando ser demasiado perfeccionistas, pues el coste de hacer las
presentaciones bien a un 99% es demasiado elevado y provoca un exceso de estrés
que un 95% de perfección no generaría.
En este sentido, hay personas que exteriorizan todo lo que les sucede, es decir, que
culpan de ello a factores externos como el destino o la suerte; mientras que otras
personas lo interiorizan, es decir, se consideran responsables de lo que les sucede y
son dueñas de su destino. El desarrollo de una presentación o ponencia es solamente
responsabilidad del orador y por ello depende del compromiso que tiene por comenzarla
y acabarla (lo más difícil en el desarrollo de una presentación), de cómo supere los
obstáculos que se pongan en su camino, de lo persistente que sea en la labor, de su
capacidad de perdonar sus propias faltas y comenzar de nuevo y, por último, de su
capacidad de controlar la ansiedad.
Los autores piensan que para desarrollar este trabajo es necesario que haya algo de
ansiedad, de estrés, de tensión. No se trata de eliminar la ansiedad, ya que esto sería
contraproducente, sino de controlar un exceso de la misma que tampoco es bueno.
Para lograrlo, los autores recomiendan elaborar una lista de todos los elementos
necesarios antes de comenzar a hablar, de forma que podamos revisarla; también
hacer ejercicio de forma regular, respirar profundamente para tranquilizarse, utilizar un
cacao de labios para evitar que se nos resequen los labios, hablar con los asistentes
antes de comenzar para aliviar tensiones, saber bien cómo comenzar y como terminar
y, por último, establecer un contacto visual con asistentes que parezcan simpáticos
y transmitan buenas vibraciones.
Por otra parte, existen dos tipos de asistentes problemáticos que pueden sacar al orador
de su zona de máximo rendimiento y que suelen aparecer inesperadamente: existen los
que son problemáticos en una situación en concreto y los que siempre lo son. Ante
cualquiera de los dos, tenemos tres alternativas: ser víctimas, ser supervivientes o
manejar la situación sacándole partido. El ponente debe aprender a realizar un
diagnóstico adecuado de la situación y no tomársela a pecho. Por ejemplo, si observa
que un asistente en la segunda fila está en las nubes, nunca debe dar por hecho que
no le interesa lo que está diciendo: tal vez ese individuo simplemente acaba de tener

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una fuerte discusión con su esposa. En ocasiones, el tipo difícil es el propio orador, que
de tan bien como conoce el tema lo expone a un nivel superior al de los participantes.
En tales casos se aplica el Principio del Cambiar Primero, según el cual, para cambiar
la conducta de otra persona, primero debemos cambiar la nuestra. Finalmente, para
tratar con situaciones que están fuera de nuestro control, los autores aconsejan que
minimicemos los efectos de dicha distracción reconociendo que se ha producido y
actuando de inmediato, en lugar de hacer caso omiso y continuar como si nada hubiese
sucedido, algo que causaría mala impresión. Por ejemplo, en el supuesto extremo de
que se produzca un hecho tal como un accidente en el que ha habido víctimas, lo mejor
es guardar unos minutos de silencio y, si los asistentes no oponen ningún obstáculo,
seguir con el plan original. Sin embargo, los más frecuentes suelen ser los
problemas técnicos de sonido; para esos casos es bueno tener preparada alguna
frase jocosa del tipo “¿Cuántos de los que están sentados en el fondo de la sala saben
leer en los labios?”, “Sea lo que sea ese ruido, se está acercando" o "en realidad, esto
es un buen negocio, me van a oír dos veces" (una oradora ocurrente ante un micrófono
con eco). En tales situaciones es importante relajar al público y que este perciba que
están intentando arreglar el problema: no deben verle enfadado por muy frustrante
que sea la situación. Los profesionales nunca pierden los papeles. Por el contrario, hay
que estar preparado para afrontar cualquier imprevisto y ser muy ocurrente, como
aquella otra ora - dora cuyo ordenador portátil murió justo antes de empezar la
presentación. Por suerte, había impreso y repartido copias de la misma, pero comenzó
su charla anunciando que vendía un portátil con poco uso.

Estrategia 7: Mejora Total de la Calidad


Total Quality Improvement (TQI), o mejora total de la calidad, es un proceso continuo
que requiere un análisis, evaluación y ajuste constantes. Las mejores empresas
mundiales aplican la TQI con la finalidad de mejorar sus productos y obtener mayores
beneficios. De la misma manera, los grandes profesionales de la oratoria se consagran
a la mejora continua, practicando a fondo su discurso antes de hablar en público y
escuchando atentamente el feedback de quienes les escuchan.
La mayoría de los oradores prepara demasiado el contenido y relega a un segundo
plano la comunicación. Para contrarrestar esta tendencia es aconsejable comenzar a
practicar lo antes posible y hacerlo con frecuencia, simular de la forma más fidedigna
posible la sala y el público, realizar ensayos, hablar ante diferentes tipos de público
que nos proporcionen feedback sobre diferentes aspectos y observar la presentación
desde varias perspectivas.
Como vemos, el feedback es un elemento esencial para mejorar continua- mente. Los
autores denominan feed - back destacado a aquel que causa tanto impacto en quien lo
recibe que cambia su forma de actuar. Son muchas las técnicas que podemos utilizar
para obtener feedback de las personas que nos escuchan. De entre ellas, los autores
destacan doce: el formulario tres por tres anteriormente mencionado en el que los
asistentes escriben tres puntos fuertes y tres puntos débiles, el más clásico formulario
de evaluación de la presentación, la evaluación "Un Céntimo por Sus Pensamientos"

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en la cual se reparten cinco céntimos al comienzo de la sesión para que los


asistentes paguen al conferenciante según consideren su actuación, la evaluación
con Post-ir en la que los asistentes apuntan aspectos positivos y negativos en papeles
de diferente color, el formulario de evaluación diaria, el feedback enfocado que se
lleva a cabo realizando una encuesta por correo electrónico en la que sólo se realizan
una o dos preguntas con la finalidad de obtener información en profundidad
sobre las mismas, el feed - back de grabaciones de audio y vídeo, el análisis de las
partes que componen el programa para darnos una idea clara de cuáles funcionan y
cuáles necesitan un cambio y el análisis instantáneo de componentes, similar a la
evaluación con Post-ir pero centrado en los componentes en lugar de en la
presentación como un todo. Esté siempre alerta para identificar oportunidades de
obtener feedback y sacar el máximo partido del mismo, pida a los suyos que le den su
opinión y realice una evaluación de resultados obtenidos a lo largo del tiempo.
Por último, un buen ponente debe ser consciente de las distorsiones que producen en
el resultado final las evaluaciones demasiado positivas o demasiado negativas. Existe
una ley del 10-80-10, según la cual al 10% de los asistentes les parecerá fantástico todo
lo que haga, mientras que al otro 10% les va usted a resultar tan antipático que criticarán
hasta el más mínimo detalle. El 80% restante es el grupo para el que realmente está
hablando. Por ello, algunos orado- res prefieren utilizar el sistema olímpico de
puntuación: se desechan las puntuaciones más altas y las más bajas y se hace una
media de las restantes para obtener un resultado más cercano a la realidad.

El poder de aprender durante toda la vida


Los grandes oradores son, ante todo, aprendices en el camino de la vida, es decir,
personas que se dedican a aprender continuamente. Es precisamente ese
compromiso de enriquecimiento personal lo que les hace buenos orado- res. Los
autores presentan siete métodos para continuar aprendiendo durante toda la vida. Estas
siete vías van desde aprender de las experiencias (los estudios realizados demuestran
que el 50% de lo que saben los líderes y directivos lo han aprendido de la experiencia),
a aprender de los mentores que han recorrido previamente el mismo camino y de los
coaches, que pueden utilizar todos sus conocimientos técnicos para ayudarnos a
desarrollar nuestro propio estilo. Caben también las opciones de unirse a un grupo
de personas con un interés común de forma que aprendamos más sobre los temas
sobre los que tendremos que hablar en público, aprender a pensar como los
expertos estudiándolos a través de vídeos u otras grabaciones, entrevistar a los
mejores oradores que encontremos y, por último, leer los mejores libros, ver las
mejores películas y asistir a los mejores cursos que se impartan sobre el arte de hablar
en público.

Conclusión
En el mundo universitario y empresa- rial, realizar presentaciones y hablar en público se
ha convertido en algo ordinario. Para realizar exposiciones, muchos se apoyan en
una herramienta tan imprescindible en nuestras vidas como son los programas

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Procesos comunicacionales Módulo

informáticos. Pero dichos programas no dejan de ser más que un apoyo para el orador.
Cabe cuestionarse si el orador nace o se hace. Para McRae y Brooks la respuesta es
contundente: todos podemos mejorar nuestras dotes oratorias si nos preparamos
concienzudamente para ello con la ayuda de los consejos que presentan en su libro.

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Resumen Módulo

Resumen del Módulo

Se podrá observar cuáles son las estrategias para hablar bien en público.
A continuación, se describe con precisión el estudio realizado para definir cuáles son las
estrategias orales más importantes al momento de capacitar en empresas y
organizaciones.

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Bibliografía Módulo

Bibliografía recomendada

 Ferraro, Eduardo Alfredo. Recursos Humanos. Cap. 9: Comunicación en la


empresa. Valleta ediciones. Bs. As. 1999.
 Schvarstein, L. Psicología social de las organizaciones. Cap. 3: Semiótica de las
organizaciones.
 Scheinsohn, Daniel. Dinámica de la comunicación. Módulos I: La comunicación.
Módulo II: Las herramientas de la comunicación corporativa.
 CONCEPTO COMUNICACIÓN. Artículo publicado en la revista CUARTILLAS
del Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia - CIPA - No.
14-marzo de 2003, p-p 36-39.
 EL PROCESO DE LA COMUNICACIÓN. Dr. Ramón Salas Perea. Extraído del
CD Diplomado en Educación Médica, Misión Barrio Adentro. 2006.
 Watzlawick, Paul. La Comunicación Humana.
 Paul Watzlawick - Teoría de la Comunicación Humana.
 COMUNICACIÓN EN INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES: UNA
APROXIMACIÓN TEÓRICO-ANALÍTICA A SU DIVERSIDAD CONCEPTUAL.
Egidos, Dionisio (2000), Revista Latina de Comunicación Social, 35 - Extra
Argentina.
 Costa, Joan. 1995. "Comunicación corporativa y revolución de los servicios".
Barcelona. Edit. Ciencias Sociales.
 Van Riel, Cees. 1997. "La comunicación corporativa". Madrid. Edit. Prentice Hall.
 Muriel María Luisa y Rotta, Gilda. 1980. "Comunicación Institucional: enfoque
social de las relaciones públicas". Quito. Edit. Ciespal.
 Piñuel Raigada, José. 1997. "Teoría de la comunicación y gestión de las
organizaciones". Madrid. Edit. Síntesis.

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