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| tiempo bioldgico Con su cémputo en minutos, meses 0 aiios, los relojes biolégicos mantienen en punto el funcionamiento del cerebro y del organismo entero Karen Wright | psicobislogo John Gibbon solfa lamar al tiempo “el contexto primordial”: un hecho in- crustado en Ia vida y experimentado por t dos los organismos de cualquier época. Para la lor que extiende sus pétalos al amanecer, para los gansos que vuelan al sur en otofo, ura las langostas que se asocian en enjambres cada 17 aos, e incluso para los mohos del suelo que es porulan en ciclos diarios, la sincronizacién lo es todo. Fn e] organismo humano Ios relojes biol6gicos mar fan los segundos, los minutos, los dias, los meses y Jos afios. Gobiernan los movimientos de fracei6n de segundo de un servicio en el tenis y explican los de sarteglos producidos por el cambio de los husos ho- ratios en los viajes, la aparieién mensual de las hor- fmonas menstruales y 10s accesos de melancolia que ‘0s Ilegan con el invierno. Los cronémetros celulares fueden decidir incluso cuéndo se apaga nuestro tiempo Los marcapasos implicados divergen entre si no ‘menos que un reloj solar y un cronémetro, Los hay sxactos ¢ inflexibles. Otros, aunque no tan fiables, se hullan sujetos a un control consciente. Algunos se ac- ivan por ciclos planetarios, otros por ciclos molecu- hues. Son esenciales para la mayoria de las comple- jus tareas que realizan el cerebro y el organismo. Los Inecanismos de determinacién de los ritmos nos ayu- ‘hn a entender el envejecimiento y la enfermedad. El sincer, la enfermedad de Parkinson, la depresisn es: lucional y el problema de Ia deficiencia de atencién ‘© han vinculado a fallos en el funcionamiento de los Relojes biolégicos, ‘Aunque queda mucho por conocer sobre Ia fisio- Jngia de estos marcadores del tiempo, 1a neurologfa y taias disciplinas nos ofrecen ya respuestas & las INvEsTIONCION y CleNCIA, noviembre, 2002 tiones més acuciantes planteadas por Ia experiencia humana en la cuarta dimensién, gPor qué la expecta- tiva de un acontecimiento demora el paso del tiempo? {Por qué vuela éste cuando nos divertimos? ;Por qué puede provocamos indigestién pasar la noche enters trabajando o estudiando? ;Por qué vivimos més que los hamsters? Es s6lo cuestién de tiempo el que los estudios sobre estos relojes despejen incdgnitas més profundas de nuestra existencia, El cronémetro psicoactivo i este articulo despierta la curiosidad del lector, el tiempo que le dediearé transeurrira veloz. Se le hard eterno, si le aburre. Tiene la culpa un “cron6. metro” de nuestro cerebro — reloj de intervalos— que identifica lapsos que van de segundos @ horas. El re- lj de intervalos ayuda a calcular la velocidad con que debemos correr para llegar al balén en el campo de juego. Nos dice cudndo hemos de aplaudir nuestra ccancién favorita, Nos hace sentir cudnto tiempo po: demos seguir en la cama después de que haya sonado el despertador Estos cronémetros de intervalo afectan a las facul- lades cognitivas superiores de la corteza cerebral, cen- to que controla la percepeidn, la memoria y el pen: samiento consciente, Cuando nos acercamos a un seméforo, por ejemplo, podemos calcular el tiempo gque ha estado en dmbar y compararlo con un recuer- do que nos dice cusnto tiempo dura habitualmente en cendido el foco smbar. Decidimos entonces si frena- mos © apretamos el acelerador Stephen M. Rao, de la Universidad de Wisconsin. ha estudiado, apoyado en la técnica de formacién de imagenes por resonancia magnétiea funcional (RMO), qué partes del cerebro se hallan implicadas en cada una de estas eta- pas. En la maquina de RMf, los su- jetos escuchan dos pares de notas musicales y exponen si el intervalo entre el segundo par es més corto (© mas largo que el que media en. we el primero. Las estructuras ce. rebrales involueradas en la tarea con sumen més oxfgeno; el barrido de RMF registra cambios en el flujo de sangre y la oxigenacién una vez, ‘cada 250 milisegundos. Cuando ha- ‘cemos esto, las primeras estructu- ras en activarse son los ganglios basales. Asociado desde hace mucho con el movimiento, este conjunto de re- giones cerebrales se ha convertido en el principal sospechoso de las Investigaciones sobre mecanismos posibles de los cronémetros de in. tervalo. Un érea de los ganglios basales, el cuerpo estriado, alberga tuna poblacién de células nerviosas muy bien conectadas que reciben seflales de otras partes del cerebro. Las ramas largas de estas células, el estriado aparecen cubiertas por espinas, en mimero de 10.000 a 30,000; cada una recoge informa cién de una neurona diferente tuada en otra regidn. Si el cerebro acta como una red, entonees las neuronas espinosas del estriado de- vienen nédulos criticos. Se trata de tuno de los escasos lugares del ce ebro donde millares de neuronas convergen en una sola, Modelo de Meck as neuronas espinosas del es- Lito ccopn lento de wa pom de intervals que Warren Rieck, hoy on ls Universidad de Duke, devarols con Gibbons To igo del timo deceno Estate. dores nerviosos en la corteza cere bral: células nerviosas activadas en momentos diferentes, sin relacion con los tempos de las células veci- nas. En efecto, se sabe que muchas e6lulas corticales se excitan a unas velocidades que varfan de 10 a 40 ciclos por segundo, sin estimulo externo. Se trata de neuronas que oscilan segdn su propio ritmo. Los osciladores corticales se co- nectan con el estriado a través de millones de ramas portadoras de sefiales. La informacién la reciben las eélulas espinosas. Entonces alg: cdigamos la luz émbar de un sem foro— lama la atencién de las cé Tulas de la corteza. La estimulacién mueye a todas las neuronas de la corteza a entrar en actividad, eau- sando una espiga caracteristica en la descarga cléctrica unos 300 mi- lisegundos después, Esta espiga de atencién actia a modo de pistole- tazo de salida, después del cual las células corticales reanudan sus os- cilaciones erriticas, Pero, como han comenzado si- multéneamente, los ciclos generan ahora un patrén claro de aetivaeién nerviosa, de momento a momento, que puede reproducitse. Las neuro nas espinosas controlan estos. pa trones de activacién, que ayudan a “medir” el tiempo transcurrido. Al final de un intervalo espectfico —cuando, por ejemplo, el seméforo se pone rojo—, la sustaneia negra, tuna parte de Ios ganglios basales, envfa una descarga del neurotrans- misor dopamina al cuerpo estriado, La descarga de dopamina insta a las neuronas espinosas a registrar el patron de las oscilaciones corti- les que reciben en ese instante, como un flash luminoso que ex pone Ia firma cortical del intervalo sobre la pelicula de las neuronas espinosas, Para cada intervalo, hay un identificador temporal propio. '= Hay en ol cerebro un “cronémetro” que detecta intervalos de segun- dos, minutos y horas. "= Otro medidor de tiempo, mas parecido a un relo] que a un croné- ‘metro, sincroniza muchas funciones corporales con el dia y la no- che. Este mismo reloj podria dar cuenta del trastorno alectivo esta- 1 Un reloj de arena que gobiera el nimero de veces que puede aivi- dirse una célula podria imponer una cota a nuestra longevidad Una vez que la neurona espinoss identificé el identificador temporal del intervalo relative a un suceso determinado, sicmpre que vuelva a ccurtir el mismo evento se produ ira cl “pistoletazo” cortical, con la liberacién simulténea de una des: carga de dopamina al comienzo del intervalo. La descarga de dopaming indica ahora a las neuronas espi nosas que presten atencién a los patrones de los impulsos corticales que siguen. Cuando las neuronas espinosas reconocen la marca tem- poral que revela el final del inter valo, envfan un pulso eléetrico de estriado al télamo, otro centro del cerebro. El télamo, a su vez, se pone cen contacto con la corteza; las fun cones cognitivas superiores —coma la memoria y 1a toma de decisio: nes— asumen el mando. Por tanto, el mecanismo de sefalizacién ten: poral de los intervalos recorre us Circuito, que va de la corteza al es. triado, pasa desde éste al télamo, para retornar a la corteza, Si el modelo de Meck es acer: tado y la descarga de dopamina de sempefia un papel importante en Is delimitacién de un intervalo tem: poral, entonces las enfermedades y los medicamentos que afectan los niveles de dopamina deberan cor tar también ese circuito o bucle de cconexiones. Hasta ahora eso es pre cisamente lo que Meck y otros lao encontrado. Los pacienies con en fermedad de Parkinson, por ejem- plo, liberan menos dopamina en el estriado; sus “relojes” se retrasan, En algunos experimentos, estos pi: cientes infravaloran sisteméticamente la duracién de los intervalos tem: porales, La marihuana provoca un des- censo de 1a dopamina disponible y frena el tiempo. La cocaina y la metanfetamina, drogas estimulantes, aumentan la disponibilidad de do: pamina y aceleran el “reloj de in- tervalos”; el tiempo parece trans- currir més deprisa. La adrenalina y otras hormonas del estrés promue- ven también Ia aceleracién del re loj; en ello podria esconderse a razén de que, en situaciones dest agradables, los segundos se nos an- tojen horas. Los estados de con: centracién profunda 0 emocids extrema pueden inundar el sistema © ignorarlo por completo; en esos Investicacion ¥ ClENCIA, noviembre, 20) Reloje Conocenos circadiano (a ciclos de 241 peep "AOR El reloj c Los cictoe o la actividad enciclos do 2 minim. Para corebro 80 ap tina dol ojo. G mento, la ma onde probab promoviondo sida y durack uiasmaticas Luogo, los NS rmacion alas del cuerpo qu 80s circaciano oss que lev a segregar mo En respuesta ‘cha roja) que i cleo paravent t61mino, prove Fidad, sin emb que el ndcleo¢ ronas do la par tuna sofa! quo| (fechas verde Investicactos ¥ Cl urona espinosa cador temporal e que vuelva a ento se produ- cortical, con nea de una des- | comienzo del neuronas espi- atencign a los sos corticales » las neuronas ‘Ia marca tem final del inter- 0 eléctrico del otro centro del su vez, se pone orteza; las fun- ma de decisio- ndo, Por tanto, jalizacién tem los recorre un a corteza al es- iste al 1élamo, Meck es acer- ¢ dopamina de- nportante en la intervalo tem- fermedades y ue afectan los a deberdn cor- uito o bucle de ra eso ¢s pre= ck y otros han con, por ejem- jopamina en el anos, estos pas stematicamente intervalos tem ovoca un des- 18 disponible y 1 cocaina y Ta 2 estimulantes, bilidad de do- | reloj de in- ) parece trans- aadrenalina y estrés promuc- eracin del re- esconderse Ta uaciones desa- dos se nos an- tados de con- ja 0 emocién ndar el sistema: ileto; en esos. noviembre, 2002 Relojes cerebrales CoNOCENOS LA ExISTENCIA de un reloj de intervalo (arriba), que mide intervalos que duran hasta horas, y un relo| cireadiano (abajo), que conduce determinados pracesos orgénicos a su punto maximo y a un punto minimo on, clos do 24 horas. (eS (CABO EL TEN El reloj circadiano Los cIcios bianios de luz y oscuridad influyen cuando la actividad de muchos procosos fisiolégicos que operan fen cicios de 24 horas se hallaré en su punto maximo y minimo, Para identifcar las fluctuaciones de la luz, e! cerebro se apoya on las células ganglionares de la re tina del ojo. Cuentan algunas de las eelulas con un pig ‘mento, la melanopsina, a él corres- onde probablomente detectar la luz, promaviende que lae eélulas ganglio™ naras envien informacién sobre inten sidad y durecién a los nicleos supra- ‘uiasmaticos (NSQ) del cerebro. \Luego, los NSQ transmit la intor- macién a las regiones del cerebro y del cuerpo que controlan los proce: 508 circadianos, Se conocen las eu- 12808 que llevan a a glandula pineal ‘a segregar melatonina, la hormona del sueho (aiagrama), En respuesta a la luz del dia, los NSQ emiten senales (Ne- ‘ona roja) que impiden que otra regién del cerebro —el nu: ‘leo paraventricular— produzca una senal que, en ultimo | temmino, provocara a liberacién de melatonina. En a oscu- rided, sin embargo, los NSO liberan el freno, permitiendo que ol nucleo paraventricular retransmita, através de neu- ‘onas de la parte superior de la médula espinal y cuallo, una sefial que insta la segregacién pineal da malatonina | (techas verdes) L Reloj de intervalo SEGUN UN NoDELO, el comienzo de un suceso que dura una canticad de tiempo familiar (la luz mbar del sematoro, que persiste unos cuatro segundos) activa el "poten de inicia" del rele} de intervalo, ‘evocando dos respuestas corabvales. Excita un subgrupo determinado de célu las nerviosas covticales que eniran en ‘escena a volocidades diferentes (a) para que momenténeamente actuen juntas (by flechas verdes en el cerebro} insta ue las neuronas de la eustancia negra segreguen dopamina, un sefializador quimico (fecha puirpura), Ambas sefiales despiertan las células espinosas del es twlado (c), que supervisan los patrones de conjunto de los impulsos procedentes de las células corticales después da que estas neuronas reasuman su diferente volocidad do activacion, Puesto que las células cortcales actan en sinoronia al comienzo del intervalo, los patrones pos- teriores oourren con la misma secuencia cada vez y adoptan una forma Unica y ‘exclusiva cuando se aleanza al final del intervalo familiar (a). En ese momento, el ‘cuerpo estriado envia una senal de “se ‘acabé al tiompo" (Nlechas rojas), a raves de otras zonas del cerebro, ala corteza, responsable de la toma de decisiones, ~ Sena emitse dspae oqo! NNSQ cere cde ns ibsfcen =" FRENO LIBERADO supraquasmaticn Nacteo— paraventricular Invisrigncton y Crencta, noviembre, 2002 casos, dirfase que el tiempo se de- tiene © que no existe en absoluto. Puesto que un bloqueo en la aten- cién inicia el proceso indicador del tiempo, se supone que las persor hiperactivas, con déficit de atencién, podrian (ener problemas para esta blecer la duracién real de los in tervalos, El cronémetro de intervalos, so ‘metido a entrenamiento, puede ope- ar con una mayor precisién, Los iisicos y los atletas saben que con Ia préctica mejoran su identifica ion de los intervalos. Una persona corriemte puede valerse de algunas estratagemas de cmputo crono- métrico (de uno a mil) para com- pensar las Timitaciones de su me- canismo. Rao prohibe que los individuos de sus ensayos euenten durante los mismos, porque podrfan activarse los eentros cerebrales re- lacionados con el lenguaje y con el pautado del tiempo, Pero el contar funciona, al menos para identificar a los impostores. EI efecto resulta tan ostensible, que puede saberse si estén contando 0 controlando el tiempo con sélo fijarse en la exac- titud de sus respuestas. Un reloj solar para nuestro cuerpo Ur ys ities de nuesuo ‘ronémetto que pata los in tervalos estriba en su flexibilidad Podemos activarlo 0 detenerlo yoluntad ¢ incluso ignorarlo por completo. Puede funcionar subli- rminalmente o hallarse sometido al control de la conciencia, Se descu~ bbrié que la precision de los ctond- metros de intervalo se sitia entre un 5 y un 60 por ciento, No fun- cionan demasiado bien si estamos tensos o distraidos. Y los errores en el mareaje del tiempo se agra- van con el alargamiento de los in- tervalos Por fortuna, disponemos de otto seloj mis riguroso, que opera a in- tervalos de 24 horas. El reloj cir- cadiano (del latin circa, alrededor de, y dies, un dia) sintoniza nucs- tro organisme con los eiclos de luz solar y de oscuridad, originados por la rotacién de la ‘Tierra, Nos ayuda a programar el hébito diario de dormit por la noche y desper- tamos por la manana. Pero su in- flujo va més alld. La temperatura corporal aleanza su punto culmi- nante al caer la tarde y su minimo antes del amanecer, La presién ar: terial comienza a elevarse entre las, 6 y las 7 de la manana. La secre cidn del cortisol, hormona asocinda al estrés, es de 10 a 20 veces mas intensa por la mafiana que por la noche. La micei6n y los movimientos intestinales, suprimidos durante la noche, se reinstauran por la manana, El ciclo circadiano opera sin ne- cesidad de estimulos externas. Los estudios realizados con voluntarios recluidos en cuevas y otros coba yas humanos han demostrado que los patrones circadianos persisten en ausencia de luz solar. Se expre- san en cada una de las eélulas de nuestro cuerpo. Confinadas en una. placa de Petri y sometidas a ilumi- acidn constante, las células hu manas siguen con sus ciclos de 24 horas en punto a la actividad de sus genes, secrecisn de hormo- nas y produccin de energia, Los ciclos, sélidamente establecidos, varfan’ menos de un 1 por ciento: escasos minutos en el curso del dia, Pero si no se requiere Ia luz para establecer el ciclo circadiano, sf se precisa para sincronizar la fase de este reloj (an riguroso con los ci clos naturales de dia y noche. Lo mismo que un reloj mecinico que se adelanta 0 se atrasa unos pocos minutos cada dia, el reloj citcadia- no necesita un ajuste continuo para mantener su exactitud Gracias al progreso de la neuro- logfa conocemos la intervenci6n de Ia luz solar en el ajuste del reloj Desde hace tiempo se ha conside- rado que el lugar del reloj se halla ten dos conjuntos de unas 10.000 Iulas nerviosas del hipotilamo, Tras decenios de investigacién con ani- males se ha demostrado que los cen- tos en cuestisn, 0 niicleos supra icos (NSQ), controlan. las as de la presién arterial, la temperatura corporal y cl estado de vigilia. Los NSQ in. dican también a la glindula pineal del cerebro cusindo debe liberar me Iatonina, que promueve el sueiio en el hombre y se segrega sélo por la noche, A comienzos del aio en curso varios grupos de investigadores com probaron que, en la retina, deter- minadas células especializadas trans- mitian informacién sobre los nive- les de luz-a los NSQ. Tales eélulas un subgrupo de cllas se denomi= nan célulay ganglionares— operan ‘con independencia absoluta de Ios ‘conos y bastoncillos, estructuras median ta visi6n y son mucho me. nos sensibles a cambios rapidos de luz. Esta morosidad conviene @ un sistema circadiano. Pero el papel de los NSQ en los ritmos cireadianos se esta reconsi- derando a la vista de otros hallaz~ gos, No hace mucho, se admitia que los NSQ coordinaban Jos relo jes celulares de los Grganos y teji- dos de nuestro cuerpo. A mediados de los noventa se descubrieron cua: tro genes criticos que gobiernan el ciclo cireadiano de la mosca, de Jos ratones y del hombre. Los ge- nes reguladores no se limitan a con: trolar los NSQ, sino todo el resto también. Constituy6 esa observacién tuna novedad. No se esperaba que e508 relojes genéticos se expresa ran en todo el organismo, en todos los tejidos. En la Universidad de Harvard acaba de mostrarse que Ia expr sign de mas de 1000 genes de to Jido cardfaco y hepitico de ratones varia en perfodos regulares de 24 ho- ras. Pero los genes que revelaban la presencia de estos ciclos circa dianos, amén de diferir de un te jido a'o1ro, alcanzaban el apogeo de su expresidn en horas diferentes en el corazén y en el higado, Se ha demostrado que los hora ros especificos de alimentacién pus den alterar Ia fase del reloj circa iano del higado, ignorando el ritmo de luz y oscuridad seguido por los NSQ. Cuando a las ratas de labo: ratorio, que habitualmente comen ¢ voluntad, se da el alimento solo tuna ve7.al dfa, por ejemplo, la ex presién méxima de un gen tempo: ral del higado se despiaz6 12 ho- ras, mientras que el mismo gen temporal de los NSQ permanecié anclado en sineronfa con la luz so Tar. Tiene sentido que los ritmos ho: rarios de alimentacién afecten al higado, dado su papel en la diges: tidn. Y se sospecha que los relojes circadianos en otros. Grganos y te: jidos podrian responder a otros es tmulos fordneos —estrés, ejercicia ico y cambios de temperatura— TNVESNGACION ¥ ClENCIA, noviembre, 201 que ocurren d periodicidad dk dispuesto a di su autoridad s corporal, la pr ritmos Fundam cuestionable. | tro cerebral, ha 6rganos que o La autonom riféricos ayudi tornos asociad de husos horar viaje. Mientra de intervalo | lun instante, e mos circadiant pentino en la el huso horar cepcién de la €l reloj de los, por qué seguir relojes. El cuer en un ndmerc diferentes, El ritn EL retov on afecta al desd diario de muel procesos fs os. Eldiagra dela derecha senta los rtm circadianos ti de alguien qu se levanta ten no por la maf ‘come al medi dia y duerme. ta noche. Aun tos ritmos cic ros tienden a sinoronizados los ciclos de k y oscurided, factores —ten tura ambiental rario de comic lestrés y ojarci pueden ifr tambien, FUENTE To Bd IXvEsTIoAcion ¥ ). Tales células las se denomi- nares— operan ahsoluta de Tos estructuras que son mucho me= bios ripidos de 0s NSQ en los. fe otras hallaz- ho, se admitia naban los relo- Srganos y teji- 90. A mediados, scubrieron cua- ie gobicrnan el la mosca, de ombre. Los ge~ ¢limitan a con- 5 todo el resto. esa abservacién : esperaba que os Se expresa- smo, en todos. id de Harvard que Ia expre- 0 genes de te. ico de ratones: ulares de 24 ho- que revelaban 8 ciclos circa: ferir de un te- ban el apogeo oras diferentes, el higado, que los hora imentacign pue- del reloj circa jorando el ritmo guido por los. ratas de labo- alimento s6lo ejemplo, In ex- un gen tempo. esplazs 12 ho. cl mismo gen (Q permanecis eon la luz $0- ¢ los rtmos ho- in afecten al el en la diges: que los relojes: érganos y te der a otros, sirés,ejercicio temperatura — fve ocurren de manera cegular con Posblemente, la sensacin de an totalmente distintas del ciclo de vi Priodcidad de 24 horas. Nadie estésancio y confusion provocade por gila'y de tue o el ciclo de [slur ispuesto a cesirvar a los NSQ: el eamblo de huso ne perdura por: ¥ cackrilad: Con su organo vic spor I presion atrial y otros ban por sincronizarse de mevo. Pero Unios al mamo empo, na dzbe s- fimos fundamentales continda in- Tos Gperarios que cambian sus tur~ prendernos que los Gbreroy sujetos qosetbralhay oscladores en otros estudiantes y otras aves noctuimas cidencia mayor de enfermedades Es attonoaic Go'lor tlajst BO" dete, Posdea CsA: avantrende una, Cualer Jeter toruayte, wa héicos ayudn a explicar los tres. suerte de dble vida fisolégica, dl susto feos asociados al cambio brusco incluso aunque echen una ceberada fis usos horarios Iuogo de un largo que otra durante el dia, sus cfimos tije. Mienttas que el crondmetro centalescontindan gobernados por UN reoj de intervalo puede reajustarse en los NSQ, razén por la cual las fun- pata todas las estaciones tn insante, en el ajuste de los it~ clones basieas siguen “durmienda” JE desajuste provoeado por los fo: civcadianos se tardan dias y 2 por le noche. Se puede forcar cl ci- EY viajes imervontincaalcey los Pettino en la duracién del dia o en pu, pero no se puede establecer excepcionales, en las que el rel tepcin dela luz veajustalentamente cortisol y las Variaciones de tem aleracign y desfase con respecto 2 direioj de los NSO, Pero no tionen peratura Corporal se aleancen antes sus telox de luz_y oncuridad 0 de or qué seguir su ejemplo los otros 0 después sueiio y vigilia, Sin embargo, eso relojes. El cuerpo se halla desfasado En el interin, los horarios de co- mismo acontece en el curso del aio, en_un nimero elevado de ritmos — mida y actividad fisica podrfan ajus- si bien con menos brusquedad, al diferentes. tar los relojes periféricos a fases cambiar las estaciones. Aunque a El ritmo de la vida 22:30 oe Sipreisn—MEDANOOHE Ex petov cncaino pres ateca al desarrolo “raestna ad diario de muchos coat pron cos. El diagrama enka dela derecha repre- senta los ritmos 30 eircadianos tipicos 19:00 vs de alguien que Tompoatura corpera corperal més boa se levanta tempra- maxima comunwan, 4g Caneel moder prin tc sina | diay duerme por 18:00 6:00 | la noche, Aunque los ritmos circadia P 645 | nos tlenden a estar ‘ ‘ = etevacion aguda sineronizados con 17:00 oo ~ f cela presion losciclosde luz Efienciacardavascuar| - aerial Ylensén musciat 30 yoscutidad, otros “ptimas 7 Cosa a secreién factores —tempera- Sonora ta embiental no 15:90 Tiempo de reaccion 4 8:30 tas do comida, oe . setae Motel tat yjrcco— ie rae pueden influir Cooranacion 10:00 también. ‘alma Estado de vita 12:00 ‘to MEDIODIA ENTE: Tho ody Clok uit Ber Host, por Minas Sloat y Lyne Lamba, Haney Hal, Investigacion ¥ Ciencia, noviembre, 2002 See Oe STEERS: Couey ane eee Sonas tienden a levantarse a la misma hora. Durante el invierno, en las latitudes septentrionales, eso signi fica que mucha gente se despierta dos o tres horas antes del alba, Su ciclo de suefio y vigilia se halla a varios husos horarios de distancia de los estimulos que le llegan de la luz solar. La falta de correspondencia en- tre la duracisn del dia y la vida eo tidiana podrfa explicar el trastorno afectivo estacional. © TAE, En los Estados Unidos, el TAE aflige a uno de cada 20 adultos, que presentan aumento de peso, apatia, cansancio y otros sintomas’ depresivos, entre jos meses de octubre y marzo. La frecuencia del sindrome en el norte decuplica la registrada en el sur ‘Aunque el TAE ocurre de manera es: tacional, algunos especialistas sos- pechan que se tata en realidad de un problema circadiano. Para Alfred Lewy, de Ia Universidad de Oregén, los pacientes de TAE saldrian de su depresisn si se pudieran levantar a Ja hora del alba natural en el in- vierno; pues no se tratarfa tanto de tuna patologia cuanto de la manifes- tacién de un ritmo estacional adap- tado en ciclos de sueno y vigilia Los humanos son los organismos menos sensibles al cambio de las estaciones. El TAE carece de sig nificacién si lo comparamos con los cielos anuales que experimen- tun otros animales: hibernaci6n, mi- gracién, muda del pelo y. sobre el apareamiento, metrénome por ex- celencia al que se acomodan los demds ciclos. Es posible que estos ciclos estacionales se hallen regu- Jados también por el reloj cireadiano, que esi equipado para registrar la duracién de dias y noches. La os- curidad, en Ia forma en que es d Gira y gira experimentan cilos estack rales muy ostensbies: mi ‘ran, hbernan, se aparoan Y ran a pl en momen tos especifeos del ano (las ‘uatro moras ftogretias), tos testicuos del namtor cuadruplican su lamano en Ia ép00a de celo, Estos or clos ee hallan consoldados: tas ardilas enjavtadas, Sigven ibemando al logar laeatacién, aun cuando se mantengan a temperatura constant y periodos invaria bles de luz y oseuridad Tamim fa aves retenias sn condiciones eetabac de Iaboratorio se muiestan in- Geta cvandc lega ia hora dela migracion y mudan y sngoréan en cits anvales Eltnico vestigio esiacional sn el hombre puede sero trast atectve estacona un ataque de daprosion Anal que atecta a algunos inaivduos en el mvorno y puede remediarse con foto- ferapia (lotogratiainfeion 0 simplemente durmicnds hasta qe saga eo tectada por los NSQ y Ia gléndula. pineal, prolonga la produceién de ‘melatonina en las largas noches del invierno y las reduce en el verano. Los hamsters perciben la diferen cia entre un dia de 12 horas, cuando sus e6nadas no erecen, y un dia de 12 horas y quince minutos, cuando sus g6nadas empiezan a hacerlo. Si los ritmos estacionales ejercen semejante influencia en otros ani males, y si el hombre dispone del equipo para expresarlos, gpor qué tentonces los hemos perdido? Quizd no los tuvimos nunca. Hemos evo: lucionado en Tos tr6picos. ¥ muchos animales tropicales no presentan pa trones ostensibles de comportamienia anual. No los precisan, pues las es taciones varfan muy poco. La me yorfa de los animales tropicales se aparean sin relacién con las esta: ones porque no existe un “tiempo Sptimo” para parir, Las personas, también, estin siempre en celo. A ‘medida que nuestros antepasados ed quirieron un mayor control sobre el entorno, las estaciones ixian per diendo significacién como fuerz evolutiva, En la fertilidad humana existe un rasgo ciclico: lay mujeres y otras hhembras de los primates avulan sélo tuna vez al mes. FI reloj que regula Ta ovulacién y la menstruacién cons- tituye un bucle qufmico de retroe limentacién, bien documentado, que puede ser manipulado mediante re lamiento hormonal, ejercicio e in- cluso por la presencia de otras mu enstruando, Pero se desconoce la razén que determina Ja duracién especitica del ciclo mens trual. EI hecho de tener la misma duracién que el ciclo lunar es una ccoincidencia que pocos se han preo cupado en investigar y no digamos explicar, Hasta ahora, no se ha he Mado ningdn nexo convineente en tre la energfa radiante o gravitato- ria de la Luna y las hormonas de a reproduecién en la mujer. En ese respecto, el reloj menstrual de cada mes sigue envuelto en el misterio, La venganza del tiempo Amini se sande a equipara el envejecimiento con las en: fermedades de la vejez —eancer, cardiopattas, osteoporosis, artrtis, enfermedad de Alzheimer, por nom INvESTIGACION ¥ CiENcIA, noviembre, 2002 brar algunas ausencia de ferir inmorta pone todo lo En los pais peranza de v en ciertas m tun dia solo. entre especies logia. Mas, contadas, {4 cuenta? En un eneu zado por el n Nacional de E ticipantes cu los tépicos q los factores duracién natu puesta no pue mente en [a tuna abeja obce aos. Pero la mutacin en puede produc hasta un $0 p que Ia media. alta puede ac pese a lo cual aves, que tie acelerado, vi cién con los equiparable tamafi, lento ‘no duran nec os animales ranza de vids coincidir con | sideramos los ‘quefias suelen que las razas La investig vital humane plano celular, su totalidad, H cano a un rel hhora es lo qu mar el reloj ‘marca el paso lar, 0 mitosis, una célula se ‘mos comparar nna en el que tara_un epis celular. De igu muimero finito pollita, parece en el niimero Tulas normales un cultivo el g tre 60 y 100 para dar luego Investiaacin Y y la gkindula produccién de gas noches del > en el verano, en Ia diferen- horas, cuando, yun dia de inutos, cuando in 2 hacerlo. jonales ejercen en otfos. ani re dispone del rlos, ;por qué verdido? Quiz 2. Hemos evo- cos. Y muchos o presentan pa omportamiento, In, pues las poco. La m: s wopicales se con las esta ste un “tiempo Las personas, pre en celo. A untepasados ad control sobre ones irfan per- 1 como fuerza mana existe un ujeresy otras. tes ovulan s6lo elo) que regula struscién cons pico de retroa- sumentado, que 0 mediante tra- gjercicio a de otras mu- struando. Pero )que determina, el ciclo mens enet la misma 0 lunar es una 05 se han preo- y no digamos a, no se ha ha- se © gravitato- < hormonas de | mujer. En ese nstrual de cada en el misterio. mpo de equiparar nto con kas en= orosis, atrtis, mer, por nom soviembee, 2002 bar algunas— como si bastara la ausencia de enfermedad para con- ferir inmortalidad. La biologia pro- pone todo lo contrario En los paises desarrollados la es peranza de vida supera los 70 aftos; in ciertas moscas, ese factor es de un dfa solo, De tales discrepancias tntre especies se ocupa ahora la bio- logfa. Mas, si nuestros dias estin tontados, {qué es lo que lleva la cuenta? En un encuentro reciente or 2ado por el norteamericano Instituto Nacional de Envejecimiento los par- licipantes cuestionaron muchos de los t6picos que se esgrimen sobre los factores determinantes de 1a duracién natural de la vida, La res- puesta no puede situarse exclusiva mnente en Ia genética de la especie: una abeja obrera vive meses: la reina, alos, Pero la genética importa, La mutacién en un solo gen del ratén puede producir una cepa que viva hasta un 50 por ciento més tiempo que la media. Una tasa metab6lica alia puede acortar Ia vida media, pese a lo cual, muchas especies de aves, que tienen un metabolismo acelerado, viven mis en compara cién con los mamsferos de talla eguiparable, Y animales de gran lamafio, Ientos en su metabolismo, no duran necesariamente més que los animales pequefios. La espe- ranza de vida de un loro viene @ coincidir con la del hombre. Si con- sideramos los perros, las razas pe- quefias suelen alcanzar mayor edad que las razas grandes, La investigacisn en toro al arco vital humano acostumbra cebirse al plano celular, no al organismo en su totalidad, Hasta ahora lo ms cer- cano a un reloj que marea nuestra hora es lo que se ha dado en Il mar el reloj mitético. Este reloj marca el paso de la divisién celu- lar, 0 mitosis, el proceso por el que una célula se divide en dos, Pode- mos compararlo con un reloj de are- ra en el que cada grano represen- tara -un episodio de la division celular, De igual manera que hay un nimero finito de granos en la am- pollita, parece que existe un tope en el ndmero de veces que las cé- lulas normales puede dividirse. En un cultivo el guarismo se halla en- tre 60 y 100 divisiones mitéticas, para dar luego por concluso el pro- IXVESTIGACION Y ClENCIA, noviembre, 2002 ceso, Estas eélulas respiran, meta- bolizan, se mueven, pero no vol- verin a dividirse. En general, las células de cultivo aleanzan su estado de senescencia fen unos pocos meses. Por fortuna, Ja mayoria de Ias eélulas de nues- tro organismo se dividen mucho més espacio que las eélulas cultivadas. ‘Aungue también Hega un momento —tal vez después de unos 70 aftos mds 0 menos— en que se detienen, Pero lo que las eélulas cuentan no es el tiempo cronolégico, sino el ni mero de mitosis. En 1997 John Sedivy, de la Uni versidad de Brown, mostraba que, con una mutacién génica, podian lo- grarse 20 0 30 ciclos mas en el proceso divisor de los fibroblastos hhumanos. Se trata del gen que de- termina Ia proteina p21, que res- ponde a cambios en los telémeros, estructuras situadas en el extremo de los cromosomas. Telémeros y ge- nes estin hechos de ADN. Los pri- ‘eros constan de millares de repe- ticiones de una sccuencia de seis bases del ADN que no codifica nin- guna protefna conocida. En cada divisidn celular se pierden segmentos teloméricos. En el embrién humano los telémeros miden de 18.000 a 20,000 bases de longitud. Cuando se llega a la senescencia, a los telé- meros les quedan sélo de 6000 a 8000 bases. Por eso la biologta supone que Jas células entran en senescencia cuando la extensién del telémero eae por debajo de cierto valor. Tie tia de Lange, de la Universidad de Rockefeller, ha propuesto una nueva explicacién para ese posible nexo. En una célula sana, mostr6, los ex- tremos del cromosoma ser pliegan sobre sf mismos, a la ma- nera de una mano introducida en cl bolsillo. La “mano” serfa las ul- timas 100 0 200 bases del telmero, que €& monocatenario; por tanto, sin emparejamiento, Con la ayuda de una docena larga de protefnas especiales, el extremo monocate- nario se insesta en las dobles ca- denas que le preceden, en busca de proteccién. Si se permite que los teldmeros se acorten hasta determinads lon- tgitud, no podrin valerse de ese me- canismo abrigador. Desplegado, el telomero monocatenario queda al al- bur de una posible fusién con otros extremos monocatenarios. La fusién causa esttagos en una célula, al un cit todos los cromosomas. Por eso las eélulas con una mutacién en p21 que consiguié Sedivy mueren después de entrar en unos cuantos ciclos adicionales de mitosis. Owas células cultivadas para que no se aperciban de los telémeros cortos se tornan cancerosas. En realidad, la senescencia celular podria pro- longar la vida humana, en ver de determinar su decadencia. Podria tratarse de un mecanismo imperfecto de defensa frente al edncer y Ia muerte segura De momento, el nexo entre tel6: meros acortados y envejecimiento parece, en el mejor de los casos, un tanto tenue. La mayorfa de las’ eé- lulas no necesitan seguir dividién- dose para evar a cabo su tarea En todo caso, la pérdida telo- mérica constimye uno mas de los numerosos tributos que deben pa- gar las células al dividirse. La in- tegridad del ADN suele resentirse en la replicacién desarrollada du- rante la mitosis. Las células van acumulando asf numerosos errores genéticos, aunque los genes rela- cionados con el envejecimiento en animales y en las personas codifi- ‘can a menudo protefnas que evitan © reparan esos errores. La divisién celular constituye una empresa muy arriesgada, Eno tee Rerun ‘THE BoDY CLOCK GUIDE TO BETTER HEALTH, Michael Smolensky y Lyn ne Lamberg. Henry Holt and Com: pany, 2000. "NEUROPSYCHOLOGICAL MECHANISMS OF INTERVAL TIMING BEHAVIOR. Mal thew S, Matell Warren H.. Meck fn Bioessay, vol. 22, 1, pags, 94 103; enero de 2000. ‘Te EVOLUNON of BRAIN AcTIVa. TION DURING TEMPORAL PROCESSING. Slephen M. Rao, Andrew R, Mayer ¥ Deborah 1. Harrington en Nanre Neuroscience, vol. 4, 883, pis. 317-323, marzo de 2001 THE LIVING CLock. John D. Palmer ‘Oxford University Press, 2002

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