Tuvimos Un Hijo 371 - 372

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Capitulo 371 En cuanto Gabriela se fue, Anastasia mir6é a Elias y aunque se esforzo por controlar su expresion, no podia detener la amargura que crecia en su interior. De repente, Elias tosid, lo que hizo que Ray le dijera: —Presidente Palomares, olvidé tomar su medicamento esta mafiana. De inmediato Anastasia fij6 su mirada en él y se dio cuenta de que, luego de no haberlo visto durante dos dias, el hombre parecia que habia perdido peso y su rostro se notaba mas palido, por lo que pensé que se habia resfriado. La mujer sacudio la cabeza y él la mir6, pero ella rapidamente apart6 la mirada porque no queria que notara su preocupacion. —Yo también vine a dar mi declaracion — dijo él, en voz baja. —De acuerdo, pasa. —Tras decir eso, Anastasia se dio la vuelta y estaba dispuesta a marcharse. En eso, Ray aproveché la oportunidad y le dijo: \ Pee A = \. —Senorita Torres, permitame acompafiarla__ —Sefiorita Torres, permitame acompafiarla ala salida. —Mientras caminaban hacia el auto de la mujer, Ray aproveché para decirle—: por favor, sea amable con el presidente Palomares, esta enfermo. —Cualquiera puede enfermarse, éno es normal? —Anastasia dijo en su direccién. —No, el presidente Palomares tiene un fuerte resfriado y sufre de un problema cardiaco, desde que regresé de salvarla, no ha dormido en dos dias, anoche también empezo a toser y no tiene buen aspecto. Luego de que el médico lo revisara, se determin6 que sufre de un problema de regulacion cardiaca —explicé Ray. Mientras abria la puerta, dijo: —iDigale que se tome su medicamento a tiempo! —Claro, y usted, conduzca con cuidado, sefiorita Torres. —Ray habia dicho todo lo gue tenia que decir. Una vez que Anastasia dejé la estacion de policias, condujo hasta la empresa de su padre; durante todo el trayecto, lo wnico en lo que podia pensar era en el rostro palido \ de Elias, tampoco entendia como es que, an ae lo que podia pensar era en el rostro palido de Elias, tampoco entendia como es que, siendo un adulto, no recordaba tomarse sus medicinas, sobre todo porque hasta su hijo podia recordar algo tan sencillo. Una vez que Anastasia llegé a la Constructora Torres, entr6 a la oficina de su adre. Habia unos cuantos miembros del personal importante, mientras él, le indic6 que asiento tomar y entré a la reunion. Hizo todo lo posible por entender la conversaci6n, sin embargo, no estaba amiliarizada con el sector de la construcci6n, por lo que le costé entender 0 que se estaba tratando; a la hora de comer, lleg6 Mario. En el momento en que miré a Anastasia, no pudo evitar sentir mariposas en el estomago, como normalmente le sucedia cuando la veia. El hombre sabia que Anastasia y Elias no estaban juntos, por lo tanto, Franco traté més que nunca, intentar emparejarlo con su hija; este era un hombre sensible, asi que se emocioné luego de saber que tendria la oportunidad de cortejar de nuevo ala hija de Franco. Ni siquiera sabia por qué Anastasia habia decidido terminar su relacion con Elias, pero, aun asi, seguia siendo un final que se esperaba. —Anastasia, dejaré que Mario te acompafie durante la tarde mientras me encuentro con unos amigos —dijo su padre. Ella asintio con la cabeza en respuesta. Después de haber experimentado el evento que se dio luego de recoger a su hijo la Ultima vez, Mario la llev6 a propésito a recorrer los departamentos de la empresa, y como era de esperar, cuando Anastasia se dio cuenta de que ya era hora de recoger a su hijo, no tuvieron mas tiempo de terminar con el recorrido. —Debo ir por Alejandro, épuede Ilevarme a la escuela? —iClaro! —respondié Mario. Asi, la acompaiié hasta la escuela de Alejandro, al tiempo, la observé en silencio durante todo el trayecto y se dio cuenta de que tenia un aspecto sombrio, era evidente que estaba pasando por un mal momento en su relacién. Cuando llegaron a su destino, Anastasia se apresur6 a bajar del auto para encontrarse con su hijo, para esto, dejé su teléfono en el auto. Dos minutos después de salir, su teléfono soné. Mario lo tom y vio el nombre en el \ identificador de llamadas: era Elias, por eso, Dos minutos después de salir, su teléfono sono. Mario lo tomé y vio el nombre en el identificador de llamadas: era Elias, por eso, contest6 a proposito: —iHola? éPresidente Palomares? Lamento informarle que Anastasia no se encuentra cerca de su teléfono en estos momentos. —iQuién eres? —La voz fria de Elias pudo escucharse al otro lado de la linea. —Soy Mario Salcido, nos conocimos hace poco, presidente Palomares. —iEn donde esta Anastasia? —pregunt6 para nada feliz. : —Vino a recoger a Alejandro a la escuela y dejo su teléfono en el auto, éhay algo que quisiera decirle? Con gusto le daré su mensaje. —Esta bien. —Luego de decir eso, Elias colg6 la llamada. Al notar su reaccion, Mario sonrié con cierta satisfaccion, pues habia logrado darle una falsa impresién de la situacion a Elias, de manera que el hombre se pondria celoso y se decepcionaria de ella. Sin embargo, \ poco sabia él que, esa llamada era mas que y se decepcionaria de ella. Sin embargo, poco sabia él que, esa llamada era mas que una decepcion para Elias. El hombre iba sentado en el asiento trasero de Ray, cuando de repente, comenz6 a sentirse asfixiado y empez6 a toser fuertemente; al percatarse de la situacion, Ray se detuvo en la carretera y abrio la puerta del lado de Elias mientras preguntaba: —Presidente Palomares, ése encuentra bien? Capitulo 372 Elias se agarré el cuello de la camisa, cerr6 los ojos y luego jadco: —iMe esta doliendo! —éDebo llevarlo al hospital? —Ray estaba ansioso, pues era la primera vez que veia a Elias en ese estado. —Llévame a casa de Anastasia —ordeno. Ni los médicos ni sus recetas podrian curar a Elias, lo unico que él necesitaba era a Anastasia. —No se contenga mas, esta vez debe ir al hospital —insistio Ray. —Estoy consciente de mi estado. —Elias cerré los ojos y volvio a ordenar—: llévame ahi. «¢Mario esta planeando quedarse a comer con Anastasia o parecer un invitado? Sobre todo, Juego de levarlos a casa, dquerra aprovecharse de ella?» Elias era un hombre, asi que sabia como pensaban, ademas, él también habia sido asi en el pasado, Por lo tanto, tenia que | \ alejar a Mario, aunque eso significara que___= asi en el pasado. Por lo tanto, tenia que alejar a Mario, aunque eso significara que Anastasia lo despreciara. Al final, a Ray no le qued6 otra opcion mas que arrancar el auto porque no tuvo oportunidad de convencerlo, en su mente, simplemente deseaba que Anastasia no hiciera alguna otra cosa que provocara a Elias. Luego de que Anastasia entrara en el auto con Alejandro, Mario pregunto: —Sefiorita Torres, équiere que los lleve a casa o que regresamos a la oficina a recoger su auto? —Ll€vanos a casa. —Como al dia siguiente era fin de semana, Anastasia creyo que no necesitaria su auto, ademas, no queria ir por él con Alejandro: Al escuchar su respuesta, Mario se puso muy feliz y de inmediato comenz6 a planear cualquier excusa para convertirse en un invitado. —Por cierto, le soné el teléfono hace un momento, llamé el presidente Palomares —dijo Mario, mientras fingia que no \, recordaba la llamada. \ recordaba la Hamada. —pregunto Anastasia con el —iQue dij cenio fruncido. —No dijo mucho, tal vez fue asi porque yo tome la llamada. la verdad es que no se escuchaba contento. Solo se limité a colgar —dijo Mario, de manera que describio a Elias como una persona fria. Anastasia conocia bien a su hombre y sabia que era algo que haria. Una vez que Ilegaron a su 4rea de vivienda, Mario pregunto de repente: —Sefiorita Torres, {puedo pasar a su bafio? Necesito ir urgente. —Claro —respondi6 ella, quien no tenia corazon para rechazarlo—venga con nosotros. —Alejandro, équieres que te ayude con tu rnochila? —Mario intento ser amigo de Alejandro. in respuesta, el nifio sacudié su pequena cabeza en negacion. —No, yo solo puedo hacerlo. Ray, quien estaba junto a Elias, se inclino un poco sobre él y le pregunto al pequefio: —Quieres ir al patio a jugar? Dejemos que tu madre y el sefior Palomares hablen. Al escucharlo, Alejandro se dijo para si mismo: «Dado que el sefior Palomares esta aqui, estoy seguro de que el sefior Salcido se ira». —iClaro! —E] pequefio acepté, pues queria crear oportunidades para su madre y para el sefror Palomares. Al ver que Ray se habia llevado a su hijo, Anastasia se gir6 hacia Mario y dijo: —Sefior Salcido, venga, vamos a mi casa. Elias fruncié el cefio de inmediato, no podia creer que Anastasia estuviera llevando a otro hombre a casa. —No se preocupe, senorita Torres —dijo Mario, quien se habia acobardado, pues tampoco queria ofender a Elias. Elias frunci6 el cefio de inmediato, no podia creer que Anastasia estuviera Ilevando a otro hombre a casa. —No se preocupe, sefiorita Torres —dijo Mario, quien se habia acobardado, pues tampoco queria ofender a Elias. Anastasia, por otro lado, sabia que el hombre necesitaba ir al bafio y que estaba siendo intimidado por Elias, por lo que lo tomé de la mano y le dijo mientras lo tranquilizaba: —No tiene que temer. El corazon de Mario comenz6 a latir a mil por hora ante las acciones de la mujer, entonces asintié y se disculpé: ~Siento mucho las-molestias. oS

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