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Antes de que la leche entre en una planta de procesamiento, generalmente se somete a una

serie de pruebas y análisis para garantizar su calidad y seguridad. Algunas de las pruebas
comunes que se realizan incluyen:

1. Prueba de calidad sensorial: Se evalúa el aroma, sabor y apariencia de la leche para


detectar cualquier indicio de deterioro.
2. Prueba de acidez: Se mide el nivel de acidez de la leche para asegurarse de que esté
dentro de los límites aceptables.
3. Prueba de densidad: Se verifica la densidad de la leche, lo que puede indicar la
cantidad de sólidos presentes.
4. Prueba de grasa: Se determina el contenido de grasa de la leche, ya que esto afecta la
calidad y el tipo de productos lácteos que se pueden producir.
5. Prueba de proteínas: Se mide el contenido de proteínas de la leche, que es importante
para la calidad y la producción de queso y otros productos.
6. Prueba de lactosa: Se verifica el contenido de lactosa, especialmente importante para
la producción de productos lácteos sin lactosa.
7. Prueba de inhibidores de antibióticos: Se busca la presencia de residuos de antibióticos
en la leche, ya que estos pueden ser perjudiciales para la salud.
8. Prueba de células somáticas: Se cuenta la cantidad de células somáticas, que pueden
ser un indicio de la salud de las vacas y la calidad de la leche.

Estas pruebas ayudan a garantizar que la leche cumpla con los estándares de calidad y
seguridad antes de ser procesada en la planta para la producción de diversos productos
lácteos.

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