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Trastorno de Espectro Autista (TEA) / Trastorno Por Déficit de Atención/Hiperactividad
Trastorno de Espectro Autista (TEA) / Trastorno Por Déficit de Atención/Hiperactividad
Descripción
El autismo, o trastorno del espectro autista (TEA), se refiere a una amplia gama
de afecciones caracterizadas por desafíos con las habilidades sociales,
conductas repetitivas, el habla y la comunicación no verbal.
Sabemos que no existe un autismo sino muchos subtipos, la mayoría
influenciados por una combinación de factores genéticos y ambientales. Debido
a que el autismo es un trastorno del espectro, cada persona con autismo tiene
un conjunto distinto de fortalezas y desafíos. Las formas en que las personas
con autismo aprenden, piensan y resuelven problemas pueden variar desde
altamente calificadas hasta severamente desafiadas. Algunas personas con TEA
pueden necesitar un apoyo significativo en su vida diaria, mientras que otras
pueden necesitar menos apoyo y, en algunos casos, vivir de forma totalmente
independiente.
Varios factores pueden influir en el desarrollo del autismo y, a menudo, va
acompañado de sensibilidades sensoriales y problemas médicos como
trastornos gastrointestinales (GI), convulsiones o trastornos del sueño, así como
problemas de salud mental como ansiedad, depresión y problemas de atención.
Clasificación
El trastorno del espectro autista (TEA) se clasifica en diferentes niveles de
gravedad, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales
(DSM-5). Los niveles son:
Signos y Síntomas
La edad del diagnóstico de autismo y la intensidad de los primeros signos
del autismo varían ampliamente. Algunos bebés muestran indicios en sus
primeros meses. En otros, los comportamientos se vuelven obvios incluso
a los 2 o 3 años.
No todos los niños con autismo muestran todos los signos. Muchos niños
que no tienen autismo presentan algunos. Por eso la evaluación
profesional es crucial.
Lo siguiente puede indicar que su hijo está en riesgo de sufrir un trastorno
del espectro autista. Si su hijo presenta cualquiera de los siguientes
síntomas, solicite una evaluación a su pediatra o médico de familia de
inmediato:
A los 6 meses
Pocas o ninguna gran sonrisa u otras expresiones cálidas, alegres y
atractivas.
Contacto visual limitado o nulo
A los 9 meses
Poco o ningún intercambio de sonidos, sonrisas u otras expresiones
faciales.
A los 12 meses
Poco o ningún balbuceo
Pocos o ningún gesto de ida y vuelta, como señalar, mostrar, alcanzar o
saludar.
Poca o ninguna respuesta al nombre.
A los 16 meses
Muy pocas o ninguna palabra
A los 24 meses
Muy pocas o ninguna frase significativa de dos palabras (sin incluir imitar o
repetir)
A cualquier edad
Pérdida del habla, el balbuceo o las habilidades sociales adquiridas
previamente.
Evitar el contacto visual
Preferencia persistente por la soledad.
Dificultad para comprender los sentimientos de otras personas.
Retraso en el desarrollo del lenguaje.
Repetición persistente de palabras o frases (ecolalia)
Resistencia a cambios menores en la rutina o el entorno.
Intereses restringidos
Comportamientos repetitivos (aleteo, balanceo, giros, etc.)
Reacciones inusuales e intensas a sonidos, olores, sabores, texturas,
luces y/o colores.
Causas
Las causas exactas del trastorno del espectro autista (TEA) no se conocen
completamente, pero se cree que involucran una combinación de factores
genéticos y ambientales. Algunos puntos clave incluyen:
1. Factores Genéticos: Existe una predisposición genética al TEA. Se ha
observado un mayor riesgo en familias donde ya hay un individuo con
TEA. Sin embargo, no se puede atribuir a un solo gen, sino a la
interacción de varios genes.
Es importante destacar que la investigación sobre las causas del TEA está en
curso, y la comprensión de estos factores continúa evolucionando. Además, la
expresión y gravedad del TEA pueden variar considerablemente entre
individuos.
C. Los síntomas deben estar presentes en las primeras fases del periodo de
desarrollo (pero pueden no manifestarse totalmente hasta que la demanda
social supera las capacidades limitadas, o pueden estar enmascarados
por estrategias aprendidas a fases posteriores de la vida).
Descripción
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una alteración
neurobiológica que provoca alteraciones en el aprendizaje y en el
comportamiento del niño.
Es uno de los problemas psiquiátricos más frecuentes en la infancia y la causa
más frecuente de consulta de psiquiatría infantil. Es más frecuente en varones
(9%) que en niñas (3,3%). Estos niños tienen problemas de atención,
impulsividad y exceso de actividad. Debido a estos síntomas, tienen dificultades
de interacción social y rendimiento escolar.
Además suelen ir asociados otros problemas como trastorno negativista
desafiante o trastorno de conducta (hasta el 40%), depresión y ansiedad.
Clasificación
Signos y Síntomas
Es normal que a los niños les cueste concentrarse y portarse bien alguna
que otra vez. Sin embargo, en los niños con TDAH estas conductas no
desaparecen. Los síntomas continúan manifestándose, pueden ser graves
y ocasionarles problemas en la escuela, el hogar o con los amigos.
Un niño con el TDAH podría:
Tener dificultad para prestar atención
Soñar despierto muy a menudo
Parecer que no escucha a los demás
Distraerse fácilmente al hacer las tareas o al jugar
Ser olvidadizo
Estar en constante movimiento o ser incapaz de quedarse sentado
Moverse todo el tiempo o mostrarse inquieto
Hablar demasiado
Ser incapaz de jugar sin hacer ruido
Actuar y hablar sin pensar
Tener problemas para esperar su turno
Interrumpir a los otros.
Causas
Las causas exactas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad
(TDAH) no son completamente comprendidas, pero se cree que
involucran una combinación de factores genéticos, neurológicos y
ambientales.