Está en la página 1de 8

FACULTAD DE DERECHO Y HUMANIDADES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

Antecedentes Históricos y Normativos del Proceso


Contencioso Administrativo – Principios del proceso
Contencioso-Administrativo

AUTORES:
García García, Maira Alexandra

German Gonzales, Steisy Mishell

Macedo Navarro, Kassandra Mabel

Paima Osorio, Jackeline Nicol

ASESOR:
Dr. Carrasco Silva, Cesar Emilio

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:
Derecho público y privado

TARAPOTO –PERÚ
2023
TEMA 1

BREVES ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y NORMATIVOS DEL PROCESO


CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO

El análisis del crecimiento de las instituciones jurídico-administrativas es de vital


importancia, y esto se aplica de manera significativa al estudio de la justicia
administrativa. En este contexto, el conocimiento y la comprensión de los
antecedentes históricos de la jurisdicción contencioso-administrativa resultan de gran
utilidad, ya que arrojan luz sobre las fundamentaciones que han prevalecido a lo largo
de la historia y que han servido como base para cada modelo de justicia
administrativa.

Es importante destacar que evaluar un modelo o sistema únicamente en función de


las soluciones implementadas en un momento específico sería una perspectiva
estrecha y limitada. Esto se debe a que las particularidades, tanto económicas como
sociales y legales, son cambiantes, también debemos considerar cómo la legislación
ha evolucionado con el tiempo para comprender cómo se ha pasado de una solución
inicial a la situación presente.

Respecto a la justicia administrativa, sería inapropiado evaluar el modelo original


francés de una jurisdicción excepcional utilizando los conceptos contemporáneos que
manejamos hoy en día. Es innegable que, en su época, el modelo francés,
especialmente con la creación del recurso por exceso de poder, representó una
institución valiosa. La justicia administrativa surgió como un concepto definido durante
la Revolución Francesa, en un contexto muy diferente y sin precedentes históricos
claros de una institución similar.

MODELO FRANCES

En Francia, se estableció lo que se conoce como la "jurisdicción administrativa", la


cual inicialmente se fundamentó en gran medida en el concepto de la separación de
poderes, en particular, en la crucial separación que debe existir entre el sistema
judicial y la administración pública.

Al principio, los revolucionarios partieron del supuesto de que "juzgar a la


administración es también administrar", lo que implicaba que el principio de
separación de poderes se habría infringido si se hubiera confiado el control de la
administración pública a los tribunales judiciales ordinarios. En otras palabras, se
partió de la premisa de que el juez ordinario no podía supervisar las acciones de la
administración, ya que esto habría significado que el Poder Judicial podría
entrometerse en las funciones propias del Poder Ejecutivo.

La característica inicial del sistema francés radicó en la implementación de un


esquema de control o revisión de los actos de la administración a través del
mecanismo conocido como "recurso por exceso de poder". Este recurso tenía un
propósito claro: verificar únicamente la legalidad de las acciones administrativas, sin
considerar de manera relevante los impactos específicos o los intereses que
sustentaran las demandas de los ciudadanos. En este contexto, se sostenía que el
ciudadano actuaba como una suerte de fiscal, cuya función era señalar la nulidad de
los actos administrativos para que la justicia pudiera intervenir en defensa de la
legalidad. Esto dio lugar a lo que se conoce como un "contencioso administrativo
objetivo", que daba prioridad a la revisión de la legalidad de las acciones
administrativas por encima de la protección de los derechos de los administrados.

Así, de conformidad con el "régimen de revisión", por ejemplo, en el caso en que a


una persona se le haya negado un derecho sobre la base de un acto administrativo
ilegal, la revisión judicial de dicho acto se limitará a verificar la legalidad de la
denegación de la solicitud del administrador y, si existe vicio de ilegalidad, lo declarará
inválido. Sin embargo, no se pronunciará sobre los intereses concretos del ciudadano
afectado por la decisión, es decir, no se pronunciará sobre si el administrador tiene el
derecho y mucho menos sustituirá a la autoridad ordenando denegarle el derecho.

Con el tiempo, surgieron recursos más efectivos para la protección de los derechos
de los individuos, como el recurso de "plena jurisdicción". Este recurso se utilizó para
salvaguardar los derechos de los particulares en casos de litigios contencioso-
administrativos relacionados con asuntos como la contratación administrativa o la
responsabilidad extracontractual.

Es importante destacar que el modelo francés, lógicamente, ha experimentado una


evolución significativa en las últimas cuatro décadas y no se ha mantenido limitado a
su origen clásico como un sistema de revisión centrado en una "justicia objetiva".
Desde la década de 1980 hasta la actualidad, el modelo francés original ha
experimentado una serie de reformas normativas sumamente significativas, tal como
ha sido documentado por la doctrina especializada. Estas reformas han transformado
al modelo clásico francés en algo que se asemeja casi por completo al sistema de
justicia ordinaria.

SISTEMA JUDICIALISTA

En los sistemas judicialistas del contencioso- administrativo, este proceso se regula


como un procedimiento jurídico en el que se prioriza la protección de las situaciones
jurídicas de las partes involucradas. Es relevante señalar que no hay un único modelo
de sistema judicialista, ya que algunos países han integrado el contencioso-
administrativo en la jurisdicción ordinaria o civil común, mientas que otros han
establecido una especialidad dentro de la jurisdicción ordinaria para este tipo de
casos.

En la actualidad, después de un extenso recorrido, podemos afirmar que el proceso


contencioso- administrativo se concibe como un procedimiento subjetivo en el que se
prioriza la protección del individuo y sus situaciones jurídicas, esto no excluye la
revisión de la legalidad de las acciones de la administración pública, pero pone en
primer plano la tutela de los derechos del sujeto involucrado.

FUNDAMENTOS JURÍDICO - PÚBLICOS DEL PROCESO CONTENCIOSO-


ADMINISTRATIVO

1. ¿PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO?

El proceso contencioso- administrativo forma parte de los mecanismos de control


jurídico que se aplican a la administración pública, junto con los procesos
constitucionales y administrativos, además de estos controles de naturaleza legal,
también existe un tipo de control conocido como el “control político”.

2. FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES DEL CONTENCIOSO-


ADMINISTRATIVO

Es fundamental recordar que la administración pública se compone de una serie de


organismos e instituciones que desempeñan la función administrativa del Estado, con
el propósito de llevar a cabo y desarrollar las políticas estatales establecidas por el
Poder Ejecutivo y los otros poderes del Estado.

Es importante destacar que la administración pública opera como una entidad


vicarial, es decir, como un instrumento mediante el cual el Estado ejerce su función
administrativa y trabaja en pro de los intereses generales o colectivos de la sociedad.
En este sentido, la administración posee poderes jurídicos significativos, conocidos
como "potestades administrativas," que difieren sustancialmente del derecho privado
y son empleado con el fin de cumplir sus objetivos.

3. LA RELEVANCIA DEL PRINCIPIO DE JURIDICIDAD O LEGALIDAD DE LA


ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Es cierto que el proceso contencioso-administrativo se considera un medio para


garantizar que la administración se sujete al marco legal. A través de este proceso,
los tribunales buscan determinar si las acciones de la administración han cumplido o
no con las disposiciones legales según lo establecido en el ordenamiento jurídico, en
esencia el proceso contencioso-administrativo actúa como un mecanismo para
supervisar y verificar que las actuaciones de la administración pública estén en
conformidad con la ley.

4. TUTELA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES Y CONTENCIOSO-


ADMINISTRATIVO

La conexión entre los derechos fundamentales y el derecho administrativo es


innegable, el derecho administrativo desempeña un papel fundamental al servir tanto
como un conjunto de normativas orientadas a proteger y promover los derechos
fundamentales, así como al proporcionar mecanismos e instituciones de salvaguardia
para los ciudadanos cuando las acciones gubernamentales puedan poner en riesgo
o vulnerar sus derechos.

En resumen, el derecho administrativo no solo tiene un enfoque normativo en la


satisfacción de los derechos fundamentales, sino que también desempeña un papel
importante en la defensa y protección de estos derechos frente a las actuaciones de
la administración pública.
5. TUTELA JUDICIAL EFECTIVA Y CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO

Es esencial comprender que el derecho a la tutela judicial efectiva constituye el


principio rector de todos los procesos en nuestro sistema legal, este derecho se
manifiesta en diversas facetas a lo largo de todo el proceso legal, abarcando el acceso
a la jurisdicción, el debido proceso y la ejecución de las sentencias, así como la tutela
cautelar. Cada una de estas etapas refleja la importancia de garantizar que los
individuos tengan un acceso adecuado a la justicia y que se respeten sus derechos
fundamentales en todo momento durante el proceso legal.

TEMA 2

LOS PRINCIPIOS DEL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

Ahora, el proceso contencioso administrativo nos brinda la información necesaria, por


lo tanto, no hace falta decir que estamos de acuerdo con estos principios que son
aplicables y que forman parte de la base de todo lo que engloba el P.C.A.
mencionando a ello se encuentra los Derechos procesales y fundamentales, como, la
T.J.E, independencia, imparcialidad del poder judicial, etc.

Pero al hablar de P.C.A., nos encontramos que cuenta con 4 principios específicos
de las cuales pasaremos a explicar detalladamente cada una de estas.

- Principio de integridad:

“Los jueces no deben dejar de resolver el conflicto de intereses o la incertidumbre con


relevancia jurídica por defecto o deficiencia de la Ley. En tales casos, deberán aplicar
los principios del derecho administrativo.” (artículo 2.1 de la Ley).

Según este principio si el juez advierte de un defecto o vacío en la aplicación de la ley


debe poner a disposición la ejecución de los principios del derecho administrativo. En
palabras resumidas, nuestro sistema jurídico en general, y en el contencioso-
administrativo en concreto, el juez está en todo su derecho a recurrir como solución
a los principios de método de integración e interpretación. Por ello en caso que se
presente un verdadero vacío en el ordenamiento, los principios jurídicos propios del
derecho administrativo han de funcionar para que integre el ordenamiento. Asimismo,
su utilidad como guía interpretativa en caso existan múltiples normas aplicables, en
el sentido de múltiples interpretaciones posibles sobre una misma regla. Son los
principios jurídicos propios del derecho administrativo los que entrarán a tallar para
guiar al juez hacia la interpretación correcta.

- Principio de igualdad procesal:

Las partes en el proceso contencioso administrativo deberán ser tratadas con


igualdad, independientemente de su condición de identidad pública o administrado.

El artículo 2º inciso 2, de la Constitución de 1993 establece que toda persona tiene


derecho a la igualdad ante la Ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen,
raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.

- Principio de favorecimiento del proceso:

“El Juez no podrá rechazar liminarmente la demanda en aquellos casos en los que
por falta de precisión del marco legal exista incertidumbre respecto del agotamiento
de la vía previa. Asimismo, en caso de que el Juez tenga cualquier otra duda
razonable sobre la procedencia o no de la demanda, deberá preferir darle trámite a la
misma.” (artículo 2.3 de la Ley). “Este principio impone al Juez la obligación de
interpretar los requisitos de admisibilidad de las demandas en el sentido que más
favorezca al accionante, con la finalidad de garantizar su derecho de acceso al
proceso, que forma parte del contenido esencial del derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva, más aún si se trata de derechos de naturaleza pensionaria.

Este principio es clave para interpretar cuándo se ha agotado la vía administrativa. En


suma, lo correcto es sostener que, en caso de cualquier duda sobre el agotamiento
de la vía administrativa, debe favorecerse el acceso al proceso, esto es, el acceso a
la tutela judicial efectiva.

Hay que ser objetivos y tener una perspectiva: incluso, si previa a la demanda aún
existe algo genere duda de que no se agotaron todas las medias del P.C.A. Cualquier
deficiencia constatada a este respecto puede y debe subsanarse comunicando la
reclamación a la administración, que tiene un plazo preciso para responder y ejercer
así su derecho de defensa.

Basta esto para que se vea superada cualquier necesidad de «agotamiento», con lo
cual, a nuestro criterio, el juez no podrá utilizar la excepción de falta de agotamiento
de la vía administrativa, ya que en nuestro medio la misma se ve suplida
perfectamente con la contestación de la demanda por parte de la administración.

- Principio de suplencia de oficio.

“El Juez deberá suplir las deficiencias formales en las que incurran las partes, sin
perjuicio de disponer la subsanación de las mismas en un plazo razonable en los
casos en que no sea posible la suplencia de oficio.” (artículo 2.4 de la Ley). Este
principio es de la mayor importancia, debiendo los magistrados emplearlo a fin de
mejorar el acceso a la jurisdicción y no empeorarlo.

Significa que el juez debe procurar subsanar (adecuando la vía) la demanda, pero en
caso se requiera subsanaciones que solo puede realizar (por tener requisitos
especiales) el demandante, entonces le dará un plazo razonable (no 1 ni 2 días, como
a menudo se concede, sino a partir de 3 días, y preferiblemente más, según las
circunstancias y la dificultad de su subsanación o adecuación), a fin de que la
demanda se vuelva procesalmente viable (2012, p. 31).

Este principio va acorde con el principio de informalismo previsto en la LPAG, en el


sentido de que no cabe rechazar o retrasar la admisión de la demanda si nos
encontramos frente a omisiones o defectos fácilmente subsanables, incluso por el
mismo juez.

También podría gustarte