LEALTAD

23-enero-2024
Julio César Rodríguez Gómez
jcrg.emperador@gmail.com

En el cruce de los caminos existenciales, surge, en disminución relevante, la lealtad,

virtud o principio, apegada al vínculo afectivo, no a los sentidos, de donde si proviene la
fielidad, sutil frontera quebrantada en la cotidianidad de las relaciones, por heterogéneas
razones, llámese familia, compañeros de trabajo, amig@s o cualquier otro entorno. La
trascendencia de la lealtad, en cualqueira de ellas, no implica servilismo, sino, criterio,
firmeza, discernimiento libre, prudencia, lucidez y comprensión. En este contexto de
relaciones, es manifiesta una marcada ingratitud, donde afloran tarde que temprano,
intereses personales, carácteres difíciles, sentimientos egoístas y conductas
desestabilizadoras que prevalecen, desviándose del genuino espíritu de un sentimiento
sólido.

La armonía interior se alcanza al no dejarnos avasallar cuando reconocemos que los que
alguna vez fueron considerados grandes amig@s, sea cual fuere la relación circundante,
no valoraron la importancia de ese sentimiento y optaron por acciones mezquinas, más
allá de simples errores, adoptando actitudes perniciosas que, lamentablemente, impiden
rectificación comportacional alguna, que tal vez, pueda mitigar desafíos destructivos de
una buena amistad. De ahí que no esperen nada de nadie, para que las decepciones no
importen.

He logrado entender, en la encrucijada de mi vida, que, en última instancia, la verdadera

riqueza de la vida no se mide solo por la calidad de las amistades que cultivamos en los
diferentes entornos, porque igual que la vida, pueden ser igualmente efímeros. Así que,
si tienen la fortuna de contar con dos o tres amig@s auténticos, en cualquiera de los
entornos referidos en precedencia, considero que eso es más que suficiente para
compartir una buena compañía. Aún conservo unos pocos, con calificativo de excelentes,
pese a sus yerros y desaciertos, como humanos que son, incluidos los míos, eso es
mucho que contar