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Frases del informe de Almagro

“El estado de derecho no está vigente en Venezuela”.

El estado de derecho “ha sido eliminado por un poder judicial completamente controlado
por el Poder Ejecutivo”,

El poder ejecutivo “ha anulado cada ley aprobada por la AN, así como sus potestades
constitucionales o los derechos del pueblo, especialmente sus derechos electorales”.

“Hoy en Venezuela ningún ciudadano tiene posibilidades de hacer valer sus derechos, si
el Gobierno desea encarcelarlos, lo hace; si desea torturarlos, los tortura; si lo desea, no
los presenta a un juez; si lo desea, no instruye acusación fiscal”.

“El ciudadano ha quedado completamente a merced de un régimen autoritario que niega


los más elementales derechos”.

“La corrupción es generalizada y la economía va en caída libre”.

“No hay suficiente comida; los servicios de salud son extremadamente precarios, y la
profunda crisis humanitaria es de una escala inaudita en el Hemisferio Occidental”.

“Las recomendaciones formuladas en el primer informe al Consejo Permanente se


proponían contribuir a una solución que garantice el retorno a la democracia y al estado
de derecho en ese país”.

“El pueblo es el elemento fundamental del documento fundacional de la OEA. Como


institución tenemos la obligación de hacer oír la voz del pueblo que ya no tiene voz”.

“Es hora de que el Consejo Permanente encamine acciones específicas con resultados
concretos”.
El gobierno venezolano ha rechazado las "gestiones diplomáticas necesarias, incluidos
los buenos oficios" encaminadas a "promover la normalización de la institucionalidad
democrática”, como lo señala el artículo 20 de la CDI”.

Los largos meses de mediaciones y buenos oficios han amparado la inacción. El llamado
“diálogo” perdió toda credibilidad; no fue recíproco, no ofreció garantías, ni cumplió
ninguna de sus premisas, legitimando la continuidad del deterioro de sus Instituciones

El diálogo es un primer paso; y esta tarea resulta aún más difícil cuando nos vemos
obligados a reconocer que el diálogo ha fracasado y que las conversaciones no han sido
suficientes.

La democracia requiere diálogo, pero es preciso reiterar que para obtener resultados
satisfactorios, el diálogo debe ir acompañado de acciones.

Nuestra inacción en esta situación es sinónimo de omisión en proteger la democracia y


los derechos humanos en Venezuela.

“…se ha pretendido hacer creer, que la CDI como instrumento bloquearía la posibilidad de
alcanzar soluciones. Por el contrario la renuencia a utilizar la CDI hace que la situación se
haya deteriorado aún más fuertemente”.

"el régimen democrático no se agota en los procesos electorales, sino que se expresa
también en el ejercicio legítimo del poder dentro del marco del estado de derecho, que
incluye el respeto a los elementos, componentes y atributos de la democracia”.

Artículo 1 de la CDI: "Los pueblos de América tiene derecho a la democracia y sus


gobiernos la obligación de promoverla y defenderla".

Artículo 3 de la CDI: define los elementos esenciales de la democracia: respeto a los


DDHH y libertades fundamentales; acceso al poder y ejercicio con sujeción al estado de
derecho; elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto
como expresión de la soberanía del pueblo; régimen plural de partidos y organizaciones
políticas, y separación e independencia de los poderes públicos.
Artículo 4 de la CDI: define los "componentes fundamentales del ejercicio de la
democracia", a saber, "la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad,
la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, el respeto por los derechos
sociales, y la libertad de expresión y de prensa". Exige "la subordinación constitucional de
todas las instituciones del Estado a la autoridad civil legalmente constituida y el respeto al
estado de derecho".

Artículo 20 de la CDI: establece los diversos recursos sobre los que tiene faculta el
Consejo Permanente de la OEA en " las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los
buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática".

Artículo 21 de la CDI: estipula el procedimiento para una posible suspensión cuando "las
gestiones diplomáticas han sido infructuosas".

Artículo 22 de la CDI: estipula el proceso de votación para el levantamiento de la


suspensión, una vez superada la situación que motivó la suspensión.

La CDI ha sido invocada por los Estados Miembros en 7 y el artículo 21 se ha activado


una vez, en el caso de un golpe de estado.

La defensa internacional de la democracia es esencial, y esa obligación es creada por los


diferentes Estados que han firmado los tratados internacionales, con lo que se hacen
responsables ante la comunidad de los Estados signatarios.

Esto crea el imperativo del escrutinio internacional de su proceso democrático, y la


comunidad internacional está obligada a observar las condiciones, el desempeño y la
integridad de su democracia.

Debemos evitar el doble rasero y utilizar los mecanismos disponibles, incluida la CDI en
todos los casos en que se constate una situación en la que existe deterioro de los
elementos esenciales de la democracia.
La protección de la democracia no debe limitarse a las palabras, requiere actuar. Se trata
de construir soluciones, aumentar la presión, crear condiciones, principios de trabajo y
valores.

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