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MODERNIDAD LÍQUIDA Y HEDONISTA Y EL DESAFÍO PARA

TRANSITARLA CON ÉTICA DESDE LA TEMPERANCIA

Profesor: Ernesto Estrada Araque


Karol Liceth Tarapuez
4 de marzo del 2024

En el complejo ámbito de la sociedad contemporánea, hoy en día nos encontramos


inmersos en lo que Zygmunt Bauman describió como la "modernidad líquida". Este
término evoca la fluidez, la inestabilidad y la falta de estructuras sólidas que
caracterizan nuestro entorno actual. A su vez, el hedonismo, una filosofía centrada
en la búsqueda del placer y la gratificación instantánea, parece haberse arraigado
profundamente en el corazón de nuestra cultura. Ante este panorama,donde las
certezas son efímeras y los impulsos hedonistas pueden desbordarse sin
restricciones surge la necesidad de reflexionar sobre cómo transitar esta
modernidad líquida y hedonista manteniendo una ética sólida, y es en este contexto
que la temperancia emerge como una guía esencial para la moderación y el
autocontrol en la búsqueda de placeres y satisfacciones fomentando la reflexión
consciente sobre nuestras acciones.

Zygmunt Bauman se refiere a nuestra actualidad como "modernidad líquida" para


describir las transformaciones sociales, económicas y culturales, las cuales se
caracterizan por su naturaleza efímera, fluida y falta de estructuras sólidas en el que
los modelos y estructuras sociales ya no perduran lo suficiente como para
enraizarse y gobernar las costumbres de los ciudadanos, es decir la seguridad y la
estabilidad tradicionales son reemplazadas por la capacidad de adaptación en un
entorno en constante cambio. De este modo, el sujeto al estar en un mundo sin
certezas se convierte en un ser sintiente, inclinado y afectado, que necesita
adaptarse rápidamente a las nuevas tendencias donde se requiere una
individualidad que impone una presión en él como producto de una falta de arraigo y
sensación de inseguridad debido a la ausencia de estructuras sólidas [1]. En
consecuencia, la búsqueda de la singularidad lo conduce al mercado y su lógica
consumista, por lo cual, ser un individuo cuesta mucho dinero y surge en el sujeto
un temor a no tener la economía para ejercer la libertad de consumir, ahora bien,
cada vez es más difícil alcanzar ese estatus económico por lo que hay una mayor
movilidad laboral, con empleos temporales, contratos flexibles etc. Todo esto genera
una sociedad de consumidores donde se imparte el pensamiento de que todo es o
podría ser una mercancía, por lo que las relaciones personales, se vuelven más
superficiales conllevado a una sensación de aislamiento debido a la falta de
conexiones duraderas [2].
Gilles Lipovetsky examina nuestra contemporaneidad desde una perspectiva que se
relaciona estrechamente con el hedonismo, donde lo que rige la vida es el principio
del placer generando una sociedad de consumo con la importancia otorgada a la
satisfacción personal debido al abandono de la modernidad sólida que prohibía los
placeres. En ese orden, el principio de organización de las sociedades de la
abundancia es definida como la seducción, es decir, la pura expansión del ego [3].
En esta perspectiva, el ser humano se ve inmerso en una búsqueda constante de
placeres y experiencias gratificantes. La satisfacción personal y la realización de los
deseos individuales se convierten en imperativos. De acuerdo a lo expuesto,
Lipovetsky plantea lemas tales como "Vivir sin pausa" y "Todo y ahora mismo",
reflejando la idea de la búsqueda incesante de experiencias y placeres sin
restricciones, que enfatiza la importancia de la búsqueda activa de la felicidad y el
placer en la vida cotidiana. Cabe resaltar que la felicidad en este contexto hedonista
es centrada en el placer y el estímulo de los sentidos. La sociedad resultante es una
sociedad de consumo, orientada hacia el individualismo y la satisfacción inmediata
[4].

Una manera para proporcionar un equilibrio y una moderación en la búsqueda del


placer es la temperancia, la cual nos hace dueños de los placeres y no sus esclavos
[5], pues nos invita a una reflexión consciente sobre cómo nuestras acciones
afectan a largo plazo nuestra felicidad y bienestar, pues así se puede generar
prudencia aplicada la placer. En su relación, Epicuro sostiene que el placer es el
bien supremo y las caracteriza en placeres naturales y necesarios, natural y
necesario y ni natural ni necesario [6].

Con lo dicho, la temperancia se puede considerar como modelo ético, para transitar
por lo líquido, individualista y hedonista, a fin de desarrollar una virtud para poner
fronteras a sus deseos y miedo. Ser conscientes de esto nos puede llevar a una
buena vida ya que, casi sin darnos cuenta, hemos ido sufriendo transformaciones y
pérdidas como la renuncia al pensamiento, la separación del poder y la política en
un mundo en el que el verdadero estado es el dinero. y aunque hoy en día se nos
impone la obligación de ser libres asumiendo los miedos y angustias existenciales
que tal libertad comporta, la temperancia modera el comportamiento y las
emociones. Es así, que en un contexto hedonista y de modernidad líquida, donde
las satisfacciones instantáneas y la búsqueda constante de placer pueden
prevalecer, la temperancia puede desempeñar un papel crucial para lograr una vida
buena, alegre y feliz, todo en medida al trabajo, puesto que como Jorge Bucay
menciona, la felicidad depende de nosotros, del trabajo, de la responsabilidad, no es
derecho de todos, es una obligación [7]. Por ende, es necesario forjar un carácter
de enfrentar las adversidades con calma y moderación, en lugar de dejarse llevar
por las emociones impulsivas además de retomar el que las relaciones
interpersonales sean más profundas y significativas, ya que también implica una
inversión de tiempo y esfuerzo en la construcción de conexiones auténticas.
Referencias

[1] E. Estrada Araque, “Esquema modernidad líquida”, Notas de clase, ética,


Facultad de ingeniería, Universidad de Antioquia, 2024.

[2] E. Estrada Araque, “El ser humano en la cultura postmoderna: Elementos para
asumir los desafíos éticos.”, Facultad de ingeniería, Universidad de Antioquia, 2024.

[3] E. Estrada Araque, “Esquema Hedonismo”, Notas de clase, ética, Facultad de


ingeniería, Universidad de Antioquia, 2024.

[4] E. Estrada Araque, “Hedonismo y consumo 2020”, Facultad de ingeniería,


Universidad de Antioquia, 2024.

[5] E. Estrada Araque, “Esquema Temperancia”, Notas de clase, ética, Facultad de


ingeniería, Universidad de Antioquia, 2024.

[6] E. Estrada Araque, “La Temperancia”, Facultad de ingeniería, Universidad de


Antioquia, 2024.

[7] J. Bucay, 2018, “¿Qué es la felicidad?”, [En linea], disponible en:


https://www.youtube.com/watch?v=C0w-O4xslBI

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