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El jardín de la paz, de Ramón Luque Sánchez

En el jardín de la paz
hay flores de mil colores,
son anhelos de ideales
que alegran los corazones.

Están verdad y alegría,


el perdón y la amistad,
sueños que paran la guerra,
está solidaridad.

También afecto y nobleza,


sinceridad y utopía,
compartir, honor, ayuda,
respetarse y valentía.

El que labra este jardín


no tiene oficio ni edad;
sólo basta el corazón
para cuidar a la paz.

En el jardín de la paz
la brotado la ilusión,
se regó con esperanza
y ha salido mucho amor.

En el jardín de la paz
hizo una paloma el nido,
cada uno de sus pichones
lleva una rama de olivo.
Deshacer lo injusto, de Gloria Fuertes

No sé escupir,
pero voy a aprender
para escupir sobre las tumbas
de todos los culpables de las guerras.

No tengo uñas,
pero quisiera tener garras
para atrapar desde mi altura
a los hombres reptiles.

No tengo poder,
pero tengo la fuerza de los pueblos
que sufren.

No tengo cultura,
pero tengo el corazón sabio
de estar con los que no tienen nada.
No a la guerra, de Mertxe Manso

Nadie sabrá cómo


Ocurrió.

Amanece cubierta la ciudad de

Ladridos de fuego y de metralla.


Alguien pasea olvido y sólo llegan

Gritos.
Urgente es
Encontrar la palabra
Rota.
Romper la línea del cuerpo a cuerpo.
Amanece y sumamos nuevas ausencias.
Son de paz, de Luis García Montero

Vigílate a ti mismo
cuando hables de paz.
Que no lleguen los himnos victoriosos
donde el amor no llega.
Que no te hagan injusto tus verdades
igual que tus mentiras.
Que el miedo no te obligue a ser valiente.
Va contigo la sombra que te ve
cuando cierras los ojos
y miras a otra parte.
Va en silencio contigo tu silencio.
No olvides que el cinismo
flota como un ahogado,
que las guerras crueles
necesitan de ti.

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