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Queridas seños:

¡Qué tal, seños! ¡Quién lo hubiera dicho ¡ ¡Ya han pasado muchos años!
Han cambiado, veo que han dejado sus mejores tiempos, sus gratos momentos en
aquellas aulas. Pero, pero si fue casi ayer cuando con sus manos abrían nuestros ojos y
nuestras conciencias. ¡Sí! Ustedes que con gran paciencia despertaba sueños,
creciendo en cada uno de nosotros, sembrando esperanzas debajo de su sombra!
Mostrándose en pleno como un ser humano, porque les dolía nuestro dolor, les
angustiaban nuestras penas

Pero llegó el momento, ahora pueden mirar hacia atrás con orgullo por todo lo que
lograron. Ahora llega el momento de recordar y relajarse. No tengan miedo, solo se trata
de poner distancia de los libros y limpiar la mesa, ya te puedes dormir hasta tarde y
tomar tiempo sólo para ti. Después de muchos años de trabajo duro y la dedicación a los
demás pueden relajarse y disfrutar de las cosas simples de la vida.

Permanecerán para siempre en los corazones de los niños que has tocado. Han
entregado tu tiempo y talento de muchas maneras diferentes. Podrán saborear los
muchos recuerdos que has creado a lo largo de los años mientras disfrutan cada
momento de tu vida y los muchos días por venir.

Nos dieron los mejores años de sus vida, dejando de lado a sus familias y peor
aún a ustedes mismas, siempre para brindarnos la mejor educación posible, no hay
forma que pueda pagarte ese tiempo, pero prometo que ese tiempo que invertiste en
nosotros te lo devolveremos intentando ser las mejores personas posibles guiados por
espíritu de esfuerzo y trabajo. Muchas cosas podría decirles hoy, mis queridas seños,
pero solamente puedo decirte gracias y hasta siempre.

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