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La regulación del comportamiento

El ser humano ha creado leyes que regulan el comportamiento y que se han ido consagrando
paulatinamente en los derechos de todas las personas. Hace apenas 150 años a nadie le llamaba la
atención que los niños trabajarán o fueran corregidos por sus profesores a golpes. La evolución de las
ideas, componente esencial del cambio en la humanidad, volvió esas creencias insostenibles: hoy se
defiende y se lucha para que los niños no trabajen ni sean corregidos con ningún tipo de violencia. De
hecho, este y otros derechos se encuentran expresados en la Convención sobre los Derechos del Niño y
en la Ley General de los derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. (PÁRRAFO 1)

Hoy también estamos convencidos de que una conducta solidaria contribuye en bien de la sociedad,
ofrece apoyo a quien se encuentra en problemas, genera avances científicos o tecnológicos para el bien
común, respeta la dignidad de los demás, etcétera. A la aceptación de esos valores se ha llegado por
medio de la razón, otro atributo que nos distingue a los seres humanos. (PÁRRAFO 2)

Al estar dotados de razón, podemos juzgar nuestras propias conductas de acuerdo con los parámetros
señalados en el párrafo anterior. Un acto que transgrede esos valores debería avergonzar o hacer sentir
mal a quien lo realiza, aún así logra ocultarlo a los demás, pues siempre se tendrá a sí mismo como
testigo: llevamos en el alma un espejo que todo el tiempo muestran nuestro verdadero rostro, nuestro
rostro moral. En cambio, una acción que se guía por los valores nos enorgullece. Podemos ser
reconocidos, admirados o recompensados por una conducta valiosa y eso, sin duda, nos resultará grato.
Pero el juicio más importante será el de uno mismo sobre su propia conducta (esquema 1.1). (PÁRRAFO
3)

Esquema 1.1 Elementos de la conducta humana.

Entonces, para actuar con responsabilidad, es conveniente detenernos a examinar nuestros sentimientos
y emociones y reflexionar sobre lo que los provoca -por ejemplo, lo que nos molesta o nos hiere-, a fin de
ser conscientes de ello y aprender a manejarlo, puesto lo que inicialmente nos parece terrible o intolerable,
podría no serlo cuando se analiza. Asimismo, hay que reflexionar sobre las consecuencias que podría
tener, para nosotros y para los demás, las acciones que emprendamos al dejarnos llevar por nuestros
impulsos (por ejemplo, al reaccionar de manera agresiva ante alguien que nos irrita por su actitud o su
comportamiento: ¿qué daño haremos y qué daño recibiremos?). Pero también hay que juzgar con base
en los valores: ¿Será justo lo que queremos hacer, tanto con los demás como con nosotros mismos?
¿Será honesto? ¿Estamos respetando los derechos de los otros? (PÁRRAFO 4)

Todo lo anterior nos lleva a pensar en la dignidad humana, que puede definirse como el valor con la
importancia que tiene cada persona por el simple hecho de serlo, y su derecho a ser respetado como tal,
independientemente de sus características físicas, la etnia a la que pertenece, su clase social, sus
creencias, su forma de vestir, su edad, entre otros rasgos. Derecho que no debe violarse por ninguna
circunstancia. De aquí que la importancia de tener en cuenta nuestros valores antes de ceder al impulso
de nuestras emociones: ¿estamos respetando el derecho del otro hacer como es y actuar como lo hace?
¿Respetamos los derechos de los demás al ejercer nuestra libertad? A la vez, ¿se respetan nuestra
dignidad humana? (PÁRRAFO 5 )

Al conducirse de acuerdo con estos valores por propia y libre voluntad, sin que nadie te obligue o te
presione hacerlo, sin que lo hagas para obtener una recompensa o para evitar un castigo, estás actuando
éticamente. La ética no impone conductas, no amenaza con sanciones, ni promete gratificaciones: se
sustenta en principios que se observan por convicción, por respeto y congruencia con uno mismo. En eso
consiste la actitud moral. Quién se respeta a sí mismo no realiza acciones de las cuales se avergonzaría.
Al contrario, procura que su conducta le haga cada vez mejor ser humano. En el esquema 1.2 se muestran
los principios éticos que orientan el comportamiento de quién asume esa postura. (PÁRRAFO 6 )

Esquema 1.2 Principios éticos en la regulación del comportamiento.

Recopilación de Luis Solís Díaz Agosto 2021.

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