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OPCIÓN A

BLOQUE DE CONTENIDO 5: LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1788 – 1833):


LIBERALISMO FRENTE A ABSOLUTISMO.
Estándar 58.
Comenta las características esenciales de la Constitución de 1812.

• Ubica la cuestión en sus coordenadas espacio-temporales: Recoge


brevemente el contexto de la redacción de la Constitución: Guerra de la
Independencia, formación de juntas locales y provinciales, designación de una
Junta Suprema Central, y convocatoria de Cortes en Cádiz.
• Señala su importancia: primera constitución liberal en España, reinstaurada
en el Trienio Liberal, influencia en América.
• Recoge sus características esenciales.
• Se expresa con corrección y expone las ideas de forma lógica y ordenada.

En 1789 estalló la Revolución Francesa, que generó una crisis del modelo de gobierno
establecido hasta ese momento y provocó el pánico en toda Europa. En España, este
hecho generó diferentes reacciones y cambios en las relaciones que tenía el país con
Francia. En un primer momento, bajo el reinado de Carlos IV y estando al frente de su
gobierno el conde de Floridablanca, se cerraron las fronteras con Francia para evitar la
propagación de las ideas revolucionarias. Posteriormente, entra en escena Manuel de
Godoy, persona de confianza de la familia real, que tras la ejecución en la guillotina de
Luis XVI, comenzó una abierta hostilidad hacia los sucesos revolucionarios y por ello, le
declaró la guerra a la República Francesa, la conocida como guerra de la Convención.
Tras la firma de la paz de Basilea entre estos dos países, la monarquía española se
unió a Francia en diferentes alianzas para luchar contra Portugal y Gran Bretaña.
Un momento clave será el tratado de Fontainebleau (1807), firmado por Godoy y
Napoleón, cuyo objetivo era repartirse Portugal. Para llevar a cabo la conquista de
Portugal, numerosas tropas francesas entraron por los Pirineos, ya que Napoleón no
solo pretendía ocupar Portugal, sino toda la Península Ibérica. Esta fue la causa del
motín de Aranjuez y de la posterior caída de Manuel Godoy, que ocasionó, del mismo
modo, la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII. Napoleón aprovechó esta
circunstancia y convocó a Carlos IV y a Fernando VII en Bayona donde los forzó a
abdicar a favor de su hermano José Bonaparte.
El 2 de mayo de 1808 se produjo un alzamiento popular en Madrid que se extendió
rápidamente a otras ciudades españolas. Los sublevados no aceptaban al nuevo rey y,
ante la ausencia de un poder legítimo, en todos los territorios y ciudades de España se
dispusieron juntas provinciales de defensa. Una de las misiones que se plantearon
estas juntas fue organizar el levantamiento militar contra las tropas francesas. Se daba
inicio así a la guerra de la Independencia, que duró hasta 1814, año de la derrota del
imperio napoleónico en Europa.
En España se crearon las juntas provinciales de defensa y, posteriormente, algunos de
sus representantes constituyeron la Junta Suprema Central Gubernativa del Reino,
que asumió la regencia hasta la vuelta de Fernando VII, a quien tenían por rey legítimo,
y se negó a reconocer a José I Bonaparte, considerado un usurpador. La Junta Central
se propuso como tareas prioritarias fomentar la creación de nuevas juntas, dirigir los
asuntos públicos, combatir a los franceses y redactar una constitución para el Reino.
Fueron elegidos representantes de las diferentes juntas para redactar una constitución
para el Reino. Con este objetivo, en 1810 se convocaron las Cortes Generales de
Cádiz, donde había diputados de ideologías políticas diversas, aunque predominaban
los que defendían las posiciones ilustradas o claramente liberales.
Las Cortes de Cádiz promulgaron una serie de decretos que abolían los fundamentos
del Antiguo Régimen como la libertad de imprenta, la abolición de los señoríos
jurisdiccionales, la supresión de los gremios, la desamortización de las tierras
comunales de los municipios, de las órdenes militares y de los jesuitas, la derogación
de los privilegios de la Mesta y la abolición de la Inquisición.
Finalmente, el 19 de marzo de 1812, se aprobó la primera Constitución española,
que regulaba todas las cuestiones relacionadas con la vida política y los derechos de
los ciudadanos: proclamaba la soberanía nacional, es decir, la autoridad suprema
residía en el conjunto de la nación representada en las Cortes; existencia de una
monarquía limitada con división de poderes (el legislativo correspondía a las Cortes,
el ejecutivo al rey y al gobierno, y el judicial, a los tribunales de justicia); las Cortes
unicamerales representaban la voluntad de la nación y desempeñaban un importante
papel en la estructura del Estado (elaboraban leyes, decidían sobre la sucesión de la
Corona, aprobaban tratados internacionales, etc.); sufragio universal masculino
indirecto; igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, que significó el fin de las
diferencias estamentales y de los privilegios fiscales, militares y jurídicos que habían
beneficiado a los nobles; se garantizaba una serie de derechos fundamentales del
individuo (inviolabilidad del domicilio, libertad de imprenta, derecho a la educación,
derecho de propiedad…); los diputados representaban a la nación, dividida en
provincias y municipios, para cuyo gobierno se creaban las diputaciones provinciales,
se establecía la formación de ayuntamientos con cargos electivos para el gobierno de
los pueblos y se creaba la Milicia Nacional a nivel local y provincial; se establecía la
educación primaria en todos los pueblos; y por último, se imponía el catolicismo como
religión oficial y única, lo que era una concesión al sector absolutista.
Tras la derrota de Napoleón en Europa, Fernando VII regresó a España en 1814. Tanto
los liberales como los absolutistas esperaban con impaciencia el retorno del monarca,
conocido como “el Deseado”, pero un grupo de absolutistas entregaron al Rey un
documento, el Manifiesto de los Persas, en el que solicitaban la restauración de la
monarquía absoluta y la derogación de la Constitución de 1812. Fernando VII, aceptó
esa propuesta, derogó la Constitución y promovió una dura represión contra los
constitucionalistas, comenzando así el Sexenio Absolutista.
La obra de Cádiz se volverá a recuperar cuando Rafael de Riego protagonice con éxito
un pronunciamiento militar en Las Cabezas de San Juan y proclame la Constitución de
1812, que obligó a Fernando VII a acatarla y que daría inicio al Trienio Liberal, el primer
ensayo de Gobierno constitucional de la historia de España. Además, la Constitución de
1812 será inspiración para los gobiernos de los nuevos países que surgieron tras la
independencia de las colonias americanas.
Estándar 63.
Explica las causas y el desarrollo del proceso de independencia de las colonias
americanas.

1. ¿Con qué proceso histórico se relaciona este mapa? Ubícalo en su espacio


y tiempo.

• Ubica la cuestión en sus coordenadas espacio-temporales, planteando


brevemente las causas del proceso.
• Descontento de la burguesía criolla por su marginación político-administrativa.
• Política comercial restrictiva que no favorece los intereses de las élites criollas.
• Influencia de la independencia de las trece colonias y de las ideas ilustradas.
• La invasión napoleónica de la metrópoli, el vacío de poder y la deslegitimación
de las autoridades representantes de la monarquía de José.

2. Explica el desarrollo de dicho proceso histórico en relación al contexto


español.

• Relaciona cada una de las etapas de la independencia con el contexto


histórico de España.
• En algún momento hace referencia al mapa de la práctica.
• Se expresa con corrección y expone las ideas de forma lógica y ordenada.
Desde 1808 hasta la década de 1820 se produjo el proceso de emancipación de las
colonias americanas. Los movimientos independentistas aspiraban a librarse de la
autoridad de los funcionarios nombrados por el Gobierno español, que impedían el
ascenso social de las minorías criollas. Exigían libertad económica para relacionarse
con otras potencias -especialmente Reino Unido-. Por otra parte, el ejemplo de Estados
Unidos era muy alentador para los independentistas.
Desde el siglo XVI, España mantenía inmensas posesiones territoriales que
comprendían casi todo el centro y sur del continente americano: el virreinato de Nueva
España, el virreinato de Nueva Granada, el virreinato del Perú y el virreinato del Río de
la Plata. Sin embargo, en menos de quince años, España perdió esos territorios, que
lograron su independencia.
Varios factores influyeron en el origen del proceso emancipador de las colonias
españolas:

• La difusión del pensamiento ilustrado y de la propaganda liberal, junto con el


éxito de los movimientos revolucionarios norteamericanos y franceses, sirvieron
de estímulo a los hispanoamericanos para luchar por su liberación política.
• El descontento de los criollos, ya que estos descendientes de españoles nacidos
en América, formaban un grupo social poderoso y minoritario, que acumulaban
la propiedad de las grandes plantaciones agrícolas y ganaderas. Además,
dominaban las actividades comerciales y se habían enriquecido. Sin embargo,
los criollos se consideraban marginados por el gobierno español, ya que muchos
de los cargos y puestos de mayor responsabilidad en la administración colonial
eran ocupados por peninsulares enviados desde España, además del marcado
centralismo de la metrópoli, que era el lugar donde se tomaban todas las
decisiones.
• Predominio del monopolio comercial ya que las colonias solo podían comerciar
con España. Esto ocasionaba gran descontento, ya que los criollos deseaban
buscar nuevas fuentes de riqueza. Además, criticaban el continuo aumento de
los impuestos que era utilizado para financiar los gastos de la corona española.
• La invasión y ocupación de España por las tropas napoleónicas también provocó
un vacío de autoridad y de poder legítimo en los territorios americanos, hecho
que aprovecharon los criollos para crear sus propios órganos de gobierno
independiente.
En el proceso de independencia de las colonias se distinguen cuatro períodos, tal y
como podemos observar en el mapa y en su leyenda:
La primera fase coincide con el periodo de Regencia (1810–1814). En este
momento, España estaba inmersa en la guerra de Independencia contra los franceses,
esto provoca un vacío legal en América semejante al de la España peninsular. Así,
surgen por todas partes, movimientos revolucionarios que crearon nuevos gobiernos
americanos. Se crean Juntas que asumen el poder y la defensa de sus respectivos
territorios. Estallaron insurrecciones capitaneadas por personajes muy populares, como
el cura Hidalgo en México, Simón Bolívar en Venezuela y el doctor José Francia en
Paraguay. En esta fase, se independizan Paraguay y las Provincias Unidas del Río de
la Plata, tal y como se puede ver en el mapa, donde observamos la representación de
la consecuencia de esta fase con la trama blanca con puntos.
La segunda fase se dio durante la etapa del Sexenio Absolutista (1814–1820), es
decir, coincidió con la reacción absolutista de Fernando VII. Las autoridades españolas
con el apoyo de las tropas enviadas a las colonias, sofocaron los alzamientos rebeldes.
Aun así, se independizan Chile y parte de la Gran Colombia (actual Colombia). Esto
provocó una política de intransigencia hacia las colonias que se tradujo en el envío de
buques y soldados para acabar con las revueltas, lo que generó una expansión del
movimiento emancipador que se generalizó en América. Esta fase y los países que
lograron independizarse en este momento, se observa en el mapa con el color gris.
La tercera fase se enmarca dentro del Trienio Liberal (1820–1823). En este
momento, se independizó México con el general Iturbide, las Provincias Unidas de
Centroamérica, la parte venezolana de la Gran Colombia liderada por Simón Bolívar y
el Perú (Perú y Ecuador, hoy), liderado por el General José de San Martín. En esta fase
fueron fundamentales dos factores, por un lado, el apoyo de Inglaterra y Estados Unidos
a favor de los independentistas y, por otro lado, el pronunciamiento de Riego en 1820,
que impidió que embarcaran en España las tropas destinadas a sofocar la rebelión en
América. Además, los criollos realistas de Nueva Granada y México temían el ascenso
de los liberales en España y por ello, se pasaron al bando independentista. En el mapa
podemos apreciar esta fase del proceso de independencia en color gris claro con
puntos, que abarca los países anteriormente mencionados.
Por último, la cuarta fase coincide con la Década Ominosa (1823-1833). En este
periodo, las campañas de Simón Bolívar en Venezuela y de José San Martín en
Argentina, Chile y Perú decidieron el final de la guerra, sobre todo después de la batalla
de Ayacucho en Perú (1824). De esta manera, consiguieron independizarse Bolivia y la
República Oriental del Uruguay, que en el mapa aparecen en color blanco y formando
rectángulos.
Así, en 1824 casi todas las colonias se habían emancipado de la corona española, que
mantenía el dominio en Cuba y Puerto Rico, y, en el Pacífico, en las islas Filipinas, las
Marianas y algunos otros archipiélagos.
Tras la independencia de América, España perdió recursos fiscales esenciales para la
Hacienda, así como un importante mercado para las exportaciones españolas. España
quedó reducida a una potencia de segundo orden entre los Estados europeos.

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