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TRATADO PRACTICO TERAPEDTICA HOMEOPATICA. LIBRERIA EXTRANGRRA DE C. BAILLY-BAILLIERE, TRATADO COMPLETO DE MEDICINA VETERINARIA HOMEOPATICA, G TRATAMIENTO HUMEOPATICO DE LAS ENKENMEDADES DEL CABALLO, BURY, OVEJA, CERDO, CABRA, PERRO, ETC. , ETC. , seguido de una Farmacopea homeopdtico-veterinaria Y DE UN MéMORANDUM TERAPEUTICO Para el uso de los veterinarios, ganaderos y demds personas encargadas de cnidar los wales domésticos, POR GUNTHER Y W™, Tradacido deialeman por Martin y Sarrazin y al espanol con numerosas anotaciones POR D. NICOLAS CASAS, Director y Catedrdtico dela Escuela superior de Veterimaria de Madrid, etc. * Madrid 4850, un tomo en 4.° de unas 500 paginas. 28 rs, MEDICINA DOWBOPALUCGA HOWRSTICA, iat cop ft de as familias, para que puedan irutarse por si mismas h Hicamente en isposiciones ligeras , y presi 2s los njermos en tos cases urgrnies hasiaigida del medica, POR EL DR. HERING. (DE FILADELFIA.) Redactada con arreglo 4 las mejores obras homeopiticas Y 4 su propia esperiencia, con adiciones de los doclores Goullon, Gross y Staph. Traducida al castellano de las ediciones segunda inglesa y la francesa, POR D. ROMAN FERNANDEZ DRL RIO, Doctor en Medicina y Cirujta, socio fundador y secretario general de a Sociedad Nalemanniaga’ Matri socio corresponsal de la Sociedad Habnemdnniana de Paris, etc. Madrid, 1850. un tomo en 8.° marquilla de unas 400 paginas. 24 rs. TRATADO DOMBOPATICO BNFZBRMEDADBS AGUDAS ¥ CRONICAS LOS NINOS, POR BL DOCROR ALB. LBSPB. TRADUCIDO AL CASTELLANO Por Don José Maten Garin, profesor de medicina. 1850, un tomo en 8.° de unas 400 paginas, 18 rs. - LMIPRENTA DEL COLEGIO DE bi ahaa Calte det Turco, nium, 11. Wy lar FoUke, meatapo Prictico 3 G1S.53° = HAR fERAPEUTICA HOMEOPATICA DE LAS ENFERMEDADES AGUDAS Y CRONICAS, Perel doctor HARTMANN, traducido al frances de la tercera edicion alemana, por A. J. L. Jourpay, socio de la academia nacional de medicina de Paris, Y DEL FRANOES Ad, ESPANOL POR PIO HERNANDEZ ¥ ESPESO, Milos heaipeta, caledrdtico de homeopatia en el inslitulo espanol, socio fun~ dds del instituto homeopdtico Espanol y corresponsal de ta academia de emulacion de Santiago, elc. ey pRSLIAL ¢ Zomo pri pgroRBLIOTE MADRID. C. BAILLY-BAILLIERE, LIBRERIA EXTRANGERA CIENTIFICA Y LITENANIA, calle del Principe, mim. 11. PARIS, J.B. BaiLtiene, libraire, rue del’ Ecole-de-Médecine niim, $7. LONDAES, H. Batuene, bookseller, 219, Regent-Street. EW.YORK, CH. BAtLuens, libraire. 1851. . ite be ~~ wD : wt Mencia eT ates PROLOGO. He Esindudable que el estado actual de 1a homeopatia exige un tra- alo de terapéutica redactado segun sus principios , trabajo quo no polis bacerse en 4831, en cuya época publiqué la primera edi- twa de esta obra. En efecto, las ideas que la nueva escuela pro- fesa ahora, difieren de las que antes seguia y aunque las adopto bajo muchos conceptos, hay sin embargo puntos que no puedo ad- nitir porque en mi profunda conviccion , van muy lejos los homed- Piasen la actualidad, demostrando grande ardor y celo por tras- tomar lo que hasta el presente ha constituido las bases de la doc- tita, Cuando di mi primera edicion, dije claramente que el sis- tema de HAHNEMANN no podia ser considerado como un cuerpo de docttina completo, puesto que aun se necesitaban continuados es- fuerzos, ya para conocer las afecciones internas 4 las que se refie~ tenlos fendmenos esteriores provocados por !a enfermedad; ya’ Fra apreciar las virtudes y cardcter de los medicamentos ensaya- es sobre el hombre sano; ya en fin para erigir estas diversas Dociones en principios del método que cura per similia; pero aun &stamos del momento en que pueda realizarse en toda su latitud. Plo tanto me he dedicado a hacer el ensayoen un manual , por- ue los médicos jévenes que estudian la homeopatia deben. para Z PROLOG. : asegurarse y comprenderla bien, empezar por el principio y no por “el medio 6 por el fin. Siempre recomendaré que los preceptos mas simples y entre otros el de guiarse por la mayor analogia de los sintomas, son los de una utilidad practica tan notable , que las ge- neraciones futuras no podran de modo alguno destruir. El mismo Hahnemann ha modificado sus dogmas 4 medida que la esperiencia se lo indicaba, pero nada ha-reformado respecto al modo de exa- minar el enfermo y 4 la terapéutica, pues hasta el Gltimo momen- to de su larga carrera, ha reconocido que estos dos principios son la piedra angular 4 la cual no se puede tocar sin esponerse 4 Ja ruina del ediGcio entero. Abrigo igual conviccion despues de veinte y ochu aiios y aun mas que ejerzo la medicina en sentido homeopitico. Esto es lo que siempre ha dirigido mi plums’, porque jams he perdido de vista que escribo para discipulos y que por consiguiente mi objeto debe ser ensefar 4 hallarla via que Hahne- mann prescribe seguir, para conocer y curar las enfermedades- del hombre. Por esta razon ho insistido muy poco sobre la pato~ logia y anatumia patolégica, aunque uo las he descuidado entera~ mente, pues ni podian ni debian dctenerme sino en tanto que fue~ sen susceptibles de suministrar datos atiles 4 la terapéutica. TRATADO COMPLETO PRRAPAVTICA DowRorAgred . ‘DE LAS ENFERMEDADES AGUDAS Y CRONICAS. INTRODUCCION. Lsern. es desconocer que en los cincuenta aiios que Ilevade exis teneia la doctrina homeopatica , ha sido apreciada en su justo valor haciéndose un distinguido lugar en la ciencia 4 pesar de los obs- waculos suscitadus 4 sus progresos , posicion que Ja ha dado dere- ches iguales a los de la antigna escuela, porque las verdades que pFeciama por la inspiracion de la esperiencia , son cl benéfico fru- to del religioso cuidado con que estudia 4 la naturaleza. Solo es- tuvo Hahnemenn en los primeros veinte afios para el desarrollo de ‘$a portentosa creacion ; mas bien pronto le siguieron los discipu- Jes que él eligid, incrementandose despues el numero de sus adeptos ya con distinguidos médicos que envejecidos en la pricti- ca alopatiea, 1a abandonaban para seguir la homeopatia, ya con los jovenes y entusiastas doctores que salian de la nueva escuela. No satisfeehos los homedpatas con ver difundida hoy dia la deetsina de Hahnemann por la Europa entera y otras partes del muado , la han enriquecido y perfeccionado por los muchos y bellos trabajos debidos 4 numerosos prosélitos, que infatigables pro- siguen en Ja dificil obra de la constitucion definitiva del nuevo edificio de la ciencia, gQué no hard pues esta doctrina, cuando willares de médicos la consagren sus esfuerzos , siguiendo el gran- da sxioma de Hahnemann, de que ningun espiritu mortal puedo Bi debe penetrar en los intimos secretos de 1a naturaleza, princi- pio eaya ignorancia produce en la antigua eseuela un inestricable Laberinto de vanas especulaciones y do hipétesis estériles? 4 INTRODUCCION. Considerando pues los grandes progresos que la homeopatia ha hecho en poco tiempo, naturalmente es de esperar que a la conclusion del siglo habra superado 4 la alopatia y aun quizé esta Tisma se vea abandonada y olvidada ; pero dejando 4 un lado la cuestion del porvenir, me contento con recomendar, que para con- seguir tan grandioso objeto, deben los homedpatas desplegar una actividad infatigable y continuar en la via esperimental, sin que nada les arredre, Convencido por otra parte de que no existira homedpata algu- No que ignore el modo como Hahnemann Ilegé al descubrimiento del grande principio similia simslibus curantur , juzgo convenien- te pasar 4 la esposicion de los principales axiomas de ta doctrina homeopatica , axiomas que desde luego ofrecen el fundamento de una terapéutica general y que naturalmente deben preceder dla terapéutica especial. § 1. Similia similibus curantur. El principio que sirve de base a la doctrina de Halinemann puede formularse en estos érminos: Si se quiere obtener una cura- cion pronta, cierta y duradera, clijase un medicamento que administrado 4 una persona sana produzca en ella sintomas andlogos & los de la enfermedad que se quiere curar. Hahnemann le des- cubrid (en 1790), traduciendo el ¢ratado de materia médica de Cullen, quien hablando de la virtud febrifuga de la quina, ofrecié- 4 Hahnemann la ocasion de ensayarla sobre individuos sanos, vién- dola producir, no solo sintomas analogos & los de las fiebres inter- mitentes que cura, sino otros muchos, sobre los cuales los médi- cos no habian dirigido su atencion. Repctidos estos ensayos, le con- vencié la esperiencia de que, en tanto curan los medicumentos, en cuanto gozan dela propiedad de producir estados morbosos analogos 4 las enfermedades naturales. § IL. Ensayos de los medicamentos en el hombre sano. De este principio dedujo Hahnemann la proposicion siguiente: Ensdyense los medicamentos en personas sanas , para saber cuales son los érganos sobre los quo con preferencia se manifiesta su accion , y cémo se determinan los fendmenos que les caracterizan. ENSAYO DE LOS MEDICAMENTOS. & Aunque este medio fue puesto en uso antes de Hahnemann por alganos médicos , ni se siguid nunca con la misma perseverancia, nise hizo con el objeto de aplicar las virtudes de los medicamentos asi descubiertos 4 la curacion de las enfermedades ; pues pesar de que algunos entrevieron el partido que podia sscarse de este gé- nero de esperiencias, bien pronto las abandonaron , porque abri- gaban opiuiones que les inducian & pensar que no tendrian otro resultado que perder un tiempo precioso. El honor pues de fun— dador de la medicina homeopatica le pertenece por entero 4 Hah- Demana , quicn despues de haber marchado sin guia en esta nueva senda, la sigue con constancia, manifestando las inmensas venta- jas que resultan y consignandolas en varias 6 importantes obras es- eritas por él mismo. Reconocida pronto la utilidad que este principio le ofrecia pa~ ta la perfeccion de su método, multiplicé con heroismo los ensa- yos para ver de sacar todo el partido posible. El ensayo pues de los medicamentos simples en el hombre sano, produce constante- mente resultados ciertos, y aunquo era demasiado penosa la via que emprendid, tuvo tal grandeza de alma que sin arredrarse por obs- ticulos de ningun género, estudié asiduamente la accion de los medicamentos en si mismo y sus amigos, anvtando con exuctitud es sintomas que percibia, en cuyo trabajo Je ayudaron despues sus discipulos. Naturalmente se comprende , que esperiencias de este género exigen gran prudencia, atencion esmersda y talento de observacion, para percibir los sintomas 4 medida que se desar= tollan; necesitan mucha conciencia en la anotacion de Jos sinto— mas, 6 imponen la obligacion de someterse 4 un régimen privati- vo de toda sustancia capaz de turbar la accion del medicamento que se estudia. Al ensayar Hahnemann en si mismo los medica- Mentos, no tardé en descubrir dos efectos diferentes que denomi— né primitives y secundarios; distincion importante , que los mé- dieos no habian hecho aun y cuya gloria le pertenece. No me de- tendré en manifestar las diferencias de estos dos efectos, pues estan bien descritos en el Organon; pero si haré notar, que el efecto primitivo se presenta algunas veces en la enfermedad, poco tiempo despues de tomar el medicamento, Jo cual se conoce por una ligera exasperacion de los sintomas preexistentes (agravacion), Pero este fendmeno no es tan comun como se pretende, pues mu- thas observaciones en las que se cree hallar, carecen de verdad, 6 ANTRODUCCION. perteneciondo la mayor parte 4 la infancia de la homeopatia d & esperimentadores inespertos y rutinarios en el conocimiento de la marcha de las enfermedades y de los efectos de las pequefias do- sis de Jos medicamentos. Ademas, los primeros sectarios de la ho~ meopstia eran demasiado entusiastas para dejar de creer lo que eb maestro les deeia, aunque la esperiencia no lo confirmase, de donde resultaba que muchos efectos de agravacion se referian, 6 4 demasiada dosis del medicamento, 6 4 mala eleccion del mismo, sucediendo frecuentemente cometer faltas de omision por no ob= servar bien la marcha natural de las enfermedades, sus cambios y sus transiciones, etc. Pero volviendo al ensayo de los medicamentos, seria muy con- veniente que todo homedpata los esperimentara en si mismo ; pri- mero, porque aprenderia 4 observar las enfermedades con esmero y se convenceria de la dificultad é importancia de la comperacion entre los sintomas naturales y los del medicamento que va & elegir: segundo, porque de este modo se formaria una idea exac~ ta de los efectos puros de los medicamentos, puesto que no hay agente alguno que turbe sa accion. ; Qué diferencia entre la ma= teria médica homeopatica y la alopatica! Esta no es mas que un Conjunto informe de observaciones recogidas superficialmente & Ja cabecera del enfermo, tratado no con medicamentos simples, sino con misturas de drogas, y adornando el todo de la observacion con ficciones 6 hipdtesis quimicas, mecdnicas, dinémicas y clini- cas, La materia médica alopatica es indtil en las enfermedades que varian de forma con frecuencia; no puede en fin pretender fuo- damento alguno de certeza. Esta diferencia tan marcada entre las materias médicas de las dos escuelas subsistira hasta que la alopa- tia proceda como su rival por (a via de la esperimentacion pura, y si no lo verifica, caminara sin drden ni concierto, se hundira irremediablemente, porque la observacion manifiesta la verdad do la homeopatia & poco que se comparen los resultados de la espe~ Timentacion pura, con las cursciones operadas con los medica- mentos homeopiticos. § MUL. Estudio de la enfermedad , exdmen ded enferme, El objeto de que me voy 4 ooupar es de tal importanoia que el mismo Hahnemann ha insistido de una manera especial , recomen- . STUDIO DE LA ENVERMEDAD, EXAMEN DEL ENFERMO. = 7 dando eficasmente se observen con rigor y cuidado sus preceptos, pues es indudable que el buen éxito del tratamiento depende de ess preceptos, es decir, del estudio y andlisis de Ia enfermedad. Habremann aconseja proceder en el examen del enfermo con el mismo rigor que en el estudio de los efectos de los medieamentos ‘rtando de formarse une idea pura de la enfermedad y anotando hes sintomas, Este precepto ha sido combatido muchas veces y dar ¢o lugar 4 mas de una falsa interpretacion, creyéndose ver la in- tencion de despreciar la causa préxima 6 eficiente de la enferme- did. Este argumento tantas veces presentado por los adversarios dela homeopatfa, carece de fundamento, al menos en la époce staal, porque los homedpatas modernos estén plenamente con- veneidos de que, en muchos casos, el conocimiento solo de la cau- sapeede determinar la eleccion del medicamento conveniente, y de que ciertos sintomas que tienen un cardcter particular corres- ponden @ otros andlogos del medicumento , por su aptitud 4 afece tar los érgamos dul mismo modo, manifestindose asi especifico mu- thas veces para estados morbosos diferentes aunque sean produci- 4us por la misma causa ocasional. Pondré algunos ejemplos. La esperiencia nos ensefia que arnica es el mejor remedio pera ks seeidentes que provienen de un golpe, de una contusion, de ‘ta distorsion y de una herida, por la grande analogia que se ad- Tere entre los efectos de estas causas y los fendmenos que el me- dicamento produce cn el hombre sano. Cuando el hombre se ha ‘tepuesto 4 grandes humedades, que, como suele decirse estd ca- {edo hasta los huesos, resultan con frecuencia una multitud de afec- Clones que 1a homeopatia quiza no podria curar, si despreciando laeausa, no recurriese & rhus radicans, medicamento que entre ts efectos que le caracterizan, figuran los que esta causa produ- 2. .Qué homedpata, para un caso de fiebre, con rubicundez in- tersa de las mejillas 6 insomnio durante la noche y que proviene una melancolia, no se acuerda de cocculus? El susto determix tambien sfecciones , para cuya curacion es indispensable el co- ‘rimiento de ia causa, si se ha de elegir con acierto; asi es que Ceendo el susto provione de una soticia triste, es tgnatia el indica- 40; siesta scompaiiado de despecho , sera acontitum; y si produce lespanto, opium. La indigescion seguida de sobresaltos conti- Sow exige ignatéa, mientras que, si hey célera, agitscion y ca- lor, es chamomilla, La efeccion del estémago que reconoce por 8 INTRODUCCION. causa alimentos grasos, especialmente la carne 6 manteca de cer= do, requiere pulsatilla; si emana de un enfriamiento por frutas, arsenicum mereco 1a preferencia. Guando la debilidad fisica y mo- yal procede del abuso de sangrias, 6 de pérdidas de sangre, de vigilias prolongadas, de sudores nocturnos, del onanismo, de esce- sos venéreos, etc., desde luego se recuerda la oportunidad de la gutna, como uno de los medicamentos que juega particularmente en las afecciones producidas por las cousas dhiim: das. Las enfermedades debidas 4 la falta de ejerci frecuentemente 4 nu. gSe curarian tan pronto si no se tuviese en cuenta la casa ocasionsl? La diarrea dependiente de un enfris— miento con 6 sin célicos é infarto glandular, se combate con dul- camara , la cual es bastante especifica on afecciones que recono- cen esta causa. El homedpata familiarizado con las patogenesias de los medicamentos, no ignora los casos que requieren chamo- milla, mercurius, sulphur, china, valeriana, sodium, elc., asi como sabe diferenciar , antes de administrar otro medicamento, si Ja agravacion sobrevenida en la enfermedad , es medicinal 6 natu- ral, dando en el primer caso el antidoto correspondiente. 4 Seria facil curar las enfermedades producidas por las bebidas, si no se averigua la bebida especial que la produce? Seguramente que no, pues dificilmente podra triunfar de ellas, si desconoce los efectos de la nuz vomica en el hombre sano y la analogia que con aque- Ios tiene. Aun podria citar otros varios ejemplos que demostrasen la ne~ cesidad en homeopatia de averiguar la causa ocasional, del mismo modo que en la alopatia se ds grande importancia 4 la tndicatio causalis. Homeépatas y alépatas convienen en que la enfermedad de— pende del cambio sobrevenido en el interior del organismo huma— no; juzgan igualmento que este cambio llamado esencia de la en- fermedad, se desconoce intimamente, ateniéndose unos y otros al conjunto de lus sintomas , como lo unico apreciable por el mé- dico. Para ambos , estos sintomas , estos cambios fisicos y morales accesibles a los scntidos, estos fenémenos apreciables esteriormen- te, son los signos & los que consagran toda su atencion, sin pre tender deducir conclusion alguna relativa 4 la esencia de la enfer- medad. En muchas circunstancias Jos datos que suministran la auscultacion y la percusion aclaran y facilitan para los dos, lasin~ ESTUDIO DE LA EXFEAMEDAD , EXAMEN DEL ENFEnMO. {) lomatologia y el diagndéstico , resultando que unos y otros concur- ren al mismo fin. Convienen tambien en que estos medios les su- ministran un conocimiento mas exacto en algunas enfermedades, y que en muchos casos hasta la anatomia patoldgica concurre al conocimiento de la esencia de las enfermedades, pur el cambio interior , 6 lesiones organicas que descubre. Pero tan pronto como %€ ata de poner en armonia los conocimientos asi adquiridos, eon la terapéutica 4 fin do sacar todo el partido posible, para ob~ teaer curaciones prontas , rdpidas y durables, disienten y se sepa- Tan porque en la alopatia es muy poca la aplicacion esacta que de tales conocimientos se puede hacer 4 la lerapéutica, ni apenas cambia el modo de estudiar y combatir las enfermedades, y porque las nociones adquiridas por los medios esploratorios indicados no sirven para fijar una base cierta de tralamiento, a no ser que, co- mo se prescribe en la homeopatia, estos procedimientos se apli- quen y se tengan muy presentes en Ia esperimentacion pura, Uni- eo modo de poder apreciar despues para la curacion de las enfes- medades , los cambios interiores que tales medios nos suministran. Se imputa 4 la homeopatia, el ser una medicina sintomatica ; mas la experiencia ha contestado, demostrando la bondad de este mé- todo y haciendo ver quo, curados todos los siguos apreciables de fa enfermedad , no puede quedar otra cosa mas que la salud. El homedpata debe pruceder en la esploracion del enfermo con el mayor cuidado y esmero posibles , no despreciando signo algu- no por insignificante que aparezca, si ha de elegir con ascierto el medicamento que el caso exija. Eu este método , cada enfermedad aparece y se presenta como una forma patolégica especial, nunca deserita en alopatia con todas las condiciones y circunstancias que ofreee el cuadro sintomatolégico. Esta es la razon porque Hahne~ mann sl desarrollar su doctrina, no ha podido admitir ni bajo el punto de vista patolégico, ni terapéutico, las distinciones y divi- siones introducidas por lus nosologistas ni las denominaciones co— lectivas tiles solamente para facilitar el estudio. Espero pues no se Me arguya por no seguir 4 Hahnemann en este punto , pues abrigo la eonviccion de que es indispensable adoptar una nomenclatura para quo cl estudio de la homeopatia sea mas facil y accesible a jos principiantes ; pero si bien adopto este medio, éngase presen- te que al hablar de una enfermedad cualquiera, la individualizo cuanto me es posible y trato de dar 4 conocer las relaciones parti~ 10 INTRODUCCION. « culares del medicamento para tal 6 cual forma patolégica deter- aminada , indicando cuanto permiten las observaciones patogenéti- cas y clinicas de los medicamentos. f Antes de referir las mismas palabras de Hahnemann, con res+ pecto al modo de estudiar las enfermedades, advertiré que insiste mucho en la necesidad de anotar con cuidado el cuadro particular de cada caso dado, pues este es el unico medio de no olvidar na- da de noteble y de asegurar bien la eleccion del remedio. Por ul- timo el eximen del enfermo necesita mayor atencion de la que exigen los alépatas, porque muchas circunsiancias que estos des- precisn son precisamente las que nos dirigen en la eleccion del medicamento. «El oxfmen de un caso particular do enfermedad, q objeto presentarle bajo las condiciones formales de la individuali- dad, solo exige de parte del médico un espfritu sin prevencion, sen- tidos perfectos , atencion 4 observar y fidelidad al trazar el retreto de la enfermedad. «El enfermo hace ta relacion de lo que esperimenta; las perso- nas que le rodean refieren de qué se ha quejado , cémo se ha con- ducido, y cuanto han notado en él: el médico ve, escucha, en una palabra , observa con todos sus sentidos lo que existe de alte- rado y de estraordinario en el enfermo. Lo escribe todo en-el pa- pel, en dos mismos términos de que se han servido el enfermo y jos asistentes. Les deja concluir sin interrumpirles , porque toda interrupcion rompe el enlace de fas ideas del que habla, y no le vuelven despues las cosas 4 la memoria del mismo modo que que- ria decirlas al principio, 4 menos que no se pierden en digresio- ties inutiles. Tiene cuidado solamente al empezar, de exhofterles 4 que hablen con lentitud , 4 fin de poder segwirles al escribir todo cuanto juzgue necesario anotsr. «A cada nueva circunstancia que el enfermo 6 los asistentes re- fieran , debe el médico empezar un nuevo renglon, 4 fin de que los sintomas estén todos escritos separadamente, los unos dehsjo de los otros. Procediendo de ‘este modo, le sera facil afiadir 4 cada uno de ellos , ademas de las noticias vagas que le hayan sido co- municades ul principio , las noticias mas exactas que pudiera ad- quirir despues. «Cuando el enfermo y las personas que lo rodean vayan aca— bando lo que tenisn que decir, por su propia impresion, el mé- ESTUDIO DE'LA ENFERMEDAD, EXAMEN DEL ENFERMO, 44 deo se informaré con mas precision de cada sintoma , procediendo para esto del modo siguiente. Vuelvo 4 leer todos cuantos le han sido setalados, y al tratar de cada uno en perticular, pregunta, por ejemplo: 24 qué époea se verificd tal accidente? ¢ Fué antes del uso de los medicamentos que el enfermo ha tomado hasta el dia, mientras que los tomaba 6 solamente algunos dies despues dé haber dejado su uso? 4 Qué sensaciones, exactamente descritas, se ban manifestado en tal parte del cuerpo? ,Qué sitio ceupaban con precision ? 4 Se hacia sentir el dolor solamente por accesns? 6 bien era continuo y sin cesar? 4 Cudnto tiempo duraba? A qué época del dia 6 do la noche, y en qué situacion del cuerpo era mas violento 6 cesaba del todo? yCual era el cardcter exacto de tal acel- deste , de tal circunstancia? «El médico hace que le determinen de este modo cada uno de los indieios que le habian dado al principio, sin que jamés esten con- cebides sus preguntas, do suerte que en cierto modo dicten la reee paesta 6 pongan al enfermo en el caso de no tener que responder mas que si 6 nd. Obrar de otro modo seria esponer al que se pre~ gata, 4 afirmaré 4 negar por indiferencia 6 por complacer al mé- dice, una cosa falsa, 6 verdadera solamente & medias, 5 del todo difereate de lo que realmente sucede. Asi pues , de esto resultaria un ceadro infiel dela enfermedad, y por consiguiente una mala eleeeion de los medios curativos, «Cuando,el médico halla que en esta relacion esponténea no se tra hecho mencion ya de muchas partes 6 funciones del cuerpo, ya de las disposiciones del espiritu, pregunta si no tiene todavia al- guns cosa que decir relativamente 4 tal parte 6 4 tal funcion , 64 tal 6cual disposicion moral por ejemplo: y hace de! cuerpo el en— ferme? 4 cimo orina? ycémo es el suefio durante el dia y durante la noche ? gcual es la disposicion de su espfritu, de su humor? ghasta qué punto es duefio de sus sentidos? 2 dénde siente In sed? Equé gusto esperimenta en la boca? 2 qué alimentos y bebidas le gustan mas? Zcudles son las que mas le repugnen? genouentra & ada slimento y 4 cada bebida el sabor que debe tener, 6 algun etre gusto estraiio? 4 cémo se encuentra despues de haber bebido 6 eomido? g tiene alguna eosa que decir relativamente 4 su cabeza, 4 sus miembros 6 4sa-vientre? 7 Cuando el enfermo ha suministrado de este modo por si mismo todas las noticias necesarias, y completado bastante bien el cuadro 12 INTRODUGCION. ‘ de la enfermedad , puede el médico hacerlo alguoas preguntas mas especiales, sino se encuentra todavia suficientemente ilustrado. » Nada es mas perjudicial al médico que el tener una idea incom— pleta é inesacta de la enfermedad. Sino le es dable informarse bien en su primera visita debera reiterar sus preguntas & fin de que con- siga no solo la verdadera idea de la enfermedad sino para elegir convenientemente el remedio. »Las principales preguntas que debe dirigir, son las siguientes: 4cuadnlas veces ha obrado el enfermo? gde qué naturaleza eran las materias? gy las deyecciones blanquecinas eran mucosas 6 fecales? gla salida de los escrementos iba acompafiada de dolores 6 né? gde qué naturaleza son precisamente estos dolores, y donde se hacen sentir? gqué es lo que el enfermo ha vomitado? gel mal gusto de boca es putrido, acido, amargo 6 de otra naturaleza? ase hace sen- tir antes, durante 6 despues de beber y comer? ga qué época del dia se esperimenta particularmente? gqué gusto tienen los eructos? gla orina sale turbia 6 solo se pone asi algun tiempo despues de su espulsion? ade qué culor es en el momento de su salida? gcual es el color del sedimento? ycomo se comporta el enfermo mientras duerme? gse queja? ggime? ghabla? ggrita? gse despierta sobresal- tado? gronca al inspirar 6 al espirar? gesta siempre echado de espaldas, 6 de qué lado se ccha? gse tapa bien por si mismo 6 no puede aguantar la ropa? gse despierta facilmente, 6 tiene un suefio muy profundu? gcomo se encuentra al despertar? yse mani- fiesta con frecuencia tal 6 cual incomodidad? gy con qué motivo? ges cuando el enfermo esta sentado, echado, de pie 6 andando? yes solamente en ayunas, por la mafiana temprano, solamente por la noche, 6 despues de la comida? gcuando se ha presentado el frio? gha sido solamente una sensacion de frio 6 tenia al mismo tiempo frio verdadero? gtenia la piel caliente mientras se quejaba de frio? gesperimentaba solamente una sensacion de [rio sin escalosfrios? gtenia calor sin que estuviera encendida la cara? gqué partes del cuerpo se advertian calientes al tacto? gse quejaba el enfermo de calor, sin tener la piel caliente? gcuanto tiempo ha durado el frio, y cuanto el calor? 4 cuando se ha presentado la sed? 4 durante el frio, el calor, antes 6 despues? era muy intensa? gqué deseaba beber el enfermo? gcudndo se ha presentsdo el sudor? gha sido al Principio 6 al fin del calor? gcuanto tiempo ha transcurrido entre uno y otro? zha sobrevertido durante el suefio 6 estando despierto? ESTUDIO DE LA ENFEAMEDAD , EXAMEN DEL ENFERMO. 15 qail era su abundancia? jera caliente 6 frio? gen qué partes del cuerpo se present6? gqué color tenia? gde qué se quejaba ek en- fermo antes 6 durante el frio, durante 6 despues del calor, durante 6 despues del sueiio, etc.? «Despues que el médico ha acsbado de poner por escrito las res- paesizs, anota ademis lo que él mismo observa en el enfermo, por geaplo: gcémo se ha conducido durante la visits? yestaba de mal humor, irritado, brusco, !loroso, timido, desesperado 6 triste, tran- quilo 6 confiado, ctc.? gse hallaba sumido en el estupor, 6 en ge- teral no estaba en su sano juicio? zestd ronco? ghabla muy bajo? jdiee cosas que no vienen al caso? gse nota algo de i contersacion? gqué color tiene su cara, sus ojos 6 su piel en geno- ral? gcual es el grado de espresion y de vivacidad del rostro y de sas ojos? gcdmo estan la lengua, la respiracion, el olor del aliento yel oido? glas pupilas estan dilatadas 6 muy contraidss? geon qué prontitud y hasta qué grado se mueven en la luz y en la oscuri~ dad? cual es cl estado del pulso y del vientre? gla picl esta ma- dorosa 6 caliente? 4 fria 6 seca? yen tal 6 cual parte del cuerpo 6 en todo él? gesta echado el enfermo con la cabeza doblada hécia airs, con la boca medio 6 enteramente abierta 6 con los brazos cruzados por encima de la cabeza? gesté acostado de espaldas 6 en cualquiera otra posicion? gle cuesia mas 6 menos trabajo el in- corporarse en Ja cama? En una palabra el médico tieno en cuenta todo lo que ha podido observar y que le parece digno de ser ano- tado (1). * : Despues de haber estudiado el caso como acabamos de decir, se pasa a investigar la causa ocasional cuyo conocimiento es indis~ pensable. Se procuraré saber sila causa es material y sigue obran= do, 6 inmaterial , dindmica y ha cesado su accion. Debe de sten- derse 3 la profesion del enfermo, 4 su género de vida fisica y mo- tal, originandose desde luego las preguntas siguientes: ,ha co— metido escesos en la bebida, comida 6 de cualquier otro modo? gse hs perjudicado, absteniénduse de Iss cosas mas precisas 4 la vida? ge ha escedido en los placeres venéreos? Se averiguara si un amor desgraciado, la envidia, los disgustos domésticos, raptos de cdlera, el sentimiento de una injuria, sustos, una ira concentrada, el 0 ition de 1a doctrine médicale homeropathique, ow Organon de I* art de wi, trad. par A.J. L. Jourdan, Paris , Tue, p. 108 y nig ema 46 iXTnoDUccION. emor propio ofendide, una desgracia enla fortuna, han podido te= ner alguna parte en el desarrollo de 14 enfermedad. No es mecos importante investigar la disposicion del enfermo, su predisposicion hereditaria, su edad , su temperamento: en las mugeres, se preguntaré, si las menstruaciones son regulares, si apa- recen 6né en épocas determinadas, cudntos dias duran, si son continuas 6 interrumpidas , abundantes 6 escasas, cual ¢s el color de la sangre menstrual, si es precedida 6 seguida do leucorrea : es sobre todo esencial investigar cuales son las alleraciones do lo fi- siea y lo moral, las sensaciones y los dolores que pueden preceder, acompafisr 6 seguir 4 la menstruacion. Se debe inquirir la natura- Jeza de las leucorreas, las sensaciones que las acompaiian, su can- tidad y las circunstancias en que aparecen ; se observaraigualmente si la muger es estéril, si ha tenido abortos , cémo se ha efectuado Ja lactancia y en qué estado se halla el apetito venéreo: en lus en- fermedades de los érganos sexuales debe hacerse siempre la esplo- racion tanto esterna como interna. Nunoa se debe omitir interrogar al eafermo sobre sus enfer- medades anteriores averiguando el cardcter de aquellas 4 que ha estado sujeto, pues tales antecedentes tienen la ventaja de indicar & veces los madios que se deben emplear para lograr la curacion. Aunque no participo de la opinion de muchos homedpatas de que Ja mayoria de las enfermedades crénicas dependen del miasma psdrico, no por eso dejo de admitir que muchas de ellas deben su origen 4 una sarna, & herpes, 4 una tifia, alas escréfulas, etc., en= fermedades que existioron antes y que se puede remontar hasta el Momento de su desaparicion el origen de algunas enfermedades crénicasa pesar de la oposicion de algunos médicos instruidos, que consideran a la sarna como una enfermedad particulor de la piel producida por el acarus scabiei , y que creen que se puede sin pe~ ligro de la salud, combatirla con medios ésternos y aun mecanicos. Opinion es esta que solo puede abrigarse por la preocupacion de ideas materialistas y por despreciar todos los signos que la obser= vacion nos presenta. Estos signos son tan positivos, que ningun ob- servador atento y desprcocupado ha podido menos de hallarlos, ad- mirando la desireza con que Hahnemann lo ha probado, si bien so ha escedido al presentar la psora como un miasma primitivo trans- mitido de generacion en generacion y de cuya influencia nadie ha podido susiraerse. En fin, ol homedpata sabe que para conocer DIVISION DE LAS ENPERMEDADES. 15 hien fas enfermedades que va 4 ourar, debe averiguar cen euidado hodas aquellas que anteriormente ha padecido el enfermo. Sien elexamem de una enfermedad crnica se observan clara- mente que predominan los sintomas perteaceientes é tal 6 cual me- dicamento de los que la antigua escuela usa frecuentemente , uty deber imperioso prescribe al lomedpata investigar con cuidado si el enfermo le ha usado con profusion. Estos medicamentos son: la valeriana, la manzanilla, el mercurio y sus preparados tanto al in- tarior como al esterior; el yodo y las pomadas en que entra , el azofre , el opio , la quina y la quinina, la digital, el acido prasico, él uso prolongado de los purgantes, etc. Es menester aun averiguar con cuidado Jo quo se llama natu- raleza de las enfermedades, la constitucion reioante, porque im= prime un sello mas 6 menos pronunciado 4 todas 13s enfermeda- des que se presentan en su duracion, y la cual suminisira fre~ eventemento indicaciones seguras para la eleccion del remedio, eaando el homeopata esta familiarizady con el cardcter general de tada medicamento. Gaalquiera se habra convencido segun lo dicho en este capi- lle, dela necesidad absoluta de un eximen riguroso, si bien esto es aplicable 4 un pequeiio nimero de casos, pues seria demasiado ridicalo sometec siempre los enfermos 4 investigaciones tan prolijas. Mi objeto pues al manifvstar todas estas particularidades , dejando sia embargo al médico adornado de los conocimientos suficientes ea fisiologia, patologia y \erapéutica, el determinar los puntos es- peciales que cada enfermo oftezca , segun la indole del mal que presente, pues un examen exacto del enfermo es la ‘verdadera piedra de toque de todo médico prictico. $V. Division de tas enfermedades, Si bien Ia division que se hace de las enfermedades no tienc importancia alguna terapéutica , basta que influya en el estudio es- pecisl de cada caso, para que no pueda ni deba pasarloen silencio. A. Atendiendo pues 4 las diferencias accidentales que se ailvier- ten en el individuo enfermo, este mismo me da ocasion y permite establecer las causas siguientes, AS ENvERMEDADES PROPIAS DE LAS EDADES. Son aquellas quo Pertenecer & ciertas épocas de la vida y que pueden ser agudas y 48 INTRODULCION. erénicas. En la infancia, por ejemplo, en atencion al predominio de la irritabilidad , so esta predispuesto 4 las afecciones espasmé- dicas ; el sistema de la vida vegetativa domina y esta es Ja razon porque las enfermedades se dirigen con preferencia al sistema lin fatico, cuyos desérdenes favorecidos por la pasibilidad é iner funcional, dan lugar a congestiones cerebrales , de Iss que proceden las hemorragias nasales , la fiebre cerebral , el hidrocéfalo interno, accidentes nerviosos de diversas especies, las escréfulas , las afec~ ciones verminosas, etc. En la época de la pubertad y en la que se desarrollan los érganos toracicos, se ven predominar las congestio~ nes pulmonales, y por consiguicnte la predisposicion a las enferme= dades de estos drganos. En esta misma época se despiertan los de-. seos venéreos y empiezan las funciones sexuales , que vienen 4 ser elorigen de wna multitud de enfermedades de diferente cardcter y naturaleza. En Ja edad de la virilidad , cuando todos los érganos han Iegado al mas alto grado de perfeccion y que reina la mayor armonia en las funciones, en esta época de la vida pues, es cuando menos enfermedades se padecen. En una edad mas avanzada, se afectan las visceras y érganos abdominales, resultando de esto la inaccion del conducto intestinal, y por consiguiente, la hipocondria, los hemorroides, la gota, etc. La vejez que produce el deterioro de las fuerzas fisicas y morales, predispone a todo género de parilisis, a la sordera, ceguera, apoplegia , asma, paralisis de los pulmones, enfermedades de la vegiga, etc. Las enfermedades que sobrevienen en aiivs criticos 6 elimatéricos , que se renuevan de siele en siete afios, son bastante graves, pues dependen del grande desarrollo de eiertos y determinados organos. 2.° Enrenmepabgs PxopiAs DE Los sexos. La diversa direccion que fisica y moralmente se observa en los sexos, induce cambios y modificaciones en las enfermedades que respectivamente padecen. Recordaré tan solo aquellas afecciones nerviosas a Jas que esta su- jetala muger, las que nacen de la impresionabilidad de su caracter, las que se esp.csan en los sistemas vegetativos, asi como, los tu- bérculos, el carcinoma, escirro, etc. 3.° Exrenmepapes insitas A LAS CONDICIONES ¥ PROFESIONES. Los ticos, Jos que disfrutan y gozan de una vida regalada y disipada, entregados4laholganza y al tedio, si bien nosienten al pronto todas Jas consecuencias de tan insipida vida, van poco 4 poco perturban— doseles las funciones del bajo vientre, de donde emona la fastidiosa DIVISION DE LAS RNFERMEDADES. 47 tieémoda gota, etc. Los pobres por el-contrario y por razones fees de concebir , padecen enfermedades dependientes muchas veces de una mala 6 insuficiente nutricion. Los curtidores deben’ con frecuencia 4 su profesion, las hidropesias ; los fundidores , los mineros, y alfareros, estan dispuestos al cdlico metalico , los obre- to y trabajadores en lana, 4 la sarna , los impresores, al edema y vanes de las estremidades inferiores, los deshollinadores, & la gan- gena de las partes genitales, los escultores, peluqueros, y molineros ila tisis pulmonal, las lavonderas, 4 la hidropesia, las personas tedicadas 4 trabajos de gabinete, 4 enfermedades de los drganos aldominales, los marinus y pescadores, al escorbuto 6 hidro- pela, etc. ae Por lo espuesto se deduce la necesidad del examen particular que el médico debe hacer de cada enfermo, para poder formar una idea completa del orien de su enfermedad, de sus progresos, de sus metamérfosis , datos que , es imposible desconocer , lo mucho que iniluyen en el tratamiento especial que se disponga. B. Ls division de las enfermedades fundada en su estension, admite las categorias siguientes: 4S EnrenmepAbes gsponApioas , que dependen de las influen- cizs metedricas 6 telaricas, que invaden 4 individuos aislados, particularmente 4 personas predispuestas 4 las enfermedades que reinen en cada época. 2.° Exvermenapes eNvemicas , 6 inherentes 4 una localidad de- terminada y limitada 4 puntos cireunscriptos. Estas, difieren de las anteriores, en que dependen de la situacion del pueblo y sus cer- eanias, del clima, de la constitucion del aire , de la naturaleza de jos vientos, del sol y del agua, del género de vida, alimentos y estado social de los habitantes ; resultando naturalmente que cada loealidad tiene sus enfermedades propias. Pero téngase presente que sucede con frecuencia, que, enfermedades en apariencia idén- tieas que reinan en pueblos poco distantes entre si, exigen sin em- hargo medios diferentes. 3.° Exrgrwepangs eriveuicas, parecidas 4 las precedentes, di- ferenciandose tan solo en que reinan periddicamente en una loca- lidsd mas 6 menos estensa, sin que la edad, sexo, etc., sean incon- Venientes ti obstaculos para contraerlas ; en que atacan 4 un gran nimero de personas 4 la vez, y que generalmente reconocen una causa atmosférica y cosmolégica, y muchas 4 un miasma que Towo I. 2 18 INTRODUCCION. cuando invade & pocos individaos, se convierte frectentemente en contagiosa, cuyas consecuencias en este caso son graves por la grande estension que adquieren. 4.° Enreameoapes anvaces. La constitucion anual, aquella que principalmente reina al tiempo de los equinoceios, origina y pro- duce las afecciones de primavera , estio, otofio é invierno. Asi es que durante el invierno reinan enfermedades con caracter inflama- torio; en primavera se revisten del aspecto catarral; en otofio dominan Jas afecciones gastricas y sbdominsles, complicdndose estas mismas en estio con las turbaciones y desérdenes del sistema nervioso. Las frecuentes y stbitas mataciones del tiempo, ejercen tambien uns incontestable influencia. : 5° Enrgrmepaves sractoxates. La constitucion estacional es de la mas alta importancia para el préctico, porque siempre im- prime su cardcter a las enfermedades que se presentan durante la estacion. Esta persiste mayor 6 menor ntimero de afios , disminuye poco a poco, concluye por desaparecer enteramente y se presenta en periodos determinados. 6.° Enreamepapes INTeRCURRENTES, Son las que sobrevienen en ciertos individuos por la influencia de causas diferentes & la constitucion entonces reinsnte, tomando sin embargo algun carde- ter, y resultando que en vez de presentarse benignas y ligcras como en otros tiempos, se hacen muy graves y peligrosas. Referiré aqui ciertas particularidades que deben tomarse en consideracion para el acertado examen de un enfermo. Cuando se trata de investigar los signos de una enfermedad epidémica 6 esporddica, importa poco al médico el saber que ha padecido esta 6 la otra enfermedad semejante , porque esta circunstancia no tiene influencia alguna, ni para averiguar lo que debe saber de la enfermedad actual , ni para la conducta que ha de observar, porque cada epidemia debe considerarse como una enfermedad nueva, especial, desconocida y que exige un profundo estudio, El sarampion, viruela y aun la es- carlatina, no se esceptuan de lo dicho, apesar de Ja semejanza del principio contagioso que produce el exantema. El caracter estacio- nal de la enfermedad, si bien no afecta 4 su forma, establece em- pero una diferencia esoncial respecto 4 los érganos invadidos con preferencia, 4 sus sintomas, 4 la gravedad , al curso y sus termina- ciones. El médico no puede, porel primer caso epidémico que observa, DIVISION DE LAS ENFERMEDADES. a9 fomarse una idea esacta de la enfermedad ; y con frecuencia neces sila observar dos 6 tres casos, porque estas enfermedades no se Preseatan completamente en cada uno de los invadidos. Mas aun eaando asi suceda , no se tiene mas que una idea incompleta y el bomespata procede siempre con mas seguridad que el alopata, en heleccion del remedio apropiado. Sin embargo, la conviccion de Jaber elegido un medio que no abraza completamente el cuadro general, lejos de arredrarle en el estudio, debe por el contrario sertirle de estimulo para perfeccionarle en los nuevos casos quese ke presenten : asi adquirira la certeza, no de que el cuadro se haya agrandado, sino de que su cardcter se ha hecho mas pronunciado Yque las particularidades de la enfermedad colectiva estén mas desenvueltas ; de suerte que podra juzgar, si el primer medio a que recurrié estaba bien elegido, 6 si debe buscar otro que sea @as homeopitico. Procediendo de esta manera, ciertos signos generales, tales co- mo la inapetencia , insomnio, eruptos etc., adquicren un cardcter mas marcado, espresan mejor su verdadero valor, observandose por otra parte, que algunos sintomas particulares, que solo se en- coniraban en un pequeiio numero de enfermedades poco frecuen— tes, forman ahora el verdadero cardcter de la epidemia. Los sin- tomas emanan de una sola causa, constituyendo una sola enferme- dad; mas no pudiendo observarse todos los sintomas en cada uno de los enfermos, es menester considerarlos en abstracto, abrazando varios casos dela misma afeccion. Las enfermedades estacionales tienen Ja misma importancia y exigen tambien que se recojan escrupulosamente todos los fené= menos, cuyo conjunto conduce 4 la eleccion de un medicamento distinto de aquel aque se habia dado la preferencia despues de un examen superficial. Los felices resultados de esta precaucion son mas palpables en las enfermedades intercurrentes , en Jas que los signos predominantes conducen 4 la eleccion del medio que corresponde a la constitucion estacional. C. Considerando 4 las enfermedades bajo el punto de vista de su origen , se pueden establecer las divisiones siguientes: 4.° ENrgameDADES HEREDITARIAS son aquellas que pasan de pa- dres 4 hijos como la predisposicion 4 Jas escrdfulas, 4 las hemorroi- des, 4 la tisis, 4 la apoplegia etc., predisposicion que se desarrolla sin causa esterior apreciable y apesar del cuidado en evitar todas 20 INTRODUCCION. las influencias perjudiciales; y que no siempre es dable destruir sus fatales efectos en el organismo aun con el tratamiento mejor combinado: Cuando el médico sospecha una disposicion heredita— tia, no debe omitir medio alguno que pueda ilustrarle en este par— ticular, Averiguado que Jos padres han tenido la misma enferme- dad y que sucumbieron 4 ella, ejerce grande influencia este co- nocimiento en el pronéstico y probabilidad de curacion. 2.° ENreRMeDADes cONGENITAS, que son por lo comun vicios de conformacion que el infante saca del seno materno. 3.° Enrenwepabes apgurripas son las que el hombre padece, debidas 4 la influencia de causas esteriores , sin prévia disposicion especial : pur ejemplo, cuando usa malos alimentos 6 bebidas per judiciales; cuando se entrega 4 escesos de todo género ; cuando ca- rece de lo necesario y habila en parages mal sanos , especialmente Pantanosos ; cuando vive en habitaciones bajas y himedas y tiene una vida sedentsria , sin hacer ejercicio al aire libre , enervandose con trabajos escesivos fisicos 6 intelectuales y obedeciendo al im- pulso de pasiones desordenadas, etc. Las enfermedades adquiridas de este modo, no necesitan la psora Jatente para desarrollarse y se- guir su curso, lo cual comprueba la observaciop ; y aun, segun Hahnemann, pueden desaparecer solamente por el cambio de vide, con tal que no exista miasma crénico. 4.° ENrERMEDADES PRIMARIAS 6 IDIOPATICAS son las que pro- ceden inmediatamente de influencias perniciosas ; siendo secun- darias 6 consecutivas las que emanan de un mal ya existente y son consecuencia suya precisa. Esta clase de enfermedades no exige discusion alguna, pues los nombres solos espresan suficientemente su significacion. 5. ENFERMBDADES CONTAGIOSAS, MIASMATICAS: NO CONTAGIOSAS Y No MIAsMATICAS. Se entiende por principio contagioso , ya nazca en el hombre 6 proceda de otro cuerpo animal 6 vegetal, toda sus- tancia material, producto primario y esclusivo'de una verdadera enfermedad, que es capaz, en condiciones dadas, de provocur, en individuos de la misma especie, una enfermedad semejante 6 al menos muy analoga, y de propagarse mas y mas por medio del contacto. Cuando el principio contagioso depende de influencias metedricas 6 teluricas, se desarrolla con mas facilidad , que en los tiempos de guerra , hambre é inundacion, dando entonces lugar at desarrollo de 1a fiebre hospitalaria, 4 la carcelaria, 4 diversas es-

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