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DAVID RICARDO PRINCIPIOS DE ECONOMIA POLITICA Y TRIBUTACION I OBRAS ¥ CORRESPONDENCIA Traduceién: Juaw Broc B., Netty Wourr y Juuio ESTRADA M. Revisada por Manven Sancute? Sarto EDITADAS POR PIERO SRAFFA con la colaboracién de M. H. Dobb gy f y e FONDO DE CULTURA ECONOMICA MEXICO-AROENTINA BRASIL COLOMBIA-CH.E-ESPARA ESTADOS UNIDOS De AMERICA PERO VENEIELA Primera edicién en inglés, 1817 Primera edicidn de la Universidad de Cambridge, 1950 Primera edicion en espaol (RCE, México), 1959 Primera reimpresiéa (FCE, Colombia), 1993 ‘Tilo origin: ‘The Works and Correspondence of David Ricardo, Vol. 1 (On the Principles of Political Beonomy and Taxation D.R.©1950, Cambridge University Press, London D.R.01959, Fondo de Cultura Beonémica D.R.©1987, Fondo de Cultura Boonémics, S.A. de CV. Carretera Pieacho - Ajuseo 227, México, D.F. - C.P. 14200 D.R.©1993, Fondo de Cultura Eoonomica Lida, Camera 16 No.80-18, Suntafé de Bogots, D.C. ISBN 958-9093-58.-2 Impreso en Colombia INDICE GENERAL PROLOGO GENERAL DIL EDITOR Inrxopucer6" Det EDITOR Preémbulo it ‘Advertencia a la teroera edicién Cap. I. Sobre el valor : [Apéndice del Capitulo I: Texto de la primera edicién, con Yariaciones de la segunda, para la vltima parte del capi. tuo 391 II, Sobre la renta INL. Sobre la renta de las minas . : IV. Sobte el precio natural y et precio de mercado V. Sobre salatics. ‘VIL. Sobre las vtilidades VIL. Sobre comercio exterior VIII. Sobre los impuestos 3X. Impuestos sobre productos primos X. Impucstos sobre la renta de Ta tierra XI. Diczmos XIL Impuesto prediel XIII, Impuestos sobre el oro XIV. Impuestos sobre viviendas . XV. Impuestos sobre Tas utilidades XVI. Impuestos sobre. salarios XVIL. Impuestos sobre articulos distintos del producto primo Pee ee XVIII. Impuestos de pobres. eee wi Pie. 51 ot 6 a St 98, ut us BL 133 sy it Vi 1st 162 m INDICE GENERAL, XIX. Sobre los cambios # eepentinas Nes canals del co XX. Valor y riqueza, sus propiedades aisintivas XX. XXH, XXII xxv. XXV. XXVL, XXVII, XXVIIL XXIX. XXX. mercio Efectos de la acumulacién sobre las wtilidades y el interés Primas a le exportacién pei ones a Ia impor tacién Primas sobre la prodccisa ate Doctrina de Adam Smith acerca de Ja renta de la terra Del comercio colonial. . . . Del ingseso brsto y del ingreso neto De la moneda y de los bancos . Del vater comparativo del oro, de los ceredles y del trahajo en los paises ricos y pobses , Impuestos pagados por el productor De la influencia de Ia oferts y la demanda she Ios precios De la maquinaria ; . Opiniones del Sr. Malthus sobre a centa 198 205 26 25 239 243 252 259) 263, 78 283 285 238 297 Carfruto I SOBRE EL VALOR Sncexb 1 El lor de wn ati, o se ta cantidad de cualquier oro atticulo por le ial puede combines, depende de fe See tad ela de taj ques ncn pram product, 17 no de la mayor 0 menor compencaion que fe apa or dicho trabajo. ad Apant Snarmut observaba que “la palabra Valor tiene dos significados diferentes, pues a veces expresa la utilidad de un objeto particulat, y, ‘otras, la capacidad de comprar otros bienes, capacidad que deriva ce la posesi6n del dinero, Al primero lo podemos llamar ‘yulor en uso’, Y.al segundo ‘valor en cambio'.” “Las cosas” —continéa diciendo— “que tienen un gran valor en aso, tienen coménmente escaso 0 nin. gin valor en cambio y, por el contrario, las que tienen un gran valor en cambio, no tienen, muchas veces, sino un pequeiio valor en uso © ninguno”* El agua y cl aire son somamente ttiles; son, ademés, indispensables para la vida; sin embargo, en citcunstancias ordinarias, no se puede obtener nada a cambio de ellos. El oro, por cl contrario, # pesar de tener poco uso, en comparacién con el aite y el agua, podta cambiaise por una gran cantidad de otros bienes, Por consiguiente, la utilidad no es la medida del valor en cambio, aunque es absolutamente esencial para éte, Si un bien no fuera, de j ji ‘ningén modo, dtil —en otras palabras, si no puede contribuir de nin. | guna manera’ a nucstras satistacciones—, no tendria ningin valor | fen cambio, por escaso que pudiera ser, o sea cual fuere la cantidad de trabajo necesaria para obtenerlo, Por poseer utilidad, los bienes obtienen su valor en cambio de dos’) fuentes: de su escaseey de calidad de trabajo requerida para obte- | nerlos Existen ciertos bienes cuyo valor esté determinado tan sélo por) su escasez, Ningtin trabajo puede aumentar la cantidad de dichos bie- nes y, por tanto, su valor no puede ser reducido por una mayor oferta de los mismos. Cicrtas estatuas y cuadros ratos, libros y monedas eseasos, vinos de calidad peculiar, que sélo pueden elaborarse con 2 od, | no dvi ete cptlo a sox Rican de as Nacones Lio 1, Co es, chs 2p teen een secon, IVs ct de Cacuce MSSM TpaNS Boe 3m sete Le Secita T'dene ci del Pde CB Mi nite ea ae ed 29 3 eee con ° "hag con dane BY 0 PRINCIFIOS DE ECONOMIA POLITICA top. tuvas cosechadas en un determinado suelo, del cual existe una canti- dad muy limitada, todos ellos pertenecen a este grupo. Su valor es totalmente independiente de lz cantidad de trabajo originariamente necesaria para producirios, y varia con la diversa riqueza y las distin- tas inclinaciones de quienes descan poseeslos. +. Sin embargo, estos bienes constituyen tan sélo una pequesa parte {- sde todo el conjunto de bienes que diariamente se intercambian en el 1, mercado, La mayoria de los bienes que son objetos de deseo se pro- » © curan mediante el trabajo, y pueden ser multiplicados, no solamente © en una nacién, sino en muchas, casi sin ningdin limite determinable, si estamos dispuestos a dedicar el trabajo necesario pera obtenerlos. Por tanto, al hablar de los bienes, de su valor en cambio y de las leyes que rigen sus precios relatives, siempre hacemos zlusién a aque- j.<._, Iles bienes que pueden producisse en mayor cantidad, mediante el ejer- || cicio de la actividad humana, y en cuya produccién opera la compe- ' tencia sin restriccién alguna. En las etapas iniciales de la sociedad, el valor en cambio de dichos dienes, o la regla que determina qué cantidad de uno debe darse en cambio por otro, depende casi exclusivamente® de la cantidad com- parativa de trabajo empleada en cada uno. “EI precio teal de cualquier cosa, —dice Adam Smith—, lo que realmente le cuesta al hombre que quiere adquiritla, son Tas penas y las fatigas que su adquisicién supone. Lo que realmente vale para el que ya'la ha adquindo, y desea disponer ee ella, 0 cambiarla por otros bienes, son las penas y fatigas de que lo librarin, y que podra imponer a otros individuos”. “El trabajo fue, pues, el precio primitivo, la moneda originaria que sitvié para comprar y pagar todas Tas cosas.” Mas ain, “en el estado primitivo y rudo de la sociedad, que precede a Ta acumulacién del capital y a la apropiacién de la tierra, la nica circunstancia que puede servir de norma para el cambio reciproco de diferentes objetos parece ser la proporcién entre las distintas clases de trabajo que se nevesitan para adquiritlos. Si en una nacién de cazadores, por ejem- plo, cuesta ususlmente doble trabajo matar un castor que un ciervo, €l castor, naturalmente, se cambiard por o valdré das ciervos. Es na- tural que una cosa que generalmente es producto del trabajo de dos dias 0 de dos horas valge el doble que la que es consecuencia de un ia ode una hora’. ‘Que ésta es, en sealidad, la base del valor en cambio de todas las cosas, salvo de aquellas que no puede multiplicar la actividad humana, es una doctrina de importancia primordial para la economia politica, Liab Cap. SA 3 Las elk. 12 dicen “tepende Snice 4 Cae 7 WE oe sachet Been tee pO NY We F Se CBs om 3 =i SOBRE EL. VALOR n YA que de ninguna ofra fuente brotan tantos errores ni tanta di gencia de opiniones en esta cien i a Sea ht cela como dels vas ies que van Si le cantidad de trabajo cristalizada en los bienes determina suy ¢ (2 valor en cambio, cualquier aumento de la cantidad de trabgjo debe | ~~ clevar e valor de este bien sobre el que se ha aplicado, asi como cual aie damnable. _ Adam Smith, quien definié de manera tan precisa la fuente ori ginal del val at en cambio —y que con tanta constancia ibs sosta ner que todas las comas sc vuelven més 0 menos valiosas en proporcién a que se empleara més 9 menos trabajo en su produccién~, instituyo también otro, patcén, ia del valor, y habla de cosas que son miso mandy tallosay,segen se cambiae Dor won cetas mayor 0 me- nor de dicha medida normal. Unas veces habla de los ceteales, otras veees del trabajo como medida normal, no la cantidad de trabaio en Pleads en Ja produccién de cualuier objeto, sino la cantidad que pue- de eerer su capaldad adquistin en el mercado: como si ambos fae in expresiones equivalentes y como si, debido a que el un hombic se ha hecho doblemente efiente y €l putts prot on consecuencia doble cantidad de un bien, tuviese que recibi io) de éste, el doble de la cantidad que antes, fee eer nearer Si esto fuera cierto, si la recompensa del trabajador estuviera S/ siempre en proporcién a lo producido por él, la cantidad de trabajo” ~ empleado en un bien, y Ia eantidad de trabajo que este mismo bien ~ adquiritia serian iguales, y cualquiera de ellas podria medit con pre- isin las variaciones de otras cosas: pero no som igales; en muchas ‘casiones, la primera es bajo muchas citcunstancias una norma inva: siable, que indica correctamente las variaciones de otras cosas; la wit. ma estd sujeta a tantas fluctuaciones como experimenten los bienes {que con ella se comparen. Adam Smith, después de demostrar brillan- temente la insuficiencia de un medio variable, como el oro y la plata, para determinar el valor variable de otras, escogié por si mismo un medio que es igualmente variable al adoptar los cereales 0 cl ita. ~ « bajo, a ‘Sin duda alguna el oro y la plata estin sujetos a fluctuacione: bigo al descubrimiesto de mines ‘mucvas y més abandantes: pace dichos descubrimientos son raros, y sus efectos, a pesar de ser pode. 1050s, estin limitados a periodos de tiempo de duracién relativamente corta. Estin también sujetos a fluctuaciones ocasionadas por los per. feccionamientos de la destreza humana y de la maquinaria con que se operan las minas; y a consecuencia de dichas mejoras, puede obte- neise tna mayor cantidad de estos metales con el mismo trabajo, Estén ademds sujetos a la fluctuacién generada por la produccién de. We po 2 RINCIPIOS DE ECONOMIA FOLITICA fort crerien> 22 las minas después de que éstas ban proporeionado al muncto su suministro, a través de los afios. Pero yde cul de estas Aventes de fluctuaciones estin exentos Jos cereales? “,Acaso no varfan también, por una parte, debido a las mejoras en la agricultura, en la maquinaria e implementos empleados en el cultivo, asi como por el descubrimiento de nuevas tierras fértiles en otrat naciones que pueden ponerse en cultivo y que afectardn el valor de los cereales en cualquier mercado donde existe la libre importacién? 2No pueden, por otra par- te, lograr un mayor valor, debido a las prohibiciones de importacién, al ineremento de la poblacién y de la riqueza, y a la mayor diticultad para obtener mayores suministros, considerando la cantidad adicional de trabajo que requiere el cultivo de suetos més pobres? zAcaso el - valor del trabajo no es igualmente variable, afectindose no sélo como + Tis denis cous, pore proporcidn ent a oferta y la demands, que varla de modo uniforme con cada cambio de situicion en Ta comu- nnidad, sino también por el precio variable de los alimentos y de otros iene: necesarios, en adquitic los cuales se gastan los salarios del tra- bajo? En un pais puede necesitarse en determinada época doble canti- dad de trabajo para obtener una cierta cantidad de alimentos y articu- Tos necesarios, del requerido en otra época mucho més tasdia. Sin ‘embargo, la recompensa del trabajador puede haber disminuide muy “L poco. "Si los salarios del trabajador en Jz primera época estuviesen ‘constituidos por une cierta cantidad de alimentos y de productos in- dispensables, con toda probabilidad no hubiera podido subsistr, si esa ccantidad se fedujera. En tal caso, los alimentos y productos indispen- sables habrin aumentado en un 100 por ciento, si se estimaran por 1a cantidad de trabajo mecesario para su produccién, mientras que sexia de escasa monta el aumento de valor, si éste se mide por la can- tidad de trabajo por la cual se podrén cambiar, La misma observaci6n puede hacerse con respecto a dos o més naciones, En América y en Polonia, en las tierras ultimamente pues- tas en cultivo, un afio de trabajo de un cierto mémero de hombres produciré muchos més cereales que una tierra de las mismas caracte- risticas en Inglaterra* Ahora bien, suponiendo que todos los demas productos necesarios sean igualmente baratos en estas tres naciones gno serfa un gran error concluir que la cantidad de cereales adjudicada al trabajador seria proposcional, en cada pals, a la facilidad de pro- duccida? Si el calzado y la indumentaria del trabajador fueran susceptibles de producirse, debido @ perfeccionamientos en la maquinaria, con © Ee Me cd 1 ata fms coma sigue produch macho sks cares] que en Ingle “Bin Amérca'y en Polonia un ae de mle ve.) SOBRE EL VALOR 3 tuna cuarta parte del trabajo actualmente necesario para su produc- ‘ién, bajarfan probablemente un 75 por ciento; pero, esté ‘emis de ser cierto que el trabajador podria consumir permanentemestte cuatro abrigos 0 cuatro pares de zapatos en vez de uno, que es pro- bable que sus salarios habrian de ajustarse, en poco tiempo, por los| & @ efectos de la competencia y por el incremento de la poblacién, al rnuevo valor de las productos indispensables para cuya adquisicién se gistaron. Si dichas mejoras se extendieran a todos los objetos con. sumidos por el tmabajador, al final de unos cuantes aftos ‘probable- mente lo encontrariamos én posesién de un goce adicional infimo 0 acaso nulo; por el contrario, el valor en cambio de e30s bienes, compa. rado con cualquier otro bien, en cuya fabricaciin no se intyodujo ninguna mejora, ha sufrido una reduccién muy considerable, a pesir de que esos biencs fueron el producto de una cantidad de trabajo con. siderablemente disminuida. No puede ser correcto, pues, decir con Adam Smith “que como el trabajo muchas veces podré comprar mis y otras menos cantidad de bienes”, Io que varia 5 el valor de los mismos, y 1 el trabajo que los adquiere, y “por consiguiente, el trabajo, al no vanar nunca de valor, «sel inico y detinitivo patrén efectivo, por el cual se comparan y es. tian los valores de todos los bienes”,? ¢s correcto, en cambio, afirmsr, como lo hizo Adam Smith en un pasaje anterior: “la unica civeunstan. cia que puede servic de norma pata el cambio teciproco de diferentes bison pate sex lx propori, entrees diatintat cass de tabs) que se necesitan para adquirsios";* 0, en otras palabras, que la cans! dad comperativa de bienes producides por el abajo et la que Geter 1mina su valor relativo presente 0 pusado, y no las cantidades compa. rathas de bienes que se eottegin al tabajador, «cambio desu ta | oe Des bienes varian en su valor relativo, y deseamos seber en cual de ellos ocurrié realmente la variacién, $i comparamos el valor actual sa pal Te, ap. vp 12 wo centionen Be expsie6a cpuces_pom_ sible wit nora de Si enburg, para cborar nates fovea et muy temvanente detroiant cal Senin ates ects ee oat none aSt otames congcer las aus de as variones fm e aor eltvo de los Bienes} oe old Senvecventl,poduinascenlar cl ge eo ae tinden @ opti". Vee, in ember, un Pig tna contenaca to Is of, 3 ats, Bo 2067, y et Sees V1, p93 "iy oe ovece cto 3. i ls ete 12 dl pale ctego ca le pre cootienen tts entities, lt eunat fen, como on a maya do at ces en de Revie it Inara as cxatio plefos gne Eso eater oe tren Uy si, 12 conitnen et ageiete “Sm pr ica enone agen blew que nese shoe {abso\pe ser protucdo dicho tien todas rmfo ue on hed, 3 soc Shecion "i 3p, Talo iavae'y sta eminertonente(pISh en ey tn dos pion aeae ‘ey ome noma ‘pact wedi ar vracones {las dnd cos. No conoconss sn bc dt ‘a Tadley y por ato on coder moy i ‘cturaos por ‘wn ite (Gai ec Asn adhe ‘copitsa en In ats 1 Iaed2, se soprim Fete i " PRINGIPIOS DE: ECONOMIA POLITICA foe de uno, con zapatos, medias, sombretos, hierro, azticar y todos los demés bienes, encontraremos que se cambiaré precisamente por la misma cantidad de todas estas cosas que antes. Si comparamos otro producto con los mismos bienes, encontramos que ha variado.con respecto a todos ellos, podremos deducir entonces con gran probabi- Tidad que Ia variacién ocurrié en dicho bien, y no en los que hemos comparado con dicho producto. Si examinamos con mayor detalle todas ls crcunstancisinherentes a Ia produccin de estos diferentes Dienes, observaremos que exactamente las mismas cantidades de tra- bajo y de capital son necesarias para la produccién de zapatos, medias, jsombreros, hierro, azcar, etc., no necesiténdose, sin embargo, la mis- ma cantidad que antes para producir el bien singular cuyo valor rclativo ha sido alterado, la probabilidad se convierte entonces en certeza, y adquiriremos la seguridad de que la variacién ha afectado a dicho bien: ast descubrimos, también, cusl ha sido la causa de su variacion, Si encontréramos que una onza de oro puede cambiarse por una menor cantidad de todos los bienes antes enumerados, y de muchos otros, y si, ademds, advirtiéramos que mediante el descubrimiento de luna nueva mina més fructifera, 0 con el empleo de maquinaria més ventajosa, una cierta cantidad de oro podria obtenerse con menor can- tidad de trabajo, estariamos antorizados para decir que la causa de la alteracién del valor del oro con tespecto 2 los demés bienes, fue la mayor facilidad de su produccién, o la menor cantidad de trabajo necesario para obtenerlo, }, Andlogamente, si el valor del trabajo se reduce considerablemen- Ite, en rclacién con todas las demas cosas, y si encuentro que la reduecién es el resultado de una oferta abundante, estimulada por |Ia mayor facilidad con que se producen Ios cereales y demés productos |indispensables del trabajador, serfa correcto decir, a mi juicio, que los i cereales y otros articulos necesarios tienen un valor més bajo, debido [ala menor cantidad de trabajo necesario para producicls, y que esa | mayor facilidad para subvenir al sostenimiento del trabajador ocasioné una disminiicién del valor del trabajo. No, dicen Adam Smith y el Sr, Malthus,” en el caso del oro estaba Ud! en lo cierto al decir que su variacién significaba una reduceién de su valor, ya que entonces los cereales y el trabajo no habfan sufrido variaciones; y como el oro podria cambiarse por una menor cantidad de ellos, asf como de todas las dermds cosas, que antes, era correcto decir que todas las cosas ha- fan permanecido invariables, y que sélo el oro habla variado; pero si bajan de precio los cereales'y el trabajo, es decir, los bienes que he- * | mos seleccionado como medida normal del valor a pesar de todas las 20 Maltus, Prinepios de Econ Poti, cep. nse. VI, ifr, tomo 1, pp. le. ec] SOBRE FL. VALOR 1s yariaciones a las que, como sabemos, mente incorrecto decir ar qué los eeealsy el trabajo. perm Y fodas 1s deinds cosas aumentaron de valor. ~—“Tmpugno ahora esta opinién. Advierto que precisamente, como ext <1 caso del oro, a causa de la variacién entre los cereales y otras cosas «la menor cantidad de trabajo necesario para producitlos; por tanto,| ‘en buena l6gica, me veo obligado a llamar a esa variacién de'los ceves les y del trabajo reduceion de su valor, y no elevacién del valor de las | cosas con las cuales fueron comparados, i tuviera que contratar ua | 2 trabajador por una semana, y en vez de pagarle diez chelines le dicrs ‘ocho, no habiendo oeurrido ninguna vatiacién en el valor det dinewor el trabajador podria obtener probablemente mas alimentos y produc. tos necesarios, con sus ocho chelines, que antes con diez: sin embargo, «to no se debe a un incremento real de su salari, como mencionaton, ‘Adam Smith, y més recientemente el St, Malthus, sino @ una disc gs nucién del valor de las cosas en que gasta su salario, cosa totalmente || distinta; empero, si llamo a esto reduesién del valor real de los salatios, se me dice que adopto un lenguaje nuevo e inusitado, inreconciliable |

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