Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Libro de Vida Ii-7-8
Libro de Vida Ii-7-8
[Cita pág. 2:] Y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
Romanos 6:18
Semana 16
Lea Marcos 10: 42-45; Lucas 22:24-26; Juan 13: 12-17; Apocalipsis 19:5
Muchas veces a lo largo de toda la Biblia los escritores hablan de ser “siervos de
Dios” y “Siervos de Jesucristo” (Lea Romanos 1:1; Gálatas1: 10, Tito 1:1; Santiago 1:1;
2 Pedro 1:1; Judas1) Aquellos cuyas vidas no están bajo el señorío de Cristo son
“esclavos del pecado” (Romanos 6:17), “esclavos de inmundicia” (Romanos 6:19) y
“esclavos de corrupción” (2 Pedro 2:19). Ahora que pertenecemos a Cristo hemos de
ser “esclavos de Dios” y “esclavos de justicia” (Leer Romanos 6: 16-23.)
A la larga serviremos a alguien: A Dios, al Diablo o a nosotros mismos. ¿De quién eres
esclavo? Como ministro del evangelio tú has sido llamado tanto a servir como a liderar.
Ejercemos nuestro liderazgo sirviendo, y no existe mejor modelo para esto que el
mismo Jesús.
(Isaías 42:1). A medida que ponemos cada parte de nuestra vida bajo el señorío de
Cristo y servimos como Él sirvió, nosotros, también, podemos deleitar el corazón de
nuestro Padre celestial. (Lea Sofonías 3:17.)
En su libro, Reinos en Conflicto, Chuck Colson escribe que Jesús “Sirvió a otros
primero; habló a aquellos a quienes nadie hablaba, cenó con los miembros más bajos de
la sociedad; tocó a los intocables. No tuvo trono, corona, grupos de siervos ni guardias
armados. Un pesebre prestado y una tumba prestada enmarcaron su vida terrenal”
3. Dios está forjando una nueva clase de Líder para estos tiempos. El estilo de
liderazgo que Jesús desarrolló y ordenó para Su Reino es exactamente lo contrario al
torpe liderazgo que frecuentemente se ve en el mundo. En el reino de Cristo, son los
mansos los que heredarán la tierra, no los opresores. (Lea Mateo 5:5.) Bajo el sistema
del mundo las personas gobiernan mediante las amenazas y la fuerza. En el Reino de
Cristo dirigimos humillándonos a nosotros mismos y sirviendo (Lea Santiago 4: 6, 10.)
El nuevo líder que Dios está forjando tiene unción sin arrogancia, audacia sin
desfachatez, y poder sin orgullo. (Lea Filipenses 2:5-8.)