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LA HISTORIA DE MARIANO AYCINENA Y PIÑOL

Las batallas de Mariano de Aycinena y


Piñol
Comerciante y político guatemalteco, Mariano de Aycinena y Piñol nació el 15 de
septiembre de 1789.

Fue uno de los firmantes del Acta de la Independencia de Centro América; sin embargo,
este sería solo el inicio de una carrera política, donde tuvo que librar grandes batallas.

Luego de firmar la independencia, estuvo a favor de mantener como jefe de Estado a


Gabino Gaínza, además de ser precursor de la anexión al imperio mexicano de Agustín de
Iturbide, pues esto significaba grandes ganancias para su familia, incluso Itrubide lo
condecoró con la Gran Cruz de Guadalupe.

La famosa deuda inglesa


De Aycinena es recordado por la famosa “deuda inglesa”. En 1823, Guatemala pasaba por
dificultades financieras, por lo que Mariano propuso que se solicitará un préstamo a
Londres: este fue aprobado en 1824 por un monto de un millón de Libras esterlinas; sin
embargo, pasaron 120 años para que se cancelará. Esto se logró en el gobierno del general
Ubico.

Librando batallas
Mariano de Aycinena y Piñol fue designado el 1 de marzo de 1827, y se convirtió así en el
quinto jefe supremo de Guatemala. En ese tiempo, el país no contaba con ejército y era
amenazado por los mercenarios franceses. Ante esto, el jefe supremo reclutó 200
voluntarios para poder repeler el sitio.

Mas no sería la única amenaza que debería librar: en 1829, el general Morazán quería las
armas que tenía Guatemala, por lo que decidió invadir. Mariano de Aycinena jamás
imaginó que el enemigo lo tendría en casa, ya que Antigua Guatemala se organizó contra el
gobierno conservador de Aycinena y lo puso bajo la protección de Morazán. Ante esto,
ordenó el 18 de marzo de 1829 que se aplicara la pena de muerte a todo aquel que ayudara
al enemigo, algo que duró solo unos días, puesto que Mariano tuvo que exiliarse en México
durante varios años.
Regresó a Guatemala en el gobierno de Rafael Carrera y Turcios, donde continuó su carrera
política: fue diputado, consejero de Estado y directivo del Consulado de Comercio. Falleció
en la ciudad de Guatemala, el 22 de enero de 1855.

Mariano de Aycinena y Piñol


Mariano de Aycinena y Piñol (Nueva Guatemala de la Asunción, 16 de septiembre de 1789-
ibídem, 29 de marzo de 1855) fue un comerciante y político conservador guatemalteco,
Presidente del Estado de Guatemala del 1 de marzo de 1827 al 12 de abril de 1829 y jefe
del Clan Aycinena que tenía el monopolio comercial durante la última etapa de la colonia
española de Guatemala mediante el Consulado de Comercio. Fue prócer de la Independencia
de Centroamérica y promovió la anexión de ésta al imperio mexicano de Agustín de Iturbide,
pues era lo que más convenía a los intereses del Clan Aycinena. Tras ser expulsado junto con
su familia y correligionarios en 1829 por Francisco Morazán regresó a Guatemala tras el
triunfo del general Rafael Carrera en donde dejó los asuntos políticos del Clan Aycinena en
manos de Juan José de Aycinena y Piñol.1

Biografía[editar]

Firma del acta de independencia el 15 de septiembre de 1821.


Mariano de Aycinena aparece sentado al centro de la pintura de Rafael Beltranena.
Miembro de la familia más influyente de la Capitanía General de Guatemala, tuvo serios
conflictos con el Capitán General José de Bustamante y Guerra.1 cuando fue síndico del
ayuntamiento de Guatemala en 1812.a
En 1821, con el debilitamiento de Fernando VII y la declaración del Plan de Iguala en México,
formó parte del grupo criollo que conminó al Capitán General Gabino Gaínza a proclamar
la Independencia de Centroamérica. Fue uno de los firmantes del Acta de Independencia de
Centro América del Imperio Español, y luego estuvo a favor de la anexión al imperio mexicano
de Agustín de Iturbide, por la naturaleza conservadora y eclesiástica de dicho imperio, lo cual
significaba mantener el statu quo que se había mantenido durante la colonia española y que le
significaba grandes ganancias al Clan Aycinena.1 Fue diputado y consejero de los
gobernantes guatemaltecos después de la independencia.
En 1823, el médico José Felipe Flores, primer protomédico de la Capitanía General de
Guatemala que se encontraba como emigrado en España redactó su testamente e indicó,
entre otras cosas, que había conferido poderes generales a Mariano de Aguinena —como se
escribía entonces el apellido Aycinena— para que cobrara sus rentas,2 que eran una de 1200
pesos anuales en el fondo de Comunidades de Indias por la donación que hizo a la Facultad
de Medicina de varios efectos anatómicos, máquinas de física y librería, y otra de 1400 pesos
or la jubilación de su cátedra y asistencias a los hospitales y cárceles.2 Además, poco antes de
morir, autorizó Mariano Aycinena y a los presbíteros Juan José Batres y Mariano Méndez,
curas párrocos de San Sebastián y de El Sagrario en la Ciudad de Guatemala,
respectivamente, para que lo representaran en su matrimonio con Josefa Estrada y reconocer
así formalmente a sus hijos María Anselma, Francisco, Cirilo, María Josefa y Mariano Plácido
Flores Estrada.3
En octubre de 1826 el presidente de la República Federal de Centro América, Manuel José
Arce disolvió el Congreso y el Senado e intento establecer un sistema unitario aliándose con
los conservadores, por lo que se quedó sin el apoyo de su partido, el liberal.4 De esta forma se
inició una guerra civil en la región, ya que los criollos liberales no querían que el Clan
Aycinena siguiera en el poder; de la guerra civil emergió la figura dominante del general
hondureño Francisco Morazán.5

Jefe de Estado de Guatemala[editar]


Véase también: Manuel José Arce y Fagoaga

Aycinena fue designado el 1°. de marzo de 1827 como Gobernador del estado de
Guatemala por el presidente de la Federación de las Provincias Unidas del Centro de
América, Manuel José Arce y Fagoaga.4
Cuando Aycinena se hizo cargo del estado guatemalteco, la ciudad de Guatemala estaba en
peligro de ser tomada por los mercenarios franceses Isidoro Saget y Raoul, que servían a los
liberales centroamericanos.6 Guatemala no tenía ejército, pero el jefe de estado logró reclutar
a doscientos voluntarios y así repeler el sitio; la gobernatura de Aycinena entonces tuvo que
ser de índole dictatorial; prohibió la libertad de prensa y el ingreso de libros de tipo liberal a
Guatemala. También decretó la pena de muerte con efecto retroactivo y formó el decreto
«fatal» de 1827 para juicios sumarios. Como miembro del partido conservador, restituyó los
diezmos obligatorios para la clero secular de la Iglesia Católica.1
Tras su victoria contra las fuerzas salvadoreñas, Arce y Fagoaga emprendió una ofensiva
contra El Salvador, llegando a sitiar la capital salvadoreña en marzo de 1828 con un ejércitos
al mandos del general Manuel de Arzú y del coronel Montufar,7 quienes no pudieron avanzar y
se quedaron en el poblado de Mejicanos en las afueras de San Salvador.6 Como el sitio se
prolongaba, hubo quejas en Guatemala sobre la situación y el gobierno nombró a Manuel
Francisco Pavón Aycinena como comisionado del gobierno para negociara la paz con José
Matías Delgado, comisionado salvadoreño, en la casa de un ciudadano de apellido Esquibel;
Pavón y Aycinena llegó a Mejicanos en mayo e inició las pláticas en junio de 1828.6 Las
pláticas de paz no fructificaron, y he aquí la nota que dirigiera Pavón y Aycinena a los jefes del
ejército guatemalteco al momento de retornar a Guatemala:

«El gobierno de San Salvador procediendo como acostumbra, no ha ratificado el tratado de paz firmado en la casa de Esquibel el d
que tuve el honor de acompañar a Ud. copia: se han pasado dos días más del término prefijado para que se ratificase, y hasta desp
varias contestaciones que me han dado a conocer la mala fe y ninguna franqueza con que obra, he podido obtener de él una conte
decisiva. En consecuencia de mis comunicaciones al mismo gobierno, las hostilidades por esta y aquella parte deben entenderse ro
las 6 horas de esta tarde, sin que yo tenga más que hacer en este negocio, de que voy a dar cuenta al supremo gobierno».

—Pavón y Aycinena, 22 de jun

Mientras tanto en Honduras, Francisco Morazán aceptó el desafío propuesto por los
salvadoreños; le entregó el mando a Diego Vigil como nuevo jefe de Estado de Honduras y se
fue a Texiguat, donde se preparó y organizó sus tropas con miras a la campaña militar
salvadoreña.4 Ya con el apoyo de Francisco Morazán que llegaba desde Honduras, el
gobierno salvadoreño dirigido por Doroteo Vasconcelos y Mariano Prado logró no solo resistir
el asedio guatemalteco, sino que eventualmente contraatacó a las tropas invasoras
obligándolas a capitular el 18 de septiembre de 1828.9
Aycinena, al ver que no conseguía una solución pacífica, escribió a sus conciudadanos:

COMPATRIOTAS:

«Con el mayor sentimiento, me veo en la necesidad de anunciaros: que todos los esfuerzos del supremo gobierno nacional, y de la
autoridades del Estado, por el restablecimiento de la paz, han sido inútiles: los que llevan la voz y se han apoderado del mando en
Salvador, tienen interés en prolongar la guerra; porque ella sirve á sus miras personales, y les importa muy poco la suerte de los pu
Aspirando á la dominación de toda la república, y al aumento de su propia fortuna, quieren teñir de sangre éste suelo privilegiado, y
todas las fuentes de la riqueza de la nación y del propietario particular.
Si no fuesen estos los principios de su conducta, ya habrían vuelto a la patria la tranquilidad de que antes gozara: ya habrían conve
alguno de tantos tratados de paz que se les han propuesto, casi todos ventajosos para ellos mismos; pero los rehúsan, porque de n
cuidan menos que del bien general.»

—Mariano de Aycin
Manifiesto del Jefe de Estado a
27 de octubr

Invasión liberal de Morazán en 1829[editar]


Artículos principales: Guerra civil centroamericana, Manuel José Arce y Fagoaga y Francisco
Morazán.

Véase también: Batalla de San Antonio (El Salvador)

Caudillo liberal hondureño Francisco Morazán.


El 23 de octubre de 1828 el general Morazán hizo su entrada triunfal en la plaza de San
Salvador y unos días más tarde, marchó en Ahuachapán, para organizar el ejército con miras
a retirar a los conservadores aristócratas y eclesiásticos del poder en el territorio guatemalteco
e implantar un orden constitucional afín a la Federación Centroamericana que los liberales
ambicionaban.11 En Guatemala empezaron los preparativos para la defensa; las fuerzas
liberales ocuparon el territorio del Estado en enero de 1829 y después de varias batallas, llegó
a las afueras de la capital a fines de marzo de 1829.9
En Ahuachapán, Morazán hizo todo lo posible para organizar un ejército numeroso. Solicitó al
gobierno de El Salvador que le proporcionara cuatro mil hombres, pero tuvo que conformarse
con dos mil. Mientras tanto, el pueblo de Antigua Guatemala se organizó contra el gobierno
conservador de Aycinena en Guatemala y puso al departamento de Sacatepéquez bajo la
protección del general Morazán lo que apresuró la invasión de Morazán a Guatemala con su
Ejército Protector de la Ley. El hondureño situó a sus hombres en el pueblo de San José
Pinula, cerca de la Ciudad de Guatemala. Las operaciones militares en la capital comenzaron
con pequeñas escaramuzas en frente de las fortificaciones del gobierno. El ejército de
Morazán aumentó cuando voluntarios guatemaltecos se unieron a sus filas y el general
Verveer -ministro plenipotenciario del rey de los Países Bajos ante la Federación de
Centroamérica y quien se encontraba en la región para negociar la construcción de un canal
interoceánico en Nicaragua por orden del rey de Bélgica y Holanda.12
Por intermedio del general Verveer, se logró que se celebrara una conferencia de paz en la
hacienda de Ballestera, con Morazán, el Sr. Verveer, y Manuel Francisco Pavón Aycinena, en
representación de la asamblea del Estado; pero no se llegó a ningún acuerdo porque aunque
Pavón y Aycinena ofreció que se iban a retirar todos los miembros del gobierno estatal y
federal, Morazán exigió que además se pusieran a su disposición incondicionalmente.9
Morazán estaba decidido a acabar con la hegemonía de los aristócratas y eclesiásticos
guatemaltecos, no aceptó ningún trato.

Mapa de Guatemala durante la guerra civil de 1829. Obsérvese

las fronteras no delimitidas con México en Yucatán y Chiapas.13


Parque Central de la ciudad de Antigua Guatemala durante la guerra civil de 1829. Obsérvese que
el antiguo Palacio de la Capitanía General estaba destruido y que sus columnas se habían
resguardado en las construcciones provisionales que se observan en el grabado.
Para preparar la defensa de la ciudad, amenazada por las tropas de Morazán, Aycinena
ordenó el 18 de marzo de 1829 que se aplicara la pena de muerte a todo aquel que ayudara al
enemigo, hizo una proclama en la que invocaba la defensa de la «santidad de los altares» y
emitió una disposición legal, por la que los líderes liberales Pedro Molina Mazariegos, el hijo
de éste, Esteban Molina, Antonio Rivera Cabezas y los militares Cleto Ordóñez, Nicolás Raoul
e Isidoro Saget fueron declarados enemigos de la patria y quedaron en calidad de proscritos.14
Se desencadenó entonces el combate final, que duró tres días al cabo de los cuales, el 12 de
abril se firmó la capitulación en la casa de Andrade, esquina de la plazuela de San Francisco,
con el general Morazán por una parte, y el general Arzú y Manuel Francisco Pavón y
Aycineda, por la otra.9 Esta rendición se hizo a pesar de que el jefe de estado, Mariano de
Aycinena se proponía defender la ciudad y que los oficiales guatemaltecos no estaban
dispuestos a rendirse.9
Morazán ocupó formalmente la ciudad de Guatemala el 13 de abril de 1829 y el 19 del mismo
mes citó al Palacio de Gobierno a todos los que fueron miembros del gobierno federal y del
estatal —todos ellos miembros del Clan Aycinena y entre los que estaba Mariano de Aycinena
— y ya cuando había más de cien personas reunidas en un salón, ingresaron las tropas
liberales y los hicieron prisioneros; luego los llevaron en dos filas hasta el edificio de
la Universidad de San Carlos Borromeo en donde estuvieron temporalmente hasta que
finalmente fueron conducidos al Convento de Belén.9 Morazán declaró nula la capitulación que
había firmado con Pavón y Arzú y ordenó confiscar todos los bienes de los capturados;
finalmente sesenta y un miembros del Clan Aycinena fueron enviados a Sonsonate, en donde
se embarcaron el 29 de agosto de 1829 hacia Panamá, en la goleta «General Hidalgo».15
Morazán anuló el documento de capitulación pues su principal objetivo era eliminar el poder
de los criollos conservadores y la jerarquía de la Iglesia Católica en Guatemala —ambos
constituidos por el Clan Aycinena— a quienes los criollos liberales detestaban por haber
estado bajo su dominio durante la colonia española.11
En los combates participó como soldado Rafael Carrera, quien tenía apenas quince años y
cuya familia sufrió numerosos vejámenes a manos de las tropas de Morazán;11 también
participaron el poeta y militar José Batres Montúfar y el oficial Miguel García Granados, quien
fueron hechos prisioneros por las tropas liberales;16, el teniente coronel Manuel Francisco
Pavón Aycinena17 y el coronel Antonio José de Irisarri, quien acababa de retornar
de Londres tras participar activamente en la independencia de Chile y tener un fallido intento
por establecer compañías de capital británico en Centroamérica.18 A este último, Aycinena lo
había nombrado como Ministro de la Guerra en un intento de mejorar la disciplina del ejército
guatemalteco.18

Exilio[editar]
El 26 de abril, desde su prisión, Aycinena dirigió una carta a Morazán, en la que protestaba
por la ruptura del pacto. Le señalaba, además, que no había motivo alguno para que se
quebrantara el convenio, y que, en todo caso, sólo él era el culpable14 y no el resto del Clan
Aycinena.19 Pero el general hondureño no prestó atención a las demandas de Aycinena y
expulsó a todo el clan Aycinena y a la mayoría del clero regular del territorio centroamericano,
y los despojó de todos sus bienes.20
Seis años después, Aycinena retornó a Guatemala para salir nuevamente desterrado, esta
vez a Comitán, en México, como lugar de su residencia. Después de su retorno a Guatemala,
en 1837, fue diputado de la Asamblea Constituyente y prior del Consulado de Comercio -
asociación de comerciantes conservadores de Guatemala-.14

Muerte[editar]
Regresó a Guatemala con el triunfo del general Rafael Carrera en 1840 pero se retiró de la
política, dejando el control del Clan Aycinena a Juan José de Aycinena y Piñol. Murió en 1855
en Guatemala, cuando Carrera y los conservadores estaban sólidamente en el poder, Manuel
Francisco Pavón Aycinena había logrado que se nombrara a Carrera como presidente
vitalicio, y Guatemala disfrutaba de un ambiente próspero y tranquilo por primera vez desde la
independencia.21

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