Está en la página 1de 7

JORNADA 4

Atención Psicoemocional a la niñez y


adolescencia

OBJETIVO DE LA JORNADA
Promover la salud mental y bienestar Psicosocial a fin de contribuir a la generación de
entornos y condiciones de vida propicios que garanticen un retorno seguro y amigable para
la niñez y adolescencia.

El miedo, la preocupación y el estrés son respuestas normales a amenazas percibidas o


reales, y en ocasiones cuando nos enfrentamos a la incertidumbre o lo desconocido. Por lo
tanto, es normal y comprensible que las personas experimenten miedo en el contexto de la
pandemia de COVID-19.

Al miedo a contraer el virus en una pandemia como COVID-19 se agregan los cambios
significativos en nuestra vida cotidiana, ya que nuestros movimientos están restringidos en
apoyo de los esfuerzos para contener y frenar la propagación del virus. Ante las nuevas
realidades de trabajar desde casa, el desempleo temporal, la escolarización de la niñez y
adolescencia en el hogar y la falta de contacto físico con otros miembros de la familia,
amigos y colegas, es importante que cuidemos nuestra salud mental y física.

Proceso de transición de la niñez y adolescencia del entorno


familiar (Atención psicoemocional de la niña y niño).
Proceso de transición de la niñez y adolescencia del entorno familiar (Atención
psicoemocional de la niñez y adolescencia).

Es necesario hablar sobre el COVID-19 con los niños, niñas y adolescentes de forma sencilla,
y las medidas de cómo prevenirlo para que al momento que tengan que salir de casa hacia
los centros de atención, sientan mayor seguridad.

¿Cómo hablar con nuestros niños, niñas y adolescentes sobre


el COVID-19?
Nuestros niños, niñas y adolescentes están continuamente escuchando información sobre
el coronavirus (COVID-19), esta va desde por qué dejaron de asistir a los centros escolares,
hasta la enfermedad en algún miembro de la familia. Es importante que como adultos nos
aseguremos de que la información que ellos reciben sea confiable, precisa y oportuna a su
edad.
Conforme la crisis del COVID-19 continúa, y muchos padres, madres o personal docente se
preguntan cuál es la forma adecuada de hablar con los niños, niñas y adolescentes sobre la
pandemia del COVID-19 para que estén tranquilos. A continuación, presentamos algunas
técnicas para poder hablar con ellos:

▪ Empiece averiguando qué es lo que la niña, el niño o adolescente conoce


sobre el COVID-19. Realice preguntas adaptadas a su nivel de edad. Si se trata
de un niño mayor, le puede preguntar: "¿Qué has escuchado sobre el COVID-19?
¿Tienes preguntas?" Si se trata de un niño pequeño, le puede preguntar: "¿Tienes
preguntas sobre la nueva enfermedad que ha aparecido hace poco?" Esto le
permitirá saber de cuánta información dispone el niño o la niña, y también si le
ha llegado una información equivocada.
▪ Permítales hacer preguntas. Con todo lo que está sucediendo, anímelos a
preguntar y, cualquiera que sea la pregunta, trate de tomar en serio las
preocupaciones de los niños, niñas y adolescentes.
▪ Brinde información adecuada para su edad. No dé demasiada
información, ya que esto puede ser abrumador para los niños, niñas y
adolescentes. Recuerde que debe de dar información acorde a su edad,
intentando no generar miedo o preocupación excesiva en los niños, niñas y
adolescentes.
▪ Use palabras reconfortantes. Como los niños, niñas y adolescentes son muy
egocéntricos, escuchar el creciente número de fallecidos por el coronavirus puede
ser suficiente para que realmente piensen que se van a contagiar. Es necesario
explicarles que es una situación temporal y que poco a poco iremos retomando
nuestras actividades cotidianas con una mayor normalidad.
▪ Enfóquese en las medidas de prevención. Una manera importante de
reconfortar a los niños, niñas y adolescentes es hacer hincapié en las precauciones
que usted y otras personas cercanas están tomando, ya que ellos se sienten
seguros cuando saben qué hacer para protegerse. Es necesario enseñarles a los
niños y niñas con el ejemplo, así que es esencial que las medidas de protección
se respeten en todo momento.

Por otro lado, es importante explicarles a los niños, niñas y adolescentes que se trata de
un distanciamiento físico, más que de un distanciamiento social.

Distanciamiento físico ¿A qué nos referimos con esto?


La expresión oficial es "distanciamiento social" pero el término correcto es "distanciamiento
físico" ya que podemos seguir siendo sociales, solo que de maneras diferentes.

El contacto físico consensuado y las interacciones en persona liberan sustancias químicas en


el cerebro y el cuerpo, incluidas las endorfinas, la serotonina y la oxitocina, que pueden
aumentar la felicidad y reducir el dolor y el estrés. Pero un abrazo o una mano alrededor de
un hombro que de otro modo ofrecerían consuelo en un momento de incertidumbre y
miedo, podría poner en peligro la salud física de las personas.
A medida que la propagación del COVID-19 continúa, se les ha pedido a las comunidades
que reduzcan el contacto cercano entre las personas, aunque esta es una forma muy
importante y eficaz de disminuir la propagación de este virus, es un tema complejo para
nuestros niños, niñas y adolescentes, y para los adultos es un verdadero reto.

Es necesario explicarles a los niños, niñas y adolescentes las razones por las cuales no
podemos tener contacto físico con las demás personas y enseñarles nuevas maneras de
relacionarse con su familia y amigos. Hay que crear nuevas formas de acercamiento y de
juego sin comprometer la salud física de los niños, de la familia o del personal.

Lo ideal es crear espacios amplios para el juego de los niños, niñas y adolescentes, se pueden
implementar actividades que los motiven a la exploración y el descubrimiento, como un
juego de “búsqueda de tesoro”, carrera de obstáculos, “Lavado de juguetes” aquí se pueden
escoger varios juguetes que puedan mojarse, se llena un balde y se alienta a los niños y
niñas a lavar algunos juguetes. Lo importante es generar diferentes formas de juego con el
objetivo de disminuir las fuentes de contagio dentro del centro.

Normas higiénicas que se deben respetar en la transición de la


casa a los centros educativos.
Algunas medidas de higiene personal y aseo en el centro educativo que se pueden utilizar
para exponerse menos y enfrentar al COVID-19, son:
▪ No se toque la cara

Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca.


▪ No tosa ni estornude cubriéndose con las manos

Al toser o estornudar, cúbrase la boca y la nariz con la parte interna del codo o con un
pañuelo de papel. Deseche el pañuelo de papel inmediatamente.
▪ Mantenga la distancia

Mantenga una distancia de al menos 1 metro y medio de las otras personas, además es
recomendable que use mascarilla y guantes.
▪ Lávese las manos

Lávese las manos frecuentemente con jabón y agua, al menos durante 20 a 30 segundos.

Lávese siempre las manos después de sonarse, toser o estornudar en un pañuelo de papel,
después de usar el baño, antes de preparar los alimentos y de comer, antes de tener contacto
con niños, niñas, adolescentes, mujeres gestantes y adultos mayores, después de manipular
dinero o de tocar animales.

Si va a utilizar desinfectante para manos, asegúrese de que contenga al menos un 60% de


alcohol. Debe cubrirse las manos completamente con el producto y frotárselas una con otra
durante 20 a 30 segundos, hasta que las sienta secas.
Se debe generar consciencia en el lavado frecuente de manos en los niños, niñas y
adolescentes y personal en general. Promuévalo siempre antes y después de comer, antes y
después de ir al baño y sin falta cada tres horas durante el tiempo despiertos. Motívelos a
inventar modos de realizar esta rutina que sean divertidos: cantando, resolviendo
adivinanzas, contando chistes, repitiendo trabalenguas.
▪ Consuma agua potable y limpia varias veces al día

Es importante mantener hidratados a los niños, niñas y adolescentes, mujeres gestantes y


adultos mayores.
▪ Prepare los alimentos con agua limpia y segura.

Si presenta síntomas de gripe evite preparar los alimentos; si tiene que hacerlo, utilice
tapabocas y lávese frecuentemente las manos con agua y jabón antes, durante y después.
▪ Limpiar y desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia

Hay superficies que se tocan con mucha frecuencia, como las manijas de las puertas, las
mesas, las sillas, los pasamanos, las superficies de la cocina y los baños, los grifos, los
inodoros, los interruptores de luz, los teléfonos móviles, las computadoras, las tabletas, los
teclados, los controles remotos, los controladores de juegos y los juguetes favoritos de
los niños, niñas y adolescentes.
▪ Higiene de la ropa

La ropa y los zapatos también se convierte en una superficie de contacto por lo que al volver
de la calle es necesario retirarla para higienizarla, por otro lado, también es recomendable
tomarse una ducha.

Medidas para que los padres y madres puedan apoyar a sus


hijos en la transición de regreso al centro.
Durante la pandemia del COVID-19, el aislamiento de las familias en el hogar ha ofrecido
muchas oportunidades para el tiempo en familia y el establecimiento de vínculos entre
los niños, niñas, adolescentes y sus madres, padres o docentes. Sin embargo, esto también
puede presentar un desafío, ya que probablemente toda la familia ha asumido una dinámica
familiar con más acercamiento y la transición a una vida donde los padres deben de salir a
trabajar y los niños y niñas tienen que ir nuevamente a un centro educativo puede significar
un reto muy grande.

Algunas medidas que se pueden utilizar para apoyar a los niños, niñas y adolescentes son:
▪ Señale los aspectos positivos de empezar de nuevo a asistir al
centro educativo. Verá a sus viejos amigos y conocerá nuevos. Háblele sobre las
experiencias positivas que pudieran haber tenido en años pasados y con otros
grupos de niños, niñas y adolescentes.
▪ Localice a otro compañero que viva en la misma zona con quien su hijo pueda
transportarse hacia el centro educativo.
▪ Cerciórese de hablar con el nuevo docente de su hijo al comienzo o al final
del día para que él o ella sepa qué usted quiere ofrecer apoyo para que su hijo
tenga una experiencia positiva.
▪ Contemple la idea de empezar a implementar el nuevo horario días antes
para que no sea un factor que afecte negativamente la experiencia de la niños,
niñas y adolescentes.
▪ Recuérdele a el niño, niña y adolescente de manera sencilla todas las medidas
de bioseguridad que debe tomar, de manera que sienta seguridad en el
centro educativo.

Primeros Auxilios Psicológicos de los niños, niñas y


adolescentes (manifestaciones más comunes de estrés)
¿Qué son los primeros auxilios psicológicos?

Los primeros auxilios psicológicos sirven para acompañar a los niños, niñas y adolescentes a
enfrentarse a una situación difícil y extraordinaria, fuera de su vida diaria, a la que se suele
llamar incidente crítico (IC).

Deben aplicarse a cualquier situación que reúna los siguientes criterios:


▪ Ser inesperada y encontrarse fuera de las vivencias habituales que ha tenido
hasta el momento.
▪ Suponer un cambio pasajero o permanente en las rutinas habituales de los
niños, niñas y adolescentes.
▪ Generar miedo o temor intenso en los niños, niñas y adolescentes o (muy
importante) en sus cuidadores principales.
Los niños, niñas y adolescentes son particularmente vulnerables en situaciones de crisis.
Estas suelen perturbar su mundo familiar, como las personas, los lugares y las rutinas diarias
que les hacen sentirse seguros. Los más pequeños suelen ser particularmente vulnerables,
ya que no pueden atender sus propias necesidades básicas ni protegerse a sí mismos, y sus
cuidadores pueden estar abrumados por la situación.

Las reacciones posibles de los niños, niñas y adolescentes ante una crisis dependen de su
edad y fase de desarrollo. También depende de la manera en que sus cuidadores y otros
adultos se relacionen con ellos. Por ejemplo, los niños pequeños pueden no entender
completamente lo que sucede a su alrededor, y necesitan de manera especial la ayuda de
sus cuidadores. En general, los niños sobrellevan mejor estas situaciones si tienen a un adulto
estable y tranquilo a su lado.

El niño, la niña o el adolescente en una situación de emergencia pierde su visión natural del
mundo como lugar seguro. Es normal encontrarlo con miedo, temor, o que lo sucedido se
repita. En este contexto que nos encontramos actualmente con tantos cambios e
incertidumbre es muy probable que los niños y niñas se sientan abrumados, estresados y
preocupados.
Fuentes de estrés

Las presiones a menudo provienen de fuentes externas (como la familia, los amigos o la
escuela), pero también pueden surgir de la persona. El estrés puede afectar a cualquier
persona que se sienta abrumada, incluso a los niños, niñas y adolescentes. En los niños en
edad preescolar, el hecho de separarse de sus padres puede ocasionarles ansiedad.

Las noticias del mundo pueden causar estrés. Los niños, niñas y adolescentes que ven
imágenes perturbadoras por televisión o que escuchan hablar sobre temas inquietantes
como la emergencia por COVID-19 pueden generar preocupación por su propia seguridad
y la de las personas que quieren.

También debe tener en cuenta los factores agravantes, como una enfermedad, la muerte de
un ser querido o un divorcio, que cuando se suman a las presiones cotidianas que los niños,
niñas y adolescentes enfrentan, magnifican el estrés.
Signos y Síntomas

Si bien no siempre es fácil reconocer el estrés en los niños, niñas y adolescentes, los cambios
a corto plazo en la conducta, como los cambios de humor, el mal comportamiento, el cambio
en los patrones del sueño o el hecho de mojar la cama, pueden ser indicaciones. Algunos
niños experimentan efectos físicos, que incluyen dolor de estómago y dolor de cabeza.

Los niños más pequeños pueden mostrar signos de reacción frente al estrés al adoptar
nuevos hábitos, como chuparse el dedo, enroscarse el cabello con el dedo o meterse el dedo
en la nariz. Los niños mayores pueden comenzar a mentir, a agredir a otras personas o a
desafiar la autoridad. Un niño o adolescente estresado también puede tener pesadillas,
dificultad para irse de su lado, reacciones exageradas a problemas menores y cambios
radicales en el desempeño académico.

¿Cómo se puede ayudar a niños, niñas y adolescentes a enfrentar el estrés?

Ante situaciones estresantes como las que vivimos por la pandemia de COVID-19, niños,
niñas y adolescentes pueden tener distintas reacciones, como dificultad para dormir, dolor
de estómago o estar enojados o con miedo. Es necesario reconocer estos cambios de
conducta e intervenir lo antes posible, algunas pautas que se pueden tomar en cuenta para
el manejo del estrés de las niñas y niños son:
1. Hablar con ellos y escucharlos. Es muy importante no ocultarles información,
pero sí hacerlo con un lenguaje sencillo, honesto y apropiado para su edad.
2. Limitar el acceso a la televisión y a las redes sociales, ya que una
sobreexposición a información aumenta el estrés y el miedo.
3. Niños, niñas y adolescentes, tienden a percibir el mundo tal como sus padres
y madres lo perciben, por eso es muy importante que los adultos que tengan relación
directa con niñas y niños mantengan la calma.
4. La actividad física es vital para la salud de toda la familia. Se debe procura
que no pasen más de 60 minutos sentados y/o frente a la televisión o cualquier otro
tipo de pantalla.

Cuando los niños, niñas y adolescentes no puedan o se nieguen a hablar sobre estos
problemas, se debe intentar hablar sobre sus propias inquietudes. Esto demuestra que usted
está dispuesto a tratar temas difíciles y que estará disponible para hablar cuando ellos estén
listos. Se debe consultar a un consejero o a otro especialista en salud mental si el cambio en
la conducta de la niña o niño persiste, si el estrés causa ansiedad grave o si la conducta
genera problemas significativos en el funcionamiento en el hogar.

También podría gustarte