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JORNADA 4 - Atencion Psicoemocional
JORNADA 4 - Atencion Psicoemocional
OBJETIVO DE LA JORNADA
Promover la salud mental y bienestar Psicosocial a fin de contribuir a la generación de
entornos y condiciones de vida propicios que garanticen un retorno seguro y amigable para
la niñez y adolescencia.
Al miedo a contraer el virus en una pandemia como COVID-19 se agregan los cambios
significativos en nuestra vida cotidiana, ya que nuestros movimientos están restringidos en
apoyo de los esfuerzos para contener y frenar la propagación del virus. Ante las nuevas
realidades de trabajar desde casa, el desempleo temporal, la escolarización de la niñez y
adolescencia en el hogar y la falta de contacto físico con otros miembros de la familia,
amigos y colegas, es importante que cuidemos nuestra salud mental y física.
Es necesario hablar sobre el COVID-19 con los niños, niñas y adolescentes de forma sencilla,
y las medidas de cómo prevenirlo para que al momento que tengan que salir de casa hacia
los centros de atención, sientan mayor seguridad.
Por otro lado, es importante explicarles a los niños, niñas y adolescentes que se trata de
un distanciamiento físico, más que de un distanciamiento social.
Es necesario explicarles a los niños, niñas y adolescentes las razones por las cuales no
podemos tener contacto físico con las demás personas y enseñarles nuevas maneras de
relacionarse con su familia y amigos. Hay que crear nuevas formas de acercamiento y de
juego sin comprometer la salud física de los niños, de la familia o del personal.
Lo ideal es crear espacios amplios para el juego de los niños, niñas y adolescentes, se pueden
implementar actividades que los motiven a la exploración y el descubrimiento, como un
juego de “búsqueda de tesoro”, carrera de obstáculos, “Lavado de juguetes” aquí se pueden
escoger varios juguetes que puedan mojarse, se llena un balde y se alienta a los niños y
niñas a lavar algunos juguetes. Lo importante es generar diferentes formas de juego con el
objetivo de disminuir las fuentes de contagio dentro del centro.
Al toser o estornudar, cúbrase la boca y la nariz con la parte interna del codo o con un
pañuelo de papel. Deseche el pañuelo de papel inmediatamente.
▪ Mantenga la distancia
Mantenga una distancia de al menos 1 metro y medio de las otras personas, además es
recomendable que use mascarilla y guantes.
▪ Lávese las manos
Lávese las manos frecuentemente con jabón y agua, al menos durante 20 a 30 segundos.
Lávese siempre las manos después de sonarse, toser o estornudar en un pañuelo de papel,
después de usar el baño, antes de preparar los alimentos y de comer, antes de tener contacto
con niños, niñas, adolescentes, mujeres gestantes y adultos mayores, después de manipular
dinero o de tocar animales.
Si presenta síntomas de gripe evite preparar los alimentos; si tiene que hacerlo, utilice
tapabocas y lávese frecuentemente las manos con agua y jabón antes, durante y después.
▪ Limpiar y desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia
Hay superficies que se tocan con mucha frecuencia, como las manijas de las puertas, las
mesas, las sillas, los pasamanos, las superficies de la cocina y los baños, los grifos, los
inodoros, los interruptores de luz, los teléfonos móviles, las computadoras, las tabletas, los
teclados, los controles remotos, los controladores de juegos y los juguetes favoritos de
los niños, niñas y adolescentes.
▪ Higiene de la ropa
La ropa y los zapatos también se convierte en una superficie de contacto por lo que al volver
de la calle es necesario retirarla para higienizarla, por otro lado, también es recomendable
tomarse una ducha.
Algunas medidas que se pueden utilizar para apoyar a los niños, niñas y adolescentes son:
▪ Señale los aspectos positivos de empezar de nuevo a asistir al
centro educativo. Verá a sus viejos amigos y conocerá nuevos. Háblele sobre las
experiencias positivas que pudieran haber tenido en años pasados y con otros
grupos de niños, niñas y adolescentes.
▪ Localice a otro compañero que viva en la misma zona con quien su hijo pueda
transportarse hacia el centro educativo.
▪ Cerciórese de hablar con el nuevo docente de su hijo al comienzo o al final
del día para que él o ella sepa qué usted quiere ofrecer apoyo para que su hijo
tenga una experiencia positiva.
▪ Contemple la idea de empezar a implementar el nuevo horario días antes
para que no sea un factor que afecte negativamente la experiencia de la niños,
niñas y adolescentes.
▪ Recuérdele a el niño, niña y adolescente de manera sencilla todas las medidas
de bioseguridad que debe tomar, de manera que sienta seguridad en el
centro educativo.
Los primeros auxilios psicológicos sirven para acompañar a los niños, niñas y adolescentes a
enfrentarse a una situación difícil y extraordinaria, fuera de su vida diaria, a la que se suele
llamar incidente crítico (IC).
Las reacciones posibles de los niños, niñas y adolescentes ante una crisis dependen de su
edad y fase de desarrollo. También depende de la manera en que sus cuidadores y otros
adultos se relacionen con ellos. Por ejemplo, los niños pequeños pueden no entender
completamente lo que sucede a su alrededor, y necesitan de manera especial la ayuda de
sus cuidadores. En general, los niños sobrellevan mejor estas situaciones si tienen a un adulto
estable y tranquilo a su lado.
El niño, la niña o el adolescente en una situación de emergencia pierde su visión natural del
mundo como lugar seguro. Es normal encontrarlo con miedo, temor, o que lo sucedido se
repita. En este contexto que nos encontramos actualmente con tantos cambios e
incertidumbre es muy probable que los niños y niñas se sientan abrumados, estresados y
preocupados.
Fuentes de estrés
Las presiones a menudo provienen de fuentes externas (como la familia, los amigos o la
escuela), pero también pueden surgir de la persona. El estrés puede afectar a cualquier
persona que se sienta abrumada, incluso a los niños, niñas y adolescentes. En los niños en
edad preescolar, el hecho de separarse de sus padres puede ocasionarles ansiedad.
Las noticias del mundo pueden causar estrés. Los niños, niñas y adolescentes que ven
imágenes perturbadoras por televisión o que escuchan hablar sobre temas inquietantes
como la emergencia por COVID-19 pueden generar preocupación por su propia seguridad
y la de las personas que quieren.
También debe tener en cuenta los factores agravantes, como una enfermedad, la muerte de
un ser querido o un divorcio, que cuando se suman a las presiones cotidianas que los niños,
niñas y adolescentes enfrentan, magnifican el estrés.
Signos y Síntomas
Si bien no siempre es fácil reconocer el estrés en los niños, niñas y adolescentes, los cambios
a corto plazo en la conducta, como los cambios de humor, el mal comportamiento, el cambio
en los patrones del sueño o el hecho de mojar la cama, pueden ser indicaciones. Algunos
niños experimentan efectos físicos, que incluyen dolor de estómago y dolor de cabeza.
Los niños más pequeños pueden mostrar signos de reacción frente al estrés al adoptar
nuevos hábitos, como chuparse el dedo, enroscarse el cabello con el dedo o meterse el dedo
en la nariz. Los niños mayores pueden comenzar a mentir, a agredir a otras personas o a
desafiar la autoridad. Un niño o adolescente estresado también puede tener pesadillas,
dificultad para irse de su lado, reacciones exageradas a problemas menores y cambios
radicales en el desempeño académico.
Ante situaciones estresantes como las que vivimos por la pandemia de COVID-19, niños,
niñas y adolescentes pueden tener distintas reacciones, como dificultad para dormir, dolor
de estómago o estar enojados o con miedo. Es necesario reconocer estos cambios de
conducta e intervenir lo antes posible, algunas pautas que se pueden tomar en cuenta para
el manejo del estrés de las niñas y niños son:
1. Hablar con ellos y escucharlos. Es muy importante no ocultarles información,
pero sí hacerlo con un lenguaje sencillo, honesto y apropiado para su edad.
2. Limitar el acceso a la televisión y a las redes sociales, ya que una
sobreexposición a información aumenta el estrés y el miedo.
3. Niños, niñas y adolescentes, tienden a percibir el mundo tal como sus padres
y madres lo perciben, por eso es muy importante que los adultos que tengan relación
directa con niñas y niños mantengan la calma.
4. La actividad física es vital para la salud de toda la familia. Se debe procura
que no pasen más de 60 minutos sentados y/o frente a la televisión o cualquier otro
tipo de pantalla.
Cuando los niños, niñas y adolescentes no puedan o se nieguen a hablar sobre estos
problemas, se debe intentar hablar sobre sus propias inquietudes. Esto demuestra que usted
está dispuesto a tratar temas difíciles y que estará disponible para hablar cuando ellos estén
listos. Se debe consultar a un consejero o a otro especialista en salud mental si el cambio en
la conducta de la niña o niño persiste, si el estrés causa ansiedad grave o si la conducta
genera problemas significativos en el funcionamiento en el hogar.