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rw SOLEDAD FARINA PIDE LA LENGUA PROYECTO FINANCIADO POR EL HONDO NACIONAL DE Consejo WE Tat nr es FOMENTO DEL LIBRO Y LA LECTURA, CONVOCATORIA 2016, eYetttE NY eer ters DEL CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA ¥ LAS ARTES. eae ce eects yest? neuen PIDE LA LENGUA (1985-2015) Soledad Farifia Pide la lengua Soledad Farifia ISBN: 978-956-9131-69-1 Db ESTA EDICION © Alquimia Ediciones, 2017 Coleccién: Ensayos con la ceniza suizcci6n: Nivolés Labarea y Julieta Marchant ROLOGO, Notas CoREcCION: Julicta Marchant DIRLECION DE COLECCION: Guido Arroyo Gonzélee DisENO DE COLECEION: Na IWUNTRAGION DE PORTADA Y DISKO HDLTORIAL: Nicolts Sagredo wy. DE ta &:: Pide la lengua contiene una seleccién de cada uno de los libros publicados por Soledad Faria, salvo 1985 (Das Kapital, 2015), que, porsu carécter dramatirgico 0 de guidn, resulta invasivo recortar. Se han elaborado notas que contextualizan los libros y que dan cuenta de los epfgrafes y paratextos, dada la importancia que estos tienen en la obra de Farifia. Se maruvo la ortografia de los originales, aunque se hicieron pequefias enmiendas en algunos casos. El titulo de la antologia fue tomado de un verso de Farifia del poema «Saciar su hambre» de Aloricia: «Pide la lengua / violento el paladar acoge su deseo / apretando mi gajo que escurre su secteto». PIDE LA LENGUA ESCRIBE La amistad, esa relacién sin dependencia, sin episodio y donde, no obstante, cabe toda la sencillez de la vida, pasa por el reconocimiento de la extraneza comin que no nos permite hablar de nuestros amigos, sino silo hablarles, no hacer de ellos un tema de conversacion (0 de articulos), sino el movimiento del acuerdo del que, habléndonos, reservan, incluso en la mayor familiaridad, la distancia infinita, esa separacion fundamental a partir de la cual lo que separa se convierte en relacién. Maurice Blanchot Esctibir con los ojos cerrados en el territorio del cuerpo. Escribir para abrir el cuerpo y hacerlo sonido y color. Escribir desde la intuicién de que la escritura se expone y retira, que la aparicién de un instante de cognoscibilidad aqueja ala letra justamente como instante 0 rekémpago. Escribir como el mundo se escribe: pensar el mundo en cuanto texto. Escribir como el cuerpo se escribe en otro cuerpo: desde el deseo, desde el temblor. Escribir porque hay un llamado, un pedido de la lengua. Porque hay que, porque habla que. «Cuando no esctibo, al dejar de escribir (...), las cosas, como animales, me tiran de la ropa» (Guadalupe Santa Cruz). Escribir como quien intuye un pensamiento, como quien conjetura que el pensamiento podrfa ser intuicién. Escribir: quedarse en silencio y darle escucha al viento. Ubicarse de cara a la indeterminacién del lenguaje, del lenguaje del mundo, de la pluralidad de todo idioma. Trazar un cuerpo a cuerpo con la lengua que pide escribe. Escribir desde la sospecha de que la escritura convoca una sustraccién. Algarabia, marafia de musica, disposicién de la pagina en su propio y singular silencio, en su espaciamiento. ‘Toma aliento y escribe desde el primer libro hasta el tiltimo, que también sera cl primero: no se aprende una técnica o una pericia, se sabe de la perpetua iniciacién que cada poema, en su cada ver, emprende; del secreto que la poesia conserva, aunque quiera decirlo todo o incluso diciéndolo todo —«soledad», indica Derrida, podrfa ser otra manera de decir «secreto»—. Laboriosa escribe (Soledad), porque qué concluye la escritura, qué determina, qué ocaso en el paisaje clerra: ninguno. «El arte mas grande es siempre el arte que conserva suspendida y retenida toda conclusién» (Jean-Luc Nancy). Laboriosa pues sabe de los surcos en la tierra que cavan las palabras, y su mano no pretende tapiar. Y, finalmente, escribir como quien lee: «Leer, escribir, gla misma cosa?», se pregunta Soledad Farina en la pagina que abre Se dicen palabras al oédo. 23) Qué funda le pone al mundo esta poesia, de qué manera le da forma a lo que miray alo que escucha, con qué lienzos, con qué cadencias. «Un estado poético que no oculta la rafz de su no saber y el reverbero de su no poder decir» (Javier Bello). «Lucidez final de la poeta: en tiempo indigente, en espacio arrasado, ni aun la palabra poética tiene vigor de conjuro, sélo de indicacién vacilante» (Pablo Oyarziin). «Asir un hélito y exponerlo en lenguajer (Soledad Bianchi). «Su biisqueda est basada en esa poesia que representa aquel viaje imposible, aquel sondeo del espititu poético, creando ese espacio de aliento que la autora cruza en medio de las circunstancias que la rodean, hacia y desde el vacio de la pagina en blanco» (Eliana Ortega). «El lenguaje que aparece aqui ya vaciado, desarticulado en los contenidos que el sistema patriarcal de signos ha universalizado, inicia el viaje hacia otra lengua, significante metonimico de un cuerpo femenino y su habla» (Raquel Olea). Si hay algo en lo que los lectores piiblicos de Fatifia -estos y otros muchos coinciden, es en su condicién de trayecto —apertura, cavilacién, temblor, viaje, busqueda; cada cual nomina a su manera ese modo en que Ja palabra de Farifta se escribe-. Y, a la par, cémo esa poética del trayecto, abierta a la labor del lector, lastra la dificultad precisamente de su indeterminacién. Apertura, entonces, que acaso se palpa como opacidad de sentido, espesura tupida, poema inaudito que empuja el pensamiento, que lo acecha y lo tensa. Y otro asunto que la mayoria de estos lectotes toca, algunos timidamente, la mayoria percibiéndolo desde el desborde: cémo se hace espacio a partir de lo femenino en tanto diferencia y contrapunto respecto de la tradicién. Es en ese punto donde fulgura un problema contextual la dictadura, el derecho a la palabra que las escritoras descan hacer suyo (hay que), el canon literatio chileno con su ee masculino— que, en Farifia, a ratos ha sido lefdo, paladeado, pensado, desde la misma tradicién: Soledad Farifia funda una manera de escribir otra, que le da escucha al ser mujer. Qué funda le pone al mundo esta poesia, cuando la respuesta podria ser le pone un cuerpo, tuna voz, una musica, un color oro. Pero tal vez, atrapados en el horizonte de lo posible, volvemos a ese verbo —«fundar»—, que hace temblar, desde mi lectura, eso mismo que esta escritura rehiisa. Revuelta en la intuicién, que no oculta la ratz de su no saber, se puede leer este trayecto como una manera no fundacional de vincularse a la letra. Alli donde la escritura, y su condicién imperecedera, ocurre, Farifia elige una relacién con la oralidad ~el gusto por el tono, por la cadencia y también por la tradicién latinoamericana oral, por el Popol vuh-; alli donde la poesia chilena se apegaba al sentido, a su determinacién, Farifia escoge un lugar opaco, en el cual la palabra se pluraliza y se dispara como pensamiento, justamente, del desdoblamiento, en principio, y luego de lo miltiple, atesorando el secreto: «Lo que Ilamamos la claridad me impide ver. (...) No quiero ver lo que se muestra. Quiero ver lo que es secteto. Lo oculto entre lo visible» (53), pensamos con Héléne Cixous. Quizd lo incémodo aparece en las palabras que queremos darle a estas palabras y que no son fundas posibles, que no aquictan a las letras méviles, impacientes ¢ indiscretas de estos poemas. «Habfa que pintar el primer libro pero cual pintar / cual primer: el primer verso del primer libro -El primer libro— de Soledad Faritia. Como si ros dijera: todo libro es un primer libro, toda palabra acusa su singularidad. Y més adelante: No hay recorrido previo». Pensaria que, mas que ubicarse en una poética de la autosuficiencia, ese recorrido previo que no hay prevalece como exigencia: en realidad hay, pero habfa que pensar un lugar otro de vinculacién con la lengua. Un lugar otro, dirfamos, que no funde ni desfunde. Que exceda la limitacién de esa categoria, «Lo inmundo es el origen», escribe Farifia en Todo estd vivo y es inmundo, plaquette que se hace del juego del pastiche y de la cita: los poemas estén confeccionados con palabras de La pasién segiin G. H. de Clarice Lispector. Alli donde alguna poesia ha buscado el origen, alli donde ciertos poemas han demandado fundar un origen, alli donde la letra ha deseado ser original, Farifia ensucia el origen, lo hace estallar, Y la repeticién de este verso, una y otra vez, catorce veces, lo van desgranando en una monotonfa que lo vuelve zumbido sumido en su propio ruido, en su inmundicia. Quizé por ello no hay recottido previo, en tanto todo recorrido nos dice de un momento, al menos como condicién de posibilidad o instante imaginable, primero, inicial, que indica a dedo alzado su principio, Tal vez no hay recorrido previo, pero si un lugar indeterminado e incierto, un espacio de lectura del mundo al que darle escuicha, Esa lucidez de indicacién vacilante que apunta Oyarzin. Bl primer libro es el tinico que no trabaja textual o paratextualmente con citas —no vemos alli epigrafes 0 juegos intertextuales evidenciados, tan comunes en Farifia-. Como si quisiera que ese primer —el primero de muchos primeros— se anudara desde el aliento de un conocimiento intuitivo ante el lenguaje, como si necesitara un lugar de reserva, que el mundo guarde silencio. Sin embargo, después de aquello, mucho tienen que decir las palabras de otros, mucho trenza Fariffa con letras que otros escribieron y que ella lee, mientras escribe. Leer, escribir, sla misma cosa? Y la poesia, entonces, regién de empalme entre escrituras, poemas que se len entre si, que se miran y se oyen. Funda sobre funda: Farifia escribe desde el amor a las palabras propias y ajenas, no es hotizonte ni zona de arribo. sabiendo que la pertenencia—zla fundacién? Y escribe también desde la amistad, donde no habla de sino con poéticas que a conmueven: bien lo sabemos después de la amplia serie de poemas que len a otros, publicados en Donde comienza el aire y Se dicen palabras al ofdo, que zurcen y enlazan escritores de distintos tiempos, territorios y estéticas y que, lejos de proponer el estatismo de un canon, lo abren a partir de la biblioteca personal, multiple y también afectiva de Soledad Farifia. No quisiera hablar de, quisiera hablar con, lo que siempre porta una inmensa dificultad al momento de escribir un prélogo. Quisiera hablar en la distancia que se hace cercania, en esa proximidad de las palabras comunes y domésticas, sentada en un parque o tomando un té, como de hecho lo hicimos. La seleccién de este libro, tan artesanal y mundana, cubierta por esa piel que toda amistad convoca, fue conversada y pactada entre lecturas en voz alta, libros prestados y perdidos, marcas, etiquetas y sorprendentes calces de lecturas, preferencias ¢ intuiciones, con Nicolés Labarca, otro poeta cémplice y compafiero propio y también de Soledad: «Por amor escribo», dice un ahora antiguo verso de Nadia Prado, por amor las palabras y a cémo se alborotan entre si. Por amor, entonces, a las palabras de otra escribo, como Soledad Farifia que esctibe y lee el mundo con el cuerpo, con la méisica, con la inmensa amistad que la abrocha ala poesia y a la lengua que pide escribe. Julieta Marchant 1. DE El primer libro (1985) N. DE LA £:: El primer libro Fue publicado en 1985 por la editorial Amaranto en Santiago y reeditado en 1991, en Buenos Aires, por Libros de Tierra Firme. Este libro, junto con Aléricia (Ediciones Archivo, 1988; reeditado por Cuneta, 2010) y En amarillo oscuro (Surada, 1994), fue compilado en el volumen La vocal de la tierra, que se publicé en Santiago (Cuarto Propio, 1999) y en Madrid (Amargord, 2012). Comienza con Ia siguiente dedicatoria: «A mis padres, a la memoria de Alfonso M. Escudero» y esté dividido en tres secciones: «Dénde volearse en este paisaje, «Bandada de alas verdes» y «En esta oscuridad». Albricia, por su parte, empieza con la dedicatoria a los hijos de la autora: «A Constanza, a Nicolds» y tiene dos secciones marcadas por epigrafes. El primero de Gabriela Mistral: «ir, ois, oi / la noche como valva, / con ijar de lebrel / O vista acornejada / y temblar y ser fiel / esperando hasta el alba» y el segundo del Popol vuh: «Entonces celebraron consejo sobre el alba de la vida, cémo se haria la germinacién, cémo se harfa el alba, quién sostendria, nutrirfas. En amarille oscuro, finalmente, comienza con una dedicatoria también: «A la memoria de Manuel Farifta» y continta con un epigrafe de Blanca Varela: «Es més que la palabra, es el aire de todas las palabras». A su vez, El primer libro fue compilado integro por Ediciones Universidad Diego Portales, en el afto 2016, en el volumen Elprimer libro y otros poemas, en el cual los «otros poemas» son seis de Albricia, seis de En amarillo oscuro y txes de Yilu (Lom, 2015). En el aiio 2012, 1 sello mexicano Literal lanzé Pac pac pee pec, una version de En amarillo oscuro que revela y pone en obra, visual y textualmente, los referentes intertextuales a los ginal de 1994. cuales Farifia le dio escucha en la composicién del o TODO TRANQUILO, INMOVIL Habfa que pintar el primer libro pero cual pintar cual primer tomar todos los ocres también cl amarillo oscuro de la tierra capas unas sobre otras: arcilla terracota ocre arafiar un poco lamer los dedos para formar sa pasta ligosa untar los dedos los brazos ya ests abierto paginas blancas abiertas no hay recorrido previo tratar de hendir los dedos —Por qué tan tristes por qué asf estos colores, dicen, preguntan los choroyes de alas verdes que pasan en bandadas Por qué esa oscuridad, gritan Hay un negro que sombrea que nos cubre Se alejan pero no alcanzan a ver el rojo que descubro debajo de mi axila, -No hay claridad, no hay claridad, graznan Ha caido la nube gris sobre mi vuelo: eran granizos era hielo el que quebré mis alas Y ahf en las alambradas, suspendido su vuelo se dan a murmurar todo tranquilo — inmévil apacible AUN NO ES TIEMPO Muge la tierra el ocre el terracota el gris el negro abrir la axila, hay una herida inmensa volcan reteniendo sus aullidos: acallarlo ~Atin no, atin no es el tiempo de la poda de las gufas rastreras, mascullan los choroyes, —Atin no es el tiempo de la poda de las guias rastreras Mirar el hueco entonces ~pobres humores grises y taimados-, detener el impulso volcarse al agujero: Hay un rojo que brama por estallar Aiin no es tiempo, _atin no es tiempo AGUARDA LA MUECA Doblado el torso la cuchilla cae balbucea la grupa impregna de saliva a la arcillosa Ja amasa en los dedos Ja mueca la reclama para sus medialunas la cuarteada solar— Aguarda la mueca la pasada arcillosa en secreto el ojo aguarda celeste de trasnoche para sus guifios de trasnoche (abrir la zanja roja afilar el cuchillo hendir abrir hasta perder la empuftadura) guifia el ojo tornasoles azules intensos nunca vistos HAY UNA SUAVIDAD EN ESE EN ESA CURVATURA MONTE Diluida cae deviene la arcillosa las yemas esparcen la tintura acuosa por esa superficie curva Hay una suavidad en ese monte en esa curvatura, susurran los choroyes, hay una tibieza incitadora, hay unos misterios insondables en esa curvatura Acaricia la tinta, bajan las yemas acariciando con ademanes suaves, pero hay un musgo adherido hay una marafia tupida que estorba detiene el deslizar separan los machetes afilados la marafia tupida LA TENTACION ARRECIA Tiembla la mano larga de dedos afilados serpentea la tierra profunda oscilacién Drird al fin la grieta?) Polvareda amarilla asciende al cielo gris Calientes los latidos la tentacién arrecia: atravesar las capas qué liquidos secretan qué jugos dulces qué pozos qué napas de jugos dulces (suefian los dedos afilados: abiertas las aristas separadas las labias todo muslo ancas cintura pecho hombros sumergidos pez coleteando en esas aguas) DESHIERBAR LA HONDONADA. BUSCAR EL ESCONDRIJO Avanza ciega la bandada afilando sus picos deshicrbar la hondonada buscar el escondrijo ‘Avanza ciega la bandada afilando sus picos —gPor qué esa oscuridad? abierto el ojo abierto en esa oscuridad Tierra a la tierra vuelta, desciende el guifio azul ala mucca cuarteada mi acuosa mi arcillosa \ punza suelta desgarra rojo a la llama blanca, mugidos subterréneos en esa oscuridad: tomar el gran pincel afilar el cuchillo perder la empufiadura hendir abrir hasta perder no hay recorrido previo habia que pintar el primer libro pero cudl pintar cul primer 8 (la lengua) ASFALTADA No MAS No mAs melaza negra caliente ~grita le horada el cerebro la excavadora DONDE PLUMAS DONDE PICOS Ie habian preguntado DONDE ANILLOS TATUADOS excavando el pelo largo azulado tieso y duro Y EN QUE LENGUA asfaltada ligosa tararea sus tiltimos gorjeos manto de plumas verde-choroy nadando en la laguna ahi las fauces de los perros lo habfan empujado al limite alas orillas a los bordes ¥ QUA HACER tobillos_muslos vientre apretado cuello nadar nadar _nadar ” si se hubiera previsto y empezar nuevamente sin la membrana adherida cada maftana anudando dspera EL Maiz el grano picoteado queda en el buche cuando el cuchillo arremete abriendo separando de una capa rosada la otra transparente mapas venosos ciudades enteras ISLAS los granos de matz picado cuarteado 8 primero al sol por manos hacendosas sube el nivel del agua en esta cAmara de cris- tales chapoteo pies tobillos ya no hay lagrimas agrias agua de aleantarilla rodea la cintura el cinturén urbano rondas con el agua a la rodilla pez violeta azul-alado pez-rana peje-sapo atisbando asomado a la ventana de los ojos ano desesperar, si siempre asin =dicen peje-sapos peje-ranas el nivel aleanza doradas caracolas erectas es el frfo también abre los poros las poras las esporas tise las labias PUCSIAS Rojas BERMELLONAS terciopela rancia abierta dorada enroscandose guidndose calabaza lombriz guia rastrera agua busco = descenso hacia subsuelos bafio nocturno en aguas negras asidos a la piel de una ira verde traga la hiel goteada por estalactas de hiel en la caverna costRa verde musgo amargo el hielo narrative i en esa lengua bifida para hundirse amarillo re: arece segundos de lucidez otra ver. gufa rastrera envoltorio rugoso en boca pudorosa tiembla el emisario MANOS-DEDOS (yen qué lengua) Al producir rasguftos en Ja hoja ALEA le digo ALFA Alfalfa ALFA Alfalfa Falfa aa olorosa brota surca amorosa mi tierno mi suave la escama trepa el rostro ALFA carne carne dulce cae la larva el patio =le digo Fabla Fabla Fabla enjugo el rostro enjugo el pafio la huesa la angosta la prieta la marga huesa HABLA la marga huesa =me dice la costra negra la carne prieta la marga taja la surca cuenca la tibia mi tierno dulce mi amarga suave abre la cuenca escarba brota Ja cuenca huesa Ja blanca suelta Ja suave dice —me dice -le digo DOBLA. =le digo (se dobla) HABLA 4 11. DE Albricia (1988) VIAJO EN MI LENGUA de arena pantanosa s vocales oO E Viajo y rozan los bordes mi arenilla dormida Adentro més adentro de la cavidad sonora tus vocales las mias en el ronco gemido Me aferro a mis moluscos Penetro las papilas Adentro més adentro llego hasta el estertor alecode otra lengua La camino recorro la nostalgia la cerco Pero a la piel no Hlegan claros los envios Qué sintaxis Qué paisajes que mis ojos no vieron Quieren brotar desde esas aguas yrulengua mi lengua CRUJEN LOS HUESOS DE ESTA PRISION Intento abrir al ritmo de mi abdomen Se encabritan las olas Aullo Adlla un hueco a la palabra de mi cabeza elcelador —_pliegue de mi memoria (mi naranja guardada por céscata porosa) Nadie entra en esta esfera ‘Apretada me sumo Zumo liquidos que irrigan Pero las fosas husmean mis conductos buscando la fragancia Mi naranja olorosa apretada resiste pero el dedo se hunde Me abro en gajos amarillos desgarrando y crujo este sonido al desmembrarme DESFL NGUA CA ESTA L Bailan sus hilachas Como gufas aéreas Abandonan la escena mas alla de los labios (sus guardianes los dientes) Sinuosa se desliza hasta el pecho auscultando latidos desde una superficie (insiste un instante en los latidos) Perpleja vuelve a entrar a escena cnrollando sus guias ‘Acogen los labios cn su prisién el hueco de esta lengua muda quedamos (cl humus cenagoso no se cuaja en palabra) ABRO EL PARPADO MUDO cierto y vuelco hacia dentro el sol del ojo mi dnima mi alma busco entre liquenes negros —_algas veo flotar mi rostro carcomido por lenguas Ahi va ese ojo como boca sedienta Qué busca Arriba Abajo 30 SCURRE ENTRE LOS DEDOS un cardumen mintisculo Por las fosas penetran aletillas nerviosas Una corriente tibia arrastra mi Ojo fijando Ja Pupila (Qué lengua piensa mi lengua caracoleando perdida esta razén Qué esencia aflora de la cignaga verde) uw Desplegando sus liquenes Ella pasa rozando Me abraza su humedad me atrae me acicala Me incrusta el peine hostigando los huecos 2zS ACIDA? ES AMARGA? Pregunta su lengiieta a mi parpada erecta El barro cuartes nuestros lomos sugiere estrias caminos secos arbustos espinosos de ramaje amargo El sol reverberando ulula en las orejas Vientos huracanados incrustan polvo rojo a la mirada roja Amarillas fisuras atraen nuestros dedos Escarbamos los rostros reconocen la Imagen yo cay uw Abro tus belfas htimedas Exegeta De tus labios me transformo Cimarrona de planicies rosadas_ te monto y mi pelaje oscuro se incrusta en tu sedosa blanca Cada salto una albricia estremeciendo el Anca Abre la rajadura el corcoveo de tu piel azulada Impulsa el casco la queja chapoteante Sube por las patas nerviosas el aullido Carcaj terciado al pecho los cascos apurando el vaivén La herida se abre impregnando el pelaje Aprieto los ijares Me agarro Ala guedeja y juntas caemos amazona y yegua lamiendo restafando la herida Volviendo el manantial caliente a bajar enestrfas caminos secos __arbustos espinosos de ramaje amargo Desciendo mi manojo hasta u drupa lis toca tu ruta roja tu baja redondeada se detiene en tu embrién arqueado en semicirculo Se pierde mi memoria en tu lobulada dulce Mis filamentos besan tus flores solitarias en pediinculas largas Me refugia tu valva su enyoltura caliente la fisura en tu ovada estrechdndome lenta tus hebras encubriéndome en ondulada parda Desde el abrazo ciego ahucco la nostalgia: Soy capsula lefiosa SOY LA SEMILLA OSCURA APENAS DELINEADA 111. DE En amarillo oscuro (1994) No hay blancos Ni siquiera hay azules en estas pinceladas responde con el vértigo de diluirse en el aire si no puedo nombrarla siquiera con los ojos (con rios impregnéndola arroyos desbordéndose por el gris de la piedra suefia vistiendo sus contornos de cémplices oscuros) zen qué hueco en los dientes se alojaba la lengua cuando nombraba el rojo? me pregunta impaciente hendiendo la estocada de deseos escarlatas granates ptrpuras de dénde estos colores dice etizada mi piel abriendo un abanico de plumas tornasoles Pac Pac pee — pec respira el arcoiris soplando bocanadas al espiral de mi oreja Cu Cuy yut yut responde en serpentinas el caracol de mi boca recordando el sonido de los cielos calientes quedd el aire de mi boca soplando las cumbres azules de la tarde (divaga solo sin saber dénde posarse ni qué hacer con ranta levedad) yyo aqui buscando el agua con mi raiz de piedra__- Hundiendo pensamientos violéceos en la profundidad de esta roca La luz oblicua me horada azules y grises superpuestos me conforman estoy plena de quietud Pero hablan mis bordes en amarillo oscuro tengo un pequefio caracol pettificado en mi base pero es mi luz la que habla ” Entre junturas me ha crecido la hierba y estoy irregular en mis pisadas lilas y azules atraen a los pdjaros cl infinito es piedra también co 46 Dos profundas fallas me hienden los costados carcomida en abrupta ladera me inclino recreando siete terrazas verdes al corazén penetro imitando el gemido del viento en fa alta cumbre (qué escucha mi ojo de agua) ha quedado otro tiempo atrapado en mitiempo dice mi sombra con su visién de pez Soy portico a la lux responden desde el oscuro mis aristas intentando —_dormirse 1v. DE Otro cuento de pdjaros (1999) N. DE LA E.: Otro cwento de pdjaros fae publicado en 1999 por la editorial Las Dos Fridas y esta dividido en cuatro secciones: «Al alba», «Un pequefio aleteo», «Oto cuento de péjaros» y «Hay algo alld abajo». El fragmento que sigue corresponde a la subseccién numero 2 de las tres que conforman «Otro cuento de pajaros» y que comienza con el siguiente epigrafe de Bachelard: «... en el suefio abismal zno hay veces / en que el sofiador se equivoca de abismo?». Nos parecié apropiado seleccionar esta seccién dado el juego de fragmentacién de prosa a verso.

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