HEGEMONIA
Dentro de los limites de la acepcién
politico-militar del término se sitda del mis-
fro modo la categoria de hegemonismo, de
derivacién china. El hegemonismo consiste en
una suma de comportamientos, diplomaticos
ynilitares, imputados al socialimperialismo
dela URSS y de sus satélites (Cuba, Vietnam),
con la mira de modificar el equilibrio mun:
dial y de imponer progresivamente el lideraz-
s0 soviético. Como derivado de la degenera
cidn imperialista de la URSS, el hegemonis.
mo usca sustituir la fuerza de las armas, en
elmomento del descenso de su prestigio como
ais guia en el campo socialista, para contra-
poner a la pérdida de h. una politica de poder
‘gresiva y sin principios, cuyo desenlace ine-
able, aunque diferible, es la guerra.
1 uso manxisra. En los casos recordados
antes,el concepto de h. tiene como campo de
splicacion el sistema internacional y las rela-
Clones entre los estados. Por otra parte, se
abla deh. hoy también y sobre todo, en espe-
‘ial por parte de autores marxistas, pero no
ete ge ellos, con referencia a las relaciones
polis clases sociales, entre los partidos
ls an08:& Propésito de las instituciones y de
'Paratos puiblicos y privados.
ambien en esta segunda acepcién del con-
nie gee ontTamos la oscilacién entre dos sig-
apnat®® Prevalecientes que ya destacamos
aie to del uso tradicional de él. Un sig
Corday, ete @ equiparar, o incluso a con-
come CO" dominio, destacando el aspec-
ang 11° Fespecto del persuasivo, Ia fuer-
“ee direccién, la sumisién de quien es
conseni2@do respecto de la legitimacion y
cultural la dimension politica respecto de
le prency intelectual y moral. Tal es el uso
de, 'alece en los escritos de los teoricos
gay tera Internacional: Lenin en primer
‘eq ¢Je"0 también Bujarin, Stalin, etc, Fren-
‘hee SlBnilicado parece prevalecer hoy,
‘sendy co" a cultura politica italiana, un
'eeapgehificado que ve en la h. sobre todo
SViriyg at de direccion intelectual y moral
SPianje Ge 18 cual una clase dominante, @
te leg dominio, logra acreditarse como
tng Sbtiene 3S COnstituye en clase dirigen
seoria dee! consenso 0 la pasividad de la
ay tla vga Poblacion ante las metas impre-
a es gy S2ctal y politica de un pals. Este
¢l significado que deriva de !a feo"
™
ria de la h. que Antonio Gramsci puso en el
centro de su reflexion sobre la politica y el
estado moderno consignada en las paginas de
los Cuadernos de la carcel.
Seguin Gramsci, en la sociedad clasista, la
supremacia de una clase social se ejerce siem-
Pre mediante las modalidades complementa-
rias (y de hecho integradas por ser analitica-
mente disociables) del dominio y de la h. Si
el primero se ha hecho valer sobre los gru-
pos antagonistas mediante los aparatos coer
citivos de la sociedad politica, la segunda se
‘ejerce sobre los grupos sociales aliados o neu-
trales justamente a trates de los “aparatos
hegeménicos” de la sociedad civil. Una con-
jjugacion de fuerza y de consenso, de dictadu-
ray deh. esta en la base de todoestado, pero
la proporcién entre los dos elementos varia
en razén del grado de desarrollo de la socie-
dad civil, que como sede de la accion orien-
tada ideolégicamente es el locus de formacién
y de difusion de la h., el centro neuralgico de
toda estrategia politica. Donde aquélla pre-
senta una “estructura de masas”, como suce-
de en el Occidente industrial y movilizado por
el capitalismo, el papel de la accién hegemo-
nica, no sélo en Ia administracion sino tam-
in en la conquista y en la edificacién del
estado, es capital y privilegiado respecto del
de la fuerza, aunque presente y necesario. No
solo el dominio no puede aqui mantenerse
mucho sin h., sino que a diferencia de los pat.
ses donde “el estado lo es todo” y la sociedad
civil es informe e indiferenciada, la conquis-
ta del poder no es posible si la fuerza que
ambiciona “hacerse estado” no se vuelve
antes hegeménica de un bloque social anta-
ta del bloque en el poder. En otros tér-
idente lah, no es solo una moda-
Iidad necesaria de ejercicio del poder por la
clase dominante, sino que es ademas un pre
Frequisito estratégico para toda clase revolu-
Cionaria, Gramsci expresa este conseP/0
otal de su teoria revolucionaria, en polé
te las metaforas de la "guerra de posiciones
Y'de la ocupacion gradual de as “ensama‘on®
Jel campo adversario por P:
ae tue de este Ievantamientoteeico te
He a compra, tela como contenido
end ha peda de ape
gonis
minos, en Occi748
cidad de los grupos dominantes para ser tam-
bien dirigentes, un grave déficit de legitim
dad a partir del cual pueda madurar el tras:
paso a una nueva forma de estado, a equili-
brios organicos mas avanzados (como es el
caso de la revolucién jacobina) o estaticos
{como en el Rissorgimento italiano, en el fas-
cismo y en las numerosas variantes histori-
cas de “revolucién pasiva”)
Es natural que cada clase social se garan-
tice, en su proceso de organizacién en clase
dirigente, una instrumentacién arménica pro-
pia peculiar: el parlamentarismo, los pat
demoliberales, la opinién pablica mediante
los grandes érganos de informacién en el caso
de la burguesia capitalista més avanzada, con
apoyo estructural del mercado y'de su pro-
pia organizacién de Fabrica; los consejos obre-
ros (en un primer momento), el sindicato y
sobre todo el partido revolucionario en el
caso del proletariado en lucha por el poder.
Aeeste tiltimo le espera Ia tarea de seleccio-
nar a los intelectuales orgdnicos de la clase
obrera, organizando su h., armandola con una
teorfa y con una estrategia capaces de enfren-
tar victoriosamente ala h. de las clases domi-
nantes.
Con la ayuda de las indicaciones gramscia-
nas, el debate sobre la h. prosiguié hasta nues-
tros dias, precisando el concepto y enrique-
ciéndolo con determinaciones nuevas. Algu-
nos estudiosos marxistas, en particular Nicos
Poulantzas, han sostenido la capitalidad de
una funcién hegemdnica en el interior del pro-
pio bloque en el poder, con el fin de regular
las contradicciones entre las distintas clases
y fracciones de clase que lo componen. La h.
de una clase, o de una fraccién, sobre las
dems que componen el bloque de poder
dominante, determina que cada una renuncie
a los intereses propios inmediatos,
‘econémico-corporativos, en favor del interés
Politico comin por la explotacién y el domi-
nio sobre las clases subalternas. La h. actiia
como principio de unificacién de los grupos
dominantes y, contextualmente, de disfraz del
dominio de clase. Simétricamente, en el blo-
ue revolucionario entendido como unidad
sneiictoria entre clases dominadas, lah
et constitucién politica, ademas de
todo particularismo: i
" Y corporativismo, del
interés de la clase obrera en inte
rales de todos los explotados.
rereses gene-
HISTORICISMO
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mmonia en Mexico, 19681980, Mexico, Sie
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Triepel, L’egemonia (1938), Florencia, Sanens
1949. :
[sILvANo netticx)
historicismo
|. DEFINICION GENERAL. Tanto en el contexto del
pensamiento filos6fico como en el del pensa-
miento politico, el término no tiene un signi-
ficado univoco. Para precisar los significados
fundamentales en que puede entenderse, con-
viene por lo tanto partir de la identifieacion
de su contexto mas general y por lo mismo
comin alos diversos significados que surgen
en ella. Desde este punto de vista, se puede,
sin mas, aceptar la indicacién de Meinecke (El
historicismo y su génesis, “Introduccion")
segun el cual el h., que constituye una acti
tud del pensamiento que surge de modo cons:
ciente a partir, grosso modo, del periodo bi
abarca los uiltimos afios del siglo xvi y los
primeros del xix, representa ante todo 12
reaccién contra la orientacién iusnalurel®
ta dominante hasta entonces. El autor met
cionado define de la siguiente manera cr
Ultima orientacion: “La actitud iusna
ta del pensamiento, predominante Oo
Antigiiedad, inculcaba la fe en Ia ini,
dad de la naturaleza humana ante azote
razén humana. Las afirma a por las
se decia, pueden verse ofuscadss It
pasiones y por la ignorancty Po ficmard las
fe libera de estas ofuseaciones 1,
ismag, cosas en todos 10s EME ur
Capaz de encontrar verdes 1 aes
absoluto, que correspondent "por
la racionalidad de todo ¢