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Obras completas Sulpicio Severo Estudio preliminar, traduccion y notas de Carmen Codofier Scanned with CamScanner EI priscilianismo ha sido un fendémeno teligioso especialmente interesante para la historia del cristianismo en Hispania; sobrepasa incluso los limites de lo religioso para adentrarse en el terreno de lo social. Es Ja intervencién de Martin de Tours en el complejo proceso a los priscilianistas, recogida por Sulpicio Severo en su Crénica de modo orginico, con alusiones dispetsas en otros lugares de sus esctitos, lo que ha motivado el apasionamiento de los estudiosos por esta obra, apasionamiento que tiene sus raices en la vehemencia de Sulpicio cuando expone los hechos en una defensa a ultranza de la actitud del santo de Tours, que finalmente no pudo evitar la muerte de Prisciliano en Tréveris en el afio 385. En la Cronica, extrayendo sélo los datos hist6ricos escuetos y apoyandose fundamentalmente en la cronologia, Sulpicio nos da su versién del contenido de las Sagradas Escrituras en la primera parte, para terminar en la segunda con lo acaecido concretamente hasta el consulado de Estilicén, el afio 400. La Cronica de Sulpicio Severo es un ejemplar nico dentro del género historiografico. Epistolas y Didlogos completan la Vida de Martin, su obra mas conocida, y destacan la figura de este santo por comparacién con anacoretas y eremitas orientales. Scanned with CamScanner Coleccién Clasicos del Pensamiento stp ne Sulpicio Severo Director Antonio Truyol y Serra Obras completas Estudio preliminar, traduccién y notas de CARMEN CODONER , Scanned with CamScanner TITULOS ORIGINALES: Chronica (403-404) Vita Martini (397-398) [Epistolae (?)] Dialogi (403-404) Por inexistencia de representaci6n grafica de Sulpicio Severo, se ha incluido en cubierta la de otra persona de su época. .d ni parte de este Bin procedimiento Garden 0 mecknico, incluyendo fotocopia,grabacion magne: tica 0 cualquier almacenamiento de informacion y sistema de recuperacién, sin permiso escrito de Editorial Tecnos, S. A. Reserados todos los derechos, Nila to Disefio y realizacién de cubierta: Rafael Celda y Joaquin Gallego Impresién de cubierta: Graficas Molina © EDITORIAL TECNOS, S. A., 1987 oO" pen 27 - 28009 Madrid 1: 83-309-1412-9 Depa 10 Legal: M-18144-1987 et PON eae ee Printed in Spain. impreso en Espafia por Gama, Tracia, 17. Madrid INDICE GENERAL EsTUDIO PRELIMINAR TRADICION MANUSCRITA Y EDICIONES CRONICA. Libro Primero Libro Segundo VIDA DE MARTIN Diflogo Primero Didlogo Segundo Didlogo Tercero INDICE ONOMASTICO 15 184 189 191 223, 242 Scanned with CamScanner ESTUDIO PRELIMINAR por Carmen Codofier Es de todos conocida la dificultad que supone la reconstruccion de la vida de los escritores antiguos. Representados unicamente por sus obras, sélo su partici- pacion en parcelas no literarias, su conexion a circulos mas amplios que exceden el ambito de la literatura, nos permiten acceder a datos sobre su vida que sobrepasen la pura referencia a su lugar de origen, a su cronologia y a su producci6n literaria. Ese es el motivo por el cual, durante la época clasica, las biografias de autores mas completas de que disponemos son las de los literatos-politicos. A partir de un determinado momento conservamos Vitae de autores concretos, independientes como sucede con las Vitae de poetas; fragmentariamente como en el caso de Suetonio |; sistematizadamente ya en el caso cristiano gracias a las obras de Jerénimo, Gennadio, Isidoro e Ildefonso, todas ellas con el mismo titulo: De uiris illus- tribus. En estas ultimas biografias literarias, el tipo de noticias es escueto y gracias a Gennadio, en su capitulo 19, podemos recoger los siguientes datos sobre Sulpicio Severo: nacié en Aquitania (extremo que confirma el propio Sulpicio en Didi. 1 27, 2), perteneciente a una familia distinguida, y se entreg6 a la pobreza. Mantuvo amistad con Martin de Tours y con Paulino de Nola; se hizo sacerdote y escribié varias obras; de ellas se conser- van las que van a ser objeto de traduccién y parecen T De grammaticis et rhetoribus, parte conservada de una obra més amplia que suele denominarse De uiris illustribus, de acuerdo con Jeronimo en el prefacio a su obra De uiris illustribus. Scanned with CamScanner X__ CARMEN CODONER haberse perdido varias cartas dirigidas a su hermana que incitaban al amor de Dios y a retirarse del mundo®. La tinica noticia de cardcter personal que nos transmite esa (que se Tefiere a su inclinacién al pelagianismo en los iltimos aftos de su vida, hecho que le llevo a guardar silencio hasta su muerte ®. El resto de elementos que contribuyen a fijarla imagen de la personalidad de Sulpicio procede de sus propias obras y de la correspondencia con su amigo Paulino de Nola, en la que no se conserva ninguna carta del propio Sulpicio * Su fecha de nacimiento se fija en torno al afto 363°. E] dato fundamental del que podemos partir para enjuiciar ‘a Sulpicio aparece explicito en Gennadio y se desprende Gel contenido de la correspondencia de Paulino y de las mismas reflexiones de Sulpicio: su procedencia de lz aristocracia galo-romana, mas en concreto de la aquita- na, Ello sitia a nuestro’ autor en un circulo prospero econémicamente y culturalmente refinado, ambiente 4que tan bien describe Loyen *. Esto no implica necesaria- mente su relacidn con el famoso circulo cultural de Burdeos, al que pertenece, y para nosotros representa, ‘Ausonio y su discipulo Meropio Poncio Paulino: Pauli- no de Nola. De la prosperidad de Aquitania nos habla Salviano’, y del desarrollo cultural del cfrculo de Bur- Te et Moto Py 903. ear ates ales eR Tacit ene ta Sef cinta onpnaenseSE, Teal sp ew ns eo joel Ce a ee ce ras inane Scie ag eeeion Epistolas 1, 5, 11, 17, 22, 23, 24, 27, 28, 29, 30, 31, 32. Sobre la crn alae 2 8 Se ieee Fela banat eae eee ly Seca facta se a er onde it ine Po Gale ah Bie Si print Gn sh inate A ESTUDIO PRELIMINAR XI deos son claro testimonio la obra de Ausonio y de Paulino, y en especial la correspondencia entre ambos personajes. La pertenencia a este circulo de amistades, hhecho que recogen las cartas de Paulino de Nola a basta para situar su figura desde un punto de Las coincidencias con Paulino de Nola no quedan ahi. ‘Como en el caso de Paulino su conversién parece tardia y arrastra la renuncia a todo tipo de bienes materiales *. Hay que recordar que Paulino, en un primer momento, junto a su mujer Terasia, se retira a la zona Noreste de Hispania para pasar posteriormente, en una renuncia total, a Nola donde se entrega por completo al culto de Félix de Nola siendo elegido despues obispo. El paralelis- ‘mo con Sulpicio, aunque no total, es asombroso; parece ‘que la decision de entregarse al ascetismo por parte de Sulpicio, hecho que se suele situar entre 393 y 397 pudo darse, como en el caso de Paulino, en vida de su ‘mujer, si bien en el caso de Severo la desaparicién de su. mujer fue muy temprana. Esta coincidencia en el com- portamiento bisico responde a un incremento en ¢l ascetismo en esos momentos que arrastra a familias importantes de la Galia. La influencia del ejemplo en estas circunstancias no es el menos decisivo de los factores que motivan esa decisién. Tanto en uno como en otro, amigos antes de su conversién ', el abandono de los bienes materiales no supone, mas que en las meras manifestaciones verbales poco convincentes, el abandono del cultivo de las letras: Paulino continia elaborando, de acuerdo con las técni- El aniculo de J. Fontaine, «Valeurs antiques et valeurs chréticnnes| dans la spirtualité des grands propretaires terrains ain du IV° siecle tabs, en Epekzasis(Melanges Dantélow), Pais, 1972, pp. 571- 595, traza un adeeuado panorama del ambiente socio-cultural en que fe mnueve Sulpicio Severo, Vease tambien. J. Mathews, Western “Aristocracies and Imperial Cour. A.D. 364425, Oxford, 1973, pp. 146- {que insist sobre el papel desempenadoa finales dl siglo 1V porla aigigeraciahispana Paul. Nol, ist. . 1 1,10. '0Cf. 3. Fontaine, Vie de. p, 25. Paul. Nob, Epis, 5,5; 11, 5. Scanned with CamScanner XII CARMEN CODONER cas tradicionales cl: poemas en honor al santo de Nola, epistolas en verso dirigidas a sus amigos; Sulpicio, renombrado abogado antes de su conversion", deja gj foro, pero impregna su prosa de un halo de reminiscen.. cias culturales profanas sin prescindir de una correccién en la expresi6n que no deriva del esfuerzo, sino de una asimilacién profunda de los recursos literarios. No se trata, ni mucho menos, de exc influencia de la literatura cristiana anterior en la modificaci6n del con- cepto de prosa literaria, sino de hacer consideracién de Ios escritos de dichos autores en su aspecto mas cuidado, ncepcién de lo literario cambia, incluso dentro de ema cuyos presupuestos basicos no han sido sustituidos radicalmente, esta diferenciacién no puede por menos de incrementarse cuando la evolucién previ- sible de criterios se une a una revolucién sustancial en la concepcién de Ia vida. A ello se afiade la conjuncién en este ambito de dos tipos de literatura dentro del cri nismo: la puramente funcional —aunque resultante también de una influencia no greco- latina— representa- da por el lenguaje de la Biblia, y la intencionalidad literaria, modificada por multi factores: la funcién atribuida a la literatura, la evoluci6n la variacién del gusto —hecho en el que han influir los criterios de sencillez derivados: de la funcién que se confiere a lo literario— y la continuada lectura de la Biblia que da paso a distintos esquemas lite- del mundo de Sulpicio Severo se produce, imos, en torno al 395. Nuevamente por una epistola de Paulino sabemos que la renuncia de Sulpicio a sus bienes fue total, excluyendo solo una propiedad de laque sncia y que tal vez haya que identifi- car, desde un principio, con Primuliacum '*, Rotas las probiemes deta prose dant "paul: No, Epis 24, 1 ESTUDIO PRELIMINAR XIII relaciones con su padre a raiz de esa actitud, se estrechan ‘en cambio los lazos de amistad con su suegra Bassula ', que al principio parece incluso haber residido en el mismo lugar. La influencia reciproca entre ambos ¢s patente en la correspondencia de Paulino '6 y sobre todo queda clara en la epistola 3 de Sulpicio dirigida a su Suet argas discusiones sobre la localizacién exacta de Primuliacum permiten situar con seguridad la propiedad tntre Toulouse y Narbonne. Ya P. Labriolleidentificaba Gingar con Font @’Alzonne y a conclusién semejante: fropiedad situada en las cercanias de Font d’Alzonne Ticga recientemente Fontaine, aunque Griffe disiente considerando que se trata de un wicus —una especie de aldea— y no de un dominium ". : El ambiente de Primuliacum es un ambiente culto, donde a unas apariencias externas en el vestir y comer se superponen reuniones en las que se discute refinadamen- te sobre cuestiones del momento, se cuenta con la paciencia de copistas encargados de transcribir las obras Ge Sulpicio; un lugar, en fin, donde los servidores se transforman en discipulos. Todo ello se filtra, como una sensacidn, en la lectura de los Didlogos " 'y en parte también transpira en las cartas de Sulpicio Severo ®. De cualquier manera, no hay que olvidar que una parte de la aristocracia galo-romana de la época ve mal la existencia de ese tipo de conuersi que tiende al. ascetismo; éste, recientemente arraigado en la Galia, es mal acogido por las autoridades eclesidsticas, que ven en ellos un elemento disturbador dentro de un sistema tradicional. Basta leer Ja primera de las cartas de Paulino destinada a animar a Sulpicio ante el rechazo de quienes le rodean, para caer frida ala constraceién de un baptsterio en Primuliacum es de gran inter Scanned with CamScanner XIV CARMEN CODONER en la cuenta del mal ambiente que en torno a esos icleos de ascetas se crea; una sola frase de una amplia carta como ésta serd suficiente: «.-y con toda, el ec9 de esos que se dice que nos odin y nos separan de la participacién en su santidad, apenas ‘nos alcanza levemente * Las relaciones con Paulino podemos seguirlas hasta un momento dado?!, Abarcan los afios de mayor activi. dad de Sulpicio (elaboracién de la Vita Martini”, de los Chronica®). Paulino es el destinatario de la primera, el difusor; Paulino es quien recibe consultas sobre pro! mas cronoldgicos relativos a esta segunda obra *. P; no envia una cruz con destino a la basilica de Primulia- cum, y a Paulino se le pide un retrato suyo para ladarlo al refectorio junto a la imagen. de Martin. Ellos dos: Martin y Paulino son los dos formantes del vértice modélico de Sulpicio *, A partir del aio 404, fecha de conservada (de las dirigidas a Sulpi Nola, y fecha probable de la finalizacion de la Crénica, dejamos de saber de Sulpicio Severo. El final de la noticia de Gennadio a que haciamos menci6n en el comienzo de la introduccion hace pensar que su vida pudo prolongar- se varios afios més; Paulino, que era mayor que i6 en el afio 431, y aunque ello de por si no implica consecuencias seguras, si lo unimos al final del capitulo de'Gennadio y a la situacién penosa que atraviesa la Galia a partir del aio 406, fecha de las invasiones de la Epist 5, 13. Sobre el cardcter de estos conversi vase E ensa éste que, a diferencia del monje, seguian en el luntariamente prescindian de las facilidades que és sbi 30, 2 32, 2. ice modélico en el sentido del ascetism otros {errenos Hilario de Poitiers parece haber esa a it cncin sobre Sulpicio Severo (cf. Estudio preli a Sviy Lill) ESTUDIO PRELIMINAR XV Galia romana”, resulta favorecida la hipétesis de un abandono de las letras por parte de Sulpicio. Su periodo de creatividad, si aceptamos como fecha de su conver- sion al ascetismo un aio en torno al 395, es relativamen- te breve y, si excluimos la Crénica en gran parte, toda salvo la parte final que gira en torno a Martin de Tours de modo indirecto, el resto de su. producci6n est edicado primordialmente a la figura de este personaje 0 alo que dicha figura representa. Quizé la valia de Sulpicio Severo como escritor hubie- ra podido ser: ‘estimada por los especialistas mucho antes, pero de seguro su nombre no hubiera adquirido la popularidad de que disfruta, de no tratarse del autor dela Vita Martini. La cuestion ha solido invertirse en ocasio- nes por parte de la critica y Ch. Babut afirmé que la personalidad de Martin no hubiera despertado el mini- mo interés si no hubiera encontrado un bidgrafo como Sulpicio Severo. Lo que si es innegable es que el nombre de ambos ha pasado a la historia literaria; lo que conocemos de la vida de Sulpicio Severo nos aproxima a tuna consciente imitacion del modelo martiniano deriva- do de su adi in por el santo de Tours. icativo de este predominio del modelo del obispo turonense sobre Sulpicio es la frase de Paulino en su epistola 27,3: s.«. me contaban que todo ti respirabas Martin...» Si tenemos en cuenta que la conversién al ascetismo de nuestro autor se sitta en torno al afio 395, que su primer viaje a Tours parece poder datarse en el afio 396%, que la Vita, con las tres cartas complementarias, tienen un final de redaccién que oscila entre el 397 y el 398, que los Didlogos y Crénica se atribuyen a un mismo periodo: 403, 404, habré que concluir que la parte Conocida de la vida personal y literaria de Sulpicio Severo se reduce a muy pocos afios: nueve aftos en total, ‘Demongeot, La formation de !’Europe 2, Paris, 1979, pp. 434 y ss. Cf, Vida de Martin, Scanned with CamScanner XVI CARMEN CODONER si bien es verdad que de una intensidad desacostum. rada. 2D briggado totalmente al centro de su actividad vita tenemos el punto que desde siempre se ha constituido en caballo de batalla de los estudiosos de Sulpicio y, como no, de los de Martin, punto"especialmente interesante para la historia del cristianismo en Hispania, que sobre. pasa incluso los limites de lo religioso para adentrarse en €l terreno de lo social: el priscilianismo. Es la interven- cién de Martin de Tours en el complejo proceso a los pris , recogida por Sulpicio Severo en su Créni- ¢a de modo orgdnico, con alusiones dispersas en otros lugares de su obra, lo que ha motivado el apasionamien- to de los estudiosos, apasionamiento que tiene sus raices indudablemente en la vehemencia de Sulpicio cuando expone los hechos en una defensa a ultranza de la actitud de Martin de Tours opuesto a las medidas propugnadas iscilianistas y que finalmente fueron lleva- das a la practica, Dada la importancia del problema, y antes de introducimos plenamente en la obra de Sulpi- cio, creo imprescindible esbozar, aun pecando de esque- matismo, un cuadro del priscilianismo asi como la res- puesta que, a través de los afios, se ha dado a fenémeno de tal magnitud®. La comprensién de! cisma priscilianista debe basarse en el conocimiento de los rasgos ambientales, tanto en el plano social como en el estrictamente religioso. El proceso, que aparentemente concluye en el afio 385 con la muerte de Prisciliano en Tréveris, aunque sus secuelas se prolongan durante bastante mas tiempo, implica cues- tiones de tipo muy diverso que afloran bajo un factor unificador. La trascendencia del movimiento sobrepas4 el localismo hispdnico, precisamente en virtud de una relativa comunidad de la estructura sobre la que la Igle- sia se asienta en ciertas zonas occidentales, y de la afini- dad de aspiraciones dentro de la misma. Parece l6gico ? Las referenc 5 se ets referencias bibliogréficas especifcas, salvo raras excepcionés Face ia exponen sds assis concretos dela Crénica donde s¢ ESTUDIO PRELIMINAR XVI1 partir de un anilisis de la situacién del cristianismo en el Pais originario de Prisciliano y de la situaci6n social de! pueblo en esa época: segunda mitad del ‘Los comienzos del siglo v en Occidente, y por tanto en Hispania, son momentos de penetracién del cristianismo en las capas altas de la sociedad, de inestabilidad doctri- lacién tendente a corregir este hispanico, cuyos canones se conservan, es el Concilio de Elvira, de comienzos del siglo cuadro que se desprende de su estudio responde a una sociedad ampliamente cristiani- zada, consecuentemente inmersa en problemas de ahi derivados: transigencia en detalles que denuncian el arraigo todavia de determinados modos de vida paganos, in dejar por ello de intentar reconducir a la ortodoxia a fos creyentes. Entre los cdnones condenatorios se cuenta el 6, que excomulga a quienes maquinen muerte por medios magicos; estamos ante un caso de prdcticas i ras, prueba evidente tanto de la existencia de practicas magicas, como de la preocupacién que a la Iglesia inspiran dichas pricticas. Parte de la legislaci6n estd destinada a la correccién del clero en un intento de desvincularlo de asuntos mundanos, como por ejemplo el comercio *. Este panorama religioso se corresponde con un mo- mento de malestar social expresado en el levantamiento de los campesinos en determinadas zonas del Imperio (los bagaudas de \a Galia, los circumcelliones del norte de Africa, son dos casos bien conocidos), y con una corriente de ascetismo procedente de Oriente que arraiga en una parte de la Iglesia y que lleva aparejada la renuncia al mundo, incluso en ocasiones la renuncia al desempeiio de cargos eclesidsticos. Se produce asi una especie de escisién dentro de la Iglesia, ciertamente no de iure, pero si de facto, que ofrece al pueblo cristiano una alternativa de imagen religiosa: cl cristianismo oficial, inserto socialmente en unos esquemas ya aceptados, y la 303, Vives, Concilios visigéticos e hispano-romanos, Barcelona- Madrid, 1963, can. 19. Scanned with CamScanner XVIII CARMEN CODONER corriente asoética que busca la vuelta a las raices en ung Cnuncia total a los bienes de este mundo y que se ye favorecida por la idea de un inminente fin del mundo; esto ha llevado a que algunos movimientos religiosos de] Siglo wv, enfrentados al orden oficial en la Iglesia (entre ellos el priscilianismo), hayan podido ser interpretados fomo movimientos de carécter social predominante. mente: caso de los circumcelliones/donatistas, y resurgi- miento del montanismo en Frigia *'. Esa corriente rigorista-ascética, que representa perfec. tamente el monaquismo egipcio, aparece, desde un principio, enfrentada a la Iglesia oficial que intenta mantener esas tendencias dentro de unos cauces de moderacién. Dentro de ella hay que insertar el movi- miento priscilianista, al cual se hace ya referencia en el Concilio de Zaragoza celebrado en el aiio 380. La historia de Prisciliano y el contenido de la doctrina por él sustentada podemos reconstruirla en su parte externa gracias a Sulpicio Severo, en su parte doctrinal gracias a los tratados atribuidos a Prisciliano descubiertos por Schepps en 1885». Prisciliano pertenece a una familia aristocratica, factor que le es comin con Paulino de Nola y Sulpicio Severo, ambos partidarios de esa fraccién de la Igle- sia defensora de un tipo moderado. de ascetismo. Isidoro de Sevilla lo hace discipulo de Marco de Menfis, discipulo a su vez de Manes, experto en magia®. Parece que Isidoro toma esos datos de la Apologia de Itacio, enemigo de Prisciliano; probablemente haya que 3¥Exponente claro de esta interpretacién es W. H. C. Frend, The Donatist Church, Oxford, 1952, pp. 172-178. Una explicacién seme- jante aplicada al priscianismo en A. Barbero, «El prscianismo, rejia 0 movimiento social?», Cuadernos de Historia de Espaia, -8, 1963, pp. 5-41. J. Fontaine, «El ascetismo, zmanzana de disor dia entre latifu y obispos en la Tarraconense?», 1 Concilio Cesraugustan, Zaragoza, 1981, pp. 201-206, destaca, en cambia én del movimiento sta en las. corrientes asctticas faygendas pore astocraca del momento. 24. Vives, o. se Wives, 0. &. ilustr. cap. 2 (ed. Codofier). ESTUDIO PRELIMINAR XIX desechar a ese Marco de Menfis, ya que Jerénimo i ‘a Marco con el maestro gnéstico del siglo”, y fa vinculacion a Menfis puede deberse, por parte de Itacio, al afan por establecer un nexo entre Prisciliano y el mundo de la magia, cosa por la que era conocida Menfis en aquella época. Sin embargo, las abundantes relaciones comerciales de Hispania con Oriente no hacen inverosi- presencia en la peninsula de un Marcos egipcio fluyera sobre Prisciliano. Por los cénones del la asistencia al mismo de dos quitania, se deduce que en el 380 la ianista habia hecho mella en el Sur de la Galia; es posible que por las mismas fechas las didcesis de Mérida y Lusitania (quiz estuvieran aqui las sedes de ‘dores Instancio y Salviano) se hubieran visto mn afectadas por esa influencia y la presencia en el Concilio de Zaragoza de Hydacio de Mérida ¢ Itacio de Ossonuba se deba a esa raz6n®*, En realidad no se sabe con exactitud donde comenz6 el foco de expansion priscilianista, Las medidas tomadas en el Concilio de Zaragoza afectan a puntos doctrinales concretos y a actitudes de cardcter mas general; llama sobre todo la atencién la censura a quienes se retiran al monte en determinadas fechas religiosas, la prohibicin de andar descalzo, la advertencia a los clérigos de que no abandonen sus cargos para hacerse monjes; todas ellas son medidas relacionadas, bien directa o indirectamente con posturas rigoristas teflidas en ocasiones de connota- ciones mégicas *”. Al Concilio no asistieron ni Higinio de Cordoba, tal vez el primero que habia levantado la voz de alarma sobre ino, ni Instancio, ni Salviano (partidarios de Prisciliano) que, segtin Sulpicio Severo, De uir. iltustr, cap. 121. 36 La identificacion de la sede con Ossonuba se debe a una conjetura sobrela lectura del manuscrito (Crén. 2,47, 3); Sossubensi. Cf. nota del je correspondiente. 37 Véase H. Chadwick, Prisciliano de Avila, M: ss3J. Cueto, «Una espiritualidad apécrifa», en Priscilian rnismo, numero mon de Cuadernos de! Norte, Oviedo, pone de relieve las coincidencias con la literatura apécrifa evangé! ca, Scanned with CamScanner XX CARMEN CODONER fueron condenados 58, Sin embargo, si estuvieron presen. tes los obispos de Mérida y Ossonuba arriba menciona- dos, asi como los obispos de Burdeos y Agen: Delfino y Febadio. eS ‘A partir de ese momento la situaci6n se fue compli. cando paulatinamente y la escision se consuma en 38] cuando se nombra obispo de Avila a liano. Hyda. cio de Mérida envia un informe a Ambrosio de Milan ya través de él consigue un rescripto del emperador Gracia. no en el que ordena que los herejes abandonen iglesias y ciudades y se les expulse de todos los paises. La reaccién de Prisciliano y sus seguidores es acudir a Roma para tratar de contrarrestar la maniobra. En una expe. dicién compuesta de mujeres y hombres se encami- nan a la Ciudad Eterna donde el Papa les deniega audiencia, pero donde consiguen de Macedonio, ma- gister officiorum, un rescripto del emperador restable- ciéndolos en sus Iglesias. De vuelta a Hispania es Itacio ahora quien huye, y lo hace a Tréveris; desde alli acusa a Prisciliano ante Graciano. El interrogatorio se fija en Hispania, ¢ Itacio, para evitar que se le traslade a Hispania, se refugia en casa del obispo Britto de Tréveris. En estos precisos momentos se produce la caida de Graciano y su sustitucién por Maximo; a él recurre Itacio y ante la peticién decide Maximo que resuelva un sinodo convocado en Burdeos, del cual no se conservan las Actas ¥. Instancio es depuesto. Prisciliano se niega a aceptar la decision del Sinodo y traslada el asunto a Tréveris, a la autoridad secular, actitud que, por otro lado, no era demasiado rara. Segtin Chadwick la actitud antipriscilianista de Maximo hay que entenderla sobre la base de la politica del momento que exige del usurpador una postura ortodoxa bien vista por Italia ala que necesita atraer en contra de Valentiniano II “, Sea como fuere, y a pesar de la intervencién ante Maximo de W Segin Chadwick, = ‘TCE Sulp. Sev. Didl. 3 ———-_- SS ESTUDIO PRELIMINAR XX1 Martin de Tours intentando evitar que el brazo secular se inmiscuya en cuestiones de cardcter religioso, Prisciliano es condenado —seguramente por magia— y ejecutado. La reaccién de Martin de Tours es de rechazo ante la actitud de los obispos que han propiciado esta situacién, se niega a comulgar con ellos y slo més tarde sce reconcilia con Félix obispo de Tréveris, aunque durante Jo que le queda de vida sigue manteniendo mala concien- cia respecto a este hecho Naturalmente el qi io Severo le dedique tan grande espacio al pris nismo dentro de una Crénica euya primordial caracteristica, abundantemente repetida por el propio Sulpicio, es la brevedad, ha llevado en més Fe una ocasin a sospechar afinidades priscilianistas en Martin de Tours y en nuestro autor. El notable de tal postura es Ch. Babut, priscillianisme, Paris, 1909. Sin embargo, las investiga ciones mds recientes sobre tema de tal interés tienden a considerar mds bien ésas afinidades dentro del marco mas amplio al que haciamos alusién antes de comenzar con la breve historia de Prisciliano. Es claro que Priscilia- no, tanto como Martin de Tours, y en consecuencia io Severo, pertenecen a la tendencia que dentro de joria de ia Iglesia puede considerarse_rigorista~ ascética, que ve con malos ojos la participacién de las autoridades eclesidsticas en cuestiones de tipo material; que también Martin de Tours ha sido mal visto por otros obispos del momento a consecuencia de su inflexibilidad de criterios. El punto en que Prisciliano se aleja de la ortodoxia es resultado de una ext jitacién en los presupuestos de que parte la oposicién a la corriente oficial de la Iglesia. No es raro, pues, encontrar coinci- dencias entre ambos personajes, 10 cual no. implica Participacién en puntos concretos doctrinales. La enor- me repercusién que después de la muerte de Prisciliano tuvo su doctrina en la zona Noroeste de Hispania“, supone el arraigo de aspiraciones de limpieza y exigencia 13, 5-6. iho 561; ed. J. Vives, 0. ¢. CE Concilio de Braga Scanned with CamScanner XXII CARMEN CODONER en las masas populares frente a la Iglesia estatuida aspiraciones que Sulpicio Severo expone explicitamente fen muchos pasajes de sus obras y a las que no priva de valor el apasionamiento con que son enunciadas La personalidad de Sulpicio Severo ha quedado sufi. cientemente reflejada en lo que antecede, unas veces de modo directo, otras indirectamente a través de la figura de su modelo Martin de Tours. Pero es casi innecesarig hacer notar que es de la lectura de sus obras de donde se obtiene una impresion mas nitida, aunque quiza a duras penas definible en términos precisos; podria decirse que es la deun apasionado dilettante, conscientemente since. ro en su admiracién por Martin, en su profesion de ascetismo ¢ igualmente sincero en su especial modo de practicarlo y por ello libre de contradicciones y arrepen- timientos. Esa noticia de Gennadio sobre sus tltimos aitos de vida, reducido al silencio, consciente de haber incurrido en herejfa, de ser cierta no desentonaria con el caracter de Sulpicio hasta aqui trazado. Al igual que muestra sin precaucion ninguna la opinion que le mere- cen las autoridades eclesidsticas porque su seguridad en sus creencias es total, no es nada extrafio que, llegado momento, si alcanzé el convencimiento de haber come- tido un fallo, reaccionase abandonando el uso de la pala- bra. Mientras disfrut6 de ella lo hizo placenteramente, sin desgarros interiores tipo Jerénimo, Su prosa es fluida, cuidada, distinta seguin el género cultivado, tachonado de reminiscencias cultas mas 0 menos pluma nos queda: la Vita Martini, concluida antes de la muerte de Martin y completada con tres epistolas, la Ultima de ellas posterior al ato 397, fecha del falleci- miento de Martin de Tours; los Dialogi y los Chronica. que ‘suelen atribuirse a un mismo periodo: final de Tedacci6n aitos 403-404. No olvidemos que en tomo 2 esta misma fecha se sitdan escritores como Agustin de Hipona, Jernimo, Ambrosio de Milan, Prudencio, etc.’ ¢8 decir, que estamos en pleno florecimiento literario de! cristianismo. ‘ladas. De su. ae ESTUDIO PRELIMINAR XXIII Central para la comprensin de lo que llevamos expuesto es la Vita Martini y las tres epistolas que, como he dicho, completan y redondean el relato“. Y no s6lo, desde luego, por lo que a su postura religiosa se sino por los datos que nos proporciona para enjui como literato. Como se acaba de recordar, Si Severo pertenece a esa generacién de escritores cristianos que se erigen en modelos de prosa para la posteridad. Pero al mismo tiempo también coincide con otra rama literaria representada por la prosa ingenua de las Vidas os Padres del Desierto. Seguin la funcién adjudicada a ida de Martin puede aproximarse a una u otra inte de la literatura cristiana; también esto depende sgicamente del género literario escogido, dotado de modelos anteriores no s6lo cristianos. La biografia es un género dificil de definir dentro de la tradicion literaria romana; encontramos con cierta fre- cuencia tratamientos biograficos de un personaje disper- sos en las Historias, interesadas sobre todo en la expo- sicién de acontecimientos. Pero de hecho los acon- tecimientos, a partir de la época helenistica, tienden a verse a través de la personalidad de su ejecutor y aumentan las referencias biograficas insertas en los trata- dos histéricos al tiempo que aparece la biografia como género literario independiente “. Las primeras muestras que tenemos en literatura latina de un tratamiento independiente de la biografia son del siglo 1 a. C., de Cornelio Nepote (c. 99-24 a. C.), tratamientos biografi- cos aparecen en Tacito, aunque podemos considerar a Suetonio como maximo exponente del género que se caracteriza por la consideracin de un personaje a través, del conjunto de su vida y acciones. En ese sentido hay que distinguirlo de la /audatio e incluso del retrato, 7 Edtadas con introducsién y amplisimo comentario por J. Fon 3 vols., Paris, 1967. Posteriormente ha sido ectada sl la Vitapor J. W. Sm con next de Ch. Mohrmann mi y traduccion de L. ‘coleccion Vite dei Santi, Verona, 1975, CLF. Leo, sch-romische Biographie nach ihrer Iteraris- chen For 1901, p. 81; D. R, Stuart, Epochs of Greek and Roman biography, Nueva York, 1967. Scanned with CamScanner XXIV CARMEN CODONER carente, sin embargo, de dindmica interna que permit, | sacar conclusiones derivadas de la asociaci6n o interre cion de factores internos y externos, de la interpretacign, en fin, del conjunto de datos aportados. i De todos modos, incluso la biografia antigua, si bien en menor medida que los subgéneros mencionados, se basa en una concepcin estatica del cardcter; en todg caso suele producirse una quiebra del mismo en yn punto de la vida, quiebra que se sustenta en accidentes externos que repercuten sobre la personalidad y la trans. forman. La hagiografia se inserta dentro de la corriente biogra. fica, aunque, como es ldgico, el punto de vi preside su elaboracién es muy peculiar, como también Io es la funcion que se le encomienda. La mision ejemplif. cadora, edificante, pasa a un plano destacado; se han querido ver antecedentes en la cultura bibli clisica, en los libros de Jonas y Job, en las vidas legendarias de Ester, Judit, Tobias, aunque tal vez en estos casos haya que pensar més bien en_historias- miniatura que en biografias *. De lo que es imposible prescindir al hacer la valoracién de la hagiografia cs de Jos Evangelios, por lo que a cultura biblica se refiere, de las Passiones de mértires como primera muestra de reconstruccién de actitudes personales con finalidad didactica-edificante, y de las primeras Vitae cristianas, como la Vita Cypriani. No quiere esto decir que Sulpicio Severo las haya manejado directamente, sino que la concepcién literaria del género en ese momento esté implicitamente influida por todos esos elementos. De época muy prdxima a la redaccion de la Martini, de gran popularidad es la Vita Anto Atanasio, traducida al latin por Evagrio. El éxito alcan- zado por esta loa del eremita prefigura el éxito de todas las vidas de los padres del desierto, aunque el: ideal fncara eon ventaja en la conocida figura de Antonio Vita Malchi y las Vitae Pauli e Hilarionis de Jer6ni- ‘1. Fontaine, Vie de... p. 66, ESTUDIO PRELIMINAR XXV mo, son réplicas a ese tipo de biografia pero con entidad propia“, La influencia que sobre la concepci6n de la Vita Martini haya podido tener la Vita Antonii ha sido exagerada en ocasiones pero, aunque estructuralmente ‘su semejanza sea lejana, no cabe duda de que su lectura fuvo que dejar su impronta en la concepcién de la bio-hagiografia martiniana. La Vida de Martin esté dedicada a Desiderio, proba- blemente el mismo destinatario de la epistola 43 de Paulino de Nola; vemos, pues, que el circulo se mantiene Gentro del afecto derivado de afinidades de todo tipo, y entre éstas no son de escasa importancia las aficiones {iterarias, sustentadas en este caso en la veneracién a una ‘ma figura y a un mismo ideal de vida. Las tres epistolas que la completan estan dirigidas a Eusebio, Aurelio y Bassula —su suegra. En un pasaje del segundo ‘Didlogo el monje Galo alude a esta primera epistola ”, de la que nos indica que tiene una copia, y nos informa de que Eusebio era sacerdote todavia cuando Sulpicio Ie dirigid la carta, pero que en esas fechas ya es obispo. De nuevo el circulo se cierra, porque es evidente que a tan escasas fechas de su escritura si Galo posee esa epistola es porque Eusebio se la ha pasado. Fontaine no duda de que se trate de uno de los distinguidos ascetas de Marmoutier, discipulo de Martin “. De quien no se sabe nada es del destinatario de la segunda carta: del diécono Aurelio. El conjunto de personajes a quienes van destinada Vida y epistolas complementarias apuntan a una tendencia expresa en la elaboracién de estas obras: llegar a un piiblico culto que, como Sulpicio, conoce las vidas de los monjes orientales, tan a la moda, y ofrecerles una contrapartida en el naciente monaquismo occidental encarnado en el perso- 7% Un estudio de estas tres Vitae en M. Fubrmann, «Dic Monchges- ir lender Litera- schichten des Hieronymus. Formexperimente in tur», en Christianisme et formes litéraires de Tanti Occident, Entretiens, t. XXIII, Ginebra, 1977, pp. 41-99; S. GonzAlez Marin, “Analisis literario de tres Vitae de San Jeronimo”, Estudios Clasicos, 90, 1986, 105-120. Scanned with CamScanner

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