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2004, B] ap jeig0s uolouns & a Ny Fence soil daa loca Operas sobre lo cotdiane, sn perder horizon que nos conione so nos presenta como un eect indispensable. Ea esto rela deerminante la presencia det marco de referencia ve em pleemos en nesta ccc dato, Conocer la interrelacién de fuerzas, nos permite intervenir con eficiencia a fin de realizar un aporte significativo y trascendente hacia a resolcion dels problemas en que estamos compromet- los. Partcipar en Ia construceién de nuevas respuestas nos per- ‘mite contribuir a la generacicn de realidades basadas en la identidad y autonomia de las personas, 146 ath la marginacion sac An Abratarn, ' Sibia Bernal, : (Carmen Rodfigiez Salgado, _eceasae ceca coe RNR See Da lalocuray— | “MAGIA, MITO Y RELIGION” En los albores de la bumanidad, cl hombre primitive séio podia mirar en dos ditecciones: hacia afuera, al macrocosmos, donde Ja naturaloza arréciaba con sus fuerzas cingas, atbirarias y capricho- sas; 0 hacia adentro, su microcosmos, donde su propia naturaleza se poblaba de afectos profundes, pénico, angustia, ira, confirmando su vyivencia intima y original Surgen entonces, pata el ser primitivo, las categorias de lo sagtado y lo profano, en que se divide su amplio campo de experien- cias, En lo profano estaba incluido todo lo que se refetia a su sentido pragmitico de la vida, En lo sagrado, todo lo que se refetfa a las furias naturales, a los misterios del mundo fisico y alos de su propio mundo ‘ntimo, que escapaban a toda forma de dominacién, “Aparece la magia como el primer intento de dominar fo sa- grado y sus incégnitas, La relacién sinerética entre of macrocosmos y el microcosmos, esa analogfa intima y oculta entre esas dos categorias, fs un principio magica, cuyo residuo se encuentra en civilizaciones mds evolucionadas y quo conlleva a una divisiéa del mundo y del espacio en zonas desfavorables y zonas favorables, y se entrone con 17 De a focura la margiraclén sodat ‘otto principio arcaico, el de inclusién y de exclusi6n. De esta manera, surgen las précticas de la magia blanca, que tendtan a la inclusién y ala pparticipacién y de la magia negra, que tendfan a la exclusisn, La practica mégica trasciende lo individual y pasa al vinculo y se insttuye la familia, el clan o la tribu, que posibilitan la inclusiGnde quien ‘comparte la misma cosmovisién y el orden basado en la cooperacién y la cconsecuente exclusi6n de quien no compatte los mismos principios, e- nigndolo por desconocido y desfavorable paralos intereses de lacomuni- dad. La figura del mago encarna las fuerzas de la naturaleza que so ‘quieren dominar, dando origen alos rtuales mégicos, que culminaban en ‘el contagio grupal. La mala distribuci6n afectiva provocaba feasmenos ‘de conmocién en el grupo, Esta alta tensi6n emocional trafa como resu- tado la alienacién del depositario y su alejamiento del grupo, perque de- bfa hacer las veces de calalizador emocional. La situaci6n se resolvia por <1 principio de exelusidn y por ol tebii que condenaba a Ia exiranjerfa, ‘cuando no directamente a través del sacrifici fisico del encaraado. De ‘este modo surgi¢ el rol de «victima propiciatoria». En algunas cemunida- ides, cata gran concentrasién de energia se canaliz6, para su descarga, hacia objetos o animales que eran ofrecidos como objeto-ofrenda, Un ‘ejemplo claro es el macho enbrio de los primeros rituals agraios. Este resabio ritual dela sociedad primitiva parece encontarse atin ‘en culturas evolucionadas, donde los niios abandonados, los locos, los iscapacitados, los pobres y tantos otros marginados se han transformado en los chivos emisarios de nuestra época. Como vietimas propiciatorias ccumplen la funcién de valvula de escape de las comunidades, que los ‘condenan a la exclusidn, Ia extranjerfa o la mueite, para que el grupo recupere el supuesto equilibtio. “Aquella sociedad primitiva realizé un salto cualitativo que le permitié pasar del pensamiento magico al pensamiento mfico, que se instituye en una regla conocida como fey de imitacién o fiecién. ‘Ahora las fuerzas de fa naturaleza comienzan a personificerse, van tomando la forma de dioses antropomorfos, que son los nuevos a- ‘quetipos de valor. 48 ‘na Abrcham, Siva Bera y Camnen Rodiguaz Salgado Ba as mera comovin,elhone pogo taser mat fo desconcdo en To conocio.As mundo see es ign dols myo cveus¥ nan ger eee Stn emma i Ets pruient totes Hr pncio de nsatnetcin po ends Ge rotons prov pcmion, Ese mo lees cher Sasa mh, “Sol comida si fae tn us uit opine eng tu ei ee que peta vag Mette cc ac tut ee eee ow ends a fla cn crys eaten fir ptt de scan Faondnics auc gs vijed yond cn Uo cota d snk, om pressamet fda Lo eg as ogi omar se ext ere ie cnc ye lar, Pseapc hy conte spre ees Teoria compen desert nia po inca nfo to crn y ee es dnb 2 ns et tain sta td lg, Fea sed stand ye cpl fsa Sse dad ideolégica. Te Ann Gi lpr ea eines un cgi tao gusto oe nnn) oe Sen sno infec! swe. porcine Ge ip har dl en oat, get cag lo Ue p ein tl cota nme let, E oes te dons stsponcre yu sr neni coo ona Se ‘figuras modelo para la dominacién y la organizacién social, y como la ‘emergencia de una casta que quiere proponerse como modelo de auto- Hialooces cts on as tecormains esd ratte , 1a ‘magia y Ta brujerfa dieron al hombre una teorfa para explicer Ins causas {que provocaban las epidemias, los desastres de la naturaleza, las desgra- cias personales y la misma muerte, y 10s métodos pare enfrentarlos. El ccomportamiento diferente en las personas que se apartan de las normas instituidas en el grupo, e transforma en un misterio o unaamenaza simi- lares, Aparecen los conceptos de posesiGn diabdlica y ocura intentando bindar una explicacién a estos comportamientos. Lacazade brujas.s anterior al siglo XIII, pero es en ese momento ‘cuando se organiza la Inquisicién, con la finalidad de proteger aa socie~ dad de dafios, «BI peligro era la broja; el protector era el inquisidor>. acep- tarlo, remite a criterios de eadaptaci6n social». Curarse significa «en- (rar de nuevo en las filas de los bienpensantes». La sociedad ex ge que cl orden no soa perturbado: esto se tiene en cuenta cuando el médico 12 ‘Ana Abraham, Sia Beal y Carmen Rodiguez Salgado tedacta un cerificado segtin el cual la persona es considerada como “peligrosa para sf misma o para los dems”. Esto implicaré su aisla- ‘miento con la consecuente separacidn de le sociedad. En el reconocimiento como loco, la sociedad, por intermedio del psiquiatra, lo ubica en la categorfa de los enfermos mentales. A partir de separaro, encerrarlo, sistarlo, cierta tredicion médica ha yatra un personaje que detents una especie de autoridad moral y policial, Administrativamente, tiene intereses compartidos con la polifa, sobre todo por decisién de la justica; de alt que a ve- ces el paciente vive la hospitalizaci6n como una sancién merecida. Ass, en el tan mencionado hogar-prisin, representado por el hospital psiquidtrico, cl psiquiatra es el guardién, De esta manera, el personaje del médico releva a la autoridad familiar y la policial, creando una situaciéa particular e imprimiondo a Ja enfermedad del asilado una figura diferente de la que reviste la ‘enfermedad mental fuera del aslo, Nos estamcs refiriendo a la enfer- edad “institucional”, quo se agroga a Ia enformedad inicial, defor- méndola o fijndola de un modo anormal. Es vsual que sc lo reco- ‘mieade al psiquiatra Ia tarea de curer y custodiar al enfermo, como si 0 fuera posible, Amos términos conhguran una contradiccién. Quien debe custodiar y asegurar Ia marginacién del enfermo, dificil ‘mente pueda curarlo. Franco Basaglia ha denominado"instituciones de 1a violen- cia" ala cércel y al manicomio. Bl sistoma social que busca marginar aguellas personas que se desvfan de la norma, se vale de tales institu- cones, entonces Estas pasan a ser estrategias del sistema que sirven para la conservacin del mismo, Diversos grados de violencia se ejer- cen bajo el rétulo de “recursos terapéuticos": encierro, medicacién excesiva, chalecos quimicos, electroshock, chalecos psicot6gicos, etc. pasando a ser formas severas de reprimir Ia alteraci6n del orden fami liar y social. En nuestro pats, a separacién de los “locos” en instituciones cespecializadas, se planteaba ya desde comienzos de la medicina y particularmente fue considerada en el perfodo de las reformas de Rivadavia, quien profundiza la organizacién de la medicina pabtica 153 ‘Dea foray la margnacén oocet iniciada por el Virrey Vertz, pero reduciendo drasticamente lainterven- cin religiosa. En este momento histérico ya sc anticipaban las primeras intervenciones del poder estatal sobre la marginalidad, en laque a locura y otras formas de ociosidad comienzan a ser definidas como undesorden poblico. ‘La tepresi6n de Ia mendicidad y la vagencia empiezan a formar parte de una intervencién sobre el cuerpo como productor. Aqui también Ja Logica do la reclusi6n va.a juntar progresivamente a Locos, invalidos y ‘mendigos. Michel Foucault en «El nacimiento dela clinica», hasefialado facoincidencia estructural dela medicina y la economia tal como se cons- tituyen en el siglo XIX, a partir de una comin referencia al valor central Gel trabajo, como fundamento de la riqueza y equivalente de salud. En ‘nuestra sociedad, la definici6n de la norma tiende a coincidir ean In pro- ducci6n; cualquiera que se ubique al margen de las expectativas domi- nantes en este campo, pasa a ser rotulado como inadaptado. ‘Nuestro pafs, visualizado por los fundadores como un desierto brbaro, con algunas pocas ciudades eivilizadas, propiciaba Is incorpo- racidn de inmigrantes trabajadores, combinando de esta mane, 10s ob- jetivos econémicos con la utopfa de una gigantesca empresa de ‘moralizacién, Se acompaiaba a esto, una descelificacién de las condi- ciones morales y raciales de la poblacién nativa, ylaidea de «fabricar un hombre argentino», a partir do Ia combinacién de un cuerpo natural ‘metaforizado por la caldez y fecundidad de ia pampa y un egos fundante propiamente europeo. ‘Cuando Ios resultados de Ia inmigracién mostraron su pro- dducto, comienza a circular en nuumerosos estudios (tanto en la inter~ protaci6n de Ja historia hecha por José M. Ramos Mejfa, cemo en la obra sociolégica de José Ingenieros), no s6lo la conviccién de que todo sfntoma es ante todo social, sino el fenémeno més relevante y destacado desde las mirada del alienista, como fue el fenémeno in~ tmigratorio y su relacién con la locura. «Los extranjeros erloquecen mas fécilmente>, y asi la figura del «loco inmigranten resulta-é exhibi- da en numerosos casos y produc tipologfas, No sélo se les propon- drén controles y exdmenes sobre el estado mental, sino que cuestiones ‘Ana Abraham, SibiaBemaly Gamen Rociguez Salgado referents al destino de a raza yal futuro de generaiones ‘serén severamenete cuestionadas. eee seers En este sintético recorrido, vemos que cn la Edad de la Bruje- ria, las enfermedades eran naturales o diabélicas y el inquisidor y el 1médico debfan diferenciarlas, lo que ciertamente era una ardua tare. En la Edad de la Locura, la enfermedad era orgénica o psicogénica y el médico era el experto que realizaba el diagndstico diferencial, ‘También en el campo de la Salud Mental es una ardua tares diferen- iar quién esté y quién no, mentalmente enfermo. La bruja y el loco son dos entidades que se convierten en figuras amenazantes, por lo ‘que deben ser excluidos de la sociedad: muerte en la hoguera o reclu- siGn en el manicomio, como reminiscencia de principios primigenios {que tienden a marginar todo aquello que se aleje de la norma social- ‘mente instiuide, reece perry eters Popo pren pon pers chsas age as ge ne omer ree ee ___La persecucin de tas brujas y de los locos manifiesta Ia intolerancia social y son signos de expresin del poder, que necesita excluir para mantener la hegemonfs. El hombre ha utlizado, a lo largo de la historia, diversos métodos para tratar los antagonismos sociales ¢ Jmerpersonafes, métodos que tienen en comtn el uso de la fuerza. Pero el hombre, justamente por su capaci racional, no solamente se limita a coaccionar y oprimir, sino que debe dar explicaciones y justi- fcaciones desde sus distntas lugares de poder. ___ Las insttuciones sociales mds relevantes implicadas en ta préctica de la violencia psiquidirica son el Estado, la familia y la pro- fesién médica. EI Estado, en tanto decide ta internaciéa involuntaria de personas con enfermedad mental; la familia, que aprucba esta dis- PosiciGn y los profesionales de la Psiquiatria, que proporcionan 1a JustificaciGn necesacia, De a looura y a mangnacén sci {La igualdad abstracta es un mito; pa el contraio, se deben admi- tir tas diferencias, porque esto permite compensar las dasventajas, paso indispensable para Ia integraci6n. Olvidamos que el tato a fos margina- dos y el respeto de los derechos de las minorfas son las formas de una ‘convivencia, concebida en términos de proyecto solider. La enfermedad mental ya no puede ser pensada como unsentidad abstracta separada del enfermo. Debemos rescatar su grado de problematicidad singular entre las restantes dolencias humanas, Sado que se presenta como la més vinculada a los intereambios sociales tanto en Jas causas como en las manifestaciones clfnicas y en las reacciones que provoca. Cuando ubicamos al paciente en alguna categoria nosogréfica, debemos estar alertas de e6mo podemos disfrazar a incompreasién. Al decir de Miche! Foucault, clos psicodiagndsticos psiquistricos clésicos, ‘son mondfogos de I razGn sobre la Tocura». Deben ser remplazados por diagnésticos situacionales que permitan cvaluar ia interaccién del pa- ciente en diferentes contextos (familiar, grupos de pares, laborel, ct.) y cl grado de retracci6n social al que su sintomatologia lo condo. Desde esta perspectiva, la enfermedad no puede ser sino el re- sultado de relaciones interpersonales fallidas. La locura.es una éeauncia; inquieta porque prueba que algo funciona mal. ¥ este algo, desde el mo- ‘mento en que la enfermedad deja de ser considerada como natural einhe- ronte al sujeto que Ia padece, compromete ala estructura en lacual esta, persona esi inserta ‘na Abraham, Shia Bera y Carmen Rediguez Salgado Bibliografia © ABED, Luis César: “La enfermedad en ta historia”, Uni- versidad Nacional de Cérdoba. 1995. ‘* KRAUT, Alfiedo: “La salud mental ante la ley” en Revis- ta Jurisprudencia Argentina N° 5926. Bs.As. 1995. ¢ MENEGAZZO, Catlos: “Magia, mito y psicodrama’”. Ed, aids, Bs.As. 1981. © SZASZ, Thomas: “La fabricacién de la locura”. Ed. Kair6s, Barcelona. 1974, © FOUCAULE, Michel: “EI nacimiento de la cliniea”. Ed, Siglo XXI. Méjico. 1986. © FOUCAULT, Michel: “Mierofisien del poder”. Ed. La Pi- queta, Madrid. 1980. © VEZZETH, Hugo: “La locuraen la Argentina”, Ed Paidés. Bs.As, 1985

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