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TASA TOTAL DE FECUNDIDAD 1905-1995" 8,0 > Tor 64 65 65 68 68 6,0 6,2 50 50> 7 43 E40 32 30 3,05 2,0) 10> ot : q PPbaaiebaie Aiio “Tomado de Carmen Elisa Flérez, Las transformaciones sociodemograficas en Colombia durante el siglo xx, Bogots, Banco de la Reptiblica, 2000, pig. 35. estan conformadas por el nticleo principal que convive con no familiares (3%), familias monoparentales con otros no parientes (2%) y por parejas con no parien- tes (0,5). La mono-residencialidad es un fenémeno preponderantemente femeni- no, y principalmente entre las menores de 25 afios y las mayores de 59. El tamafio promedio de los hogares también se vio ajustado por los factores mencionados: nuclear (4,5), extensa (6,5), y compuesta (6,5). Igualmente, ocurrieron otros fac- tores importantes: sucedié una notable reduccién de los hogares con empleada doméstica (en un pais de una notable tradicién de empleo doméstico) y la fre- cuencia de residentes no habituales (RNH) se concentra en las familias extensas y compuestas.* Colombia, un pais con muy poca tradicién en seguridad social y en politica pensional para sus ancianos tiene en las familias su mejor recurso. Sélo el 7% de los ancianos viven solos. La gran mayoria vive en una familia extensa (46% de hombres y 59% de mujeres). Alrededor de la mitad de las personas mayores de 60 afios atin se encuentran unidos, 29% estan viudos y un 7% separados. Asf, cabe * Los informes estadisticos mas completos sobre estos cambios son: Myriam Ordéitez Gomez, La 280 Familia Colombiana de finales del siglo xx, Bogoté, Profamilia-UN¥ PA, 1998; Carmen Elisa Fl6rez, Las transformaciones sociodemogrdficas en Colombia durante el siglo xx, Bogoté, Banco de la Repiblica, 2000; Carmen Elisa Florez y otros, La transicién demogréfica en Colombia. Efectos en la formacién de 1a familia, Bogota, Uniandes, 1990; y La Familia Colombiana en el fin de Siglo, Bogots, DaNE-Estu- dios Censales, 1998. LA FAMILIA EN IBEROAMERICA 1550-1980 reconocer el enorme significado que deberia tener este grupo familiar en las polf- ticas de planificaci6n social. Ademas, en Colombia, como bien lo afirmé Anita Rico de Alonso, “la madre soltera es mas que una cifra contabilizada de manera incompleta en los registros estadisticos”, ella constituye casi una cultura.” Abandonadas por sus amantes 0 por sus maridos, o viudas, las madres jefes de hogar, han conformado un grupo demasiado notable en los estratos bajos y medios. Su proporcién aumenté en las tiltimas décadas del siglo a causa de distintos factores econémicos y politicos. Sin embargo, gracias al tes6n de estas mujeres, al apoyo de sus hijos yal auxilio de las redes de solidaridad familiar, tal parece, no es el grupo mas vulnerable. Corrien- temente, y desde antiguo, las madres solteras estén ligadas, con sus hijos, a una familia extensa. En otras palabras, en la tiltima década, producto de la aguda violencia vivida en el pais y la sostenida recesién econémica (elevado desempleo, migracién al extranjero y caida de los salarios) han surgido distintos arreglos familiares. Las familias extensas y compuestas constituyen multiples formas de paliar la crisis. Las extensas acogen parientes de los pueblos, familiares que perdieron el empleo, viudas, hijos que vuelven a la casa, o simplemente retienen hijos ya adultos. La compuesta tiende un lazo a los migrantes, a madres solteras y sus hijos, a nticleos familiares de obreros y a familias pauperizadas. Cabe pensar que tanto las familias extensas como las compuestas son sumamente dindmicas, que cambian con las fases en el ciclo de vida de cada grupo y con la circunstancia material de cada una. Ahora, un hecho notable es el de que las familias compuestas de los sectores mis afectados por la crisis se ubican en sectores céntricos de las ciudades, mien- tras que las nucleares més pobres conforman los barrios de invasién que rodean las ciudades. NUEVAS FORMAS DE VIVIR EN PAREJA Hasta 1974, cuando se aprobé el matrimonio civil, en Colombia sdlo tenia validez el matrimonio catélico. En forma efimera en el siglo x1x, entre 1853 y 1856, los liberales radicales establecieron la unién segiin el cédigo civil. Asi, en el matrimonio catélico se fundaban los derechos y las filiaciones familiares, y con muchas resistencias y muy tardfamente se reconocieron derechos de los hijos na- turales. Sin embargo, como hemos visto, Colombia tenfa una tradicién de unio- nes de hecho, que hemos denominado amancebamientos y concubinatos, dema- * Sobre este aspecto debe verse el muy inquietante articulo de David-Sven Reher, “Familia y sociedad en el mundo occidental desarrollado: una leccién de contrastes", en Revista de Occidente, Madrid, 1997, pags. 12-132. » Ana Rico de Alonso, Madres solteras adolescentes, Bogots, Editorial Plaza y Janés, 1986. LA FAMILIA EN COLOMBIA | 281 282 siado fuerte. En la década del 30 la ilegitimidad de nacimiento en las principales ciudades continuaba siendo altamente significativa, siempre por encima del 40%. Un fenémeno que habla de la nueva consideracién de la unién empez6 a surgir en el pais en los afios sesenta y setenta, cuando muchas parejas con impedimen- tos por vinculos anteriores, viajaban a Panama, Ecuador o Reptiblica Dominica- naa contraer matrimonio civil. Los festejos familiares y su registro en los periddi- cos locales constitufan entonces toda una novedad. Los estudios mas minuciosos sobre la nupcialidad en el siglo xx colombiano sugieren que las uniones, tanto legales como de hecho, crecieron en la primera mitad del siglo. Casi en forma total, los hombres y mujeres, después de los afios cuarenta vivieron una o varias uniones; bastante distinto a lo que ocurria en el pasado. Ademis, desde mediados de siglo el matrimonio catdlico cedié terreno en forma ostensible frente a la unién libre. La unién de hecho tradicionalmente era alta entre los sectores populares; en los ambitos urbanos, entre los grupos escolarizados de clase media y alta, hubo cambios significativos en el trato, en el descubrimiento de la sexualidad, en el aumento en la edad de primera unién de hombres y mujeres, como también en un equilibrio en sus edades, mas por com- promisos sociales terminaban en el altar. Fue a partir de los afios setenta, cuando por razones ideol6gicas y culturales, como por la opcién del matrimonio civil, que en estos sectores el matrimonio catélico perdié importancia. Asi mismo, los separa- dos de sus matrimonios catdlicos encontraron en el matrimonio civil una altemnati- va bastante aceptable, distinta a la unién libre. Llama la atencién que el matrimo- nio civil tenga poca acogida entre los sectores populares, siempre recelosos de los asuntos con la justicia. Bien sea por razones ideolégicas, por la austeridad de la ceremonia, por una intuicién de que las personas cambian y el matrimonio puede acabar, por escapar a las trabas eclesidsticas para obtener una anulaci6n, el pacto civil ante un juez cobré honda recepcién entre los colombianos. Igualmente, en el curso del siglo sucedi6 un incremento inusitado del divor- cio y las separaciones conyugales. E] matrimonio catélico, el més estable y dura- dero pas6 de una tasa de separaciones del 8,2%, en los comienzos de siglo, al 20,5% en los aiios ochenta. Entre las uniones libres se estima que estas cifras han sido el triple. Un aspecto importante de las rupturas conyugales de las tiltimas décadas del siglo es que ocurren principalmente en los cinco primeros afios de * El estudio mas incisivo sobre el tema sigue siendo el de Lucero Zamudio y Norma Rubiano, La nupcialidad en Colombia, Bogoti, Universidad Externado de Colombia, 1991. ~ Ligia Echeverri de Ferrufino, La familia de hecho en Colombia: constitucién, caracteristi cuencias socio-juridicas, Bogoti, Editorial Tercer Mundo, 1984. Virginia Gutiérrez encuentra que en- tre los pueblos campesinos de ancestros indigenas a la unin libre le llaman “amafio”, y entre los de ancestros africanos “juntarse”. © Eldivorcio es un tema muy poco estudiado, Una investigacién sistematica es la de Lucero Zamudio y Norma Rubiano, Las separaciones conyugales en Colombia, Bogoti, Universidad Externado de Co- lombia, 199). LA FAMILIA EN IBEROAMERICA 1550-1980 convivencia de las parejas, y principalmente en los tres iniciales. Hecho que diverge del patrén hist6rico que las presentaba en parejas que Hevaban mas de quince afios de convivencia. Otro aspecto es el de que el mayor ntimero de rupturas se da entre las parejas mds jévenes, las que contraen nupcias entre los 20 y 25 afios. Un tipo de institucién, asociada al matrimonio, que surgié a fines del siglo XIX y se consolidé en el siglo xx fue el noviazgo. El noviazgo llegé a ser todo un ritual, con aspectos ceremoniales, que permitié el acercamiento entre los enamo- rados. Formal y vigilado, hasta los aiios sesenta, més libre después, el noviazgo permitié el conocimiento entre personas de edades cercanas, medios sociales si- Manuel Alvarez y seftora San Cristobal-Antioquia, 1926 Benjamin de la Calle ‘Tomado del catélogo “Benjamin de la Calle” Banco de La Repiiblica, Bogota, 1993 milares y expectativas comunes. Es comprensible que el noviazgo dio un piso mas sélido a las parejas. No obstante, la educacién y empleo de las mujeres, y su de- manda de relaciones més equilibradas, pueden ser razones muy fuertes para com- prender el auge de los divorcios. Es probable, también, que hubiera una expecta- tiva afectiva muy alta sobre el matrimonio que luego, por la rutina, se perdia. Igualmente, que, sobre todo las parejas mas jévenes, no estuvieran preparadas para enfrentar el choque de la maternidad y las ocupaciones que impone el pri- mer hijo. Con todo, en el curso del siglo, el matrimonio cambié en forma radical su esencia, de reproductivo y asistencial pas6 a ser afectivo y vivencial. Al depen- der de algo tan emocional, se dice, se ha hecho fragil y efimero; mas la verdad, que no se dice, también es bastante gratificante. Otro hecho que cambié sustancialmente las relaciones conyugales fue el momento de la maternidad. Antes las mujeres espaciaban sus ocho o diez emba- razos a lo largo de su vida reproductiva, desde los afios setenta concentran sus dos tres partos en los primeros afios del matrimonio. Hecho que le permite dedicar- sea la crianza de sus hijos, a su propia educacién 0 a emplearse y a ofrecer una ayuda a la economia del hogar. En contravia de la tendencia a un debilitamiento de la duracin del matrimonio también ha surgido una vida de pareja duradera. Como un hecho hist6rico nuevo, se han hecho frecuentes las parejas que cum- plen 25 y 50 afios de convivencia, y las festejan como bodas de plata y de oro. Esto LA FAMILIA EN COLOMBIA 283 284 ESPERANZA DE VIDA AL NACER POR GENERO 1905-1995" since —O— Muires “Tomado de Carmen Elisa Flérez, Las transformaciones sociodemogrdficas en Colombia durante el siglo xx, Bogotd, Banco de la Repiblica, 2000, pig. 35. es explicable por sus edades cercanas y por el aumento sustancial en la expectati- va de vida para hombres y mujeres ocurrida en el pats. Un fenémeno interesante surgido en las dos tiltimas décadas del siglo es el de los matrimonios de personas que, por razones educativas y profesionales principalmente, postergaron su decisién de unirse hasta una edad muy avan- zada. Mujeres de clase media alta y profesionales que tienen su primer parto a los 38 0 cuarenta afios. En algunos casos son mujeres que han tenido una expectativa de pareja demasiado elevada y la han encontrado un poco tardfa- mente. Son estas mujeres unos de los clientes mas importantes de las clinicas de genética que han abundado en Bogota, Medellin y Cali. Hoy la edad de los padres de los nifios que inician la etapa escolar en los colegios de clase alta es bastante peculiar, tal que en otra época podrian ser sus abuelos. Claro, en mu- chos casos, especialmente los padres, han tenido una paternidad anterior en otros matrimonios. Finalmente, la extensién de la formacién educativa de los jévenes (carrera y postgrado) y, en ocasiones, las dificultades para encontrar empleo, han retenido a os hijos en el hogar paterno hasta edades impensables. Estos, que mantienen sus noviazgos y hasta ahorran para su futura residencia, entablan un nuevo tipo de relaciones con sus padres. Relaciones de confianza, equilibradas y sinceras, en las. que la sexualidad, por ejemplo, es admitida y vista sin mojigaterfa. Esto se da preferentemente, en las familias de clase media y de tamafio reducido, donde los LA FAMILIA EN EROAMERICA 1550-1980 padres disfrutan su compaiia y se sienten més tranquilos teniéndolos a su lado que viéndolos pasar dificultades. 2UNA NUEVA INFANCIA? Colombia ingresé al siglo xx arrastrando uno de los lastres que mas la agobia- rona lo largo del siglo xx, la desproteccién de los nifios de las grandes ciudades. En los afios setenta del siglo x1x, el critico social Miguel Samper denunciaba la proliferacién de nifios callejeros, a los que lamaban “chinos”." Con el tiempo, especialmente en Bogoté, se los llamaria “gamines”. Eran una secuela de los malestares sociales de la época, pero también de la ausencia de legislaciones que obligaran a una paternidad responsable. Llama la atencién que el nifio de la calle surgiera en la misma época en la que el poeta Rafael Pombo les componia las mas. tiernas canciones. La situacién se agrav6 cuando el crecimiento de la poblaci6n urbana, por los afios treinta, se noté especialmente en el sorprendente aumento de los menores de 15 afios. La mayorfa de estos nifios pertenecfan a las familias més pobres de la ciudad 0 a las recién legadas de los campos; muchos de los cuales inundaron las calles de las ciudades, ofreciendo diversos servicios: vendfan periddicos, lustraban zapatos, ete. Pero también muchas empresas los emplea- ban, como las minas de carbén y los clisicos “chircales”. El hecho es que el Estado carecié de un verdadero proyecto de auxilio a seres tan vulnerables. Du- rante mucho tiempo sus asuntos fueron vistos como un asunto policial, que se resolvia en un correccional. Sélo al finalizar el siglo se han creado instituciones y presupuestos para paliar sus problemas, aunque siempre de alcance parcial.* Fue en el campo médico donde el Estado cumplié un papel relevante en el apoyo a la infancia. Médicos entusiastas iniciaron campaiias de salubridad urba- na y doméstica, de ilustraci6n a las madres sobre los cuidados de sus bebés y de difusién de vacunas para la prevencién de la viruela, el tifo y la fiebre escarlatina. Jorge Vejarano, quien desarrollé una encomiable tarea preventiva, fue el verdade- ro introductor de la pediatrfa en el pafs.* Entre las décadas de los afios veinte y cuarenta toda poblacién colombiana conté con una “Gota de leche”. Mas en las capitales los hospitales contaban con salas pedistricas. Tal vez, a veces no caemos en cuenta, pero el siglo xx, que fue el siglo de la infancia, fue también el del ¥ Miguel Samper, La miseria en Bogotd y otros ensayos, Bogots, Universidad Nacional de Colombia, 1969, La mas antigua descripcin del gain bogotano puede verse en el periddico El Mosaico, marzo 19 de 1859, Bogoti, pags. 1-102. » Los més importantes estudios sobre el tema son los realizados por Cecilia Mufioz y Ximena Pachén, La nifez en el siglo xx, Bogots, Editorial Planeta, 1991; y La aventura infantil a mediados de siglo, Bogoti, Editorial Planeta, 1996. El doctor Jorge Vejarano escribié, entre otros muchos libros, La madre y su primer bebé, Bogots, Editor J. Casis, gig; El libro de la matemidad, Bogotd, Tipografia y casa Minerva, 1924; y Alimenta- cin y nutricién en Colombia, Bogoté, Cromos, 194. Los tres editados repetidamente LA FAMILIA EN COLOMBIA 285 286 surgimiento de dos de las ramas més présperas de la medicina: la pediatria y la ginecologia. E] otro gran centro interventor sobre la infancia fue la escuela. Al inicio del siglo, los nitios que iban a la escuela, lo hacfan a instituciones privadas y religiosas. Poco a poco, pero crecientemente, el Estado gest6 la educacién oficial. Aunque la fuerza escolarizadora fue mayor en Antioquia y en Cundinamarca, no cabe duda de que la escuela se situé como un destino para los nifios. El cubrimiento siempre fue parcial y, s6lo a fines de siglo, se estima que entre el 80% y el go% de los nifios van a una instituci6n escolar. Aunque, lo que aquf nos interesa destacar, es que la escue- la es una instituci6n parte de un tridngulo con el nifio y la familia. Este papel ha crecido en forma sorprendente. Hasta los aitos setenta el nifio iba a la escuela a los siete afios, cuando “tenfa uso de raz6n”, ahora lo hace a los dos aiios a cursos de “caminantes”, Pero lo que més cambié en el curso del siglo fue el concepto de nitiez. Inicial- mente los bebés eran temidos, eran asociados a lo demonfaco 0 a lo divino. La idea de una maldad innata al nifio fue reemplazada por la que establecié que era una criatura con una naturaleza propia, con emociones especiales, a la que habfa que estimular. La escuela también cambié el criterio de que el caracter de los nifios se formaba con castigo y férrea disciplina. Lo cierto es que desde la década del ochen- ta hay cada vez mas conciencia de la importancia de la infancia. Muestra de ello fue la creacién del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la adscripcién a las resoluciones mundiales sobre los derechos de los nifios. El cambio principal ha sido, por supuesto, en el propio hogar. Hogar que ya no cumple los papeles educativo y médico de antafio. Donde el castigo y el autoritaris- mo son vistos como un bérbaro anacronismo. Los hogares de fines de siglo casi se organizan en torno a sus hijos, dos o tres, pero muchas veces s6lo uno. Hijos de padres que, gracias a eficaces métodos anticonceptivos, han planeado sus embara- 205. Hijos esperados, a los que los padres destinan una carga afectiva muchas veces desmedida. Es decir, en unas cuantas décadas, las familias, especialmente de clase media y alta, reemplazaron el trato autoritario por uno afectivo. Tal vez, demasiado afectivo, dicen muchos pedagogos. Sin embargo, y a pesar de todos estos logros, Colombia mantiene un elevado mimero de infantes en la més absoluta desproteccién. El abandono infantil se incrementa como demostracién palpable de sus crisis. A lo largo de la segunda mitad del siglo el pafs se convirtié en un exportador de nifios a Europa, Inglaterra y Estados Unidos. Aunque es un asunto regularizado por el Estado, con rigurosos trimites, y cuya accién ha reducido el trifico clandestino, la lectura de los expe- dientes de adopein produce desolacién. En el limite de la miseria y la angustia, mujeres sin consuelo ni orientacién terminan entregando sus pequefias criaturas en hogares de adopcién, cuando no abandondndolos en cualquier callején oscuro. Asi, la vivencia de la infancia cambié en el pais, pero atin no para todos los nifios. LA FAMILIA EN IBEROAMERICA 1550-1980 ConcLusi6Nn Lejos de toda inmovilidad o marginalidad, la familia es una institucién cen- tral en la historia colombiana. Los aspectos comentados, con desigual énfasis, intentan indicar sin romanticismo que la familia ha jugado un papel demasiado importante para el pais. Que sus caracteristicas y peculiaridades nos Henan de interrogantes sobre el hilo de continuidad de esta sociedad. La familia anidé las mayores contradicciones de sus origenes: la violencia del mestizaje y la bisagra legitimidad/ilegitimidad. Esta tiltima, no cabe duda, hasta tiempo reciente fue un principio ordenador de la sociedad, que determinaba a la misma familia. Este es uno de los buenos ejemplos para observar la relaci6n familia-sociedad, ya que definia el valor y la proyecci6n de todos los individuos. Familia peculiar que, es bueno reiterarlo, ha tenido en las mujeres su principal apoyo. En los cinco siglos de su historia, la jefatura femenina del hogar ha sido tan persistente, que bien podria considerarsele como uno de sus componentes formativos. Familia en la que debe valorarse su flexibilidad, su capacidad para reconstruir formas en des- aparici6n y acoger en su seno a los parientes desvalidos, especialmente a los ancia- nos, a los nifios abandonados y a las viudas. Tal vez, los colombianos habriamos sido siempre mas pobres si no hubiéramos contado con este recurso protector. La sociedad colombiana, como se ha visto, ha sido una sociedad familiar. Es cierto, la familia en mucho ha dejado de ser el eje organizador de la gran economia y la alta politica, como en esencia lo fue en el pasado, mas, sigue siendo el principal vin- culo social de todo individuo. Papel valioso que cumple ahora en tiempos de guerra y pobreza: refugio, proteccién, afecto y asistencia. Pero, zhasta cudndo podra cumplirlo? BIBLIOGRAFIA BASICA Bermiidez, Susy, “Familia y hogares en Colombia durante el siglo x1x y comienzos del xx”, en Las Mujeres en la Historia de Colombia, Vol. 2, Bogoti, Presidencia de la Repiiblica-Ed. Norma, 1995, pigs. 240-2991 Dueitas, Guiomar, Los hijos del pecado, Bogoti, Universidad Nacional de Colombia, 1997 La Familia de hecho en Colombia, Bogoti, Ediciones Ter- Echeverri de Ferrufino, Ligia, cer Mundo, 1984. Florez, Carmen Elisa y otros, La Transicién demografica en Colombia. Efectos en la forma- cién de la familia, Bogota, Universidad de los Andes, 1990. Florez, Carmen Elisa, Las transformaciones sociodemogréficas en Colombia durante el siglo xx, Bogoti, Banco de la Repiiblica-Editorial Tercer Mundo, 2000. Gutiérrez. de Pineda, Virginia, La familia en Colombia. Trasfondo histérico, Medellin, Universidad de Antioquia, 2". ed., 1997, (1°. ed. 1963). LA FAMILIA EN COLOMBIA 87

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