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ALBERTO L. MERAN!
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HISTORIA CRÍTICA
DE LA
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·• PSICOLOGÍA
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. \\ ... DE LA ANTIGÜEDAD GRIEGA A NUESTROS DÍAS

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«BIOLOGÍA Y . PSICOL(X;ÍA DE HOY))
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.. JI Serie mayor
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" EDICIONES GRIJALBO, S. A.
BARCELONA - BUENOS AIRES- l\1ÉXICO, ·D. F.
1976
ÍNDICE

i:refacio 9
Introducci6n epistemológica.
I. Significado de la Historia de la Psicología 11
¡ II: Las tendencias de la Psicología . 39

l PARTE PRIMERA
"
EL CONCEPTO DE NATURALEZA HUMANA.
ENTRE LOS GRIEGOS
Capítulo 1
I. Los orígenes: desde los tiempos homéricos hasta Diógenes
de Apolonia . 67
ll. La fase hipocrática 91
Capítulo 2
. I. El descubrimiento de la subjetividad\ y la psicología subor-
dinada a la ética de Sócrates . · 103
© 19i6, ALBERTO L. MER.ANI
Capítulo 3
© 1976, EDICIONES GRIJALBO, S. A.
Deu y Mata, 98, Barcelona, 14 (España) I. Platón y la objetividad ideal del universo 114

Primera edición
"'~' II. Aristóteles y el alma como forma del individuo orgánico . 128
III. La escuela alejandrina y el resurgimiento de la psicofisio-
Reservados todos los derechos logía . 142
PRINTED IN SPAIN

IMPRESO EN ESPAÑA
PARTE SEGUNDA

ROMA, O LA TRANSFORMACIÓN
ISBN: 84-253-0681-7 (rústica) DE LA cOUSfA:) EN ~LEX»
Depósito Legal: B. 24.413 - 1976 Capítulo 1
· Impreso en' Gráficas Marina, S. A. I. La antropología_ griega bajo el dominio romano •• ~· ;.J

Paseo de Carlos I, 149 - Ba;celona - 13 II. El pensamiento romano y su antropología .

940423
7
-"'-CA DE LA PSICOLOGÍA
BISTOBIA Ciu·u
6 ALBERTO L. JIERANI

PARTE sEX'rA
Capítu'Lo 2 y sus IDEALES
I. La fase galépica 171 EL HOMBRE DE LA BURGUEStA
II. Irrupción del pensamiento hebraico 181 . 363
Capitulo 1 .'
Ill. La culminación del neoplatonismo 185 . . y contrarrevoluc1on
Revo1uc1on
379
PARTE TERCERA Capítulo 2 . 1 ' . glesa de la asoc1ac10
· · 'n .
La ps1co ogia m
LA RUINA "DEL MUNDO ANTIGUO Y ·EL DOMINIO
DEL PENSAMIENTO TEOLóGICO 417
Capítulo 3
. · 1 ' experimental alemana
Capítu'Lo l La ps1co og1.a
La búsqueda de una ciencia superior . 195 .449
Capitulo 4 1 "dad de .la psicología francesa ..
Capítu'Lo 2 La comp e1 1
San Agustín y los últimos pensadores de Oriente 209 494
Capítulo 5
Los epígonos ¡

PARTE Ct!ARTA
r
. pARTE si:PTJ:MA
EL MUNDO MODERNO: LA REVOLUCIÓN . .ALIENACióN
DE LAS INTELIGENCIAS LA pSICOLOGtA DE LA.
Capítu'Lo 1 523
239 Capítulo 1 dr
Los orígenes del mundo moderno . Psicología y relaciones de po e
Capítu'Lo 2 541
La antropología concreta del Renacimiento 248
..ritulo 2'
Ca,.. · logía como filosofía. del espíritu·
Henri Bergson o la ps1co , . .
Capítu'Lo 3 562
Descartes y el problema de la esencia del alma·. .· Capitulo 3 • d la inteligencia práctica
La psicolog1a e · ·
Capítu'Lo 4 583
Capítulo 4 lí .
La oposición a Descartes 280 El cboom> psicoana tico
i

.. \ PARTE OCTAVA j
_,
J; l.
PARTE QUIN'rA
AMENTOS DE LA pSICOLOGtA
EL HOMBRE DEL SIGLO DE LAS LUCES LOS FUND ..-Tl'fTT-mQ
DEL 1' VJ.""""
Capítu'Lo 1
Confluencia y renovación . 303 Capítulo 1 como búsqueda del sujeto epistémico: Jean. 609
La psicología
Capítulo 2 Piag~t
Psicología, teología y políttca . 321 641
Capítulo 2
Capítu'Lo 3 La dialéctica en psicología
La filosofía del espíritu y la filosofía crítica 345
PREFACIO

En lengua castellana no existe una verdadera historia de la psicolo-


gía; todas las que circulan, traducciones del inglés, del francés y del
alenián, están relacionadas con presupuestos y datos relati~os a los res-
pectivos países. Para decir la verdad, no se puede escribir una historia
de la psicología que se relacione con m evoluci6n en nuestros países:
carecemos de hechos. teóricos o positivos que lo justifiquen. Pero tam:..
· poco se puede escribir sobre un tema que es parte de la cultura y del
saber universales ciñéndonos al presupuesto de su desarrollo allá o
acuHá. Ef conocimiento del hombre como antropología concreta es obra
de todos los hombres, y los casiUeros nacionalistas ponen anteojeras y
crean dificultades, cuando no impiden~ lisa y llanamente, la visión en
perspectiva. Por ello nos hemos atenido a un criterio metodológico que
estimamos sano: sin prescintlir del espacio, del tiempo, hemos desarro-
llado el tema sobre la trama de la historia universal, o, mejor dicho,
para expresarlo con palabras de Giam Battista Vico, en función del
ccorso e ricorso> de las ideologías que expresan, entre muchas otras
c08as, el concepto de naturaleza humana peculiar a la época~ La psico-
logía les es tributaria en mayor grado que cualquier otro saber; el lazo .
que une cideología» y «psicología» es tan estrecho, ajustado, que ~y
momentos, como en la acm.alidad, que la psicología representa la praxis
de la ideología reinante, y otros, como en el siglo pasado, en que es la ·
ideologfa misma en abstracto. Aceptado esto, nuestro trabajo tiene
la pretensión de ofrecer una relación crítica, que juzga los valores
d~_ !as ideas y de ias obras de los psicólogos. El método que empleamos·
es el histórico-crítico, que engloba como procedimientos indispensables
los conceptos genético y dialéctico en la formación del saber y en la
estructuración de la cultura. La psicología es una necesidad cultural;
es la necesidad imprescindible que tiene el hombre de saber cómo y
por qué es hombre, cómo y por qué la hominización se concret,6 en la
humanización. Con espíritit crítico no admitimos ninguna afirmación
sin haber reconocido su legitimidad; tampoco hacemos la cronologfa de
los hombres o de las escuelas que bien o mal se ·ocuparon de psicolo-
gía, sir.o que historiamos la génesis de las grandes ideas en psicología a
\ \ 1
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10 !
ALBERTO L. MERANI

través de las figuras o escuelas que las lom


circu'laci6n. Por esto nuestra histor' cong eraron o pusieron en
que transcurre; de entonces hasta J..~ concluyedaen la mitad del siglo
Wall p· '· "'"''"o, para r dos nombres desde
on Y. w.get, ningún nuevo contexto teórico apareció en z' . .
que nos ocupa, y aunque las premisas estén dada e . campo
cualitativo que las justifique no se produjo. s todavía, el salto

ALBERTO L. MERANI
INTRODUCCIÓN EPISTEMOLóGICÁ.

I. SIGNIFICADO DE LA HISTORIA DE LA PSICOLOGíA

l. Contexto ideológico del concepto de la psicología. - Las historias


de la psicología representan el reinado de la arbitrariedad. Hasta hoy
el historiador de la psicología ha !sido hombre de una sola doctrina:
--4,dealista o realista,· racionalista o empirista, y, además, por encima de',
la doctrina se ha mostrado demasiado orgulloso de una tradición psico-
lógica, la de su mundo cultural, y ha considerado la psicología como
ciencia típicamente anglosajona, como únicamente germana, o exdu-
sivamente gala. Sin embargo, la psicología, y menos todavía en su
forma moderna, no se deja encerrar en ninguna doctrina ni enclaustrar
en patios nacionalistas. Para comprender sus progresos efectivos, para
seguir eri ella el tral;>ajo y los pasos de la razón, se requiere coordinar
varias filosofías y diversas ciencias. Pe: este moclo-filosofía y ciencia se
convierten en _sus pilares, y sus respectivos cambios o progresos, en
~lles po~· do;;cf;· ¡.uedan sus resultados. El psicólogo no puede ser
menos osado, menos ingenioso ni menos completo que el científico o
el filósofo; por el contrario, la situación muy especial de su saber como
ciencia conjetural 1 lo obliga, de una manera u otra, a s.er tan osado
. como el científico y tan ingenioso como el filósofo. Por esta razón se
debe admitir un principio de complementariedad en.Ja-historia .. de . Ja
~~(!Ología, como .en' la psicología misma~ «La ciencia -escribió Gaston '· 1

Bachelard 2 - , suma de pruebas y de experiencias, suma de reglas y de


leyes, suma de evidencias y de hechos, requiere de una filosofía eón
doble polo.> Esta filosofía bipolar, e¡¡t11 conciencia de la reciprng!_g-ª_Q._.d~
la convalidación que une empirismo y racionali.Smo en la psicología, que
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óbliga a comprender el empirismo y a aplicar el racionalismo, se'expresa
a través de la dialéctica propia del fenómeno psíquico. La manifestación
de un progreso. psicológico, en la historia de la psicología, se entiende
únicamente así.
Un tema de epistemología fundamental en la psicología contempo- 1

11
ránea ~~!ª-.oposición entre racionalismo y empirismo. En su enfoque
histórico el problema se concreta, para la psicología de los últimos cien
12 ALBERTO L. MERANI
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 13
e.l psicólogo racionalista -cpnsiderando siempre empirismo y raciona"."
años, en la tarea que iniciaron dos investigadores: Wilhelm Wundt,
lismo como contexto del pensamiento-- conocen los mismos hechos
quien trabajó dentro del contexto de la tradición empirista-asociacio-
experimentan las mismas situaciones, afrontan al mismo y único hom~
nista, y Franz Brentano, que ofreció una concepción alternativa, repre-
bre real, el de su época, pero cuando llegan a la etapa del discurso que
sentando la tradición empirista con un muy fuerte acento racionalista.
ordenará los resultados sieriten la obligapió~ de responder de manera
En los dos casos, tanto empirismo como racionalismo connotan las
expresiones clásicas del siglo XVIII, de ambas corrientes, y su labor se .
opuesta a dos cuestiones fundamentales. )fa primera se refiere a la
fueri.~-~!~.,p~esk._Q_co~o.c· .'ento¡(.1a segun_da, al respaldo que se le debe
e~tiende desde los últimos decenios del siglo .pasado hasta la primera
~· El ~Slcolo rac1onalis rmqm~ _pertenezca a la 99Lzi~p,iCL~~­
decada del actual. De la misma manera, el trasfondo ideológico de
los actuales tipólogos y de los psicólogos diferenciales acusa predomi- rrmen ta a ultranza, acepta que mucho de nuestro conocimiento en
nante origen racionalista, así como l~ muy reciente psicolingüística en particular nuestro ~imiento de la axiomática, es innato, y deciara
sus tramos iniciales .con Osgood y Sebeok,ª arranca de motivos e~pi­ que dentro de los aspectos contingentes del mismo conocemos desde
un comien±o y no que comenzamos a conocer a partir de nuestras obser-
ristas sin haberse podido sustraer, hasta hoy, de la matriz originaria.
Por supuesto, no se trata de una filiación directa de escuelas, de que vaciones de acont~cimiéntos... Con este ~ntido es que antes nos referi-
empirismo y racionalismo constituyan la trama sobre la cual y respec"". mos a las tipologías, porque incluso las más experimentales - y recal-
tivamente estos o aquellos psicólogos tejen el cañamazo de sus elucu- camos lo de experimental porque a menudo y sin motivo se opone
braciones. Los hechos no son porque la justificación de nuestras nece- racionalismo y experimentalismo- aceptan trasfondo innato que
sidades pueda encontrarse en nuestra experiencia sensorial vertebra el perfil tipológico. Por su l~do, el si 'l · empkGt~'v:;iJ~
,. " . ' como sos- -~asegurando qu~ sus obsei¡a~i~nes y experie?cias muestran clara-
tenia John Locke; tampoco cabe reconocer la aparente contingencia de
mente que nada existe en el mdividuo que previamente no haya sido
la mayoría de las situaciones que solamente conoceríamos, a la ·manera
de Descartes, siempre que aceptemos algunas verdades necesarias de grabado por la experiencia. Tal es el caso que acotamos antes de la
las cual.es la contingencia aparente depende en última instancia. En psicolingüística, que analiza las interrelaciones de la comunicación hu-
resumidas cuentas, frente aí mismo hecho psicológico, la inteligencia mana como fenómeno que depende exclusivamente de la experiencia
por caso, empiristas y racionalistas acuerdan ·aceptarlo como tal. En de esa comunicación.4 A la segunda cuestión los psicólogos racionalis-
retornando al ejemplo de 'Y_l.!!1~ BrenJano.. p,1m1 §l_mbos la-intelig~ncia tas y empiristas todavía responden a la manera de Descartes y de
Locke. En paralelo· con la distinción entre «necesario> y «contingente>
es_unª--~!El~!!lta.d», en la cual \lÍoes~conservan íntegra la orga~
nización jerárquica que ~l pensamiento medieval otorgara a las facul- está la distinción entre una clase fundamental de existencia, que es la
tades; más aún, respetan la distinción que hiciera Aristóteles entre .uJmcia.. o raíz inmutable de la ·cosa,. y la ~. que es manifes- ·
funcignes noéticas y orésic~~~!E~...gQito.cimiento-y- dese.o- Sin embargo, tación cambiante de la. realidad subyacente. Dicho con otros términos
hay una diferencia capital entre los sistemas psicológicos de Wundt y se trata de si conocemos la realidad del fenómeno, la «cosa en sh, ·~
de Brentano que los contrapone e impide cualquier asimilación sintética simplemente percibimos un reflejo fenomenológico del mismo. El racio.,.
de 13.~~mos. La unidad final de todo lo expuesto y experimentado nalista juzga que la razón es el instrumento de acceso a la realidad
por <~unq) está en que considera los fenómenos psicológicos como del fenómeno fundamental, que la sensopercepción únicamente permite
siendo contingentes en el sentido de que, representando simples con- conocer la realidad superficial dependiente.· El empirista, por su parte,
junciones, no dependen, sin embargo, de nada que por sí mismo no sea se opone a esa distinción, y la mayoría de las veces acepta como cono-
contingente:, Idéntica unidad encontramos en la obra de -Brentano, pero cimiento fundamental la realidad sensoperceptiva, tal como hace, por
con la diferencia esencial de que la contingencia. de las conjunciones ejemplo, el conductismo originario de Watson.
(o sea de los procesos de asociación, que ambos aceptan) depende de Si realizáramos un balance de la presencia de racionalismo y empi-
principios racionales que valen· por sí mismos y que no tienen nada rismo en el contexto de .la historia de la psicología moderna encontra-
de contingentes. De aquí que Wundt y Brentano coincidieran en la ríamos que en espíritu resulta predominantemente.empirista' y que está
aceptación y la necesidad de una psicología de laboratorio, de que es directamente influida por el racionalismo cuando alguna parte de su
iniciador el primero, y se ubicaran en campos opuestos en cuanto a la doctrina que proviene de un trasfondo netamente empirista debe ser
interpretación de los hechos y de las consecuencias teóricas o prácticas formulada como discurso coherente o hipótesis. Veamos un ejemplo
que de los mismos derivan. típico. ~enría de las cfacnltades>, que arranca de la distinción que
A lo largo de la historia de la psicología, el psicólogo empirista y hiciera Aristóteles entre sustancia y forma, distiD.ción que no era entre
msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
15
14 ALBERTO L. MERANI

dos entidades separadas, como es común leer en muchas historias de dad concreta de la naturaleza humana como expresión biológica, lo
5
la psicolo~ía cuando se refieren al estagirita, sino que eran caspectos> que ha sido obra del darwinismo dentro de la psic.ología, • queda la
de una nusma y sola cosa, esto es, la distinción entre lo potencial y lo interpretación del fenómeno. humano que es tarea casi exclusiva de las
actual,?ª sido completamente borrada en nombre de la psicología con- ideologías. El fenómeno húmano es producto de hechos sociales Y nada
tiene de común con las interpretaciones axiológicas o existenciales de
temporanea. No obstante, el problema al que concernía reformulado
~s~á. en la base de la psicología diferencial, y tanto que fiancis Galton: los filósofos ni con la biología corpuscular moderna. El hombre es un
miciador de esta rama de la psicología moderna, conserva y emplea la individuo y, por consiguiente, no está pre_sei;te com~ tal en la ~ntro­
palabra cfacultad:.. Todavía más, dentro de un contexto coherente- pología abstracta de la filosofía, que es una smtesis, m en el corpusculo
me~te em~irista ubica muchas de las, concepciones de la clásica y mile-
de la biología, que es un elemento. La síntesis antropológica puede ser
naria teoria de las facultades. Tambien Spearman, el primer sistemati- negada, el corpúsculo aniquilado, y lo que subsiste alguna cosa que no
zad~r de la psicología diferencial, aunque rechaza explícitamente la
es cosa. El individuo, por el contrario, no puede ser negado en sus
teoria de las facultades, adopta conscientemente muchos de sus com- características de época, tampoco aniquilado, porque su esencia, esto
ponentes, como la distinción entre noético y· orético con el uso de los es, su inteligibilidad, es permanente. En consecuencia, al hodmbre. no se
términos Y no. solamente de los conceptos, así como la definición rela- le niega ni se le destruye, sino que se le interpreta en su evemr, que
tivista de factores (facu~tades) en tén'nino de lo que más bien. pueden es un autoconstruirse tarea esta de antropología concreta que corres-
'
ser Y no de lo que son. Podemos agregar como índices de racionalismo ponde fundamentalmente a la psicología. Ahora bien, el f enomeno
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ps1-
dentro del empirismo a ultranza de Spearman el rechazo a un. conte- quico no es un pleonasmo de la experiencia, ni el psicólogo puede
nido elementarista, la consideración de los factores como inmutables analizarlo sin preconceptos, porque como pensador no está completR-
o sea innatos en su perspectiva, y la preferencia bien manifiesta po~ mente libre de ellos en la medida que depende de una ideología, o, dicho
una clasificación jerárquica. de otra manera, del conjunto de ideas que pertenecen a la época, di: --
Si estuviéramos ·obligados a brindar ·una caracterización distintiva pendencia de la que no es consciente porque sin esa actitud de los
entre el psicólogo y el filósofo, diríamos que mientras el filósofo es hombres las ideolog{as no existirían. Es de esta manera y no de otra6
como el psicoanálisis freudiano, con su carácter de teología negativa,
~o~~re de un~ ~ola doctrina; e.s idealista o realista, racionalista o po-
corresponde a la ideología de la burguesía centroeuropea en franca de-
sitivista, el psicologo es eclectico, y aunque no haga ostentación de
cadencia, y el conductismo de Watson, su contemporáneo, a la ideología
eclecticismo éste aparece a fortiOTi en el resultado de sus trabajos. Pero 7
ocurre que la psicología, elaborada por los psicólogos termina por des- del industrialismo norteamericano en emergencia.
y una ideología, en última instancia, prejuzga el significado del
prenderse de ellos y adquiere significado propio. Hoy en día ya no es
descubrimiento, al que pretende poner límites de aplicación y también
s~ber que los psicólogos construyen pacientemente y pieza por pieza,
heurísticos. En efecto, la ciencia ¿dice la verdad o la refleja? Y la
sino estructura conceptual que no se deja encerrar en ninguna doc-
verdad ¿está en la verificación o en la necesidad de la época que las
trina exclusiva aunque sea ecléctica, y dentro de la cual trabajan na-.
ideologías codifican? El trabajo, en su consideración última, es una anti-
tura1:1°ente los psicólogos. Para comprender sus métodos efectivos, para
physi.s, o sea que la realidad de sus efectos 1a encontramos en los
seguir el trabajo de la experimentación y la marcha de. la razón dentro cambios que introduce en la materia, y la ciencia, que recibe un dato,
de la psicología, se requiere coordinar dialécticamente varias filosofías ¿comprueba su existencia o lo rehace, con lo que prueba su capacidad
y diversas ciencias. La psicología resulta de este modo una ciencia con- de poder? Más allá de estas consideraciones, el pensamiento científico
jetural y que depende, tal vez más que cualquier otra de la ideología es también ·anti-logia, rechazo de recibir conceptos, objetivos p;ev.ia-
de la época. '
mente designados, decisi.ón de crear una nueva estructura semantica,
Si aceptamos que una ideología es un pe~samiento teórico que se de sustituir la coherencia obtenida con el dato por una coherencia com-
desarrolla abstractamente, pero que en realidad es expresión de hechos probada. En una palabra, la ciencia produciría fenómenos en lugar ~e
sociales de los cuales quienes la construyen no tienen conciencia o por registrarlos. Con una expresión de Bachelard, que a menudo se repite
lo menos no se dan cuenta en cuál medida determina sus pensamientos con formas diversas, «la ciencia no es .una fenomenología, es una feno-
comprendemos fácilmente la dependencia ideológica de la psicología. ~ ª
menotécnica», lo cual haría que la ciencia por excelencia de nuestra
efecto, el ·hecho psicológico está determinado· por el hombre, por su época, la física, no sea una ciencia de fen6menos. sino de efectos
existencia en sí, como categoría zoológica, y por sus modos .de acción investigados sin que fenómenos semejantes hayan sido encontrados en
que son sociales, de manera que una vez asentada y aceptada· la reali-
...
16 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 17

la experiencia. Este corrimiento de la ciencia contemporánea, que re- una filosofía concreta del hombre. En Kant y en Maine de Biran ·el•
' chaza en la prehistoria los datos sensibles, ¿representa una ruptura hecho aparece indudable. Para Kant, la teoría· general de la habilidad~
con la ideología reinante o es su aceptación como reordenadora del humana está en relación directa con una teoría de la sabiduría. Tanto
orden sintáctico del conocimiento? Es evidente que la respuesta no en su discurrir como en el de Maine de Biran, la psicología aparece al
puede provenir de una ciencia que· piensa con los aparatos. en l~gar nivel de una. teoría general de la habilidad, es instrumentalista, y al
de emplear los órganos de los sentidos, y naturalmente el mteres se margen del conocimiento. En tanto no podamos definir esta psicología
vuelca en procura de la misma hacia el conocimiento del hombre, antro- por una idea del hombre, situarla en el contexto de la filosofía y .de la
pológico o psicológico. En efecto, si la prueba cien~ífica e~ trab~jo ciencia, no se puede impedir a nadie llamarse psicólogo y denominar
porque reorganiza el dato, porque provoca efectos sm ~~u1valen~~as psicología lo qué hace. Este status mal definido tanto del lado de la
natura~es, porque construye sus propios órganos de percepc~on Y ~c~1on, filosofía como de la ciencia y de la técnica, introduc~ un motivo de
·cuál es el papel que en semejante contexto cabe a la ps1colog1a. La confusión en la historia de la psicología. Nada ímpide naturalmente al
dLscusión está por ·comenzar; antes de haberse formalizado el ~lan.;. epistemólogo de continuar interrogándose acerca de los fundamentos
teamiento de su carácter de ciencia y del tipo a que. corresponderia, se del conocimiento psicológico, ninguna interdicción sanciona al que
erigieron los dogmas del fracaso definitivo y del éxito definitivo> Los define, m,otu propio, su quehacer como psicología, y el historiador de
buscadores de efectos, que en los últimos tiempos son la mayo:ia de la psicología descubre que se encuentra frente a un problema metodo-
los psicólogos, amarrados por la ideología del momento, encammados lógico fundamental. Si lo descuida, o con cierto cinismo provisorio lo
por un afán fisicalista, se han dedicado exclusivamente al terreno de la pone entre paréntesis, cae dentro de la crónica anecdótica con disfraz
eficiencia. Trabajan en base de un acuerdo discursivo que excluye la de historia.· La · psicología aparece en sus páginas como conocimiento
cÍiscu5ión del hombre como ·dato a reinterpretar y cuya n~turaleza suplementario que bien' pqdría integrarse, como postulaba Comte, en
aceptan como dada de. una vez para siempre. Para ellos, el hombre ~s la biología y la .. sociología, o como género literario cuyos significados
una teoría materializada y actúan en base de un pretendido determi- deben interpretarse ~omo una «fa~on de parlen sobre el hombre y sus
nismo universal, como si el hombre de las circunstancias fuera defini- problemas. Así, cuando llega, por ejemplo, a la psicología de la reacción
tivamente el hombre, y como si ·un determinismo univer~a~ no fuera el y del comportamiento, de los siglos XIX y xx, doctrina que pretende -
determinismo de lo insignificante. De este modo, el ps1cologo muy a erigirse en independiente separándose abruptamente de cu.alquier idea
menudo se encuentra agarrotado por su propia labor Y es incapaz de · del hombre que vaya más allá de los datos brutos de la biología y la
respónder a la pregunta muy símple del «dime. a q~é tien?e~ ~ara que sociología, solamente puede presentarla a través de la recurrencia de
yo sepa quién eres». La finalidad de su invesb~ac1on esta. ~nicamen~e sus resultados acerca del comportamiento sobre los resultados que úni-
preinscrita en los preconceptos de una ·ideolog1a que le exige definll" camente ella obtiene, y la cuestión de historia ¿dónde ubicarla con sus
y comprender dentro de límites axiom,áticos precisos y estr~~hos. Impo- resultados? se resuelve con la antihistórica solución de crearle arbitra-
sibilitado de cumplir una tarea científica de reestructuracrnn del dato riamente un lugar y un campo específicos dentro del conocímiento ge-
hombre, de analizar objetivamente los hechos y las normas que com- neral del hombre. La historia de la .Psicología se resuelve por este ca-
porta la idea de hombre, el psicólogo suplanta la psicolo~ía, como saber, mino en «historias paralelas» de las «psicologías», o, mejor dicho, de
por una élite corporativa de especialistas que determina con sus. de- una multitud de proyectos metodológicos cuya unidad, como propu-
cisiones su misión y objetivos. A la pregunta ¿quién reglamenta la siera Daniel Lagache,1° se busca en su definición posible como teoría
competencia para analizar al hombre como viviente que se autocons- general de la conducta, síntesis de los proyectos experimentales, c11-
truye?, responde sin más «es misión del psicólogo». nicos, psicoanalíticos, psicosociales y etnológicos. Esta «unidad» semeja
Esta concepción corporativa de la actividad del psicólogo Y de los más bien a un pacto de coexistencia pacífica concluido entre profesio-
fines de la psicología excluye a ésta del campo de la ciencia y la trans- nales que a una esencia lógica, producto del descubrimiento de una
forma . en instrumento. ¿Instrumento de quién? Los hechos prueban constancia en una variedad de casos.
que de la ideología, que soberana determina los caminos de la inves- Bien miradas las cosas, se podría concluir que cualquier intento de
tigación psicológica, la necesidad de considerar problemas, y establece una historia verdadera de la psicología estaría destinado al fracaso.
los criterios de hecho y de verdad.9 La historia de la psicología se nos Mas nuestro punto de vista, que nos autoriza a escribir una historia
presenta como el desarrollo de una antropología, esto es, ~in ~as inter- de la psicología, exige un proceder de investigación especial: buscar
pretaciones ambiguas que hoy por hoy se suelen dar al termino, como en la unidad del concepto de hombre proyectos que se encuentran y

2
18 ALBERTO L. MERANI ffiSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 19

descubrir, cuando trascienden la situación que los suscita, en qué me- con el objeto de la ciencia. El objeto científico .está constituido por un
dida sus consecuencias dejan de ser circunstanciales y apuntan a la discurso metódico directo sobre el objeto natural; la historia de la
elaboración de una antropología concreta. Encontrar una respuesta a ciencia se ejercita sobre objetos secundarios, que no son naturales sino
esta pregunta se convierte en la necesidad de bosquejar una historia culturales y que en gran parte no derivan del ·objeto natural. En efecto,
de la psicología; pero, bien entendido, no se trata únicamente de pun- el discurso histórico tiene por base la historicidad del discurso cien-
tualizar sus Ol'.ientaciones, sus relaciones con la historia de la filosofía tífico, y en la medida que este discurso representa la interiorización de
y de la ciencia, lo cual sería necesariamente una historia teleológica, sino un proyecto realizado, su ulterior expansión, los accidentes por que atra-
de establecer los avatares del único y gran personaje· de esa historia: viesa los obstáculos que debió superar, las crisis que lo afectaron, o sea
el concepto de naturaleza humana en su evolución de lo abstracto a le> los ~omentos de juicio y de verdad que precedieron y sucedieron al
concreto, y de. las implicaciones teóricas y prácticas que del mismo descubrimiento, a la teoría, hasta su afirmación u olvido.
se desprenden. Proceder de otra manera sería rastrear hasta los orí- Sin duda en muchísimos casos un objeto natural es también objeto
genes planteamientos particulares para reunir sincréticamente sus con- especial de 'experiencia corriente y de percepCión de la cultura; pero
secuencias disciplinarias y metodológicas, de por sí tan dispares y de este objeto se ocupa el discurso de la ciencia en tanto que natural
dispersas. y el discurso de la historia general en cuan.to a su significado dentro
de una cultura o de las etapas de evolución de la humanidad. Así es
2. El sujeto en la historia de la psicalogía. - De los historiadores como los cristales, desde el momento en que la cristalografía, la óptica
de la ciencia, el historiac;lor de la psicología es el que se enfrenta di- cristalina, la química mineral se constituyeron como ciencias, poseen
recta y únicamente con ~l ,problema del historicismo o antihistoricismo una naturaleza que pasa a ser objeto de la ciencia de los cristales Y
del sujeto del saber cuya._historia escribe .. Las ciencias de la naturaleza queda de lado, para otro tipo de historia, la naturaleza de los mine-
están libres de este planteamiento; el sujeto de sus investigaciones rales dentro de las actividades sociales, la historia de la cultura, o de
corresponde directamente a la physis, y la cuestión de la historicidad la explotación minera, de su uso o significado cultural. La historia de la
o antihistoricidad corresponde al análisis de las ideas y de los con- piedra como instrumento de la civilización está al margen de la historia
ceptos, sin que afecte la materia analizada o interpretada. El físico, el de la cristalografía.u
biólogo, el químico están, como científicos, sometidos a la pugna y pre- Además la historia de la ciencia como género aparte tiene un ori-
sión de las ideologías, son hombres de sus épocas, pero la «materia> '
gen relativamente '
reciente, pues se remonta al siglo xvm, epoca cuando
que estudian, sea fuerzas, células o moléculas, no está determinada, recién aparecen las condiciones históricas de posibilidad que le permi-
e.orno tal, por ningún contexto histórico. Entre el concepto de átomo ten adquirir carácter de género literario, y que, según Canguilhem,12
de Demócrito y Leucipo y la moderna teoría atómica media un abismo fueron dos revoluciones científicas y dos revoluciones filosóficas. En
histórico; tomado lo histórico como evolución del pensamiento concep- matemáticas la geometría algebraica de Descartes primero, después el
, ' l
tual, pero los átomos en sí, como expresión de un fenómeno, han per- cálculo del infinito de Leibniz-Newton; en mecánica y cosmolog1a, os
manecido invariables. Lo único que cambió, aun en el supuesto de Principes de Descartes y los Principia de Newton. En filosofía, o mejor
que los griegos hubieran podido observar los movimientos atómicos en dicho en teoría del conocimiento, lo cual para el discurso científico
una hipotética cámara de Wilson, es la historia de los conceptos en equivale a decir teoría del fundamento de la ciencia, el innatismo car-
función de los datos encontrados y de los efectos comprobados. La cé- tesiano y el sensualismo de Locke. Estas dos revoluciones permitieron
lula que concebía Virchow no se asemeja en lo más mínimo a la célula comprender por primera vez que las ciencias son discursos críticos 'Y
de la biología corpuscular y, sin. embargo, comG. objeto de la naturaleza, progresivos para la determinación de aquello que, en la experiencia,
la célula continúa invariable. Este objeto natural, aparte de cualquier debe ser tenido poT real. únicamente de tal manera es como resulta
discurso sobre el mismo, no es, bien entendido; el objeto del historiador claro que el objeto de la ):listoria de la ciencia es un objeto que no está
de la biología. La naturaleza misma no es considerada como objetos y dado, y para cuyo desarrollo se requiere más todavía: que sea un objeto
fenómenos por los historiadores de la ciencia, porque la ciencia es lo inacabado. Antes del siglo XVIII, la «historia> de la ciencia era la histo-
que constituye su objetivo desde el momento en que habiendo i~ven­ ria natural de un objeto cultural acabado, y se identificaba con la des-
tado un método consigue elaborar proposiciones y una teoría de su cripción de los hechos científicos a la manera de Plinici el Viejo (23-79),
conocimiento que debe ser verificada, corregida o rechazada. Es bien "
"., del cual nos han llegado !os 37 libros de su Naturalis historia, registro
evidente que el objeto de la historia de la ciencia nada tiene en común acucioso de todo lo que se decía sobre el objeto de la ciencia, de quie-
1

1
!
20 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 21

nes lo decían, sin establecer críticamente lo que podía ser tenido por mos que hacen de un sujeto histórico: el hombre, el sujeto de la ciencia
real o no. La teoría aparecía contenida en la teoría del conocimiento que historian. La naturaleza humana aparece en sus libros como una
común o absorbida por el sentido común. hipótesis metafísica cuya verdad, de acuerdo con la concepción antigua
Todavía hoy, y demasiado a menudo, la historia de la ciencia, de la ciencia, buscan en principios absolutos que creen definitivos y
incluida la psicología, es pensada y escrita como una historia natural. que algunos, como Alexander y Selesnick,18 llegan a identificar con los
Unas veces porque ·se identifica la ciencia con los científicos, y a los postulados de una doctrina: el psicoanálisis. El real, afirma Ullmo, no
científicos con su biografía, civil o académica, de manera que siempre es una hipótesis metafísica, sino un instrumento de pensamiento, la
se sacan consecuencias, como por ejemplo para el futuro posible de la hipótesis de trabajo por excelencia para la ciencia en acto.19
quúnica, del hecho que Lavoisier fuera «fermier générab y que la Re- -· Al mismo tiempo, el historiador debe comprender que la ciencia
volución lo guillotinara, de que R<intgen o Einstein no tuvieran grado busca en el real sus objetos, los construye, los elabora dentro del
universitario, etc. ·Otras veces ocurre que se identifica la ciencia con mismo, y que no los' encuentra «hechos>, dados en la percepción o en
sus resultados, y los resultados con su enunciado pedagógico actual, la experiencia inmediata. El mundo de la ciencia es una construcción
de manera que pareciera que teleológicamente los hechos científicos lógica con materiales del real: cualquiera sabe que la física es la ma-
estuvieron ab initio dirigidos por vías convergentes y con una progre- tematización de la naturaleza, y todo científico de la nat~ale:z:a acepta
sión absoluta hacia los enunciados pedagógicos actuales y los resulta- hoy en día que cuando la ciencia define no son los objetos mismos los
dos técnicamente útiles hoy en día. Es la imagen de la ciencia como definidos, sino que se trata de una definici6n ope-ratoria, porque la
cbenefactora> de la humanidad.. · · verdadera definición de un concepto no se hace en términos de pro-
Si bien la teleología dentro de la historia de la ciencia es su pri- piedades, sino en términos de operaciones efectivas,20 lo _cual comporta
mera y mayor negación, no lo es menos cuando se hace un registro el.postulado de la repetición. Se requiere que cualquiera pueda repetir
cronológico de los resultados del saber y se insiste. en sus mínimos las operaciones y llegue a las mismas comprobaciones que inicialmente
detalles sobre la labor de los epígonos o de quienes con sus técnicas estuvieron comprendidas en ellas. Este hecho, fundamental para el
colaboraron en la realización de proyectos. Es verdad que Descartes experimento científico, abre un abismo entre la experiencia científica
necesitó de Ferrier para tallar cristales ópticos, pero fue él quien ideó considerada cexacta> y cualquier otro tipo de experiencia, como por
la ,teoría de las curvas a obtener con la talla. ¡También Wolft, el perro ejemplo la introspectiva, peculiar de la psicología. Dentro del contexto
de Rontgen, fue el único testigo del descubrimiento de los rayos X! de las ciencias físicas, la introspección es rechazada por irrepetible y
No cabe duda que una historia de la ciencia no puede ser una crono- de ninguna manera como irreal, lo cual crea a la psicología y a sus
logía de los resultados del saber, tampoco una pragmática. En este historiadores lo que Poincaré caracterizaba como «dificultades inextri-
último caso, la historia de la psicología se convertiría en futurología cables>.21 En efecto, .si las cualidades elementales (calor, forma, peso,
que tiende a esclarecer el porvenir del hombre por el conocimiento de etcétera) las debiéramos a sensaciones inmediatas, la introspección
su pasado. La historia de la ciencia concierne a una actividad axioló- caería dentro del conocimiento sensoperceptivo ·trivial y no sería más
gica, la búsqueda de la verdad, que no es un lugar teórico natural en qúe la expresión de un sentimiento interno oscuro y aleatorio que de
el cual esta o aquella. ciencia irían a ubicarse, sino que es particular ninguna manera correspondería a una operación efectiva. En este caso,
y se encuentra en la historia misma de cada ciencia y determinado por
si el historiador de la psicología trabaja en función del concepto de
los interrogantes teóricos planteados por la práctica científica en su ciencia exacta, está obligado, como los historiadores antes citados, a
devenir, como ha visto con claridad Althusser.13 De aquí que la fun- dejar fuera de la historia de ia psicología la introspección, y con ella
ción del científico y la del historiador, aunque ambos papeles coincidan largos y fecundos períodos de actividad, Es de esta manera como
en el mismo individuo,· sean diyersas frente al problema del cono- Maine de Biran aparece reducido al papel de un escolástico en medio
cimiento y al mismo tiempo representen, cuando a uno falta la pers- · de un saber que se vuelve experimental, y se infl.a desmesuradamente
pectiva histórica y al otro el equilibrio científico, la fuente de muchos el significado de la psicofisiología, sin comprender que en realidad su
errores. Por ello en algunas historias modernísimas de la psicología, valor operativo reside en el hecho de que se trata de una física senso-
como son las de Reuchlin,14 Mueller,15 Thomson,16 O'Neil,17 encon- rial y no de una psicología con el sentido de antropología concreta.
tramos tanto la actitud del pensador científico que ve al sujeto de Esos historiadores no alcanzan a comprender que desde la demostra-
demasiado cerca, o solamente ve una parte, o la del historiador o del ción por Piaget, 22 de que las cualidades elementales resultan de la
filósofo a los que falta la percepción profunda de los diversos mecanis- coordinación progresiva de acciones repetidas del cuerpo, cualquier co-
22 ALBERTO L. MERANI HIS'IORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 23

nocimiento proviene de nuestras acciones, y que la acción introspectiva Roy a propósito del nominalismo operatorio, reacción curiosa dentro de
es, en consecuencia y de la misma manera que la medición en física, la reflexión epistemológica contra el exceso de cientificismo en el rea-
una definición oper¡¡toria que tiene su lugar gnoseológico particular lismo operatorio. No hablaremos del nominalismo, que se resuelve en
.dentro de la psicología. un exceso de convencionalismo y resulta en fin de cuentas una doctrina
Este proceder en la historia de la psicología no representa la actitud paradoja!, pero sí queda en pie la cuestión del hecho bruto y del hecho
de un verdadero historiador, sino la defensiva de un psicólogo apabu- científico, que en psicología asume importancia muy particular. En las
llado por el predominio soberano de las ciencias físicas modernas, que ciencias físicas y naturales, el hecho bruto adquiere sentido con la
constantemente usurpan sus dominios y le imponen soluciones. Con un teoría que le subyace, en las experiencias e instrumentos que permi-
ejemplo de nuestros días, la psicología está sometida al asalto de una tieron encontrarlo. No se trata de la realidad supuesta de un hecho
ciencia nueva derivada de la física más clásica: la cibernética, que al (un rayo, una comunidad ecológica), sino de la presencia de un fenó-
estudiar los mecanismos autorreguladores y las máquinas electónicas meno en función de una teoría rudimentaria, confusa casi siempre,
aptas para el cálculo analítico y provistas de cmemoria>, pretende y que en cualquier caso se revela como conocimiento precientífico.25
encerrar en su dominio las funciones mentales, de las que procura Por consiguiente se· puede afirmar que los hechos brutos no existen
encontrar los censamblamientos:. y la cfuncionalidad>. Entonces el psi- fuera de una actividad previa del espíritu: todo lo que conocemos de
cólogo cae en una trampa y convierte a sus objetos naturales, para de- la naturaleza, cualquiera que sea el fenómeno, su contenido o expresión,
fenderse del reproche de que no hace ciencia, en objetos metafísicos a nos es conocido a través de una elaboración cultural. Ni el más primi-
los que puede dar apariencia de seres objetivos, y a su vez el historia- tivo de los humanos, frente a la lluvia o la oscuridad, las conoce sin
dor que no se detiene en semejante artilugio determina valores inexac- recibir el conocimiento dentro del contexto de una elaboración aunque
tos dentro del contexto gnoseológico de la psicología. Los trabajos de sea mágica o mítica del conocimiento. Esto equivale a decir que frente
Spearman están, por ejemplo, exactamente de acuerdo con el esquema a la negación del hecho científico por el nominalismo, que sería «fabri-
que acabamos de exponer. En ellos el espíritu humano está tratado cado> por el investigador, debemos aceptar la realidad de. los hechos
como un objeto científico, constituido por un conjunto de seres objeti- encontrados por la experiencia científica, y de los sujetos que los sus-
vos que son el factor general G y los factores específicos s relativos a tentan, realidad de la misma naturaleza que la de. los objetos vulgares,
cada individuo. Son parámetros en las correlaciones repetibles entre únicamente que más preci.sada, más definida, mejor verificada.26
varias aptitudes; correlaciones repetibles porque se expresan siempre En la psicología es curioso comprobar la situación peculiar, y que
por la misma fórmula, cualquiera que sea el grupo de individuos estu- hasta hoy no ha sido señalada por ninguno de sus historiadores, de la
diados. Para comprender hasta qué punto Spearman hace cfisicismo> 23 negación del hecho bruto primero, y de su reintroducción posterior
en psicología, nada mejor que citarlo in extenso: cPrimero se debe como categoría pretendidamente superior al hecho científico. En efecto,
destacar que el factor general G no es algo esencialmente concreto, la psicología experimental se inicia negando lo que llamamos hecho
sino solamente un valor o una magnitud. También se debe destacar bruto al negar cualquier significado a los resultados de la introspección
que las medidas que conciernen a esta magnitud no fueron definidas y de la experiencia mística. Al descalificar a ambos procederes como sub-
especificando en qué consiste esa magnitud, sino solamente indicando jetivos y carentes de significado gnoseológico científico, por su forma in-
dónde se la puede encontrar. únicamente personifica ese constituyente, tuitiva, desecha al mismo tiempo sus resultados, que relega al archivo de
de cualquier naturaleza que sea, que es común a todas las aptitudes y las supersticiones. A principios de siglo, esta reacción es tan grande que
satisface a la ecuación tétrada. Es precisamente a esta definición de G Watson al estructurar el conductismo, ·expresa que únicaménte utili-
por su posición más bien que por su naturaleza, en la que pensamos zará el' vocabulario de las ciencias naturales, sus métodos, y que de
cuando. dijimos que su determinación era únicamente objetiva. En el todos los fenómenos psicológicos sólo a uno considera natural y digno
peor de los casos podemos encontrar o no encontrar razones para con- de tratamiento científico: el comportamiento. La conciencia, por ejem-
cluir que G mide algo que es legítimo llamar inteligencia. Sin embargo, plo, que no puede explicar con la interacción estúnulo-respuesta, queda
tal conclusión no constituirá jamás la definición de G, sino solamente fuera de su esquema como resabio de un pasado mítico del saber o,
una comprobación de su sujeto.> 24 • a lo sumo, como ilusión filosófica. Toda la psicología de la eficiencia
Por último, sólo nos queda por considerar las repercusiones en la asienta después sobre este procedimiento y desconoce directamente al
psicología y en su historia, del sujeto científico considerado como hecho bruto. Pero he aquí que el sujeto de la psicología es mucho más
hecho bruto y hecho científico, distinción que planteara Edmond Le grande que ese lecho de Procusto, y que lo amputado no adquiere por
24 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 25

ello carácter de inexistente y se reintroduce. Primero aparece en los hacerlo porque en una relación repetible los términos en relación co-
planteamientos psicopatológicos,21 luego con el renacimiento· de la rresponden a los fenómenos o hechos, los parámetros constantes a los
metapsíquica bajo la denominación de parapsicología, para cobrar al objetos, aunque en una relación repetible el objeto pueda convertirse
mismo tiempo carácter de búsqueda esencialista con la· simbología de en fenómeno de otra.
Carl Gustav Jung, y finalmente recubrirse cor.. apariencia de hecho . Esta situación fundamental y epistemológicamente comprensible está
científico en las investigaciones. de la psicosoci,ología, ya sea en la orien- esclarecida en las ciencias de la naturaleza gracias a una definición
tación analítica de la escuela americana o la estructuralista de Lévy- precisa del concepto de causalidad. En psicología, por el contrario, este
Strauss. punto de arranque de la ciencia moderna continúa nebulosamente
imbricado y confundido con otros dos conceptos no menos fundamen-
3. Ca'USaliclad, determinismo y verdad. - El problema de la causa- tales: el de detenninismo y el de verdad. En efecto, en .la física la
lidad, el determinismo y la verdad está satisfactoriamente planteado en
., .
umon casi necesaria que establece entre el antecedente y el conse-
'
la ciencia contemporánea, pudiéndose afirmar que cada uno de esos cuente aparece completamen.te necesaria cuando el gran número de
tres aspectos está deslindado dentro del discurso epistemológico y su sistemas simples combinados y la aproximación limitada de las obser-
discusión libre de los galimatías que hace un siglo o menos pudieron vaciones permiten descuidar las fluctuacioneS: Se obtiene entonces la
introducir confusiones heurísticas. Fue principalmente por la tarea de concepción de una determinación rigurosa del porvenir por el pre-
estructuración de la física contemporánea que se llegó a tales resulta- sente entrañando posibilidad perfecta. Se trata de un determinismo de
dos. Y si gracias· a ello un físico, un químico, un matemático o un bió- estados globales que ha sido precisado por la mecánica estadística apli-
logo pueden decir ahora· que lo transformado por la ciencia después cada a la teoría atómica.31 Sin embargo, basta con introducir lo que
de una centuria no. es únicamente el conocimiento sino el pensamiento en psicología nosotros denominamos estructuras' conscientes,a2 desig-
mismo, la suma de a priori sobre la que construimos la imagen del nando así, por ejemplo, el rechazo motivado a determinados aprendi-
mundo, y que sin darse cuenta la gente una mutación se produjo ante zajes, para que se produzca un hecho muy importante: la indiferencia
nuestros ojos; mutación intelectual gracias a la cual son posibles las de las conclusiones en relaci6n con los estados globales (causalidad y
nuevas interpretaciones de la naturaleza. Lo mismo no puede afirmar determinmno del aprendizaje) frente a las propiedades supuestas para
por desgracia el psicólogo. en relación con su saber porque su discurso los sistemas simples que los constituyen (estímulo y respuesta). El mismo
sobre el hombre, aunque tienda a insertarse dentro de los marcos de la fenómeno podemos observar!~ en todo lo relativo al problema· del ca-
ciencia moderna, presenta sorprendentes anacronismos epistemológicos. rácter Y la personalidad en relación con la simplificación estadística de
Esta situación, que corresponde al epistemólogo de la psicología las tipologías..se trata, en todo caso, que en la psicología algunas pro- ·
aclarar,2s repercute de hecho en la historia de la psicología, puesto que piedades .de los conjuntos son independie,ntes {la conciencia, por ejem-
no solamente plantea diferencias de grado sino también de naturaleza plo) y solo contienen en relación con el conjunto la afirmación de la
entre objetos científicos que nos parecen permanentes, como un reflejo complejidad del mismo. Todavía podemos ir más lejos, y es introdu-
en biología, y la relación estímulo-respuesta en la teoría del aprendi- ciendo una alternativa para esta interacción: ¿la relación estímulo-
zaje de Skinner, o transitorios, como un estadio de crecimiento y otro respuesta, o carácter-personalidad, seguirá con la intervención de la
de desarrollo. En estos casos únicamente conocemos al ser por la acción conciencia una ley determinista o una probabilística? De manera simple
y ·ai objeto por las relaciones en que se encuentra con otros objetos, y llana, esto quiere decir: si «concebimos:. que la estructura interna
interrelaciones estas que a la vez que· 10 revelan fo modifican. 29 De del estímulo y la respuesta, del carácter y de la personalidad, sea per-
este modo, y a manera de ejemplo, como hay sólo una diferencia de fectamente conocida, y las condiciones espacio-temporales de su rela•
grado entre el color del· hilo de cobre (tipo de cualidad permanente ción perfectamente definidas, ¿su separación después de la interacción
para el conceptualismo vulgar) y la intensidad de la corriente que lo ocurrirá siempre de manera idéntica o habrá diversas posibilidades?
recorre, efecto de la relación del objeto con un campo de luz que lo ilu- Lo que aquí nos interesa no es la respuesta al problema, que en nues-
mina, el cual modifica al objeto por las excitaciones de moléculas (efecto tro ejemplo diverge en el conductismo y el neoconductismo, en la
Raman) o de átomos y los efectos fotoeléctricos que entonces . se pro- Ges:alt, en las biotipologías y .las psicotipologías, étc., sino que el
ducen, habría entre el reflejo y la relación estímulo-respuesta también hectio de la respuesta no es indiferente para la historia de la psico-
una relación de objeto y de hecho. Pero, como ya destacara Bergson,80 logía, porque para establecer el probabilismo nos- basta con saber
objeto y hecho no se distinguen radicalmente. La física de hoy puede cuántas complexiones lo realizan, y para establecer el determinismo,
26 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 27

c6mo una de esas complexiones se realiza. Con otras palabras, si el hicieron antropología sin antropocentrismo. En efecto, cuando Darwin
problema en las ciencias físicas es el del indeterminismo esencial o publica en 1871 La descendencia del hombTe, su idea de establecer la
determinismo de las interacciones últimas, para la psicología se tr~ta identidad naturalmente fundada de las dos relaciones de anterioridad
del indeterminismo esencial o determinismo de las interacciones pri- a posterioridad y de inferioridad a superioridad, establece el primer
meras. En tanto para las ciencias físicas es un problema de conse- sistema de antropología expurgado sistemáticamente de antropocen-
cuencias, para la psicología es de antecedentes. De aquí que el histo- trismo. No obstante, la confusi6n que hasta entrado nuestro siglo reinó
riador de la psicología deba apartarse de la visi6n ya clásica desde al respecto en la biología, hizo olvidar que Darwin mismo había reafir-
hace medio siglo del historiador de la ciencia y ubicarse en una pers- mado el antifinalismo de La descendencia, al publicar en 1872 La ex¡yre-
pectiva diversa so pena de falsear los resultados. si6n de las emociones en el hombre y en el animal, base de lo· que con
No obstante, con esto no se agota la cuesti6n, que exige mayor el correr del tiempo sería la psicologfa comparada y que representaba
precisi6n si queremos justificar nuestra nueva manera de encarar la una alerta contra las teorías evolucionistas de Spencer y de Lewes, que
historia de la psicología. Hasta ahora hemos expuesto el problema de fueron las que privaron en la psicología de fines del siglo pasado y
la causalidad conjuntamente con el del determinismo, pero para nuestro comienzos de éste, reafirmando el finalismo psicol6gico con la intro-
objetivo es necesario separarlos. La causalidad es una exigencia fun- ducci6n de un finalismo evolucionista que, apoyando las reservas de
damental de la raz6n humana que afronta al mundo exterior y pro- Wallace concernientes a· la acci6n de la selección natural sobre el
cura darse cuenta del mismo.33 Propia tanto de los objetos vulgares desarrollo del hombre, hicieron que la psicología se aferrara cada vez
como de los científicos, está en la base de cualquier conducta humana más al finalismo y se apartara de la causalidad como «relación satis-
y es condici6n de su éxito como ajuste a la realidad. Los estudios de factoria para el espíritu entre las etapas sucesivas del devenir», de lo
psicología animal demuestran que es, precisamente, la exigencia de la cual es ejemplo típico el psicoanálisis y, sobre todo, en su aplicación a
causalidad la que distingue las conductas humana y animal, y sin duda la psicología infantil. Por otro lado, una parte de la psicología, o, mejor
de la exigencia de esta conducta naci6 la ciencia, cuando adquirió el dicho, aquélla de orientación conductista, se aferra estrechamente a .la
conocimiento de las formas de la causalidad, esto es, de reglas que causalidad. Mas su problema no es el de la causalidad que hemos defi-
explican en la sucesi6n de los hechos una relaci6n de antecedente y nido, sino el de la causalidad como determinismo universal. En efecto,
consecuente que elimina cualquier sospecha de ~tencionalidad en los con Laplace y Poisson, a comienzos del siglo pasado, se llega a consi-
mismos, como es el caso del animismo. De este modo la causalidad se derar al mundo como una. máquina, con lo cual se introduce la con-
nos aparece como el motor mismo de la investigaci6n y la exigencia cepci6n de un determinismo del Universo que retoma con sentido me-
racional más profunda del conocimiento científico. Hoy por hoy, nadie canicista ideas ya presentes en el siglo XVIII y presentadas entonces
discute de que únicamente el pensamiento.asentado en el concepto de º
con los nombres de fatalidad o de necesidad. 3 Así se instaura una
causalidad merece el calificativo de racional y de científico. Afirmada afirmación totalitaria que, en su fondo, es ajena a la ciencia porque
primero en la física, la causalidad como concepto riguroso y necesario representa una hipótesis metafísica, y se introduce una confusión entre
entr6 tardíamente en la biología y, sobre todo, en las ciencias del hom- el determinismo como metodología científica, de 1a que al mismo título
bre. En biología, la afirmación más explícita, entre las primeras, per- es un ejemplo el de la entropía universal,' y .el mecanicismo como dogma.
tenece a Claude Bernard,34 al afirmar que dicha ciencia resulta del Lo que históricamente engendró esta confusión fue, sin duda, el pre-
método científico, contra los que pensaban que los caracteres propios dominio de la mecánica en el siglo xrx, predominio que en la segunda
de la vida introducían en ella imprevisibilidad, una singularidad irre- mitad de dicho siglo fustigara Cournot 37 entre los primeros.
mediable de los procesos, que convertían al método científico en impo- La diferencia radical y que a nosotros nos interesa entre ambas for-
tente para el caso.35 El finalismo implícito en los estudios de biología mas de determinismo es que la primera se opone a una concepción
se reafirm6 en el campo psicol6gico, cuya tendencia general era fina- metafísica del azar como contingencia pura, como ley de lo arbitrario,
lista, con la aplicaci6n del darwi'nismo. No se trata ahora de discutir la y que la segunda violenta al espíritu al negar su intuición de libertad,
influencia de la teoría ·de la evoluci6n sobre la psicología, hecho que la que arruina con una previsibilidad absoluta. Es evidente que si
veremos en su momento, ni tampoco plantear el problema del fina- únicamente existen interacciones mecánicas previsibles, no queda lugar
lismo en Darwin, sino de establecer un hecho epistemol6gico funda- para la espontaneidad humana,as y esta confusión clarificada en la fí-
mental: que el darwinismo entró en la psicología por obra de epígonos sica y la matemática por los estudios sobre el azar 39 perdura en la
de Darwin, sobre todo de Haeckel, que a diferencia del maestro no biología y la psicología. Con respecto a la biología, el problema ha sido
23 ALBERTO L. MERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 29

º
recientemente planteado por Monod; 4 en la psicología, a pesar de re- un absoluto anterior a cualquier experiencia y a cualquier pensamiento
petidas advertencias de Henri Wallon, 41 el determinismo universalista humé\Ilo, chocó inevitablemente con el método científico que buscaba
actúa con la tendencia a elaborar una concepción pesimista del fenó- una relación, y quería deliberadamente ignorar lo absoluto. La ciencia
meno humano , en la cual la conciencia aparece como un reflejo pasivo que se elabora en el siglo XIX requiere de una norma para juzgar del
1 ,
sin alcances ni significación posibles. Naturalmente, esta antropo ogia valor de lo que realiza, y muchos fueron los intentos para encontrarla
se acompaña de una psicología que subordina radi,calmente .los he~?s fuera de los criterios brindados por la idea de verdad. Es de este modo
de conciencia al devenir mecánico de la fisiologia de la mteraccion como Mach 44 propone la «economía del pensamiento» como criterio,
estímulo-respuesta como procede el conductismo, de las «pulsiones:. y el pragmatis~o los conceptos de utilidad o de comodidad. No obs-
instintivas y de la líbido como pretende el psicoanálisis, de la adecua- tante, esa norma, y lo saben todos los' epistemólogos, está aún brin-
ción preformista de las estructuras biológicas y psicológicas que afirma dada por la idea d~ verdad, que aunque parezca paradójico debe
b Gestalt, o, en última instancia, de la conciencia «epifenómeno»; como encontrar su definición y su criterio en el seno mismo de los campos
aparece en toda la psicología de la efici.enci~, c':alquiera que s;a su científicos donde actúa.411
orientación doctrinaria. Estas consecuencias, implicadas en la tesis del Mientras espíritu y realidad fueron admitidos como entidades inde-
determinismo absoluto .Y que actúan en psicología, son, aparte del pro- pendientes y separadas, se requería una noción de verdad absoluta
blema de an~lisis epistemológico, 4 2 punto de referencia crucial para previamente establecida para que sirviera de punto de referencia a su
la historia de la psicología. En efecto, si el historiador de las ciencias unión en el conocimiento. Por el contrario, cuando se llega a concebir
físicas y matemáticas apenas está obligado a referirse al problema que espíritu y realidad se constituyen y unen por el esfuerzo del
como ruptura epistemológica superada, el de la, P!licología n? pued~ conocimiento,46 la verdad se vuelve relativa a la simultaneidad de la
soslayarlo al considerar el status de la psicolo~ia contemp?r~ea. S1 conquista del pensamiento y del mundo, o, con palabras de Ullmo 47
prescinde de su importancia, su estudio no refleJa la tr~bazon interna «significa el éxito de esa conquista». En consecuencia, la verdad se di-
del conocimiento cuya evolución despliega ante los OJOS del lector. cotomiza y cobra dos aspectos: uno que juzga del valor del cono-
Ningún historiador contemporáneo de la psicología se detiene o por cimiento ohjetivo por medio de la verificación y la coherencfo., que son
lo menos se acerca al problema; todos lo ignoran y sus historias se mecanismos de su interioridad, inherentes a la cuestión misma; otro
transforman así en antihistoria. que juzga de la actividad racional del sujeto que piensa por medio de
·Desde siempre la crítica interna de la ciencia denunció la existencia la consistencia, también criterio interno e inherente a la cuestión, y de
de una falacia e~ el problema de la verdad, cuya concepción sufrió lo cual resulta la verdad-verificación, o sea el acuerdo con el objeto,
una transformación casi radical en el curso de los tres últimos siglos. y la verdad-consistencia, esto es, el acuerdo del sujeto consigo mismo.
No se trata para nosotros de la «Verdad» como fundamento de la vida Está de más decir que el concepto de verdad se aplica exclusiva-
social y de la vida pérsonal, sino del problema .de una verdad absolu~, mente a los juicios y jamás a los hechos o fenómenos cuya verificación
a la que accede el espíritu cuando alcanza la realidad, y qu.e .t?davia ·corresponde al concepto de realidad. La verdad concierne a la idea,
al comenzar el siglo XIX, sometido a este concepto en sus inicios, se y se aplica justamente al discurso científico, que puede ser verdadero
expresaba con la fórmula: adequatio rei et intellectus, qu~ reafirma~a o falso aunque los hechos o fenómenos de que se ocupa correspondan
el carácter absoluto que tradicionalmente le fuera conferido. Todavia al concepto de realidad. Pero sabemos que establecer un juicio de
un siglo atrás era difícil reconocer en lo que creemos son verdades por verdad es tarea difícil, porque la complejidad del real nunca es inde-
sí mismas, y de alguna manera exteriores como los axiomas de la pendiente de quien observa, y las interpretaciones varían con las per-
matemática y de la geometría, la parte que corresponde a nuestro cepciones de los observadores y las condiciones de observación. Ade-
espíritu,43 confusión a la que contribuían las tesis simétricas del ;ea-. más, el reconocimiento de algunos objetos o fenómenos no depende
lismo y del idealismo filosóficos, ya sea atribuyendo con el realismo de la percepción de los mismos, sino de las interpretaciones adopta-
la primacía a una realidad exterior completamente dada,. ya planteando das. De aquí que el problema de la verdad se descomponga en dos
con el idealismo la prioridad de un espíritu completamente formado Y problemas diferentes, que corresponden, respectivan;iente, a las pre-
capaz por lo mismo de pensar el real. En uno y otro caso, espíritu Y guntas: ¿Es exacto que en tal punto del tiempo y del espacio haya
realidad estaban frente a frente, cara a cara, y por un paralelismo ocurrido «algo indeterminado» que dio lugar a determinadas interpre-
inexplicable la verdad resultaba el testimonio de su acuerdo. Esta taciones?; y, ¿Cuál interpretación adoptamos o con cuál sustituimos las
noción de verdad, tan simple y tan majestuosa, que se apoyaba sobre que elaboraron los testigos del acontecimiento? La primera cuestión
30 ALBERTO L. MERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 31

'se refiere exclusivamente a la verdad hist6rica, siendo relativa a los muy frecuente en sus escritos, con que nos dice que la ousía. es la
testimonios humanos y concerniente a las sensaciones e interpretacio- materia, Hyl~, y la forma," eidos, siendo el compuesto de ambos el indi-
nes. Se trata de la crítica del testimonio y alcanza por igual a cual- viduo.50 Esta indeterminación se continúa con el latín, lengua en la
quier trabajo hist6rico. La segunda es problema exclusivamente cien- cual no se puede dudar que originariamente la substantia representó
tífico: dadas las interpretaciones actuales- del hecho o del fenómeno, de Hypóstasis griega, pero que' también desde sus comienzos el término
Y conociendo las leyes científicas, ¿cuál interpretaci6n adoptamos? fue adoptado para expresar el concepto de ousía., cuya traducción lite-
O dicho de otra manera y en relaci6n con el quehacer del historiador, ral essentia no entró en el uso corriente. Aún en el siglo v, para San
dada la verdad del hecho histórico ¿dentro del contexto de cuál Agustín essentia es un término raro y del qUe desconfía. Finalmente
criterio lo explicaremos? Tomemos un ejemplo clave de la historia de el concepto de substantia se vuelve importantísimo para la filosofía,
la psicología: Oliver Lodge, premio Nobel de física, dedicó sus últimos la ciencia, y fundamental para el desarrollo de la psicología hasta
años al problema del más allá y lleg6 a aceptar la materializaci6n de nuestros días con Descartes. En efecto, cuandÓ Cartesio hace la distin-
los espíritus, pues, según sus palabras, cno digo que eso es posible, ción entre res extensa y res cogitans, da dos conceptos unívocos y
digo que es>. Por su parte, Charles Richet, premio Nobel de fisiología complementarios de sustancia. El primero se refiere a lo que hay" de
y medicina, se ocupó también y muy especialmente de la cuestión. permanente en las cosas que cambian, siempre que esa permanencia
Lodge, como lo hiciera otro físico también famoso, Williams Crookes, sea considerada como sujeto lógico, aquello de que se habla, que mo-
rodeó sus experiencias con médiums del mismo cuidado técnico que dificado por el cambio continúa siendo el mismo y que sirve de so-
tuvo para con sus trabajos de laboratorio, y en su discurso emple6 el porte común a sus cualidades sucesivas. La res extensa es, pues, la
mismo rigor que en los estudios de física que tanto renombre le dieran. cosa única, necesaria, eterna, que desarrolla al infinito las propiedades
Richet procedió a un examen crítico con el mismo celo y rigor, pero inherentes a su naturaleza, y que poco a poco será identificada con el
llegó a conclusiones opuestas: Lodge -y eso desencadenó una larga elemento potencial, indeterminado, que constituye la materia de las
polémica entre ambos 4s_ sostenía la verdad de la doctrina ,espiritista, ciencias físicas. Se la puede medir, pesar, someter a experiencias repe-
que para Richet 411 apenas era hipótesis de trabajo, mediocremente tibles, y es el fenómeno cuyos cambios estudiados por el invesÚgador
valedera, sólo útil por lo cómoda, pero inútil para establecer la verdad constituyen el substracto del hecho científico. Hoy diríamos que la
de los hechos. La historia posterior de la cuestión demostró que Lodge res extensa se define por su valor operativo.51 El segundo concepto car-
había sido engañado por sus médiums, mientras que los puntos meto- tesiano, la Tes cogitans, es la ccosa> opuesta a la res extensa; no es medi-
dológicos de Richet todavía son válidos. No caben dudas de que gno• ble, no es pesable, y aunque necesaria, eterna, y desarrollando también
seológicamente apreciada la cuestión ambos procedieron de buena fe al infinito las propiedades inherentes a su naturaleza, únicamente existe
Y dominaban una técnica de investigación irreprochable, pero tam- por sí misma, sin suponer un ser diferente del que sería un atributo o
poco caben dudas de la influencia decisiva de un factor psicológico: una relación. El Cogito ergo sum 52 del Discurso del método, repre-
Lodge tenía necesidad de creer y Richet no. Y fae precisamente ese senta para Descarte el argumento que saca de la existencia del pen-
contexto: la necesidad de creer, el que desvirtuó el discurso científico samiento actual como res cogitans la realidad del alma en tanto que
del físico inglés. Cuando Lodge presentaba sus admirables memorias sustancia individual. Cuando en las Meditaciones metafísicas 53 afirma
de física, se tratara del radium, de la relatividad, de la naturaleza de csoy una cosa que piensa>, nos expresa que cada sustancia posee un
la inercia mecánica, se atenía al criterio de la verdad y de la verifica- atributo principal y que el del alma es el pensamiento, como la exten-
ción, pero cuando pasó al campo de la metapsíquica lo hizo apoyándose sión es del cuerpo.54
en un a priori: el espiritismo, y en su necesidad de creer en el más Esta dicotomía cartesiana ha sido básica para el desarrollo del pen-
allá. Richet, ya se ocupara de la anafilaxia o de la metapsíquica, sólo samiento científico. En tanto señala la cosa cmateriah --empleamos el
tenía una preocupación: establecer la verdad de los hechos, y todo sentido actual de materia- como campo de la ciencia, reserva la cosa
queda explicado con esto y nada más que con esto. cespirituah -con el sentido actual de psicol6gica_..;. para la filosofía.
De aquí arranca en primer término el paralelismo psicofísico, o sea la
4. Sustancialismo y homología de sujeto y objeto. - Pocos· con- necesidad de establecer un punto de relación entre cuerpo y espíritu,
ceptos tienen en la evolución del pensamiento una historia tan curiosa entre lo vegetativo y lo inteligente, que el mismo Descartes creyera
como el de sustancia. La ambigüedad de esa noción ya era considera- encontrar en la glándula o cuerpo pineal. Toda la psicología moderna,
ble en la época de Aristóteles, tanto que se manifiesta en la fórmula hasta nuestros días con las doctrinas psicosomáticas de corte psico-
32 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 33

analítico, y las corticoviscerales de raigambre reflexológica, dependerá si> pero nunca a ésta. Ninguna de· las manifestaciones psíquicas ten-
en más o en menos, incluso a: veces por su oposición, de la dicotonúa dría, por consiguiente, carácter esencial, y cualquiera puede revestir en
cartesiana. Pero más todavía, la ciencia física al ocuparse de la res un momento dado esa importancia, e incluso la podemos conceder a
extensa no confronta problemas en lo referente a la cualidad del objeto factores determinados a priori, como hace, por ejemplo, el análisis
que descubre permanente .en su esencia a través de todos los cambios multifactorial de la inteligencia. El cartesianismo en psicología está
y cuyas difrencias representan sus atributos. El científico representa todavía tan vivo que la renuncia del conductismo a considerar los
al «Cogito:. que seguro de existir, «porque piensa>, se ocupa de la fenómenos de conciencia, la aceptación por parte de la Gestaltpsycho-
existencia y de las transformaciones de la sustancia. En cambio, el logie de que para cada clase de fenómenos existe una jerarquía de for-
psicólogo se enfrenta con catributos:. de una sustancia: la espiritual, mas posibles, y que·si las condiciones exteriores lo permiten se realiza
que existe por sí misma, con la sustancia que «piensa> y a la que se una transformación hacia una forma «mejor> que no haya sido reali-
debe analizar en siendo el instrumento de análisis esa misma sustancia. zada, sanciona en nuestros días la posición sustanciali~ta. Para el con-
Descartes es considerado a justo título el iniciador de la psicología ductista, la psicología debe determinar 'aceidentes, para el gestaltista
moaerna. Con su «Cogito:1> se inicia la reflexión psicológica tal como conocer las leyes de «emergencia:. de los fenómenos, y para ambos la
ahora la entendemos, pero también y desde el punto de vista histórico sustancia pensante queda como «cosa en sÍ», autónoma, sin soporte.
su contribución representa la carga heurística más ·pesada que es dable Que ambas posiciones acudan en última instancia a la biología no
imaginar. En otra ocasión 115 ·demostramos que la etapa más importante significa que busquen la relación intrínseca entre sustancia extensa y
de la psicología moderna va de Descartes a Bergson, y que todas sus pensante: el conductismo considera en lo biológico «instrumentos:1> a
oposiciones internas, mejor dicho, las cpsicologías:1> que de una u otra través de los cuales emergen accidentes de la sustancia pensante.
manera pretendieron erigirse en scientia scientiarum dentro del desarro- Cuando estudia una conduéta analiza un accidente de la materia vi-
llo de la antropología concreta, derivan de la existencia de dos esque- viente: una relación estímulo..-:respuesta que hace viable un accidente
mas de la psicología, esquemas que arrancan de una y misma posi- de la materia pensante. La relación entre ambos es mecanicista y fina-
ción: el dualismo sustancialista de Cartesio. En tanto la psicología lista, y su actitud de psicólogo frente a la actividad psíquica es idén-
como teoría de los hechos- psíquicos sienta sus reales en la csustancia tica a la del médico cuando lee en la columna mercurial del ter-
pensante:1>, la psicología experimental se amuralla en la «sustancia ex- mómetro la traducción en grados del «síntoma:1> fiebre: se procura un
tensa>. Psicología de la conciencia en un caso, psicología de las con- punto de referencia objetivo, ajeno al síntoma mismo y convencional
d~ctas y de las motivaciones en el otro, la separación continúa irre- como la escala misma. El gestaltista, por su parte, ni siquiera busca en
ductible y el punto de unión mecánica de ambas sustancias, aunque lo biológico un punto de referencia objetivo; su teoría, al principio
ya no sea el cuerpo pineal, aparece, como dijimos antes, en las corre- exclusivamente psicológica, terminó por convertirse en concepción filo-
laciones mecanicistas de las teorías psicosomática o corticovisceral. La sófica de los hechos biológicos y psicológicos. Aplica a ambas «Sustan-
transposición del criterio sustancialista al plano psicológico ha signi- cias» un criterio análogo para considerar sus accidentes: el concepto
ficado, en primer lugar, que se trata de «conocer> una sustancia y que de que el elemento no preexiste al conjunto no es más inmediato ni
los datos cuya verificación determinará el conocinüento fenoménico de más antiguo, y pol," ello el conocimiento del todo y de sus leyes no
dicha sustancia emergen, necesariamente, de ésta para transformarse puede ser deducido del conocimiento separado de las partes que en él
en objeto de comprobación. Tal sustancia es el pensamiento, la res se encuentran. Claro está que se refiere al «todo» biológico y al «todo»
cogitans cartesiana, y por definición constituye el soporte de cualida- psicológico como sustancias autónomas, desligadas y coexistentes, aun-
des susceptibles de cambios, aunque ella misma no cambia ni está que llegue posteriormente, con el neoconductismo de Lewin, a la con-
soportada por otra cosa .. Su existencia se confirma por sí misma. Tiene, fluencia de Watson y de Koffka a través de la «Umwelb de von
pues, carácter permanente; de este modo, las expresiones de la vida Uexküll, el medio subjetivo y psicológico que convierte los aconte-
psíquica son accidentes, o sea algo que no existe por sí mismo sino en cimientos «físicos» en hechos de «selección» psicológica, y la reacción
otro, en la sustancia pensante en este caso, de manera que sus cambios, deje de ser mecánica para convertirse en síntesis.
transformaciones, adaptaciones, no alteran en absoluto a: la sustancia En cualquiera de sus formas, el. sustancialismo se tevela en psico-
pensante que a través de sus variaciones continuaría siendo idéntica logía necesariamente teleológico. En la sustancia, extensa o pensante,
a sí misma. Los «accidentes emergerían> de la sustancia, y es a través existiría, por definición, una finalidad. Para lo biológico se presentaría
de ellos que la conocemos.· Captamos la manifestación de la ccosa en como una diTecci6n psíquica, esto es, necesidades dirigidas, fuerzas que

·3
34 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 35

tienden a una realización predeterminada. Tal fue la cidea directriz> pío propulsor, Sartre, es un método destinado a poner en claro bajo
de Claude Bernard,56 para cuya expresión no se crean órganos según una forma rigurosamente objetiva la elección definitiva por la que
necesidades, sino que dada de una vez por todas la realización, en el cada persona se hace persona, o sea se anuncia a sí misma.11'1 Se trata-
:fenómeno que capta el observador, será lenta o rápida, completa o ría, en suma, de descubrir el cproyecto original> que dirige incons-
abortada, según las condiciones fisicoquímicas que encuentre. La misma cientemente nuestras determinaciones particulares: el éla.m tiital de
concepción aparece en lo psicológico cuando la Gestaltpsychologie Bergson, la hormé de Von Monakow, en una palabra la emeTgencia
nos plantea, por ejemplo, el problema de la transformación de las for- de la sustancia pensante, única ·categoría propia del ser, el ser mismo.
mas posibles en una forma «mejor> que no se haya realizado y siem- Por este camino, la psicología peligra caer en el dualismo vulgar que
pre que el medio· lo permita. El su5tancialismo finalista convierte al coloca de un lado la sustancia extensa con sus manifestaciones en el
principio de finalidad en absoluto y universal, con lo cual el princi- espacio, y del otro las manifestaciones inextensas, temporales, del pen-
pio de causalidld queda reducido a la simple comprobación del mo- samiento. Este error de simplismo no lo cometen los grandes orienta-
mento en que los accidentes revelan la actividad de la sustancia. Los dores de las psicologías teóricas o prácticas de hoy día, como fuera
corganizadores> en biología, las «aptitudes> en psicología, con el sen- común encontrarlo a fines del siglo pasado. Pero procuran establecer
tido de fuerzas que se dirigen ellas mismas hacia una dirección deter- -porque son «evolucionistas> con el sentido de la cevolución creadora>
minada cuando no están contrabalanceadas por una fuerza contraria, de Bergson- que materia y pensamiento son solidarios, y que las difi-
se revelan como causas que producen los medios para su propia reali- cultades se salvan o atenúan con un dualismo transformado en equi-
zación, esto es, la causa final de los filósofos_ escolásticos. De aquí al valencia.11s No obstante, ¿queda solucionado el problema con la con-
providencialismo ni siquiera media un paso, o mejor dicho es su punto versión de una relación espacial en temporal? La respuesta corres-
de arranque: la a~ción de una fuerza superior que dirige el curso de ponde al historiador de la psicología, y es la que convierte al problema
los acontecimientos, de manera que las sustancias realicen su fin. del sustancialismo en clave para comprender la evolución del con-
De esta manera es como se produce la separación entre teoría y cepto de psicología desde Descartes hasta Bergson, y la división de los
práctica que caracteriza a la psicología contemporánea; el conocimiento, estudios psicológicos en psicología de la conciencia y psicología de la
en alejándose de la realidad, termina por quedar clausurado en el eficiencia. Por poco que el historiador medite sobre este problema des-
mundo de la especulación. No corresponde a los hechos y se convierte cubre que teoría y práctica, en este aspecto de manera más visible la
en superestructura ideal, cuya armonía y equilibrio responden al impe- práctica, encuentran que a pesar de estar la materia dentro del espacio
rio de lo subjetivo. Por su parte, la práctica corre suerte inversa: queda y el espíritu fuera del mismo, el espíritu tiene el papel de unir los
inseparablemente unida a los hechos y deriva hacia la simple com- momentos sucesivos de las cosas a través de la duración, 119 operación
probación, jerarquización y sistematización de datos. El análisis adquiere por la que toma contacto con la materia y se distingue a la vez de ella.
significado particular y su integración en un sistema concluye con la De este modo no hay adhesión a una hipotética armonía preestablecida,
elaboración de diadas en que las parejas de elementos están enlaza- se niega el desprestigiado fantasma del paralelismo psicofísico, se sos-
das por un mecanismo externo que constituye uno de los tantos fenó- laya el mecanicismo, y se acepta que todo se realiza por grados suce-
menos aparentes a que da lugar esa unión metodológicamente forzada, sivos de evo~ución -con lo cual se respeta el contexto de la ideología
o aparece como vulgar puente «pro forma> entre la irreductibilidad . del siglo xx-, que se traducen en lo externo por un mayor desarro-
intrínseca de los hechos. Es así como teoría y práctica resultan divor:- llo del sistema sensomotor, en lo interno por una complejización cre-
ciadas; en tanto la primera se ocupa de la «sustancia pensante», la ciente del sistema neurocerebral. Para el historiador no cabe duda
segunda capta sus atributos a través de la actividad de la «sustancia que la psicología de hoy se siente lejos del materialismo y del espiri-
extensa>. El ejemplo más claro lo presenta el psicoanálisis, para el cual tualismo clásicos, pero descubre -si ahonda el problema del sustan-
las manifestaciones somáticas de las neurosis representan un síntoma cialismo- que todaví~ se encuentra bajo la hegemonía contradictoria ,
aleatorio del fenómeno por corresponder a la fisiología del organismo, de ambos porque no ha logrado desvincularse de la herencia cartesiana.
mientras que la etiología debe buscarse en mecanismos propios de la La confusión de extensión y de pensamiento en el sustancialismo,
«Sustancia pensante>: represiones, conflictos, complejos, etc., que ·reac- que se presta al equívoco y al sofisma, no es el único problema rela-
cionan con plena autonomía. Así, ·cada vez que el psicoanálisis provoca cionado con este que debe resolver el historiacfor de la psicología si
una «Conversión> moral habla de una «Cura> obtenida. La situación es desea que su análisis ofrezca un verdadero~ análisis histórico con la ·
todavía más patente en el psicoanálisis existencial, que, según su pro- complementariedad del juicio epistemológico. En efecto, es a partir del
36 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 37
sustancialismo dualista de Descartes que en la psicología está presente cepto del sujeto real de Aristóteles, con el aspecto del ser sometido a
la homología de sujeto .y objeto. Antes de Cartesio, la cuestión no se observación. Este sujeto se convierte así en objeto de la psicología de
plantea; cuando los filósofos antiguos hablaban del alma, jamás omitían la eficiencia, en tanto que la psicología crítica o reflexiva, como se de-
los términos necesarios para que lo que define fuese del mismo orden cía en la centuria pasada, la psicología de· la conciencia como es
que lo definido. Su «Psicología» no se ocupaba del hombre como objeto usual denominarla ahora, el sujeto del conocimiento es el ser que co-
ni como sujeto, sino que se centraba en el principio de la vida, del noce y que no está considerado en sus particularidades individuales
pensamiento o de los dos a la vez, en tanto que lo consideraban como sino en tanto que condición necesaria para la unidad de elementos
una realidad distinta del cuerpo por medio del cual manifiesta su representativos diversos, unidad en virtud de la cual esas represen-
actividad,60 realidad que podía ser concebida como material con Epi- taciones aparecen como constituyendo un objeto, porque, como fuera
curo,e1 o inmaterial, como llegara a definirla el mismo Descartes. 62 común afirmar, si la conciencia del ser sujeto fuese un derivado del
Cuando Cartesio establece la separación entre res cogitans y extensa, objeto, sería quimérico buscar en eUa algo que ya no estuviera en
los atributos del 'alma, que únicamente conocemos a través de la acti- el objeto.67 Es así como encontramos robusta y actuante la dualidad car-
vidad corpórea, pasan a ser objetos, o sea lo que es pensado, o repre- tesiana en el sujeto psicológico hasta nuestros días. Por un lado se
sentado, en tanto que se lo distingue del acto por el cual es pensado,63 trata del sujeto de una observación psicológica, o sea en tanto repre-
porque «cuando duermo, mis ideas se forman en mí sin la intervención senta lo que se estudia; por el otro lado es el ser en el cua,l ocurren
de los objetos que representan».64 Por este camino, la psicología de la algunos fenómenos psicológicos.
introspección, principalmente por obra de Main de Biran,65 termina Está de ·más afirmar que la repercusión de este dualismo teórico
por definir al objeto como aquello que nos es presentado, en la per- ofrece graves repercusiones prácticas en la tarea del psicólogo y, espe-
cepción exterior, con carácter fijo y estable, con independencia del cialmente, sobre su discurso psicológico, hecho que el historiador debe
punto de vista de los deseos o de las opiniones del sujeto. En resumi- tener muy en cuenta para su trabajo. En efecto, según la orientación
das cuentas se trata de aquello que no está sometido a la reflexión, a del psicólogo dentro del contexto científico o filosófico de la ideología,
la discusión. Si por el contrario nos enfrentamos con algo sometido verá en el sujeto uno u otro concepto, y los que estén más habituados
a la reflexión, a la discusión, un ser al que se atribuye un predicado al lenguaje biológico descubrirán en el mismo al ser individual some-
y que es, por así decirlo, un soporte, nos encontramos con el sujeto, tido a la observación, en tanto que los más versados en el lenguaje
que según todas las definiciones clásicas, resumidas en la terminología filosófico, y más acostumbrados a hablar del sujeto pensante, se refe-
dé Maine de Biran,os presenta carácter concreto, interior, singular de rirán al ser que conoce como condición necesaria para la unidad de
ese ser que no sólo existe en sí, sino para sí, y que, no alcanzando los elementos representativos. Está claro que según el caso· los psicó-
nunca a ser un objeto, visible desde fuera o delimitado por contornos logos tienen del término sujeto una conciencia semántica distinta y
lógicos, únicamente tiene verdadera realidad en su contribución a su que el mismo vocablo lo aplican a «Objetos» completamente antitéti-
autorrealizarse. No cabe duda que arranca de una naturaleza dada y cos: el· sujeto de la psicología experimental solamente tiene de co-
según exigencias intrínsecas, pero que representa un devenir volunta- mún con el sujeto de la psicología existencial, por ejemplo, la homo-
rio y una conquista personal que no se revela como parte de lo finito, logía del término, y los discursos sobre ambos son, heurísticamente,
de la espacialidad, puesto que crece in infinitum. paralelas que jamás se encuentran aunque en apariencia conduzcan al
Es de esta manera como el sujeto, cuyo concepto psicológico arranca mismo fin. Más todavía, la psicología contemporánea tiende a oponer
del «Cogito», se nos aparece como contrapuesto al objeto, puesto que sujeto y objeto; sin duda, la antítesis del sujeto de la psicología re-
siempre es un ser, y un ser puede ser siempre sujeto pero nunca pre- flexiva, del ·ser en tanto que conoce, es el objeto según lo definimos
dicado. Hasta Descartes, y más todavía hasta comienzos del siglo XIX, antes. Pero apenas pasamos a la psicología experimental, su objeto es
se imponía en psicología la noción aristotélica del sujeto real, o sea el casi sinónimo del sujeto considerado como aquello que está sometido
ser individual (ousía prOte), que produce los actos o en el que resi- a la reflexión, a la discusión, y a veces como el individuo en tanto que
den las cualidades de que se afirma. La distinción cartesiana entre pen- sometido a la presión del medio como en la psicosociología, o al deter-
samiento y extensión lleva paulatinamente a abandonar esta definición, minismo biológico o de estructuras preformadas como en el psico-
hasta que en la psicología experimental, y sobre todo por la fuerte análisis o la Gestalt, o al producto de la relación estímulo-respuesta
influencia del aspecto .médico de la psicopatología de las últimas déca- del conductismo, y que son objetos materiales que poseen estas o aque-
das del siglo pasado y primeras del actual, comienza a renacer el con- llas cualidades.
IIISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
39
38 ALBERTO L. MERA.NI

como representación del cCogito> y de la extensión, en esquemas ge-


De este modo, en el contexto de la psicología contemporánea encon- nerales mentales o biológicos que, a posteTiari, siempre representan
tramos dos ideas del sujeto: una, la del sujeto como algo estático y que figuras' concordantes con emblemas que emergen de su concepción
concierne a datos; ,otra, como algo dinámico y que concierne al ser
estereotipada del hombre: ser que reflexiona o ser sobre el que se
que reflexiona, y frente a ambas, que hacen del sujeto objeto de sus
reflexiona. La realidad queda así sustituida por un síntoma -con sen-
estudios, un ideal del objeto que presupone las ideas de intención y de
tido etimológico- antepuesto a la nosa -también con sentido etimo-
fin. 68 El historiador se encuentra así con dos maneras de entender la
lógico-, y el principio general de identidad aparece como base del
psicología, y en consecuencia sus discursos y su porvenir: el modo de
concepto un concepto sin conceptos que nos traslada al plano de la
quien semánticamente concibe el conocimiento del sujeto psicológicl•
dispersió~ positivista de la psicología entre la sociología y la biología,
como función cinemática de la materia, o sea comprendiendo en un
plano a partir del cual el horizonte cambia radicalmente porque ya el
solo concepto sujeto y objeto, y el modo de quien concibe la actividad
saber sobre el hombre no tiene significado de antropología, de tocio,
cinemática y dinámica de la materia como teoría y práctica, respectiva-
sino de conocimiento de las partes. La historia está, pues, obligada a
mente, del conocimiento psicológico, esto es, separando y oponiendo
clarificar el problema si quiere, analizando el pasado, llevar a la com-
objeto y sujeto, porque se atribuye el movimiento a la materia orga-
nizada en el fenómeno vida, y la acción que moldea, motiva o desen- prensión del presente.
cadena actos a las circunstancias. En el primer caso, la teoría o la prác-
tica se convierten en conocimiento del sujeto como ser en tanto que
conoc~; en el segundo, teoría y práctica se transforman en fórmulas
aplicables al ser :individual observable, y es por este camino que los
representantes de la primera corriente no alientan la decisión de pe- II. LAS TENDENCIAS DE LA PSICOLOGfA
netrar en el campo de una antropología concreta y de profundizar sus
problemas, y aquellos de la segunda no se atreven a atisbar en un
l. La. psicología como ciencia natural y como ciencia de .la sub-
mundo de cuadros abstractos, demasiado diverso al suyo, resultando
una flagrante contradicción in terminis. jetividad. - La psiconeurología, y más modernamente la psiconeuro-
Dentro de este panorama, el historiador de la psicología no puede endocrinología,811 y la psicopatología médica, son alineadas por lo c~­
prescindir del análisis epistemológico. Si aspira a que su historia sea mún en las filas de las ciencias naturales. Sus cultores, la mayoria
tal Y no crónica o recuento de hechos acaecidos, está obligado a clari- salidos de la medicina, tienden por afinidad de formación a integrarse
ficar el problema y rastraer sus raíces en las motivaciones del dis- dentro de la biología; por su parte, los historiadores de la psicología
curso psicológico, única manera de llegar a través de la crítica histórica descuidan este aspecto metodológico y de tal manera esos enfoques
de todos los problemas psicológicos y de la conciencia histórica del del estudio del hombre son representados, en lo general, dentro de
progresivo y continuo realizarse de la psicología como antropología una psicobiología que se nos revela provincia de la fisiología, en su
concreta en la dialéctica implícita al movimiento de las ideas. El pro- sentido originario y universal de teoría de la naturaleza. 70 Los proble-
?lema clave de la psicología es explicar al hombre, y en explicándolo mas que antes planteamos con respecto al objeto y al sujeto quedan
msertar la actividad cognoscitiva, pensamiento e inteligencia, dentro drásticamente resueltos con la aceptación sin discusiones del sujeto
del proceso de la unidad semántica de los conceptos de sujeto y objeto. real aristotélico convertido en ser in<;lividual de la observación. En
Enfocando dualísticamente ·el problema de la homología de sujeto y cuanto al sujeto que existe en sí y para sí, de la psicología reflexiva,
objeto, el discurso psicológico se resuelve en una u otra dirección queda completamente descartado, y parece natural para los historia-
o en ambas en interacción, lo cual si bien significa un acontecer his~ dores desistir de su tratamiento como hacen la mayoría, o, en el mejor
tórico, heurísticamente -y el historiador debe recalcarlo- carece de de los casos, dedicar un par de páginas, desvinculadas del contexto de
significado propio, aunque sea específico en cuanto a la actividad que la obra, a la supuesta influencia de Charles Sherrington, en especial
se considera, porque el hombre resulta interpretado como ineluctable- de su libro El ceTebro y 8'US mecanismos,71 y al énfasis ·que en el
mente reducido a un número restringido de prototipos. ¿Podría ef his- mismo pone sobre la obra de Hughling Jackson, 72 así como al estudio
toriador de la psicología interpretar fuera de estos marcos la finalidad de Adrian sobre las bases de la sensación,73 para finalmente concluir
por ejemplo, de la caracterología y de la biotipología? Para ambas ~
74
con los planteamientos del zoólogo y fisiólogo K. S. Lashley, y su
trata de diluir las diferencias del sujeto concebido, respectivamente, conclusión, tan combatida por Iván Pávlov, 71! de que el aprendizaje
40 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 41

y la retención no dependen de vías de conducción precisas, localizadas sin discusiones que el encéfalo es el órgano esencial de las funciones
en estructuras cerebrales específicas, o de la formación de conexiones psíquicas.
sinápticas específicas. Como complemento se agrega el estudio de las Estos estudios llegan, ya en los albores del siglo XIX, a una psico-
bases físicas de la emoción, que se circunscribe por lo común a la obra logía independiente de la idea de alma y de hecho de los sistemas filo-
de W. B. Cannon 10 y al mecanismo neurológico de la emoción pro- sóficos que les son contemporáneos. Sin embargo, sus antecedentes. ltis-
puesto por J. W. Papez, en 1937: el hipotálamo, los núcleos talámicos tóricos deben ser buscados en la filosofía de la antigüedad, en la cual.
anteriores, el gyrus cinguli y el hipocampo, constituirían el mecanismo la psyché, el alma, es considerada un ser natural. Tanto es así que el
esencial que controla las emociones. De esta manera, o mejor dicho de tratado aristotélico De anima es en realidad un tratado de biología
una u otra de estas dos maneras, los historiadores de la psicología general, uno de los escritos que el estagirita consagrara a la física. Para
escapan al compromiso de determinar hasta qué punto esas formas de Aristóteles, los cursos de filosofía trataban el «alma» en un capítulo
los estudios biológicos corresponden a la historia de la psicología, o de la física, lo cual conservó la tradición de la Escuela hasta el si-
simplemente son parte de la fisiología entendida con el sentido actual glo xvm.7s El objeto de la física era el estudio del cuerpo natural y
de ciencia de las funciones orgánicas, o si habiendo pertenecido al organizado que tiene la vida en potencia, de donde la física trataba del
campo de la psicología terminaron por trasladarse sobre otro terreno alma como forma del cuerpo viviente y no como sustancia separada de
por necesidades de método y por razón de fines. · la materia, como se hará después de Descartes. El alma se presenta
En efecto, ¿de dónde arrancan tales estudios? La ingenuidad his- como un objeto natural de estudio, una forma en la jerarquía de las
tórica que acabamos de acotar los hace aparecer como subproductos formas, incluso a pesar de que su función esencial sea el conocimiento
de la neurología y de la endo.crinología, y su origen se remonta- de las formas. Es, pues, a esta antiquísima concepción que se remonta,
ría para la primera al siglo XVIII, cuando naturalistas y médicos sin ruptura, y acentuada en verdad por el siglo xvm, uno de los aspectos
afrontaron decididamente el problema de precisar la sede anatómica de la psicología contemporánea: la neurofisiología y la psiconeuro-
del alma. Después de Descartes y 4e su desgraciado intento de indi- endocrinología.
car como asiento del alma la glándula pineal, el médico y anatomista Que esto sea considerado únicamente dentro de la historia de la
italiano Costante Varolio (1543-1575), al que se debe una de las pri- biología, y que los historiadores de la psicología solamente aludan a
meras descripciones modernas del encéfalo y de los nerviqs craneales, su repercusión metodológica en la psicología moderna, puede parecer
colocaba el alma en la «sostanza cerebrale molle». Es verdad que para correcto. Por este camino transitan todas las historias de la psicología,
entonces la estructura del encéfalo aparece como extremadamente y cuando dentro de sus análisis alguna ob,ra muy específica se ocupa
misteriosa y capaz de sustraerse a cualquier investigación científica. 77 de los «grandes experimentos en psicología»,79 descubrimos sin mucho
El primero que con buenos argumentos biológicos puso al encéfalo, esfuerzo que su tema no es la psicología, sino la fisiología del sistema
y más. precisamente a la corteza cerebral, en relación con las funciones nervioso superior en versión para los psicólogos y según lo requiere
psíquicas fue el médico y anatomista inglés Thomas Willis (1622-1675), su quehacer. No obstante, es flagrante una falta imperdonable de sen-
que en 1644 publicó su Anatomia. Cerebri, en la que por primera vez tido histórico, porque el problema ofrece dos vertientes que son fun-
se describen de manera exhaustiva lcis nervios cerebrales, el polígono damentales y de cuya discontinuidad, o mejor dicho del agotamiento
de la base del cráneo que lleva su nombre, y el líquido cefalorraquí- de la primera, que cede el paso a la segunda, surge el problema fun-
deo. Willis consideró los ganglios de la base como sede del centro de damental de la psicología moderna como ciencia de la subjetividad.
la percepción, el puente de V arolio como asiento de la fantasía, Y las Dicho con otros términos, si el historiador desprecia esta cuestión sos-
circunvoluciones cerebrales como base de la memoria y de las funcio- laya la raíz histórica y epistemológicamente crucial de ¿cómo ocurre
nes sensitivo-sensoriales.. Sin duda la obra de Willis es la precursora que junto a un conocimiento parafísico surge de pronto el interés exclu..:
y está en la base de la discusión que se inicia en la segunda mitad del sivo por la subjetividad? La respuesta no es tan simple como para
siglo xvm sobre el gran problema de una precisa localización cerebral expresarla con la alusión al agotamiento de una corriente -que por
de cada función psíquica, después que la obra anatómica de los holan- lo demás no se agota y lejos de ello llega a florecer nada menos que
deses Sylvius de La BOe (1614-1672) y Ant.oon Van ~eeuwenhoek con la neurobiología contemporánea y, sobre todo, éon la bioquímica
(1632-1723), y del suizo Jean Jacques Wepfer (1620-1695), así como la cerebral. Tampoco aclara nada hablar, como es corriente, de un flore-
del anatomista y filósofo suizo Charles Bonnet (1720-1793) y del ana- cimiento del espiritualismo filosófico. Es cierto que el declinar de la
tomista francés Félix Vicq D'Azyr (1748-1794), puso de manifiesto y física aristotélica en el siglo XVIII termina con la psicología como para-
42 ALBERTO· L. MERA.NI IDSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 43

física, como ciencia de un objeto natural, pero los responsables no son bajos de Cavalieri sobre los indivisibles, considera las superficies Y
los filósofos ni tampoco los psicólogos, sino los físicos mecanicistas del los volúmenes de los cuerpos sólidos como compuestos por una infini-
siglo XVII. 8-0 dad de átomos sin extensión. De esta manera, entre la percepción y el
cLa naturaleza está escrita en lenguaje matemático>, es la fórmula real se intercala una zona que solamente podemos asir por medio del
singularmente revolucionaria que se encuentra desde 1623 en el Saggia- <:álculo. La psicología también debe recurrir a un nuevo enfoque y
ture de Galileo Galilei.81 Quien entonces la sabe comprender descubre crear otros instrumentos para la observación.
que ante sus ojos se desvanece el antiguo concepto de naturaleza, de En el siglo II de nuestra Era, Galeno establece, clínica y experi-
una organización de sustancia, de formas y de cualidades, para ser sus- mentalmente, y contra la doctrina de los aristotélicos, que no es el
tituido por un concepto nuevo que representa a un conjunto coordi- corazón sino el cerebro el órgano de la sensación y del movimiento,
nado de fenómenos cuantitativos. Con esto la inversión alcanza a la y el asiento del alma. Las anticipaciones de la escuela médica itálica
investigación misma de la naturaleza: de hecho, la física cuantitativa de Alcmeón de Cretona, de Hipócrates y del mismo Platón. resultan
no tiene prácticamente nada que ver con la ñsica de las cualidades. revalorizadas. Es a partir de Galeno que se establece una filiación inin-
De este modo, la ciencia ( episteme) dedicada al conocimiento del ser terrumpida de investigaciones que crean una pneumatología empírica
(to on) pasa a ocuparse de la apariencia (phain6men&n), que así deja cuya pieza fundamental es la teoría de los espíritus animales, soberana
de ser simplemente materia de opinión (do:ra). Los físicos del siglo xvn durante seis centurias, y que solamente será rechazada a fines del si-
abandonan a Aristóteles y quieren matematizar la naturaleza para ver glo XVIII por la electroneurología. Esta concepción de la relación entre
en ella una inmensa máquina que idealmente, por lo menos en sus funciones psíquicas y órganos encefálicos, que procede directamente
leyes, aunque no sea en su ser, podrían fabricar, y es así como la rea- de Galeno, dominará también en los primeros sesenta años del siglo XIX,
lidad del mundo no resulta ya confundida con el contenido de la per- inclusive hasta Broca, las investigaciones sobre las localizaciones cere-
cepción, a la que corresponde la sustancia, las formas y las cualidades. brales, y es por este camino que bajo la forma de psicofisiologia y de
La negativa parece tan osada, y efectivamente lo era si recordamos psicopatología, y respectivamente de psicología de laboratorio y psico-
la experiencia de Galileo con el Santo Oficio, que prudentemente el logía clínica, la psicología actual es producto del cambio que impone
Padre Mersenne escribe, en el mismo trabajo 82 con que edifica una a la razón la física mecanicista del siglo xvn, y que se remonta en su
acústica completamente matemática: cDe todas maneras no quiero re- filiación al ·siglo n.
chazar por completo cualquier clase de especies intencionales>, y pasa
a explicar que el sonido escuchado no es únicamente una vibraci6n 2. La psicología como física del sentido externo y como ciencia del
del aire, sino también una construcción del órgano sensorial; A pesar $entid-O interno. - Fue grave responsabilidad a los ojos del físico y de
de esta prudencia inicial, pronto se impone el concepto de que la los pensadores en general que comienzan a respetar su ciencia plan-
realidad es obtenida y planteada por reducción de las ilusiones de la tearse: ¿es posible que la sensibilidad sea falsificadora del real?, ¿sig-
experiencia sensible usual, que son producto del sujeto de experien- nifica esto una imperfección· de la naturaleza humana, una traición de
cia, o sea que se deben cargar a la responsabilidad del espíritu, que ésta a la razón? La filosofía, por medio de la psicología, comienza a
nada significa para el conocimiento mientras no se identifique con la comprender que algo falló en sus apreciaciones y procura, entonces,
razón matemática y mecánica, instrumento de la verdad y medida de reducir a cero o, por lo menos, explicar la razón de las ilusiones de la
la realidad. La psicología como ciencia de la subjetividad ha fracasado experiencia sensible. La psicología se convierte de este modo en justi-
porque sus resultados quedan desmentidos por la nuev:a estructura que ficación del espíritu, y como ya no puede sostener que el alma es un
la física reconoce al Universo. En la medida que los físicos rechazan ser natural, una realidad biológica general, cambia de rumbo. Frente
a Aristóteles, los psicólogos deben separarse de él. La física cualita- a la nueva física su actitud es de disculpa del espíritu, y procura expli-
tiva tenía por el real la percepción inmediata, y ahora, según la expre- car por qué éste, y por naturaleza, está obligado a engañar a la razón
sión de Brunschvicg, el mecanismo sustituye a ese real sentido por un en relación con el espíritu. Y es así como la psicofisiología por medio
real pensado. Hasta ese momento, física y psicología se aplicaban a de Gall, procediendo directamente de Galeno, y muy a pesar de SU.!
objetos considerados naturales por excelencia, pero desde Galileo las t:o- extravagancias, domina las mentes y orienta la psicología por dos ra-
sas cambian. El vínculo del universo percibido y del univeTso pensado zones. Primero, porque según la tradición aristotélica, ante la cual los
debe muchísimo a los matemáticos que se aproximan a la idea de físicos todavía se disculpan de su herejía, no puede dejar d.e ser una fí-
límite. Galileo, al meditar sobre estas cuestiones y siguiendo los tra- sica para ser tomada en serio. Segundo, porque la física ha demos-
44 ALBERTO· ~. MF." 'INI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
45
tracio la existencia de residuos ilreales en la experiencia sensible y ha propulsores. Fechner. muere en 1887, justamente dos años antes de que
señalado sus límites, y está obligada a buscar en la estructura del Bergson, con su Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia le
cuerpo humano, esto es, en la natu,raleza, la razón de la incapacidad asestara a la psicofísica el golpe de gracia y cuyos primeros amago~ se
sensorial para enfrentar el lenguaje matemático con que está escrita perfilaban desde una decena de años antes. Wundt muere en 1920
la naturaleza. cuando los ataques de los psicólogos de la Forma lanzan los primero~
La nueva física era un cálculo y la psicología tendía a imitarla ~ardos contra la física analítica, experimental y matemática del sen-
procurando determinar constantes cuantitativas de la sensación y rela- tido externo, Y cuyas razones arrancaban de las observaciones de
ciones entre esas constantes. Aquí, Descartes y Malebranche resultan .ª
Ehienfel~ 9 sobre las cualidades de la forma, y que tenían su origen
jefes indiscutidos. En las Reglas para la dirección del espíritu,83 con en la critica de los Ensayos de Bergson.
mayor precisión en la número XII, Descartes propone la reducción de . Este somero an~lisis pone de manifiesto dos fenómenos esenciales:
las diferencias cualitativas entre datos sensoriales a una diferencia de primero, que el historiador de la psicología malinterpreta los hechos
figuras geométricas. Claro está que se trata de los datos sensoriales en -y hasta ahora procedieron así Y sin excepción todos los historiadores
tanto que son, según el sentido propio del término, informaciones para de la psicología- si a partir del siglo XVII, y del dualismo cartesiano
un cuerpo por otros cuerpos; en cuanto a lo que .es informado por los d~sconoce o descui~a el impacto de la física mecanicista sobre las co~
sentidos externos resulta ser un sentido interno, o sea «la fantasía que i;1.entes del p~samiento en general, y en especial su derivación como
únicamente es un cuerpo real y figurado». En la regla XIV, Cartesio flSica del sentido externo a través de la psicofísica. Por dos siglos el
analiza las comparaciones entre luces, entre sonidos, etc., y llega a la mayor número de psicólogos, entre. ellos tal vez los más represent~ti­
conclusión de que solamente pueden ser convertidas en relaciones vo~ de la psicologí~, acarician el ideal de crear una ciencia psicológica
exactas por analogía con la extensión del cuerpo figurado: Con esto, u_n~versal Y tr~nscriben sus observaciones con conceptos tomados de la
y además con el concepto de reflejo, que.precisa aunque no lo deno- fi.sica, Y estud1~~ .al hombre como. un cuerpo físico. Para Wundt, por
mine en el Discurso del Método,8 4 afirma definitivamente la constancia · e3emplo, el anahs1s de las sensaciones no se diferencia del análisis
de la unión entre la excitación y la reacción. Pero al mismo tiempo e:>P~ctrográfico, Y del mismo espera obtener conclusiones universales
Malebranche 85 se da cuenta de que en el perfecto y hermoso universo similares a las logradas por Fraunhofer cuando vio en las rayas del
cartesiano falta algo, de que Descartes carece del sentido de compleji- espectro un punto de referencia preciso para sus mediciones, de ma-
dád, so que «SU mundo [el de Descartes] es demasiado hermoso para nera ~ue al destacar la posición relativa de las mismas logra establecer
ser verdadero», porque «la naturaleza no es abstracta». Indiscutible- la P~m_iera carta del espectro solar. Por este camino la física pasa a
mente, el espíritu científico ha madurado de Descartes a Malebranche sustitwr las percepciones directas con registros espectrográficos y
y a Newton, que finalmente pone orden en los principios de la física transforma los métodos de trabajo, que Wundt y su Escuela proc~an
teniendo en cuenta nuevos datos. Pero junto a es.ta cosecha tan amplia ada~tar a la psi~ofísica. Con el progreso de la física experimental, el
que hace del siglo XVII uno de los más admirables, cuando no el más astr~nomo. de~ siglo pasad~ ~xtiende considerablemente el campo de
importante en la historia de la ciencia, el principio de la naturaleza sus mvestigaciones, y el ps1cologo del sentido externo se cree autori-
humana queda indeterminado,s7 y es así como lo afirmado por Des- zado para lograr idéntico éxito si sigue muy de cerca los métodos y
cartes sobre la unión entre la excitación y la reacción da origen a una fines. de las ciencias físicas y matemáticas. Pero al propio tiempo, desde
psicología que imitando pretende ser una física matemática del sen- la mi~a data, Y por influencia también del dualismo cartesiano, la psi-
tido externo y que, finalmente, desembocará con Fechner en los métodos cologia desarrolla paralelamente al sustancialismo de la física del sen-
psicofísicos del siglo xrx; sobre todo gracias a los trabajos de fisiólogos tido externo la ciencia del sustancialismo del sentido interno, 0 , dicho
como Hermann Helmholtz. de otro modo, de la conciencia de uno mismo. La res cogitans es pa-
Finalmente, esta orientación de la psicología será ampliada por ral~la de la re~ extensa, y la historia de esüt orientación de la psico-
Wundt hasta las dimensiones de una ciencia de laboratorio y experi- , . logia arranca directa y naturalmente de las Meditaciones. Cuando Des-
mental, que desarrolla con la esperanza de hacer aparecer en las «leyes ' cartes, al comienzo de la Meditación III,'llO considera su «interior» para
de los hechos de conciencia» un determinismo analítico del mismo tipo, tratar de familiarizarse consigo mismo, de conocerse m~jor su intento
del que desarrollan la mecánica y la física, y que para cualquier otra apunta directamente al. Pensamiento, puesto que el «inte;ior» carte-
ciencia se perfilaba como promesa de validez universal. F..sta esperanza siano es conciencia del Ego cogito, del «Pienso», que es conocimiento
panmatemática se esfuma para la psicología todavía en vida de sus directo que el alma tiene de sí misma en tanto que entendimiento puro.

(,,\
46 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICO,LOGÍA 47
Descartes se aplica aquí a la naturaleza y a la esencia del Pienso asidas hechos psicológicos traducirse en aforismos y no en teoremas>. 96 La
inmediata y directamente en su existencia. La meditación cartesiana confusión inicial entre el csentido interno> aristotélico y el cinterion
no procura establec~r una crítica pragmática de la verdad como inter- cartesiano hace que se constituya contra Descartes, a partir de Locke
preta el único de los modernos historiadores anglosaj~nes que se y en pasando por Condillac, 1os ideólogos franceses y los utilitaristas
ocupa de él,91 ni es una cconfidencia personal>, como intentarán hacer ingleses, una psicologfu empírica que se proyecta como historia natural
entender .demagógicamente los espiritualistas de principios del si- del Yo, con pretendidos alcances de física matemática del espíritu, y al
glo xnc; 92 es una reflexión que da al conocimiento del Yo el rigor y mismo tiempo, aceptando su dualismo sustancialista, se elabora una
la impersonalidad de las matemáticas. psicología racional asentada en la intuición de un Y o sustancial.
El «interion cartesiano nada tiene que ver con el «Sentido interno>
de los aristotélicos, «que concibe sus objetos interiormente y dentro de 3. La psicología como ciencia. del sentido íntimo. - El acta de bau-
la cabeza>,93 y al que Descartes ubica dentro de la sustancia extensa, tismo de estas dos corrientes son las obras, casi simultáneas en su
o sea como un aspecto del cuerpo. De aquí que para Cartesio el alma aparición, de Christian Wolff, Psychologia empirica, de 1732, y Psycko-
se conozca directamente y más fácilmente que el cuerpo, en oposición 1.ogia rationalis, de 1734, con las que pretende fundamentar su legiti-
con la opinión de Aristóteles de que el alma no se conoce directa- midad. Kant fue el primero que atacó lo ilusorio de esa legitixpidad al
mente. La física del sentido externo partió de esta última premisa· la realizar el análisis de las nociones de tiempo y de espacio,97 y esta-
psicofísica quiso llegar al pensamiento por la vía del análisis de 'las blecer las relaciones del sentiµo interno y del sentido externo con los
sensaciones, lo cual creó una situación paradójica: producto del dua- mismos. Demuestra que el sentido interno fenomenal tiende a confun-
lismo cartesiano, pretendía conseguir la unión de lo físico y del cCogito:> dirse con el tiempo por ser únicamente una forma de intuición empí-
en el punto donde la segunda se revela como acción por medio de la rica, y que por otra parte el Yo, sujeto de cualquier juicio de apercep-
primera, en retomando de este modo la tesis de los ..;colásticos, esgri- ción, es una función de organización de la experiencia, de manera que
mida por Gassendi 94 contra Descartes, de «qué el conocimiento del no existiría la más remota posibilidad de una psicología matemática
alma no es directo sino únicamente por reflexión. Pues el alma es con el sentido y la razón que existe una física matemática. Kant niega
semejante al ojo que ve todo y sólo puede verse a sí mismo por re- la posibilidad de medir los fenómenos psíquicos .porque a los fenó-
flexión como en un espejo ... y paralelamente el alma solamente se ve y menos mentales, inscritos en el flujo del tiempo, no se les puede aplicar
se conoce por reflexión y reconocimiento de sus efectos>. Descartes en su leyes mater,náticas atemporales, válidas para el espacio. De aquí 'que no
oportunidad había respondido airado: «No es el ojo el que se ve a sí mis- podamos hacer experiencias sobre los otros ni sobre nosotros mismos,
mo, ni el espejo, sino más bien el espíritu, que es el único que conoce.> y que la observación interna, a su vez, altere su objeto, de manera que
Estas consideraciones están siempre al margen de las historias de la la psicología únicamente podrá ser descriptiva, y su único y verdadero
psicología, Y si nos detenemos en ellas no es por prurito de erudición lugar es la Antropologfu, tal como la concebía el filósofo de Koenisberg,
sino porque destacan, epistemológicamente hablando, la ruptura esencia.Í o sea como propedéutica para una teoría de la habilidad y de la pru-
entre dos orientaciones de la psicología y prefiguran la profunda crisis dencia coronada por una teoría de la sabidurfa.98
que sufrU:á el conocimiento psicológico en la segunda mitad del siglo Rechazada como física del sentido externo, negada como ciencia del
pasado, crisis que precipitará y de la cual será al mismo tiempo juez sentido interno, la psicología queda finalmente excluida de la posibi-
el positivismo. En efecto, Auguste Comte invoca contra la imposibili- lidad de convertirse en ciencia. Es el momento· preciso cuando a fines
dad de la introspección el uso que de la misma hicieran los eclécticos del siglo xvm y comienzo del XIX renace en todas partes la preó°cu-
como propedéutica científica de la metafísica, al justificar por vía expe- pación por «restauran la tradición, tan duramente sacudida por los
rimental las tesis tradicionales del sustancialismo espiritualista. Con enciclopedistas. Declinaba el influjo de los sensualistas y parecía que
Comte 95 queda reducido de manera abstracta a una física biológica por . las ideas de Locke y de Condillac estaban definitivamente destinadas
un lado, a una física social por el otro, y tanto es así que un pensador a desaparecer, y es cuando se impone, con Maine de Biran, un concepto
por lo común tan perspicaz como Cournot retoma el argumento para místico del alma que valoriza la religión cristiana. El Pienso de Des-
apoyar la idea de que la observación psicológica concierne más· a la cartes, asentado en el pensamiento en sí, es transformado por Maine
conducta del Otro que al Yo del observador, de donde la psicología de Biran en un Quiero asentado en la conciencia para sí y contra la
queda en el rango de la csagesse>, del sentido común bien aplicado, exterioridad. Maine de Biran descubre que el error de Cartesio ha sido
Y no accede al de ciencia porque es propio cde la naturaleza de los la simplificación y que el análisis psicológico consiste, por el contrario,
ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
48

en complicar, que el hecho psíquico primitivo no es un elemento sino en estado de gracia; a la cvida animal> y a la cvida humana> suma la
una relación y que esa relación es vivida en el esfuerzo, lo cual lo cvida del espíritu>, de manera que la obra psicológica de Maine de
lleva a dos 'conclusiones inesperadas: la conciencia requiere el con- Biran puede resumirse diciendo que es el difícil esfuerzo de querer
flicto de un poder y de una resistencia; el hombre no es una conciencia ajustar la teoría de la creencia con la psicología del hecho primitivo,
servida por órganos, sino una organización viviente servida ~or una intento tan difícil como el filosófico de querer ajustar el espiritualismo
inteligencia.99 Por consiguiente, el alma debe estar necesariamente cristiano con el positivismo espiritualista, y que sobre sus huellas
encarnada1 de donde no hay psicología posible sin biología. Cualquier intentará Bergson. Al ·renunciar al sensualismo de Condillac y a la
emoción p iensa está unida con un cambio o una alteración determi- fisiología materialista de Cabanis, al restaurar un punto de vista de
nada de ' las funciones
' orgánicas, pero este f enomeno
' que se reve1a di - la interioridad y al rehabilitar la noción metafísica de causa, al rehu-
rectamente hace que los hombres tiendan a buscar las causas de los sarse a seguir la relatividad del conocimiento hasta el agnosticismo,
afectos del alma. en los objetos percibidos y por lo tanto externos, Maine de Biran orienta su psicología en un sentido evidentemente
cuando las causas verdaderas están en las impresiones inmediatas, oscu- espiritualista, y el espiritualismo de su filosofía es el de un espíritu
ras para la conciencia, y sobre las cuales «cualquier, retorn? ;stá pro~­ encarnado; de este modo, al suprimir la unión del alma con el cuerpo,
bido». Pero al mismo tiempo, en su Antropologia,100 situa la vida el biranismo hace resaltar el de su separación. Además, para Maine de
humana entre la vida animal y la vida espiritual, porque «el hombre Biran la vida deviene. religiosa cuando el hombre está con Dios en
es intermediario entre Dios y la naturaleza. Alcanza a Dios por su una relación que lo transforma, cualquiera que sea la naturaleza meta-
espíritu y a la naturaleza por sus sentidos». 1-01 La crítica del «Cogito» física del término divino, y si cla presencia de Dios realiza la salida
es una constante del biranismo,102 para el cual la existencia que afirma de nosotros mismos>, se pregunta, c¿cómo conciliarla con una doctrina
«SOY» es existencia para sí, existencia para un Yo que se siente existir, psicológica del Yo?> 104 Si el Yo es voluntad, la gracia debe hacerlo
sin pretender saltar del existir para sí al existir en sí, Y lo único que desaparecer para sustituirlo por otra voluntad, de manera que el ideal del
conserva al pensamiento de Maine de Biran sobre el plano de los biranismo está completamente de acuerdo con una psicología que define
fenómenos es, primero, su empirismo, porque «Si hubiese un cono- al Yo por la voluntad y la voluntad por el poder de dirigir el cuerpo.
cimiento del absoluto ese absoluto se volvería relativo»; 100 segundo, la
' .
oposición· de sujeto y sustancia, pues sustancia es «lo que se mantiene 4. La psicol.ogía com-0 ciencia de W,s reacciones y del compor-
deb:jo», aquello con que se relacionarán las modifi.caciones'. lo. que tamiento . ..:_Al definir al hombre como organización viviente servida
desempeña el papel pasivo de substracto. La sustancia del biramsmo por una inteligencia y al asignarle sus límites e11 situando la vida hu-
es por excelencia el principio de la física, la noción que nos sirve para mana entre la animal y la espiritual, Maine de Biran señala de ante-
pensar la materia. De aquí que Maine de Biran necesite, ~gre~ar la mano el terreno sobre el cual en el siglo XIX se constituirá una nueva
creencia en el sentido íntimo y compruebe que nuestro espintu tiende, psicología, esto es,·una biología del comportamiento humano. Su adve-
«por su misma naturaleza», a ubicar un ser noumenal más a~á .de nimiento está completamente descuidado e:ri cuanto a sus fuentes en las
los fenómenos «necesidad subjetiva», expresión en la cual el adJetivo historias de la psicología que, por lo común, hacen entroncar, y erró-
no destruye el sentido del sustantivo, puesto que «SOY necesidad por neamente, la psicología biológica con los progresos de la psicología pa-
mi naturaleza de ser inteligente». De este modo cree encontrar que los tológica, que se desarrolla en la centuria pasada. En efecto, la influen-
datos inmediatos de la conciencia no dan lo· absoluto: la creencia cia del biranismo en este campo es grande, tanto que, iniciándose con
no es una intuición porque representa una afirmación de tipo origi- Antoine-Athanase Royer-Collard, hermano menor del filósofo, y de
nal· surge en un espíritu que se descubre incapaz de pensar hasta el Esquirol, de Pinel, de Chiarugi, 'de Bayle, termina por culminar con
fin~l la palabra «existir» quedando sobre el mismo plano, pues no se Charcot, y cuyos trabajos como esctiela serán seguidos por Théodu1e
sabe que una cosa es como no se sabe lo que es. Ribot, Pierre Janet, el cardenal Mercier y Sigmund Freud, prolongán-
Sería inútil que siguiéramos hasta el final los razonamientos de dose así hasta nuestros días.
Maine de Biran, porque nada agregaríamos a lo que surge de ~o Sin embargo, la realidad histórica y epistemológica es otra. No se
expuesto: que el sentido íntimo y la ·creencia conservan la filosofia trata de la supuesta biologización de la psicología por óbra de la pa-
al nivel de seres que únicamente presentan en su estructura concreta tología nerviosa y mental, sino de la aparición de un nuevo concepto
la pasividad org~nica y la actividad del Yo, a las que posterion;i~nte de la naturaleza humana, tanto por razones científicas, como técnicas
agregará, en 1818, una pasividad de otro orden, la del alma religiosa y sociales. 100 En efecto, los naturalistas, y con ellos la obra de Darwin

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HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
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50 ALBERTO L. MERANI

el terreno filosófico para la constitución de una biología de las con-


-;-~erá el impulso definitivo en este sentido-, trabajan en la. constitu-
ductas y del comportamiento humano, también su presencia es activa
c1on de una biología como teoría general de las relaciones entre los
en las razones técnicas y sociales de la ideología que la propugna. El
organismos y los medios, lo cual hace desaparecer definitivamente la
desarrollo del régimen industrial orienta la atención general hacia el
creencia en la existencia de un reino humano separado. La condusión
carácter industrioso de la especie humana y señala el fin de la creencia
d.e e~e privilegio no causa graves problemas dentro del campo de las
en la dignidad del pensamiento especulativo. Herencia cartesiana para
ciencias, pe~o desa~ un:i tempestad en el reinado de la filosofía y, sobre
los tiempos modernos, esa creencia fue duram~nte combati~a por el
todo, de la ideolog1a remante. La historia de la lucha contra el evolu-
biranismo; la sustitución del Pienso por el Quiero revela bien a las
cioni~mo, que se prolonga bien entrado nuestro siglo, es el documento
claras la decisión de una época que se arroga de alguna manera el
f:~a~1ent~. ~ medio de la polémica, la psicología está en posición
derecho de «Constrl,Úr» también a los hombres. La Revolución francesa
~1cil e incomoda; en tanto estuvo orientada como física del sen-
terminó con la creencia en los valores del privilegio social, Y el iguali-
~d? externo, como ciencia del sentido interno, como ciencia del sentido
tarismo, que en teoría no podía ser destruido, comenzó a ser frenado
mtimo, s~ p~oblema. fund~ental en relación con lo biológico se planteó en la práctica republicana por la idea de utilitarismo. Aquello que
en los ~e;mmo~ del dualismo sustancialista que, bien o mal, permite la Restauración de Metternich no podía borrar de la conciencia de los
el cond1c1o~m1ento de las investigaciones en base de presupuestos de
pueblos, comenzó a ser encauzado con la definición del hom~r: c~mo
orden filosofico, tanto para la sustancia extensa como para la pensante·
instrumento. Mientras la teoría del «cogito» apuntalaba las re1vmd1ca-
Y que favorecen la delineación de una concepción general del hombr~
ciones de la razón, la tesis del «Quiero», con su aparente llamada a la
~ue resp.eta , !~tes metafísic,os y se atiene en lo esencial al parale-
libertad de la voluntad y la consecuente psicología del instrumento
lismo ps1cofis1co. Pero la critica de Maine de Biran en lo que pre- que desea conocerse a sí mismo, convertía a los hombres en instru-
senta de positivo, abre, no obstante, una nueva posibilidad: al insistir mentos del conocimiento. La idea de «Utilidad» encontraba así su más
sobre el, sentimiento de la libertad, y al . introducir este sentimiento amplio desarrollo y se constituía en principio básico de una psicología
como ~aiz ~e la or?anización viviente servida por la inteligencia, pone que consideraba, tras los pasos de Hume y de Burke, la toma de con-
en evidencia el. dmamismo del Yo como fuerza natural actuante y ciencia filosófica .de la naturaleza humana como capacidad de artífice
destaca la necesidad de encontrar el mismo dinamismo en el esf1ierzo que de manera más directa y prosaica, Adam Smith y Franklin pro-
ent~ndi~o como necesidad intrínseca de la organización viviente. D~ cla~aban con el concepto del hombre como fabricante de instrumentos.
aq_ui la ~mportancia que asume su análisis para la constitución de una De este modo, de la definición del hombre mismo como instrumento
psicologia ~~mo ciencia de las reacciones y del comportamiento, porque surge como principio psicológico la idea de la utilidad del ~ombre, ~a
la proyeccion de. sus puntos de vista, que con los filósofos eclécticos idea del hombre como medio de utilidad, y de la que arranca el feno-
llegaran a ser la filosofía del Es~ado en Francia, impregna profunda- meno propio de las sociedades contemporáneas: la práctica generali-
mente el terreno de la biología. Con sentido general, la tendencia es zada de la experticia, como determinación de competencia Y de orien-
ª. der:iostrar qu: la psicología no puede constituirse al nivel de la expe- tación. Nietzsche, en la Genealogía de la moral,106 se preguntaba qué
r1enc1a entendida con sentido positivista y materialista porque tal podía haber impulsado a los psicólogos por el camino del cinismo, de
experiencia termina por imponer un esquema que mutil~ la realidad la explicación de las conductas humanas por el interés, la utilidad, por
que se pretende estudiar. Pero al asignar Maine de Biran en su el olvido de las motivaciones fundamentales. La respuesta, que no
Antropología límites bien precisos a la vida animal y a la vida espi- alcanzó está en la concepción biraniana de que la inteligencia no es
r~tual, el esco~lo r:sulta superable de alguna manera. La biología vita- la que 'hace los órganos -instrumentos- y se sirve de ellos, sino
lista: ~s la b10log1a .de la época, no ofrece mayores dificultades para que, por el contrario, es la que los sirve. Y no es impunemente, como
ser aplicada al estudio de las reacciones y comportamientos humanos destaca Canguilhem,101 que los orígenes históricos de la psicología de
Es la de la ~d-~ología, la misma que sirvió al biranismo, y concuerd~ la reacción deben ser buscados en los trabajos provocados por el des-
con ~u d:fimc.10n del hombr; como organización viviente servida por cubrimiento de la ecuación personal propia de los astrónomos que
una m~eh~encia para el psicologo, por. un espíritu vital para el biólogo. utilizaban el telescopio por Maskelyne, en 1796. A partir de ese mo-
Nada rm~ide dentro de este esquema crear una psicoembriología de mento, el hombre, estudiado psicológicamente como instrumento del
las reacciones y de las conductas en concordancia con la dinámica instrumento científico, pasa gradualmente a ser considerado instrumento
de un Yo que se realiza en el esfuerzo.
de cualquier instrumento.
Si desde el enfoque de la biología es Maine de Biran quien abonó
52 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 53

Si a Bergson cabe la responsabilidad del impulso de la psicología ser dominado por un viviente que le antecede, instrumento de produc-
de las reacciones y del comportamiento en nuestro siglo, 108 la raíz está ción, vehículo de palabras y de pensamientos que le preexisten?, o,
en la reacción romántica del biranismo, que al desconocer el Pen- dicho brevemente, ¿al ser subsumido en la historia o al ser que hace
samiento, abrió los caminos del voluntarismo y de las tendencias del historia? Cuando la psicología se .centra en los contenidos que se re-
Quiero que, ineludiblemente, deben ser encauzadas. Las investigacio- velan exteriores al hombre, que se le anticipan, que lo alienan, no hace
nes de nuestros días sobre las leyes de la adaptación y del aprendi- más que comprobar que es un objeto de la naturaleza que debe estu-
zaje, sobre las relaciones del aprendizaje y las aptitudes, sobre el des- diar a través de sus reacciones y comportamientos, y cae una vez más
cubrimiento y medición de aptitudes, sobre las condiciones del ren- en la antropología de la especie o del género, tan cara al Iluminismo,
dimiento y la producción, investigaciones inseparables de la selección y ni siquiera se justifica como rama del saber positivo. Se diluye en
y la orientación, admiten todas un postulado común de utilidad, impro- la fisiología, en la etnología, en la sociología, y por segunda vez jus-
pio del «cogito> .Y producto de circunstancias socioeconómicas y no de tifica el veto positivista a su existencia. hievitablemente, y como hicie-
naturaleza humana, postulado que se resume diciendo, con la filosofía ron las corrientes existencialistas de la posguerra, la suplantará una
implícita en la Human engineering,100 la. naturaleza del hombre es la. fenomenología del espíritu. Por el contrario, en la medida que logre
de ser instrumento; su vocación, la. de ser puesto en su lugar, en su reunificar naturaleza y naturaleza del hombre, fundir en una unidad
tarea. Dicho de otra manera, por casi un siglo 1a psicología trató de epistémica objeto y sujeto, 111 justificará su situación dentro del saber,
ser independiente liberándose de la filosofía, y para lograrlo la psico- será eje para la comprensión de la condición del hombre en las cir-
logía de la reacción y del comportamiento de los siglos XIX y XX se cunstancias de acción y de pensamiento que requieren los tiempos
separó de la especulación que busca una idea del hombre más allá de nuevos. Finalmente, cabe comprender que no es el origen del fenó-
los datos de la biología y de la sociología, para embarcarse dentro del meno el que da a éste historicidad, sino que, por el contrario, en reali-
concepto socioeconómico de humanidad. De este modo, la psicología zándose lo psíquico adquiere valor de desarrollo dentro de un cuadro
orientada desde Descartes sobre el desdoblamiento del ser en dos sus- histórico-natural, historicidad que es propia y no prestada por un
tancias da de pronto un salto y, en pasando abruptamente sobre la marco definido de acontecimientos que se presupone actúan desde siem-
barrera del vacío, deja de ser una antropología, entendida sin las pre. De esta manera, en lo psicológico el hombre jamás puede ser
ambi&üedades que hoy por hoy connotan al término, y se convierte contemporáneo de su origen, y cuando la orientación de la psicología
lisa y llanamente en instrumento, que permite manejar los hombres pretende fijarlo con alfileres en las conductas, en los caracteres, en las
como cmasa> en función de una idea del hombre elaborada por una motivaciones permanentes, en las tipologías más o menos abstractas,
célite> corporativa que se autoriza de motu propio a decidir como no hace otra cosa que recortar al hombre de la realidad, ininovilizarlo
instrumento de una ideología que en la utilidad encuentra su princi- con una proyección estática que no corresponde en ningún momento a
pio y coronamiento. La psicología de las reacciones y del compor- su historia, a su función de pensamiento en acción, a ninguna etapa
tamiento se nos presenta así como teoría general del principio que, res- de su evolución, puesto que la historia fijada carece de historicidad,
petando «pro forma> la libertad del hombre, le niega sin embargo el la evolución detenida de desarrollo. La psicología que aspira a echar
derecho de ejercerla conociéndose y lo obliga a encauzarla en los ca- raíces en la naturaleza, o en lo social, o en una pura fenomenología,
rriles sin alternativa de la oferta y la demanda. En hablando epistemo- cae inevitablemente en la paradoja de ·Zenón. El individuo, como la
lógicamente resulta una teoría de la habilidad, pero fuera del sentido flecha que vuela según el argumento del eleático, ocupa un espacio
kantiano porque carece de referencia a la sabiduría, que implica razón igual a sí mismo, carece, pues, en cada instante de desarrollo, no evo-
y conciencia.Uº luciona porque se supone que el tiempo de la evolución está compuesto
·' 11 por momentos indivisibles.
5. La apertura hacia una antropología concreta. -A la psicología Por el contrario, el hombre verdadero, al que su análisis no aliena
del siglo xx se le plantea como problema fundamental el de su orien- del real, vive en un mundo de mediaciones complejas que han sido
tación, y que al historiador corresponde aclarar, porque según sean cargadas sobre sus espaldas por· el trabajo, la historia, la vida. De
sus orígenes, o logra explicar antropológicamente al hombre, o cae en manera que· el primer contacto del ser humano con este mundo, a
una metafísica del cambio, nueva es verdad, pero metafísica al fin. En través del primer objeto manipulado, de las primeras necesidades sa-
una palabra, ¿se trata de explicar psicológicamente al ser que se auto- tisfechas, de las más simples palabras escuchadas o pronunciadas, está
construye por la vida, el trabajo, por necesidades o aspiraciones, o al dominado por esos intermediarios que someten en todo sentido, y cuya
55
54 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA

presión reafirma con sus primeras acciones. Y sin embargo, cualquier historia antropologizante de ciencias que no son estrictamente huma-
esfuerzo posterior, de realización como viviente, consistirá en liberarse nas 0 en otros términos de la objetivización de lo humano hasta el
de esos intermediar~os que lo dominan hasta el infinito y representan niv~l de physis, de la prescindencia del sujeto según modelo de las ma-
un tiempo que no es el suyo. Aquí, en este esfuerzo, bajo semejante temáticas o de la formalización logística. , . .
tensión, es donde la psicología debe asir al hombre: en el aspecto claro Necesariamente, la psicología de nuestros dias ha perdido de vista
y preciso de la afirmación de su pensamiento y acción. Cuando se los problemas abstractos de la condición humana; enfoca al ~?mbre
detiene en el cono de sombras de la vida inmovilizada en la historia; en la medida· en que vive, piensa, actúa y, sobre todo, en tun:ion con
sin historicidad, se transforma en arquipsicología y su estudio ya es la relación de la autonomía que, como ser consciente, le perrn:te. ~efi­
competencia de la etnología. nir su vida su pensamiento, su acción, proyectados en la obJetlv1dad
Encarado el problema de la psicología contemporánea de este modo, como actividad del sujeto. Es como sujeto viviente que el ~ombi;e
pisamos el terreno de los análisis. que, según el sentido epistemológico crea, siente necesidades o produce; y de manera general su ex.istencia
que se pretenda otorgarles, caen irremediablemente dentro de dos como sujeto en inextricable relación con el m~do de lo_s obJ~tos es
tipos fundamentales. Uno, que procura hacer el inventario de todo lo la que produce herramientas, crea relaciones de intercambio se~ur_i ne-
que en el inventario del fenómeno humano es cuantificable; otro, que cesidades y, finalmente, por medio del lenguaje, puede cons:itmr ~
siempre irreductible se aplica en especial a la comprensión, centrado universo abstracto cuyo interior establece relaciones de necesidad, lo-
sobre el aspecto clínico, según el valor semiótico de la palabra. Tanto gicas en una palabra, que constituyen el pensamiento. Se puede de~ir
una como otra de estas interpretacionei¡ carecen de pertinencia histó- lo humano así, y sin duda debe fijarse entonces el lugar de la psico-
rica. No cabe duda de que cualquier forma de saber empírico, inclusive logía entre las ciencias, del hombre y de la naturaleza, corp.o el punto
aplicándose al hombre, en determinadas situaciones puede emplear el del conocimiento en que la dialéctica de sujeto y objeto conduce a la
instrumento matemático, y más todavía, en otras ser formalizado. Sin fusi6n de ambos términos. Tal vez podría argüirse que se trata de un
duda, en uno y otro caso se trata de problemas específicos y no de avecindamiento, de una frontera que se , extiende a tod? lo lar,go. de
la totalidad del fenómeno, y resulta poco probable, por no decir impro- las ciencias y de sus contactos, y cuyo caract~r de ,no man s land ~mc~­
bable, que la sola relación con las matemáticas o la formalización ló- mente puede borrarse admitiendo para la ps1cologia el papel de ciencia
gica resulte núcleo del conocimiento del hombre en su positividad interdisciplinaria.11a Sin embargo, el carácte: interd~sciplin~ri~, que de
singular. Dos razones que abonan en este sentido se presentan al his- hecho es propio de cualquier saber por razon propia, a priori del. co-
toriador de la psicología, razones que los más conocidos textos de intro- nocimiento que únicamente puede ser totalidad, no borra la dualidad
ducción a la psicología 112 ignoran, y que se concretan en que esencial- sujeto-objeto. Hoy por hoy, y alejados del espíritu cartesiano aunque
mente los problemas matematizables (Ley de Fechner, tiempos de no de su sustancialismo, dentro del más estricto positivismo lóg~co ~~a
reacción, aprendizaje, teoría de la información, etc.) pertenecen strictu actitud resulta coherente, pero ¿no elimina éste, con la matemat1zac1on
sensu a otras disciplinas: la biología, la genética, la cibernética, etc. La y la formalización, precisamente· al sujeto? Tampoc~ se trata, feno~e­
diferencia sobre lo que se pretende asentar, la pertinencia psicológica nológicamente, de poner entre paréntesis y ~te~at1vament~ a~ su3e;o
de esas cuestiones, es apenas una reducción silogística del tipo A = B, y al objeto,. para enfrentarlos luego, en una smtesis. a posteriori, segun
= =
B C, luego A C. Y en transponiendo lo psíquico al campo de cien- los usos de la psicología como ciencia de las reacciones y de las. con-
cias que se enmascaran con antropomorfismo, se niega de hecho valor ductas 0 fuera de su campo como acostumbrara la Gestalt en la mme-
discriminativo y explicativo a la psicología, se empequeñece su campo diata · ~reguerra. Para el historiador de la psicología debe estar claro
propio y verdadero con una pretendida extensión, y se disocia su que la relación sujeto-objeto, de cualquier manera que se la enf?que,
campo unitario en la medida que existe. Y todo esto que trae confusión no puede ser concebida como hecho aislado. El ens~yo de una verifica-
si el historiador no lo destaca se asienta sin pretender saber en qué ción requiere una amplia serie de datos, y esta seri~, co~o ~a ~ompro­
sentido y dentro de cuáles límites la psicología puede ser llamada bación científica de cualquier cosa 11:dada», es extensible sm limites. Por
ciencia, sin analizar en realidad cuál es el nivel en que un fenómeno, consiguiente, supone una realidad infinita cuyos elementos se pr~­
por ejemplo la sensomotricidad, el lenguaje, la motivación, para sola- sentan a nuestro pensamiento como una red de relaciones que consti-
mente citar tres entre centenares, deja de ser biológico, cibernético, tuye 0 tiende a constituir un orden ,racional. La psicolog~a.. que aspire
lingüístico, para convertirse en psicológico o, a la inversa, excede los a ser el espejo de esa realidad sera producto de la actividad d~ ~
límites de la psicología. Ésta y no otra es la falla fundamental de la pensamiento para el cual fo csubjetivo;i; y lo c:objetivo> se revelan mdi-
ALBERTO L. MERANI
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 57
56
solubles que sólo pueden ser separados de manera relativa en la abs- leza pero cuyo análisis no está centrado entre lo que es el hombre y
tracción'. De este modo el historiador de la psicología en su fase con- su positividad, lo que es la vi.da, en qué consiste la esencia del pen-
temporánea, sobre tod~ a partir de Hen:i Wallon, e,ncontra_rá lo subje- samiento y del trabajo, de qué manera dejó de ser exclusivamente
tivo en las exigencias racionales (por eJemplo, razon suficiente, conti- naturaleza, como el animal, para transformarse en hominidae y deve-
nuidad de la. acción causal, hipótesis que extienden la realidad sensible nir, dentro de la historia, a vriori humano. La psicología, que en nues:..
más allá de la experiencia, etc.). Por el contrario, descubrirá el conte- tros días tiende a perfilarse como antropología concreta,115 solamente
nido objetivo de la ciencia misma en el sistema de hechos de expe- puede ser conocimiento de este ser, de sus leyes, estudio de los modos
riencia que permite la previsión. Y es tarea del historiador, tanto como de acción que prolongan su interioridad para conjugarla con la de la
del epistemólogo, poner en claro que para la psicología contemporánea especie, para conjugar con su conducta, conciencia, mecanismos bio-
las alternativas no existen: cuando se la fisicaliza deja de ser ciencia lógicos y sociales. Existe de por sí una dialéctica de la complejidad 116
del hombre como sujeto, y al aprehenderlo objetivamente resulta biolo- que, sin embargo, hasta hoy el razonamiento psicológico dejó de lado
gía sociología, cibernética, etc., antropomorfizadas, pretexto para agre- para apuntar dualísticamente a la dialéctica del sujeto, a la del objeto
g¡u'.les el prefijo psico .Y crear ramas ficticias del conocimiento psico- en sí, y procurar, en el mejor de los casos, la interrelación y no la
lógico. Si por el contrario se la acantona en el _sujeto, d~sembcx:a. en fusión que se ofrece en el pensamiento, en el trabajo, que representa
una metafísica del espíritu: retorna al hombre del humanismo clasico, en el acto como hecho la fusión del sujeto y del objeto. Y es labor del
al que todavía no era individuo porque no se le reconocía histori- historiador razonar hasta qué punto no .se trata de comportamientos y
cidad.114 de una representación que les concede fundamento, sino precisamente
En el primero de los casos, el análisis histórico de la psicología ~o el requisito de una funcionalidad en la que además de confluir acto
se aplica a los modos de ser de un viviente, sino al hecho. de. s.er vi- y pensamiento se confunden.
viente. Su objeto es un funcionamiento que, como tal, no parti~~pa de De esta manera y no de otra es como _la orientación genética y dia-
las limitaciones y finitudes del individuo, ni siquiera en relac10n con léctica de la psicología se encuentra en el camino de una analítica de
su forma singular: es el prolongamiento de la naturaleza en el hombre. la finitud que pretende demostrar por qué el hombre puede conocer su
En el segundo caso, sus restricciones son a la inversa, Y todas las limi- ser y conocer en la positividad las cosas que determinan su modo de
taciones y finitudes de lo humano en relación con su forma singular ser. No se trata, por supuesto, de los muy modernísimos absurdos sin".'
caen en el foco de la atención. Es como si en un enfrentamiento entre créticos que desembocan en las mediocres empresas de fundar las ramas
lo uno y lo múltiple, entre lo particular y lo general, se proc~iera al de la psicología denominadas «clínica», «sociab, etc., en las que se con-
análisis separado, como si entre el sello a seco y la marca que deJa sobre funden y entrecruzan modelos y orígenes diversos de carácter extra-
el papel se establecieran límites netos de separación y se buscaran las humano, y cuya aplicación no es la del hombre, sino de la oposición
~aracterísticas de la . impresión sin tener en cuenta la matriz· que las que permite definir cada uno de esos métodos, modelos, en relación
produjo o, por el contrario,. se viera ,en ésta una re~roducción aj.ena .ª con los otros. En ellas se opone la génesis a la estructura (en todo el
la impresión. De manera general -y esta es una ensenanza de la historia proceso de complejización creciente), lo cual significa oponer lo dia-
de la psicología-, el hombre-objeto no es un viviente con una forma crónico a lo sincrónico, lo estático a lo evolutivo, supeditar la función
bien particularizada, con fisiología bastante específica Y•• sobre todo, c~n a la forma, reducir en definitiva la dialéctica de la complejizació1;2 al
autonomía prácticamente única dentro del mundo anunal¡ es un vi- conflipto de la función y de la significación. Por el contrario, el análi-
viente dentro de la vida en general, a la que si bien de hecho pertenece, sis histórico de las oposiciones y discontinuidades psicológicas debe
nada singulariza. En cuanto al hombre-sujeto, es el individuo que justa- hacer resaltar la unidad intrínseca de los sistemas significantes, la cohe-
mente posee la extraña condición de poder representarse la vida, de rencia propia de la especificidad de los fenómenos, cuya emergencia
definir las leyes, los modos que son interiores a sus propios mecanismos aparece como norma por encima de las oscilaciones funcionales.
de representación que emplea como requisito de una actividad explícita La psicología como parte de las ciencias humanas, esto es, la psico-
que se concreta en pensamiento y trabajo; es un viviente particulari- logía de los últimos cien años, y fundamentalmente la etapa que co-
zado que se define por leyes interiores a su mecanismo. rresponde a nuestro siglo, ha sido un saber de sistemás a la manera
Esta doble faz, anverso y reverso que se apoyan mutuamente pero de la filología clásica, procw;-ando interpretar y descubrir el sentido
no se definen en la relación, sigue siendo la imagen de las orienta- oculto de los significados. Freud encabeza la amplia deriva que condujo
ciones clásicas de la psicología, de un hombre que lo es por natura- de los modelos vivientes a los toinados del lenguaje. Función, con-
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 59
58 ALBERTO L •. MERANI

fl.icto, significado, pierden de esta manera base natural, propia de una cnecesidad>, que en este caso debe entenderse como adecuación a las
entidad que hunde sus raíces en la vida y en transformaciones suce- circunstancias socioeconómicas y sin discusión de su repercusión sobre
sivas, para ser analizados como normas, reglas, sistemas. Se procura lo humano. En cuanto a las corrientes de la cconciencia>, existencia-
comprender el cumplimiento de la función desde el interior de éstos; les, esenciales u ontológicas, se adscriben directamente a concepciones
es decir, una vez encontrado el núcleo semántico, aclarar con él todos filosóficas bien definidas. Ambas posiciones viven el momento sin esca-
patoria de uná sociedad en un callejón sin salida, y su valor y persis-
los cambios semiológicos (según el contenido con que De Saussure
. definió la semiología) 11 7 y formales que pudo y podrá sufrir con el tencia es el de ser instrumentos de la ideología que domina. Pero la
realidad es. que una nueva ideología se perfila y que cabe preguntar
tiempo. Así, el análisis se aparta del viviente, no se vertebra a lo
si tiene su reflejo en la psicología sin todavía haberse estructurado. La
largo de· su duración y se detiene en sus finitudes, sino que corre a
respuesta, que sería prematura como juicio histórico, cabe, sin embargo,
lo largo del infinito de las interpretaciones.
dentro del ,discurso histórico, y está en la etapa, iniciada por Henri
Esta estructura filológica de la psicología contemporánea se com-
Wallon,118 ele una psicología genética que rasga con su dialéctica intrín-
pleta con el aditamento lingüístico: estructurar y actualizar el sistema
significante, que le confiere la obra de Gustav Carl Jung. Tal vez, y sin seca la dialéctica de lo humano como etapa reflexiva de la evolúción
de la materia, y destaca el pasaje del plano de la inteligencia al de
tal vez en este caso preciso, nunca lo psicológico, ni siquiera con
la razón,119 que se presenta en nuestra especie como momento histó-
Destutt de Tracy y los ideólogos, estuvo tan sólida y completamente
rico: inteligencia y razón consideradas como actividades negantrópicas
anclado en el terreno de la representación que es, ahora, el del sistema
que permiten al ser hominizado humanizarse y vencer así la igualación
Y su norma, dentro del cual todo puede ser pensado discutido com-
prendido. Y como el sistema está aislado, sus reglas forman co~juntos
entrópica y destructiva de la adaptación. Superar la adaptación es el
problema humano por excelencia, y nuestra especie, adaptada al má-
cerrados Y las normas gozan de autonomía en relación con otros sis-
ximo en lo biológico, línea concluida en este sentido, únicamente se
temas, con lo cual se logra la uniformidad de lo real y lo imaginado,
transforma y se transformará sobre el plano del intelecto. La antropo-
lo verdadero y lo ficticio. Lo supuesto adquiere idéntica validez que
logía concreta que sea capaz de asir lo humano en ese nivel será la
lo real, se borra la diferencia entre lo positivo y lo negativo y se
psicología que vemos bosquejarse pero no podemos historiar porque
implanta el dominio de valores y de normas arbitrarios: los valores
Y las normas del sistema. Dentro del ejemplo del psicoanálisis, lo nor- todavía es futuro.
mal Y lo patológico, lo comprensible y lo incomunicable, lo vigil cons-
ciente y lo soñado inconsciente se entrelazan para darnos una imagen NOTAS
d~l. hombre según un sistema que interpreta a un círculo, y no de un
l. Vid. Alberto L. Merani, ¿Es la psicología una ciencia? Instituto de Psico-
v1v1ente que se autoconstruye y elabora una cultura. Ésta es la ver-
logía, Caracas, 1968.
dadera falacia epistémica en la psicología contemporánea, que nadie 2. Gaston Bachelard, Philosophie du Non, Paris, 1930.
destacara hasta ahora, y que debe servir al historiador para señalar 3. Charles E. Osgood and Thomas A. Sebeok, Psycholinguistics, Baltimo•
la verdadera posición de alienación de la psicología dentro del saber y re, 1965.
de la cultura, lo decisivo de su valor negativo para la constitución de 4. Vid., como ejemplo, :tnvátarea limbü, Laboratorul de Psikolinkuistica,
Bucaresti, 1973.
un conocimiento real del hombre. Y de pronto, después de estas con- 5. Vid. Alberto L. Merani, Naturaleza humana y educación, Grijalbo, Mé-
sideracion~s que son una crítica de los fundamentos de la psicología xico, 1973.
contemporanea, que nos demuestra que la psicología para poder vivir 6. Vid. Alberto L. Merani, Freud y el Talmud, Grijalbo, México, 1974.
vida pro~ia debe ser inmanente con la ciencia y la filosofía, y realizarse 'T. Vid. Alberto L. Merani, Psicología y alienación, Grijalbo, México, 1973.
8. Gaston Bachelard, Le nouvel Esprit Scientifique, París, 1934.
en esta mmanencia a través de la dialéctica de sujeto y objeto, salta 9. Vid. Al~rto L. Merani, Psicología y alienación, Loe. cit.
de ?rento la pre~unta retenida desde el comienzo: ¿existe en la psico- 10. Daniel Lagache, L'unité de la Psychologie, Paris, 1949.
log1a contemporanea una apertura hacia una antropología concreta 11. Vid. Hélene Metzger, La Genese de la Science des cristaux, París, 1918.
esto es, hacia la resolución del problema hombre como feri.ómen~ 12. Gcorges Canguilhem, Études d'Histoire et de Philosophie des Sciences,
Paris, 1968.
humano en perpetua realización y devenir? Si nos atenemos al ~stado 13. d..:1 práctica teórica cae dentro de la definición general de la práctica.
de la psi~ología hasta hoy, con mayor precisión hasta 1974, la respuesta Trabaja sobre una materia primera (representaciones, conceptos, hechos) que le
es negativa. Las corrientes de la «eficiencia>, émbarcadas en el vagón está dada por otras prácticas, ya sea "empíricas", ya sea "técnicas", ya sea
de cola del utilitarismo, interpretan al hombre según las normas de la "ideológicas"... La práctica teórica de una ciencia se distingue siempre neta-
60 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 61
mente de la práctica teórica ideológica de su prehistoria.> Louis Althusser, Pour 37. A. Cournot, con su. obra Considérationa sur la marche des idées et des évé-
Marx, Paris, 1965. -nements dans les Tem.ps modernes, Paris, 1872, fue uno de los primeros en poner
14. Maurice Reuchlin, Histoire de la Psychologie, Paris, 1963. en duda los alcances universales de la mecánica clásica.
15. Fernand-Lucien Mueller, Histoire de la Psychologie de la Anti.quité i< 38. Léon Brunschvicg, L'&tpérience Humaine et la Causalité, Paris, 1922,
nos jours, Paris, 1964. · .afirma: cEra un predeterminismo, incapaz de alcanzar el espectáculo de la rea-
16. Robert 'l'homson, The Pelican History of Psycholovu, Middlesese,' 1968. lidad, cerrando al hombre el acceso y la inteligencia de la libertad.> Con el
17. W. M. O'Neil, The beginnings of modern Psycholo1111, Middlesese, 1968. mismo sen~do, cf. Whitehead, Science and the Modern World, New York, 1925.
18. Franz G. Alexander and Sheldon T. Selesnick, The HistOTtl of Psychiatry, 39. Como ejemplo clásico sobre el tema citemos: :tmile Borel, Le Hasard,
New York, 1966. Paris, 1914.
19. Cf. Jean Ullmo, La pensée Scientifique Moderne, París, 1969. 40. Jacques Monod, Le hasard et la nécessité, Paris, 1970.
20. Cf. W. Bridgman, The Nature of Phvsical Theory, Princeton, 1936. 41. Vid. Alberto L. Merani, Presencia de Henri WaUon, Caracas, 1966, y Egle
21. Henri Poincaré, La Sci~nce et l'Hypothese, Paris, 1902. Beoohi, Henri WaUon, Firenze, 1966.
22. Jean Piaget, Introduction d. l'Epistémológie génétique, Paris, 1950. 42. Vid. Alberto L. Merani, Critica de los fundamentos de la psicología, Loe. cit.
23. cDesde un punto de vista más elevado vemos que la concepción unifica- 43. Cf. F. Gouseth, Les fundementa des Math.ématiques, Paris, 1926.
dora está edificada sobre criterios un poco estrechos y unilaterales, puesto que 44. Ernst Mach, La connaissance et l'erreúr, París, 1908.
se acoge como pel'fecto y general el tipo de una ciencia más desarrollada y que se 45. Gaston Bachelard debi6 · repetir de muchas maneras y en casi todos sus
pretende subordinarle demasiado rígidamente las demás formas del saber. Por trabajos lo que claramente afirmó en Le Rationalisme appliqué, París, 1949: «En-
consiguiente, la concepción de la filosofía mecanicista es modificada por el pro- contramos de este modo siempre la misma paradoja ... El pensamiento racionalista
greso de la biología, que, actuando a su vez sobre la física, nos lleva a com- no "comienza", Rectifica. Regulariza. Normaliza_,,
prender una unificación superior, o sea un tipo de ciencia más perfecto y más 46. Vid. parágrafo 2.
· general que contendría las diversas formas particulares separadas por las exigen- 47. Jean Ullmo. La pensée scientifique modeme, Loe. cit.
cias de la técnica.» Federigo Enriques, Problemi della Scienza, Bologna, 1908. 48. Para los detalles de la polémica, que son de gran interés heurístico, vid. el
24. C. Spearman, The Abilities of Man: their nature and assesament, Lcm- libro, aunque parcializado por Lodge, de Charles Nordmann, Au-Deld. Face au
~~ ~n . . probleme de l'inmortalité, París, 1927.
25. Vid. Federigo Enriques, Loe. cit. 49. Charles Richet, Traité de Métaph11sique, Paris, 1922.
26. Los cientificos son hoy día tan unánimes en esta interpretación que como 50. Arist6teles, Metafísica, ed. Bonitz, Berlin, 1848-49.
ejemplo ilustrativo citaremos únicamente la opinión de un miembro de la Escuela 51. Vid. parágrafo I, 2.
de Viena, cuyos adherentes serían los únicos que hubieran podido oponerse. 52. Discours de la méthode, IV, en Descartes, Oeuvres et lettres, Paris 1958.
Schlkk escribe: «Cualquier noción efectivamente utilizable para la descripción 53. Méditations, objections et réponses, en Descartes, Oeuvres et lettre~ Pa-
de la naturaleza puede también ser considerada como representando alguna cosa ~ ~ . '
real»; Espace et Temps dans la Physique Contemporaine, Paris, 1929. . 54. Cf. Mé~itations, objections et réponses, réponses aux quatriemes objec-
?:1. Vid. Alberto L. Merani, «Crítica de los fundamentos de la psicopatología», tíOns, l,er Partie, en Descartes, Oeuvres et lettres, Paris, 1958.
en Freud 11 el Talmud, Loe. cit. 55. cDe Bergson a Henri Wallom, en Alberto L: Merani, Problemas y pseudo-
2.8. Vid. Alberto L. Merani, cCrítica de los fundamentos de la psicopatología>, problemas de la psicología. Grijalbo, 1968.
en Freud 11 el Talmud, Loe. cit., y Critica de los fu,ndamentos de la psicología, 56. Vid. Desiderio Papp, Claude Bernard, Buenos Aires, 1968.
Grijalbo, 1975. 57. Jean Paul Sartre, L'etre et le néant, Paris, 1947.
29. «Cualquier conocimiento relativo a objetos sólo consistiría en un cono- 58. Desde 1900, ningún teórico de la psicología ha dejado· de repetir de una
cimiento de relaciones objetivas.> Ernst Cassirer, Zur Einsteinsehen Relativiataeta ~anera u otra, con la única excepción de Henri· Wallon, la proposición' bergso-
theorie, Berlin, 1921. . ruana de que las dificultades se salvan o atenúan en un dualismo que, ca partir
30. Henri Bergson, L'Évolution Créatrice, París, 1907. de la percepción de la percepción pura en la que sujeto y objeto coindden, arranca
31. Vid. Max Born, «La Statistique en Physique>, y Paul Langevin, cStatisti- el desarrollo de esos dos términos en sus duraciones respectivas; la materia, a
que et determinisme», en Semaine International de Synthese, Paris, 1935. medida que se profundiza su análisis tiende cada vez más a ser únicamente una
32. Vid. Alberto L. Merani, Psicobiología, Grijalbo, 1964. sucesión de momentos infinitamente rápidos que se deducen unos de otros y por
33. Federigo Enriques, Causalité et Determinisme, Paris, 1941, define la cau- ello se equivalen; el espíritu resulta siendo ya memoria en· la percepción, y se
salidad como la razón de los fenómenos, o sea la explicaci6n, «Wl.a relación satis- afirma cada vez más como una prolongación del pasado en el 'presente, un
factoria para el espiritu entre las etapas sucesivas del devenir>. vrogreso, una evolución verdadera». Henri Bergson, Matiere et Mémoire, París, 1896;
34. Claude Bernard, Introduction a· l'étude de la Médicine e:rpérimentale, 59. El problema se ve todavía con más claridad al analizar los fundamentos
París, 1865. de la psicopatología; vid. cCrítica. de los fundamentos de la psicopatologíai; en
35. cLa noción de finalidad, por lo demás extraña al método científico, nunca Alberto L. Merani, Freud 11 el Talmu,d, Loe. cit. '
desapareció de la biología, aunque esté en constante retroceso>; Jean Ullmo, 60. Aristóteies, «De Anima», Oeuvres completes, ed. Barthélemy - Saint-Hilaire
La pensée scientifique moderne, Loe. cit. París, 1912-1922. '
36. Por lo demás, la idea del determinismo uniwrsal no es prerrogativa de 61. Epicuro, en Diog. Lart., X, 33.
los siglos xvm y XIX; según Federigo Enriques y Giorgio Santillana (Les Demien
: ', 62. «El ahna es de una naturaleza que no tiene ninguna relación con la exten-
physiologues de la Grece, Paris, 1936), Leucipo ya habría estructurado la misma
. sión ni con las dimensiones u otras propiedades de la materia de la que está
- concepción que Laplace del determinismo uniwrsal compuesto el cuerpo»,. Descartes, Passions de l'ame, en Oeuvres, Loe. dt.
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 63
62 ALBERTO L.~

borraré incluso de mi pensamiento todas las imágenes de las co~ co~rales,


63. Arthur Schopenhauer repetirá esta misma definición con los siguientes por lo menos, puesto que esto apenas se puede hacer, las co~de_rare como
0
términos: cTodo lo que existe por el conocimiento y, por consiguiente, el mundo vanas y como falsas; y de este modo me ocuparé solamente de mt m~o, Y ~n
entero sólo es un objeto frente a frente de un sujeto, visión de aquel que ve, considerando mi interior, trataré de sentirme poco a poco más conocido Y mas
en una palabra, representacióm, Il mondo come volontá e reppresentazione, tra- familiar a mí mismo. Soy una cosa que piensa, o sea que duda, qu~ afirma, que
ducción de Paolo Savj-Lopez, Bari, 1914. niega, que conoce pocas cosas, que ignora muchas, _que ama, que odia, q'!e .dei::ea,
64. Descartes, Méditations, m, 9, en Oeuvres, Loe. cit. que no quiere, que también imagina, y que siente.» De~artes, «Méditation
65. «Es únicamente sobre el tacto que se funda [el objeto]... el acto que nos Troisieme», en Méditations, Objections et Réponses (publicadas en 1641), en
ihace reconocer la identidad permanente de un mismo Ob;eto, que se representa Oeuvres, Loe. cit. .
para nuestros sentidos en dos tiempos separados de nuestra existencia», Mainf' 91. W. M. O'Neil, The beginnings of modern psychology, Lo;· cit.
de Biran, Essai mr les Fondements de Za Psychologie, Paris, 1812. 92. Pierre-Paul Royer-Collard (Fragments, éd. Jouffroy, ;i:>arlS~ 1828), tal vez
66. Maine de Biran, Essai mr les Fondements de Za Psychologie, Loe. cit. la figura más sobresaliente del espiritualismo ecléctico, no t~tubeo en .afirmar a
67. Cf. cLe sujet conscient», en Liard, La science positive et la métaphysique, Napoleón I que el «Conócete a ti mismo• socrático, el «Cogito• Y la «introspec-
París, 1895. ción» cartesia.nos brindaron al trono y al altar aliados su fundamento inexpug-
68. Cf. Alberto L. Merani, ¿Es Za psicología una. ciencia?, Eclic. Instituto de nable.
Psicología, U. C. V., Caracas, 1968. . 93. Scipion du Pleix, Op. cit., Physique.
69. Cf. Nicola Pende, Corso di neuroendocrinología clinica correlative, Roma, 94. Tricenten:aire de Pierre Gassendi, éd. C. de Waard, Paris, 1957. .
1962, y Jean Piaget, Biologie et connaissance, Paris, 1967. 95. Auguste Comte, Cours de Philosophie Positive, Paris, 1830-42, escribe en
70. Cf. Alberto L. Merani, Psicobiología, Grijalbo, 1964. la Lección 11: «No se puede estar en la ventana y verse pasar por la calle. En
71. Charles Sherrington, The brain and Its Mechanisms, London, 1933. el teatro no se puede ser al mismo .tiempo actor en el escenario Y espectador
72. Hugling Jadtson, Epileptiform convulsiona from cerebral disease, Lon- en la platea.» . .
don, 1881. 96. A. Cournot, Essai sur les fondements de nos connaiss~nces'. Paris, 1861.
73. Edward D. Adrian, The basis of Sensation, London, 1928. 97. Immanuel Kant, Critique de la raison pure, trad. Barni, revis. de Archam-
74. K. S. Lashley, Brain Mecanisms and Intelligence, New York, 1929. bault París 1912. La publicación original es de 1781.
75. Vid. Alberto L. Merani, Presencia de Iván P. Pávlov, Edic. Universidad 98.' Cf. fuunanuel Kant, Antropologie in pragmatisch~. Hinsicht, Berl~n,. 179~.
de los Andes, Mérida, 1963. En el prefacio de esta obra, Kant enumera los puntos bas1cos que para el rmpi-
76. W. B. Cannon, Bodily changes in Pain, Hunger, Fear and Rage, Lon- den a la psicología convertirse en ciencia: «1) El hombre que se percata de que
don, 1915. En 1925 fue publicada una edición considerablemente aumentada y lo observan y que se procura penetrarlo, o parece embarazado, ~ en tal caso
corregida. puede no mostrarse tal como es, o se esconde, y en tal ~so no quiere ser con~­
77. Piénsese que en tiempos más recientes, en 1705, un famoso profesor de cido tal cual es. 2) ¿Quiere limitarse al examen de sí m1S1Do? Cae en una posi-
la Universidad de Turín, el médico y anatomista italiano Giovanni Fantoni ción crítica, especiaimente en lo que se refiere a su estado apasionad~, que en
(1675-1758), publicó una obra célebre con el título De structura et motu durae este caso es raramente susceptible de disfrazamiento; el hecho es que si los mo-
membranae cerebri, en la que escribió a propósito del encéfalo, denominado tivos están en acción, no los observa; y si logra observarlos, los motivos ~e~.
entonces «cerebro»: Obscura textura, obscuriores morbi, functiones obscu.Tissimae. 3) Las circunstancias de tiempo y de lugar, si son durables, producen ~~itos
78. Cf. Scipion du Pleix, Corps de Phitosophie contenant la Logique, Za que son, como se dice, otra naturaleza y hacen para el hombr~ bastante dificil el
Physique, la Métaphysique et l'Éthique, Paris, 1607. conocimiento de sí mismo porque debe dudar de hacerse una idea, y, con mayor
79. Cf. Henry E. Garrett, Great Experiments in Psychology, New York, 1941. razón a formari:e una idea de otro, por él frecuentado. En efecto, las diversas
80. Vid. Aron Gurwitsch, Développement historique de · fo Gestalt-Psycho- situa~iones en las que el hombre es colocado por la fortuna, y por sí mismo
logie, en Thales, Il. 0 año, 1935, y Georges Cangilhem, «Psychologie», en Études como aventurero, son un gran obstá1:ulo para elevar la antropología a la dignidad
d'Histoire et de Philosophie des Sciences, Loe. cit. de ciencia formal.»
81. Galileo Galilei, Opere, 2. 0 vol., Firenze, 1890-1909. 99. Maine de Biran, Qu'est-ce Za phrénologie? Ou Essai sur Za signification et
82. Correspondance du P. Marin Mersenne, éd. par C. de Waardr, 4 vols., Za valeur des systemes de psychologie en génerat et de celui de Gall, en par-
La Haya, 1939-53. ticulier, París, 1836.
83. Descartes, «Regles pour la Direction de l'Esprit», en Oeuvres, Loe. cit. 100. Oeuvres de Maine de Biran, éd. Pierre Tisserand, Paris, 1920.
84. Descartes, «Le Discours de la Méthode», en Oeuvres. Loe. cit. 101. Maine de Biran, Nouveaux essais d'Anthropologie, éd. Ernest Naville, Pa-
85. H. Gouthier, Malebranche: textes et commentaires, Paris, 1929. rís, 1885.
86. Leibniz ya lo había destacado cuando escribió en Animadversione~ 102. Cf. J. Paliard, «Le "cogito" cartésien et le "cogito" biranien», en
(Oeuvres, éd. Foucher de Careil, Paris, 1967), que su gran rival, «adelantando Cartesio, vol. 1, Milano, 1937.
como probadas cosas muy inciertas, satisface al lector fácil con su brevedad dic- 103. Maine de Biran, Oeuvres choisies, éd. Henri Gouthier, Paris, 1942.
tatorial». 104. Maine de Biran, Journal intime, éd. La Valette Monbrun, París, 1927-31.
87. Vid. Alberto L. Merani, Naturaleza humana y educación, Grijalbo, 1973. Anotación del 28 de diciembre de 1818.
88. Henri Bergson, Essai sur les données immédiates de la conscience, Pa- 105. Vid. Alberto L; Merani, Naturaleza humana. y educación, Grijalbo, 1973.
ris, 1890. 106. Friedrich Nietzsche, Genealogía della morale, Milano, 1922.
89. Christian von Ehrenfels, «Ueber Gestaltqualiüiten», en Vierleljahrsehr. f. 107. Georges Cang1lhem, Étudea d'Histoire et de Philosophie des Sciences,
wiss. Philosophie, XIV, Berlín, 1890. Loe. cit.
90. «Cerraré ahora los ojos, taparé mis oídos, desconoceré todos ntls sentidos,
64 ALBERTO L. MERANI

108. Vid. Alberto L. Merani, cDe Bergson a Henri Wallom, en Problemas '11
paeu.doproblemaa de la psicologíe, Grijalbo, 1968.
109. Cf. Alberto L. Merani, Psicoloyía 11 alienación, Grijalbo, 1973.
110. Cf. Alberto L. Merani, La dialéctica en psicología, Grijalbo, 1968.
111. Vid. Alberto L. Merani, ¿Es la psicoloyía una Ciencia?, Loe. cit.
112. Ejemplo típico y que citamos por su difusión en diversas traducciones y
el crédito que se le suele conceder es: Ernest R. Hilgard, Introduction to Psy-
chology, New York, 1953, y ediciones sucesivas. '
113. Punto de vista sostenido por Jean Piaget, en el Congreso Internacional
de Psicologia celebrado en Moscú en 1966: cLa psicologia, las relaciones inter-
disciplinarias y el sistema de la ciencia>, y que sorprende en este autor, episte-
mólogo antes que psicólogo, pues contradice su propia obra. Cf. Alberto L. Me-
rani, Conflicto entre filosofía 11 ciencia en Jean Piaget, Loe. cit.
114. Cf. Albert.o L. Merani, Critica de los fundamentos de la psicología,
Loe. cit.
115. Vid. Alberto L. Merani, clntroducción>, en Diccionario de la Psicología,
Grijalbo, 1974.
116. Cf. Alberto L. Merani, La dialéctica en psicoloyía, Loe. cit.
117. Ferdinand de Saussure, Cours de linguístic générale, Paris-Lausan-
ne, 1916.
118. Vid. Alberto L. Merani, cDe Bergson a Henri Wallon>, Problemas 'JI PARTE PRIMERA
pseudoproblemaa de la psicología, Loe. cit.
119. Cf. Alberto L. Merani, De la pr~ a la razón, Grijalbo, 1965.
EL CONCEPTO DE NATURALEZA HUMANA
ENTRE LOS GRIEGOS

5
CAPÍTULO 1

I. LOS ORíG~ES: DESDE LOS TIEMPOS HO:Mí:RICOS


HASTA DióGENES DE APOLONIA

l. Conte:x:to social de las primeTas manifestaciones del pensamiento


griego. - Como todos los cortes cronológicos, el que introducimos para
limitar esta primera parte de la historia de la psicología presenta ca-
rácter parcialmente artificial. El término mismo de corígenes> puede
prestarse a confusión y a críticas. En cuanto a los «límites:. de este pe-
ríodo, únicamente tienen, y es de total evidencia, sentido muy relativo.
Sin embargo, es innegable que las primeras manifestaciones del pen-
samiento griego que presentan interés para el desarrollo posterior del
concepto de naturaleza humana pertenecen todas al siglo VI a. C. En
este período es cuando se forman en los mayores centros de la· civili-
zación helénica, que se encuentran distribuidos eri el Asia Menor, en
las islas del Mar Egeo y en la Italia Meridional, las primeras escuelas
filosóficas y científicas como diríamos hoy, los primeros centros de con-
vergencia de la sabiduría, como fuera. entonces, porque los griegos no
distinguían entre filosofía, ciencia y política. Y cada uno de esos centros,
alejado de las metrópolis, se constituye en la civilización helena, que
afronta aislada nuevas circunstancias de medio y de necesidades, por
los que adquieren una fisonomía propia, individualizada, que expresa,
con los problemas que se plantea o debe resolver, el aspecto diferencial
de la cultura única que fue su matriz. Además, el siglo VI representa,
para la historia de los griegos, una época plena de revueltas y de luchas.
Es el momento cuando el movimiento cdemocrático:11 adquiere su mayor
fuerza y proyecta en la realidad del cuadro histórico las convulsiones
populares iniciadas en la segu'nda mitad del siglo VII, para terminar con
el advenimiento del pueblo al poder, antes ejercido por la aristocracia.
Estos hechos que es corriente denominar democráticos, aunque sea
una democracia sin las connotaciones que ahora concedemos al tér-
mino, se producen en medio de ciudades con una vida industriosa y
rica que gradualmente las luchas entre la nobleza y el pueblo reducen
en poderío, de tal manera que las pequeñas repúblicas terminan por
desaparecer. Algunas, como Mileto, se borran casi de la historia, otras
68 ALBERTO L. MERANI
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
69
deben ceder al empuje de las invasiones extranjeras, y todas pierden cos, resultó un período propicio para la formación de varios centros de
su autonomía fundiéndose con estados más poderosos. De esta manera, cultura en razón de la tendencia de conferir prestigio al poder rodeán-
la realidad política del siglo v es que el interés cultural, social y eco- dolo de ingenios selectos. Pero tampoco cabe duda de que muchas escue-
nómico gravita entre dos centros: Atenas y Esparta. 1
las de tendencia conservadora compartieron el dominio de 1~ aristocra-
Al régimen de casta de la aristocracia sigue con la democracia un cia en la ciudad.
régimen de clase, y la consecuencia ineludible es que a una política · Mas, sea como fuere, los mejores trabajos históricos de nuestro
exclusivamente personal sucede una política de partido, de modo que ti.empo han t;r~inado por demostrar que contra los dos principios car-
ya no es necesaria una influencia inmediata y directa, sino que basta d.males del :egrmen del particularismo: la religión municipal y la auto-
la influencia indirecta y mediata de los principios de la · clase o del ridad, reaccionaron ya desde sus comienzos las escuelas filosóficas. En
partido, con lo cual se abre la posibilidad de una amplia acción política efecto, el régimen particularístico de los primeros tiempos tiene una
que vaya más allá de los confines de las ciudades y· entrañe la des- constitución intrínsecamente teocrática. En el seno de la «polis», el
trucción gradual de las mismas, porque desde entonces la intransigen- des~rrollo de ,los poderes provi;ne de la raíz común de la religión de
cia en la lucha del particularismo ciudadano tiende a la ruptura de los la ciudad, y esta presenta caracter diferenciado y distinto de una a
confines de la ciudad y al nivelamiento general de la vida. En la historia otra por cuanto proviene del culto que los ciudadanos profesan por sus
de la cultura griega hay algo de vital en el aferrámiento de sus pueblos muertos Y que divinizan en la memoria. De aquí que cada ciudad tenga
a la «polis:., que lograra su más elevada expresión en los sistemas polí- ~ cor:iplejo municipal de divinidades que expresa y simboliza su indi-
ticos de la edad clásica, tanto que la historia nos demuestra que el vidualidad y reafirma la autonomía de la ·misma frente a las otras. Por
advenimiento de la democracia representó su ruina, y que el período su base teocrática, la «polis» tiene por ley la autoridad y la tradición
de la mayor creatividad e individualidad cultural conclu~e cuando la que ·anulan la libertad del individuo rodeando su acción con un for~
ciudad pierde la posibilidad de amurallarse en su particularismo y, malismo inflexible, tan amplio y tan fuerte que ninguna acción pública
consecuentemente, la fuerza para contrarrestar los impulsos disolventes. ninguna deliberación o acción individual posee significado autónomo ~
Pero la lucha contra la aristocracia, que se inicia en el siglo VI en asi:nta su. v~;idez en la razón o en el arbitrio de los hombres. Todo
to&s las ciudades griegas, es creadora y también creatura de· nuevas e~t~ en relac10n con la ley y con la autoridad, que aparecen como prin-
formas de vida que responden a los requerimientos más complejos del cipio Y fuente de la legitimación del individuo. La crítica violenta de
intelecto y que el particularismo de la «polis» había atenazado. Pri- ~as. escuelas contra el politeísmo vulgar, y la concepción de un dios
mero, desaparecen los principales centros autónomos y el ámbito del umco, aunque aparezca como forma ingenua y panteísta del monoteís-
hombre se amplía; segundo, el pensamiento ve extenderse sus horizon- mo, son un paso hacia la demolición de los confines de la ciudad, por-
tes más allá de las murallas; tercero, se constituyen centros mayores que atacando a la razón primera de su particularismo los invalidan
que borran el carácter indígena y exclusivista de las culturas particu- como organismos separados y heterogéneos y revelan la existencia, por
larizadas, para reunir, en relación con una libre e intensa circulación dentro Y por fuera de esos confines, de una identidad nacional y hu-
de la gente, gérmenes intelectuales diversos cuya confluencia caracte- mana ::iue se puede explicar con la existencia da una ley divina única.
rizará unitariamente, la nueva vida griega. Fue durante las fases inter- Ademas, la lucha contra el tradicionalismo acentúa la actitud raciona-
medias' de esa gran lucha cuando se formaron las primeras escue1as 1
lista de ,esos lejanos pensadores, que, en el esfuerzo constante por expli-
filosóficas que ahora designamos con el término único de presocráticas, ~ar segun ~azones las cosas humanas y naturales, terminaron por ale-
y que en su mayoría estuvieron constituidas por hombres inclinados a Jarse conscientemente de las tradiciones y opiniones ancestrales que
las cosas de la naturaleza, y .que Aristóteles llamará muy justamente son por ellos relegadas para uso del vulgo. De este modo, el pensa~iento
«fisiólogos» y «físicos», porque se interesaban tanto por el Univr:rso occidental da sus primeros pasos con espíritu de búsqueda y de crítica
y su origen como por la disección de animales y el arte de curar. Resulta por obra de los «físicos:., repudiando la autoridad para volcarse de
completamente imposible una determinación precisa de la eficacia ejer- lleno en la investigación de las razones intrínsecas de las cosas con lo
cida por las primeras escuelas sobre la vida pública de su tiempo. Lo cual se instaura finalmente un concepto inmanente de la vida. Esta
único cierto, comprobable, es que durante el período de los «tiranos», 1 con~epc;ión .de la inm~nencia será signo distintivo de ,todo el pen-
que representa la fase transitoria entre el dominio de la aristocracia Y samiento griego posterior y representará lo que es interior al ser o al
la democracia, al acrecentarse la fuerza popular en manos de un indi- obj~to de pensamiento, sin que intervenga una autoridad exterior.
viduo, el «tirano», para enfrentar la clase compacta de los aristocráti- ; , Sera, pues, la fuente que suscitará en forma reflexiva y consciente la
70 ALBERTO L. MERANI BISTOJUA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 71

reb~lión co.nt.ra la polistoria (polymatMa), que es absolutamente con- dos entre el hombre y la realidad natural se realizará después, en el
traria al habito re~exivo de la razón y representa con la consagración curso de muchos siglos. El pensamiento griego, en sus orígenes, está
de ~ocas personalidades superiores, por ejemplo los siete sabios el dominado en todas sus fases por la idea de que únicamente en el objeto,
acopio dt; toda lá sabiduría de la época, y señala lo innecesario' de que entiende como la naturaleza, está la verdad. La esfera de lo sub-
m.~e_vas busque~as. Ya en Heráclito, uno de los primeros y más feroces jetivo, en la que nosotros reconocemos el motivo y valor de nuestro
cr~ticos de la ciencia qu~ le antecede, se encuentran algunos mordaces ser, es para el presocrático simple apariencia. El nombre mismo que
epigramas contra l.a polistoria, 1 oposición que, continuada y reforzada dan al sujeto: to hypo-keímenon, el sub-jectum latino, o sea cpuesto
por m,uchos, culmma con Demócrito,2 que, según De Ruggiero,s es debajo>, revela ya con su etimología en qué medida lo consideraban
e:itre, ws doctos de la antigüedad el que más se asemeja al tipo del secundario y dependiente. Esta desvalorización del sujeto en la anti-
c1entifico moderno. gua filosofía griega se traduce en tres actitudes fundamentales: 1) en
L~ más característico de este proceso es que se cumple en un tiempo sentimiento de desconfianza para las percepciones sensibles y el co-
relatrvamez:te brev~ Y sin que el pensamiento se detenga o estanque nocimiento (opinión, dicen los presocráticos) ql,le de ellas derivan;
en etapas mtermed1as. Fenómeno que no se da en ningún t 2) en desprecio por el arbitrio personal en relación con las exigencias
mento d 1 h' t . d 1 h o ro mo-
. e a is ona . e a umanidad, el pensamiento griego se inicia . de la realidad natural; y 3) en un escepticismo y pesimismo absolutos
ten~iendo a la conquista de la ciencia (epistemé) a la que con ·d en lo referente al valor de las opiniones y de los sentidos. Con este
re~h~~da en su organización formal como profund~mente distinta s~ee~: . significado son bien conocidas la sentencia de Heráclito, de que los
opm10~ (~oxa), como pose_Ye;°do un. m~todo propio y una verdad que pensamientos son juegos de niños, 4 y la máxima de Demócrito, de que
le e~ . mtnnseca. El conocimiento científico del griego está libre del en realidad nada sabemos, porque la realidad está en lo profundo.11
empirismo. con qu; de una u otra manera lo teñimos ahora, incluso en Por consiguiente, no es de extrañar que los pensadores griegos mi-
· sus en~nci~dos mas abstractos, lo cual nos hace aparecer Jos orígenes raran más hacia la naturaleza y hacia el hombre mismo. Y esto se
d,e la ciencia como el perfeccionamiento de un trabajo mental precien- lo impone la estructura y el orden de su sociedad; primero fueron
tifico. :ara el pe:isador griego, la ciencia no tiene antecedentes, pues exclusivamente ciudadanos y como tales habían reconocido la ley como
e~ el. simple refleJ? de una realidad natural, completa y organizada en amo absoluto: la razón y el albedrío estaban desterrados de su mundo,
sr .misma. De aqm que la epistémé, y démosle su nombre griego para y el individuo como ser de decisiones no contaba. Después, destruida
evitar las connotaciones modernas de nuestro término ciencia, es algo la «polis>, pierden su punto de apoyo fundamental sin encontrar la
completamente aparte de la vida sensible y del pensamiento común autonomíá de la persona y se ven obligados a buscar una libertad inte-
Y esta transposición metafísica de los conceptos científicos está pre~· rior que los emancipe, que convierta a su espíritu en «adéspotos>, sin
sente en toda .la aventura intelectual de los presocráticos, que se preocu- . amo, búsqueda que tenninará por constituir uno de los motivos típicos
pan p~rmanentemente por depurar el contenida sensible de las repre- de la nueva sabiduría que aflora en los siglos v y VI, y de la cual
sentaciones Y por. buscar las huellas de los principios elementales y Epicuro 6 será uno de los iniciadores. Además, no era para el griego
generales que actuan sobre la realidad. De esta actitud de pensamiento de entonces menos urgente liberarse de las, fuerzas del mundo, de las
se d~sar~ollarán la dialéctica y la metafísica, pero de ninguna manera cuales la «Fortuna> (tyk~), cuyas calamidades había sufrido más que
las ciencias de la ;iaturaleza y del hombre como nosotros los modernos las nunca durante esas épocas aciagas, y que, desaparecida la ciudad, sub-
entendemos. Se.n.a una pretensión vana querer encontrar una psicología sistía, descubriéndose el ciudadano descentrado sin su núcleo protector,
er: los presocraticos, aunque tropecemos con cantidad de datos y de la «Pblis>, solo frente a la misma y, para peor, sin siquiera haberse
atisbos en sus ~uentes. Solamente se trata de esbozos, de anticipaciones emancipado de los hombres, que ahora eran invasores. Por ello quien
a ve~es s~gestrvas, pero que no representan un cuerpo, aunque fuese aspire a liberarse de éstos y de la Fortuna, debe aprender a bastarse.
em~r~onano, de lo que consideramos interpretación antropo~ógica 0 psi- Ya en el siglo m, el ideal del sabio es el de un ser que ese basta>
co~og1ca. ?el ho,mbre. Falta la actitud continuada y constante de una (autarkos), lo cual significa que únicamente debe necesitar de sí mismo.
orr~ntacron organica del pensamiento hacia el hombre como sujeto con- Para lograrlo procura ser indiferente, cinsensible> ( apath6s) a cuanto
cre.to. En efecto, ~ tendencia P.xclusivamente especulativa da al natu- proviene del exterior. Solamente busca la serenidad del ánimo, una
ra hsmo de los filosofos presocráticos carácter racionalista y abstracto serenidad semejante a la del mar tranquilo (gateniom6s), al agua
de manera que comprendía en un solo bloque lo que hoy es par~ calma de los puertos que ninguna corriente perturba (atara:cla). Éstos
nosotros natural Y humano. El desdoblamiento al que estamos habitua- son los rasgos comunes de los sabios helenos cualesquiera sean las
ALBERTO L. MERANI lilSTORIA CIÚTICA DE LA PSICOLOGÍA 73
escuelas a que pertenezcan, y que a todos alejan de la preocupación . Desde el punto de vista de la historia de la medicina, la antigüedad
por el hombre como fenómeno singular. El griego solamente puede griega puede comenzar con Homero y· concluir con la caída del Impe-
concebirse como naturaleza, la naturaleza humana es exclusiw1mente rio romano, extendiéndose de este modo a lo largo de quince siglos.
physis, de manera que se preocupa por ella de la misma forma y en la Y de esta medicina lo único que interesa en relación con la psicología
misma medida en que se preocupa por la tyke, por ser autarkos, apathós, es el desarrollo de la neurología y sus estadios, que en el curso de
y por alcanzar la ataraxía. Para el pensador griego presocrático no se esos mil q,uinientos años recorre siete etapas: tres fases brillantes y
trata de estados, de problemas del espíritu: son fuerzas de la natura- cuatro periodos oscuros. Las fases brillantes son breves y duran lo que
leza, son la naturaleza misma y al mismo _título que el viento, la lluvia la vida de un hombre, respectivamente Hipócrates y su genio clínico
o un eclipse de luna. Liberado de la dependencia de la ciudad, conti- Herófilo y Erasístrato y sus descubrimientos anatomofisiológicos, Galen~
núa ciudadano de la naturaleza con el mismo sentido de sujeción. De Y sus investigaciones experimentales. Los períodos oscuros son largos
aquí, repitámoslo, que sea ilusorio buscar en los presocráticos una Y van el primero de Homero a Hipócrates, el segundo de Hipócrates a
psicología, aunque fuere con el sentido restringido de teología positiva. Herófilo, el tercero de Herófilo a Galeno, y el último de Galeno a los
Su preocupación por lo humano es la misma que por las cosas natura- comienzos de la Edad Media. En este capítulo no nos interesa exponer
les, y cuando se interesa en particular por algo humano se centra en en bl~ue los conocimientos neurológicos de los antiguos médicos grie-
el hombre objeto, el hombre parte de la physis, que ha quedado, final- gos, smo ocuparnos de los mismos hasta Erófilo, para dejar a los médi-
mente, sometido al juego y a los golpes de la Fortuna.7 cos griegos de Roma y a la fase galénica para un capítulo posterior.
Intentar formarnos una idea más precisa y menos general de esos Además, si nos ocupamos primero de los physik6i que de los filósofos
pensadores y de sus motivos es imposible. La imagen de los anti- presocráticos es por razones de cronología del conocimiento y. de meto-
guos pensadores de Grecia nos ha llegado estilizada, algo. así como dología histórica. Aunque la actividad de médicos y filósofos se desarro-
trazada en escorzo y desde afuera. No poseemos las obras originales de llara al mismo tiempo y a veces fuera en. algunos indiscernible una u
esos escritores, y apenas disponemos de un cierto número de frag- otra de esas actividades del pensamiento, fueron los «físicos» los que
mentos encontrados en los textos de autores posteriores, hombres que más se acercaron al hombre para estudiar sus «Conductas» como deci-
por su pensamiento ya pertenecen a una época histórica dominada por mos ahora. Los filósofos elaboraron la teoría del «logos~, del cono-
fuertes intereses científicos y. racionalistas y que, naturalmente, impri- cimiento, pero lo hicieron basados, en muchos aspectos, en los descu-
mieron su propia manera de pensar a las opiniones de los predecesores brimientos positivos de los médi~os.
que reproducían y destacaron, además, la parte propiamente científica
de sus escritos. Por lo que podemos entrever, ·sus obras eran tanto de 2. Los «físicos» de los tiempos homéricos. - Describir con exacti-
poesía como de ciencia, compuestas la mayoría en forma de i;oemas, tud el estado de los conocimientos de la medicina en la remota anti-
entremezclando el análisis físico con los mitos de la cosmogoma, y al güedad griega es tarea imposible porque faltan completamente los
mismo tiempo que eran relatos de la creación resultaban investigacio- documentos. Por las leyendas sabemos que Esculapio, el As.klepios de
nes de los principios constitutivos de las cosas. Por lo demás, no es '' los gr~~gos, fue un rey de Tesalia, guerrero y médico a la vez, y que
de lamentar que nos haya llegado la parte científica en un primer sus hiJos Machaon y Podalire también fueron «físicos» y guerreros
plano y los mitos como telón de fondo. La verdadera originalidad del reputados. De Ma:chaon, los poemas homéricos dicen que fue «hábil
pensamiento griego se reveló, como demuestra su desarrollo posterior, en extraer los dardos que habían quedado en las heridas y en aplicar
en la ciencia, en la organización lógica del contenido mental. Po'r ello bálsamos curativos, valiendo él solo por gran número de guerreros».
sobrevivió de los presocráticos la parte de más porvenir: la científica, En la época homérica, la medicina ya es ejercida por prácticos expe-
dado que su verdader!l originalidad está en la propedéutica cientí- rimentados «que se deben tener --dicen los poetas homéricos- por los
fica. Y de esa propedéutica lo que primero nos interesa en relación con má~ útiles de los hombres». Hesiodo desconoce a Esculapio, puesto que
la historia de la psicología es la actividad de los physik6i, esto es, de está ausente en su Teogonía, pero ya Píndaro, el príncipe de los poetas
los médicos o «físicos»,ª que se ocuparon, al estudiar el hombre como líricos, le rinde homenaje como dios de la medicina que «cura las
naturaleza y sus males, de las sensaciones visuales, auditivas, olfativas, heridas, las úlceras, las fiebres, los dolores con suaves' encantamientos,
gustativas y táctiles, de los mecanismos de la sensibilidad, de la rela- con pociones calmantes, con incisiones, con aplicaciones externas». Po-
ción de la sensación con la inteligencia, de la ubicación del sensoríum, siblemente fue entre los siglos v y IV, época de Píndaro, cuando Escu-
etcétera. lapio fue deificado y la «física», ya directamente como medicina y no
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como vaga ciencia natural, se transformó de laica en sacerdotal y co- Además, algunas enfermedades nerviosas y mentales muy aparentes,
menzó a ser ensefiada y ejercida en los asclepions o templos de Escu- eomo la epilepsia, la apoplejía, la parálisis, la locura, no escaparon a
lapio. Sin duda, a la par de los sacerdotes asclepiades, que se dividían sus observaciones. Por Herodotb, historiador muy perspicaz en estos
en tres ramas principales: de Rodas, de Cos y de Cnido, se constituye- aspectos de la cultura, sabemos de una epidemia de delirio entre las
ron fuera de los templos y por obra de laicos, físicos o filósofos de mujeres de Argos: la epidemia comenzó por las hijas del rey, que
renombre, escuelas de donde salió la medicina científica posterior. habían ofendido a la diosa Hera, y se extendió a las otras jóvenes de
Tales escuelas las hubo en Crotona, en Cyrene, en Rodas, en Cnido, la ciudad. El divino Melampo logró hacerla cesar por medio de encan-
en Cos, y debió ser tanto su éxito que pronto los asclepiades desapa- tamientos y de plegarias. Sin duda se trataba de una de esas epide-
recieron. En los tiempos homéricos, la anatomía del sistema nervioso mias delirantes por contagio mental, de las cuales tenemos tantos
no existe, pues del análisis de la Odisea y la Ilíada se deduce que se ejemplos en la historia. Herodoto también menciona los .accesos de
limitaba a la posición del cerebro dentro de la cabeza, y de la médula furia del rey de Lacedemonia, Cleomenes, que en sus paroxismos
espinal dentro de las vértebras. Los poetas homéricos 9 ignoraban, con golpeaba con el cetro a todos los que se cruzaban por su paso, hasta
toda seguridad, la existencia de nervios periféricos. Es verdad que que un día con un cuchillo se cortó las piernas, las nalgas, las espal-
emplean el término neuron, de donde deriva nuestra palabra nervio, das y finalmente se abrió el vientre. «Los espartanos -afirma el his-
pero casi siempre lo utilizan en plural: neura, y lo aplican indistinta- toriador- dicen que ninguna divinidad le quitó la razón, sino que por
mente a todos los tejidos fibrosos: ligamentos, tendones, aponeurosis. frecuentar los escitas se convirtió en borracho y su delirio fue el efecto
Por otra parte, la fisiología del cerebro, aunque lo conocían por su de esos hábitos.» Pero Herodoto acoge con ·reservas esta etiología Y
ubicación en la cabeza, está completamente ignorada. Y como obser- obseria muy juiciosamente que la locura del rey de Esparta era ante-
varan que las emociones se acompañan de palpitaciones cárdíacas, de rior a sus hábitos alcohólicos, observación de la que podemos pensar
constricción epigástrica, de alteraciones del ritmo respiratorio, fue ló- que se trataba de un demente precoz o de un delirante místico, que
gicamente en los órganos de la región torácico-abdominal: corazón, dia- por el alcoholismo posterior llegó al raptus automutilador. También en
fragma, hígado, y C<Yl'az6n sobre t-04<>, que ubicaron el asiento de la Herodoto encontramos el relato de los accesos de furia del rey Cam-
sensibilidad. Por consiguiente, es de la época homérica y muy posi- bises. Primero duda sobre la causa: «Son tan numerosas -dice-- las
blemente de antes que data esa teoría, denominada por Souques 10 calamidades que alcanzan al género humano», para después atribuir
«teoría cardíaca de la sensibilidad», y que conocerá un éxito sin igual esos paroxismos a la epilepsia que desde la infancia sufría el rey de
en la historia. La adoptaron la mayoría de los antiguos: Empédocles, Persia. E~ comprensible, concluye, «que sufriendo el cuerpo de seme-
Aristóteles, Zenón, y durante dos o tres milenios se opuso tenazmente jante mal, el espíritu no haya permanecido sano». Esas relaciones entre
a la «teoría cerebral de la sensación», puesto que en pleno siglo XIX el cuerpo y el espíritu no eran desconocidas para los antiguos. Hero-
la encontramos nada menos que en Bichat, Pinel y Esquirol. doto cuenta que Atossa, mujer de Darío, decía a su real esposo: c:El
No caben dudas de que la medicina griega se remonta mucho más alma crece con el cuerpo; . a medida que el cuerpo envejece, el alma
allá de los tiempos homéricos, pero está claro que es de los poemas también envejece.» Y algo más que no debe sorprendernos es que los
homéricos de donde podemos obtener datos que nos revelen fos co- antiguos también conocían la herencia mental. Un personaje de Eurípi-
nocimientos neurológicos adquiridos. En efecto, en la Ilíada se lee que des dice: «Es loco, su padre lo fue; es en efecto lo ordinario que de
Héctor recibió sobre su casco un golpe violento asestado por Diome- un tarado nazca un tarado.» Otro personaje declara: «De hombrés
des, que cayó de rodillas, con las manos sobre el suelo, y que «la negra buenos nacen hijos igualmente buenos; de malos padres, hijos que
noche envolvió sus ojos». La descripción de la conmoción cerebral es tienen la naturaleza de su padre.» Inútil es destacar que de estas citas
perfecta y si no tuvo consecuencias peligrosas fue porque el casco se deduce que para los antiguos griegos, conforme con su creencia de
salvó la vida del hijo de Príamo. También leemos que «ldomeneo clavó que únicamente el padre desempeña papel activo en la procreación, la
su lanza a Erimas: el bronce, entrando por la boca, penetró hasta el herencia psicológica parece transmitirse únicamente a través de los
cerebro, quebrando los huesos blancos; todos los dientes se aflojaron varones.
y los ojos se inyectaron de sangre, en tanto que la sangre también bro- En cuanto a un concepto que en mayor o menor grado estará siem-
taba por la nariz y la boca. Y la noche cubrió sus ojos_>. Todos los pre presente en la historia de la psicología, el de alma, tenemos las
signos de una fractura de la base del cráneo están perfectamente pruebas de que bajo la forma de «animismo) ya contaba con un lar-
enumerados y con orden lógico para la importancia del diagnóstico. guísimo pasado en la cultura de los tiempos homéricos y pertenecía
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tanto a las creencias del pueblo como a la certeza de los sabios. Si hoy mucho tiempo, sus últimas palabras están reforzadas con el agregado
nos explicamos el origen de este concepto como producto de las expe- de que «mientras hablaba de este modo, la muerte lo envolvió, la vida
riencias primeras y primarias de la conciencia humana que cobra ~~n­ voló de sus miembros y descendió al Hades, llorando su destino, de-
tido de su propia realidad en el mundo, si poseemos un concepto teor1co jando la juventud y el vigor».1ª La suerte del alma no es envidiable
de su articulación lógica, no fue lo mismo en la remota antigüedad después de la muerte, porque queda al margen de la naturaleza y de
griega, cuando todavía la representación de las cos~s ap'.11'ec~~ dir~cta­ sus bienes, que pierde con la destrucción de su contraparte el cuerpo.
mente sometida al juego de los sentiniientos y de la imagmac1on, sm un Cuando Ulises alaba la suerte sin igual de Aquiles, que después de
pensamiento que pudiera establecer los límites de la «objetividad» Y de ser honrado en vida como un dios, ejerce ahora su poder sobre los
la «subjetividad». Faltaban al respec~o nociones claras Y. dist~tas, ~o muertos, el héroe le responde con amargura:· «No alabes la muerte,
que no es de extrañar cuando todav1a encontramos la. nusma .m~e.rtl­ espléndido Odiseo. Quisiera ser un labriego, servir a un patrón, un
dumbre lógica en la mayoría de los ho:rnbres. Los griegos prinut1vos desheredado que no tuviera riqueza, antes que dominar sobre todas
se sintieron prof~damente intrigados por la presencia de la actividad las sombras que ya no son.» 14 En cuánto al origen de este «doble>
vital, por la diferencia entre lo animado y lo inanimado, como· de~imos invisible del cuerpo visible, los poemas homéricos y las tradiciones
nosotros hombres del siglo xx, tras la huella de sus expresiones callan; únicamente nos dicen que sobrevive como csombra» y que cual-
aunque ~o de sus conceptos, y la representaron de·muy diversas formas, quier retorno está prohibido a los muertos, separados de los vivos por
que van desde la «som~ra» del «simulacro» de «los espectro~ ~e los Océano y Aqueronte. Las almas de los difuntos no son, pues, de temer
difuntos» hasta las «imagenes» del cuerpo que ocupaban, «pahdas Y como los vivos, y por consiguiente no· existió la preocupación por ga-
tenues», ~ que se desprendían del mismo con el últm:o aliento en el narse sus favores respetándolas o rindiéndoles un culto. La preocupa-
instante de la muerte. En los vasos griegos es cornent~ encontrar pación de este tipo es muy posterior, de origen oriental, y nace en
decoraciones que ilustran el momento en que el cuerpo deja de estar Grecia cuando, hacia la mitad del siglo VI, las sectas de los órficos
animado para volverse inanimado por una mosca o cualquier otro dieron consistencia al culto de Dionisios, que ya existía en Tracia en la
insecto que emprende vuelo desde la boca del moribundo, pero sobre época prehelénica, y lo difundieron en .el Atica, en Sicilia y en la Ita-
todo por una mariposa, puesto que el término f'$YChe designaba .~nto lia meridional.
al alma como a la mariposa que levanta vuelo. Los poemas homer1cos
abundan en ejemplos de que el hombre activo y consciente muert> 3. Alcmeón de Crotona y el problema de la sensación. - Sin adhe-
c~ando el alma, que tiene la naturaleza del viento, abandona el cuerpo rir de manera absoluta a la idea muy en boga de que nada hay en la
por Ja boca o escapa con la sangre de una herida para ir a re:u~i'.11'se cultura occidental que no tenga orígenes griegos,15 lo cierto es que los
en el Hcules, llorosa de su triste destino. La psyche de los prinutivos primeros e.studios sobre la naturaleza y forma del «alma» humana rea-
griegos es physis, como el cuerpo al que acompaña y las demás .cosas lizados con cierto rigor se hicieron en Grecia, en época muy posterior
del mundo. Su naturaleza es asimilada con la naturaleza del viento, a la homérica, ·por pensadores del período filosófico que ocupa los si-
que también consideran objeto y está completamente ~i~re de ~as, c~n­ glos VI y v, anteriores a Sócrates, y llamados después de Aristóteles
notaciónes de espiritualidad divina que las grandes religiones h1storicas physiologoi, o, en lenguaje nioderno, naturalistas, porque a la investi-
le concedieran y a las cuales estamos habituados. Es innecesario re- gación de la naturaleza dieron lugar prominente en sus búsquedas, y re-
cordar que en la Biblia la vida se origina con un «soplo» de :qios, dujeron a principios y a causas naturales las explicaciones del mundo.
porque el Eterno Dios formó al hombre del polvo de la tierra y, ha- Su naturalismo, ingenuo e indiferenciado, comprende tanto lo que
ciendo penetrar por sus narices un soplo de vida, lo convirtió en vi"'. consideramos únicamente ciencia física como lo que con wi tér-
viente.11 Pero no hay asimilación posible entre la psyche griega Y el mino posaristotélico denominamos metafísica, o búsqueda de los prin-
soplo divino judaico-cristiano, porque mientras éste es un don divino cipios supremos que rigen al mundo físico. Entre estos pensadores
que se otorga y se quita, un «aliento», un «impulso», la psyche es una se encuentra el más antiguo de los filósofos griegos de que tengamos
realidad concreta cuyo destino se trunca al verse separada del cuerpo, conoc,imiento, TALES DE MILETO (624 a. C.), fundador de la Escuela jó-
puesto que, como realidad adherida a éste, su destino nat~ral es tener nica, celebrado en su época tanto por haber previsto' un eclipse .solar
a su disposición todas las riquezas y todos los goces materiales que son como por haber intentado una explicación de lo que forma el principio
asequibles a los hombres.12 En la Ilíada, cuando Patroclo, herido de y el fundamento del mundo físico. No obstante, la razón por la cual
muerte por Héctor, expira prediciéndole que no lo sobrevivirá por damos hoy a Tales un puesto tan importante en la historia del pen-
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samiento es porque con la intuición que tuvo de un problema central es, el infinito, pero sin que este cambio produzca en lo fundamental
de la filosofía: la búsqueda del arche, o sea del principio primordial variación alguna en la doctrina general de la Escuela. Otro contem-
de las cosas, se in~cia el curso de la vida egpeculativa en el mundo poráneo de Tales, y como él de la Escuela jónica, fue ANAXIMENES
occidental. Sus investigaciones antropológicas y psicológicas no pare- (n. alr. 585), también de Mileto, quien dejó una obra titulada De la
cen haber tenido gran importancia, y fuera del hecho de que atribu- naturaleza en la que considera al alma constituida de aire, que era
yera al imán un alma, que le otorgaba su fuerza de atracción, y que , d ,
para él la· sustancia primitiva que condensándose forma todas las emas
declarara al agua principio universal: la tierra sólo es agua conden- sustancias del mundo. Cualquiera que sea el orden de importancia que
sada, el aire agua rarificáda, lo importante . para la psicología es que concedamos a los pensadores jónicos, lo que mejor distingue a la Escuela
se le debe el concepto de physis con el sentido de principio unitario. para el desarrollo posterior de la psicología es el carácter ·de la inves-
En efecto, el mundo como un dato que es de. la experiencia inmediata, tigación y del procedimiento seguido, o sea de haber buscado la sus-
estaba considerado como pluralidad huidiza y siempre renovada de ele- tancia única, elemental y material de las cosas (Hylé), considerando,
mentos sensibles: cada sensación, con la novedad de su aparecer, es como dice Aristóteles,1.i lo que queda idéntico en el movimiento y en
un aspecto nuevo del mundo, y de este modo un mundo nuevo, porque la corrupción. Pero si bien de este principio monista y abstracto: que
en la sensación por sí misma no existe ninguna coordinación con las el agua, el infinito o el aire son el principio a que todo se reduce, no
demás que la acompañan o la siguen. Por consiguiente, la vida sensi- resultaba concebible que de él todo se produjera, dado que nada hay
ble es una vida dispersa en la que nada se conserva, en la que todo en esos elementos que contenga la razón de la sucesiva diferenciación
se disipa, muere y renace con una variedad imprevisible de formas y del real. Por ello, como afirman las fuentes, Anaximandro y Anaxime-
de maneras ..La investigación del arche emprendida por Tales es, frente nes sintieron la necesidad de integrar su principio con nuevos datos
a esa pluralidad sensible del mundo, un análisis científico que intenta para explicar cómo ocurren las especificaciones de la naturaleza. El
descubrir el principio unitario de todas las cosas, venciendo así la apa- primero agregó al apeiron el movimiento, sin el cual no hay génesis ni
rente heterogeneidad de los datos que ofrece la experiencia sensible. corrupción. En Anaximenes, junto con este principio complementario
Tales sintió la necesidad de dar unidad sólida al mundo, o sea de com- encontramos otro: el principio de los contrarios como causa del cam-
prender que existe una unidad natural de todas las cosas, unidad exis- bio, según el cual, del contraste del frío y del calor, y por consiguiente
tente a pesar de la variedad de las mismas, y por la cual se puede por condensaciones y rarefacciones, tienen origen las variaciones de
decir que todos los fenómenos forman un solo mundo, una sola expe- la sustancia. primordial.
riencia, y están íntimamente unidos entre ellos, concepto unitario fun- Pero el valor de estas modificaciones no es relevante: los nuevos
damental en el que entra la sensación y gracias al cual Alcmeón podrá principios no e~tán concebidos de manera unitaria con el arche, y sólo
posteriormente elaborar su teoría del sensorium. representan· una nueva exigencia del pensamiento que solamente se
Sin duda, esa necesidad de unidad no fue únicamente una intuición concretará cuando, superado el monismoingenuo de los jónicos, surja
científica de Tales, sino también, y en el plano social, aspiración del con Heráclito una nueva doctrina de la naturaleza, dinámicamente con-
pueblo griego. La vida de Tales cae en el período de la lucha entre los cebida. En tanto aparece otra figura y otra escuela en la filosofía griega.
pueblos de la Lidia y de la Media, y que como se sabe concluyó con la La figura es la de PrTÁGORAs DE SAMos, y la Escuela, la de los pitagóri-
derrota que Ciro infligió a Creso y con la disolución del vasto imperio cos. De la vida de Pitágoras nada se sabe con certeza. Vivió en la pri-
lídico. Durante esta pugna, Tales tomó parte muy activa en pro de mera mitad del siglo VI y presumiblemente murió en el 497 a. ·c., en
Mileto, desaconsejando a sus conciudadanos de unirse con Creso contra Samos, su ciudad natal. Después de hipotéticos viajes a Egipto, donde
Ciro, alianza que los llevaría a la disolución y que estaba, por sus prin- habría aprendido la doctrina sobre la transmigración de las almas, se
cipios, contra la unidad de los pueblos griegos y en favor del exclusi- trasladó a Crotona, en la Magna · Grecia, donde fundó una secta de
vismo de la «polis». El principio de unidad que busca Tales corres- orientación científico-filosófico-religiosa. El carácter de la enseñanza
pondía, por consiguiente, tanto al mundo de las cosas como al de los que se impartía en la Escuela era esotérico y requería, por consi-
hombres, que también eran parte de la «physis», y era en otro plano guiente, una iniciación. En cuanto a la principal actividad de los pita-
reflejo de la ideología que habría de imponerse con el adveniln.ientó góricos parece haber sido la política, razón de la destrucción de su
de la democracia. ·
centro de enseñanza y de la dispersión posterior de los discípulos. En
Un contemporáneo de Tales, ANAXIMANDRO (610-546 a. C.) indica que filosofía, el concepto central de la doctrina es el arche; para los pita-
el principio de la unidad no está en el agua, sino en el apeiron, esto góricos, en el retorno del pensamiento de los datos de la experiencia
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a su principio encontramos el número, bajo la forma de proporciones de la sensac1on. Entre el ojo y el cerebro admitía un intermediario
o de relaciones cuantitativas, lo cual expresa el orden de los fenómenos que denominaba poros, canal o conducto encargado de transmitir al
y la constancia y estabilidad de sus leyes. De aquí que sus esfuerzos sensorio cerebral las impresiones provocadas en el ojo por los objetos
en la investigación hayan estado máS cerca de la búsqueda de la .ley exteriores. Concepción completamente original y que hará época en la
que regula la naturaleza, que de la esencia material y primitiva de las historia del sistema nervioso, los p-OTOS son los encargados de trans-
cosas.. Como en los jónicos, la búsqueda del a-rche de los pitagóricos portar al cerebro las impresiones sensoriales, provengan éstas de los
implica la investigación del principio del alma. Para Pitágoras, el alma ojos, de las narices, de los oídos, de la lengua y de los tegumentos, y
debe estar regida por leyes matemáticas y ser inmortal, pero sujeta cuando «a consecuencias de una conmoción o de un desarreglo local
a las leyes de la metempsicosis, o sea transmigrando de un cuerpo a de sus partes -nos dirá Teofrasto,17 filósofo que resumiera y compar-
otro. Por esto el pitagorismo recomendaba no comer carne, puesto tiera e.n parte las ideas de Alcmeón-, el cerebro queda privado del
que en los animales viven almas que deberán vivir en nuevos cuerpos. uso de sus funciones, pues los canales por los cuales tienen lugar esas
En cuanto a la psicología propiamente dicha de los pitagóricos, si es sensaciones estáii obliterados». Tal y no otra cosa es la «teoría cere-
que podemos hablar de una antropología en la enseñanza del maestro bral> de la sensación, que se opondrá en lo sucesivo a la «teoría car-
Y de sus adeptos, porque para ello debemos acudir a los textos del neo- díaca» (I, 2), y que contará con partidarios eminentes, como Anaxágo-
pitagorismo, que por lo general son contradictorios y es imposible ras de Klazomenes, Diógenes de Apolonia, Demócrito, Hipócrates, Pla-
atribuirles validez en relación con Pitágoras y su pensamiento, lo que tón, Teofrasto, Estraton de Lampsaco, quienes la adoptarán cuando no
se puede afirmar con exactitud es que consideraban al hombre for- completa por lo menos parcialmente, mientras que la mayoría de los
mado por tres partes: el cuerpo, el alma y el espíritu, que con su con- filósofos y médicos griegos, con Empédocles, Aristóteles, Zenón, etc.,
junto forman el famoso «ternario» humano de la escuela,. y en el que continuarán defendiendo la «teoría cardíaca~.
asentaban la realidad del ser y que para mostrarse activo debía estar Para Alcmeón, la cabeza es lo primero que se forma en el embrión,
dotado de voluntad, con lo que pasaba a constituir un «cuaternario». porque en ella .está alojado el cerebro, órgano de la sensación. Cada
Con referencia al conocimiento, y al igual que en los pensadores jóni- sentido posee en este órgano un territorio propio en el que se agru-
cos, los pitagóricos tienen a la sensación como su sola y única fuente. pan separadamente las sensaciones visuales, auditivas, olfativas, gus-
Sea como fuere, y aparte de la especulación teológica de los pitagó- tativas y táctiles. Estos territorios constituyen los sensoriums p-ropios,
ricos, su posición representa en lo Psicológico un punto intermedio y junto a ellos se encuentra· el senso-rium commune. Teofrasto nos
entre los sensible y lo intelectual, entre la materia animada de la , enseña, contrariamente a Heráclito, Parménides y Empédocles, que no
escuela jónica y el ser de la escuela eleática, que representa· el final admitían ninguna especie de diferencia entre pensamiento y sensación,
del desarrollo histórico de la teoría del arche, teniendo su concepto de· que Alcmeón había establecido una distinción neta entre esas dos fun-
alma la pluralidad de aquél y la eternidad y la inmµtabilidad de éste. ciones, y que lo había deducido al comprobar que la inteligencia del
En medio de las especulaciones abstr;;¡ctas de los pitagóricos apa- hombre es más penetrante y más vasta que la de los animales, y que
rece en el siglo VI antes de nuestra Era la figura de uno de sus miem- si bien es cierto que todos los animales sienten, el hombre es el único
bros dedicado casi por entero a la medieina y al estudio concreto de ser que piensa. Pero para Alcmeón, como para todos los filósofos de
la sensibilidad humana. Se trata de ALCMEÓN DE CROTONA, médico y la antigüedad griega, la sensación sigue siendo la condición previa del
filósofo que fue el primero en la historia en realizar disecciones de pensamiento. Es aparentemente a Alcmeón que Sócrates alude cuando,
animales, siendo por tanto considerado el fundador de la anatomía en el Fedón, Platón pone estas palabras en su boca: «Cuando joven
comparada. Pero lo más importante para nosotros es que Alcrneón estaba inflamado por un prodigioso deseo de conocer lo que se llama ·
ubicó el problema de la sensación sobre su verdadero terreno, y de historia de la naturaleza, put;sto que encontraba grande y divina la
simple elemento del conocimiento, como fuera para los jónicos y sus ciencia que enseña las causas de cada cosa, lo que la hace nacer, lo
propios cofrades pitagóricos, la convirtió en una función cerebral, con que la hace morir, lo que la hace existir; y no hay esfuerzo que no
lo cual creó la teoría cerebral del alma, o por lo menos del sensorium, haya realizado, movimiento que no haya hecho, para saber si Jos ani-
y cuyo reconocimiento en el siglo XIX debería llevar a los progresos males nacen, como algunos pretenden, cuando el calor y el frío han
actuales de la neurofisiología y de la psicología de las sensaciones. En concebido alguna especie de corrupción; si es la sangre la que cons-
sus disecciones, Alcmeón dio preferencia a los órganos de los sentidos tituye el pensamiento, o si es el aire o el fuego, o si no es ninguna de
y a sus relaciones con el cerebro, donde, como dijimos, ubicó el asiento esas cosas, pero solamente el cerebro, que es el motor de nuestros

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sentidos, de la vista, del oído, del olfato; si de estos sentidos resultan . : Demócrito feroz crítico de la realidad sensible, se arrancara los ojos.
la memoria y la imaginación, y si de la memoria y de la imaginación, · :' : Como .Álcmeón Demócrito había diseccionado: estudió el oído Y es-
·después de un tiempo de reposo, nace la ciencia.» ·: cribió un tratado de anatomía del camaleón. Poseía sólidos rudiment~s
Mucho se ha discutido si Alcmeón asignaba como substracto de ' de anatomía cerebral, pues «el cerebro -dice- vigila como un cent1-
cada sensación su sensorium propio y como substracto del pensamiento . nela la extremidad superior de la ciudadela del cuerpo, confiada a su
el sensoriu.m commune. Lo ignoramos, y sería tal vez introducir ele- guardia protectora. Está reunido por membranas fibrosas; sobre esas
mentos del pensamiento moderno pretender afirmarlo. Pero 1o cierto membranas hay huesos dobles que esconden al cerebro, órgano de la
es que su distinción entre sensación y pensamiento, anterior a la de inteligencia». De este· trozo se deduce que las meninges, la durama~e
Aristóteles, ha precedido en dos mil quinientos años la concepción de y la piamadre eran conocidas para la época, y se llega a la conclus1on
Paul. Flechsig sobre los centros de proyección y los centros de asocia- ' de que Demócrito .conocía los hemisferios cerebrales. 1fi:l El punto de
ción de la corteza cerebral. Es en estos centros especializados que son partida de la especulación de Demócrito está en el concepto de que
sentidas y percibidas esas diversas impresiones, y aimacenados los el ~ y lo y,!Wiad._ero son idénticos para todos los ho~bres, en tai:to
«residuos> visuales, auditivos, gustativos, olfativos y táctiles. Junto a que el placer. es diverso para., todos. 1 º De la vi~ ~~ns1ble Y afectiva
esos centros de proyección sensitivos comunes al hombre y a los ani- no obtenemos ciencia, por su variabilidad y camb1ab1hdad; por .el, c~n­
males, Flechsig admite la. existencia de centros de ·asociación, propios trario la verdad racional es susceptible de ciencia porque es identica
del hombre, donde se asocian las sensaciones provenientes de cada para todos. Y especificando esta idea, que será el princ~pal peld~ño. ~e
centro de proyección y donde se elaboran las operaciones intelectuales la futura concepción socrática, Demócrito enuncia su celebre prmc1p10
elevadas, el razonamiento y el lenguaje, por ejemplo. Esos centros de de que el frío y el calor, como todas las cualidades sensibles, son m~­
asociación no tienen una estructura diferente de la de los centros ramente convencionales; de real no existe más que el !l~o Y el "..l:\El?·
de proyección; simplemente se mielinizan más tardíamente y sufren Aunque la primera parte .de este principio pertenece por, entero al esp~­
en el hombre, en el curso de las edades, una diferenciación biológica ritu de la filosofía eleática, Dem.!krjto no se conformara como Parme-
que los vuelve aptos para los procesos psicológicos superiores. Está nides con una doctrina de la opi.IiT6n al lado de una ciencia pura, sino
de más decir que. al preceder los centros de proyección a los centros que postula una ciencia s~~ y cumple así un gra~ paos hacia .la uni-
de asociación, y ser su condición previa, para Flechsig, como lo fuera ficación del saber. - .
para Alcmeón, la sensación es la condición previa del pensamiento. En partiendo de esta premisa, la física atomística ~e desenvuel~e
según criterios puramente racionales. Nega-9:~ ~___:=.~h~li4 ___~1.!S_1:~cial
4. Demócrito de Abdera y la materialización del pensamiento. - de cualquier aspecto cualitativo y sensible de la realidad, solo queda
El último de los grandes pensadores del período naturalista, DEMÓCRITO un mundo de pura cantidad, plenamente inteligible para el pens~­
DE ABDERA (?-370 a. C.), es el máximo representante de la Escuela ato- miento. La afirmación de la existencia del vacío tiene por consecuencia
mista. Con la filosofía de los atomistas nos encontramos por primera la afirmación de que la cantidad plena no es continua sino discreta;
vez en el curso de la historia frente a un sistema completo de ciencia, y la imposibilidad lógica del regreso al infinito :?. la divisibilida~ de
que será como el prototipo de los grandes sistemas de la edad clásica. la materia implica la existencia de partes pequemsrmas, que ulterior-
La intrepidez de esos pensadores sorprende para la época, porque impe- mente no son fraccionables y a las que por lo mismo se da el nombre
lidos por un espíritu exclusivamente científico, sin ningún lazo con la de átomos (de a, privativo, y temn6, cortar). Éstos tiene~ por carac-
religión y la ideología que imperaban, se dedicaron de lleno al análisis teres ser llenos indestructibles, inmutables, porque no contienen el no-
rigurosamente cuantitativo y mecánico de la naturaleza material, con- ser dentro suy~, sino que está solamente afuera, como límite extei:no
siderándose a la vez obligados a valorar lo que comúnmente era y circundante. La_1~QT_íg, de J.9..?A~ºm__E_s,_reposa,.. pues,-; sobr.e__dos_prm-
llamado inmaterial· y, por consiguiente, materializaron el alma y el cipios o hipótesis inverificables: el átomo y el vac10, porque ~ara
pensamiento, y negaron cualquier finalidad y providencia en el mundo.· vacío-
n·emócifto-- el existe al l'gual que el lleno. Resumiendo, ¿que es
La crítica y refutación de las opiniones y de los datos de los sentidos el átomo? La masa más pequeña de materia; la materia, eterna, única
en pro del espíritu científico que ejercitaran las escuelas ant~riores causa de todas las cosas del universo. Por definición, el átomo es
con espíritu de sutileza y de aristocrático desdén, se convierte para insecable, y por consiguiente permanente, ii;v~riable e i~destruct~ble.
los atomistas en actitud práctica y se transforma en conducta de vida, Es pleno, sólido, homogéneo, y constituye la umca sustancia que ex1st~.
de modo que no es de extrañar que la leyenda llegara a concebir que Infinitamente pequeños, y por lo mismo inaccesibles a nuestros senb-
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dos los átomos son infinitamente· numerosos. Semejantes cualitativa- Terminada su acción salen, y así se establece en el cuerpo humano una
me~te difieren cuantitativamente, o sea por la cantidad de materia que doble corriente de átomos vitales y psíquicos que penetran y salen.
contie~en, por el tamaño, el volumen,. la forma o figura geométrica, Pero, ¿cuál es exactamente la acción de los átomos psíquicos, y
y por el peso. Dicho de otra manera, los hay exµemadamente peque- cómo por ella el hombre conoce al mundo exterior? ~ra D_~In§~.x:.i~,
ños y :i:elativamente grandes; los hay por la forma redondos, cuadra- l.!i.-~~nsª'.E.!§!l_E_es\!_l_~--g-tl__~l!._09.ue de los átomos psíquicoS--Contra ~os
dos, angulosos, ganchudos, triangulares, poligonales, etc. Los hay más i ~íi.ik9.s,. estando éstos fijos y-aqué-Uosen:-movimtento;--siempre' y
0 menos ligeros y más o menos pesados. «Cada uno de los átomos cuando que unos y otros sean homeomorfos, posean la misma figura geo-
-escribe Demócrito- es más pesado si su masa es más considera- métrica. Entonces lo semejante es conocido por lo semejante. De este
ble.> Esta última noción tiene gran impor~anéia porque es l~ que modo y a manera de ejemplo, los átomo.s que emanan de la superficie·
controla la velocidad de los. átomos, porque los átom:os estan en de un objeto iluminado atraviesan el aire y, penetrando por los poros
movimiento perpetuo en el. vacío, tanto en· el vacío que separa a las de los ojos, viajan por la red interatómica, para terminar actuando
cosas en el espacio como en los vacíos intersticiales que separan unos sobre la parte del cerebro en la que encuentran átomos de figura geo-
de los otros a los átomos constitutivos _µe los cuerpos vivientes. Estos métrica igual a la suya, y así se produce un choque entre átomos
átomos se unen y se agregan para formar todas las cosas de la natu- homeomorfos, que es la sensación y el conocimiento: ~6 semejante co-
raleza; también se separan y se desagregan, produciendo así la des- noce a lo semejante en el mecanismo atómico, o, dicho de otra manera,
trucción de esas mismas cosas. el objeto iluminado es visto por el sujeto. Lo mismo ocurre con las
En lo que concierne al hombre, el cuerpo humano es un agregado sensaciones auditivas y olfativas. En cuanto a las sensaciones gustati-
de átomos constitutivos, átomos somáticos que en agregándose dejan vas y táctiles, existe una diferencia: las corriente.s de átomos no atra-
entre ellos espacios vacíos denominados poros, con lo que reencon- viesan el aire ambiente, sino que penetran directamente en los poros
tramos el nombre dado por Alcmeón a los canales (I, 3), que comuni- de la piel o de la lengua. Más aún, por ser el movimiento de los áto-
carían a los órganos periféricos de los sentidos con el sensorium ce- mos psíquicos la única causa del sentir y del conocer, si ese movimiento
rebral. Pero los poros de Alcmeón sólo tienen de común con los de permanece normal el pensamiento está sano; si resulta perturbado
Demócrito el nombre. Éstos, interatómicos, presentan, como dice Lu- · sobrevienen trastornos de la sensación y del pensamiento. La teoría de
crecio,20 forma variada, calcada sobre la figura geométrica de· los áto- Demócrito abarca en sus cuadros la primera explicación de la dife-
mcs somáticos que constituyen sus paredes, y forman en el cuerpo una rencia entre lo normal y lo.patológico como trastorno de uno y mismo
inextricable red que comunica con el aire exterior tanto por los poros fenómeno. y. puesto que cada sensación no es otra cosa que el contacto
de Ja mucosa de las vías respiratorias como por los órganos periféri- de átomos homeomorfos, todas las sensaciones se reducen a una: el
cos de los sentidos y de la piel. Esos poros o canales son invisibles tacto, de la que son variedades. «Demócrito y la mayoría de los natu-
porque son infinitamente pequeños. En esa red intersticial o interató- ralistas que se han ocupado de la sensibilidad -escribe Aristóteles-
. mica es donde circulan incesantemente los átomos venidos desde fuera, han convertido en táctiles todas las cosas sensibles.> 21
especialmente los átomos vitaLes y psíquii;os, que son r;~ondos,. liso.s, Herácl.ito, Parménides y Empédocles confundían en una entidad
livianos, calientes por ser de naturaleza· ignea, muy moviles, d1sem1- pensamiento y sensación. Demócrito no los sigue, pero tampoco los
nados en el aire atmosférico. Respirados por todos los seres vivos, tanto · distingue tan netamente como Alcmeón. Para él, la sensación y el pen-
por las plantas como ·por los animales, Ios átomos vitales penetran samiento son actos puramente mecánicos con el mismo y único origen:
en los canales de la mucosa respiratoria y, ya sea directamente por un choque de átomos. Ese choque, es bueno aclararlo, se puede produ-
la red de los poros interatómicos o indirectamente por intermedio de cir en cualquier parte del cuerpo, pero Demócrito reconoce una selec-
la sangre, llegan a todas las. partes del organismo para llevarles calor tividad por el cerebro; de aquí que el pensamiento corresponda a todo
y vida. Por s.u parte, los átomQ§. p2íquicos, emanados de los objetos el organismo pero tenga al cerebro por órgano principal. Esta afirma-
luminosos, sonoros, olfativos, sápidos o táctiles, cuyas formas adoptan, ción podría hacer pensar que en los atomistas ya se encuentra el prin,;.
atraviesan el aire ambiente, entran por los poros de los órganos de los cipic de la unidad de la vida psíquica, pero no es así. Para Demócrito,
sentidos, circulan por la red interatómica y llegan, para actuar, al el corazón es el órgano de la c6lera, y el hígado el , del deseo. Los
.sensorium cerebral, en las regiones constituidas por átomos somáticos mecanismos por los que se producen la ·cólera y el deseo son los mismos
fijos que poseen una figura geométrica idéntica a la. suya. De. esta que para la sensación y el pensamiento: el choque de átomos homeo-
acción resultan la sensación y el conocimiento de los obJetos exteriores. morfos, pero estamos todavía lejos del principio de la unidad orgánica
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que será tema de los tiempos modernos. Tal era la opinión de Demó- los problemas iniciales de sus. especulaciones, así como el camino se-
crito sobre la constitución atomística del cuerpo humano y sobre el guido para resolverlos. EMPÉDOCLES DE AGRIGENTO (?-430 a. C.) re~re­
mecanismo de la s~nsación y del pensamiento, que materializados pasan senta frente al impacto de los atomistas y su negación de la realidad
.a ser parte de la materia universal. El átomo, en perpetuo movimiento del s~tido común, sobre todo por obra de Demócrito, un espíritu pleno
en el vacío, representa la única sustancia de las cosas y de los seres de eclecticismo, en el cual las resonancias legendarias prevalecen de
del universo. Es todo, basta para todo, lo explica todo. Explica tanto la nuevo. Retoma el himno hesiodeo del nacimiento del Universo para
composición de los astros como la constitución de los minerales de los compenetrarlo con las más severas exigencias racionales de los. eleatas
vegetales y de los animales; explica tanto los movimientos de la~ estre- y atomistas. En un poema sobrecargado de imágenes, Empédocles
llas como la vida y la sensibilidad animales la sensación el pen- expone su doctrina de los cuatro elementos, o craíces» de las cosas: el
.
sam1ento y e1 movimiento del hombre. ' · 1
fuego, el aire,. el agua y la tierra. Todo viene de su reunión, de su sepa-
La teoría democriteana está en la base de la ciencia moderna. No ración, de sus diversas proporciones; pero ninguno de esos elementos
vamos a discutir si lo único que ha sobrevivido del antiguo átomo es es el primero, son igualmente eternos y no proceden el uno del otr~.2ts
el hombre; si el átomo de Demócrito, que era un ser de razón se ha Para el mecanismo de la sensación, Empédocles atribuye papel prin-
convertido o no en realidad, pero, ¿la noción mecánica de la se~sación cipal a los órganos periféricos de los sentidos, según testimonia Aris-
sobrevive o no? Para explicar la sensación, Demócrito admitía un con- tóteles que sufriera fuertemente su influencia, y adelanta que la olfac-
tacto entre átomos provenientes del exterior y los átomos homeomor-
ción ; la gustación resultan de la acción de partículas. odoríficas Y
fos del sensorium cerebral; hoy la explicamos por la acción de ondas
gustativas sobre las narices y la boca. Tambi,én afirma ~ue la audfc~ón
que viniendo del mundo externo actúan sobre las neuronas de Íos cen-
se realiza en el tubo auditivo, cuando las part1culas del aire atmosfer1co,
tros sensoriales de la corteza cerebral, sin que mecánicamente haya
que considera. independiente de los cuatro elementos, son puestas en
mayor diferencia ni conozcamos mejor el proceso. Demócrito afirmaba
movimiento por los sonidos y los ruidos y penetran «en el tubo mem-
que pensar es sentir, que el pensamiento es una simple modificación
branoso de la oreja». ·La concepción de la visión que tiene Empédocles
de la sensa~ión, y Locke y Condillac ¿sostuvieron algo diverso? Además
es muy curiosa, pues considera al ojo como una linterna plen,a ~e agua
¿cuál sería la inteligencia de un ser que no sintiera? Aristóteles, si~
y de fuego,26 de la cual parten rayos que atraviesan las ~umcas del
guiendo a Demócrito, nos dice: «Un ser que no sintiera no conocería
ojo y abren camino a los efluvios que provienen de los ob3etos exte-
ni comprendería nada.» 22 Hoy, toda la psicopedagogía a~ienta en este
23
principio. Por otra parte, Demócrito fue uno de los primeros y tal riores. «Es de este modo -nos dice Aristóteles- como algunas veces
Empédocles explica la visión; otras veces sostiene que es producida
vez el primero, en destacar la subjetividad de nuestros conocimlentos:
«El color -nos dice-- no existe en sí; resulta de las partes en mo- por las emanaciones de los objetos.» 2 7
vimiento.» El sabor tampoco existe en sí, «es en la opinión [esto es en Empédocles adopta el postulado de los semejantes de Demócrito,
la subjetividad] -escribe- que existe el dulce, en la opinión el a~ar­ pero lo hace con términos sibilinos: «Por la tierra --escribe- cono~e-
go, en la opinión el calor, en la opinión el frío, en la opinión el color. . mos la tierra el agua por el agua, el aire divino por el aire, el· fuego
En realidad únicamente existen el átomo y el vac.ío». Demócrito sos-
que nos cons:ime por el fuego, el amor por el amor, y la discordia por
tiene que solamente asimos fenóme~ti.~\, nunca-;! átomo, y que vi- la discordia furiosa. Con esas cosas .es que todo está ensamblado Y
vimos un mundo de ih,isiones. «Para decir la verdad -repetía-, no construido· es por ellas que se conoce, que se siente placer y dolor.» Así,
sabemos nada.» Escéptico radical, fue un pensador genial al que sus junto a l~s cuatro elementos hace intervenir dos fuerzas simbólicas,
coterráneos creyeron loco.24 el amor y la discordia, que para él son corpóreas al mismo título que
los otros componentes del universo: ·el fuego, el aire, la tierra Y el agua.
5. Empédocles ele Agrigento, Anaxágoras ele Klazomenes, Diógenes Además, el placer y el dolor acompañan al conocimiento y a la igno-
de Apolonia, y la distinción entre espíritu y materia.-Junto a Alcmeón rancia. Si los objetos presentan similitudes de constitución con una
Y a Demócrito se debe ubicar, en esta etapa del conocimiento del parte de un ser viviente, hay conocimiento y placer; si ofrecen dif;ren-
hombre, a Ernpédocles de Agrigento, Anaxágoras de Klazomenes y cias resultan la ignorancia y el dolor. Para Empédocles, todos los orga-
Diógenes de Apolonia. Los tres son contemporáneos y su madurez nos' comprendido el cerebro, participan de la inteligencia, pero es el
cae en la segunda mitad del siglo v. Pero no solamente los une el tiempo cor~zón, la sangre del CO'l"azón, dond~ está su principal asiento, puesto
en la historia, sino también cierta afinidad mental y la comunidad de que en ella los cuatro elementos están perfectamente mezclados. «Nu-
trido por fuertes oleadas de sangre crujiente, el corazón lleva a los
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hombres el pensamiento en las espirales de su flujo. La sangre que tituyen el infinito originario. La importancia de esta innovac1on de
baña al corazón es pensamiento>.2 ª Por eso el corazón se nutre ya Anaximandro cae enteramente sobre el concepto de vida: mientras que
en el embrión con la sangre de la madre211 y constituye el princi- los atomistas explicaban todo lo que es orgánico como una mezcla de
pal foco de la inteligencia. La inteligencia está en relación directa con elementos simples y cuantitativos, Anaxágoras da a entender que no
la krasis, o mezcla de los cuatro elementos, y con el temperamento del existe una generación equívoca de la vida, que por consiguiente el
cuerpo. Si la krasis es buena, el pensamiento resulta extenso y pe- principio de organización debe ser originario, y que en última instancia
netrante; si la krasis es mala, puede resultar la imbecilidad, la idiotez, lo orgánico explica lo elemental y no viceversa. Al principio, todos
la locura. Y en este respecto, el fuego es el elemento que dirige a los los elementos existían entremezclados en el infinito: ómou pánta
otros tres: de la temperatura depende la lentitud o la vivacidad del chémata en; 32 y puesto que estaban juntos, nada se podía distinguir a
pensamiento. Por último, en Empédocles encontramos de nuevo el prin- causa de su pequeñez, que no conocía límites, pudiendo darse siempre
cipio de la metempsicosis, que viéramos introducir en el pensamiento un más· pequeño del pequeño, sin que por ello el ser se anulara en el
griego a los pitagóricos, y cuyas· tesis desarrolla con extraordinaria no-ser. 33 No se podía conocer con claridad la cantidad de las cosas
fuerza de mago inspirado. En efecto, su concepción del alma es órfica, porque lo impedía la mezcla de todos, del húmedo y del seco, del calor
y en la misma ve una realidad caída de una edad de oro perdida, y de Y del frío, del claro y del oscuro; y mucha tierra también estaba mez-
la cual la esencia, el origen y el destino son sobrenaturales. Las almas, . y un infinito número de simientes ( spermáton), de las cuales
clara,
«demonios inmortales), fueron. expulsadas del mundo de la beatitud nmguna semejaba a la otra.s4 De la separación (apokrisis) surgen
por una culpa nacida del Odio; precipitadas a la tierra, entraron en todas las cosas distintas, y ésta es obra de la mente. Y he aquí un
el vórtice de los elementos y se vieron obligadas a transmigrar de un segundo y gran concepto de Anaxágoras, que se convertirá ,en centro
cuerpo a otro, hasta el momento de la liberación final. Para renacer a de la especulación de los filósofos que lo sucederán. Si del infinito
la dignidad de los dioses, libres de reencarnaciones, necesitan vivir en caótico ha podido formarse un mundo organizado, distinto en sus par-
la pureza y en el ascetismo. Empédocles cree recordarse de sus exis- tes, armónico en su conjunto, no es ciertamente por obra de una fuerza
tencias anteriores: «Una vez, ya fui muchacho y muchacha, zarza y mecánica ciega, como enseñaba Demóorito, sino que debe haber inter-
pájaro, mudo pez en el mar.> ao venido un principio teleológico capaz de dividir y de organizar un
Con ANAXÁGORAS DE KLAZoMENES (497 - 427-428) abandonamos la principio inteligente de orden y de armonía que es el nous, esto e~, la
Magna Grecia, las profecías de los pitagóricos y los arrebatos místicos mente. De este modo, Anaxágoras es el primero en establecer una
de Empédocles, para retornar a la inspiración positiva de la escuela de distinción formal entre la materia y el espíritu. Para él, el universo
Milete. J ónice de nacimiento, va a residir en Atenas, que comienza a reconoce dos causas: la materia y el nous. La materia es inerte, for-
fü1recer después de las guerras médicas y que se ha convertido en ca- mada por simientes o gérmenes, a los que también llamará homeo-
pital del nuevo imperio marítimo. Pero su enseñanza que negaba la merías. Los órganos. del hombre están formados por partículas seme-
divinidad de las cosas celestes, afirmando que el sol es una piedra , ' jantes: los huesos, de ·partículas óseas; los músculos, de partículas
incandescente y la luna una tierra, choca con la ideología que se cons- musculares, .etc. En cuanto al nous: inteligencia, alma, espíritu, sus-
tituye en Atenas y que busca reafirmar su predominio con supuestos tancia fluida y sutil, tiene por atributos el conocimiento, porque ces el
orígenes divinos. Es acusado de impío y expulsado.31 Como Empédocles, espíritu el que ve, es el egpíritu el que oye, lo demás es ciego y sordo>,
consideró la tierra, el aire, el agua y el fuego elementos eternos e nos dirá el poeta cómico Epicarmo repitiendo a Anaxágoras, y el mo-
inmutables que constituyen el mundo, siendo cada uno de ellos mo- vimiento, pudiendo penetrar todas las cosas, rigiendo tanto la rotación
vido por dos fuerzas diversas y contrarias: el amor que une y el odio de los astros como la sensibilidad, la inteligencia y el movimiento de
que desune. Fundador de la primera escuela filosófica ateniense, Ana- los seres vivos, animales y vegetales.
xágoras inicia, adelantándose a Sócrates, la lucha contra los prejuicios Para Demócrito y Empédocles, la sensación y el pensamiento son
y las supersticiones mantenidos por la ideología en nombre de la comunes para todos los seres organizados. Para Anaxágoras, la sensa-
ciencia. Acepta el apeiron, el infinito de Anaximandro, sin divergir en ·•
Clon, causa del cconocer y del mover», tiene su asiento central en el
esto de los atomistas; pero en tanto éstos concebían los. átomos como cerebro, que aparece como etapa terminal del proceso sensitivo. Pero
indiferenciados y privados de individualidad, recurriendo al vacío para ' a diferencia de Demócrito, no lu localiza exclusivamente en ese órgano.
explicar las diferencias del real, Anaxágoras, en negando al vacío, , Además, no son elementos homeomorfos los que al chocar producen
admite una diferenciación en el seno mismo de los elementos que cons- , el cambio que el sujeto capta como sensación; deben ser elementos di-
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versos, o sea que sostiene el postulado de los contrarios. Si bien es exterior, se propaga al cerebro.» De la misma manera la visión resulta
cierto que existen algunas semejanzas entre la doctrina de Demócrito del transporte aéreo de las formas sobre la pupila, la cual se encuen-
y las concepciones de Empédocles y de Anaxágoras, las diferencias tra «mezclada con el aire intraéerebral».
son, sin embargo, mayores. Los elementos de Empédocles y las homeo- Para Diógenes, el aire lo explica todo, y si para los fisiólogos ante-
merías de Anaxágoras difieren esencialmente de los átomos democritea- riores no lo explicaba todo, desempeñaba sin embargo un papel impor-
nos. Además, el amor y la discordia de Empédocles, y el nous de Ana- tante, especialmente para Demócrito. En efecto, está poblado de átomos
xágoras, no tienen ninguna relación con la pesantez, única fuerza en movimiento incesante, especialmente de átomos vitales Y psíquicos,
motriz reconocida por Demócrito. Por último, en tanto que el abderi- que emanan continuamente de todas las cosas y de todos los seres de
tano y el agrigentino reconocen la teoría cerebral del pensamiento de la naturaleza, penetrando en el cuerpo humano con cada inspiración
Alcmeón, Anaxágoras retorna a la teoría cardíaca de los tiempos homé- y saliendo con cada expiración. El calor, la sensibilidad, la inteligencia
ricos. Para Anaxágoras, el corazón es el órgano principal del pen- y el movimiento dependen del aire. Su importancia es infinitamente
samiento, y en cuanto a la conciencia, sólo la entrevé como variado- l superior a la de la alimentación, porque se puede vivir muchos días sin
nes de grado entre las diferentes formas de vida, pues admite que comer, mientras que apenas se vive unos minutos sin respirar. En
hasta las plantas sienten placer con el crecimiento y dolor cuando caen consecuencia se acuerda a las cualidades del aire una influencia enorme
sus hojas,ª 5 lo cual equivale a no. distinguir la conciencia de las fun- sobre· el cuerpo y sobre el espíritu,.sobre la sensación y la razón, sobre
ciones vitales, y así queda comprendida entre los fenómenos que hoy la salud y la enfermedád, particularmente sobre la determinación de
llamamos biológicos. Anaxágoras no se planteó el problema de una las enfermedades nerviosas y mentales. También se hace desempeñar
conciencia propia del ser humano como tal, puesto que, como todos un papel exagerado al exceso de calor, de frío, de húmedo y de seco.
los presocráticos, considera la naturaleza del hombre únicamente como Para Diógenes existen diferencias en el pensamiento, según que el air~
physis. esté más o menos puro, más o menos caliente o demasiádo frío. Por
Contemporáneo de Anaxágoras, viviendo en la segunda mitad del el probable influjo de .Anaxágoras, Diógenes de Apolonia atribuye al
siglo v, DIÓGENES DE APOLONIA enseñó• en Atenas, y sabemos que fue aire todos los caracteres del nous. Es «algo que considera como un
autor de un tratado De la naturaleza, del que solamente se conservan dios», al mismo tiempo «grande y poderoso, eterno e inmortal y de
algunos fragmentos y que verosímilmente incluía una meteorología y gran saber». No cabe duda que el concepto de pneuma con el sen-
una antropología. Médico y filósofo de la escuela de Anaxímenes, con- tido de fluido vital idéntico al aire, que aparece en la escuela hipocrá-
sidera el aire como principio universal del cosmos, del que asegura la tica de Cos, debe mucho a la obra de Diógenes .de Apolonia.
cohesión. Además, representa en el individuo la razón unificadora de
sus funciones fisiológicas y psíquicas, porque « ... los hombres y los
otros seres animados viven del aire respirándolo, y en eso está· su alma
y su inteligencia ... porque si son privados de él mueren y su inteligen-
cia se apaga».ªº En continuo movimiento y a través de múltiples rare- II. LA FASE HIPOCRATICA
facciones, condensaciones y transformaciones, el aire produce todas las
cosas del universo, cuya variedad se debe únicamente a la diversidad l. Vida y «Obras» de Hip6crates.-Hn>6CRATES, cuyos famosos «Afo-
de sus transformaciones. El aire produce tanto el fuego como la tierra rismos> comienzan con esta sentencia de tono grave y melancólico: «La
y el agua, tanto las estrellas como el cuerpo humano, tanto el mo- 'Vida es breve, el arte es largo, la ocasión fugitiva, la experiencia enga-
vimiento de los astros como la inteligencia. Pero bajo aspectos tan di- ñadora, el juicio difícil», nació. hacia el a:ño 460 a. C. en Cos, capital de
versos la materia queda la misma, como testimonia la asimilación de la isla del mismo nombre. Vivió en el siglo de Pericles, y fue contem-
los minerales por los vegetales y la de los vegetales por los animales. poráneo de Sócrates y de Platón, de Sófocles y de Eurípides, de Tucí-
Para Diógenes de Apolonia, el cerebro es el centro de la sensación, dides, de Aristófanes, de Fidias y de Policleto, y su nombre en nada
pero no la sustancia cerebral propiamente dicha, sino que quien siente desmerece a los de· tan grandes contemporáneos. Pertenecía a la fami-
es el aire intracerebral. De este modo, la olfacción es debida ·al aire lia de los Asclepiades (vid. I, 2), y su origen fabuloso se hacía remon-
de la cavidad nasofaríngea, donde se hunde el cerebro; la áudición es .tar hasta Esculapio, pues, según la leyenda, por su madre Fenareta
debida a las vibraciones propagadas del aire. «Se escucha -afirma- descendería de Hércules y, por su padre Heraclides, de Esculapio.
cuando el aire que está en el oído, puesto en movimiento .por el aire Esto demuestra que la leyenda se apropió rápidamente y en la medida
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92 ALBERTO L. MERANI

Y a una edad muy avanzada: a los 85 años, creen unos; a los 109, preten-
que aumentaba su fama de todos los actos de la vida de Hipócrate; .. .den otros. En el primer siglo de la Era cristiana todavía se mostraba
Los griegos :icostumbraban a divinizar a sus grandes hombres, Y de el .su tumba, cerca de Larisse; y todos los años, cuenta Soranus un
.enjambre de abejas venía a elaborar sobre esa tumba una miel ~ila­
hicieron un semidiós. Sin duda, la vida del «divino anciano::i> está plena
de incertidumbres;ª7 con toda seguridad, sus antiguos biógrafos: So-
,grosa que curaba las aftas de los niños. En la Edad Media se .dio a
ranus, ·Suidas, Tzetzes, recogieron y propagaron infinidad de leyendas:
Hipócrates el nombre que ha perdurado de «Padre de la medicina::i>.
el rechazo de los presentes de Artajerjes; la detención de la peste en
Esta metáfora, que ante todo testimonia respetuosa admiración, no
Atenas, por medio de fuegos encendidos en todas las plazas y de coro-
nas odoríficas colgadas en las calles; el viaje a Abdera, para curar la puede ser tomada al pie de la letra. Hipócrates no creó la medicina
locura de Demócrito (vid. I, 4); las súplicas a los atenienses que griega. Él lo dice, lo repite en esa frase significativa que Laennec, el
amenazaban Cos; la cura dél rey Pordiccas II, que moría de amor; el creador de la semiología pulmonar, puso· como epígrafe de su tesis:
La medicina no es una ciencia nueva. Existía, como antes vimos, desde
incendio del templo de Esculapio, provocado por Hipócrates para apo-
derarse de las tabletas médicas del santuario, etc., etc. Todavía en nues-· los tiempos homéricos, y se prolongará después en los tiempos y en las
tros días las leyendas nacen rápidamente en torno de los hombres céle-· escuelas médico-filosóficas, en especial con la escuela itálica que fun-
<lara Alcmeón de Crotona. «Se podría demostrar -escribe Littré39-,
bres, e Hipócrates fue célebre en vida. con el libro de Herodoto en la mano, historiador de hecho extraño a
Lo cierto es que durante mucho tiempo la familia de los Asclepia-·
des fue la única que podía ejercer la medicina, arte que se transmitía las cosas de la medicina, que la nomenclatura de las enfermedades
de padres a hijos como una herencia. Heraclides, padre de Hipócrates, existía antes de Hipócrates y de sus discípulos, que él y ellos nada
fue u{édico, y lo fueron los hijos de Hipócrates, Dracón y Tesalus, y su innovaron y que se sirvieron de una lengua hecha por otros.» Pero
yerno Polibio. Pero ya en ese tiempo se .podía entrar en la carrera de -debemos reconocer que las obras de los médicos anterJores desapare-
médico sin pertenecer a la familia de los Asclepiades, como demuestra cieron, de manera que el período hipocrático se encuen~ separado del ·
el testimonio de Platón en el Protágoras. Se sabe que Heraclides di<> homérico por una laguna insalvable de cinco siglos. En riluchísimos
a su hijo, todavía niño, las primeras leccioi:ies de. medicina, para ~es: aspectos, Hipócrates es apenas un continuador, pero es un· continuador
pués ponerlo en manos de Herodicus. Al m15mo tiempo le proporciono de genio, de modo que a pesar de esto el sobrenombre de «Padre de la
maestros eminentes que le enseñaron la astronomía y la meteorología medicina», inexacto crono!ógicamente, es admisible científicamente.
-que luego, médico famoso, haría desempeñar gran papel en la etio-
logía morbosa -, las matemáticas, las bellas artes, y sobre todo la filo- 2. Las «obras:. de Hip6crates. - Los escritos hipocráticos fueron
sofía. En esa época, los médicos recibían una sólida instrucción literaria. muchos y la mayoría de sus manuscritos desaparecieron. Los que han
Platón escribe: «Poseen un espíritu elegante y cultivado, y en las expli- llegado hasta nosotros fueron recopilados por la Escuela de Alejandría
caciones que dan a sus pacientes llegan hasta la filosofía.::i> Y los coloca y publicados con el título de «Obras de Hipócrates». Hoy les damos y
en el mismo rango que los demás espíritus cultivados del siglo v. con justicia el nombre de Colección hipocrática o de Corpus hippo-
«A juzgar por las obras que nos quedan -escribe Littré 38- , una gran craticum, porque todos los libros que la componen no son ·del médico
educación filosófica había sido dada a los médicos hipocráticos; las doc- de Cos. Los hay que le son anteriores, como algunos fragmentos de
trinas filosóficas de su tiempo le son familiares y el hábito de las ideas La naturaleza de los huesos, los Libros segundo y tercero de las enfer-
generales se deja sentir en ellos.» Esta educación no impedirá, sin medades, el tratado de Las afecciones internas, los cuales, por la
embargo, a Hipócrates de separar la medicina de la filosofía, ase~tán­ doctrina, constituyen un grupo homogéneo y los deberíamos, según pa-
dola sobre la observación de los hechos primero, sobre el razonamiento rece, a Eurifón de Cnido y a Syennesis de Chipre. Otros libros son pos-
después. Llegado a la veintena abandonó la isla natal para marchar de teriores a Hipócrates, y Galeno los atribuía a sus hijos y nietos. La na-
periodeute, o sea de peregrino, a practicar su arte, de ciudad en ciu- .turaleza del hombre es, sin duda, de su yerno Polibio, como prueba
dad,. según la costumbre de la época. Viajó lejos y mucho, pues de sus contundentemente Aristóteles. El Corpus hippocraticum fue formado
escritos deducimos que recorrió Egipto y ·Libia, muchas islas del mar trescientos años antes de la Era cristiana, y después de su entrada en
Egeo, las provincias septentrionales del Asia Menor, la antigua Tra- la Biblioteca de Alejandría, su contenido no varió notablemente. «Nada
cia, Macedonia y Tesalia. No sabemos si fue en el curso o al final de entró en la Colección hipocrática -dice Littré40_ y nada salió; es un
sus peregrinaciones que retornó a Cos; únicamente tenemos por cierto hecho desde ahora en adelante asentado por la crítica histórica.» Como
que murió en Tesalia, después de una larga permanencia en el lugar antes de ser reunidos, la mayoría de los libros hipocráticos habían
94 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 95

desaparecido, los que nos llegan con el Co'ljYUS son apenas restos de clores los «físicos> jónicos. Tanto Hipócrates como sus discípulos igno-
lo escrito por la escuela de Cos. Esto debe ser tenido muy en cuenta raban la existencia de nervios, y como tales engloban en sus descrip-
. para cuando cons~deremos su obra psicofisiológica, pues es probable ciones indistintamente a los nervios propiamente dichos con los tendones,
que haya tenido conocimientos más extensos de los que supo~emos los ligamentos, las aponeurosis, o sea todas las partes blancas y fibro-
y, además, eso explica que en muchos aspectos seamos tan vagos o sas del organismo. «Los nervios -escribe el hipocrático autor de los
generales como cuando nos referimos, por ejemplo, a Alcmeón o a De- Lugares e?t el Jwmbre- oprimen las articulaciones y están extendidos
mócrito, de los cuales apenas conservamos unos pocos fragmentos. Es en toda la longitud del cuerpo, allí donde hay menos carne. El cuerpo
así como se formó con un desorden inexpresable esa famosa Colección, entero está lleno de nervios; sin embargo, en la cara y en la cabeza no
de la cual Littré, que la conoció mejor que. nadie,41 nos da un juicio hay nervios, sino fibras semejantes a los nervios, más tenues y más
severo pero justo: «La Colección de los libros hipocráticos es un con- sólidas, ubicadas entre el hueso y la carne; algunas son nervios huecos.>
junto incoherente en el cual es muy difícil orientarse de primera inten- Entre esas partes blancas hay algunas que llaman t6nos, y que pare-
ción. Se encuentran doctrinas diferentes, obras incompletas, tratados ciera que corresponden realmente a nuestros nervios. «Dos cordones
mutilados, libros que sólo son extractos de otros libros, notas sin con- (tónos) --dice el Segundo libro de las epidemias- parten del encéfalo
tinuación, repeticiones, en suma un desorden que parece inexplicable por debajo del hueso de la gran vértebra que está en lo alto, y cada
y hace imposible una lectura continuada.» uno sigue al esófago de cada lado de la arteria, pues esos cordones
terminan allí donde las vértebras y el diafragma están unidos; y algu-
3. La. «physis> humana según los hipocráticos. - En la época de nos, aunque es dudoso, parece qu ea partir de esa reunión alcanzan el
Hipócrates no se distinguía la anatomía de la fisiología, y para desig- hígado y el bazo. Otro cordón, de cada lado, en partiendo de las vérte-
nar al conjunto de fenómenos que hoy constituyen esas dos disciplinas bras adyacentes a las clavículas, se extiende a lo largo del raquis, sobre
se empleaba un solo término: é physis, la naturaleza. La palabra ana- las partes laterales de las vértebras, y comunica con los costados. Me
tomía aparece únicamente una vez en todo el Corpus y está .en el título parece que esos cordones llegan, a través del diafragma, al mesenterio,
de un opúsculo: Peri anatomes, que apenas representa una página con donde se detienen.> Sin duda, como afirma Souques,42 esa descripción
la simple nomenclatura de los órganos encerrados en el tronco, y, por se refiere a los pneumogástricos y a los simpáticos. Pero como no sos-
supuesto, no se refiere para nada al sistema nervioso. Hipócrates re- pechaban el origen, terminación y funciones de esos cordones, los
comienda a cada momento el estudio del cuerpo humano como punto hipocráticos ignoraban completamente· 1a existencia de los nervios pro-
de partida de la medicina, pero los médicos hipocráticos, puesto que piamente dichos. Sobre la médula espinal, las nociones son muy vagas.
las disecciones estaban en su época prohibidas por las costumbres y «Es un error --dice el hipocrático de las Carnaduras- dar el nombre
por la ley, parecen ignorar la anatomía humana, sin haber llegado en de médula a la médula dorsal. No es semejante a la médula de los
este aspecto más allá que los de la escuela itálica de Alcmeón de Cro- huesos. únicamente ella tiene envolturas; la otra, no.» Esas envol-
tona. Sin embargo, Hipócrates mismo debió de haber realizado algunas turas Hipócrates las conocía: «Explicaré por la misma médula es-
disecciones humanas, aunque fuesen parciales, porque en las ArtiC'IL- pinal --dice en el tratado dé las ArtiC11.laciones- cuáles son esas
laciones da una descripción sorprendente del raquis, en la que encon- envolturas, de dónde parten, dónde terminan, con qué se comunican y
trarnos nociones precisas sobre las meninges espinales. Es muy proba- cuáles son sus usos.» Por desgracia, el texto está interrumpido y no
ble que las heridas enseñaran a los antiguos algunos rudimentos de sabemos a qué conclusiones había llegado el autor.
anatomía topográfica. En la Ilíada se describen 145 heridas difer.entes, En cuanto a la anatomía del cerebro, ¿qué sabían los hipocráticos?
y la totalidad de los términos anatómicos de los poemas homéricos es , . El autor de la Enfermedad sagrada dice que «el cerebro es doble en el
de 150, sin que aparezcan más en el Corpus hippocraticum. Los hipocrá- :' hombre como en los animales; .está encerrado en una membrana del-
ticos conocían la posición, el volumen, la configuración exterior y las gada. Es por esto que el sufrimiento no se hace sentir sobre el mismo
relaciones groseras de los principales órganos, y nada más. En lo que punto de la cabeza, sino que unas veces está de un lado, otras de otro
únicamente revelan conocimientos profundos es en osteología,. lo cual , y a veces en todas partes>. Sabían que hay dos meninges cerebrales:
se explica por la conservación del esqueleto después de la muerte, y ' ', «Una espesa, más o menos adherida a los huesos del cráneo; la otra,
por la observación de fracturas, de luxaciones y de movimientos articu- delgada, tocando al cerebro mismo. La médula espinal está alojada
lares en vida. En la fase hipocrática, los nervios (neura) y los canales en.el canal raquídeo; también está rodeada por-dos envolturas».43 Con
(poros) conservan el sentido originario que les dieran sus denomina- respecto a la fisiología del sistema nervioso, Hipócrates y los hipocrá-
96 ALBERTO L. MERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 97

ticos la desconocían, de la misma manera que ig;iorab~n la fisiol~gía constitución, la inteligencia permanece intacta, pero, cuando sale, ella
general. Su ignorancia de los nervios les convertía t;n mcomprensib~e se altera de la misma manera.» A su vez, el autor del Coraz6n expresa:
el problema de la sensibilidad y del movimiento. Sabian, como se sab~a «La inteligencia del hombre es innata C¡?n el ventrículo izquierdo y
incluso antes de ellos, que algunas porciones de los neura eran sensi- dirige el resto del alma. Ese ventrícúlo obtiene su nutrición de una
bles pero nada pudieron deducir y simplemente creyeron que el con- superfluidez pura y luminosa, que emana de una secreción de la sangre.»
junto de ligamentos, tendones, aponeurosis, nervios, etc., estaba en r~­ Destaquemos que antes de los hipocráticos el papel de la sangre en
lación con el movimiento, idea globalmente exacta per.o que exclma relacion con la inteligencia había sido admitido por gran número de
cualquier análisis específico. Por lo que podemos deducir del Corpus, pensadores, especialmente por Empédocles. Después de los hipocráti-
toda su fisiología nerviosa se redujo al estudio de las funciones del ce- cos se admitirá todavía hasta el siglo XVIII. Sin pretender demos-
rebro. Para ellos, el .cerebro como órgano es una glándula, «blanca trarlo, los hipocráticos se dedicaron a afirmar que el cerebro es el
-dicen- friable como las demás glándulas, pero mayor que ellas>. asiento de la inteligencia, de la sensibilidad y del movimiento, adhi-
Como a ~ualqui~r glándula, le conceden la función de liberar al orga- •.· riendo a la teoría cerebral del alma, lo cual reafirma el autor de la
nismo de los líquidos superfluos, o sea de atraer los humores Y de Enfermedad sag'Nida,46 cuando escribe: «Digo que el cerebro es el
i·epartirlos en las demás regiones del cuerpo. Si eso~ humores son alte- intérprete de la inteligencia. El phren (diafragma) tiene un nombre que
rados por la bilis, concepto que tomaron de Anaxagoras de Klazome- debe al azar y al uso pero no a la realidad y a la naturaleza. Yo puedo
nes 0 por la flegma, resultan retenidos por el cerebro Y ~rovocan ver qué influencia tiene para el pensamiento y la inteligenda. Nada
enf~rmedades diversas; apoplejías, epilepsias, delirios, etc. Si, por el expresa más que las otras partes del cuerpo, y es en vano que posee
contrario son enviados a las distintas partes del cuerpo, producen en tal nombre y tal atribución, como ese apéndice del corazón que se
' 44 p
ellas enfermedades bajo la forma de catarros y fl uxione~.
. or otra denomina oreja y que en nada contribuye a la audición. Algunos dicen
parte, el cerebro es el órgano de la sensación y. de la inteligencia, fun- que pensamos con el corazón y que. este órgano es el que siente los
ciones que realiza tanto por intermedio del aire como de la sangre. pesares y las preocupaciones; nada de esto. El cerebro es la causa de
«Considero al cerebro '-se lee en la Enfermeda.d sagrada.- como el todo lo que he indicado.~ Y en otra página del mismo libro· podemos
órgano de mayor poder en el hombre, puesto que es, ci:ando está sano, leer: «Se debe saber que, por una parte, el placer, las alegrías, las
el intérprete de los efectos que el aire produce. El aire es el que. ze risas y los juegos;· por otra parte, la pena, las tristezas, los descon-
da la inteligencia. Los ojos, los oídos, la lengua, las manos, los pies tentos y las quejas únicamente provienen del cerebro. Por él es que
actúan según el cerebro tenga el conocimiento; ,en efecto, todo ~l .cuerpo pensamos, que nos comprendemos, que vemos, entendemos, que cono-
participa en la inteligencia según la proporcion con. que participa. del cemos lo feo y lo hermoso, el mal y el bien, lo agradable y lo desagra-
aire. Ahora bl.en, para la inteligencia, el cerebro es el m~nsa]ero. dable, ya sea que distingamos esas cosas por las convenciones de uso,··
Cuando el hombre atrae hacia él el soplo, ese soplo llega prrmero al ya sea que las reconozcamos por la utilidad que nos procuran; y, sin-
cerebro, y es de este modo como el aire· se dispersa por el. res~o del tiendo en esta misma utilidad el placer y desagrado, los mismos objetos
cuerpo, dejando en el cerebro su parte más activa, la que es mtehgen~e . nos agradan o nos desagradan según las oportunidades. Todavía .más,
y cognoscente. Si, en efecto, el aire llegara primero al cuerpo, para ir. es por el cerebro que estamos locos, que deliramos, que temores y
de allí al cerebro, dejaría la inteligencia en la carnadura y en las venas; terrores nos asaltan, ya sea por la noche, ya sea durante el día, los
llegaría calentado al cerebro, y allí llegaría íntimamente mezclado con sueños, las preocupaciones sin motivos, la ignorancia del presente, lo
el humor proveniente de las carnes y de la sangre, de manera que ya inhabitual, la inexperiencia ... La lengua expresa lo que él V!'! y com-
no tendría sus cualidades perfectas... Así pues, de la misma manera prende.» En este trozo muy significativo se dice incidentalmente que
que, antes que otra parte del cuerpo, recibe la impresión de intelige.n- · el cerebro es el órgano de los sueños. Un opúsculo completo del
cia que proviene del aire, de igual manera se ha notado que cualqu~er 1 Corpus está consagrado a Los sueiíos, de los cuales el autor admite
cambio notable en el aire, por efecto de las estaciones, Y que el arre dos especies: unos enviados por la divinidad, otros debidos al estado
45
se vuelve diferente de él mismo, el cerebro recibe la impresión.» de nuestro cuerpo, para concluir que el sueño es también una fun-
Por su parte, el autor hipocrático de los Vientos escribe: «Según yo, . ción del encéfalo. En los Vientos 41 se los explica por medio de una
nada concurre más a la inteligencia que la sangre. La sangre en el hom- : congestión del cerebro, pues cuando se prueba el deseo de dormir, la
bre aporta la mayor parte de la inteligencia; algunos también afirman sangre se enfría: «La sangre de este modo enfrfoda camina más len-
que la aporta por completo. En tanto que la sangre permanece en su " tamente, lo cual es evidente porque el cuerpo se abate y se entorpece,

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98 ALBERTO L. :MERANl msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 99

los ojos se cierran, la inteligencia está modificada y se vuelve asiento ciones anatomoclínicas considerables para observar correctamente junto
de algunas imaginaciones o sueños.> al lecho del paciente. Basta con saber observar, o sea recoger hechos,
Para aclarar .el mecanismo de la sensación, los hipocráticos se compararlos, sacar inducciones, y no cabe duda de que Hipócrates fue
expresan con términos poco precisos. La. visión es debida a la reflexión un observador genial. Por el contrario, interpretar los hechos clínicos
sobre el encéfalo de la imagen formada en la pupila. «Una vena -es- requiere grandes nociones de anatomía y de fisiología, y esto faltó a
cribe el autor de las Ca:rnaduras 4 8-, que parte de la membrana del los hipocráticos, y de aquí que si bien sus descripciones clínicas nos
cerebro, llega a cada ojo a través del hueso. Por esas dos venas, lo que asombran todavía, sus interpretaciones se hayan perdido por completo.
hay de más tenue en lo glutinoso es filtrado fuera del cerebro y forma Sin embargo, la medicina de Hipócrates y de los hipocráticos creó la
en torno de los ojos una piel, que es el diáfano del ojo. Las túnicas doctrina humoral, que en patología reinó absoluta hasta el siglo XIX.
colocadas en la parte que ve son múltiples y diáfanas como ella. Ahora Fue necesaria la doctrina de la patología celular para destronarla; pero
bien, es en este diáfano que la luz y que todas las cosas brillantes se luego las teorías pa~teurianas, al demostrar que las enfermedades infec-
reflejan, y la visión se opera por esta reflexión.> En cuanto a la audi.:. ciosas son debidas a la penetración de toxinas microbianas en la san-
ción, los sonidos son transportados a través de los huesos del oído, por gre, conjuntamente con la serología y la endocrinología, la hicieron
intermedio de las meninges, hasta el cerebro. «Primero hay una aber- revivir, aunque es verdad que la modificaron profundamente. Pero para
tura por la que escuchamos. Lo que penetra en el encéfalo por la me- la historia de la psicología lo importante es que una de las ramas
ninge es escuchado directamente ... Los conductos auditivos son conti- actuales del conocimiento del hombre, la tipología, proviene directa-
guos a un hueso duro como la piedra y excavado. Los sonidos vienen mente y casi sin cambios sustanciales, repetición en muchos aspectos,
a chocar contra este cuerpo duro; y el hueso, que es hueco, resuena de la teoría hipocrática de los cuatro humores.
por su misma dureza. En el conducto auditivo está fijado al hueso duro En efecto; de la antigüedad hipocrática nos han llegado dos sistemas
una membrana tenue como una telaraña, la más seca de todas las mem- tipológicos que sobreviven: la doctrina psicofísica del temperamento
branas.> Y después de hacer observar que los cuerpos más duros resue- y la somático-constitucionalista. El temperamento resultaría de la krasis
nan mejor y que cuanto más fuertes son los sonidos mejor los escu- o mezcla de cuatro humores (sangre, flema, bilis y atrabilis), mezcla
chamos, el autor concluye: «Lo que resuena es lo que produce la que cuando es armónica ( eukrasia) da el temperamento normal., Y que
audición ... No es el cerebro el que resuena, porque es húmedo y está cuando es disarmónica (dis.krasia), porque prevalece uno de los ele-
rodeado de una membrana espesa, y los líquidos no resuenan, pero mentos sobre los otros, da el temperamento anormal. En la diskrasis
es el que escucha.> El olfato es concebido de esta manera: cPor estar tenemos cuatro temperamentos patológicos: sanguíneo, flemático, colé-
húmedo, el cerebro siente las sustancias secas, pues atrae los olores rico o bilioso y melancólico. Polibio de Cos, yerno de Hipócrates, pa-
con el aire, a través de los tubos que son secos. Se extiende en las rece haber sido el primero en sostener este punto de vista, después
cavidades de las narices: de ese lado, ningún hueso le opone una ba- apoyado y hecho suyo por el maestro. En cuanto a la doctrina somático-
rrera, y está bordeado por un cartílago, blando como una esponja .Y constitucionalista, que se remonta al mismo Hipócrates, identifica los
que no es de carne ni de hueso. Es por esta vía ,que el cerebro fluye tipos fundamentales con la predisposición a dos formas fundamentales
abundantemente sobre el paladar, sobre la garganta, sobre los pulmones de muerte: apoplejía y tisis, que dan, respectivamente, y según la no-
y sobre el vientre; entonces se reconoce y se dice qi.;ie es un catarro.> En menclatura latina que a través de los tiempos se volvió corriente, el
resumen, el cerebro recibe los olores que le llegan directamente por las habitus ·apoplecticus y el habitus phtisicus. Esta doble sistematización
fosas nasales, los sonidos que le son transmitidos por los tractos menín- ha persistido hasta hoy, por casi dos mil quinientos años, bajo todas
geos, las imágenes que le son aportadas por el líquido glutinoso del ojo, las formas de antropología, con una terminología que ya es patrimonio
y es con esta fisiología sui generis que los hipocráticos reemplazan las del lenguaje corriente. Y lo que todavía es más significativo, científica-
vías nerviosas ópticas, acústicas y olfativas y construyen su psicofísica mente sus conceptos son parte sustancial de las modernas teorías del
temperamento. Sin duda, para los fines del diagnóstico tipológico, la
4. La doctrina de los cuatro temperamentos. - La obra médica de 'teoría hipocrática del temperamento ha permanecido básicamente esté-
Hipócrates y de los hipocráticos no es de nuestra competen~ia, pero ril, porque de la atribución del individuo a una u otra de las cuatro
la verdad es que sin saber anatomía, sin conocer la fisiología, lograron formas no revela en el mismo nada más de lo que fue necesario para
perspectivas clínicas prodigiosas para la época y los tiempos poste- su clasificación; pero no es lo mismo para la teoría del habitus, que en
riores por muchísimos años, y todo porque no es necesario poseer no- sus muy modernas formas, ya sea la de Kretschmer, la de Pende u
ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 101
100
otros sirve para revelar datos ca:racterológicos partiendo de co~­
prob~ciones de origen somato-constitucion~l. El c~adro que transc:i-
bimos a continuación 49 nos muestra a traves del tiempo, en su perslS- NOTAS
tencia y cambios, las formas somático-constitucionales tipológicamente l. Frag. 60, en Hermann Dieis, Die Fragmente der Vorsokratiker, Ber-
pregnantes que arrancan de Hipócrates: lin, 1906.
2. Frags. 64 y 65, en Diels, Loe. cit.
3. Guido de Ruggiero, «La filosofia greca», en Storia detla filosofia, Bari, 1921.
CONSTITUCIÓN SOMÁTICA
4. Diels, frag. 70, Loe. cit.
De prop-0rciones Con aparato esque- De proporciones 5. Diels, frag. 117, Loe. cit.
largas y 6. Vid. A. J. Festugiere, Épicure et ses dieux, Paris, 1946.
anchas y re- lético y muscular 7. Cf. G. Murray, La religión griega, Buenos Aires, 1955.
dondas muy desarr.ollado sutiles 8. Esta significación, de «fisico» como médico, y de «física» como medicina,
AUTOR
ha perdurado hasta nuestros días. En francés, ·durante la Edad Media, se lla-
Hipó erates apoplético tísico ',. maba al médico physicien; en inglés, physician todavía quiere decir médico, y en
¿ castellano, «física» y «fisico» ftieron, respectivamente, medicina y médico, y este
(400 a. C.) :.
uso se conserva en algunas regiones de Castilla.
Hallé vascular muscular nervioso 9. La crítica literaria e histórica ha demostrado que Homero, el rapsoda
ciego de la leyenda, no existió como autor único de los poemas que se le atri-
(1797) buyeron y que corresponden por lo menos a tres autores de düerentes periodos.
De aquí que siempre nos refiramos a los «poetas homéricos», a los «poemas
"' homéricoS»,
Rostan y nunca al «poeta Homero» o a los «~mas de Homeroi>.
(1828) digestivo muscular respiratorio 10. A. Souques, Étapes de la neu.rologie dans l'antiquité grecque, París, 1936.
11. Génesis, Cap. II, Vers. 7.
Sigaud ' 12. Cf. Fernand Robert, Homere, París, 1950, y George Food Moore, Metemp-
(1904) sychoses, London, 1925.
13. Illiade, trad. Rosa Calzecchi, Torino, 1963.
normal respirat~rio :. "
Beneke carcinomatoso 14. Odissea, trad. Rosa Calzecchi, Torino, 1963.
(1832) 15. La idea fue acuñada po;r el historiador inglés Henry Summer Maine
(1822-1888), al afirmar: «Except the blind forces of Nature, notting moves in tbis
:
Eokitansky apoplético normal asténico : World is not Greek in its origin.»
16. Aristóteles, Metafísica, 1, 3, edic. Bonitz, Loe. cit.
(1850) 17. Teofrasto í374-287 a. C.) es la fuente más directa que tenemos para el co-
asténico- .. nocimiento de las teorías y trabajos de Alcmeón de Crotona; esta referencia y la
Carus flemático atlético cerebral que seguirá pertenecen a su obra Los caracteres. Para mayores precisiones sobre
(1852) Alcmeón, vid. Diels, Doseographi graeci, Berlin, 1879, y .G. Méantis, Recherches
''" sur le wthagorisme, Neuchatel, 1922.
De Giovanni pletórico atlético tísico 18. Sin ~ntrar en la sutileza de la crítica de Daremberg, para reconocer el
conocimiento de los hemisferios cerebrales por Demócrito, 'c:f. A. Castiglione,
(1870) l::., Storia della medicina, Milano, 1936.
braquitipo normotipo nor- longitipo mi- .
'

¿
•, 19. Diels, frag. 69, Loe. cit. ·
Viola crosplácnico 20. Proinde foraminibus debent differre figurae / Et variare viae, proinde ac
(1909) macrosplánico mosplácnico i, textura coercet. Lucrecio, De Natura Rerum, Classiques Garnier, París, 1939.
. 21. Aristóteles, Metaf., Ed. Bonitz, Loe. cit.
leptosómico ' .,, · 22. Aristóteles, Metaf., Loe. cit.
pícnico atlético (asténico)
Krerscluner 23. Cf. Alberto L. Merani, Naturaleza humana y educación, Grijalbo, 1973.
ciclotímico viscoso esquizotímico
:
24. Esta aseveración, recogida por Diógenes Laercio en Vidas de los filósofo&
(1921)
<Dicgene Laerce, Vie, doctrines et sentences des philosophes illu.stres, Classiques
Gnrnier, Paris, s. f.), fue retomada por La Fontaine en una de sus fábulas:
leptomorfo .,
Conrad picnomorfo hiperplástico Démocrite et les Abderitains. Los habitantes de Abdera, cuya estupidez para los
(1921) ,,
atenienses sólo era igualada por la de los beocios, viendo a su compatriota absorto
en la meditación, le habían creído loco y llamaron a Hipócrates: ... Hippocrate
endomorfo mesomorfo ectomorfo ,o,,
arriva dans le temps / Que celui 9u.'on dirait n'avoir raison, ni sena / Cherchait
Sheldon ce rebrotónico dans l'homme et dans la béte / Quel siege a la raison, soit le cceu.r, .soit la tete./
(1940) viscerotónico somatotónico
' ~·
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102 ALBERTO L. MERANI

S?us un _ombrage ~~· assis ?"es d'un ruiaseau, / Les labyrinthes d'un ceTveau /
L occupaient. Il avait a ses pieds maint volume / Et ne vit ··
s'avancer. ·. presque pas son ami
25. Diels.,frags. 6; 8, 9, 17, 25, 33 y 34, Loe. cit. .
26. La existencia de fuego en el ojo estaría probada ar Em 'd ·
destellos ~u~ se per<;iben después de un traumatismo ~:. pe ocles, por los
27. Aristóteles, Fis. en Oeuvres completes éd Barthélemv Saint Hila' Pa
ris, 1912-1922. ' · • - ire, -
28. Diels, frag. 105, Loe. cit.
em:io:í~.e~~sc~~rq:a:1:~· hábbil' ?isector, trlas primer~ nociones positivas de CAPÍTULO 2
, , em non se nu e a traves de la placenta y n
como. ,creia , Alcmeon, a través de todo el cuerpo. También descubri6 ue ~Í
~b~~~ ~!~~cecorrnsadeºrvenlauna memclbrtana que contiene «agua>, el amnios,q nom- l. EL DESCUBRIMIENTO DE LA SUBJETIVIDAD
a nomen aura anat6mica
30. Diels, frag. 117, Loe, cit. · Y LA. PSICOLOGfA SUBORDINADA
, 31. Platón, «Apología de Sócrates•, en Oeuvres completes éd H Omont p
ris, 1908. ' • • , a-
A LA. ÉTICA DE SóCRATES
32. Diels, frag. 1, Loe. cit.
33. Diels, frag. 3, Loe. cit.
34. Diels, frag. 4, Loe. cit. l. La disoluci6n de la cpolisl> y la enseñanza de los sofistas. - La
35. Diels, frag. 117, Loe. cit. rapidísima ascensión democrática en el siglo v (vid. part. pr., I, 1) tiene
36. Diels, frag. 4, Loe. cit. por efecto una reelaboración radical de las bases de la vida misma
37. Las incei:tidumbres en torno de la vida de Hipócrates llevaron a veces a y representa una transformación completa de la actividad pública. Con
dudar de su e:ci~encia. E;n el año XII del calendario de. la Revolución francesa
J. ~u;;; pu~lico .un.a teslS sorprendente: Dubitationes de Hippocratis vita et d~ el advenimiento de la democracia en Grecia, corresponde al pueblo,
qui us m e¡us hbris multo antiquoribus quam vulgo creditur p · - XII reunido en las asambleas, decretar las leyes. De esta manera, las cos-
~180~) • en la qt~ niega la. e~istencia _de Hipócrates, nombre bajo ~l e~~~· s::~on­ tumbres y la autoridad ya no sirven para dar fundamento estable a los
d eria u~a m~ titud de med1cos. de diversas épocas. Pero poseemos los testimonios poderes públicos, y es el arbitrio mismo de los hombres, atemperado
uft fu dos n· e lsus contemporaneos, entre ellos de Platón, de Ctesias,. de Aris-
;8 Y
es, Oe: r~oc e~, _etc., que comprue~an su existencia real no mítica. por la necesidad de coexistencia civil, el que decide. El individuo, que
10 v¿ls., Pa:is: 1~3~~1Ts~~ate, texto griego y traducción francesa por Paul Littré, en el régimen aristocrático era esclavo de un poder trascendente: de
la tradició"n, de la costumbre y de las divinidades, comienza a conocer la
39. En Oeuvres d'Hippocrate, Loe. cit.
40. Oeuvres d'Hippocrate, Loe. cit. autonomía y la libertad y a descubrir que la eficiencia humana está
41. Littz:é tradujo en diez volúmenes las Oeuvres completes d'Hippocrate con inmanente en sus actos, con lo cual se instaura el primer concepto
~~ texto grieg<? frente a cada página. Durante veintitrés años trabajó todo~ los humanístico de la vida. La consideración antropológica, que antes era
.ias en esta mcon:pa:able traducción, que, como dice él mismo le vali6 casi por completo ausente, o por lo menos constreñida por una trascen-
cmgreso a la Academie des Inscriptions:.. ' su
dencia invencible, comienza a dar paso a la consideración de un hom-
42. A. Souques, É!4pes de la neurologie dans l'antiquité grecque Loe 't
cd!~ !:1~ dos :{1em:r;ges rdecibirán un siglo después los nombres flgur~d:~ ·de bre concreto cuya individualidad, también concreta, se revela en el
e» Y e «Pia ma re», dados por Herófilo de Alejandría y que todavía hecho de que la palabra y la razón, el logos en su sentido más general,
h oy conservan. ' deja de ser don divino para transformarse en instrumento del quehacer
44. El autor de los Lugares en el hombre admite siete catarros 0 fluxiones humano. En efecto, la «palabral> ya no es privilegio del sacerdote que
que descienden del encéfalo.
45. O~uvres d'Hippocrate, Loe. cit. enuncia verdades sempiternas y pasa a enseñarse en las escuelas de
46. Ib1dem. oratoria, y de formal con sentido aristocrático, se convierte en instru-
47. Ibídem.
48. Ibídem.
mental con sentido democrático, o sea como forma por sí misma capaz_
de revestir cualquier contenido y no únicamente las respuestas sibili-
49. Este cuadro pertenece a Peter R. Hofatiitter, PB11cholome, Frankfurt am
Main und Hamburg, 1957.. .,.. nas de los oráculos. El pensamiento cambia así de forma y de conte-
nido y es capaz de convertirse en palanca de la acción.
Quienes primero se apoderaron de la palabra como instrumento de
la crítica -crítica de la religión, de la sociedad, de la ciencia-, fueron
los sofistas.1 Como es fácil comprender, esta transformación no fue un
104 ALBERTO L. MERAN!
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
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fenómeno aislado. Está bien que los tiempos fueran más que nunca p~ocesos, los principales fueron los de Anaxágoras, de Protágoras y de
propicios para el nacimiento de esas premisas ideales, pero ello se debió Socrates, y que aunque se les diera significado religioso fueron en
a que el particularismo griego había terminado con la disolución de la realidad políticos. No se trataba de una impiedad que en mayor o en
«Polis». Las luchas intestinas de las ciudades lo habían hecho renacer menor ~ado todos los pensadores de la época sentían y expresaban
más de una vez, sobre todo en la época de las guerras con los persas, Y de la cual el estado democrático no tenía. por qué preocuparse, sino
cuando pareció que un nuevo y grande espíritu nacional helénico aflo- de. la subversión pública~ Los naturalistas habían enseñado que el
raba, pero, como demuestra la crítica histórica, no pasó más allá de hombre es parte del mundo, y ahora esa enseñanza se instrumentali-
los límites de un valor literario y de cultura, expresión del hombre zaba como acción que aprende a transformarlo y a regirlo con las
griego como antítesis de los barbaroi, lo cual hizo que la nueva cohe- propias fuerzas, sin colaboración con un poder trascendente y oculto
sión de la «polis», minada en sus mismas raíces teocrático-políticas, representado por el estado. De siervo del mundo, el individuo se con-
fuese efímera y sin futuro. La historia social de la Grecia antigua se sidera dueño del mundo, puesto qUe todo lo que en él vive como
nos presenta de ·esta manera como yendo del particularismo absoluto humano: las pasiones, los sentidos, las opiniones, la razón, se le revela
de sus orígenes al universalismo 'humanista de la decadencia, con un como la verdadera real.idad de su individualidad, que es agente pen-
interregno que está representado por el movimiento democrático. sante y actuante. Y en la diversidad de los hombres, de las pasiones,
La vida helénica primitiva conoció con las ·escuelas naturalistas de la sensibilidad, de las opiniones y de la razón, los pensadores del
(vid. part. pr., I, 1, 2) el primer elemento intelectual disolvente, tanto momento d~scubren que el plural hombres no es una suma, un agre-
por su actitud de crítica frente al particularismo religioso como por su gado de umdades, algo nuevo que actúa por el número, sino que el
oposición al autoritarismo. Al crear y establecer el concepto de physis, agregado no crea nada porque no es un organismo viviente: -vivientes
los naturalistas no sólo ponían delante del mundo como crl'.atura y de son solamente los individuos que se mueven en su seno, Este concepto
la sociedad como teocracia, al mundo como naturaleza y a la sociedad que en la historia deberá esperar la Revolución. francesa para ser acep~
como asamblea de los hombres, sino que también sus investigaciones, tado definitivamente, se presenta en la ideología de la Grecia del si-
especialmente las de orientación antropológica, subvertían las bases de glo v como antidemocrático y representa la razón de los procesos a que
la vida misma. En resumidas cuentas, los «físicos» y «fisiólogos», los aludimos. ·
filósofos de la antigüedad griega, están en desacuerdo en lo que res-
pecta a la constitución psicofísica del hombre (vid. part. pr., cap. I): . 2. La enseñanza de los sofistas y el descubrimiento de la subjeti-
la' sensación y la inteligencia -sus principales datos antropológicos- vidad. - Con los sofistas, la enseñanza de la filosofía pierde cualquier ca-
tienen par~ unos asiento en el cerebro, para otros en el corazón, para rácter científico y hermenéutico que hubiera podido tener, cualquier
otros todavía los hipocráticos, la primacía recae en los humores, pero función selectiva, y se dirige directamente al gran público. Su ense-
todos están de acuerdo con el hecho de que se trata de fenómenos ñanza no es· un fin sino un medio, esto es, un medio para crear una
naturales, similares en este sentido a los del cosmos o de la tierra. El nueva
hombre pierde en divinidad y gana en humanidad. Al mismo tiempo se . moral en el pueblo y. para combatir, por medio de la misma'
po1íticame.nte. Con la terminología de nuestros días sería más exacto
atenúa la fuerza del estado; destruida la base teocrática, únicamente llamarlos «activistas», o sea los que promueven ·en la base, en el pue-
queda la fuerza de los individuos que contienden por el dominio de la blo, los cambios de actitudes necesarios para obrar un cambio político
cosa pública, y en la inseguridad del poder, la mayoría de las veces y social general. Pero eran «activistas» que no respondían a ninguna
ejercido por los fuertes en desmedro de los débiles, la individualidad c~nsigna partidaria, sino a las de la propia conciencia, y cuya comu-
humana lucha por alcanzar universalidad. La mayoría de los hom- mdad solamente puede encontrarse en la actitud crítica para con el
bres todavía está sometida a la creencia en los dioses, y aunque la saber estableci~o y en su escepticismo. En medio del mundo griego,
religión ya no sea la fuente principal de la vida pública, sirve como los sofistas conuenzan por sorprender en el plano de la vida cotidiana
tenaza de los gobiernos para apresar y aquietar a las masas. La de- Y en el intelectual, y chocan en ambos aspeétos con los conceptos de
mocracia griega utiliza al individuo, pero no reconoce la individualidad la ideología reinante. Su individualismo aparece acentuado por el hecho
frente al poder. De aquí que no deban sorprendernos los numerosos de que no les interesa formar discípulos; crear filósofos o sofistas, y por-
procesos de impiedad que se instruyen en este período, y que contras- que son ellos los que por primera vez comienzan a ir de ciudad en
tan, en apariencia, con la actividad de un pueblo que vota en asam- ciudad listos para brindar al mejor postor su mercadería intelectual.
bleas sus leyes y ratifica las decisiones de sus gobernantes'. Entre esos Los diálogos de Platón, que tan vivas descripciones nos brindan de las
106 ALBERTO L. MERA.NI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 107

escuelas sofistas, nunca mencionan a discípulos deseosos de seguir el cuando el centro de su especulación se transfiere del objeto natural al
oficio. En el círculo de Protágoras, que era muy amplio, sólo Antimero sujeto humano y empírico. Y más todavía, lo que constituye la novedad
el Mendeo «aprend,e por la profesión deseando convertirse en sofista>. 2 esencial de la sofística frente al naturalismo es que mientras el centro
Más todavía, aunque estos nuevos maestros despertaran mucha admi- de perspectiva y de cambio de· los problemas era la naturaleza, no
ración entre la gente, lo corriente fue que se los mirara con la repug- estaba implícita ninguna consecuencia escéptica fundamental, porque
nancia que entonces se sentía por los mendigos. Los jóvenes sobre todo con idéntica pasividad e inercia acoge en su seno los contrarios, sean
rodea han a los sofistas, porque, siendo su enseñanza un medio, la éstos el ser y el no-ser, el calor y el frío, la luz y las tinieblas, etc. Pero
empleaban para adquirir facilidad y destreza en la discusión, habilidad ~ el mismo momento en que el hombre se convierte en escena de la
para el manejo de las ideas, y de este modo dominio en los comicios · coexistencia de los contrarios, la situación cambia radicalmente. El
públicos. Cualquier especialidad que exigiera competencia técnica estaba hombre no es pasividad meramente receptiva, sino receptividad y acti-
fuera del carácter de la enseñanza, que convergía casi exclusivamente vidad a la vez y en virtud de las leyes propias de su espíritu. Y de aquí
en las nociones más generales con relación a la vida pública. Derecho que la primera consecuencia de esta ·nueva orientación sea que al
público y privado, justicia, equidad, virtud privada y ciudadana, eran -0bjetivismo inmediato de la ciencia antigua suceda un subjetivi.smo
sus temas más comunes y que ofrecían por un pago adecuado. Mas no igualmente inmediato. Como antes el hombre no dudaba de su obJeto,
debemos dejarnos engañar por este utilitarismo, pues si leemos aten- .ahora no duda de sí mismo; confía en lo que le revelan los sentidos Y
tamente las introducciones de los diálogos platónicos ProtágO'l'as y eomo sujeto del mundo resulta necesariamente escéptico. Seguro de la
Gorgias,s descubrimos que representaba la máscara disimuladora de contingencia de la subjetividad, pero al mismo tiempo orgulloso de su
sus miras efectivas, o sea la enseñanza del subjetivismo y del escep- conquista no dice: lo que siento, lo que opino, etc., sino únicamente
ticismo. «de es~ ~nera son las cosas para mÍ>, y de esta orientación Protágoras
i. El centro de la enseñanza de los sofistas fue Atenas, campo por será el teórico y Gorgias el práctico, cuya eficiencia aplica con la ense-
excelencia de los oradores y de los tribunos y patria de la democracia. ñanza de la retórica.
De ·Abdera, de Leontini, de Ceo, de Elide, afluyeron a la ciudad del De PROTÁGORAS sabemos que nació aproximadamente en el 480 a. C.
Ática, entonces floreciente, los más célebres maestros de la ~ueva ense- en Abdera, y que aparte de enseñar en su ciudad natal lo hizo en Si-
ñanza, como Protágoras, Gorgias, Hipias, Prodico, los que recibieron .cilla, en la Magna Grecia, y especialmente en Atenas, donde recibió el
muy buena acoglda de la gente y despertaron suspicacias en los go- .aprecio y el homenaje de hombres como Pericles y Eurípides. Acusado
bernantes. Atraían de inmediato a los. jóvenes más despiertos y de de ateísmo, se vio obligado a. dejar Atenas y buscar refugio en Sicilia.
las mejores familias, y después de enseñar por breve tiempo y obtener De su escrito contra los dioses, que sirviera de pretexto para la acusa-
buenas ganancias pasaban a otra ciudad, casi siempre no por libre ción, solamente sabemos que fue quemado públicamente. Murió setenta
voluntad o elección, sino alejándose del gobierno, que se inquietaba años después, luego de haber pasado cuarenta enseñando su arte.~ Como
por las consecuencias «nocivas:. de sus enseñanzas. En este ir Y venir, los escritos de los sofistas nos han ·llegado únicamente en forma de
esos vagamundos adquirieron fama estable, lograron que su obra tu- fragmentos de interpretación no siempre fácil, y sólo conocemos sus
viera efectos duraderos y, sobre todo, introdujeron el ·concepto y la opiniones completas a través de los comentarios críticos~de Platón y de
modalidad de un saber que ya no está encerrado en un círculo de Aristóteles, nos atendremos a estas dos fuentes, principalmente la pri-
iniciados, sino que se comunica a todos, cualquiera sea su clase o mera, liberándolas en lo posible de deformaciones codificadas. El prin-
profesión, porque son nociones que interesan a los hombres en tanto cipio fundamental de Protágoras se enuncia diciendo que el hombre es
que hombres y en tanto que partícipes activos de la vida civil. Por pri- la medida de todás las cosas: de las que son por lo que son, de las que
mera vez en la historia, el saber es proclamado patrimonio de todos o, no son por lo que no son. Platón, que cita· textualmente estas pala-
por lo menos, si estos términos tan absolutos parecen muy de nuestra bras,6 explica su sentido diciendo «aquello que me parece, es tal para
época, accesible para todos. mí; aquello que te parece, es tal para ti, porque tú y yo somos hom-
bres>. Esto significa, reducido a la terminología actual, que la realidad
3. Protágoras y Gorgias. - De los sofistas, las dos figuras- princi- no es otra cosa que lo captado por la percepción sensible, identificación
pales: Protágoras y Gorgias, fueron discípulos de los naturalistas ante- ésta de grandísima importancia para la historia de las ideas, y de la
riores· el primero de Demócrito y el segundo de Empédocles,' lo cual psicología en particular, porque está en ella el núcleo de cualquier
demu~stra claramente la transformación que sufrió el naturalismo empirism<> futuro. De este modo, el hombre queda convertido en cen-
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 109
108 ALBERTO L. MERAN!

tro de la realidad, la cual únicamente se reconoce en su inmediatez tini, en Sicilia, su ciudad natal, para solicitar ayuda contra los sira-
sensible y porque los sentidos en sí mismos son capaces de distinguir cusanos. Ganó tanta fama como orador que posteriormente Platón lo
la verdad del érror. Protágoras pudo concluir así que todo es igual- llamará el Néstor de los oradores. Según el diálogo platónico que lleva
mente verdadero; que no importa que una sensación sucesiva desmienta su nombre, Gorgias declara explícitamente que entiende por retórica
a la anterior, porque no se conserva en la otra y no puede ser valo- la habilidad de persuadir por medio del discurso a los jueces en un
rada con sentido contrastante. Por consiguiente, el proceso que va de juicio, a los ciudadanos en los comicios, y de la misma manera a todos
sensación a sensación no configura el pasaje del error a la verdad, los hombres en cualquier circunstancia. Y cuando Sócrates, en el mismo
o viceversa, sino que representa un proceso continuo e inagotable que diálogo, apremia al sofista para que precise su doctrina, éste sostiene
Platón identifica con el flujo heracliteano de la vida psicológica, 7 cons- que su arte produce la persuasión que hace creer sin saber y no la que
tructor y destructor incesante de los mismos valores, puesto que si amaestra sobre 1as razones intrínsecas del objeto en cuestión.1l Con
fuese inmóvil y eterno sería un centro fijo para la referencia de cual- esto queda bien establecido el subjetivismo extremo de la sofística, que
quier devenir. Pero como Protágoras niega la existencia de un alma repudia cualquier objetividad del contenido del pensamiento y única-
además de las sensaciones, de un ser además de la opinión, niega de mente acepta la subjetividad como forma válida para cualquier cono-
este modo cualquier verdad que no sea la de las mismas sensaciones. cimiento. Frente a fa actitud de los naturalistas que sostenían la pre-
De todos modos, lo que cuenta es la afirmación relativista implícita en misa racional de que el conocimiento es fruto de la ciencia, Gorgias y
la dialéctica de Protágoras, de que el conocimiento es imposible con los demás sofistas afirman el principio irracional de que el conoci-
el sentido de asir las cosas en sí mismas, la «cosa en sÍ», como se dirá miento es creencia inmediata, la pístis o fe producida por el elogio de
despué~ de la crítica de Kant al mundo fenoménico. Y bien claro está la forma en la cual el contenido está oculto y de la que es descubierto,
este concepto de Protágoras en un trozo que se refiere a los dioses, si o sea la acción directa de un sujeto sobre otro sujeto. De aquí que
tomamos a éstos como causa y esencia de todas las cosas: ,,:De los dioses Sócrates, en el mismo diálogo, denigre la retórica, y de arte la rebaje
no sé si son o no son y cómo es su rostro. Muchas cosas impiden sa- a simple práctica: alogon pragma, porque carece de racionalidad, del
berlo, la oscuridad del problema y la brevedad de la vida humana». 8 elemento sin el cual no se puede hablar de arte ni de ·ciencia. En
La precisión de esta frase destaca que a la idea de una verdad como Gorgias, la indiferencia para con cualquier contenido es fruto de un
tal, pura y exclusiva, se contrapone la verdad que surge del contacto· profundísimo escepticismo científico que asienta en algunos motivos
con esa realidad, o sea la verdad como construcción humana que se rea- dialécticos negativos de la filosofía anterior, sobre todo de la eleática,
liza a través de las sensaciones, porque es seguro que Protágoras insis- Y que se afana por demostrar: 1) que nada es; 2) que aunque algo sea
tió siempre sobre la importancia decisiva de la sensación para el cono- está vedado a los hombres; 3) que aunque no esté vedado no se puede
cimiento. Platón repite una y otra vez que el escepticismo radical de comunicar ni explicar. Estas tesis demuestran, y fuera del problema
Protágoras, frente al conocimiento del mundo externo, tenía como fun- dé si atacaba a la ontología de Parménides, que negaba todo valcir a
damento primordial la función exclusiva de conocimiento que atribuía las nociones de verdad y de conocimiento, y aunque su nihilismo apa-
a los sentidos. Para Protágoras, el acto perceptivo dependía de la estruc- rece todavía más radical que el de Protágoras, no hay una contrapo-
tura sensorial y no de la cosa percibida, pues sostenía que lo llamado, sición psicológica entre ambos, pues las tesis de uno y del otro confluyen
por ejemplo, color, nace del encuentro del sujeto y del objeto, y no de en la idea de que el conocimiento es el producto de. dos elementos que
la cosa misma, que en otra situación puede ser percibida con otro co... se encuentran y mezclan: uno que proviene del exterior y otro que es
lor. Finalmente, se ha discutido sobre supuestas opiniones de Protágo- propio del sujeto mismo. Uno de los problemas fundamentales del
ras con referencia a la memoria, que habría relacionado siempre con conocimiento psicológico a lo largo de la historia y en nuestros días
las percepciones originarias, que dejan huellas, pero con_ una pérdida piedra de toque de la estructuración epistémológica de la psicología:
con respecto a las mismas. El concepto nos parece demasiado moderno las relaciones del sujeto y del objeto,10 queda planteado por primera
e influido por análisis muy posteriores de las sensaciones y de la me- vez para el pensamiento occidental y constituirá la herencia básica de
moria, para que podamos aceptarlo sin reparos como propio de Pro- los sofistas para la psicología, problema que ellos resolvieron con el
tágoras. subjetivismo extremado y que todavía: discutimos. Más aún, la tercera
De GoRGIAs, cuyas fechas de nacimiento y de muerte se suelen ubi- proposición de Gorgias apunta a un problema que recién en nuestros
car en los años 485 y 390 a. C., sabemos con seguridad que hizo su días ha sacudido a la psicología, y es el de la «comunicación». En dicha
primera aparición en Atenas en el 427 a. C., como embajador de Leon- proposición está expresado todo el contenido polémico de la psico-
110 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 111

lingüística, o sea que el sujeto, como individuo, cuando conoce, no íntegro en el concepto de la organización de la vida humana según
está en las mismas condiciones del sujeto a quien se dirige, porque lo ciencia, que se realiza por medio de un largo proceso interior, que
que quiere transmitir representa una experiencia particular incomu-· parte de la certidumbre empírica inmediata y avanza a través de la
nicable directamente y que quien la recibe sólo puede interpretarla en duda y del escepticismo, para culminar con la coordinación de todas
base de la propia experiencia personal. De esta manera, cualquier fun- las· fuerzas y de todos los impulsos del espíritu. Tal es el esquema ge-
ción directa d'el lenguaje es puesta en duda, porque su valor de comu- neral del método que empleará en sus búsquedas, cuyos temas constan-
nicabilidad depende tanto de la percepción de quien elabora el discurso, tes serán el hombre y todo lo que le concierne. Su preocupación es el
como de las percepciones que constituyen la experiencia de los oyentes. estudio del hombre, de las instituciones y de los valores humanos más
Que por este camino se puede llegar al nominalismo absoluto, y que esenciales. Pero su estudio no es psicológico con el sentido moderno,
en él desembocó Gorgias, es otro problema que aquí no nos interesa, no ase al hombre desde el interior, no analiza las facultades del alma,
pues es metapsicológico. sino que parte de lo que ha sido exteriorizado. cSiempre discutía -dice
Jenofonte- de las cosas humanas, considerando lo que fuera pío o
4. S6crates y la filosofía de la sabiduría. - La apreciación histórica impío, hermoso o feo, justo o injusto; de la sabiduría y de la insania;
de la sofística puede ser resumida con el juicio de Zeller,11 de que de la fortaleza y de la cobardía; de la ciudad y del ciudadano; del
por obra de los sofistas «la ciencia anterior es declarada una ilusión y dominio sobre los hombres y de quien lo posee> H La mentalidad polí-
sin que se encontrara una nueva». Y podemos agregar que para des- tica de Sócrates fue antitética con la democracia; prohijó una aristo-
cubrirla el camino fue abierto por Sócrates, cuyas enseñanzas requie- cracia de los ingenios, un gobierno de les competentes que sustituyera
ren tener a la vista un antecedente inmediato: el principio de la sofís- al gobierno de las castas o del pueblo. Opuesto a la democracia pero
tica, y otro remoto: la ciencia de los physiologoi. En efecto, y a través mal visto por la aristocracia, su pensamiento político lo alejó de todos
de · la crítica de los sofistas, Sócrates plantea sobre nuevas bases la y terminó, bajo la acusación de impiedad y de corromper a la juven-
ciencia e inicia el camino de una nueva especulación. La fecha del na- tud, condenado a muerte. Murió en el año ?99 a. C., después de beber
cimiento de SÓCRATES cae alrededor de los últimos años de las guerras la cicuta, como impusieran los jueces,1!i fin del que se negó a escapar,
persas, y con cierta aproximación se la puede fijar en el 469 a. C. Fue cprefiriendo la muerte, antes que, mendigando una vida más larga,
el contemporáneo más joven de los hombres que ilustraron el siglo de ganar una vida peor que la muerte». 1e
Pericles. Nacido en Atenas, en su juventud cumplió con decoro los de- Sócrates, como los sofistas, se interesa por el ser humano en la pers-
beres de ciudadano y de soldado que imponían las leyes, combatiendo pectiva del sujeto, pero lo considera en la perspectiva moral, o, con
en Potidea, en Delio y en Amalfi.12 En la madurez se mantuvo alejado otras palabras, su centro de interés, con la terminología actual, es la
de la vida pública y, por lo mismo, no contó con el favor y la popula- persona, que antepone al individuo antropológicamente considerado,
ridad de las masas, que con el régimen democrático dominaban la cosa como objeto de estudio de sus capacidades sensitivas .e intelectuales.
pública. En su existencia, fuera de su muerte, no encontramos aconte- Por ello, en toda su especulación apunta hacia la ciencia que parte del
cimientos memorables, porque emerge a la vida de la época con una sujeto y de su. ley, pero que, una vez conquistado el propio objeto, se
actitud nueva que los contemporáneos encuentran extraña y muchas identifica con el mismo y olvida sus orígenes. El «conocimiento» so-
veces ridícula. Nada de lo exterior, en cuanto exterior, le interesa; crático, por consiguiente, no se ocupa de la realidad del alma, que da
se declara insensible a la imponencia de los espectáculos de la natu- por aceptada, sino que se detiene en los tesoros que esconde y que con
raleza, por la razón de que la naturaleza no puede enseñarle ·nada.13 la «mayéutica» procura descubrir para unirlos con los lazos de la lógica,
Sin embargo, durante toda su vida no abandonó un solo día la ciudad que fijan al objeto del pensamiento inmovilizándolo para sustraerlo
y sus conciudadanos, con los cuales acostumbraba a discurrir única- del flujo psicológico y natural que se renueva perennemente con la
mente sobre lo que le interesaba. Pero su coloquio nunca concierne a percepción y en la vida d~ la naturaleza. Para Sócrates, el conocimiento
los acontecimientos externos y, en realidad, su manera de dirigirlo existe ab aeterno, y la tarea del sabio es extraerlo de la mente del
revela más bien un soliloquio, una discusión de Sócrates con Sócrates interlocutor, puesto que para manifestarse no requería más que un
mismo. Su emblema, su método, la fuerza de su ciencia, es fa duda, «partero» hábil. Éstos son gérmenes del platonismo, y representan una
cuyo valor positivo y constructivo consagra con las palabras del Oráculo negación del papel de la sensibilidad, dado que implican una fe meta-
de Delios: «Conócete a ti mismo>, o sea, duda de ti mismo, pero escruta física: la de un racionalismo inmanente en las raíces de la vida misma.
dentro tuyo. El significado socrático del «Conócete a ti mismo» está Por este camino, la «psicología» de Sócrates se nos aparece comple-
112 ALBERTO L. MERANI
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
113
tamente subordinada a la ética, puesto que para él la introspección está 12.Platón, «Apología», en Oeu.vres ~ompletes, Loe. cit.
subordinada al sentido que se procura dar a la conducta humana. El ·Platón, «P'ed.ro», en Oeu.vres completes, Loe. cit.
13.
hombre socrático deja de ser un hombre de la naturaleza, un ser mo- Jenofonte, cMemorableS», en Opera, edic. Díndorf Berlín 1872-1876
14.
15Con todo su dram t• 1 · · io ' ' ·
vido por pasiones, por sensaciones, deseos y sentimientos, para trans- diálogo de PI tó ªdi:;o,de JWC • y ~ muerte de Sócrates están relatados
en ei
formarse en individuo que responde a un «debe sen ético dentro del ze . ª n ca 0 al ep15od10 «La Apología:¡¡ (en Oeuvres com
~.e~t~· cit.) Y en «La Apología» Y los «Mt!JnorableS» de Jenofonte (en Opera:
cual est~rá en condiciones de comprender el bien y de investigarlo. La
antropología que de aquí deriva es un saber que no se moldea sobre 16. Jenofonte, «La apología:¡¡, en Opera; Loe. cit.
los objetos, sino que tiene en sí misma su medida, su ley, su criterio; la
actividad humana no aumenta por presión externa, sino que se desen-
vuelve desde la intimidad, con la actividad moral del sujeto que se
fortalece con la extrinsecación, se crea con ella y se realiza mediante
ella. Tal es, y no otra, la ciencia socrática, la ciencia de la sabiduría,
sabiduría que se puede enseñar porque engloba todas las virtudes par-
ticulares del hombre: piedad, justicia, coraje, temperanza, y porque se
puede actuar sobre el alma con la mayéutica, de manera que exprese
las verdades de que está preñada. La doctrina de Sócrates, que en sus
principios es activista y parece reservar implicaciones que pudieran
llevar a una antropología concreta, se resuelve en última instancia en
un mero intelectualismo. Le falta la dialéctica que una las determina-
ciones conceptuales opuestas y la convierta en acción. De esta manera,
el ser psicológico queda excluido y estaría casi fuera de lugar ocu-
parse de Sócrates en una historia de la psicología, si su pensamiento
no constituyera el antecedente necesario para comprender a Platón
y para llenar la laguna epistemológica que se extendería desde los
·naturalistas y sofistas hasta éste y también hasta Aristóteles. Sin Platón
y Aristóteles, la antropología concreta, esto es, la psicología, carecería
de comienzos, y sin Sócrates no hubiéramos tenido la teoría de las ideas
de Platón, ni la «lógica» de Aristóteles, y la psicología se hubiera
encaminado por senderos que es imposible siquiera sospechar. :¡

NOTAS

l. Así denominados de sophizoo: entregar sabiduría, porque enseñaban a


cambio de pago.
2. Platón, «ProtágoraS», en Oeuvres completes, Loe. cit.
3. Platón, Ocuvres, Loe. cit.
4. Acerca de la discusión sobre si esta afirmación es histórica o legendaria,
vid. Guido de Ruggiero, Storia delta filosofía, La filosofía greca, t. I, Loe. cit.
5. Cf. Platón, «Menezenos», en Oeuvres completes, Loe. cit.
6. Platón, «Teethetos», en Oeuvres completes, Loe. cit.
7. Ibídem.
8. Diels. frag. 4, Loe. dt.
9. Cf. Platón, «Gorgias», en Oeuvres completes, Loe. cit.
10. Vid. «Introducción», 2.
11. Ed. Zeller, Die Philosophie der Griechen, Tübingen, 1844-1852.

8
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 115

los aplastan y desbordan. Carecen de importancia autónoma, de figuras


de mayor relieve, y no obstante aparecen en la historia como un valor
mediato necesario, como precursores muchas veces olvidados y vili-
pendiados, sobre todo los cínicos, del gran movimiento de ideas que
florecerá después de Platón y de Aristóteles. Es muy posible que la
carencia de datos importantes sobre sus doctrinas, la abundancia de
anécdotas en torno de sus representantes más peculiares y la fascina-
ción que a través de los siglos ejercieron sobre los investigadores
CAPÍTULO 3 Platón y Aristóteles hayan oscurecido y sin razones firmes la auténtica
labor de estas escuelas; pero también es indudable que én su semi-
I. PLATóN Y LA OBJETIVIDAD IDEAL DEL UNIVERSO penumbra no significan mucho como realización inmediata y sola-
mente sirvieran de reservorio para la conservación de temas que la
época, por su ideología, no estaba en condiciones de asimilar y desarro-
l. Los socráticos: cínicos y cirenaicos. - La muerte de Sócrates llar. Su insistencia sobre una subjetividad extremada parece completa-
dejó bien establecido en el pensamiento de la época que de los mo- mente fuera de lugar y, sin embargo, con el estoicismo y el epicureísmo
mentos negativos y disolventes de su obra podían emerger nuevos representará un freno al objetivismo metafísico de Platón y al realismo
aspectos positivos y reconstructores. Los primeros hundían sus raíces objetivista de Aristóteles. El tema del objeto, agotado por estas dos
en el pasado inmediato representado por la sofística, los segundos per- filosofías, es incapaz de ofrecer en sus análisis nuevos desarrollos y, al
tenecían a un futuro del cual Platón representaría el primer hito. La disolverse en el escepticismo, encuentra un cauce más apropiado por
enseñanza socrática tuvo grandísima influencia sobre sus contemporá- obra de los estoicos y epicúreos, que darán nuevo fundamento y desa-
neos, aunque sus exigencias metafísicas únicamente encontraran campo rrollo al principio de la· subjetividad y al repliegue del espíritu sobre
apropiado en la especulación platónica. Esa influencia inmediata se sí mismo como consecuencia práctica o praxis de la vida.
reveló a través de la obra de discípulos modestos que, continuando la Tanto en la escuela cínica como en la cirenaica, el subjetivismo se
tradición de algunas ideas preexistentes, convirtieron al socratismo en desenvuelve según una línea propia del pensamiento del siglo IV y cuya
sistemas filosóficos en cuyo seno germinan algunas ideas que solamente génesis se'remonta a los sofistas: confianza ilimitada en la paideía, la
llegarán a perder su inmadurez primigenia con los pensadores pos- educación, para formar y transformar al hombre según méi.odos racio-
aristotélicos. De estas escuelas, la cínica y la cirenaica, que son, res- nales. El objetivismo socrático, y con mayor razón la objetivización
pectivamente, la anticipación del estoicismo y del epicureísmo, repre- ideal del universo por Platón, negaban de hecho la maleabilidad de la .
sentan los dos focos principales. Su tema dominante es la acentuación naturaleza humana. El hombre socrático es, en este aspecto, un objeto
de la subjetividad, el repliegue del espíritu sobre sí mismo de un modo que lleva ínsita la ciencia;· en su concepción, educarlo no significa
hasta entonces nunca visto y, por consiguiente, la indiferencia absoluta «formarlo» o «transformarlo», sino ayudarlo a «parir» la sabiduría que
por lo objetivo. No se trata de un desplazamiento del centro de la lleva dentro y es eterna. Por su parte, el hombre de Platón debe des-
especulación del objeto hacia el sujeto, sino que directamente se plan- cubrir la «idea» para asir natural y deductivamente el saber. Ninguno
tea, en la teoría y la acción, la negación absoluta ·del sujeto. Esta acti- de los dos se forma, transforma, pues ambos, dentro o fuera de sí
tud resulta por lo demás extraña. Después del objetivismo de los natu- mismos, encuentran la sabiduría dada de una vez para siempre. Cuando
ralistas, la crítica acerva de los sofistas había descubierto al sujeto y su los sofistas descubren la subjetividad abren el camino de la paideía;
importancia para el conocimiento; Sócrates, en dando al sujeto como su enseñanza asienta en la educación, que es cambio del hombre. Pero
individuos el carácter de persona, presenta el problema ético de su donde este rasgo aparecerá bien destacado será en el subjetivismo a
acción, pero de sus mismas especulaciones surgía, aunque fuese en ultranza de los cinicos y cirenaicos, sobre todo en los cínicos, que no
germen, una orientación que finalmente se desenvolvería co:i,i sentido · titubean en desechar la denominación de «Sabios» o «filósofos», para
opuesto: la idea de la objetividad ideal del universo, que desarr.ollará presentarse como «conductores de hombres». Diógenes Laercio 1 relata
Platón. que un cínico del siglo m, Menipo, en su obra Venta de Di6genes, dice
Los cínicos y los cirenaicos están fuera de este camino, pero sin que este filósofo, puesto en venta en el mercado de esclavos, respondía
lograr crear un hiatus entre las filosofías de Sócrates y de Platón, C'_Ue a los posibles compradores que inquirían sobre sus habilidades: «Diri-
116 ALBERTO L. MERANI
lllSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
117
gir a. los hombres.» Adversarios de la formación del espíritu por la
refugió por un instante en su seno, luego levantó vuelo hacia los cie-
dialéctica y por la ciencia, los cínicos y cirenaicos no se limitaban a
los, llenando de entusiasmo a los dioses y a los hombres. Todas estas
una reforma interior de ellos mismos: si se reforman es para ofrecerse curi~sas leyendas prueban, simplemente, que para sus contemporáneos
como modelo y para dirigir a los demás. Cinismo y cirenaísmo forman Platon encar;iaba el tipo humano de la belleza moral, de la mesura y
la contraposición en tono menor del platonismo y del aristotelismo, pues de la annoma de las que Apolo era el prototipo divino.
se niegan a reconocer cualqufor interés humano por la cultura inte- En la realidad, Platón pertenecía a las más grandes familias de la
lectual y buscan para el hombre un apoyo en sí mismo y sólo en sí aristocracia ateniense. Su padre, Aristón, descendía de Codros. Su ma-
mismo. De este mddo, y repetimos, aunque fueran oscurecidos por dre, Perictione, era pariente lejana de Solón. Platón recibió de sus
Platón y Aristóteles, y muy desdeñados por las filosofías posteriores, padres el nombre de su abuelo: Aristocles, que luego cambió por el
son los únicos que en el contenido general d~ sus doctrinas permiten que lo conoce la posteridad, sobrenombre que posiblemente le fuera
vislumbrar indicies para la estructuración de una antropología def adjudicado en. razón del ancho de su pecho o de su frente, 0 simpfe-
chombre tal cual es»,2 y cuya presencia posterior junto a la del <1:hom- ~e~te en ;azoz:, de la amplitud de su espíritu, y que le agradó. Re-
bre tal cual debe ser» servirá de trampolín a la introducción de los c1b10 la, eaucac1on que ~mtonces se consideraba perfecta y reservada
principios del transformismo y del evolucionismq en la psicología mo- a los vastagos de las familias aristocráticas. Aristón de Argos fue su
derna. maestro de gimnástica; Platón se reveló un digno alumno, puesto que
ganó dos premios en los juegos olímpicos. Dracón y Metellus de Agri-
2. Plat6n: uida y obras. - Con el pensamiento de Platón está unida gento le enseñaron la música. Dionisio el gramático lo inició en las
toda la historia de la filosofía occidental desde el siglo m a. C. en ade- artes liberales, que los antiguos denominaban con el término general
lante. Todavía en nuestros días la sombra del «filósofo divino», como de , gramática. Espíritu inquieto, abierto a todas las curiosidades, des-
quiso llamarlo la leyenda, pesa en las estructuras de las elucubraciones pues. de haber ensayado en diversas artes, la pintura, la música y la
filosóficas y científicas contemporáneas. Bien entendido, no se trata de poe,sia, pensaba dedicarse al teatro, para lo cual preparaba una tetra-
que aún seamos discípulos o adversarios, pues la época de esos enfren- log1a, cuando entró en relación con Sócrates. El encuentro fue decisivo·
tamientos pasó hace muchísimo, pero sí .está vivo en los tema.s de las abandonó sus aprestos de dramaturgo y se consagró a la filosofía. Te~
ideologías actuales el problema del idealismo y del materialismo. Esta nía entoz:ces veinte años. Se sumó al grupo de Sócrates y durante los
pugna que cuenta a Platón como padre del idealismo filosófico, es nuev: anos que :1 ?1aestro todavía viviría se reveló el más fiel y
todavfa muy sensible en el campo de la gnoseología, y por su inter- ent~~1asta d; los d1sc1pulos. Una enfermedad le impidió asistir a la eje-
medio repercute fuertemente en los planteos del saber y de la cultura. cuc1on de Socrates, enfermedad que para algunos historiadores fue sólo
La psicología actual ciencia conjetural por excelencia, aún tiene cla- un pre~exto; pero había seguido de cerca las vicisitudes del proceso
vada en un costado' la espina del innatismo como herencia platónica; Y. ofrecido s~ fortuna para favorecer la evasión del desgraciado amigo.
los estudios psicosociales y psicolingüísticos son bajo este aspecto, y en EJecutado Socrates, Platón, como la mayoría de los discípulos del filó-
primer lugar, por la afirmativa o la negativa, tributarios de Platón. sofo, cr.eyó prudente alejarse de Atenas. Se trasladó a Megara donde
La leyenda se apropió rápidamente de todos los actos de la vida de por algún tiempo cultivó la amistad de Euclides y Hermóge~es. Sin
Platón, pues los griegos hicieron de él un semidiós. Nació en Atenas, duda, fueron esos dos filósofos los que iniciaron a Platón en las teorías
mejor dicho, en el demos de Kollyte, muy cerca de esa ciudad, en el de los_ eleáticos. De Megara, Platón pasó a Egipto, donde permaneció
tercer año de la 87 Olimpíada, en el mes Thargelion, o sea el 21 de tres anos, del 393 al 390. De allá fue a Fenicia, donde, se dice los ma-
· mayo del año 429 a. C., según nuestro calendario. El día de su na- gos lo familiarizaron con la filosofía de Zoroastro, y los calde~s con la
cimiento coincidió con un aniversario del nacimiento del dios Apolo, astrología. Después visitó la Italia meridional, donde en Tarento trabó
Y se contaba que era hijo de ese dios, que había ordenado al marido amistad con Arquitos, Locres y Timeo, y posiblemente tuvo contacto
de su madre no aproximarse carnalmente a su mujer durante los diez ·~ con los pitagóricos, que en esa región todavía daban una enseñanza
primeros meses del matrimonio. Más adelante, cuando su padre lo • 1 esotérica. Luego pasó a Siracusa, donde por un tiempo mantuvo buenas
presentó a Sócrates, éste habría tenido la noche anterior un sueño relaciones con Dionisio el Viejo, rey de la región, y ,al que pretendió
singular que lo prevenía de esa presentación y de la gloria futura de convertir en gobernante filósofo. Pero el tirano no tardó en descubrir
su ,discípulo: del altar que en la Academia estaba consagrado al Amor las ~esventajas de la filosofía para un gobierno autoritario y lo con-
creyó ver que levantaba vuelo un pequeño cisne. El gracioso animal se deno a muerte. Los ruegos de Dión y de Aristomenes le salvaron la
118 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 119

v~da, pero no lograron su libertad. Dionisio, aliado con los lacedemo- 3. La filosofía de Platón y el problema del conocimiento. - Desde
nios, Y por lo tanto enemigo de Atenas, dio a Platón la condición de los orígenes de la filosofía griega hasta nuestros días, la historia del
¡prisionero de Esp~. De acuerdo con los usos de la época en relación pensamiento occidental gira en torno de un problema: el conocimient:'.
<:on l~s p~isioneros, vendió a Platón como esclavo a la ciudad de Egina, Se trató y se trata de saber si la realidad se presenta al hombre baJo
en~m1ga Jurada. de Atenas. Una vez más, la vida del filósofo estuvo en la forma de objeto de conocimiento, o sea, que al percibir los fenómenos
peligro, pues para satisfacer los odios nacionales se requería la vida del que lo rodean el cdntacto con los mismos da en la sensación la aprehen-
esc~avo. ~o obstante, ~iceris, uno de sus amigos, logró el rescate por sión del fenó:neno en sí, el conocimiento de su ser, en otros términos
treinta minas, Y Platon regresó finalmente a Atenas. Su ausencia de de las relaciones que lo provocan y causan, o si a ese primer contacto
la ciudad había durado once años, y en medio de largos momentos de con la realidad se le debe agregar el análisis y la teorización del fenó-
estudio Y de terribles vicisitudes, el pensamiento de Platón había alcan- meno, que daría el polo necesario y complementario .del sujeto abs-
zado una madurez singular.
tracto, esto es, el conocimiento que se encuentra a la vez en el mundo,
. En :'-tenas, Platón se consagró a la enseñanza de la filosofía. Eri. el en la cosa, y fuera del mundo, de las cosas, en nuestro concepto de
g1mnas10 de la Academia profesó durante casi veintidós años un curso las mismas. Esta doble visión de la realidad y de su aprehensión abre
gratuito, en el que desarrolló sus doctrinas. Durante este período com- dos caminos divergentes al conocimiento humano. Por un lado, el hom-
puso la mayor parte de sus obras. En ·el año 386 a instancias de su bre está en relación directa con la realidad de los fenómenos que lo
amigo Dión, decidió intentar una vez más la ave~tura de convertir a rodean; cuando percibe las cosas aprehende su esencia y el ser de las
un rey en filósofo y hacerle aplicar sus doctrinas de gobierno que mismas, y la trama de acciones e interacciones, de las causas que las
conocemos por su obra La República o de la Justicia. Dionisio el joven producen, es adquirida con el conocimiento sensorial, o bien, lisa y
ocupaba el trono de Dionisio el Viejo, y su propósito era hacer del llanamente ignorada por la imposibilidad de llegar al mismo, de manera
nuevo tirano un perfecto filósofo, lo que a sus ojos equivalía a con- que el conocimiento sería la «captura» por los sentidos de la realidad.
vertirlo en el modelo de los príncipes. Confió la dirección de su escuela Por el otro lado, esa relación práctico-utilitaria con las cosas hace
a H~raclides ~e Heracle~, y partió para Sicilia, en compañía de su aparecer la realidad como un mundo de medios, de fines, de fuerzas
sobrino Espeusipo. Despues de algunas entrevistas con el tirano entre- y de reacciones, que deben ser sistematizados. As~ inmerso en el
vistas que hicieron peligrar nuevamente al filósofo, éste reton:ó, pru- mundo real, el hombre crea con sus propias representaciones de las
d~~temente, a Atenas. Retomó la enseñanza y se dedicó a revisar sus cosas y elabora un sistema correlativo de nociones que retienen y fijan
<l~alogos Y a componer otros. _Murió en el año 347 a. C. Las circunstan- la forma fenomenal de la realidad: la filosofía y la ciencia.
cias de su muerte nos son desconocidas. Los atenienses le dedicaron Para la época de Platón, todas las escuelas de filosoña, salvo el pita-
funerales grandiosos y erigieron su tumba cerca de la Academia. Su:s gorismo, se habían prácticamente fundido, frente al problema del co-
discípulos decidieron celebrar dignamente cada año el aniversario de nocimiento, en dos doctrinas opuestas en su método, su principio y sus
su nacimiento; para esa fecha organizaban un banquete solemne, du- resultados. Por una parte, el idealismo de los eleáticos, que proclama-
rante el cual se cantaban himnos a la memoria del filósofo. Aristóte- ba la unidad y la inmovilidad del ser, suprimía lo múltiple, el fenó-
. les, el otro gran filósofo ateniense, que fuera primero su discípulo y meno, el movimiento y el devenir; por otra, el naturalismo de la.
luego su rival de gloria, le erigió un altar.
escuela jónica, que profesaba la inestabilidad incesante de las cosas y
Los escritos de Platón comprenden !l6 obras, casi todas diálogos sustituía en el mundo al ~er por la apariencia del ser. Frente a esas
Y de las cuales 13 son consideradas apócrifas. Las obras de Platón so~ dos orientaciones, Platón se manifiesta con una doble refutación. En el
las primeras de un filósofo de la antigüedad que nos han llegado com- Teetetos 3 demuestra contra Protágoras y los jónicos que no ,hay cien-
pletas, en todo sentido, y de las cuales podemos. disponer de ediciones cia de lo que pasa, y que reducir ·el conocimiento a la sensación es
perfectas, siendo la primera la realizada por Aldo Manucio el Viejo destruirlo. En El Sofista, 4 uno dé sus diálogos más profundos, prueba
con texto revisado por Marc Musurus de Creta en Veneci~ en 15131 contra los eléatas que la verdadera ciencia admite los contrarios siem-
siendo considerada como edición fundamental ia de Henri 'Estienne' pre que se los enlace con una Idea superior; que el movimiento y el
publicada en París, en 1578, en tres volúmenes in folio. De l~s tra~ reposo, por ejemplo, aunque se e:x:cluyan recíprocamente, pueden, sin
ducciones, una de las más afamadas es la realizada por Víctor Cousin embargo, coexistir en la Idea del Ser.
editada en París por Rey y Gravier en 13 volúmenes entre lo~ El propósito de Platón es determinar el carácter de la ciencia y acar-
años 1822 y 1837. '
dar sobre ese pimto las doctrinas de los jónicos, que negaban la uni-
120 ALBERTO L. MERAN! . lilSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 121
dad, y las doctrinas de los eleáticos, que afirmaban esa unidad. Como íos, naturalistas como Alcmeón de Crotona, Galeno, Galileo Galilei,
para Platón la verdadera ciencia admite los contrarios, reuniéndolos Lamarck, Darwin, y qué otra cosa hacen en nuestros días los físicos
con una Idea Suprema, ¿por cuál método podrá, pues, conciliar el de- empeñados en explorar el unive1so atómico, que con el «Principio de
venir y el ser, la variabilidad infinita de los jónicos y la inmovilidad la incertidumbre» de Heisenberg retornan al mundo de las Ideas pla-
absoluta de los eleáticos? Por la dialéctica. Así, únicamente la dialéc- tónicas, o con la teoría de los quanta se acogen con De Broglie a la
tica resolvería el problema de las cosas. Busca lo que hay de común destrucción del pseudoconcreto, como postulara Marx? Platón, como
e invariable; reduce continuamente la variedad a la unidad. Dadas· por veremos en lo que sigue, inaugura un modo de pensar que la huma-
la sensación un cierto número de realidades individuales, la dialéctica nidad todavía lucha por superar o abandonar. Para él, y con él para
las compara, las considera en lo que tienen de común y de perma- todo el idealismo posterior, el pensamiento: la Idea crea lo concreto,
nente, puesto que las relaciona con una causa independiente y sepa- esto es, que los hechos sólo adquieren valor y significación en la con-
rada, con una causa que existe por sí misma: la Idea. Para Platón, las ciencia humana. De este modo, Platón objetiviza radicalmente al uni-
Ideas son principios independientes y superiores que· corresponden a verso como un mundo ideal, y dentro de ese mundo convierte el
un mundo aparte. conocimiento del hombre en una antropología abstracta y también ideal.
¿Qué son, entonces, la ciencia y el conocimiento? No son las s~nsa­
ciones, como pretendía Pitágoras, nos dirá Platón, ni él ser permanente, 4. La dialéctica de la sensaci6n. - Cuando ·Platón afirma en el
como sostenían los eleáticos. La ciencia y el conocimiento platónicos Sofista 5 que dianoia y lagos, pensamiento y discurso, son una misma
.son la inteligencia, que hace lo inteligible sin ningún intermediario Y cosa, con la única diferencia que el diálogo interior del alma consigo
que es una y misma cosa con su objeto. La ciencia y el conocimiento misma, y sin voz, se llama pensamiento, mientras que aquello del pen-
son la Idea. Con Platón y su teoría de las Ideas se plantea de manera samiento que se comunica con la voz se llama discurso, define la dialéc-
dramática que la evidencia sensible no expresa una visión clara y aguda tica como actividad discursiva de la mente, o sea que si el hombre pu-
del fenómeno mismo; que lo natural se revela no-natural, y que el diese intuir inmediatamente y en su pureza la verdad, no habría dia-
hombre debe cumplir un esfuerzo para salir del «conocimiento natu- léctica porque sería innecesario el trabajo de discernir poco a poco la
ral», y para convertirse en sabio que conoce la realidad en tanto que verdad de la masa de las falsedades y· apariencias. Pero el organismo
tal. Para todos los grandes filósofos, de todas las tendencias, que se del espíritu humano es tal que el pensamiento es una y sola cosa con
sucedieron en la historia desde los remotos tiempos de la Academia, el discurso, de manera que el aprendizaje es labor de investigación y
el dilema platónico quedó vigente. Francisco Bacon, Baruch Spinoza, de selección. El pensamiento siempre tiene frente a sí a un enemigo:
Friedri~h Hegel, Karl Marx, Martín Heidegger, definen el conocimiento lo falso, lo aparente, lo irreal, al que debe combatir discutiéndole y
como sobrepasando lo natural, como actividad superior o esfuerzo su- destruyéndole su obra. De aquí el carácter rítmico de la actividad del
premo. La imagen baconiana de los Idola; la categoría de la totalidad pensamiento, que es andar y desandar, un adelantar y un reflejarse, un
que elaboró Spinoza con su natura naturans y su natura naturata, la afirmar y un negar, como momentos de una afirmación mejor fundada.
maturaleza naturab y la «naturaleza creada:i>; el análisis hegeliano del En suma, !i!l conocimiento es una discusión o un coloquio según los
pensamiento reflexivo; la teoría de la abolición del pseudoconcreto, términos empleados por Platón. '
esto es, de la aparente autonomía del mundo cotidiano, de Marx; el Pero esta imagen corresponde al nivel especulativo de la lógica so-
(;:;tar en situación en el mundo del existencialismo, tanto heideggeriano crática 6 y revela la posición del problema tal como lo encontramos en
como sartriano son otros tantos modos del esfuerzo por descubrir la los primeros diálogos. Posteriormente, Platón cumplirá un gran pro-
estructura de ia cosa, y la búsqueda de la «CO~ en sí» e~ de tiempos greso que se revelará a f:>'avés de la crítica de las sensaciones y de las
iJ.unemoriales, y será siempre, tarea de la filosofia. Esta busqueda'. que opiniones, porque Una cosa es criticar la relatividad de las sensaciones,
inaugura Platón, es una actividad indispensable par~ la humanidad, como hicieran los cínicos y cirenaicos, y otra buscar en la estructura
porque la esencia de las cosas, la estructura de la realidad, la «cosa en misma de la sensación la causa de su relatividad. Especialmente en el
sh, el ser de la cosa .no se revelan al hombre de ma!-'1era dir~cta .e · Teeteto 7 está planteado el problema del conocimiento científico de la
inmediata. Con este sentido se puede definir la filosofia y la c1enc1a sensación; en partiendo de la pregunta ¿qué es?, encuentra que res-
como el esfuerzo sistemático y crítico que tiende a aprehender la cosa ponder que es algo ya significa trascender su naturaleza y darle una
en sí, a encontrar la estructura de las cosas y a descubrir la esenci~ de ,realidad que va más allá de la aparición fugaz en que se resume~ Esto
la realidad. ¿Qué de distinto hicieron, paralelamente con estos filoso- · afirma Platón, porque el discurso necesita prolongar en la pa-
122 ALBERTO L. MERAN! lilSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 123

labra la instantaneidad de su aparecer, y de esa manera hablamos de , una petición de principio: el hombre sólo es la medida de las cosas
las cualidades de los objetos que los sentidos nos revelan, y como algo · .que aprendió.11 De esto deduce que la experiencia inmediata no con-
correlativo <le esas cualidades de sensaciones: hablamos de una activi- . tiene a la verdad, sino que la presupone, y por lo mismo contiene una
dad del objeto a !~ que responde una pasividad del sujeto, que simple- instancia que la trasciende. Y Platón va todavía más lejos. La sensa-
mente recibe la impresión. En realidad, explica Platón, estos términos ción es generada y como tal brinda a otro, al generador, el propio ser.
son obra de una reflexión posterior, porque en el momento del encuen- En consecuencia deviene, pero devenir es convertirse en algo; es fe-
tro del órgano, el ojo por ejemplo, con el objeto sensible, no se origina nómeno y, sin embargo, no tiene esencia. ¿Cómo, entonces, puede
un color, que es una cualidad sensible, sino algo, un blanco por caso, haber una verdad sin esencia? 1 2 Por ser la esencia la intimidad del
o sea que no hay una visión, sino un ojo que ve. Lo mismo es para real, que no puede estar en el fenómeno, debe recibir en este caso su
los demás sentidos; la dureza, el calor, etc., no son nada por sí mismos, razón, puesto que no le es inmanente.
sino que se originan en el encuentro del órgano con el objeto adaptado De esta crítica al empirismo, Platón saca en consecuencia dos ca-
para ello.s racteres de las sensaciones, · que en su sistema adquieren grandísima
En siendo ésta la génesis de la sensación, Platón deduce cuatro con-. importancia positiva. La sensación, como explicó, es individual y ais-
secuencias fundamentales: 1) su relatividad, por cuanto es función del lada. El ojo ve, el oído escucha, pero la sensación del ojo no tiene rela-
sensorio y del sentido, y en consecuencia una disposición distinta de ción con la del oído, y viceversa: cada una acoge un único aspecto del
los órganos o una acomodación diversa del objeto que determina un objeto. Pero bien, ¿cómo ocurre que el hombre siente como aguda o
cambio, una diversidad en la sensación; 2) su mera apariencia o fe- grave una misma cosa que ve como blanca o negra? El sentido de por
nomenalidad; la sensación es y no es, puesto que generada deviene y sí no decide porque no da la relación entre las dos sensaciones. Y de
está, por consiguiente, privada de existencia estable; 3) su individuali- la misma manera, en el campo de un mismo sentido, ¿qué nos dice que
dad, que se agota en el acto singular con que se genera y, por consi- una sensación es idéntica o diversa de otra, igual o desigual, más agra-
guiente, no abarca nada general, sino y únicamente una cantidad de- dable o desagradable? Estas relaciones, y el número infinito que de
terminada; 4) en consecuencia, es de hecho aislada, con el sentido de ellas puede aparecer, no poseen un órgano sensible apropiado: existen
que no tiene en sí misma la razón de una relación con otras sensacio- entre las sensaciones y no en la sensación, por lo cual deduce que por
nes. De aquí, como veremos más adela~te, que para Platón sea nece- otra vía el alma agrega al sentido una esencia suprasensible unida,
saria una exigencia que la trascienda y que requiera una integración pero no coµfundida, con el fenómeno sensible. De este modo, se agrega
a un nivel por encima de lo sensible. Ahora, supongamos, con la teiss a lo similar y a lo distinto, a lo igual y a lo desigual, las relaciones más
empírica propugnada por Protágoras,9 que las sensaciones, en lugar de profundas del ser y del no ser, del fenómeno y de la esencia, de lo
ser las formas espirituales más elementales, compendian toda la vida verdadero y lo falso, de lo hermoso y lo feo, de lo bueno y lo malo,
cognoscitiva del espíritu, esto es, el conocimiento de la verdad, porque · algo que forma una instancia superior al sentido, una obra que el alma
brindan la realidad en su integridad. Esto daría lugar a consecuencias con.struye por sí misma, «refiriendo las sensaciones entre ellas y pa-
muy extrañas, afirma Platón, porque quien ve conoce, quien cierra los rangonando en sí mismo el pasado y el presente con el futuro». 13 En
ojos no ve y, por consiguiente, no conoce. Y quien viera con un solo habiendo partido de los sentidos, Platón llega al descubrimiento de una
ojo, mientras conserva cerrado el otro, ¿no podría decirse que al mismo trama no sensible, de naturaleza intelectual o mental, que la com-
tiempo conoce y no conoce? Para superar estas antinomias del empi- pactibilidad aparente de la vida sensible ocultaba, pero que la dialéc-
rismo puro debe admitir que la realidad no está completamente pre- tica de la sensación terminó por revelarle. La primera parte de su aná-
sente en los sentidos, sino que en parte está idealizada en el recuerdo, lisis está realizada;. el hombre no es la medida de las cosas, ni de las
o sea que trasciende la inmediatez de su punto de vista y reconoce que son ni de las que no son: la sensación no es conocimiento, y a su
una mediación: el recuerdo, con todas las consecuencias suprasensibles antropología abstracta, a su psicología teorética, como diríamos hoy,
que ello implica. le resta la tarea más difícil, la de investigar en qué consiste esa trama.
Cuando Protágoras enunciaba el principio de que el hombre es la me-
º
dida de todas las cosas,1 ¿entendía por hombre a su propia persona? 5. La reminiscencia. como base del CO?Wcimiento. - Platón revela,
En verdad, pregunta Platón, ¿de qué cosas es el hombre :medida? ¿De por el camino de la dialéctica, que la verdadera realidad no es un
lo que sabe o de lo que no sabe? Su solución a estos dos interrogantes fenómeno, algo inmediato, sino una esencia, algo que es mediatez o
consiste en demostrar que el principio de Protágoras se resuelve en. idealidad, o, dicho de otra manera, llega a la conclusión de una pro-
124 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 125

funda opos1c10n entre lo que es sensible y lo que propiamente perte- ! tan con lo que llaman hechos de experiencia interna y leyes o formas
nece al alma. Frente a la subjetividad de las sensaciones reafirma la a priori. del conocimiento. Es verdad que ya no enfocamos el problema
objetividad, esto es, la universalidad de los conceptos o relaciones men- con la orientación que le diera Platón, sino con la que se inicia en Des-
tales. Mientras las sensaciones son mudables y contingentes, los con- earles, más desde que aquél lo afirmara, pensando en la et~rnidad de
ceptos son invariables, porque si bien en ellos varían las cantidades los conceptos: el hombre los posee por una especie de reminiscencia;
naturales, las magnitudes, no varían la cantidad, la magnitud, que con -0tros, que son innatos del alma; otros aun que son funciones a priori
su inamovilidad resultan el criterio de cualquier cambio. Sin embargo, del intelecto, leyes inmanente a la constitución mental, encontramos
no sabemos cuál es la relación de los conceptos con el alma; lo único '· que todas son fórmulas diversas de filosofías diversas, pero que res-
que nos ha dicho Platón es que conocemos porque la luz del alma se ponden ·a un mismo y único enfrentamiento del .problema del cono-
irradia sobre los sentidos. Pero, ¿él conocimiento es un producto del cimiento humano. La psicología actual, la muy actual del análisis fac-
alma, o algo autónomo y no generado, que se comunica inmediata- : torial de. la inteligencia, ¿responde acaso de otra manera? Desde Platón
mente al alma, sin que nazca de ella? Grave problema que lleva al hasta nuestros días, y en base del principio de la reminiscencia, se clis-
filósofo a recurrir a la mayéutica socrática para una demostración. En : cute si los conceptos son ingerierables, eternos, idénticos, insusceptibles
uno de sus diólogos, el Menón,14 presenta a un es~lavo ignorante de las · de cambio y de corrupción, y en afirmándolo la psicología contempo-
matemáticas, y por medio de habilísimos interrogatorios lo pone en ' ránea con Piaget, · replantea y acepta el problema en su solución
capacidad de resolver un problema difícil. ¿De dónde extrajo el esclavo platónica con el análisis del pensamiento preoperativo del niño. 16 No
el saber? Por supuesto, no provenía de un conocimiento, del que care- se trata para los psicólogos de hoy en día de ser platónicos o no,. se
cía por completo, sino del fondo de la propia alma, por obra de una trata de un problema que Platón fuera el primero en poner sobre el
especie de despertar o reminiscencia (anamnesis). Su alma ya estaba tapete y que todavía debatimos. Mas, en retornando al filósofo, en la
impregnada por aquel saber, que la preexistía y no era fruto de una teoría de la reminiscencia encontramos otra consecuencia y que apunta
adquisición. Recordar es, pues, para Platón, extraer la ciencia de un a la clarificación del real. Según Platón, la eternidad de los conceptos
fondo propio.16 explica la preexistencia del alma al acto de la generación del hombre,
Se trata de un saber no adquirido, anterior al nacimiento del indi- y no viceversa, o, dicho de otra mallera, que el alma no es el sostén
viduo en que se alberga el alma, o sea poseer la memoria de un saber de los conceptos, sino que éstos la sostienen, y de lo cual resulta que
ya poseído en una vida precedente, lo que además significa postular los conceptos no son accidentes de una sustancia. -como defenderá el
la inmortalidad del alma, por lo menos en la línea regresiva que se sustancialismo empirista después de Descartes-, o manifestaciones de
hunde en el pasado. Pero dejando de lado el valor lógico y metafísico , una esencia --como enseña el esencialismo contemporáneo de la psico-
de estas premisas, sus consecuencias psicológicas nos presentan al prin- logía del profundo-, sino la verdadera sustancia, la verdadera esencia,
cipio de la reminiscencia como la primera gran tentati.va de encontrar que el alma expresa en su verdad incorruptible y eterna. Éste fue el
una explicación que no sea equívoca al origen de la naturaleza men- paso final de Platón, y que llevará a la filosofía, y a la antropología con
tal. Si el empirismo, la opinión de que los conceptos emanan de la el sujeto abstracto, hacia una nueva metafísica: el idealismo. Y así, por
experiencia sensible, es falso, y Platón lo demuestra, sólo queda la po- milenios reinó indiscutible en la civilización occidental la aceptación
sibilidad de admitir que sus límites no están determinados por los de una razón universal e inmutable, propia de todo el género humano,
límites de la vida humana, sino que preexisten al individuo como de- y que se perpetuaba a través de la historia, cualesquiera fueran las
pósito del alma, que se perpetúa más allá de la vida. Lo extraño de vicisitudes que en ésta sucedieran. La definición del hombre como ser
esta concepción es la idea de la metempsicosis, ese principio del pen- razonable fue su consecuencia natural y derivó en la tesis de. que sus
samiento oriental que los órficos introdujeran en Grecia (vid. parte pri- atributos naturales no admiten grados. Esta tesis de la catolicidad de
mera, cap. I, 1) ; pero si dejamos de lado este presupuesto psicológico la razón fue aceptada por cartesianos y tomistas, e incluso el Ilumi-
que tanto choca con la línea del pensamiento heleno clásico, sobre nismo, que no admitía sus fundamentos teológicos y metafísicos, la
todo con la fuerte tendencia racionalista y materialista de los natura- ' ·suscribió. Fue necesario el desarrollo de las ciencias físicas, en nuestro
listas, encontramos que la teoría de la reminiscencia es el primer gran .siglo, para que se dudara seriamente de concepto tan venerable que
esbozo de la teoría de las ideas innatas y del innatismo biológico y psi- ni siquiera el empirismo pusiera en el banquilo de la duda absoluta.
cológico en general, que todavía hoy constituye uno de los candentes La razón humana como reflejo de la razón universal: se la ubique
problemas de la psicología, sobre todo cuando los psicólogos se enfren- en Dios, o en el alma, o en las cosas, es un concepto que n<ice con Platón,
126 ALBERTO L. MERANI lllSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 127
o, mejor dicho, si dudamos en atribuirle lisa y llanamente su invención, (vid. part. pr., cap. I, 1). Luego, al tronco unieron la especie mortal del
adquiere con su pensamiento la forma y la fuerza con que se perpetuó. alma; pero como una parte de la misma era mejor que la otra, divi-
En s~ tesis de que «saber es recordar> está incubado este principio. En dieron al tronco con un «muro», el diafragma, y así a la parte del
Platon representa , la teoría de los principios racionales inmutables, alma que participa del coraje y de la cólera le dieron por asiento el
que gradualmente y en el curso de la historia del pensamiento se stis- tórax, la porción más cercana de la cabeza, para que, pudiendo e~cu­
tituye por la de las ideas innatas, sin que en uno y otro caso se ~enie­ char la voz de la razón, reprimiera, junto con ésta, los ímpetus salvajes
gue de la raíz idealista común. Se requerirá llegar al siglo xx para que del alma pasional o concupiscente. A esta última la ataron como a
por obra· de la psicología genética, o, mejor dicho de la corriente· de cuna bestia salvaje» más abajo, en el vientre y bajo vientre, con lo
dicha psicología, inaugurada por Henri Wallon 11' l~ etnografía y la cual Platón hace una concesión a la «teoría cardíaca del alma»
sociología, se alcance un nuevo concepto de la ~azón el de su histo- (vid. part. pr., cap. I, 1). De este modo es como nace la doctrina de
:icidad. Para comprender finalmente la crisis de la r~zón con que se · las tres almas, y la psicofisiología que las une respectivamente al cere.;
inaugura nuestro siglo, 18 y en la que se originan las psicologías de la bro, al corazón y a las víscéras inferiores, y que tanta fortuna tuviera
existencia y de la esencia, siempre y por consiguiente será bueno re- por casi dos mil quinientos años, hasta comienzos del ~iglo XIX.
cordar a Platón, cuyo Fedón es de todas sus obras la que con mayor Esta psicofisiología, que se separa netamente de los puntos de
claridad expone su teoría de la razón como reflejo de una razón uni- vista de los presocráticos, nos demuestra su aspecto más caracterís-
versal: de que· saber es recordar. tico en haber separado claramente, sin matices, una parte inmortal del
alma humana de las restantes partes mortales, y de haberles dado,
6. Las tres partes del alma, o la psicofisiología de Platón. - En el incluso, orígenes, funciones y destino final diversos. En la perspectiva
Timeo, 111 Platón pone como protagonista principal al Demiurgo, el Autor del Fedón, el alma que se separa del cuerpo con la muerte lleva con-
del. mundo, que, de acuerdo con el modelo trascendente de las Ideas, sigo y conjuntamente los elementos racionales y sensibles, y estos últi-
forJa con la materia caótica del devenir el cosmos ordenado y armónico. mos la atraen, muy a su pesar, hacia la tierra, obligándola a encar-
De la formación del universo en su totalidad, el relato cosmogónico pasa narse en nuevos cuerpos. Pero ya en el Timeo, el alma racional sólo
a la especificación de los individuos particulares. En analogía con tiene, dada su categoría de infusa directamente por el Demiurgo, rela-
el alma del mundo, son constituidas en orden sucesivo las almas de ción ocasional y transitoria con las almas inferiores, y está destinada
las estrellas, de los planetas, de los hombres, y de acuerdo con un a separarse completamente del cuerpo. Al extenderse sobre las rela-
orden d~ perfección decreciente. Con respecto al hombre, el Demiurgo ciones del alma y del cuerpo, la psicofísica platónica advierte del peli-
forma directamente sólo el alma verdadera y propia, racional e inmor- gro de un crecimiento desproporcionado o de un deterioro de una o
tal; los principios animados inferiores y que proveen a las funciones del otro, y señala como único medio práctico de salvación, de lo que
inferiores de la vida humana, y que son comunes a· los· animales, re- hoy llamamos csalud mental», de no ejercitar el alma sin hacerlo con
sulta1: la obra de seres a su vez creados por la divinidad y en los que el cuerpo, o el cuerpo sin hacerlo con el alma, para que, defendiéndose
delego la tarea de esa creación imperfecta. La exposición del Timeo una del otro y viceversa, se equilibren y sean sanos. Conviene, agrega
enumera en el hombre tres almas, cuyo origen y destino es diverso. en el Timeo, que el matemático o el que trabaja mucho con la mente en
En el Fedro, 20 esta jerarquización está simbolizada con el mito del torno de alguna otra ciencia, redima también al cuerpo con su debido
carruaje, del auriga y de los caballos: el auriga representa el alma ejercicio, entablando amistad con la gimnasia, y, por el contrario, el
racional, Y de los caballos, uno, el más fogoso, el alma noble que, que cultive con cuidado el cuerpo, compense su alma, sirviéndose de
acicateado por el auriga, tiende hacia lo alto, mientras que. el otro la música y de la filosofía, si quiere ser considerado como verdadera-
caballo, el más innoble, es el alma pasional, que tiende hacia lo bajo. mente hermoso y bueno. Esta doctrina de la armonía se integra, en ei
En el Timeo, el mismo relato se mezcla con un análisis psicológico que Timeo, con el principio socrático de que ninguno es voluntariamente
se entrelaza con otro fisiológico para explicar por qué son distintas las malo, y por Jo tanto el mal coincide con la ignorancia. De seguirse
tres almas y cómo finalmente se adaptan a la formación dsl cuerpo. estos preceptos, en la didáctica platónica, se asegura la inmortalidaci
Por delegación del Demiurgo, los dioses inferiores encargados de crear persona1,21 porque «finalmente, cuando todos los lazos que unen entre
~l hombre, pusieron el alma racional, que recibieran ya formada por ellos los triángulos de la médula no pueden permanecer firmes, disten-
el, en la cabeza, que separaron con un istmo, el cuello, del resto .del didos por la fatiga, dejan que a su vez se aflojen los lazos del alma,
cuerpo. Platón se adhiere de este modo a la «teoría cerebral del alma> y que ésta, liberándose según el curso de la naturaleza, emprenda ale-
128 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 129
gremente el vuelo. En efecto, todo lo que es contrario al orden de la fuerzas políticas en provecho de un estado hasta entonces poco impor-
naturaleza es doloroso, pero lo que ocurre según el orden natural es tante, la Macedonia, reduce primero a la impotencia a ciudades que
dulce. Por ello la muerte, si sobreviene a c~nsecuencia de enfermeda- eran de primera categoría; además, los macedonios suprimieron al
des o por causa de heridas, es dolorosa y violenta: pero la que acaece imperio persa y resolvieron de manera radical viejos problemas, que
con la vejez y conduce a un final natural es la menos penosa de las desde siempre se replanteaban sin ser resueltos. Frente a estos tras-
· muertes, y se acompaña con más alegría que dolox:..22 tornos, la civilización griega resistió, y aunque las ciudades que la
crearon desaparecieran con su sentido antiguo de «polis», se transformó
Y se adaptó para servir al papel que le asignaban las conquistas de
Alejandro. Aporta no solamente la koyné, literalmente la lengua griega
común, sino también sus costumbres y sus maneras de pensar; a su
II. ARISTóTELES Y EL ALMA COMO FORMA vez, el espíritu griego sufre la influencia de pueblos diversos con los
DEL INDIVIDUO ORGANICO cuales desde entonces vivirá confundido. Si en la Grecia misma las
ciudades todavía aferradas al particularismo pierden importancia polí-
l. De Hip6crates a los alejandrinos. - Entre la muerte de Hipócra- tica, grandes estados griegos por el espíritu comienzan a surgir más
tes, en el 377 a. C., y la fundación de la Escuela de Alejandría, apenas allá del Egeo, con sus. instituciones propias y todos reconociendo sus
transcurre un siglo. En ese siglo, la medicina, que tan elevado nivel orígenes en la civilización helena. Ésta se extiende tan desmesurada-
clínico alcanzara, decae rápidamente. También a la época de los filó- mente que en el futuro será posible hablar del helenismo de los se-
sofos naturalistas (vid. part. pr., cap. I, 3, 4) le ha sonado la hora de la léucidas o del helenismo de los Ptolomeos, a pesar de sus aspectos tan
declinación: cínicos y cirenaicos (vid. cap. III, 1) son incapaces de sopor- diferentes. A partir de este momento, el helenismo, esto es, el influjo
tar el embate arrollador de Platón y de su idealismo, y terminan langui- persistente de la civilización griega, se adaptará, con éxitos más o me-
deciendo en pequeños grupos que no alcanzan a ser escuelas por -la nos perdurables, y el período helenístico, de que nos habla la historia
mediocridad de sus representantes. ¿Fue acaso la falta de pensadores será la época de esa adaptación, de esa nueva evolución económica'
eminentes, como se .ha repetido siempre? En apariencia sí, pero sola- política Y cultural cuyos antecedentes remotos, y en lo cultural, co~
mente en apariencia, porque los acontecimientos políticos, tanto inter- menzaron con los poemas homéricos, adquirieron forma y estructura
nos como externos, fueron decisivos para ese rápido eclipse. Las l'iva- conceptual definida con los <i:physikói» presocráticos y alcanzaron la más
lidades y las querellas intestinas de las grandes ciudades helénicas elevada expresión conceptual con Platón, para concluir, como expre-
impidieron a los griegos apreciar en sus debidas proporciones el engran- ., sión griega propiamente dicha, con Aristóteles y las conquistas de Ale-
decimiento del poder de Filipo de Macedonia, sobre sus fronteras sep- ja~dro. En efecto, .~istóteles de Estagira será el último gran pensador
tentrionales, y sus aspiraciones de conquista. La ·ideología del particu- griego, tanto por las raíces de sus ideas como por el significado de sus
larismo ciudadano había tendido un velo de provincianismo sobre el pensamientos. La filosofía aristotélica es griega en la plena acepción
pensamiento griego, y la mentalidad de _sus mejores exponentes se del término; después de él, aunque los pensadores que le sucedan per-
sentía todavía Úilica, fuerte y capaz en la fortaleza del individualismo. tenezcan a la «koyné», por sus temas, por la estructura del discurso
Filipo comenzó por atacar y vencer a Tebas; Atenas cayó en conse- serán hijos del helenismo. Con la muerte de Alejandro, sin suceso;
cuencia, y Esparta, desde hacía tiempo, ya estaba fuera de causa. Por designado y sin hijo que lo suceda, comienza fa desintegración del
último, en Queronea, a pesar de la elocuencia y de los esfuerzos deses- Imperio. Los grandes jefes macedonios, reunidos en Babilonia tuvie-
perados de Demóstenes, que logró un despertar tardío e ineficaz de ron la intención de que el Imperio perdurara; esa idea, atribuida a
unidad cultural antes que política (vid. part. pr., cap. II, 1), cayó toda Ptolomeo, representaba un hermoso principio pero muy difícil de aplicar
la Grecia en manos de los macedonios. El hijo de Filipo, Ale1andro, tanto que no pasó de las buenas intenciones. Así comienza el períod~
arrastró inmediatamente a la conquista del Asia a todas las fuerzas. de la historia que denominamos helenístico, pero, ¿cuándo termina? No
griegas, que, siendo aliadas en apariencia, es~ban en realidad some- desapareció con la conquista de Grecia por Roma en el 146 a. C., tampoco
tidas. No es, por consiguiente, sorprendente que en medio de tantas en el año 31 a. C., cuando Octavio es vencido por Antonió, y bajo el em-
catástrofes y junto con la pérdida de la libertad, la ~fí~ica>. y la filo-
' . <.) ' -(,,.
perador Juliano (355-363) todavía conserva cierto brillo. Cualquier lí-
sofía griegas decayeran. . ' - ; '. r e- -
mit.e en historia de la cultura es convencional, pero se puede denominar,
El siglo rv señala el fin de una época: el desplázarltlento de las Y sm abuso de lenguaje, como helenístico el período que dura alrededor

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130 ALBERTO L. MERANI BISTOIUA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 131

de dos siglos y que se extiende desde el 323 a. C. hasta la conquista ro- inclusive de honores, pero no le ahorraron algunas amarguras. ~
mana, porque es entonces cuando los. grandes reinos formados des- el 343-342 fue llamado a la corte de Filipo, como preceptor de su hiJO
pués del último r,eparto del Imperio de Alejandro pasarán bajo el do- Alejandro, de trece años de edad, cargo que desempeñó du::ante 1:1":s
minio de Roma y perderán toda independencia. años. Conservó siempre la amistad de su alumno, que resulto pr?~1c1a
El comienzo de la decadencia de la «polis:. inicia un nuevo espíritu para sus estudios, pues le procuró medios para realiz:ar sus amphs1mas
en la especulación. Nunca se estudió tanto a la ciudad como entonces: investigaciones naturalístícas e históricas. 23 Regreso a Atenas trece
basta recordar la República y las Leyes de Platón, o las Constituciones años después de la muerte de Platón, y fundó en el. Lice? su escuela
de Aristóteles, casi completamente perdidas, pues solamente nQs llegó filosófica propia, denominada peripatétic~ por el p~npa~i, sombreada
la Constitución de Atenas. También, y es muy significativo, las cues- calle de árboles a lo largo de la cual solla pasear discurriendo con sus
tiones económicas comienzan a preocupar a los griegos. El tratado discípulos. A este período, que abarca doce años, corresp~nde la coi:i-
Rentas, de J enofonte, denota un espíritu nuevo que volvemos a encon- posición de sus obras,24 que, escritas en un momento de circunstancias
trar en las Económicas de Aristóteles. A menudo se ha reprochado a propicias revelan todas unidad en el plan y madurez en la concep-
los griegos de no haberse ocupado de la economía antes del siglo . v. ción. su' amistad con la corte macedónica le resultó funesta en s~s
Pero cabe destacar que todavía en esa época el metal es raro; sirve últimos años. Durante la guerra de toda la Grecia contra la Macedonia
casi únicamente al Estado, que lo utiliza para sus gastos, o para cons- invasora los atenienses únicamente vieron en Aristóteles al maestro
tituir una reserva, como hará Pericles, pero el tráfico de las mercade- de Aleja'ndro y, por lo mismo, un enemigo de Atenas. Sin duda hubo
rías aún está asentado sobre el trueque en el comercio al por mayor. un fondo de razón; Aristóteles pertenecía a la civilización griega pero
Este estado de cosas se modifica a partir del .siglo v, y más aún del no al particularismo de la «polis>, y en la conquista de los estados
siglo IV a. C., y así se explica el interés por temas nuevos y el cambio griegos por Macedo.nia veía, antes que la pérdida de la libertad,. la
fundamental que éstos debían imprimir a la ideología griega, que de extensión del pensamiento por la «koyné>. Sea como fuere, convertido
entregada por entero a los grandes problemas del universo,. de los en sospechoso, corría un gravísimo riesgo; logró huir '! se refugió. en
orígenes de los mundos y de los seres, de la realidad y de su cono- Calcide en Eubea donde poseía una casa de campo, de3ando como Jefe
cimiento, se ve constreñida, por las circunstancias, a ocuparse de pro- de la e~cuela a T~ofrasto. Al año siguiente, en el 322 a. C., murió en el
blemas más limitados, menos ambiciosos en sus alcances generales, exilio. Con respecto a su muerte también se ha fantaseado, Y .se suele
más c;oncretos, en una palabra, pero históricamente imprescindibles afirmar que se suicidó, amargado por la desconfianza de los at~ni_enses;
para la supervivencia. Y justamente en este momento, al iniciarse el · la verdad es que murió a causa de una enfermedad que sufr1a desde
siglo de esterilidad para el «gran:. pensamiento, aparece la figura de hacía tiempo.
Aristóteles, el último de los grandes pensadores griegos clásicos.
3. El O'l'ganismo y la sensaci6n. - Con la consideración del mundo
2. Vida de Aristóteles. -ARISTÓTELES DE EsTAGIRA, considerado el orgánico se entra en el dominio aristotélico por excelencia, Y en el que
más universal de los pensadores de la antigüedad, nació en el 384 a. C., más interesa desde el punto de vista de la psicología. En efecto, el
siendo hijo de Nicomaco, médico y amigo de Aminta, rey de Macedo- mundo orgánico es el centro de todo su sistema filosófico, pues en él
nia. A los dieciocho años se trasladó a Atenas y entró en la escuela encuentra la unidad de la potencia y del acto, de la materia y de la
platónica, en la cual permaneció por veinte años, hasta la muerte del forma en su realización más evidente, y, además, descubre que en el
maestro. Desde la antigüedad, mucho se ha conjeturado acerca de las mundo orgánico la finalidad del complejo _domina a la dist;ibuci~n _de
relaciones de estos dos hombres, y siempre con la intención de hacer las partes y dirige su desarrollo, al mismo tiempo que el carncter c1chco
resaltar desde los mismos comienzos de su trato la oposición de men- de su devenir es manifestación típica que se explica con la convergen-
talidades que captarnos en sus obras, y que se quiso suponer siempre cia armónica de todos sus principios constitutivos. En este orden de
grávida de choques. Son muchas las anécdotas que existen al respecto, investigaciones, Aristóteles dejó profunda huella: como ~lasificador,
pero todas carecen de valor histórico. De lo que no cabe duda es que. puesto que fue el primero en establecer algunos agrupamientos fun-
si bien poco a poco el discípulo demostró autonomía de pensamiento, damentales de las especies del reino orgánico; como fisiólogo y embrió-
siempre reconoció al maestro, a cuya muerte mandó erigirle un altar logo estudió el funcionamiento de órganos, y sobre todo su relación
cerca de la Academia. Las relaciones de su padre con la dinastía ma- instrumental en la vida del individuo, así como las leyes de su evo-
cedónica brindaron a Aristóteles la oportunidad de ventajas fecundas, lución;· como metafísico estucturó las grandes líneas dé· la explicación
132 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 133
de la vida orgamca, desde sus formas más elementales hasta las más del animal. Es, pues, debido a un exceso de calor del corazón y de los
complejas y perfectas. pulmones que se oponen los excesos de humedad y de frío del cere-
Naturalmente que todo este grandísimo trabajo ha caducado, Y que bro>,26 oposición que para Aristóteles, y fisiológicamente, significa que
incluso el finalismo implícito en sus ideas llevó por siglos a conclu- el corazón y los pulmones calientan la sangre, en tanto que el cerebro
siones ligeras y falaces, mas queda como la primera y gran adquisición la refrigera. Por otra parte, la médula espinal difiere del cerebro por
sistemática de las ciencias naturales. Sin embargo, de todos sus cono- su naturaleza: es caliente, en tanto que el cerebro es frío; es exangüe
cimientos, lo único que aquí nos interesa es su saber con respecto al e inexcitable como él. No conoce los nervios,. que con la denominación
sistema nervioso humano. Del mismo se forja una idea singular; como de «neura>, como los presocráticos e hipocráticos, hace partir del co-
todos sus contemporáneos, ignora la existencia de los nervios, pero razón. Galeno, casi siglo y medio después, le reprochará: «Puesto que
conoce la del cerebro y de la médula espinal, a los que cree dos órga- pretendes, ¡oh Aristóteles!, que los nervios vienen del corazón, ¿por
nos de naturaleza diferente. Ignora sus funciones, y aunque discípulo qué te contentas con esa afirmación? ~ opinión resulta más absurda
de Platón, que adoptara la «teoría cerebral» del conocimiento de. puesto que, realmente, el corazón no tiene nervios. Has tomado por
Alcmeón de Crotona, reniega del cerebro como asiento del cono- tales simplemente tejido fibroso.>
cimiento, al que ubica en el corazón, adoptando así la «teoría car- Mucho se ha discutido sobre los errores anatómicos y fisiológicos,
díaca» (vid. part. pr., cap. I, 2, 3), que venía de los tiempos homéricos. pretendidos o reales, del estagirita, y cuanto más creció su autoridad
Sus ideas acerca de la posición del encéfalo son sorprendentes: «El con el tiempo, mayor fue el afán de obtener lustre acumulando esos
cerebro del hombre -dice- tiene su asiento en la parte anterior de descubrimientos. La verdad es que con sus errores y aciertos la ana-
la cabeza (sic). Lo mismo vale para todos los animales que poseen esta tomía del sistema nervioso de Aristóteles no está ni más acá ni más
parte. Ahora bien, todos los animales que tienen sangre, y¡ además, los allá que la de sus predecesores y contemporáneos. Es verdad que en
moluscos la poseen. Pero en volumen, el hombre es el que tiene el ·materia de sistema nervioso, Aristóteles cometió errores muy groseros
cerebro más grande y más húmedo. Dos membranas lo rodean: una, para un observador de su talla y de su época, pero eso nada quita al
más resistente, del lado del hueso; la otra, más débil, rodea al cerebro eminente zoólogo que sentó las bases de la anatomía comparada. Había
mismo. El cerebro es doble en todos los animales. Y sobre el cere- disecado mucho, per-0 solamente animales. «Las partes del hombre nos
bro (sic), de hecho hacia atrás, está el cerebelo, que posee otra· forma, son desconocidas -declara con prudencia-; únicamente se las puede
siendo diferente al tacto y a la vista. La parte posterior de la cabeza juzgar por las semejanzas que deben tener con los órganos de ani-
es vacía y hueca (sic) en todos los animales ... En todos, el cerebro no' males.> 27 La disección de animales, especialmente la de los mamíferos
tiene sangre, ni contiene vena alguna, y es naturalmente frío al tacto ... superiores, había procurado nociones muy interesantes, pero inevita-
La meninge que lo rodea es venosa.» 2tí blemente llevó a errores. Basta echar una ojeada a las estructuras de
Para colocar el cerebro en la parte anterior del cráneo, quedando las diversas especies animales para comprobar grandes diferencias de
la posterior vacía y hueca, y ubicar el cerebelo por encima del cerebro, unas a otras y darse cuenta de que no se puede, sin serios inconve-
se requiere que Aristóteles nunca viera un encéfalo in situ o fuera de nientes, razonar por analogía y concluir del animal al hombre. Y Aris-
la cabeza. Más aún, su anatomía del sistema nervioso superior es pro- , tóteles disponía para este aspecto de su quehacer del método analógi-
dueto de la fantasía, porque con haber acudido a los conocimientos de co, que le servía de mil maravillas para su tarea de sistematizador, pero
los naturalistas presocráticos, y en especial de Alcmeón, sus referen- que en este campo lo llevaba a engaños.28 De aquí que se confundiera
cias hubieran estado más dentro de la realidad. Incluso cuando se re- al describir las vías ópticas: «Del ojo -escribe- tres canales (treis
fiere a las suturas craneanas, sobre todo de la mujer, deja suponer que p6roi) van al encéfalo; el mayor y el medio, al cerebelo; el más pe-
por sus manos jamás pasó un cráneo humano; según sus referencias, queño, al cerebro mismo; el más pequeñ:o es el más cercano a la nariz;
el cráneo masculino presentaría tres suturas, y el de la mujer una sola los dos más grandes son paralelos y no se encuentran; los medianos
y de forma circular. Y de pronto encontramos una observación correc- se reúnen, disposición sobre todo manifiesta en los peces; los conductos
tísima que parece desmentir su ignorancia de líneas anteriores: «Entre ·· medios están más cerca del cerebro que los grandes. Los más peque-
los animales, el hombre es el que tiene mayor cerebro, si tenemos en ños se alejan completamente uno del otro y nunca se reúnen.> 211 En
cuenta la proporción de la talla (en la especie humana, los machos este pasaje poco claro, un anatomista avezado puede descubrir la des-
tienen más que las hembras); en el hombre, la región que comprende cripción empírica de los nervios, el quiasma y las bandeletas ópticas,
el corazón y el pulmón es más caliente y más sanguínea que el resto cuyo reconocimiento por Aristóteles pudo ser posible, puesto que ese
134 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 135

c~njunto, notable por su disposición en la base del cráneo llama·' · · , ,ijianifiestamente emana.ª 4 «Si el cerebro fuera necesario para la sen-
diatamente
. la a t e,nc1on.
·' D e. cua1qmer
· •
manera, es seguro que mme-l
el estagi.;. 'sáción -continúa-, debería existir en todos los seres que sienten>,
rita no se percat9 de la existencia de los nervios auditivos y olí ti ,
1 y como en los invertebrados sólo lo encontró en los cefalópodos, con-
Entre las grandes discusiones acerca de las nociones anato'm~ vos ..... , ,cluye: «El principio de la sensibilidad animal reside por entero en
fi's' l' · d A · , , icas y ,
l 10 og1cas e nstoteles esta la presunción de que conocía lg ; , el corazón.» 35
forma d ·' ' . a una
e cone::cwn, anatom1ca o funcional, entre los órganos periféri;.i '{Por qué Aristóteles se empecinaba, contra los naturalistas pre-
cos de los sentidos y el cerebro propiamente dicho. Souques,ªº citando "' socráticos, sobre todo contra Alcmeón y los hipocráticos, en negar al
a Jule~ So~y, ,c?ncluye que nada autoriza a descubrirlo en la enci• · cerebro cualquier papel en la sensación? Para su época ya no se tra-
c~opedia ar~stotehca. En efecto, para Aristóteles, los «Canales> de l;i; ,taba de elegir entre una u otra teoría mitológica, entre el cerebro y
v1sta, del 01do, del olfato, desembocan en las venas de la piam d el corazón como asiento del sensorium commune en base de una buena
no establecen relación con el cerebro. «El órgano de la vista ~::_: o. mala observación. El problema es mu.chísimo más complejo y sus
:~P~~a, como to,dos los órganos de los sentidos, en canales ... En cuanto ráíces son ideológicas. El racion¡i.lismo crítico de los presocráticos, so-
. ,0 ato Y al 01do, sus canales, plenos de soplo natural están en rela bre·todo de los sofistas, que negaba la ciencia del pasado y con ella la
cwn con e1 a· d f d ' -
d 1 , ire e ª uera Y esembocan en las venitas que, subiendo razón de existir de una sociedad, de unas costumbres, de unos dioses
e c?razon, rodean al ~erebro.»31 «En' el corazón -prosigue--' está ne- que habían contribuido a sustentarla, había dado fuerza a las luchas
c.esanamente e.l sensorium commune de todos los órganos de los sen- «democráticas»: destruía la «Polis» y proclamaba la universalidad del
tidos. Ahora b1~n, hay dos sentidos que manifiestamente vemos termi- ser humano. Incluso Platón, aristócrata por excelencia, proclamaba la
nar ~n el c~~azon; son el ~usto y el tacto. Es, pues, necesario que los objetividad ideal del universo encarnada en la Idea. Pero los aconte-
demas tambien lleguen alh.» Esta extraña anatomofisiología que hará cimientos políticos habían reforzado, para la época de la madurez de
fvergo~~;f unf vez más a Galeno: «iÜh Aristóteles, ningún' órgano de Aristóteles, el particularismo, el -.:nacionalismo» diríamos hoy, de las
;~l sen i os a canz~ al cerebro! ¡Qué lenguaje es ése! Me ruborizo ciudades griegas aliadas frente al peligro y también el de sus rivales
. .uso ahora,, de citar tus palabras», tiene su explicación: Aristótele~ los macedonios. Demóstenes había conseguido la unión de los griegos
vivi~ en una epoca que ignoraba la existencia de los nervios y no se frente a Macedonia, pero Filipo ¿dirigía a 11;t conquista un pueblo o
~~b1~ e~ebr.ar hasta G~leno para refutarlo, pues hacía mucho q~e Heró- un conglomerado de pueblos? El particularismo macedónico había sido
o o ~ ia ~ech? directamente con sus hallazgos. antaño tan pronunciado como el griego, pero una ideología basada en
~ psicofisiologia, Aristóteles defendió la «teoría cardíaca> de la sen- tradicionés, en leyendas, en dioses del pasado, aliada con et poder,
sacwn. «Los canales o conductos de los órganos de los sentidos -afir- los convertía en monolíticos, en invencibles. Grecia requería de una
ma- van a ~arar al corazón o a la parte análoga en los animales que ideología similar para sobrevivir; la crítica de los naturalistas, de los
c~~ece~ te el.»
32
Para Aristóteles, el corazón es el principio de la
~i a, e oco de la sangre que las venas, nacidas del mismo, distri-
sofistas, de los cínicos y de los cirenaicos aseguró la formación de la
koYné: la expansión de la. cultura de lengua griega, pero resquebrajó
uyen en todas las regiones del cuerpo. El corazón es el asiento del la ideología del Estado como unidad. Y precisamente aquí está el pro-
ª!ma ~a~onant.e ~· por consiguiente, de la sensibilidad, de la inteligen- blema aristotélico para quien sabe leer en sus obras sin mentalidad
cia Y e movimiento voluntario, y también asiento de todas las alm de correctoi:, preocupado por el error o la i:verdad posibles. Mientras
cEs seguro, y apoyándose sobre hechos -escribe-- que en el co a ~s. ia zoología y la sistemática aristotélica quedan como obras insupera-
~e encuentra el pr~ci~i~ del alma que siente, el pri~cipio del alm; ~~~ das de observación y estudio, su antropología concreta se aparta de
.ª~e crecer Y el prmcip10 del alma que mitre.» El corazón es el prin- la ciencia y reconstruye el mito, acumula presunciones que resultan
c1p10 de todo el organismo; es el primero en formarse en el embrión· incomprensibles para la perspectiva de un observador tan sagaz, y
el cer~b~o, que .se forma después que él, está encargado de atemperar ei
1
ca or e corazon.» cBasta --dice- la más simple ojeada para ver · ue
tiende a la exaltación del chéroe> con el sentido ya clásico para su
época de los poemas homéricos. Aristóteles no se contradice en la
el cerebro no tiene la menor conexión con las partes que sirven ~ a intención cuando niega en el hombre lo que encuentra en los anima-
33
sent~.» Aristóteles psicofisiólogo del hombre contradice así ·las p~ les; es consecuente con la ideología, macedónica o griega, no importa
m~c1ones de Aristóteles zoólogo, cuyas investigaciones sobre el ca~a: cuál, que apoya. En Aristóteles, la naturaleza es una cosa y, el hom-
leon, co~ las c;uales de~cubrió que el ojo, órgano de los sentidos or bre como ser «político> otra, y de aquí que su aparente incompetencia
excelencia, esta en contmuidad de tejido con el cerebro, órgano del :ue psicofisiológica no le impide escribir páginas admirables sobre la
136 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 137

sensaciOn, que, dentro del discurso ideológico, no perturba en nada puesto que ella piensa todas las cosas, que no esté mezclada con las co-
y es conocimiento tan neutro y objetivo como la anatomía del ca- sas, como dice Anaxágoras, para que las domine, o sea para que las
maleón. conozca ... Por consiguiente, no es racional creer que la inteligencia se
Con respecto de la sensación visual, procura conciliar la concep- mezcla con el cuerpo, porque entonces adquiriría una cualidad: sería
ción de Empédocles con la de Demócrito. «No existe -declara- dife- fría o caliente; o bien poseería algún órgano como tiene la sensibi-
rencia en decir que se ve porque la visión sale del ojo, o en decir que lidad: y no existe ninguno. Y sobre esto les sobra razón a los que
se ve por el movimiento que viene de las cosas. En una y otra hipóte- dicen que el alma es el lugar de las formas, no siempre el alma entera,
sis se reconoce necesariamente que la vista proviene siempre del sino el alma inteligente ... La sensibilidad no puede ejercerse sin el
movimiento.> 36 La visión depende, pues, de un movimiento del aire, de cuerpo, pero la inteligencia le está separada.> 38 Este análisis de la
una vibración aérea. No son, destaca, efluvios provenientes del mundo sensación es el primero y fundamental que históricamente conocemos,
exterior, como quería Demócrito, ni emanaciones salidas del ojo, como y plantea el problema del conocimiento, como proceso psicológico, en
creía Empédocles, lo que produce la sensación visual. En realidad es los términos ~on que todavía ahora lo hácemos. Sin sensación no hay
el movimiento del aire, del aire· que está entre el ojo y los objetos conocimiento, pero la sensación no es el conocimiento. «Un ser --afir-
iluminados, el que determina la sensación visual. Lo mismo vale para ma Aristóteles- que no sintiera, nada podría conocer, nada compren-
la audición y la olfacción: las vibraciones sonoras u olorosas, arras- der. Desde el momento que se representa algo, se requieré que conciba
tradas por el aire puesto en movimiento, van a chocar con los oídos o también una imagen, puesto que las imágenes son las especies de la
con las narices, los cuales, por sus canales, las transmiten al sensorium. sensación, pero sin materia ... He aquí por qué las almas nunca piensan
Idéntico mecanismo para el gusto y el tacto: Aristóteles admite, pues, sin imágenes.> a11 Este concepto final, que traducido al lenguaje psico-
la existencia de una pequeña capa de aire entre las sustanc.ias táctiles lógico contemporáneo se expresa afirmando que no existe pensamiento
y la piel, como entre la lengua y las sustancias sápidas. A diferencia sin imagen, y viceversa, tendrá en un futuro lejanísimo valor sin pre-
de sus predecesores, Aristóteles separa al gusto y al tacto de la visión, cedentes en la lucha contra el sensualismo mecanicista primero, des-
de la audición y de la olfacción, puesto que los canales de la piel y de pués invalidará los análisis psicofisiológicos de la sensación por la psi-
la lengua van directamente al sensorium, mientras que los del ojo, del cología de laboratorio, y por último desembocará en la modernísima
oído y de la nariz alcanzan, para llegar a éste, las venas de la piamadre. problemática de· las teorías esencialistas y existencialistas del cono-
En resumidas cuentas, las sensaciones se reducen a un contacto entre cimiento psicológico. Para Aristóteles, las imágenes desempeñan un
el'moviai.iento aéreo y el sensorium, y la opinión del estagirita se con- papel fundamental en todos los actos intelectuales. Las nociones de
funde, pero en esto nada más, con la de Demócrito (vid. part. pr., ca- por sí más abstractas, las matemáticas por ejemplo,. no podrían existir
pítulo I, 4). sin imágenes.
Como fuera para los naturalistas presocráticos, en Aristóteles la Pero, ¿qué son. las imágenes? ¿Cómo se forman? Para Aristóteles,
sensación es la única fuente de conocimiento. «El principio del alma el movimiento del aire, que arrastra la forma de los objetos exteriores,
que siente -escribe- y el principio del alma que sabe son la misma choca con los órganos periféricos de los sentidos, y así «el aire modi-
cosa en potencia: acá el objeto es conocimiento, allá el objeto es sen- fica a la pupila y la pupila modifica otra cosa; y es lo mismo para el
tido. Pero, necesariamentt?, ¿se trata de los objetos mismos, o se trata oído, hasta un último término>.4<> Este «Último término», que no aclara,
de sus formas? Ahora bien, en verdad no se trata de los objetos mis- podemos interpretarlo, sin forzar el discurso aristotélico, como la inter-
mos, porque no es la piedra lo que está en el alma, sino solame:ite su vención del sensorium, esto es, la modificación de la sensación. «Ese
forma.> 37 Pero al mismo tiempo que reconoce la sensación como única movimiento que tuvo lugar -declara- imprime una especie de patrón
fuente del conocimiento, separa netamente al conocimiento de la sen- (typos), de figura análoga a aquella de la figura que se imprime sobre
sación, o, con- otros términos, al alma pensante del cuerpo. «En cuanto la cera con anillos.» u Esta impresión o imagen queda en el sensorium.
a esta parte del alma -dice- por la cual el alma conoce y reflexiona, Aristóteles no aclara si esas imágenes quedan en cada centro sensorial
esté separada en el espacio o no y que en realidad lo sea solamente en o se reúnen finalmente en el sensorium commune. En verdad, para su
razón, hay que ver lo que la distingue de las otras e investigar cómo teoría poco importa; lo importante es que permanecen almacenadas en
se produce la inteligencia, ver si la inteligencia es únicamente la sen- el órgano central de la sensación y constituyen los materiales que apro-
sación o si e¡¡ otra cosa. Se requiere que esta parte sea impasible, pero vecharán, seleccionando entre ellos, la memoria y la imaginación. «La
también se requiere que sea capaz de recibir la forma ... Es necesario, sensación --concluye Aristóteles- viene de afuera, pero, para recor-
138 ALBERTO L. MERANI
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 139
dar, el alma debe referirse a los movimientos y a las impresiones en .. 4. El alma como forma de la materia. - La consideración del mundo
el órgano de los sentidos... De este modo, la· imaginación es una sen~. -0~gánico es el dominio aristotélico por excelencia, puesto que en el
sación debilitada, y la memoria, cosas intelectuales que no pueden exis-· fuismo se encuentra el motivo ·central de todo su sistema: la unidad
tir sin imágenes ... Gracias a las imágenes, la inteligencia puede calcu-. de la potencia y del acto, de la materia y de la forma, que aparecen en
lar y disponer del futuro, en relación con el presente, como si viera , su realización más evidente. En efecto, la generación de los seres pre-
las cosas.» Las pasiones y la edad, agrega, modifican esas imágenes.' .¡. supone un ente en potencia, germen o semen, y un ente en acto, al que
cAquellos que por efecto de las pasiones o de la edad sufren de gran lá potencia pueda referir la realidad de su ser, o sea que de la vida
agitación, no tienen memoria, como si el movimiento y el sello se . por ejemplo, ente en potencia, se genera el hombre, ente en acto, por-
hubiese!l aplicado sobre agua corriente. En otros, las impresiones no que «siempre de lo que es potencia se genera el ente en acto, da un
tienen lugar, a causa de la usura, pues se deshacen en polvo como el ente en acto como el hombre del hombre». 45 Sin _tluda, reconoce Aris-
estucado de las construcciones viejas y a causa de la duración de la tóteles, de la pluralidad de los elementos, como afirmaban los natura-
parte que debe sufrir la impresión. Ésta es la razón por la cual los listas presocráticos, la generación acaece por acción y pasión mutuas,
niños muy pequeños y los viejos poseen poca memoria.> 42 Tal es la: pero es necesario, dice, agregar el concepto de unidad al de pluralidad.
teoría aristotélica de las imágenes que, bajo una u otra forma de aná- " cEs mérito de Demócrito --eseribe- haber reconocido que agente y
lisis: empírico, racional o experimental, sobrevivirá hasta nuestros días. paciente deben tener algo en común, y que los diversos actúan unos
Más aún, en pasando de la teoría a la práctica, Aristóteles aplica su sobre .los otros no en tanto que diversos, sino en cuanto que idénti-
teoría a los sueños, al sonambulismo, a las ilusiones, a las paramnesias,. cos.» 46 «La identidad del agente y del paciente -agrega- es su gé-
a las alucinaciones de cualquier naturaleza, y especialmente a las· alu- nero», pero como la identidad no puede existir sin diferencia y oposi-
cinaciones autoscópicas o especulares. 11.A veces -escribe-- .nos ocurre ción, ésta queda representada por la especie. La definición del género
pensar y recordarnos que ya con anterioridad habíamos escuchado o es aquí dinámica, en contraste con la definición homónima que da
visto algo, y esta ilusión tiene lugar cuando, contemplando la cosa en la lógica, 4 7 porque la generación proviene de .los contrarios y tiende
misma, se la desconoce y se la considera como si fuese la imagen de hacia los contrarios. 48 Mas no se trata de que los contrarios pasan unos a
otra cosa. A veces pasa lo contrario, como le ocurriera a Antiferón los otros, de un encuentro e intercambio de posiciones; se requiere
de Orea y a otros que deliraban; hablaban de sus imaginaciones como de que haya un substracto común que reciba a los contrarios y que sea el
acontecimientos acaecidos y como si fuesen recuerdos.> Y en hablando que sufre .el cambio, y el substracto de la generación es la materia
del mismo Antiferón, agrega: «Le parecía ver siempre a su propia (hypokeímencm, hyle). Pero para que, por efecto del choque de los
imagen que lo precedía y que lo miraba en sentido contrario que éb 43 contrarios1 la materia que les subyace pueda producir algo, es nece-
Se trata de lo que hoy denominamos «alucinaciones autoscópicas .o ¡¡ario que posea un principio generador general, un principio de espe-
especulares, de cuyo conocimiento, como Aristóteles, no hemos podido cificación: que determine la especie a producir, y al mismo tiempo de
pasar de ~a descripción a la causa que las provoca. organización: que determine el género a producir. Este principio re-
Por últ\mo, y al margen de la sensibilidad, o, mejor dicho, como cibe de Aristóteles el nombre de forma. Con este nombre designa al
un paréntesis de la vida sensible, aborda el problema del sueño. Y, hecho principio general de la vida, tanto vegetal como animal, y que en el
sorprendente, lo atribuye al cerebro y a la acción refrigerante de ese individuo orgánico es el alma. No se trata de una sustancia de por sí
órgano. cEl cerebro es el asiento principal del sueño -dice--, porque, realizada y suficiente, porque sólo concede al alma el valor de forma,
de todas las partes del cuerpo, el encéfalo es la más fría.> Y, algo más o, en otros términos, de un momento del complejo orgánico, lo cual
sorprendente todavía, hace del sueño una especie de epilepsia. 11.El viene a significar que la sustancia es el individuo compuesto de alma
sueño -escribe-- semeja a la epilepsia, y 1 en cierto sentido, es una y cuerpo, dos momentos que separamos en el análisis científico, pero
epilepsia. No es, pues, de sorprender que esta afección comience muy que en realidad forman un todo único e indisoluble. El alma es intrín-
a menudo durante el sueño y que el acceso tenga lugar cuando se seca al cuerpo, porque «el alma está en el cuerpo como .el sello en la
duerme y no en la vigilia.> 44 En nuestros días, o más precisamente cera, como la visión en el ojo>.49
en la segunda mitad del siglo pasado, el gran fisiólogo francés- George Aristóteles completa el concepto de alma como forma con el acto;
Brown-Séquard adoptó ese punto de vista: cPodemos decir --escribe-- a di.ferencia del movimiento, que es un acto imperfecto, porque siendo
que, en muchas personas no epilépticas, el sueño semeja a un largo característico del viviente no lleva inmanente el propio fin, el alma es
ataque de epilepsia.> un acto perfecto (entelequia) que contiene inmanente el propio fin,
140 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 141
o sea, dar animac1on, vitalidad al cuerpo. Aristóteles está aquí muy hnposible porque nos ha enseñado que una forma no pasa a otra. Aris-
lejos de cualquier dualismo psicofísico, concepto que sólo veremos apa- tóteles ha dicho que por definición la forma es lo permanente, lo esta-
recer de manera definida con Descartes. En la idea del acto, de la ble en el cambio, que únicamente afecta al individuo como síntesis
forma aristotélicos está claro el principio de una explicación y de una de materia y forma, pero no a la forma como tal.líl ¿O diremos, por el
graduación orgánica cuyos significados empíricos se volverán precisos contrario, que la forma más alta existe ya en la más baja en estado po-
en la biología y en la psicología del siglo XIX, con el impacto darwi- tencial? La psicología infantil, por ejemplo, replanteó en nuestros días
niano sobre ambas ciencias. La potencialidad del cuerpo para vivir, el problema al preguntarse si la sensibilidad del niño es de alguna
para formarse, está dada por la presencia del principio vital cuya manera intelectual,5 2 y el psicoanálisis acepta, por su parte, que la
meta es la forma perfecta de la organicidad, y que en el hombre es el forma más alta ya existe en la más baja siempre de manera potencial,
alma. Según la jerarquía de los organismos, después de las plantas, y algunas veces en acto en el psiquismo prenatal.53 Dentro del sistema
vemos en los animales sumarse la sensibilidad, y por último en el de Aristóteles, éstas son dificultades que aparecen a cada paso, porque
hombre agregarse a ésta la razón. No se trata, como podría suponerse el intelecto, que en el adulto es una potencia, se convertiría en el niño
con ligereza de juicio y muchas veces se hace, de la adhesión de Aris- en potencia de segundo grado; ésta y otras son dificultades que el
tóteles a un principio transformista o evolucionista, por generales que estagirita no se propuso soslayar ni resolver, porque la verdad es que
fuesen; en realidad, es todo lo contrario. Para Aristtóeles, en el orden para su pensamiento el desarrollo presenta un significado ideal, tras-
de la naturaleza actúa el punto de vista opuesto: lo que es perfecto cendente, y no histórico, inmanente, como lo concebimos ahora.
precede por naturaleza, por dignidad, a lo que es menos perfecto, y lo Por último, ¿cuál es la explicación de Aristóteles para la actividad
pree-?Clste, de cualquier manera, dando impulso a su desenvolvimiento. intelectual? Primero recordemos la relación que establece entre lo
De este modo, el alma humana es, en el fondo, la razón primera y orgánico y la sensibilidad; cuando la sensación está ya representada en
última de la animación universal; y por ello del alma, en el estudio del la imagen, tenemos una percepción. Aristóteles carece de este segundo
ahna, Aristóteles busca también la explicación de los estados inferio- término, y ambos conceptos: sensación y percepción, los comprende
res del proceso orgánico. Con la terminología biológica que hereda- con una sola denominación: aisthesis. De la función representativa
mos del siglo pasado podemos afirmar que el estagirita sustenta un vimos desenvolverse, en su análisis de la sensación, las formas más
vitalismo determinista y antievolutivo absoluto. elevadas de la vida sensible, la imaginación y la memoria, y de este
. La lectura de los textos aristotélicos que se refieren a este problema modo la vida psíquica va a desembocar, a través de las generalizacio-
es difícil porque párrafos de gran claridad se entremezclan con otros nes empíricas de la doxa: la opinión, en la actividad intelectual. Como
de insondable oscuridad. Por ejemplo, queda claro que vegetatividad, según vimos el sentir presupone un sensorium y un objeto sensible,
sensibilidad, inteligencia, que considera graduahnente distribuidas en también el entender presupone una capacidad intelectual, que Aristó-
la serie jerárquica de los organismos, están presentes en el hombr~ teles denomina intelecto en potencia, y un objeto inteligible, pero es
Pero, ¿cuáles son sus relaciones? ¿Se trata de tres almas separadas o sólo aparente, porque se vuelve intrínseca en el acto de entender, en
de especies de un alma única? Si por naturaleza el alma está repar- el cual el intelecto y la inteligencia son uno. Hasta aquí, !a teoría es
tida, ¿qué la conserv.a unida? ¿Será el cuerpo? Imposible, porque de- relativamente simple y clara, pero se vuelve oscura y confusa cuando
mostró que el alma es ló'que une al cuerpo.5<> Las respuestas podemos pasa a determinar el carácter del acto de entender, porque están pre-
conjeturarlas de la totalidad de sus escritos, aunque no las leamos sentes dos actos, uno que es propiamente el de entender, otro que es el
claramente en ellos: al ahna la reconoce única porque niega la tripar- de una actividad que incide del exterior y que actualiza lo inteligible,
tición formulada por Platón (vid. prim. part., cap. III, 6), y está unida y que no son distinguidas por el estagirita, sino confundidas en uno
porque es, o sea que tiene conciencia de ser. El alma es la que piensa, solo. 54 Y así es como nos encontramos frente al dilema de si el pen-
siente, vive. Hasta aquí, y a pesar de las dudas de interpretación, las. samiento en acto precede a cualquier otra cosa, como la Idea en Platón,
potencias del ahna enumeradas aparecen claras en relación con un en el orden de las adquisiciones empíricas al pensamiento, o, por el
esquema general y un orden de gradación jerárquico, pero cuando contrario, presupone la sensibilidad y trabaja con sus datos. Platonismo
entramos a analizar sus implicaciones y explicaciones en el alma huma- y empirismo se entrecruzan en Aristóteles, sin llegar' a una síntesis,
na, aparecen las primeras grandes dudas. ¿Cómo se explica el pasaje de y por ello adopta una conexión extrínseca entre la sensibilidad y
la vegetatividad a la sensibilidad, y de ésta al pensamiento? Podríamos el pensamiento, al afirmar que en la imagen, que es la producción
suponer que la forma más baja se cambia por la más alta, lo cual es más generalizada y abstracta del sentido, el pensamiento encuentra la
142 ALBERTO L. MERANI IDSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 143

materia de su trabajo. 65 Se constituye así el pensamiento discursivo' ·e lo. aconsejara en asuntos culturales. Demetrius sugirió al monar-
el único susceptible de verdad y de error. Pero el pensamiento purJ : 1) reunir en Alejandría las obras maestras de la literatura y de la
Y el sentido es~ libres de esas dos posibilidades; en la cumbre y eni :iencia y disponerlas en un edificio adecuado; 2) atraer hacia la nueva
la base de la actividad psíquica, los resultados son unívocos: el sentido apital a los sabios más famosos del mundo conocido.
no ~uede errar porque no justiprecia, pues simplemente siente; el pen- ,1:f .Ptolomeo, cuyos deseos de brillo y realce de la corte coincidían con.
samiento puro tampoco yerra porque la comprensión que tiene del ·(las sugestiones de Demetrius, se puso a la tarea. Adquirió manuscritos
objeto propiamente dicho es un contacto inmediato, una visión, de .· ;_raros o preciosos y los reunió en uno de sus palacios del barrio Bra-
alguna manera una sensibilidad superior. Lo verdadero y lo fal.so " 1 chium. Cuando murió, la colección, origen de la gran Biblioteca, ya
~xiste en los juicios, nos dirá Aristóteles, porque en ellos la forma · contaba con 200.000 libros. Ptolomeo Filadelfo, que siguió tras las
intelectual se complementa con la materia sensible.5<1 huellas de su padre, agregó a la colección 300.000 manuscritos más, Y
Ptolomeo Evergeto, nieto de Soter, tuvo la idea providencial n de fun-
e
dar una segunda Biblioteca instalarla en otro barrio de la ciudad, en
el Serapeum,. viejo templo en cuyos subterráneos estaban las tumbas de
los Apis. Esta segunda Biblioteca pronto llegó a contar con 150.000 vo-
III. LA ESCUELA ALEJANDRINA Y EL RESURGIMIENTO lúmenes. Además, Ptolomeo I reunió en Alejandría a sabios que acep-
DE LA PSICOFISIOLOGíA taron su invitación: les ofrecía alojamiento y una mesa común en uno
de sus palacios, una indemnización generosa y privilegios de todas
clases, sin hablar de incomparables medios de estudio. Puso a su dis-
~· Orígenes del esplendor de Alejandría. - Cuando en el 323 a. C., posición un paseo y un jardín, que recordaban a la Academia y al Li-
AleJandro el Grande moría en Babilonia, hacía un año que su maestro ceo de los platónicos y peripatéticos. Estos sabios, que eran los miem-
Aristóteles había fallecido. La desaparición de estos dos hombres se- bros del Museo, tenían como única obligación examinar las obras que
ñaló, respectivamente, el fin de la unidad griega bajo el dominio ma- se les presentaran y clasificarlas por categorías y por orden de valor.
cedonio Y . de su dominio intelectual. A partir de ese momento sólo De este modo se formó una compañía académica. «El Museo -dice
. exi;stirá la uniformidad de la lengua, ·la koyné, en los inmensos terri- Filóstrato- es una mesa egipcia abierta a los hombres ilustres del
torio~ so~e~idos por Alejandro, y que sus generales se repartirán, pero mundo entero.» Estrabón, que permaneció mucho tiempo en Alejan-
Grecia, rap1damente conquistada por Roma, desaparece tanto del campo dría, después del incendio de la Biblioteca, escribe: «Una parte de los
político como intelectual. A su vez, los nuevos estados se consideran palacios reales forma también el Museo, que tiene un paseo, una ga-
todos Y cada uno herederos de la cultura griega y rivalizan por supe- lería de asientos; una gran sala donde se sirven las comidas en común
ra:la. Solamente uno consigue repetir en algunos aspectos el «milagro de los sabios. Ésta tiene rentas comunes y por jefe un sacerdote, antes
griego», Y es el Egipto de los alejandrinos, sobre todo con los trabajos propuesto por los reyes, hoy por César.» Sus miembros nunca fueron
de sus naturalistas y médicos, que .desembocan en la creación de la muy numerosos: . una docena a la muerte de Ptolomeo Soter, número
anatomía Y la fisiología del sistema nervioso. Las condiciones que pre- que más tarde fue duplicado o triplicado, y entre ellos Herófilo y Era-
cedieron a este nacimiento fueron creadas por la fundación de la Bi- sístrato brillaron en el primer rango.
blioteca y ..del Museo de Alejandría. ·
En el reparto del Imperio de Alejandro, el Egipto correspondió al 2. Her6filo y Erasístrato, o la fase alejandrina de la anatomía y la
g.eneral. z:iacedonio Ptolomeo, de la familia de los Lagidas. Lo que Fe- jisiología griegas. - De HERÓFILO poseemos muy pocos datos acerca de
rie.les ~1c1era con Atenas,_Ptolomeo Lagus resolvió hacerlo con Alejan- su vida; se sabe que fue originario del Asia Menor, tierra que diera
dria, cmdad que pocos anos antes Alejandro fundara sobre el empla- tantos nombres ilustres a Grecia, nacido en la ciudad de Calcedonia,
zamiento de una miserable aldea de pescadores. Al convertirse en y de ahí el sobrenombre de Calcedónico que se le solía aplicar. Igno-
capital del reino griego de Egipto, Alejandría conoció de improviso ramos tanto la fecha de su nacimiento como de su muerte. Sabemos
una rápida prosperidad y se convirtió en punto de encuentro de todas que tuvo por maestro de medicina a uno de los últimos Asclepiades,
las razas y de todas las lenguas, en metrópolis de la civilización medi- Praxágoras de Cos, cuya reputación en nada desmerecía a la de Hipó-
t~rránea .. Apenas Ptolomeo I, llamado Soter, fue coronado rey de Egipto, crates. También se le suele adjudicar que fue discípulo de Aristóteles,
hizo venir de Atenas a un gramático ilustre, Demetrius Falero, para pero esto es muy improbable. ERASÍSTRATO nació en Julis, en la isla
144 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 145
de Cos. Fue corriente decir que era nieto de Aristóteles, como afirmara sensoriales, .únicamente son venas. Hasta entonces nunca se habían
Plinio, pero Suidas lo niega y con muy buenas razones. Tuvo por disecado cuerpos humanos, porque la disección era considerada pro-
maestro a Krysippo de Cnid'o, y vivió por mucho tiempo en la corte fanación abominable, crimen sin expiación que las costumbres y las
del rey de Siria, Seleucos, que de general de Alejandro se convirtiera leyes prohibían. Ptolomeo Soter - ¿acaso por consejo de Herófilo? -
en fundador de la dinastía de los seléucidas. Una cura maravillosa le levantó la interdicción y autorizó la disección, favoreciendo y prote-
habría dado gran celebridad Antiocos, hijo de Seleucos, se debilitaba giendo en esta tarea, con todo su poder, a Herófilo y a Erasístrato. Se
a ojos vista, atacado de un mal misterioso que amenazaba matarlo. µarra que los primeros Lagidas entregaron a Herófilo y a Erasístrato
Nadie encontraba la causa ni el remedio. Erasístrato, fino observador, criminales vivos para sus investigaciones. Celso y Tertuliano lo 'afir-
sospechó un amor oculto. Para asegurarse, tuvo la idea de hacer des- 1 man. Celso escribe, no sin ironía para los partidarios de la medicina
filar por la cámara del enfermo, una después de otra, todas las muje- racional: cEstiman que es necesario abrir cadáveres para escrutar las
res del palacio. Y:, con la mano sobre el corazón de Antiocos, esperaba vísceras y las entrañas; que Herófilo y Erasístrato estuvieron incluso
el resultado de esta prueba. Muchas de las mujeres habían desfilado mejor inspirados abriendo, completamente vivos, los criminales que
sin perturbar la indiferencia del joven príncipe. De pronto su rostro ,:., · los reyes sacaban de las prisiones para entregárselos, y en examinando,
cambió de color, se cubrió de transpiración, y su corazón comenzó a ,! mientras todavía respiraban, la posición, el color, la forma, el tamaño,
latir aceleradamente: Estratonice acababa de aparecer en el umbral !' el ordenamiento, la consistencia, lo pulido y las relaciones de los órga-
Antiocos, sin duda un gran simpaticotónico, no había podido dominar j · nos que la naturaleza antes tenía escondidas, las saliencias y las depre-
su emoción. Ahora bien, Estratonice era la segunda esposa de Seleu- siones de cada uno de ellos, y la manera como uno se inserta sobre el
cos ... Orgulloso de su descubrimiento, Erasístrato fue al encuentro del otro o recibe una parte en su interior.» Esto, agrega, no solamente es
rey y le aconsejó ceder Estratonice a Antiocos. Seleucos escuchó este un argumento contra la abertura de hombres vivos, sino también
consejo, y el joven príncipe curó, como por encantamiento, de su contra mortuorum lacerationem, la disección de los muertos, pues esta
enfermedad de languidez. acción: quae, etsi non crudelis, tamen foeda est, aunque no es cruel
De las obras de Herófilo y de Erasístrato no conservamos ninguna, no es menos vergonzosa. Por su parte, Tertuliano escribe: «Ese Heró-
y únicamente conocemos fragmentos raros y breves, citados entre otros filo, ese médico o más bien ese carnicero, que disecó millares de cuerpos
por Plinio, Celso y sobre todo Galeno, que mucho debió a las mismas. para interrogar la naturaleza, que odiaba a los hombres para conocer-
Con seguridad sabemos que Herófilo escribió nueve tratados, de los los, ¿exploró todas las partes internas hasta llegar a ver claro? No lo
que solamente conocemos los títulos, y que estaban consagrados a las sé, porque la muerte cambia a lo que ha vivido, sobre todo cuando no
Causas, al Régimen, al Tratamiento, al Pu"lso, a los Ojos, a los Afo- es una muerte natural, sino una muerte acaecida en medio de los arti-
rismos, al Pronóstico, a las Expresiones oscuras de Hipócrates y a la ficios de la disección.» Un escritor pagano y un Padre de la Iglesia
Anatomía; este último, el más importante, comprendía varios libros. coinciden en acusar a Herófilo de haber disecado hombres vivos, y, por
Por su parte, Erasístxato habría escrito once obras, de las cuales sabe- no probada la acusación, lo único que tenemos .son los resultados de
mos con seguridad que una trataba la Anatomía y ·otra las Parálisis. su labor. ..l\natomista sagaz, Herófilo 5 8 descubrió los nervios periféri,.
Es a Herófilo y a Erasístrato que la escuela médica de Alejandría debe cos, sus orígenes cerebrales y espinales, sus trayectos y sus termina-
su prodigiosa reputación; durante cinco siglos, estudiar allá medicina ciones. Al mismo tiempo descubrió sus funciones, que dividió, como
fue la suprema recomendación para un médico, y por quinientos años veremos más adelante, en motoras y sensitivas. Sin embargo, no llegó

( el saber anatómico-fisiológico de griegos y romanos asentará sobre las


investigaciones y enseñanzas de esos dos alejandrinos. Herófilo murió
en Alejandría; Erasístrato, que Ptolomeo Filadelfo no supo retener
a separar los nervios motores de los ligamentos y de los tendones, tanto
que llama «neurón» al ligamento redondo de la cadera. Convencido de
que nervios, tendones y ligamentos son de la misma naturaleza, admite
\ en la corte, fue a morir en Jonia. Su tumba, cuenta Suidas, se veía dos variedades de nervios motores: unos que nacen del cerebro y de
sobre el monte Mycale, frente a Samos. la médula espinal, y que corresponden a nuestros nervios; los otros
Hasta la llegada de Herófilo a Alejandría, del sistema nervioso se son los que ahora denominamos ligamentos, tendones y aponeurosis.
conocía más o menos la ubicación del cerebro, de la médula espinal Admitió la presencia de cavidades en los nervios ópticos, .que cree des-
y la disposición general de las meninges. El resto se ignoraba, en espe- tinadas al encaminamiento del pneuma o espíritu; en consecuencia,
cial la existencia de los nervfos periféricos. Los «neura> sólo eran los continuó llamando «canales» a los nervios de la vista. «Los nervios sen-
ligamentos; los «poros> de Alcmeón, prefiguración de nuestros nervios sitivos -dice Galeno- que van del cerebro a los ojos, Herófilo los
10
146 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 147

llama ·poros, porque presentan cavidades distintas y reconocibles por 3. La psicofisiología de los alejandrinos. -Al descubrir el origen
donde marcha el espíritu;» 1111 cerebroespinal de los nervios, Herófilo descubrió, al mismo tiemp~, sus
Herófilo se ocupó principalmente del cerebro, que consideraba como funciones motrices y sensitivas. Observó que unos llevan a los mus.cu-
da parte más noble del cuerpo humano». No se contentó con el examen los las órdenes de la voluntad, y que otros transmiten al sens~~um
exterior del encéfalo, como sus predecesores; lo disecó y observó su cerebral las sensaciones; por ello dividió a los nervios en si;ns1tivos
interior. Por primera vez en el hombre vio las cavidades ventricu.- y motores. Estos descubrimientos de Her~filo _negaron. la teor~~ «Car-
lares, que Aristóteles reconociera en los animales. «Herófilo -explica díaca» de la sensación, despojando al corazon de cualqmer func1on sen-
Galeno- estudió con gran cuidado los ventrículos cerebrales, pues sos- sitiva. Sin embargo, y como explicáramos antes (vid. part. pr., ca~. l,3),
pechaba que en ellos reside la fuerza que dirige la vida animal y la dicha teoría perduró hasta el siglo XIX, cuando más de dos. mil an~s
vida espiritual. Para él, el más importante es el del cerebelo.60 En después los trabajos que hicieron célebres a Charles Bell Y a !1'ªn~o1s
efecto, describe los ventrículos laterales con sus cuernos, el ventrículo Magendie terminaron· por dar definitivamente la razón al aleJandrmo.
medio, y sobre todo el cuarto, que llama «Ventrículo del cerebelo». En cuanto a los famosos «poros» de Alcmeón, que hubieran podido ser
Estudió su surco mediano, terminado en punta en la médula alargada. desechados en base del descubrimiento de la sensibilidad nerviosa,
Por su semejanza con un junco o caña de los que servían a los egipcios Herófilo les concedió vigencia, pues imaginó en los nervios sensoriales
para escribir le dio el nombre de anáglyphe kálamoy, que traducido «canales» destinados al pasaje del eSPíritu o pneuma.
literalmente al latín constituye el nombre de calamus scriptorius, pluma Esta concepción del pneuma, embrionaria en Herófilo, fue desarr~­
para escribir, con que todavía lo designamos. Vio los plexos coroides llada por Erasístrato, para quien el enorme volumen de aire que día
y dio a las dos meninges cerebrales, para entonces conocidas, una y noche respiramos sil1 interrupción está destinado a llenar las arte-
relación superior a la que les otorgaban sus predecesores. «Las me- rias· las arterias están reservadas al aire, y las venas a la sangre, por-
ninges cerebrales que rodean al cerebro -dice Galeno-, Herófilo las que' no es posible que la naturaleza haya creado dos clases ,de vasos
llama coroides, por su semejanza con las envolturas coriales que rodean para una misma y sola función. Había demostrado que la traquea _no
al feto.» En efecto, relacionó las dos meninges cerebrales con las dos es un pasaje para los alimentos, como se cre~era hasta en;onces, s1~0
membranas que rodean al feto, y en razón de la consistencia y papel camino del aire, de donde el nombre de arteria que agrego ~l de tra~
protector de éstas, les dio los nombres sentimentales de dura· mcuLre y quea. Atraído por la respiración, el aire penetra en la traquea, los
pía madre. Por último, estudió la médula espinal y demostró que da bronquios y los pulmones, y por intermedio de los va~os pulmonares
nacimiento a nervios periféricos, a la vez motores y sensitivos. en el ventrículo izquierdo del corazón. En este ventnculo sufre una
Erasístrato confirmó la mayoría de los descubrimientos de Heréfilo; y primera elaboración, que los transforma en pneuma vital ( pneuma
muchos los perfeccionó, en especial los relacionados con la existencia, zotik6n). Gracias a la disposición de las válvulas cardíacas, el pneuma
origen cerebroespinal y funciones de los nervios. No obstante, por vital es expulsado, con cada contracción del corazón, hacia la aorta _Y
mucho tiempo sostuvo que los nervios motores nacen en la duramadre sus ramas, que los difunden por todo el cuerpo. La parte que por med~o
y que úDicamente los sensoriales se originan en la sustancia blanca del de las arterias carótidas sube al encéfalo, pasa primero por la rete ~dmi­
cerebro. Solamente hacia el final de su vida admitió el origen cerebral rabile llega después al cerebro y alcanza finalmente los ventnculos
de unos y otros. Como Herófilo, confundió los nervios motores con los cereb;ales donde sufre una segunda elaboración que lo transforma en
ligamentos, tendones y aponeurosis. Su descripción· de los ventrículos pneuma p~íquico (pneuma psychik6n).62 En los ventrículos cerebrales,
cerebrales es admirable: «En el hombre como en· los animales, el cere- sobre todo en el cuarto, el pneuma psíquico se encuentra con los eflu-
bro es doble; un ventrículo de forma oblonga se encuentra situado a vios y las vibraciones de los objetos. exteriores, y por ser ese lugar el
cada lado, pero esos dos ventrículos se reúnen en una sola cavidad por asiento del alma, se operan allí y de ese modo la sensación Y el cono-
una abertura o punto de unión de las partes [esta «abertura» es lo cimiento. Es de allí que pasan a los nervios motores para llevar a los
que ahora llamamos agujero o foramen de Monro]. Desde este punto, músculos las órdenes de la voluntad. La parte de pneuma vital que no
esas cavidades se extienden en longitud hasta lo que se llama cerebelo, sube al encéfalo llega por el camino de las arterias a todas las partes
y allí también hay otro ventrículo pequeño.» ª1 Pero lo más importante del cuerpo, donde entra en contacto con la sangre aportada por l~s
es que Erasístrato tuvo una noción muy clara del papel intelectual de venas: la sangre nutre, el pneuma vital estimula; el calor, la energia
las funciones cerebrales y del papel regulador o coordinador de las y la vida resultan de este encuentro. En resumen, la vida animal es. ~o
circunvoluciones cerebelosas. propio del pneuma vital; la vida intelectual, el hecho del pneuma psi-
148 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 149

quico. Esta teoría de los espíritus regeneradores llegó sin modificacio- sas, en los animales de carrera veloz, como el ciervo, la liebre o cual-
nes notables hasta Harvey; Descartes afirmaba que «el pneuma psíquico quiera de los demás animales que se distinguen por su velocidad. A la
es una llama muy viva Y muy pura». .· rapidez en la carrera corresponde una organización ,notable de los
Sobre las grandes funciones cerebrales: sensibilidad e inteligencia, . músculos y de los nervios favorables a esa función.> De este pasaje se
y sus mecanismos, los alejandrinos sostenían aproximadamente las mis- i .. deduce que consideraba al cerebelo como regulador o coordinador de

mas ideas que sus antecesores, y sus puntos de vista al respecto coin- · los· movimientos, y lo más singular es que este avanzadísimo concepto
ciden con los de Straton de Lampsaco, discípulo de Teofrasto, que afir- de psicofisiología quedó completamente descuidado hasta hace poco más
maba: «No es en el pie que tenemos mal cuando tropezamos, en la ' de un siglo. Se sabe que las funciones del cerebelo fueron completa-
cabeza cuando la golpeamos, ni en el dedo cuando se lastima. Toda mente ignoradas, a pesar de Erasístrato, hasta mediados del siglo pasado,
nuestra persona es insensible, con excepción de la parte necesaria- 1
0 sea hasta las experiencias cruciales de Pierre Flourens (1749-1867).
mente dominadora [el cerebro]; es a ella que el golpe llevará con ra- , . Fue este gran fisiólogo quien demostró e:i¡;perimentalmente que la
pidez la sensación que llamamos dolor.» De este texto, como de varios ' ·: función del cerebelo es regula.r, coordinar los movimientos voluntarios,
otros, hoy se pueden sacar muchas conclusiones y, entre las mismas, como la· marcha, el vuelo, la natación, etc.
como se ha hecho, de que realizaron una feliz. interpretación de la 1
Del paralelo entre los dos alejandrinos se pueden sacar muchísimas
«ilusión localizadora», mecanismo esencial de la sensación dolorosa. conclusiones más, pero que se refieren particularmente a la historia de
Pero esto no está en el texto de los alejandrinos, y sólo aparece ·cuando la medicina y que aquí no interesan. No solamente fueron contemporá-
a sus conceptos, muy generales, los encuadramos con el contexto de las neos y trabajaron en el mismo lugar, ,sino que también fueron rivales
ideas neurofisiológicas modernas. También en razón de que Erasístrato y se opusieron en muchos puntos de vista médicos. Herófilo tuvo más
localizaba el alma en los ventrículos del cerebro, sobre · todo en el · ' discípulos que Erasístrato, y se le comparaba con Hipócrates. Más cir-
cuarto, se ha concluido que la ubicada en el líquido cefalorraquídeo cunspecto que su colega y rival, se atenía únicamente a los hechos,
que contienen, pero tampoco esto, que hará Samuel Th. von SOmme- · queriendo siempre haber visto con los propios ojos, tocado con las pro-
ring 63 a fines del siglo· XVII, corresponde a sus conocimientos, pues pias manos, y desconfiando a cada paso de las hipótesis, que casi no
Erasístrato ignoraba la existencia de ese líquido y confundía el alma prodigó. Erasístrato, especulativo por excelencia, gustaba de las teorías.
c9n el pneuma psíquico, que, creía, se elaboraba en esas cavidades. . Ambos estudiaron las mismas materias, en la misma escuela: el Museo,
Sobre el papel de las circunvoluciones cerebrales, Erasístrato tiene :, · y en Alejandría, y tal fue su éxito que hasta el siglo XVII sus sucesores
una opinión clarividente; declara que el desarrollo de la inteligencia no agregaron nada importante a la anatomía del sistema nervioso que
está en relación directa con la riqueza en circunvoluciones cerebrales edificaran. Esta fase alejandrina de la psicofisiología fue brevísima y
y que su desarrollo es proporcional a esa riqueza. «En el homb1'.e brillante: duró el tiempo de la actividad de dos hombres. Luego, por
-dice-, el cerebro es más rico en circunvoluciones que en los anin1a- falta de protección real, no se disecaron más cuerpos humanos después
males, porque el hombre supera en mucho a los animales por su inte- de la muerte de los dos jefes de la escuela anatómica de Alejandría.
ligencia.» Este texto notable provocará la burla de Gél.leno, que lo cita Sus discípulos, divididos en sectas enemigas, se apartaron de Ja natu-
Y replica: «Los asnos tienen un cerebro muy plegado, mientras que la raleza y se extraviaron en estériles discusiones de textos..
debilidad de su inteligencia exigiría que su cerebro fuese, si no com-
pletamente liso, por lo menos pobre en circunvoluciones»», 64 y agrega:
«es mejor creer que la inteligencia resulta de una buena mezcla, de
una buena crasis de la sustancia del cuerpo pensante, cualquiera que NOTAS
sea ese cuerpo pensante, y no de la complejidad estructural del mismo ...
No es a la cantidad, sino a la cualidad del pneuma psíquico que se l. Diogene Laerce, Vie, doctrin.ea, etc., Loe. cit.
2. Cf. Alberto L. Merani, ¿Es la psicología 11.na. ciencia? y Critica de los fun-
debe relacionar la perfección del pensamiento». En realidad, y lo sa- damentos de la psicología, Loe. cit.
bemos ahora, cantidad y cualidad no se excluyen, y su reunión en 3. Oeuvres completes, Loe. cit.
un mismo sujeto favorece la perfección de las funciones intelectuales. 4. Ibídem.
Pero lo sorprendente para la época resulta lo que Erasítrato aseguraba 5. Ibídem.
6. Cf. cap. Il, 2, 3 y 4.
sobre las funciones de las circunvoluciones cerebelosas: «El cerebelo 7. Oeuvres completes, Loe. cit.
-afirma- está formado por gran número de circunvoluciones diver- 8. «Teeteto», Oeuvres complete&, Loe. cit.
150 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 151

9. Vid. cap. II, 3. «Generación y corrupción», en Oeuvres completes, Loe. cit.


10. Ibídem. «Organum», en Oeuvres completes, Loe. cit.
11. «Teeteto», en Oeuvres completes, Loe. cit. «Gen. y corrup.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
12. Ibídem. «Org.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
13. Ibídem. «Gen. y corrup.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
14. Oeuvres completes, Loe. cit. «De Anima», en Oeuwes completes, Loe. cit.
15. «Menon», en Oeuvres completes, Loe. cit. . Ibídem.
16. Vid. Alberto L. Merani, Conflicto entre· ciencia y filosofía en la psicología" 51. El problema todavía se discute en biología y psicobiología, en función de -
de Jean Piaget, ed. Instituto de Psicología, Caracas, 1968. ' ¡iuevas concepciones biológicas y psicológicas, por ejemplo la Gestalt biológica y
17. Vid. Alberto L. Merani, Presencia de Henri Wallon, ed. Instituto de Psi~. . : la psicológica. Cf. Alberto L. Merani, Psicología, Grijalbo, 1964.
cología, Caracas, 1966, y «De Bergson a Henri Wallon», en Problema.s y pseudo-. 52. Cf. La discusión sobre los estadios del desarrollo entre Wallon y Piaget, en
problemas de la Psicología, Loe. cit. ·Alberto L. Merani, cDe Bergson a Henri Wallon», en Problema.s y pseudoproble-
18. Cf. Alberto L. Merani, Freud y el Talmud, Grijalbo, 1974. - mas de la psicologia, Loe. cit.
19. En Oeuvres completes, Loe. cit. 53. Vid. Alberto L. Merani, :El despertar de la inteligencia, Buenos Aires, 1955.
20. Ibídem. 54. Cf. Guido de Ruggiero, «Filosofia del cristianesimo», en Storia della fi-
21. Esta psicología, y sus corolarios pedagógicos y sociales, se apartan radi- losofia, Loe. cit.
calmente del rigorismo psicológico y moral que Platón expresa en el Fedón, y que 55. «De Anima», en Oeuvres completes, Loe. cit.
justificará la metempsicosis, en cuyas raíees estaría el hecho de que el mal no 56. «Organum», en Oeuvres completes, Loe. cit.
es a7hacado a la ignorancia, la maldad a una disposición involuntaria, sino que 57. Providencial fue la idea, porque, situada fuera de Brachium, esta segunda
domina el acento de la culpa y del pecado. De este modo la culpa se convierte Biblioteca escapó al incendio del año 47 a. C. y, junto con los libros salvados de
en una verdadera caída que se expía en el curso de las generaciones y que para las llamas y la colección de Pérgamo, donada por Antonio a Cleopatra, sirvió
expiarse requiere de una misteriosa ayuda divina. para reconstruir la gran Biblioteca, la cual, bajo Aureliano y durante la con-
22. «Timeo», en Oeuvres completes, Loe. cit. quista árabe, debía sufrir nuevos e irreparables desastres.
23. También en este aspecto muchas veces se exageró y se exagera; se dice 58. Prescindimos aquí del restó de los trabajos anatómicos y fisiológicos de
y se repite que Alejandro el Grande lo había provisto de un zoológico y de un Herófilo y que no conciernen al sistema nervioso.
museo, compuestos con animales y plantas que le hacía enviar de todas las partes 59. Galenus; Opera omnia, Loe. cit.
del mundo. En realidad no se trataría más que de una leyenda, acred,i.tada sola- 60. Ibídem.
mente por la autoridad de Cuvier. 61. Cit. por A. Souques, Étapes de la neurologie dans l'antiquité grecque,
24. Entre las ediciones modernas de Aristóteles, es fundamental la de la Aca~ Loe. cit.
demia de Ciencias de Berlin, y según la cual se acostumbra citar el orden de 62. El pneuma vital y el psíquico de Erasístrato no serán otra cosa que el
los escritos aristotélicos (en 5 vols., Berlin, 1832). En todas nuestras citas utiliza- espíritu vital y el espíritu animal de Galeno, que los espíritus vitales y animales
remos la traducción francesa de las «Obras completas», por Barthélemy - Saint- de los psicofisiólogos de la Edad Media y del Renacimiento. Así, su teoría psico-
Hilairc: Aristóteles, Oeuvres completes, Paris, ed. 1912-1922. fisiológica será la única verdaderamente admitida por los partidarios de la «teoría
25. «De Anima», en Oeuvres completes, Loe. cit. cerebral» de la sensación hasta los tiempos modernos.
26. «Hist. Anim.», en Oeuvres completes, Loe. cit. 63. Sommering (1755-1830) localizaba al sensorium commune en la serosidad
27. Ibídem. de los ventrículos del cerebro, opinión que Kant examina con mucho cuidado.
28. Cf. Alberto L. Merani, Crítica de los fundamentos de la psicología, Loe. cit. 64. Galenus, Opera omnia, Loe. cit.
29. «De resp.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
30. A. Souques, Étapes de la neurologie dans l'antiquité grecque, Loe. cit.
31. «De Part. Anim.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
32. «De Anima», en Oeuvres completes, Loe. cit.
33. «Hist. Anim.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
34. «De Part. Anim.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
35. «El corazón -explica- es el primero en aparecer y el último en morir,
y ocupa el medio del cuerpo.» Por esas razones debe ser el principio de la sangre,
el asiento del alma.
36. «Hist. Anim.», en Oeuvres completes, Loe. cit.
37. cDe Anima., en Oeuvres completes, Loe. cit.
38. Ibídem.
39. Ibídem.
40. Ibídem.
41. Ibídem.
42. Ibídem.
43. Ibídem.

(
CAPÍTULO 1

I. LA ANTROPOLOGfA GRIEGA BAJO DOMINIO ROMANO

l. Roma y la crisis del mundo mediterráneo. - Únicamente la le-


yenda puede hablarnos de los principios de Roma, ciudad que llegó a
abrazar con su poder todo el mundo entonces conocido y constituyó el
imperio más compacto que jamás haya existido. La época en que se
habría realizado la fundación de Roma fue hace veintisiete siglos y
medio, o sea en era de Roma -ab urbe condita-, en el 753 antes del
principio de la era vulgar. Durante casi doscientos años, la historia de
los romanos está resumida en las luchas entre plebeyos y patricios, la
·Conquista de Italia, la entrada en Sicilia, las guerras púnicas, en cuyo
tiempo Roma ocupa Cerdeña, Córcega, el valle del Po, luego Provenza
y gran parte de España. Por último domina diversos puntos de la costa
de Mauritania, y es a partir de entonces cuando se vuelve hacia el
Mediterráneo. Oriental y extiende sus operaciones por todos lados. El
conflicto de dos civilizaciones mediterráneas, concretado en la guerra
greco-púnica, abre finalmente a Roma el camino de Oriente y la con-
·quista de la Grecia continental. Es así como a los conquistadores ante-
riores de Sicilia, sicanes y sículos, griegos y cartagineses, vino a jun-
tarse el empuje y la fuerza guerrera de Roma. Dueños ya de la Grecia
itálica, los romanos pudieron cruzar fácilmente el estrecho de Sicilia,
y así se mezclaron en el conflicto entre griegos y cartagineses, para
dominar a los primeros y destruir a los segundos, con lo cual comienza
un nuevo ciclo de la historia. Grecia desaparece físicamente, pero se
adentra muy hondo en el espíritu de sus conquistadores latinos, cuyo
despertar, desde su más temprana literatura, que existía en potencia
en el fondo nacional, se debió ciertamente al genio evocador de Grecia.
¿No escribió Lucrecio De la naturaleza siguiendo el pensamiento de
Demócrito dictado por Epicuro? Pero para esta época, primera mitad
del siglo I a. C., un cambio considerable se había producido en la men-
talidad romana. Al decir del poeta, «nada ha salido de nada; nada es
obra de los dioses», el pensamiento romano se separa radicalmente de
la religión de .los abuelos y su filosofía se aplica a la humanidad entera.
El culto nacional, que la generación de Lucrecio comenzaba a aban-
156 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 157
donar, había sido muy estrecho, riguroso y exclusivo. No podía ser de· negocio, dirimir un pleito o dirigir una expedición, y comenzar la tarea
otro modo en un pueblo dominado por una ideología militarista, que con la inspección de entrañas palpitantes o la observación del vuelo
dentro de su cesarismo consideraba las ceremonias religiosas como de aves sagradas que cumplían los augures. Los militares romanos mar-
parte de la disciplina que había de asegurar la victoria, y que en el . chaban «al dedo y al ojo», sin pretender la explicación de la orden
trajín de una guerra casi permanente carecía del tiempo y del reposo· dada, porque los «signos» de victoria o de derrota ya habían determi-
necesarios para buscar las causas lejanas y las razones filosóficas de nado su destino. De aquí que las instituciones romanas, reflejo de esta
sus ritos y costumbres, como llegaran a hacer los griegos de la deca- concepción regularizada de la vida, tuviesen solidez y permanencia
dencia. La religión romana era de una pobreza sorprendente, sin poesía pocas veces vistas, pero que también gozaran de frialdad de aristas
que la acompañara, sin leyenda que la embelleciera. Dioses y dic¡sas afiladas que chocaban contra el concepto de hombre como parte de la
no eran otra cosa que los nombres de hechos observados de la natu- naturaleza elaborada por los griegos.
raleza, y matizados con aspiraciones, esperanzas, pasiones y virtudes. No En efecto, el concepto de lo humano en el mundo romano no arranca
había acto en la vida del romano que no tuviera su divinidad tutelar; de la natura, la physis de los griegos, sino que es una prolongación de
según la concepción romana, derivada de otra similar de los etrus- las determinaciones institucionales, de lo que como los genios rige las
cos cada hombre y cada ·mujer que venían al mundo estaban acompa- relaciones humanas y .asienta en la tradición: la Roma primitiva fµe
ñados por una especie de espíritu bueno y tutelar· que había sido con- cuadrada, y el campamento de las tropas en marcha debía ser un cua-
temporáneamente «generado» con él y que lo acompañaba por toda la drado de medidas definidas e inalterables; todos los detalles de la vida
vida. Para el varón, ese e~píritu era llamado genitLS, de geno, que sig- oficial, religiosa y política, lo mismo que· la militar tomaban por así
nifica genero, produzco, y representado como un niño alado; para la decrr.1 ' ,
o, proporciones geométricas y respondían a la lex, que era la
joven se lo denominaba juno, y se lo representaba como una.niña com- regla, la norma, el modelo. Nada tipifica mejor el espíritu romano que
pletamente vestida y provista de alas de murciélago o de falena. Juno, el derecho, ese derecho tan breve y tan imperiosamente formulado,
hermana y esposa de Júpiter, era también la diosa protectora de las cuyas palabras en boca de los pretores tenían el carácter de esa ley
mujeres. De esta manera, el genio era, pues, un espíritu de emanación eterna de que hablaba Cicerón, 1 de esa ley que en su principio esencial
divina que ejercía poder tutelar sobre el hombre desde el nacimiento debía ser la misma en cualquier pueblo que en Roma, y cuyo texto
hasta la muerte, influyendo sobre todos los actos de su vida. Por regla no se encuentra en ninguna parte, salvo en la conciencia del género
era bueno y benéfico; pero junto a los genios buenos existían otros humano. El derecho caracteriza tan bien al genio de Roma, que todavía
malos, que correspondían, respectivamente, al agatodaimon y al caco- después de dos mil años fascina el eco de sus juicios breves, decisivos,
daimon de los griegos. El genio poseía el atributo de la inmortalidad. Y que reproducen para la eternidad inscripciones lapidarias que llevan
Después de la muerte del cuerpo podía permanecer en el mundo, Y directamente a la asociación de la idea de Roma con la de derecho. y si
gustaba de merodear por los alrededores de la tumba del hombre que bien es cierto que otras naciones tuvieron antes que los romanos la con-
había protegido en vida, pero con el tiempo terminaba por perderse en cepción de las relaciones de justicia y de equidad que deben estable-
el océano de los espíritus. Mucho se ha discutido si el genio de los lati- cerse entre. los hombres y mantener el equilibrio social, la verdad es
nos correspondía al alma de los cristianos; lo más verosímil es que que el pueblo romano, muy práctico en su apreciación de las cosas es
éstos transformaran al genio pagano en el ángel de la guarda. En efecto, el primero que reconoció netamente, como ni siquiera lograran hac~rlo
cuando los romanos querían aludir al alma verdadera y propia, a la los griegos a pesar de la claridad de su juicio, el dominio particular
psyché griega, empleaban el término anima. Por lo demás, el genio del derecho, habiendo distinguido con toda precisión entre el derecho
era tambié11 propio de las familias, de las asociaciones, de las ciudades, divino Y el derecho humano, entre la religión y la jurisprudencia deli-
de los estados, y hasta los lugares tenían su geni'ILS l.oci. Para ellos, · . mitación que algunos pueblos todavía hoy no han logrado co~o los
Genio era también el dios de la generación. Esta religiosidad simple, ' b es, en cuyas legislaciones la ley civil está confundida con
, ara ' los de-
de dioses familiares y vecinos al hombre, que eran coino su propia beres religiosos. No tenemos la intención de analizar el derecho ro-
sombra, empapaba la vida cotidiana y estaba en la base de la ideología mano; ese trabajo de erudición y de paciencia destinado a demostrar
nacional. Como los genios regulaban los actos de la vida, desde el na- los triunfos sucesivos del derecho sobre la fuerza, de la razón sobre la
cimiento hasta la muerte, asimismo y con idéntico espíritu de obedien- pasión, de la justicia sobre la venganza, nos llevaría directamente a
cia, los movimientos, los gestos y las palabras estaban regulados para una fi!osofía cuyos límites precisos, que la destacan de cualquier otra
todos, ciudadanos, magistrados o capitanes, que habían de entablar un · filosofía, están enmarcados en la discusión de tres cuestiones: l.•) ¿cuál
158 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 159

es el princ1p10 de donde mana; cuál es el fundamento sobre el q' :,'derivan los principios civiles y políticos de cada individuo, que
asienta el derecho de legislar y de distribuir justicia; 2.•) ¿cuáles s esentan los casos particulares en que se aplica la razón general.
las acciones que deben estar bajo el imperio de la ley?; 3.8 ) ¿qué na:;. sa razón general, la lex, se aplica únicamente al ciudadano de Roma,
turaleza debe tener la acción legal? La primera cuestión abre a su vez ''que define la esencia de su naturaleza. No se es romano por raza,
otros interrogantes: ¿el derecho tiene su origen en la religión, en la r 'nacimiento, por costumbres ni por lengua, sino por el derecho de
moral o simplemente en el interés público? Esta premisa, que las\ 'dadanía, y quien lo adquiere se adhiere a la lex, queda a la vez pro-
escuelas de derecho todavía discuten, los romanos la resolvieron en la ido y sometido por la misma. Cuando conquista, y ningún pueblo
práctica de manera tajante: el interés público, que debe entenderse.. \;riquistó tanto, Roma deja vigentes la jurisprudencia, los usos, las
como el interés de la Urbs, esto es, de Roma y de sus ciudadanos. En eligiones de los conquistados, y su derecho se aplicá a los romanos
cuanto a la segunda cuestión, la ley ¿debe alcanzar indistintamente ' 'el lugar y a los asuntos de Roma. De aquí la diferencia entre roma-
todas las faltas, todos los actos de inmoralidad o de impiedad, todas las os y bárbaros, entre los que deben su condición y por consiguiente su
infracciones que pueden sufrir los deberes ciudadanos, ya sea que al- haturaleza humana a las normas de la lex, que aplican y acatan sus
cancen a nuestros semejantes o la sociedad por entero, ya sea que prescripciones, y los que obedecen a otro derecho. El romano reconoce
nos ofendan a nosotros mismos o que no salgan de los límites de la la universalidad del género humano porque cualquiera puede conver-
conciencia y de la fe? La respuesta es normativa y absoluta: el de.re- tirse en ciudadano de la Urbs, pero acepta que el derecho lo divide:
cho lo legisla todo, hasta la capacidad de disponer de la propia vida. : Roma y sus pretores por un lado, el resto de los hombres por el otro.
La tercera cuestión se complementa preguntando: ¿cuáles son los cas- Gracias a este ordenamiento preciso, directo y práctico, Roma inau-
tigos que la sociedad puede infligir sin exceder su derecho y sin faltar . gura un nuevo estilo en todos los órdenes del mundo antiguo. En las
a las reglas de la justicia distributiva, sin lesionar la proporción que ' ideas, el discurso se vuelve directo, realista, sencillo y lapidario; su
debe existir entre el castigo y el derechó del ciudadano, sin dejarse antropología se revela de un empirismo pragmático que se concreta
cegar por la piedad o por la venganza? De la manera como todos estos en el derecho. Cuando Cicerón habla, cuando Virgilio y Lucrecio can-
interrogantes se fueron resolviendo en la evolución del derecho romano, tan, cuando Séneca moraliza, las ideas pueden tener muchísimas veces
podemos decidir acerca de la filosofía pragmática de ese pueblo, y del resonancias griegas, pero el ordenamiento claro, preciso, casi geomé-
concepto de naturaleza humana que se forjara y le sirviera de punto trico como los castra, las consecuencias directas, sin matices de dia-
de arranque. léctica, son .del Lacio. Por ello, en filosofía, los romanos fueron estoicos
En efecto, Roma introduce un cambio radical en la apreciación de antes que epicúreos, y en todo caso siempre empiristas. Su relación
lo humano; para el pensamiento griego, el concepto de naturaleza con lo desconocido, los dioses, es amigable, de simple contacto y nada
humana, inclusive en el idealismo de Platón y de Aristóteles, está más; sus dioses son familiares, estatuillas de barro con las que los
asentado en la concordancia entre physis y o'USÚi, esto es, entre la natu- niños pueden jugar. Como las ideas de Occidente siempre se pueden
raleza y la sustancia, siendo lo que concierne al cuerpo y lo que con- reconducir a Grecia, Roma abreva en fuentes helenas, pero recrea una
cierne al espíritu, o sea lo que hace que lo que es sea (vid. parte pri- forma especial de vida, de convivencia, que en sus rasgos generales es
mera). Para toda la filosofía griega, la antropología está, pues, asentada todavía la occidental. Y lo más importante que a nosotros concierne es
en el ser, que no solamente existe, sino que existe en otros seres, como que por primera vez en la historia el concepto de naturaleza humana
los objetos de las sensaciones, motivo este por el cual a todos los pen- aparece como circunstancial; deriva del derecho y se logra con su apli-
sadores de Grecia, naturalistas o no, preocupara profundamente el pro- cación: la 01.Lsí.a, como dijimos, queda suplantada por la lex, y a lo
blema de la sensibilidad, del que hemos visto en los capítulos de la humano se lo define en función de ésta, la gran y única dispensadora
primera parte su derivación hacia una psicofisiología. Por el contrario, de hu.manitas. Del individuo no surge el hombre por imperio del esse,
en el pensamiento romano, la cuestión del ser adquiere el sentido con- sino por delegación de la lex; la condición humana está dada por la
creto de una existencia particular que engloba la esencia: la vida de norma y no es atributo de quien la acepta porque está dominado, sino
un ser viviente, del hombre, considerada bajo su aspecto temporal y de quien la sustenta y obedece a la vez: no se adquiere, sino que se dis-
sus condiciones concretas, de manera que cualquier consideración antro- pensa, y barbaru.s es el que está al margen, sea cual fuere su condi-
pológica se diluye en la regla, en el mundo, o sea la lex:en general, ción social o intelectual. Esta definición circunstancial es la primera
esto es, la razón humana en tanto que norma capaz de gobernar a todos definición histórica de la naturaleza humana; estática por la perdura-
los ciudadanos y, por extensión, a todos los pueblos de la tierra; y de bilidad de la lex, tiene, sin embargo, los gérmenes del futuro enfoque
ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 161
160

dinámico de nuestros días. Para el pensamiento romano, el hombre Y deben buscar y a las que se deben evitar, o sea la finalidad de la vida
su naturaleza lo son por definición y a prioTi. humana. En la canónica, Epicuro proclamaba la verdad de la certi-
dumbre sensible, porque el criterio de la verc1ad y el fundamento de
de
2. La segunda. fi"losofÚL La naturaleza. - Con Aristóteles con- todo es la evidencia, · y la evidencia pertenece a la sensación. Y es.ta
cluye el apogeo de la filosofía en Grecia, país que pierde su libertad. ·evidencia de la sensación, al mismo tiempo que da fe de la sensación
Debilitada por la guerra del Peloponeso, tributaria de Macedonia pri- misma, prueba la existencia de su objeto. cDe la misma manera que
mero, queda luego bajo el dominio romano, y cuando la libertad fue ····.el placer y el dolor, siendo evidentes, son verdaderos y provienen de
pe:r:dida cuando todos los males de la sujeción se abatieron sobre los objetos que son agradables o desagradables, del mismo modo las sen-
griegos,' el pensamiento resultó frenado y se ':ºl?ó de las gran~e~ .con- saciones -nos dice Epicuro-, siendo evidentes son verdaderas, y pro-
cepciones cosmológicas al mundo cerrado e .mtimo de la sen~i~ihdad; vienen de objetos que son tales como los percibimos.> ' Para Epicuro,
la filosofía, que ~etomaría la huella que abrieran los preso~raticos, se la certidumbre sensible se basta por sí misma porque reposa ,sobre el
ocupa esencialmente de los principios corporales. Su fin~idad. es la fundamento de su propia evidencia y nada puede, por consiguiente,
de dar al hombre un refugio contra los males de la existencia. En refutarla. Además, las sensaciones no pueden refutarse entre ellas:
oposición con los sistemas de Platón y de Aristóteles, que asignaban una sensación no puede ser negada por otra sensación de la misma
como fin de la vida humana la contemplación de un ideal trascendente, especie, pues ambas poseen igual fuerza; pero tampoco una sensación
propone un bien accesible a todos y qu~ cae dentro de .la n~turaleza, puede ser refutada por otra sensación de especie diferente, pues esas
creando una filosofía moral que reacciona contra el idealismo. En dos sensaciones se refieren a objetos diferentes. Y más aún, la sensa-
verdad las escuelas cínica y cirenaica (part. prim., cap. III) habían re- ción no puede ser refutada por la razón, pues la razón depende por
chazad~ la Teoría de la Idea, e incluso toda consideración e~peculativa. entero de las sensaciones: todas las ideas provienen de la sensación, que
Pero cuando Aristóteles estableció el idealismo como un vasto sistem~ es la base inquebrantable de nuestro conocimiento,tí fórm).lla esta que es
que abarcaba a todo el real, la reacción se hizo más f~erte Y ~e ex~reso la fórmula por antonomasia de cualquier empirismo, antiguo o mo-
con doctrinas completas. El cirenaísmo se transformo en ep1cureismo, derno.
y el cinismo se convirtió en estoicismo. Epicuro se inspira en Demó- Pero, ¿cómo se forman las ideas de la razón en partiendo de la sen-
crito y los estoicos en Heráclito. De este modo se constituye una nueva sación? Epicuro comí.enza por definir lo que denomina i.dea general,
filos~fía de la natu;aleza que debía reinar sobre el fin del mundo anti- o sea un recuerdo de lo que fue percibido varias veces, porque una
guo y que será, naturalmente, la filosofía de Roma, expuesta Y roma- sensación, al repetirse, se fija en la memoria, deja en nosotros una
nizada por Lucrecio y Séneca, como figuras destacadas. Pero veamos huella, que es la idea general. La percepción repetida que tenemos de
las raíces de estas dos corrientes principales. flores imprime en nosotros la idea de flor. Por lo demás, ·la idea gene-
EPICURO nació en el 341 a. C. en Saraos; en Teos fue alumno de ral nos es suscitada por la palabra que designa al objeto correspon-
Nausifanes que lo inició en el pensamiento de Demócrito. Después de ; diente después que aprendimos a conocer á ese objeto por la sensación.
haber ens~ñado en Mytileno y en Lampsaco, se trasladó a Atenas en Epicuro c1a a la idea general el nombre de anticipación, con lo cual
el 306, donde enseñó durante treinta y cinco años, reverenciado por significa que precede a cualquier operación del pensamiento. La anti-
sus discípulos como un dios. Murió en el 270 a. C., a la edad, de setenta cipación es evidente y, por lo tanto, verdadera, puesto que asienta
y un años. Sabemos con seguridad que Epicuro compuso mas de tres- únicamente sobre la sensación, de la cual obtiene su evidencia y su
cientos trabajos, de los que únicamente nos han queda?o fragx_x:entos. verdad.~ De la anticipación; Epicuro distingµe a la copinióm, que tam-
La fuente principal para el conocimiento de su filosof1a es Diogenes bién llama suposición y que es la interpretación, más o menos arbi-
Laercio 2 y, sobre todo, dos cartas: una que escribió a Herodoto, Y que traria, que damos a nuestras sensaciones. La anticipación no agrega
contiene un resumen de su física, y otra a Meneceo, que resume su nada a la sensación, es su recuerdo, y por consiguiente verdadera como
moral. Aparte de eso, Diógenes Laercio nos da las máximas '.~nda­ la sensación misma; pero la suposición puede ser verdadera o falsa: es
mentales (kvrúii dóxai) que hacían autoridad en la escuela.ª Diog~es verdadera cuando resulta confirmada por la sensación, o, por lo menos,
nos enseña que Epicuro dividía la filosofía en tres partes: la canónica, cuando no la desmiente; es falsa cuando está desmentida por la sen-
que trata de los medios de que · disponemos para llegar a la . ~erdad; sación o, incluso y en algunos casos, cuando no está confirmada por la
la física, que se ocupa de la naturaleza, o sea de la destrucc1on Y sensación. 7 Pero aunque corre el riesgo de ser falsa, la suposición es
generación de las cosas; la moral, que se refiere a las cosas que se de gran ~tilidad, pues por su intermedio podemos pasar de las cosas
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msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
163
162 ALBERTO L. MERANI
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que .~erci.bimos a los principio~ escondidos, inaccesibles para la per '{:generación sobre la superficie de los cuerpos. Y es la acción sobre
cepc1on directa, de modo que as1 nos formamos una idea sobre la cons 'sotros de esas imágenes lo que produce la percepción. En efecto, para
titución íntima ~el real. Para Epicuro, todo lo que existe es corpor · icuro nuestra visión de las formas sería inexplicable sin la entrada
Y .se revela en la sensación, menos los elementos últimos de las cosas :. nosotros de algo que haya salido de los objetos exteriores. Las imá-
que escapan a nuestros sentidos y quedan imperceptibles, constitu~.; . enes que parten de un mismo objeto, y todas animadas por un mo-
yendo el fondo del Universo, los principios últimos de cualquier reali- '•: imiento rápido, producen, por su acumulación, la representación de
dad, y que son los átomos. · un objeto único y permanente, y esta representación es confor~e a su
. A partir, ~e este momento concluye la canónica de Epicuro y co- objeto, puesto que las imágenes poseen la misma forma del º~Jeto de
mienza su .f~1.ca; del problema del conocimi~to, o sea de la psicología···. :'donde emanan. Así la física demuestra la verdad de la sensacion, que
de la sensibilidad, pasa a la constitución de la naturaleza, que final- . ·se afirmara en la canónica. Y queda por explicar el error, en el cual
mente le servirá para elaborar su teoría del pensamiento. El axioma .tantas veces caemos y que no es otra cosa que la opinión que nos
fundamental de la física de Epicuro es que «nada viene de la nada),s ' . formamos de las c~sas por una actividad espontánea del espíritu Y
para concluir que si nada viene de la nada ni vuelve a la nada lo cuando esta opinión está en desacuerdo con la sensación. Pero la sen-
ix:iportante es buscar cuá~es son los principios invisibles de donde ;ro- sación en sí misma, repite Epicuro una y otra vez, está producida en
vienen las cosas y ·en cuáles se resuelven. De este modo, Epicuro en- nosotros por las imágenes de los objetos exteriores y siempre es ver-
cuentra que el universo está constituido por los cuerpos y el espacio dadera.10
vacío. La existencia de los cuerpos está probada por la sensación; en La filosofía de Epicuro es una reacción contra Platón, y desde su
cuanto al espacio vacío, existe necesariamente, pues, de no existir, los punto de partida, el atomismo de Demócrito, así como por su teoría de
cuerpos no tendrían donde residir ni donde moverse y es evidente la sensación y del espíritu, es la contrapartida del idealismo. Plat~n
por la sensación, que se mueven. Fuera de estas dos c;sas: los cuerpo~ había considerado la sensación (vid. part. prim., cap. III) como la duena
Y el vacío, el pensamiento nada puede asir que exista. Los cuerpos y el
del error, pues la verdad nos está dada por la inteligencia en tan.to
vacío son las únicas sustancias reales.'9 De esto se sigue que el espíritu que es radicalmente independiente de los sentidos. Por el· contrario,
es un compuesto de átomos, pues según Epicuro es un error garrafal Epicuro proclama que la certidumbre sensible es la base del cono-
oponer el espíritu al cuerpo, como sustancia incorpórea. La única sus- cimiento y que la inteligencia depende enteramente de las sensaciones,
tan~ia in~orpórea es el vacío, y el espíritu no puede ser vacío porque
, y su emp\rismo radical, que por siglos correrá paralelo al idealismo,
actua, a el pertenece la acción y la pasión, y el vacío no puede actuar. aunque deformado, ocultado a veces y siempre defendido de ma~era
En realidad, lo que llamamos espíritu es un cuerpo, cuerpo sutil com- vergonzante, encontrará en el pragmatismo de los romanos refugio, Y
puest? por átbmos más lisos y más redondos que los otros cuerpos, que será, con Lucrecio y Cicerón, el exponente de su más elevada filosofla.
semeJa a un soplo mezclado con cierta cantidad de calor. Esto vale Sin embargo, el rechazo por Epicuro del principio fundamental del
tanto para el alma irracional, ubicada en el pecho, como para el alma idealismo platónico, de que. el universo está sometido a la ley de la
razonable, que se expande por todo el organismo. En tanto está pre- inteligencia, no será totalmertte aceptado en el período romano. Con-
sente en el organismo corporal, el alma es el principio de la sensibi- servando de Epicuro que la sensación es el fundamento del cono-
lidad. Pero no es inmortal, no conserva la capacidad de sentir después cimiento .y que los principios de las cosas son corporales, tomando de
de la destrucción del cuerpo. Epicuro niega la posibilidad de concebir Aristóteles la teoría de la naturaleza: la naturaleza como encerrando
que el principio sensitivo esté en otra parte que no sea el organismo lo divino, surge una nueva filosofía de la naturaleza, la de los estoicos,
corporal Y pueda prescindir de los movimientos que tienen lugar en el que, fundada por Zenón, encontrará eco en Roma con Séneca, Epicteto
organismo. Y es precisamente por esto, porque el alma es un cuerpo, y Marco Aurelio.
que puede sufrir la influencia de los cuerpos exteriores y de la cual La escuela estoica fue fundada a comienzos del siglo m antes de
resulta la sensación. Los cuerpos emiten continuamente emanaciones nuestra era por ZENÓN, natural de Citium, en la isla de Chipre, y na-
efluvios, que son imágenes de ellos mismos. Esas imágenes supera~ cido aproximadamente en el 335 a. C. El primer maestro de Zenón fue
muchísimo, por su sutilidad, a los objetos que percibimos por·los sen- Crates, el filósofo cínico. Del antiguo estoicismo, que completaron
tidos, Y es por ellas que se produce, por lo menos, la visión, que es la Cleantho de Assos y K.rysipo, no nos queda ninguna obra. De Krysipo
percepción. de especies de envolturas vacías y lisas, con la misma forma solamente sabemos que compuso unos 500 escritos, divididos en más
que los obJetos que las emiten. Su propagación es rapidísima, así como de 700 libros. Los fragmentos de los estoicos que se salvaron de la des-
164 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 165
trucció~ fueron reunidos por Arnim. 11 Como Epicuro, Zenón y sus dis- aquí su nombre de lógos spermatikós.16 El resto de la teoría estoica
cípulos dividían la filosoña en tres partes: la lógica, la física y la moral. se aleja completamente del problema del conocimiento en su aspecto
Antes de exponer su concepción de la naturaleza, de donde dimana la de antropología concreta y se aplica al estudio de la vida conforme con
regla del bien, se preguntaban cuál es el criterio de verdad que da a la naturaleza, de la cual, por su cosmplogía, surge la moral que los
la ciencia base segura, y, como Epicuro, hacían reposar el conocimiento hiciera famosos: los estoicos pensaron' que el hombre debe ser consi-
sobre la. evidencia sensible. Para los estoicos, el criterio de verdad es derado como miembro del orden universal. Sin duda, los estoicos están
la «representación comprensiva» (phantasía kataleptiké) o, de manera de acuerdo con Epicuro para restablecer la sensación como base del
general, que la representación, o la imagen, es la huella producida en conocimiento y para admitir únicamente principios corporales,• pero
el alma por el objeto exterior. Cuando la representación es perfecta- en tanto que los epicúreos sacan de la naturaleza la inteligencia, los
mente clara, perfectamente evidente, de modo que produce el asen- estoicos conciben que la inteligencia penetra la naturaleza y la rige
timiento del espíritu, tenemos la representación comprensiva, que es la soberana, con lo cual conservan una de fa\s tesis esenciales del idea-
imagen de un objeto real, imagen exactamente conforme con su objeto.12 lismo, que harán desembocar en el orden y en la belleza del mundo
Este asentimiento, que produce la representación comprensiva, indica como siendo obra de la Providencia, sólido fundamento de la creencia
la reacción activa del alma, que toma posesión de su objeto. Zenón en Dios. Es a partir de esta aceptación de Dios como causa de todo
explicaba esto con una comparación: «la simple· representación -de- lo que existe que el estoicismo se introdujo en el mundo cristiano con
cía- es como la mano abierta, pero la representación comprensiva, el neoplatonismo, y es por su negación de los dioses y de la Providen-
producida por el asentimiento del alma, es como la mano cerrada, que cia que el epicureísmo fue por siglos doctrina maldita.
ase fuertemente las cosas; finalmente, la ciencia propiamente dicha,
que es la comprensión convertida en inquebrantable, es como la mano
cerrada y reforzada por la otra mano cerrada». 13 De la representación
comprensiva se forma espontáneamente, por acumulación de imágenes,
la noción general, que los estoicos llaman anticipación (prolepsis), como · ~
Epicuro. La noción general es verdadera, dado que proviene de la re- II. EL PENSAMIENTO ROMANO Y SU ANTROPOLOGfA
presentación comprensiva. Pero únicamente tiene el valor de un pen-
samiento y en su generalidad no corresponde a ningún ser real, pues l. La medicina y La filosofía griegas en Roma. - Como atestigua
solamente los individuos, todos diferentes unos de otros, existen real- Plinio el Viejo, en los primeros cinco siglos de su historia, o sea hasta
mente. Apoyado en este punto de vista, Zenón sostenía que las Ideas las guerras púnicas, Roma no tuvo verdaderos y propios pensadores
platónicas son inexistentes. De este modo, para los estoicos la lógica en el sentido de filósofos o naturalistas. En cuanto a la naturaleza del
garantizaba la verdad de la ciencia que nos formamos del universo. hombre como ser biológico, era manejada con una antropología empí-
Con una comparación que los estoicos gustaban repetir, protege la física c rica de origen etrusco y de entonación prevalecientemente religiosa,

y la moral, como la cáscara del huevo protege al blanco y al amarillo compuesta únicamente por supersticiones y prácticas médicas sugeridas
que se encuentran en su interior.14 Al mismo tiempo, sólo admitían por la experiencia, sin ninguna adherencia a criterios doctrinarios bio-
como criterio de verdad la evidencia de la percepción sensible, que pre- lógicos. De esta antropología hubo expresiones de carácter higiénico
para para concebir la razón, principio de las cosas,. como un elemento , y legislativo, como baños públicos, saneamientos de terrenos, etc., que
corporal. ·· testimonian de un elevado grado de organización social. del estado ro-
En ñsica, los estoicos admitían dos principios: uno activo y otro . mano de entonces. únicamente a partir del siglo II a. C. fue cuando
pasivo; el pasivo es la materia, entendida como esencia desprovista de '. aparecieron en la Urbs los médicos profesionales, o sea hombres ver-
cualquier cualidad. El principio activo es divino, es la razón, que se ¡ daderamente técnicos, especializados en el arte de curar. Los primeros
encuentra en la materia y que produce, dándoles una forma, todas las ¡; fueron todos griegos, y tanto porque en aquel tiempo en Grecia existía
·~osas.15 En esto, los estoicos se separan de los epicúreos y se acercan ~.una verdadera medicina técnicamente constituida, como porque los
a Platón y a Ari:tóteles, pero con una diferencia notable, pues declaran '/' romanos desdeñaban ocuparse del arte de curar, que ·consideraban
que el principio inte!igente no deja de ser corporal: es un cuerpo su- · impropio de la dignidad del pueblo romano (romana dignitas). Pero de
til, que se mezcla en todas partes con la materia, en la cual se expande, todas maneras, y las fuentes lo atestiguan muy bien, los primeros mé-
como el fluido generador corre por !~carne de los seres vivientes, y de dicos que se establecieron en Roma provenientes de Grecia, y de otros
1
166 ALBERTO L. MERANI lilSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 167
países del Oriente, eran más mendigos y charlatanes que verdader 'fórmulas epicúreas y estoicas sobre la sensibilidad, el pensamiento Y
sabios. Fue sólo en el siglo I antes de nuestra era cuando junto con 18 el alma. Los romanos ven al hombre a través del lente de la lex, con
filo~ofía griega if:u;npió la verdadera medicina griega. La primera filol; uria naturaleza encuadrada por el derecho, y las consideraciones sobre
sof1a que ~e. cultivo en Roma fue de importación griega; sus primeros ··el conocimiento no caben dentro de su pragmática: pertenecen al
cult.ores ;1meron de ~a Magna Grecia, y los sucesivos de Atenas y de otium y se diluyen en la literatura, en la poesía sobre todo, que con Lu-
AleJ~dr1a. Las doctrmas que priniero se desarrollaron fueron. el epi.. , crecio adquiere acentos de reflexión sobre la existencia, Y no de análisi~.
cure1smo Y el estoicismo, y luego ·floreció una filosofía compuesta con : : El verdadero movimiento helenístico comienza en Roma en el si-
elementos provenientes de doctrinas diversas que fue denominada ; : glo II a. C., y encontró sus mayores adversarios en los es~~!tus con-
eclecticismo. Con el último siglo antes de Cristo, se inicia la serie de los . . servadores de los patricios, seguros y orgullosos de su tradic1on. Ent:e
grandes filósofos Y médicos de Roma, y es de destacar que entonces , las mentes abiertas a las nuevas corrientes de la cultura cabe, sm
filosofía y medicina presentan una marcha paralela. · , embargo, recordar a figuras como Escipión el Africano Y Tito Q~incio
Flaminio, que propagaron con empeño el amor por las letras griegas.
2. La filosofía griega en Roma. - La mayor conquista del hele.. · Hacia el año 161 a. C., un senatoconsulto prohibió la estadía en Roma
nismo, destruida Grecia, fue Roma. Un espíritu curioso necesidad de de filósofos y retóricos; fue la última victoria de los hombres de la
refinamiento intelectual y deseo de ·sobresalir con los' medios de la vieja tradición, que temían a la disolución en la vida romana Y la
palabra Y de la dialéctica, llevó a los jóvenes romanos a buscar los intuían como un virus del pensamiento. El senatoconsulto pronto fue
más célebres maestros de filosofía y retórica en Atenas y Rodas. Pero olvidado, y los jóvenes romanos comenzaron a inundar las escuelas ~e
ya desde sus propios comienzos esos estudios tuvieron asignado un Rodas y Atenas; Roma tenía poder y dinero, y los maestr~s de las mas
puesto en las categorías del espíritu latino: su esfera fue la del otium diversas orientaciones filosóficas comenzaron a llegar atra1dos por una
Y no la de los negotia, o sea que, considerados como necesidad pura buena ganancia. Es de esto modo y no de otro como aparece en Roma
d.el. es?íritu que ~: solaza cultivándose, tuvieron solamente aspecto sub- el epicureísmo, que ganará gloria para la posteridad con el arte poé-
s1d1ario en relac1on con las preocupaciones esenciales de la vida. De tico de Lucrecio; la Academia se hace presente con Carneades; la
aquí que la subordinación de la teoría a la práctica haya constituido estoa, con sus eclécticos representantes Panecio y Posidonio, se aco-
el aspecto más característico del pensamiento romano y haya provocado pla a las exigencias prácticas de la lex. Y así, escuelas que en la
un fl.orecimiento del estoicismo, que propugnaba esa vía. La práctica tierra de ,origen fueron rivales, incluso fieramente opuestas en sus
es, sm embargo, pensamiento; pensamiento que no se desarrolla en principios, comienzan a converger sobre el terreno de los hechos Y
sistema~ pero que se refl~ja en las instituciones y organismos, y el gran en la nueva patria se ve a la estoa reunirse con la escuela peripatética
pensa~1ento romano esta, precisamente, en la práctica, que legó a la y la más reciente Academia. La mezcla fermentada en moldes de pen-
posteridad las ideas del derecho y del cristianismo, valores ambos emi- samiento griegos sólo requería su traducción al latín, y ésta fue tarea
ne~tement,e pragmátic,os. En torno de este núcleo vivo de la práctica, que en sus últimos años asumió con satisfacción y orgullo MARCO TuLIO
la ideolog1a de los filosofos griegos plasmó como algo amorfo e incon- CICERÓN (106-43 a. C.). Con singular modestia reconoce su papel de
sistent~. Cicerón7 se ha dicho con justicia, como pensador es inferior a illustra.re literis latinis con la antigua filosofía iniciada por Sócrates,
la realidad rOql1'ma, y el estoicismo, al que se· atribuye el mérito de y en el illustrare latino no hay nada que vaya más allá de nuestro
haber provisto el espíritu informador del derecho romano, representa traducir. Esta tarea de Cicerón se reveló para la posteridad de gran
en Roma, como en la disolución del pensamiento griego, un elemento valor histórico, porque se convierte en salvadora y depositaria de un
negativo. La introducción de la filosofía griega en Roma apenas expresa rico contenido científico que por largo tiempo únicamente fue accesible
un momento poco relevante de la romanidad, que se refleja como pro- por su intermedio. Con los estoicos, Cicerón antepone la práctica a la
ceso de disolución de la mentalidad helenística. La época de los césa- teoría y platonismo aristotelismo, estoicismo se mezclan y confunden
res: con sus condiciones de vida tan peculiares, apenas ofrece algún en su' ~oncepción d~ la naturaleza. Al hombre lo concibe dividido en
relieve al estoicismo; el resto de las formas del pensamiento filosófico alma y cuerpo, y en el alma distingue una parte irracional, que com-
se diluye sin fisonomía propia y definida, sin ningún carácter de auto- prende las funciones vegetativas y sensitivas, y otra racional, que
nomía Y de espontaneidad, y en lo que respecta a una antropología abarca la actividad intelectual, tanto en sus formas discursivas e intui-
c?ncreta, o s:a qu: de una manera u otra se refiera a lo que hoy con- tivas como en sus determinaciones prácticas.17 Pero mientras el alma
sideramos ps1colog1a, apenas se bosqueja en la repetición de algunas irracional está adherida al cuerpo, con el cual comparte origen y des-
168 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 169
tino, el alma racional se contrapone a ambos, como sustancia diversa, van; a lo que no cae bajo nuestro poder corresponde el mundo externo
que no es terrena sino infusa desde lo alto por don divino.18 Y con comprendido el cuerpo humano, con los llamados ·bienes que le so~
claros argumentos platónicos deduce, de su naturaleza y origen divi- propios: salud, riqueza, etc. Las cosas externas, que no son extrañas,
nos, su inmortalidad. Por último, legitima del mismo modo que en el nos alcanzan por medio de las representaciones y opiniones que susci-
alma existan ideas innatas, con lo cual amalgama el concepto de la tan en nuestro espíritu, y cuya aparición, determinada por leyes obje-
reminiscencia platónica y las nociones comunes de los estoicos. Una tivas, no está en nuestra capacidad evitar. 2 º Por el contrario, lo que
exposición detallada del pensamiento filosófico de Cicerón es inútil podemos hacer es la elección del uso que daremos a nuestras represen-
para nuestro prop'ósito, aunque tenga interés para la historia de la taciones, para lo cual interviene la voluntad, racional y libre, que, dis-
filosofía por sus escritos políticos: no haríamos más que reseñar las poniendo del uso de las opiniones y de los afectos, sustrae al espíritu
principales teorías griegas, que ya expusimos en sus detalles más de cualquier dependencia de las cosas externas y las convierte en
peculim:es. '. extrañas e indiferentes, conforme con su naturaleza. De aquí deriva
El principal representante del estoicismo romano es Lucio .ANNEO el concepto de virtud de Epicteto, que es completamente negativo:
SÉNECA, nacido en Córdoba, España, en el año 3 d. C. y muerto en soportar Y abstenerse son sus únicos preceptos, en una lenta consumi-
el 65. Fue preceptor de Nerón, que, como es sabido, lo condenó a ción del espíritu.
muerte. Séneca es un gran escritor, principalmente por la sorprendente El motivo cínico que se observa en Epicteto está todavía más acen-
modernidad de sus expresiones y de su pensamiento, tanto que a veces tuado en el libro de los pensamientos del emperador MARco AURELIO
parece un contemporáneo. Sus EpistuLae ad Lucilium son de las lec- ANTONINO (121-180 d. C.)' que se centra en el desprecio por el saber y en
turas más hermosas que nos ofrece la prosa latina. Sus temas fueron su inutilidad para la práctica. «Deja de lado los libros - escribe-; no
esencialmente morales, pero de una moralidad que no pretende eri- demores un momento, porque esta dilación no te está permitida.> 21
girse en sistema, sino . que procura escrutar 'los aspectos de la vida Su antropología es expresión del negativismo más absoluto; inspirado
para organizarlos en sistema. Esto hace que su antropología sea des- en el concepto de Panecio, de la subordinación del alma natural e irra-
criptiva, que el hombre aparezca en sus obras «tal cual es» y que la cional al princi/io racional y lógico, Marco Aurelio desprecia lo subor-
función del filósofo sea ponerlo en el camino del «tal cual debe ser». dinado y ·predica tanto el desprecio del cuerpo como del alma. Todo
De aquí que el significado racional de la organización moral del espí- lo que respecta al cuerpo, especialmente la sensación, es agua que
ritu reciba en Séneca mayor acentuación que en los estoicos, cuyo corre; todo lo que respecta al alma, únicamente es sueño y vanidad.
pensamiento es el núcleo del suyo propio. En él es fuerte la influencia ¿Y qué puede dirigirnos? La filosofía, y filosofar significa para Marco
platónica, que se observa en el relieve que da a la lucha contra la Aurelio actuar de modo que el genio que está en nosotros quede libre
irracionalidad que, naturalmente, está en nosotros mismos y abreva de cualquier mancha. Con Marco Aurelio, más todavía que con Epic-
en la vida sensitiva. El dualismo psicológico de Platón se traduce en teto, el estoicismo se acerca al cinismo, sobre todo en la subordinación
Séneca con la acción de circunscribir la esfera de la espiritualidad a la realidad natural, que tiene su razón en la divina providencia que
pura, rechazando todo lo que considera perteneciente al alma, pero rige los aco;ntecimientos y que es magnificada por el emperador filósofo.
que no es verdaderamente el alma, y representa la sujeción sensorial
del hombre. El desprecio platónico por el cuerpo sensible se convierte
con Séneca en libertad.1\
Por último, Epicteto y\ Marco Aurelio son los dos representantes NOTAS
más importantes del escepticismo en Roma. EPICTETO, de origen frigio,
1. Marco Tulio Cicerón, Oraciones, texto latino y traducción al español por
fue esclavo de Epafrodito y liberto de Nerón; vivió en Roma bajo este Rodrigo de Oviedo, Paris, 1854.
emperador y sus sucesores. Parece que murió en la época de Trajano. 2. Dio gene Laerce, Vie, doctrines .. ., Loe. cit., libro III.
Para él, filosofar es aprender lo que se debe desear y lo que se debe ,, · 3. Los textos· de Epicuro que se han conservado fueron :reunidos por Usener,
evitar. De acuerdo con esta finalidad, todas las cosas se dividen en Epicurea, Leipzig, 1897; también es utilísimo el libro de E. Bignone L'Aristotele
perduto e la formazione filosofica di Epicuro, Firenze, 1936.
dos clases: lo que de nosotros depende y lo que no cae bajo nuestro 4. Diogcne Laerce, Vie, doctrines .. ., Loe. cit.
poder, y de aquí deriva su antropología, que es una pragmática de las S. Ibidem.
conductas. A lo que depende de nosotros pertenece la subjetividad, 6. lbíd., y Cicerón, De natura deorum, edic. Dielz, Berlin, 1916-1917.
con las inclinaciones, los deseos y las repugnancias que de ellos deri- 7. Diogene Laerce, Vie, doctrines .. ., Loe. cit.
170 ALBERTO L. MERANI •
8. Lucrecio traducirá este axioma por: cNulla reru e nihilo gigui divinitus
unquam». Lucrece, De la natu.re, Loe. cit.
9. «Epístola a Herodoto», Usener, Epicu.rea, Loe. cit. Lucrecio, en De la M•
tu.raleza, da una extensa demostración epicúrea de la existencia del vacío.
10. Epístola, Loe. cit. La explicación del error está ampliamente tratada por
Lucrecio, a la que consagra el IV.0 libro De la. naturaleza, Loe. cit., y que es la
teoría de los simu.Zacra. · ·
11. .Axnim, Stoicoru.m veteru.m fragmenta collegit. I. Zeno et Zenonis disci-
pu.li, Leipzig, 1905; II. Chrysippi fragmenta Zogica et physica, Leipzig, 1903;
m. Chrysippi fragmenta moralia. Fragmenta su.ecesoru.m Chrysippi, Leipzig, 1903. CAPÍTULO 2
12. Cf. Diogene Laiirce, Vie, doctrines ... , Loe. cit.
13. Cicerón, Acad. pr., en Cíceros Philosophischen Schriften, edic. Hirzel, I. LA FASE GALÉNICA
Leipzig, 1877-1883.
14. Diogene Laerce, Vie, doctrines ... , Loe. cit.
15. Ibídem.
16. Ibídem. l. De Her6filo a Galeno. - D'espués de la muerte de Herófilo y de
17. «De natura deorum», en Cíceros Philosophischen Schriften, Loe. cit. Erasístrato, sus discípulos se desinteresaron de los estudios anatómicos.
18. cTusculanae disputationes», en Cice'J'.OS Philosophischen Schriften, Loe. cit. Los prejuicios populares y religiosos contra la disección cobraron
19. «Epistulae ad Lucilium,,, en Seneca, Opera, Edic. Tubner, 1905.
20. Les Entretiens d'Epictete, trad. Courdaveaux, 1908. auge y los Ptolomeos no protegieron más a los anatomistas, con lo cual
21. Marco Aurelio Antonino, I pensiere, trad. Ornato e Picchioni, Firenze, 1903. la disección fue rápidamente abandonada. Pronto la aparición del empi-
rismo médico iba a legitimar ese abandono; Serapión, fundador de esta
secta, proclama la inutilidad de la disección, porque son inútiles los
conocimientos anatomofisiológicos, inútiles la etiología escondida y el
razonamiento. La medicina únicamente debe consistir en experiencia
y práctica. No obstante, la escuela médica de Alejandría (vid. part. pri-
mera, cap. III) conserva su prestigio y en ella se va a aprender medi-
cina. Y esto será durante varios siglos, tantos que Galeno, cuatrocientos
años despµés · de la muerte de Herófilo, todavía aconsejará trasladarse
allá para estudiar.
En tanto, al otro lado del Mediterráneo, Roma se engrandece y poco
a poco se convierte en centro del mundo. Doscientos años · antes de
nuestra era, ya un médico griego de nombre Archagatos se instala en
Roma. Otros lo siguieron, y cuando Grecia, vencida, se convirtió en la
provincia romana de Acaia, a imitación de los artistas y los filósofos,
los médicos griegos afluyeron a la Urbs. Es así como los más impor-
tantes nombres de la medicina, después de los de Hipócrates, de Heró-
filo y de Erasístrato, se encuentran en Roma: Asclepiades, Themison,
Celso, Soranus, Ateneo, jefe de los pneumáticos, Archigeno, Rufus y
Galeno. Durante este período, que va de Herófilo a Galeno, la anato-
mía y la fisiología del sistema nervioso no realiza progreso notable
alguno. Los anatomistas son raros y en casi cuatro siglos apenas si
podemos citar a Rufus, Marinus, Quintus y Pelops. Rufus nos dejó una
nomenclatura de las diversas partes del cuerpo, según los alejandri-
nos; nos enseña que en su tiempo se disecaban animales que, morfoló-
gicamente, se aproximaban más al hombre. Marinus descubrió los
nervios pala$os. Pelops, que en Esmirna fuera maestro de Galeno,
hacía demostraciones sobre animales y escribió varios libros acerca de
1 MI')
~1 ... ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 173
la disección de los músculos. La anatomía no podía progresar, porque vida y las opiniones; iba a verlos conmigo>.l También frecuentó las
la ley y la costumbre romanas impedían la disección; además, la opi- lecciones de un peripatético y de un epicúreo. Y aunque esto parezca
nióu de los empíricos, muy fuerte en los medios gobernantes, la tenía crónica menor, es útil observar un poco el medio donde vivió Galeno,
por inútil. Comprendemos perfectamente la indignación de Celso con- conocer su cultura· filosófica y su formación médica, para comprender
tra la disección de criminales vivos, que habrían practicado Herófilo la influencia que esos elementos ejercieron sobre las cualidades y de-
y Erasístrato: «Se puede -dice- abrir el abdomen de un hombre vivo, .fectos de la obra de este gran innovador. Nicos creía tanto en los
pero cuando el escalpelo, subiendo hacia el pecho, haya dividido al augurios de los sueños como en la vittud profiláctica de los nombres.
diafragma que separa las partes superiores de las inferiores, ese hom- Así fue como a los dieciséis años, para obedecer a un sueño de su
bre entregará su alma inmediatamente. Es de esta manera como el padre, Claudia comenzó a estudiar medicina; en cuanto al nombre:
médico homicida llega a descubrir las vísceras del pecho y del vientre¡ galenos significa en griego calmo, sereno, y parece haberle sido dado
pero se. le presen~n tal como la muerte_ las ha hecho y no como eran en prevención contra el carácter de su madre. Sin embargo, heredó su
cuando vivientes; de manera que pudo degollar a su semejante con irritabilidad; querellaba como ella y atacó. Con grandísima violencia a
crueldad, pero sin llegar a saber en qué condiciones se encuentran todos los médicos y filósofos vivos o muertos de su tiempo, y de los
nuestros órganos durante la vida.> Pero no comprendemos, a la luz que no compartía las opiniones. Trató de mentiroso a Asclepiades, y de
de la mentalidad de hoy ni de la de su época, sus prejuicios contra la cobarde y mentiroso a .Erasístrato; apostrofa duramente a Aristóte-
disección de cadáveres, que propone suplantar con el examen de heri- les, y siempre adopta la actitud de quien no comprende las limitaciones
das. «El gladiador en la arena -continúa-, el soldado en un combate, históricas del conocimiento ajeno y, menos, la relatividad del propio.
el viajero asaltado por ladrones, ¿no sufren a veces heridas que dejan Por el contrario, rinde culto desmedido a Hipócrates, que considera
ver en el interior tal o cual partes? De manera que el médico prudente ' su maestro y que <<nada escribió de malo ... , interpretemos sus palabras
podrá de esta manera apreciar el asiento, la posición, el ordenamiento, como saliendo de la boca de un dios>. Siempre respetó el significado
la forma y las demás cualidades de los órganos, y teniendo por fina- augural de los sueños, y hacia el fin de su vida se volvió extremada-
lidad la cura y no la muerte. Estas razones llevan incluso a mirar como mente crédulo e incluso supersticioso. En uno de sus libros: Diagnós-
inútil la disección de cadáveres. Por cierto que esta operación no es tico de las enfermedades por medio de· los sueños, distingue tres clases
cruel, pero es vergonzosa, mientras que el tratamiento de las heridas de sueños que relaciona: unos con nuestros pensamientos y ocupacio-
muestra todo lo que puede ser conocido durante la vida.> En realidad,. nes habituales, otros con el estado de nuestro cuerpo -todo lo cual es
los' médicos de esa época solamente se ocupan de la clínica y de la •' · innegable- y los terceros que atr'fbuye a una virtud adivinatoria.
terapéutica, y aunque sus trabajos en este sentido tengan rasgos admi- A los dieciocho años, Galeno perdió a su padre, y dejó Mysia. La
rables, no son de nuestro interés. Al no progresar la anatomía, la fisio- anatomía lo fascinaba y la estudió en Pérgamo, con Satyrus; la volvió
logía tampoco adelanta, y se continúa ubicando la sensibilidad, la inte- a estudiar en Esmirna con Pelops, y en Corinto bajo Numesianus, para
ligencia y el movimiento voluntario tanto en el cerebro ·como en el finalmente seguir en Alejandría los cursos de Heraclianus y de Mec-
corazón. cius. Siempre alternó 'el estudio de la medicina con el de la filosofía
obedeciendo ·al consejo hipocrático de que «el médico filósofo es iguaÍ
2. Vida y obra de Galeno. - CLAUDIO GALENO era un griego del a los dioses». En su libro De que el buen médico debe ser filósofo llega
Asia Menor, que nació . en Pérgamo, Mysia, en el año 128 de la era a escribir: «Para conocer la naturaleza de los cuerpos, las diferencias
cristiana. De su vida conocemos infinidad de detalles, inclusive fami- de las enfermedades, las indicaciones terapéuticas, se debe estar ejer-
liares, y contados por él mismo. cTuve la fortuna -informa- de tener citado en la lógica; para aplicarse a estas investigaciones se debe des-
por padre a un hombre calmo, justo, servicial, y -agrega, con cierto .preciar el dinero y practicar la temperancia. Se deben conocer, en con-
desencanto imprudente- una madre irritable al punto de morder a . secuencia, todas las partes de la filosofía: la lógica, la física y la ética.>
sús sirvientes, que gritaba sin motivos y buscaba continuamente que- Galeno es un gran médico filósofo; escribió innumerables obras de filo-
rella a mi padre, como Xantipa a Sócrates.> Ese padre, Nicos, era sofía pura que desaparecieron, en Roma, en el incendio del templo de
senador del reino y procuró a su hijo una educación esmerada, tanto la Paz, Y fue invención suya la cuarta figura del silogismo. En sus
que a los catorce años, explica Galeno, cseguí a' los filósofos de la ciu~ obras médicas propiamente dichas, los resúmenes filosóficos abundan,
dad, un discípulo del estoico Philipatro, y también un discípulo del pla- para no decir que sobreabundan.
tónico Gaius. De los unos y de los otros, mi padre vigilaba por mí la Cuando Galeno fue a estudiar a Alejandría, el prestigio de su- escuela
174 ALBERTO L. MERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 175

médica se conservaba, pero la disección de cadáveres había sido aban- · anatomía del hombre es absolutamente semejante a la del animal. Des-
donada, falta de protección real, desde hacía cuatrocientos años. Por . cribe el cerebro humano según el modelo del buey; sus nervios y sus
el contrario, con~inuaba la práctica de la disección y vivisección de ani- músculos, según los del mono. Por fieles que sus descripciones resul-
males. Al dejar Egipto, después de cuatro años, retornó a Pérgamo, ten para tal o cual animal, aplicadas al hombre son inexactas; sin
donde los sacerdotes del templo de Esculapio lo nombraron médico de duela, no valen las de Herófilo y de Erasístrato, que habían disecado
los gladiadores. Durante tres años practicó la cirugía con éxito sor- hombres. Su concepción general del sistema nervioso reposa sobre una
prendente; gracias a un tratamiento de su invención contra las heridas · idea .falsa, esto es, sobre una diferencia de consistencia entre las di-
de los nervios, no perdió a ningún herido, mientras que antes morían versas pa.1'tes que constituyen ese sistema: el cerebro y los nervios sen-
todos. En tanto, una sedición estalló en la ciudad, y Galeno, que siem- sitivos son muelles; el cerebelo, la médula y los nervios motores son.
pre temió mucho por su vida, partió de prisa hacia Roma, que comen- duros; en la unión del cerebro y de la médula se encuentran nervios
zaba a atraer a los pensadores y médicos griegos. Tenía treinta y dos que no son blandos ni duros. El cerebro 2 fue creado muelle porque
años. El medio médico en que pasó el resto de su vida fue realmente debía ser el principio de los nervios motores; el cerebelo y la médula
excepcional. La medicina es libre en Roma; está practicada por mé- fueron creados duros porque debían ser el origen de los nervios duros.
dicos a menudo ignorantes y ambiciosos, divididos en sectas rivales: Estas dos especies de nervios tienen puntos de partida y de llegada
los empíricos, los dogmáticos, los metodistas y los pneumáticos. Ga- diferentes: los blandos van a los órganos de los sentidos, los duros a
leno no tarda en pasar al primer plano por sus conocimientos. Sus los músculos. De estos dos estados anatómicos resultan funciones di-
curas se vuelven proverbiales. Un día lanza el desafío que de primera versas: lo que es blando se deja impresionar y siente, lo que es duro
vista puede hacer un diagnóstico, y lo logra. Otra vez, llamado a la tiene fuerza y mueve. Al insertar los nervios sobre partes que tienen,
cabecera de una matrona moribunda, sorprende al marido diciéndole respectivamente, sensaciones. o movimientos, la naturaleza «dio a las
que muere de amor por un titiritero; aceptada la situación, la dama que debían estar dotadas de sensación todos los nervios blandos, y a
sana. Cura semejante había asentado la fama de Erasístrato, que había las que debían gozar de movimientos voluntarios todos los nervios
adivinado el amor de Antioco por Stratonice. Se convierte en médico duros, y a las que debían poseer lo uno y lo otro las dos clases de
personal y amigo del emperador filósofo Marco Aurelio. De este modo nervios>.ª En efecto, hay órganos, como los ojos, los oídos y la lengua,
se lo puede permitir todo: diseca y experimenta en público. Su éxito que poseen las dos clases de nervios, «los blandos se insertan sobre
provoca la envidia de sus colegas, que lo tratan de taumaturgo, de la parte quia es el instrumento propio de la sensación, los duros van a
·charlatán, de incongruente. Galeno._ responde con virulencia, tratán- los músculos; .. Entre los nervios duros salidos del encéfalo, ninguno
dolos a su vez de asnos que rebuznan, de cuervos que graznan, de desciende más abajo de. la cara; todos se distribuyen, ya sea en los
urracas que charlan, de esclavos, de charlatanes e incluso de asesinos. músculos de la cara, como en aquéllos de los órganos de los sentidos.
Sin cesar les reprocha su saber libresco, su suficiencia y su insuficien- Las vísceras deben tener nervios blandos, porque ninguna de ellas está
cia, y les niega el título de médicos. Por lo demás, cultivó todas las dotada de movimientos voluntarios; sólo requieren nervios para la
ramas de las ciencias humanas: supo todo lo que se sabía en su tiempo; sensación. Y por ello fue mejor enviarles nervios blandos>.'
escribió innumerables obras sobre la medicina y sobre la filosofía, sobre Para Galeno, el cerebro, formado por la parte más pura del semen,
las matemáticas, sobre la retórica, sobre la música, sobre el tiró al es el príncipe de las vísceras. Realiza brevemente la descripción de la
arco, etcétera ... configuración externa, se detiene en las circunvoluciones, pero no
distingue la sustancia gris de la sustancia blanca. Destaca que cada
3. La psicofisiología galénica. - Galeno no separa la anatomía de uno de los dos hemisferios cerebrales es más grande que el cerebe-
la fisiología, puesto que no concibe un órgano sin función. Disecó toda lo, y que existe una diferencia de estructura entre cerebro y cerebelo,
su vida, dado que su idea original, revolucionaria, es que .un médico y que éste no está formado por grandes circunvoluciones como aquél.
debe se1' disector, puesto que no puede fiarse de los libros antiguos, cNo es -dice- de grandes circunvoluciones como el encéfalo que el
que están llenos de errores, y sólo debe conceder fe a los propios ojos, parancéfalo está compuesto, sino de cuerpos numerosos, de cuerpos
~sea -dice- por lo que encontramos nosotros mismos o por lo que · muy pequeños, dispuestos de manera diversa que en el encéfalo; es de
encuentra alguno de los que habitualmente trabaja con nosotros:.. Jamás composición más variada que este último.> 11 Presta gran atención al
disecó cuerpos humanos; por el contrario, lo hizo con tóda clase de apéndice vermiforme ( vermis inferior), al que hace desempeñar el pa-
mamíferos, aves, reptiles y peces. Galeno está convencido ·de que la pel de carcelero, y al ventrículo del cerebelo o cuarto ventrículo. Del
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cerebelo hace nacer la protuberancia; el bulbo, cuyo nombre no da, meninges espinales, que csemeján exactamente por el aspecto a las que
y la médula espinal. De este sistema ponto-b~J;>o-medular sal;n todos abrazan circularmente al encéfalo». Describe . la piamadre cerebral
los nervios cerebrales y espinales, con excepc1on de los nervios olfa- como una membrana que abraza al cerebro subyacente, insinuándose
tivos, que se confunden con el cerebro, y los ner~ios 6pticos, ~u~, ?ice, en todas sus· anfractuosidades, y que se extiende con los vasos en la
«no son de hecho nervios». Galeno conoce los tuberculos cuadr1gemmos, cavidad de los ventrículos, donde forma el plexus coroides. cSe pega
a los que hace desempeñar papel análogo al del vermis, }ª glándula -dice- a todas las arterias y venas del encéfalo, para que no se entre-
pineal ( conarium) y la hipófisis, que considera como un organ~ muy crucen y entremezclen.> 7 De la duramadre cerebral señala su unión
importante y para la protección del cual «l.a naturaleza no tomo, sufi- con los huesos del cráneo en algunos puntos solamente, sus prolonga-
cientes preC\auciones». Pero en r;alidad se mt;resa, por los ventr1culos ciones (hoz del cerebro, tienda del cerebelo, etc.), que cree destinadas
cerebrales, pivotes de su anatomia y de su fisiologia cerebrales, reser- a impedir la compresión de los ventrículos ·cerebrales; sus repliegues,
vorios y conductos del pneuma psíquico. en los que encierra canales (nuestros senos), e insiste sobre su doble
Para él, com~. para sus predecesores, los ventrículos anteriores (ven- función: protectora del encéfalo en los trawnas del cráneo y aportadora
trículos laterales de los modernos) comunican directamente con las de sangre venosa.
fosas nasales por los meatos (poros o canales) de la mucosa nasal. Esos Galeno es ante todo fisiólogo. Verdadero fundador de la fisiología
meatos no los pone en duda: «Si se toma -escribe- la mucosa pitui- experimental, se ocupó del estudio del movimiento voluntario y de la
taria de un animal muerto, si se la extiende en todos los sentidos Y se sensibilidad. Con repetidas experiencias demostró que el cerebro es
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la observa a la luz del día, se descubren fácilmente esos me,atos.» el centro de esas dos funciones, y que la médula, que sale· del cerebro
Estos ventrículos anteriores desembocan en una cavidad comun, que como una rama del tronco, recibe todas sus facultades; en cuanto a los
es n~estro ve~trículo medio o tercer ventrículo. Ese ventr,iculo medio nervios, únicamente· son un camino para la transmisión sensitiva y mo-
comunica, además, con la faringe por intermedio de dos canalículos. tora. Todo esto lo demuestra con experiencias que todavía hoy sor-
De la médula espinal, Galeno da una descripción muy sumaria. Y prenden por la habilidad y la técnica experimental desplegadas. En
destaca que se adelgaza en la misma medida que desciende en el raquis, cuanto a la interpretación de esos fenómenos, la realiza por medio de
pero siendo más voluminosa al nivel de algunas vért:bras: sin decir~os la teoría del pneuma. Para él, el alma raz011.ante habita el cerebro,s
al nivel de cuáles, pero sin duda se trata de las dilataciones cervical percibe las sensaciones y ordena los movimientos por intermedio del
y lumbar. Para Galeno, la médula ocupa toda la altura de la columna pneuma psíquico o espíritu animal. Este pneuma o espíritu es un fluido
vertebral, lo que es verdad en los animales, pero no en. el hombre, en sutil, un soplo que, sin confundirse con el aire, viene del aire. Es aspi-
el que aproximadamente ocupa las tres cuartas partes de esa altura. rado por los pulmones con la respiración, de donde pasa al corazón,
La descripción que hace de los nervios es más completa y más exacta gracias a una supuesta comunicación de los bronquiolos con algunos
que las del cerebro y de la médula espinal. Galeno, quien fuera el vasos (nuestras venas pulmonares), que lo llevan al ventrículo izquier-
p~imero en señalar su disposición en pares simétricos, describe siete do, el cual lo elabora y transforma en P.neuma vital o espíritu vital.
pares de nervios craneanos, y, lo que es singular, no considera al olfa- Este pneuma ya no es en realidad el pnewna puro y simple: es una
tivo entre ellos, pues sería parte saliente del cerebro, bajo la forma mezcla de pneuma y de sangre pasada del ventrículo derecho al iz-
de apófisis blanda, delgada y alargada. Esos siete pares c~~prenden, quierdo por los portillos del tabique intraventricular.9 Con cada con-
en realidad todos nuestros nervios craneanos con excepc1on de los tracción, el ventrículo izquierdo, verdadero hogar del pneuma vital,
motores oc~lares externos, de los que no se ocupa ni conoce,, ni de lanza ese pneuma en la aorta y sus ramas, que los distribuyen en todas
los patéticos, considerados como ligamentos que abrazan los t~berculos las partes del cuerpo, donde aporta la energía y la vida. En cuanto
cuadrigéminos para impedir que se separen. Todos esos nervios nacen a la parte de espíritu vital que sube a las carótidas internas y a las
de la base del encéfalo, gracias a la previsión maternal de la naturaleza, arterias vertebrales, es distribuida en todo el encéfalo por intermedio
que así procuró su seguridad. . del plexus reticulado, que comienza a elaborarlo y transformarlo en
Galeno conocía las meninges cerebrales, la duramadre Y la p1a· espíritu animal o pneu.ma psíquico. Si bien «el pneuma psíquico está
madre, y posiblemente ignoraba la existencia de la aracnoide, cuyo des- encerrado en toda la sustancia del encéfalo y no solámente en los
cubrimiento se suele atribuir a Varolio. Sin embargo, cexiste -es- ventrículos», escribe Galeno, es sin embargo el de los ventrículos el
cribe- un espacio entre el encéfalo y la duramadre>, lo que permite que intervendrá en el mecanismo de la sensación y del movimiento
suponer que conocía el espacio subaracnoideo. Conocía muy bien las voluntario. Esos ventrículos son a la vez el laboratorio encargado de

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178 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 179
depurarlo Y su reservorio. De los ventrículos anteriores, el espíritu' 'agregar un tercero: el pneuma. físico, con lo cual quedan establecidas
animal pasa al ventrículo medio, que a su vez lo depura, y de allí al', :.:tres fuerzas, que llama, respectivamente, psíquica, esfigmática y física.
cuarto ventrículo. Para este último pasaje interviene el apéndice vermi- o natural. La fuerza psíquica es la condición de la representación inte-
forme o vermis inferior del cerebelo, ccarcelero del espíritu:>. En ' lectual, de la memoria, del pensamiento; es la que comunica a los
cuanto a los tubérculos cuadrigéminos, ejercerían, parece, sobre el · nervios el poder de sentir, a los órganos motores la facultad de reali-
acueducto de Silvio, una acción análoga a la del vermis. zar movimientos. La fuerza esfigmática es la condición del coraje, de la
Llegado al cuarto ventrículo, el espíritu animal pasa a los nervios, cólera, de la fuerza de carácter, etc.; y por las arterias, de las que
para transmitir las órdenes motoras a los músculos y para recibir las determina la pulsación, la condición del calor propio del organismo.
impresiones sensitivo-sensoriales de los órganos de los sentidos. Y a la La fuerza psíquica es la condición de los deseos sensuales y, por las
pregunta ¿cómo el alma razonante produce movimiento?, Galeno res- venas, de la nutrición y formación de la sangre. De esta triple fuerza
ponde por intermedio del espíritu animal, del que los nervios duros o vital derivan tres grupos de funciones: 1) funciones animales, que se
motores son los conductores. Este espíritu acciona los músculos, que subdividen a su vez en a) fünciones principales (actividades espiritua-
se contraen. Esta explicación comprueba hechos, pero, es justo recono- les) ·y b) funciones auxiliares (actividad de los sentidos y movimientos
cerlo, no deja vislumbrar la esencia del movimiento voluntario. En voluntarios); 11 2) funciones vita.les, que se subdividen en a) funciones
cuanto a ¿cómo siente el alma razoliante?, lo hace siempre a través principales (actividad del corazón) y b) funciones auxiliares (respira-
del espíritu animal, del que los nervios blandos o sensitivo-sensoriales ción y pulso); 3) funciones naturales, que se subdividen en a) fun-
son los conductores. Y aquí es necesario considerar cada caso en par- ciones principales (nutrición y crecimiento del individuo) y b) funcio-
ticular porque hay diferencias. «Todos los órganos de los sentidos nes de la especie (funciones de la generación). La admisión de estas
-escribe Galeno- reciben ·del encéfalo el principio de la sensación. tres fuerzas o principios no presenta en Galeno carácter psicofisioló-
Pero entre ellos hay un~ diferencia específica, debida a la naturaleza gico, sino aspecto eminentemente clínico, de modo que no nos deten-
de sus nervios y a las facultades sensitivas. En efecto, entre estas facul- : dremos en mayores detalles salvo para destacar que lo aleja de un
tades, una juzga de los colores, otra de los sonidos otra de los olo- principio neurológico fundamental en nuestros días, y que el mismo
res, etc.» 1o De lo cual se sigue que los sentidos es~ cespecializados», Galeno habría entrevisto muchísimo antes que Gall, quien lo asentara
Y se extiende en. largas explicaciones para demostrarlo, dedicando sobre a fines del siglo xvm: de las localizaciones cerebrales. Pero no olvi-
todo extensas páginas a la función de los nervios ópticos, para termi- demos que Galeno fue clínico antes que anatomista y fisiólogo, y es a
nar expresando sobre la visión consideraciones muy curiosas. El hecho la clínica, en última instancia, a la que subordina sus ideas. En P.fecto,
de que los nervios sensitivos sean «especializados» significa que están localiza el movimiento voluntario y la sensación en los ventrículos
llenos de pneumas diferentes y específicos: el nervio óptico, de pneuma cerebrales; afirma que la pérdida del movimiento y de la sensación
luminoso; el auditivo, de pneuma sonoro; el olfativo, o más bien los revela una lesión de esos ventrículos, y lo demuestra tanto lesionán-
ventrículos anteriores del cerebro, para Galeno órganos de la olfacción, dolos directamente como comprimiendo esas cavidades. Sin duda, estas
de pneuma odorífico; los nervios linguales, de pneuma gustativo; los localizaciones no valen nada fisiológicamente, pero es el principio lo
nervios cutáneos, de pneuma terroso. En los ojos, el pneuma luminoso que interesa. Sin embargo, nunca pensó en localizar el pensamiento
entra en contacto con los rayos luminosos; en los oídos, el pneuma so- en las circunvoluciones cerebrales, a las que niega el papel que les
noro, con las ondas sonoras. Lo mismo ocurre, mutatis muta.ndis en concediera Erasístrato. «Cuando -escribe- Erasístrato pretende que
los otros órganos .de los sentidos. Estas especies de contactos lumin~sos, el encéfalo es más complejo en el hombre que en los otros animales,
auditivos, olfativos, gustativos o táctiles son transmitidos al ce,rebro por porque éstos no poseen una inteligencia similar a la del hombre, no
el nervio de cada sentido, y el cerebro entonces percibe, o sea ve, me parece que razone con certeza, puesto que incluso los asnos tienen
oye, etc. Por último, ¿cómo ocurre que el alma razonante piensa? Para un cerebro muy complicado, mientras que su carácter imbécil exigi-
Galeno, que adopta la doctrina de los viejos pensadores naturalistas ría un encéfalo de hecho simple y siil variedad. Es mejor creer que la
griegos (vid. part. pr., cap I), sólo los sentidos dan conocimientos ver• inteligencia resulta del buen temperamento del cuerpo encargado de
daderos y desempeñan un papel exclusivo en la adquisición de las pensar, sea cual fuere ese cuerpo, y no de la variedad de su composi-
ideas. Pensar es sentir, repite Galeno siguiendo a Demócrito y, en ción. Me parece, en efecto, que es menos a la abundancia que a la
cierta manera, a Aristóteles. cualidad del pneuma psíquico que se debe relacionar la perfección del
A los dos pneumas, vital y psíquico, Galeno terminó finalmente por pensamiento. Pero ahora, si no se pone freno a este discurso, se aplica
180 ALBERTO L. MEBANI HISTOIUA ClÚTICA DE LA PSICOLOGÍA 181
a sujetos más altos de los que se propone, y se dejará arrastrar a di- que nadie pudo hacen, afirma- por qué desvaría en los delirios y
gresiones. Sin embargo, cuidarse absolutamente de hablar de la sus- alucinaciones. Para Galeno, la explicación es, por el contrario, muy
tancia del alma, cuando se explica la estructura del cuerpo que la simple: esa alma es una cualidad, una manera de ser, la forma, el tem-
encierra, es algo imposible; pero si esto es imposible, es posible alejarse peramento del cerebro. Los idealistas, platónicqs o aristotélicos, le
rápidamente de un tema sobre el que no se debe insistir.> 12 En reali- objetaban: si el alma razonante únicamente es el temperamento del
dad, Galeno localiza el alma razonante en el pneuma de los ventrículos, cerebro, no es libre, y resulta buena o mala en virtud de causas extra-
especialniente del cuarto. cPara mí -afirma-, parece natural, razo- ñas que no dependen de ella; y, por consiguiente, las recompensas son
nando según los hechos evidentes que resaltan de la disección, que el inmerecidas, las penas odiosas o injustas. Galeno responde: «La liber-
alma residirá en el cuerpo del cerebro, por el cual se produce el ra- tad del agente no es necesaria para la justificación de las penas, incluso
zonamiento y se conserva el recuerdo de las imágenes sensibles. El pri- de la pena de muerte; la muerte de los malvados, fuera de ser ejem-
mer órgano del alma para todas las funciones sensitivas y voluntarias plo, afianza nuestra seguridad.> 16 Sobre los. puntos de vista de la psi-
es el pneuma de los ventrículos del cerebro y sobre todo del ventrículo quiatría y de la psicología, daba razón a la sociología, y el debate
posterior, que recibe al pneuma psíquico, elaborado por los ventrícu- todavía está abierto en nuestros días.
los anteriores.> 1 8 Localiza sin precisar mucho, pero, como acotamos
antes, lo que interesa desde el punto de vista hisiórico es el principio.
Las funciones motrices, sensitivas e intelectuales las localiza en las
partes anterior, media y posterior del cerebro, o, mejor dicho, en las ca-
vidades correspondientes.
Por último, y como consecuencia de su teoría del pneuma y de las JI. IRRUPCI,óN DEL PENSAMIENTO HEBRAICO
localizaciones, concluye que el alma razonante es el temperamento del
cerebro, como el alma valerosa es el del corazón, y el alma concupis- l. Valor positivo de la latinidad. - El pensamiento griego no estaba
cente, el del hígado. Galeno también llega a establecer los fundamentos unido con una idea universal que pudiera consolidarlo. Las conquistas
de la psicoterapia, aspecto de la clínica que no es indiferente a los neu- mismas de Alejandro no dejaron de ser una expansión de la «polis:. y
rólogos y, sobre todo, a la psicología aplicada de hoy en día. En su de su ideología; expansión grandiosa, sin duda, pero expansión al fin
TTatado de las pa.siooes del alma y sus errores,14 admite dos clases de que no fusionaba creando si no adaptaba a nuevos medios lo ya creado.
pasiones: las que considera propias de los hombres sanos y las propias La vida griega se había modelado sobre la «polis», y muere con ella;
de los enfermos. De las primeras no se ocupa, pues las deja al arbitrio de en política, como en todos los aspectos de su mentalidad, los griegos,
los moralistas; las segundas las reclama con insistencia como campo después de haber creado una civilización riquísima y original, no su-
de la medicina. Para curar a esos apasionados, Galeno acude a la ra- pieron preparar el pasaje a nuevas fqrmas de vida y del pensamiento,
zón. Les conseja alcanzar la serenidad; les impone una especie de y quedaron amarrados por sus esquemas clásicos. Pocos años separan
tutor, pedagogo o censor al mismo tiempo, que deberán obedecer sin las conquistas de Alejandro de la ocupación de Grecia por los romanos,
discusión, porque, aunque reconociendo que el consejo es mejor, y bajo el dominio de Roma, en la medida que el conquistador adopta
resulta sin embargo insuficiente en la mayoría de los casos. En otro el pensamiento heleno, lo transforma. En verdad, los romanos no cam-
de sus libros, Que las costumbres del alma son la consecuencia del biaron la esencia del pensamiento griego: en filosofía y en ciencias
temperamento del cuerpo,15 encara el tratamiento del alma por el fueron mediocres y dependientes, y la gran cultura que florece en el
cuerpo. Hipócrates había realizado un admirable estudio de la acción de Imperio es fundamentalmente obra del helenismo, que al afianzarse en
los climas sobre el alma; Galeno lo retoma y completa. A la acción diversos lugares .al amparo de las legiones, se abre a la novedad y se
de las aguas, de los aires y de los lugares, agrega la de la edad, del mezcla como exigía el dominador. De aquí que la expansión romana
sexo, del régimen, etc., y crea un verdadero sistema, asentado sobre el haya sido más duradera que la griega, porque la sostiene la idea de la
principio de que el alma está modificada por todo lo que modifica , universalidad: el derecho, la lex, es una forma universal para un con-
el temperamento del cuerpo. Y en retomando su idea de que el alma ·~; tenido universal, fuerza activa del espíritu de Roma, qué vive de ese
razonante es el temperamento del cerebro, declara. que ésta, como las ': modo en todas las par.tes donde actúan sus leyes. Esta universalidad
otras dos -la valerosa y la concupiscente- no es incorpórea, como , j' de la forma faltó a la cultura helena (vid. prim. part., cap. I, 1), que
afirmaba Platón, porque para explicarlo habría que explicar ~do :;: vivía centrada en el particularismo y que todo lo creado lo creó a
,.
182 ALBERTO L. MERÁNI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 183

imagen Y semejanza del mismo. La obra política de Grecia la coloni- 2. Filón de Alejandría., o el retorno a los mitos. - Filón nace miem-
"
zac1on, ' se adap-
no es otra cosa que el desarrollo del helenismo, aunque bro de la colonia judía de Alejandría, en el 30 ó 40 a. C. La fecha de
tara a circunstancias nuevas, en la medida con que la mentalidad de su muerte es dudosa, pero se sabe que en su sesentena estuvo en
la «polis» concibe las cosas. La expansión rom~a, por el contrario es Roma, en el año 40 d. C., como embajador de su ciudad, parte ya del
al mismo tiempo una apertura mental: Roma lo asimila todo; R~ma Imperio romano, ante el emperador Calígula. La obra entera de Filón
lo recibe, acepta y recrea todo con su mentalidad, siempre que caiga está centrada en la tarea de lograr una síntesis de la mentalidad griega
dentro de los cuadros de la lex, que ocupa el puesto de la ousúi griega, y la oriental. Consciente del significado del helenismo, que conoce muy
Y de este modo, como el derecho romano posee carácter universal, bien, como producto de la razón, y convencido del valor divino y su-
nada le es extraño. La latinidad, que había surgido como acción, supo perior de la tradición judaica, que es revelación directa de Dios y debe
entre las supersticiones del propio pueblo, las de los conquistados ; ser, por lo mismo, antepuesta a cualquier sabiduría, Filón concluye
las más abstrusas sutilezas del filosofar helenístico y del conocimiento que ésta únicamente puede servir como comentario de la primera
teológico oriental, encontrar la medietas necesaria para una acción y que la griega es la sabiduría más adaptada para el caso. Se trata,
amplia,· que podía encontrar prosélitos tanto en la plebe como en los naturalmente, de un momento histórico excepcional; el pensamiento
pensadores. El helenismo, por el contrario, producto de la erudición griego, como agotado de especular sobre sí mismo, se revelaba inca-
embebido de misticismo, no conoce ni practica las astucias de la razó~ paz de afrontar las contingencias de la dominación y, mucho menos,
práctica, y pone en primer plano un pensamiento abstracto, pleno de de insertarse como algo vital dentro del pragmatismo universalista de
simbolismo, que inevitablemente debía sucumbir en un conflicto de Roma; a su vez, el pueblo hebreo precisaba afirmarse dentro de la
fuerza como el que existía entonces. sociedad romana y, sin encontrar en la tradición latina de qué afe-
Y entre las influencias que sufre el helenismo del mundo oriental rrarse, se preocupa por ubicarse dentro de la sociedad helenizante,
la más característica e importante para el desarrollo histórico poste~ que Roma tolera y al mismo tiempo admira. Demostrar que la tradi-
rior concierne al contacto con el pueblo judío y su cultura, contacto ción judaica es superior a la griega, aunque sus teorías deban mucho
que, habiendo empezado en el siglo u a. C., será en un principio de a los sistemas filosóficos de los helenos, será tarea que Filón emprende
oposición y de negación mutuas, para finalmente llegar al connubio con singular perspicacia y como forma superior de lograr la aquies-
por la acción catalizadora de Roma, que, conquistadora y dominadora cencia y benevolencia del dominador. Su pensamiento asienta: en el
de ambos pueblos, les aplica el principio de fusión que reclama su uni- último tema de la trascendencia griega: únicamente Dios es sabio, y el
versalidad y cuya fecundidad habrá de revelarse posteriormente con conocimiento humano es impotente para alcanzarlo, y la sobreinteligi-
el cristianismo, sincretismo heleno-judaico con formas romanas. En. bilidad del divino es llevada más allá de la Idea suprema de la dia-
esta lucha primero, aceptación mutua y fusión después, el aspecto más léctica platónica; en efecto, para Platón, si bien la Idea es apenas
característico está dado por la peculiaridad mental de la nación he- visible para el pensamiento humano (vid. prim. part., cap. III, I), se
braica, que, consciente de los valores de su tradición y orgullosa. de presenta todavía rica en determinaciones conceptuales, puesto que
considerarse la elegida de Dios, difícilmente podía adaptarse al influjo se identifica con el Bien Supremo. El Dios de Filón, por el contrario,
de una cultura cuya superioridad negaba. Y en todos los aspectos de está privado de cualquier cualidad (apoios) y de Él sólo se puede decir
la síntesis que se opera bajo las apremiantes exigencias de la pax que es y no lo que es.
romana se observa que, en aceptando los principios helenísticos, está Esta premisa es fundamental en la filosofía de Filón, todavía más
presente la constante tendencia de subordinar el elemento griego, su- importante que en el platonismo, porque está unida con el problema
perior, al elemento judaico, inferior. Esto se puede observar con toda de la creación del mundo y, sobre todo, de la mediación necesaria para
claridad en la traducción griega de la Biblia, llamada de los Setenta,17 llenar el abismo entre la perfecta trascendencia divina y la imperfec-
donde la apropiación de los motivos pasivos del helenismo se entrecruza ción de las cosas creadas, entre las que está el hombre. Según Filón,
con la aspiración nacionalista de los traductores, deseosos de «ilustrar» el pasaje de Dios al mundo está mediado por el logos: forma inteligi-
a los pensadores del área helenística-romana con la revelación de los ble del real, a cuya imagen e imitación surge el mundo sensible. Esta
tesoros de la tradición judaica. Esta f¿rma de conservación del pen- idea del logos no es hebraica, y Filón la piensa sobre las huellas del
samiento hebraico alcanza sus mejores frutos en la obra de Filón, que demiurgo platónico (logos theíos) y de la razón seminal (logos sper-
es importantísima tanto para la formación de la filosofía cristiana como matikós) de los estoicos, que sincretiza. Este concepto, que luego estará
de la neoplatónica. en la base de la especulación cristiana, presenta profundas implica-
184 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 185
cienes antropológicas: por ser una esencia mediadora, el logos com- nada tiene que ver con la historia de la psicología, con su obra se
parte lo divino y lo humano, o sea que es el Adam celestial, cuya esen- «inicia el reino de la escolástica:.,20 y de siglos de lucha para devol-
cia es idéntica al alma humana. De aquí que por su doble función, de ver a la naturaleza humana su carácter de physis, que fuera el pri-
pensamiento en sí, en el que están preconstituidas las razones ideales mero en quitarle abruptamente.
de las cosas, y de pensamiento expresado, que se traduce en acto en
la creación, reciba dos denominaciones: "Logos endiáthetos y logos pTo-
phorikós. Estos· conceptos en Filón todavía son nebulosos; el logos de
su doctrina ecléctica es Dios y al mismo tiempo hombre, pero no el
Dios que se hace hombre, como acaecerá en el cristianismo. Y las dis-
tintas transformaciones del logos, que dan origen a la cosmogonía de III. LA CULMINACIÓN DEL NEOPLATONISMO
Filón, siguen el orden expuesto en la narración bíblica, a la que con-
cede valor esotérico. El complejo de las obras más importantes de ·. l. La Escuela de ·AlejandTfa. - En el siglo m de la era cristiana
Filón,1s es un comentario metafísico de la Biblia, un injerto de Platón · la tradición judaico-helenística de Filón gozaba todavía de grandísim~
en las Sagradas· Escrituras. Como destaca De Ruggiero, «donde la Bi- prestigio. Alejandría, que bajo el dominio romano se había convertido
blia habla con imágenes sensibles, él [Filón] está llevado a ver un en el Panteón de la sabiduría universal, no solamente mantenía el rei-
significado escondido completamente ideab.19 Está de más decir que nado de la filosofía ecléctica, sino que en ella florecían los estudios lite-
este sincretismo greco-judaico lleva a Filón a concebir al ser humano . rarios y filológicos, y se preparaba de alguna manera la descomposición
como compuesto por dos elementos heterogéneos, como son hetero- ideológica y social del Imperio. En efecto, mientras el Imperio romano
géneos sus fuentes heurísticas: uno corpóreo y terrestre, inseparable encerraba en la enorme extensión de sus fronteras un muy grande
de la sangre, que revela su carácter de physis con el sentido de los número de naciones ansiosas de romanizarse por completo, y presen-
naturalistas griegos; el otro, soplo divino, sede de la voluntad y de la taba la fachada de un conjunto tan poderoso y tan majestuoso que se
inteligencia, de la libertad, proveniente del Lagos endiáthetos, o, dicho lo podía identificar, por decirlo de alguna manera, con el universo el
de otra manera, derivación directa de Dios. · movimiento · de descomposición había comenzado en sus capas ~ás
Es imposible obtener de los escritos de Filón una perspectiva clara .. profundas, y fuera de las razones políticas, militares y socioeconómicas
y distinta del problema de la sensibilidad y del conocimiento; sus ca- ·por todos conocidas y que hicieron estallar las estructuras políticas,
racteres expresan fuertemente el misticismo oriental, en virtud de lo ·estaba presente el trabajo profundo, lento pero perseverante, de ideo-
cual el hombre no extrae nada de su: fondo, sino que en él habita el logías religiosas orientales que penetraban hasta la misma UTbs y de
espíritu divino, que vibra sin que lo quiera, como la cuerda de un ins- : las cuales Alejandría representó uno de los principales focos d~ con-
trumento musical. Su hombre es transhumano y se resuelve en el infi- .vergencia. Mientras que los partos disputaban a las legiones de Roma
nito del cual se origina. Con el éxtasis, la negación de lo finito, de la 1 fa posesión material del Asia Anterior, se introducían en el Imperio
materia, del mal, que realiza Filón, el hombre como naturaleza creada ·dogmas sutiles que alcanzaban a los mismos patricios de Roma, que,
se esfuma. Sin duda, y desde un punto de vista aparentemente co- . seducidos por todas las novedades extrañas y pasados los tiempos de
rrecto porque es pragmático, la filosofía judaico-helenística de Filón. .Catón el Censor, si bien no . las aceptaban con convencimiento y fe,
nada aporta a una antropología concreta y, por consiguiente, poco o las consentían con displicencia o las discutían con bonhomía. No obs-
nada significa para la historia de la psicología. Sin embargo, este plan- ... tante, esas novedades extrañas tenían otras resonancias en las capas
teamiento es simplista desde el punto de vista epistemológico; la tra- •· jas de la población, hablaban a los corazones de los esclavos y de la
dición de Filón se continuó en Alejandría, y en ella abrevaron Clemente lebe, ávidos de cualquier doctrina que proclamase la justicia y la re-
y Orígenes cuando iniciaron, filosóficamente conscientes de sus fuentes,· aración. De este modo, la misma conquista romana había roto los
la patrística cristiana; y es a partir de Filón que Plotino inicia el neo- .·. cuadros de sus propias tradiciones y abría las puertas del pensamiento
platonismo. Filón significa un retorno a los mitos sobre el hombre que , a las creencias monoteístas en la <;:ivilización mediterránea, de manera
los naturalistas griegos destruyeran y un enaltecimiento de la tradi- que un nuevo concepto del hombre se iba forjando desde abajo. Sin
ción religiosa; además, proclama con toda claridad la doble naturaleza duda y por mucho tiempo se ha querido ver en este fenómeno la única
humana que bajo la forma de dualismo psicofisiológico se mantendrá · uerza disgregadora de la sociedad romana;· que en gran parte fue así
hasta casi nuestros días en la psicología. Si Filón, de manera directa, o cabe duda, pero, bien vistas las cosas, más que de pasiones religio-

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186 ALBERTO L. MERANI IDSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 187

sas se trataba de aspiraciones nunca expresadas y siempre latentes del Su biógrafo, Porfirio,23 nos cuenta que, apenas lo oyó, comprendiendo
pueblo por el bienestar. 2 1 Por su parte, también desde lo alto se pre- todo su valor, exclamó: «jÉste es mi hombre!:P, y frecuentó su escuela
paraba la irrupción de nuevas ideologías que, unitariamente, están . durante once años, hasta la muerte del maestro. A la edad de 40 años
representadas por lo que es costumbre denominar Escuela de Alejan- encontramos a Plotino en Roma, donde funda una escuela cuyo re-
dría. Filón inicia la tarea pretendiendo poner la mentalidad griega al · nombre llega a ser tal que incluso atrae a un emperador, Galiano. La
servicio del judaísmo. Sigue la reacción del neoplatonismo, que pre- , amistad que le brinda el augusto discípulo hace concebir al apasionado
tende salvar la filosofía griega de esa y cualquier otra absorción, y que, platónico que era Plotino la idea de fundar en la Campania una ciudad:
surgido en Alejandría, tendrá por sede los principales centros intelec- Platonópolis, según el modelo de la República, iniciativa que no llegó
tuales del Impei'io: Éfeso, Pérgamo, Atenas y la propia Roma incluida. ni siquiera a cuajar en proyectos, porque el emperador, realista al fin,
Las fases principales del desarrollo del neoplatonismo se compendian desoyó al filósofo. Las enseñanzas de Plotino, como recuerda Porfirio
en tres momentos: la escuela de Alejandría con Plotino; la escuela · en la vida del maestro, trataban en gran parte sobre las doctrinas de
siríaca con Jámblico; la escuela de Atenas con Proclos. Pero sobre Platón y de Aristóteles, pero sobre todo de su maestro dilecto, Ammo-
todos se impone el pensamiento de Plotino, del cual nos ocuparemos nio, fue de donde sacó la inspiración de la gran síntesis histórica de
no solamente por su preeminencia filosófica, sino también por su las doctrinas del pasado y que constituye el aspecto enteramente nuevo
importancia para una nueva concepción del hombre, que será, final- de su filosofía. Después de haber enseñado durante veinticuatro años,
mente, aquella de la escolástica, puesto que toda la enseñanza de este se retiró a Campania, donde murió un año después, en el 289 d. C. Sus
filósofo tiende a sustraer al hombre de la realidad concreta, abriéndole escritos, de publicación póstuma, fueron reunidos por Porfirio, quien
un camino exclusivamente contemplativo y místico, que no se preocupa los recogió en seis grupos de nueve cada uno, y les dio, por lo mismo,
por la acción. No cabe duda de que la síntesis plotiniana está dentro del el nombre de Enneadas.2 4 El orden del agrupamiento es bastante sis-
contexto de efervescencia irracional y mágica que, como vimos, inun- temático: la primera Enneada trata del hombre; la segunda, de la fí-
daba al Imperio y que respondía a una necesidad generalizada de eva- sica; la tercera, del cosmos; la cuarta, del alma; la quinta, del pen-
sión y de contubernio con los mitos orientales, aunque en el fondo samiento, y la sexta, del uno. De todas, las más importantes son las
aspirara al. renacimiento de la filosofía griega. dos últimas y en cuya profundidad se revela el genio del autor.
El fundador del neoplatonismo alejandrino es, en realidad, AMMONIO El neoplatonismo de Plotino es un platonismo superior; su síntesis,
SACCAS, que vivió entre el 175 y el 242 d. C. Hijo de padres cristianos, que no conoce ·intereses nacionalistas o teológicos extraños, como en
se consagró a la enseñanza oral, sin haber dejado nada escrito. Porfirio, Filón, incluye y absorbe las exigencias más vitales del pensamiento
en su Vida de Plotino, 22 nos presenta a Ammonio como inspirado por aristotélico. En partiendo, metodológicamente hablando, de la crítica
un eclecticismo iluminado que procuraba salvar lo más vital que ofre- de Aristóteles a la dia:éctica de Platón, en la que condensa la exigen-
cieran las filosofías anteriores. Su eclecticismo tiene por fuentes prin- cia de un saber activo, en el cual lo que se conoce es lo que es cono-
cipales las doctrinas de Platón y de Aristóteles, en especial del primero, cido, o sea que la inteligencia y la cosa, la verdad y el hecho, resultan
cuya psicología adopta y defiende de las críticas del estagirita. En su uno. Para llegar a esto, o sea a lo que considera como exigencia insos-
escuela hubo notables disputas, y una que diera lugar a una seria di- layable que expresa el valor eterno del principio socrático, el signifi-
vergencia especulativa concierne a un problema que hoy considera- cado pleno del «Conócete a ti mismo», Plotino hace una rápida reseña
ríamos de psicología: si los inteligibles están en la mente o fuera de de las diversas facultades que la psicología le ofrece, para ver cuál
la mente. Unos, atrincherados en el platonismo, separan la idea de la de ellas satisface su finalidad. Encuentra que la sensación tiene su
inteligencia; otros, con Plotino a la cabeza, dan un gran salto e intuyen objeto fuera de sí misma; lo que brinda es simplemente una imagen,
la realidad plena del pensamiento. una apariencia, que puede originar una «Opinión» pero no una verda-
dera «Ciencia». La imaginación, por su parte, sólo es un medio entre el
2. Plotino o .la insuficiencia del acto mental. -PLOTINO nac10 en sentido y el intelecto, que lleva la impresión sensible bajo la forma
Licópoli, Egipto, al principio del siglo m. De su juventud sabemos muy del recuerdo. Por consiguiente, para Plotino, hay una dualidad sen-
poco, fuera de que a partir de los 18 años se entregó por entero al estu- sible, aunque atenuada, que corta la posibilidad de una verdadera
dio de la filosofía. Había escuchado a los maestros más renombrados compenetración de pensamiento y sensibilidad. En el razonamiento, el
de entonces que enseñaban en Alejandría, sin que pudiera encontrar alma alcanza a .los objetos pero se pierde, pues en tal caso discurre en
ninguno a la altura de sus exigencias hasta que tropezó con Ammonio. el exterior y en la pluralidad y no cumple la función de conocerse a
188 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 189
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sí misma, pues se conoce conociendo el conjunto de las cosas, única- .i'':, futuro, ni cambió en el pasado, o sea que no transcurre en las vicisi-
mente en el peru:amiento. Pero aquí todavía Plotino establece otra dis- :i tudes del tiempo. Por ello es «vida autónoma, total y plena>.ªº El
tinción entre razón y pensamiento o inteligencia (nou.s). Entiende que ;;(: carácter inmediato de esta posesión sugiere que para Plotino la verda-
la razón es un atributo esencialmente humano; expresión adecuada ~)i _dera naturaleza de la mente no es de ser discursiva, sino intuitiva,
del alma humana. Por el contrario, la inteligencia es una actividad de ' siendo por lo mismo la sede permanente de la verdad y de las cosas.
conjunto que es y no es nuestra; es nuestra en la medida que partici- ,;{ Entender es un todo con el vivir,31 y la verdad no se adecúa al otro,
pamos de la misma, no es nuestra porque únicamente participamos, ~!' sino a sí misma, de manera que su decir no diverge del ser, porque lo
con lo cual reconocemos su valor extraordinario con respecto a noso- '~ que existe es lo que también dice. ·
tros.% La razón humana piensa y en ella está la verdad porque se "i Por poco que se profundice en el análisis plotiniano del cono-
comunica con la ley divina del pensamiento; sin embargo, no alcanza .:! cimiento y de los modos del conocer, se descubre que la mente no está
directamente al objeto, sino sólo por la mediación de un principio que ·1;: tratada como facultad, como potencia que progresa de la amencia a la
1• - •

la trasciende. La razón no llega a conocerse -como razón: solamente el ·· inteligencia, de la ignorancia al conocimiento, sino que la considera
pensamiento alcanza autonomía plena y suficiente. Pero todavía el alma _;: . en acto perpetuo e inteligente.32 Posee el valor de actividad, de vida,
está demasiado unida a la pluralidad sensible y a la subjetividad empí- ' L y no es concebible una actividad que no actúe y una vida que no viva.
rica, para que pueda considerar al pensamiento como exclusivamente ,~, Connatural de la mente .es, pues, el actuar, o sea el saber: no fue pri-
propio. El alma no posee la necesidad que pertenece al pensamiento, ·'.! mero la mente y después el saber, sino que cel saber es compañero de
sino la fuerza meramente subjetiva que le había reconocido Gorgias: ::)"la mente porque manan juntoS>.aa De aquí que el pensamiento siempre
la persuasión.26 De este modo, hay una hipóstasis del alma y pensa- ' .; conozca y jamás olvide. El intelecto no está separado del inteligible,
miento en dos principios distintos, el primero de los cuales está con- 1
f puesto que el intelecto, al pensar, se entiende a sí mismo sin requerir
tenido en el otro, pero que no lo contiene a su vez, por lo que no ,: de un inteligible fuera de la inteligencia, porque el inteligible es la
recibe la luz intelectual. ;~: inteligencia misma. Sin duda, la teoría del pensamiento de Plotino se
De este examen de las facultades, Plotino concluye que únicamente :: nos presenta como un reposo supremo; como en Aristóteles, .es una
el pensamiento satisface la exigencia socrática del «conócete a ti mis- :;; tranquila y reposada contemplación. Pero a pesar de este quietismo,
mo>, porque en él quien conoce y lo conocido, la verdad y el hecho, ,e;. del pensamiento que no ve por medio· de otro, sino por sí, sin salir
son una y misma cosa, y no con el simple significado estático de que ¡:i;.Juera de sí mismo, se destaca la autonomía del pensamiento. Ningún
1
ambos términos se adaptan como una parte a otra, sino con el sentido f] pensador de la antigüedad tuvo como Plotino una concepción tan viva
de que la síntesis mental es, al mismo tiempo, síntesis en el pensamiento .:\ de la autonomía del pensamiento: reposa sobre sí mismo, no se le
y en el ser. El universo es, así, todo pensamiento y- ente, dualidad que ¡: puede ubicar en ningÚn lugar, y por esto, por no tener lugar donde
1
es unidad: «el pensamiento en cuanto entiende, el ser en cuanto es ;!;.estar presente, cestá en todo y en todos>.34 El pensamiento sólo vive
entendido:..27 Pero al mismo tiempo representa una unidad que es 1:l. su verdadera y plena vida extrañándose del mundo, en una esfera
alteridad; si se le quita esta última, el pensamiento desaparece: queda f supramundana, pero el mundo que le está subyacente tiene urgencias
clavado, fijo e inmutable en un solo punto y se agota y desvanece en . ,f·_ que embisten al supramundo .del pensamiento y que escapan a la efica-
la nada. Por ello, al pensamiento le es necesario ser mucho para poder ;· cia del acto mental, que es perfección ascética. De aquí que Plotino
ser uno; la inteligencia sólo se alcanza a sí misma en la alteridad de ~'deba llegar a la desconcertante solución, dentro de su sistema, de que el
este ritmo del más y del uno, sin el cual no sería más que una especie ';,: pensamiento resulta insuficiente y deba acudir a la inteligencia, que
de tacto (epaphe).28 La simplicidad de la naturaleza de la inteligencia ' es posterior a la cosa entendida: la inteligencia de la justicia, por
y la autonomía de su ser no están sacudidos por esa escisión interna; ·. ejemplo, a la misma justicia. Y bien, este sorprendente paso atrás, este
muy por el contrario, es a través de la misma que la mente se posee, ':,reconocimiento de la insuficiencia del acto mental, ¿cómo se concilia
poseyendo en sí a todo el real. Y en este momento, cuando posee a todo ;:i:·con el principio de que el conocer es idéntico con el conocido? La solu-
el ser, el pensamiento ya no necesita cambiarse y peregrinar en ··,.ci6n es grave para Plotino, porque representa una verdadera caída del
de la realidad, sino que la tiene en sí mismo, cen la eternidad de ,\)'principio que con tanto esfuerzo levantara y .cuyo valor fesulta limi-
presente inmutable que excluye a cualquier pasado y a cualquier fu- :; tado en el sentido de que la ciencia no es propiamente idéntica con la
1
turo:..29 Y ésta es la verdad eterna, que no era y no será, sino que :, cosa, ni la razón comtemplante con las cosas contempladas, sino que

simple y absolutamente es, siendo estable porque no cambia en el ''-las cosas, en el mundo inteligible, sólo son intelecto y ciencia, o sea
190 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 191
que las cosas mismas (inteligibles) hacen de modo que la ciencia no
les sea diversa. La inteligencia del movimiento no crea al movimiento,
sino que, por el contrario, el movimiento hace la inteligencia, por lo NOTAS
cual el acto mismo se concibe como movimiento e inteligencia. De este
modo, y en última instancia, es el objeto sensible el que crea la inte- l. Galenus, Opera Omnia, edic. Kiihn, Lipsia, 1821-1833. De las ediciones
ligencia, y su inteligibilidad existe de por sí, en virtud de la definición modernas de las obras de Galeno es la mejor; trae página por página y frente
. a frente el texto griego y el latino. La edición publicada por Daremberg, Pa-
misma que hace un inteligible segregrándolo de la materia.s5 rís, 1854-1856, contiene una excelente traducción francesa de los escritos ana-
Estas divergencias y oscilaciones del pensamiento de Plotino nos re- : tómicos y fisiológicos. En español, aunque incompleta y ;poco fiel, Obras, edic. Uni-
cuerdan, en cierta manera, las divergencias y oscilaciones de la psico- versidad Nacional de La Plata, La Plata, 1947. Citamos por la edición Kühn.
logía de nuestros días acerca del carácter innato o adquirido, en el 2. En la ,terminología de Galeno, encéfalo significa cerebro, y parencéfalo
cerebelo. Hab1a propuesto, para designar al cerebro, la palabra scindapsus que
niño, de las categorías esenciales del conocimiento. En leyendo a Piaget, no tuvo éxito. '
por ejemplo, hay momentos en que reencontramos la incertidumbre 3. Opera Omnia, Loe. cit.
plotiniana frente al idealismo y al realismo biológicos,36 al idealismo 4. Ibídem.
platónico y al realismo aristotélico en el caso del filósofo alejandrino. 5. Ibídem.
6. Ibídem.
El esfuerzo de Plotino para no caer 'en un puro platonismo en lo re- 7. Ibídem.
ferente a la eficiencia del acto mental, lo arrastra a la destrucción de 8. Galeno adopta la teoría de Platón sobre la existencia de tres almas se-
sus premisas de la inteligibilidad de la inteligencia, y lo lleva a apelar , paradas, que habitan en tres órganos diferentes. (Vid. Part. pr., cap. III, 3.)
al alma como último de los principios inteligibles y forma mediadora 9. Para Galeno, el corazón consta sólo de dos cavidades: el ventrículo iz-
quierdo y el derecho, separados por un tabique.
eterna entre el mundo superior y la realidad sensible. Y 'por este 10. Opera Omnia, Loe. cit.
camino, aunque diverso al de Filón tanto por las características como 11. Galeno rechazaba la teoría del sensorium commune, y solamente admitía
por la intención, Plotinio recae en los mitos antiguos, aceptando la sensoriums propios. A las funciones sensitivas corresponden las facultades de los
concepción órfica del alma como esenc;ia precipitada de los reinos de cinco sentidos; a las funciones motrices, la motilidad solamente; a las funciones
intelectuales, la imaginación, la memoría y la razón.
la felicidad a la tierra. Y como esa alma conserva el recuerdo y una 12. Opera omnia, Loe. cit.
vaga nostalgia de sus orígenes, se encuentra en el cuerpo como en 13. Ibídem.
una tumba. La biografía que Porfirio consagrara a su maestro comienza 14. Ibídem.
así: «Plotino, el filósofo que vivió hasta nuestros días, parecía tener 15. Ibídem.
16. Ibídem.
vergüenza de estar en un cuerpo.:. 37 Emile Bréhier, uno de nuestros
17. Se trata de la traducción griega que para el Pentateuco hicieron los Se-
contemporáneos que con mayor agudeza estudiara el neoplatonismo, tenta Intérpretes, y para los restantes libros del Antiguo Testamento autores
resume así los caracteres esenciales del «animismo:. plotiniano: cEsta desconocidos. · , '
física espiritualista está en la oposición más radical que se pueda con- ~8_. «De opificio mendi», «Legum allegoriarum», «Quod Deus sit immutabilis».
cebir en relación con cualquier física inspirada en el mecanicismo. No etcétera, ed. Cohen-Wendland, Berlin, 1896. En francés: AUégories des Saintes
Lois, edic. Bréhier, París, 1908.
considerar jamás las partes como los verdaderos elementos del todo, 19•• Guido De Ruggiero, «La filosofia greca», en Storia della filosofia, vol. ll,
sino como productos del todo; considerar, por consiguiente, la idea o Loe. c1t.
la producción del todo como más real que las partes mismas: he aquí 20. Cf. Edouard Herriot, Philon le Juif, essai sur l'école ;uive de Ale.randrie
París, 1898. '
cuáles son sus principios. Y éstos terminan por establecer entre las
21. Cf. Elíseo Reclus, Et hombre v la Tierra, tomo III, Barcelona, 1907.
partes del universo relaciones de naturaleza puramente espiritual¡ de 22. Porfirio, Vita Plotini, Edic. Plotiniana, París, 1855.
donde el mundo sensible se vuelve transparente para el espíritu, y las 23. Vita Plotini, Loe. cit.
fuerzas que lo animan pueden entrar en la gran corriente de la vida 24. Enneadas, texto griego y latino, edic. Creuzer y Moser, París, 1855.
espiritual.:. 88 Ennéades, trad. Bréhier, Col. Budé, Paris, 1924-1931.
25. Enneadas, Loe. cit.
26. Ibídem.
27. Ibídem.
28. Ibídem.
29. Ibídem.
30. Ibídem.
31. Ibídem.
192 ALBERTO L. MERANI

32. Ibídem.
33. Ibídem.
34. Ibídem.
35. Ibídem.
36. Cf. Jean Piaget, Bio!ogie et Connaissance, Paris, 1967.
37. Porfirio, Vita P!otini, Loe. cit.
38. Jf:mile Bréhier, «La philosophie de Plotin>, en Revue des cours et con-
férmces, Paris, 1922.

PARTE TERCERA
LA RUINA DEL MUNDO ANTIGUO Y EL DOMINIO
DEL PENSAMIENTO TEOLóGICO

r3
CAPÍTULO 1

LA BúSQUEDA DE UNA CIENCIA SUPERIOR

l. El fin del Imperio romano y el concepto cristiano de hombre. -


Ernest Renan afirmó que cvale más el soldado que el sacerdote, porque
el soldado no tiene ninguna pretensión metafísica>,1 y el contexto de
esta frase nos explica que la opresión ejercida en nombre de un prin-
cipio espiritual es la más dura, puesto que el tirano laico se contenta
con el homenaje del cuerpo, en tanto que la comunidad con fuerza
para imponer sus ideas es el peor de los flagelos. Sin duda, en la histo-
ria las formas son muy poca cosa y es el contenido lo que interesa
anaUzar, y por ello en el mundo romano, aparentemente sólido pero
continuamente sacudido por el impacto de nuevas conquistas y guerras,
con fronteras siempre en estado de alerta, con un ejército que cuanto
mayor era el peligro más aumentaba sus filas con la incorporación de
«bárbaros»,, sorprende tanto la perdurabilidad de las formas, el largo
tiempo que esas legiones de extranjeros permanecieron fieles al ideal
de Roma, como la lenta transformación de los espíritus por obra de
la disolución intelectual que se cumple por vía del idealismo que exal-
tan e imponen las escuelas filosóficas nacidas, sobre tOdo, del eclecti-
cismo alejandrino. La crevolución» idealista en Roma se traducirá por
la destrucción de las enormes .fuerzas del Imperio, por su desmem-
bramiento, porque los manipuladores de quintaesencias intelectúales se
revelarán tan incapaces de dirigir la marcha de los acontecimientos
como los invasores bárbaros de utilizar la civilización greco-romana.
En efecto, el pensamiento griego había reducido el hombre a un
hecho de naturaleza; la destrucción de los antiguos mitos, que culmi-
nara con la negación de los dioses por Epicuro, 2 afirmaba el pesimismo
natural fervorosamente entregado a la vida que animara la parte, tal
vez más sólida, del pensamiento helénico. El hombre es naturaleza al
mismo título que la tierra y sus criaturas, y si la «tierra entera -dice
Epicuro-- vive en fatigas y para la fatiga es su mayor capacidad>,
¿qué otro camino cabe a los humanos que miden la distancia entre
el término de su aspiración y lo que de hecho obtienen? Si fuese lícito
expresar con una frase la actitud del griego frente a la vida, diríamos
196 ALBERTO L. MERAN! msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 197
que la contempla exento de ilusión. Roma comparte este naturalismo diable, Y es indiferente a cualquier forma política porque dependen de
y su pesimismo intrínseco, y tampoco se preocupa tanto por la creación ~ ciudad o de la ley. Del estado no se preocup~ y lucha sólo por la
como por la creatura y sus limitaciones. Con visión pragmática ve lo libertad de cumplir su misión sobrenatural.
humano tal cual se presenta y, sin pretender hurgar entre las bamba- A~í, ~entras que la i?eología griega asentaba sobre el concepto
linas de la creación, sin conceder trascendencia a los dioses y a sus de ~1enc1a, que se traducia en el mund? de la inteligencia por una
creaciones, elabora con el derecho su teoría del hombre. Sin grandes , teor1a del c9nocimiento, en tanto que la ·'ideología romana se afirmaba . ..r"
complicaciones metafísicas, sin un contexto teológico firme y cuida- en. la praxis del derecho, que es práctica regularizada de la existencia
dosamente entretejido, el derecho romano determina al hombre según humana, la ideología cristiana aparece en medio de la ruina del mundo
la lex. Lo humano se mide por lo extrínseco y se determina por las antiguo como búsqueda de un saber personal superior a la ciencia
formas, y su universalidad está dada por la· universalidad de la ley. superior a la ley, y que es la comunicación individual con principio~
Pero la ley no .da directamente el bienestar. El bienestar, el placer, que son inaccesibles a los razonamientos materialistas; La profunda
las emociones dulces de la célite> romana de la decadencia se procura disolución del pensamiento antiguo proviene, innegablemente, del afir-
a cualquier precio, cosas que el patricio apartado ya de las tradiciones marse de ese individualismo de origen oriental y de realización cris-
considera como finalidad inmediata del esfuerzo, se logran sobre la ti.ana. Después de la ruina del mundo antiguo, sin la presión de la
seguridad y el bienestar de la colectividad. El bienestar de las tenden• ciudad y de la ley, nada queda en el fondo de la ideología pagana que
cias aristocráticas, en tanto que fenómeno social, actúa de manera ince- pueda subsistir y se trata entonces de reconstruir. Ésta es la tarea asu-
sante como disgregador de la colectividad; y no es ese bienestar el mida por el movimiento cristiano: el santo de la nueva religión reem-
que busca el pueblo, bienestar que el derecho no asegura ni las cir- plazará al ciudadano de la «polis», sustituirá al legislador de la cUrbs>.
cunstancias le permiten, sino que aspira a un. bienestar que le perte- Los antiguos habían descubierto que los actos humanos, fuera del
nezca en propiedad y que le sea entregado no como gracia persona~ agente que los provoca, y considerados racionalmente, son todos com-
como privilegio al que puede aspirar, sino como realidad concreta de parables desde el punto de vista de la naturaleza, porque cada uno de
una vida individual mejor. Y esto significó, en el mundo antiguo, el ellos depende de fenómenos naturales que están más allá del propósito
nacimiento· de un nuevo fenómeno: el individualismo. Grecia y Roma o esfuerzo personal. De esta manera, la naturaleza humana se identi-
habían conocido, respectivamente,. el personalismo de la cpolis> y el fica con la naturaleza de las cosas, y el hombre, incluso su espíritu,
'l!Uliversalismo de la dex>, pero en sus estructuras sociales, culturales, era naturaleza. El dualismo de alma y cuerpo es un desconocido para
en sus ideologías, para decirlo con una expresión moderna, no tenía la filosofía antigua; será con Plotino, sobre la huella de la reafir-
cabida el individualismo, que será elemento nuevo, introducido por el mación de los mitos judaicos con Filón (vid. part. seg., caps. I, IV y V),
cristianismo. San Agustín, como obispo de Hipona, podrá escribir en que se instaurará. Y en Filón y en Plotino están los principios que
La ciudad de Dios: c¡Qué importa bajo cuál amo vive el hombre que despi.:és, los doctori;s cristianos, que no pueden colocarse en el punto
debe morir, con tal que ese amo no lo obligue a nada que sea contra- de vista de los filosofos greco-romanos, desarrollarán ·dejando com-
rio a la piedad y a la justicia! a Y esta conclusión, como apunta con pletamente. de lado el problema social de la cuestión. Las teorías sobre
sagacidad George Sorel,4 ¿no es inevitablemente la que debía abrir el la gracia, sob~e la salvación por las obras, sobre la penitencia, llevarán
camino del escepticismo en un Imperio agitado por facciones? Con esta de manera directa y sin escap~toria a la consideración de cada indi-
fórmula, que San Agustín concreta en palabras pero que ya estaba en viduo como unidad aislada, únicamente responsable frente a un juez
el espíritu de los orígenes del cristianismo, la nueva religion que se divino e inapelable. El concepto de naturaleza humana del mundo anti-
extiende rápidamente por el Imperio romano presenta al mundo la guo se afirmaba en la idea de una definición racional del hombre· la
clara conciencia de ·la situación creada por su propia evolución: no irrupción del cristianismo reemplaza lo natural por el espíritu y excl~ye
existe más la ciudad, no existe más la ley, una nueva época puede la racionalidad en la consideración de lo humano, porque sin mucho
comenzar. Y esa nueva época es la Edad Media, en la que bajo el esfuerzo consigue compenetrarse del amor de Dios, y sentirse respon-
dominio ideológico de la teología cristiana y del brazo armado de los " ; sable, sobre la tierra, de un mundo que gradualmente se vuelve una
bárbaros, el alma y las aspiraciones de los. hombres deben estar ende.;. · ~ sociedad de rufianes, de prostitutas y de pederastas.5 ,
rezadas hacia la patria celestial, única patria verdadera, que desdeña ..ne todos modos, el trabajo de selección de la nueva élite» religiosa
tanto la ciudad como la ley terrestres. El pensador cristiano de los dmgente, el trabajo de disolución y de resolución de las antiguas no-
primeros tiempos abandona el mundo a su miseria esencial, irreme- ciones sociales, no terminó en la anarquía pura. Se puede decir, por
HISTORIA CRÍTICA Dll LA PSICOLOGÍA 199
198 ALBERTO L. MERA.NI

el contrario, que la humanidad está en camino de reconstruir su ·· lazos con lo divino trascienden cualquier posibilidad de la materia. De
cuerpo y que se apresta a entrar en un largo terreno individualista . ~l este modo comie.aza para la humanidad el gran drama que· encarnó
regido por la ley divina, interregno que va desde la disolución del f . el cristianismo y que, iniciándose con los tiempos apostólicos, se sigue
mundo antiguo' hasta nuestros días: el individualismo cristiano pri- t con el catolicismo griego, el romano, para desemboc.ar finalmente en el
mero, el individualismo burgués después, y en los cuales, poco 0 mu- ·':
11

'
protestantismo alemán, y siempre detrás . de un sentido inédito de la
cho, las ideologías de la Iglesia y del Estado asentarán sus principios. vida moral, la certidumbre de un renaciniiento espiritual que desprende
La nueva ¡mtoridad social estará, pues, constituida por el agrupami~to del yugo de las pasiones carnales y terrenas. No se trata, por supuesto,
de fieles, agrupaµliento que en sus orígenes constituirá una especie de de que exageremos la importancia de las ideas de este tipo, porque es
comuna obrera, de la cual, posteriormente, saldrán los monasterios y : ,:· evidente que en tomo de ellas se estructura la nueva concepción del
las guildas medievales. Evidentemente, esas comunas apenas son un,/~.. hombre. En efecto, y como señalara George Sorel,6 cla idea de la
bosquejo, una anticipación, pero de ellas derivarán, de una manera o ::j;· muerte de una clase se traduce en cada uno de sus miembros por el
de otra, primero los municipios, después los estados modernos. Es di- ;! terror de la muerte personal>. La aristocracia romana del siglo rv úni-
fícil ver en esto un puro movimiento de disolución social, a menos de camente piensa en santificarse; paganos y cristianos compiten en actos
considerar las formas grecorromanas como el ne varietur de la civi- de expiación y de purificación, y cada uno según sus cultos se prepara
lización occidental. Las nociones antiguas están atacadas pero con un ardiente y desesperadamente para una desaparición que confunde la
'
espll'itu completamente nuevo; no se propone una crítica ' destructiva, destrucción de las formas sociales con la muerte personal. En ese mo-
que puede solamente llevar a la anarquía, como en el comienzo: ahora mento, el cristiano gana como nunca prosélitos en la aristocracia que ve
se combate edificando, construyendo la Ciudad de Dios en la tierra, hundirse su mundo, y la causa de esa catequización no se la puede
con las estructuras del Imperio, hasta llegar a edificar la Chidad del achacar a oportunismo, sino al hecho de que el cristianismo se mostraba
Cielo, calcando las jerarquías mundanas. Así nace la Iglesia que no superior en la <¡preparación para una buena muerte», por su mayor
quiere caer bajo un yugo cualquiera, que desprecia las teorfas de la número de recursos de piedad, que la magia romana, burda y de visible
lógica naturalista, que construye su propio cuerpo y se levanta, de este charlatanismo. Y esto lo ilustra muy bien el análisis de la conversión
modo, contra la. antigua organización o, mejor dicho, contra lo que de de Constantino hecho que Gaston Boissier destacara con toda claridad:
ella sobrevive. Y esto porque ha creado, de hecho, dos fuerzas que le cLa dureza con' que trató al aruspicianismo y la magia prueba que sentía'

so~ propias: la pietas como clemencia que es amor en Dios, que per- gran miedp ... Constantino después de su conversión no retornó al pa-
mite cualquier sujeción terrena si no traba la salvación, y augura la ganismo; pero, convertido o no, fue siempre supersticioso», porque el
rebeli~n del espíritu sin ensayar disolver las fuerzas del estado; y la emperador creía haber descubierto, por su experiencia personal, una
condición humana asentada. sobre el espíritu y con desprecio absoluto magia superior a la de los paganos.
del cuerpo. Plotino, que sentía al propio cuerpo como cárcel del alma Esta interpretación mágica de los ritos y sacramentos, ese ritua-
(vid. part. seg., caps. I, V, 1), está así presente en cada individuo del lismo csupersticioso> contra el que luchara toda su vida San Juan Cri-
mundo cristiano. El escepticismo de los antiguos es la· idea más furio- sóstomo,1 quien, sin embargo, llega hasta admitir que los adivinos
samente combatida, porque el nuevo orden comprende que cualquier pueden decir la verdad, explica por qué en la conciencia de la gente
período escéptico prepara su propia ruina al exaltar los goces. La auste- la idea del chombre celestiah encontraba amplia acogida; por ello
ridad de la carl~e representa el triunfo del espíritu, del alma que clama el pagano Zózimo no se equivocaba cuando atribuía la conversión
por Dios, y esta icko!ogb, que la Edad Media representará de todas de Constantino al deseo de purificarse que lo ahogaba después de la
las maneras posibles y defenderá con degüellos, es la imagen de un muerte de su mujer y de su hijo. Es seguro que el emperador era
nuevo hombre y el núcleo de una nueva antropología. cristiano antes de esa fecha, pero el celo por su nueva religión se
El racionalisrr.o antiguo, profundamente combatido por la especu- acentuó en grado extremo después que cometió esos crímenes. Y fue
lación alejandrina, deja el puesto a un espiritualismo exaltado; la exi- sin duda de ese modo que comenzó a surgir uno de los elementos que
gencia científica de la racionalidad cede frente a la fe liberada en alas plasmará la figura del nuevo hombre: la pérdida de la respetabilidad.
de una imaginación sin freno. De w1 solo golpe se pasa del óbjetivismo Entre los antiguos, la respetabilidad había desempeñado gran papel,
al subjetivismo, pero no al subjetivismo idealista de un Platón, al ra- sobre todo en Roma. Las farsas de los césares escandalizaban a los
cionalista de un Anaxágoras, sino al subjetivismo de un individuo que filósofos y divertían al pueblo, pero para todos, la falta de respetabi-
se siente de alguna manera encamación de Dios sobre la tierra y cuyos lidad era un delito. Tanto es así que los príncipes orientales tributa-
200 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 201

rios carecían de respetabilidad a los ojos de los :romanos, que, por pretenden extenderlo hasta el vnI de la era vulgar. El princ1p10 su-
ejemplo, bien se lo hicieron sentir a Berenice.s La respetabilidad, que premo de la patrística será el predominio de la fe, que se origina en la
también desempeñó gran papel en Grecia, afirmaba la condición hu- revelación divina, sobre la razón. Los pensadores de este período son
mana en su carácter de naturaleza. Por ello, el cristianismo comenzará, llamados cPadres de la Iglesia» por ser considerados los padres espi-
sobre todo con los nústicos, por despreciar el Tespeto human.o y dar al rituales de los cristianos, dado que fijaron y divulgaron los principios
drama en que actúa el penitente el aspecto de protesta contra la tra- de la nueva religión, ya enunciados por los apóstoles y, especialmente,
dición de la respetabilidad que naturaliza al hombre, y así se han por los cuatro evangelistas. Uno de los temas esenciales del cristianismo
desarrollado cultos tan singulares como el de San Labro, que incluso es la inmortalidad del alma, que de concepto dudoso en loi¡ orígenes
llegó a renacer a principios de nuestro siglo en Francia; en efecto, la de la doctrina aparece· afirmado explícitamente y por primera vez por
n~gación de la respetabilidad es la única explicación para que gente San Pablo Apóstol (?-67). Otro punto esencial es la naturaleza única
educada y de mundo se entusiasmasen hasta el delirio con un peregrino y tTinitaria de Dios; este concepto) con la. expresión trinidad, es en
verminoso y gustaran hacerlo representar con piojos sobre el cuerpo. cierta forma tardío, ·puesto que se encuentra por primera vez en los
No debemos olvidar al respecto que los primeros cristianos descubrie- escritos de -Teófilo, Patriarca de Antioquía, quien vivió en el siglo n,
ron que no había diferencia sustancial entre el curso de los senti- y representa, con la precisión de la tercera persona en la Trinidad,
mientos que corresponden al amor divino y al anior humano, lo cual al Espíritu Santo, la instauración definitiva del concepto tradicional
inevitablemente desembocó por dos caminos: uno en la negación de la después para la filosofía cristiana de la superioridad del intelecto sobre
sensibilidad, lo cual implica la negación del conocimiento empírico; las otras funciones psíquicas. Obsesionados por el concepto del alma,
otro por la introducción en la práctica nústica de todas las aberracio- muchos Padres de la Iglesia se ocuparon especialmente del mismo y
nes eróticas. Y ambas corrientes confluyen en un solo fin: la acentuación desarrollaron, incluso, puntos de vista biológicos y hasta médicos bajo
de los rasgos divinos en la naturaleza humana y la negación de su la forma de especulaCión doctrinaria o de propaganda higiénica. De
validez corpórea y carnal. Estas dos corrientes, una intelectual, la otra todos estos hombres, que actuaron dentro del cuadro y contexto histó-
práctica, están en la base de un sentimiento que, desarrollándose e ·•· ·rico que acabamos de trazar, recordaremos los que más interesan a la
intelectualizándose, se convertirá en el cdeseo del sacrificio>, y resal- {:,historia de la psicología.
tará una corrección capital que Israel aportó al cuadro de la civiliza- }:
ción greco-romana: la preocupación por el débil, el reclamo obstinado l'. 2. Comienzo y desenvolvimiento de la patTística. - Jesús no fue el
por la justicia individual. : fundador de una religión. Si profundizamos el estudio de los orígenes
Por supuesto, el pensamiento cristiano no anuló de golpe al pagano. !( del cristianismo, descubrimos que no se inicia con la enseñanza y la
Si bien es verdad que algunos de los primitivos cristianos procuraron .i personalidad histórica de Jesús, sino con la transfiguración de esa ense-
desmentir por principio todo lo creado por el mundo griego y romano r. ñanza y de esa personalidad por medio de su muerte, que es hecho
en el campo del saber, es sin embatgo cierto que la mayoría de los decisivo para ·la formación de una conciencia cristiana. En efecto, en
nuevos creyentes provistos de cultura se entregaron a la tarea de la enseñanza directa de Jesús, en el espíritu que la anima, todo es
brindar nuevas interpretaciones, nuevas adaptaciones y nuevos per- extraño y contrario a la idea de una reordenación de la sociedad por
feccionamientos de los motivos culturales del mundo antiguo Y sin medio de una Iglesia, órgano permanente que prolongue sobre la tierra
repudiarlos de plano. Mientras comenzaba la ruina del mundo antiguo el ministerio divino. Los preceptos de Jesús, por más que se los inter-
y surgían con el neoplatonismo las últimas corrientes de la filosofía prete o reinterprete, niegan siempre fundamento a la vida eclesiástica
griega, se consolidaban a la vez los principios· fundamentales de la fe y sus condiciones expresas son de destrucción y no de reconstrucción
cristiana; fueron tiempos de confusión y de lucha entre los mismos de la sociedad. Su profundo desprecio por las cosas terrenas y mate-
discípulos de Cristo: pulularon las herejías, y se desarrolló con fuerza riales, su indiferencia frente a los esfuerzos para procurarse hoy la
la corriente filosófico-religiosa del gnosticismo, que deseaba reducir la seguridad del mañana, la desvalorización de la familia natural, el pre-
fe a conocimiento racional. Pero los tiempos ya no permitían ese re- -cepto de ofrecer la mejilla izquierda a quien nos golpea la derecha,
torno aunque atenuado a las concepciones naturalistas, y gradualmente ·;~y todas las demás enseñanzas similares, se oponen directamente a cual-
adquirió consistencia la poderosa corriente llamada patrística. Para la Lquier exigencia de relaciones humanas permanentes, sin las cuales
historia de la filosofía, el tiempo de la patrística o filosofía de los Pa- ¡ ninguna sociedad puede existir y, mucho menos, una organización
dres de la Iglesia corresponde a todo el siglo v, aunque haya quienes · sólida como la Iglesia. Esta tarea: edificar la Iglesia y crear el cristia-
202 ALBERTO L. MERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 203

nismo, correspondió a PABLO, judío nacido en Tarso, Cilicia, y que taban para el gnosticismo rasguños dados desde afuera, sin que sus
de perseguidor de la nueva fe en su juventud se transforma, después de conclusiones, la validez intrínseca de las mismas, resultaran impug-
una milagrosa conversión en el camino de Damasco, en su más fer- nadas. Se requería, sin duda, combatirlas en el terreno mismo de la
voroso adherent~. Su apostolado no se origina en una relación humana · especulación pura con una gnosis cristiana capaz de responder con
con Jesús, al que no conoció como hombre, sino en una conquista per- fundamentos racionales a los problemas planteados por la gnv<;;is heré-
sonal, en su actividad de misionero y de político audaz que tras largas tica. El iniciador de esta gnosis, el mdividuo capaz de mantent'!rla den-
luchas consigue imponerse a los Apóstoles, que habían conocido direc- tro de los dogmas de la revelación y de la regula fidei, fue IRENEO, que
tamente a Jesús, creándose un título propio y especial que los lleva a naciera en Esmirna entre los años 135 y 140, que en su juventud fuera
reconocer: la investidura recibida directamente de Dios y el derecho auditor de San Policarpo, obispo de Esmirna, y que concluyera sus
de evangelizar a los gentiles. De esta manera, Pablo se cónvierte en días como obispo de Lyon. En su obra Adversus hae-reses libri,11 la
jefe de la nueva Iglesia, y, dejando a los Apóstoles su campo palestino única que conservamos de su producción, pues de las demás sólo co-
de evangelización de los judíos, pasa directamente a la conquista del nocemos los títulos, condensó la exposición y refutación de treinta doc-
mundo helenizado y superior, esto es, del mundo romano que domi- trinas heréticas, entre las cuales las principales son las de los gnósti-
naba. Gracias a esta división, a la renuncia de actuar donde había ·cos. Ireneo fue un ingenio minucioso, pedante y sutil, curiosissimus
actuado Jesús, lugar que se reservan los Apóstoles, Pablo logra que e~lorator, como lo llama Tertuliano, y su sistema de refutaciones se
éstos acepten los cambios que imprime a las enseñanzas del crucifi- convirtió en modelo para los heresiólogos posteriores.
cado y calma los resquemores provenientes de un recuerdo directo Tomada en sus líneas generales, la filosofía gnóstica busca en el
del Maestro y que suscitan algunas diferencias capitales entre su doc- origen del hombre el dualismo del cuerpo y espíritu que en él encuen-
trina y la de Jesús.· De esta actividad proselitista de Pablo en el tra, dualismo que corresponde a la diferencia entre el demiurgo, el
mundo occidental surge la helenización primero, la romanización des- creador de este mundo, escoltado por sus ángeles, y el Dios supremo,
pués, de las doctrinas de Jesús, que se· originan con el movimiento filo- el Dios bueno. Según su interpretación del Génesis, que sigue en parte
sófico conocido como Patrística, y del cual son figuras relevantes Ire- a la de Filón de Alejandría (vid. part. seg., caps. I, IV, 2), el hombre
neo, que compuso en griego sus obras y helenizó, y Tertuliano, primer fue creado por esos seres malos que son el demiurgo y sus ángeles,
pensador cristiano que adopta la forma mentis latina y abre el camino quienes les transmitieron las pasiones, prueba de la imperfectibilidad
de la romanización de la Iglesia y sus doctrinas. de los ere.adores y de la criatura. A esta pobre criatura, el Dios su-
Simultáneamente con la obra de los apologistas, esto es, de los pri- premo, el Dios bueno, le insufló una partícula de su reino superior, el
meros pensadores cristianos que concretaron las ideas de su religión en espíritu. En consecuencia, según los gnósticos, todo el mundo psíquico
dogmas, se desarrollaron en los medios de la cristiandad oriental y.occi- y material cae fuera del pleroma, término con el que designan al todo
dental los sistemas filosóficos llamados gnósticos y que conocemos, lleno y creado por el Dios supremo, y al que se opone el kenoma, o sea
principalmente, por las refutaciones que de ellos hicieron los Padres el vacío. De este modo se plantea una antítesis entre Dios y el mundo,
de la Iglesia. La gran lucha de la ortodoxia cristiana contra la herejía y que sería ele carácter ontológico, o sea correspondiente al ser de las
gnóstica tiene su documento especulativo más notable en la obra de cosas. Ahora bien, refutará Ireneo, si el mundo estuviese fuera del
Ireneo: Contra los he-rejes. Los sistemas gnósticos significaban un gran pleroma, .necesariamente circunscribiría y circundaría lo que está aden-
·peligro para el .naciente pensamiento cristiano por el solo y simple tro, y como tal sería superior al contenido que circunscribe y circunda.
hecho de que representaban una especie de invasión de la filosofía Y a su vez sería necesario un tercer principio que contuviera los dos
griega en el pensamiento de la Iglesia, puesto que la fuerza de la primeros, recíprocamente limitados, y de este modo hasta el infinito.
especulación helenística que explicaban era excesivamente más sólida De aquí resulta, en consecuencia, una · alternativa insuperable: o se
y profunda que la capaz de oponer la mentalidad cristiana, todavía admite un solo Dios, que contiene a todas las cosas, o una pluralidad
mal apoyada en las posiciones que acababa de conquistar. La primera indefinida de dioses, ninguno de los cuales puede ser un verdadero
respuesta fue de tendencias antifilosóficas contra los arbitrios de la Dios. 10
sabiduría humana, y el encauzamiento del pensamiento dentl'o de los En lo que a nuestro tema interesa, la consecuencia directa es lo
límites estrictos de la revelación y de la regula fidei, o sea contra la relativo a la naturaleza humana. ¿Qué importa la encarnación divina
libertad de la inspiración individual. Estas armas de combate intelec- a los gnósticos, si para ellos la materia no .es susceptible de salvación
tual eran, no obstante, muy primitivas y sus zarpazos apenas represen- por ser creatura imperfecta del demiurgo, y solamente alcanza al espí-
ALBERTO .L. MERAN!
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 205
ritu, creatura perfecta del Dios supremo? Entonces, si Jesús era puro la división del Imperio, episodio que lleva a término una esc1s1on
espíritu, ¿qué necesidad tuvo de descender a la carne? En efecto, la política que desde mucho tiempo germinaba en los espíritus y que
carne necesita del espíritu porque ·en él encuentra un principio de sal- sobre el plano religioso dará lugar a la bifurcación de la Iglesia .en
vación, para santificarse, para clarificarse con él, para poder pasar de dos formas mentales. Es a partir de ese momento cuando diversos
la mortalidad a la inmortalidad. Pero lo que es espiritual no tiene factores político-sociales se erigirán en barrera para los intercambios
necesidad de semejante cosa. Por consiguiente, concluye Ireneo,11 la intelectuales entre Roma y Bizancio, y las dos entidades cristianas re-
rigidez de las categorías ideales del gnosticismo impide al hombre sultantes: la romana y la griega, se desarrollarán de manera casi inde-
cualquier pasaje de la carne al espíritu, y viceversa, y lo confina en pendiente; tras las huellas de los apóstoles la segunda, tras los pasos de
un estado natural al que un arbitrio ciego lo destinó desde el principio Pablo de Tarso la primera. De la Iglesia occidental propiamente dicha el
al fin. Esto vale para toda la psicología gnóstica, que separa y petrifica primer gran pensador fue Tertuliano, y su pensamiento, ya lo dij~os,
las facultades h~anas tras las huellas de los pensadores griegos, po- adopta por completo la forma mentis 1.atina e inicia la tradición filo-
niendo tres humanidades en el hombre: cuerpo, alma, espíritu, con sófica de la Iglesia romana. TERTULIANO nació en el año 160 en Cartago
tres destinos finales. Ireneo reacciona contra esta Tripartición y unifica .Y en el seno de una familia pag~na; se convirtió al cristianismo en
lo que sus adversarios dividen: el pensamiento está en estrecha co- el 193. Su celo de neófito fue tan grande que lo llevó a un rigorismo
nexión con el alma, y ésta con el cuerpo, y la sólida unidad que así extremo Y lo precipitó, finalmente y en el año 202, en las filas. de la
constituyen los tres elementos fundamentales le resulta garantía de la secta montanista, herejía de rigoristas extremados. Al período ecle-
eficacia redentora de la encarnación de Jesús y de los sacramentos si~ico de su vida pertenecen sus escritos de apologética,1a y en los
que de ella derivan. De este modo, el Logos no creó al hombre desde mismos el pensamiento de la Iglesia adopta formas estrictamente ro-·
el comienzo. como un dios, sino primero como un hombre, para elevarlo manas Y muy propias de la filosofía del derecho. Los fieles deben reco-
luego a la divinidad. Naturalmente, el hombre de Ireneo no es per- nocer únicamente un estado, el mundo; están unidos por solidaridad
fecto, porque perfecto es únicamente lo no creado y tal es sólo Dios. fraterna, como hijos que son de un solo padre, y se deben arrancar
Pero el hombre crece y creciendo se corrobora, y así sucesivamente, con esfuerzo propio del útero de la ignorancia para alcanzar la luz de
en una línea ascendente cuyo término está en la glorificación finaL 12 la verdad. Las cosas del mundo no los seducen y solamente se ocupan
Por primera vez en el pensamiento cristiano, la idea del progreso hu- de aquellas imprescindibles para la vida, sin llegar por ello a ser asee-
mano,_ está ardorosamente defendida, y sin ninguna limitación, porque .tas como los l;>rahamanes y gimnosofisias de la India, que Tertuliano
llega hasta la deificación. Este concepto corrige la premisa griega de la califica despectivamente de Silvicol.ae et exules vita. La adhesión de
creación definitiva, que animaba a los gnósticos y está presente en todo el Tertuliano al movimiento de Montano, en una época cuando la insti-
pensamiento helen6-romano, y es así como se introduce el concepto ,... tución monástica todavía no estaba fundada dentro de la Iglesia, re-
de la unidad personal del hombre, concepto que atribuye a la carne presenta el rasgo más saliente de su exaltación mística y ascética
la posibilidad de debilitar al espíritu y da a las obras del espíritu la . precisamente en un momento cuando la Iglesia tendía a mundanizarse.'
posibilidad de rehabilitár a la carne. Por este camino, Ireneo concluye De esta segunda época son la mayoría de sus escritos morales y lo
que el sentido, la mente y el pensamiento nada tienen de autónomos mejor de sU pensamiento filosófico.
fuera del alma, sino que representan modos y operaciones de la misma, _ La intuición del mundo de Tertuliano tiene un fundamento cerra-
sin sustancia independiente de ella, concepto que más tarde desarro- ) damente psicológico. La realidad de Dios asienta sobre el testimonio
llará la filosofía del cristianismo como base de su antropología y que 'f de~ alma, que siempre, en cúalquier circunstancia y condición, acude
veremos actuar e.orno eje de la psicología, tanto de la escolástica como ::~.'a el y lo denomina. El alma que Tertuliano invoca no es aquella de las
de la época moderna, para hacerse presente en nuestros días en siste- :;,: filosofías, paganas o cristianas, que precedieron a su pensamiento, sino
mas psicológicos como el psicoanálisis y la Gestaltheorie, que presen.- ;:3el calma simplísima que nada sabe>.u Precede a cualquier cultura, y en
tan, respectivamente, al inconsciente y a las formas de la sensibilidad 1i, su identidad antecedente a las diferencias de los lenguajes y de los
como una especie de gnosis superior. 1: nombres, es la que constituye la unidad del género humano. La con-
La tarea de Ireneo se cumple cuando el Imperio todavía está unido ¡··. cepción del alma que da Tertuliano es decididamente antiplatónica
y entre Occidente y Oriente el tráfico de las ideas es continuo; su «jcf. part. pr., cap. III, 1). Combate la doctrina de la falacia de los
público, aunque escribió en griego, fue para entonces universal. Pero .'. '. sentidos de Platón y también la versión estoica (vid. part. seg., cap. I, 2)
poco después de su desaparición, a principios del siglo IV, se produce .i' de que el error- se encuentra tanto en la opinión como en los sentidos.
206 ALBERTO L. lllERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 207

¿De dónde proviene la opinión si no es del sentido? ¿Y de dónde el · :concluye que alma y mundo son consortes y coherederos, tanto en las
sentido si no es del alma? Para Tertuliano, el error que ·se atribuye .'cosas temporales como en las eternas. Y como del alma a Dios el pasaje
a la sensibilidad,, como el ejemplo del remo, que sumergido en el agua es breve en el orden del conocimiento psicológico, Tertuliano encuen-
parece partido, tiene su origen en la materia: el agua, puesto que la :tra que la idea de Dios se justifica y desenvuelve de acuerdo con razo-
tarea del sentido es verificar y en eso no yerra. Este motivo antipla- · nes ontológicas intrínsecas, porque los atributos divinos se deducen
tónico culmina con el principio de la certeza inmediata, fundamento del concepto de Dios como csummum magnum>, con exclusión de todo
de la verdad y de la fe, y que a partir de él representará el eje de la lo que no se adecúa a esta perfección. Tertuliano elabora la psicología
antropología cristiana. Tanto es así, que Tertuliano no duda en sacar divina según la analogía del alma humana, en la que, por lo menos
como conclusión la materialidad del alma; pero es una materialidad idealmente, el pensamiento se distingue de la expresión. Y con este
diversa a la del cuerpo, más tenue y sutil, pero de todos modos algo sentido identifica la razón de Dios con su sensibilidad y afirma que
material cuya efigie nos traza como siendo de un ccolor aéreo y lú- Dios es tanto cuerpo como espíritu.le
cido>.11> El otro golpe serio que Tertuliano inflige al platonismo lo . En Tertuliano se define una forma de mentalidad completamente
encontramos en las relaciones entre el mundo sensible y el mundo · latina, cuyos caracteres resaltan netos si la comparamos con la de los
inteligible¡ admite, es verdad, la distinción en la esfera de los objetos: Padres alejandrinos. Al intelectualismo griego se opone una orientación
visibles e invisibles, pero niega firmemente una escisión del alma. El psicológica que hace del alma una actividad, una energía, capaz de
alma siente mientras entiende, porque ¿sentir no es entender? ¿Y en- resolver en su unidad los momentos y las potencias que el análisis
tender no es sentir? ¿Acaso el sentido no es el intelecto de lo que intelectual distingue. Se trata del voluntarismo implícito a todo el
acaba de ser sentido? Y el intelecto ¿no es el sentido de lo que se pensamiento cristiano hasta nuestros días, heredero directo del volun-
entiende? 16 De esta manera, Tertuliano pone las bases de un realismo tarismo de la lex, y que con Tertuliano se define en las famosas afir-
riguroso y de un dinamismo psicológico que dará sus frutos en el maciones, referidas a la pasión divina: credibile est, quia ineitum est;
desenvolvimiento posterior de la filosofía cristiana. Su pensamiento certum est, quia impossibile,20 o sea lo que es absurdo es creíble¡ lo
nos presenta, pues, un alma que es unidad de todas las cosas, que que es imposible es verdadero. Sin embargo, la voluntad, a la que
simplemente es ella misma, y que en la continuidad de todos sus mo- veremos en el siglo XIX ocupar con Schopenhauer y el irracionalismo
mentos es sensibilidad pensante siempre adherida a la verdad, que se el puesto central en el conocimiento, es para Tertuliano fuerza espo-
presenta bajo la forma de certeza desde el comienzo hasta el fin de su rádica, porque su pensamiento es sustancialmente racionalista. En su
proceso. A semejanza de Dios, nos dirá Tertuliano, el alma trabaja sin filosofía, la ·psicología humana y la divina se centran en la razón, uni-
reposo. Incluso en el sueño, mientras el cuerpo se abandona, el alma ficada en todo lo posible con la sensibilidad.
está todavía negotiosa., esto es, activa, igual al gladiador sin armas o al
auriga sin carruaje, que todavía gesticulan los mismos actos que están
habituados a realizar.11 NOTAS
No obstante, la propia carnalidad no es suficiente para el alma, no
basta para darle el sabor de cualquier fruto del mundo; por ello re- l. Ernest Renan, Histoire du peuple d'IB-rael, vol. Il, Paris, 1892.
quiere de la carnalidad verdadera de la carne. La palabra, nos dirá, 2. Cf. A. J. Festugiere, Epicure et ses dieu:i:, Paris, 1946.
3. Cf. L. Graudgeorge, Saint Agustin et le néoplatonisme, Paris, 1896.
sale del órgano de la carne; las artes, los estudios, los engenios, todo 4. George Sorel, La ruine du monde antique, Paris, 1925.
atraviesa la carne, de manera que si todo el vivir del alma es carnal, 5. En la literatura cristiana primitiva es casi un leiv motif esta crítica, repe
su no-vivir es el alejarse de la carne.1s Extraña confesión en boca de tida sin mayores variaciones, de las costumbres antiguas.
un montanista, de un asceta, semejante glorificación de la sustancia 6. George Sorel, La ruine du monde antique, Loe. cit.
7. Cf. A. Puech, Saint Jean Chrisostome et les mamrs de son temps, Pa·
terrena, pero que deja de serlo si consideramos que el esfuerzo ascé- ris, 1910.
tico y de mortificación da el verdadero sentido de la acción. Frente al 8. Ernest Renan, Les .tvangiles, Paris, 1896.
helenismo, la mentalidad cristiana que se decía cno ser de este mundo> 9. Esta obra, en cinco libros, está publicada en el volumen 7.0 de la Patrolo-
otorga valoración realista a lo que pertenece al mundo. La. filosofía giae curros completm de Migne, serie Ecclessia Latinae, en 222 tomos, Paris,
. 1840-1857.
cristiana se inicia de este modo con la afirmación de la realidad del 10. Ireneo, Adv. haeres., Loe. cit.
mundo que· 1os griegos negaran. De esta estrecha unidad del mundo 11. Ibídem.
con el espíritu, en la cual la carne representa al mundo, Tertuliano 12. Ibídem.
ALBERTO L. MERAN!
208
. · · · d 1 b de Tertuliano es 1a publicada
13. Una de la.s meJores .ed1c1onesv· e as19~~t;25 por Reifferscheid y Wissova,
en el CoTJ)tU Scnpt. Iat., editado en . iena, •
Y ~tl:T~o~~;~:=~ :~dl~~e=?lita .meAnimat
i.dioticam co¿:;~· S~;.mla~
habent qui te solam habenb, cDe testimonio e•, en •
' Loe. cit. s . t 1 -t Loe· cit·
15. cLiber de Anima», en Corpus cnp · "'" "
16. Ibídem.
17. Ibídem. . . C · t la.t Loe cit. CAPÍTULo 2
18. cDe resurrectione carros liben, en. o~s scnpb"t rkum ~orpus esse etsi
19 cQuae ratio, ipsius sensus esb; «quis erum n~ga 1 Loe 't '
· · 'tus st'I~ Ad••er Pra.xea.m en Corpus scnpt. lat., • c1 . SAN AGUSTfN Y· LOS úLTIMOS PENSADORES DE ORIENTE
Deus spU'l e .~, v • ' • Loe 't
20. cDe carne Christi•, en Corpus scnpt. la.t., · c1 ·

l. Sa.n Agu.stín. y las dos psicologías. - Entre Tertuliano y Agus-


tín, entre el primero de los pensadores cristianos latinos y el último de
los grandes filósofos cristianos de la patrística, se extiende un interregno
de casi dos siglos, y entre los acontecimientos que sacuden al mundo,
sobre todo a la cristiandad, está el cisma de Arrio, que forma una de
las soluciones extremas en que polariza la concepción de la relación
' ..... entre Dios y el Hijo, y el Concilio. de Nicea, que puso fin, considerán-
dola her.ejía, a la cristología arriana. Sin embargo, la lucha no cesa y
salen a la luz otras diversas herejías. Pero sea como fuere, desde Nicea
hasta el Concilio de Constantinopla, del año 325 al 381, los elementos
principales de la especulación trinitaria -la omousía y la especificación
hipostática- quedan firmemente establecidos y con sentido muy di-
verso al de la trinidad neoplatónica. En tanto, y entre los concilios de
Constantinopla y el de Calcedonia en el 431, que condenara a los
nestorianos, está de por medio la figura de Agustín, que, al decir de
De Ruggiero, es el más fuerte pensador que el mundo cristiano haya
.. dado en cualquier tiempo y que trasciende por sí solo la obra de todos
'~!os orientales.1 .
xV La vida de Agustín es un claro ejemplo de las perplejidades y
!. .angustias del hombre de los grandes períodos de transición: formado
. en la cultura grecorromana, disfruta de sus valores como algo propio,
connatural, pero sus tendencias,__intelectuales lo arrastran a la afirmación
de un nuevo mundo. Las págiilas de las Confesiones que se refieren
a su lucha espiritual son las más hermosas y pasionales, y nos dicen,
además, que nunca logró vencer su interés por lo que negaba, ni com-
. prender plenamente la antítesis que los hechos planteaban y la rea-
· . lidad política y cultural reafirmaba. Platonismo por un lado, realismo ,.,~,.~
cristiano por el otro, tienen en Agustín su campo de lucha y, al mismo
· ;: •• tiempo, su protagonista¡ platonismo y antiplatonismo se cqnfunden en
.• su pensamiento, se confrontan, pero no de manera reflexiva, sino como
reflejo de una conciencia que muchísimas veces no sabe discernir, o ele-
. gir, pero que siempre saca nuev~ e importantes consecuencias para
210 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 211

reafirmar la fe voluntariamente adoptada. En Agustín, como en nadie, : certeza, por el contrario, está en no anteponer una verdad preconsti-
se revela verdadera la antigua frase de que cristiano no se nace, se hace. , tuida a la conciencia del propio objeto, esto es, a la conciencia de uno
·-AousTÍN nació en Tagaste, Numidia, en el año 354, de padre pagano " mismo como objeto en el caso del alma, y que se traduce por las pre-
y de madre cristiana. Sus primeros estudios los realizó en Madaura y guntas: ¿Existo? ¿Soy un alma? ¿Puedo conocerme? Agustín se plantea
Cartago, de manera que su formación de base corresponde al aspecto uno y otro problema; el platonismo ínsito en su form::i.ción le sugiere
africano del Imperio romano, esto es, a la parte tal vez mejor traba- el primero, que desarrolla en profundidad pero olvida uor momentos,
jada intelectualmente· por el cristianismo. Su padre se convirtió al cuando su experiencia personal lo aleja de los modelos griegos. Su
cristianismo poco antes de morir, y a pesar de este ejemplo y de la apasionada persecución de la fe lo enfrenta con el problema de la
devota asiduidad religiosa de la madre, el interés religioso bajo la certeza y sin que podamos decir que es verdaderamente consciente
forma cristiana le fue por muchos años extraño, y el maniqueísmo, con de las diferencias que separan a ambos problemas. En efecto, nunca
sus grandes antítesis del bien y del mal, de la luz y de las tinieblas, llegó al problema ulterior de la unificabilidad de ambas posiciones y
lo apasionó por un largo período. Hasta la edad de 28 años fue defen- todo su pensamiento psicológico se escinde, según circunstancias de
sor de ese sistema, cuyas fuentes indagó a fondo y tanto que llegó, de inspiración o de necesidades concretas, en uno y otro campo. De aquí
pronto, a sentir repugnancia por el mismo. Ésta fue la primera y gran que el historiador de la psicología esté irremediablemente llevado a
crisis de su espíritu y la que señala su apertura mental hacia proble- 1'considerar que en las obras de Agustín se delinean dos posiciones psico- ~;~
mas más profundos que la ingenua concepción de un mundo sacudido , lógicas opuestas y que a menudo chocan en puntos fundamentales. Vea-
por dos fuerzas que chocan desde el exterior y presenta al hombre mos primero la psicología agustiniana cuando el pensador platoniza.
como receptáculo pasivo de principios opuestos. Agostada la fe ma- En esta situación no renuncia a la interioridad de la conciencia, que
niqueísta, Agustín cae en un escepticismo neoacadémico, y éste es el expresa diciendo: «No salgas de ti, vuelve a ti; en el hombre interior
período cuando lo encontramos como maestro de oratoria en Cartago, habita la verdad; ¡y si encuentras que tu naturaleza es cambiable,
y va por primera vez a Italia, en el 384. Primero llega a Roma, donde trasciéndete! ¡Tiende allá, adonde se enciende la luz misma de la ra-
su estadía es breve, para luego trasladarse a Milán, donde retoma la zón!» 3 El alma humana aparece así, al igual que en Platón, refugio de
enseñanza de la oratoria y completa su formación intelectual. En el la verdad, con la diferencia, claro está, de que no es una idea abstracta,
año 391 se traslada a Hipona, en Numidia, donde permanecerá hasta sino el Verbo divino mismo que ilumina al hombre. De esta manera,
el fin de sus días. Allá es ordenado sacerdote, nombrado arzobispo y, Agustín nos propone una superación del platonismo, por cuanto la
por último, obispo de la ciudad. De sus obras, las prfucipales fueron verdad aparece en el alma y, al mismo tiepmo, la trasciende como ley
compuestas después de la conversión y antes de su ascensión al obis- absoluta. Se trata, en otros términos, de una exteriorización y de una
pado. Esta última fase de su existencia es de actividad casi exclusiva- interiorización del sujeto de un objeto preexistente. En las primeras
mente eclesiástica, y si bien se expresa· literariamente en numerosos obras de Agustín, la existencia de la verdad en el -alma está conce-
libros, opúsculos y cartas, están todos dirigidos contra heréticos y do- bida según el modelo del Men6n platónico. En los Soliloquios afirma:
natismas. Sus obras propedéuticas presentan un valor filosófico espe- «Cuando se aprende, se descubre en uno mismo, y, por así decirlo, se
cial, en particular Contro Academicos; De quantitate a.nimae, De Ma.- sacan a la luz doctrinas sepultadas en el olvido», 4 y en De Quantitate
gistro, De libero arbitrio; de la fase constructiva y sistemática cabe animae repite este concepto al aceptar que aprender es únicamente
destacar: De Trinitate, De Genesi ad littera.m, Confessionum, De Ci- recordarse.5 Por consiguiente, como en Platón (vid. part. pr., cap. III, 3),
vita.ti Dei, Retractionum.2 el conocitni:ento aparece como una reminiscencia de las ideas. Esto
En cualquier análisis del pensamiento antiguo, el problema del alma obliga a suponer que el alma preexiste a su existencia terrena y no
puede ser enfocado de dos modos distintos: como problema de verdad representa una creación, una aplicación particular, para decirlo con
y como problema de certeza. Como problema de verdad consiste en la otros términos, del Verbo divino a las criaturas. En sus Retracta.tiones,
objetivación del alma frente ·al pensamiento, en el que está presu- obra que sintetiza, analiza y corrige los propios argumentos de Agustín,
puesta una norma de verdad y en la determinación de lo que es ese discute .el ejemplo del esclavo en el Men6n, y concluye que si los
objeto: sustancia, accidente, compuesto, simple, etc., y de la· manera mismos ignorantes, al ser bien interrogados, responden con justeza
como podemos adherir a sus ·determinaciones: sensible o inteligible, , sobre algunos temas científicos, la explicación más plausible no es la
material· o inmaterial, si la verdad le es intrínseca o adventicia, etcétera. de Platón, de que recuerdan lo aprendido en una vida anterior y des- ,,, ,,
Se trata, fundamentalmente, de un problema platónico. El problema de la pués olvidado, sino que en ellos está presente, lo cual es compatible
212 ALBERTO L. MERANl UISTORIA CBÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 213
con su condición, la luz de la razón eterna y con esta luz les llegan Esta perplejidad agustiniana dará posteriormente lugar a grandes
todas las verdades inmutables>.6 Aquí tenemos con toda claridad pre- • y estériles debates de la teología escolástica, porque hace del alma
sentes los dos aspectos de la psicología agustiniana; primero la actitud •. una realidad suficiente, inseparable del cuerpo, porque únicamente
platonizante, la interioridad de la conciencia como reservorio de la , gracias a ella adquiere la consistencia de un organismo, cosa que no
verdad, y luego la teoría de la iluminación divina, que sustituye a la tendría por sí mismo. Pero la presencia del alma en el cuerpo no está
reminiscencia, y que Agustín desarrolla en detalle. Existen, afirma, . entendida según un principio espacial No está acá y allá, o una parte
ideas principales, formas o razones de las cosas con valor universal e · ,·.acá y otra allá, como los cuerpos físicos, ni tampoco está presente por
inmutable, y concuerda en esto con Platón,, pero de inmediato explica partes en diversas regiones del cuerpo, tal como estarían, tomadas al pie
que al aprender una proposición no recibimos del maestro la verdad de la letra, las tres almas de Aristóteles (vid. part. pr., cap. III, II, 3 y 4).
de manera pasiva, pues la enseñanza de éste tiene únicamente el Nada de esto para Agustín; su concepto es que el alma está simultánea-
valor de una sugestión verbal. Y que cuando la intuimos la vemos mente presente en la totalidad del cuerpo, y también en las partes
bajo la ley que es inmanente a la conciencia, esto es, la iluminación <· singulares y separadas del mismo,11 y como no puede ser determinada
divina, recién alcanza el valor de verdad. Su lema foris admcmet, intm cuantitativamente, sólo comporta una medida intensiva del propio ser
docet, exteriormente se aconseja, interiormente se enseña, nos dice ' y de la propia actividad. El problema subsecuente, y que explica la
que cualquier discurso, cualquier comunicación del pensamiento pre- actividad del alma, es la distinción de sus facultades o potencias. Agus-
supone «que si ambos vemos que es verdad lo que decimos Y ambos . tín se lo propone de diversas maneras y siempre según una línea pla-
vemos que es verdad lo que digo, ¿dónde lo vemos? No es en ti, no tónica; su sistematización sufre continuos cambios y transformaciones
es en mí, sino en ambos, en la realidad inmutable que está por encima :, de una a otra de sus obras, y a veces dentro de la misma. De todas
mío y tuyo:.. 7 , . sus sistematizaciones, tal vez la que mejor corresponde a las ideas ·- --·-
Es innegable que esta doctrina, a pesar de las correcciones sustan- expuestas es la platónica del alma vegetativa, sensitiva e intelectiva,
cialistas que introduce Agustín, es en el fondo platónica: el siste- pero, a diferencia de Platón, las tres son comprendidas en una unidad
ma de las ideas, la anticipación de éstas a la inteligibilidad, la par- . fundamental y no superpuestas como si fuesen sustancias diversas. Al
ticipación del alma en la sustancia ideal, se remontan a los diálogos alma intelectiva, Agustín la denomina también espíritu, pero esta de-
de Platón. No obstante, la diferencia está en Dios; el dios de Pla- nominación no es una hipóstasis a la manera de los neoplatónicos, sino
tón es algo fenomenológico que está más allá de cualquier acción, que circunscribe una parte superior en relación con una inferior: vege-
casi como espectador, y que el hombre no conquista. Por el contrario, tativo-sensible, de la misma alma. Por lo demás, aunque busquemos
el Dios de Agustín es algo inmediato, que se palpa y conquista por- ,línea por línea, en toda la obra de Agustín, una explicación exhaustiva
que está en lo íntimo del hombre, y por ello, no por la eternidad de : de cómo funcionan estas facultades, no la encontraremos. Cuando pla-
las ideas, es que las razones eternas de las cosas son íntimas y c?n , toniza confina la sensibilidad en el mundo de la apariencia y la separa
ellas se puede pensar todo lo que existe. Dios no es la cognición última, de la reflexión especultiva,10 pero de inmediato sustancializa y le super-
sino la primera cognición: no llegamos a él por la razón, sino que , pone otra, que quita a la sensibilidad el f:!arácter d~ pasión para con-
partimos de su racionalidad inmanente en nosotros, y por ello vemos :, vertirla en actividad por medio de la cual representa las pasiones del
todas las cosas. De esta premisa, que es fundamental en la antropolo- ,cuerpo. Se trataría, de alguna manera, de un sacar fuera (exhibere es
gía agustiniana, arranca toda su psicología sustancialista. El alma es su expresión latina) y no de un recibir,11 o sea la idea platónica que
sustancia inmaterial, y. no se trata de una emanación divina, lo cual se exterioriza y no el sensorio tal cual lo entendieran los presocráticos,
sería maniqueísmo, sino de una creatura divina, creatura ex nihil.o; y sobre todo Demócrito, que interioriza la realidad. Pero al mismo
de la nada, y libre de co~pción por la simplicidad de su naturaleza tiempo la especulación agustiniana rechaza 'la atestación de los plató- . ·-······ -··
y por la actividad divina que incesantemente la vivifica. El alma nace nicos de que el error pertenece a la sensibilidad, para ajustarse al
con el hombre, y únicamente en este punto Agustín se detiene frente concepto naturalista de que es propio del pensamiento •que juzga de
a una duda que deja en suspenso porque declara expresamente de no los datos sensibles.
ver claro en la misma: s de si cada vez, para cada creatura, el alma está Pero de pronto Agustín .>e separa de esa clasificación e introduce
creada ex novo por Dios, o sea la tesis del creacionismo permanente, un sentido nuevo que no está en la línea de los cinco sentidos comu-
0 si ex traduce, si está transmitida en el acto de la generación, esto es, nes, sentido que los subordina y compenetra. Se trata de la conciencia.
la tesis del transmisionismo. Ningún sentido puede justipreciar lo que le es propio y a la vez lo
214 .ALBERTO L • .MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 215

que tiene de común con los otros, porque su capacidad se agota dentro toria, de la psicología principalmente, está en la conciencia que saca
de su propia esfera, pero hay una sensibiµdad que recoge los diversos a Dios del hombre, y de Dios una humanidad nueva. '
productos sensibles, que siente a los sentidos y aprueba o rechaza .su
operosidad, 12 y que siendo anterior a la razón, porque es común al 2. Los últimos pensailoTes de Oriente. - Entre los siglos v y VII,
hombre Y al animal, no es posible disponerla en la jerarquía de las mientras en Occidente se fija y cristaliza el concepto dogmático del
facultades del alma porque, puesto que no es facultad objetiva sino hombre por medio de las decisiones de los grandes concilios, y pensa-
unidad dialéctica del sujeto y del objeto, no es posibilidad preexistente dores como Agustín echan las bases de la futura antropología cristiana,
al acto sino el acto mismo en su realización: tal facultad es el sen- el Oriente sigue sumido en las disputas cristológicas. En este período,
t~iento de uno mismo, la conciencia. Y en llegando a este punto, Agus- exclusivamente teológico y fuera de nuestro interés, encontramos, no
tín abandona el procedimiento clasificaforio y descriptivo, para entrar ' obstante, algunos pensadores que a pesar de ser eclesiásticos revelan
en el terreno de una dialéctica atrevida. Después de considerar al alma _.;o¡· frente al resto de los Padres interés preponderante por los problemas
intelectiva, que forma el carácter diferencial del hombre, como repar- ,!', especulativos de la filosofí~ pagana, por el hombre como naturaleza,
tida en memoria, inteligencia y volición, y de subdividir la inteligencia y se apartan un tanto de las vexatae quaestiones de la teología. Neme-
en inteligencia inti.útiva y razón discl,lrsiva, se entrega a la tarea de sio, Sinesio, Eneas de Gaza, Zacarías de Mitileno, Juan Filopono, son
modelarlas sobre el sistema de la trinidad divina y de crear así una · los nombres de los que sobresalen. NEMESIO, el único que interesa di-
verdadera y propia fenomenología del espíritu, para la cual ser, vo- rectamente en relación con nuestro tema, fue obispo de Emesa, en
luntad, saber, forman la sustancia espiritual de todas las criaturas, é',i Fenicia, y dejó un escrito muy considerado: De natura hominis,lS que
incluso las más inferiores. Este voluntarismo, de exclusiva factura cris- ..Jil muy posiblemente pertenece a los comienzos del siglo v, y se hizo fa-
tiana, introduce en el pensamiento de la época la voluntad como fuerza · mosa por la traducción al latín que hiciera en el siglo XI Alfano. Esta
elemental de cualqi.úer forma de vida, y se puede decir, sin forzar la obra, De la naturaleza de los hombres, ejerció grandísima influencia
intención agustiniana, que es el fundamento mismo del ser. La volun- en las discusiones antropológicas de la escolástica, puesto que les
tad en el hombre es amor, en los animales instinto y menos todavía, brindó algunos temas importantes sobre la psicología platónica y aris-
representando en la gradación de los seres una apetición constante totélica que Nemesio pretendía fundir con la intuición cristiana del
que en los humanos es el conocimiento, y en los animales, si bien no hombre. Acepta el concepto de sustancialidad del alma de Platón, que
puede llamarse ciencia, es una similitud. Y de pronto, aunque en. un opone a la teoría aristotélica del alma como forma orgánica, pero le
breve bosquejo, con esto nos hemos adentrado en una metafísica agus- quita cualquier carácter de vida autónoma y distinta. Sin embargo,
tiniana q.ue choca con su psicología platonizante antes descrita. Esta la principal fuente de inspiración del obispo de Emesa está en el neo-
-- - ---nueva psicología sustancialista tiene por objeto la investigación del pitagorismo y en el neoplatonismo para su psicología. 14 De este modo,
alma como algo subjetivo y que contrasta con el análisis precedente su definición del alma como sustancia intelectual, automotriz, armónica
de un espectador frente a un objeto, para finalmente, llegado a este de acuerdo con el número, la toma de Plutarco, aunque la atribuya a
punto, preguntarnos: ¿en cuál de ambas posiciones está el verdadero Platón, y es decididamente neopitagórica. Por lo demás, de Plotino
Agustín? Con sentido histórico, o sea del impacto en el futuro de su adopta la doctrina de que el cuerpo está en el alma, y no viceversa.
pensamiento, en la segunda de las concepciones. Por importante que Pero al mismo tiempo se atiene rigurosamente a la dicotomía del sus-
sea su pensamiento helenizante, pertenece a un mundo que muere tancialismo cristiano de alma y cuerpo, incluyendo en la primera la
con él, es el reflejo de una circunstancia sin mañana, porque a partir inteligencia, lo cual está en contradicción con sus fuentes filosóficas
de entonces y por siglos el pensamiento cristiano dominará y sus raíces grecorromanas. Además admite ¡a presencia de una idea innata ( physike
antropológicas estarán fuertemente ancladas en el pathos que corres- ennoia), que se revela sin ningún aprendizaje de doctrinas (adidáktos)
ponde al sustancialismo y voluntarismo que Agustín encarn~. En y que considera puesta en el hombre por la naturaleza misma y es,
cuanto al Agustín del porvenir, está en el sentimiento de su dialéctica naturalmente, la idea de Dios. Pero el sincretismo de Nemesio se revela
que arranca de lo profundo de su intimidad afectiva y que supera al en un punto fundamental, sobre el cual incluso Agustín no osó deci-
drama de dos mundos históricos que chocan en su personalidad; el dirse, contrario a la ortodoxia, y sostiene que las almas preexisten a
Agustín del mundo antiguo helenizado queda en la base, es el primer los cuerpos (traducismo) y que todas fueron originariamente creadas
escalón que lleva al Agustín moderno, cristianizado y que es futuro. por Dios.
Y aunque el hombre antiguo contenga al nuevo, el Agustín de la bis- Entre los años 531 y 533 aparecieron en Constantinopla, en el curso
21.6 ALBERTO L. MERA.NI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 217

de una conferencia que sostuvieran ortodoxos y severianos para diri- con la creación ex h.ihilo. Por lo demás, los limites de esta concepción
mir sus controversias, una colección de diez cartas y cuatro tratados: están trazados por sus propias premisas naturalistas. La acción divina,
De celesti Hierarchia, De ecclesiastica Hierarchia, De divinis nomi- . al propagarse, se multiplica y fracciona según la capacidad receptiva
nibWJ, Mystica theologica,, atribuidos a Dionisio Areopagita, el discí- del ambiente en que se propaga, y de ·este modo en el conocimiento
pulo de San Pablo; su autenticidad dudosa en todo sentido hizo que humano, que en el complejo jerárquico de todas las creaciones ocupa
la historia se los atribuya a un autor desconocido al que se identifica un lugar de privilegio, confluyen los principios del conocimiento divino
como pseudo DIONISIO EL AREOPAGITA. Estas obras gozaron' durante que puede actualizar e instrumentalizar en razón de la energía origi-
toda la Edad Media del prestigio y autoridad de los escritos apostóli- naria comuriicada por Dios a cada ser. Es por este camino que la psico-
cos gracias a la traducción latina de Juan Escoto Eurigena. 111 El Areo- ,logía del Areopagita 5e convierte· en teología mística: cuanto más nos
pagita es uno de los mayores representantes de la mística cristiana. elevamos en el conocimiento, más se acortan nuestro¡> discursos, y así,
De Divinis nominibWJ 16 es su obra maestra, y en ella la divinidad está . cuando penetramos en la bruma que supera al intelecto, la única ma-
concebida, a la manera neoplatónica, como inefable, superior a cual- .nera apropiada de conocimiento es la compenetración de lo divino por
quier· esencia, a cualquier vida, a cualquier bondad, a cualquier ser, ·medio del silencio y la ausencia de pensamiento.is La contemplación
y es la razón primera de la esencia, de la vida, del bien, del ser. Y es . eallada y el éxtasis son el último resultado de la actividad psíquica del
en este trabajo donde la teoría del conocimiento divino formulada por . hombre que verdaderamente conoce, o. sea que se identifica· con el
el Areopagita nos revela la inserción de motivos ·inmanentistas en la Creador y la creatura, y alcanza el conocimiento que está en la propia
psicología divina estructurada por sus predecesores. Agustín había trabazón de la naturaleza divina.
ase-.ntado como peculiaridad del conocimiento de Dios que aquello que
sabe, por ser saber divino, está en oposición con el saber de los hom- ... 3. Las invasiones de los bárbaros y la decadencia. intelectual de
bres, que comprende sólo lo que precedentemente existe. Por el con- · Occidente. - El concepto de la intangibilidad romana que por cinco
trario, el Areopagita pone de relieve la identidad del pensamiento siglos conservara la integridad del Imperio toca a su .fin. Las luchas
divino y de las cosas que lo constituyen: cLa mente divina -escribe- intestinas y las guerras exteriores terminaron por debilitar a la Urba;
no conoce las cosas aprehendiendo de ellas algo, sino por sí misma Y cuando Bizancio reemplazó por fin a Roma como centro de la potencia
en. sí misma, causalmente, no teniendo ciencia y noticia y esencia anti- imperial, la conciencia nacional desapareció en los mismos ciudadanos
cipadas, no entendiendo nada según la propia especie, sino sabiendo Y y lo que subsistió ya no fue la nación romana, sino un conglomerado
conteniendo todas según el orden único de su causación. De la misma ~de pueblos semibárbaros. Bizancio, con existencia propia, fue inca-
manera, también la luz, causalmente, anticipa la noción de las tinie- .paz de ayudar al imperio occidental contra el enemigo común. La pro-
blas, sin sacarla de otra cosa que no sea ella misma. Por lo tanto, paganda cristiana, desbordando los lími~es del Imperio, se dirigía a los
conociéndose a sí misma, la sabidµria divina sabe todas las cosas, las 'godos y a los vándalos con mayor predilección que a los escépticos
materiales sin materia, las divisibles sin división, las múltiples unita- civilizados que habían hecho la grandeza de la ciudad. El cristianismo,
riamente; y al mismo tiempo las conoce y las produce, porque la idén- que en sus ·orígenes había luchado para liberarse de la sinagoga, diri-
tica causalidad divina que las constituye, las sabe igualmente existentes giéndose a griegos y romanos, ahora daba la espalda a éstos y se
de por sí y preexistentes en sí... Por consiguiente, Dios no tiene una dirigía a los bárbaros. Reconociéndose universal, sin fronteras que lo
c:,j.encia particular que comprende al propio ser y otra común que abarca limitaran, el ideal cristiano contribuía a desarrollar una humanidad
las cosas restantes; la misma causa de todas las cosas, conociéndose a que estaba por encima de cada pueblo, grupo o estado. Al mismo
sí misma, no puede de ninguna manera ignorar lo que por ella misma tiempo que la filosofía cristiana apresuraba la ruina del mundo anti-
se origina. Es así como Dios, conociendo las cosas, no las aprehende guo con la universalidad de su ideal, apuraba la descomposición de la
por su ciencia, sino por propia ciencia.> 17 Este breve trozo nos con- sociedad romana por la importancia exclusiva que daba al individuo.
densa toda la psicología del Areopagita. El conocimiento divino revela Estaba en marcha una revolución, y, en la complejidad de sus causas
el carácter de la acción divina, y es la explicación de la esencia de Dios y fines, el dogma cristiano desempeñaba un papel de primer orden
en el mundo, demostrada por el conocimiento que Dios tiene del mundo desintegrando la ideología reinante. La doctrina de Agustín, por lo
como realidad que no le es diversa. Dios saca de su propia naturaleza menos para la Iglesia de Occidente, se confundió con ese dogma y du-
las cosas y la ciencia de las mismas, de manera que entre el Creador rante más de mil años inspiró a los católicos ortodoxos, como luego a
y la creatura deja de existir el abismo que los padres representaban los protestantes, poniendo al hombre frente a la conciencia humillante
218 ALBERTO L. MERANY msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 219

del pecado original, desdeñando la enseñanza grecorromana, que fami .,.os capítulos anteriores, desde los poemas homéricos hasta Agustín y
liarizaba al pensamiento con la virtud. San Agustín proclamó la cadu el Areopagita, los siglos VI y VII apenas comienzan a manejar los más
ciclad absoluta del hombre, y los bárbaros cristianizados se encarga"Í :elementales rudimentos de la gramática y de la lógica. Los libros de
ron de ejecutar la sentencia; llama a los vándalos para fundar con" esa época no son reflejo de una decadencia, sino un arduo esfuerzo
ellos la Ciudad de Dios, convencido que con esos paganos de ayer, . por construir de la nada con elementos cristianos y paganos dispersos
cándidos servidores de la Iglesia hoy, lograría edificar una ciudad per- · ··un nuevo pensamiento; al estudiarlos se tiene la impresión de como si
fecta y digna de representar en la tierra la gloria celestial. Los ván- · sobre el mundo se despertara una curiosidad científica primaria que
dalos acudieron, sitiaron Hipona, sede del obispado de Agustín, e~ se satisface ingenuamente con el análisis de lo que otros ya han dicho.
el 430, y el santo murió antes de asistir a los horrores del saqueo que .• Los intereses mentales y las oportunidades sociopolíticas son nuevos,
tuvo lugar. pero los materiales que manejan son antiguos, corresponden a otra
Para entonces. hacía veinte años que Roma había caído. Visigodos, mentalidad y a otra ideología, y todo el esfuerzo se centra en la tarea
suevos, alanos y burgundos habían marchado una y otra vez contra de encastrarlos, forzándolos siempre, en un mundo intelectual que ape-
la ciudad que luchaba, pese a su decadencia, con valentía. Finalmente, nas balbucea nociones que no comprende, porque no le pertenecen
Alarico, cristiano y jefe de un ejército de visigodos cristianos, sitió a Y que, por supuesto, no se adecúan a la realidad del momento. Esta
Roma en el 410. El papa Inocencio abandonó la ciudad «para no ser tarea representa el trabajo de la escolástica, que se desarrolla en torno
testigo de la ruina de un pueblo pecador», y una noble dama cristiana de la nueva Iglesia y de un nuevo Imperio. La filosofía y la ciencia
hizo que sus esclavos abrieran una de las puertas del recinto amura- son absorbidas por la teología, que adquiriendo orientación lógica siste-
llado a los invasores. Durante tres días, Alarico dio libertad completa mática, será el único sello de originalidad de la ciencia medieval ~ esta-
,para el saqueo, y l>ablo Orosio, discípulo de San Agustín, lo glorificó rá, por lo demás, en contradicción absoluta con la patrística, que, como
con estos términos: «Alarico ha sido el enviado de Dios ... Ha sido el vimos, fue una rama cristianizada del pensamiento helenístico y romano.
más dulce de los defensores,· puesto que es cristiano: ha respetado Las razones de este fenómeno constituyen desde siempre un tema
las iglesias, no tocando los romanos que en ellas se habían refugiado; subyugante para los historiadores, y la mayoría de las propuestas en
sólo mató fuera de las basílicas, y únicamente idólatras: era su des- diversas épocas son todas plausibles, tanto que únicamente en su con-
tino.» Sin embargo, el derrumbamiento de Roma dejó entr.ever con currencia y no en su exclusividad encontramos la explicación de los
toda claridad que los vencedores eran incapaces de manejar los instru- hechos. Sin duda tienen grandísima importancia los trastornos que
mentos culturales y sociales que habían caído en sus manos y de re- introdujeron en la vida de los pueblos grecorromanos las invasiones
estructurar la cultura y la sociedad sin antes aprender, durante mile- de los bárbaros, como los cambios sociopolíticos que produjo el feuda-
nios, el manejo y uso de esas herra111ientas intelectuales. Tanto es así, lismo, que estaba, por lo demás, preparado en el mundo romano y se
que uno de los que con mayor vehemencia maldecía la «Babilonia» consolidó luego por la fuerza del carácter mismo de los invasores.
romana, San Jerónimo, desde su convento cie Belem, en los confines Y en relación con el desenvolvimiento intelectual, al fraccionar el feu-
del desierto, escribió: «La antorcha del mundo se ha extinguido, y, con dalismo la vida social en pequeños centros disociados e independientes,
una sola ciudad que cae, perece todo el género humano.» impidiendo la circulación de hombres y de ideas, constituyó el princi-
Por cierto, la caída de Roma no debía provocar la caída de la pal obstáculo para una educación intelectual. La prueba está en el
humanidad, pero se requirieron siglos para que los elementos nuevos hecho de que un gran desarrollo de las ideas se inicia únicamente en
introducidos por los bárbaros se compenetraran con las adquisiciones el período de organización y de acrecentamiento de las grandes mo-
logradas por el pensamiento grecorromano y surgiera así un nuevo narquías europeas. De este modo, la iniciación medieval se nos pre-
pensamiento que lograría expresión definitiva con la época moderna. senta como época de fermentación en la cual se rebaja el sentido de
Esta decadencia intelectual se inicia con el siglo v, inmediatamente humanidad y las crueldades del poder (recordemos a Alcuino, rey de
después de Agustín, aumenta en el VI y se acrecienta en los siguientes, los longobardos, y a Clodoveo, rey de los francos) ahogan cualquier
para producirse en el IX, bajo el imperio carolingio, un florecimiento rasgo de nobleza que subsistiera del pensamiento antiguo. Devastada
intelectual. El estudio de las expresiones intelectuales de est~s siglos Italia, se quiebra la continuidad de la cultura antigua y Únicamente
de repetidas oleadas de invasores bárbaros produce estupor; es como subsisten las formas intelectuales populares depositarias de temas y
si las expresiones intelectuales del mundo antiguo se hubiesen desva- motivos espirituales antiquísimos, que. de siglos ya estaban a la zaga
necido en la nada. Frente a la especulación que vimos desarrollarse en del pensamiento filosófico-social abruptamente oscurecido. El proceso
220 ALBERTO L. KERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 221
mismo de cristianización es más bien político que un acto de fe; la faltaban los intermediarios para la decantación y nivelación del saber.
conversión de Clodoveo, por ejemplo, no puso fin a las formas burdas La verdadera obra la realizan los monasterios y abadías, cuyas cons-
del paganismo que sustentaban a su reinado, ya que constituían la trucciones se elevan con mística cunción> terrena, con la solidez del
raíz espiritual de sus hombres, cuyas costumbres no sufren ningún baluarte y el aspecto del castillo-fortaleza que resguarda al Dios cris-
cambio, tanto que el desenfreno y el libertinaje de la corte alcanza al tiano de cualquier contacto con el desborde pagano; y, en el realismo
alto clero y hace de los conventos, cenobios en su fundación, centros reflejado en su práctica, a veces doloroso, a veces ingenuo, hacen del
de corrupción. La labor de los monjes escoceses e irlandeses llamados culto una adoración de lo finito, lo cercano, que es sentimiento que no
por el rey converso no fue fácil en el país de los francos, cuyo acer- llega a los limites de la especulación que siglos después olvidará al
camiento verdadero a Roma se produce bajo el reinado de Pipino mundo para aventurarse de lleno en los campos de la Idea. Es de esta
(751-768) por motivos de alta política. El pueblo franco seguía siendo manera, y en concreto, cómo en los principios de la Edad Medía la
pagano y bárbaro; .las fuerzas de los cultos primitivos se refugiaban en fue~ poderosa de lo inmediato, lo socialmente vital, engendra el
el seno mismo de la Iglesia, y las festividades religiosas de ese carácter entusiasmo que por renovadas décadas enviará cruzados al Oriente
eran tan habituales que Gregorio Magno se vio obligado a tolerarlas o llevará en dialécticos juegos de }>alabras el pensamiento a la vacui-
para evitar sacrificios humanos. Los dioses antiguos habían sido des- dad de las discusiones nominalistas.
tronados formalmente, pero ·sus poderes, que subsistían en las pra- La verdadera organización medieval comienza con la denominada
deras, en los bosques poblados de seres misteriosos y en las fuentes F.ciad Media caballeresca, que presenta en su trabazón interna el
recreo de ninfas, llenaban el aire de oscuros presentimientos hostiles al desarrollo acabado de todo lo social y éulturalmente indeterminado
Dios cristiano. Para el pueblo de la época, Cristo era un héroe pode- que viéramos en su nacimiento. Representa una corriente que pro-
roso, figura simbólica, pero la razón de su esencia divina sólo mucho viene de las regiones de la Francia actual, donde asentará más rápi-
más tarde, cristalizada la sociedad medieval, será generalmente reco- damente el proceso transformador, inmovilizando con formas perdu-
nocida. En esos momentos tan fluctuantes, tan llenos de posibilidades rables hasta entrado el Renacimiento las características de una nueva
y concretaciones, el pueblo, encuadrado en sus nuevas formas comu- época. Ya no son las clases superiores o inferiores, nobles o eclesiás-
nales, desconoce, imposibilitado de vivirlo, el espíritu nuevo que se ticos retirados en cenobios, las que impulsan los cambios, .sino una
forja dentro del hieratismo eclesiástico. En sus albores, la Edad Me- especialísima clase media espiritual: el monacato, organizado esen-
día ·Se resiente profundamente de la lucha entre Dios y el xnundo, sin cialmente por la aristocracia. Disuelto el Imperio carolingo el cristia-
encontrar en ese punto abismal el puente que la libere de la desespe- nismo, que había sido su protegido, queda en manos de un~ aristocra-
ración espiritual volcada en el sacrificio, con la búsqueda de la sal- cia dada a las actividades del espíritu. Se reforma así su estructura
vación en una concepción de lo divino arraigada en lo terreno, y que pierde la simpleza en que había caído, y se complica con sutilezas qu~
más tarde, asentadas ya las bases firmes del período verdaderamente ·ahogan la vocación salvacionista de sus orígenes. Tal es· el hecho
medieval, realizarán las masas con la construcción de las catedrales cultural y socialmente más significativo de la época, y que llevó al
góticas y, con un paralelismo significativo, la «élite> pensante con su enfrentamiento de la aristocracia laica, unida al monacato por pode-
discusión sobre los universales: ¿Qué es lo «real>, la «COsa> o el rosos intereses de clase, con la tendencia cristiana antigua, conservada
cconcepto>? en monasterios dispersos con la integridad de los tiempos de Galileo.
La verdadera obra de centralización, unificación y resurgimiento Una de las resultantes de esas tensiones fue el movimiento clunia-
de lo que caracterizará al mundo medieval como unidad inconmovible, •cense. En el 910, el duque Guillermo de Aquitania fundó el monasterio
que jalona una de las épocas más discutidas de la historia, es el lla- de Cluny, en las cercanías de Lyon, siendo el abad Odilo (994-1048)
mado resurgimiento carolingio. Carlomagno no sólo fue el emperador ·~· quien lo llevó con férrea voluntad a su ulterior grandeza y poderío.
que reunió bajo el signo cristiano a pueblos dispersos, con tradiciones ~'Tanto Guillermo como Odílo pertenecían a la aristocracia, y su mo-
muy peculiares, sino que su mayor mérito es haber atraído a fa esfera ;: vimiento fue de unificación, obtenido en base de la jerarquización
de la Corte a sabios conocedores de la cultura antigua; el estudio que ~· eclesiástica Y la difusión de sus claustros, que llegaron hasta la lejana
él mismo hiciera de las lenguas griega y latina; la unificación del tipo / Rusia, refractaria entonces al mundo occidental. La organización clu-
de escritura; la creación de escuelas catedralicias para enseñar latín /. niacense fue la oposición a los conventos benedictinos, dispersos y sin
a los legos. Esto, de por sí, no representa una generalización de la cohesión jerárquica, representantes directos para el momento del cris-
nueva cultura en todas las capas del Imperio carolingio, puesto que tianismo primitivo, y rápidamente logró su fin, dado que, siendo por
222. ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 223

excelencia una rama religiosa de la aristocracia, sus superiores pudie- ·Esta época, que va del 1100 a 1280 aproximadamente, conserva den-
ron manejar hombres y bienes, sobre todo hombres capaces- e influyen'."' .tro del florecimiento de todas las artes la mayor gloria para la arqui-
tes, como un gene;ral a sus tropas. Poseedores de la conciencia de una .· tectura, aliada con el pensamiento filosófico. Nace el estilo gótico de
superioridad indiscutible, los cluniacenses se erigieron en dopositarios :la plenitud, que se desarrolla por completo en el lapso que media
del poder que había de revolucionar el sector de su actuación; hicieron entre las construcciones de la iglesia de Saint Denis (1163) y de la ca-
suya la representación del «verdadero> cristianismo y se autoidealiza- . tedral de Notre Dame de París (1243 ó 1248). Las catedrales e iglesias
ron con la idea de constituir un corpus mysticum defendido con sus , de este momento representan la armonía y el sentimiento católico, esto
poderes jerárquicos y la capacidad combativa de los caballeros· de la · es, de universalidad que al pensamiento dieran Alberto Magno y To-
cruz. La enorme influencia de los cluniacenses produjo a menudo roces . más de Aquino. Toda la grandeza y el círculo cerrado de sus ideas, que
con el poder político. Los monjes de Cluny habían abandonado la abarcan inmóviles espacio y tiempo, pasado y futuro, se encierra en
ascesis, afirmando sus derechos en este mundo, para hacer de su orga- . esas construcciones que para el siglo XII superaron cualquier arte y
nización un poderoso Estado dentro del Estado. Frente a estas aspi"' puntualizaron una característica esencial del concepto de hombre: ema-
raciones mundanas del clero cluniacense se levantaron las voces de los nación divina que procura retornar, elevándose, al seno del Creador.
ascetas que vivían retirados, sometidos a ayunos y penitencias, y que El esfuerzo por levantar templos tan superiores a los recursos técnicos
reclamaban una reconversión general a las formas antiguas del cristia- corrientes para entonces sólo fue posible en base de una estrecha rela-
nismo. Amenazada la Orden de Cluny, hubo en su seno depuraciones ción entre sus constructores y el pueblo todo; esto fue logrado, es
y las reglas se volvieron más severas, pero sin alcanzar el tono ascético decir, la catolicidad de las conciencias, de tal forma que de ninguna de
que el resto de los monjes reclamaba, y así los aristócratas de Cluny, las grandes iglesias medievales se conserva el nombre del arquitecto
alejados de las raíces afectivas del cristianismo, engendraron su rival y se sabe, sí, que el pueblo arrastraba de motu propio las piédras ne-
y la fuerza que por último los absorbería en los cistercienses. 19 cesarias por los caminos; fenómeno que únicamente podemos explicar,
La figura cumbre de este período, de quien no lleva en vano el como hace Landsberg, 20 por la existencia de un orgullo profesional
nombre, fue Bernardo de Clarvaux, que surgió de las profundidades jamás superado y por una igualación que no dejaba desarrollar la so-
del cristianismo ascético con toda la fuerza del espíritu demoníaco que berbia del superior o, en el peor de los casos, capacitaba para percibirla.
animaba a los antiguos profetas. Su época, del 1125 al 1150, es dura, Todo lo que en concreto acabamos de señalar representa el na-
fría; el cueri)o es desgracia para el hombre, y matar los apetitos de cimiento espiritual del nuevo hombre occidental; es el punto de rup-
la carne un deber, tan imperioso, que hasta las sutilezas del pen- tura que separa en el tiempo y en el espacio al hombre del mundo
samiento quedaron excluidas. En ese mundo poblado de íncubos y antiguo del hombre del mundo moderno. La ruina del mundo antiguo
súcubos, la figura de Abelardo, por ejemplo, sufre al ser castrado el resultó por ello tan acabada que los tiempos modernos deberán des-
cercenamiento de lo que con mayor fuerza lo atara al mundo. Así pro- cubrirlo con procedimientos de arqueología, y lo mismo la diná-
cedía Bernardo: su figura es de piedra y recuerda a Calvino; puesto mica de fuerzas tan fluyentes. como las que analizamos no encontraron
que ambos obraron por arte y magia del fanatismo. Junto a lo descar- un desarrollo bidimensional:· ahondaron verticalmente, en lo profundo
nado de esta fe se afina con elegancia casi incomprensible el sentido . del. alma del hombre y del mundo que surgía, pero no expandieron
plástico de lo divino. Las construcciones cistercienses, en contraposición horizontalmente, en la amplitud de la vida que se creaba. El Rena-
con las cluniacenses apegadas al hombre, «castillos de la fe:., parecen cimiento, implicado ya en la Edad Media, realizará esta segunda faz
elevarse desprendidas de · lo mundano, buscando sobrellevar en un del proceso histórico con el planteamiento de una filosofía que hará
Dios-Idea la profunda crisis espiritual que el mundo vivía. La fuerza conocer al hombre su valor como «esencia, humana, no ya mero ins-
que impulsa a todo este período renueva desde sus fundamentos la trumento divino. Y precisamente en este concepto de «instrumento
estructura del mundo feudal, despertando las fuerzas aletargadas de divino:» está la clave de la carencia de una antropología concreta en
los períodos anteriores y que ahora desbordan en todo lo que es acti- la filosofía medieval, esto es, en las doctrinas que fundamentalmente
vidad del espíritu. Las universidades se ·fundan por primera vez; los se desarrollaron del siglo IX al XIV. De este modo, hablar de una cpsi-
clérigos son llamados a desarrollar su apologética desde la cátedra, y cología» para la época es forzar el sentido y alcance del término. El
así, un movimiento que iniciara frenética carrera hacia la más dura pensamiento medieval no necesitó de una antropología concreta ni de
ascesis abre los claustros al mundo y desde la tarima escolástica elabora una psicofisiología, porque al hombre lo interpretó" teológicamente y
la teología. ésas son premisas que la teología descarta porque alma y cuerpo ema-
224 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
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nan del Creador, y de la creatura lo único que interesa es lo divino sores que llevara Carlomagno para sus escuelas, en especial de Italia
y el resto es demoníaco, para aniquilar o domeñar; además, lo demo- Y de Inglaterra, donde mejor se había conservado la tradición de los
níaco no podía explicar lo divino, lo inferior lo superior, y se imponía gramáticos Y de los retóricos. Pedro de Pisa, Alcuino, Bangulf y otros
su destrucción. Si algo nos ayuda a comprender verdaderamente tal fuer~n los fun,dad~res de escuel~s en Tours, Fulda, Carbie, Lyon y
situación es la diferencia de motivos que impulsaban a los pensadores Orleans; la mas celebre fue la ael palacio de los reyes, que seguía
pre y posescolásticos. La época anterior a la escolástica, que estudia- a la Corte en sus desplazamientos por el Imperio. En el renacimiento
mos como patrística (vid. part. ter., cap. 1, 2) y que se extiende desde carolingio, los centros más notables de cultura se encontraron en
los Apóstoles hasta Boecio, Isidoro de Sevilla y Beda el Venerable, ~ancia, mientras que en Alemania sólo llegaron a ganar renombre los
está encaminada a encontrar una definición del dogma. En tanto, la circulas de Fulda y de Saint-Gall, representados por hombres como
filosofía medieval verdaderamente dicha está dirigida a interpretarlo.21 Rabano Mauro y Notker Lobeo. Entre las escuelas francesas las de
Una es consecuencia de la otra en la continuidad histórica de los temas, Laon, Reims Y Lyon sobresalieron, destacándose sobre toda~ la de
pero lo esencial del pensamiento desarrollado en los cinco siglos que Chartres, cuna de una verdadera corriente de pensamiento filosófico
nos ocupan es la influencia del pensamiento griego sobre el cristiano Entre tantos espíritus que abordaron la especulación filosófica sin singu~
a través del redescubrimiento de los escritos de Platón y de parte de larizarse por la originalidad de su pensamiento, fue Juan Escoto Eriu-
los de Aristóteles. En tanto que la especulación de la patrística en · gena: el primero en realizar una síntesis que, elevándose a gran altura
tomo de los evangelios se había nutrido con temas propios, el flore- dominó con su influjo la escolástica por hab2r aportado el platonismo'
cimiento medieval se ve inundado de helenismo; helenismo sui generis, del que ya no se liberarán los filósofos de la Edad Media, ni siquiera lo~
es verdad, pero helenismo al fin. Se conocieron casi todos los escritos tan personales y además influidos por Aristóteles, como Tomás de Aquino.
de Platón y muchísimos fragmentos de Aristóteles, poco ~E)spués tra-
ducido íntegramente e interpretado, con lo cual, conjuntamente con el . . 4. JU<J1n Esco·to Eriugeoo y la continuación del pensamiento an-
dogma católico, otro sistema crítico en muchos aspectos, cobra visos tigu?. --:Desd7 los tiempos del obispo Teodoro de Cantorbery, Irlanda
de realidad tangible, que hace posible atisbar, sin recurrir a una auto- habia sido asilo de ingleses y no pocos continentales que anhelaban
ridad sobrenatural como la que impone el dogma, una cosmovisión dedicar~e al estudio o a la contemplación, y sus claustros habían llegado
asentada en la capacidad explicativa de la razón, y que es la parte del a tal mvel que Beda el Venerable afirmaba haber conocido en ellos
Renacimiento ya implícita en la escolástica. Pero no alentemos la ho~br~s que «hablaban el latín y el griego como .su propia lengua».
esperanza de encontrar en esos pensadores un :tacionalismo decantado; Alla, s~ ~ue podamos precisar fechas, estudió Juan Escoto Eriugena.
las fuerzas en acción son múltiples y el pensamiento se estrangula en Su aparicion en el mundo de las ideas es sorpresiva porque de ninguna
los esfuerzos para conciliar a Dios con la naturaleza, sin caer en el m~nera está preparada por un progreso gradual de 91la cultura histórica.
panteísmo de la ideología grecorromana. Por ello, los historiadores de Mientras sus contemporáneos se afanan por interpretar a Boecio y
la filosofía interpretan este período en dos formas diametralmente , .apr.ender las burdas nociones enciclopédicas de Isidoro, Escoto Eriu-
OJluestas; unos lo consideran como aferrado a un conjunto de con- ¿1 gena supera- a sus predecesores con la claridad racionalista de sus
c~ptos con variantes de forma pero idénticos en el fondo para todos ' .: ; , const;u:ci~nes. En c~érto sentido está fui;r~ de la línea del pensamiento
los pensadores. La especulación escolástica representaría así solamente { " escolastico, es contmuador de la patristica porque conscientemente
el esfuerzo de apuntalar el dogma, continuación teológica de la tradi·}: ' . extrae ~as. consecuencias inmanentistas implícitas en las concepciones
ción patrística 1 y en este caso el examen de un solo pensador releva S \: de los últ~os ~adres, sobre todo Agustín y Dionisia el Areopagita,
del estudio de los demás. Otros caen en el extremo opuesto: escolástica,']· .,, pero al mismo tiempo. se separa netamente de la misma por el carác-
significaría acabamiento completo de lo pensable, encontrando en e~ta ;:;·~ i ter de su procedimíento mental, que rechaza al intuicionismo patrístico
filosofía el círculo cerrado de todas las ideas posibles y la refutación ::~ { Y tli;sarrol~a con tina dialéctica finnemente estructurada un sistema
de lo que desde Kant hasta nuestros días la problemática del pen.. •\,: *' filosofico bien conexo que reposa, explícitamente, en la fuerza intrín-
samiento edificara. Tan viciosa es una como otra forma de encarar los seca de la razón. Es así como, de· alguna manera, Escoto Eriugena está
hechos. Negar valor a los sistemas escolásticos es creer en la genera- fuera d? la escolástica, como en lo general del cristianis~o, porque su
ción espontánea del pensamiento moderno; darle el carácter de summa pensamiento secular no pertenece a la forma rígida de una religión
es negar el progreso del conocimiento. De .la vida de JUAN EscoTo ERIUGENA sabemos poco; nace en Escocí;
La filosofía escolástica se origina con las enseñanzas de los profe- hacia el 810, y se traslada a Francia en el 847, con una personalidad
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intelectual formada, de manera que pronto obtiene de masía, para buscar la significación humana de sus atributos. En caso
una cátedra en la Escuela Palatina. De su actividad en Francia como .de cualquier conflicto entre nuestro razonamiento y la autoridad de
profesor nada sabemos hasta el momento en que realiza la traducción .los Padres, debe ser atendida primero la razón. Y si nos preguntamos:
de los escritos de' Dionisio el Areopagita, que publica sin presentarla ¿Es cuestionable la razón como principio de autoridad?, la respuesta
a la censura papal. El papa Nicolás I quiso someterlo a juicio por sos-· negativa sería una tautología;24 la razón proviene de Dios, que es
pecha de herejía, pero el rey Carlos lo protegió y se negó a entregarlo autoridad suprema, y lo que de Él emana es fundamental. De este
a la autoridad eclesiástica. Con la muerte de Carlos el Calvo desapa- modo, el hecho mismo de pensar lleva inmanente el principio de lo
rece también de la historia la figura de Escoto Eriugena, en el año 877. verdadero. Platón, con su doctrina de las Ideas, domina el raciona-
Algunos afirman que murió durante ese año en Francia; otros, que fue lismo escotiano, y los Idola, apariencias del mundo sensible (la opi-.
llamado por el rey Alfredo a la Universidad de Oxford, que acababa nión de los Padres en este caso), deben ser solamente atendidos como
de fundar. De sus obras, además de la traducción de los escritos de mera fuente de información y punto de arranque.
Dionisio, nos quedan: De divina praedesti11atiane, y otros cinco li- Esta concepción fue de extraordinaria importancia, y se la com-
bros: De divisione naturae.22 El prim'er libro es un tratado polémico prende mejor expresándola con el lenguaje de nuestra psicología y no
limitado a una controversia teológica de la época; su obra fundamen- con el simbolismo vago de la Divina Trinidad, como hiciera la esco-
tal es De divisione naturae. lástica. En el hombre, la tricotomía ousía, dinamis, energeia se tra-
Para el pensamiento de Juan Escoto Eriugena resultó una ayuda duce en los principios del nous = intellectus = esencia; logos = Ta-
de primer orden la traducción que realizara de las obras del Pseudo tio = potencia; dianoia = sentido interno = acto, y de aquí que para
Dionisio el Areopagita, poniéndola.s del griego al latín. Con ella intro- Escoto Eriugena cel alma conoce todo lo que es unüorme y universal-
dujo en la filosofía escolástica el signo del platonismo y el aliento de mente de Dios y de las causas primordiales por medio de su prinier
Plotino y Porfirio, de Jámblico y Proclo, todos filósofos helenizantes, ' movimiento, que es el intelecto; por medio de su segundo movimiento,
para dar una concepción del universo que será desde entonces el que es la razón, lo custodia con la misma universalidad y uniformi-
eterno contrapeso de los definidores del dogma. Para Juan Escoto, el dad. Pero aquello que de esta manera ha recibido el alma lo distri-
mundo aparece como un todo jerárquicamente ordenado, donde el lugar buye por medio del sentido en esencias discretas, en géneros discretos,
de cada ser lo señala su grado de perfección o especie. Por poder de en diversas formas, en múltiples números»,u o sea que multiplica en
inmanencia, cumpliendo una rotación completa, todo surge de Dios y los efectos lo que posee unido causalmente, de manera que de nuevo
vuelve a Él. Aquí ya está preformada la tesis en torno de cuya discu- «el que entiende por medio del sentido disperso de manera multiplicada
sión girará el conflicto que caracterizará a los pensadores posteriores: en los efectos concibe, por medio de la razón, lo existente unido y
la heterodoxia, más de forma que de fondo, que Escoto Eriugena sos- uniforme en sus causas». 2 6 Dicho con otras palabras, esto significa que-
tendrá en De divisione naturae. En esta obra afirma la imposibilidad la unidad intelectual originaria existente en el alma se· desenvuelve en
de separar fe y razón: si la autoridad en que nos apoyamos es verda- la razón como principio que causa y se multiplica en el sentido como
dera, juzgando la razón rectamente, no pueden contradecirse, dado efecto causado; mas el sentido es sentido de sí, o sea razón, o sea re-
que, proviniendo ambas de lo divino, se implican sin dejar lugar a torno de la multiplicidad sensible a la unidad racional causante y, en
dudas, como podría ser el pretendido antagonismo entre la fe y la última instancia, a la unidad inteligible del intelecto. Así, el alma no
razón.23 La Verdad Divina, sobre la que descansa el pensamiento, es sería la base de la vida natural y corpórea, porque ¿cómo cualquier
para Escoto clara y simple: las Sagradas Escrituras. Ellas dicen todo naturaleza puede estar fundada en el hombre, si consta que el hombre
lo que es necesario creer acerca de Dios; por ser la única autoridad, fue hecho después de la creación de todas las cosas? La respuesta de
son· irrecusables. La razón viene a iriterpretarlas, y si bien se presen- Escoto Eriugena está en que más bien sería una unidad independiente
tan exhaustivas, estamos necesitados de interpretación: debemos saber provista de juicio y de voluntad. Y para salvar esa unidad niega cual-
por qué se compara a Dios con una paloma, con el sol; lo que significa quier participación de la vida vegetativa en el alma. Este problema,
atribuirle la ira o la virtud. La patrística, al estudiar .estos problemas, que es el problema del paralelismo psicofísico y que acompañará a la
ha sentado un principio, que por ser esfuerzo racional y no ilumina- psicología hasta nuestros días, plantea la cuestión de cómo debe con-
ción divina, nos sirve de punto de apoyo, pero no es verdad incontro- siderarse el nexo entre materia y espíritu. Escoto Eriqgena no pretende
vertible: el hombre, como ser dotado de razón por Dios, debe hacer resolverlo, y mucho más tarde, hacia el 1150, Isaac von Stella supondrá
uso de la misma sin problematizar la existencia del ser por antono- la existencia de una sustancia intermedia llamada pneuma.
228 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 229

En el pensamiento de Escoto está presente la intuición de la hum~­ como potencia y se destacan culturalmente reintroduciendo en Occi-
nidad del mundo, que no puede resolverse con la individualidad empi- dente un aspecto casi desconocido de la filosofía antigua y que asienta
rica del hombre, sino que asienta en la presencia extratemporal de la en el hecho de que Aristóteles, casi ignorado por el Medievo, comienza
razón en su coeternidad con todos los momentos del devenir, porque a ser apreciado a través de traducciones que lo vierten del árabe al
«también el ángel se realiza en el hombre, por me~io del intelec~o latín, y no del griego. Sin duda se trata de un Aristóteles m~dificado,
angélico que está· en el hombre, y el hombre en el angel .por medio pero la realidad es que semejantes trasvasamientos lo ponen mas acorde
del intelecto humano que está en el ángel. Aquel. que entiende leal- con las necesidades de la ideología que impera que a la pureza relativa
mente se realiza en lo que entiende. Nada de extraño hay en esto: del pensamiento platónico interpretado por la patrística. En efecto,
también nosotros mientras disputamos, nos ·realizamos recíprocamente después del año 1100, ninguna sistemática, ninguna filosofía o teología,
en nosotros mis~os puesto que mientras entiendo lo que entiendes, parece posible sin encontrar respuestas inmediatas a dos cuestiones
me vuelvo tu intele~to y, de alguna manera inefable, me realizo en ti esenciales para una toma de conciencia de la propia esencia y realidad
(in te factus su:m); y del mismo modo, cuando entiendes lo que en- del hombre medieval y de su mundo: ¿qué representa el hombre en
tiendo, te vuelves mi intelecto, y de ~os intelectos se hace ~~· formad~ . su relación con el mundo y con Dios?, y ¿cuál papel desempeña en
por lo que ambos sinceramente y sin pausa entendemos».. De aqui dicha relación su vida psíquica? Estas dos preguntas manan natural-
que en última instancia las cosas existan con mayor ver.ac1dad e:i sus .mente de la nueva ideología; el mundo antiguo no se planteaba de tal
nociones que en sí mismas, y que por naturaleza las nociones esten en manera el problema, aunque fuese inmanente a su problemática. Prin-
el hombre, y que, por consiguiente, toda la realidad sea cread~. Pero cipalmente los pensadores griegos, en particular los de la «polis», des-
Escoto Eriugena no se satisface con establecer estos grados racionales conocían la individualidad, concepto que desarrollarían los cristianos,
del conocimiento; agrega otros que pertenecen a una neb~losa esfera y afrontaban el problema de manera abstracta. Cínicos y estoicos habían
de la experiencia mística y que rompen el círculo racional de las rela- discutido agudamente la cuestión, pero principalmente en razón de su
ciones de vida e intelecto, de manera que este prodigioso . racionali~ta, oposición a los dioses, su influencia resultó limitada incluso en su
que como nadie antes y después reivindicara en el pe~sam1ento medie- propia época, y, combatidas sus ideas con acritud por el cristianismo,
val el valor incondicional y autónomo de la razon, concluy~ su en nada o en casi nada influyeron sobre el pensamiento de los hombres
especulación entregándose al intuicionismo estático del neoplatonismo de la Edad Media. Aristóteles, con su realismo y pragmatismo, como
qistiano. podríamos decir ahora, se adecúa más a los requerimientos filosóficos
o teológicos de la escolástica. En el mundo de las ideas reina el con-
5. Alberto de Bollstaedt y Tomás de Aquino, o la., C:istwniza.~ón cepto cristiano de la vida, la idea cristiana de un mundo limitado por
de Aristóteles. - Con Escoto Eriugena, el influjo platomco, o, !°~Jor la creación, y son un hecho social las condiciones de una vida llevada
dicho, la influencia helenística de la patrística sobre la es.co~astica, según las aspiraciones cristianas de salvación. El platonismo de los
alcanza la forma más elevada y completa. Para la escolastica, el Padres no logra resolver las contradicciones del pensamiento cristiano;
problema de Los universales fue parte ~e las prin~i:i:ales discusiones; doctrina de. la acción, de la praxis inmediata, revela necesidades teóri-
la corriente de pensamiento que prolongo a la patnstica, Y con ella el . cas ajustadas al más estricto realismo, y la incongruencia de ese ma-
helenismo se acantona en el concepto de los universalia, ante rem, esto ridaje entre idealismo y realismo demuestra sus insuficiencias en las
es, que la~ ideas, para reproducir la cuestión en término~ de la gz:ose~­ herejías y procesos en los que pensadores como Escoto Eriugena y Pe-
logía actual, son arquetipos que existen antes de cualquier experiencia dro Abelardo (1079-1142) se vieron, por ejemplo, envueltos. No se trata
y, por consiguiente, el conocimiento no surge de la estructu~a de las · de la idea cristiana en sí, de la realidad de la fe que ninguno de los
· que por el contrario determina esa estructura. Sm aden- 'herejes reniega o rechaza, sino de la catolicidad, esto es, la universa-
cosas, sino , ' d d, d · 1
tran10 s en la refiexióq teológica para entonces e , on e prov1~nen as •· lidad de un solo tipo de pensamiento cristiano que únicamente puede
'd uya evolución histórica vimos en cap1tulos anteriores, la asentar y conformarse en partiendo de la praxis inmediata de la Iglesia,
l eas, Y c d 1 l' t' f t 1
posición que predomina en la primera fase e a eafisco as .1~a drelz:de a , que es pragmática y realista, que afirma sus cimientos en la «ciudad
· · to es l~ negacio' n del empirismo y la re rmac10n e 1 I ea- de los hombres» aunque aspire y propugne la «ciudad dé Dios».
conccrm1en " · , d
lismo griego clásico, que reconoce en Platón su m~s .acabada Y e:e.va a El caso más completo de esta problemática, en la segunda fase de
conceptualización. En la segunda fase de la escolashca, la5. cond1c1oi:es la escolástica, nos es ofrecido por Tomás de Aquino, pensador que
históricas han cambiado; los árabes aparecen en el panorama mundial .influyó de manera determinante sobre el sistema de la teología cató-
·'
HISTORIA CP.ÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 231
230 ALBERTO L. MERANI
desarrollo posterior de las mismas ideas por Tomás de Aquino, el pen-
lica y de la filosofía de los siglos siguientes. Junto al concepto de los. , samiento albertiano representa todavía una fase de transición entre
universalia ante rem destaca los universalia in re, o sea que al predo"' el agustinismo y el. aristotelismo. Entre los escri~os de Albert~ ~e
minio de las ideas , o conceptos sobre las cosas opone las ideas o con- Bollstaedt, fuera de numerosos comentarios de los hbros del estagmta
oeeptos que derivan de las cosas mismas. La conciencia partiría de las y a tratados de Jísica, su tema predilecto, debemos record'.11' como los
•cosas para formular los conceptos y las generalizaciones, y solamente más importantes: De intellectu et intelligibili: Metaphysica; Summa
sería responsable y determinante del valor lógico de las ideas y no theologiae; De anima; De unitate intellectus contra A~ero~;. De
de sus contenidos. Si algo nos dice de manera patente y dramática en quindecim problematibus; Liber de causis et processu unwersitatis a
qué medida para entonces el pensamiento antiguo ya es historia y deja Causa prima.28 • •
de prolongar una ideología muerta de siglos, es la filosofía de Tomás. Estos libros contienen los elementos esenciales de su pensanuento,
Para la época del aquiniense, las doctrinas de Aristóteles, del Aristóte- cuya originalidad reside en la ingeniosidad y en la. lab.or de ~eadap­
les arabizado, eran bien conocidas, pero éste las retoma y estudia con tación a una forma mentis .cristiana de un conterudo ideol6g1co que
mayor profundidad y originalidad que sus predecesores. Sus trabajos, había sido expuesto dentro de otro contexto hist6rico Y social. La doc-
que hoy clasificaríamos como estudios de la vida psíquica, son de raíz trina de Alberto se puede reducir analíticamente a la del estagirita Y
netamente aristotélica, como lo es sobre todo la tesis de que el alma de sus comentadores y como este trabajo es propio tanto de su obra
se superpondría a todas las funciones vitales de los órganos: morfolo- como de la de Tomás de Aquino, alcanzando en éste la máxima per-
gía, movimiento, nutrición, procreación, percepción, deseo. Para Tomás fección pasaremos por alto los resultados alcanzados por Alberto de
de Aquino, como para el estagirita, el organismo viviente se manten- Bollsta~t, para poner de relieve el pensamiento tomasiano, que lo
dría por la acción y efecto de un principio que le es ínsito: el alma, resume y amplía, dándole a la vez estructura sist.emática.
que puede ser atribuida tanto al hombre como a los animales y a las ToMÁs DE AQUINO hijo del conde Landolfo d'Aquino, nace en el 1225
plantas. Tomás acepta para esa alma el viejo nombre de alma vegeta- ó 1227 · recibió su p;imera educación en el convento de Monte Cassino,
tiva y reconoce, con Aristóteles, que la sensibilidad, bajo la forma de para ;asar luego a Nápoles, donde cumplió su noviciado en la orden
percepción, es atributo de los animales y no de los vegetales. Los de los dominicos y finalmente, marchar a Colonia, en el tiempo cuando
animales y el hombre con ellos· poseerían alma sensitiva, con la dife- allá enseñaba filo;ofía Alberto, y del cual se convirtió en discípulo
rencia de que la inteligencia, o alma intelectiva, sería actividad exclu- fiel. Ya maestro de filosofía y de teología, peregrinó, según la costum-
sivamente humana. De aquí que el hombre posea anima rationalis o bre de los' maestros de la Orden, por las principales universidades
anima intellectiva. Si recordamos lo que dijimos de Aristóteles (parte europeas. Colonia, París, Bolonia, Roma, Nápoles, lo contaron en sus
primera, cap. III, 2), no es difícil reconocer en esta denominación aqui- cátedras y su estancia en París; en dos períodos distintos, está unida
niana al nous poietikós del estagirita. 29
con las 'm2yores luchas universitarias y doctrinarias del siglo xm.
El esfuerzo de Tomás de Aquino por encaminar la escolástica por En realizando uno de sus viajes para participar en el Concilio de Lyon,
la senda de un riguroso aristotelismo arranca de la obra de su maestro muere en el convento de Fossanova, cerca de Terracina, el 7 de mar~o
ALBERTO DE BoLLSTAEDT, nacido en Alem¡mia en el 1193 según unos, de 1274. Sus obras filosóficas fundamentales. son tres: un Comentario
en el 1205 según otros, estudiante en Padua primero y después, re- de las senten::ias del Lombardo; la Summa contra Gentiles Y la Summa
clutado por la orden de los dominicos, maestro de filosofía en Colo- Theologiae .30 a éstas se agregan numerosos comentarios de . Aristóte-
nia, París y otros centros de cultura <le entonces. Su propósito fue vul- les y opúsdulos filosóficos diversos. Aunque exégeta de Aristóteles como
garizar en la escolástica la obra de Aristóteles, lo que aparece como Alberto de Bollstaedt, la orientación de Tomás de Aquino es diversa.
algo nuevo y casi herético a los ojos de sus contemporáneos en un En lugar de parafrasear largamente el texto aristotélico como hiciera
principio, y a los cuales después tanto él como su discípulo Tomás de su maestro inaugura el método de interpretación literal, que adhiere
Aquino logran atraer en la órbita de sus ideas con esfuerzo asiduo y en lo posib'.~ al texto. Bajo este aspecto brinda al conocimiento medi:val
una vivísima actividad polémica, creando así, con numerosos secuaces, una conciencia crítica completamente nueva. No obstante, su fidelidad
una escuela dominicana que pronto superará a la franciscan~ como al estagirita encuentra límites insuperables en los principios esenciales
representante más autorizado del. pensamiento filosófico cristiano. La de la teología cristiana, y de aquí que su fidelidad concierna más bien
obra de Alberto presenta al pensamiento de Aristóteles plegado a las a la letra, a la estructura extrínseca de la filosofía aristotélica, Y no al
exigencias de la dogmática cristiana,. y adecuado, en muchos de sus espíritu que la anima. Por lo demás, discutir acerca de la fidelidad his-
principios, a la ideología cristiana de la época. En relación con el
232 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 233

tórica de los conceptos de Tomás es ocioso; su infidelidad es el home- y la cosa, y, por consiguiente, la verdad no puede ser de su arbitrio.
naje a su originalidad de pensador. La verdad, afirma nuestro filósofo, es aprehendida únicamente por el
Para comprender la posición de Tomás de Aquino frente al pro- intelecto, es una adequatio rei et inteUectus,_ conformidad entre las
blema del conocimiento, esto es, la postulación psicológica que concebía y el intelecto, con la advertencia de que está justipreciada por
Ja época, debemos tener muy presente· el pensamiento platónico según· el intelecto, por lo cual la verdad no asienta en un tercer término, sino
lo presenta Agustín (vid. part. ter., cap. II, 1) y el aristotélico en su en el intelecto mismo.
transposición por los árabes.si En efecto, en su reverencia por Aristó- Estos problemas del conocimiento que configuran la psicología to-
teles, Tomás debería negar, para ser coherente, la existencia de espe- mista son los más arduos del sistema porque en su resolución presen-
cies fuera de la realidad empírica, o, con la terminología de la lógica tan una incertidumbre que está en el pensamiento mismo de Tomás,
medieval, de los universales ante rem. Pero su teísmo cristiano le y que es la oscilación entre el pensamiento dogmático y .la posición
impide dar paso tan grave para los fundamentos de la fe, porque sería crítica. De acuerdo con el más estricto dogmatismo cristiano, la verdad
negar las razones eternas preexistentes en el pensamiento divino. Por es el ser mismo, está presupuesta en el conocimiento, que no hace otra
consiguiente, admite, con los comentaristas árabes del estagirita, juntas cosa que reproducir fielmente al objeto. El tomismo hace suya esta
las tres posiciones del universal: ante rem, como forma ejemplar, pla- posición objetivista al afirmar que el intelecto especulativo mensuratur
tónica de las creaturas, preexistente en el pensamiento divino; in re, a rebus, pero la actividad crítica del pensador es a la vez consciente de
como inmanencia de esa forma, infusa por el Creador en el acto de la que la verdad se revela únicamente en el juicio y, por consiguiente,
creación, y post rem, como segunda intención (intenti-0 secu:nda) del agrega algo a la noción pura del ser, siendo una adecuación, una con-
sujeto, o sea como obra de la reflexión subjetiva que abstrae las notas formidad que no puede residir en el ser tomado en sí. De aquí que,
comunes del contenido empírico de las ·sensaciones. De est~ modo, el en oposición con la aserción dogmática que acepta, concluya: «dado
aristotelismo de Tomás, que vimos en su adhesión primaria al estagirita que la verdad y la falsedad existen en el juicio del. alma, el alma en
al iniciar este parágrafo, sufre un golpe irreparable: el mundo de las la medida que justiprecia las cosas non pa.titur a rebus, sed quadam-
ideas está completamente anticipado en el pensamiento divino y cons- modo agit:..33 Estas dos posiciones son inconciliables; si la verdad está
tituye la causa ejemplar del mundo real, desdoblando así al universo en el ser de las cosas, el intelecto no justiprecia, reproduce; si es pro-
en un modelo y una copia. Es inútil que a cada paso Tomás de Aquino ductq del juicio, representa una adecuación entre las cosas y ~l inte-
rechace la existencia de las ideas en sí de Platón, porque cuando las lecto, y la posición más coherente con el realismo tomista es la pri-
pone en Dios, las reconoce en sí. mera, o sea que la res, la cosa, es externa al sujeto que conoce y el
De este modo, su aristotelismo queda fuera de la metafísica y se pensamiento está obligado a modelarse sobre la misma. Pero dogma-
circunscribe al dominio del conocimiento, puesto que la aprehensión ,:,: tismo y espíritu crítico se contraponen en Tomás de Aquino, contra-
de las especies implica una mediación sensible necesaria:. Sensus inve- " posición que lo obliga a buscar una tercera concepción del conocí-
nitur quadammodo medium ínter intellectum et res.3 2 Y con este aspecto ~\ miento, y según la cual el intelecto es la esencia misma o razón de
del pensamiento de Tomás de Aquino entramos directamente en su psi- t, las cosas, Y. que el conocimiento que se tiene no es mera captación. de
y,.

cología. En efecto, nos dice que el sentido está en relación con los i. imágenes o fantasmas, sino aprehensión ·de las cosas como son en su
objetos externos, tal como están dados por su individualización mate- "1 realidad. Aquí las especies no están dadas en el intelecto: ut intellecta,
rial, y. recibe la impresión bajo la forma de especie sensible, que sin " sino que son species quibus intell.ectus intelligit,3 4 esto es, especies
embargo no ·es la cosa tal cual es en sí, sino su imagen (la especie). Tpreexistentes que el intelecto comprende. Con términos y razones mo-
De este modo, el objeto, ya idealizado porque es imagen, o sea la especie j: demos, diríamos que prefiguran las categorías kantianas.
de la cosa, constituye después y a su vez la materia de una ela bo- {: Pero la parte de la teoría del conocimiento que atañe a la mecánica
ración intelectual ulterior, por medio de la cual es abstraída de la espe- ; de la inteligencia, o sea al funcionamiento psicológico, Tomás de Aquino
:: no la toma del estagirita, sino de sus comentadores árabes. Con ellos
1
cie inteligible, y así se comprende la esencia de las cosas. Mas la per-
cepción así comprendida deja paso a la pregunta de si la verdad reside afirma la necesidad de considerar un intelecto posible de acuerdo con
en el sentido, piedra de toque en la disputa sobre los universales. La ·' el cual el hombre es inteligente y que constituye el lugar ideal de la
respuesta del aquiniense es de que está en el sentido, pero no como especie, y un intelecto actuante que lo convierte en intelecto en acto
algo conocido por éste, porque el sentido, aunque debe sentir, no co- al abstraer la especie de la materia y de las condiciones materiales que
noce su propia naturaleza ni la del acto, ni h proporción entre éste la individualizan.s5 En otros términos, y en función de las concepcio-
234 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 235

nes actuales de la psicología de la inteligencia, Tomás se preguntaría . • no con sus potencias. Contra la tesis de la identidad, defendida por los
cuáles son las razones y límites de una capacidad intelectual innata: partidarios de la pluralidad de las almas, Tomás de Aquino atribuye
y cuáles sus alcances traducidos en la expresión activa. Si bien la ins'" · al alma única una pluralidad de funciones que operan mediante prin-
piración tomista en este campo es árabe, niega, sin embargo, la tesis. cipios secundados, o potencias, y que constituyen sus propiedades.
de A verroes de que el intelecto es una sustancia separada y es únic.o Y esas potencias se distinguen de acuerdo con sus objetos respectivos;
para todos los hombres. Su crítica se resume en que si las especies inte- el orden más bajo concierne a las funciones de la vida orgánica (gene-
ligibles son trascendentes y se copulan con el individuo únicamente por · ración, nutrición, crecimiento); el orden intermedio es propio de la
medio de fantasmas. que están en él, queda claro que algo es entendido, vida sensible, que va desde la más simple sensación hasta las formas
pero eso no basta, porque hic homo intelligat. En la teoría de Averroes, más complejas de la estimación y la memoria; el orden más elevado,
el hombre no entendería, pero sus fantasmas estarían implícitos en el la vida intelectual, representa el plano donde se cumple el proceso de
intelecto posible: 36 sin una subjetividad como principio de referencia idealización de la vida humana. Y a su vez, la potencia intelectiva se
y de irradiación de los conceptos, la actualidad del saber queda inex- distingue, aunque sin fraccionarse, en dos potencias distintas: la es-
plicable y, por lo mismo, hic homo intelligat, quien comprende aquí es peculativa y la práctica. El intelecto práctico preside la formación de
el hombre. Y dentro de semejante racionalismo, Tomás de Aquino los juicios prácticos, que aclaran la elección de la voluntad proponién-
concluye, sorpresivamente y como Escoto Eriugena, haciendo impor- dole un bien para realizar. Bajo este aspecto, la psicología de Tomás
tantes concepciones al universal neoplatónico, puesto que termina por de Aquino se revela intelectualista y determinista: el principio del mo-
aceptar una forma de conocimiento que no está condicionada por la vimiento volitivo precede al pensamiento, que anticipa, con sus valo-
sensibilidad, sino que es directamente intuitiva. Con el principio de la res, la acción práctica.
gnoseología agustiniana, de que aunque el hombre sea incapaz de Y si, llegados a este punto, queremos dar un juicio crítieo sobre
intuir las sustancias separadas y angélicas puede, sin embargo, alcan- esta psicología y buscar al mismo tiempo las razones de su éxito his-
zarlas revistiéndose del intelecto angélico, esto es, no encerrándose en tórico que la prolonga hasta nuestros días, nos encontramos frente a
la propia subjetividad, sino transcendiéndola para marchar hacia las dos órdenes de consideraciones divergentes. Por un lado, el valor
etapas más elevadas del itinemrium mentiS in Deum. intrínseco de la psicología tomista es completamente extraño a las
Desde el punto de vista de la historia de la psicología, con· esto lle- causas de'su éxito. Tomás no resume el pensamiento filosófico del cris-
gamos al momento culminante del tomismo. A pesar de la concesión tianismo, que está presente tanto en él como en los demás escolásticos.
que Tomás hace al intuicionismo, reafirma que en la racionalidad está Tampoco puede hablarse de originalidad ni de enfoque peculiarísimo
la esencia total del hombre, el centro antropológico único, como diría- de los problemas psicológicos, cuya raíz árabe resulta fácil rastrear en
mos ahora, en el que convergen y desde el cual se distribuyen todas el tomismo. El mérito que prolongó por siglos la fuerza de la psicolo-
las funciones de la vida, física y mental, el principio común de la na- gía de Tomás de Aquino es ajeno a la misma y corresponde únicamente
turalidad y la espiritualidad. Esta doctrina de la unidad de las formas al mérito filosófico de Tomás, que la arrastró como vagón de cola. En
presenta importantes implicaciones psicológicas. En primer término, efecto, el aquiniense creó un punto de vista original en la variedad del
¿cómo se explica, genéticamente, el progreso del alma vegetativa a espíritu cristiano; supo refundir el material neoplatónico y aristotélico
la sensible y a la racional del hombre? Sin duda no se trata de un con que trabajó dentro del principio animador del cristianismo: la sub-
crecimiento que deja intercambiadas las formas inferiores al asumir jetividad, tanto divina como humana. El helenismo le brindó la idea
las superiores; por el contrario, se trata de un proceso doble, de crea- del pensamiento pensante; Ari.Stóteles le proporcionó el concepto del
ción y de destrucción conjunta, por medio del cual una forma se anula universal individuado, y él, Tomás de Aquino, procuró investigar el
y otra aparece. El crearse de la forma sensible destruye la vegetativa, principio genético de la individuación. Además, de la doctrina aristoté-
y, anulada aquélla, se induce, por otra directa del Creador Y no por lica de la forma, agregando la reelaboración neoplatónica de la jerarq"UÍa
virtud inmanente del germen, el alma racional, que preside por igual de las formas, creó un monismo psicológico que condensa en la racio-
las funciones intelectuales, sensibles y vegetativas. De este modo, ad_e- nalidad todas esas jerarquías. Y esta reflexión filosófica es la que señala
más queda resuelta de manera negativa la cuestión· de las esencias el éxito de su psicología, que la llevó a través de los tiempos, porque
inte~medias entre el alma y el cuerpo, que tanta importancia tuviera en el análisis de sus momentos constitutivos . está presente, aunque no
para el neoplatonismo escolástico. Resuelta negativamente la cuestión expresado, el cogíto ergo sum que volvería explícito Descartes como
de las esencias intermedias, se destaca la de si el alma se identifica o síntesis irunediata de la aperción y que hará su gloria.
236 ALBERTO L. MERANI

NOTAS

l. Guido De Ruggiero, Storia della filosofia, La fiwsofia del cristianesimo,


vol. II, Loe. cit.
2. Las obras de San Agustín ocupan los volúmenes 32-47 de la Patrologiae
cursus completus, de Migne, serie Eclessia Latinae, Paris, 1840-1857.
3. «De Vera religione», en Patrologiae cursus completus, Loe. cit.
4. «De Solíloquium», en Patrologiae cursus completus, Loe. cit.
5. «De vera religione», en Patrologiae cursus completus, Loe. cit.
6. «Retractiones»,, en Patrologiae cursus completus, Loe. cit.
7. «Confessionum», en Patrologiae cursus completus, Loe. cit.
8. «Retractiones», en Patrologiae cursus completus, Loe. cit.
9. «De ínmortalitate animae», en Patrologiae cursus completus, Loe. cit.
10. Ibídem.
11. «De musica», en Patrologiae cursus completus, Loe."cit.
12. «De libero arbitrio», en Patrologiae cursus completus, Loe. cit. PARTE CUARTA
13. Nemesio, De natura hominis, traducción al latín y edición de Holzinger,
Leipzig, 1887.
14. Domanski, Die Psychologie des Nemesius, M'ilnster, 1900. EL MUNDO MODERNO: LA REVOLUCIÓN
15. Las obras del pseudo Dionisio Areopagita figuran en la Patrologiae cursua
completus, de Migne, Loe. cit., vols. 3 y 4 de la serie oriental; la traducción latina DE LAS INTELIGENCIAS
de Escoto Eurigena figura en la misma obra entre los trabajos de este filósofo.
16. En Patrologiae cursus completus, Loe. cit.
17. «D~ divinis nominibuS», en Patrologiae cursus completus, Loe. cit.
18. «Mystica Theologia», en Patrologiae cursus completus, Loe. cit.
19. Cf. Alberto L. Merani, Los filósofos del Medievo, Buenos Aires, 1942.
20. P. L. Landsberg, La Edad Media y nosotros, Madrid, 1938.
21. Cf. Alberto L. Merani, Los filósofos del Medievo, Loe. cit.
22. El escrito De divina praedestinatione y los cuatro libros De divisione na-
turae están en el volumen 122 de la Patrologiae cursus completus, de Migne,
serie Ecclesia Latinae, Loe. cit.
23. Cf. «De divisione naturae», en Patrologiae cursu.s completus, Loe. cit.
21. Ibídem.
25. Ibídem.
26. Ihfdem.
27. Ibídem.
28. Las obras de Alberto de Bollstaedt, o Alberto Magno, fueron publicadas
c11 2Z volúmenes por Jammy, en 1651, edición llena de errores, que fue revisada
y completada por Augusk Borguet, y republicada en París, en 1899, edición esta
sobre la cual citamos.
29. Cf. Aníbal Ponce, Educación y lucha de clases, Buenos Aires, 1934.
30. Las ediciones de las obras completas de Tomás de Aquino son nume-
rosas; una de las más autorizadas es: Opera omnia, iussu impensaque Leo-
nís XIII. P. M., edita Romae, 1882, y por la cual citamos.
31. Vid. Guido De Ruggiero, Storia del!a filosofía. La filosofía del cristia-
11esimo, vol. III, Loe. cit.
32. •Quaes!iones diSputatae de potentia Dei», en Oppera Omnia, Loe. cit.
33. •Quaestionis diSputate de veritate», en Oppera Omnia, Loe. cit.
34. «De unitate intellectUS», en Oppera Omnia, Loe. cit.
35. •Quaestionis disputate de Anima•, en Oppera Omnia, Loe. cit.
36. •De unitate intellectu.s», en Oppera Omnia, Loe. cit.
CAPÍTULO 1

LOS OR1GENES DEL MUNDO MODERNO

l. Los «renacimienton, el cQu.attrocento~, los humanistas. - Frente


al espíritu cerradamente teológico, de la alta escolástica, el siglo xrv se
nos presenta como una época de crítica disociadora. Los grandes sis-
temas teológico-filosóficos, que, principalmente desde París, alimenta-
ran con sus síntesis concluyentes la aspiración intelectual de los claus-
tros religiosos y universitarios, habían sufrido, en el instante mismo de
su florecimiento, el golpe receloso de las dudas de los Escoto y los
Bacon; en Inglaterra, Oxford mostraba un nuevo rostro inaugurando
la postuladón, aunque fuese en teoría, del método experimental como
forma básica de cualquier hipótesis y fueran teóricos o prácticos sus
alcances. Las elucubraciones teológico-filosóficas comenzaban a desper-
tar desconfianza, y justamente con el descrédito por todo lo que ela-
borara el siglo anterior se ahonda la separación entre teología y filo-
sofía como ramas del saber que no son ambas necesarias para cualquier
docto, sino la primera y primordialmente para los clérigos, e infor-
mada ante todo por un carácter práctico que tiende a prevalecer sobre
la especulación cosmogónica. Y justamente con la separación de la
razón y la fe se inician los primeros descubrimientos científicos que
preludian la época moderna. Aunque considerado superficialmente el
siglo XIV presente características de anarquía especulativa, si lo anali-
zamos en profundidad encontramos que en el mismo germinan grandes
y fecundos acontecimientos. En tanto que razones del comercio y la
necesidad de crear una economía que respondiera a los requerimientos
de una Europa en expansión se aplicaban al descubrimiento del mundo
y se inicia la navegación de altura, comienza la reconstitución social
basada en un gran acontecimiento de unidad humana; ya no se trata
de la unión lograda por la comunidad verbal de los dogmas religiosos
y por la jerarquía del clero católico, sino de una emancipación inte-
lectual que bajo el nombre de «Renacimiento> comprende el período de
reconstitución ideológica que se produce en los siglos XV y XVI. Los
descubrimientos geográficos realizados en China y en el Extremo
Oriente 'por los venecianos, en Africa y en las Indias por los portugue-
240 ALBERTO L. MERANI IDSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 241

ses después en el Nuevo Mundo por los españoles y demás navegant.es Los orígenes político-sociales de este movimiento intelectual han sido
de' Europa occidental, ensancharon los límites del .sa?er en el es?acio, bien estudiados.1 Están íntimamente unidos con la decadencia de los
y en la misma proporción que se corrieron los limites del horizonte municipios, que se crearan y fortalecieran en la Alta Edad Media, y
terrestre creció la audacia de la imaginación y la certeza, para el p~n­ con el florecimiento de las «repúblicas> italianas, que habían susti-
samiento, de que se debían sacudir muchas trabas, dogma~ Y pres~np­ tuido en el poder a los señores feudales y se enriquecían con un co-
ciones y elaborar una nueva cosmovisión. Por este cammo comienza. mercio que propiciaba su ubicación geográfica y acrecentaba un genio
la estructuración de una nueva ideología que, ineluctablemente,. ~~­ especial de su gente para traficar, como fueron ejemplos Venecia, Gé-
plantará a la cerrada sistemática medieval. En efecto, la reapar~c10n nova y Florencia. La destrucción de los municipios y la era de las
en el escenario de la cultura de las letras antiguas, que une a los siglos «repúblicas> está señalada por situaciones político-sociales muy aza-
presente;;, con los pasados por encima de los, ~rígenes mismos de la rosas; lo cierto es, sin embargo, que la disolución del feudalismo pri-
Iglesia, hizo que. la humanidad europea, la unica que c_u:nta. en ese mero, la suplantación de los municipios después, creó un momento
momento para la evolución de la· cultura y el saber, ongm~riax:iente histórico en el cual se vivió a la casualidad, con la orientación de la
grecorromanos, se apodere de los orígenes mismos de su historia, al suerte, y según el resultado de batallas en los primeros momentos, de
mismo tiempo que toma posesión de la redondez completa del ~lo~o, traiciones y luchas fingidas luego, de matanzas en todo momento. Sin
descubre otras culturas, otros focos de humanidad, compara, asimil~, embargo, el impulso de libertad, que había constituido a los municipios,
v reconstruye sus propias definiciones de la vida y del mundo. Sm las repúblicas y las ligas contra el feudalismo, fue lo suficiente fuerte
duda mucho se ha exagerado acerca de esa época tan especial en la y poderoso para continuar como ideal de la emancipación del indivi-
suce~ión de las edades, pero el juicio histórico más sereno Y ponderado duo a pesar de los avatares nefastos de la época. El hombre del si-
termina siempre por considerarla única. Parangonada en mu$!hos aspec- glo xv trató de desprenderse del pasado inmediato, de la sociedad en
tos con el «milagro griego» (part. prim., cap. I), en verdad no presen- que vivía, para perseguir el ideal del individuo que en todos los aspec-
tan similitudes en sus raíces y estructuración; de los antecedentes tos se basta por sí mismo y crea un mundo nuevo a su alrededor. Para
griegos poco conocemos, de la Edad Móderna nos son familiares en este ello comenzó por descubrir en su esencia, en lo humano que no de-
aspecto todos los detalles, y especialmente el hecho concreto de la el~­ pende de la humanidad, la plenitud de su fuerza y de su belleza, como
boración de una nueva concepción de lo humano, de una antropologia atestigua el arte pictórico y escultórico del «Quattrocento». Tal fue el
completamente nueva aunque el pretexto aparen.te sea el retorno. al movimiento de los «humanistas:. que, por encima de la retórica y de
ideal helénico: el hombre renacentista nada tendra ~ue ver c.on el .ciu- las formas· estéticas, reconoce el motor primero· de su actividad en el
dadano de la «polis», porque no fue en vano que mas de qu~n~e ~iglos individuo que tiende a manifestarse con toda la fuerza de su persona,
de historia machacaran lo humano sobre el yunque d,el :ristianismo. desligado de las trabas infinitas de las costumbres y de las leyes. Mas
Sin embargo, hablar de «Renacimiento» es emplear un te~~o de ~alor seamos cautos en la apreciación; no se trata de una aspiración general,
relativo; antes del siglo xv, antes de la huida de los gramaticos griegos ni siquiera de una eventualidad abierta para todos y cualquiera, por-
de Constantinopla ocupada por los tui:cos, llev.ando. sus libro~ Y saber que es un ideal de perfección accesible únicamente a un limitado nú-
hacia Occidente las letras latinas habian seguido siendo cultivadas en mero de escogidos, en tanto el resto de los hombres, el. pueblo en una
Roma y otros l~gares de lo que otrora fuera el Imperio de los césares: palabra, no puede aspirar más a,llá del beneficio limitado de una vida
Virgilio, casi divinizado, era venerado a la misma altura que ~ ~adre.: más humana aunque sin libertad. Cuando Florencia liberó a ·los cam-
de Ja Iglesia. Además, con un siglo de anticipación, e~ R~nacnrue~;o ;: pesinos de toda servidumbre «porque la libertad, derecho imprescrip-
italiano había tenido un Petrarca como precursor y hab1a sido tambien,.\ tible, no puede depender del arbitrio ajeno», 2 su actitud no fue imitada
precedido por el renacimiento árabe, que con la confluencia. de :r:ioros~ ; y la misma ciudad la olvidó muy pronto, sobre todo con su conducta
judíos y levantinos aportó a Europa el conocimiento del Asi~ ,onental. respecto a Pisa, a la que acababa de vencer. No obstante, aunque esa
No obstnnte fue principalmente en Italia donde la evoluc1on de la aspiración a la perfección fuera privilegio . de unos pocos satisfechos;
ciencia y dei arte abriendo nuevos caminos, adquirió la fuerza sufi- el hecho de intentar concretarla significa, históricamente, muchísimo.
ciente para mereder el nombre de «Renacimiento>, º. c~mo se 1,o ha En la perspectiva del tiempo, lo que verdaderamente interesa es que se
resumido con la palabra italiana «Quattrocento>, que significa .la epoca sembró el ideal de una humanidad futura compuesta por hombres libres
del mil cuatrocientos y se aplica a los progresos del saber realizados en para autocrearse y para recrear un mundo a su alrededor. Que este
Italia durante el siglo xv. ideal sea todavía hoy utopía no importa; el hecho de que haya sobre-
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242 ALBERTO L. MERAN! mSTOBIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 243

vivido a las tiranías, a las guerras, a las presiones económicas, al remo.; ,,mar los libros de Éfeso, sobrevivió por mucho tiempo ·en los pontífices
lino político en que vivieron desde entonces hasta ahora los pueblos¡ ' animados por el fervor primitivo; en el siglo VI, Gregorio el Grande
nos habla de indi,vidualidades fuertes, conscientes de sí mismas, que en · . apostrofa a un obispo porque ese me hace saber, y no puedo repetirlo
cuatro centurias de luchas continuadas no tranzaron ni se acoquinaron,.·¡ 'sin vergüenza, que Vuestra Fraternidad ha osado exponer a algunos
los principios de la gramática ... Cosa grave y vergonzosa es que un
2. El descubrimiento de la libertad y el gusto por el saber. - La obispo se ocupe de esas futilidades indignas de los religiosos y de los
revolución que se producía en las inteligencias fUe, en su naturaleza laicos>. ¿Acaso en el Concilio de Calcedonia, muchos obispos no de-
más íntima, religiosa. El hombre dejaba de ser la víctima inocente del bieron acudir a colegas o amanuenses para atestiguar decretos que no
pecado original; el anatema agustiniano, en su forma y aplicación, se sabían leer ni firmar? En vísperas del Renacimiento, el más rico en
diluía; los individuos recobraban frente a la naturaleza su pureza pri- , libros de todos los monasterios ilustres de la Edad Media era el de
mitiva y se sentían con derecho a probar los frutos, aunque fuesen Clairvaux, que, según D'Arbois de Jubainville, guardaba. 1.714 volú-
pecaminosos, del paraíso perdido. Nadie expresó entonces con mayor menes.4 Y no se trataba de escasez de libros porque aún no había sido
relieve y claridad este punto de vista que Rabelais, monje y médico que mventada la imprenta, porque para la misma época la Biblioteca de
hizo del mundo y de la vida profundo análisis destacando, con sus los Fatimistas, en El Cairo, contaba con más de dos millones y medio
sátiras, la muerte de la vieja ideología escolástica e indicando, con su de volúmenes. Cuando en el siglo XIV Bocaccio visitó la biblioteca del
fantasía, lo que el hombre aherrojado por centurias aspiraba. Entre famoso mona.Sterio de Monte Cassino, sólo encontró libros mutilados:
otras cosas, nos dice de sus damas y caballeros de la cOrden de la los frailes raspaban los pliegos, cortaban los márgenes y hacían con
libre voluntad>, reunidos en el monasterio del mundo moderno que ellos salterios para los niños y las mujeres. El pasado que el «Quattro-
imaginaba: «En leur reigle n'estoit que ceste clause: Fay ce que cento>. descubría por encima de la historia de la Iglesia, estaba mutilado,
vouldras. Parce que gens liberes, bien nayz, bien instruictz, conversans desbaratado prácticamente en su expresión escrita, la única que podía
en compaignies honnestes, ont par nature ung instinct et· aguUlon qui comunicar directamente ideas, y su resurrección es la que procuraron
toujours les poulse a faictz vertueux, et retire de vice: lequel ilz activísimos investigadores como Aldo Manucio, erudito e impresor de
nommogent honneur.> s Es una fe absoluta en la bondad de la natura- la época; se discutieron los textos, se los restableció en su pureza pri-
leza humana, y aunque la lectura de los autores de la época nos revela mitiva, y en la tarea se desarrolló un espíritu crítico hasta entonces
que a veces expresan juicios pesimistas bajo la presión de las des- ausente en la historia de la cultura. Primero fueron los problemas de
gracias nacionales, se estima .Y se mantiene en general en la más ele- la puntuación, de la ortografía y de la sintaxis, y después la misma
vada posición al sentimiento del honor que representa, para el con- minuciosidad y cuidado, el mismo espíritu crítico, se aplicó a las cues-
senso de la ideología que surge, confianza en el desarrollo ilimitado del tiones de la historia y de la ciencia en su conjunto. La revolución de
hombre, por encima de sus capacidades cognoscitivas. Después de las inteligencias acababa de cumplirse, y de esa crítica escrupulosa,
centurias se acepta, contra la prohibición de la Iglesia, el derecho de a veces soporífera por la minuciosidad y afán por cuestiones insignifi-
todos para aspirar al conocimiento; inocencia e ignorancia dejan de ser
sinónimos, y se abren escuelas y se ensalza la ciencia contra los que,
cantes, nació el libre examen de las doctrinas diversas y opuestas.
'

Florencia, «la ciudad que fue la flor de las ciudades, 11 y que aporto
.
sigUiendo a San. Pablo y a San Agustín, predicaban la cabsurda cien- a la obra artística del . «Quattrocento:. tanta imaginación y genio, era
cia>. Por supuesto que no debemos caer en idealizaciones románticas · la capital desde la cual los Médicis, mercaderes que habían sabido
y reconocer que entre los humanistas hubo gente sin consistencia, tomar el poder, hizo la vida del burgués y del letrado espléndida. Mar-
hipócritas, aduladores y parásitos, pero no por eso se dejó de producir silio Ficino, uno de los humanistas más ilustres del grupo que gravi-
nuevos conocimientos. Y este fervor por el saber no debe interpretarse taba en torno de Lorenzo de Médicis, el cMagnífi.co,, pudo escribir,
como vapor que escapa a chorros de la caldera recalentada por el saber y sin adular a nadie: cÉste es un siglo de oro: ha dado nuevamente a la
contenido en los monasterios y las órdenes religiosas, como a menudo luz las disciplinas libeI'.ales casi extinguidas, la gramática, la poesía, la elo-
se ha repetido. Nada de eso; un Rabelais y un Bocaccio son frailes per- cuencia, la pintura, la arquitectura, la música, el arte de cantar sobre la
seguidos por sus congéneres y superiores. Durante la Edad ~dia, en antigua lira de Orfeo, ¡y todo esto en Florencia!, Así escribía a un amigo
su conjunto, la Iglesia odiaba los libros, y los religiosos que los ama- invitándolo a establecerse en la ciudad, y agregaba: «iSé dichoso, sé flo-
ban a pesar de todo eran celosamente vigilados como fautores poten- rentino!>, y su latín flexible y fluido, manejado como una lengua viva y
ciales de una rebeldía oculta. El celo del apóstol Pablo, que hizo que- casi materna, contrasta con la decadencia de esa lengua en el Medievo.
ALBERTO L. MERANI
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244
Que la revolución de las inteligencias pensaba, a través de la resti- arte primero, de la ciencia después. Aunque el Maquiavelo de los
tución del pasado, en hombres libres del presente lo prueba el hecho Discorsi y el Guicciardini de los Aforismi fueran cáusticos para con
de que no sólo se pensaba en los príncipes y sus herederos, en los el Papado, por lo general fuera de la Curia romana solamente gozaban
cortesanos y burgueses ricos y sus hijos, sino que de alguna manera de respeto moral algunos obispos y párrocos dignos; el resto, canóni-
hasta al pueblo se lo hizo participar. Se transformaban las escuela:; gos y frailes, aparecía siempre sospechoso y sospechado, y toda su casta
existentes y se creaban nuevas al estilo de «Casas alegres». Este era despreciada como gente ignorante y burda. Pero también llegó su
aspecto, que descuida la historia de la pedagogía y de la cultura, tiene turno a los humanistas profesionales. El movimiento de renovación
su ejemplo en la escuela que fundó Vittorino Rabaldoni, cerca de Man- que desde principios del siglo XIV, y teniendo como centro Italia, irra-
tua, en una pradera «regocijada con los árboles y las fuentes». En la diaba por Europa, concluyó haciendo de los humanistas una casta y
casa, adornada con frescos y flores, niños de todas las comarcas Y de del humanismo una profesión. Después que generaciones de poetas-
todas las clases sociales vivían y estudiaban sin temor a los golpes del filólogos difundieran la cultura de la A~tigüedad, ya en el siglo XVI
~magíster». La pedagogía de Rabaldoni se resumía en hacer la ciencia la masa entera de los humanistas cayó en el descrédito. Se sigue
amable y el juego instructivo. Había comprendido que todas la~ co~­ hablando, escribiendo como ellos hablan y escriben, pero gradual-
diciones ·del hombre deben ser desarrolladas paralelamente: la mteh- mente el pueblo no quiere saber nada con ellos. Es verdad que habían
gencia renovada por la variedad de los estudios, y· el ~':erpo restaurado desarrollado una soberbia sin igual y se habían entregado a todos los
por la dive,rsidad de los alimentos, y todo defecto, ÍlSlco o moral, co- desenfrenos del poder, siendo la acusación más corriente de incredu-
rregido. Rabaldoni, «nacido de una encina>, era el modelo al que todos . lidad, pero la raíz de su descrédito calá más hondo, siendo más pro-
fos discípulos querían parecerse.{! Y Vittorino Rabaldoni ni fue un ge- funda y significativa: fuera de la cultura de la expresión, de las for-
nio ni una excepción; representa simplemente al burgués del «Quattro- mas, del refinamiento en el arte y en el trato, poco o nada habían
cedto» animado por el espíritu de la época, sostenido por el entusiasmo dado a las necesidades prácticas de una burguesía cuya actividad en
de una ideología que relajaba el s~ntido de la piedad católica, permi- ascenso de comercio e industria ayudaba a descubrir el mundo -los
tiendo a los hombres pensantes volver a la naturaleza y alejarse de grandes viajes- y apreciaba al hombre con sentido concreto de cria-
las prácticas esterilizantes del ascetismo. No obstante, esas fuer~as tura productora de bienes. Además, el predominio de las ediciones
herencia de otras épocas sobrevivían, sobre todo en el pueblo, Y tuvie- impresas emancipaba al burgués del trato constante y personal con los
ron su período de reaparición triunfal cuando al final del s~glo xv ~l humanistas. El saber y la cultura se concentran en la tarea de los.
fraile Savonarola, seguido por sus «piagnoni», lloradores, llego a domi- gabinet.es de trabajo y al ideal prevaleciente de una cultqra polifacé-
nar Florencia y dictó leyes a la misma Señoría. Retornando a la tra- tica: literaria, artística, filosófica bajo la forma de análisis filológico, se
dición paulina, hizo quemar obras de arte, instrument?s ~e mús~ca Y suma la aspiración de un saber positivo. Al navegante le es más útil
libros entre otros los Cuentos de Bocaccio. Pero «los mil anos de igno- la. brújula que una edición de los clásicos provista de ~tiguos. escollos
ranci~ y de suciedad», con que Jules Michelet resumió la Edad Media, y nuevos comentarios. La presión de los hechos es tan grande que en
habían dejado definitivamente de pesar, inclusive para la Iglesia. ~ el año .de. 1531 el más prominente de los poetas del «Quattrocento»,
aguda crisis de fe y de penitencia que desencadenara Savonarola duro Ariosto, se expresa en su Sátira VII con soberano desdén de los poetas
apenas cuatro años, y el «restaurador> fue a la hoguera por orden del Y pensadores de la .época. Y aunque Pierio Valeriano se quejara en su
papa Alejandro VI, acusado del crimen de «demasiado a;dor en ~u , De infeLicitate literatorum de la injusta suerte que aguardaba a los
fervor hacia Dios». La revolución de las inteligencias hab1a determi- · . literatos, lo cierto es que el interés general comienza a conglomerarse
nado la emancipación de la sociedad civil, y, por su intermedio, de la · en torno de otro tipo de humanista: el sabio, que unía al conocimiento
mujer, que conquistó así prácticamente una parte de la vida social q~e · del arte y de las letras el de las ciencias y demostraba mesura en el
desde la antigüedad se le había negado: muchas llegaron a la celebri- vivir acercándose al burgués medio, al que su acción beneficiaba nor
dad por su saber, ingenio y energía, y todas participaron plenamente su afán de investigar eri: la naturaleza y en las artes prácticas r~la­
en la educación de los hijos varones. cionadas con la producción. La última época del Renacimiento está
La conciencia de Dios en la Edad Media había tenido su asidero ,en llena de estos ejemplos, como el de Pomponius Laetus, cuya vida
la potestad de la Iglesia; inspirada· en dogmas abstractos que _defin1an cuenta in extenso Burckhardt; 7 pero, fuera de lo anecdótico, la figura
al hombre y a su ser, había alejado a la humanidad de ,su propia ;iatu- más saliente en este sentido, prototipo del verdadero humanista y
raleza, que los pensadores del Renacimiento redescubr1an a traves del · científico del «Quattrocento» fue Leonardo da Vinci. De Leonardo se ha
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246 ALBERTO L. MERANI

escrito tanto que parecería repetición inútil insistir sobre su figura y,


en nuestro caso, dado que su influjo sobre la ciencia de la época y
siglos posteriores ,fue nula porque conservó celosamente criptografia- NOTAS
dos los apuntes que contenían sus descubrimientos científicos y obser-
vaciones. Por ello carece de sentido introducirlo en una historia de l. Cf. Ja.cobo Burckhardt, La cultura del Renacimiento en Italia, Buenos
la psicología con carácter retrospectivo, pero es necesario como ejem- Aires, 1944. 19 8
2. Vid. Eliseo Reclus, El hombre 11 la Tierra, vol. IV, Barcelona, O .
plo, bien conocido, presentar el análisis de algunos de sus rasgos de 3. Rabelais «Gargantúa», en Oeuvres completes, La Pléiade, Paris, 1955.
sabio renacentista. '" 4. D'Arbo~ de Jubainville, De l'intérieur des Abba11es cisterciennes, Pa-
Arquitecto, pintor, pensador, escritor, matemático, físico, anatomista, ris, 1883.
ocupándose con sentido aplicado de mecánica, de hidráulica y de estra- 5. John Ruskin, Las mañanas de Florencia:, Valencia, s. f.
tegia, Leonardo representa cla obra maestra [del Renacimiento] de 6. Vid. Philippe Monnier, Le Quattrocento, Paris, 1892. . •
7. Jacobo Burckhardt, La cultura del Renacimiento en 1talí4, Loe. ~1t.
existencia armónica y de plenitud de las capacidades humanas>, al 8. •Préface» ·a la edición francesa de los Taccuini de Leonardo, Paris, 1942.
decir de Paul Valéry,s y su legado escrito consta fundamentalmente
de fragmentos y de anotaciones incompletas en los que se alternan
intuiciones geniales con contradicciones sorprendentes. Se ocupa de la
naturaleza, de la cual hace una reducción físico-matemática que lo
convierte en precursor de Galileo y de Descartes. En lo que a antro-
pología concreta se refiere, y es de nuestro interés particular, no se
muestra menos explícito. Defensor de un empirismo radical, se atiene
al papel de la sensibilidad, puesto que «las cosas mentales que no
pasaron por los sentidos son vanas», y «las verdaderas ciencias son
aquellas que la experiencia hizo penetrar por los sentidos, silenciando
la lengua de los litigantes». Destaca la vaciedad del concepto sin ma-
teria, porque «si dudamos de la certidumbre de algo que pasa por los
sentidos, cuánto más debemos dudar de las cosas rebeldes a esos sen-
tidos, como de la aserción de Dios y del alma y similares, por las cuales
siempre se disputa y se contiende». Leonardo teme a las aseveracio-
nes dogmáticas y aconseja escapar de los especuladores cuyas razones
no están confirmadas por la experiencia; de aquí que rechace cual-
quier definición del alma asentada en el razonamiento, que cdejo en
la mente de los frailes, padres de los pueblos, los que por inspiración
saben todos los secretos». 'Leonardo se apasiona por el hombre ctotah;
hace disecciones humanas para un tratado de anatomía y de fisiología
que preparaba, y destaca la importancia de las funciones nerviosas en
relación con la actividad sensorial. Sus investigaciones anatómicas, fisio-
lógicas y antropológicas enfocan al hombre con una perspectiva con-
creta y unitaria, acentuando que el ser humano proviene de la natu-
raleza y, necesariamente, está sometido a sus leyes. Sin duda,. Leonardo
no es, en este sentido, la excepción del «Quattrocento», pero como sabio
renacentista es el prototipo del pensador que trata de devolver al
género humano su carácter de naturaleza, y por ello su pen~amiento,
como el de sus congéneres, representa la ruptura epistemológica con
el pasado y el primer gran anuncio de los tiempos modernos y de la
ciencia experimental.
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 249

del estagirita. Además, tenemos una tercera corriente, que la tradi-


ción ha querido denominar como de «los verdaderos sabios>, indivi-
duos para quienes ni Platón ni Aristóteles son modelos dignos de los
nuevos tiempos y, desdeñando la especulación filosófica a la manera
ya clásica, se remiten a Arquímedes, esto es, al. primer hombre que
supo unir las matemáticas con la· experiencia. Ignorado durante toda
CAPÍTULO 2 la Edad Media, Arquímedes lleva de pronto y sin transiciones a un
punto de vista metodológico avanzadísimo y que de ninguna manera
LA ANTROPOLOGfA CONCRETA DEL RENACIMIENTO podía sospechar la tradición. Finalmente tenemos una cuarta corriente,
la de los moralistas, tan original como la anterior pero menos positiva,
que no llega a ninguna fórmula determinada pero que, con clos ver-
1. Las c07'7'ientes del pensamiento renacentista. - La ideología re- daderos sabios», influye radicalmente en la eStructuración de una antro-
nacentista, que en sus aspectos más significativos destacamos en el pología concreta que desembocará con Descartes, en el tratamiento
capítulo anterior, es confusa y su delimitación difícil. El voluntarismo sistemático de los temas psicológicos.
que caracteriza a los pensadores de la época crea las amalgamas ideo-
lógicas más dispares y nos muestra los contrastes más absolutos de 2. El platonismo. - El esquema ideológico del humanismo choca
la sobrevivencia, como trasfondo de teorías atrevidas, de mitos y dog- ·directamente con el esquema teocéntrico del universo heredado de la
mas milenarios. La ruptura con la escolástica fue lenta y tortuosa y escolástica, y esa lucha que desgarra muchas veces las conciencias
el retorno a las :fuentes de la antigüedad aparece muchísimas veces del Renacimiento se acusa de manera precisa en uno de los mayores
teñido por concesiones que representan escollos políticos o religiosos. pensadores del siglo xv, el cardenal NICOLÁS DE CusA (1401-1464), lla-
Leonardo habla, como vimos, con toda franqueza y se expresa como mado también Nicolás Cusano porque había nacido en Cues, cerca de
hombre de una modernidad absoluta, pero no olvidemos que sus Treviri, pero cuyo verdadero nombre era CHYPFFS o KREBS. Hombre de
Taccuini los conservó en celoso secreto y que eran además criptogra- extraordinaria versatilidad, se ocupó de filosofía, de teología, de mate-
mas, o sea quedaban escondidos a los ojos de cualquier indiscreto con máticas y de física; en astronomía se lo considera precursor de Copér-
el "Uso de escritura especular. Leonardo sabía, y lo sabían los espíritus nico. Formado en la corriente del occamismo, que enseñaban sus maes-
libres de entonces, que las concesiones en arte eran mayores y más tros de Heidelberg, recurre siempre y cada vez más en la medida que
fáciles que para el pensamiento y tomaba precauciones. De aquí que madura su pensamiento a las fuentes del platonismo, sobre todo a través
desde el punto de vista filosófico el pensamiento del «Quattrocento» re- de las obras de Proclo, y desemboca así en lo que será el verdadero
presente un momento de transición y que en los ciento cincuenta años fondo de su pensamiento: la búsqueda de un método que le permita
que median entre el fin de la escolástica y el siglo :xvll, las corrientes pasar de un plano de visión del universo superior al de la razón y
de ideas nos resulten confusas y poco distiritas. No obstante, podernos ¡· al de los sentidos, o sea ver todas las cosas de manera intelectual
precisar una fuerte tendencia hacia el platonismo, que todavía procura, f: (intellectua.Hiter) y no racional ('rationaliter ).
a la manera de Marsilio Ficino, encontrar, aunque ya no sea en Platón, i¡,, Esta posición la determina con análisis matemáticos que pretenden
una síntesis filosófica propicia al cristianismo. Otra corriente es la i'.: instituir, junto con la matemática «sensible» o práctica del agrimensor
averroísta de la Universidad de Padua, que descansa sobre la inter- ;!; y la matemática racional de Euclides, una cmatemática intelectual>,
pretación árabe de Aristóteles, contraria a la interpretación cristiana 'l que denomina carte de las transmutaciones geométricas», y lo cual lo
que desarrollara la escolástica. Aristóteles está considerado como na- ,,;: lleva por el mismo camino de razonamiento que a los neoplatónicos de
turalista antes que como filósofo, y aparece acentuada la idea de que ii épocas anteriores a la teoría, ya asentada por el mismo Platón, de los
niega la providencia y la inmortalidad del alma. Sin duda, muchos han :0: tres grados del conocimiento, y a la que da una nueva forma: los
visto en esto el acta de nacimiento de la ciencia moderna, pero no 'f sentidos, cuya tarea es siempre y en cualquier circunstancia la de afir-
debemos engañarnos con las expresiones: la corriente paduana signi- 'i mar la existencia de algo, están rectificados por la razón, que, natu-
fica, en su recurrir a Aristóteles naturalista, un retroceso en el camino '!': ralrnente, puede afirmar o rechazar. La razón, que por su propia esencia
del conocimiento, porque sus pensadores estaban atados al determi- ;f está unida con el principio de contradicción, resulta a su turno recti-
nismo más absoluto y se atuvieron estrictamente al espíritu de la física ~¡::ficada por el intelecto, que no sufre contradicciones u oposiciones por-
250 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 251

que es emanac1on divina, y en Dios todas las opos1c1ones coinciden. los filósofos dogmáticos. Haciendo revivir el animismo de los estoicos,
De este modo, en la teoría de la inteligencia del Cusano se reúnen Telesio admite el dinamismo que éstos defendían con sus dos princi·
contrarios que la :razón opone y declara incompatibles, de donde se con- pios fundamentales, o sea una fuerza activa y una materia completa-
cluye que el conocimiento tiende hacia lo irracional, o sea hacia lo mente inerte y pasiva. Esta fuerza activa es un cuerpo, y el alma del
intelectual como un límite, tal como se da en su «matemática inte- ser vivo que es parte de ella es igualmente un cuerpo, un hálito o
lectual». En su obra fundamental, De docta ignorantia,1 cuyo título es pneuma que se localiza y extiende a través de las cavidades cerebrales
significativo porque debe traducirse por «ignorancia consciente» y que y de los nervios. Crítico de la ontología de Aristóteles, al que admira
es expresión tomada de Agustín, Nicolás de Cusa afirma que Dios es como naturalista, Telesio pone como premisa del conocimiento del
infinito y que por lo tanto no puede ser conocido por el conocimiento hombre la exigencia: empírica de que la naturaleza, como la del mundo
finito del hombre, razón esta por la cual debemos tender a él por me- físico, no puede ser conocida en partiendo de ·definiciones metafísicas
dio de la intuición inmediata, que es un arranque místico, resultando de la sustancia, y su lucha, su obra, consistirá en demostrar que única-
de aquí que la verdadera sabiduría, esto es, el conocimiento humano mente sobre la base de la experiencia se puede determinar qué es el
perfecto, descansa en el saber que no se sabe. Dicho de otra manera; hombre y qué es la naturaleza. Por supuesto, la experiencia de que
es el estado de espíritu del que, insatisfecho con el conocimiento ra- nos habla Telesio no es una experiencia crítica, no se trata de un
cional, sabe medir la distancia que lo separa del conocimiento inte- examen de sus condiciones y alcances, sino que la concibe como capaz
lectual e int~nta aproximarse al mismo. Parece, y atinque a menudo . de hacemos conocer las cosas en sí mismas, aunque prudentemente le
se lo da con carácter afirmativo, que los textos directamente inter- pone un lúnite, que es la incapacidad de socavar la autoridad de las
pretados no confirman, que el Cusano habría percibido que el cono- Sagradas Escrituras.
cimiento se realiza por movimientos inversos de análisis y de síntesis. De la cosmogonía de Telesio, lo único que aquí nos interesa es
Tal sería la interpretación de lo que denomina explicatio, un estado que, al considerar la naturaleza en su autonomía y objetividad, la pre-
de retención y de multiplicidad de las cosas inferior a la complicatio; senta animada como naturaleza que engloba al movimiento y a la vida
mas al respecto nuestro autor es demasiado vago y lo único cierto es junto con los poderes psíquicos, y de donde todos los seres que sufren
que para él, como para Aristóteles, la complicatio es el estado en que una acción la sufren en tanto están dotádos de sensibilidad. Sobre este
se encuentran todas las cosas en el alma, y el conocimiento que las fundamento, Telesio elabora una antropología concreta y trata de expli-
produce poco a poco es la explicatio. Sin duda el cardenal de Cusa car al hombre, aunque sin negarle fines y facultade!> trascendentes
es por su afán metodológico un moderno, es el hombre del Rena- que expresa con la tesis de un alma innftl.terial que se agregaría a la
cimiento que procura encontrar en el neoplatonismo un método que material y que se encuentra en relación con el destino sobrenatural
ayude a resolver problemas concretos y limitados, pero su afán se ve del género humano, idea esta que no se compagina bien con su cos-
retenido, constreñido por sus propias fuentes, y aunque no busque en mogonía y que debemos admitir como concesión al poder de la Iglesia.
el neoplatonismo una metafísica, tampoco encuentra un planteamiento Como la reducción naturalista del hombre sófo es posible si todos los
antropológico y concreto del conocimiento humano. principios científicos tienen origen sensible, considera la sensibilidad
El platonismo renacentista está lejos de constituir una unidad doc- como un poder activo y le atribuye la capacidad de aumentar, por
trinaria y contrariamente a la preocupación de Nicolás de Cusa, que medio de un proceder analógico, los datos de su experiencia. De este
ofrece su doctrina como una visión del mundo que se añade a la fe, modo, Telesio atribuye a la sensibilidad el poder de superar· las sen-
los neoplatónicos italianos sostienen un animismo universal, la teoría saciones del momento, de compararlas entre ellas y con las anterior-
del universo vivo que habían sostenido los paduanos, pero de los que mente probadas. La sensibilidad poseería la capacidad de establecer
diferencian por su hostilidad abierta contra Aristóteles. Figura central un juicio sobre sí misma, de manera que, como la percepción sensible
de esta corriente fue BERNARDINO TELESIO (1509-1588), que nació y demuestra que todos los hombres· presentes son bípedos, perfectamente
murió en Cosenza, y cuyas principales obras fueron De his quae in puede inferir que los ausentes también lo son, 3 y de ello se sigue que
aere fiunt etterrae motibus y De rerum na.tura iuxta propia prin- el concepto resulta de la actividad sensible y es producto de una ma-
cipia,2 pensador que, al decir de Francis Bacon, es n-011orum ht>minum nifestación de spiritus e semine eductus, esto es, manifestación del
primum, el primero de los modernos, porque tiende a fundar un natu- alma producida por la semejanza que el hombre posee en común con los
ralismo capaz de determinar la situación del hombre en un mundo sin animales, con la sola diferencia que en éstos es menos pura y activa,
esquemas teológicos, libre del subjetivismo que instaura la razón de menos aparente. A esta actividad de la sensibilidad, que es el alma
252 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 253

material, Telesio la denomina cestimativa y conmemorativa>; preside .•. que por intermedio de su Senado administraba los estudios sin inter-
las funciones orgánicas y psíquicas tanto en el hombre como en los vención del poder religioso, de manera que durante los siglos xv y XVI
animales, tiene como asiento el cerebro y se difunde por todo el sis- :¡ se mantuvo como centro de libertad ideológica. El más célebre de los
1
tema nervioso. Telesio no intenta explicar de qué manera el sistema V profesores de la Universidad de Padua de entonces fue PIETRO PoM-
nervioso produce el movimiento, pero se esfuerza por demostrar que i1: PONAZZI (1462-1525), quien, siguiendo la tendencia naturalista de la
el espíritu, encerrado en el cuerpo, lo sostiene y hace mover en todas ;: .·época, adopta una postura claramente antropológica, cuya finalidad es
sus partes. .. ~;¡ reconocer e.n el hombre una función autónoma en el universo. Espíritu
El resto de los platónicos italianos del Renacimiento, entre los que ' ir: eminentemente especulativo, Pomponazzi procura elaborar una doc-
se destacan figuras como GIORDANO BRUNO (1548-1600) y ToMMASO CAM- · ~? trina que satisfaga la razón, y para ello parte en su especulación de la
PANELLA (1568-1639), quien a pesar de su cronología continúa siendo J pregunta básica, y en la suposición de que no tengamos ninguna reve-
un hombre del cQuattrocento> es de gran importancia para la historia . ~l~· lación divina, ¿qué idea . debemos for_marnos del hombre y de su
1

de las ideas, pero carece de relación directa con la historia de la psi- :;. puesto en el universo? Apegado a los comentaristas árabes de Aris-
cología. Bajo este aspecto, ninguno de ellos introdujo nada nuevo Y su 1:: tóteles, encuentra la respuesta en el estagirita y en A verroes, pero
antropología, cuando es explícita, presenta caracte_res netamente meta- 1\1 es una respuesta que lo satisface a medias y, por consiguiente, busca

físicos que la emparentan directamente con el helenismo platonizante .. : :, otras consecuencias que las metafísicas del aristotelismo escolástico.
El hombre está dentro de su concepción del mundo, que es en todos · ;, El alma intelectual, nos dice, es inseparable del alma sensitiva, puesto
naturalista, pero no se puede afirmar sin forzar los textos que lo con- ,¡:;,que no puede pensar sin imágenes y debe ser mortal como el cuerpo,
ciban como naturaleza. En efecto, para Bruno, el alma, aparte de las ·,::;-lo cual prueba que no la espera ningún fin sobrenatural; por el con-
funciones de formar y de organizar el cuerpo des4e el interior, debe .•.· \:¡trario, «debe tomar como fin la humanidad misma y sus deberes coti-
mantener en el individuo cualidades discordantes, para sustentar así · ~': dianos; debe encontrar en el amor a la virtud y el odio al mal motivo
su principio d~ que nada es puro y simple, y de donde deriva una con- (suficiente de acción; debe saber que el legislador, que conoce la incli-
tinua relatividad psicológica, cporque así digo, y es por demás sabido, ~' na'Ción del hombre al mal y cuida del bien común, ha decidido que el
que si el amargo no estuviese en las cosas, no existiría la delectación, · W.' alma sea inmortal, no por motivos de verdad, sino de honradez, y por

. r~poso;
sabiendo que la fatiga hace que encontremos delectación en el ·''.'.llevar a los hombres a la virtud>. 7 Esta concepción nos pone frente a
., 4
la· separación es causa de que encontremos p1acer en 1a conJunc1on>. 1"~ª interpretación positiva de la vida humana, sin referencia al des-
Tomasso Campanella, fraile dominico, .fue el último, en orden del ',étino sobren.at~al, que desarrolla en su libro De fato, libero arbitrio
tiempo de los grandes filósofos del Renacimiento. Espíritu inquieto; i,et praedestinatione,s declarando que no existen milagros porque cno se
llevó ~na vida ¡¡.fortunada y plena de contrastes. La más conocida de •;',;:conforman con el c:urso ordinarfo de la naturaleza>, y ,que para así
sus numerosas obras es Civitas · solis,11 el'l la que detalla su concepción·.'·. )¡,'.justificarlos y conocerlos hay que llegar, en el. conocimiento de la
política, que es de tipo teocrático-socializante. La filosofí~ de .cam- ~:naturaleza, hasta una profundidad que no es común alcanzar: hay que
panella puede ser calificada, con. términos actuales, de psicologizante, · ?descubrir la.simpatía que une al hombre -microcosmos- con las di-
puesto que está basada sobre el principio del conocimiento, al que re- . )versas partes del mundo y que le hacen sufrir influencias a distancia.
conoce dos fuentes: el sentido y la razón. El sentido o sentido externo; ' '"i':Y aunque Pomponazzi acostumbre con. estas ideas a una concepción
que denomina sensus additus, es inseguro y falaz; la razón, por. el ¡·del hombre y del universo independiente del dogma, puesto que llega
contrario, da resultados certeros y seguros porque proviene de la con- ~:a sostener la inconciliabilidad entre la doctrina aristotélica y el dogma
ciencia, que sería el sensus abditus. En su obra Philosophia sensibus • ~~cristiano de la inmortalidad del alma, aunque,en su concepción el alma
demonstranda,6 Campanella, en la línea renacentista, admite dos causas.··. f8ería una forma del cuerpo y, por consiguiente, mortal, termina de-
activas de todas las. cosas: el calor, representado por el sol, Y el frío, · ~ clarando que no debemos atenernos a esta verdad de la razón, sino a
representado por la tierra. El universo sería una inmensa mole dotada ,
1
,la verdad de la fe, que deriva del dogma religioso. Esta concepción no
de una pluralidad de almas, porque incluso las cosas que creemos, . ·:~s otra cosa que la reactualización del principio de la d-Oble verdad,
)$urgido en la Edad Media y corriente en Tomás de Aquin'o y sus con-
inanimadas poseen sentido y alma.
.\temporáneos, principio con el cual se llega a sostener en cualquier
3. Los paduanos: Pomponazzi; el desarrollo del averroísmo. -Des"1 ~~o el pensamiento de la Iglesia sin negar a la raz6n y, especialmente,
de 1405, la Universidad de Padua dependía de la República de Venecia; ":el pensamiento de Aristóteles. De aquí que en la historia de las ideas
'::·
254 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 255

se acostumbre a ver en Pomponazzi un precursor de la doble corriente ·~n que el verbo "degustare" se aplica tanto a los dolores como a los
le pensamiento que desde su época en adelante existirá en el campo alimentos). 10 También, y aunque a menudo en sus juicios clínicos acude
del saber:. la corriente racionalista y la dogmática. Sea como fuere, la · ' a las influencias benéficas o maléficas de los astros y a la intervención
concepción de Pomponazzi está muy lejos de la experiencia y de las del demonio, ve en las alucinaciones, de las que sufría, desórdenes
ciencias positivas; está fuera de la corriente que va de Buridán a mentales, y en el éxtasis un fenómeno intermedio entre el sueño y la
Kepler, Galileo y Descartes. vigilia, momento especial en el cual el a1ma está impresionada por
Pomponazzi admitía que el alma es mortal, pues el intelecto posi- imágenes sensoriales hasta el punto de admitir la presencia real de
ble, sobre el que actúa el intelecto agente, sólo es una disposición de sus objetos.
los órganos para esa acción. En este aspecto, el paduano representa la Pero la verdadera antropología concreta de Cardano, su valor den-
corriente del alejandrinismo. Pero Averroes, al comentar a Aristóte- tro de la psicología, está en el hecho de haber sido el primero en re-
les, admite que el intelecto posible es, como el intelecto agente, eterno dactar un verdadero documento de psicología introspectiva. Su De pro-
e impersonal, por lo cual concedía al alma humana, como participante pia vita, 11 no es una autobiogr¡:¡fía, sino un documento en el cual se
del conocimiento intelectual, inmortalidad impersonal. En el siglo XIV, analiza tanto en lo físico como en lo moral, y que le valió fama de
la Iglesia apoya esa interpretación, y el libro del averroísta Nilo De in- cínico porque se declara sin ambages «detractor de la religión, venga-
mortalitate, que combate a Pompona:Zzi, recibe la. aprobación del papa tivo, envidioso, melancólico, hipócrita, pérfido y mago». Informa de lo
León X. El alejandrinismo es juzgado más peligroso para el dogma que que hace, habla de amigos y enemigos, y el perfil psicológico que traza
el averroísmo, aunque en verdad más que de alejandrinismo se trata de de sí mismo refleja hasta qué punto considera al hombre naturaleza:
estoicismo lo que en este momento encontramos en la interpretación «... conozco bien mi carácter: soy vehemente, ingenuo y sensual; de
de Aristóteles, lo cual significa, desde el punto de vista de la teoría del estos rasgos principales derivan la crueldad, la obstinación en las
conocimiento intelectual, que se sostenía un mecanismo incluso supe- disputas, la rudeza, la imprudencia, la cólera, el deseo y la voluntad de
rado por la escolástica. Esta situación tan particular de Padua, un re- vengarme más allá de mis .fuerzas».
troceso en la función del conocimiento cuando sus pensadores gozan Las preocupaciones de Cardano sobre Jas relaciones del alma y el
de libertacl y de protección, favoreció el desarrollo del averroísmo, que cuerpo tienen carácter decididamente naturalista y positivo; encuentra
contó como figura principal a GEROLAMO CARDANO o CARDAN (1501-1576). que el cuerpo espeja la vida interior, y eso lo orienta hacia lo que
Cardano, célebre como matemático y médico, actividad esta última por hoy llamarpos caracterología, aunque en él no sea a lo sumo más
la que es de particular interés para la psiquiatría, estudió en Pavía que una fisiognomía. En De utilitate traza las líneas morfológicas que
y después en Padua. Su labor, tanto teórica como práctica, representa corresponden a los vicios y señala perfiles físicos del ladrón, del ase-
admirablemente el naturalismo paduano, esto es, la teoría estoico- sino, del simulador. En ocupándose de las pasiones, les atribuye el
plotiniana del mundo, favorable en muchos aspectos al ocultismo y a poder de abreviar la vida, y entre las más peligrosas destaca al temor
la astrología. Entre sus obras cabe destacar De u.tilitate ex adversis .
que genera tnsteza y lleva a la muerte. En medio de especulaciones'
capienda, 9 publicada en 1561, en la que expresa la necesidad de un astrológicas, Cardano, mejor que cualquier otro renacentista, se ocupa
espíritu que se debate en la búsqueda de la libertad, que, sin embargo, del hombre concreto como naturaleza concreta, y enseña que todo lo
aparece llena de contradicciones inconcebibles casi hasta para la época que caracteriza al hombre debe interesar al hombre. Su mundo está
y que van desde los temores del ocultismo hasta las exigencias del animado por un alma única cuyo motor es el calor, que engloba a
sobrenatural cristiano, al mismo tiempo que en medio de la incoerci- todas las almas individuales y donde todos los seres, hasta los aparen-
bilidad de los temas se abre camino la investigación científica propia- temente insensibles, están vivos; mundo en el cual todas las influen-
mente dicha. En el campo del conocimiento, Cardano coloca en primer cias mágicas se propagan siñ trabas y a disposición de quien sepa cap-
plano la actividad de la experiencia; en este aspecto pertenece al tarlas. Esta concepción del espíritu universal lleva a Cardano a la
naturalismo renacentista, y como médico se acerca a los pacientes e aceptación completa del averroísmo y a la negación de la inmortalidad
interpreta sus sueños, en los que descubre, procurando realizar profe- del alma.
cías, signos positivos,. como por ejemplo una asociación de ·imágenes
en función del lenguaje, como en el caso del caballero que cuando 4. «Los sabios verdade-ros>.- El naturalismo del cQuattrocento» va-
soñaba comer sentía dolores de cálculos. Y si creía ingerir alimentos loriza, como "testimonia el arte, el cuerpo humano; y como las preocu-
pesados, sus dolores se prolongaban por varios días, y cla razón está paciones artísticas y científicas coexisten en los hombres de la época,
256 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 257
como son testimonio las obras de Leonardo y de Rabelais, se desarrolla} . man~s de Calvino, ~ar~, terminar, junto con su libro, en las hogueras
una fuerte corriente de investigación médica que rompe con la prác-);:; de Gmebra. La descripcion de Servet es el anuncio del descubrimiento de
tica heredada de la Edad Media, que lo debía todo, o casi todo, a la eru- :· la circul,a~ión completa que hará William Harvey, inglés doctorado
dición y al hábito de la empiria. La labor que vimos desarrollar a los como medico en Padua, y que expondrá un. siglo después en su me-
pensadores renacentistas no fue inútil en este campo; aceptada la posi- ~orable Ex.ercita.tio anatomica de motu. cordis et sanguinis in anim.a-
ción del hombre en el universo como naturaleza, esa concepctión vi- libu.s, trabllJo publicado en 1628.
vificó las investigaciones anatómicas, fisiológicas, y las ciencias natura- Sin duda, muchas otras figuras deben ser citadas, pero no es el
les se levantan desafiantes frente a la teología y la metafísica. Primero c~so en relación con la psicología; estos trabajos no presentan filiación
en Italia, sobre todo en Padua y Bologna; después en Basilea, Heidel- directa con el problema que nos ocupa y únicamente los consideramos
berg, Montpellier, y finalmente en París, el estudio de la naturaleza porque demuestran que finalmente el hombre está enfocado como na-
adquiere un puesto de predominio en las universidades. Tanto es así tural~za Y que se lo comienza a encarar de manera concreta. En los
que un canónigo de la catedral de Módena, Gabriele Falloppio, re- trabaJos de los .Falloppi?, los Vesalio, los Acquapendente, la psicología
nuncia a sus provechos eclesiásticos para dedicarse a la anatomía. El sufre ;un cambio por via negativa: la dependencia del hombre de la
cStudio> de Padua, la célebre Universidad libre, queda a su disposición 'teolo~ia a tra':é~ del concepto de alma se quiebra, y frente a la antro-
y la Signoria de Venecia autoriza que se le entreguen algunos conde- pologia metaf!sica se echan las bases de una antropología concreta.
nados a muerte, sobre cuyos cuerpos diseca. En vida publica una •Descartes sera el primero en considerar este aspecto de manera siste-
obra, las Observationes anatomicae, que apareció en 1561 y que re- mática un siglo después, pero Cartesio, filósofo, nada deberá en este
presenta el primer jalón de la ciencia natural moderna. sentido a la tradición filosófica: sus raíces psicológicas hundirán en el
Mas la gran revolución en este campo será la obra de J\NDREAS VE-"" terreno que abonaron los c:verdaderos sabios> del Renacimiento puesto
SAL (1514-1564), más conocido como Andrés Vesalio, que junto con una j que nadie como ellos expresó el .concepto naturalista de la ideología
oposición frontal a la autoridad de los trabajos anatómicos de los anti• ·i, del cQuattrocento>.
guos, sobre todo de Galeno, que hasta su época reinara omnímodo, '?~
expresó la necesidad de una exigencia experimental absoluta. Vesalio ; 1
. 5. Los moralistas. - Es prácticamente imposible tratar dentro de
es considerado, y con razón, el padre de la anatomía moderna. Su obra .: 1
( . un cuadro coherente las ideas de los moralistas del Renacimiento, pen-
fundamental, De corporis humani fabrica, fue publicada en Basilea i. .sadores que al margen de cualquier sistema y hablando con el len-
en 1543. Con ilustraciones de Stefano Calcar, discípulo del Tiziano, ':l'. guaje corriente de la gente, con desdén supremo de la jerga profesio-
presenta por primera vez en la historia una descripción completa del ;¡ nal de los filósofos, se dedicaron al estudio y análisis del espíritu
cuerpo humano. En Padua, la enseñanza de la anatomía había dejado ,;¡ :humano con la misma vehemencia y sinceridad que los «verdaderos
de ser la lectura, con comentarios filológicos eruditos, de los textos'')! sabios>. investigaron la naturaleza física del hombre. Dentro de los
antiguos; la disección y la demostración desde la cátedra ocupan su.)f¡ . cmoralistas> los hay de todo tipo, desde los simples negadores de todos
lugar y hablan a las claras del espíritu de los tiempos modernos. u11:: fos valores, llamados por sus contemporáneos «libertinos», hasta aque-
discípulo de Falloppio, FABRIZI D'AQUAPENDENTE (1537-1619), amplió el ( llos que dentro de una corriente pirrónica y escéptica, y a menudo de
campo de la anatomía, que inaugurara Vesalio, con investigacionel:l '.' a.cuerdo con la religión, van contra la filosofía y la ciencia propia.:.
fisiológicas; estudió las emisiones vocales, analizó la articulación delt mente dicha. Trazar un cuadro de la labor de estos pensadores escapa
lenguaje, describió el mecanismo de la respiración, las contracciones]; il nuestros propósitos, y únicamente nos cabe destacar que al margen
de la pupila en relación con la intensidad de la luz y abrió así el ca~ i': de los sistemas, ignorando decidida y francamente los trabajos cientí-
mino para los futuros y sorprendentes trabajos de anatomofisiología ·:~ fi~os ~~e se realizan en la época, algunos se dedicaron con ahínco a la
de los siglos XVII y xvm. Y un hecho sorprendente: la circulación de 'i' d1seccion del alma humana. Frente a la corriente antropológica del
la sangre continuaba siendo ignorada a pesar de la facilidad aparente 1 ' 1
, .cho~b~e ~l como debe ser: 112 herencia de la antigüedad retomada por
de su comprobación, hasta que será descubierta en parte por MIGUEL'¡ ,el cnstiarusmo, se ocupan unicamente del chombre tal cual es> de sus
SiRVET (1511-1553), médico y humanista español, que en una obra teo- 4 grandezas Y miserias espirituales, procurando reducir la realidad hu-
lógica, Christiani restitutio, publicada en 1553, describe con exactitudi!& .mana a los ava~res del yivir cotidiano y explicar, con ~l análisis, la
la circulación menor o del circuito pulmonar; desconocemos los deta-: ':' .verdadera esencia humana de lo espiritual. El ejemplo más notable de
lles del descubrimiento, y Servet, huyendo de la Inquisición, tales pensadores lo constituye MicHEL DE MoNTAIGNE (1533-1592) noble
. '
17
258 ALBERTO L. MERANl: msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 259

francés cuyos Essais 1a todavía hoy se leen con deleite y provecho. Nin- nará la de estos dos?> Montaigne es conservador, tan conservador que
guno como él probó el sentido de la libertad como un continuo desli- admite que la forma religiosa nos viene del exterior, «porque somos
garse, como una reducción permanente de los valores al momento pre- cristianos con el mismo título . que somos perigordinos o alemanes».
sente, esto es, a la actitud concreta del hombre concreto que sencilla- De este modo, como individuo que se considera exteriormente deter-
mente vive sus días. En realidad, Montaigne no refleja el espíritu del minado por las reglas sociales, Montaigne considera que el mundo
Renacimiento; se puede decir que es su contrapartida, porque la suya interior, el de los sentimientos y los pensamientos, es el único libre
es una posición de crítica escéptica de los nuevos ideales. Ideológica- y que cuenta para él. La nota saliente del análisis montaigniano es la
mente, Montaigne representa la sobrevivencia del mundo antiguo, y su ilogicidad que preside a menudo al comportamiento humano y que los
examen de la época es negativo. 14 Sin embargo, de esta crítica sale el autores de biografías, incluso los muy buenos, ocultan procurando
primer y gran documento de análisis introspectivo que conoce la his- hacer del hombre una trama constante y sólida, puesto que la razón
toria de la psicología. No se trata de las observaciones de Pomponazzl de la conducta es dudosa y contraria a la naturaleza: «Estamos com-
en su antobiografía, ni tampoco de esquemas generales. Su actitud es puestos por tantos trocitos, y con un plano tan informe y diverso, que
de desconfianza, de una grande y terrible desconfianza por todo, espe- cualquier trocito, en cualquier momento, funciona independientemente.
cialmente por la ciencia natural y la medicina, que a su concepto se Y se encuentra tanta diferencia entre nosotros y nosotros mismos, como
ocupan de un hombre artificial que sµperponen al verdadero, al hom- entre nosotros y los demás.> 16
bre cespirituah de la buena cnaturaleza>. · Montaigne defiende la «interioridad> contra la razón humana, «que
En una página famosa de los Ensayos,16 Montaigne hace un balance confunde el rostro de las cosas según su vanidad e inconstancia», y
de la ciencia de su siglo: cEl cielo y las estrellas van dando vueltas reconoce la validez de la experiencia interior, validez que le parece
durante tres mil años; todo el mundo lo creía así hasta que hace unos extensible a los demás y que denomina una «forma maestra:s>, un pa-
mil ochocientos años alguien se preocupó de sostener que era la tierra trón diríamos con la jerga psicológica de hoy, que existe en él y al
la que se movía; y, en nuestra época, Copérnico ha fundado tan bien que debe sus aciertos: «Observad un poco qué ocurre en nuestra
esta doctrina, que se sirve de ella con toda regularidad para cualquier experiencia: no existe nadie que, si se ausculta, no descubra en sí una
consecuencia astrológica... Antes de que fueran creídos los principios forma suya, una forma maestra, que lucha contra la institución y contra
de Materia, Forma y Privación, inti:oducidos por Aristóteles, otros la tempestad de las pasiones que le son contrarias. En cuanto a mí,
principios daban satisfacción a la razón humana... ¿Qué cartas o pri- po me siento agitado por sacudones, me encuentro casi siempre en
vilegio particular tienen éstos para que el proceso de nuestra investi- mi puesto, éomo los cuerpos graves y pesados. Si no estoy siempre en mi
gación se detenga en ellos? ... ¿Cuánto hace que la medicina está en el casa, por lo menos estoy muy cerca.» 17 Y esta «forma maestra> repre-
mundo? Dícese que un recién venido, llamado Paracelso, cambia Y sentaría el auténtico eser», el «YO» podríamos decir ahora, que está
trastorna el orden de las reglas antiguas... Y se me ha dicho que, en más allá de cualquier juicio, porque pretender aprehender la estruc-
geometría (que cree haber ganado el más alto punto de certeza entre tura de la «persona» es como pretender apresar el agua con los dedos,
las ciencias), se hallan demostraciones inevitables que subvierten la dado que «no hay ninguna existencia constante, ni de nuestro ser ni
verdad de la experiencia ... Hace mil años hubiera sido pirronizar el del de los objetos. Y nosotros, y nuestro juicio, y cualquier cosa mortal,
poner en duda la ciencia de la cosmografía y las opiniones que respecto transcurrimos sin descanso. De este modo no se puede establecer nada
a ella eran aceptadas por todos; era herejía hablar de los antípodas. cierto del uno y del otro, y el juez y el juzgado están en continuo
Y he aquí que, en nuestro siglo, una enorme cantidad de tierra firme cambio y oscilación ... Y si, por caso, obligáis a vuestro pensamiento a
acaba de ser descubierta.> querer coger su ser, eso será ni más ni menos como querer empuñar
Nada prueba mejor que este análisis aparentemente de típico corte agua: en efecto, cuanto más quiera aferrar y asir lo que de su natu-
renacentista la fragilidad que el siglo XVI descubría en la ciencia me- raleza corre por todas partes, tanto más perderá lo que debe tener y
dieval, y sin embargo su autor no lo cree así. Si Montaigne destaca empuñar».1 8
tales hechos no es para pensar que una ciencia inconsistente es susti- Montaigne es irracionalista, y su irracionalismo distingue de manera
tuida por otra definitiva; sin conciencia de la historicidad ~el saber, definitiva su método introspectivo de lo que desde la antigüedad se
Montaigne duda que las sucesivas etapas del conocimiento representen hiciera en ese sentido. Sin duda, Sócrates inaugura el camino de la
superaciones, pues c¿quién asegura -decía hablando de Tolomeo y de introspección, pero el cdemonio> socrático procura coger la vida en su
Copérnico- que una tercera opinión, de ahora a mil años, no trastor- raíz más profunda por medio de Ja voluntad consciente. El autor de
260 ALBERTO L. MERAN!
msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
los .Ensayos no espera encontrar en el individuo valores que se impon-
261
drían al ser humano como tales; por el contrario, se inclina hacia las niño, son simplemente los destellos de un hum .
diferencias individuales, hacia las contradicciones, busca en ellas la equilibrio, asentado en la tolerancia y en la h=~o dqu~ f~ca.;::
originalidad del individuo y, naturalmente, la razón no se le presenta eu;opeo Y maduro. Si fuera de haber afinado y dado ta d' e olm e
metodo d I · t ·' o o su va or al
B~r:::~:: :ér~t~s~::m~: ;~co~~gi~e s!~7a !~n~s
como instrumento apto para la tarea, sobre todo porque la considera 1
asentada en la memoria y en la imaginación. Renuncia, pues, a ambas: alcalde dee veces
a la memoria porque es inseparable de las experiencias pasadas que presentadod la contingencia psicológica como fenóm~no real y a~tui::::
esclavizan; a la imaginación porque desvirtúa la aprehensión del mo- porque ca a momento nuevo «fait son jeu>, introduce cambios. •
mento actual. En su afán de no depender del pasado ni de una even-
tual proyección en el futuro imaginado, Montaigne considera la vida
y sus energías cc¡mo superiores al razonamiento. Si fuéramos buscadores
de antecedentes diríamos que en los Ensayos está prefigurada la base de NOTAS
la psicología de Bergson y, sobre todo, del concepto de éLam vital: l. En Opera, Basilea, 1565.
cEl cuerpo huye y teme la regularidad. Le toca guiar al espíritu hacia 2. Para la bibliografía completa d T . ,
la reforma. Le corresponde dictar leyes y con fa perentoriedad más 8torici sult'idea della natura nel risorgi::i ~1esf:¿l' vid. Fiorentmo, Telesio, studii
3. «De rerum natura ... ,, , Loe • Cl.
't en ° i iano, Napoli, 1872-1874.
ruda.> 19 De esta manera, Montaigne se ve obligado a aceptarse «tal
4. «Degli eroici furori», en Opere italiane di Giorda B .
cual es>; renuncia a un perfil «caracterológico>, como diríamos hoy, 5. En Opere di Tomaso Campanella M'lan 195"- no runo, Bari, 1907.
permanente y constante, porque el verdadero hombre es el ser de cada 6. Ibídem. • l o, 11·

uno de sus momentos, especialmente de los momentos orgánicos: «Es 7. «De immortalitate animae», ·en Operae Basilea 1567
8· En Operae, Loe. cit. ' ' •
verdad que nuestra comprensión, nuestro juicio y las facultades de
9. Los ~scritos de Cardano fueron reunidos Y editados
nuestra alma en general sufren según los momentos y las alteraciones Opera Omma. Lugduni cura Caroli Sponii eumptibus 1663 por Charles Spou:
del cuerpo, alteraciones que son continuas. ¿Acaso no tenemos al espí- 10• «Synesiorwn somniorum», en Opera Omnia Lo'c ·
11. En Opera Omnia, Loe. cit. , . clt.
ritu más despierto, a la memoria más lista, al discurso más vivaz en la
salud que en la enfermedad h 2 º Y esto lo lleva finalmente al punto ~:· ~lbet.o L. Merani, ¿E¡¡ la psicología una ciencia? Loe cit
. on .a¡gne, Oeuvres completes, Paris, 1965. ., • .
oandente de la interacción entre lo «físico> y lo «moral», tema que 14· P. Villey, Les sources et l'évolution d E · .
revive con juicios muy penetrantes y que desde sus reflexiones hasta 15. En O;uvres completes, Loe. cit. es ssais de Montaigne, Paris, 1906.
el siglo ·XIX llevará, de una manera u otra, el sello de sus considera- 16• «Essa1s», en Oeuvres completes Loe ci"t
17. Ibídem. ' · •
ciones. En los Ensayos, el verdadero «Yo> es el yo profundo que 18. Ibídem.
ancla en el cuerpo y en el alma, y que escapa a la vigilancia de la 19. Ibídem.
conciencia: «Somos vigiles con los ojos abiertos y dormimos con los 20. Ibídem.
ojos cf!rrados. No veo con toda claridad en el sueño; pero, en cuanto 21. Ibídem.
a la vigilia, no es siempre lo bastante pura y clara... La vigilia jamás
es tan lúcida como para purgar y disipar hasta el fondo las fantasma-
gorías, que son los sueiíos del vigil, y peor que los sueños.> 21 Fuera
de estos aspectos concretos del pensamiento de Montaigne, muchas son
las originalidades anunciadoras de nuevos tiempos para la antropología
concreta que se creyó descubrir en sus escritos; hay quienes preten-
den que es un precursor de la psicología animal por sus constantes
referencias a la inteligencia, al lenguaje, al instinto de los animales,
pero tales consideraciones son accidentales y no van más allá de la
preocupación propia del naturalismo de su época. Tampoco es verdad,
y se lo ha pretendido seriamente, que inicia la psicología diferencial
y la del niño. Montaigne está lejísimos de estas consideraciones siste-
máticas, y sus referencias a hombres de otras razas, a los sexos, al.
IDSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 263

',:de los fenómenos afectivos y de los instintos, Y ve en el sentimiento ;1


· ·agente de todas esas tendencias. Por su parte, y dando un paso mas
hacia lo concreto Vives abandona por completo las normas de la antro-
pología metafísida, todavía vigente co~o. herencia ,de los aris~o~élicos
y neoplatónicos medievales, para describir los fenomenos espirituales
tal cual son experimentados. JUAN LuIS VIVES (1492-1540) fue un
humanista español que vivió la mayor parte de su tiempo en Londres
CAPÍTULO 3 y en Brujas. Su convicción representa un empiri~mo absolut~, Y de ~us
.obras la que interesa a la historia de la psicologxa ~s De anima ~t vita,
DESCARTES Y EL PROBLEMA DE LA ESENCIA DEL ALMA publicada en 1538, y en la cual reniega de cualqmer antropolog1? que
no tenga origen empírico. Aunque, como todos sus contemporaneos,
Vives ofrece más postulados· que hechos reales, y su recurso a la expe-
l. EZ interés por la individualidad. - El pensamiento renacentista riencia es fundamentalmente verbal. No obstante, y con anterioridad
da a las ideas sobre el alma un giro inesperado. La trascendencia del a Descartes y Spinoza, somete las pasiones y las representaciones a un
pensamiento medieval se convierte en interés por la individualidad análisis sistemático. El Libro Tercero de De anima et vita está ínte-
que, con Montaigne, vimos transformarse en concepto contigente de gramente compuesto con la finalidad de demostrar que la tendencia
la vida Y quedar firmemente adherida a la imagen que ofrece la intros- fundamental del sentimiento está siempre diferenciada Y que, contra-
pección como método para conocer la profundidad del ser. Esta ten- riamente a lo sostenido por los estoicos, cuando es negativa se carac-
tativa de los Ensayos dejará huella muy profunda en la psicología pos- teriza por el resentimiento. En esta tarea, Vives hace hincapié en los
terior, pero en su momento es aislada, o, mejor dicho, no corresponde cambios de estado de ánimo, los que serían tantos como son múltiples
por entero al espíritu de la época, a la nueva concepción del hombre las individualidades humanas y sus actitudes. Y gracias a este análi-
que los Cardano, los Telesio y los Bruno consideraron en su afán de sis en el que se ocupa de la cólera, del amor, del odio, de la intensi-
elaborar una .nueva antropología. A pesar de su afán de apeganliento dad de las pasiones y de los afectos, Vives aparece entre los primeros
al hombre del «momento», Montaigne generaliza y le interesan más precursores de la psicología como rama que tiende a separarse del
los conceptos sobre el alma, y las funciones psíquicas, que el alma y tronco de Ja antropología. El hecho de que haya sostenido que el estu-
las funciones psíquicas en sí mismas. Y, sin embargo, el naturalismo dio de las funciones del alma es más importante que el de su natu-
de la época exige apreciaciones concretas, en tono menor podríamos raleza y su destino, le asigna papel fundamental en la línea de pen-
decir, que, distanciándose de una concepción del carácter, se conviertan samiento que desembocará en Descartes. Finalmente, JuAN HUARTE
en estudio de las pasiones y de. los fenómenos afectivos y representen (Circa, 1520-1589), médico y escritor español, se per~la en, funci?n de
la propedéutica de tentativas fisiognómicas. Esta tarea s·erá la de pen- médico como precursor de ·lo que hoy llamamos ps1colog1a aplicada.
sadores menores, aunque históricamente no menos importantes, como En su libro Examen de ingenios para las ciencias, publicado en 1575
Lorenzo Valla, Juan Luis Vives y Juan Huarte. y en castellano, señala, por primera vez en la historia, el .ª~rove­
LORENZO VALLA (1406-1457) fue un historiador· y filólogo que llevó chamiento de las características individuales con fines pedagog1cos Y
a su mayor nivel la pasión del siglo xv por Cicerón, considerado como de trabajo. Cree que la mayoría de los hombres desempeñan tareas
dechado de prosa más indiscutible y puro. Sus escritos gramaticales para las cuales no están inclinados, o, como decimos ahora, para ~as
fomentaron lo que se· llamó el «Verdadero ciceronismo», tendencia que que carecen de aptitudes, y, por tanto, sugiere a Felipe, rey de Espana,
prohibía cualquier expresión cuya procedencia no se probara docu- al que dedica su libro, de nombrar «examinadores» que realicen una
mentalmente en la fuente ciceroniana. Esta labor, tan circunscrita en selección y brinden consejos. La tarea de esos «examinadores» consis-
la relación de tiempo y de lugar, carecería de importancia para nuestro tiría en descubrir talentos y orientarlos hacia actividades que les fue-
tema si incidentalmente Valla no hubiera realizado siempre con fines ran específicas. Su análisis psicológico principal se centra en reflexio-
filológicos, una descripción de multitud de posibilidades de vma y de . nes sobre la inteligencia, esto es, sobre su esencia, y tentativas para
experiencias 1 que presuponen el conocimiento de la vida psíquica como descubrir las causas determinantes de los talentos, que atribuye a pre-
clave para la comprensión del hombre a través de su expresión escrita. supuestos humorales, climáticos, cerebrales y otros, pero sobre todo
En dichas descripciones, Valla incluye el tratamiento de la volición climáticos. Su insistencia sobre la relación entre desarrollo de la inte-
'
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ligencia. y causas telúricas lo lleva a enunciar la tesis, ampliada y di- crítica, a su desconfianza contra el instrumento mismo del saber, el
fundida en el siglo XIX por J. C. Herder, de que las zonas del globo intellectus o entendimiento, que dejado a sí mismo (permissus sibi)
con clima templado son las únicas aptas para el surgimiento y desarro- sólo produce distinción sobre distinción, sin que llegue a otra cosa que
llo de grandes civilizaciones. a distingos intelectualistas. El intelecto que Bacon considera es un
Por último, y en la línea de los últimos grandes renacentistas. te- . ente abstracto y clasificador que recibió a través de los comentadores
nemos al inglés F'RANc1s BACON (1561-1626), hombre del cQuattrocento> · árabes de Aristóteles, y de Tomás de Aquino, y en base de su crítica
por excelencia, tanto por sus defectos como por sus virtudes e interés llega después a analizar la filosofía primera o ciencia de los axiomas,
por el conocimiento científico. Su vida fue azarosa; alcanzó los más la ciencia de la naturaleza, y una tercera y última, que es la ciencia
elevados cargos en la corte de Jacobo I, llegando a ser Gran Canciller del hombre y que nos atañe en particular.
del Reino, nombrado después Barón de Verulam y por último Viz- , Bacon subdivide a la ciencia del hombre, según las facultades hu-
conde de San Albano. Gozó de todas las prerrogativas que el poder manas, en ciencia de la inteligencia o l6gíca, ciencia de la voluntad o
y la intriga podían entonces ofrecer a un cortesano hábil e inteligente, 1 ética, y ciencia de los hombres reunidos én sociedad. Dentro del aná-
para morir caído en desgracia y luchando para rehabilitarse de la lisis de cada una de estas divisiones aflora a cada instante en Bacon
acusación de cohecho público. En medio de vida tan agita~, Bacon .un interés psicológico .concreto desconocido en otros pensadores rena-
tuvo, sin embargo, como preocupación constante el problema de la .centistas. A la vez que deplora el vago empirismo de la medicina, des-
reforma de las ciencias; su interés por vivir y conocer hizo que sus taca el interés por lo psíquico individual, campo en el que se atiene,
preocupaciones no se limitaran a la idea cde extender el imperio y la para las líneas generales, a las elucidaeionei; de Bernardino Telesio.
potencia del género humano· en su conjunto sobre la inmensidad de Admite la distinción del filósofo de Cosenza entre el alma espiritual, de
las cosas>,2 sino que también se centrara en el desarrollo de la origen divino, y el alma sensible y material, que el hombre posee-
integridad de los poderes sensibles e intelectuales del hombre singular, ría en común con los animales. El problema del alma espiritual lo deja
porque «los filósofos se han esforzado por convertir el alma en dema- en manos de los teólogos, y en cuanto al alma sensible, considera que
siado uniforme y demasiado armónica, sin hacer nada para acostum- la ciencia referente a la misma es «Casi un. desideratum», porque su
brarla a los movimientos contrarios y a los extremos>.ª Como promo- /estudio nos lleva al «acto último.», que es el conocimiento natural y
tor de la nueva mentalidad que crece en interés por la individualidad .experimental de la naturaleza humana. Esta alma, cuando se la con-
y Ja ciencia como producto particular de esa individualidad, la contri- : sidera únicamente en el hombre, debe llamarse espíritu para evitar
bución de Bacon es esencial. Sin duda, de sus trabajos no deriva una confusiones. Le preocupa además, el problema de las percepciones, que
antropología, como de su afán por exaltar la experiencia no derivó ,considera descuidado y sin que se lo haya delimitado bien de la atrae-
ningún trabajo experimental; a fuer de ser renacentista, Bacon está . ción o de las simples sensaciones. Duda que haya sensibilidad en
en los conceptos más allá de la época, pero en los hechos todavía está todos los cuerpos, en tal grado que «arrancar una rama de un árbol
más acá. La ambición que lo anima es prometeica: cLa ciencia del ; sea correr el riesgo de escucharlo gemir, como el de Polidoro».5 Y .con
hombre se compone principalmente de dos cosas: la contemplación de· .• respecto a. la interacción entre alma y cuerpo, plantea, entre otros
las miserias del género humano y la de sus prerrogativas o de su problemas, el de las localizaciones, porque «debe ser entendida como
superioridad, y después de afirmar que es loable que escritores y filó- una sustancia absolutamente corpórea ... que en los ail.imales .Perfectos
sofos hayan escrito tantas obras notables sobre ese primer tema, con- 'ene su sede principal en la cabeza». Más aún, Bacon propugna que
cluye que caquella [parte] que trata de las prerrogativas ha pasado a el esfuerzo de la investigación se centre en .las «causas que están en
merecer ser considerada entre las cosas por crear>, 4 y que él pretende 'uestro poder y que actúan sobre el alma, que estimulan el apetito
crear, puesto que su misión sería despertar los espíritus y ser el ini- la voluntad orientándola a su cumplinúento»,e para concluir con la
ciador de un movimiento que transforme la vida humana, asegurando igencia de una caracterología, pues «no queremos que los caracteres,
la soberanía del hombre sobre la naturaleza. Y en su entusiasmo, al ue deben ser parte de la moral, sean retratos realizados como los que
examinar el estado de las ciencias y del mundo intelectual de su tiempo, pueden encontrar en los historiadores y en los poetas, o en los
Bacon ignora o no aprecia los trabajos de los sabios de la época, Galileo · iscursos corrientes ... ; que se diga sobre todo cuáles son sus lineamien-
Galilei por ejemplo, y observa fijeza y estancamiento por todas par•' 9s, determinándose también el número ... , para que se pueda tener una
tes. No nos detendremos en sus consideraciones sobre las ciencias y · piente y exacta anatomía de la naturaleza y de las almas; en fin, que
. método científico, que no nos atañen directamente, y vayamos a su . .· anto hay de más secreto y de más escondido en las disposiciones
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HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 267
•'¡,
de los hombres sea puesto a la plena luz, y que de tal conocimiento. Emperador, y luego se enrola en las tropas del Duque de Baviera, que
podamos sacar mejores preceptos para las curas de las almas>. 7 ,'combatía por la causa imperial contra el elector palatino. De nuevo
S in duda las sugerencias de Bacon son muchísimas Y demasiado , ''soldado, debe pasar por el ocio forzado de los cuarteles de invierno,
amplias, po; lo que, naturalmente, no configuran una antropología,: : y es entonces cuando se produce, según él mismo narra, el aconte-
concreta verdadera, ni siquiera con el sentido m~s restringido. Pero,; cimiento decisivo de su vida. La noche del 10 de noviembre de 1619
su gran valor está en la comprensión de la necesidad de una antro- tiene tres sueños sucesivos de los que concluye la certeza de su voca-
pología concreta con un sentido práctico hasta él nunca observado en .' ción. El núcleo de esa revelación es la intuición de un acuerdo pro-
la historia, en la visión de los estudios a promover y no en la solu~ fundo entre las leyes de la naturaleza y las leyes de las matemáticas,
ción de problemas, que no brindó ni le interesaba brindar en el con- intuición que debía llevarlo por dos caminos; uno, la búsqueda de prin-
texto de su problemática científica. Bacon representa el momento en , cipios nuevos y ciertos para una filosofía de la naturaleza y para una
que la revolución de las inteligencias comienza a perfilarse hacia una filosofía del espíritu; otro, la esperanza pitagórica de someter el uni-
verdadera y propia summa de la mentalidad nueva y que veremos apa- verso a los números y de encontrar para la actividad práctica del hom-
recer con Descartes. bre un conocimiento seguro de las cosas.
Desde 1620, fecha en que parece haber renunciado definitivamente
2. El hombre Descartes. - La búsqueda de la individualidad, que · ' a la vida militar, Descartes viaja constantemente; Alemania del Norte,
reviste caracteres casi agónicos durante el Renacimiento, se concreta Holanda, Italia, Francia, son sus lugares de peregrinaje. Durante tres
como forma de existencia en Descartes. Sin duda, ningún hombre del años, del 1626 al 1628, reside en París, donde se dedica a mundaneai::
siglo XIV representó mejor con su vida y sus obras el ideal de una juega, asiste a bailes y, conquistador reputado, se bate en duelo mas
época. RENÉ DESCARTES nació el 31 de marzo de 1596 en La Haye, pe- de una vez por los ojos hermosos de una dama. Incitado por el car-
queña población de Turena, sobre la orilla derecha de la Creuse, uno denal de Bérulle, que le escuchara exponer los principios de una filo-
de los más bellos parajes de Francia y cuyo recuerdo siempre lo acom- sofía nueva propia, decide poner a punto sus ideas relativas a la meta-
pañó. Su familia pertenecía a la pequeña nobl:za de provincia, si.endo física y física. Necesita paz, debe escapar de la sociedad parisiense,
su padre consejero del Parlamento de Bretana. Su madre murió al que lo dispone a quimeras de gentilhombre, y decide establecerse en
año de su nacimiento y le legó «una tos seca y un color pálido:. que Holanda, país donde la presión de los teólogos de la Sorbona no se
conservó hasta los veinte años. Se le creía destinado a morir joven. dejaba sentir y cuya gente «tiene la reputación de ser más cuidadosa
A los diez años de edad ingresó en el colegio de La Fleche, regentado de sus asuntos que de los ajenos». Allá residirá veinte años, cam-
por los jesuitas. Fue al1,unno excelente, de escolaridad sin historia, biando frecuentemente de residencia y sosteniendo siempre el tren de
época de la cual gustaba recordar dos episodios: en 16~0, la transfe- vida de un caballero. Sus días transcurrían con una regularidad abso-
rencia de la corte de Enrique IV a la capilla del colegio; en 1611, el luta· se levantaba tarde, almorzaba al mediodía y después se ocupaba
anuncio de los descubrimientos astronómicos de Galileo gracias a la '
de jardinería o de disección, montaba a caballo, y luego se poma ' al
invención reciente del telescopio. De sus maestros conservó un re- trabajo hasta avanzadas horas de la noche. Prácticamente no leía, y se
cuerdo grato, algunos de los cuales debía encontrar .más. tarde, ~spe­ cuenta que a un visitante que deseaba conocer su biblioteca le mostró
cialmente al famoso Pere Mersenne; por el contrario., siempre Juzgó un becerro disecado (vitulum apertum). Estaba tan seguro de encon-
severamente el programa de estudios, recargado de .conocimientos pr~: trarse en el camino de la verdad que parece haber estado poco inte-
bables enseñados según la autoridad de los antiguos, a los que prefino resado por las opiniones ajenas. Su mayor tarea era la correspondencia
el conocimiento certero, adquirido por la sola fuerza de la razón, como sobre cuestiones de matemáticas, de física, de fisiología, con correspon-
las matemáticas. Al salir del colegio completó su educación de gentil- sales doctos de toda Europa. Aunque avaro de su reposo y de su li-
hombre con el aprendizaje de la danza, la equitación y .la esgr~a, ~n bertad, no vivió aislado. En 1635, una mujer llamada Elena, probable-
]a que sobresalió. En 1616 aprueba el bachillerato y obtiene la licencia mente una doméstica, le dio una hija que bautizó con el nombre de
en derecho en la Facultad de Poitiers. A los veintidós años parte hacia Francine; la niña murió a la edad de cinco años, causándole el mayor
Holanda, para servir cómo voluntario en el ejército de Mlluri~io de dolor de su vida.
Nassau, Príncipe de Orange y director de la Escuela de Guerra m:er- Los cinco primeros años de su residencia holandesa, Descartes los
nacional. Tres años después abandona Holanda, pasando por. _Dina- empleó en la composición de un pequeño tratado de metafísica y, prin-
marca y la Baja Alemania. Asiste a las fiestas de la coronacion del cipalmente, de una obra que debía abarcar la totalidad de la física:
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el Traité du Monde et de la Lu:miere. Estaban los materiales listos. , Descartes recibió con respeto la comisión que le dio de encontrarse
para la impresión cuando supo de la condena de Galileo, cuyo punto' .' en la biblioteca todas las mañanas a las cinco horas.» El filósofo no
de vista sobre el movimiento de la tierra había adoptado. Temeroso resistió el esfuerzo, no soportó el clima de las madrugadas nórdicas en
de chocar con la Iglesia, renunció a la publicación, lo cual hizo que de pleno invie~o. Yendo al palacio real contrajo una neumonía, y luego
momento su obra entera quedara deformada y mutilada; además, su de nueve d1as de enfermedad, durante los cuales rechazó lo.s cuidados
prudencia excesiva lo llevó en el futuro a expresarse de manera sola- ··de los médicos suecos, murió el U de febrero de 1650.
pada. En 1637 volvió sobre su decisión de no publicar nada, y para.··.
dar una muestra de su doctrina y tantear la opinión dio a las prensas • , 3. El filósofo Descartes. - En un arranque de admiración, Hegel
tres pequeños tratados: la Dioptriqu.e, les Méteores y la Géométrie, · ·• '> csenta a Descartes como un héroe, como el autor de la revolución
precedidos del Discours de la Méthode pour bien conduire sa raison del espíritu que señala el comienzo de los tiempos modernos. El juicio
et chercher la vérité a travers les sciences. La obra estaba· escrita en • no es exagerado, pues Descartes aparece en la historia como el libe-
francés, lo que señaló una novedad en el campo filosófico y científico. . rador del pensamiento puro. En efecto, la primera regla del «Método>:
El Discurso del método, obra de la cual la filosofía moderna no puede · cNada aceptarás como verdadero que no conozcas evidentemente como
prescindir, no llamó entonces mucho la atención; en cambio, los tra- : tah,11 f~rmu_lada en 1637, tiene para la época el valor de un principio
tados científicos suscitaron vivas polémicas. En 1641, Descartes publica revoluc1onar10 fundamental, porque ·sus contemporáneos pensaban y
las Méditations sur la philosophie premiere, trabajo que proyectaba ' con toda sinceridad, que un conocimiento era verdadero cuando había
desde hacía diez años.s Las meditacio-nes tuvieron numerosas objecio- · .resistido al tiempo. En m;dicina, por ejemplo, reinaban Hipócrates y
nes de filósofos y teólogos que habían conocido anticipadamente el Galeno; los profesores cre1an que su deber se limitaba a transmitir y
manuscrito, objeciones que fueron publicadas con las respuestas del · •a defender sus enseñanzas. En cuanto a la filosofía, fuera de las gran-
autor y forman parte _importante de los textos cartesianos. Éste es el··• ,,des excepciones que vimos en páginas anteriores, era la escolástica
momento cuando la filosofía de Descartes comienza a propagarse y su .' .'que provenía de Aristóteles y había recibido la aprobación de la Igle-
renombre a crecer, lo cual implicó denuncias en las univérsidades de .: ¡~ia. Filosofía que respondía al sentido común, iba de las cosas a las
Utrech, de Leyden, y en la Sorbona, y hasta produjo en Holanda una ,: idea~, Y ~u punto de apoyo era la experiencia sensible, el lenguaje y
orden de detención que sus amigos lograron conjurar. En 1644, para ·fa b1olog1a. Esta filosofia del concepto y de la forma sustancial estaba
completar la exposición de su filosofía y de su física, publiea los de acuerdo con la lógica del lenguaje y con una concepción jerárquica
Príncipes de la Phil-Osophie, dedicado a la princesa Isabel de Bohemia, del universo; por otra parte, respondía a una ciencia verbal cualita-
con la que había entrado en relación y en correspondencia. Isabel fue :tiva, finalista, y cuya aspiración era la clasificación, sin qu~ pudiera
un corresponsal digno de Descartes; sus observaciones,. sus preguntas aportar certeza y mucho menos permitir una aprehensión del mundo.
sobre el famosa. problema de la unión del alma con el cuerpo, termina- · ''Antes ~e Descar~es, los Leonardo da Vinci, los Kepler, los Galileo, ya
ron por decidirlo a escribir el Traité des.Passions de l'Ame, base indis- se hab1an e:icaminado por la senda del pensamiento. nuevo, pero sus
pensable de la moral. Descartes, dice uno de sus biógrafos,9 se com- . ·puntos de vista no estaban todavía sistematizados y sus descubrimien-
placía intercambiando ideas con mujeres; les encontraba un espíritu tos aparecían como casos aislados, sin que los enmarcara una filosofía
más libre que el de los hombres, menos corrompido por falsos estudios. del espíritu y de la naturaleza. Esos hombres pensaban como pensará
Además, era muy sensible al prestigio de los poderosos, de donde acep- Descartes, pero para que se realice verdaderamente el pasaje de la
tara con satisfacción y alegría correspondencia con la reina Cristina de · ci~ncia antigua a la moderna se requería que la biología fuese susti-
Suecia, con reputación de inteligente y de gran éxito en la política. tuida por las matemáticas como ciencia informadora y reguladora del
En 1649, la reina Cristina lo invitó y presfonó para que se trasladara ' saber. En efecto, en el origen del pensamiento cartesiano están las
a su corte; la reina, en su deseo de aprender la filosofía, le fijó una · ¡natemáticas, que dieron a Descartes sus ideas claves. En primer tér-
hora bastante inoportuna en cualquier lugar, y más bajo el clima nór- ·.mino, la idea de un plano de verdad superior a los demás, en el que
dico, para escuchar sus clases: «Juzgando -nos dice Baillet 1-0_ que ' el. error es imposible por un determinado sentimiento de evidencia
requería toda su lucidez y aplicación para tener éxito, eligió la pri- :fatelectual y en comparación con los otros conocimientos. En segundo
mera hora después de levantarse para ese estudio, como el tiempo 'lugar, la idea de un método, o sea de un orden a respetar en la con-
más tranquilo y más libre de la jornada, cuando tenía los sentidos más ·:ducción de los pensamientos, orden que es el de la inteligencia cuando
despiertos y el cerebro más libre de las fatigas del trabajo. El señor .se aplica a la geometría. En tercer lugar, la idea de que el cono-
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cimiento no asienta sobre los datos inciertos de los sentidos ni sobr 1 las siente o las imagina. Por ejemplo, nos dice que su primera
las imágenes de la fantasía, sino sobre el entendimiento. Finalment.e e~ del sol es la de una bola de fuego, grande como la pelota de un
y en cuarto término, la idea de una analogía entre el orden de la .. ·~o, vista a una distancia de doscientos pasos; de acuerdo con los
razones matemátiéas y el orden de los efectos de la naturaleza. . .;~ atos sensibles, es lo contrario de la verdad. Pero puede tener otra
Este plan requiere, naturalmente, un apoyo, y Descartes lo encont~ó,:., · ea, elaborada con las nociones nacidas con él y los razonamientos de
en el Cogito. Por satisfactoria's que sean las relaciones matemática~;'· astronomía, que le hace concebir al astro en sus dimensiones y dis-
sólo se aplican a existencias posibles; nada nos asegura sobre la rea 7 ., cia · reales. Aquí queda aclarada una de las ideas cartesianas más
lidad de sus objetos, que, por lo demás, las matemáticas no requieren, portantes: en lo referente a los objetos del universo, debemos ate-
De aquí que Descartes formllle esta proposición: «Pienso, luego existo~,' ;'riernos en lo que es posible a conocer clara y distintamente, o sea que
· cuyos dos términos semejantes a una ecuación presentan la ventaja ,,.de ellos solamente podemos conocer las determinaciones sacadas del
de que uno de ellos es la existencia misma. Este pasaje del pen- fespíritu. De donde el físico únicamente puede y debe conocer de los
samiento a la existencia se realiza con toda seguridad porque no cuerpos la extensión, la figura y el movimiento, nociones que perte-
implica nada externo, sino que procede de dentro, de él mismo. Es en ·. necen al conocimiento porque surgen de la geometría, y por el camino
el seno de la conciencia misma que la verdad se identifica con el ser. de la geometría analítica al álgebra, esto es, a las relaciones puras. De
Descartes ya puede dudar de todo -1.a cduda metódica))-, debe co- . aquí que Descartes trate como matemático todos los problemas que el
menzar ineluctablemente por ello, pero no puede dudar sin pensar, y si. ' mundo le plantea.
piensa es necesario que exista. Es, pues, sobre el plano del pensa- Está claro que para Descartes los cuerpos existen. Como sujeto
miento, del Cogito, qu eactúa en primer lugar y de manera decisiva · .· pensante concibe que hay algo que le resiste y no es precisamente
el argumento ontológico cartesiano. Por lo demás, Descartes encuentra él, y a esa cosa la llama cuerpo, pero solamente puede pensarlo en la
obviq que en la certeza del Cogito está implicada la consecuencia de extensión, o sea en las tres dimensiones del geómetra y en el mo-
que si el pensamiento lo hace ser, también es el pensamiento el que vimiento, que es la relación de un punto de la extensión con otro.
lo constituye. El hombre Descartes se descubre siendo pensamiento Para él, cualquier otra conjetura sería ilusoria, y sin embargo Des-
puro y nada más. El pensamiento se le aparece simplemente como el cartes asegura que todos los hombres la viven en las nociones confusas
alma y no como parte de ésta, según creía la filosofía antigua. Des- que aportan el conocimiento sensible o la pasión, frutos ambos de esa
cartes comprende entonces que si pensar es ser, es ser por el pen- mezcla de cu,erpo y de alma que constituye nuestro ser temporal. Esta
samiento, con independencia del cuerpo, con independencia de los separación de cuerpo y espíritu da la realidad de uno y otro. Descartes
sentidos y de la imaginación. Sin duda aquí está el rasgo más acu- se piensa siendo un espíritu, y como tal no es un cuerpo. Inversamente,
sado de la doctrina cartesiana: la primacía del espíritu. Y más aún, el cuerpo existe porque no es espíritu, de donde la naturaleza del
lo que Descartes aprehende en el Cogito no es únicamente su ser limi- cuerpo y· la naturaleza del espíritu son inconciliables, y no sólo dife-
tado, sino la naturaleza intelectual en su plenitud, esto es, entendida rentes, sino contrarias. De este modo, nada en el concepto de espíritu
. sin limitaciones, como la cosa más perfecta que puede concebir porque puede pertenecer al concepto de cuerpo. Nada en el.concepto de cuer-
está plena de realidad, principio de su ser, porque le representa a po puede pertenecer al concepto de espfr.itu. El cuerpo es extenso; el
Dios y se lo entrega. Y de aquí una conclusión fundamental, que pe- espíritu es extraño a la extensión. El cuerpo es divisible; el espíritu es
sará sobre toda la ·historia de la psicología moderna, de que si Des- indivisible. Y, por consiguiente, Descartes concibe claramente al cuerpo
cartes, su yo, ser finito, está primero psicológicamente, Dios, ser infi- y al espíritu separados e incluso opuestos. En su oposición, cuerpo y
nito, está primero metafísicamente. Cartesio es, pues, Dios antes de espíritu se afirman, se franquean recíprocamente, definen sus dominios
ser Descartes. Es en Dios que su pensamiento debe comenzar para y sus funciones. La función del espíritu es pensar y se basta a sí mismo.
encontrar el principio de una marcha progresiva destinada a aclarar Las funciones del cuerpo son las de ser extenso y, por lo mismo, de
y a coordinar sus conocimientos y a colocar todas las cosas en su ver- estar sometido al movimiento y de asegurar los efectos particulares de
dadero lugar. la naturaleza. Y Descartes posee un cuerpo, que como todos los cuerpos
Pero Descartes también descubre que debe estar en guardia. contra es un ensamblamiento de partes materiales. Su cuerpo es cuerpo y
la ilusión a la que sucumbió la escolástica, de confundir l.a luz natural nada más, y sus funciones se cumplen por medios corporales que sor.,
con el impulso de la naturaleza y, en partiendo de las cosas, llegar a necesariamente, leyes mecánicas. El espíritu se encuentra de esta ma-
las ideas. Es el impulso que puede hacerle creer que las cosas· son tal nera liberado de la función vegetativa que como alma le atribuía la
ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
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füosofía desde Aristóteles. ¿Y el problema siempre candente de la,;} riormente el color y la figura de . todos nuestros miembros, sino que
tmión del cuerpo y el espíritu? Para Cartesio es un hecho que com·,}· :~;'.también pone por dentro todas las piezas que son requeridas para hacer
probamos, pero que no podemos resolver y cuyo probable punto de· J ~~·'que marche, que coma, que respire y, en resumen, que imite todas las
unión podría estar, supone, en la glándula pineal. , . ¡\. funciones nuestras que pueden ·ser imaginadas como procedentes de
La influen.cia del cartesianismo ha sido tan grande que la filosofia ;~ ~! . la materia, y que no dependen de la disposidón de los órganos>.13
moderna se identifica, por la aceptación o por la negativa, con su.. J Jt(,Y así, su cuerpo, el cuerpo humano, ·queda, como cualquier otro cuerpo,
pensamiento. En cuanto a la psicología como antropología concreta,·.:' ,,'. sometido a las leyes de la física a pesar de su animación, y se explica
nace, como veremos, con Descartes, y es en este sentido que resul~ \l J; mecánicamente. Dijimos que el mecanicismo es doctrina que deriva
justo llamarlo «padre de la psicología» moderna. Pero para co1:1clu!r~¡.i' ~:directamente de la filosofía de Descartes, y, en efecto, su mecanicismo
con la filosofía de Descartes, y antes de entrar en el terreno ps1colo-.',' '!~e aplica a lo corporal bajo la forma de una fisiología que responde a
gico, señalemos ~res doctrinas principales que remo1:1~an a De.scartes ·:'; }las leyes de las matemáticas. Sus procesos son procesos naturales, den-
y sin las cuales es imposible comprender la evoluc1on posterior d~l {i ''i'.tro del contexto cartesiano racionales, y conio tales quedan sometidos
pensamiento psicológico: 1. 0 El mecanicismo, producto del papel atr1·;~. ·~a la verdad matemática, que constituye por sí misma una ·evidencia
buido por Descartes a los cuerpos y a la mecánica, que impulsó a ver/, irrefutable, porque sus demostraciones cson tan ciertas que aunque la
en el mecanismo la explicación integral de las cosas. 2. 0 ) El idealismo,,:!',' éXperiencia pareciera demostrar lo contrario, estaríamos obligados a
que con Descartes adquiere su forma moderna y que procede del prin- \· prestar mayor f~ a la razón que a los sentidos:..14 Este racionalismo
cipio cartesiano de que el espíritu es la realidad primera. 3.0 ) El sus-i1, deductivo, que "'(ico lG acusaba a Descartes de haberlo heredado de
tancialismo, que determinará hasta nuestros días el espíritu de la psi~.\, Aristóteles para/ someterlo al método geométrico, permite a nuestro
cología y que deriva de la suposición de que el espíritu es un.a sustancia,,:1; füósofo salvar, precisamente, el escollo de la fisiología de la época y
o sea que existe por sí mismo sin suponer un ser diferente del que sea'T' explicar lo humano corporal con el mismo principio hipotético deduc-
atributo o relación.12 · ·~ tivo que Galileo aplica en el estudio de la caída libre de los cuerpos.
,::'.::;rJ
En efecto, la fisiología cartesiana es caprichosa, y esta objeción que a
4. La. teoría de las dos sustancias. - El análisis de los cuerpos de-.':'1 Illenudo se hace al filósofo nada significa para su concepción de la
muestra a Descartes que lo Unico real y constante percibido por lo~:,,, ·es extensa corporal; aunque se hubiera ceñido a la fisiología oficial de
sentidos es la extensión y el movimiento de las co~as, porque en lo ::i· lá época, tampoco ésta le hubiese permitido comprender que entre lo
demás éstas cambian y jamás sabemos si esos cambios son pr_oducto de;,] físico y lo espiritual en el hombre no cabía .el abismo que estaba ca-
la imaginación o es la cosa misma que se transforma, Lo que hay de;:,~ ~ando. Descartes tuvo la intuición del «reflejo condicionado>; no lo
permanente en las cosas que cambian, en tanto que lo perma:iente sea ¡~ efine, pero lo describe con tal precisión, que Pávlov, trescientos años
aquello de que se habla en oposici?n con lo que se a~ma o ruega'. esto,·~¡ después, todavía se admirará. Este aspecto de la fisiología animal, que
es como sujeto lógico que es modificado por el cambio permaneciendo,¡, 'Como ningún otro se puede reducir a un mecanicismo absoluto; y que
«idéntico» y sirviendo de soporte común a sus cualidades sucesivas.,:; aparentemente dirige las más complicadas funciones orgánicas, reafirma
Esto significa que los cuerpos existen por sí mismos, sin suponer un,~:: ·~ Descartes en la idea de «puesto que cuerpo y espíritu son realmente
ser diferencial del que sea.n atributo o relación, de manera que cadir~ · istintos, ningún cuerpo es espíritu, puesto que ningún cuerpo puede
cuerpo constituye una sustancia que tiene un atributo principal Y qu~.1', ensar».rn De aquí que los movimientos que caracterizan al fenómeno
está y es en su caso la extensión, identificada en cada cuerpo con la_} 1
·ida tengan lugar sin que el espíritu intervengá; más aún, incluso a
fo~a sustancial esto es la naturaleza común de los individuos de un~{ 'Jn·enudo no puede impedirlos, lo cual basta para explicar el compor-
misma especie, ~n tant~ está considerada por un modo de existe~ci~,¡.• tamiento animal, porque niega a los animales cualquier psiquismo, pues
que le es propio y que no depende de los individuos en que se realiza;.':· «se verá fácilmente que todas las acciones de las bestias son única-
De esta manera cuando Descartes comprueba que su cuerpo es, nte similares a las que realizamos sin la contribución de nuestro
independiente de s~ espíritu, llega necesariamente a la conclusión de íritu;¡,.17 Para sintetizar y no entrar en más detalles que al psicólogo
que el mismo es una sustancia extensa --res extensa-, porque «SU.'.'. o competen, digamos que el análisis de la naturaleza de1 cuerpo hu-
pongo --declara- que el cuerpo no es otra cosa que una estatua, , ano por Descartes, tanto en Las pasiones del alma como en el Tratado
máquina de tierra, que Dios forma expresamente, para ~acerla lo ma el hombre, corresponde paso a paso a la demostración de la existen-
semejante a nosotros que sea posible: de manera que no solo le da exte. ''ia de los cuerpos que realiza en la VI Méditation.18

;. 18
274 ALBERTO L. MERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 275

Esta Meditación se ocupa «de la existencia de las cosas materiales de los dos tipos de sustancias que componen al ser del hombre, las
Y de la real distinción entre el alma y el cuerpo del hombre> y des- sustancias corporal y espiritual. A partir de este momento, Desca~es
p!"1és de conside~ar que sí existen cosas' materiales, «Pues por l~ menos introduce claridad donde los antiguos, siguiendo principalmente a Aris-
se de antemano que puede haberlas, en tanto se las considere como tóteles confundían y oscurecían las cosas. Puede estudiar el cuerpo
objeto de demostraciones de geometría, puesto que de este modo las como ~osa independiente, sin tener que animarlo por la acción de ~e~pí­
concibo muy claramente y muy distintamente>,19 y de haber analizado ritus vitales» sin acudir al artificio de un «alma vegetativa». Mecamca-
el papel que en dicha consideración desempeñan la imaginación y la mente se dej~ explicar como un mecanismo cualqufera, com~ los ª~!i­
pura intelección o concepción, se aplica a la distinción entre el alma ficios animados que ~n los jardines de los reyes serv1an para d1stracc1on,
Y el cuerpo del hombre. Que el cuerpo humano es sustancia extensa que poseían movimiento y hasta emitían sonidos y voces. La fisiología
resulta evidencia innegable del pensamiento cartesiano; como todos los mecanicista, que gradualmente irá suplantando a la vitalista Y a~c~nzará
cuerpos, su existencia puede ser probada sustancializándolo, o sea de- el nivel de ciencia. que hoy posee, tiene en la ruptura .gnoseolog1ca. ~e
mostrando que existe por sí mismo sin suponer un ser diferente del Descartes su acta de nacimiento. Desde entonces en adelante, el fis10-
que sea atributo o relación. Para la filosofía antigua y la escolástica, el logo estudiará el cuerpo sin preocuparse por el espíritu y descubrirá
cuerpo únicamente existía en relación· con el alma, de la que era un
sus leyes mecánicas. Por su parte, el filósofo queda libre de, l~ trab~
atributo o una relación y de la que recibía forma ·y animación. El
que para sus elucubraciones significa lo corporal; frente al espmtu esta
mecanicismo de Descartes destruye esa relación: como sustancia que
finalmente delante de una sustancia, la res cogitans, y puede estudiarla
es, el cuerpo existe por sí mismo, no es atributo de nada, y la prueba
sin perderse en consideraciones relativas al cuerpo, que desviaron a los
está que su constitución y funciones Descartes puede reducirlas, a
antiguos. Con esto nace la filosofía del espíritu de Descart7s, qu~ será
semejanza de los animales, a relaciones mecánicas que responden a le-
yes matemáticas. La evidencia de la existencia del cuerpo humano es, objeto de sus Méditations,20 y se obra el .Pª~to. de la ps1colog1a .. ~n
efecto desde los presocráticos hasta Cartes10 umcamente pudo exIStir
como la de cualquier cuerpo, su extensión y su movimiento. Pero queda
pendiente el problema de si el espíritu no sería un atributo o una rela- una ~sicofisiología, o sea el estudio de las relaciones entre alma Y
ción del cuerpo del hombre; la posibilidad, tantas veces sostenida en la cuerpo; en partiendo de Descartes, los. cami:os se separan: por un
filosofía griega, tampoco ofrece asidero para Descartes. Su primer gran. lado una fisiología; por el otro, una ps1colog1a. Y aunque Descartes,
descubrimiento fue el Cogito, y precisamente el «Pienso luego existo> por ~upuesto, no hable de psicología, térm~o de ~cuña;i?n posterior,
1e revelo' como única prueba racional de su existencia que ' el espíritu su filosofía del espíritu es el primer tratamiento s1stematlco del tema
puro, el pensamiento, tiene realidad propia y no dependiente. Ahora y su acta de nacimiento como disciplina singular. Nada hay de exage-
bien, si el espíritu tiene realidad propia, si no es atributo del cuerpo rado en llamar a René Descartes «Padre de la psicología moderna>.
ni de él depende para su existencia, constituye un cuerpo al mismo
título que los demás cuerpos. Mas los cuerpos se caracterizan por la 5. Consecuencias del dualismo cartesiano. - La Meditación sexta
extensión y el movimiento; y la primera no podemos aplicarla con cri- concluye con el desarrollo de las cadenas de !ª~ razones; es s.~ duda
terio de cosa al espíritu, con criterio de reducción geométrica, por lo uno de los textos cartesianos que ofrece el max1mo de compleJ1dad, lo
que Descartes debe concluir que se trata de una res singular, o, dicho cual es propio del tratamiento de una razón última que es, necesaria-
de otro modo, que, no pudiendo ser res extensa, es res cogitans, esto mente, la más compleja y difícil. Como indicamos antes, trata de pro-
es, pensante. Si el espíritu puede pensar y es por ello prueba de mi bar la existencia de las cosas materiales y completar la tarea de su
existencia, y aparte de ser pensante posee movimiento que evidencia filosofía en relación con las tres clases de existencias fundamentales
su transcurrir, se trata también de una sustancia, puesto que sus atri- que Descartes se propone establecer de manera necesaria. Existencia
butos principales son de existir por sí mismo, de no suponer un ser del espíritu en la Meditación segunda; existencia de Dios en la ter-
diferente ~l cuerpo- del que sea atributo o relación. cera; existencia de los cuerpos en la sexta. Según el orden metódico
Este paso del cartesianismo es fundamental por tres razones: de Descartes, apoyándose sobre la realidad precedentemente demos-
l.•) destruye la ideología que asienta en la subordinación del cuerpo trada de la esencia de las cosas materiales, esto es, sobre el enten-
al espíritu; 2.•) convierte al espíritu en sustancia, esto es, lo indepen- dimiento, concluye primero que su existencia es posible; 21 apo_Yándose
diza de cualquier sujeción y lo presenta como acto puro; 3.•) pone los sobre la presencia en mí de la imaginación, concluye de inmediato que
cimientos del dogma dualista, de la separación neta, clara y distinta es probable; 22 apoyándose sobre la presencia en ~ del sentimiento,
concluye por último que es verdadera. 23 Establecido esto, Descartes
276 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 277
debe considerar, finalmente, la unión sustancial del alma y del cuerpo, umon y al mismo tiempo, para descubrir Lo que es, o sea una uruon
y aunque el título de la Meditación no lo indique, en partiendo de la sustancial de dos sustancias distintas, es necesario dirigirse al enten-
presencia en nosotros de la imaginación y del sentimiento: dncluso en dimiento y establecer previamente que el cuerpo es realmente distinto
esta VI Méditation, donde he hablado de la distinción del espíritu y del alma y que el cuerpo existe. En resumidas cuentas, es el enten-
del cuerpo, también he demostrado que le está sustancialmente unido, dimiento el que convalidará· la competencia del sentimiento y trazará
y para probarlo me he servido de razones que son tales que no puedo sus límites. De este modo, la prueba de la distinción, que reposa sobre
recordar haber leído en otra parte algunas más fuertes y más convin- la intuición de las ideas claras y distintas de las sustancias pensadas
centes»,24 deberá ocuparse de la concepción de la unión del alma y y extensas, es tan cierta como una verdad matemática y de la misma
del cuerpo, lo que hace en una obra: Traité des passíons. Allí nos de- naturaleza que mi conocimiento en el Cogito. Por el contrario, la
muestra que probar la distinción real del cuerpo y del alma, probar prueba de la unión y de su existencia no reposan sobre la intuición de
su unión sustanci~l, se contrarían. Efectivamente, la unión sustancial, una idea, sino sobre la certidumbre de una inclinación y de senti-
por ser «experimentada todos los días .. ., es causa de que no descu- mientos garantizados por Dios. De este modo, Descartes tiene la certi-
bramos fácilmente y sin una profunda meditación la distinción real dumbre de que el cuerpo existe sin tener la visión de esa existencia
que hay entre uno y otro», 25 aunque incluso después de haber brin- que en sí queda desconocida, porque no es tan firme ni evidente como
dado la más sólida de las demostraciones lógicas es· difícil quedar per- las razones que nos conducen al conocimiento de Dios y de nuestra
suadido: «Me ocurre casi lo mismo que a los astrónomos, que, después alma.ªº
de haber estado convencidos por poderosas razones de que ·el sol es En pocas palabras, y de manera clara y distinta, Descartes nos dice
varias veces más grande que toda la tierra, no pudiesen, sin embargo, . que está probado que cuerpo y alma son sustancias distintas, y que
impedirse juzgar que es más pequeño, cuando acaban de mirarlo~» 26 por el sentimiento conocemos que entre ambas hay una unión sustan-
Esto es porque «aquellos que nunca filosofan» y que, siendo extraños cial sin que podamos probarlo por la razón. De esta manera, el pro-
a las meditaciones metafísicas, «Sólo se sirven de sus sentidos y con- blema de la unidad psicofísica y del carácter de esa unidad queda
.ciben sin dificultad esa unión», sin poder llegar a concebir su distin- realmente sin resolver, y es el dualismo, el de las dos sustancias que
ción, mientras que aquellos que están habituados a filosofar y que, apar- no se confunden, el que desembocará, finalmente, en la doctrina pos-
t;;dos de los sentidos, se mueven en la esfera del entendimiento puro, terior del paralelismo psicofísico, o sea que lo psíquico y lo físico se
no .pueden· concebir la unión que contradice la evidencia racional de la corresponden término a término, expresión esta que parece datar de
distinción necesaria de las dos sustancias: «El espíritu humano ... no Fechner, pero que hoy día se aplica a doctrinas más antiguas, como
me parece ... capaz de concebir bien distintamente y al mismo tiempo las de Spinoza y Leibniz. Sin duda, esta afirmación no corresponde
ia distinción entre el alma y el cuerpo y su unión, en razón de que literalmente a Descartes, porque la relación que establece es, en el
para ello se requiere concebirlos como una cosa y al mismo tiempo fondo, unilateral y parcial y, en consecuencia, no hay paralelismo, pero,
concebirlos como dos, lo que se contraría.» 27 de todos modos, el sustancialismo cartesiano está en su base. Si consi-
De esto se ve que Descartes concibe el conocimiento de la distin- deramos el problema en función de repercusiones gnoseológicas, nos
ción y de la unión de cuerpo y alma como dos saberes diferentes, el presenta un aspecto positivo y otro negativo. El aspecto positivo corres-
primero correspondiendo a la razón, el segundo al sentimiento. Para ponde a la definición de campos que permitieron, por un lado, el
acceder al primero se requiere «cerrar los ojos, taparse los oídos», en desarrollo de la fisiología como ciencia de la res extensa corporal, y
resumen «apartarse de todos los sentidos»; 28 para alcanzar el segundo, por el otro, a partir de la filosofía del espíritu, de la psicología como
se requiere negarse al entendimiento puro de alguna manera, «des~ ciencia de la res cogita.ns, esto es, el estudio del pensamiento como cosa
hacerse de las ideas claras y distintas y en particular de las razones , en sí. En este sentido, Descartes introduce claridad metodológica en
que probaron la distinción de las sustancias>, para abandonarse por. el saber del hombre, y divide ]a antropología en dos áreas que no se
entero a la experiencia del sentimiento.29 Dicho de otra manera, o confunden: física y espiritual. Sin el sustancialismo, Descartes no
sea con los conceptos y expresiones acti.iales de la ciencia, el primero • ~ubiera fundado la psicología moderna. Pero al mismo tiempo, y ante
es un problema racional y matemático, y el segundo, empírico, que. el juicio epistemológico, su distinción evolucionó hacia, una mecánica
por naturaleza propia corresponden, respectivamente, a la ciencia pura ' . de lo psíquico y de lo físico que, como veremos en su oportunidad,
v a la fisiología. Pero no· basta con acceder al fenómeno; la metodo., '• terminó por destruir la unidad intrínseca del ser vivo y dio origen a
iogía cartesiana exige comprobarlo, o sea probar la realidad de la la división de la psicología, con Bergson, en psicología de la eficiencia
278 ALBERTO L. MERANI lllSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 279

y psicología de la conciencia, y a doctrinas tan opuestas como el empi• «Méditation troisieme>, en Oeuvres et lettres, Loe. cit.
rismo testológico y el empirismo irracionalista con carácter de teología Ibídem.
cLettre a Elizabeth,,, en Oeuvres et lettres, Loe. cit.
negativa del psicoanálisis. Pero esto no está implícito en Descartes¡ 30. cDieu étant souverainement bon et la source de toute vérité, puisque c'est
para que el fenómeno se produzca se requerirá una nueva ideología,' · 1ui qui nous a créés, il est certain que la puissance ou faculté qu'il nous a don-
y una profunda crisis del aogma racionalista. . . née pour dístinguer le vrai d'avec le faux ne se trompe point lorsque nous en
· usons bien, et qu'elle nous montre évidemment qu'une chose est vrai. Ainsi cette
"'certitude s'étend a .tout ce qui est démontré dans Ja mathématique ... Elle s'étend
aussi a la connaissance que nous avons qu'il y a des corps dans le monde ... Puis
ensuite elle s'étend a toutes les choses qui peuvent etre démontrées, touchant
NOTAS ces corps, par les príncipes de la mathématique ou par d'autres aussi évidents et
certains.» cPrincipes de la Pb.ilosophie», en Oeuvres et lettres, Loe. cit.
l. Cf. Villari, Niccola Machiavelli e suo tempo, Firenze, 1881.
2. Las obras de Frruicis Bacon fueron editadas por J. Sppedíng, R. L. Eliis
y D. Heath, en siete volúinenes, con el título: The Works of Francis Bacon, Lon-
don, 1857; en las citas utirzamos la reimpresión de 1887. La cita se refiere a cDe
dignitate et augmentis scie11tiarwn», en The Works, Loe. cit.
3. «Novwn organwn>, en The Works, Loe. cit.
4. «De dígnitate», en '.l.'he W orks, Loe. cit.
5. Ibídem.
6. Ibídem.
7. Ibídem.
8. De las «Obras completas» de Descartes hay dos ediciones fundamentales:
Oeuvres de Descartes, publicadas .por Víctor Cousín, 11 vols., Paris, 1824-1826,
y Oeuvres de Descartes, publicadas por Adam et Tannery, 13 vols., Paris, 1891-
1912. De fácil uso para el psicólogo, pues contiene lo esencial para él, es la edi·
ción: Descartes: oeuvres· et lettres, dirigida por André Bridoux, Paris, 1958, y
según la cual citamos para una confrontación más fácil de los textos.
9. Adam, Descartes, ses amitiés femenines, Paris, 1937.
10. Baillet, «La mort de Monsieur Descartes», en Oeuvres et lettres, Loe. cit.
11. «Discours de la Méthode», en Oeuvres et lettres, Loe. cit.
12. Descartes define la sustancia diciendo: «Lorsque nous concevons la subs-
tance, Iious concevons seulement une chose qui existe en telle fai;on qu'elle n'a
besoín que de soi-meme pour exister ... A proprement parler, il n'y a que Dieu
qui soit tel... C'est pourquoi on a raison dans l'École de dire que le nom de
substanee n'est pas univoque au regard de Dieu et des créatures... Mais parce
qu'entre les choses créés, quelques-unes sont de nature telle qu'elles ne peuvent
exister san.5 quelques autres, nous les distínguons· d'avec celles qui n'ont besoin
que du concours ordinaire de Dieu, en nommant celles-ci des substances, et
celles-Ia des qualités ou des attributs de ces substances.» «Príncipes de la philo-
sophie», en Oeuvres et lettres, Loe. cit. ·
13. «Traité de l'homme», en Oeuvres et lettres, Loe. cit.
14. cObjections et réponses», en Oeuvres et lettres, Loe. cit.
15. Giambattista Vico, Scienza nuova, ed. Nicolini, Bari, 1911-1916.
16. «Les príncipes de la Philosophie», en Oeuvres et lettres, Loe. cit.
17. cObjections et réponseS», en Oeuvres et lettres, Loe. cit.
18. «Méditations», en Oeuvres et lettres, Loe. cit.
19. «Méditation sixieme», en Oeuvres et letres, Loe. cit.
20. En Oeuvres et lettres, Loe. cit.
21. «Méditation sixieme:., en Oeuvres et lettTes, Loe. cit.
22. Ibídem.
23. Ibídem.
24. «RéponseS», en Oeuvres et lettres, Loe. cit.
25. Ibídem.
26. Ibídem.
HISTORIA CRÍTICA DE .LA PSICOLOGÍA 281

sofo, que su obra se convierte para la época en manual de ehseñanza


, del cartesianismo. Para ellos, como para otro jansenista, Lou1s DE LA
FoRGE, en su Traité de l' esprit de l'homme et de ses facu.ltés et fonctions,
publicado en 1666, el problema principal está en aclarar el modo como
.un cartesiano debe entender la acción de los cuerpos entre sí y la
interacción del cuerpo y del alma. La Forge polemiza contra los ma-
terialistas que declaraban imposible la acción del alma sobre el cuerpo,
CAPÍTULO 4 si el alma no fuese también corpórea, lo que ·supondría una relación
conforme al modelo de acción por contacto, y también ataca a algunos
LA OPOSICIÓN A DESCARTES cartesianos que tomaban como cualidad real la cantidad de movimiento
constante que Dios introdujo en el universo. De este modo defiende a
Descartes contra los materialistas, que atacándolo sacaban del con-
l. El cartesianismo en el siglo XVII. - El impacto de la filosofía. cepto de cextensión> un argumento contra la espiritualidad del alma,
de Descartes es tan fuerte que en el siglo xvn la gente del gran mundo · y reafirma el dualismo de la doctrina, pues identifica la naturaleza del
adopta· el cartesianismo como moda. Apasiona principalmente su física, ·. pensamiento con la esencia del espíritu, lo cual consistiría en una expe-
que la literatura utiliza para la descripción del mundo, como hace riencia interior con cuyo apoyo el espíritu queda abierto a todo, a lo
Cyrano de Bergerac en su célebre obra, y hasta cLas mujeres sabias> que hace y a lo que recibe, es decir, a todo lo que directamente le
de Moliere discuten cartesianamente del vacío, de imanes, de torbelli- .· acaece. Del mismo tenor son los escritos de GÉRARD DE CoRDEMOY
nos y mundos volteantes. Tanto es el auge de Descartes, .que los teó- i (1620-1684), quien publicó sus Si:r: disCO'Urs sur la distinction du. COTJJ8
logos y los científicos aristotélicos ven peligrar sus posiciones e instan , .et de l'ame en el año 1704. Concibe la interacción del .cuerpo y· el
al poder real y al Parlamento para que se prohíba la doctrina. En el ' alma como: «Un alma mueve a un cuerpo cuando, por desearlo, su-
debate entraron los jesuitas, los jansenistas y los oratorianos. Los je- ; cede que lo que ya movía al cuerpo viene a moverle del lado hacia
suitas, desesperadamente hostiles a Descartes y atenidos a las doctrinas el cual esta alma quiere que sea movido.» De estos puntos de vista,
tradicionales; los jansenistas, partidarios a ultranza, y los oratorianos, Cordemoy saca conclusiones inesperadas, como que entre el alma y el
9ue simpatizaban aunque tibiamente con el cartesianismo por la seme- cuerpo o entre un alma y otra puede haber modos de unión muy diíe-
janza entre su espiritualismo y el de San Agustín. En esta lucha hubo• rentes de los modos actuales, siendo posible, por ejemplo, que ei alma
episodios cómicos y brutales; cómicos como el famoso Decreto burlesco separada del cuerpo pudiese imaginar todos los cuerpos sin que uno
que escribiera Boileau y que frenó al Parlamento en su decisión de impidiese, como ahora, el conocimiento del otro. También concibe espí-
condenar el cartesianismo, y trágico como la declaración de fe impuesta . ritus que no necesiten, para comunicarse sus pensamientos, sino que-
por los jesuitas a los profesores oratorianos en 1678, obligándolos a • rerlo, ya que un pensamiento puede, al fin y al cabo, ser ocasión de
declarar que creían en las formas sustanciales, en los accidentes reales · otro pensamiento más fácilmente aún que un movimiento.
y en el vacío. Pero fuera de estos episodios anecdóticos y ruidosos, que\: Fuera ·del círculo de Port-Royal, el cartesianismo encontró reper-
traemos a colación porque indican bien a las claras las repercusiones ' cusiones allende Francia, gracias a Cfa.uberg y a Tschirhaus en Ale-
sociales de un clima intelectual, lo que realmente cuenta es la penetra-; •··., manía, y a Geulincx en los Países Bajos. JoHANN CLAUBERG (1622-1665)
ción lenta y continuada de los hábitos de pensamiento cartesianos, lo· fue un westfaliano que escribió en alemán, cosa rarísima para enton-
que termina ineludiblemente por un nuevo tono de ideas filosóficas ces, dos de sus tratados filosóficos. Erudito de gran valía, familiarizado
en el que se mezclan muy a menudo los conceptos derivados de las .. con el platonismo del Renacimiento, con Marsilio Ficino, Plotino y
luchas religiosas de entonces. Platón, y por supuesto con Descartes, presenta como rasgo esencial de
Que esto es así lo prueban los trabajos de los jansenistas de Port• su obra un denodado esfuerzo para unir el cartesianismo con la tra-
Royal; considerados como una referencia directa al pensamiento de . dición platónica. Por este camino identifica de manera absoluta lo psí-
Descartes. ANTOINE ARNAUD (1612-1694) y PIERRE NICOLE (1625-1695), , , quico con la conciencia, puesto que, según su punto de, vista, cel alma
que publican en torno del 1650-1660 la famosa Logique ou l'art de sin autoconsciencia sería de por sí una contradicción>. Empapado del
penser, catecismo de la escuela, transcriben trozos enteros de las Regl,as: sentimiento de la realidad del alma con sentido platónico religioso,
cartesianas, y catalogan tan minuciosamente el pensamiento del filó-., · Clauberg niega que cualquier modificación corporal pudiese producir
282 ALBERTO L. MERAN! mSTORIA CRÍTICA DE. LA PSICOLOGÍA 283

en el all!la modificación alguna, puesto que el efecto no puede ser más•;· que luchó contra las enfermedades del cuerpo, contra sufrimientos per-
notable que la causa, porque «los movimientos -escribe con tesis · ' petuos, dejó la huella de su ascendiente en todo lo que es vida espi-
indudablemente platónica por la terminología- de nuestro cuerpo son ritual: invención matemática, experimentación física, reflexión moral,
sólo causas procatárticar que dan ocasión al espíritu, como a causa i' ' pensamiento religioso. Su padre, matemático distinguido, amigo de
principal, para sacar de sí tales ideas, siempre tenidas en potencia en , Fermat y de Roberval, que se contaba entre aquellos que Descartes
tal o cual tiempo». Por su parte, ElmENFRIED WALTER voN TscHIRNHAus consideraba sus adversarios, vio con admiración mezclada de temor
(1651-1708) fue un filósofo alemán contemporáneo de Leibniz, cuyo despertar la vocación de su hijo, el día en que lo sorprendió en tren
pensamiento está fundamentalmente dirigido hacia el plano ético, en de demostrarse a sí mismo la trigesimosegunda proposición del Primer
el cual afronta sobre todo el problema de las acciones justas y correc- Libro de Euclides: «La suma de los ángulos de un triángulo es igual
tas. Su finalidad es encontrar el camino ::¡ue lleva a una· vida feliz y a dos rectos.> A los dieciséis años, Pascal hacía imprimir un Essai p<iur
para lo cual es primordial la «acquisitio veritatis>, adquisición de la les coniques, que contiene una proposición fundamental sobre el exá-
verdad que cree únicamente posible según el método y los razona- gono inscrito en una sección cónica: «Los puntos de concurrencia
mientos cartesianos. Aunque no introduce nada nuevo al sistema de de los lados opuestos de ese exágono son tres puntos en línea recta.»
Descartes, lo divulgó en los países germánicos. En medicina, y con re- ' El 19 de septiembre de 1648 realizó la famosa experiencia del Puy-de-
percusiones sobre la psicología, se destaca su obra Medicina mentís Dome, por . la cual demuestra que en un tubo un líquido no puede
sive artis inveniendi praecepta. generalia, publicada en 1687 y en la subir más de cierta altura por efecto de la presión de la masa de aire.
que, de acuerdo con la antropología cartesiana y sosteniendo su dua- Desde entonces los partidarios de Aristóteles, seguidos en ese punto
lismo, pone las bases de lo que hoy llamamos higiene mental. Para por Descartes, defensor irreductible de . :.. teoría del «pleno>, se obsti-
Tschirnhaus, el Cogito pertenecería a los primeros hechos de la expe- nan ·en sostener la presencia de una «materia sutil> que resiste. Esta
riencia, siendo una «experiencia evidentísima> el tener conciencia de revolución que realiza en el alba de los tiempos modernos, Pascal la
uno mismo y saber que se posee esa conciencia. Por último tenemos al culminará con . dos obras maestras de la literatura científica: Traité
flamenco ARNOLD GEULINCX (1624-1665), que, siendo profesor de la Uni- de l'équilibre des liqueurs y Traité de 1.a pesanteur de la masse de
versidad de Lovaina, se convirtió al protestantismo y se refugió en fair, en el cual la asimilación. de la presión atmosférica al peso de un
Leyden, Holanda, donde sabemos que dio lecciones particulares hasta liquido aporta una luz definitiva.
el año 1663. Toda su obra, en la que se destacan una Metafísica ver- Los «Tratados> 2 de Pascal fueron publicados solamente después de
dadera y una Metafísica contra el espíritu peripatético,1 y que apare- su muerte, porque la vocación religiosa vino a unirse con su vocación
cieron después de su muerte, en 1691 y 1698, está dedicada a combatir científica para rivalizar con ella primero, para suplantarla después. Con-
a Aristóteles, que para él es uno de los pensadores que sucumbie- vertido con sus familiares al cristianismo tal como se lo concebía y
ron a la inclinación del espíritu "humano">, y a ensalzar la de Des- practicaba en Port-Royal, y que se conoce en la historia con el nombre
cartes, modelo de los que quieren liberarse de dicha inclinación. El de jansenismo, los Pascal quisieron ser los mejores servidores de la
pensamiento de Geulincx va más lejos que el de Descartes en algunos Iglesi.a, señalando y combatiendo las desviaciones a que cedían algu-
aspectos de la doctrina, pues considera que, .siendo inteligibles las pro- nos de sus miembros, tanto en el dominio práctico como en el especu-
piedades del cuerpo, tal como demostrara Cartesio, no pueden, por lativo, donde se creía prudente apoyarse sobre el crédito de la física
consiguiente, pertenecer al cuerpo bruto, y es preciso que las haya y metafísica de Aristóteles. «Vivimos sumergidos en un océano de
introducido un espíritu. De donde Dios no sólo puso el movimiento en aire>, había escrito el genial precursor de Pascal, Torricelli, en una
la materia, sino también todas las demás propiedades. carta del 11 de junio de 1644 a Michelangelo Ricci.
Asociado con Arnauld, con Nicole, con Le Maistre de Sacy, con
2. Blaise Pascal, o «las razones que la razón no conoce». - Ese Singlin, Pascal entra en el ·duro combate que señalará un momento
«genio que excedió la medida», para retomar la expresión de Chateau- decisivo para la Iglesia francesa. Condenada con Arnauld la doctrina
briand en el Génie du christianisme, es difícil ubicarlo en la lista de agustiniana de la gracia por la Sorbona, Pascal lucha como laico que
tales o cuales hombres. Y, sin embargo, filósofos, sabios, esc;itores de sabe hablar al mundo para poner el mundo como testimonio de la
los más sobresalientes lo reivindican como maestro. BLAISE PASCAL vanidad de la controversia y de la injusticia de la persecución. Desde
nació en Clermont d'Auvergne el 18 de junio de 1623. Murió en París el 23 de enero de 1656 hasta el ·24 de mayo de 1657 aparecen dieciocho
el 19 de agosto de 1662. En el curso de esta breve existencia, en la Protii11.ciales bajo la forma de volantes clandestinos, recogidos después
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 285
284 ALBERTO L. w;RANI

, . d I · d Montalte. La lengua fran- elocuencia> o cel arte de agradar y de persuadir>, sin reglas y sin
con la firma como pseudonuno e .ou1s X:ás elevado grado de delica- constreñimiento, aportando la fuerza del chombre pascaliano>, corrom-
cesa aparece en esos textos llevad~ ª. szu b dan de una ironía fina pido por el pecado y cuya condición es la cinconstancia, aburrimiento,
f .' las Provincui es a un . . inquietud>. Pascal es un ser lacerado entre la grandeza de sus aspira-
deza y de per ecc;n, y 1 teología que tustiga a esos autores seri~s,
que pone la come a en. a os a los otros por la solidaridad orga~ ciones y la miseria de su satisfacción terrena. De aquí que en Pascal
esos ;esuitas que se sostienen
nica de su orden y tanto. p~~ os e
m; d fectos del corazón como por los
ndenado a Galileo, mien-
la antropología no sea como en Descartes un conocimiento del espíritu
en tanto que res cogitans, ni una psicofisiología en tanto que encara
del espíritu. ¿No es acaso mutil que hayallr:bcoaran' de girar ellos mismos su unión con el cuerpo; mientras el conocimiento psicológico es en
. hi , t · s exacta. ' no se. r la inmovilidad? Nuestro
tras que, s1 su po es15 e Descartes un saber abstracto, teórico si se quiere, en, Pascal la psico-
con esta tierra que han pretendido obligar a sotros nusm·os dira,' es logía se convierte en un medio instrumental, en una propedéutica para
d ' mo para con no • la vida religiosa. Vimos cómo al espíritu. geométrico contrapone el
deber para con 1os emasl, cto t' ru'o del sentimiento inmediato, de
d e no d et enernos ante . d e des 1unoI'büiD a de descender en e1 a b'lSIIlO esprit de finesse, el sentimiento, la inspiración, el corazón y, finalmente,
sondear las profundida es e a i , el instinto, cómo busca y encuentra en el individuo recursos exclusiva-
'd 4 mente psicológicos que la ciencia sólo considerará y explorará un siglo
de una naturaleza corromp1 a. 1 bl' , los Pensées de mc>11$Íeu.r
Por último, en 1670, Port-Roya pu ico . ts. . .....,t été trouvés después. Pascal introduce en la concepción del hombre lo humano con-
r . t quelques autres su3e , qui ., .• creto de la afectividad, y cuando acude al sentimiento, cuyo veredicto
Pascal sur la re ig~n e . L or parte del texto está cons-

=
apres sa 1'JW1"t pa:rm.i ses pa.piers. a may A ?Qgf.a. pero el resto Descartes rechaza para el conocimiento, abre una nueva vía de especu-
tituida por notas destin=s a dun l;~~:~tor~ex:ies s~yas sobre los lación que Leibniz será el primero en recorrer con el descubrimiento
son recuerdos o comen ios. e 'ilia de Pascal, y .los amigos, del inconsciente. Cuando Pascal, en el manuscrito de los Pensées/' traza
incidentes cotidianos de la v1dad La oSPechas de las autoridades estas líneas inspiradas en Montaigne: cPlaisante justice qu'une riviere
atenuaron el contenido .para no e:p¡ 1 s uscrito sólo fue divulgado bome! Vérité au-de~a des Pyrénées, erreur au-delcb, y cuando se di-
eclesiásticas. El contenido intelgrap e , manPascal plantea con toda su rige a la reina Cristina de Suecia con estos términos: cLes memes
d' d d 1 "glo XIX En os ensees, ' d d.egrés se rencontrent entre les génies qu.'entre les ccmditions; et le
~r::~~;:d ; a:uidad, ei pro~lema de l':o!=~ºfan~~:':~, ~~::sd: pou.voir des rois sur les sujets n'est, ce me semble, qu'une image du pou-
directamente a Descartes, explica que, dre b el r1"gor de la demos- tlOir des espirits sur les esprits qu.i leu'I'. s<mt inférieurs, sur lesqu.els
' d 'stas asenta as so re
Arquunedes, e 1as conqui , . 1 1 hombre se aseguro, ils e:rercent le droit de persuader, qui est pa.rmi eu.x ce que le droit de
tración matemática y del ~et?do experun:~!~6 :n el espacio la doble jt comma:nder est da.ns le gouvernement politiqu.e>, Pascal expresa espe-
un progreso ilimit.ado .en e tiemp~cÍe se de lo infinitamente pequeño. /ranzas que serán de los enciclopedistas del siglo xvm y de los positi-
perspectiva de lo i~1tamente 1gr bl y sobre la dignidad del pen- '_:- vistas del XIX: el hombre csólo es producido para la infinitud>, de
Ahora bien, la refiex1on so~_i:_:,,~ nlo eza dyo con sangre fría considera "; donde testimonia cesa prerrogativa particular:> de que cno sólo cada
. '1 · para hw1llilar o cuan ·uno de los. hombres avance cada día en las ciencias, sino que todos los
samiento so o sirve . . en la fra ilidad de un ser que el menor
lo que es ante sus propios OJOS g d 1 vista de todas nuestras hombres en conjunto realicen un continuo progreso en la medida que
soplo puede curvar y voltear: cA Jiesar ~en:mos un instinto que no .el universo envejece, puesto que lo mismo ocurre en la sucesión de
miserias, que nos tocan, queednos Dogan,te modo la luz de la verdad, los hombres que en las edades diferentes de un particular. De manera
· · nos uca.» e es • e toda la serie de los hombres, durante el curso de tantos siglos,
podemos reprunir, que . bra de 'un Arquímedes, no basta para
serena, que esplende en la o 1 distancia infinita de los cuer- be ser considerada como un mismo hombre que subsiste siempre y
calmar la inquietud humana, por:~~ infinitamente más infinita de ende continuamente>.6 Pascal es el primero de los modernos que
pos a los espíritus re~resenta la ésta c: sobrenatural>. Jerarquía del ce un análisis psicológico del sentimiento religioso, para el cual no
los espíritus a la caridad, porque . . ' contm'ua del por el con- sta que el yo se separe de su voluntad propia, hasta odiarse since-
. lica una cmvers1on ente. El heroísmo de la abnegación deberá ser llevado más lejos,
progreso, pero que unp a se desprende sin dolon, un
trario», y como ces s;~º que nunc .f por ello es que escribe este billete que muestra el sécreto de una
doble desgarrami:nto mtimoi ha hecho sentir como Pascal, capaz. d nducta tan fría en apariencia para los que le prodigaban sus cuida-
Nadie ha sentido esto y o del otro para arrastrarlo donde qwer ,,s: cEs injusto que se apeguen a mí, aunque lo hagan con placer y
ponerse por entero en el lugard elocuencia cque se burla de luntariamente. Engañaré a aquellos en que haga nacer el deseo, pues
llevarlo, poseyendo el secreto ~ una
286 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 287

no soy el fin de nadie y no tengo por qué satisfacerlo. ¿No estoy listo· debidamente meditado, no nos conduzca a Dios.> Su idea fundamental
para morir? Y en consecuencia, el objeto de su devoción morirá. Así. ,es hacer penetrar en la teología el espíritu cartesiano, que sólo ve en
pues, como puedo .ser culpable de hacer creer una falsedad, aunque 11!- · el fondo de la realidad una razón actuante con método e iniciativa
persuadiese dulcemente, y se la crea con placer, y que con ello se me, propios y que sabe aislar las ideas claras y distintas que proporciona-
dé placer, de cualquier manera sería culpable de hacerme amar.> .rán al hombre una física independiente de la teología. Su concepto del
hombre está enteramente dominado por el dogma del pecado original,
3. Nicolas Malebranche, o la. psicología de Adán antes y clespué& · · el cual domina para Malebranche el problema del alma. En efecto
del pecado. - Las concepciones antropológicas de Malebranche tienen, .· tiene siempre presente la idea de dos psicologías distintas: la de Ad~
a pesar de su afinidad con Descartes, impronta propia y señalan de antes del pecado y la de Adán después del pecado, que es la nuestra.
manera clara la disolución del pensamiento cartesiano para la época. La antropología de antes del pecado se caracterizaría por la inde-
Aunque también parte del Cogito, el alma sería un intermediario pendencia de espíritu y cuerpo; la de después del pecado, por la depen-
entre lo divino y el mundo físico y recibiría luz casi exclusivamente dencia en que el cuerpo tiene al alma, convertida por desobediencia en
de Dios. Para entender en su integridad el pensamiento de Malebran- juguete de la imaginación y de las pasiones. La razón nos dice que
che, rechazado por la ortodoxia de la Iglesia, puesto entre paréntesis esta dependencia es adquirida, ya que el alma es superior al cuerpo en
por los jansenistas de Port-Royal y apenas aceptado por algunos con- perfección y, normalmente, el cuerpo debería obedecer al alma. De
temporáneos, para asir el significado de sus ideas antropológicas y com- este modo, «la experiencia nos prueba suficientemente que las cosas
prender su distanciamiento de Descartes, al que intelectualmente lo no son como nuestra razón nos dice que deben ser, y es ridículo filo-
debe todo, es necesario comprender primero al hombre Malebranche, sofar contra la eXPeriencia:>.9 El pecado de Adán y el dogma de su
al individuo ubicado en el filo de dos mundos, pero que pertenece al transmisión explican por sí solos la situación trastornada en que vivi-
religioso por profesión y al del «hombre corrompido> de Pascal por mos, de predominio del cuerpo sobre el espíritu. Malebranche admite
actuación. Históricamente contemporáneo de Descartes y de Pascal, en el alma facultades que le son propias con independencia del cuerpo:
sometido a la influencia de ambos, Malebranche no alcanza la altura el entendimiento, facultad de recibir las ideas, y la inclinación, mo-
del primero en la abstracción, ni la profundidad del segundo en el vimiento natural del" alma. Ahora bien, no tenemos una idea clara y
análisis concreto del sentimiento, pero abre una vía intermedia cuya distinta del alma, y Malebranche encuentra que únicamente podemos
proyección en la antropología del iluminismo será fundamental. N1co- comprender.a esas facultades cartesianamente, esto es, por analogía con
LAS MALEBRANCHE (1638-1715) nacido en París y muerto en la misma las modalidades de la extensión, único objeto de idea clara y distinta.
ciudad, hizo desganadamente y por presión familiar estudios de filo- El entendimiento es al alma lo que la figura es al cuerpo; y la incli-
sofía y de teología; entró como novicio en el Oratorio, y se ordenó de nación, lo que el movimiento es al cuerpo. Antes del pecado original,
sacerdote en 1664, residiendo el resto de su vjda en la casa de los ora- entendimiento e inclinación se explicaban por sí mismos; después del
torianos de la calle Saint-Honoré de París. Fue sacerdote y vivió como pecado sólo actúan acompañados por modificaciones del alma debidas
tal, y pensó coom laico influido por la presión que sobre los oratoria- ·a su unión con el cuerpo. De aquí que jamás haya entendimiento sin
nos ejercieran los jesuitas en su oposición al cartesianismo y la simpa- imágenes procedentes de los sentidos, ni tampoco inclinaciones que no
tía secreta' que la orden sintiera por la doctrina. Se cuenta que en el estén acompañadas por pasiones, por ser las pasiones en relación con
año de su ordenación fue profundamente sacudido al descubrir en el las inclinaciones como los sentidos en relación con el entendimiento
Traité de l'homme, que el jansenista de Port-Royal La Forge acababa puro. Las inclinaciones son idénticas en todos los seres; por el contra-
de publicar, el pensamiento y el método de Descartes. A partir de rio, las pasiones y las sensaciones son según cada individuo. Antes del
entonces comienza su labor de filósofo y se suceden, casi año tras año, pecado, la imaginación estaba al servicio del entendimiento, y las pa-
sus publicaciones.7 En 1680 aparece su Tratado de la. naturaleza Y de siones, de las inclinaciones rectas, o sea que aplica el concepto carte-
la. gracia, que rechazaron igualmente la Iglesia oficial y los jansenistas. siano de que la imagen posee doble papel: unas veces es causa de
El famoso obispo Bossuet calificó su doctrina de cPulchra, nova, falsa>, error, como cuando los sentidos nos engañan; otras veces es auxiliar
del intelecto, como cuando nos servimos de líneas rectas para repre• "\
y el jansenista Amauld consigue que se cite a Malebranche· ante el
tribunal eclesiástico y la obra sea puesta en el índice. sentar cantidades abstractas. Antes de la caída del hombre, la imagen
La filosofía de Malebranche es esencialmente religiosa; por ello, fue auxiliar del intelecto; después, motivo de errores. Por lo tanto, el
Émile Bréhier pudo escribir: s cNada hay, según Malebranche, que, pecado altera la relación entre el alma y el cuerpo; altera su uni6n,
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 289
288 ALBERTO L. MERANI

Sanedr~. Expulsado de la comunidad y herido de una puñalada por


convirtiéndola en dependencia. Por eso cuando el hombre somete a
. un fanatlco, fue desterrado de su ciudad natal por petición de los rabi-
los sentidos sus juicios acerca de las cosas, cree que ase las cuali-
nos al Consistorio de ministros reformados, acusado de haber blasfe-
dades reales de las mismas, pero se equivoca, pues solamente expre-
ma~o d~ las Escrituras. Vivió un tiempo eh Leyden, y después fijó su
san las relaciones de las cosas con nuestro propio cuerpo. En cuanto
res1den:1a en La Haya, donde para ganarse la vida ejerció el .oficio
a la imaginación, para Malebranche depende en primer lugar del cere- de pulimentador de cristales ópticos; al mismo tiempo estudiaba la
bro, o, mejor dicho, de su constitución: las fibras nerviosas demasiado
· física, la geometría y la filosofía cartesianas. Fue en el curso de estos
delicadas, como las de las mujeres, impiden toda aplicación del espí-
, estudios q'!1e Spino~ conoció la obra de Giorda.no Bruno, que un siglo
ritu, pues no pueden impedir la invasión de las imágenes; las fibras de
( antes hab1a sostenido la unidad de la sustancia, la identidad de Dios
los viejos, endurecidas, no permiten que las nuevas imágenes se fijen;
Y de la .n.aturaleza, escrihien,do esta fórmula en la que está implícita
por ello, el viejo olvida y está dominado por su pasado. La imagina- toda la etlca que desarrollara Spinoza: «El primer principio es infinito
ción también depende de propiedades adquiridas por el cerebro: los . en todos sus atributos y uno de estos atributos es la extensión.» Difí-
espíritus animales siguen más fácilmente las rutas que trillaron, y por . cilme?te se encuentra un pensador cuya doctrina haya suscitado tanto
eso nace la ilusión de reencontrar en las cosas nuevas lo que ya co- ~ntus1asmo y tanta indignación como la de Spinoza, y que haya sido
nocíamos. También el entendimiento tiene sus errores cuando no logra Juzgado en el curso de la historia de maneras tan diversas. Tomada en
dominar las imágenes, errores que consisten priricipalmente en reali- su conjunto, la doctrina spinozista es la doctrina de la salvación me-
zar abstracciones e introducir en las cosas potencias o fuerzas ocultas, diante el conocimiento de Dios. Exteriormente, el spinozismo se ase-
como las que la escolástica, . nos dirá Malebranche, toma por expli- meja a las .t.eosofías de origen neoplatónico que cada tanto aparecen.
caciones. La .concepc1on de la naturaleza humana de Spinoza contraría la de
En resumidas cuent.as, la depravación de la inclinación, ,por el pe-
Descartes, pues en todas sus obras 10 procura demostrar cómo el hom-
cado original, es el fundamento de nuestros errores. Falto de una idea . bre, ·en virtud de su naturaleza, a veces sucumbe al error y a veces
clara y distinta del alma, el dogma del pecado original permite a Ma•
·•.·. alcanz~ la verdad. Spinoza introduce así un equilibrio espiritual nuevo
lebranche obtener en psicología un resultado análogo al de Descartes en la idea del hombre: no se trata de justificar sino de demostrar
en física. Gracias a este dogma, Malebranche puede definir las irregu- Para el spinozismo, Descartes justifica su método' refiriéndolo al bie~
laridades de· nuestra vida interior de acuerdo con un orden natural de del hombre; justifica a Dios de la posible imputación de su interven-
las cosas establecido por las relaciones del alma con Dios y con el ción e? e~ error, que. imputa a la voluntad del hombre capaz de evi-
cuerpo. Entonces el alma es sujeto de Dios y domina al cuerpo, y de tarlo;· Justifica las pasiones. presentándolas como institución de la natu-
aquí encuentra motivo para introducir orden y razón en el universo. raleza en favor del hombre. Por el contrario, Spinoza demuestra que
De este modo, mientras que por una parte Malebranche se basa en la . el hombre es un a:utomaton spirituale, autómata espiritual que sucumbe
experiencia interior como único medio para el conocimiento psicoló-
gico, por otra construye una especie de psicofísica que analiza las·.
a~ error o ~usca la verdad,.~ deduce de la naturaleza humana l~s pa-
siones. S~stlene que la. i:ocion d~ una voluntad libre que actúa según
influencias directas y recíprocas entre cuerpo y alma, y que, además; :una finalidad, y la nocion del bien y del mal son nociones ilusorias
hace aparecer al cerebro como punto de encuentro entre lo físico y· 10 : mutiladas, confusas. ' '
psíquico, como mediador entre los procesos físicos y psíquicos, lo cual •.\. Spinoza introduce, en una palabra, una reforma total del enten-
hace posible la coordinación de las cualidades de experiencia y de :· dimien~o que pone. a Dios y ~ la naturaleza sobre el mismo plano:
las cantidades físicas. Peu.s sive natura sive su.bstantia.. De donde extensión y autoconscien-
:pia, materia Y alma, son únicamente dos catributos» o cualidades esen-
4. Baru.ch. Spinoza, o la refornia del entendimiento. - Hijo de un
,,ciales .~e una sola y mism~ sustancia, y por lo mismo el orden y la
comerciante judío de Amsterdam, BARUCH SPIN~ZA (1632-1677) recibió ; ,conex1on de los procesos psiquicos tiene su correspondencia en el orden
una educación intensa pero estrictamehte religiosa. Destinado a las fun.:;. .Y la conexión del m~do físico. En toda su especulación, Spinoza pro-
ciones de rabino, se vio involucrado en las luchas que separaban afa· :. ede cmore geometrico», a la manera de la geometría, y según el
comunidad hebrea de Amsterdam, provocadas por los choques entre esquema tan caro a todo el siglo XVII.. En él, la palabrá «matemáticas»
los judíos ortodoxos de los Países Bajos y la inmigración de marranos es. ca~i ~ágica, pues ~ presenta como la clave de todos los campos del
expulsados de España y Portugal. Las profundas repercusiones espi-~:'.
.conocimiento. En realidad, Spinoza carece prácticamente de importan-
rituales del conflicto culminaron, para Spinoza, en una condena del·
19
290 ALBERTO L. MERAN! msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 291

cia para la historia de la psicología, y su introducción en esta obra se tica de las ideas generales, al mismo tiempo que, sin ccnsideraciones
justifica por dos razones: primero es un ejemplo preclaro de la diso- temporales, identifica al hombre de su época con el ser humano en
lución que sufre el cartesianismo en el siglo xvn; segundo, representa general, para lo cual contiene la doctrina que, mostrando la natura-
la primera tentativa, aunque sea muy general, de encuadrar lo espiri- leza y lúnites del entendimiento humano, debe fundamentar la tole-
tual en un complejo de leyes exactas deducidas de axiomas presu- rancia religiosa y filosófica. De aquí que si el problema religioso y filo-
puestos, esto es, de crear por medio de un procedimiento matemático sófico dependen de la capacidad del intelecto, su finalidad primera sea
una metodología antropológica. saber cuáles son los productos de esa capacidad cognitiva del hombre,.
porque dado que estando cada individuo convencido de pensar, Y
5. John Locke, o la crítica del innatismo. - Descartes había asen- cuando piensa su mente está ocupada por ideas, se debe concluir que
tado que para el hombre hay tres clases de ideas: ideas adventicias, los hombres tienen en la mente ideas semejantes a las que son expre-
que llegan al espíritu a través de los sentidos; ideas facticias, creadas sadas con palabras, como blanC'ILra, du.Teza, dulzuTa, pensamiento, mo-
por el espíritu o la imaginación, como la idea de centauro; e ideas inna- 1'imiento, hombre, elefante, ejército, delito, y cantidad de otras. Y acep-
tas, o sea «nacidas con» el espíritu mismo o con el .sujeto pensante, tado esto, cla primera cosa para examinar es cómo el hombre llega a
como son las ideas ·de cosa, de pensamiento, de verdad, de círculo, de tener todas estas ideas».12
Dios ... , etc. El innatismo cartesiano, para el cual existen en el espíritu Este examen lleva a Locke a rechazar el dualismo cartesiano, para
humano principios innatos, y que se reafirma con la mayoría de los el cual la razón sólo pertenece al hombre, que recibe esta esencia espi-
pensadores del siglo, encuentra en Locke la primera gran oposición, ritual de la divinidad y por lo cual nace con dicha facultad innata, sin
que se traduce por la convicción de que «antes de establecer sólida- necesidad de desarrollarla con ayuda de la experiencia, y a oponerle el
mente algo se debe examinar nuestra propia capacidad' de ver qué conct\!pto de que sin la experiencia no podemos tener ningún cono-·
objetos están a nuestro alcance o por encima de nuestra comprensión>. . cimiento. Al dualismo de las dos sustancias, Locke lo sustituye por
Tal es la idea fundamental del famoso Ensayo acerca del entendimie'ltto otro concepto doble, que a pesar de su insuficiencia llevó a la solución
humano,¡íue concluye con consideraciones sobre la certeza de las ver- del problema, esto es, el concepto del «sentido interno» y del «sentido·
dades morales y sobre la relación de la fe y de la razón. JoHN LoCKE externo». Con el primero percibimos nuestros actos internos, psíqui-
(1632-1704) era hijo de un comerciante de Bristol,. que desde temprana cos; con el segundo, los objetos externos, siendo el proceso fundamental
edad lo arrastró a las luchas políticas que entonces convulsionaban a de la percepción externa la sensación, y el de nuestro espíritu, la
Inglaterra. Formado en los estudios filosófico-teológicos primero, mé- reflexión. Esta doble división, muy artificial y que perduró en la psi-
dicos después, abandona deliberadamente los primeros, que debían cología hasta casi nuestros. días, derivó naturalmente en una doble
conducirlo a las funciones de clérigo, para empeñarse en los segundos, orientación según se atribuya mayor valor a la csensación» o a la
lo cu~l indica una ruptura deliberada con cualquier preocupación onto- creflexióm¡De este modo se puede decir que con Locke comienza un
lógica, pues propugna en su opúsculo De arte medica (1669) que «no segundo período en la historia de la psicología, en el cual la concep-
hay conocimientos verdaderamente dignos de tal nombre sino los que ción antigua del alma, entendida más o menos como principio vital, es.
conducen a alguna invención nueva y útil; toda otra especulación es sustituida por la del «sentido interno» y del csentido externo>, con-
entretenimiento de desocupados», para declarar finalmente que. las teo- cepto que, por otra parte, debía tener a la psicología a!ejada por largo
rías generales son perjudiciales porque detienen y fijan la ciencia; y sólo tiempo de las ciencias naturales, en las que tiene su origen como psico-
la hipótesis especial es útil para captar las causas próximas. De este fisiología.
modo, tras la búsqueda de un saber concreto y eficaz, se propondrá Y con esto se inicia la verdadera innovación lockiana; comienza por
estudiar la vida mental como tal, invirtiendo el camino clásico que negar la cextensión> cartesiana y se centra en el papel de la «idea»,.
iba de la metafísica a la antropología, y así el Essay Concerning Human lo cual ha hecho que a menudo se la califique de doctrina del cideísmo>.
Understanding 11 lo convierte en el iniciador de la filosofía empírica En ·efecto, para Locke, cualquier conocimiento es la percepción de una
inglesa y aparece como la primera gran tentativa de crear, con método relación de concordancia o de discordancia entre ideas: lo húmedo no
analítico y descriptivo, una antropología concreta independiente, esto es seco, los cuadrados que tienen lados iguales son iguales, etc., y en-
es, una psicología de la experiencia. tonces, en el primer caso, la percepción es inmediata, o reducible por
El Ensayo no es una obra de especulación, sino que dentro del con- demostración a una percepción inmediata, en el segundo. De aquí que
texto de las ideas de Locke asume el sentido de una psicología gené- las ideas mismas resulten, o compuestas, es decir, formadas por un
292 ALBERTO L. MERANI i1hi'
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 293
~".,

conjunto de ideas simples que pueden ser individualmente analizadas, l cimiento de los cuerpos, como si no la conociésemos en absoluto.> 16
o simples e irreducibles al análisis. Locke procede en un orden ,:; Con declaración tan anticartesiana nos advierte definitivamente que las
dológico que va de lo simple a lo compuesto, esto es, investiga primero !, ideas simples, incluso de las cualidades primeras, no deben ser tomadas
qué son las ideas simples, y luego cómo se combinan para formar las : .como elementos reales de las cosas. Este doble aspecto de la idea de
compuestas, para concluir en cómo se percibe la concord~ncia o dis- < sensación, elemento último del conocimiento y representativo del real,
cordancia entre las ideas. En realidad, se trata de un atomismo mental queda confinado a la doctrina de Locke; en efecto, aquellos que lo
que resuelve en elementos las ideas, el contenido del conocimiento. seguirán, como Berkeley, serán adversarios de la idea de carácter re-
Por su parte, la simplicidad de 1a idea no se refiere a ningún caráctel'. presentativo.
interno de la misma; no se trata de su estructura, sino que se refiere a Este aspecto de la doctrina lockiana es aparentemente confuso, por-
que únicamente puede sernos comunicada cuando la tenemos en .la , que únicamente se comprende a fondo su distinción entre ideas simples
experiencia, tal como las cualidades físicas de las cosas. Por lo demas, de sensación e ideas simples de reflexión en relación con su metafísica,
la imposibilidad absoluta de engendrar en nosotros ideas simples mien- que es función de la ideología reinante · entonces en Inglaterra. En
tras formamos compuestas señala los lúnites de nuestro conocimiento. efecto, al considerar que el conocimiento que tenemos de las cosas
Las ideas simples son, además, de tres categorías: simples de sensa-, (ideas de sensación) es irreducible al conocimiento de las facultades de
ción: cálido, sólido, liso, duro, amargo, extensión, figura, etc.; ideas nuestra alma (ideas de reflexión), Locke suprime cualquier presunto
simples de reflexión, o sea de las facultades que están en nosotros enlace entre empirismo y sensualismo, y de este modo responde a la
mismos: memoria,· atención, voluntad, etc., y considerando a la ;efle- . corriente de opinión, que tenía su asiento en Cambridge, de que el
xión como percepción interna de esas facultades; y finalmente estan las empirismo es ateísmo. Locke acepta a Dios, y emplea la experiencia
ideas simples, que son, a la vez, de sensación y de reflexión, c;omo las de interna, irreducible a la externa, como demostración de su existencia
existencia, duración o número. y con mdependencia del innatismo de que se valiera Descartes para
Para Descartes, la idea era una representación, una imagen de las el mismo fin.
cosas. Para Locke también, pero con gradaciones; las ideas de sensa- En cuanto a las ideas compuestas, Locke las reparte en dos grupos:
ción tienen dos formas: una, como punto de partida, son los elementos · . aquel en el cual las ideas simples se combinan en la idea de una cosa
últimos· de que están compuestos nuestros conocimientos, y como tales única: . idea del libro, del hombre, etc~, y aquel en que las ideas com-
todas representan las cosas materiales que percibimos; por ser inter- binadas continúan representando cosas distintas aunque unidas: idea
m.'ediarias entre las cosas y nosotros, su valor es muy desigual. En este de filiación que une, por ejemplo, la idea de padre e hijo, y por lo
aspecto, Locke adopta las conclusiones del mecanicis?1~ de la f~sica general todas las ideas de relación. Las del primer grupo las subdivide
que le es contemporánea, sobre todo de Boyle: 13 las umcas ccuah~a­ a su vez en dos clases: ideas de modos referentes a cosas que no pueden
des primarias> que no representan las cosas como son, son la ex.tensio.n, subsistir por sí mismas, como una figura geométrica o un número;
la figura, la solidez y el movimiento, junto con las ideas de existencia, e ideas de sustancias que subsisten por sí mismas, éomo del hombre.
de duración y de número. El resto (colores, sonidos o sabores, etc.) son Los modos, a · su vez, quedan divididos en simples y compti:estos o
cualidades «secundarias> o sea mero producto de la sensación. Aun- mixtos. Los primeros están representados por la idea simple que se
que Locke concuerde co~ Descartes en el hecho de que su idea simple combina consigo mismo, como por ejemplo el número, que es. combi-
es una imagen de la cosa, no comparte el valor dado a la misma por nación de unidades, o el espacio o la duración, que son combinación
Cartesio· las ve únicamente como ideas que el físico utiliza para la de partes homogéneas. Los segundos están compuestos por ideas sim-
represedtación del mundo exterior en la imposibilidad de emplear ples heterogéneas; como pueden ser la idea de fealdad o la idea de
otras, porque «nos es imposible concebir que un cuerpo actúe sobre amor. Esta deducción de las categorías permite a Locke resolver pro-
otro sin tocarle, o, si lo toca, que actúe de otro modo que por mo- b.lemas que hasta el momento solamente eran capaces de afrontar las
vimiento>.14 La idea de extensión, fundamental para Descartes, no es teorías innatistas, problemas como los del infinito, la potencia y la
clara para Locke, quien encuentra que la cohesión de los cue:pos. es sustancia, y en cuya explicación no entramos porque caen dentro de
inexplicable por sí misma, y la divisibilidad al infinito, contrad1ctori~: la metafísica implícita en el pensamiento lockiano y por lo cual esca-
cEstamos tan alejados --escribe- de tener alguna idea de la sustancia pan a cualquier interés estrictamente antropológico.16
de los cuerpos mediante la idea compuesta de extensión, figura, color Por último, llegamos al problema del conocimiento, que para Locke
y todas las demás cualidades sensibles a que se reduce nuestro cono- concordancia o una discordancia entre nuestras ideas. El cono-
294 ALBERTO L. MERANI
HISTORIA ·CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 295

cimi!mto se expresa por un juicio, en el cual las relaciones entre ia~L jimos, a la filosofía cartesiana. Descartes y sus sucesores son raciona-
ideas pueden ser de tres clases: de identidad o de diversidad, de rela'1t; listas cuya ambición es aplicar el método de las matemáticas a la filo-
-ci6n y de coexis;tencia. Las relaciones de identidad o de diversidad se,. ' sofía. Locke y sus sucesores erigen como ideal las ciencias de la
refieren, respectivamente, a características de homogeneidad o de hete-':1· naturaleza y aplican el método inductivo al estudio del entendimiento
.rogeneidad; las de relacién, a características de filiación; y las de·. humano; el empirismo parte del postulado de que la experiencia se
coexistencia, a características de homogeneidad aparente. En el fondo basta por sí misma; el espíritu, considerado independiente de la na-
identidad y coexistencia son simplemente casos singulares de la rela~ turaleza, no posee ningún recurso para agregar nada al cuadro de lo
ción. De aquí que el conocimiento resulte de la percepción de una re:., que la naturaleza le aporta, puesto que el contenido del conocimiento
!ación y sea, por definición, siempre cierto .. Lo que llamamos fe, creen- · viene por entero desde afuera. Esta posición encuentra, naturalmente,
cia o probabilidad queda, pues, fuera del conocimiento. En cuanto a las la dificultad de explicar cómo ocurre que los principios y' las catego-
modalidades del conocimiento, es inmediato en la percepción intuitiva rías posean caracteres de universalidad y de necesidad, en completa
como por ejemplo de una igualdad, y mediato cuando la relación entr~ oposición con la particularidad y la contingencia de los hechos de
las ideas la captamos por medio de una demostración que paso a paso experiencia de los que se considera derivan, y su proyección sobre la
nos lleva a la percepción intuitiva. No obstante, el conocimiento es estructuración de la psicología se refleja, todavía hoy, en las dos doc-
para Locke algo más que esto;· en efecto, encuentra una nueva especie trinas empíricas por excelencia de la psicología contemporánea: el
de concordancia, «la de una existencia actual y real que conviene a conductismo y el psicoanálisis. De aquí que las dos corrientes princi-
algo cuya idea tenemos en la mente>.17 La percepción de la existencia, pales que a partir del siglo XVI determinarán el pensamiento filosófico:
que Descartes centraba en el Cogito, para Locke es irreducible a la racionalismo y empirismo, ·influyan desde un principio decisivamente
percepción de una relación entre dos ideas, porque la existencia no es sobre el pensamiento antropológico tanto en su manifestación teórica
de ninguna manera una idea, como la de frío o calor. De la existencia como concreta. Ambas corrientes responden al hecho común de basarse
de nosotros mismos tenemos certeza intuitiva, por reflexión; de la exis- en la experiencia interna; ni empiristas (Locke, Hume) ni racionalis-
tencia de Dios poseemos, como vimos, una certeza demostrativa que se · tas (Descartes, Leibniz) ponen en duda la existencia de hechos psí-
refiere a ·la certeza de nosotros mismos. En cuanto a las cosas sensibles quicos existentes en virtud de l.a autorrepresentación, y es de este
sólo tenemos una «certeza por sensación». De las cosas que debemos ~ modo como, a través de múltiples variaciones históricas, el empirismo
nuestras ideas de sensación no podemos dudar; sería absurdo dudar absoluto c;:oncluirá por aparecer en la psicología contemporánea como
de lo que proviene de impresiones que no estamos en capacidad de creencia de que la causalidad y otros principios surgen de la relación
impedir, y, por consiguiente, del testimonio de los sentidos. Esta cer- del espíritu con las cosas, o sea que no se deben a la experiencia bruta
teza, que se refiere a las cosas del mundo, no requiere un mayor grado ni al espíritu puro, sino a un empirismo inteligente, porque «Un empi-
de certeza. rismo verdadero es el que se propone apresar lo más apretadamente
Un problema que siempre estuvo presente en la historia del pen- posible al original mismo, .profundizar la vida y, por una especie de
samiento es el referente a la identidad de la conciencia individual, y al auscultación espiritual, sentir palpitar el alma».1s La psicología llevará
cual Locke afronta de manera completamente original al procurar re- así, desde el mismo momento de su constitución, el sello del empirismo,
solver empíricamente y no en base de la hipótesis de sustancia, como porque la mayoría de los psicólogos, sobre todo en nuestros días, serán
había procedido la filosofía hasta entonces, pues encuentra que en el en primer término empiristas y en el sentido más clásico, pues de una
cambio de las sensacio:r;ies el individuo se identificaría siempre con el manera u otra esperarán de la experiencia sensorial el conocimiento
propio yo. El pensar ~staría siempre en conexión con la conciencia de la realidad. Tanto es así que, a partir de Locke, tanto empiristas
o, mejor dicho, con el Hecho de ser conscientes, por lo cual qui~n piens~ como racionalistas estarán de acuerdo con el hecho de que el cono-
se distingue de los demás objetos siempre que posea memoria. La ca- cimiento sale de los datos de la experiencia organizada por la razón,
pacidad de reevocar el pasado y de fijar experiencias hace que la iden- y su oposición en psicología será sobre el origen de esa razón. Para
tidad de la persona sea reconocible en el pasado hasta el punto donde los empiristas, la razón deriva de la experiencia, mientras que para los
llegan los recuerdos/Por este camino, Locke se convierte en ·el primer racionalistas posee su estructura completa antes de su contacto con la
gran teórico del empirismo, al encontrar que tanto el pensamiento experiencia. Será éste el conflicto fundamental de la psicología que en
como nuestras opiniones pueden ser reducidos, en sus fundamentos, a nuestros días procurarán resolver con sus estudios de psicologí'~ infan-
la experiencia sensoriaL/El empirismo de Locke se opone, como ya di- til Henri Wallon y Jean Piaget, y el conflicto que ignorará toda-la psi-
!
296 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 297

cología de la eficiencia, convertida en práctica empírico-experimental, teoría de las mónadas. Impresionado por los trabajos de los primeros
incluida la psicosociología, y que replanteará en función del lenguaje microscopistas: Leuwenhoek, Swammerdam y Malpighi, demostrado-
la psicolingüística.ll> res de que órganos y tejidos están constituidos por partes organizadas,
introduce en la biología sus ideas infinitistas y universaliza el concepto
6. El racionalismo de Leibniz y su descubrimiento del inc01t8- de vida hasta el punto de admitir que en la naturaleza todo es vivo,
ciente. ....,... El impacto del racionalismo de Descartes y la resonancia del que el germen del ser vivo es indestructible y qtie, rigurosamente ha-
empirismo de Locke provocan en la ideología del siglo XVI una rup- blando, los seres vivos no nacen ni perecen, sino que debe decirse que
tura que encuentra su síntesis en la obra del alemán GoTTFRIED crecen hasta volverse visibles y que, después, decrecen hasta desapare-
Wn.HELM voN LEIBNIZ (1646-1716), que reconcilia los elementos de la cer del campo de acción de nuestros sentidos. Esta singular teoría
tradición filosófica con las nuevas corrientes. Matemático insigne, creó biológica permite a Leibniz hablar de unidad en los cuerpos y dar la
el cálculo diferencial e integral, teórico del principio de razón suficiente, solución del problema de las ideas innatas, atacado por Locke. En el
del principio de los indiscemibles y del principio de continuidad, prefacio de los «Nuevos ensayos:. afirma: «hay en esta cuestión bas-
Leibniz enunció muchas ideas geniales que fecundaron el pensamiento tantes equívocos:., y el primero, dice refiriéndose a Locke, es .preten-
moderno, sobre todo en su expresión germana. Nada fue ajeno a su der refutar las ideas y principios innatos arguyendo que no hemos
curiosidad y su obra está repartida en multitud de opúsculos que re- tenido siempre de ellos el conocimiento actual, cuando les basta para
piten casi por completo la exposición entera de su sistema. Grandes ser innatos que nos seari conocidos desde que aplicamos a ellos nuestro
obras filosóficas dejó solamente dos y escritas en su vejez: Nuevos pensamiento. Desde su punto de vista, el término «innato» es equívoco,
ensayos sobre el entendimiento humano, publicada en 1765, y Ensayos pues en la mónada que somos no hay nada que no sea innato, ya que
de teodicea, aparecida en 1710.20 Si se compara a Leibniz con Descartes todo procede de nuestro propio fondo y no sufrimos ninguna acción
y Malebranche, se descubre inmediatamente la tesitura de su pen- del exterior. Si bien reconoce que se puede llamar innato a lo que no
samiento: Leibniz vuelve al orden tradicional, para elevarse a la me- proviene del conocimiento sensible, como en el adagio escolástico que
tafísica y a Dios partiendo de la materia y del mecanicismo. Lo que niega al innatismo: «Nihil est in intellectu quod non prius fuerit in
era preliminar para Descartes, lo convierte en final, porque «la cues- sensu», nada hay en el entendimiento que no haya estado en los sen-
tión del origen de nuestras ideas no es preliminar en filosofía, sino tidos, le impone una restricción: «nisi intellectus ipse», o sea el enten-
que se deben hacer grandes progresos para resolverla bien». 21 La po- dimiento mismo, dado «que los 'sentidos y las inducciones jamás podrían
sición inicial de Leibniz está más cerca de Aristóteles que de Descar- enseñarnos verdades totalmente universales, ni lo que es absoluta-
tes, puesto que «admitimos los postulados y los axiomas, tanto porque mente necesario, sino sólo lo que es, se deduce que hemos sacado estas
satisfacen inmediatamente al espíritu, como porque están probados por verdades, en parte, de lo que está en nosotros».25 ·
infinitas experiencias; sin embargo, interesa para la perfección de la ·•· Para Leibniz, todas las ideas dependen de ese «inteligible», de ese
ciencia que sean demostrados». 22 Sin duda, nada le resultaba más anti- .<objeto del puro entendimiento» que es el yo, dado en la experiencia
pático que la duda cartesiana, «porque una vez admitida, ni la exis- , interna. Pero esta actividad racional tiene en cierto sentido un ele-
tencia de Dios puede levantarla».23 En el sistema de Leibniz, todo está mento de discontinuid,ad, porque en lo que respecta a la percepción,
explicado por la infinitud del mundo y la imposibilidad de segregar la razón no excluye un residuo de percepciones confusas, o, como las
del mismo ninguna realidad que no sea infinita a s.u modo, ningún llama, «percepciones insensibles», que no llegan a desarrollarse pero
elemento que de alguna manera no participe de esa infinitud. que «un día pueden desarrollarse ... Y la eternidad deja vasto campo a
El universo leibniziano está regido por fa ley serial de la armonía. los cambios».,26 Y de este modo, como cada hombre recibe una cantidad
preestablecida, lo cual significa que Dios, al crear cada mónada, 24 de impresiones que supera su conciencia clara de las mismas: «cuando
tuvo presente a todas las demás, o sea que en Dios no hay voliciones está reducido a un estado en el cual está como en un letargo y casi
aisladas, sino que, habiendo querido el mejor de los mundos posibles, sin sentimiento, la reflexión y la apercepclón cesan,'' y no se piensa
dio a cada una de las sustancias la mayor perfección posible, y de entonces en verdades universales. Sin embargo, las facultades y las
aquí que cualquier acontecimiento relativo a un'.1. sustancia se:i. siem- ' disposiciones innatas y adquiridas, y también. las impresiones, recibidas
pre una resultante del orden universal. La teoría de las mónadas sirve · e11 este estado de confusión, no cesan y no están borradas aunque se
a Leibniz para resolver el problema de la naturaleza de la vida, o, , las olvide; tendrán su tumo para contribuir un día a algún efecto
dicho con más propiedad, este problema es una de las fuentes de su" ~otable, porque nada es inútil en la naturaleza».21 De aquí que para
298 ALBERTO L. MERAN! IDSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 299
Leibniz el hombre sea un ser esencialmente inquieto, movido muy 'ª 1768, y que tiene muchas y sucesivas reediciones; Philosophical Works, ed. St. John,
menudo por impresiones de las que no tiene conciencia y que son los · en 2 vols., publicada en 1854, y cuya última edición es de 1908. Essai sur l'en-
factores inconsc~entes que lo determinan: cSon estas pequeñas percep• , tendement humain, traducción francesa de Coste, revisada por el autor y con
agregados originales, publicada en Amsterdam, en 1700. En nuestras citas nos
ciones que se determinan en muchísimos encuentros sin aue en ello valemos de esta edición.
se piense, y que engañan al vulgo con la apariencia de ~ equilibrio ·• 12. Essai sur l'entendement humain, trad. francesa de Coste, Amsterdam, 1700.
indiferente, como si, por ejemplo, nos fuese indiferente volvemos a la; . 13. Vid, Desiderio Papp, Historia de la física, Buenos Aires, 1945.
derecha o a la izquierda.> 2s Sin duda, la concepción del inconsciente 14. Essai su". l'entendement humain, Loe cit.
15. Ibídem.
de Leibniz es modernísima, tanto que implica la actividad mental mis.., . ·. 16. Cf. A. Carlini, La filosofía di Locke, Firenze, 1920.
ma, que únicamente puede abarcar un campo limitado, porque «no es •· 17. Essai sur l'entendement humain, Loe. cit. ·
posible que siempre reflexionemos expresamente sobre todos nuestros 18. Henri Bergson, La pensée et le mouvement, París, 19 ...
pensamientos:. ..oo Y no sólo está determinado por lo restringido .del 19. Cf. Tatiana Slama-Cazacu, Introducere in psiholingvisticii, Bueuresti, 1968.
20. No hay una edición de las obras de Leibniz que abarque todo lo que
campo de la atención, sino que lo encuentra también en los hábitos, escribió; sólo la edición de su correspondencia ocupa 40 volúmenes. Las princi-
que considera degradación de la acción y de la percepción. Si bien no pales ediciones de sus trabajos filosóficos son: Opera philosophica, edic. Erdmann,
podemos hablar expresamente de una psicología en Leibniz, su teoría 1840, y Oeuvres, edic. Foueher de Careil, 2 vols., París, 1967, y según la cual
del inconsciente representa la primera gran tentativa para profundizar citamos.
la vida mental más allá de la razón, de sus modos y leyes. Lo impor- 21. «Nuevos ensayos», en Oeuvres, Loe. cit.
22. Ibídem. .
tante de este pensador en lo que a la historia de la psicología se refiere 23. Ibídem.
es haber asentado que nuestros juicios y razonamientos dependen tanto 24. «La mónada, de la que hablaremos, no es otra cosa que una sustancia
de las cpercepciones sensibles:. como de las cinsensibles», en las cuales simple, que entra en los compuestos ... Y estas mónadas son los verdaderos áto-
echan sus raíces. . mos de la naturaleza y, en una palabra, los elementos de las cosas», Leibniz,
«Monadologie», en Oeuvres, Loe. cit.
25. «Nuevos ensayos», en Oeuvres, Loe. cit.
26. Ibídem.
27. Ibídem.
NOTAS 28. Ibídem.
l. Las obras de Geulincx están editadas por J. P. N. Latid, en tres volúme-
29. Ibídem.
nes, La Haya, 1891-1893. . ·
2. Las Oeuvres completes de _Pascal están editadas en 14 vols., por Brunsch·
vieg y Boutroux, 1904-1914.
3. Pascal emplea libido como sustantivo latino derivado de libet. Para él,
como para la escolástica, libido significa deseo sensual, y nada tiene que ver con
la acepción freudiana actual, sensib~emente diferente.
4. «Combien est-il ordinaire de voir les plus zélés s'emporter dans la dispute
a des mouvements d'aigreur pour leur propre intéret, san:; que leur conscience
leur rende sur l'heure d'autre témoignage, sinon qu'ils agissent de la sorte pour
le seul intéret de la vérité, et sans qu'ils s'en aper~ivent quelquefois que long-
temps apres?», «ProvincialeS», en Oeuvres completes, Loe. cit.
5. El contenido integral del manuscrito se conse;rva actualmente en la Biblio-
theque Nationale de París.
6. «Pensées», en Oeuvres completes, Loe. cit.
7. Las Oeuvres completes fueron publicadas en 11 vols. en 1712. Para el psi-
cólogo es suficiente y de mayor accesibilidad Malebranche: textes et commen-
taires, editado por H. Gouthier, París, 1929; obra por la que citamos.
8. Émile Bréhier, Histoire de la Philosophie, París, 1939.
9. Textes et commentaires, Loe. cit. •
10. Los trabajos de Spinoza fueron reunidos por Van Vlote y Land, en dos
volúmenes: Benedicti de Spinoza: Opera quotquot reperta sunt, recognovernnt,
La Haya, 1883-1884. La edición más accesible es la reedición publicada en cua-
tro volúmenes en 1914. ·
11. Las principales ediciones de las obras de Locke son: Works, en 4 vols.,
PARTE QUINTA

EL HOMBRE DEL SIGLO DE LAS LUCES


CAPÍTVLO 1

CONFLUENCIA Y RENOVACIÓN

l. El sigLO de las luces. - Del siglo XIV al XVII la escolástica se


derrumba y la razón recobra sus fueros liberada de la teología. El
Renacimiento significó, por. encima de las artes y de las letras, por
encima del retomo a las fuentes de la cultura occidental, la creación
de una nueva conciencia humana. Nacen los tiempos modernos y la
universalidad impuesta por la Iglesia se fragmenta en nacionalidades
que pugnan. por realizar ideales particulares. La situación es confusa,
porque la ideología medieval todavía está fuerte, sobre todo gobernando
la mente del pueblo, y ·la nueva ideología aparece demasiado restrin-
gida todavía, demasiado elevada en su pertenencia a las clases superio-
res, para que sus efectos se trasunten en un cambio radical. El hombre
del Renacú;niento pertenece a un período de la historia del pensa-
miento cuyas zonas de sombra son tan pronunciadas y tan apasionan-
tes como las de luz. La obra que se cumple es universal y el espíritu
que la anima ya revela facetas nacionales, y a la universalidad del
método y de la razón, que triunfan orgullosamente con Descartes desde
Holanda, se agregan los primeros atisbos de etnocentrismo. El latín
desaparece como lengua obligada de los doctos, y las hablas vulgares,
que con Dante y Rabelais se revelarán aptas para.la creación literaria,
ocupan lugar de privilegio en el campo de la filosofía y de la ciencia.
Se debe hacer un gran esfuerzo para comprender estos cambios sin
unilateralidades y descubrir ya en el siglo XVII el espíritu de relati-
vidad cultural, que no representa concesiones a los hechos sociales, sino
los primeros atisbos de la visión pluralista del mundo que será propia
del siglo xvm.
En efecto, el siglo de las luces,1 como es costumbre llamar a la cen-
turia del ochocientos, representa la confluencia de diversas corrientes:
la filosofía y la ciencia inglesas con el sentido de la vida, de la tem-
poralidad y de la historia que proviene de Alemania, con la profundi-
dad e inquietud del pensamiento francés, con la política visceralmente
reformadora que fermenta en Italia, con el ejemplo de revolución que
ALBERTO L. ~1ERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 305
304
en la América del Norte da el Bilt of righs del Estado de Virginia. se manifiesta menos por un contenido de pensamiento deter-
Esta confluencia que es cosmopolitismo, se expresa unas veces con minado que por el uso ~smo que hace de ese pensamiento, por el
superficialidad y' ligereza, pero otra~ alc~a nivele~ tan elevado~, como pap.el ~ las tareas que asigna al hombre. El siglo xvm, que se llama
con la Scienza Nueva de Giambattista Vico, napolitano tan g~n~al q~e a si mismo y orgullosamente «siglo de la filosofía, lo es en la medida
ni su época ni el siglo XIX podrán comprenderlo. Y se reqi:enran mas que renuncia a los sistemas y le devuelve su voca~ión clásica de bús-
de ciento cincuenta años para que en nuestros dias se com1enc~ a .va- queda inquieta y permanente. En lo antropológico se olvida del hom-
lorarlo.2 Esta ampliación de la conciencia cultural ofrece una vitalidad bre como género, descuida sin remordimientos lo humano en su rela-
que rompe fronteras, que supera la restricción de las l~nguas Y pr:- ción con lo divino, y se plantea únicamente la relación del individuo
para la humanidad para la nueva época que ahora vive. En el si- con el .mundo. Cuando Voltaire graba en. el frontispicio de la capilla
glo XVIII con sus limitaciones, sus utopías políticas, sus ligerezas, hechos qui; erige en su casa de Fernay: Deo erexit Voltaire, su teísmo expresa
por los ~uales a menudo se lo juzgará con severid.a~, nos presenta la meJor que con un tratado la magnitud del e$fuerzo por encontrar defi-
razón liberada de las cadenas del dogma y de las timeblas de los pre- nitivamente al individuo como acción concreta.
conceptos, escapando de las trampas de la ~etafísica clá~ica y, sobre Para estudiar la historia de la psicología en el siglo xvm es nece-
todo procurándose el apoyo de la experiencia para consolidar la~ con- sario renuncia; al. análisis longitudinal de un pensamiento que se
quisias de la naturaleza y la emancipació~ del hombr~, cuyos primeros desarr~lla segun sistemas; entramos en la verdadera época moderna,
pasos fueron dados en el Quattrocento. Sm duda, el s1~lo xvm aparece Y el hilo conductor que nos lleva, por ejemplo, de Descartes a Male-
trastornado por los delirios especulativos de la filosofia ale_ma!';ª• por branche, de Spinoza a Leibniz, se corta, nos abandona en los mismos
el romanticismo, pe:i;o su base es el suelo firme de la experiencia, q~e umbrales de. la época. La sistemática desaparece y aunque Christian
se pregunta de manera resuelta: ¿qué es el hombre?, y pone .los c1- Wolff la conserve en su «psicología>, el intento está contra el espíritu
mientas de su verdadero conocimiento. Nunc~ como ei:i el. siglo de de la época que vive. Ya no se abarcan y resuelven los problemas en
las luces la antropología concreta tuvo tanta unportanc1a m f~e tan su generalidad, y los mejores pensadores del siglo de las luces están
decisiva en sus resultados. La Revolución francesa, que es su h~1a, re- fuera de los sistemas y particularizados en problemas muy restringi-
presenta, dentro de las restricciones burguesas del hec~~· la s~hd~ del dos Y concretos. Si con una imagen muy gráfica quisiéramos repre-
hombre de su minoría de edad; si Babeuf y la revoluc1on de .os igua- sentarnos' este ir y venir, cruzarse y entrecruzarse de las ideas de los
les fue entonces apenas un episodio, hoy se nos aparece en la perspec- p~opósitos, de~ería~os hablar con Goethe de ese oficio de tejed~r espi-
tiva histórica como hecho fundamental. Si nos atenemos a Hege~ y a ritual que «Em Tritt tau5end Faden regt, / Die Schifflein herüber
Marx el pensamiento del siglo de las luces no alcanza la ma~o_r1~ de hinüber schiessen, / Die 'Fa.den ungesehen fiiessem>.ª Identificar es~
edad.' La AufkUirnng es el espíritu crítico desprovisto de pos1tlvidad, hilo, descubrir su recorrido en la trama del pensamiento debe ser la
absorbiéndose en la crítica y destruyéndose con ella, abandonan~o la tarea ese~cia~. en el análisis histórico de la psicología q~e se plasma,
realidad que confunde con su espíritu. Esta visión ~egativa es cierta; Y la med1tac1on que nos lleve a comprender su historicidad. De este
ni Hegel ni Marx pecaron de ligereza en sus afirmaciones, pero. lo que modo llegar.emos a descubrir que el pensamiento del siglo XVIII, a
vieron con tanta agudeza fue sobre todo el momento negativo del pesar de su mezcla ecléctica de temas intelectuales dispares está sin
desarrollo que tendía un puente entre los siglos xvrr. ~ XIX. La abs., embargo, dominado por un pequeño número de grandes id~as r~lati-
tracción y formalismo que Marx descubre en el espir1tu de las «lu- : vas al hombre, y es así como la pretendida «chatura» de esa época
ces» es producto, sin duda, de su universalidad. Es de este m~do, Y no ~· que nada tendría de propio y todo lo debería a la centuria de la razón'
J.
de otro, que todos los conceptos y los p~oblemas. q~e el siglo XVIII : :C fil siglo XVIII, presenta la grandiosa originalidad de haber descubierto'
heredara del pasado se desplazan y cambian de significado. El ~~~- con la Declaración de los Principios del Hombre y del Ciudadano, <>:qu~
cepto de hombre es, para nuestro caso, fundamental. De la cond1c1on todos nacemos desnudos>.
de objeto acabado pasa a la condición de fuerza actua?te.' Y de la ~on- ,;i
2. Las ciencias de la naturaleza. - Para poder comprender ver-
dición de imperativos metafísicos, a la de resultados practicas. La ps1co-
1

logía del siglo XVIII no crea, no descubre .n~da que no haya estado j
.•

daderamente el espíritu de la psicología que se estructura en el siglo


de las luces, y alcanzar así la imagen de lo humano con que se ini-
precedentemente esbozado o dicho; su empmsmo 7s ~e Locke, al que '1' los tiempos modernos, debemos considerar, aunque sea de manera
solamente agrega, deformándolo, el idealismo sub1etivo. No obstante,.;;,
se elabora verdaderamente como psicología porque descubre que lo :;~.,
Y esquemática, los descubrimientos que en el campo de las
,~
306 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 307

ciencias de la naturaleza se integran para dar contenido concreto a lá. una contradicción manifiesta y que de nada vale esconderla más. La
imagen del hombre, y que modificaron definitivamente y de manera\. filosofía del siglo XVIII descubre, gracias a la física, que por una parte
radical la antropología clásica. Al respecto, la física desempeñó un hay un conocimiento positivo, exacto, esto es, pragmáticamente ver-
papel decisivo, pero no nos referiremos a sus hallazgos concretos, puesto .· dadero; por otra, la intuición subjetiva mudable, y sin que pueda com-
que con respecto al hombre su función fue menos importante en el partir un criterio de verdad absoluto. La verdad de la lógica, de la
contenido nuevo del pensamiento objetivo que ofrece que en la función · ética, de la estética, no puede ser generalizada más allá de los lími-
nueva que asigna al pensamiento. Gracias a esta transformación del :. tes de la propia especialización, y resultan verdades «relativas», que
pensamiento es que de las ciencias naturales sale el impulso por me- : no pueden ser integradas más que en una verdad general, sin aspirar
dio del cual el hombre moderno adquiere conciencia de sí. En los si- a un rango en el corpus sc;ientiarum. La imposibilidad de refundir estas
glos XVI y XVII se acumulan tantos materiales para el conocimiento dos categorías de verdad, de transformar las segundas elaborando una
de la física que parece, por urr momento, que la masa de los mismos lógica, una estética, una ética científicas, o simplemente de prescindir
crecerá al infinito. Sin embargo, los cuadros del mundo mental antiguo de ellas, es, confesadamente o no, el reconocimiento de la imposibili-
y medieval que los encierran son incapaces de contenerlos y estallan, dad de excluir del conocimiento del hombre al mito con sentido abso-
de manera que el «cosmos» deja de ser un orden visible en su con.:. luto. En tal situación es ilusorio 'esperar una consecuencia distinta, y
junto y se impone la concepción cie que ya no es accesible directa- esfuerzo inútil alentar, por este camino, la esperanza de poder elimi-
mente a la intuición, por lo que espacio y tiempo se extienden al nar tales conclusiones antinómicas. De hecho, para el pensamiento del
infinito. siglo de las luces, subsistirán, porque el conocimiento no está en grado
La cosmología antigua y la medieval estaban concretadas en una de superar la antinomia sujeto-objeto. De aquí que cada época tenga
figura sólida y única, ya se la considerara compuesta por los cinco' su metafísica, o sea sus ideas del real y del primordial; su epistemo-
cuerpos regulares de los platónicos o fuese un universo escalar a la logía, esto es, su idea del conocimiento; su ética, o sea su manera de
manera de los aristotélicos. Se trataba de un mundo y de un ser único juzgar y de actuar en los problemas humanos, incluidos los de la
dentro del cual el hombre también aparecía como ser único. Pero he ciencia, que son el juicio humano sobre el objeto; establece, en sínte-
aquí que desde Galileo, y sobre todo a partir de Newton, comienza a sis, los conceptos de verdadero y falso. La historia del pensamiento en
instaurarse la idea de la infinidad de los mundos creados incansable- los siglos XVIII y XIX está llena de ejemplos; para Newton, su teoría
mente en el seno del devenir, del cual cada uno representa una fase de la gravitación universal, las leyes matemáticas del universo coper-
transitoria, singular, de la inagotable potencia del universo. Sin que nicano, demostraban punto por punto la razón de una cosmovisión teo-
entremos en consideraciones sobre el significado físico y cosmológico céntrica; para Laplace, los mismos hechos, la mecánica analítica, jus-
de este cambio, que nos serían ajenas, para nosotros lo esencial del tificaban la respuesta que diera a Napoleón, cuando al comentar
mismo no está precisamente en la. aceptación del infinito, sino en el cLe · Systheme du Monde», éste le expresara su sorpresa de no encon-
hecho de que el pensamiento de los hombres, por la consideración trar a Dios presente ni una sola vez en la obra: cSeñor, no necesito
misma de esta extensión, cobra conciencia de una nueva fuerza cuya esa hipótesis.» Otra cosmovisión, la del antropocentrismo racionalista,
presencia siente en el propio ser. No se trata, sin duda, que pretenda se imponía.
afirmar el poder de pasar al infinito, pero sí de afirmarse frente al Estas relaciones entre los descubrimientos científicos y las ideas de
infinito. Mucho antes, Giordano Bruno '(vid. parte quinta, cap. II, 1), el cada época señalan que la ciencia no se realiza como tal en la utilidad
primero en la historia que tuvo esa intuición, definía en tal sentido la de sus aplicaciones, sino que se vuelve concreta en la síntesis con la
relación del yo y del mundo, del sujeto y del· objeto. Para Giordano, historia, y este cambio implica al mismo tiempo una modificación de-
la infinidad del devenir, el gran espectáculo del mundo que se repre- cisiva en la ontología, puesto que desplaza y altera la escala de valores
senta delante de nuestros ojos, afirma la convicción de que el yo sólo con la que hasta entonces se medía el orden del ser. Con este sen-
puede descubrirse en sí mismo, de manera que es la fuerza de la razón tido, la tarea del pensamiento medieval, y renacentista en general,
la única manera de acceder al infinito. Si el universo escapa a las limi- consistió esencialmente en reproducir la arquitectura del ser, descri-
taciones espaciales y temporales, en la nueva cosmogonía el hombre birlo con sus grandes rasgos y ubicarlo en un orden ·que no creaba,
no puede representar una unidad de medida, pues es un: ser finito que sino percibía: Dios, a.lma y mundo fueron los goznes que articularon
se enfrenta con el infinito, al que ningún instrumento, fuera de la todo sistema del saber. Pero, quebrados los marcos de la finitud cos-
razón, puede captar. De este modo se hace patente en primer término mogónica por la física moderna, el si~lo xvm ¿podía crear el sistema
308 ALBERTO L, MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 309

de su antropología concreta con esos tres parámetros? Sin duda, no; mistas que por milenios orientaran tales búsquedas. Ya no se trata
y el conocimiento del hombre comienza a ser un conocimiento natural de comprobar la exactitud del plan de la Creación, tampoco de demos-
que no está determinado por su origen -divino-, sino por su objeto. trar que entre vida y pensamiento existe un vínculo irreducible: la
Cuando se determinaba el conocimiento del hombre por su origen, sólo biología se encamina gradualmente hacia la concepción transformista.
se podía indagarlo con la razón, sin recurrir a otra clase de certeza, En efecto, es a partir de la obra de Ray, y especialmente de Linneo
tal como hicieran Descartes, Malebranche y Spinoza; pero al estar de- · que se comienza a ver en cada especie una entidad inmutable, o e~
terminado por su objeto se debe recurrir a otra fuente de certidumbre ' .
otros termmos, '
que se afirma una concepción fijista. Ray escribe: «Ja-
porque ya es «naturaleza», lo cual significa un determinado horizonte más una especie puede nacer de la simiente de otra especie», y Linneo
del saber, esto es, la inteligencia de la realidad. Y aquí es donde co- declara que en la naturaleza hay tantas especies como existieron desde
mienza, en relación con lo humano, en el siglo de las luces, la tarea de los orígenes. De hecho, este fijismo iba a dominar en biología por .más
las ciencias biológicas. de un siglo. Contraría de manera rotunda el transformismo que prove-
En efecto, la primera idea que se presenta al espíritu de los natu- nía de épocas anteriores y que aparentemente sígnificaba un pro-
ralistas es de poner orden en la aparente confusión o maraña de las greso, Y decimos aparentemente porque ese transformismo era tan inge-
formas vivientes. J. P. de Tournefort (1656-1708). fue el primero que nuo Y grosero que constituía en verdad una traba para el progreso
intentó establecer un sistema natural de clasificación, esto es, asen- científico. De este modo, el fijismo del siglo de las luces, en lugar de
tado «en la realidad objetiva de las especies, de los géneros, de las ser una rémora para el adelanto de la biología, como lo será dei¡pués ·
clases». La obra de Toumefort, y de John Ray, que aplicó su idea a de Lamarck y de Darwin, representa en su momento una necesidad
los vegetales (1704), fue continuada y desarrollada por Linneo, que heurística impuesta por las circunstancias del saber que busca un
propuso, para clasificar las plantas, un «sistema sexuah fundamentado punto de referencia frente a una confusión formal. Antes de Ray y
en la consideración de los estambres. Uno de los grandes méritos de de .Linneo se admitía que una especie podía dar origen a. 'cualquier
Linneo fue introducir en toda la historia natural la clasificación bina.ria. otra, Y aún en pleno siglo xvm se aceptaba, con el médico inglés Saint-
El más ilustre contemporáneo de Linneo fue Georges-Louis Leclerc de André, que una mujer podía parir un conejo, y, con Needham, que
Buffon (1707-1788), que en toda su obra de zoólogo se opuso a las un moho se transforma en animal. Pero por masivo que aparezca en su
ideas y métodos de Linneo, porque hasta el final de su carrera, espe- conjunto, el fijismo encierra en su fondo los gérmenes de un verdadero
cfalmente en su hermosa Histoire des oiseaux, aunque deba dar paso transformismo. Al impedir la interpretación caprichosa en la concep;..
a la clasificación metódica y tener en cuenta las afinidades estructu- ción de las formas actuales de la vida, deja abierto el camino de excep-
rales antes que las «relaciones de utilidad y familiaridad», persistirá ciones, de una variabilidad lunitada e intrafamiliar, que cuenta al mismo
en declarar que «los géneros, las clases, los órdenes, sólo existen en Buffon entre sus partidarios. En una página muy conocida sobre el
nuestra imaginación», y que «en Ja naturaleza solamente hay indivi- · asno, Buffon encara la hipótesis según la cual todos los animales deri-
duos». Sea como fuere, y aquí no es cuestión de detallar ni de criticar varían de un antepasado único: c¿El asno y el caballo son de la misma
la obra de Buffon, lo esencial para el plano del conocimiento es que familia, co.mo quieren los clasificadores? Si verdaderamente lo son, ¿no
subrayó con fuerza la unidad del plan de organización en la naturaleza, se podría también decir que el hombre y el mono tienen origen común?
de manera que no fue únicamente el naturalista de las bestias, sino Y»teniendo en cuenta la .conformidad esenci~l de la naturaleza, que se
también uno de los primeros naturalistas del hombre, al que ubicó conserva desde el hombre hasta los mamíferos, desde los mamíferos
perfectamente en la escala animal, cuando, a própósito del orangután, hasta las aves, desde las aves hasta los reptiles, desde los repti-
escribe que se lo puede considerar como el primero de los monos o el les hasta los peces, ¿no se podría considerar a todos los animales «como
«Último de los hombres, puesto que, con excepción del alma, nada le : formando parte de la misma familia» y suponer que todos ellos «pro-
falta de lo que tenemos, y porque difiere menos del hombre que de vienen de un mismo animal que, en la sucesión de los tiempos pro-
otros animales a los cuales se dio el mismo nombre de monos». dujo, perfeccionándose y degenerando, todas las razas de los ' otros
La obra de Buffon, junto con los trabajos de su colaborador Dau- animales? ... No habría más límites para la potencia de la naturaleza
benton, de Adanson, Müller y Peyssonel, crea en el siglo xvm una · Y no sería equivocado suponer que, de un solo ser, supo sacar, con ei
verdadera filosofía zoológica. Por primera vez en la historia, el fenó- · ·. tiempo, todos los otros seres organizados.»
meno vida es comprendido a la vez en su homogeneidad y heteroge- ' Estos problemas, que el siglo x.vm encara con tanta resolución que
neidad, se lo desvincula del mito y, sobre todo, de los principios ani- ya en 1700 Leibniz, al redactar el manifiesto de la Sociedad de Ciencias
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ALBERTO L. MERAN!
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 311
de Bran~eburgo, futura Academia de Prusia, escribía: «Esta institución de Descartes en el siglo xvn y de d'Astruc en el XVIII, era admisible
de?e sonar con la ciencia y la aplicación útil a la vez, imaginando que en ciertos casos de automatismo el cerebro, como punto de rela-
obJetos que PJ.!-edan en su conjunto honrar a su ilustre fundador y ción pueda únicamente desempeñar un papel mecánico. Por el con-
?provechar al m.und~. Que reúna la práctica con la teoría ... », se con- trario los que tomaban en consideración los movimientos de órganos
JUga1: con las .discusiones entre preformistas y epigenetistas, herencia separ~dos (corazón arrancado de 'la rana o de la anguila) o d~ anima-
del sigl~ . anterior. La gran novedad que había aportado el siglo xvn les decapitados (batracios, reptiles, aves) o de fetos anencefalos, Y
en. relac:on con el problema de la generación fue la noción de la pre- donde por consiguiente, no está presente el cerebro como factor esen-
e~is:encia de los germenes. Al ser futuro se lo suponía existiendo, en cial e~tre la relación de excitación y de movimiento, podían inclinarse
mu~iatura, en un germen imperceptible, que para darle nacimiento sólo por una de otras dos explicaciones. Si se identifican los conceptos de
tema. que ag~andarse, desarrollarse, y que apoyaba en la antiquísima sensibilidad y de conciencia sensitiva, y se interpreta al cerebro como
d.octrma filoso~ca de la indivisibilidad de las partes. Sin embargo, dos órgano de la conciencia sensitiva, la comprobación de movimientos
sistemas opoman a los partidarios de los gérmenes preexistentes: uno automáticos inconscientes lleva a negar la necesidad del cerebro como
colocaba el ge;men en e~ h?evo, producido por la hembra (ovistas); punto de relación, esto es, de condición necesaria para el movimiento.
el .otro l~ poma en el ammalculo seminal del macho (espermatistas Si, por el contrario, se piensa que sensibilidad y conciencia so:i .con-
amm~lcuhstas). Pero todos los esfuerzos de los preformistas, ingenio-0 ceptos que no se superponen, que las funciones del alma se dividen,
sos siempre Y con algo de verdad a veces, fueron reducidos a nada por por lo menos· en su asiento, y que la sensibilidad puede dejar de ser
la .obra de. Caspar Friedrich Wolff (1733-1794); su paciente observación consciente sin por ello dejar de tener una sede_ centra), entonces cabe
~ªJ? el .microscopio del crecimiento del pollo lo llevó a Ja conclusión considerar dos maneras de concebir una sede central para la sensibi-
md1scutible de que los órganos no están preformados, sino que se for- lidad inconsciente. Y si todavía se admite que el nervio recibe del
m~n gradualmente en el curso del desarrollo. La epigénesis quedaba encéfalo los espíritus animales que canaliza, se debe, aunque se man-
as1 .demostrada. Los trabaj.os. de Wolff, como los de Lazzaro Spallan- tenga la exclusividad de un asiento encefálico del alma, reconocer en
z~!11 (1729-1799), que reahzo el estudio experimental de la fecunda- ese asiento la existencia de planos distintos y separados.
c1on, plantearon el problema de la formación del ser bajo una luz com- El problema queda sin resolución en tanto la actividad de los «espí-
pletamente nueva.
ritus animales», concepto que provenía de la antigüedad, se mantenga;
pero si el concepto de «espíritus animales:. es sustituido por una
3. La~ funciones del neroio y del sistema nervioso. - El siglo xvm vis nervosa, o sea una fuerza nerviosa coextensiva al sistema nervioso,
c?mpr.endia, ~l ~nal de una larguísima evolución del conocimiento se puede suponer la existencia de otros centros de sensibilidad y de
biologico, el si?~ificado natural del fenómeno vida, y estaba práctica- coordinación sensomotriz fuera del cerebro. Se trata, para el concepto
mente en cond1~1ones de elaborar una nueva concepción de la natura- de la época, de una especie de sensibilidad no percibida,· cuyas acciones
leza. ~:imana. Sm embargo, subsistían puntos oscuros que imponía la bien visibles en los movimientos automáticos de adaptación y de con-
trad~c10n Y, sobre todo, el influjo de los esquemas mecanicistas que servación del organismo son irreducibles al mecanicismo y encierran
domma~an ~esde D.escartes. En la época, la cuestión más importante una función confusa y oscuramente psíquica, pero psíquica al fin. Estas
de la fis1ol~~ia nerv10sa era determinar simultáneamente, por una par- explicaciones que son las de fisiólogos ochocentistas como Whytt,
te, .la relac1on entr~ la .conductibilidad de las excitaciones, y las sen- Unzer, Prochaska, e incluso de Pflüger en el siglo XIX, están en última
saciones -~orno c?~c1enc1a ~e las excitaciones, y, por otra, la relación instancia obligadas a recurrir al alma como sensorium commune, o sea
entre la mervac1on .del musculo y su función contráctil. Un hecho, a un poder de sensibilidad común, no discriminatorio. Y es gracias a
des~c~do por Aristoteles y Galeno, era evidente: la existencia de estas consideraciones que el concepto de reflejo se constituye en el
movim:entos inv~luntarios, unos llamados vitales, como el pulso, otros siglo XVIII. En efecto, Descartes, en el Traité de l'homme, había ense-
de~~mmados anunales, como las contracciones de la pupila bajo la ñado que existe una relación de dependencia constante entre la exci-
a~c1on de la luz. Pero las explicaciones posibles eran varias y sin que tación y el movimiento, sin hecho de conciencia, cosa que le permitía
nmguna se revelara más verdadera que las otras. Para los que consi- indudablemente su dualismo (vid. parte quinta, cap. III, 5), y en apoyo·
de:aban al cerebro como reservorio de los espíritus animales y como de su tesis había descrito algunos fenómenos, después llamados reflejos,
?ri~e? .d~ los nervios que los distribuyen, y también origen de1 un alma como la contracción pupilar, el movimiento palpebral, la retracción de
mdiv1sib.emente sensitiva, voluntaria y razonable, como fuera el caso un miembro cuando es herido, lá ·extensión de los miembros._ superiores
312 ALBERTO L. MEllANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 313
en la caída. Fue el inglés Thomas Willis (1621-1675) quien incluso fue quina animal no son necesarios un cerebro y un alma. E$to, sin em-
más lejos que Descartes y denominó esos movimientos motus reflexus, bargo, no obliga a que la fuerza nerviosa, en los seres sin cerebro, sea
fijando el concepto correspondiente: «Motus est reflexus qui scilicet una simple acción mecánica. La fuerza nerviosa es una fuerza de
a sensione praevia, tamquam causa evidenti aut occasione immediatius coordinación y de subordinación de fas máquinas orgánicas. Basta el
dependens, illico retorquetur.> 4 Willis, al mismo tiempo que distinguía ejercicio de esta función por los ganglios, los plexos, que permiten a
los movimientos voluntarios comandados por el cerebro, por ejemplo una función nerviosa de origen externo reflejarse en excitación de
la locomoción, de los movimientos natUrales e involuntarios coman- origen interno dirigida hacia un órgano. Dicha explicación vale, para
dados por el cerebelo y el bulbo raquídeo, como la respiración y las Unzer, tanto para un animal sin cerebro, como el pólipo, como para
contracciones del corazón, distinguía, correlativamente, dos almas: una un vertebrado decapitado. Con sus tesis niega la identificación del anti-
sensitiva y razonable, otra sensitiva y vital, común al hombre y a mecanicismo y el .animismo y descentraliza el fenómeno de reflexión
los animales. Su asiento topográfico lo ubicaba, en el hombre, en los de las excitaciones, esto es, lo separa del cerebro.
cuerpos estriados,' asiento del sensorium commune del alma razonable, Las observaciones de Whytt sobre las funciones de la médula espi-
y. en este plano es donde creía se operaba la discriminación entre las nal y las hipótesis de Unzer sobre la extensión fuera del cerebro de la
impresiones sensoriales reflejas en movimientos, sin referencia a la función nerviosa refleja debían encontrar con el anatomista checo
conciencia, y las impresiones explícitamente percibidas como tales por Georg Prochaska (1749-1820) el camino de la síntesis. Prochaska con-
el alma. . sidera que la fisiología del sistema nervioso se limita demasiado al
Si bien la noción de reflejo aportaba un principio de solución al cerebro, que ignora la anatomía comparada y que desconoce el hecho
intrincado probl~ma de la sensomotricidad y su relación con las fun- de que la vis nervosa -ya no es cuestión de espíritus animales- re-
ciones del sensorium commune, el problema en sí no esta'Qa resuelto quiere únicamente la integridad de la relación de la fibra nerviosa con
y el concepto mecanicista y animista continuaba incó!ume. Todavía se el sensorium commune, distinto del cerebro. El nervio sensitivo puede,
seguía pensando, con Stahl, que el principio sensitivo no es el alma sin relación con el cerebro, por el hecho de la unión con el nervio mo-
razonable y calculadora, o, más exactamente, es esta alma -ya que tor insertado en el músculo, y por mediación del sensorium commune,
no hay dos almas- que renuncia a calcular y a razonar, por lo cual llegar a la transformación de una impresión en movimiento. Prochaska
se convierte en sensibilidad inmediata Y, por lo mismo, inconsciente. afirma que la médula con el bulbo forma el asiento del sensorium
Fisiológicamente, eso significaba que el músculo únicamente se con- commune, la condición necesaria y suficiente de la función del nervio,
tráe si está inervado y articulado sensitivamente, o sea si se encuentra y que dividiéndola se subdivide.la fuerza nerviosa sin abolirla, lo cual
en relación con el asiento del alma. Estos argumentos llevaron a Robert explica la persistencia de la excitabilidad y del movimiento en el caso
Whytt (1714-1766) a sospechar el papel de la médula espinal en la de- de la rana cuya médula fue seccionada. Es al nivel de la médula que
terminación sensitiva del movimiento, «pues la médula espinal no pa- se realiza, según Prochaska, la reflexión de la impresión en movimiento.
rece· ser únicamente una prolongación del cerebro y del cerebelo; pero También define la relación del movimiento reflejo con la conciencia:
es probable que prepare un fluido nervioso por sí misma y que sea distingue ~!ara y expresamente su aspecto de automatismo obligado de
por esta razón que los movimientos vitales y los otros duren todavía su aspecto de inconsciencia facultativa e intermitente, y, sostiene esta
durante meses en tortugas decapitadas». Aunque la tesis de Whytt distinción con argumentos de anatomía comparada. En la serie· animal,
significaba un gran paso adelante en la comprensión de las funciones el cerebro se agrega al sensorium commune, y en el hombre, el alma
del sistema nervioso, puesto que es el primero que puso en evidencia, fue agregada al cuerpo por Dios, para concluir, muy cartesianamente,
aunque sin nombrarlo, el papel de la médula espinal como centro que el alma utiliza, en el caso de los movimientos voluntarios, un
reflejo, se requirieron todavía dos pasos importantes: la crítica de aparato que también puede funcionar sin su concurso y su permiso.
Unzer y la síntesis de Prochaska. Johann August Unzer (1722-1799), A estos trabajos se agrega, en el siglo xv1rr, el nacimiento de la
en criticando la hipótesis de Whytt, distinguió el sentimiento del nervio electrofisiología por obra de los trabajos de Luigi Galvani (1737 -1798),
y la sensibilidad propiamente dicha, y sostuvo que el movimiento del que al estudiar la influencia de la descarga eléctrica sobre los múscu-
viviente no está necesariamente determinado por el alma, aunque sea los de los muslos de ranas, notó la existencia de contrácciones indu-
irreducible a un fenómeno mecánico. El organismo animal es un sis- cidas, sin descargas, bajo los efectos de un arco compuesto por dos
tema de máquinas, pero esas máquinas son naturales u orgánicas, o metales diferentes, lo cual le ofreció la idea de que la electricidad era
sea que son máquinas hasta en sus más pequeñas partes. Para la má- inherente al organismo mismo. De aquí que hacia el año 1780, gracias
314 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRiTICA DE LA PSICOLOGÍA 315

a los trabajos de Lavoisier y de Galvani, fueran definitivamente. la.~ . realizar el imposible asociando todos los sabios, todos los artesanos,
química y la física las que iban a brindar sus modelos a la fisiologí~ · i.~odos los pensadores, a la redacción de la Enciclopedia., gran libro que
y dar lugar a e:;a sorprendente investigación en la variedad de mani~'· 'debía exponer todos los conocimientos, todas las industrias y que daría
festaciones de la vida, que van del pólipo al hombre, de la rana ál. nueva luz sobre todas las cosas. Juan Jacobo Rousseau, que resplan-
orangután, ese extraño ser del bosque que Camper y Blumembach' deció con Voltaire como uno de los representantes por excelencia
estudian, en cuanto al lenguaje y a la inteligencia, en relación con el del períod~ de evolución que precedió a la Revolución francesa, re-
hombre. De este modo, la biología del siglo de l~s luces, comprendida .•. .:mueve la sociedad europea con su famoso Discurso sobre los orígenes
en ella la fisiología, representa un momento cuando los antiguos esque- : ··y los fundamentos. de 1.a desigookLad e71.tre los hombres, que se publicó
mas se quiebran al contacto con la experiencia y cuando las audacias•. en .1753. Había llegado un momento muy especial, psicológica y social-
se mezclan alternativamente con la serenidad del trabajo en el gabi"- . · mente único, en el cual la clase superior, incluidos nobles y príncipes,
. nete. La naturaleza resulta vista con otros ojos, y el hombre, parte : que se desarrollaba aparte del pueblo laborioso y oprimido, tenía mala
de esa naturaleza, aparece despojado de las cargas de atributos y pre- ·· conciencia de sus privilegios' y predicaba atrevidamente, aunque sólo
conceptos con que lo atenazaba la tradición, y en nadie mejor que fuera con las palabras -y sin sospechar lo que éstas pueden cuando,
en los filósofos, que para la época rompen definitivamente con los •· convertidas en ideas, calan en el pueblo, que no las toma como juegos
sistemas, se revela tan claramente el fenómeno y la inquietud de la divertidos, sino como herramientas de renovación-, la vuelta .hacia la
época. naturaleza y el trabajo renovador. La igualdad entre los hombres era
proclamada con todo ardor y se· apremiaba el trabajo de un Rousseau
4. El concepto de naturale,za hu.maria en el· siglo de las luces. - que evocaba una sociedad en la cual el derecho público había de nacer
Mucho más que el Renacimiento, y en proporciones más considerables, del contrato de todos los ciudadanos. Las reivindicaciones que habrían
el siglo de las luces tomó en todas sus búsquedas un carácter amplia- de originar al socialismo utópico del siglo .XIX se formulaban abierta-
mente objetivo, ignorando las fronteras de los sistemas estrechos y mente y, además de pedir para los pueblos la forma republicana, se
dogmáticos, para extenderse a los campos de la naturaleza. El espíritu quería asegurarles el bienestar y la instrucción. Tanto es así, que el
de la más entusiasta curiosidad científica invadía todos los medios, y si más lógico y el más atrevido de los innovadores de la época, Morelly,
a esto agregamos que a consecuencia de los viajes y el conocimiento en su Código de La Naturaleza, publicado en 1755, expone francamente
de la vida en las colonias se despertó gran entusiasmo por toda la ideas que en muchos lugares hoy llamarían comunistas: «Conservar
humanidad, con sus razas, lenguas y colores diversos, comprendemos la unidad indivisible del Íondo y de la convivencia común; establecer
cómo tan fácilmente los pensadores de la época se dirigieron a todos el uso común de los instrumentos de trabajo y de las producciones;
los hombres de buena vollintad en la patria universal que era la hacer la educación igualmente accesible a todos; distribuir los trabajos
tierra. Tan grande es el entusiasmo que esto despierta, que el amor de según las fuerzas, y los productos según las necesidades; no conceder
todos los seres abrazados en el mismo ideal de justicia y de bondad al talento más privilegio que el de dirigir los trabajos según el interés
se extiende hasta otros mundos: «Si, en la Vía Láctea, un ser pen- común, y no tener en cuenta, para la· repartición, la capacidad, sino
sante ve otro ser que sufre, y no lo socorre, peca contra la Vía Láctea. solamente las necesidades, que preexisten y sobreviven a toda capaci-
Si, en la estrella más lejana, en Sirio, un hijo sostenido por su padre, dad; no admitir retribución en dinero, porque toda retribución es inútil
no lo mantiene a su vez, es culpable contra todos los globos», escri- o perjudicial: inútil en el caso en que el trabajo, libremente escogido,
birá Voltaire. Y en su Ensayo sobre las costumbres abre duro combate diera la variedad y la abundancia de los productos en cantidad superior
contra la «Infame», es decir, contra la Iglesia, acusada de sostén de los a nuestras necesidades; perjudicial en el caso en que la vocación y el
invento.res de mentiras, fautores de la oscuridad, artesanos de ignoran- gusto no llenaran todas las funciones útiles.» Y estas ideas se propa-
cia, que pervertían, embrutecían y corrompían las multitudes para garon entre los políticos, tanto que Mably, considerado como uno de
oprimirlas con más seguridad. Hasta los sabios, que como Buffon se man- los más finos diplomáticos de Europa, acogió el Código de 1.a Natu-
tenían al margen de cualquier interés panfletario, realizaban su pa- raleza y reconoció que los hombres, desiguales de hecho por sus fa-
ciente labor con el objetivo de rechazar leyendas absurdas y explica- cultades y sus necesidades, son iguales en derechos.
ciones teológicas sobre el origen del mundo y de la vida y exponer Y sin embargo, es justo reconocerlo, los protagonistas de este juego
las «épocas» de la naturaleza según una evolución gradual de la ma- de ideas, como los humanistas del Quattrocento, no estaban, en su ma-
teria. Y Diderot, con una candidez sublime de hombre honrado, intenta yoría, a la altura de sus enseñanzas. Voltaire coqueteaba con Fede-
'
316 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 317
rico II de Prusia y, sintiéndose un rey del intelecto, daba rienda suelta.· posee cada individuo de ir en busca de la felicidad, antropológicamente
a los caprichos y debilidades de esa condición. Rousseau era un misán- , se tendió un velo sobre la verdadera humanidad del ser humano.
tropo que conocía todas las sospechas y rencores de la misantropía; En efecto, el siglo xvm descubre que el hombre es un viviente a
solamente Diderot honraba a la humanidad por la conformidad de su igual títulO que el resto de los seres vivos; y la. biología le enseña,
vida con sus principios. De este modo, esos filósofos, y el pueblo mismo, con Whytt, Unzer y Prochaska, que no' caben las acciones s~páticas,
se dejaban seducir por la ilusión de los «buenos príncipes>, de los · ·a distancia entre órganos y funciones sensomotrices, como se interpre-
«déspotas ilustrados». Hasta el mismo Diderot creía también en la taba según el mecanicismo heredado de Descartes. Más todavía, el' con-
transformación de los pueblos por una voluntad soberana cuando expo- cepto de vis nervosa presupone relaciones directas, de continuidad, de
nía a la emperatriz Catalina sus planes de renovación social. Todos. relación ininterrumpida entre el músculo, el nervio y el sensoriu.m
los déspotas de entonces se consideraban filósofos; los emperadores de· commune. La unidad intrínseca entre soma y psiquis .se perfila, o, mejor
Alemania practic;aban la filosofía a su manera, y hasta los papas aco- ·dicho, se abre el camino para una nueva concepción del alma, que ya
gían con benevolencia las nuevas ideas. Tanto es así que Clemente IV, no es tripartita según los resabios de aristotelismo, ni única, pero con
siguiendo el ejemplo de los reyes reformadores, disolvió oficialmente- momentos de cálculo y razón y momentos de inconsciencia admitidos
en 1773 la Compañía de Jesús. Se pensaba, se a_ceptaba, mejor dicho, para explicar la reflexión de los movimientos automáticos. El descu-
que los filósofos habían llegado a descubrir qué es el hombre, y los brimiento de la función del arco reflejo por Willis determinó, sin duda,
estados en formación les pedían constituciones modelo. Corsos Y pola- un cambio radical en la concepción posible de la naturaleza humana,
cos, por ejemplo, consultaron a Rousseau, quien les respondió con puesto que la sitúa sobre el plano de acción del viviente en general.
«cartas» y «consideraciones» que, naturalmente, eran inútiles. Así, en Pero los pensadores de la época están obsesionados por una postura
tanto se hablaba de la filosofía que guiaba a los pueblos, los soberanos, ética. Nunca como entonces fue tan pobre el concepto de historia, que
que gustaban rodearse de filósofos, mostraban cómo la entendían con permanece sometido a lo actual y a lo ideal, a lo contingente erigido
el reparto de Polonia y la lucha contra la independencia de las colonias en permanente. El entusiasmo por la· hermandad universal cubre los
inglesas de América. Sin embargo, la reflexión vino, y el movimiento hechos y la declamación termina, inevitablemente, por moralizar. Pa-
de pensamiento que naciera en el siglo xvnI en Francia, y tomara tan reciera que no se puede hablar de la naturaleza humana sin una pos-
rápidamente carácter universal, volvió para concretarse en este país tura ética, sin juzgar y hacerlo de acuerdo con normas que finalmente
cuando la Asamblea Nacional proclamó los derechos del francés, apo- son producto de la misma situación definida. 5 Este círculo vicioso,
yándolos sobre la base imprescindible del derecho de todos los hom- que en su mayor o -menor grado está presente en toda la historia, es
bres. Sin duda, en esto fue donde más se engañó el siglo de las luces. recurso obligado de la pequeña historia del siglo de los filósofos. Cada
Sus pensadores creyeron haber descubierto qué era el hombre, al que, vez que se traza el cuadro de la época, que se busca en sus motivos,
según la concepción masónica de la época, buscaron fuera del hombre determinaciones y finalidades, la explicación de su interpretación del
concreto, en un ser supremo abstracto, el garante de la moral. Con- hombre, se termina, inevitablemente, por encontrar la justificación de
vencidos por la física, por la biología, de la universalidad y persisten- orden superior y ajena al hombre mismo de la moralidad abstracta que
cia de las leyes que definían sus fenómenos, hicieron del hombre un se aplica a hombres abstractos y actúa por medio de reglas abstractas.
ser que, respondiendo a esa legalidad, tenía a la vez caracteres de uni- Todavía más, en su afán de superación de las épocas pasadas se agrega
versalidad y de fijeza en el tiempo y en el espacio. Lo construyeron como complemento natural la educación. Cuando se analiza lo nega-
de la misma manera que un experimento físico, y lo definieron con tivo de las acciones humanas se piensa de inmediato en la incapacidad
una ley inmutable, semejante a las que rigen los astros o el crecimiento de la educación para transformar su naturaleza; si se exalta lo positivo
del embrión. De este modo, cuando el siglo de las luces definió la natu- se reconoce el valor de plasmar esa naturaleza según normas de una
1·aleza humana, lo hizo fuera de la conciencia individual. Considerando filosofía de los fines de la cultura y del saber. La actitud del hombre
al hombre como un menor, como un ser inocente e incauto por natu- del siglo xvm frente a su naturaleza se distingue fundamentalmente
raleza que la vida deforma y que se debe rescatar, quisieron estructu- de la de otras épocas, de manera de constituir ún. p~nto de partida
rarlo con preceptos de los cuales eran intérpretes. Y aunque la pro- completamente diferente para todas sus relaciones con la naturaleza
clamación de los derechos del hombre represente un hecho capital en en general, de modo que la respuesta, alejada de la realidad del ser
la historia de la humanidad, porque por primera vez se declara soli- como vida que se autoconstruye, es descriptiva y no va más allá de
darias a todas las criaturas del mundo en nombre del derecho que las formas. La actitud de los pensadores del siglo de las luces ya no
318 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 319

se expresa como en siglos pasados por una vasta filosofía de la natii'; ior del pensamiento, que para la mayoría sigue siendo el de Dios, Y a
raleza; por el contrario, está determinada en gran medida por las cien "''s transformaciones realizadas por el hombre en ese mundo exterior,
cías de la naturaleza y por la técnica, que, incipiente todavía, rev que finalmente serán para el siglo venidero dominio de la historia. La
sin embargo, e: valor futuro que se le concede a través de la Enci-r naturaleza deja de ser objeto de contemplación y de admiración y pasa
clcpedia. De aquí que por primera vez ·en la historia no solamente el de inmediato a ser materia de una acción que procura interpretarla
filósofo se interroga sobre el carácter de la imagen que de su natura-' y explicarla. Por lo demás, el concepfo de la acción que tiende a trans-
leza se forja el hombre, sino que también los científicos penetran en el formarla únicamente aparecerá después de mediados del siglo. XIX,
problema y aportan los métodos de la ciencia experimental. Sin duda' cuando el hombre, con su pensamiento y actividad, también comience
estamos en presencia de un enorme proceso de síntesis y de decanta- a ser definitivamente incluido en el todo de los fenómenos naturales.
ción; en relación con el problema de la naturaleza humana podemos .Es de esta manera como el significado del término «naturaleza» se trans-
afirmar que el siglo de las luces es un gran laboratorio, con una retorta .forma. De «esencia» de una cosa de la que comprendemos lo que es,
casi mágica que es el hombre concreto de la época, y dentro de la cual o sea su idea, que envuelve· su inteligibilidad, se convierte en el nom-
se mezclan, conscientemente unas veces, inconscientemente otras, los •bre colectivo de todos los dominios de la experiencia accesible por la
ingredientes diversos y cualitativamente no balanceados de las cien- 'ciencia y la técnica, con independencia que para la experiencia inme-
cias naturales, de la ética, de la utopía política y social, para revol~ diata esos dominios pertenezcan o no a la «naturaleza». La «descrip-
verlos con la paleta del producto prefijado a obtener: el ser natural y. ción» de la naturaleza, que antes de los Galileo, los Newton fuera
sin mácula, arcilla a moldear. En efecto, durante la época, la imagen un concepto de representación viviente, una cuestión estética, y sobre
de lo humano que dan las ciencias de la naturaleza no influye direc~ . i todo de comprensión metafísica del universo a través de sus detalles,

tamente sobre el diálogo del hombre con el hombre mismo. Y por lo ' . cambia enteramente dé significado. Ahora se trata de coleccionar de
mismo, la pedagogía como guía de la conducta, como «constructora, del : :·la manera más precisa, condensada, completa en lo posible, datos so-
hombre, tiene sus raíces en el pensamiento de los filósofos del ocho- , bre las relaciones que existen en la naturaleza. Es el principio del con-
cientos. Pero, ¿comprende esa pedagogía cuál es el carácter de la natu- , cepto contemporáneo de «leyes de la naturaleza», que sustituye con
raleza humana? Instrumento de la ideología y herramienta que el po- . 'fórmulas matemáticas los cuadros sorprendentes y literarios de los
der comienza a descubrir, la educación revela poseer un núcleo esencial . ,aspectos de la naturaleza, que en lugar de reverenciar y aceptar 'como
que la determina o que ella determina: la naturaleza humana, que,.· · un todo los fenómenos, busca ansiosa e incansablemente reducirlos a
empero, no logra definir y que maneja únicamente circunstancias .o ·expresiones comprensivas, a determinaciones mecánicas que engloban
las crea; y pretender hacer historia con un hombre considerado al mar- , los casos particulares en otros más generales, y así sucesivamente. Al
gen de la historia.6 · · · conocimiento del fenómeno en sí se lo sústituye por el de las relacio-
Comprender este fenómeno es fundamental para entender la psico- .nes entre los fenómenos. La descripción de la naturaleza aparece como
logía moderna, la que llega hasta nuestros días. Es verdad que su acta . .:reducción a fórmulas matemáticas cada vez más generales, como enun-
de nacimiento está en Descartes, pero su impulso posterior, más que. ciación de «leyes», que, involucrándose por grados sucesivos, deben
en Locke, más que en el progreso de las ciencias naturales, sobre todo · ·desembocar en una sola y única ley general.
de la fisiología y anatomía del sistema nervioso, que alcanzará sú
ápice en el siglo XIX, arranca de las ilusiones que sobre el hombre y su
naturaleza acumuló el pensamiento del siglo de las luces. Tanta será ·•
su influencia, que todavía hoy doctrinas actuales, como el conductismo ; NOTAS
y el psicoanálisis, asentarán sobre conceptos abstractos y serán la
interpretación de un hombre abstracto. De este modo, el siglo XVIII será . , l. Es corriente hablar de «iluminismo», expresión que .por etimología y sig-
la centuria del desarrollo grandioso de la mecánica, y gradualmente ., nificado concreto se refiere a las corrientes místicas del pensamiento y no a la
viejos conceptos sobre la naturaleza perderán validez y des.aparecerán , ~}; Aufkliirung, las luces qel intelecto que se reclaman directamente de la Enci-
.\ clopedia y la Revolución. Por ello empleamos la expresión «siglo de las luces»,
poco a poco de las discusiones y de los textos. El término mismo. de , ~¡~ la única adecuada por su significado e intención.
«naturaleza» cambia de significado y adquiere un sentido concreto ' ·:' 2. Cf. Benedetto Croce, La filosofía di Giambattista Vico, Bari, 1911.
representado, hablando con propiedad, por el mundo exterior que es 3. Goethe, Faust, l.ª parte. «Con un pedal mil veces son movidas, / Las lan-
objeto de las ciencias de la naturaleza y que se opone al mundo inte- · zaderas van y vienen, ·/ los hilos corren en secreto.»
320 ALBERTO L, MERAN!

4 cEl movimient.o es reflejo cuando, dependiendo inmediatamente ~e


sen~ción antecedente en tant.o que causa u ocasión ~esta, se vuelve instan·
táneamente hacia el punt.o de origen» (De motu musculan, 16~0} · .. •
5, Cf. Albert.o L. Merani, Naturaleza. humana 11 educaci.on, Gr!Jalbo, Me-
xico, 1972. , · • G .. lbo M' ·~ 1969
6. Vid. Alberto L. Merani, Psicologia 11 educaci.on, rIJa , ex1w, ·

CÁPÍTULO 2

PSICOLOGtA, TEOLOGtA Y POLfTICA

l. La antropología agnóstica del siglo XVIII.- La apreciación lineal


y ligera del siglo XVIII que es corriente encontrar en los ·manuales de
historia del saber y de la cultura lleva ineluctablemente al concepto
de una división en estratos paralelos de las corrientes del pensamiento
que en la época se desarrollaron o fermentaron. Es así como por un
lado se destaca una apreciación naturalista, por su finalidad, de lo hu-
mano, y por o:tro el florecimiento de corrientes místicas que luchan
por instrumentalizar al hombre según los designios divinos interpreta-
dos por el libre examen del protestantismo. Frente a las consecuencias
agnósticas del empirismo de Locke se yerguen las intenciones del arzo-
bispo irlandés Berkeley, que se propone ofrecer una doc~rina irrefu-
table para mayor gloria de la secta anglicana. La lucha para definir al
hombre, o, mejor dicho, para expresar el c9ncepto de naturaleza hu-
mana, adquiere de este modo en el siglo de las. luces una doble fiso-
.. nomía: por una parte está la corriente que hace hincapié en el sentido
· político de la actividad humana, en la función social de las interrela-
ciones antropológicas, y que fundamentará al historicismo del siglo XIX;
por otra, la que, aceptando este postulado como realidad irrefutable,
se atiene .al pasado y busca en el cielo y no en la tierra la raíz de la
semejanza de las acciones humanas. Tanto unos como otros acuerdan
en que se debe convenir que las leyes se hicieron para todos, lo mismo
para el soberano que para el pueblo, pero los primeros, por boca de
. : los enciclopedistas y con palabras de Diderot, agregan que no hay que
·:.:. creerlo porque «todos hablan como Servio Tulio, y todos actúan, res-
·; pecto de la ley, como Tarquino con Lucrecia. Pero sería preciso, cuando
: se olvida la justicia, recordar de cuando en cuando la suerte de Tar-
quino».1
Los segundos se orientan metafísicamente y su finalidad consiste
en establecer que la espiritualidad y la inmortalidad' del alma, lejos
de ser reflejos de una época hace mucho superada, expresan la verdad
filosófica más profunda, y frente a los que sostienen tras las huellas de
Willis que «el alma humana se reduce a una débil llama vital o a un

2!
lllSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 323
322 ALBERTO L. MERAN!

sistema de espíritus animales:i>, procuran probar, aceptando a Berkele teoría del conocimiento y la convierte en psicología experimental, dán-
como mentor, que el alma es indivisible, inextensa, y por lo mismt!' dole como fundamento la cnaturaleza humana bien entendida>, natu-
incorruptible. l¡a oposición entre materialismo y espiritualismo, esto; .raleza humana que ya no se apoya en los dogmas del cristianism?, en
es, la expresión mística del siglo xvm que se manifiesta en la dirección el teísmo o el deísmo, sino en la «Ciencia de los cuerpos>, que sustituye
del «iluminismo»,2 adquiere de esa manera expresión clara y concreta."'. a la cosmología por la filosofía de la naturaleza.
Sin embargo, sería ilusorio buscar una definición tajante, porque en la!. Este proceso, que en Diderot puede ser seguido c~n facilidad Y sin
historicidad del proceso, la confrontación se presenta a través de la . · grandes esfuerzos,4 explica que el pensamiento del siglo de las luces,
gradación del agnosticismo, como paso previo d~l teísmo al ateísmo .. y sobre todo en lo referente al hombre, o, mejor dicho, a la antropo-
Así, por ejemplo, en la Enciclopedia, Diderot define la filosofía como• logía concreta, aparezca formalmente paradójico y contradictor~o, ~orno
«ciencia de los posibles en cuanto posibles», de manera que, en adop- obra del impulso del momento, algo semejante a grandes oscilaciones
tando esta fórmula de W olff, la presenta muy cartesianamente como , pendulares de genios cambiantes e irresolutos. En realidad se trata de
ciencia de las razones suficientes por las cuales determinados motivos i un pensamiento que, dentro de sus contrad~cciones, pro~esa siempre
permiten que tal º'cual posible se realice antes que otro; siendo el en la misma. dirección o, como afirmara Naigeon,5 se purifica con sus
propósito del filosofar descubrir esas razones determinantes. Pero · contradicciones de la materia de los prejuicios. Es un momento en que
antes, en 1745, en el cPrefacio» de· su traducción del Inquiriy con- por todas partes la ruina de la población, el aumento de los impuestos,
cerning virtue and merit de Shaftesbury, había sometido a aguda crí'": · el reclutamiento intensivo para los ejércitos, el lujo y el despilfarro de
tica la filosofía de la Escuela, rechazando el pensamiento escolástico. y ' las cortes y de la nobleza crecen de punto y señalan que más allá
la supervivencia del mismo en el cartesianismo. Y de pronto, en 1757 1 de las clases, de la conciencia del estado llano, que en Francia está
lo encontramos aceptando de nuevo las sustancias cartesianas, una surgiendo, aparece el problema fundamental d71 ~ombre. Y de su na-
interpretación de la metafísica conforme con el espíritu y letra de la ' turaleza. La religión, que a partir del Renacmuento bien o mal Jo.
filosofía wolffiana. La explicación podría ser, si se quiere, falta de había definido parece volver sobre sus pasos, y es un momento cuando
lógica, pero es necesario hurgar más profundamente en el espíritu de el clero se en'carniza contra el pueblo, en que la conciencia religiosa
la época y preguntarse por caso si Diderot concede alguna importancia está más oprimida que nunca: se excomulga a quienes son hostiles a
a los marcos sin vida, al contenido puramente lógico y formal de la la bula Ungenitus. · La única salida que se perfila es la toma de con-
teología racional, de la psicología y la cosmología que veinte años ciencia que hace el estado llano, pero que es apolítica en la prim~ra
después criticará Kant en la cdialéctica trascendentah.3 La respuesta mitad del siglo, y solamente está sacudida por fuertes co17trove.rs1as
no está en el artículo mismo de Diderot, ni siquiera en la Enciclopedia religiosas. Y son las cuestiones religiosas las que por lo m1s~o inte-
por entero, sino en el proceso que lleva a Diderot a través de sus resan más al público, ·lo acostumbran al libre exa~en Y tie17den a
«pensamientos», de sus «diálogos», de sus ccartas», en fas notas mar- someter a la crítica los cimientos del Estado. Los filosofos enciclope-
ginales que deja en los libros de su biblioteca, en los «suplementos> distas marchan a la vanguardia del cambio, reciben sus impulsos de la
que escribe para las obras de otros autores. Es así, a través de las con- realidad del ambiente, buscan en él fuerza, se entusiasman y procuran
tradicciones propias del profundo agnosticismo que anima a las grandes comunicar al pueblo su ardor. Captan las ideas dispersas, las exponen
figuras del siglo de las luces, que se elabora, como en el caso Dide- con talento, y esto es lo que se llama «filosofar» en el siglo de las luc~s.
rot, una filosofía revolucionaria porque se apoya en los datos de la Y dentro de ese filosofar, la crítica se centra en los dogmas cris-
ciencfa contemporánea y prevé los éxitos de la ciencia futura. No se tianos: se acepta la existencia de Dios, la realidad del bien y del mal
preocupan por fundar sistemas, dejando a los investigadores que ven- morales la inmortalidad del alma, la idea de futuros castigos y recom-
drán el trabajo de ordenar su filosofía, de separarla en capítulos y de pensas. Pero antes de admitir el dogma de la revelación quieren obte-
darle forma. Por este camino y no por otro es como vemos, por ejem- ner pruebas directas. Por lo tanto, lo rechazan mientras no tienen
plo, qué lugar concede Diderot a la filosofía wolffiana: asoma una crí- dichas pruebas y en esto consiste su teísmo, que, de manera unas veces
tica de la teología positiva, del cristianismo, que termina por llevar al directa y fran~a, otras irresoluta y ambigua, los lleva al deísmo.6 Vol-
plano de la teología natural, para acabar negando a Dios la propia po- taire y Rousseau son ejemplos típicos, y de la irresolución, de la
sibilidad de la existencia. Además, deja de considerar la teología ra- crítica religiosa y del libre examen poco a poco surge una imagen
cional como un capítulo de la filosofía, y gracias a los datos experi- nueva del hombre, una apreciación más concreta de la realidad hu-
mentales anula a su compañera, la psicología racional: le quita la mana. Las nociones del bien y del mal absolutos son sustituidas por
324 ALBERTO L. MERANI
msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 325

las del bien y del mal relativos, lo cual significa una renuncia de los con el mundo exterior de la naturaleza y el mundo interior del hom-
conceptos cristianos modificándose así el código conforme al cual serán bre, que es un fragmento de aquél. El sujeto y el objeto interesan al
juzgados los hombre~ y sobre cuyos principios deben, por consiguiente, filósofo dieciochista, y ya que es «filósofo de la naturaleza> por exce-
conducir su vida. En vez del ideal ascético de soledad proponen al lencia, insiste sobre el sujeto como realidad concreta.
hombre conquistar su felicidad en medio de sus semejantes; de este Aristóteles, Epicuro y Hobbes fuer.on los primeros en enseñar que
modo ligan indisolublemente· el interés particular, la felicidad perso- la ·sensación es el acto primordial en 'la génesis del conocimiento. Para
nal, con el interés general, la felicidad de todos. Tales serán las ense"". Hobbl.s, el principio del saber radica en las sensaciones, y en su lucha
ñanzas de Priestley y de Helvetius. La vida práctica y la experiencia contra Descartes, contra la ascensión hacia Dios primero con el c!'ienso>,
demuestran a la filosofía del siglo xvm que el hombre puede ser para luego descender a la materia con el cexisto:., llega a la conclusión
humano sin la fe religiosa, que puede cambiar y ser virtuoso sin la de que cPienso>, luego cla materia piensa>. ·Locke, por su parte, des-
revelación,. y sem~jant~s afirmaciones sirven de transición lógica a la taca el segundo término de la misma fórmula: si el hombre «Piensa>,
idea del «contrato sociab. ¿comienza por la reflexión o por la idea? La sensación es el hecho ini-
Este rapidísimo resumen de la evolución de las ideas demuestra cial, y de aquí que nuestra razón, nuestra conciencia, sean en su ori-
cómo, con lentitud y empeño, los pensadores del siglo de las luces se gen una tabula rasa. Los sentidos engendran las ideas y las graban
esfuerzan por resolver el problema religioso y el ·político. Pero debe en la tabula virgen. Debilitados por el análisis de Gassendi y de Hob-
tenerse muy en cuenta que ese pensamiento no está estabilizado toda- bes, y sobre todo por la crítica de Locke, en el siglo xvm nadie cree
vía, que en la primera mitad del siglo aún no resolvieron ese problema entre los tilósofos de la naturaleza en las ideas y principios innatos,
y que constantemente se apartan, ora hacia la izquierda, ora hacia la ni en el método cartesiano. cRespetemos siempre a Descartes, pero
derecha, de cierto término medio. Esos desvíos constituyen .para esos abandonemos sin pesar opiniones que él mismo hubiese combatido un
filósofos verdaderas exploraciones gracias a las cuales se hurga en la siglo más tarde.> Tal es la ofrenda que d'Alembert hace a su me-
veta central y se husmea en los vericuetos laterales: consideran, obser- moria.7
van y reflexionan después sobre los datos de su observación y llegan Sin embargo, Locke había reconocido que, además de las sensacio-
a conclusiones que no aceptan antes de haberlas comprobado. Aunque nes y de ideas advenedizas, existe la refLexión, o, en otros términos,
el procedimiento parezca lento y a ,veces de dudosa eficacia para re- la actividad del alma. La reflexión equivale a la sensación, y de alú
solver el problema de la naturaleza humana, debemos reconocer que, deriva el conceptualismo lockiano, el conflicto que deberá afrontar la
sobre todo en Francia, su evolución se realiza rápidamente, y· tanto, filosofía del siglo de las luces entre el aspecto realista o materialista:
que la Revolución lo prueba. Antes de Kant, y haciendo ciertas reser- y el aspecto psicológico o idealista de la naturaleza humana. El criterio
vas con respecto a Hume, el siglo xvm ignora la teoría del cono- de verdad, llevado al interior de la conciencia, se convierte en crite-
cimiento como parte autónoma de la filosofía. Es verdad que los Locke, rio subjetivo. El empirismo y el sensualismo de Locke representan
los Berkeley, los Condillac, se preocupan por estudiar la cuestión, pero el cruce de dos caminos; uno conduce al subjetivismo consecuente y
se detienen en los problemas accesorios y su pensamiento no pone .de quienquie.ra que lo siga se enclaustra en el mundo de las sensaciones,
relieve las afirmaciones esenciales de la gnoseología. De este modo, afirma que el hombre no puede salir de sí mismo ni en el plano del
Berkeley llega a la teodicea; Condillac y Holbach, a través de las sen- conocimiento ni en el de la acción, que nada existe fuera de 1a sensa-
:::;aciones: initium et principiu.m del saber humano, sólo les ofrecen un ción, que cuanto ve y percibe son sensaciones objetivadas. De este
eslabón en el infinito sistema de la naturaleza, de las leyes que rigen modo, quien adopte el subjetivismo debe reconocer forzosamente la
al mundo físico y al mundo moral. Para Helvetius, la gnoseología es existencia de una causa primera de sus estados de conciencia, es de-
el instrumento con el cual forjará la moral, o, con términos actuales, cir, tendrá que admitir la realidad de Dios, de la revelación. Pero el
la teoría del comportamiento humano en la vida social. El dualismo otro camino vincula a la conciencia por medio de las sensaciones con
que impregna a la filosofía de la naturaleza propicia y acompaña al la materialidad del mundo exterior. Únicamente la realidad de ese
dualismo gnoseológico. Voltaire, Rousseau y Diderot no irán más allá. mundo material de los objetos hace posibles las sensaciones del sujeto
No obstante, aunque el siglo de las luces no conceda lugar preferente que conoce, y aquí el Locke que vive en el límite de la revolución so-
a la teóría del conocimiento, su pensamiento siente la necesidad de pro- cial burguesa abre otra vía para la interpretación del hombre. Así, cual-
fundizar y someter a un análisis más penetrante el problema de la na- quier causa extrasensorial es inconcebible; no existe lugar para la
turaleza humana, y en partiendo de las sensac_iones, de su relación revelación en el mundo interior o exterior del hombre, que pierde los
326 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 327

atributos de criatura divina y se transforma en naturaleza. Esta se'- ás compleja de un objeto. Sin estas definiciones previas es imposible
gunda orientación del pensamiento de Locke, como reconoeiera Cár~ bmprender el pensamiento de la filosofía dieciochista y, mucho menos,
los Marx en La Sagrada Familia, es la que está en la base del mate..:' su concepto agnóstico de la naturaleza humana.
rialismo francés 'y que se vuelve tangible cuando en 1746 Condillac
publica el Ensayo sobre los orígenes del conocimie-:ito ht¡ma~. El ma- 2. Berkeley, o la experiencia de la conciencia como base de un
terialismo del siglo de las luces pasa por el sensualismo de Locke y.··· 8istema idealista-metafísico; la crítica escéptica de Hume; el asociacio-
se realiza según dos etapas: la primera representada fundamental- nismo ecléctico de Hartley, el materialismo de Priestley y el biologismo
mente por La Mettrie y luego Condillac; la segunda, por Diderot, que de Era.smo Darwin. - GEORGES BERKELEY (1685-1735) fue un clérigo
rechaza el sensualismo de Condillac, cuya base es enteramente psico- irlandés de origen inglés que se educó en el Trinity College de Dublín,
lógica, esto es, idealista, y lo convierte en un sensualismo de base donde más tarde fue maestro, tomó las órdenes religiosas y estuvo
materialista. Nada hay en el calma» cuando nada hay en los sentidos. encargado de la enseñanza del griego, hebreo y teología. Su vida, con-
No hay conciencia cuando no hay impresiones; ni siquiera hay intelecto, sagrada al anglicanismo, está plena de episodios singulares, y aunque
puesto que éste ces el alma en cuanto concibe» como afirma Diderot compartió algunos· aspectos del espíritu del siglo de las· luces, sobre
en el artículo <dntelecto» de la Enciclopedia. Tal es la opinión para todo la creencia de la perfectibilidad del espíritu humano, lo cual lo
mediados del siglo xvm. El hombre no pasaría de ser un torpe animal llevó en 1723, cuando era deán de Derry, a propagar la civilización y
un autómata, si la práctica y el uso de sus sentidos no desarrollar~ el pensamiento cristianos en las posesiones americanas ele Inglaterra,
su alma. intentando incluso fundar un College en las Bermudas, representa, por
Estamos, pues, frente a una definición del hombre que es agnóstica el lado de la especulación, la negación total de la filosofía que en el
en la medida que niega cualquier consideración ontológica acerca de su continente preparaba el advenimiento de la revolución social bur-
naturaleza, y que se nos clarifica si especificamos el significado de los guesa, y entendía con sentido agnóstico el problema de la naturaleza
términos que emplean los materialistas franceses del siglo xvm. En del hombre y de sus relaciones con el mundo de las cosas. Su obra 8
casi todos los casos conservan expresiones antiguas a las que dan un revela una ~ara precocidad; el A treatise concerning the principles of
significado nuevo. En rechazando la sustancialidad del espíritu, con- human Knowledge, publicado en 1710, contiene todas las característi-
servan los vocablos «espíritu:. y «alma>, para designar con el primero cas de su filosofía, que las obras posteriores no harán más que desarro-
cualquier complejo de sentimientos y con el segundo las combinaciones llar y completar. Berkeley, como indica el subtítulo de su 'J)atado, 9
de las sensaciones, fuentes primeras del conocimiento. El hombre que pretendía tenovar los sentimientos morales y religiosos y triunfar
es naturaleza posee al nacer un alma, o sea una aptitud para sentir, sobre los librepensadores mediante la refutación de los errores filosó-
que genéricamente llaman sensibilidad; pero el espíritu no está pre- ficos que combatía. La tarea de Berkeley consistirá, pues, en demos-
sente en él porque los sentimientos son producto de la sociedad y del trar que los obstáculos levantados por los filósofos escépticos y ateos
desarrollo que en ella logra el individuo. El intelecto es el alma en delante del espíritu, «realidades opacas e impenetrables», son sólo apa-
cuanto concibe y comprende, y por lo mismo es común al hombre y rentes. Locke había planteado prudentes reservas sobre los límites de
a las bestias; en el hombre, dentro de sus sensaciones, es infini- nuestras facultades y sobre nuestra ignorancia definitiva de la esencia
t?; en las bestias tiene límites. La voluntad es el alma en cuanto expe- íntima de las cosas; Berkeley, en los Principios, comienza por la cer-
rimenta de~o o aversión. El intelecto activo es la razón. La razón, en teza de que esos límites y esa ignorancia contribuyen al mal uso de
consecuencia, es común al hombre y al animal, pero mientras el hom- nuestras facultades y, por consiguiente, intenta colocar la experiencia
bre es un ser razonable por excelencia, el animal es un ser principal- de la conciencia como base de un sistema idealista-metafísico.
mente sensible. La memoria, la razón y la imaginación división tri- Para alcanzar estos propósitos, Berkeley debe negar la existencia
partita tomada directamente de Bacon, representan tre~ aspectos del del mundo externo en la conciencia, porque las experiencias sensoria-
entendimiento, noción que corresponde al significado inglés de unders- les que de él provienen están reducidas a actos de experiencia inma-
tanding, tal como lo empleara Locke en el título de su Ensayo. Por nente consciente, y por ello lo existente seríá espíritu o idea del espí-
último, el hombre tiene inteligencia, pero no representa como entre ritu, y otros objetos no existirían porque cualquier cosa existe única-
l?s deístas, una denominación para su Dios, sino que par~ el materia- mente en la medida que la percibimos: esse est percipi. Pero, ¿qué es
lismo del siglo de las luces, según la definición de Diderot, es simple- el alma o el espíritu para Berkeley? cLa sustancia de un espíritu es
mente la aptitud para comprender con facilidad y prontitud la parte aquello que actúa, produce, quiere o realiza, o tal vez es actuar, pro-
328 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 329
<lucir, querer, realizar. Su sustancia no es cognoscible porque no es diplomática, que lo llevó a Viena, Turín y finalmente a París donde los
una ídea»,10 o sea una actividad libre por su esencia, de la que el enciclopedistas lo honraron como a uno de los suyos. En el 1'766 vuelve
hombre tiene un conocimiento directo, intuitivo, distinto de las ideas. a Londres, acompañado por Rousseau, que intenta refugiarse allí y con
De este modo, los «espíritus» serían cosas percipientes o pensantes, y el que posteriormente se enemista. Alcanzó a ser subsecretario de
las ideas, por el contrario, cosas percibidas; los espíritus representa- Estado del gobierno inglés, para retirarse en 1769 a Escocia donde
rían los elementos o las sustancias pasivas de la existencia; las ideas, muere. El pensamiento de Hume es completamente contrario a' la tra-
las activas. Dios provocaría en los diversos espíritus, o sea en los dición de la filosofía escocesa, escuela que asienta sus bases en el «sen-
hombres, según un orden por Él establecido, los objetos de su activi- tido común», y está tanto en las raíces del empirismo inglés del si-
dad de conciencia, que serían las ideas (del mundo corpóreo), las ima- glo XVIII como en el eclecticismo francés de Víctor Cousin y Royer-
ginaciones de los «otros espíritus» y el concepto de relación. Collard en el siglo XIX. Además, y por ironía, esto hace que el mayor
Berkeley está imbuido de platonismo, y así como Locke atribuye de los pensadores escoceses deba ser inscrito por algunos aspectos de
a la experiencia interna carácter de certidumbre inmediata, considera su pensamiento en el siglo de las luces francés, y que por la totalidad
al hecho de existir como inmediatamente evidente, sin necesidad de del mismo permanezca aislado, como pensador solitario. Su primera
demostración, como pretendía Descartes, porque se impone en todo obra, el Tratado de 1.a naturaleza humana, escrito entre los veinte y
momento al hombre, él incluirá entre las ideas l¡is percepciones sen- veinticinco años de edad, durante su exilio francés, contiene todas las
soriales de las cosas reales y las ideas derivad~s de la memoria, esto ideas directrices de su pensamiento futuro y representa entre las múl-
es, las imágenes de las cosas. De este modo, las ideas, como imágenes tiples obras de la época que de una manera u otra abordaron el pro-
recordadas, son producto de la imaginación del hombre; las ideas de blema, una excepción, pues por primera vez no se trata de la natura-
las cosas por el contrario, son sugeridas por Dios. Éstas pertenecen a, leza humana como una esencia determinable a priori, sinÓ del estudio
la mente; las otras, a la voluntad, puesto que la razón y la voluntad de ~isposiciones intelectuales y afectivas constantes que se propone
serían las dos facultades fundamentales del espíritu. Aquí,. y en todo analizar de manera concreta, tal como advierte el subtítulo mismo de
el desarrollo de su sistema, sobre todo en la especulación de Siris,11 la obra: Ensayq para introducir el método experimental de razo-
obra de la vejez, la situación de Berkeley es singular, pues se opone namiento. en los temas morales. Su amor por lo concreto, unido a un
a la filosofía moderna, que corresponde al contexto ideológico de los escepticismo casi absoluto, lo convierte en un pensador de primera
tiempos que vive y retorna, con un intento de cambiar el equilibrio línea, sobre todo para la psicología, y justamente en un momento cuando
entero de la ciencia de su tiempo a épocas pasadas, esto es, a la restau- la definición de una antropología concreta exigía separarse tanto de
ración del platonismo. Sin duda, Berkeley no es figura del pensamiento las ilusiones metafísicas del pasado como de los entusiasmos fáciles
que interesa directamente a la historia de la psicología; su antropolo- del materialismo del siglo. Es así como entre tantos pensadores ansiosos
gía esencialmente metafísica carece de repercusiones sobre el estudio de poner la filosofía al servicio de la humanidad, y entre los que des-
concreto del hombre. No obstante, su importancia para la filosofía, y a cuellan los enciclopedistas, Hume aparece _como un especulativo puro
través de ésta para algunos aspectos de la. psicología espiritualista del que considera las exigencias del pensamiento filosófico como opuestas
siglo XIX, obliga a considerarlo entre los precursores de la psicología a las de la acción. ·
en el siglo de las luces y a pesar de que haya sido un hombre de espal- Su primera obra, el Tratado, es oscura debido a la disposición poco
das al espíritu de la época. adecuada del material que _contiene; de primera vista puede hacer creer
DAVID HUME (1711-1776) es, tanto en los avatares de su vida como en una repetición de Locke, pero estudiada con atención nos ubica,
en la orientación de su pensamiento, la antítesis de Berkeley. Escocés desde el principio, en un terreno completamente nuevo. Hume distin-
de origen, intentó los estudios jurídicos y el comercio, y en ambos gue las impresiones de las ideas, pues considera las primeras como
campos fracasó. Sus ideas sociales demasiado afines con las de Rousseau materia prima de las ideas complejas y las divide en dos grupos. De
y Voltaire hicieron por l,m momento peligrar su situación en Ingla- estos grupos, el primero ·es el de las impresiones de sensación: colores,
terra, y debió emigrar a Francia, donde trabó relación directa con sonidos, sabores, olores, etc., que corresponden a las excitaciones de los
estos pensadores, sobre todo Rousseau, del que fue amigo. Su exilio sentidos. No obstante, Hume no ve en las mismas nada de sustancial·
fue breve, del 1734 al 1737, y de retorno a Inglaterra publicó, sin éxito, frente a su consideración resulta inútil preguntar: ¿hnpresiones d~
A treatise of human nature entre 1739 y 1740. Casi de inmediato dio qué?, puesto que se niega a atribuirles una fuente determinable. No se
a conocer sus Ensayos políticos y moral,es,12 e inició con éxito la carrera las puede reducir necesariamente a la impresión de algo material aun-
330 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 331
que se las despoje de las cualidades secundarias que la época había · las representaciones presentan una tendencia natural de atraerse
aprendido a distinguir con Locke. Para Hume se trata, simplemente, unas a las otras, o sea una tendencia asociadora que lleva una hacia
de hechos psíquicos, algunos claros, otros confusos, diferentes en su la otra mediante a gentle force. Las condiciones por medio de las cuales
modo. de aparición y que arrastran a la acción e inducen al cono- actúa esta «dulce fuerza>, o sea se efectúa la asociación, son, se-
cimiento. Por consiguiente, no distingue, corno fuera tradicional, entre gún Hume, la semejanza, la coexistencia en el espacio y en el tiempo,
alma y cuerpo, y de este modo el placer o el dolor pueden, por ejem- y la causalidad. Al respecto, Hume destaca que en el mundo interno
plo, ser atribuidos indistintamente a uno o al otro, porque las esque'- hay una fuerza de atracción tan poderosa y misteriosa como la que
matizaciones, nos repetirá continuamente, no corresponden a las con- encontramos en el mundo externo. Además, se plantea el problema de
diciones de la experiencia, sino a un criterio de comodidad. Hume, si es posible conciliar el principio unificador, o principle of connection,
que pretende explicar la complejidad espiritual con la asociación de con el hecho de que todas nuestras sensaciones y representaciones son
sentimientos y de ideas, admite una segunda especie de impresiones elementos distintos e independientes, pero termina declarando explí-
que denomina, tras· la huella de Locke, impresiones de reflexi&n: «Una .citamente que la dificultad e$ demasiado grande para su inteligencia.
impresión alcanza primero nuestros sentidos y nos hace percibir calor . La influencia de Hume en la psicología se manifiesta sobre todo por
o frío, sed o hambre, placer o dolor, de un género o de otro. De seme- tres aportes ·esenciales. Primero, haber introducido en la antropología
jante impresión, el espíritu toma una ·copia que permanece después de concreta las nociónes del asociacionismo; segundo, lo que heurística-
desaparecida la impresión: es lo que llamamos una idea. Tal impresión mente es más importante, haber iniciado la tendencia de tratar las
de placer o de dolor, cuando retorna al alma, produce nuevas impre- cuestiones psicológicas con independencia de las filosóficas, y tercero,
siones de deseo o de aversión, de esperanza o de temor, que con pro- haber originado las ideas de un discípulo que en relación con la his-
piedad pueden llamru;se impresiones de reflexión, porque de ella deri- toria de la psicología tiene mayor importancia que Hume mismo. Este ·
van. Estas últimas son a su vez copiadas por la memoria y por la discípulo, DAVID fuRTLEY (1705-1757) tiene notable importancia por su
imaginación y se vuelven ideas; he aquí como las impresiones de re- tentativa de explicar con razones científicas los fenómenos psíquicos
flexión no solamente son anteriores a las ideas que les corresponden, complejos, esto es, aplicando al espíritu «el método de análisis y sín-
sino que también son posteriores a las impresiones· de sensación y de tesis seguido por Newton,,. Hartley, que nació en las cercanías de
ellas derivan,,, 13 De este modo, las emociones, sentimientos y pasiones York, Inglaterra, estudió primero teología, luego medicina. En tanto
deben ser igualmente considerados como acontecimientos simples, por- ejercía ·la profesión de médico se abocó a los estudios filosóficos. La
que el verdadero interés de Hume está en demostrar que la tonalidad obra que lé hizo célebre se titula Obsert>ations on Man, his Frame,
afectiva, cualquiera sea su signo, de nuestras relaciones con las cosas his Duty and his Espectations y fue publicada en 1749. Parece que el
deriva de combinaciones asociativas y .no de nuestras relaciones con concepto fundamental de las ideas de Hartley, que es el de reducir
las cosas mismas. Por consiguiente, las ideas presentan con respecto todos los fenómenos psíquicos complejos a elementos s~l>les, le fue
a las impresiones diferencias de grado, puesto que constituyen una sugerido por un escrito de un autor casi ignorado, Gay, .quien habría
«copia>. Si se distinguen es por una menor intensidad, diferencia de intentado explicar los sentimientos más complejos como derivando por
feeling, porque · 1as ideas de la imaginación deforman a menudo las asociación de los más simples.u La obra principal de Hartley, apare-
impresiones de sensación; por su parte, la memoria las reproduce a cida veintiocho años antes que los Ensayos filosóficos de Tetens, y so-
menudo debilitadas. Estas consideraciones están plenas de criterio gno- bre el cual probablemente ejerci6 influencia, procura explicar los
seológico: una idea es valedera únicamente cuando asienta en una fenómenos psiqUicos _complejos, también los pensamientos y los senti-
impresión. mientos más elevados, mediante la asociación de las sensaciones y re-
Es innecesario ir más allá en el detalle del· sistema de Hume, porque presentaciones simples. Para Hartley, la asociación consiste en la con-
poco agregaríamos a la comprensión de sus conceptos, que, por lo de- junción de representaciones contemporáneas o inmediatamente suce-
más, no siempre son claros y precisos. Por ello es más importante sivas. A esta asociación psicológica correspondería el hecho fisiológico
resumir. Su principio fundamental es que. todas nuestras represen- de la conjugación de vibraciones del cerebro, las cuales al repetirse
taciones no son datos a priori, sino que derivan de las sensaciones; en formarían una sola vibración. Éste es el primer principio de una psico-
cuanto al conocimiento del origen de éstas, lo considera insoluble. logía que, antes de buscar leyes o relaciones metafísicas como fuera
Cualquier disposición del alma algo vivaz tiene la tendencia de durar de rigor hasta entonces, se atiene exclusivamente ,a· 1a experiencia y
y de extenderse sobre las nuevas representaciones que surgen. Más procura, además, el apoyo de una ciencia afín: la fisiología. Hartley no
332 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 333

realiza ninguna investigación en relación con la naturaleza de las re- principal, y en todo sentido, es Zoonomia or the 'laws of organic life,
laciones que existen entre las asociaciones y las vibraciones; tampoco publicada en Londres en 1794. Con Darwin, la doctrina psicológica de
se· declara en favor de las hipótesis espiritualista o materialista, por la asociación sale directamente .de la psicología pura y se extiende a
parecerle ambas unilaterales. Lo que más le intere~a establecer es que la biología. Pero esta vía, que podía llevar a resultados de antropología
la vida psíquica se desarrolla poco a poco en partiendo de los he~os concreta seguros, no fue continuada por muchísimo tiempo y, por el
más simples para llegar a los más c.omplejos, por la vía de una ~socia­ contrario, sufrió un serio retroceso. La escuela escocesa, que con Hume
ción continua y según tres leyes secundarias, que son las siguientes: entrara directamente en el terreno experimental, se niega a seguir
1) las representaciones complejas constituyen una unidad casi tan· per- . buscando, con el teólogo y filósofo THoMAs REID. (1710-1796) a la cabeza
fecta que las partes prácticamente no se recori~cen, tal c,om~ ocurre y por motivos religiosos y morales, las leyes del desenvolvimiento de
con las cómbinaciones de la materia; 2) los fenomenos psiqui~os, que los procesos psíquicos, y se atiene a una psicología puramente descrip-
primero se realizan con plena conciencia, se vuelven, con la repetición, tiva que en nada ayudó al progreso del asociacionismo, basada como
inconscientes o automáticos; 3) la fuerza y la vivacidad que poseen estaba en la intuición vulgar del sentido íntimo y del .sentido común
ciertas representaciones pasan a las representaciones que con ellas se popular.
asocian. ,
Lo expuesto basta para comprender la importancia de . las t~ori~s 3. El determinismo de La Mettrie y el materialismo ingenuo de
de Hartley, que constituyen la primera tentativa para explicar c1;~ti­ los enciclopedistas. - El pensamiento de 103 filósofos y naturalistas
ficamente, con el procedimiento de las ciencias naturales Y de la f1s1ca, ingleses encontró terreno propicio en Francia, donde las característi-
los fenómenos psíquicos complejos, que hace derivar, a la manera de cas del ateísmo y del materialismo se acentuaron hasta adquirir rápi-
los fenómenos naturales, de un principio simple. Sus ideas, .Primero sin damente el sentido de doctrina que está en la base de cualquier antro-
resonancia fueron hacia los finales del siglo XVIII divulgadas por un pología concreta. En efecto, mientras para los filósofos ingleses el ma-
teólogo y ~aturalista inglés, JosEPH PRIESTLEY (1733-1804), que. les dio terialismo y el ateísmo representaban ante todo una vía de escape y
un carácter netamente materialista. Priestley es una figura smgular; de control para las presiones del idealismo metafísico, y ·un dique
entregado por entero a la investigación en el .campo ~e las ciei:icias frente a una teología demasiado d9gmática y restringida, para los
naturales, huraño y misógino, parece un personaJe extrano ~l ambiente pensadores franceses del siglo de las luces, en general constituyen
ep. que vivió. Le cupo la gloria de haber descubier~o el ox1~en~, .Y. su las bases de una cosmovisión y, por ende, de una interpretación de los
obra principal, en relación con nuestro tema, se titula: Disqu~itwns fenómenos naturales, entre ellos comprendido el hombre. Entre los pri-
on matter and spirit, y fue publicada en Londres en, 17.77. Priestley meros que sustentaron un· materialismo irresoluto, tanto en filosofía
proclamó la condicionalidad de todos los fenómenos ps1qmcos por me- como en psicología, y con mayor resonancia sobre ésta, encontramos a
dio de las vibraciones del cerebro, y negó en absoluto. la di!erencia JULIEN ÜFFRAY DE LA METTRIE (1709-1751), médico francés que, deste-.
entre fenómenos psíquicos y físicos, considerando la ps1colog1a co~o rrado de Francia en. 1746 y de Holanda, donde buscara refugio, en 1748,
parlte de la fisiología, con lo cual se. aparta por entero, en su adhes1on en razón del contenido de sus publicaciones, encontró finalmente asilo
al asociacionismo tanto de las bases fenomenológicas con que lo pro- ' bajo Federico II de Prusia, déspota «esclarecido> que le concedió una
clamara Hume c~mo del eclecticismo de Hartley, que no le permitiera . pensión y el título de Lector real. La Mettrie resultaba un personaje
decidirse por l~ vía del materialismo o del espiritualismo y esterilizara incómodo en todas partes porque no disfrazába, ad usum Delphini, sus
a 3 í sus esfuerzos por abrir un nuevo camino en el campo de la antro- opiniones materialistas con el teísmo vago de la época y sostenía deci-
pología concreta. Priestley, con una audacia para la época qi:e contrasta didamente que el materialismo únicamente reconocía como adversario
con su carácter y preocupaciones teológicas, se proclama directamente la fuerza de los prejuicios. Cuando todos, inclusive Rousseau y Voltaire,
en favor de la hipótesis materialista. Otro naturalista de gran valor, el consideraban al ateísmo como un peligro social, La Mettrie escribía:
inglés ERAsMUs DARWIN (1731-1802), abu;lo de Carlos. D~;win, que se cLa muerte es el fin de todo; después de ella, lo repito, un abismo, una
destacó además como médico, poeta y filosofo, se conv1rtio en propu~­ nada eterna; todo está dicho, todo está ·hecho; la suma de los bienes
nador de las ideas de Priestley y, aplicándolas al estudio de los am- es igual a la suma de los males: terminadas las preocupaciones, los pro-
males, procuró explicar los instintos mediante l~, experiencia ~ la aso- blemas, los personajes a representar: finita la farsa.> 111 En cuanto a·
ciación y dirigidos por el impulso de conservac1on y la necesidad que su originalidad, es absoluta, tanto con respecto a los escritos de Dide-
tienen '1os individuos de adaptarse a las condiciones externas. Su obra rot, de Helvetius y Holbach, como a los de Condillac, y su Ensayo
334 ALBERTO L. M;ERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 335

sobre los orígenes del conocimiento humano. Su Tratado del .i~s,


y que todo depende en los animales de la diversidad de la organi-
que :ntre , otros a~onta problemas que hoy consideramos propios ~ación: esto basta para comprender la energía de las sustancias y la
la ~s1colog1a experimental y de la psicopatología, como los órganos s ·.el hombre>.1s Enemigo de las explicaciones teológicas, que rechaza
sor1ales, las sensaciones, las asociaciones de ideas la memoria1 las i:unne execrando a los teólogos: «espíritus turbulentos que hacen la guerra
sias debidas a lesiones traumáticas, las aluc~ciones las obsesio ~ara servir a un Dios de la paz>,111 niega además la utilidaq del espíritu
e~erció in.fluencia real sobre los enciclopedistas, aunqu~ éstos nunca iiistemático, que considera el más peligroso de todos porque «ni Aris-
citan, probablemente porque jamás rompieron definitivamente con. .Aóteles, ni Platón, ni Cartesio, ni Malebranche nos enseñaron qué cosa
ata~ura teísta y porque, ya comprometidos políticamente con sus ideas f';,ies el alma... La esencia del alma del hombre y de los animales es y
tem1an agregarles el fardo, demasiado pesado para la época de las tesiS'. 1;l: i;erá siempre tan ignorada como la esencia de la materia y de los cuer-
decididamente antiteológicas de La Mettrie, que no solam~nte comba~: ,¡:~¡;:pos. Digo más: el alma separada del cuerpo por abstracción, asemeja a
tía ideas, sino que ridiculizaba directamente todas las celebridades. /'!ila materia separada de la forma: no se la puede concebir>. 2 º Si bien
filosóficas, médicas y teológicas de París. Lange 16 ha hecho justicia )a esencia del alma se nos escapa como la causa primera, es, sin
a La Mettrie; es común considerar su materialismo como una excrecen~ embargo, posible conocer las propiedades de la misma que se maní-
cia superficial del sensualismo, pero el primero de los materialista&. ' " fiestan en el organismo y que constituyen su «Principio activo», de ma-
franceses, La Mettrie, afirma la uriidad de tipo de todos los fenómenos /¡ nera que si en el organismo hay un principio motor y se puede esta-
observables:, físicos, vitales, morales, sociales, humanos o animales, ~: ): blecer que hace latir al corazón, que sensibiliza los nervios y hace
busca su raiz común en la entidad material que denomina naturaleza. pensar al cerebro, se acordará sin dificultad que dicho principio corres-
«TOdQ lo que no se agota en el seno mismo de la naturaleza -dice La: ' pande a lo que se denomina alma; semejante principio se «llama per-
Mettri7 17-;-, todo lo. que no es fenómenos, causas, efectos, en una ·pala-' cepción y nace de las sensaciones que tienen lugar en el cerebro:1>. 21
bra: c1enc1a de las cosas, nada tiene que ver con la filosofía y procede Para La Mettrie, el secreto de la vida está en la unidad de la materia,
de una fuente extraña a ella.> Para La Mettrie no se trata de describir viviente o no; en la unidad de su tesis vertebral, asentada en la idea
la génesis .r;al d~ esos fenómenos, que los conocimientos de la época'. de una formación de las cosas y de los seres en razón de un limo ori-
no le permitían, smo de determinar la intuición de su parentesco intimé) . ginario, por medio de toda clase de tentativas de organización desgra-
que un día debería ser experimentalmente comprobado. ciadas, de una especie de concurrencia vital que asemeja en sus linea-
La. tesis materi~l~sta de La Mettrie es bastante ·simple, aunque seá. mentos m~s a las doctrinas actuales del origen de la vida que al trans-
com~hcado el espmtu que la sustenta por el determinismo riguroso formismo lamarckiano que debía aflorar en las postrimerías de su siglo,
que mtroduce en el producirse de los fenómenos. Es corriente consi~ · o al evolucionismo darwiniano de una centuria después. En suma, la
derar a nuestro autor como mecanicista que sigue automáticamente la$ suya es una cosmovisión transformista intuitiva, porque la anatomía
huellas del cartesianismo; sin embargo, su determinismo es completa- comparada, que le habría dado sólidos argumentos, aún esperaba a
mente diferente del mecanicismo de Descartes: En la explicación del Buffon, y la embriología, aunque ya se hubiese perfeccionado el mi-
«hombre-máquina>, aunque haga referencia a los animales-máquina de croscopio, pertenecía al futuro.
Descartes, co.nsidera que cada parte del cuerpo posee estructura prop¡¡; Pero donde se destaca el valor del materialismo de La Mettrie para
que le permite actuar separadamente del todo conservando en el ais- . i la psicología es en sus consideraciones neurofisiológicas. Atribuye im-
!amiento la función (el corazón de la rana que continúa funcionand~' portancia esencial a las sensaciones transmitidas por lo que llama
después de extraído; la reproducción de l;s pólipos por sus fragmen- efluido nervioso>, y a las que concede cierta extensión. Los nervios con-
tos, etc.), ~ue está determinada en particular para el órgano, y que. ducen el «fluido> a la médula, y al describir el proceso vemos que, sin
en la totalidad se integra, sin perder autonomía, por obra y gracia dé nombrarlo, comprendió perfectamente la función del arco reflejo, o al
un determinismo más general que establece el tipo de función totaliii cerebro. En concediendo extensión a las sensaciones, también la admite
za dora, esto es, las características funcionales del individuo. De esta má;;; para toda la sustancia cerebral, que considera masivamente implicada
nera, es por sucesivas gradaciones particulares de determinismo qué en las manifestaciones psíquicas. En efecto, •···puede darse muy bien
s: conjugan como se alcanza la función del organismo, que, eii su genera~
lidad, responde. ~ un determinismo también general y propio, puesto
· que haya algo de verdad en todas las opiniones de los autores en
cuestión, aunque puedan parecer opuestas: y así como las enferme-
que debe «admitirse solamente que la materia organizada está dotad~ .dades del cerebro, según las zonas que atacan, suprimen ora un sentido,
de un principio motor, única cosa que la diferencia de la que no l~ .' . ,ora otro, ¿los que colocan la sede del alma en la n.a.tes o en la testes,
336 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 337

se han equivocado por ello más que los que quisieran disponerla en a cualquiera y a no sonrojarse por haber nacido en el fango.> 24
el centro oval, en el cuerpo calloso, o tal .vez en la glándula pineal?> 22 . E~ la perspectiva que La Mettrie coloca a la vida psíquica, el juicio
¡No, para La Mettrie, toda la sustancia cerebral está interesada en el implica una comparación y la memoria adquiere importancia primor-
proceso que es producto de su unidad! «¿Dónde está vuestra alma; dial, sobre todo porque es la función mental que mecánicamente se
cuando el olfato le comunica olores que le agradan o la perturban, si explica con mayor facilidad: «· .. parece depender del hecho que las
no es en los estratos en :que los nervios olfativos tienen su origen? impresiones corpóreas del cerebro, que son huellas de ideas que se
¿Dónde está, cuando contempla con agrado un hermoso cielo, una bella subsiguen, sean vecinas; y que el alma no pueda descubrir una huella
perspectiva, si no es en los estratos ópticos? Para comprender es nece.,. o una idea, sin reclamarse de las otras que solícitamente la había~
sario que sea ubicada en el nacimiento del nervio auditivo, etc. Todo ·· acompañado>, porque «... una facultad del alma que consiste en las
prueba, pues, que aquel batiente con el cual habíamos parangonado modificaciones permanentes del movimiento de los espíritus animales,
al alma, para qarnos una idea sensible, se encuentra en muchos luga- excitados por las impresiones de los objetos que .han actuado vivamente
res del cerebro, en cuanto está realmente batido en más puertas. Pero o muy a menudo, sobre los sentidos: de manera que tales modificacio~
no pretendo decir ahora que existen muchas almas; probablemente, nes llevan al alma las mismas sensaciones o las mismas circunstancias
una sola basta con la extensión de esa sede medular que la experien- de lugar, de tiempo, etc., que las acompañaron en el momento cuando
cia nos ha impuesto acordarle; ésa basta, digo, para actuar, sentir y ella las recibió de parte de los órganos que sienten:i>.:?:i La imaginación
pensar, dentro de los límites en que eso le está permitido por los resulta la función esencial del psiquismo humano porque dirige sus
órganos.» 23 creaciones superiores, incluidas las científicas, y presenta diversas for-
La Mettrie es perfectamente consciente de la dificultad que plantea mas que se reducen en un contexto similar al de las demás facultades
al materialismo de la época el pasaje de los impulsos materiales a los en el ámbito de las sensaciones. Las pasiones se presentan para nues-
significados que caracterizan a la actividad mental; piedra de escán- tro autor como grados de la afectividad, y cree que los nervios tienen
dalo y refugio de los metafísicos, el problema se le presenta más allá e~ los procesos que las caracterizan importancia capital, así como los
de sus posibilidades concretas. Ni los datos científicos ni la metodolo- concomitantes orgánicos que se aplica en describir: «La cólera aumenta
gía de la época están a la altura de la cuestión, e, impotente para • todos los movimientos y, por consiguiente, la circulación de la san-
explicar, ironiza sobre la perspectiva creacionista, que, evidentemente, gre; lo cual hace que el cuerpo se vuelva caliente, rojo, tembloroso de
·si bien explica con «flatus voci», jamás llega a colmar el vacío de los improviso. listo para depositar secreciones que lo irritan, y sometido a
hechos: «¿Cómo podrían las fibras medulares formar el alma? ¿Y cómo hemorragias. De donde las frecuentes apoplejías, diarreas, cicatrices
concebir que la materia pueda sentir y pensar? Confieso que no lo que se abren, inflamaciones, ictericia y aumento de la transpiración.» 2(1
concibo; pero, aparte del hecho de que sería impío limitar la omnipo- Por último, la segunda parte del Tratado está dedicada a las activi-
tencia del Creador sosteniendo que no pudo hacer pensar a la mate- .dades psíquicas superiores, entre las que comprende la reflexión la
ria, Él que con ~a palabra hizo la luz, ¿debo tal vez desnudar a un libertad, la meditación, el juicio, etc., y acerca de las cuales procla~a,
ser de las propiedades que alcanzan mis sentidos, solamente porque la · como colofón, que:: «Sin sentidos no hay ideas. I Menos sentidos se
esencia de tal ser me es desconocida? En el cerebro no veo otra cosa tienen, menos ideas se poseen. I Poca educación, pocas ideas. / Sin
que materia; en su parte sensitiva, ninguna otra cosa que extensión: sensaciones recibidas, nada de ideas.
vivo, sano, bien equilibrado, esta víscera contiene en el origen de los >Tales principios son las consecuencias necesarias de todas las obser-
nervios un principio activo difuso en la sustancia medular; veo este vaciones y experiencias que son la base indestructible de esta obra.
principio, que siente y piensa, alterarse, adormecerse, extinguirse con Por consiguiente, el alma depende esencialmente de los órganos del
el cuerpo. ¡Qué digo! El alma duerme primero, su fuego se extingue a cuerpo, con los cuales se forma, crece, disminuye. Ergo participem leti
la par que las fibras, de las cuales parece hecha, se debilitan y caen •
1
quoque convenit esse.» 27 En definitiva y resumiendo, para Le Mettrie
una después de la otra. Si todo se explica a través de lo que la anato- la vida psíquica se explica por el volumen y estructura particular del
mía y la fisiología me revelan en la médula, ¿qué necesidad tengo de cerebro humano, con lo cual se adelanta en casi doscientos años a los
forjar un ser ideal? Si confundo al alma con los órganos corpóreos, modernos estudios sobre la actividad funcional de las estructuras cor-
<;sto significa, pues, que todos los fenómenos me coartan y que, por fo ticales: «... es evidente, cuando se observa la masa del cerebro del
demás, Dios no dio a mi alma ninguna idea de sí mismo, pero ·sólo 1• hombre, que esta víscera puede contener una multitud prodigiosa de
d discernimiento y la buena fe bastan para reconocerse en un espejo \ '. ideas, y por consiguiente requiere, para dar tales ideas, más signos que
1
22
338 ALBERTO L. MERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 339'

los animales. Precisamente en esto consiste toda la superioridad del miento armoniza con el idealismo y el espiritualismo. La experiencia
ª
hombre». 2 Sus palabras «precisamente en esto consiste toda la supe- tiene en su elucubración un papel accesorío y no acepta que el cono-·
rioridad del hqmbre», representan la mayor conquista de la biología y cimiento por medio de los sentidos pueda anteceder al conocimiento
son, a la vez, símbolos del valor de La Mettrie como iniciador de la racional. Cuando surge un conflicto entre la razón y los sentidos, debe·
verdadera antropología concreta de nuestros días. preferirse a la primera: «El juicio de la verdad y la norma para dis-
La Encyclopédie es la gran empresa intelectual del siglo xvm. El cernir no pertenecen a los sentidos, sino al espíritus noin est verita.tis
primer volumen apareció el 1. 0 de julio de 1751, bajo la dirección de judicium in sen.sibus. Esa certidumbre que pueden proporcionar los
Diderot y con un «Discurso preliminar» del matemático JEAN LE RONDE sentidos no se extiende muy lejos, y hay muchas cosas que cree uno·
o'ALEMBERT (1717-1783), que fuera su codirector hasta 1759. El objetivo saber por su intermediario y de las que no se tiene plena seguridad.
aparente era realizar un inventario completo del saber de la época: Por tanto, cuando el testimonio de los sentidos contradice o no hace
ciencías del hombre, matemáticas, física, química, botánicá, mineralo- contrapeso a la autoridad de la razón, no se plantea el problema de si
gía, astronomía, biología, etc., pero la realidad de los hechos la con- se debe optar: en buena lógica, hay que atenerse a la razón.» 29 Tal
virtió, por encima de las discordancias de opiniones de los conflictos e es la enseñanza que Diderot había recibido y que buscó en las obras
intereses propios de la época, en la representación de un espíritu pro- de los racionalistas ortodoxos, discípulos de Descartes. Así escribfa
gresivo y positivo que tiende a sustituir las teorías teológicas y meta- Diderot, todavía en 1746, cuando publica los Pensamientos filosóficos;
físicas tradicionales por una doctrina del hombre rehabilitado como y permanecía en el terreno del platonismo.
ser carnal, libre de las prohibiciones religiosas, del pecado original y Pero en ese mismo año aparece el Ensayo sobre el origen de l0s0
de la sujeción monárquica. En suma, se trata de una obra iniciada con conocimientos humanos, de Condillac, que, a su vez, centra poderosa-
espíritu científico, pensada con interés renovador, y que se transforma mente la atención en Locke, que ya se conocía en Francia, pero que
.en bandera de la revolución social y encarna en sus realizadores, comienza a ser interpretado bajo una nueva luz. El materialismo de
encabezados por Diderot, la esperanza de un mundo mejor y la indig- Diderot pasa de este modo por el sensualismo de Locke y desemboca
nación por la deshumanización a que llevaban los abusos de la época. directamente en el problema gnoseológico. En efecto, si es cierto que la
Es corriente afirmar que la Enciclopedia anuncia y prepara en gran razón impone su voluntad a los sentidos, por lo mismo tendrá que
parte la revolución social burguesa; en verdad, ya es la revolución en imponerla al mundo de los objetos, pues no puede dejarlos de lado.
marcha, y cuando la Convención proclama los Derechos del hombre y En tal caso, ¿son posibles las acciones del hombre? ¿Qué sucedería en
del ciudadano, pone el colofón a la gran empresa de los Diderot, los la práctica si el hombre construyera el mundo tal como lo dibuja la
d'Alembert, los Helvetius, los Holbach. reflexión abstracta, en vez de concebirlo como lo presentan las impre-
DENIS DIDEROT (1713-1784) es el auténtico animador de este mo- siones y las sensaciones exteriores? ¿E.s posible permanecer dentro de
vimiento. Nacido en la Francia prerrevolucionaria del siglo xvm, crece un círculo y contentarse con percibir las propias impresiones? Sin
y lucha junto con la burguesía que aspira a un puesto en la sociedad, duda, comprende Diderot, el problema debe plantearse con mayor pro-
y por así decirlo la encabeza formulando sus diferentes conceptos, sus . fundidad: ¿cuál es el origen de esas impresiones? ¿Qué hay detrás de
actitudes y sus ideales, que expone en sus trabajos, ya sean cientí- ellas? ¿Dónde está su causa si no radica en nosotros? En efecto, Di-
ficos, literarios o artísticos. Sin duda, más que un investigador, un derot ha vislumbrado que nuestro saber de.riva de las sensaciones: en
escritor o un artista, fue un auténtico jefe ideológico, el espejo de su ellas está su principio, y concluye que la aptitud de imaginar es senci-
época, porque, al luchar en el frente ideológico en las primeras filas llamente la aptitud de recordar y de reunir las impresiones. Así, si
de la burguesía, vituperó y creó, pero sobre todo encarnó la cultura. un ciego so recuerda y combina los puntos palpables, y la persona que
con el más amplio sentido que la expresión tenía entonces. El problema ve, los puntos visuales y los colores, ésta es la única diferencia entre
religioso absorbe en sus primeros años a Diderot, que no se preocupa ambos, pues unos y otros reciben sus conocimientos de las impresiones
por la teoría del conocimiento, de la que ineludiblemente y como su- que, a pesar de su distinción cualitativa, les permiten comprenderse y
cediera a Locke, a Hume, a Condillac, se deriva en los prpblemas de revelan, de ese modo, por su propia correspondencia, la realidad de los
la antropología concreta que hoy denominamos psicología. Como no se objetos, exteriores pero idénticos. Cuando el ciego trata de resolver
ha liberado del deísmo que infecciona a los pensadores de la época, el problema del conocimiento se encuentra en circunstancias más favo-
no se preocupa por el mundo exterior y se muestra atento a la «luz rables que los videntes. Puede comprender mejor la fuente del saber.
interior», o sea a la luz de la razón. Racionalista a ultranza, su pensa- «Si por ventura un filósofo ciego y sordo de nacimiento construyera
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 341
ALBERTO L. MERAN!
340
e m~do ob3etivo y reconoce
derot csale de sí mismo>,ª~ se coloca 1 . .
un hombre, como el que hizo Descartes, me atrevo a aseguraros, se- la materia como sostén y cau d :
ñora, que colocaría el alma en la extremidad de los dedos, pues de cimiento resulta posible en la
clinado a las le del b"
s:i e
~da sensaciones,. de donde el cono-
en que el su3eto se halla subor-
allí proceden sus principales sensaciones y todos sus conocimientos.
¿Y quién le avisaría que su cabeza es la sede de sus pensamientos?> 111 del ser, puestoy~~e eseº ;:t~ e~~e la r~flexión depende de las leyes
Para Diderot, y es la gran consecuencia de sus observaciones, el hombre se percibe un árbol sin . Y ~e inventa la palabra árbol. No
mismo tiem ~ue se percib~ inmediata y constantemente al
privado de los órganos de los sentidos, despojado de cualquier impre-
sión, deja de ser hombre, aunque su cráneo contenga aún un cerebro. ces>.SGCom~º~=!;á 1;>;~~r~::~· ~a cort~za, nudos, un tronco,~aí­
No posee ni nunca poseerá conocimientos: le hacen falta los resquicios No existe impresión sin causa e~te~~:::. l~s arboles no ~abría ár,boles.>
por donde pudiera penetrar. Carecerá, pues, de saber; las. faculta- ducen de esta posición materialista son ~s co~se:u~cias que se de-
des del alma, y con ellas la propia alma, desaparecerán. En 1751, abarcarlas todas y sin duda l , . infinitas, Diderot no puede
Diderot ya está convencido de la verdad del sensualismo, pero no trata por el siglo venid~o, pero ;n ª: :n~~ impo7ntes ~erán desarrolladas
de proveer a su chombre> de sentidos sucesivos, como hará Condillac y la antropología concreta 'el p : a~ionru:in a teor1a del conocimiento
tres años después y del cual discrepa, pues sabe que es mera ficción. el materialismo de Di"derot' d a o un - ental ha sido dado. Aunql,le
, e sus companeros di , 1
Sin embargo, no deja de acariciar una canatomía metafísica> muy se-
mejante e imagina una tertulia de cinco personas, ccada una de las
cuales sólo poseyera un sentido>. cEs indudable que esas personas se
el adjetivo de cingenuo>, la verdad e
catarse él mismo, como se deduce d: D' y con scipu os x:ierezca
(u~ iderot, y a veces sin. per-
salto heurístico sin precedentes en la a :ct~a de sus obras, dio un
tratarían mutuamente de locas ... » Mas esas personas cpodrían ser todas sujeto cognoscente y los objetos cono .d historia ~el conocimiento: el
geómetras y comprenderse a las mil maravillas, pero sólo en cuanto a es el objeto, pero existe un sujeto-o~~ e~s se ~o unden. El sujeto no
ª
geometría se refiere>. 2 Así, Diderot acepta poco a poco el sensualismo. cognoscente es a la vez un eleme t ~ ~· ~. inversamente. El sujeto
Define con arte cada uno de los sentidos; asienta, por ejemplo, que el salir de sí mismo, al franquear su~ o e .º Jeto conocido, porque al
ojo es el más superficial de todos; el gusto, el más supersticioso e de su naturaleza uesto u sensaciones, no supera los límites
inconstante; el tacto, el más profundo y el más filósofo. Nada hay en terminología act~:i diri'amqose pertelnece a la naturaleza del objeto. Con
que a sensación lig8 1 . .
el calma> cuando nada hay en los sentidos. ·No hay conciencia cuando e1 ser; separa al sujeto del ob. t a a conciencia con
no hay impresiones; ni. siquiera hay intetect.o, ya que éste ces el alma es objeto, y al mismo tiem 1Je o~ en ~ medida en que el sujeto no
1
en cuanto concibe>, como afirma en el artículo clntelecto>, de la Enci- del sensualismo, que la s~~sa~~ó::~id~ot fª d~scu~iert?, más allá
clopedia. Para el Diderot de mediados del siglo xvm, el hombre no mundo exterior, Y que en tal armoní o~iza a vida interior con el
pasaría de ser un animal torpe, un autómata, una máquina en mo- samiento se oponen· el ser . 1 a ra~ca el saber. El ser y el pen-.
.b ' :Y e pensamiento se confund s d
vimiento, si la práctica y el uso de sus sentidos no desarrollaran su atr~tos de una misma sustanc·a d , . en. on os
di ectica de nuestros días i ' ~o ra afirmar la psicología genética
alma.
Ahora se trata de demostrar la existencia del mundo exterior. Hasta D' derot de .los últimos añds pero e concepto ya está implícito en el
este momento, Diderot piensa dentro de los límites del fenomenismo, La importancia del pens~miento de D'd .
que pronto abandonará para adoptar firmemente el materialismo, porque psicología es fundamental Se tr t d i erot para la historia de. la
la multiplicidad de las sensaciones que nos asedian penetran en nues- cología, que no se ocupó .directaª a te un pensador que no hizo .psi-
tra conciencia sin resistencia y sin esfuerzo; su acción es poderosa y cuya investigación en el campo ;-e~ e de anto?ología concreta, pero
continua: cTodo ~llo produce en nosotros una invencible tendencia a abrieron, de una manera u otr e ª lgno~eo ogia, Y sus conclusiones,
cerciorarnos de la existencia de los objetos con los que relacionamos negación, el camino de la tran~f:r:ac~' via de la ~rma;ión o de la
nuestras sensaciones y que nos parecen ser causa de ellas.> 33 Final- experimental tal como la entendiera eloni ~e la psic~log1a en ciencia
mente, Diderot, con estas palabras que datai;i de 1782, superó las difi- presentante típico del siglo d 1 1 s f
0
XIX. Diderot es un re-
geniales que otros desarrolla ~ as uces, e hombre de las intuiciones
.cultades que le oponía el sensualismo ortodoxo. Sus compañeros de
la Enciclopedia, y amigos, d' Alembert y Condillac podrían haber fir- Y de la cultura señala de un:an, y su fU:º
por la historia del saber
mado esas proposiciones. Los tres admiten la existencia del mundo apreciación del fenómeno h vez p~r o. as un nuevo concepto en la
exterior como causa de las sensaciones. Pero d'Alembert es escéptico logia, pero ésta le debe muc~~no. ~petrmos, no se ocupó de psico-
en relación con todo lo que rebasa el límite de las matemáticas, y que lo antecedieron y precedie= : ª \ qte a cenptenares de psicólogos
. e iempo. ero no puede aban-
Condillac se revela incapaz de ir más allá del fenomenismo. Sólo Pi-
.342 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 343

donarse la historia de este momento excepcional del pensamiento sin de Heese y de Léande (1725-1789), que, nacido en el Palatinado, pasó
recordar dos contemporáneos y amigos de Diderot, cuyo modo de pen- en París casi toda su vida. Fue amigo, anfitrión y protector de los
sar era común e~ los lineamentos generales: Helvetius y Holbach, los enciclopedistas, que reunió en su palacio de la calle Saint-Roch; co-
que intentaron sistematizar su concepción del hombre, en oposición a laboró en los artículos de química de la Enciclopedia y publicó, espe-
Diderot, en el que predomina el sentido de la complejidad del mundo. . cialmente a partir de 1776, gran número de artículos antirreligiosos. La
CLAUDE-ADRIEN liELVETIUS (1715-1771) pertenecía a una familia de mé- mejor tesis de materialismo francés del siglo de las luces aparece en
dicos de origen alemán, de los que su abuelo fue el primero que se el Systém.e de la Nature de Holbach, publicado en Londres en 1774;
estableció en Francia. Durante su vida publicó una sola obra, De !'esprit, tiene sus antecedentes en el pensamiento de los jónicos (vid. parte pri-
que fuera directamente condenada por sus tesis materialistas; su libro mera, capítulo primero), y que expresa así: «El movimiento es un modo
De Z'homme apareció un año después de ¡;u muerte, en 1772. Helvetius de ser necesariamente derivado de la esencia de la materia.» 37 Repu-
intenta fundar, asentado en el determinismo del mundo físico, una psi- dia a los físicos que a la manera de Descartes consideran a los cuerpos
cología y una moral experimentales, y el problema que plantea es el ' como inertes y han preferido para explicar su caída una causa exte-
siguiente: En el espíritu, todo procede de la sensibilidad física; pero, rior imaginaria, sin pensar en atribuirles una fuerza interna. Insiste
por una parte, la sensibilidad física es idéntica en todos los hombres e contra el error cartesiano de la homogeneidad de la materia, de donde
inclusive en muchos animales, y, por.otra, vemos que hay gran diver- deriva su razón para demostrar la inexistencia de Dios y contra toda
sidad de espíritus y que se diferencian como regla de nuestras accio- religión. En este sentido, el resto de la obra de Holbach es el proceso
nes. Mas, ¿cómo puede nacer de una misma fuente tal diversidad? Hel- de la elaboración de una moral autónoma, independiente de las reli-
vetius la deriva de la mayor o menor capacidad de atención y de su giones positivas, ya que también el hombre es una mezcla de materia,
orientación que elige los objetos a los cuales se dirige. Esta capacidad «Cuyo ajuste se llama organización y cuya esencia es sentir, pensar
la relaciona con la pasión, pues «cuando uno deja de ser apasionado, y obrar». Holbach, que derivó fundamentalmente su materialismo hacia
se vuelve estúpido». La pasión, por su parte, se refiere a la búsqueda el campo de la ética, se mantiene, frente al hombre concreto, en la
del placer y al alejamiento del dolor, o sea a la sensibilidad física, que misma tesitura que Diderot y Helvetius; hay divergencias entre los
así viene a ser el origen de la diversidad de los espíritus. De aquí tres, pero lo más interesante es el carácter común que aparece en el
que «la sensibilidad física sea el principio de sus necesidades, de sus planteamiento del fenómeno humano: se trata de establecer que el
ideas, de sus juicios, de su voluntad, de sus acciones»... porque «un • hombre es naturaleza, que la naturaleza es materia y que las leyes
principio de vida anima al hombre. Este principio es la sensibilidad del espíritu son las leyes de la materia que lo estructura.
física. ¿Qué produce en él tal sensibilidad? Un sentimiento de amor
por el placer y de odio por el dolor: de estos dos sentimientos reunidos
en el hombre y siempre presentes en su espíritu se forma lo que en
él se llama sentimiento del amor por sí mismo. Este amor .por sí
mismo produce el deseo de la felicidad; el deseo de 'la felicidad, el del NOTAS
poder, y este último da a su vez origen a la envidia, a la avaricia, a las
ambiciones, y generalmente a todas las pasiones ficticias, que bajo l. Diderot, «Réfutation», en Oeuvres, t. II.
nombres diversos se reducen en nosotros a un. amor del poder enmas- 2. Vid. la nota 1 de la página 319.
3. Emmanuel Kant, Kritik der reinen Vernunft, 1781
carado y aplicado a las diversas maneras de procurárselo».ª6 El espí- 4. Cf. I. K. Luppol, Diderot, México, 1940.
ritu está, pues, vertido hacia afuera; todo depende de las condiciones 5. Naigeon, Mémoires historiques et philosophiques sur M. Diderot, Pa-
externas, de que la educación no encuentre ninguna resistencia y ris, 1821.
pueda formar los espíritus a su gusto. El Tratado del hombre, casi 6. La expresión «deísta» fue creada por Shaftesbury para evitar confusio-
nes en el uso de «teísta». «Deísta es el que cree en Dios pero niega cualquier
íntegramente dedicado a demostrar el poder de la instrucción y en gran revelación; el teísta es, al contrario, aquel que está dispuesto a aceptar la reve-
parte contra Rousseau, afirma que las pasiones del hombre dependen lación y que admite la existencia de un DioS», Shaftesbury, I~quiry concerning
en algún modo de la naturaleza y organización fisiológica, pero las cree virtue and merit, i745.
debidas a las circunstancias de su educación, o sea al sistema que les 7. D'Alembert, «Discurso preliminar» de la Encyclopédie.
8. La más completa edición de sus trabajos es: Berkeley, Works, including
ha sido aplicado. many of this writings hitherto unpublished, with prefaces and annotations, life
Del mismo consenso materialista es PAUL THIRY D'HOLBACH, barón and letters and account of his phitosophy, por A. Campbell Fraser, 4 vols., Lon-
ALBERTO L. M.ERANI
344
don, 1871,. Y Oxford, 1901. Cuando citan;.os el ~ea¡~; utilizamos la edición bi-
lingüe inglés-f:ancés, i!ublicada por Aub1er, rs:~culfy in the sciences, with the
9. cWherem ~e. chief ca~ses of
grounds of sce~tic~sm, atheism, and
err:.: ion, are inquired into:t (Dondfi! ae
g de dificultad en las ciencias, 11 loa
investiga las pnncipales causas de enor 11 d ,_ . l' "n)
. . d l teísmo 11 e ... irre igw .
fu.ndamentos del escepticismo, e ª 't
10. «Commonplace Book>, en Works, Loe. c1 .
11. En Works, Loe. cikt. T ·- d 1827 Y las sucesivas ediciones de 1836, 1856, CAPÍTULO 3
12 David Hume, Wor s, J.Nn on, • .
1874 .Y 1882, son la mejor recopilación de sus trabajos. .
treatise of human nature», en Works, Loe. c1~. . .
i!·
1s'
~ H Hoffding Geschichte der neuren Philos~phie, Lips:ia, 18i~s1
«Ei
~tema de Epicuro>, en Oeu.vres philosophiqu.es, ~n .;n•. 19ÍO
LA FILOSOFfA DEL ESPfRITU Y LA Fil..OSOFíA CRiTICA

. A Lan e 'Histoire du matérialisme, trad. Pommere'


16. F. . ,
:u-is,
g '·i:-•~alI''e» en. Oeuvres philosophiques, Loe. cit.
.
17. cD1seours preuuuu • l. La reacci6n al materialismo: evoluci6n espiritualista del si-
18. Ibídem. glo XVIII. - Es a mediados del siglo xvm cuando se afirman y desarro-
20. Ibídem.
19. «Traité de l'áme», en Oeutn'es P h'l h'
t osop iques,
Loe cit
. , llan las principales ideas de la Ilustración. Se suceden las polémicas
y campañas violentas que trascienden al núcleo restringido de los eru-
21. Ibídenl.
22. Ibídem. ditos, y las ideas renovadoras alcanzan el dominio público y provocan
23. Ibídem. la reacción del Estado y de la Iglesia. Es el período cuando Hume,
24. Ibídem. Montesquieu, Condillac, Diderot, d'Alembert, Voltaire, Rousseau, Adam
25. Ibídem. Smith y Buffon publican sus principales obras, y el embate contra los
26. Ibídem.
27. ·Ibídem. «Prejuicios» cobra visos de herejía. En efecto, es imposible atacar las
28. Ibídem. Iet d Assézat 20 vols. Pa- instituciones antiguas, el ordenamiento social, político, religioso y cultu-
29. «Pensées philosophiqueS», en Oeuvres comp es, e . • ' ral sin tocar los poderes establecidos y los intereses creados. La filo-
ris,3~~7~i:~e sur les aveugles:t, en Oeuvres completes, Loe. cit. sofía como herencia escolástica, la ciencia como representación de ca-
pillas de eruditos, que fueran abandonadas por el Renacimiento, habían
•31. ~=- sur les sourdmuetteS», en Oeuvres completes~ Loe. cit. . sido nuevamente adoptadas por el siglo xvm, y ahora, dentro del espí-
~: «Apologie de ~·~bbé
de Pr~d~, .~~i:;vr:~ ~;~!e!~~~;,c~ma, 1954. ritu de renovación, se buscaba más claridad, más sencillez y, sobre
34. Lenin, «Materialismo e emp11'1ocri ' l't Loe cit todo, se procuraba centrar los temas del pensamiento en torno de la
35. «Éléments de fisiologie», en OOeu.vres c~mpise
36 Helvetius «De l'homme>, en euvres, ar '
;;92
..
U~a edición moderna Y
. 1911 naturaleza humana como fenómeno desligado de la creación. La obra
útil ~s la Choix' de textes et introduction, por J. B. Severac, Pans, . de los materialistas franceses, con La Mettrie a la cabeza, con Diderot
37. Systeme de la na.tu.re, London, 1774. como impulsador de la Enciclopedia, con Helvetius y Holbach como di-
vulgadores, abre profundos surcos en la cosmovisión del siglo. Ya no
se trata de discutir problemas planteados desde siempre y argumentar
sobre detalles; se abandona la técnica escolástica revivida por el siglo
anterior y se invierten los factores del conocimiento. Desde Platón, la
gnoseología clásica partía desde lo alto para descender al hombre. Dios
· era la causa primera, y de Dios a través de sus creaciones se llegaba
al mundo y a sus problemas. La crítica agudá y sarcástica contra el
. deísmo, aunque se disfrazara en Voltaire y Rousseau con aditamentos
teístas, revelaba en todo momento la irrupción de un materialismo
que, orgulloso, se proclamaba heredero de la mejor txadición jónica.
'El siglo de las luces, con sus representantes conglomerados en París,
abandona los temas inaccesibles y oscuros, las discusiones metáficas
: y teocéntricas, para centrarse en los problemas concernientes al hom-
346 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 347
bre y su felicidad. Sin duda es un momento cuando todas las ilusiones gía moderada que no niega el progreso pero a la que asustan los cam-
antropocéntricas afloran con fuerza, tanto las enraizadas en el con- bios bruscos en su nombre, que aspira a transformacic°nes pero si-
cepto de materia como en el de espíritu. La antropología concreta se guiendo las vías de la evolución y rechazando horrorizada la rup-
vuelve nudo g~rdiano y el siglo XVIII psicologiza con la misma natura- tura histórica de la revolución. No son reaccionarios con el sentido
lidad que monsieur Jourdain hacía prosa sin saberlo. Aunque de hecho, conservador del término, pero tampoco son revolucionarios y propug-
y considerado superficialmente, el fenómeno parezca artificial, nada de nan un equilibrio medio. Retornarán las consecuencias extremas del
eso hay en la transformación que se opera: la filosofía es a la vez causa sensualismo a la integración espiritualista de un Locke, y junto a un
y resultado del gran movimiento social que expresa, y la psicología, La Mettrie aparecerá un Condillac, junto a un Diderot surgirá un
instrumento nuevo que se procura adaptar. La revolución social bur- Wolff, y la superación crítica estará representada por Emmanuel Kant.
guesa está en las conciencias; los pensadores del siglo xvnI pertenecen De este modo, sin grandes diferencias aparentes, a menudo a través
en su mayoría al tercer estado, a esa clase cuyo movimiento ascen- de relaciones amistosas como las de Condillac y Diderot, de homena-
dente, comenzado desde mucho antes, alcanza ahora su punto más ele- jes a la Revolución como los de Kant y Goethe, se erigen los funda-
vado. Árbitros de los negocios, manejando los ministerios más impor- mentos de la ideología que, estructurada en el siglo XVIII, servirá de
tantes, los burgueses imponen sus puntos de vista y sus ideas. Deseosa excusa al Imperio napoleónico y a la Santa Alianza. Sus representantes
de resultados prácticos, poco dada a la especulación, esa burguesía más conspicuos, menos Kant, psicologizarán como fuera propio del
aplaude a los filósofos que abandonan los sistemas en el afán de ser siglo de Jas luces, pero su antropología concreta representará un re-
útiles y conceden a la práctica un papel que jamás tuvo en la historia. ' torno al espiritualismo y tenderá a dar de nuevo al hombre un puesto
No obstante, esa misma burguesía, que llevará las ideas renovadoras en la Creación. Su tesitura es idealista y sus propósitos antropológicos
del siglo a su mayor· exaltación con la Revolución francesa, se detiene enmarcarán a toda la psicología del siglo XIX.
aterrada por la fuerza y alcance de los hechos, y las entierra solem-
nemente con el XVIII Brumario. La toma de la Bastilla, Babeuf y la 2. El espiritualismo de Condillac. - El abate ÉTIENNE BoNNOT DE
revolución de los iguales son la consecuencia y el reflejo popular del CoNDILLAC (1714-1778) nació en Grenoble, Francia, en el seno de una
espíritu del siglo, representan hechos que concretan sobre el plano de familia de magistrados. Destinado desde niño al sacerdocio, entró en el
la realidad social y humana la prédica de los filósofos de las luces, seminario de Saint-Sulpice, de donde regresó en 1740. Renunció pos-
sober todo de aquellos que se adhieren al materialismo. Pero el ajusti- teriormente a la actividad sacerdotal y vivió en París donde frecuentó
ciamiento de Babeuf y de sus secuaces, el «Petit caporal» transformado a los enéiclopedistas. Aunque su pensamiento recono~e en alguna me-
en triunviro primero, emperador después, son la negación burguesa de dida el espíritu del siglo de las luces, sobre todo porque se afirma en la
los ideales que ayudó a construir. observación y ·en la experiencia para fundamentar el conocimiento
En esa mitad del siglo que tantos cambios preanuncia aparece tam- antropológico, entiende que su función primordial es la defensa de
bién en primer plano una especie de filósofo de formación clásica que, los dogmas católicos. De esta manera, aunque reconozca el carácter
compartiendo los ideales de la burguesía, se atiene a los valores tradi- primario y único de la sensaciones, antepone una reserva metafísica:
cionales en procurando adaptarlos a las necesidades del tercer estado. los sentidos únicamente son fuente ocasional del conocimiento hu-
Afirmados en la tradición idealista, abrumados por un materialismo mano, y el alma, antes del pecado original, podía conocer sin su con-
que reduce a su última expresión la aspiración de erigir en clase do- curso. En resumidas cuentas, Condillac reconoce los sentidos como
minante a su grupo de extracción social, recelosos frente a las conse- fuente del conocimiento debida a la incompletud humana provocada
cuencias prácticas que puedan derivar de la «naturalización» del hom- por la caída. El alma sería la razón primera de cualquier conocimiento
bre, prefieren acantonarse en un espiritualismo de nuevo cuño, que sin Y su inmortalidad estaría asegurada por Dios, que la provee de instru-
negar los progresos de la gnoseología separada definitivamente de la mentos que escapan a nuestro intelecto. En 1746 publicó el Essai sur
metafísica, más aún, adoptándolos, salve a Dios y a la Creación. Com- l'origine des connaissances humaines, de sus obras 1 la que más direc-
prenden que su clase está llamada a sustituir a la nobleza y al clero tamente nos atañe aquí y en la que desarrolla la tesis que acabamos
en los poderes del Estado, pero al mismo tiempo recelan d-e la capaci- de exponer.
dad que demuestra para gobernar sin el apoyo eclesiástico. De este Condillac parte de la crítica de las doctrinas racionalistas del si-
modo. paralelamente con la ideología materialista se desarrolla durante glo XVII, a las que acusa de apoyarse en la «razón» como en un con-
el siglo de las luces en Francia, y sobre todo en Alemania, una ideolo- junto de axiomas, sin que dato alguno vaya más allá de ella. Encuen-
ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 349
348
t.ra que esta razón se ha formado en nosotros antes de cualquier re~e­ conocimiento ~umano se explica a través de la objetivación de las
xión, pues «cuando comenzamos a reflexiona; ?º comprendemos com~ impresiones recogidas por los sentidos, y la objetivación por medio
han podido entrar en nosotros las ideas y max1mas que dentro encon, de maneras de ser puramente subjetivas. Se trata, en reswnidas cuentas
tramos> 2 y sin percatarnos realmente de qué se trata, les da~os eL y como afirma en el Traité des sensations, 7 de mostrar siempre que
nombre' de' razón, de luz natural, de principios ,i~natos. ~sos filosofas una operación psicológica, por compleja que sea, es siempre asimila-
no suponen que hay ideas que son obra del esp;r1tu, º: si lo suponen, ble a una operación más simple, y esta última, a una más simple toda-
son incapaces de encontrar su génesis. De aqu1 que, ignorando ~que vía. Tanto es así que Condillac termina por encontrar en el intelecto
nuestros errores proceden de que nuestras ideas han sido mal hec as>, una operación psicológica, por compleja que sea, es siempre asimila-
' i·co· medio de corregirlas es rehaciéndolas>. Este la conciencia nos da conocimiento de nuestras percepciones «como refi-
no sepamos «que el un · .
ataque preliminar se refiere tanto a Locke como a Descartes, ~ues SI riéndose, a pesar de su variedad y sucesión, a un ser que es continua-
bien Condillac es~á de acuerdo con Locke en u? P1;1?to e~encial:. la mente el mismo en nosotros>.ª
existencia de ideas compuestas formadas por combma~ion de ideas Sllll- Estas reflexiones llevan a Condillac a un punto de vista completa-
ples, le reprocha cque tan pronto ·el alma recibe las i~eas por los. sen- mente opuesto al de sus contemporáneos materialistas, pues considera
tidos, pueda a voluntad repetirlas, componerlas y m1rB;1"las, ?aciendo que la sensación, elemento originario de las facultades mentales, se
con ellas toda clase de nociones compuestas, pues,. ·en la mfanc1a, cons- ubica en el orden del espíritu, que es completamente diverso al orden
tantemente experimentamos sensaciones mucho tiempo antes. de sacar material. La decisión es brusca inclusive dentro de la secuencia de sus
de ellas ideas».ª No obstante, discípulo al fin di; Locke, Co~d~l~ac pro- razonamientos, porque· tropieza con el problema del psiquismo animal.
cura mantenerse en el terreno de la descripcion Y del ~ahsIS, ~~ro, Pero la dificultad no lo amilana, pues también lo ubica en el orden
afirmando contra el materialismo lo esencial de la doctrJlla católica, espiritual. En el Traité de.s animaux 9 muestra qué mecanismos simi-
termina por proponer como único objetivo el estudio del alr;1~ en su lares a los humanos los llevan a una vida psíquica rudimentaria, que
unión con el cuerpo, pues considera que este es~~o es el u~ico que la memoria y sus juicios son sumarios, pero, en fin de cÚentas, son
la experiencia puede alcanzar. Influido por la fis1ca newtomana, en memoria y juicios y, por limitados que resulten, superan las restric-
cuanto se esfuerza por descubrir para el espíritu un equivalente de la dones de la materia. Más aún, un cierto lenguaje existe entre los
ley de la gravitación del mundo físico, Coi;dillac pone c?~º problema animales, aunque rudimentario y limitado a necesidades simples. Por
antral del Essai el del lenguaje en relacion con el esp1ntu, Y por lo consiguiente, no encuentra heterogeneidad radical entre instinto animal
c ismo como hará después en su Lengua del cálculo,4 se propone no y razón humana, y menos que la aparición del lenguaje signifique ·una
m
admitir• previamente nmguna. defin"1c10n,
·' ·
nmguna . m áxima: sino
. hacer ruptura de continuidad. La diferencia está en que el lenguaje humano,
nacer todas las verdades de la operación del cálculo. Aqm se nos pre- desarrollado con posibilidades infinitas, permite al hombre elevarse
senta menos alejado de lo que podría supo~erse del. ;>escartes que hasta Dios. Se trata de un lenguaje superior que es una y misma cosa
tanto ataca del Descartes de las Regu.lae, quien tambien buscab~ en •:on el pensamiento reflexivo. Y de este modo, dentro del ·sistema de
las propied~des de las cnaturalezas simples> la razón de sus combma- Condillac, el lenguaje adquiere sentido particular. En efecto, las sen-
ciones en naturalezas coi:npuestas. Pero el simple. de Coi;dil~ac es muy saciones contienen todas nuestras facultades, y el empleo de signos
diferente del simple cartesiano; se trata «de las ideas mas sunples qi:e :.-el lenguaje- las extiende, de manera que entre análisis y lenguaje
los sentidos nos transmiten>,11 especie de ma~eria i:°erte para el e~i,. descubre una identidad profunda que sintetiza afirmando que la única
ritu que las combinará. Para Condillac, ~a idea sunple, con el si::, '.manera de desarrollar el primero es desarrollando el segundo. Es así
fijo unido a ella -su naturaleza in~erna importa tan ~?co quetalu ue como la cuestión de una «lengua bien hecha> ocupa fundamentalmente
ver azul lo que otros ven verde, sm que haya confusion con 1 q t . · el interés de Condillac, que concreta y explica en su Logique io y en
convengamos en llamar verde al color de los prados-, es ~ e. em~~' Le langage du calcul,11 donde concluye que, por ser una ciencia una
que, por su naturaleza e independientemente de la e:ci>enencia Y ' ~engua bien hecha, esta lengua es la matemática misma. Aquí está
uso, no convoca ni exige enlace alguno con tal o cual idea, porq~e cno:, implícita una dirección espiritual que a principios del siglo XIX desarro-
hay nada que pueda ayudamos a reflexionan, ya que todo consiste .en. llarán especialmente en Francia e Italia los llamados ideéslogos y que,
csaber formar estos enlaces conforme al objeto propuesto y a las dc1f,;, de una manera u otra, encontramos en las fuentes del empirismo ló-
cunstancias en que se encuentre>.~ Para eso, naturalmente, se e .· ' o del Círculo de Viena, ~n nuestro siglo, y en la lógica simbólica de
multiplicar los puntos de unión con el mundo exterior, o sea . estros días. Condillac creía que era más difícil aplicar el análisis a
350 ALBERTO L. MERAN! lllSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 351
la metafísica; que para él significaba teoría del espíritu, que a la mate- . entre lo físico y lo nwral del hom.bre. El contenido de estas «me-
mática, y que la insuficiencia provenía de «la naturaleza de nuestros·. : ?llOrias», sobre todo de las seis primeras, refleja claramente un sentir
idiomas, que, para cualquier otra cosa que no sean los números, nos • propio de la época: constituir ciencias morales que, con la mismas cer-
dan nociones mal determinadas».12 El gran esfuerzo reflexivo de Con.. . tidumbre de las ciencias físicas, proporcionen base suficiente para una
dilla:c, y que no alcanzó a llevar a sus verdaderos niveles, fue en rela• moral independiente del dogma y que tuviese como finalidad la feli-
ción que el yo. Su teoría presenta ambigüedades con respecto a su na- cidad individual considerada como indisolublemente unida con la fe-
turaleza, espiritual u orgánica, y al destacar de manera casi exclusiva .· licidad colectiva. Cabanis comienza por destacar que el hábito del si-
las sensaciones en sus relaciones con los objetos, deja en cierta ma- glo XVIII, sobre todo de Helvetius y de Condillac, ambos demasiado
nera al núcleo de su espiritualismo un poco a la deriva, o sea que no ignorantes de fisiología, de separar el estudio de las facultades huma-
da cuenta de la capacidad de reflexión y de retorno sobre uno mismo ' nas de sus relaciones con el cuerpo vivo, cierra la puerta a la posibili-
que posteriormente Maine de Biran se empeñará en poner de relieve . dad de cualquier certeza en la materia. Su problema es conferir al
con plena autonomía de las condiciones fisiológicas. En suma, Condillac análisis la seguridad que le falta y que logrará, piensa, en su unión
espiritualista se queda a mitad de camino, ligado como está su pen- con la fisiología. Pero, lejos de ser esto una concesión al materialismo,
samiento psicológico originario a los determinismos materialistas de representa para él una solución metafísica, que defiende al afirmar, en
la época, y cuya elucidación será el empeño de Cabanis. el «Prólogo» de su Relación: «Alguien parece temer que esta obra
tenga como fin o efecto el trastornar ciertas doctrinas y sustituirlas
3. Los ideólogos y la psicofisiología de Cabanis. - La ideología es por otras relativas a la naturaleza de las causas primeras ... El lector
un movimiento filosófico nacido de Condillac, y cuya edad de oro co- verá frecuentemente e~ el curso de esta obra que miramos estas causas
mienza en las postrimerías del siglo xvm, o más precisamente en 1795 como colocadas fuera del alcance de nuestras investigaciones y como
con la fundación del Jnstitute de France, cuya segunda escuela es la definitivamente alejadas de los medios de investigación que el hombre
Academia de Ciencias Morales y Políticas. La Academia comprende a · recibe con la vida.» Cabanis, por lo demás, está de acuerdo con todos los
todo el grupo de los condillacianos, partidarios de Napoleón y que sim- que han visto en la sensibilidad física la fuente de las ideas y de
patizan con el golpe de estado del 18 de Brumario, tanto que varios los hábitos ·humanos, y de aquí que admita como único principio de los
de ellos se convierten en senadores o tribunos. Posteriormente, algu- fenómenos la facultad de sentir, que considera coi:no dato inicial: «Nos
nos ideólogos se oponen a Napoleón, y en 1803 la Academia de Cien- formamos, ideas sobre los objetos únicamente gracias a los fenómenos
cias Morales es suprimida como represalia. En cuanto al contenido observables que ésos nos presentan: su naturaleza, o su esencia, sólo
filosófico de sus doctrinas, ocupan un lugar intermedio entre la filosofía puede ser para nosotros el conjunto de esos fenómenos.» Pero ocurre
del siglo XVIII y el positivismo.is En realidad no hubo grandes pensa- que, admitido el principio, no hay entre los filósofos acuerdo unánime:
dores entre los ideólogos, que en su mayoría son escritores medio- unos pueden pensar, con Condillac, que todas las determinaciones de
cres y apegados a las peores tradiciones del siglo de las luces. Se puede los animales son producto de una elección razonada y, por consiguiente,
decir que su iniciador Condillac es la única figura de relieve del mo- fruto de la experiencia; otros piensan que muchas de estas determina-
vimiento, que representó durante la época de la Revolución y del ciones no pueden ser referidas a ningún tipo de razonamiento y cons-
Imperio al análisis de las ideas fundado en la observación de los fe- tituyan, por encima de la voluntad de los individuos, los instintos.
nómenos y con el sentido que hoy entendemos como psicologismo. Condillac niega las operaciones del instinto, que procura explicar por
A este· grupo pertenecía el médico PIERRE JEAN-GEORGES CABANIS las funciones del razonamiento, con lo cual entra directamente en el
(1757-1808), íntimo de Destutt de Tracy, figura más saliente de los camino de admitir una causa activa diversa de la sensibilidad. Pero
ideólogos muerto Condillac. En sus estudios, Cabanis puso de mani- es claro que, estando la sensibilidad exclusivamente destinada a pro-
fiesto la ambigüedad de la doctrina de Condillac en relación con la ducir juicios, los impulsos vitales (digestión, circulación, secreción de
naturaleza del yo y asentó que las ciencias naturales deben compren- humores, etc.) deben ser referidos a este principio activo. En suma, la
der el estudio del hombre, y que los problemas morales, hoy decimos preocupación cardinal de Cabanis es distinguir en las operaciones de la
psicológicos, pueden ser aclarados por el estudio de los· fenómenos inteligencia y de las funciones orgánicas, de manera neta, lo que co-
físicos. De aquí que se proponga fundar una nueva ciencia del hombre, rresponde a unas y a otras. En este aspecto, le cabe el gran mérito del
que concretara en las doce memorias que leyera en el Instituto en- estudio de las sensaciones internas como función de la actividad cere-'
tre 1795 y 1796, para publicarlas en 1806 con el título de Relaciones bral, y ·que denomina cenestesia, englobando en una sola función lo
IDSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 3.J3
ALBERTO L. MERANI
352
la doctrina de Wolff, discípulo y vulgarizador de Leibniz, está al mar-
que hoy separamos como sensibilidad interoceptiva Y, propioceptiva.
gen del movimiento que se desarrolla en el siglo xvm; sin embargo,
Su observación de que esas sensaciones so¡:i la mayona de las veces
es su obra la que pro.Porciona al pensamiento alemán el lenguaje pro-
inconscientes, y que corresponden.ª impulsos v!t:a~es, le prueba q':e no
r ar la vida psíquica por el anabsis de las sensaciones
.
grama y metodos que hasta Kant habría de utilizar. Sus trabajos ' son
se pued e exp ic • d t 1 1 d lo .una serie de tratados escritos primero en alemán, después en latín,15
ternas tal como lo hiciera Condillac, y asi es aca e pape e
de los cuales nos interesan fundamentalmente Psychologia empirica y
:Ue defue como sensibilidad sin sensación, difere~:e: por ?~ª parte,
de la irritabilidad. Concluye, pues, ~ue la sensib~idad fisica es ;l
Psychologia rationalis, publicados, respectivamente, en 1732 y 1734.
No obstante su adhesión al espíritu y a la letra del pensamiento de
último término del estudio de los fenomenos de la vida Y que el ana-
lisis de las facultades intelectuales y de los afectos. ~el alma nos lleva
Leibniz, la enseñanza de Wolff está de algún modo empapada del espí-
h. ella. En otros términos, esto· significa que lo fis1co . y l~ moral se
ritu de las luces, tanto que retoma algunas tesis cartesianas y de pen-
confunden en su fuente. La ambigüedad. entre el yo mtehgente Y e~
sadores franceses del siglo xvm, que dan a sus ideas el carácter de un
determinismo intemperante que le valió la. expulsión de su cátedra de
orgánico, que tanto obstaculizara a Cond1llac, q~~da supe~ad.a. Pero s1
de estas consideraciones una conclus1on materialista, como Halle bajo el emperador Federico Guillermo, y que recuperará final-
esperamos r t
podría pensarse dado el contexto fisiológico, natura 1s a, en ~a P
alabra

mente, después de haber enseñado en Marburgo, bajo Federico el Gran-
rlel pensamienti> de Cabanis, estamos equivocados. ·Por m~s que Ca-
14 de. Por esto, por el entusiasmo que siente por la filosofía china, que los
banis deba muchísimo a La Mettrie, a Diderot, a Mauper:Uls, su. pe°:- misioneros jesuitas habían dado a conocer, su pensamiento puede ser
amiento fundamental no excluye la idea de una causa prrmera mteh- considerado como el reflejo más coherente de las concepciones más
s t p su punto de vista el problema de la inmortalidad del alma corrientes en la Europa central de entonces. Por lo demás, aunque dis-
gen e. .ara ' . · · d 1 ·d d del cípulo fiel de Leibniz, no lo interpreta dogmáticamente, y en todos sus
implica al de saber lo que fundamenta e1 pnnc1p10 e ~ ~n~ a
· · te ·Se lo debe atribuir a un origen central y umco, o es la tratados metafísicos Wolff es mucho más moderado que su maestro, lo
serulvitanv1~: d~ ias funciones de los diversos órganos? Si fuese el segundo cual representa, desde el punto de vista de la psicología descriptiva,
res · .. t · 1 que le dio una ventaja notable.
1 yo no podría sobrevivir a 1a organizac10n ma ena .
~~~ ; el alma perecería con el cuerpo. De dond~ atribuye ese prm- · Wolff, que sufriera el ataque de los pfotitas, afirma la existencia de
. ·' a fuente central que irradia sus ·particulares a todos los una moral independiente de toda creencia en Dios, por lo cual procura
c1p10 a un .• E t f propia de encontrar reglas de acción válidas aunque Dios no existiese. Esta acti-
órganos, y que sería, en suma, una emanacion. ~ ~ uei:za? .
cada viviente, aparece en Cabanis como una actividad un~ca, ~nim~­ tud definida acerca de la cuestión arraiga en el concepto de su filo-
dora de todo el universo, o sea una causa prime:a. que es mt~hgencrn sofía. La filosofía, dice, tiene por fin la felicidad; que el hombre obtiene
y voluntad. Todo su pensamiento se reduce, en últrma insta~:::1a, a u~ mediante un conocimiento claro, aunque se debe especificar que la
monismo que, con el sentido que diera W olff a esta exp~es1on po~ e «claridad» de W olff se refiere únicamente a cierto orden y disposición
creada, cae en el idealismo. Idealismo monista porque adnute la unidad regular de los pensamientos y no a la claridad intelectual que procla-
del mundo, la existeneia del absoluto, la inteligibilidad ese~ci~l. del mara Descartes. Wolff considera el alma como una sustancia simple,
ser, el caráctei: puramente aparente y supe~cial de la multiphc1dad cuya peculiaridad más importante residiría en su capaeidad de poderse
sensible, de la individualidad y de la duracion. .. . imaginar el mundo, que sería \L'l reflejo del alma, y no las cosas refle-
_jándose en ella, como afirmaban los sensualistas. Sin embargo, el «alma»
4 Christian Wolff, discíP1.1-lo y divulgador de Leibniz. - ~ ~nto \ de Wolff no goza de perfección absoluta: está unida al cuerpo y se
ue ·en Francia el siglo de las luces había desarrollado el movrmien~ : r.esiente de esa unión; por consiguiente, su visión del mundo sufriría
q ndular del pensamiento que acabamos de consid~rar, ei:; Aleman~ de tal dependencia y no sería indiferente a los cambios biológicos de
~~minaba la filosofía de Wolff, que había dado particular import:1nClll-: ,9ue son objeto los miembros y los &-ganos sensoriales. En la Psyclw-
a la psicología y provocó, en una época poco inclinada al e~t.ud1~ d ~ia empirica, W olff acude a Descartes, y como éste hace derivar la
los problemas metafísicos, un interés p~rticular. por los estudios ps1c idstencia del yo de la conciencia, concepto que con él se introduce
lógicos que de haber continuado, habria por cierto llev~do a gran~e~· or primera vez en el pensamiento alemán. La concien¿ia sería una
resultados. CHRISTIAN WoLFF (1679-1754) es, entre los ~loso~os nota el!. ~tividad propia del alma, de manera que se podría definir el alma
de su tiempo, uno de los pocos que enseñaba en las unr-:ers1dades, Y omo el ens, el ente que la conciencia posee. En su búsqueda de un
aquí que sus libros sean cursos y manuales. En sus lineas general to de partida para la psico1cgía empírica, Wolff descubre que está
354 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 355

en la conciencia que tiene como ente al alma. En efecto, sin ella le cional y la empírica, y fue decididamente hacia esta última que a fines
resulta inconcebible la actividad del alma. Pero el racionalismo de Wolff 1
del siglo xvm comenzó a orientarse la atención de los filósofos y hasta
es limitado y n9 considera que todas las actividades del espíritu, como de los escritores populares. Tanto es así que parece justificarse hacer
por ejemplo la imaginación, sean conscientes, lo cual lo lleva a distin- aparecer los comienzos de la psicología experimental en dicho período.
guir entre las imágenes de conciencia y las otras; tanto unas como· otras Por la misma razón, Max Dessoir H! hace culminar la «psicología cien-
llevan ínsito y con sentido lato el antiguo concepto de percepción. De tífica» en los años 70 del siglo xvm, y en particular con la obra de
aquí que lo único que debe ser entendido con sentido lato es el con- Tetens Philosophische Versuche iiber die menschliche Natu:r und ihre
cepto de conciencia psicológica, porque si «prestamos atención a nuestra Entwicklung, publicada en 1777.
alma», dice ·W olff, somos a la vez conscientes de los objetos perci- JoHANN N1coLAs TETENS (1736-1807) fue primero profesor de física
bidos y «pensamos», o sea que al poseer «pensamiento» poseemos «mu- y de metafísica en la Academia de Rostock, después de filosofía y de
taciones del alma de la que ella misma es consciente». Cuando dormi- matemáticas en la Universidad de Kiel, para concluir sus dÍas en Dina-
mos, o despiertos no pensamos, carece~os de conciencia; este concepto marca, donde se dedicó a 1a administración pública. Fue hombre de
limitado a las actividades psíquicas desarrolladas en condiciones de grandes y múltiples actividades y de capacidades muy versátiles. En
vigilia o de atención contiene, a la vez, los significados de conciencia el momento cuando Tetens se interesa por los problemas psicológicos,
de algo y de conciencia de sí mismo. De la conciencia de algo derivan que en Alemania habían suscitado grandísimo interés, prevalecían en
las imágenes del sentido externo, y de la de sí mismo, las del sentido ese país tres corrientes. Unos seguían las ideas de Wolff, otros las
íntimo. Tanto unas como otras pueden ser oscuras, de manera que no combatían y otros, con sentido ecléctico, procuraban reunir las diversas
alcancemos a distinguir lo imaginado de los otros objetos. Pero cuando opiniones. Eran notables en ese tiempo las escuelas de los llamados psi-
son claras podemos hacer la distinción, y en el sentido de Wolff somos cólogos populares, como Mendelssohn; de los materialistas, y de los
conscientes. Estas distinciones, que en la perspectiva histórica nos pa- filósofos empíricos no materialistas, como Beausobre, Platner, etc. La
recen simplificaciones groseras, representaron, en su tiempo, un impacto, mayoría de estos pensadores se atienen, como punto de partida de sus
y tanto que la terminología de Wolff y su actitud mental pasaron del investigaciones, a la Psychologia empírica de Wolff y siguiendo un mé-
pensamiento filosófico al popular, en el que todavía sobreviven. todo que no era completamente especulativo ni experimental. Pero lo
La filosofía de W olff tuvo gran éxito: invadió en su momento las cierto es que la psicología era reconocida por todos, y Zimmermans
cátedras y alcanzó a los círculos mundanos cultos. Diderot alaba su podía escdbir: «Es un hecho que en nuestro tiempo todos los verda-
ontología en la Enciclopedia, y Kant inicia sus críticas so pretexto de deros filósofos predican que, entre todas las ciencias humanas, la más:
escapar al dogmatismo wolffiano. Pero de hecho, y en la perspectiva útil, y todavía en nuestros días la más imperfecta, es el conocimiento
del tiempo, la mayor contribución de Wolff a la psicología es la de del hombre.» 1 1 Sin embargo, no estaba aún de acuerdo sobre los lími-
haber sido el primero en emplear el término para la denominación de tes de la psicología, y especialmente sobre el carácter que la distingue
obras específicas: Psychologia empírica y Psychologia rationalis. En de la lógica. Fue una época cuando se discutieron problemas impor-
efecto, la palabra «psicología» apareció en el siglo xvI, probablemente tantes con respecto a la naturaleza y al método de la psicología, y entre
creada por Melanchthon, pero no adquirió valor de uso corriente hasta ellos el que llega casi hasta nuestros días, de si la psicología se debe
mediados del siglo XVIII, a pesar de los numerosos trabajos realizados adscribir a las ciencias filosóficas, o sea si debe ser parte de la meta-
sobre el mecanismo del pensamiento y sobre, el origen de las ideas, física, o de las ciencias físicas. Los filósofos de cuño antiguo apoyaban
hasta que Wolff hablara de «psychologia empirica» y «psychologia ra- la primera de esas opiniones; los jóvenes, más empíricos, favorecían
tionalis», seguido en dicho uso por Kant. Pero la verdadera populari- la segunda. Además, aparecen las primeras tentativas que se hayan
zación del término tiene apenas cien años, probablemente después que hecho de una psicología experimental tal cual la concebimos hoy. Esta
en Francia Maine de Biran lo empleara en sus obras. idea completamente nueva se le debe a Tetens, que se acerca en p~pte
a las teorías de Wolff, pero que se separa de él en muchos puntos/fe-,
5. Tetens, o las exigencias metodológicas de la psicologfa exp€- tens divide, como Wolff, las representaciones en las dos clases del sen-
rimental. - Es a partir de Christian W olff cuando la psicologla especu- tido externo y del sentido interno, subdividiendo estas últimas en re-
lativa Y la empírica comienzan a diferenciarse y se hace cada vez más presentaciones de dolor y de placer, y en pensamiento y en voluntad.
evidente la exigencia de una «psicología empírica> bien fundamentada. Pero una diferencia muy notable entre ambos se observa especialmente
En efecto, Wolff había desarrollado dos caras de la psicología: la ra- en la doctrina de las sensaciones, tanto en las consideraciones generales
ALBERTO L. MERANI
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 357
356
como en el método de investigación. En este dominio, Tetens i~tuye para encontrar un filósofo' que se ocupe de manera particular de la
los resultados de la fisiología moderna de los sentidos. Las sensaciones psicología.
póstumas, tan poco claras en las explicaciones de los. wolffianos, las r~­
duce a la duración de la excitación, citando el eJemplo del .carbón 6. Kant y las condiciones del con.ocimiento. - Todo el período pre-
encendido. que, hecho girar rápidamente, aparece . como una cmta ~e
cedente, Y que va desde el tercer decenio del siglo xvm hasta el final
de éste, o sea de los primeros escritos de Wolff a los últimos de los sen-
fuego. Sobre las sensaciones realiza algunos exp?rrmentos. Y da me?i-
das cronométricas sobre la duración de las sensaciones luminosas, acus- sualistas franceses, estuvo casi exclusivamente ocupado por minuciosas
ticas y táctiles. De este modo, Tetens se separa e~ gran ?arte de, todas investigaciones. psicológicas. Si la historia del pensamiento se pudiera
las escuelas entonces dominantes y sigue una via propia, funda_n~ose
dividir en períodos sintéticos y períodos analíticos, el siglo xvm se
poa:ía definir como .período analítico. En el período anterior, Leibniz
principalmente sobre la observación d~ l?s hech~s. Rechaza la h_ipo~e­
sis materialista de que los procesos psiqmcos e~uivalen a las exc1:acio- hab1a · destacado la complejidad de los hechos psíquicos y la insoste-
nes cerebrales. Su razón estriba en que no solo se sustraen a~i ~ la nibilidad del concepto metafísico cartesiano de que por hechos cons-
observación, sino que también carece de cualquie~ valor e~pll:at1vo. cientes se debe entender ·sólo los procesos del pensamiento propia-
Sin embargo, no la rechaza como doctrina naturahs.ta, cons1deran~o~a mente dicho, o sea de la inteligencia. De este modo, puso a los psicó-
un óptimo medio de investigación fisiológica ..•como form8: de la activi- logos en el •
camino de •un análisis de las sensaciones quej sin embargo
dad representativa, Tetens señala la percepc1on, la fa?tasia Y l~ fuerza Y como vimos, se agoto en sus primeras tentativas con Tetens. Tanto
poética. La percepción abarca todas las represe?tac1o~es sensibles, la en Alemania como en Inglaterra, donde se continuaban las tradicio-
fantasía las reproduce según las leyes de la coex1stenci~ Y, de la seme- nes de Locke y de Hume, la psicología empírica hizo grandes progresos.
janza, y la fuerza poética independiente ~rea nuevas rmagene:i "'! re- El estudio de las sensaciones, de las asociaciones de ideas, ponía poco
presentaciones. Pero las tres son solidarias y se puedep. considerar a poco en claro el complicado mecanismo de la vida psíquica descom-
como grados diversos de una misma actividad fundamental. Las repre- poniéndolo en sus primeros elementos. Además, tantQ en Alemania
sentaciones, 0 «:imágenes de la memoria», son de~nidas por _Tetens como en Inglaterra y en Francia se comenzaba a notar Ja importancia
como «:huellas dejadas en el alma por las mo~ificacio?e~ que esta ha de los fenómenos fisiológicos que acompañan a esos proc~sos psíquicos
sufrido»; el. sentimiento, como la modifi.cacion subJetiva del . alma importancia que se debe sobre todo a las concepciones materialistas'.
causada por una impresión dada, y la voluntad, coi:no. e~ determmarse Pero a pesar de estas investigaciones y de los resultados bastante bue-
del alma en una manifestación activa. De, estos principios fund.amen- nos a que llegaban, quedaba por resolver el problema que era más
tales, Tetens parte para especulaciones mas ele~adas, a~i;qu~ siempre de índole filosófica que empírica, de cómo conciliar la ~ultiplicidad de
profesó como principio el abstenerse de confundir las hipotesi~ con los los fenómenos psíquicos con el concepto de una actividad interna per-
hechos de la experiencia. De este modo, en torno de las cuestion.es del manente, fija, qúe quedaba como contraseña de la identidad del indi-
v~o consciente bajo las variaciones continuas de aquéllos. Leibniz
alma entonces muy debatidas, Tetens es del parecer que las mves-
~a~1a demo~trado que el alma es continuamel?-te activa, pero no había
tigaclones psíquicas deben enfrentarlas, pero nunca comenzar por
1nd1cado cuales son las formas generales de su actividad. Sus sucesores
ellas. d · d b d la~ se habían atenido a este concepto sin ampliarlo y profundizarlo. Vimos
·En la época de Tetens hubo una fuerte te? enc1a .e a an onar ~
····como, junto a la «psicología empírica>, los wolffianos desarrollaron
cuestiones metafísicas, tend.encia que dependia de vanas causas, .~ntr:
las cuales fue grande el influjo de la filosofía inglesa, ~u~ contri ~yo también la «racionab, que era como la filosofía de la primera. Los filó-
sofos ingleses, por el contrario, se ocupaban poco de la sustancia psí-
a resaltar la psicología empírica. Estas tentativas de consh:~ir una ?s~co­
logía completamente desvinculad3; de los sisterr:as metafisicos _Y umca- : quica Y se atenían casi exclusivamente a los fenómenos de la concien-
mente basada sobre la observacion y el experimento, no. tuvieron por cia. Con la «psicología racional>, los wolffianos procuraban demostrar
el momento gran fortuna. En Alemania apen~s . aparecieron grandes que la identidad del yo pensante en todos los fenómenos fuese una
' r la actividad del pensamiento fue casi completamente absor- propiedad de la sustancia pensante. Éste es el momento preciso cuando
1 oso os,
f:l • t · u puesto en la historia de la psicología irrumpe el menos psicólogÓ de los pen-
bida por las cuestiones metafísicas y la psic:i1o~ia re o~o a s . .. sadores del siglo xvm, el alemán IMMANUEL KANT (1724-1804) sobre
entre las ciencias filosóficas, sin que se le anadiera la importancia que
se le daba a la técnica del conocimiento. La verdad es que en. Alema .... ~uy~ vida y p~nsamiento estrictamente filosófico nada decimos ~or de-
nia, a partir de Tetens, se debe esperar hasta Herbat, en el siglo XIX, masiado conocidos y por estar al margen del desarrollo de la psico-
358 ALBERTO L. lllERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 359

logía. 18 Kant sostiene que considerar la identidad del yo como propie- forma del pensamiento. Pero tenemos dos formas, una para los datos
dad de la sustancia pensante es un paralogismo porque en último del sentido, y es la intuición sensible; la otra, por el contrario, se re-
análisis, esa id~ntidad no es otra cosa que un a~to del ~ensamiento fiere al intelecto y está constituida por los conceptos. La primera se
mismo, Y no hay razón para declararla propiedad de una sustancia subdivide después en los conceptos de espacio y de tiempo. Todas estas
cualquiera. Sostiene, además, que sólo podemos tener una noción de los formas expresan la síntesis interna que sufren los datos de la expe-
fenómenos de la conciencia, mientras que de la sustancia psíqUica no riencia. Con este concepto, Kant se puso fuera de la psicología atomista,
conocemos nada; de la misma manera que sólo podemos tener una que constituía el fundamento del empirismo, y fuera de la psicología
ciencia de los fenómenos físicos y no de la sustancia que se supone espiritualista, de la ·cual hasta entonces habían salido la mayor parte
está debaj,o de ellos. Más allá del sujeto absoluto, o sea del yo pen- de los sistemas idealistas. Contra el empirismo, que consideraba la uni-
sante, segun Kant no podemos ir. Con esto, Kant demuele la psicolo- dad del espíritu como simple resultado de las impresiones físicas, Kant
gía racional, a la que no le queda otro oficio que el de indicar a la afirma la unidad del espíritu como carácter fundamental de la vida
razón los límites que jamás podrá traspasar, manteniéndose así a igual psíquica y que no se puede explicar por ninguna acción externa;
distancia del materialismo y del espiritualismo, y sirviéndose .a lo sumo contra el espiritualismo, que había visto este carácter fundamental,
del concepto de alma solamente como de un principio directivo para pero lo quería reducir a una sustancia mística colocada detrás de la
las investigaciones exactas. Podía, por consigi.liente ser una «disci- conciencia, afirma que nuestro conocimiento no nos puede llevar más
pl~a>, pero nunca una «Ciencia>. No era mucho meJor la suerte que, allá de las formas y de las leyes fundamentales de la vida psíquica,
segun Kant, esperaba a la «psicología empírica>. Tampoco ella podía tal como se presenta en la experiencia. 19 Aunque Kant no dio un aná-
esperar convertirse en «ciencia>, porque los hechos internos son tan lisis psicológico completo de sus conceptos fundamentales teórico-
fugaces e inciertos que se sustraen a cualquier determinación exacta, cognoscitivos, impririlió una nueva orientación a las cuestiones más
y, por consiguiente, es imposible aplicar a los procesos psíquicos la generales y fundamentales de la psicología de su tiempo, que será
matemática y la experimentación. Esta sentencia del gran filósofo de retomada y desarrollada en el siglo xrx por la psicología experimental.
Koenigsberg fue por muchísimo tiempo el mayor obstáculo al desen-
v?lvimiento de la psicología experimental. La psicología empírica de-
b1a, pues, contentarse con ser descriptiva, o sea de alcanzar a conocer
los fenómenos psíquicos mediante la observación de nosotros mismos y NOTAS
de los demás, y de describirlos sin pretender dar una verdadera expli- l. Condillac, Oeuvres completes, en ÍG vols., París, 1882. Las citas del Es.sai
cación. las realizamos sobre la edición Lenoir, Pari..$, 1924.
Pero a pesar de su escepticismo con respecto a la importancia y al 2. Essai, edición Lenoir, Loe. cit.
3. Ibídem.
oficio de la psicología, Kant logra establecer un concepto teórico- 4. En Oeuvres completes, Loe. cit.
cognoscitivo tan importante que tuvo de inmediato gran influjo sobre 5. Essai, edición Lenoir, Loe. cit.
esa ciencia. Como Leibniz había conciliado las ideas espiritualistas de 6. Ibídem.
Descartes con las empíricas de Locke, así Kant .decidió conciliar las 7. En Oeuvres completes, Loe. cit.
8. Essai, edición Lenoir, Loe. cit.
teorías de los wolffianos con las de los asociacionistas ingleses. Los leib- 9. En Oeuvres completes, Loe. cit.
nizianos Y los wolffianos explicaban la unidad de la conciencia como 10. Ibídem.
.
una propiedad de la sustancia pensante; los asociacionistas' como Hume,
se ateruan a la pura experiencia y, por consiguiente, no daban ninguna
11. Ibídem.
12. «Logique», en Oeuvres completes, Loe. cit.
explicación de ese problema. Kant rechaza el concepto de sustancia, 13. Vid. P. Alfaric, .Laromiguiere et son école, París, 1929, y cf. José Ingenie-
ros, Emilio «Boutroux y la filosofía universitaria en Francia&, en Obras completas,
del cual no podemos saber nada, pero por otra parte no se contenta Buenos Aires, 1939.
con la simple explicación empírica de los asociacionistas. Para él .}as 14. Algunos autores, entre ellos Fernand-Lucien Mueller: Histoire de la Psy-
. . ,.
sensaciones constitu1an la materia de la conciencia, o sea el subs-
' chologie, Loe. cit., inter:pretan erróneamente este aspecto del pensamiento de
trato necesario para cualquier forma del pensamiento. Pero por sí solas Cabanis, que les parece innegablemente materialista.
15. Las obras completas de Wolff comprenden los tratados: Verniinftige Ge-
no bastan para explicar el desenvolvimiento de los procesos cons- danken von Gott, der Welt, und der Seele, auch allen Dingen iiberhaupt (1718),
cientes; de aquí que las sensaciones deben ser ordenadas y que este Vl!TTllÜ.nftige Gedanken von der Menschen Tum und Lassen (1720), Vemiinftige
ordenamiento sea obra de una actividad interna que K~nt llama la Gedanken von dem gesellschaftlichen Leben der Menschen (1722), Philosophia
360 ALBERTO L. MERANI

rationalis sive logica. (1728), Philosophia. prima sive ontologia. (1729), Cosmologia.
genera.lis (1731), Psychologia. empirica. (1732), Psychologia. ra.tiona.lis (1734), Theo-
logia. natura.lis (1736-1737), Jus natura.e (1740-1748), Jus gentium (1750), Philosophi4
moTa.lis (1750-1753), Oeconomica. (1750).
16. Max Dessoir, Geschichte der neuren deu.tschen Psychologie, Berlin, 1894.
17. Citado por Dessoir, Geschichte .. ., Loe. cit. .
18. Sobre Kant y sus teorías psicológicas se puede leer con provecho todavía
la obra de C. Cantoni Emanu.ele Kant, Milano, 1879-1885, y la de Jürgen Bona
Meyer, Kant's psychologie, London, 1870.
19. Immanuel Kant, KTitik der reinen Vernimft, Loe. cit.

PARTE SEXTA

EL HOMBRE DE LA BURGUESÍA
Y SUS IDEALES
CAPÍTULO 1

REVOLUCIÓN Y CONTRARREVOLUCIÓN

l. El golpe de estado de Napoleón Bonaparte; la Internacional y


la represión obrera. - El 9 de noviembre de 1799, en el calendario de
la Revolución el 18 Brumario del año VII, Napoleón Bonaparte da el
golpe de estado que destrona todas las ilusiones igualitarias, que des-
truye la tarea ideológica de los enciclopedistas, levanta el poder de las
bayonetas contra la inteligencia y encamina la humanidad por la senda
del aurea mediocritas burgués. La idea del ternario sagrado: Libertad,
Igualdad, Fraternidad, se pierde pronto, como destacara Elisée Reclus,
en los campos arrasados y en las ciudades tomadas por asalto, y el
conjunto de los acontecimientos que ocurrieron en Francia al final del
siglo XVIII, y que recibió por antonomasia el nombre de «Revolución
francesa>, quedó como ideal frustrado que no llega a convertirse en
obras porque no se había hecho consciente en el pueblo, y aunque había
sido ardientemente querido, preparado, comprado con el sacrificio vo-
luntario dé numerosas víctimas, le faltó el peso de las ideas completa-
mente maduras. En efecto, el siglo de la Enciclopedia, con sus altibajos,
con sus contradicciones ideológicas tan pronunciadas, había formulado
una idea dominante, sin lugar a dudas imperiosa, que está conden-
sada en el famoso folleto de Sieres El tercer estado, esto es, el cter-
cero» en discordia, la burguesía, que era todo y, sin embargo, estaba
considerada como nada. Por su propia definición, el «tercer estado:.
de la Revolución debía ser, excluida la nobleza y el clero, el pueblo
todo, los campesinos y los obreros, la gente instruida o rica, pero sin
árbol genealógico que los igualara con los nobles. Pero los que elabo-
raron esos ideales, que los hicieron fermentar en las mentes esclare-
cidas del siglo: los Voltaire, los Rousseau, los Diderot, pertenecían a
. la burguesía instruida y rica, y a pesar de la fuerza y sinceridad de
sus ideas desconocieron las herramientas para cultivarlas en la mente
popular. De este modo, cuando la Revolución estuvo en ·marcha, los
que reivindicaron sus derechos de hombres, los que exigieron su
igualdad con los nobles y los curas, fueron los burgueses propiamente
dichos: la clase de los propietarios, de los industriales y de los letra-
364 ALBERTO L. MERANI
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
365
dos .. Y lo hicieron con tanto celo y exclusividad que cuando Babeuf po~a producir ma~·or cantidad de trabajo. El mundo ya no creía en
propugna la «rebelión de los igualesi>, la rebelión de los pobres, de los la libertad, pero .s1 en la fuerza, y la fuerza era representada por el
campesinos esquilmados por el impuesto y la gabela, de los obreros en ord.en. Y el trabaJo, que e~clavizaban más que nunca. En efecto, la
quienes el polvo de las fábricas fraguado con el sudor formaba concha, anti~ua noble~a, qu~ carec1a de patrones económicos fijos, holgaba y
que comían poco y en tiempos de ·escasez devoraban cortezas de árbo- en c1er;a medida deJaba ~~lgar; .lll; nueva jerarquía burguesa, forjada
les, ponen las armas de la Revolución contra el «intruso» en el «mo- :1
.en calculo Y l~ producc10n, ex1g1a un ritmo de trabajo creciente. No
vimiento» y lo ajustician. De este modo, la emancipación política de pod1a dar;e el lu30 ~; holgar porque en la actividad estaba su poderío
la parte del tercer estado que constituía la burguesía se convierte en Y requeria produ~c~on. Tal vez nunca en la historia la situación del
realidad; más aún, dadas las· circunstancias, era inevitable. La Revo- obrero fue tan trag1ca como en el siglo XIX. Los estudios clásicos de
lución no hizo más que confirmar la expectativa, y el XVIII Brumario Marx Y En~els sobre la situación de la clase obrera en Europa sobr
la sanciona de manera definitiva y la pone fuera de cualquier riesgo todo despues de la revolu?ión ·industrial; los cuadros de la · ~iseri:
verdaderamente igualitario. Pero, ¿eran republicanos esos burgueses pop.':1lar en Inglaterra descritos por Dickens, de la servidumbre de los
que alcanzaban la igualdad con la República? De ninguna manera; muJ~ rusos trazados por Tolstoy, hoy apenas igualados en los países
aunque llevaron a la guillotina al rey y a la reina, aunque .ajusticiaron ?olorual~s y del tercer mundo, hicieron nacer los primeros movimientos
a los nobles más recalcitrantes y cortaron las uñas a la parte más voraz mtern~c1o~ales de humildes obreros ingleses, alemanes, suizos, fran-
del clero, eran con toda franqueza y entusiasmo completamente rea- ceses, itaha~os, :rusos y .cspafioles, quz se negaban a odiarse por razo-
listas. Soñaban con una nobleza de nuevo cuño, con blasones que en nes. de nac1onahdad e intereses de capital, como los destinaban sus
lugar de armas tuviesen las insignia~ del comercio y los símbolos de ·r:gimenes burgueses,.~ se unían para formar un grupo único despre-
las letras, pero, y aunque bastarda, nobleza al fin. Por su parte, la c~do todas las t:ad1c1ones y leyes que les imponían sus respectivos
multitud no podía comprender un gobierno sin rey, una sociedad sin gobiernos. La conciencia popular, que la Revolución francesa ni siquiera
amos «bondadosos» o «grandes» que dispensaran migajas de bienestar; . ro~ara, aparec~a así sacudida, despertada por la explotación en el tra-
la ideología fraguada durante el siglo de las luces había sido templada baJO. ~os astron~n;os, los geógrafos, los viajeros del siglo XIX habían
en la forja de la burguesía rica e ilustrada, le pertenecía por derecho descubierto definitivamente la. unidad material del planeta; los biólo-
propio, y era una ilusión demasiado grande para estar al alcance de gos, con Lamarck y Darwin a la cabeza, habían asentado la unidad
fos ignorantes. «Durante los años más agitados que precedieron al ?e
mat4:1'~al. la e8pecie humana, y los obreros, comprendiendo que la
"ochenta y nueve" --escribió Reclus 1- , los hombres que después se concihac1on entre el capi;al y el trabajo es imposible y que única-
distinguieron por el ardor con que combatieron los actos de la monar- mente la lucha acerca mas a la justicia, descubrían la unidad moral
quía y que votaron sin vacilar la muerte de "Luis Capeto", tuvieron del hom~re. En 1864 se funda en Londres la Primera Internacional,
indudablemente por primer ideal un reino de grados jerárquicos, donqe c~yos m1e~bros comprenden que «la emancipación de los trabajadores
toda ley y toda gracia hubieran manado de un trono como de una fuente solo la haran los trabajadores mismos». Su manifiesto fue un grito de
natural.» El cadalso para los reyes fue un accidente, producto de des- g~erra c<mtra todos los gobiernos; pero, por encima de éstos, se diri-
avenencias entre las facciones en rebelión, y cuando la fuerza de los ~1a ;fr~ternalmente a todos los hombres, entre los cuales da verdad la
hechos volvió las cosas al cauce de las ideas que prevalecían entre la Justicia Y la moral debían constituir la línea de conducta sin distincÍón
gente, se produjo naturalmente con Napoleón la restauración de la de color, de fe Y de nacionalidades. ¡Basta de deberes' sin derechos,
monarquía, pero esta vez sin árboles, genealógicos, de raíces burguesas, basta de derechos sin deberes!:. Dos hombres de extracción social di-
csans gens». . versa y opuesta, un príncipe rusO': Miguel Bakunin (1814-1876) y
Y esta burguesía, hacia la cual comienzan a desplazarse las clases :: .·.·.filósofo de la burguesía judía alemana; Carlos Marx (1818-188S) r':
altas, la clase media y el clero, cada vez más numerosa y consciente : , P~ese~taron las cabezas del _movimiento y encarnaron, a la vez,' dos
de su inteligencia y fuerza, es la que instaura la ideología del si- " direcc1?nes opuestas. Bakunin encabezó la tendencia federalista y
glo XIX. Reemplaza las especulaciones metafísicas por la medida, el ~arqu1sta; Marx, la tendencia centralista y socialista de la Interna-
peso, la serie, la clasificación. Por la fijación y el empleo del metro y ·. cionaL Pocos fueron los hombres que constituyeron la Internacional
de sus derin.dos, debidos a la tarea de los astrónomos y matemáticos en el mundo, pero grande fue la conmoción que provocaron dentro de
de la época, pareció como si de pronto se hiciera luz en todos los ámbi- las filas de la burguesía detentadora de los medios de trabajo y del
tos, como si se alargara la ·vida capaz de los individuos porque se poder, Y que, impulsada por la lógica del temor que muestra en el
366 ALBERTO L. MERAN! IDSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 367

presente la realización del porvenir, imaginó que la gran masa obrer~ • rante todo el siglo XIX, y que configura su ideología. Con el «histori-
formaba parte del proletariado unido en la Internacional. Imaginó a: cismo», el idealismo afirma que la vida y la realidad son la historia
millones y mill,ones de obreros que se les enfrentaban hoscos y san-·. Y nada más. Esta afirmación está en contraposición con otra, la del
guinarios, y se aplicaron prisiones, destierros y fusilamientos en masa. · siglo de las luces, que considera la realidad dividida en suprahistoria
En Francia, por ejemplo, después de la C0'11'111nune, se creyó cándida- e historia, en un mundo de ideas o de valores y en un mundo subya-
mente que las masacres, los decretos y las amenazas de procesos habían cente que la refleja de manera fugaz e imperfecta. Tal concepción,
suprimido toda reivindicación popular. Pero nadie comprendió enton- ..· conocida con el nombre de «racionalismo abstracto» o «iluminismo»,
ces que la Internacional, por encima de sus animadores, de los Baku- es combatida y desalojada de la ideología del ochocientos por el histo-
nin y de los Marx, era producto de la civilización contemporánea, que ' ricismo. La oposición, el cambio, engendran en la especulación el
había destruido de una vez por siempre la ignorancia primera: los obre- «romanticismo» teorético, que representa la revuelta, la polémica y la
ros ya sabían que sus intereses son los mismos acá y acullá, por encima crítica contra el academicismo y el intelectualismo filosófico que domi-
de las fronteras y de los mares, y que su patria se empequeñecía cada naran en el siglo xvm. Interesa cuanto importa a la espontaneidad,
vez más frente a la única y gran patria que es la humanidad. la pasión, la individualidad; y en un arranque contra el intelectualismo
abstracto se elevan los conceptos irracionales y se propugna por ejem-
2. Las fuentes de Za filosofía y la ciencia modernas. - El ciclo filo- plo, una filosofía de la. historia por encima de la historia, ~na filosofía
sófico del siglo xvm se cierra con la filosofía crítica, pero la obra de de la naturaleza por encima de las ciencias naturales. El romanticismo
Kant no será continuada por mucho tiempo, puesto que los filósofos representa, ideológicamente considerado, la liberación de la burguesía
idealistas o románticos, lejos de retomar el análisis kantiano, abando- de los viejos cánones que no le pertenecían, que la asfixiaban con for-
naron, completamente el método crítico para entregarse a las grandes mas que no le eran propias, y que construye así su justificación ideoló-
construcciones metafísicas que, acarreando un daño para el desarrollo de gica. Clase nueva en el poder, que detenta por primera vez en la his-
la psicología porque se alejan de la antropología concreta, pusieron toria, sin tradición y en casi todas las partes, la burguesía encuentra
de relieve sobre todo la continuidad histórica, la evolución incesante de en el romanticismo un elemento que no está en discordancia con el
la actividad psíquica, que se desenvuelve de manera ininterrumpida idealismo o el espiritualismo absoluto, sino que es esa misma filosofía
de las formas más simples a las más elevadas. La filosofía del espí- trasladada al plano de la acción por · una clase sin ligaduras con el
ritu de Friedrich Hegel (1770-1831) señala el punto culminante de esta pasado. S~ duda, el romanticismo del que se habla en el campo prác-
dirección, la mayor altura alcanzada por el idealismo, puesto que la idea tico, sentimental y moral, es otra cosa y pertenece .a una esfera com-
es concebida en su sistema como aquello que hay de más íntimo y pletamente distinta. Es el romanticismo especulativo el que caracteriza
verdaderamente real que se encuentra en la naturaleza. El idealismo la verdadera ideología que se instaura en los comienzos del siglo XIX
evolucionista de Hegel y de los románticos aportó frutos a la psico- Y que después de la Commune, de la Primera Internacional, continú~
logía con el concepto de la unidad de la psiquis en el individuo y en a espaldas de la realidad . como vigencia ideológica indiscutida. Los
la sociedad, por lo cual toda la historia aparece como el desarrollo de principales pensadores del idealismo y del romanticismo en los con-
un solo e inmenso espíritu. Con esta concepción, Hegel atrajo la aten- ceptos críticos y especulativos, Hegel y Goethe, repudiarán al roman-
ción sobre las estrechas relaciones existentes entre las cllversas pro- ticismo morboso, al que se llamó «mal del siglo», al romanticismo mo-
ducciones del espíritu, y provocó el movimiento de iÍivestigaciones ral; y asentarán las exigencias de una especulación que debe afrontar
debido a la escuela histórica, que, habiéndose extendido a todos los la nueva realidad que las circunstancias imponen. En efecto, la sepa-
dominios de la vida artística, sociar, jurídica, histórica, dejó después, ración romántica de las corrientes de pensamiento tradicionales estaba
con la «psicología de los pueblos», un gran caudal de observaciones y más en relación con la dificultad de apropiarse y vivir los nuevos
de hechos que contribuyeron al posterior desarrollo de la psicología hechos, que con su interpretación, y esto demuestra que las ideas ó
con carácter autónomo. valores asumidos por la burguesía como modelo y medida de la historia
Al mismo tiempo que crece el idealismo, la política de la burguesía no eran valores o ideas universales, sino hechos particulares e histó-
en el poder da nacimiento al liberalismo, y, conjugadas ambas expre- ricos ellos mismos, malamente llevados a la categoría de universales.
siones en la práctica, surge el romanticismo. Sin duda no se trata de La ideología del romanticismo, asentada en determinados problemas
yuxtaposición, sino que la contemporaneidad da lugar a una relación actuales e históricamente particulares, no podía, por consl.guiente, valer
o a una· multiplicidad de relaciones que se debe tener en cuenta du- para todos los demás problemas del pasado y del futuro, y caía inevi-
ALBERTO L. MERANI ·msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 369

tablemente en el eclecticismo filosófico. De .este modo, en la práctica, París, más conocidos, como todos los vencidos, por una denominación
la burguesía, cuya mayor acusación contra el antiguo régimen ~era injuriosa, ccommunards:., habían cometido una falta que derivaba del
de desconocer calidad humana al hombre del tercer estado, repite el prin~ipfo mismo sobre el cual se había constituido.su poder, o sea que
error pero de manera diversa. Llegada al poder, se desvincula de su cons1stia precisamente en ser un gobierno y en reemplazar e imponerse
asociado el pueblo; campesinos y obreros quedan nuevamente fuera de al pueblo por la fuerza de los hechos. Y en lugar de constituir una
la consideración de «gente>. Los filósofos, los literatos y los artistas de comuna que tomaba la iniciativa de invitar a una asociación a otras
la ideología romántica comprenden la situación pero la interpretan comunas, campos, pueblos y ciudades, se creyó poder gubernamental
«románticamente>, esto es, toman las miserias del trabajo como mise- y obligado a entrar en relaciones oficiales con los estados monárquicos
rias de la condición humana, una condición particular e histórica como europeos, olvidando su origen inmediato:. la rebeldía. La Commune
universal y crean una amplísima literatura de .la piedad y la miseri- fracasó, pero el pueblo había hablado por su boca cuando decretó la
cordia d~l dolor poi: el hombre, pero por un hombre que no tiene más abolición del servicio militar, rompió los lazos con el clero devolvió
remedlo para sus males ·que la muerte o el sufrimiento estoicos. En las prendas empeñadas en el Monte de Piedad y las multa; y reten-
la psicología, este aspecto se refleja profundamente en los temas que ciones de salarios a los obreros, y más todavía abolió el pago de alqui-
aborda y cómo los encara: la vida interior, la afectividad, son eje ~e leres por las habitaciones. ¿No era ése el comienzo de una sociedad
estudios que solamente tienen en cuenta al hombre adulto Y de sensi- nueva? La burguesía liberal lo comprendió y se refugió en la monar-
bilidad romántica universalizado; el resto, campesinos, obreros, gente quía porque. vio con sorpresa que las ideas de fraternidad de los pue-
de otras razas y colores, no existen, porque la cosmovisión es burguesa blos, proclamada por la Internacional, se habían encarnado en ese breve
período que transformó a París. Hubo contra esto un sentimiento
y eurocéntrica.
Pero se sabe que cuando la realidad queda fuera del campo .de la universal de horror y de reprobación. La reacción fue terrible, y si
ideología no está por . ello destruida ni aniquilada, Y es así como. las bien Jos gobiernos creyeron con alivio cdecapitada a la hidra socia-
reacciones populares se hacen sentir y en la Europa burguesa Y libe- lista>, el eco de la Commune llegó a todos los rincones del globo como
ral siguen los levantamientos, movimientos locales o nacionales que de promesa de emancipación y de libertad. Donde el sojuzgamiento era
una u otra manera expresan la gravedad del estado de cosas. La más fuerte encendió la confianza en el porvenir. La fraternidad de los
Commune de París es el mejor símbolo y la revuelta que más acaba- hombres no había sido proclamada en vano.
damente pone los hechos. sobre el tapete. La guerra franco-prusiana La realidad estaba a las espaldas de la ideología del siglo pasado
de 1870, con la derróta francesa, debida en parte a los propios gober- que había caído en el espiritualismo irracionalista y apoyaba a la reac~
nantes despertó las ideas republicanas y socialistas del pueblo de ción. Pero la burguesía, que permitía a sus pensadores y alentaba a
París, 'y para derrotarlo se acudió a los aliados tradicionales del anti- sus hijos más esclarecidos· a perderse en las brumas del romanticismo
guo régimen, los monárquicos y el clero, sin desdeñar apoyarse sobre filosófico, había conservado el sentido pragmático de !os valores que
la complicidad del extranjero que acaba de infligir al país la más cruel caracteriza a los comerciantes. No ignoraba cuál había sido la fuerza
de sus humillaciones. Fue así que París y muchas ciudades se consti- de su ascensión y apoyaba el desarrollo científico y técnico. El si-
tuyeron en «com.munes>. ¿Qué entendía el pueblo en revuelta .por esa glo XIX es por antonomasia la centuria de la ciencia aplicada; todo el
palabra de orígenes históricos múltiples procedentes de Franc:~ Y de saber se traduce en práctica y el poder del. hombre sobre la naturaleza
Italia, de la Edad Media, del Renacimiento y de la Revo~uc1on? En alcanza límites nunca soñados. Es un siglo de paradojas, de explosiones
primer término veía la lucha sin tregua contra la monarquia Y contra en el que el poder monárquico· se comparte con los parlamentos y ei
el poder temporal de la Iglesia, pero también veía renacer la espe- orden feudal desaparece borrado por la iniciativa y aventuras bur-
ranza de una sociedad nueva como la soñara durante la Revolución Y guesas. Es el céntro de un período que históricamente se extiende
que hacía casi un siglo se había frustrado, sociedad en que habría más entre los años 1780 y 1920; que comienza con la primera gran revo-
justicia y más libertad, en la que a nadie faltaría el pan Y en la que lución europea y termina con la primera de las guerras mundiales,
el hombre libre del temor del hambre, podría ocuparse de aspira- acompañándose como interregno de la más profunda revolución social. Es
ciones má~ elevadas, comprender las alegrías de la vida con pleno · el siglo de los mayores desvaríos ideológicos y de los más provecho-
sentido de humanidad. Las circunstancias que determinaron el mo- sos resultados para la ciencia y la técnica. En física predomina la me-
vimiento de la Commune, su derrota, son demasiado conocidas para cánica y el concepto de masa, y la ruptura de la ideología con la
que nos detengamos en ellas. Lo cierto es que los comunalistas de realidad se traduce por la preponderancia de la experiencia sobre

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370 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 371

'la deducción en ciencias; concluye el reinado del sentido común y el tro de la psicología que comienza a desarrollarse en el siglo XIX, Herbat
hombre aparece en biología, por obra de Darwin, como hijo de lá ·• tiene la importancia especial de haber dejado de lado la teoría domi·
bestia. Toda la, filosofía moviliza sus fuerzas en el último tercio del .·nante en Alemania desde Wolff en adelante, según la cual la conciencia
siglo para luchar contra la nueva doctrina evolucionista, que aparece está constituida por múltiples facultades distintas, doctrina que fuera
a algunos como un peligro csocialista», y dos hombres, el inglés Darwin,,· · sancionada por el mismo Kant.
y el checo Mendel, que cultivando el jardín de su convento descubre·,. Herbat procura reducir todas las formas de Ja psiquis a un solo ele-
la genética, conmoverán las conciencias. Se conocen bien los vientos ' mento, la representación, la armonía y el contraste de las que generan
de tempestad que sacudieron a los pensadores europeos cuando apare~ , lo que llamamos sentimiento y voluntad. Pero esta tentativa fue des-
ció el evolucionismo. Absurdos fueron los argumentos contra la con- afortunada, y de ella sólo se consideró válido el principio de la unidad
cepción que hacía del hombre una bestia más, y de esas batallas quedó . de la psiquis. Por lo ·demás, la psicología de Herbat no estaba basada
un saldo positivo que dio al mundo los instrumentos del saber con- sobre la experiencia, y únicamente asentándose en hechos metafísicos
temporáneo y al hombre un nuevo puesto en el cosmos. pudo idear su teoría, en nada confirmada por los hechos reales, de que
las representaciones tenían tendencia a durar eternamente. Otra tenta-
3. La metafísica de Herbat y el irraci<malismo de Schopenhauer. - tiva infeliz de Herbat fue la· de querer reducir la psicología a las leyes
En medio de las paradojas del siglo ·xrx, de ese csiglo estúpido» como de la matemática, y siempre partiendo del concepto de que las repre-
injustamente se lo calificara, la psicología misma presenta carácter sentaciones son una unidad permanente, que, por consiguiente, se puede
paradójico. Fluctúa entre la metafísica y la experiencia, y en ambos medir cuantitativamente, y cuyas combinaciones son calculables con
campos fracasa en su afán de convertirse en ciencia, tanto que Comte, precisión. Esta importancia que un filósofo estrictamente metafísico
como· sacerdote del cespíritu positivo», la condena a dividirse entre la como Herbat atribuyera a la psicología, y la tentativa que realizó para
sociología y la biología. De la escuela metafísica salieron dos pensa- reducirla a ciencia exacta, fueron acontecimientos notables para su
dores que por vías diversas y hasta opuestas contribuyeron al desarrollo tiempo. Era un signo evidente que la sentencia de Kant, de que la psi-
de los planteamientos psicológicos. Uno de ellos, F'RIEDRICH HERBAT cología jamás podría convertirse en una verdadera ciencia, se comen-
(1776-1841), procuró formular leyes psicológicas de manera nueva y zaba a encontrar demasiado absoluta y categórica. Por esta razón no
original, e intentó reducir en parte la psicología a un método rigu- han faltado autores 2 que consideran a Herbat como el iniciador de la
roso, a la par de las ciencias físicas y matemáticas. El otro, ARTHUR psicología científica.
ScHOPENHAUER (1788-1860), aunque abarcó en su sistema todas las ma- · En 1824-1825, Herbat publicó su Psychologie als Wissenschaft,s pero
nifestaciones de la naturaleza y del espíritu, penetró en el mundo de algunos años antes, en 1819, había aparecido la gran obra de Arthur
la conciencia e hizo luz sobre algunos elementos psíquicos a los que Schopenhauer: Die Welt als Wille und Vorsteltung, y en 1844 una
antes se daba poca importancia, fundamenta a la voluntad como expre- nueva edición con el agregado de una segunda parte. Mientras Herbat,
sión del inconsciente y de la conciencia en acción. Para Herbat, el fun- con los intelectualistas ingleses, da exclusiva importancia a la repre-
damento de la psicología es siempre la metafísica, que debe someter sentación, Schopenhauer es, bajo cierto aspecto, un antiintelectualista
a examen todos los elementos de la experiencia. Como todo el uni- decidido. Para él, lo más importante, lo más íntimo en el hombre, es
verso, así como el alma, es un complejo de unidad, en el que cada una la voluntad y no la inteligencia, nombre con el cual· engloba el com-
de las partes procura afirm~rse y vivir, sin dejarse dominar por las plejo de los impulsos que tienen su raíz en nuestra naturaleza moral
otras; y en este conflicto y en esta armonía de la unidad, que se llaman y fisiológica, y sobre los cuales la razón no tiene ningún poder. El
representaciones, consiste la vida psíquica. Algunas representaciones se oficio de la inteligencia no es iluminar la voluntad, de donde el hom-
funden mediante «asimilación», otras se unen en grupos mediante bre se conoce a fondo mediante ella pero sin ninguna esperanza de.
«complicaciones», y a veces están en abierto contraste. De estas diver- modificar la propia esencia íntima. Esa tendencia a vivir, a perdurar,
sas uniones nace una fuerza total que constituye nuestro Yo. En esta que Herbart pone en las representaciones, Schopenhauer la transporta
concepción de la vida psíquica, Herbat se apoya en las doctrinas psico• a la voluntad ciega, que sólo aspira a dominar y a expandirse. El hom-
lógicas inglesas de Hume y de Hartley, en su tiempo retomadas por bre cree que se dirige según· la propia inteligencia y razón, pero esto
James Mill, para· 1as cuales la conciencia era sóbre todo una multi- es una ilusi6n; en realidad, no hacemos más que seguir los propios
plicidad de sensaciones y de representaciones, con· la diferencia que a impulsos, que únicamente podemos dirigir muy débilmente. De este
las asociaciones las sustituía por la asimilación y la complicación. Den- modo aparece un dualismo completo entre las dos partes de la psiquis,
372 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 373
que están unidas sólo en apariencia y no tienen ninguna paridad en época, JAXoB F.RIEDRICB Fmn (1773-1843), profesor en Jena, procuró
la eficacia de su acción recíproca, porque es solamente la voluntad la desarz:oI_Iar el concep~ de Kant) del que se declaraba seguidor, sobre
que dirige y pliega la inteligencia, y no viceversa. Resulta claro que la ac~v1dad Y la· unidad de la vida psíquica, extendiéndose sobre la
este nuevo dualismo no es menos falso que el de los cartesianos. La doctrma de las sensaciones y de las asociaciones y atribuyendo por
psiquis <J.purece de este modo dividida en dos secciones, .de las cuales e~~ razón cierta importancia a los datos de la fisiología. Indagó tam-
una, la voluntad, como domina absolutamente en el universo, es tam- b1en en. la esfera del a priori del conocimiento, o sea en tomo de las
bién la esencia más profunda y verdadera de la conciencia; y la otra, concepciones de espacio y tiempo, y de las categorías del intelecto
la inteligencia, está reducida a un oficio meramente pasivo, de espec- aunque, no lo hizo como ·psicólogo, sino como filósofo trascendental:
tador impotente de la voluntad. Si buscamos la génesis de este con- i;rocuro encontrar el principio de la razón por medio de la cexperien-
cepto de la «voluntad», que Schopenhauer elevó y amplió a las cia>, o sea por medio de la autoobservación y de la descripción exacta
proporciones de un sistema especulativo, veremos que antes que en la de lo que se logra descubrir en la conciencia. De este modo, su sistema
historia de la psicología debe buscarse en la de· la ética. se. transfo~ en cantr?pología psfoológica>, que debe proceder con los
Fuera de las consecuencias que sacaba Schopenhauer de las ideas nusmos me.di?s matematicos de las ciencias naturales exactas.
psicológicas para sus puntos de vista morales y naturales, esta con- Otro ps1cologo cuyas obras gozaron de cierta fama en el siglo pa-
cepción es demasiado unilateral para pretender a Un valor científico ~do fue F~RICH EDuARD BENEKE (1798-1854), quien procuró en sus
serio, y la psicología moderna ha puesto completamente en claro su di~ersos trab~Jos, de los cuales los más notables son: Psychologische
absurdidad. Sin embargo, y a pesar de esas limitaciones, señala un Skizzen~ publicado en 1825-1827, y el Lehrbuch der Psychologie als
progreso importante en la psicología, porque llamó la atención sobre Na~urunsse11.Bchaft, del 1833, dar a la psicología carácter netamente bio-
la parte subjetiva de la· psiquis, entendida por sus sucesores como sen- l~gic~. No concuerd~ co1:1 Herbat al no reconocer ninguna facultad ori-
timiento y voluntad, y que antes de él había estado demasiado des- gm~ia para la conc1enC1a, pero admite que en ésta hay dos impulsos 0
cuidada. Es después de Schopenhauer cuando en la psicología se actitudes espontáneas, de la sensación y del movimiento, los que gra-
comenzó a dar más valor que nunca al elemento subjetivo de la con- du~ente se van desenvolviendo a partir de formas simples primitivas
ciencia, a eso que no se puede referir sino indirectamente a algo n:iecliante el conc~so continuo ?~ los ·excitantes externos. Las· impre-
externo a nosotros. Schopenhauer no es siempre muy claro en sus doc- s101?'~s externas deJan . en el espmtu huellas o disposiciones que por la
trinás y, como bien destacara Zeller, 4 a pesar de su idealismo, presenta acc10~ de nuevas excitaciones pueden pasar del estado inconsciente al
muchos p\lntos de· contacto con los materialistas y los fisiólogos, puesto consciente. Lo que tal vez haya de más. importante en la obra de Be-
que en última instancia termina por poner la sede de la voluntad hu- neke es que sostiene, y demostró con la analogía de la evolución de los
mana en el temperamento fisiológico del hombre y hace de las repre- prod~ctos naturales, cómo de las formas más bajas y simples de la vida
sentaciones un producto del cerebro. De Schopenhauer nació la ten- psíqw~ se pasa por desenvolv~iento continuo a las más elevadas y
dencia tan difundida en el siglo pasado de estudiar todas las sensaciones comple3as, lo que llama formacion de nuevas facultades· esas nuevas
que st? denominaban orgánicas y los sentimientos a ellas ligados, y que formas se .ofrecen a primera vista tan diversas de las prlmitivas que
tan gran papel se hizo desempeñar en la constitución de la conciencia. parec~n de naturaleza completamente diferente. sm. embargo, la psi-
cologia de B.eneke tie::ie carácter c~mpletamente espiritualista, porque
4. Fries, Beneke y el realismo . ..:._ Es ésta una época en la cual los da la mayor rmportancia al sentido mtimo, que él, como todos los psicó-
problemas psicológicos comienzan a ocupar nuevamente la atención de l~g~ desde Locke. hasta el surgimiento de la psicología experimental,
los filósofos y en la que se ponen las bases. teórico-cognoscitivas para distingue d~l sen;ido externo. La observación interior es, según Be-
una ciencia futura de los hechos psíquicos. Ya Kant había procurado neke, el único metodo de la psicología, porque el sentido interno sería
poner esas investigaciones sobre el buen camino con su doctrina de la ~s claro Y preciso que el sentido externo. Sin embargo, en sus aná-
csíntesis> y de la «materia> de la conciencia. Herbat, si bien había lisis, Beneke se conserva dentro de los límites de lo que es empírica-
dado un paso adelante con su tentativa de unificar las funciones psí- mente demostrable, evitando cualquier conclusión o deducción meta-
quicas y de reducir la psicología a ciencia exacta, hizo a la vez dar un físicas. Según su intención, quiere estar dentro de los marcos de un
paso atrás a esta disciplina· con su «mecanismo de las representacio- estricto realismo y ofrece sólo descripciones puramente psicológicas.
nes», con el cual era destruida la unidad de la conciencia que consti-
tuía aún el problema principal por resolver. Un filósofo alemán de la 5. La.a investigaciones ji8iol6gico-sensoriales. - En los decenios del
374 ALBERTO L. MERAN! HlsTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 375

siglo xrx, cuando las especulaciones idealistas y románticas están en la sensación que a éste corresponde, y causas diversas, que actúan sobre
pleno auge, el sentido pragmático de la ideología burguesa se revela el mismo sentido, provocan la misma sensación.> En el mismo segundo
con genio en la~ investigaciones biológicas y fisiológicas, que alcanzan volumen de su Fisiología, Müller también afirma el siguiente y funda-
un desarrollo inusitado, tanto que la moderna fisiología de las percep- mental principio de fisiología nerviosa: el.as excitaciones actúan ins-
,ciones sensoriales comienza con el siglo XIX, después que el inglés tantáneamente en toda la longitud de los nervios y en todas las fibras,
•Charles Bell, · hacia 1811, y el francés Fram;ois Magendie, hacia 1822, en cualquier punto que sean excitados.> La doctrina de la energía espe-
<lemostraron la existencia de diversos fascículos nerviosos sensoriales cífica de los sentidos, que von Helmholtz parangonó por su importancia
y motores. Fue el fisiólogo checo JOHANNES EVANGELISTA PuRKINJE con la ley de la gravitación, encontró rápidamente opositores, entre
(1787-1869), p~ofesor de· anatomía y fisiología en Bratislava y Praga, ellos Weber (1846) y Lotze (1852), pero finalmente logró vencer todas
uno de los primeros que se interesó por las bases fisiológicas de la las resistencias, afirmarse definitivamente y extenderse, tanto que hoy,
experiencia sensorial. Fuera de sus trabajos histológicos, que lo lleva- más que de una especificidad de la función de. los sentidos, se podría
ron al descubrimiento de las células en candelabro de la corteza cere- hablar de una especificidad. de funciones de los nervios. Kiesow pro-
bral o células de Purkinje, su contribución esencial a al psicofisiología puso para el principio descubierto por Müller el nombre de cdoctrina
es el análisis de las variaciones de la relación entre los colores durante de la funcióri específica de los órganos del sentido>. Müller se conservó
el pasaje de la luz del día a la de crepúsculo, que le hace descubrir que fiel a la doctrina aristotélica de los cinco sentidos, pero en lugar del
durante el crepúsculo los tonos azul-verde se vuelven relativamente tacto introduce el Gefilhlsinn, que debía representar un sentido par-
más claros, mientras que los rojos se hacen más oscuros, fenómeno que ticular difuso en todo el cuerpo y provisto de nervios propios, los que
hoy conocemos como de Purkinje. También se ocupó de los fenómenos debían brindar sensaciones «específicas>. Para este sentido, y única-
que acaecen en el interior del globo ocular, y logró demostrar que se mente para éste, debía ser válido el principio tradicional del dolor,
puede ver la sombra de los propios vasos retinianos cuando se mueve para el cual un estímulo demasiado fuerte da una sensación dolorosa.
una fuente luminosa en posición lateral o inferior al ojo: figuras de Esta concepción debía formar el núcleo en torno del cual se desarro-
Purkinje. Estas observaciones son una mínima parte de sus estudios, llará más tarde, y continuará hasta hoy, el debate sobre la naturaleza
que se extienden desde el vértigo al nistagmo hasta los disturbios de del dolor.
'
.1os organos '
.sensoriales, motores y vegetativos. Fue el primero en Es sobre la base de una concepción de la naturaleza estrictamente
emplear el término «protoplasma» y en analizar el efecto de fármacos físico-química de los fenómenos fisiológicos desarrollada por Dubois-
que utilizó sobre su propio cuerpo, creando en 1829 el término d~ Raymond, · o sea concepción energética de la vida, que HERMANN voN
<1:farmacología fisiológica», expresión que erróneamente se suele atri- HELMHOLTZ (1821-1894) edifica su obra. En 1847 publica su memoria
buir a Kraepelin. Vber die ETha.ltung der KTaft, que generaliza en prU:,.cipio la indestruc-
Como Purkinje, el alemán JoHANNES MÜLLER (1801-1858), que fuerá tibilidad de la energía en sus transformaciones, y da así actualidad a la
zoólogo, anatomista y fisiólogo, compartió las líneas de la llamada «filo- tesis de Julius Mayer (1814-1878), quien formulara antes de Joule
soJía natural romántica», como la habían creado Goethe y Schelling, (1843) el principio de equivalencia de las energías mecánica y térmica.
pero liberada de concepciones metafísicas como las de la existencia de Pero la parte más importante de su obra fueron sus geniales experi-
una «fuerza vital» supramecánica e inmaterial. De esta cosmovisión mentos orientados al estudio de la conducción nerviosa y al funcio-
sacó sus puntos de vista sobre el fenómeno vida que nunca abandonará, namiento de los órganos de los sentidos. El mayor descubrimiento de
aunque se separe en puntos fundamentales de los filósofos de la natu- von Helmholtz consiste en la determinación realizada en 1850 de la
raleza, y que constituye su gran originalidad: la unión de la fisiología «Velocidad de la corriente nerviosa>, que estableció en treinta metros
y de la anatomía comparada, y es como comparador que en 1826 intro- por segundo para los nervios motores, dato que después fue confir-
duce la fisiología en la psicología con sus tesis sobre la fisiología com- mado como esencialmente exacto por el resto de los investigadores.
parada del sentido de la vista: Zur vergleichenden Physiologie des Sus trabajos de óptica y de acústica fundaron sólidamente la fisiología
Gesichtsinnes, y en la cual se echan las bases de la teoría de la energía de las funciones sensoriales. En este sentido, su obra es intermedia entre
específica de los nervios de los sentidos, que luego será concretada y la de Fechner, cuya ley psicofísica está todavía dentro de un contexto
difundida por el mundo en el segundo volumen (1840) de su gran tra- metafísico, y la de Wundt, que fuera su asistente en Heidelberg. Helm-
tado de fisiología. La doctrina de Müller sobre la cenergía específica de holtz fue el niás eminente fisiólogo matemático del siglo XIX y con-
los nervios:. se anuncia: «La misma causa provoca en cualquier sentido cluyó su carrera en .una cátedra de física en Berlín.
3i6 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 377
6. El impacto darwiniano. - Para la historia de las ciencias de la la ~c,'.1 forma viviente capaz de desarrollo integral, por la medida,
vida el año 1858 es el de la publicación simultánea por CHARLES DAR- a prwri d8:da, de los desarrollos respectivos de todas las otras formas.
WIN '(1809-1882) y ALFRED RussELL WALLACE (1822-1913) de sus teorías Resulta as1 presentado como el pµnto de llegada efectivo de una des-
concernientes al mecanismo de la evolución biológica, pero para la ce.ndencia Y no como el polo ideal de una ascensión. En acumulando
historia general de las ideas, y en especial de la psicología, representa toda la herencia animal no representa una jerarquía de hecho, por-
el impacto del hombre enfocado lisa y llanamente desde el punto de que puede ser superado: cSe puede excusar al hombre de sentir algún
vista animal. La burguesía asentada ideológicamente en el idealismo orgullo de la elevación que alcanzó, aunque no fuera por sus propios
y el romanticismo filosófico había creado, con su capacidad pragmá- esfuerzos, en la verdadera cumbre de la escala orgánica; y el hecho de
tica y a pesar de sus ideólogos, las condiciones necesarias para una que así se haya elevado -continúa Darwin 6-, en lugar de haber sido
revisión del concepto de naturaleza humana. En efecto, cuando Darwin colocado allí primitivamente, puede hacerle esperar un· destino todavía
y Wallace declaran que se debe considerar la formación de las varie- más alto _en un porvenir alejado.:> Semejante concepción de la relación
dades, de subespecies y de especies como fenómenos susceptibles de entre el animal y el hombre no alcanzó, sin embargo, de inmediato toda
ser explicados en partiendo del hecho de la variación individual de los la repercusión que se podía esperar en el dominio de la psicología
organismos, es a una. filosofía biológica, la filosofía de la naturaleza comparada. En lo que se refiere a las facultades mentales, Darwin se
que la clase en el poder aceptara, la que destruyen. Sin embargo, su prop~ne, en La descendencia, demostrar cque no existe ninguna dife-
golpe alcanza en pleno rostro a la psicología, que no puede escapar a rencia fundamental entre el hombre y los mamíferos más elevados>.
las discusiones y polémicas suscitadas por la tesis del Origen de las Pero esta diferencia puede ser borrada de dos maneras distintas: ya
especies. Si bien es cierto que esta obra no dice nada sobre los orígenes sea que se tome por término de referencia al animal o al hombre. La
humanos, no es cuestión de creer que Darwin, desde 1838, .no se haya condición, por lo menos necesaria, de una filogénesis auténtica en el
planteado repetidamente el problema, que deja precavidamente en pe- orden del psiquismo, es de comenzar por el animal estudiado' en su
numbras para no· despertar mayores prevenciones contra la teoría de especificidad psíquica. Aquí, Darwin procedió como más tarde Berg-
la selección natural. Tanto es así, que escribe en las últimas páginas de son 6 reprochara a Spencer de haberlo hecho: traza, en sus grandes
su ob1·a: «Veo, en el porvenir, campos' abiertos delante de investigacio- rasgos, la continuidad del desarrollo intelectual del animal al hombre
nes mucho más importantes. La psicología reposará sobre una nueva pero dando de antemano la inteligencia humana como presente, en todo~
base ya establecida por Herbert Spencer, o sea sobre la adquisición sus elementos, en los antecedentes del hombre. Aunque para la fe-
nece:.ariamente gradual de cada facultad mental. Una viva luz ilumi- cha, 1871, el desarrollo ha dejado de significar preformacióri, Darwin
nará entonces el origen del hombre y su historia.:> Esta luz los darwi- procede sosteniendo la ilusión de descubrir, por la observación de los
nianos procuran proyectarla antes que Darwin mismo, sobre todo a animales, los rasgos ilusoriamente tenidos por característicos del hom-
través de la obra de Haeckel, lo que obliga al maestro a no quedar bre .que de ellos evolucionará.. Sin duda, su gran mérito de haber re-
rezagado. Además, las reservas de Wallace concernientes a la acción chazado el antropomorfismo queda oscurecido porque hace, evidente-
de la selección natural sobre el desarrollo del hombre apresuraron la mente, antropocentrismo. Si bien Darwin denuncia el prejuicio que, en
publicación de La descendencia del hombre, cuya primer? edicióX: apa- la elaboración de la sistemática zoológica, condujo, de primera inten-
rece en 1871 y que tiene por finalidad apuntalar una formula literal- ción, al hombre a elaborar para él mismo un reino separado, no se
mente paradójica: «El hombre desciende de un tipo inferior>, paradoja percata de que en buena lógica, una vez afirmada la homogeneidad
que es en realidad la expresión del principio del evolucionismo de la de las facultades mentales del hombre y de los animales superiores,
identidad naturalmente asentada, de las relaciones de anterioridad con todas las clasificaciones, explícitas o implícitas, fonnadas por· vivientes
la poste;ioridad y de la inferioridad con la superiorida~. Pero más se equivalen en tanto que procederes vitales de organización y de re-
significativo aún para la psicología es que La descendencia, reforzada ferencia de sus medios respectivos de vida, dado que en esas clasifica-
en 1872 por la aparición de La expresión de las emociones en el hombre ciones todo ser viviente refiere . su experiencia a sus intereses espe-
y el animal, dio las bases para la psicología comparada. No cabe duda, clñcos.
y el análisis lo demuestra, que en La descendencia Darwin hace por Estos aspectos epistemológicos de la gran obra de 'Darwin son de
primera vez en la historia antropología sin antropomorfismo, Y que es primerísima importancia para el d~sarrollo de la psicología, porque por
a partir de esta obra que se desarrolla la psicología comparada de los un lado la separaron. radicalmente de sus raíces metafísicas y ontoló-
animales y del hombre. El hombre no es tenido desde entonces como . gicas para centrarla en el viviente como ser que biológicamente evo-
378 ALBERTO L. MERANI

luciona, pero por el otro lado ejerció influencia negativa sobre la psi-
cología animal, que enclaustra con el antropocentrismo. Es, pues, de
este modo como la ventaja obtenida por una parte se pierde por otra,
y como todavía ' en nuestros día~ la antropología concreta se resiente
de darwinismo, o sea que, superado el antropomorfismo, se cae insen-
siblemente en antropocentrismo, y la psicología animal, que como rama
de estudios comparados debió ser la fuente de las raíces evolutivas de
la humana, aparece como tronco desgajado de ésta y una ilusión de psi- CAPÍTULO 2
cología. En cuanto a la psicología humana propiamente dicha, Dar-
win le abre el camino de la biofogía y le prepara, sin presentirlo, el LA PSICOLOGíA INGLESA DE LA ASOCIACIÓN
veto epistemológico de Comte. Mas, sea como fuere, el impacto general
de Darwin sobre la psicología corresponde al impacto de sus ideas sobre
la cosmovisión del siglo. Tal vez nadie lo presintió mejor que Carlos l. El «bu.en sentido:. de la ideologfa inglesa. - La Revolución fran-
Marx cuando escribió a Darwin sin obtener respuesta, y nadie lo adi- cesa, que tantos cambios produjo en el continente europeo con sus
vinó mejor que Darwin cuando no contestó, temeroso sin duda de haber corrientes de ideas que terminaron por modelar al mundo moderno,
ido realmente más allá de lo que se proponía. El siglo de la revolución encontró a Inglaterra en posesión de instituciones políticas .bien asen-
y la contrarrevolución se cierra con la revolución darwiniana, que re- tadas y. que habían pasado la prueba de fuego. La sociedad inglesa se
presenta el primer escalón de la nueva ideología que dentro del mundo había constituido en sus grandes líneas tal como más o menos quedará
burgués del siglo XIX se está estructurando. hasta la primera guerra mundial. Es a los hombres del Medievo inglés
que fue debida esa fuerte estructura político-social, y del uso que de
ella hicieran sus descendientes dependía el porvenir de la isla, que
podía desarrollar un aislacionismo completo y, alertada por la expe-
NOTAS riencia de los riesg0$ que había corrido, satisfacerse de los resultados
l. Elisée Reclus, L'homme et la terre, Loe. cit. obtenidos y replegarse sobre ella misma. Por el contrario, podía apro-
2. Como por ejemplo, Téodule Ribot, La Psychologie Allemande contem- vechar de . sus condiciones geográficas, del espíritu de empresa de que
poraine, París, 1879. · sus mercaderes hacían prueba, y ensayar crearse nuevas salidas que la
3. Las obras psico16gicas de Herbat son: Lehrbuch zur Psychologie, 1816, Y .convertirían en. imperio. Sabemos que los ingleses escogieron el se-
Psychologie als Wissenschaft, neu gegründet a.uf Erfahrung, Metaphysik und
Matematik, 1824-1825. gundo camino, y que el «buen sentido:. de su burguesía la llevó a con-
· 4. Zeller, Geschichte der neuren deutschen Philosophie, Berlín, 1892. Los vertirse, en el siglo XIX, en creina> de los mares y «gendarme> del
trozos de Schopenhauer en los que mejor se manifiestan sus teorías psicol6gicas comercio mundial. La burguesía que así procedía contaba con una larga
están dispersos en toda su obra principal, pero se encuentran especialmente en tradición de liberalismo nacido del libre examen. El triunfo del pro-
el libro II del vol. l.
5. Charles Darv.1n, La descendance de l'homme, trad. franc., 3.ª edic., Pa- testantismo y la transformación de la Iglesia en nacional crearon con-
ris, 1891. diciones intelectuales especialísimas: junto a un deísmo exacerbado,
6. Henri Bergson, L'Évolution Créatrice, París, 1907: cExpliquer l'intelli- la cultura inglesa conservó las premisas esenciales del individualismo
gence de l'homme par celle de }'animal consiste done simplement a développer
burgués, y, alejados los espíritus de problemas metafísicos fundamen-
en humain un embryon d'humanité.»
tales, reconocieron que el estudio puro y sjinple de hechos podía cons-
tituir una filosofía práctica de la vida, cuyos antecedentes inmediatos
se remontaban a Locke y a Hume. Es evidente que después de Locke,
e incluso antes de él, el estudio de los hechos empíricos, incluidos los
de la conciencia, gozó del favor de los ingleses: posiblemente ningún
pueblo trabajó tanto por una filosofía considerada independientemente
de la metafísica. En efecto, si echamos una mirada a la historia del
pensamiento en el siglo pasado, fuera de Alemania, apta para todo
· aunque siempre desemboque en la metafísica, en Italia la filosofía empí-
380 ALBERTO L. MEBANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 381
rica es pobrísima, y en Francia deriva siempre hacia la lógica. Para disentimientos sobre algunos puntos secundarios. Si dejamos, pues, de
la ideología inglesa, por el contrario, es natural, tanto, que representa lado las opiniones personales y las soluciones discutidas, resaltan los
Wla tradición no interrwnpida que por Brown se une con la escuela puntos sobre los que concuerdan y que son los de la escuela experi-
escocesa y por James Mili alcanza a Harley y a Hwne,_ para mante- mental. Para el consenso ideológico de los ingleses del siglo pasado, la
nerse constante sobre las huellas de estos últimos. Y esta continuidad, psicología ·tiene por objeto los hechos de conciencia, sus leyes, sus
es bueno repetirlo, se debe al «buen sentido:. de la burguesía inglesa. En causas inmediatas, sus condiciones, y se propone tanto analizar los he-
efecto asentados sobre la más pura tradición del comercio, empu- chos complejos como mostrar que se forman por una síntesis de hechos
jados 'por razones geográficas e históricas a la competencia, los bur- simples. Con sentido pragmático, la psicología inglesa se ocupa de los
gueses de Inglaterra supieron en la época modt;ma encontrar ~ás fenómenos. ¿Qué es el alma o el espíritu? Lo ignora; es una cuestión
rápidamente que sus congéneres del continente la v1a del «aurea medio- que está fuera de su alcance y que cede voluntariamente a la meta-
critas> que ofrece a los espíritus ávidos de ganancias y de poder segu- física, de la que sus filósofos poco o nada se ocupan y campo predi-
ridad ~n la continuidad. En la ideología inglesa del siglo pasado, el lecto de los teólogos. La psicología inglesa no es espiritualista ni ma- •
fervor idealista está atenuado, el virus del romanticismo no se intro- terialista, es experimental; En cuanto a su método, es doble: estudia
duce y, realista por tradición, sabe atenerse a los hechos antes que a los fenómenos psicológicos, subjetivamente, por medio de la conciencia,
las ideas. Es verdad que entre sus filósofos encontramos la -«escuela del de la memoria y del razonamiento; objetivamente, por medio de hechos, .
a. priori>, representada por Hamilton, Whewell, Mansel, pero n.o ~s de signos, de opiniones y de acciones que los traducen. Y cuando estu-
menos cierto que debieron enfrentarse con la «escuela del a posterwru, dia los hechos de conciencia, no lo hace simplemente en el estado
que contó con los Mill, con Bailey, con Spencer, que finalmente imp1;150 adulto; procura descubrir y seguir su desarrollo. De aquí que contenga
su orientación a todo el pensamiento inglés, incluso hasta nuestros d1as. el germen de una embriología de las conductas. También rec\irre al
Aceptadas estas condiciones no es düícil comprender que la antro- método comparativo, y no desdeña las manifestaciones más insignifi-
pología .inglesa debía encaminarse hacia el más estricto empirismo. cantes de la vida psíquica, recordando a cada paso que nada fue más
Ningún pueblo del siglo pasado tenía tantos contactos con el mundo, útil a la fisiología comparada que el estudio de los organismos infe-
y aunque en todas las partes donde llegó como comerciante primero, riores. Para la psicología inglesa del siglo XIX, la conciencia es la pala-
conquistador después, se mantuvo al margen de la miscigenación y, bra que expresa, de la manera más general, las diversas manifestacio-
o:rgullosamente racista, se conservó «puro>, también es verdad que nes de la vida psicológica; y consiste en una corriente continua de
sus viajeros y científicos, entré ellos Darwin, que tantas enseñanzas sensaciones, ideas, voliciones, sentimientos, etc. El primer hecho fun-
obtuviera de su viaje alrededor del mundo en el Beagle, supieron damental, el que constituye la conciencia, es la percepción de una dife-
ser realistas y ecuánimes en la observación. El espíritu de apego por rencia. El segundo, el que continúa la conciencia, es la percepción de
los hechos prevaleció por encima de sus peculiaridades nacionales Y les una semejanza. El único hecho psicológico. primitivo e irreducible es la
permitió, antes que otros países, aceptar al ho~bre como f~rman~o sensación. Y la ley más general que rige a los fenómenos psicológicos
parte de la naturaleza. Este aspecto no bien analizado de la ideolog1a es la ley de la asociación, que por su carácter comprensivo comparan
inglesa del siglo pasado configura dos hechos notables: 1) fue susten- con la ley de atracción en el mundo físico. La asociación tiene· Jugar
tada por rma burguesía que supo mantenerse reaccionaria sin pasar por entre hechos de la misma naturaleza: asociación de sensaciones entre
exaltaciones igualitarias; 2) aprendió a ser práctica de primera inten- ellas, de ideas entre ellas, de voliciones entre ellas, etc.; o entre hechos
ción y lo demostró en su apego al concepto simple pero efrciente del de naturaleza diferente: asociación de sentimientos con ideas, de sen-
asociacionismo en filosofía y en todas las manifestaciones del saber saciones con voliciones, etc.
en que pudo aplicarlo. La burguesía continental aparece frente a la Nada más simple que esta enumeración para mostrarnos hasta qué
inglesa escindida en teoría y práctica, y a ello debió sus mayores sin- grado llega el empirismo inglés, y nada más demostrativo de la faceta
sabores· la inglesa es unitaria: teoría y práctica marchan de la mano científica de una ideología anclada en el realismo más absoluto y en
' sobre la eficiencia, lema absoluto del progreso econom1co
y asientan ' . Y la convicción de que esfuerzo, tenacidad y cooperación transforman el
del poderío burgués. Debe en Haber y señalan. las vías del progreso y del poder. De aquí
No es, pues, de extrañar que al encarar la psicología inglesa del que para los pensadores ingleses del siglo pasado los hechos de con-
siglo XIX nos sorprendan de primera intención dos cosas: el acuerdo ciencia tengan la propiedad de durar, de dejar su huella y de reapa-
de los filósofos sobre las cuestiones capitales de la psicología Y de sus de donde resultan la memoria y la imaginación, en siendo la
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asociac1on el fondo de esos fenómenos, aunque no los explique por · . bien compuesto. La verdad es que casi siempre el lógico prevalece
completo, y que sobre el origen de las ideas no estén con los sensua- sobre el psicólogo, que reduce todo a sensaciones, ideas y asociaciones
listas (Locke, Condillac), ni con los racionalistas (Descartes, Leibniz)¡ de ideas. En el mundo psíquico de Mill hay un solo hecho: la sen-
ni con los criticistas (Kant). A los sensualistas les dicen: la hipótesis sación; una sola ley: la asociaci6n. En cuanto a su método, no lo explica,
de la tabula rasa es falsa, contraria a los hechos. Olvida que en el acto pero procede siempre subjetivamente, a la manera del siglo ~. al
del conocimiento el espíritu pone tanto como recibe. A los racionalistas que cronológicamente corresponde. Tampoco aparece en él ninguna
les objeta: habéis visto que en el acto del conocimiento hay algo que huella de psicología comparada, como fuera casi la norma de sus suce-
viene de dentro; pero la hipótesis de las ideas innatas .o en el estado sores. También es del siglo de las luces por su tendencia a considerar
virtual es insostenible. ¿Qué .sería una idea en estado latente, una exclusivamente los fenómenos en el espíritu de un adulto y europeo.
idea que no se piensa? ¿Por qué si las ideas son primitivas y están Pero en llevando el sentido práctico de la. burguesía que representa
completas en la inteligencia, por qué se producen tan tarde, en lugar a los estudios psicológicos, piensa que la educación sería más instruc-
de ser las primeras en el orden cronológico? En cuanto a los partidarios tiva y sistemática si la psicología fuera mejor. Bien conocido como his-
de Kant, les reprochan: vuestra doctrina trascendental de las formas toriador y como economista, tanto o más que como filósofo, James Mill
del pensamiento, buena en lógica, es mala en psicología. Es verdad que dejó una Historia de la India Británica y unos Principios de ecan.omia
esas formas se encuentran en el fondo de nuestros conocimientos, ya política, inspirados en Smith y Ricardo. Sus Memiorias son un valioso
que se las puede sacar de ellos; pero, ¿cómo es que se encuentran allí? documento que nos da una idea clara del . hombre, de sus hábitos y
Es una cuestión de génesis que no examináis porque siempre razonáis sobre todo de su dependencia del medio.
en la hipótesis de un espíritu adulto y completamente constituido. Des- Sabemos que Hume lo explicaba todo en razón de tres cosas: la
cartadas estas soluciones, da las suyas. Reconoce al espíritu espon- impresión, la idea y la unión de ideas. El fenómeno primitivo es la im-
taneidad propia que elabora y transforma los materiales que vienen de presión, o sea la sensación; la idea es una copia debilitada de ésta, y las
afuera; pero esta espontaneidad tiene sus raíces en el organismo, en ideas se asocian, se unen, y de ello resultan fenómenos complejos o
particular en la constitución del sistema nervioso. En resumidas cuen- agregados. James Mili ta.mbién admite únicamente sensaciones, ideas
tas; esta solución es la transformación fisiológica de la doctrina kan- y asociaciones de ideas. Las sensaciones las clasifica en siete grupos:
tiana de las formas del pensamiento. olfato, oído, vista, gusto, tacto, sensaciones musculares, sensaciones
del canal alimentario. Es una particularidad de nuestra constitución
2.. James Mill; un solo hecho: la· sensación; una sola ley: la ·aso- que cuando nuestras sensaciones cesan por ausencia de sus objetos,
ciación. - JAMES MILL (1773-1836), alto funcionario de la Compañía de algo quede. Después de haber visto el sol, si cierro los ojos, no lo
las Indias, fue un típico representante de la ideología inglesa del veo más, pero aún puedo pensar en él. Lo que sobrevive a la sen~
«common sense~, que unía la vocación científica y filosófica con el sen- sación, Mill lo llama cuna copia, una imagen de la sensación, a veces
tido práctico del imperialismo militar y económico. Por la fecha de su una representación o una huella de la sensación>.1 Esta copia es la
muerte podría ser prácticamente incluido en el siglo xvm, pero sus idea. La facultad general de tener sensaciones la llarria sensación; la
ideas, aunque la mayoría no fueran enunciadas en el siglo pasado, facultad general de tener ideas la llama ideaci6n. Como la idea es copia
hacen que se le reconozca como hombre de la centuria decimonona, de .la sensación, y para Mili hay ocho grupos de sensáciones, hay ocho
máxime cuando su influencia sólo comenzó a ejercerse a partir de 1869, grupos de ideas. Por lo demás, conocemos las sensaciones simples y
cuando apareció una nueva edición de su Análisis de los fenómenos del esos sentimientos secundarios que son las imágenes, lo cual representa
espíritu, con amplias notas de su hijo John Stuart Mili y de Alexander los dos estados de conciencia primitivos. De ellos, nos dirá nuestro
Bain. Sin duda se trata de una obra de transición, que únicamente fue autor, resultan todas las combinaciones cuyas variedades son innume-
bien comprendida a partir de la segunda edición. Ubicado ~n su rables y que se producen por la asociación de ideas. Aunque James
tiempo, el Análisis procede mucho más de Hartley que de la escuela Mili haga hincapié en la Asociation-Psychology, que será la ley más
escocesa, a la cual se lo suele unir. No acude al sentido cpmún ni a general para sus sucesores, la doctrina aparece en él en sus principios,
prejuicios, como era corriente en esa orientación filosófica; tampoco pero, apoyado en Hume y en Hartley, ya le da forma neta. Para Mili,
se vale de la explicación por facultades que se inventan para salir del la asociación es un hecho tan general que nuestra vida entera consiste
atolladero. Su explicación de los fenómenos del espíritu es muy sim'- en un train of feelings, una serie de sentimientos. Recordemos una vez
ple, tal vez demasiado simple, aunque su trabajo sea neto, metódico y más que para los asociacionistas la sensación se produce tanto entre
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sensaciones como entre ideas. Así, la asociación entre sensaciones debe lo que hay de más interesante ·en las pasiones y afecciones de los hom-
tener lugar conforme al orden establecido entre los objetos de la na:tu- bres. No es, pues, de sorprender que esas series de ideas agradables
raleza, 0 sea según un orden sincrónico o según un orden su.cesmo .. hayan llamado particularmente la atención, y que en las primeras eda-
El orden sincrónico o de existencia· simultánea es el orden en el espa- des, cuando la poesía era toda· 1a literatura, haya podido merecer un
º.
cio; el orden sucesivo, o de existencia ante~ior posteri?r, es el ord~ nombre particular más que las series de ideas de otra clase... En el ·
en el tiempo. El gusto de una pera, su resistencia en mi boca, la soli- caso del abogado, la serie de ideas lleva a una decisión favorable para
dez de la tierra que me arrastra en el espacio, etc., son ej~mplos de la parte que defiende; no tiene nada agradable en sí misma. Todo el
asociación sincrónica. Arrojo un guijarro, sigo su traye~toria con. la placer deriva de la finalidad. Lo mismo ocurre para el mercader. La
mirada, lo veo golpear contra una ventana, romper un cristal: a~ocia­ finalidad del matemático y del físico es la búsqueda de la verdad; sus
ción sucesiva. y como nuestras ideas derivan de nuestras sensaciones, series de ideas están dirigidas hacia ese objto y son, o no son, una
no de los objetos mismos, por analogía debemos esperar que su orde.n fuente de placeres seg\ín se alcance o no la finalidad. Pero el caso del
derivará del de las sensaciones, de donde, como ocurre en la mayo:ia poeta es completamente diferente. Su serie de ideas es su propio fin.
de los casos «nuestras ideas nacen o existen en el orden con que exis- Es completamente agradable o el fin está equivocado.> 4 En cuanto a
tieron las s;nsaciones de las que son copias>.2 Tal. es para Mili la ley la memoria, Mill acepta . que todos· los que la estudiaron están de
general de la asociación de ideas. C~ando las sei;~acio~es s; produce~ acuerdo en que se trata de una facultad compleja. Pero, ¿en qué se
simultáneamente, las ideas se despiertan tamb1en simultaneame~te, resuelve? Para Mili, únicamente contiene ideas y asociaciones de ideas.
cuando las sensaciones han sido sucesivas, las ideas nacen sucesiv~­ En primer lugar, es verdad que las ideas constituyen la parte funda-
mente. «En los tribunales -destaca Mili- se ha notad? que los testi- mental porque sólo rec9rdamos con ideas, y, por consiguiente, para
gos oculares y auriculares siguen siempre en .su relato el or~en cro- que haya memoria se requiere que haya ideas. ¿Y cómo se produce la
nológico 0 sea el orden de sus sensaciones; mientras l_os que mventan idea, que es parte de la memoria? Por asociación. Para nuestro autor,
raramen'te siguen ese orden.> a Además, la asociación. no sólo ocurre esto es fácil de probar. Hemos estado unidos a una persona en la que
entre las ideas simples, sino también entre las comple:as, que se fun- no hemos pensado desde hace mucho; una carta suya, o una observa-
den de manera de componer una idea que parece simple. ÉStas son ción que gustaba repetir y que resuena en nuestros oídos, ésas · son
nuestras ideas de la mayoría de los objetos familiares; la idea de pared, circunstancias asociadas con la idea de la persona y que nos la traen
por ejemplo, es una idea compleja que resulta de las ideas ya comple?as a la memoria. De la misma manera, cuando procuramos recordar algo
de ladrillo, de arena y de cal. Los principios sobre los que se asocian recurrimos a diversas series de ideas, con la esperanza de que una u
las ideas eran tres para Hume: la contigüidad en el tie171po Y e.n ·el otra nos sugiera la idea que buscamos. }iasta aquí ninguna dificultad
espacio, la semejanza y la causalidad. Mili únicame;1t.e admite el _P~er aparente; en el sistema de asociaciones de James Mill todo funciona
principio, contigüidad en el espacio (orden sincromco) Y cont~idad con la analogía entre asociación y la fuerza de la atracción universal.
en el tiempo (orden sucesivo), y se esfuerza, con un ensayo de simpl~­ Pero hay dos casos en la memoria que introducen variantes: cuando
ficación que su hijo, al anotar el AnalySis, juzga como «el menos feliz recordamos· sensaciones y cuando recordamos ideas. Mili recuerda
de toda la obra>, por reducir los otros dos al primero: haber visto al Rey pronunciar un discurso en la apertura de las sesio-
La imaginación y la memoria tienen un ¡mesto. im~ortante en l?s , ne.s del Parlamento inglés: memoria de sensaciones; y también recuerda
análisis de James Mili, que nos presentan. la conciencia como el nu- 'haber leído el relato de la sesión cuando Napoleón I abrió, por pri-
mero de nuestros sentimientos tomados· uno por uno, en tanto que la mera vez, las cámaras francesas: memoria de ideas. En uno y otro
imaginación es el número de. una sucesión de sentimientos o de ideas, caso, el reconocimiento del recuerdo, como perteneciente al pasado, es
aunque sea grande la diversidad· de esas sucesiones. En efecto, son muy una idea muy compleja que consiste en tres elementos principales:
diversas en el comerciante ocupado de satisfacer sus clientes, en el 1) un estado de conciencia actual que llamamos el yo recordándo-
médico atento al diagnóstico que -debe hacer de la enfermedad. de su se; 2) un es~do de conciencia que llamamos el yo que percibió o con-
paciente, en el militar que dirige a sus hombre.s en !ª batall~ o en el Cibió; 3) los estados de conciencia sucesivos que llenan el intervalo
científico que investiga. Mill hace resaltar con mgemo el caract~r por entre esos dos puntos. De este modo, según nuestro autór, recorremos
el cual las asociaciones de ideas del poeta difieren de las demas que rápidamente por el pensamiento la serie de estados de conciencia,
se le asemejan. cLas ideas del poeta son las ideas de todo lo que hay de intermediarios, entre el momento del recuerdo y el momento en que
más sorprendente en las apariencias visibles de la naturaleza Y de todo el acontecimiento se produce, y es por este movimiento rápido que un
386 ALBERTO L. MERAN! msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 387

hecho se nos aparece como pasado, y por la serie de la memoria difiere ' paron de ellos. Solamente dos intentaron tratarlas a fondo: James Mill
de la imaginación. Todo se reduce, pues, a una asociación de ideas, y Alexander Bain. Sin embargo, por amplio y profundo que sea al res-
puesto que solamente existen la idea del yo presente (el yo que se pecto el estudio de este último, queda como la parte más débil de su
recuerda), la idea del yo pasado (la palabra que se recuerda) y la obra. James Mill comienza por considerar los fenómenos del pensa-
idea de una serie de estados de conciencia que llenan el intervalo. miento como divididos en dos clases: facultades intelectuales y facul-
De la memoria, la psicología de Mill pasa a las operaciones que dan tades activas. En el primer caso, las sensacio.nes y las ideas son con-
las nociones abstr~ctas y generales: la clasificación y la abstracción. .; siderados como simplemente existentes; en el segundo son considera-
La clasificación e,s el proceder por el cual reunimos los objetos de nues- dos como excitante de la acción. Destaca, como vimos, que los de la
tros sentidos y de nuestras ideas en algunos agregados llamados cla- primera clase pueden formar grupos más o menos complejos y que se
ses. Pero, ¿en qué consiste ese proceder por el cual los individuos for- suceden según leyes determinadas. Los de la segunda clase son igual-
man en clases, separando tales y tales de los otros? «Lo consideramos mente aptos para· formar grupos y sucederse según leyes determinadas.
bajo una cierta idea de unidad como siendo algo en ellos mismos.» 5 Hasta aquí, las dos clases de fenómenos concuerdan, y sólo queda a
Este problema, que por siglos ha sido piedra de escándalo, Mill lo Mili la tarea de buscar las diferencias propias ·a la última. Todas nues-
explica únicamente por medio de la palabra y de la asociación de ideas. tras sensaciones son agradables, desagradables o indiferentes. Desea-
cLa palabra hombre -nos dice-, de primera intención es aplicada a mos prolongar las primeras, poner fin a las segundas; en cuanto a las
un individuo; de primera intención es asociada con la idea de este terceras, no procuramos prolongarlas ni abreviarlas. Nuestro autor se
individuo y adquiere la facultad de despertar la idea. En seguida es limita a decir que las sensaciones indiferentes son probablemente las
aplicada a otro individuo y adquiere la facultad de despertar la idea· más numerosas y sin estudiarlas. Placer y dolor son, pues, dos hechos
y así sucesivamente hasta que haya adquirido la facultad de desperta; primitivos. Pero esos hechos tienen causas, y esas causas son de dos
un número infinito de. esas ideas e indiferentemente. ¿Qué ocurre en- clases: próximas y alejadas. Pero esto no es todo; hemos visto que las
tonces? Que todas las veces que se presenta despierta un número infi- sensaciones pueden ser conservadas y reproducidas, y que esas repro-
nito de ideas de esos individuos; y como las despierta en combinación ducciones se llaman ideas. De la misma manera, cualquier sensación
estrecha, forma una especie de idea compleja.» «De ello resulta que la de placer o de dolor puede ser reproducida, y así se forman ideas de
palabra hombre no es una palabra que responde a una idea simple, lo placer y de dolor. Una idea de placer o de dolor es un estado de con-
que es la opinión de los realistas; ni una palabra que responde a alguna ciencia muy neto y conocido. por todos. Pero la idea de un placer no es
idea, lo que es la opinión de los nominalistas; pero una palabra que . un placer, y la idea de un dolor no es un dolor. La idea de placer se
despierta un número infinito de ideas, por las leyes irresistibles de la llama deseo; la idea de dolor se llama adversi6n. Pero las sensaciones
sensación y formando una idea muy compleja e indistinta, pero no agradables o desagradables y las ideas de esas sensaciones no son úni-
por ello inteligible.»~ La gran particularidad de esta teoría es que no camente actuales. P.ueden relacionarse con el pasado, por la memoria;
con el porvenir, por la anticipación. Conocemos el mecanismo de la
emplea, ni siquiera de nombre, la abstracción. Sólo ve en la clasifica-
memoria según Mill. En cuanto ca la anticipación del porvenir, con-
ción un nombre común, asociado con un agregado indefinido e indis-
siste en la misma serie de asociaciones, con la diferencia que, en la
tinto de individuos concretos semejantes, al que se agrega un proce-
memoria, la asociación de los estados de conciencia que convierte
dimiento subsidiario: que uno o más elementos de una idea compleja
la idea en memoria va del consecuente al antecedente, o sea retro-
sean separados del resto: lo que recibe el nombre de abstracción. Este
cedemos; mientras que en el caso de la anticipación, la asociación va
último proceder es definido por Mili como el acto de separar una parte
del antecedente al consecuente, o sea avanzamos>.7 Cuando una sensa-
de lo que es contenido en una idea compleja, para hacer un objeto que
ción agradable es concebida como futura, pero sin que sea en sí misma
se considera en sí mismo. Reducida por nuestro autor la abstracción
cierta, ese estado de conciencia se llama esperanza; si es cierto, se
a un proceder de notación por medio de palabras, no tiene en su sis-
llama alegría. Cuando una sensación desagradable es concebida como
tema importancia fundamental.
futura, pero sin que sea segura, ese estado de conciencia se llama
Las doctrinas de la escuela experimental inglesa poco p nada se
temoT; si es seguro, se llama pena. Una sensación agradable o la idea
ocuparon de la psicología de los sentimientos de las emociones de los
de esta sensación, junto con la idea de la causa que la produce, engen-
fenómenos afectivos en general, centradas co~o estuvieron en ios pro- dra el afecto o amor. La sensación desagradable, junto con la idea
blemas de las sensaciones y de las ideas. Algunos de sus psicólogos ni
de su causa, engendra por esta razón la antipatía o el odio. Las causas
siquiera las rozaron; otros, como Stuart Mill y Spencer, apenas se ocu-
ALDERTO L. illERA..."'II HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 389
de nuestros placeres y dolores son, como vimos, proxrmas o alejadas. Bain. Por lo demás, allí donde el mecanicismo de la asociación se
Según Mili, las causas inmediatas son muchísimo menos interesantes, detiene, las fuerzas de Mili flaquean y sus consideraciones, que se repi-
y aunque parezca una paradoja lo explica afirmando que son el resul- ten para cada tema sobre el calco de las mismas formas de asociación
tado de una de las leyes más generales de nuestra naturaleza: por no carecen de fuerza y de importancia para la historia de la psicología'.
tener jamás esas causas inmediatas un campo de operaciones muy
extenso, la idea de esas causas solamente está_ asociada con un número , ~· John Stuart MiZZ: la te<nia psicol6gica de la materia y del es-
limitado de placeres o de dolores, porque «cuando la idea de un objeto pir:itu.-:- JoHN STUART Mn.L (1806-1873) tuvo merecida reputación de
está asociada con cien veces más placer que otra idea, es, naturalmente, - econ~m1sta; sus obras sobre política y las cuestiones sociales, su lógica,
cien veces más interesante>.s De este modo, Mill se dedica casi exclu- c?ntri?uyeron a convertirlo en uno de los pensadores ingleses más
sivamente a las causas alejadas, que divide en tres grupos: discutidos de la segunda mitad del siglo XIX. Pero de todas sus contri-
1. 0 ) Riqueza, Poder, Dignidad y sus contrarios. b~cioi;es al sa~er y ~ la cultura, la única que ha perdurado es la que
2. 0 ) Nuestros semejantes: parientes, amigos, conciudadanos, etc. ~rmdo ~ la ps1colog1a, precisamente en ·un momento cuando, bajo la
3. 0 ) Los objetos calificados de hermosos y de sublimes. mfl~enc1a de Auguste Comte, se pretendía diluirla repartida entre la
A su vez, a estas causas, alejadas de nuestros placeres y dolores, se s?c1ología Y la biología. Y lo más importante de este hecho es que
las podría denominar causas egoístas, causas sociales, causas estéticas. s1end? Stuart !"1ill 1?ositivista, contribuyó a afianzar el campo de lo~
Cuando la idea de una acción que emana de nosotros (causa) se aso- estud10s de ps1colog1a. 10 La primera preocupación de Stuart Mili con
cia con la idea de un placer (efecto), se produce un estado de espíritu res~ecto a la psic~logía es metodológica; en toda ciencia, el método es
particular caracterizado por la tendencia a la acción y que se deno- cap1~l, Y lo es mas cuanto menos avanzada está en su desarrollo. Por
mina con propiedad motivo. Un motivo es la idea de un placer que se lo m~sm~, hace notar con razón cuán poco adelantado es el método de
puede esperar; un motivo particular es la idea de un placer particular las c1:mcias morales y sociales, y se dedica resueltamente al de la psi-
que se puede esperar. Motivo significa, pues, para Mill, fin, finalidad, c~}og1a. «La psicología -dice- tiene por fin las uniformidades de suce-
término. Pero no solamente los placeres y los dolores, sino también las s1on; las leyes, ya sean primitivas, ya sean derivadas, según las cuales
ca.usas de placer y de dolor, se vuelven motivos de acciones. Esas cau- un estado mental sucede a otro, es la causa de otro 0 por lo menos
sas,· asociándose en nuestro espíritu con los placeres y penas que pro- la . c~!1sa de, la aparición de otro.> 11 Además, encu~ntra que es una
ducen, se vuelven de primera intención agradables o desagradables en opm~on comun que los pensamientos, sentimientos y acciones de seres
sí mismas; después, asociándose con aquellos actos nuestros que pueden . sensibles no pueden ser objeto de una ciencia, en el mismo sentido que
ponerlas en ejecución, se vuelven motivos con una fuerza muy grande. lo~ seres y' fenómenos del mundo exterior. Esta opinión para Stuart
Es de este modo como la riqueza, el poder, las dignidades, nuestros se- Mili, reposa sobre una confusión: se confunde toda ciencia 'con Ja ciencia
mejantes, los objetos hermosos y sublimes que, como vimos, se vuelven e:ic,acta. Fer~ se. puede concebir un caso intermedio entre la perfec-
por asociaciones af eccione3, se transforman también en motivos. De c1,on de la c1enc1a y su imperfección, de d<mde una ciencia no es toda-
esta manera, dirá Mill, cpodemos explicar ahora los ·fenómenos clasi- v.1a exacta, Y no por inlposibilidad radical atingente a su naturaleza
ficados bajo los títulos de_ sentido moral, facultades o afecciones mo- sino .por~ue es muy difícil comprobar las uniformidades derivadas'.
rales>.D Y los motivos morales nos llevan consecuentemente a la vo- La cien:uz. de la natuTalez?' hwma'll.a es de este género. Está lejos de
luntad. El estudio que Mili hace de la voluntad se aplica sobre todo a l~ ex~ctitud d~ la astronomia; pero no hay razón para que no sea una
las cuestiones que vislumbra y al método que 'inaugura. Uno de los c1enc1a como esta cuando ·no abarcaba los fenómenos principales. De
principales méritos de nuestro autor es haber visto la necesidad de esta m~nera, la finalidad de la psicología está fijada: tiene por objeto
estudiar el desarrollo del poder voluntario, y que después de él, como los fenomenos del e~pír~tu. Su carácter está determinado: es, 0 puede
veremos más adelante, hará muy seriamente Bain. Mill comprendió ser, una ciencia; c1enc1a no exacta, pero aproximativa y suficiente
cuán falsa es la idea de una voluntad que, por así decirlo, nace com- para la práctica.
pleta y cuyo primer acto sería ordenar imperiosamente y ser instantá- Penetremos a~ora en su 1:1é~odo, y sigamos a Stuart Mili en lo que
neamente obedecida. Ensaya mostrar, aunque de manera imperfecta, al respecto nos dice en su Logica. Para él, dos escuelas completamente
sus primeros tanteos y sus primeras conquistas, y estaría fuera de lugar opuestas c?ntribuyeron a desviarla del buen camino: Auguste Comte
seguirlo en sus consideraciones sobre el tema, porque no llegaríamos a Y la n;et~fisica alemana; el primero porque «reivindica para los fisió-
resultados viables y en mucho inferiores a los que veremos que· alcanza logos umcamente el conocimiento científico de los fenómenos intelec-
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390 ALBERTO L. MERANI

extiende, pues se extiende a todo -ideas, emociones, deseos, volicio-


tuales y morales. Rechaza completamente, como proceclimiento sin
nes, etc.-, sino cuántos fenómenos mentales es capaz de explicar y
virtud, la observación psicológica propiamente dicha, la conciencia in-
cómo los expiica. Esta manera de interpretar los fenómenos del espí-
terna. Piensa q1,1e debemos adquirir nuestro conocimiento del espíritu
ritu, prosigue Stuart Mill, ha sido muchas veces considerada como ma-
humano, observando a los demás. ¿Cómo podemos observar e interpre- ·
terialista, pero se defiende de la acusación porque solamente para «los
tar las operaciones mentales de otros sin conocer previamente las
espíritus vulgares un grande y hermoso objetivo pierde su encanto al
nuestras? Es lo que no dice. Pero considera evidente que la observa-
perder algo de su misterio, al descubrir una parte del proceder secreto
dón de nosotros mismos por nosotros mismos sólo puede enseñarnos
por el cual la naturaleza lo pariÓ».u Stuart Mill es mecanicista, pero
poca cosa sobre los sentimientos y nada con respecto al entendimiento:
se conserva rigurosamente espiritualista. Después de haber determi-
en el fondo, ese repliegue del espíritu sobre sí mismo le parece impo-
nado el objeto y el método de la psicología, nuestro autor busca si no
sible».12 En cuanto a la escuela opuesta, los metafísicos, alemanes u
hay un arte al que esta ciencia pueda servir de base; si no hay una
otros, los que en general llama filósofos a priori: cEl debate entre el
ciencia derivada, aplicable a la vida práctica, que suponga, como cien-
filósofo a priori y la filosofía a posterio1:i supera en mucho los límites
cia primera, el conocimiento general de los fenómenos del espíritu. La
y alcances de la psicología y se ha concentrado sobre todo en el campo
posibilidad de ese arte, o, si se quiere, esa ciencia derivada asentada
de la ontología. No tengo ninguna intención de profesarme partida-
sobre la psicología, apenas ha sido entrevista por algunos ~spíritus,111
rio de unos u otros; ambos han hecho mucho por la humanidad; ambos
Y Stuart Mill procura· fijar su naturaleza y método, dándole el nombre
deben ser necesariamente conocidos por cualquiera que aborde las
de ethología o ciencia del carácter, y a la que asigna como proceder
cues~iones filosóficas, habiendo cada uno aprovechado mucho de las crí-
de investigación el método deductivo con verificación.rn La psicología
ticas del otro. Concentrando la cuestión simplemente sobre. el terreno
tiene por objeto las leyes más generales de la naturaleza humana; la
de la psicología, se encuentra que la diferencia entre las dos psicolo-
ethología tiene por objeto las leyes derivadas. La psicología se ocupa
gías consiste en las teorf.as diferentes que dan de los f en6menos com-
plejos del espíritu humano.» 1s del género; la ethología, de las especies y las variedades. Es, pues, por
este camino que Stuart Mili llega a concebir una ciencia general, abs-
De este modo .tenemos que para Stuart Mili la psicología a prioTi
tracta, asentada sobre la observación y la experiencia, que tiene por
sostiene que en todo acto de pensamiento, incluso el más elemental,
objeto los fenómenos fundamentales del espíritu humano, y una ciencia
hay un elemento que no está dado al espíritu, pero que es dado por
particular, que tiene por objeto las variedades del carácter. Tal es, en
el ~s~íritu en virtud ~e sus facultades propias. La psicología a pos-
síntesis, la tarea casi inagotable, y casi enteramente nueva que Stuart
teriori, por el contrario,· reconociendo la existencia de un elemento
Mill asigna a la psicología futura. '
mental en nuestras ideas, admitiendo que nuestras nociones de exten-
En cuanto a los temas psicológicos propiamente dichos, o sea aque-
s~ón, solidez, tiempo, espacio, virtud, no son copias exactas de impre-
llos que de acuerdo con el empirismo asociacionista ocupan la aten-
siones causadas en nuestros sentidos, sino producto del trab¡¡jo del
espíritu, no considera esta producción como el resultado de leyes par- ción de Stuart Mili, podemos reunirlos en los grupos siguientes: con-
ciencia, percepción, asociación, idea de causa, verdades necesarias
ticulares e impenetrables, de las que no se puede dar cuenta. Piensa,
por el contrario, que esto es posible. Piensa que el elemento men- razonamiento y voluntad. En el tratamiento de los mismos, nuestr¿
autor no nos ofrece nada de extraordinario, pues no supera las res-
tal es un hecho, pero no un hecho último, que se puede reducir
en leyes más simples y en hechos más. generales, en una palabra, que tricciones del asociacionismo, y, fuera de la e]emplificación rica y va-
se puede determinar la génesis. Y de aquí que Stuart Mili ·encuentre riada, los planteamientos y las soluciones corresponden a los de la linea
que las dos principales doctrinas de la psicología a posteTioTi más ade- de su padre, James Mili, y que acabamos de estudiar, y de Bain y de
lantada sean: Lewes, salvo que ya preludia, lo que será desarrollado por Herbert
Spencer, que existe en la raza ciertas intuiciones fundamentales que
1.ª) Que los fenómenos más abstractos del espíritu son formas de
fenómenos más simples y más elementales. son el resultado de experiencias gradualmente organizadas y heredadas
pero que se volvieron inconscientes. Se formaría por acumulaci6n lenta'
2.ª) Que la ley mental por medio de la cual esta formación tiene
Jugar es la ley de la asociación. • como las intuiciones de espacio y de tiempo. Y lo mismo que la intuí~
. r_.a forma más completa y más científica de la psicología a poste- ción de espacio corresponde a las demostraciones exactas de la geome-
1'iOTi es, pues, la que considera la ley de asociación como el principio
tría, las intuiciones morales corresponden a las demostraciones de la
supremo. Su gran p:roblema no es determinar hasta dónde esta ley se ciencia moral. Pero donde en verdad Stuart Mill plantea consideraciones
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nuevas es en su teoría psicológica de la materia y del espíritu. Como incluso cuando no pensamos en ello, que ha existido antes de que pen-
se podría creer, no entramos con este tema en la metafísica, p~es no sáramos en ello, que existirá cuando habremos desaparecido; com-
se trata de la materia y del espíritu considerados como sustancias. La prendemos que existen cosas que nunca vemos, tocamos ni percibimos
«teoría de la materia y del espíritu> se opone a la mayoría de los filó- nosotros ni ningún hombre. La idea de ese algo fijo que se distingue
sofos de la época ..en que no considera al sujeto y al objeto como dos de nuestras impresiones flotantes', por ese carácter que Kant llamara
términos fundamentales, irreducibles, que no ·son revelados por la la permanencia, es, es nuestra creencia en la materia. Ahora bien,
conciencia desde el comienzo de la vida, sino que piensa que las no- según la teoría psicológica, todo esto es únicamente la forma, las leyes
ciones de materia y de espíritu son complejas y formadas en una época conocidas de la asociación que nos imponen nociones de sensaciones
ulterior; y en consecuencia, aplicando el análisis, se puede descubrir contingentes, obtenidas por la experiencia. Además, hay un carácter
y tratar la génesis. Stuart Mili ve una cuestión de origen Y de investi- importante que agregamos a la certidumbre o garantía de esas posibi-
gación embriológica allí donde la escuela rival sólo ve dos hechos a lidades de sensaciones, y es que las sensaciones no son aisladas, sino
comprobar, refractarios a cualquier proceder de explicación, Y se pro- que están unidas en grupos. Por consiguiente, el grupo, considerado
pone establecer que la materia sólo es la posibilidad permanente de como un todo, se presenta al espíritu como permanente, carácter prin-
nuestras sensaciones, y el espíritu, la posibilidad permanente de nues- cipal que distingue a nuestra idea de sustancia de nuestra idea de sen-
tros estados de conciencia acercándose de este modo a Berkeley por el sación. Por último, no sólo reconocemos grupos, sino también un orden
primer punto, y a Hume, 'por el segundo. Para él, la teoría psicológica fijo en nuestras sensaciones, un orden de sucesión.que, cuando la expe-
de la creencia en un mundo exterior requiere, para constituirse, de riencia lo confirma, da nacimiento a las ideas de causa y de efecto. En
algunos postulados que, todos, están comprobados por la experiencia. una palabra, sensaciones posibles, grupos de sensaciones, un orden entre
El primero de esos postulados es que e~ espíritu huma~o es .cap~z de esos grupos y un acuerdo entre nuestra creencia y la de nuestros seme-
esperar; o, en otros, términos, que despues de haber tenido sensaciones jantes: es toda nuestra idea de la materfa. «La materia puede ser defi-
actuales, somos capaces de formarnos la concepción de sensaeiones po- nida como 1a posibilidad. perm.amente de sensación.» El concepto de ma-
sibles. El segundo es que nuestras ide¡¡.s de asociar según leyes, Y entre teria de Stuart Mili, cerradamente berkeliano, incluye como núcleo de
las leyes de la asociación de ideas, las que conciernen a este caso son las fuerza la doctrina idealista acoplada con la intuición espiritualista, y
nuestro autor, realista a ultranza por un lado, cae, .finalmente, en el
siguientes:
1) Hay una tendencia a pensar juntos fenómenos semejantes. . idealismo y llega a un concepto espiritual de la materia.
2) Hay una tendencia a pensar juntos los fenómenos que han sido Apliquemos ahora esta teoría psicológica al espíritu.18 Es evidente
probados o concebidos como contiguos ert el trabajo o en el espacio. de primera intención que el conocimiento que tenemos, así como el de
3) Las asociaciones producidas por la contigÜidad se vuelven más la materia, es completamente relativo. No sabemos lo que hay fuera
seguras y más rápidas por la repetición; y de este modo se produce la de las manifestaciones de la conciencia. No podemos conocerla ni ima-
asociación inseperable o indisoluble. ginarla, bajo otra forma que la sucesión de diversos estados' de ·con-
4) Cuando la asociación adquirió ese carácter de inseparabilidad, ciencia. No cabe duda que nuestra noción de espíritu, como la de ma-
no sólo las dos ideas se vuelven inseparables en la conciencia, sino que teria, es la ·noción de algo permanente por oposición al flujo perpetuo
los hechos o fenómenos que corresponden a esas ideas aparecen final- de los estados de conciencia de que somos conscientes. Ese «perma-
mente inseparables en la existencia. Se encuentran innumerables ejem- nente> puede ser, para el espíritu como para la materia, sólo una po-
plos en las percepciones adquiridas de la vista. Así, vemos artificial- sibilidad. Creo que mi espíritu existe, inclusive cuando no siente,
mente que. un cuerpo es caliente o frío, duro o blando, etc. Planteados cuando no piensa y no tiene conciencia de su existencia. ¿A qué se
estos postulados, cla teoría psicológica sostiene que hay asociaciones reduce esto? A creer en una posibilidad permanente de esos estados.
natural e incluso necesariamente producidas por el orden de nuestras De este modo, nuestra idea del espíritu no es otra cosa que la idea de
sensaciones y de nuestras reminiscencias de sensaciones, las cuales, su- la serie de nuestras sensaciones actuales y de las posibilidades infinitas
poniendo que no existiera en la conciencia ninguna n:ituición de .un de sensación que se realizarán si las condiciones apropiadas se reen-
mundo exterior, producirían inevitablemente su creencia Y lo harian cuentran. La teoría psicológica del espíritu deja nuestra ,certeza de la
ver como una intuición>.17 ¿Y qué significamos con esas palabras: un existencia de nuestros semejantes exactamente en lo que era antes: es
mundo exterior una sustancia externa? Entendemos, responderá Stuart lo mismo para la existencia de Dios. Supongamos que considero al
Mill, que nuestras percepciones tienen relación con algo que existe, espíritu divino simplemente como la serie de los pensamientos divinos
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prolongados durante la eternidad, lo que con seguridad sería conside- la .variedad como por la profundidad de· sus conocimientos enciclopé-
rar la existencia de Dios tan real como la mía; esto sería hacer lo que dicos, que le permitieron tratarse de igual a igual con el fundador de
se hizo hace tiempo, 0 sea fundarse sobre la n~turaleza. humana ~ara la escuela positiva, Auguste Comte, y del que no fue un discípulo
d ella inferir la naturaleza divina. La creencia en Dios nada tiene sino un maestro.2i Espíritu formado y disciplinado por las investigacio-
p:Xa ganar 0 perder si se admite esta teoría. Lo .1;11smo reza. p~ra la nes científicas, no disertó sobre el método, sino que lo aplicó y, cosa
inmortalidad: es tan fácil de concebir una sucesion de sentimientos, más rara aún, sabía distinguir sin hesitaciones lo cierto de lo probable,
una corriente de conciencia prolongada eternamente, como una sustan- o, como él mismo decía, lo cognoscible de lo incognoscible. Su ideal filo-
cia que siempre continúa existiendo: y si hay argumentos que lo prue~ sófico es el espíritu que generaliza, ideal q:ue consistiría en asir no
ban, pueden muy bien adaptarse tanto a una t~ría co~o a la. otra. As1 solamente las fórmulas generales que simplifican los hechos, sino tam-
descartadas las objeciones extrínsecas, la teor1a contien;. ~ific~tad?s bién los hechos que verifican las fórmulas: ver las leyes en los hechos,
intrínsecas qtie no parece, afirma Stuart Mili, que ~l a~áhslS ps1colc; y los hechos en las leyes. Pero esto es un ideal, o sea lo que se puede
gico pueda resolver. En efecto, la corriente de conciencia que co:nsti- esperar y no alcanzar. En sus estudios de los fenómenos psicológicos, los
tuye la vida fenomenal del espíritu no sólo se comi:ione de sen~aciones únicos que aquí nos interesan de su vastísima obra, Spencer empleó
presentes, sino también de recuerdos y de e:x:pectatí1'CLS; no esta ~ntre­ los procederes fundamentales de todo método: la síntesis y el análisis.
gada al presente, pues abarca también el pasado y .el porven:ir'. De Y grandísima fue su habilidad para manejar equilibradamente esos dos
manera que «si hablamos del espíritu como de una serie de. sentimie~­ instrumentos tan diferentes, de los cuales uno distingue, divide, separa,
tos estamos obligados a agregar, para ser completos, una serie .de senti- mientras que el otro reúne, aproxima, identifica. No obstante, en Spen-
mientos que se conocen como pasado y con;-o futuro. Y quedamo~ redu- cer es la síntesis la que predomina y la que caracteriza tanto a su pen-
cidos a la alternativa de creer que el espiritu, el yo, es algo diferente samiento como al contenido de su obra.
de una serie de sentimientos actuales o posibles, o bien ~ceptar la Para comprender la psicología de Spencer, así como la generalidad
paradoja de que algo que por hipótesis solamente. es una serie de sen~ de su pensamiento, es necesaria la exposición previa de la aplicación
timientos, puede por sí mismo conocerse como serie>.19 La ver~d, co~­ que hace de la ley de la evolución, o sea su doctrina del progreso o
cluye diciéndonos Stuart Mili, es que nos enfrentamos con ese mexph- del desarrollo, y mostrar cómo la aplica a los fenómenos psicológicos.22
cable que necesariamente se encuentra cuando tocamos los hechos Spencer encuentra que los fisiólogos alemanes han establecido muy
últimos. Piensa que su manera de explicar los ~echos parece más bien que ep. los organismos individuales el progreso consiste en el pa-
incomprensible que cualquier otra, y es porque está menos acomod~da saje de una estructura homogénea a una estructura heterogénea. En
al lenguaje corriente y, por consiguiente, a veces presenta contradic- su origen, cualquier germen es una sustancia uniforme, bajo la doble
ciones en los términos. cEn el fondo es más sabio aceptar ~l hecho relación de la textura y de la composición química; por diferenciacio-
inexplicable, sin teoría sobre el c6mo; y c~do estamos obligados a ' nes sucesivas y. casi infinitas se produce esa combinación compleja de
hablar en términos que implican alguna teoria, se debe hacerlo con tejidos y de órganos que constituyen al animal o a la planta adultos.
más reserva.> 20 Stuart Mili, aparte de los hechos, admite el orden e~tre Tal es la historia de cualquier organismo, y Spencer se propone de-
los espíritus. Además, acuerda al lazo que une los estad?s de ~oncien­ mostrar que esta ley del progreso orgánico es la ley de todo progreso;
cia tanta realidad como a esos mismos estados, Y es ma~ :e~ que que el desarrolló de la tierra, de la vida sobre su superficie, de la so-
el fenomenismo puro; pero, de cualquier manera, su espmtualidad se ciedad, del gobierno, de la industria, del comercio, del lenguaje, de la
revela al dejar la cuestión abierta. literatura, de la ciencia y del arte, supone la misma evolución de
lo simple a lo complejo por medio de diferenciaciones sucesivas: Y esta
4. Herbert Spencer, o la síntesis y el a:nálisis com.o red.eres fun- ley, que explica la transformación universal de lo homogéneo en hete-
damentales del conocimiento científico. - En la filosofia, .como ~ las rogéneo, Spencer la enuncia: Cualquier fuerza activa produce más de
ciencias inglesas del siglo XIX, y también sobre el pen~iento univer- , un cambio; cualquier causa produce más de un efecto. Así, cuando li.n
sal hasta bien entrado nuestro siglo, señorea la presencia de Spencer, cuerpo golpea a otro, para nuestros ojos el efecto consiste en un cambio
quien dejó profundas huellas ·en todas las cuestiones candentes del ~n la posición o el movimiento de uno de los dos cuerpos. Pero ésta es
conocimiento, en especial de la psicología. HERBER~ SPENcER (1820-1~03) una opinión muy incompleta, pues además se produjo un sonido, vi-
fue, como profesional, un ingeniero que, al decir de su compatriota braciones impresas al aire, y no solamente por el sonido, sino también
Stuart Mili, representó a ·uno de los más grandes hombres, tanto por por el movimiento de los cuerpos; hubo un desajuste de las moléculas
Jú6 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 397

en el punto de colisión y, por consiguiente, condensación Y despren- namos la relación AB, hacemos un estudio físico; en tanto que exa-
dimiento de calor a veces incluso una chispa, o sea producción de luz. minamos la relación ab, hacemos un estudio de fisiología. «Pero pasamos
He aquí por lo :Uenos cinco especies de cambios producidas por un al dominio de la psicología desdé el momento en que buscamos cómo
simple choque. De este modo, entre éste y los diversos ejem?los que puede existir en el organismo una relación entre a y b que, de una
el autor toma de la lingüística, de la geología, de la etnologia, de la manera u otra, responda a la relación entre A y B. La psicología se
quúnica, de la industria, del comercio, hay bastante para asir su pen- ocupa exclusivamente de esta conexión entre AB y ab; busca el valor,
samiento. Además, destaca que si bien en realidad hay. causas com- el origen, la significación.> .25 Los datos de la psicología deben ser
plejas donde hablamos de causas simples, no obstante e.s verdad que buscados en gran parte en el estudio de la estructura y de las funcio-
esas causas son menos complejas que sus resultados. «Finalmente, los nes del sistema nervioso. Sobre este punto, Spencer ha escrito capítulos
hechos tienden a demostrar que cada especie de progreso va de lo interesantísimos, en los que toma de la histología, de la anatomía des
homogéneo a lo heterogéneo y que esto es porque cada can;-bio está criptiva y de la fisiología todo lo que puedei ser útil a la psicología.
seguido de muchos cambios.» 23 En resumen, para Spencer, la interpre- Esos datos sirven de base a las primeras inducciones de la psicolo-
tación completa del fenómeno de la evolución presentada en forma gía. Primero se puede preguntar: ¿qué es el espíritu? Esta cuestión,
sistemática y en un orden sintético se reduce a las siguientes pro- 'entendida en el sentido de los metafísicos, o ·sea en relación con una
porciones: . . sustancia incognoscible, es ociosa, insoluble. Lo más que puede hacer
El principio fundamental de la evolución es la persistcmcu:t de l<t el análisis es llegar a algún elemento último, que, en los lúnites de la
fuerza;. es de ella que todo se deduce. . . experiencia, nos hace comprender la composición del espíritu. Apoyán-
Hay en el universo dos órdenes de cambios contrarios Y necesa- dose en las investigaciones de los físicos, y especialmente sobre la des-
rios: uno la integración (evolución), otro la desintegración (disolución). composición de las sensaciones en sus elementos primitivos, Spencer
La evolución reposa sobre tres leyes esenciales: piensa que toda sensación está producida por una integración, una fu-
l.ª) ·ta. inestabilidad de to homogéneo: en todo cuerpo, la homo- sión de choques nerviosos. «Es posible -¿no podríamos acaso decir pro-
geneidad es una condición de equilibrio inestable. . . Dable ?- que algo del mismo orden ·de lo que llamamos choque nervioso
2.ª) La multiplicaci6n de tos efectos: una fuerza incidente que sea la última unidad de conciencia, y que todas las diferencias entre
afecta un compuesto que era heterogéneo, afecta diferentemente las nuestros estados de conciencia resulten de modos diferentes de inte-
partes. . . ., gración de esta última unidad.» 26 Pero si dejamos la especulación sobre
3.ª) La segregación: las fuerzas que causan esta mult1phcac1on de la composición última del espíritu y pasamos a las observaciones so-
los efectos producen movimientos en diversos sentidos, de donde re- bre su composición próxima, encontramos que está compuesta de· dos
sulta la convergencia de las unidades movidas en el mismo sentido, categorías de ·elementos: los feelings (lo que es sentido) y las relacio-
y la divergencia de las que son movidas en sentidos diferent:s. nes entre esos estados. Los f eelings tienen por carácter esencial ocupar
Por consiguiente: La evolución es una integración de materia ª<."O'l";- una porción de conciencia bastante considerable para ser percibible.
pañada de una disipación de movimiento, durante la cual la. mate':" La relación. no ocupa en la conciencia esa porción apreciable: quitad
pasa de una homogeneidad indefinida, incohe'l'e:ite, a una .he.terogenei- . los términos que une y desaparece con ellos. Spencer ensayó una cla-
dad definida, coherente, y durante la. cual también el movimiento 'rete- sificación de los estados de conciencia (feelings) asentada sobre una
nido sufre una transformación análoga. · • .base fisiológica. Los divide primero en feelings que vienen del centro
Conocido el pensamiento evolutivo de Spencer, pasemos a su aph- , (emociones) y feelings que vienen de la periferia (sensaciones). Los
cación a la psicología y la idea que de séta se forma nuestro autor.•. estados de conciencia que vienen de la periferia pueden, a su vez, ser
«Lo que distingue a la psicología de las ciencias sobre las. que reposa distinguidos en dos grupos: las sensaciones periféricas provocadas por
es que no tiene por objeto la conexión de los fenómenos internos Y/ .acciones externas, y las sensaciones periféricas provocadas por acciones
tampoco de los fenómenos externos, sino la conexión entre es~ c~e- ' internas. De esta manera llegamos a una clasificación fundada sobre
xiones:J> 24 Una proposición psicológica contiene, pues, cuatro termmos., la estructura: emociones, sensaciones externas, sensaciones internas;
y dos proposiciones, de las cuales una concierne a: sujeto Y la otra al 'º• como dice Spencer, estados de conciencia centrales, epiperlféricos y
objeto. Tomemos un ejemplo: sean A y B dos feno~enos ~xternos: e}: · toperif éricos. Cada una de esas tres divisiones tiene dos formas: la
color y el gusto de una fruta; sean a y b las sensaciones visual Y gu~­ orma primaria, viva o real; la forma secundaria, débil o ideal. En
ta tiva producidas en el organismo por ese fruto: en tanto que exam1-,J ., to a las relaciones, Spencer las reduce a tres fundamentales, que
398 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 399

son, yendo de lo complejo a lo simple: las relaciones de coexistencia, ;, exterior, llega a expresar de manera completa las relaciones exterio-
sucesión y diferencia. Las dos primeras reposan sobre la última; la res más variadas y más complejas. El estudio analítico, que también se
sucesión es una diferencia de orden; la coexistencia, una no-diferencia podría llamar subjetivo, en oposición al anterior, que es más bien obje7
de orden (una indiferencia en el orden).2 7 Los estados de conciencia pri- tivo, tiene por finalidad conducir cada .especie de. conocimiento a sus
mitivos son los materiales de las ideas, o sea del conocimiento pro- últimos elementos. Spencer examina primero los razonamientos más
piamente dicho. La idea es 1a unidad del oonocimie-nto. Y de la misma complicados, y por descomposiciones sucesivas, resolviendo lo q~e es
manera que una sensación es una serie integrada de choques nerviosos, más complejo en lo que es menos, descendiendo siempre hacia lo que
la idea es una serie integrada de sensaciones semejantes. La idea es es simple, primitivo, irreducible, llega finalmente a los principios cons-
producida por una fusión de residuos, por la fusión de un estado de titutivos y a las condiciones indispensables de todo pensamiento. Por
conciencia actual con los estados de conciencia anteriores y semejan- lo demás, dos ideas fundamentales dominan la psicología de Spencer:
tes. De este modo, encontramos en todas partes la misma ley de com- aquella de la continuidad de ~os fenómenos psicológicos Y aquella de la_
posición continua, sin límites definidos, hasta en las formas más eleva- relación íntima entre el ser y su medio. Para Spencer, de acuerdo con
das de la .conciencia, formadas por grupos de estados de conciencia el concepto evolutivo desarrollado en el siglo pasado después de Dar-
unidos por relaciones extremadame~te complicadas. Aquí se· puede ya win, en la naturaleza, como en la historia, nada está aislado, todo se
ver el papel que para Spencer desempeña la evolución en psicología, encadena y forma serie; cada fenómeno se desprende de los que lo
y esta ley se nos aparece ahora bajo un nuevo aspecto. preceden y contiene en germen los que lo sucederán. Pero el espíritu
Los Principios de psicología tienen por finalidad establecer, por un humano está hecho de tal manera que solamente puede asir los objetos
doble proceder de análisis y de síntesis, la unidad de composición de cuando se le ofrecen bajo formas determinadas, discontinuos, cuando
los fenómenos del espíritu y la continuidad de su desarrollo. Además, presentan caracteres suficientemente recortados, y es así como la vida
como indica la palabra «principios>, no se trata simplemente de una mental sale de la vida fisiológica en virtud de esta ley de progreso
descripción de los hechos de conciencia, de una enumeración completa continuo, lentamente, paso a paso, por transformaciones infinitesimales,
de los fenómenos, de una revisión donde nada es omitido. Su empre• y sin que se pueda decir: aquí es donde nació. La otra base de la doc-
es más filosófica y más sistemática. El primer resultado de la ley de trina es la correlación necesaria del ser y de su medio, que Spencer
continuidad es que entre los hechos fisiológicos y los hechos psicoló- expresa diciendo que la vida es una correspondencia, «un ajuste con-
gicos no· hay una línea precisa de demarcación, y que cualquier distin- tinuo de las relaciones internas con las relaciones externas». El ser
ción absoluta es ilusoria. Sensaciones, sentimientos, instintos, inteligen- viviente, sea cual fuere, árbol, infusorio u hombre, sólo puede subsistir
cia, todo esto constituye un mundo aparte, pero que sale de la vida si hay armonía entre su organismo y su medio; y si a la vida física se
animal, que en ella hunde sus raíces y es como su florecer. Entre la agrega la vida psíquica, el ajuste se volverá más complejo. La vida es,
función más humilde y el pensamiento más elevado no hay oposición pues, una correspondencia, tanto en sus formas más elevadas como en
de naturaleza, sino diferencia de grados, y siendo cada una parte de las más bajas. Y esta correspondencia se extiende tarnbién en el espa-
las innumerablP.s manifestaciones ·de la vida. cLa vida del cuerpo y la cio. Los sentidos especiales se han constituido y desm-rollado gradual-
vida mental son especies de las cuales la vida propiamente dicha es mente por un progreso continuo. Tomemos por ejemplo la vista. En el
el género:.,28 de modo que es en el mundo material que se debe buscar ser inferior, en el cual el tejido entero tiene la propiedad de responder
la razón última de nuestros pensamientos, de su orden, de su unión. a los cambios marcados de la cantidad de luz que cae sobre él, hay
¿Dónde está la fuente de nuestras ideas de simultaneidad ... ?, pregunta como un bosquejo de la capacidad visual y de las correspondencias
Spencer, para responder: ¿ ... si no es en las coexistencias y secuencias que de ello resultan. Si del polipo, que se mueve únicamente cuando
externas? ¿Cuál sería la causa del modo de encadenamiento de nues- se le toca, nos remontamos a los moluscos articulados, a los vertebra-
tras ideas, si no es la experiencia anterior? dos que habitan el agua, y de allí a los animales más elevados que
Los Principios comprenden un estudio analítico y un estudio sinté- habitan un medio más rarificado, encontramos, bajo formas y modi-
tico de la psicología. El estudio sintético parte de la vida puramente ficaciones variadas, un aparato visual más complejo y una distancia cre-
fisiológica y muestra cómo la vida intelectual, que primero no se ~ ciente entre la extensión de la correspondencia, y que en el hombre
tinguía, comienza su lenta evolución y se constituye poco a poco por civilizado lleva a los resultados más sorprendentes. A la corresponden-
adiciones sucesivas; cómo la actividad mental, que primero sólo repro• cia en el espacio se agrega la correspondencia en el tiempo. El ser vi-
ducía las modificaciones más simples, las más elementales del mundo viente ase primero las consecuencias mecánicas más simples y más
400 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 401
cortas; después, por conquistas sucesivas, se ajusta a períodÓs cada vez logía, aunque se distinguen de las demás por su tendencia a tomar la
más largos; tOma posesión del porvenir; prevé los acontecimientos fu- forma de una simple serie, jamás alcanzan esta forma de manera abso-
turos, comó el perro que esconde Un. hueso para cuando _de nuevo luta.> 30 Además, para que la correspondencia entre el ser y el medio
tenga hambre. Un nuevo progreso consiste en que la correspondencia se~ posi~le, es n;cesario que a medida que el organismo está expuesto
crece en especialidad. El organismo está en estado de percibir diíeren- a unpreSlones mas numerosas, esas impresiones se coordinen entre ellas
cias cada vez más pequeñas. Este progreso de la correspondencia en se centralicen y tiendan a la unidad. La forma serial es pues el ca~
egpecialidad lleva, en el curso del desarrollo humano, al pasaje del rácter especial de la inteligencia. cPor ser una serie contlnua de cam-
conocimiento ordinario a la ciencia; de la previsión cualitativa, que es bios el sujeto de la psicología, su obra es terminar la ley de su sucesión.
vaga, a la previsión cuantitativa, que es precisa. La correspondencia Lo manifiesto es que esos cambios no se producen al azar. Se siguen
entre el ser y su medio se ha constituido plenamente por conquistas unos a otros de manera particular, de lo .cual la existencia misma de la
sucesivas, y sólo queda coordinar esos diversos elementos. La cooirdi- inteligencia es testimonio. El problema consiste, pues, en determinar
nación de las correspondencias recorre todos los grados posibles, desde su orden>,31 o sea determinar 1.a ley misma de 1.a inteligencia. Para
aquel del animal perseguido que huye de su perseguidor, hasta el de Spencer, la ~teligencia, como la vida, consiste en una corresponden-
la ciencia cuantitativa que abarca las relaciones más precisas y los CJ.a. Se requiere que haya un paralelismo entre el ser pensante y las
datos más complejos. Y de la coordinación de las correspondencias coexistencias o secuencias externas que su pensamiento refleja. Pero
nace su integraci6n, o sea que las correspondencias más simples se esas coexistencias y secuencias tienen entre ellas todas las relaciones
funden unas con las otras y se unen íntimamente, de manera que sólo P.osibles. ~s hay qu~ están unidas por relaciones inmutables, fijas,
resultan separables por el análisis. De esto, Spencer concluye necesa- sm e~cepciones conocidas; las hay cuya unión es tan débil que sólo
riamente que la inteligencia no tiene grados distintos, que·no está for- han sido dadas como .asociadas en la experiencia a lo sumo una sola
mada por facultades realmente independientes; pero que los fenómenos ve~. Entre estas dos clases de relaciones, una íntima, la otra fortuita,
más elevados son los efectos de una complicación que, por grados in- existen todos los grados po~ibles de cohesión. Para que la corresponden-
sensibles, ha salido de los elementos más simples. cEvidentemente, las cia se realice se requiere que la inteligencia reproduzca también todos
clasificaciones corrientes de nuestros psicólogos. sólo pueden ser super- esos grados. A las secuencias y consecuencias fortuitas o simplemente
ficialmente verdaderas. Instinto, razón, percepción, concepción, me- posibles, corresponderá una atracción muy débil entre l~s estados .inter-
moria, imaginación, sentimiento, voluntad, etc., etc., todo esto única- nos q_ue 1?s re~resentan, y así sucesivamente. En una palabra, la ley
mente son grupos convencionales de correspondencias. Por grandes que de la mtehgenc1a puede formularse diciendo que es «la fuerza de la ten-
puedan parecer las oposiciones entre estas diversas formas de la inte- dencia que tiene el antecedente de un cambio psíquico de ser seguido
ligencia· no pueden ser otra cosa que modos particulares del ajus- por su consecuente y es proporcional a la persistencia de la unión entre
tamiento de las relaciones internas con las relaciones externas, o de l~s objet?s · externos que representan».a:i Pero, reconoce Spencer, «de-
porciones particulares de ese proceso de ajustamiento.> 29 _cir que esta es la ley de la inteligencia no es decir que abarca por
Después de haber trazado con grandes pinceladas la génesis de la ?ºm1_1leto .to~a la inteligencia por nosotros conocida. Es la ley de la
vida psíquica, después de haberla hecho salir poco a poco de la vida mtehgenc1a in abstracto y las inteligencias existentes la llenan en
orgánica y animal, Spencer nos muestra cómo los fenómenos psicoló- ª
grados más o menos imperfectos».3 La inteligencia considerada en su
gicos más complejos salen de los más simples en virtud de un proceso ~ondo se reduce, para Spencer, a la asociación de ideas, que es su pro-
natural. Tal es, en su concepción, el objeto de la síntesis especial. De piedad fundamental Sobre este punto, nuestro autor concuerda com-
este modo, las dos grandes divisiones de la vida consisten, por un lado, pletamente con John Stuart Mili y Alexander Bain.
en una correspondencia a la vez simultánea y sucesiva; por el otro, en • En cuanto al análisis general, en _realidad es para Spencer una teo-
una correspondencia sucesiva únicamente. Y esto es una necesidad, ria del concx:imientó que va mucho más allá de la psicología experi-
puesto .que el carácter más esencial de los fenómenos psicológicos es de mental. En este aspecto, Spencer se separa netamente de la escuela
ser conscientes; y como un estado de conciencia excluye necesariamente inglesa, puesto que mientras James Mili y Stuart defienden franca-
a cualquier otro, esos estados deben producirse bajo la forma de una mente el idealismo y Bain muestra grandes simpatías por el mismo,
simple serie. Esta tendencia de los fenómenos psíquicos de escalónarse Spencer se declara realista, y su análisis general o teoría del cono-
sucesivamente es sólo verdadera en teoría y jamás alcanza una rea., , . cimiento es una larga requisitoria contra el idealismo, que lo acerca
lización completa. cLas acciones vitales que son el objeto de la psico- , en gran parte al positivismo de Comte. Pero, ¿de cuál realismo se
26 .
402 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 403

trata? ¿Del realismo ingenuo o del realismo materialista de la escuela pacientemente, desarrollar el gusto por los hechos pequeños, por las
francesa? No¡ Spencer se defiende airadamente de cualquiera de esas curiosidades psicológicas, los casos raros, las excepciones, tan necesa-
asimilaciones porque su realismo es lo que él mismo llama Tealismo rios a veces para penetrar en el fondo de las cosas. No obstante, a
traMfigurcuLo. Pára hacerlo comprender recurre a una proyección geo- pesar de que atenuados, Bain comparte los defectos de la escuela:
métrica. Supongamos un cilindro y un cubo: el cilindro representa al preocupación excesiva .por «estar de acuerdo con el sentido común> y
sujeto que percibe; el cubo, al objeto percibido; y la figura proyectada horror por la duda, lo que a veces los convierte en declamadores
por el cubo sobre el cilindro representa ese estado de conciencia que vacíos. Pero donde falla Bain, frente a Spencer por ejemplo, es en la
llamamos una percepción. Sabemos que la figura proyectada no semeja carencia de suficiente aptitud para la generalización y la síntesis, de
en nada al cubo: en la imagen, las líneas no tienen la misma longitud, donde que sus análisis a veces se hacen al azar. Pero sería injusto
ni las mismas relaciones, ni las mismas direcciones, etc., etc., que en el cargar a Bain todos los defectos y timideces de la filosofía escocesa,
sólido mismo: de este modo, líneas que son rectas en el cubo son de la que es seguidor. Más bien debería decirse que la suya es una
curvas en la imagen, superficies planas están representadas por super- psicología escocesa puesta al corriente del siglo, esto es, profundamente
ficies curvas. No obstante, cualquier cambio en el cubo corresponde a modificada sobre cantidad de puntos fundamentales. Los escoceses afir-
un cambio en la imagen. Ahora 'bien, esto es lo que pasa en el acto maban que se debía aplicar a la psicología el método de las ciencias
de percepción. El grupo de los efectos subjetivos producidos es com- físicas¡ se le debe aplicar el método de las ciencias naturales, afirma
pletamente diferente del grupo de las causas¡ las relaciones entre los Bain. La diferencia, que parece mínima, es sin embargo muy grande.
efectos son completamente diferentes de las relaciones entre las causas¡ Sin preguntarnos si realmente los escoceses aplicaron el método de las
las leyes de variación de un grupo difieren de las leyes de variación ciencias físicas, recordemos que este método, tal cual lo entendían,
del otro grupo¡ y, sin embargo, todos se corresponden de tal manera consiste en encontrar leyes, o sea reunir los hechos en fórmulas gene-
que cualquier cambio en· la realidad objetiva causa un estado subjetivo rales, a menudo matemáticas, porque expresan relaciones constantes.
exactamente correspondiente. El método de las ciencias naturales para el siglo XIX es· completamente
Tal es, en forma sumaria y muy reducida a lo que tiene de esencial, otro; comienza por la descripción exacta y completa de los hechos a
la psicología de Herbert Spencer, de cuyas raíces aflorarán conio reto- estudiar, y luego, corno los caracteres así determinados tienen valor
ños vigorosos que configurarán tanto al conductismo como a la reflexo- desigual, pues unos son esenciales y otros subordinados, realiza una
logía contemporáneos, y dentro del realismo spenceriano ascender con clasificación según los caracteres constantes, o, como decían los natu-
el primero la ladera del idealismo, y con el segundo la del materia- ralistas de entonces, dominantes. En una palabra, el método natura-
lismo. lista comienza por la descripción y termina por la clasificación natu-
ral. En la aplicación de este método a la psicología sobresale Alexander
5. La escuela. escocesa adaptada a las necesidades del siglo XIX: Bain. Su .talento descriptivo no tiene parangón, y aunque sus clasifi-
Alexander Bain. - Profesor de lógica en la Universidad de Aberdeen, caciones ofrezcan numerosos puntos débiles a la crítica, no es de sor-
ciudad célebre en la historia de las ciencias y de la filosofía por la prender, puesto que una clasificación irreprochable supondría una cien-
P.scuela escocesa del siglo xvm, ALEXANDER BAIN (1813-1903) fue un cia concluida. De todos modos, Bain, con sus dos obras de psicología,
filósofo cuya vida y trabajos se prolongaron cronológicamente como cumple sus propósitos, que eran: «El objeto de este tratado --dice en
contraparte de la vida y trabajos de Herbert Spencer. Sus dos únicas el Prefacio s4_ es dar una exposición completa y sistemática de las dos
obras de psicología: Senses and Intellect, publicada en 1855, y The emo- principales divisiones de la ciencia del espíritu: los sentidos y la inte-
tions and the Will, aparecida en 1859, con una tercera edición casi ligencia. Las otras dos divisiones, que comprenden las emociones y la
completamente transformada de 1875, lo colocan en el primer plano voluntad, serán objeto de un tratado futuro .. ,35 Por imperfecta que
entre los psicólogos ingleses del siglo pasado. Si comparamos sus traba- pueda ser una primera tentativa para construir una historia natural
jos con los mejores de la escuela escocesa, en nada los desmerecen; es de los estados de conciencia (feelings), basada sobre un método uni-
verdad que hay puntos de disentimiento graves, pero no se aleja del forme de descripción, la cuestión del espíritu no puede alcanzar ca-
método que a tantos descubrimientos llevó y, sobre todo, es de destacar rácter verdaderamente científico si no realiza progresos en la realiza-
su reserva en metafísica, que los preservó de aventuras arriesgadas en ción de esta historia natural.>
el campo de las ideas y de construcciones ideológicas ruinosas. Esta Por consiguiente, y de acuerdo con esta declaración, Bain habla a
reserva, tanto de los «escoceses» como de Bain, le permitió observar menudo como fisiólogo. Más aún, algunos capítulos exclusivamente fisio-
ALBERTO L. MERANI IDSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 405

lógicos, apoyados con figuras, señalan que se impuso como norma con- más adelante, el desarrollo de la voluntad. La sensación muscular,
siderar todos los fenómenos que estudia bajo su doble aspecto físico aunque muy cercana de la asociación .propiamente dicha, difiere de
y mental. Piensa, y con razón frente al trabajo de las orientaciones ésta en que es una asociación .con un estímulo interno y no con uno
metafísicas en psicología, que el estudio exclusivamente psicológico es externo. Considerándolos bajo su aspecto emocional, encontramos dos
abstracto e incompleto. «:Sain -dice Stuart Mill 3 6- ha llevado la inves- clases de movimientos, que resultan de sensaciones musculares muy
tigación analítica de los fenómenos mentales, por los métodos de las diferentes. Los movimientos lentos llevan al sueño; producen calma
ciencias físicas, al punto más avanzado que haya sido alcanzado, Y_ ha después de una agitación mórbida; inspiran la gravedad y la tristeza.
inscrito dignamente su nombre junto al de los constructores sucesivos De aquí 18; pronunciada lentitud de los ejercicios de devoción, de los
de un edificio al cual Hartley, Brown y James Mill aportaron, respecti- tonos monotonos y lentos del órgano. Por el contrario, los movimientos
vamente, su parte de trabajo.:> Coherente con su metodología, Bain vivos provocan gran excitación de los nervios. Los movimientos rápidos
comienza con una exposición fisiológica, la del sistema nervioso. Para son como una especie de borrachera mecánica. Cualquier órgano en
él es un punto de partida obligado, pues, siendo la exisJencia de un movimiento rápido comunica su aire a todos lps demás órganos en mo-
sistema nervioso la. condición de la vida psicológica, se debe ir a las vimiento. Si se marcha rápidamente, y mejor todavía si se corre, el
fuentes y demostrar cómo los fenómenos de la actividad mental van tono mental está excitado, los gestos y los discursos se aceleran. Fi-
a injertarse sobre las manifestaciones más generáles de la vida física. nalmente, la sensación muscular puede ser dada simplemente por el
Bain describe sucesivamente el cerebro, el cerebelo, la médula alar7 esfuerzo y con independencia de cualquier movimiento, como por ejem-
gada, la médula espinal y los nervios espinales y los cerebrales. Para él, plo llevar un peso, sostener el propio cuerpo; éstos son otros tantos
la «fuerza> nerviosa actúa sobre las diversas partes del cuerpo a la casos de tensión muerta. Considerados bajo su aspecto intelectual las
manera de una corriente. De aquí, concluye, contrariamente a la opi- sensaciones musculares «Son muy importantes desde el punto de ~ista
nión heredada que el sensorium no es únicamente el cerebro como del conocimiento>,37 porque si a un peso que sostenemos en la mano
sólo asiento d~l espíritu: su asiento, que está en todas las partes donde se le agrega otro, el estado de conciencia cambia: ese cambio de estado
hay corrientes nerviosas, comprende el cerebro, los nervios, los múscu- es la discriminación, fundamento de nuestra inteligencia.
los los órganos de los sentidos y las vísceras. De este esquema fisio- En cuanto a las sensaciones, Bain las distribuye en seis clases: de
lógico introductor pasamos a la primera clase de fenómenos que pro- la vida orgánica, del gusto, del olfato, del tacto, del oído y de la vista.
plamente pertenecen al espíritu. No se trata, como podría creerse y Las tres últimas son sobre todo intelectuales. Bain hace predominar
según la tradición, del estudio de las diversas sensaciones. Para Bain hay la vista, y coloca al oído por debajo del tacto. Su análisis, amplio y
fenómenos más generales, descuidados hasta él por la psicología, que detallado, recurre a datos útiles de la química y de la fisiología.' Sin
describe y examina con lujo de detalles, abundancia de hechos que a seguirlo en todos sus pasos, elijamos en este estudio dos puntos esen-
su criterio caracterizan al verdadero estudio experimental. Son los fe- ciales: la naturaleza del sentido orgánico, la percepción del mundo
nómenos de actividad espontánea. que conocemos con el nombre .de exterior por el tacto y la vista. De las sensaciones de la vida orgánica,
sentid.o muscular. Este sentido, que tiene por finalidad las sensaciones Bain distingue siete especies: las debidas al estado de los músculos
unidas a los movimientos del cuerpo o a la acción de los músculos, el dolor· que se produce cuando se los corta, el sufrimiento causad~
no debe ser confundido con los cinco sentidos ordinarios y se debe por una fatiga excesiva, los huesos quebrados, los ligamentos desga-
estudiar aparte. Se ve por lo común, afirma nuestro autor, en la acti- rrados, en una palabra, .todos los daños violentos que alcanzan al sis-
vidad traducida por nuestros movimientos y deseos, el resultado de tema muscular. El sistema nervioso no es únicamente el instrumento
alguna sensación o movimiento anterior; pero antes que ella hay otra propio de la facultad de sentir, sino también de sensaciones orgánicas
actividad espontánea que viene de nosotros mismos, de adentro y no que resultan del estado mismo de su tejido; las neuralgias, los ago-
de afuera, que actúa' por sí misma y no como reacción contra el mundo ' tamientos nerviosos, los tics dolorosos, son ejemplo's de dolóres que
exterior. Los hechos que mejor establecen su existencia son la tonici:. · provienen del tejido nervioso mismo. La circulación y la respiración,
dad de los músculos, el estado de contracción permanente de los esfín- con las sensaciones de hambre, sed, sofocación que se les unen· el
teres la actividad mórbida y las excitaciones que provoca, la movili- placer de respirar un aire puro; el malestar producido por una a~ós-
dad ~xtremada de la primera y de la segunda infancia, que sólo puede . 1 fera cargada, influyen sobre nuestro estado. El estado de conciencia
explicarse por su exceso de actividad. Esta espontaneidad, indiferente · que resulta de una respiración sana puede ser considerado como la sen-
en apariencia para la psicología, contiene en germen, como explicará ·· sación característica de la existencia animal. La digestión, como la
406 ALBERTO L. MERA.'llI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 407

respiración, ofrece todas las condiciones de un sentido; un objeto ex- nos dan las nociones de longitud, de superficie (extensión en dos di-
terno: el alimento; un órgano propio: el canal alimentario. Le debemos mensiones), solidez (extensión en tres dimensiones). La distancia su-
los sentimientos i;igradables que provienen del buen estado de los órga- pone dos puntos fijos que se pueden reconocer por un movimiento de
nos digestivos, la influencia maligna ejercida por los malos estados, las la mano, del brazo o del cuerpo. La dirección implica un punto de re-
sensaciones de náusea y de disgusto, la melancolía provocada por las ferencia; nuestro cuerpo es el más natural, pues nos sirve para apre-
enfermedades del estómago y del intestino. Esto nos muestra muy ciar la derecha, la izquierda, el adelante y el atrás. La situación, o sea
bien_ cómo Bain aplica al pie de la letra el método naturalista, que Ia posición relativa, es conocida cuando se conoce la dirección y la
consiste en clasificar y en describir. Pero veámoslo en un orden de distancia. La forma depende de los movimientos musculares realizados
análisis más düícil, el que tiene por objeto la percepción de la exterio- para seguir los contornos de un objeto material.
ridad Y la extensión. El tacto es el sentido más general; es probable De las sensaciones, Bain pasa al pensamiento, pero antes hace una
~ue no falte en ningún ser dotado de sensibilidad, y su importancia revisión de todos los fenómenos que llama la materia bruta de la
mtelectual es grande. Da las nociones de tamaño forma dirección inteligencia y la voluntad, o sea los apetitos y los instintos. cEl instinto
distancia, situación. El tacto, considerado como fuente de es~s ideas, n~ se define oponiéndolo a lo que es adquirido por la educación o la expe-
es un sentido simple, pues además supone el sentido del movimiento. riencia.> ss Se puede decir que para Bain es un poder no aprendido
Nuestra apreciación del peso de un objeto depende mucho del ejercicio para realizar acciones de cualquier clase, y muy en particular las que
de los músculos, aunque ello también pueda resultar de una simple son necesarias o útiles al animal. Sin duda, en la época de Bain, el
sensación de presión ejercida sobre la piel, hecho que será demostrado estudio de los instintos era muy precario y reinaba sobre el tema mayor
experimentalmente por Weber, como veremos al estudiar la psicología confusión que hoy en día. Los instintos que nuestro aut9r estudia se
alemana del siglo .x:cc. El Sentido muscular es esencial para la percep- refieren al hombre y pueden traducirse por los términos más claros de
ción de 1a extensión, ,o, mejor dicho, esta cualidad y las de tamaño, movimientos instintivos. Tomados en su conjunto, constituyen un orden
forma, etc., que se les unen, nos son reveladas por los movimientos completo de disposiciones primitivas, una estructura completa primor-
que provocan en nosotros; los sentimientos que producen son sentimien- dial que sirve de base a lo que el ser humano se convertirá más
tos de movimiento o de estado de los músculos. Lo que nos queda tarde1 al desarrollo del sentimiento, de la volición y de la inteligencia.
ahora por ver es hasta qué punto para Bain el sentido del tacto con- Estos actos instintivos forman cinco grupos: 1) las acciones reflejas;
tribuye a nuestra noción fundamental del mundo exterior, la extensi6n, 2) el mecanismo especial de la voz; 3) los ordenamientos primitivos
de la cual la distancia, la dirección, la posición y la forma sólo son mo- que hacen posible la armonía y la combinación de algunas acciones;
dificaciones. Movamos el brazo en el ·espacio vacío y veamos qué re- 4) la unión del sentimiento y de sus manifestaciones físicas; 5) el ger-
sulta: la ausencia de señales determinadas, para limitar el comienzo men instintivo de la volición. 4:En tratando de la inteligencia -<lice
'Y el fin del movimiento muscular, deja a nuestra sensación de mo- nuestro autor en su Prefacio89_, he abandonado la subdivisión en
vimiento un cierto carácter de vaguedad. Pero si al sentido del movi- facultades. La exposición está enteramente asentada en las leyes de la
miento se agrega el sentido del tacto, si el movimiento tiene lugar, por asociación; se las ha dado como ejemplos de muy pequeños detalles y
ejemplo, de un costado a otro de una caja, aquí hay una resistencia .se las ha seguido en la variedad de sus aplicaciones.> Esta parte de la
Y dos estados distintos, que constituyen una marca en la conciencia. obra, trabajo arduo de síntesis y de análisis, reduce una multitud innu-
Lo que primero se nota del movimiento del brazo en el vacío es que merable de hechos a algunos princ;ipios fundamentales y somete los
·no está determinado por ningún contacto, que somos incapaces de dis- principios a la verificación de los hechos; se trata, en realidad, de un
tinguir lo sucesivo de lo coexistente (o el tiempo del espacio). Ahora método verdaderamente experimental. Se deduce que el sistema de las
bien, mientras esta distinción no es posible no podemos conocer la facultades no explica nada, puesto que cada una de ellas es un flatus
extensión, que tiene por fundamento la coexistencia. El tiempo y el vocis que únicamente vale para los fenómenos que encierra, y no sig-
espacio son dos correlativos que no se pueden conocer uno sin el otro nifica nada que sea algo más que esos fenómenos. La teoría de Bain
pero que son distintos uno del otro. La sucesión es un hecho simple: procura demostrar que los diversos procederes de la inteligencia sólo
la coexistencia, un hecho complejo. Cuando el orden serial de "nuestra~ son formas diversas de una ley única; que imaginar, deducir, inducir,
sensaciones no puede ser cambiado ni invertido, hay una sucesión. percibir, etc., es combinar ideas de una manera determinada, y que
Cu~do P:Uede ser .invertido, recorrido en un orden diferente, hay las diferentes facultades únicamente son diferencias de asociación. Para
coeXJStencia. Las sensaciones combinadas de movimiento y de tacto Bain, su teoría explica todos los hechos intelectuales, y no a la manera
ALBERTO L. MERAN!
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 409
408
de la· metafísica, que reclama la razón última y absoluta de las co~s, constituida, en estado adulto, s61o puede explicarla a medias, encon-
sino a la manera de la física, que sólo busca su causa segunda Y pro- tramos aquí ·un método natural y concreto que completa el estudio
xima. Encuentra que la conciencia. es el modo fundamental de la estático con la exposición dinámica. El cuadro de la génesis de las
actividad intelectual. Pero para Bain, quien dice conciencia, dice cambio, voliciones trazado por Bain puede reducirse a los puntos siguientes:
1) Búsqueda del germen instintivo de la voluntad, que reside en la
sucesión, serie; consiste, pues, en una corriente ininterrumpida de ideas,
sensaciones deseos y es por consiguiente, el encadenamiento, la aso- existencia de una actividad espontánea, y la unión que existe entre
'
ciación de nuestros ' estados .
' internos, lo que la constituye. La percepcian
, nuestros sentimientos y las acciones que los traducen.
de un objeto está fundada sobre la asociación por contigüidad ~ el 2) . Primeros ensayos del poder voluntario, cuyas bases son la espon-
tiempo, el espacio. Es porque asociamos los datos de nuestros se~tidos taneidad, la conservación de uno mismo y la retentividad.
3) Motivos, su conflicto, resolución y esfuerzo, o sea que la función
que percibimos objetos concretos que nos son dados com~ e:i:,tenores.
En cuanto a la imaginación, que nuestro autor llama ~asoc1ac1on cons- propia de nuestras facultades activas es desplazar el dolor, conservar
tructiva> es la asociación de sentimientos adquiridos anteriormente y reproducir el placer.
para producir una construcción que asemeja a la realidad. La asocia- 4) La cuestión, tan discutida, de la libertad, que implica el pre-
ción asentada sobre la semejanza explica la clasificación, la abstracción, dominio de una uniformidad o de una ley en esta clase de fenómenos,
la definición la inducción la generalización, el juicio, el razonamiento, suponiendo una complicación de numerosos antecedentes que no son
, ' ed . .
siempre, perf ectamente conocidos. '
la deducción, la analogía; todas estas operaciones se r ucen a asociar
ideas que se asemejen, difieran, o se asemejen y difieran a la vez. Y en , Llegamos así al final del análisis y síntesis de la obra psicológica
siendo las asociaciones las que determinan la actividad int,electual, de Alexander Bain, que, libre de cualquier preconcepto filosófico, llegó
Bain clasifica las diversas formas de la ley de asociación según el .a intuir la íntima conexión entre las diversas funciones de la concien-
cia, destacando el carácter voluntario de las concatenaciones de los
cuadro que sigue: pensamientos y la acción continua recíproca de los sentimientos y de
l. ASOCIACIONES ~IMPLES las ideas. Se puede decir que las obras de Bain son las primeras de
psicología escritas fuera de cualquier preocupación filosófica y que
. .. 'd d ~ conjuntas
l. . Por contigu1 a 1sucesivas contienen datos tomados de la observación interna balanceada sabia-
mente con los datos de la biología. No presenta el esquematismo doc-
2. Por semejanza. trinario de los Primeros principios de Spencer, en los cuales se ve siem-
pre la finalidad manifiesta de encontrar en la conciencia las mismas
Il. ASOCIACIONES COMPUESTAS
leyes que gobiernan la evolución orgánica. Junto con los Elementos de
l. Contigüidad. psicología de Fechner, publicados un año después de Las emociones
2. Semejanza. '11 la -voluntad, en 1860, la obra de Bain señala el comienzo de la psico-
3. Contigüidad y semejanza. logía estri,ctamente empírica.

lll. ASOCIACIONES CONSTRUCTIVAS 6. George He-nry Lewe.s, un fisiólogo en búsqueda. de la filosofía. -


LEwEs (1817-1878) fue un fisiólogo profundamente pe-
.,f•.GEORGE HENRY
El estudio de las emociones es la parte más débil de los trabajos de ~1 netrado por el concepto general de la evolución, y, convencido de que
Bain · le falta la idea de progrt?so, de evolución, que podía haberle dado ., la filo~offa se encuentra al final de cada ciencia para los espíritus que
novedad y presentado sin cortes abruptos como una continuidad abso- .,irefl.e~onan y gustan de las concepciones de conjunto, la encontró. Más
luta de toda su obra. Pero el espíritu que animó a Senses and Intell.ect •: todaVlll, se puede pensar que la buscó y gustó desde siempre. En 1836
reaparece en la mitad del volumen dedicado a la voluntad.'° Sigue en \Proyectó, ccon toda la fogosidad de la juventud>, un tratado de psico-
todas sus fases el crecimiento del poder voluntario, desde el momento 'Jogía que debía ser la interpretación fisiológica de las doctrinas de
en que apenas es un germen oscuro, un instinto casi fisiológico, ha~ ;; Reid, de Stewart y de Brown. Se puso además a recoger materiales
su último período de expansión, mientras que, bajo el nombre de h.,. ;'para una psicología aniinal, penSa.ndo de antemano que esos hechos
bertad, supone la inteligencia y funda la moralidad. En lugar de un ~i¡i.ás simples servirían para hacer comprender los hechos humanos más
método facticio y abstracto, que tomandq la voluntad completamente i:'~omplejos. Pero no tardó en convencerse cque para comprender la

i' .
\\..
ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 411
410

condición mental de los animales se requiere tener primero una visión• Tuta duda se justifica con su obra Problems of lif e and mind, en tres
clara de los procesos fundamentales en el hombre; puesto que, eviden- volúmenes, publicada entre 1847 y 1849, en la que, rechazando a la vez
temente es sólo por su conocimiento agotado en nosotros mismos que . el espiritualismo y el materialismo, no concuerda con la opinión com-
podemo~ explicar los procesos análogos de los animales». 41 En 1845 tiana de «que no sabemos absolutamente nada del espíritu y de la
publicó, dirigiéndose «al gran público antes que a los eruditos», una ., materia». Por lo demás, poco importa que su positivismo sea ortodoxo
Hiswry of Philosophy, cuya finalidad declarada era la de degustar las o no; es su espíritu general el que lo anima, y su libro sobre los
especulaciones metafísicas. Este libro, varias veces corregido y rehecho· Problemas de la vida y del espíritu, que se proponía fuese «una pre-
en parte se convirtió en una verdadera historia de la filosofía que va paración para la psicología», se convierte, de hecho, en una especie
de Thale~ a Auguste Comte, siendo una obra original, dogmática Y crí- de crítica preliminar de las condiciones del conocimiento. Como las
tica sobre todo en la cual prefiere visiblemente las investigaciones de doctrinas psicológicas de Lewes no están orgánicamente reunidas, no
los naturalistas' a las de los eruditos. En filosofía, Lewes se declara lisa podemos seguir una exposición tan metódica como para los autores
y llanamente positivista. Mientras que Spencer y Stuart Mill están en precedentes, y solamente nos queda dar un orden riguroso y una uni-
desacuerdo con esta corriente filosófica en muchos puntos importantes, dad sistemática a puntos de vista separados y sin forzar, por supuesto,
especialmente en lo que se refiere a la clasificación de las ciencias Y al el pensamiento del autor, para ser más exactos. El hombre, dice Le-
método en psicología, en tanto qué Bain no se pronuncia al respecto, wes,43 no ·es simplemente un organismo animal; también es una unidad
circunspección más que sugestiva en la segunda mitad del siglo pa- en un organismo social. Su vida individual entra como elemento en
sado, la adhesión de Lewes es explícita: «Adherí a la filosofía positiva una vida colectiva. De aquí dos especies de motores: unos personales,
en 1846 y adhiero todavía», dice en un prefacio que data de 18~7.42
1
egoístas, animales; otros simpáticos, altruistas, humanos. La psicología
«Lo que busqué fue menos una exposición detallada que halagar1a a humana, o sea la ciencia: del fenómeno psíquico, debe, pues, buscar sus
indolencia poco curiosa de los que gustan hablar con una ciencia de datos en la biología y en la sociología. El gran error cometido hasta
segunda mano, que las indicaciones generales suficientes para permi- ahora, afirma, ha sido, o bien ocuparse sólo de los datos de la con-
tir a los que estudian la filosofía positiva apreciar su finalidad e impor- ciencia y de la observación interna, como los metafísicos, o bien de-
tancia y para guiarse con la inteligencia de los escritos de Comte. dicarse, como los biologistas, a combinar los datos de la observación
A menudo se me ha pedido de hacer alguna "breve exposición de ese interna con la interpretación del fenómeno nervioso. El biólogo que
sistema". Eran gentes que deseaban aprovecharse de los trabajos de sigue el verdadero método científico acepta la vida como un hecho
Comte (o tal vez simplemente conocerlos para hablar de ellos), pero · último, del que sólo busca los factores: sus condiciones y las leyes de
que temían el esfuerzo de leer obras de las que sospechaban la impor":' su manifestación. El psicólogo debe también aceptar la conciencia
tancia. Mi respuesta es ésta: estudiad la Filosofía positiva por vosotros -o, para hablar de manera más precisa, la sensibilidad- como un
mism~s, estudiadla pacientemente, dadle tiempo, no penséis en mur":' hecho último, del. que sólo puede estudiar los factores: sus condiciones
murar contra una ciencia nueva o un lenguaje nuevo, y entonces, ya y sus leyes. Lewes recuerda, además, que fue el primero en enunciar
sea que la aceptéis, ya sea que rechacéis el sistema, encontraréis vue~":" este hecho fisiológico: el sistema nervioso es idéntico en todas sus
tro horizonte intelectual irrevocablemente aumentado. "i Pero son seis partes en propiedad y en estructura, hecho de consecuencias psicoló-
gruesos volúmenes!"; exclama el aspirante dudoso. Y bien, sí; seis vo- gicas muy importantes para la época, que· fueron expuestas en Ale-
lúmenes que exigen ser tanto meditados como leídos. Reconozco que mania por Wundt 44 y Horwicz,45 pues si la propiedad es la misma en
es bien largo para nuestro mundo ocupado y tumultuoso; pero si todas sus partes, las funciones en las cuales entra esta propiedad deben
se reflexiona sobre cuán fácil es leer seis volúmenes separados de filo- tener identidad común: las diferencias sólo pueden provenir de diver-
sofía en el curso de un año, la empresa parecerá menos formidable ... sos elementos (músculos, glándulas, etc.) sobre los que actúa la 4:neu-
y cualquiera, considerando la inmensa importanc~ de una do~trina que rilidad». Por consiguiente, el gran problema de la psicología, como
dará unidad a su vida, no dudará en pagarla mas cara todav1a que un sección de la . biología, es extraer todos los fenómenos psíquicos del
año de estudios.> proceso fundamental de un tejido viviente. Y este tejido es el tejido
El positivismo de Lewes es más ortodoxo en las palabras que en los. nervioso. Ese proceso es un agrupamiento de unidades nerviosas. Una
hechos, pues se observa con cuánto entusiasmo lleva a su campo nu- ·unidad nerviosa es un trem-0r (vibración). Varias unidades están agru-
merosos contemporáneos que a menudo están en desacuerdo con la padas en una unidad más elevada, en un proceso nervioso que es una
Escuela, lo que hace de su positivismo una posición independiente. fusión de vibraciones: cada proceso puede agruparse con otros, y de
412 ALBERTO L.. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 413

ese agrupamiento de grupos nacen todas las variedades. Esto, que poi que distinguiendo la sensación de la percepción no hace una distinción
el lado fisiológico es únicamente un proceso nervioso, por el lado psico- puramente verbal, que consistiría en llamar sensación lo que otros lla-
lógico es un proceso sensitivo. Sin pretender explicar la conciencia, man impresión. No; por sensación entiende la sensibilidad propia de
que es, para Lewes, el postulado necesario de cualquier psicología, la cada centro, y augura que desearía ver introducida la misma reforma
representa «como la masa de ondas estacio'IULrias formadas por las en la ~ología del sistema nervioso, ver reconocido que, a pesar de las
ondas individuales de las vibraciones nerviosas».~ . diversidades, tod-Os los centros nerviosos, en tanto que centros, tienen
La teoría de la conciencia de Lewes es original en muchos aspectos. .
propiedades y leyes en común. De aquí resulta que, siendo . la con-
El autor, colocándose sobre todo en el punto de vista fisiológico, exa- ciencia, en su·"Sentido general, la suma de todas nuestras sensibilidades
mina la cuestión de las percepciones latentes o insensibles, muy dis- l~ confluencia de varias corrientes de sensaciones, en los animales infe~
cutidas después de Leibniz, pero que en su tiempo era casi universal- r1ores, dotados de un sistema nervioso simple, los fenómenos sensitivos
mente aceptada. Esos infinitamente pequeños de la percepción podrían son simples, y a medida que la organización crece en complejidad,
muy bien desempeñar, en la vida psicológica, papel tan importante como los fenomenos sensitivos se vuelven necesariamente más complejos,
los organismos microscópicos en el mundo material; y más de una vez Y los elementos de la conciencia general, más numerosos. Esto lleva a
sorprende la desproporción que existe entre esas causas infinitesimales Lewes a examinar la cuestión de las diversas formas de conciencia o
y las consecuencias que engendran. Lewes las acepta, y distingue va- sensibilidad, cque pueden ser agrupadas convenientemente bajo estas
riedades y una especie de jerarquía de conciencias. Uno de los puntos tres denominaciones: 1.0) conciencia del sistema ( systemic-oonscious-
que procura establecer mejor es que el sensorium, o sea el asiento de la ness); 2.ª) conciencia de los sentidos (sense-consciousness); 3.ª) con-
sensación y de la conciencia, no está limitado al cerebro; que siendo ciencia del pensamiento (tlwu.ght-ccmscicYusness)».48 La conciencia del
la sensibilidad la propiedad fundamental del tejido ganglionar, propie- sistema, que nos da los principales elementos del sentido de la. existen-
dad inherente a ese tejido, debemos considerar al sensorium como te- cia, encierra todas las sensaciones que nacen del sistema en general y
niendo la. misma extensión que los centros nerviosos. Define, pues, al en particular de las funciones orgánicas. La conciencia de los sentidos
sensorium commune como «la suma de todos los centros nerviosos, encierra todas las sensaciones derivadas de los órganos de lo~ cinco
siendo cada centro en sí mismo un sensorium pequeño»,47 pues siendo sentidos. La conciencia del pensamiento engloba todos esos fenómenos
la sensibilidad una propiedad histológica y no mOTfológica, la disposi- de pensamiento y de emoción que corresponden más bien al psicólogo.
ción del órgano resulta secundaria. En Tu. doctrina ordinaria, la con- El fisiólogo debe indicar las relaciones de esta forma de la conciencia
ciencia era considerada como teniendo su asiento en el cerebro, y se con las .formas inferiores y las partes del sistema nervioso que le sirven
admite, naturalmente, que la impresión, mientras no alcanza al cere:. de órganos. En cuanto al pensamiento, no sabemos y tal vez jamás se-
bro, no produce sensación. Pero la palabra «conciencia» tiene aquí un pamos lo que es. No sabemos qué es la vida; pero podemos aprender
sentido muy vago; el más general es sensación. Es indiscutible que cuáles son las leyes de Tu. vida y Tu.s leyes del pensamiento. Al fisiólogo,
poseemos un organismo sensitivo, que está incesantemente excitado por concluye Lewes, corresponde la primera tarea, al psicólogo la segunda,
estímulos internos y externos, que cada una de esas excitaciones es con lo cual establece que el método subjetivo y el objetivo son tan
una sensación y que todas esas sensaciones deben ser los elementos necesarios uno como el otro para el desarrollo de la psicología.
de la conciencia. También se admite que entre esas excitaciones sola- El estudio de las acciones reflejas es la continuación, en la obra de
mente aquellos que son lo bastante fuertes para predominar sobre las Lewes, del estudio de la conciencia. En efecto, mientras que en la teoría
miríadas de excitaciones vagas del· organismo son llamadas propia- corriente el sensorium estaba restringido al cerebro, la acción que tiene
mente sensaciones. Se dice entonces que tenemos conciencia; el resto su centro en la médula espinal es llamada refleja y considerada como
es considerado como no existente: se trata de impresiones inconscien- de naturaleza completamente diferente, la teoría de Lewes, que ex-
tes que pueden llevar a la acción, pero no son sensaciones. Las expre- tiende el sensorium a todos los centros nerviosos, sólo admite entre la
siones en apariencia contradictorias de «conciencia inconsciente», «Sensa- acción del cerebro y la acción de la médula espinal una diferencia de
ciones no sentidas», empleadas a menudo en tales casos, no producirían '· grado. Establecer que la cuerda espinal es un centro que siente es la
embarazo si se distinguiera netamente entre sensación y percepcián. finalidad que se propone, fundándose sobre sus propias' experiencias,
«La sensación es simplemente el estado activo de la sensibilidad, la sobre las de otros y sobre las deducciones que de ello es posible obte-
cual es propiedad del tejido ganglionar.» Definida así la sensac1on, ner. Pretende cdar el golpe final> 411 a la teoría de la acción refleja,
Lewes pregunta: ¿puede haber sensación sin percepción?, y destaca de la cual se burla en todo momento. Todo centro nervioso posee una
414 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 415

sensibilidad que le es propia, «un punto fundamental que me parece para Lewes, la conciencia es el resultado de la armonía orgánica, de
--dice Lewes- completamente inadmisible, es la hipótesis que el me- . la organización de la materia viviente: sólo busca esta unidad Y no
canismo reflejo .es independiente de la sensibilidad, que las acciones otra. Éste es un punto de vista muy unilateral, porque deja de lado
reflejas tienen lugar sin sensación>,110 pues para probar que las accio- · nada menos que aquello que hay de verdaderamente psíquico en la na-
nes reflejas son independientes de la sensación es necesario probar turaleza animal, o sea la unidad de la conciencia, lo que ya Kant había
primero que las acciones del cordón espinal son independientes de la denominado la «forma> que mantiene unidas las múltiples uni'dades de
sensación. Esto nunca ha sido probado, e incluso afirmado contra cual- la psiquis. A pesar de esto, al poner Lewes en relieve la unidad de la
quier evidencia.111 Sería largo e innecesario seguir a Lewes en su mi- organización fisiológica, da base sólida a las doctrinas psicológicas que
nucioso estudio sobre las acciones reflejas; bastará con resumir los r se orientaban, sobre las huellas de Kant, a demostrar la misma unidad
puntos principales y exponer brevemente las razones que esgrime para · , del lado psíquico, y que llevaron finalmente a la psicología experimen-
establecer que la médula espinal es un centro de sensación: tal del siglo XIX a propugnar la existencia de dos estrechas conexiónes
1.0 ) Opinión de 'los fisiólogos anteriores. La doctrina que reconoce paralelas, la ñsica y la psíquica.
al cordón espinal funciones sensitivas no es nueva. Pero si saltamos
sobre las consideraciones históricas que acumula Lewes y pasamos a
los hechos mismos,· podemos considerar bajo dos aspectos la evidencia NOTAS
que nos brindan: deductivamente e inductivamente.
2. 0 ) Evidencia deductiva. Una semejanza de estructuras implica l. Analysis, Loe. cit.
2. Ibídem.
una semejanza de propiedades, y la sustancia gangliol}ar del cordón 3. Ibídem.
espinal, por ser de naturaleza semejante a la sustancia ganglionar del 4. Ibídem.
cerebro, debe haber necesariamente entre las dos comunidad de pro- 5. Ibídem.
piedades. «El único fundamento para negar que los actos de los anima- 6. Ibídem.
7. Ibídem.
les decapitados están determinados por una sensación es que el cere- 8. Ibídem.
bro o encéfalo es considerado como el único asiento de sensación>.112 9. Ibídem.
3. 0 ) Evidencia inductiva. La espontaneidad y la elección son dos 10. La polémica en torno al positivismo de Stuart Mili fue dura y acre a :fina-
signos palpables por los cuales reconocemos la presencia de la sensa- les del siglo pasado y comienzos del nuestro. Se puede consultar con provecho el
ttude sur Stuart Mil!, de H. Taine, Paris, 1892, y Littré, en Revue des Deu:c-
ción y de la volición. Después de experiencias con un tritón, al que Mondes, 15 agosto 1866; también Th. Ribot, La. Psychologie Anglaise Contempo-
toca, pellizca, quema con ácido, etc., y que luego, decapitándolo, so- raine, París, 1896.
mete de nuevo a las mismas experiencias, Lewes encuentra que las 11. John Stuart Mili, A System of Logie, ratiocinative and inductive, Lon-
reacciones del animal son semejantes en ambos casos. Esta experien- don, 2 vols., 1843.
12. Logic, Loe. cit.
cia, a la que nuestro autor agrega las de otros fisiólogos, lo llevan a 13. Ibídem.
concluir «que la evidencia de la espontaneidad y de la elección, de la 14. Ibídem.
sensibilidad y la volición, no pueden ser despreciadas, y que, por con- 15. Alexander Bain había publicado un volumen sobre el tema: On the study
siguiente, el cordón espinal es un centro sensitivo.53 · of character includiny an estímate of phrenology, London, 1840.
En resumiendo, para Lewes, la acción refleja es un proceso de a~­ 16. Logic, Loe. cit.
17. Examination of sir W. Hamilton's phylosophy, London, 1865.
pamiento que sirve de fondo a todos los fenómenos psíquicos. Sus 18. An examination, Loe. cit.
géneros más elevados son la sensación y la acción. La acción refleja, 19. Ibídem.
para nuestro autor, corno para Spencer, tiene un lugar en la evolución 20. Ibídem.
21. John Stuart Mill, Augu.ste Comte and the positivism, London, 1862.
ascendente de la vida psíquica y la aproxima al instinto, que define 22. Esta teoría, Spencer la expone de manera sistemática en los First Pri,..,.
corno una experiencia organizada, una inteligencia no discursiva o en ciples, London, 1869, y en forma fragmentaria en los Essays: scientific, political
otros· términos, que, en la inteligencia y en el instinto, los proces~s ~er­ and speculative, London, 1868-1874.
viosos y lógicos son los mismos. La diferencia está que, en ·1a inteli- 23. Essays, Loe. cit.
gencia, las operaciones son facultativas, implican la elección de los 24. Principles of Psychology, Loe. cit.
25. First Principies, Loe. cit.
medios para llegar a un fin. En el instinto, las operaciones están fija- 26. Principies of Psychology, Loe. cit.
das, son uniformes, sin dudas en la elección de los medios. En suma, 27. Ibídem.
416 ALBERTO L. MERANI

28. Essays, Loe. cit.


29. Principles of P811chology, Loe. cit.
30. Ibídem.
31. Ibídem.
32. Ibídem.
33. Ibídem.
34. Sen.ses and Intellect, London, 1855.·
35. The emotions and the Will, London, 1859.
36. Logic, Loe. cit. CAPÍTULO 3
37. Sen.ses and InteIZect, Loe. cit.
38. Ibídem. LA PSICOLOGfA EXPERIMENTAL ALEMANA
39. I.bídem.
40. The emotions and the Wilt, I.ioc. cit.
41. Physiology of common life, London, 1860.
42. History of Phylosophy, Loe. cit. l. Metafísica y naturalismo. - El abigarrado panorama de la psi•
43. Problema, Loe. cit. cología inglesa que acabamos de exponer presenta de común en todos
44. W. WWldt, Gru.ndzuge der physiologischen P111chologie, Leipzig, 1874. los autores la comunidad de principios y de métodos. Representantes
45. Horwicz, PS11chologie Analysen auf Physiologie Grundlage, Leipzig, 1872. de la burguesía más activa y pragmática del siglo XIX, su finalidad fue
46. Physiol. of com. life, Loe. cit.
47. Ibídem.
constituir la psicología como ciencia natural, con el apoyo de la expe-
48. Ibídem. riencia y dejando de lado cualquier· metafísica. La tradición empirista
49. Ibídem. de Locke y de Hume, fuertemente anclada en la ideología victoriana,
50. Ibídem. la herencia del asociacionismo escocés, inclinaron a los psicólogos de
51. Ibídem. Inglaterra a preocupars~ desde la primera hora por las ciencias natu-
52. Ibídem.
53. Ibídem. rales, y a los naturalistas y fisiólogos a contribuir en el terreno de la
psicología, acumulando observaciones, documentos, hechos poco cono-
cidos de psicología normal y mórbida. Físicos como Tyndall, Y. biólogos
como Huxley, no desdeñaron asomarse al fenómeno psíquico y a las
concepciones filosóficas, ya sea para plantear sus reservas en relación
con el positivismo, o para adherirse al idealismo de Berkeley, de ma-
nera que la psicología así concebida pudo y debió ser un. conocimiento
. distinto, en cuya base está la fisiología y que a su turno sirve de
.. asiento para las ciencias sociales, morales y políticas. Y esta orienta-
ción eminentemente práctica termina por completarse con la ethología,
o ciencia de la formación del carácter, tanto individual como nacio-
nal. Estado asentado en el comercio, dado al dominio y a la expansión
colonialista, Inglaterra necesita forjar individuos aptos para la con-
quista y el señorío, y se preocupa, sin preconceptos metafísicos ni ilu-
siones antropomórficas, por conocer al hombre en su naturaleza na-
tural y por educarlo para los fines históricos que se asigna.
Al mismo tiempo, Alemania comienza a surgir; las diversidades na-
cionales empiezan a unificarse, y pasada la onda del romanticismo,
que tan profundas ·huellas dejara en sus pensadores, el desarrollo de
las ciencias naturales, que es floreciente, alcanza también a la psico-
logía. Al contrario de Inglaterra, ninguna tradición en este sentido se
deja sentir y, en menos de una treintena de años, un país en el cual
hubiera sido osado hablar de psicología experimental ve surgir un
núcleo de investigadores que se ponen a la cabeza de su saber. Des-
418 ALBERTO L. M'.ERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 419
pués de un período consagrado a la crítica metafísica de las diversas el ámbito de la cultura y retira su benevolente concesión al romanti-
manifestaciones del espíritu humano, los sabios alemanes se muestran cismo, la psicología y la metafísica, confundidas antes bajo una misma
inclinados a pensar como naturalistas en relación con el hombre, y denominación, comienza a separarse y poco a poco se excluyen. Para la
gradualmente abandonan el análisis filosófico, pleno es verdad de pe- antigua escuela, el gusto por la observación interna y el esprit de finesse
netración y de delicadeza difíciles de superar, pero que constriñe lo eran los signos exclusivos de la vocación del psicólogo; pero lo que más
psíquico con un halo que los progresos de las ciencias naturales hacen sorprende es su extremada simplicidad: simple en su objeto, simple en
imposible sostener. Todos y cada uno de los pensadores alemanes del sus medios. Carece de horizonte, plantea las cuestiones de manera seca
siglo pasado comienzan por preguntarse si una unión de notas ingenio- y. exigua, .las trata con un método verbal que reeuerda la escolástica, y
sas, de finos análisis, de observaciones de sentido com-iín presentadas todo se reduce a deducciones, argumentaciones, objeciones y respuestas.
con una exposición elegante, de hipótesis metafísicas erigidas en ver- Y en el refinamiento creciente, la realidad desaparece y el hombre, lo
dades que se deben imponer, constituyen un cuerpo de doctrinas, una que debe ser como expresión de antropología concreta, ya no es. Lo infe-
verdadera ciencia, y si, a ejemplo de la fisiología, no se debe recurrir rido no es verificado, y donde la lógica dice sí, la experiencia dice no~·
a un método más riguroso. Es de esta manera como el espíritu de la Por consiguiente, el dominio de la psicología se especifica y, como
burguesía alemana, que con retardo frente al resto de Europa reivin- en Inglaterra, comienza a tener por objeto los fenómenos nerviosos
dica sus derechos e inicia su actividad lucrativa, inclina el conocimiento acompañados de conciencia, de los que encuentra en el hombre el tipo
del hombre hacia una separación cada vez más neta de la antigua psi- más fácil de conocer, pero que debe investigar en toda la serie animal,
cología metafísica. De necho, la antigua psicología está condenada; en a pesar de las dificultades de la: búsqueda. En consecuencia, y además,
el nuevo medio que se forma en torno suyo, sus condiciones de exis- se establece una primera distinción entre la psicología y la fisiología:
tencia han desaparecido. Frente a las necesidades crecientes de la eco- el proceso nervioso de una sola faz pertenece al fisiólogo, el de doble
nomía nacional, a las exigencias cada vez mayores del espíritu cientí- faz compete al psicólogo. Y si queda una indecisión se refiere para
fico, sus procederes no bastan. Está definitivamente reducida a vivir Ios casos en que la conciencia desaparece poco a poco para convertirse
de su pasado, y es inútil que algunos filósofos, hegelianos sobre todo, en automatismo, o para los casos en que el automatismo se vuelve
procuren obstinarse en sostener que la psicología es una rama de la consciente. El alma y sus facultades, la gran entidad y las pequeñas
metafísica; de más está decir que también fracasan los ensayos de com- entidades, desaparecen y los psicólogos se enfrentan con fenómenos
promisos que procuran hacer. concesiones a la experiencia. La época internos que, como las sensaciones y las imágenes, traducen los acon-
ha cambiado resueltamente para Alemania, y aunque la _nobleza mande tecimientos físicos, o que se traducen en acontecimientos físicos como
con el Káiser, la burguesía doini.na con Bismarck. Además, ninguna las ideas, los movimientos, las voliciones y los deseos. Por este ca-
reforma es eficaz c()ntra lo que se revela radiealmente falso para los mino, el estado de conciencia deja de ser una abstracción que flota
tiempos, y la psicología . nacida . de los grandes sistemas filosóficos, de en el vacío; unido a su concomitante físico, entra con él y por
Leibniz o de W oHf, ·debe perecer por las contradicciones que encierra, él en las condiciones del determinismo, sin el cual, para la episte-
y aunque se procure acomodarla al espíritu moderno, sus caracteres mología de las ciencias del siglo pasado no hay ciencia. La psico-
esenciales quedan los mismos. Está imbuida del espíritu .metafísico: es logía queda uncida a las leyes de la vida y a su mecanismo, tanto
la «Ciencia del alma~¡_ la observación interna, el análisis y el razo- que el evolucionista Ernst Haeckel, profesor de la Universidad de
namiento son sus procederes favoritos de investigación; desconfía de Jena, podrá escribir un ensayo de psicología celular.1 Finalmente, la
las ciencias naturales, y cuando recurre a ellas lo hace por necesidad psicología alemana del siglo pasado, y era inevitable dado el camino
y con vergüenza. En una palabra, carece ya de vitalidad para afrontar heurístico que tomara, resulta absorbida por la .fisiología. Por una ne-
el espíritu pragmático de la época. Sus antecedentes metafísicos le cesidad lógica, a fuerza de apegarse a una ciencia desarrollada y que
impiden el empleo del método científico, la privan del beneficio de la asombra por los éxitos que logró en breve lapso, se produce el pasafe
investigación libre de preconceptos. No puede ser un estudio de única- insensible que lleva a la psicofisiología, y, con Wund y su laboratorio,
mente los fenómenos psíquicos, distinto e independiente, como reclama instaura el predominio de lo fisiológico sobre lo psicológico. La verdad
en todas partes la ideología que se afianza. Y es esta necesídad, como es que la psicología anterior era un conocimiento que, por propia na..
antes en Inglaterra, la que finalmente se impone en Alemania. A me- turaleza, debía quedar como de pura observación. La nueva psicología
dida que se borran los hábitos de pensamiento inveterados, que la bur- alemana, que recurre sobre todo a la experimentación, termina por
guesía en ascenso introduce gradualmente su realismo pragmático en plantear los problemas psicológicos de modo artificial: el retorno a la
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antropología concreta se transforma graduahnente en condiciones fuera e iguahnente sus estudios sabre las sensaciones, los sentimientos, la
del contexto humano que crea artificialmente el experimentador. La voluntad, que nada nuevo a lo corriente en la época agregan. Exduidos
psicología se vuelve así, con el sentido estricto del término, experimen- todos estos puntos, nos queda una sola cuestión por tratar y a la que
tal. Pero como esas experiencias son de naturaleza psicofísica, el re- nuestro autor debe su puesto de honor en la psicología: la teoría de
sultado final. es fisiológico. Este hecho no debe sorprender; en tanto los signos loca.les y la percepcián. del espacio. Es la parte verdadera-
que la psicología empírica inglesa del siglo pasado es, con el sentido mente· original de la Psychologie de Lotze, la aceptada y discutida por
más amplio y mejor, un estudio descriptivo, en Alemania, por el con- los mejores fisiólogos y psicólogos de su tiempo, y cuya influencia se
encuentra en Wundt, que la admite modificándola, y que Hehnholtz 2
trario, se concede poco espacio a la descripción y en su lugar se acude
a lo que entonces es corriente denominar psicología fisiológica. Casi considera como el primer paso decisivo que se haya dado para llevar
todos los cultivadores de la nueva psicología son fisiólogos que, con sus a los fisiólogos a la opinión de que la percepción de la extensión es un
hábitos de pensarp.iento y los métodos propios de su ciencia, abordaron efecto de la experiencia y no de la inneidad.
problemas de la psicología. De aquí que los Müller, los Weber, los En concretándose, pues, a la teoría de 1os signos locales y a su papel
Dubois-Reymond, los Helmholtz, los Fechner, los Lotze y los Wundt, en la génesis de las percepciones visuales y táctiles, es necesario com-
hayan contribuido al progreso de la psicología, y a veces sin propo- prender primero, y muy bien, la 'finalidad que Lotze se propuso en su
nérselo. · capítulo sobre los riiumlichen Auschauungen. Para él, no se trata de
explicar la noción de espacio, considerada forma última e irreducible
2. Hermann Lotze y la teoría de los signos locales. -Metafísico del espíritu, pues sus declaraciones son muy precisas al respecto.
por vocación, fisiólogo por profesión, HERMANN LoTZE (1817-1881) es Y aunque por la composición desgraciada del trabajo se pueda creer
una figura imposible de pasar en silencio cuando se estudia la psico- que se trata de una «deducción) del espacio, de un análisis elemental
logía empírica alemana. Desde la edad de veintidós años, después de que tiene por fin la reducción del espacio a una noción más simple, no
haber· cultivado con igual interés la filosofía y la medicina, tuvo a su hay nada de eso. «De ninguna manera tenemos --escribe Lotze 3 - el
cargo, como Privat docent, ambas cátedras en la Universidad de Leip- proyecto de deducir de esos signos locales la facultad para el alma de
zig; después fue por muchos años profesor en GOttingen, para luego ver el espacio en ge'lteral, ni la necesidad para ello de comprender el
pasar definitivamente a la Universidad de Berlín. Todos sus trabajos sentido bajo esta noción. Por el contrario, suponemos que en la natura-
de la primera época llevan el sello de esa doble corriente de estudios. leza del almél hay motivos por los cuales no sólo es ca.paz de una no-
Contribuyó al Handworterbuch der Physiologie de Wagner con artícu- ción de espacio, sino que también está forzada de aplicarla al conte-
los muy celebrados; publicó un Tratado de patología y terapéutica nido de las sensaciones, y no hemos procurado explicar por razones
generales (1842), una Fisiología de la vida corporal (1851). Pero al fisiológicas hipotéticas entre los ~ignos locales ni .esta facultad ni esta
mismo tiempo dio a las prensas una Metafísica (1841), una Lógica (1843) obligación. Aceptamos, sin embargo, y tomémoslo como un hecho que
y una Psicología médica (1852). En partiendo de esta época, las ten- se debe reconocer de primera intención; que el alma pueda formar
dencias metafísicas prevalecen en Lotze, como prueban su Microcosmos, esas ideas de espacio; queda todavía por preguntarse según cuáles
su Historia de la estética. alemana. y su Sistema. de filosofía. Sin duda, principios guiará su elección en esta idea general de espacio, para
la casi totalidad de la obra de Lotze queda fuera del campo de la psi- atribuir a tal sensación tal lugar, y a tal otra, otro lugar, y cómo se
cología, e incluso su Psicología apenas cae a medias dentro de los manejaría para considerar las sensaciones a y b como cercanas, las
propósitos que animan a fos psicólogos de la época, porque jamás se- sensaciones a y e como alejadas una en relación con la otra.> La intui-
paró las investigaciones psicológicas de las hipótesis metafísicas. No ción general del espacio está, pues, planteada a título de dato primi-
obstante, y en realidad, es una psicología fisiológica que presenta bajo tivo y colocada por debajo de cualquier explicáción. De todos modos,
el título singular de Psicología médica, y representa el trabajo que para Lotze no es una especie de entidad anterior a la experiencia. «No
hizo el nombre de Lotze como psicólogo. En esta obra, que comprende se podría imaginar que, antes de haber recibido impresiones exteriores,
tres libros, el primero está exclusivamente consagrado a la metafísica. el alma despliegue, como una red dispuesta a coger todo lo que ella
De los otros dos, la mayor parte del contenido envejeció pronto, puesto caiga, la intuición de un espacio infinito de tres dimen:siones completa-
que la manera de plantear los problemas fisiológicos cambió radical- mente formado y ya terminado .. Se presentaría de nuevo la cuestión de
mente después que Fechner, Wundt y Helmholtz se ocuparon de los saber cómo se pueden hacer entrar las impresiones en esta especie
mismos. En resumen, debemos dejar de lado la metafísica de Lotze, de trampa, puesta en un mundo donde todavía no están. La facultad de
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responder a la impulsión de las ondas luminosas por la sensación sienes de un objeto deben convertirse en una suma de datos intensivos
de verde o de rojo sólo se comprende como una manera de reaccionar y brindar así los materiales de un trabajo de reconstrucción que con-
propia e innata a la naturaleza del alma y que no da lugar a ninguna siste en transformar de nuevo lo Intensivo e inextensivo. 4:Esto no es
deducción. Despúés de haber recibido esas sensaciones, sacamos la idea un mejoramiento serio si no se sacan de las cosas las imágenes objetivas
general de color ... Lo mismo vale para el espacio. No tenemos de pri- para introducir en su lugar, inmediatamente en la concienciaf figuras
mera intención su intuición vacía, para disponer en ella de inmediato subjetivas de excitación con todos sus contornos de espacio. lnfaltable-
las imágenes de lo que puede causar impresión sobre nosotros· pero mente se debe encontrar también, para esas figuras, en su transmisión
.
reaccionan do segun
' las leyes de nuestra naturaleza contra las excita-
, ' al alma, un punto en el cual toda su forma geométrica desaparece sin
ciones _ya sufridas, comenzamos por localizar una impresión p cerca dejar huellas y donde es reemplazada en el alma por una mma de
de otra q, imaginando. una línea mn que se puede llamar elemento excitaciones intensivas, la cual, como la altura de los sonidos, no con-
del espacio futuro, pero no una línea del espacio, pues este espacio tiene ninguna indicación de la extensión o de la posición en el espacio.
entero en el cual podría ser trazada todavía no existe. Es más tarde, Si, de inmediato, obtenemos una noción de la posición de los objetos
observando lo que hemos hecho o lo hecho en nosotros, que nos aper- exteriores, no puede ser por vía de comprehensión, sino por vía de re-
cibimos de la posibilidad de reJ.lllir dos de esas líneas pq, rs por otras producción nueva del espacio. Por lo general, lo extensivo es trans-
dos pr, qs, Y que, continuando las observaciones, adquirimos la con- formado en intensivo.· Es con esto que el alma debe reconstruir inte-
vicción de que esta posibilidad de unir los puntos dados no tiene límite. riormente un nuevo mundo del espacio, en el cual las imágenes de los
Entonces se forma la intuición del espacio infinito. Tal es el resultado objetos exteriores encuentran una función correspondiente. De la misma
de la combinación de las reacciones elementales innatas en el alma y manera que un valor variable puede decrecer hasta cero y, a partir
que le pertenecen, como se dice, a priori.> 4 Debe quedar en claro que de allí, cobrar nuevo aumento, de la misma manera se requiere abso-
para Lotze no se trata de explicar la génesis empírica de las intuiciones lutamente que las impresiones geométricas ordenadas désaparezcan
de espacio. Para que nuestras sensaciones visuales y táctiles se nos de un punto donde no hay más espacio, para reproducirse inmediata-
ª?~.ezcan como extens_as, basta y sobra que _haya en nosotros una po- mente más allá. De igual manera,· inmediatamente que una magnitud
sibilidad o una necesidad de coordinarlas de alguna manera. Pero variable se desarrolla de nuevo, y no, porque oculta sus valores reales
admitido esto, ¿cuáles son las condiciones experimentales que permi~ anteriores para acostarlos, por así decirlo, bajo el valor cero, sino por-
ten esa coordinación? El más grande e inevitable error inherente a que la ley de su variación se aplica por el aniquilamiento moment"áneo
cualquier teoría del espacio y contra el cual Lotze quie;e defenderse de su valor real; asimismo, también las impresiones llegadas al alma
consiste en confundir la solución del problema con sus datos, o se~ se desarrollan de nuevo en· un mundo de espacio, no oscureciendo en
que para explicar el espacio se emplean siempre elementos que ya la conciencia la cualidad escondida del espacio, sino mostrándose capa-
implican esa idea. La forma más grosera de esas explicaciones erró- ces de mantener, en las excitaciones extensivas del alma que han pro-
neas es, para Lotze, la antigua hipótesis de las ideas-imágenes. En ducido, relaciones de donde resulta de nuevo, en la facultad recons-
efecto, toda~ las teorías del espacio admiten en más o en menos cque titutiva de la naturaleza, la imagen de los objetos en cuestión.> 6 Difí-
la forma ba30 la cual una cantidad de excitaciones simultáneas del sis- cil, abstrusos el vocabulario y la redacción de Lotze, para comprender
tema nervioso se siguen una a la otra en el espacio contiene inme- mejor su pensamiento recurramos a un ejemplo aclaratorio q. ·e da en
diatamente la razón de una disposición semejante de las sensaciones en su artículo de la Revue philosophiqu.e,7 ·en el que compara el alma
el espacio>. 11 Cualquier solución metafísica que se adopte, se suponga con una lente que concentraría en un punto indivisible todos los rayos
un alma extensa con los materialistas o un alma inextensa con los reflejados por una superficie coloreada. En ese punto no se podría
idealistas, es inadecuada porque siempre se comete el mismo error: distinguir la posición relativa de los rayos, puesto que están conden-
para explicar el espacio se comienza por suponerlo. Para escapar a esta sados en una claridad única. Pero, más allá de ese punto, los rayos
perpetua . lusión: Lotze afirma q~e ante todo se debe comprender que retomarían su divergencia y dibujarían sobre un plano opuesto una
nuestras impresiones visuales y táctiles s6lo pueden ser percibidas ba;o copia de la. superficie dada. En esta comparación, los rayos conver-
"fa forma de estados ·intensivos, o sea que aquello que cada punto tocado gentes representan los movimientos nerviosos causados por una impre-
transmite al calma> no es una imagen extensa de ese punto sino una sión exterior; el punto de concentración corresponde a la unidad de
mo~ificac~ón intensiva que varía según la naturaleza y la ~ergía de conciencia, y el haz del rayo divergente representa la reconstrucci6n
la impresión; o sea que de una suma de datos exten.sivoa, las impre~ en el alma de las relaciones de espacio antes destruidas.
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Sí admitimos que a partir del momento en que la impresión peri- y no una coordinación. Pero como, en efecto, esa fusión no ocurre,
férica transmitida por los nervios se vuelve un estado de conciencia, re debe admitir que cada punto de la piel, cada punto de la retina,
deja de ofrecer carácter extensivo, 9-ueda por explicar cómo cada uno siente_ a su manera, o sea impone a la impresión recibida una marca
de los elementos que constituyen esa impresión conserva su marca particular. Esta marca especial que diferencia a cada impresión es el
propia y sus relaciones con los otros element.os; cómo se ~~erencia .de signo local. ¿Cómo podemos representarnos esos signos locales? «Po-
ellos y cómo se relaciona con ellos: pues, sm estas condiciones, mn- demos --escribe Lotze s_ representarlos, en general, como un proceso
guna reconstrucción del espacio es posible. Y precisamente. a esto, es nervioso físico que se asocia constantemente, para cada lugar del sis-
Jo que responde la hipótesis de los signos locales. Las sensaciones tác- tema nervioso, con el proceso nervioso variable que, en ese punto
tiles y visuales son las únicas que implican, por lo menos de manera mismo, sirve de base al carácter cualitativo de la sensación.:& Y si que-
neta e innegable, la noción de extensión. De aquí que haya una gran remos una determinación más precisa: «Se puede --agrega más ade-
diferencia entre ellas y las sensaciones del oído, del gusto, del olfato. lante 11- representar de dos maneras un sistema de signos locales, de
Un sonido, un sabor, un olor producen una modificación _de nuestros donde podría resultar una idea clara y geométrica de espacio: l.º) Po-
órganos, variable según el carácter ~specífico de cad~ un~ ~e esas se.n- .dría componerse de sensaciones musculares. No sólo cualquier posi-
saciones; pero no producen nada mas. E?tre un som~o umco Y va:1os ción de un miembro, _sino también cualquier toque sobre una de sus
sonidos idénticos que nos afectan símultaneamente,. solo hay una dife- partes, podría distinguirse del que alcanza a otra parte por una combi-
rencia de intensidad: cada sonido se funde con sus semejantes sin con- nación particular de esas ligeras sensaciones accesorias que son provo-
servar su individiialidad; únicamente está reforzada la intensidad de cadas por la propagación de la excitación sobre los puntos especiales
la sensación. Tal es el caso de las sensaciones intensivas. Con las sen- de ataque. 2.0 ) Siempre que eso permitiera mucho más completamente
saciones extensivas, las condiciones cambian y el fenómeno se vuelve y mucho más fácilmente determinaciones de magnitudes matemática-
más complejo. Sin duda, también hay aquí variaciones de inte~sidad mente comparables, eso sería un sistema de movimiento\! que serían
(comparar, por ejemplo, un punto luminoso con un cuerpo luminoso, producidos, ya sea por la entrada de la excitación, ya sea al menos
un punto rojo con una tela roja, el contacto sobre un punto con el por una tendencia que se desarrolla en ese sentido. Figurémonos un
contacto sobre toda la mano); pero al carácter de intensidad se agrega órgano sensible cualquiera, tan móvil que, por el efecto de un sistema
uno nuevo, de importancia capital: la extensión. Veamos con Lotze este muscular apropiado, uno de sus puntos sensibles cualesquiera pueda
nuevo carácter. ser girado hacia todas las direcciones del espacio;· y supongamos, ade-
Para reducir el problema a sus términos más simples descartemos 1 más, que la influencia de una excitación despierta siempre de alguna

cualquier complicación de dolor o de presión, y supongamos que la manera esas tendencias al movimiento: veremos que cada porción del
punta de un alfiler toca nuestra piel, que un punto rojo se pinta en órgano tendrá el poder de atribuir a sus excitaciones un signo local
nuestra retina. Como en las sensaciones intensivas se produce, por un m_atemáticamente determinado, de manera completa, y también de
roceso nervioso una transmisión al sensorium; pero esa sensación hecho especial. En efecto, cada porción tendría el poder de despertar
P .
táctil o visual no' resulta una simple modificación de n.osotros mismos; una tendencia al movimiento, no solamente determinado en magnitud
or el contrario la relacionamos con un punto de nuestro cuerpo o sino también determinado en dirección por relación ~on las tres coor~
P ' . d , denadas del espacio: tendencia que no se revela exactamente para
con un objeto exterior: Za ubicamos en el espacio. Hay, pues,· a emas
de sentida una sensación localizada. La diferencia entre las sensacio- ninguna otra porción y que sin embargo, en relación con cualquier otra
nes intensivas y las sensaciones extensivas es todavía más sorprendente tendencia a movimiento semejante, se encuentra en cierto grado de
si en lugar de un solo punto, hay, como en el caso más ordinario, semejanza o de diferencia, de elevación o de oposición. Estas conside-
varios puntos de la piel o de la retina afectados simultáneamente. No raciones nos determinaron desde el primer momento a buscar esos
~e produce una fusión de sensaciones en una sensación más intensa, signos locales no solamente en estados accesorios pasivos, que cada
sino que cada sensación, conservando su individualidad, se coordina con porción del sistema nervioso siente en muchas excitaciones sensoria-
las otras y forma ese continuo que llamamos extensión. Si todos los les, sino más bien en movimientos que esas mismas porciones tien-
puntos de la piel, en el caso del contacto, y todos los puntos de la den a provocar con ayuda de su unión con el resto del ·sistema ner-
retina en el caso de la superficie coloreada, sintieran de manera idén- vioso. El ojo, así como el sentido del tacto, nos dará ocasión de
tica impresiones idénticas, sería natural admitir que se produce, como . ensayar el valor de esta hipótesis para la explicación de la noción del
para las sensaciones intensivas, una fusión de sensaciones en una sola mundo.>
426 ALBERTO L. MERAN! msTORIA CRÍTICA' DE LA PSICOLOGÍA 427
,:/¡(
Para concluir estas consideraciones sobre los signos locales,· ,f los últimos meses de 1877, fecha de su último libro: Re-v~ion der
preguntar en qué relación están con la conciencia. Aunque Lotze se .•. ,,~ Hauptpunkte der Psychophysik, Fechner tocó todos los problemas filo-
muestra poco inclinado a considerar el inconsciente, le atribuye aquí : '::'1 ·sóficos y se mezcló en todas las grandes discusiones que tuvieron lugar
un gran papel, de manera que no se sorprende que Hartmann haya i en Alemania. La lista de sus obras comprende trabajos de metafísica,
considerado la teoría de los signos locales como un testimonio en favor · :¡ de ética, de cuestiones religiosas, de las doctrinas de la evolución y de
de su filosofía del inconsciente; más aún, ccuando localizamos en el :; ··estética, 12 y en todas se encuentran puntos de vista originales, sobre
dominio de la vista puntos coloreados percibidos simultáneamente, la ,¡;· todo en lo referente a las condiciones físicas y fisiológicas de la creación
razón de esta localización escapa completamente a la conciencia, ·y los ~j, artística. Pero el título "de gloria de Fechner está en sus trabajos sobre
signos locales que suponemos todavía aquí actúan siempre sin saberlo 'i~. la psicofísica. En 1860 aparecieron sus Elemente der Psychophysik,
nosotros>.10 Esto no impide que cuando determinamos trigonométrica- ,~ obra en dos gruesos volúmenes plenos de experiencias, de tablas, de
mente la posición de puntos alejados, con ayuda del ángulo que encie- ~t cifras, de cálculos y de generalizaciones filosóficas. Este trabajo pro-
rran nuestros rayos visuales dirigidos a los objetos, hagamos un uso ~·; vocó enconadas discusiones, y los críticos de Fechner fueron muchos
perfectamente consciente de nuestros signos locales. Y en la vida 'W e importantes; contra ellos retomó la ofensiva en 1877 con su In Sachen
ordinaria, cuando relacionamos una excitación cutánea con un punto \ der Psychophysik, obra en la que mantiene incambiables sus primeras
determinado de la piel, en virtud de. una asociación fundada sobre la ''ir, conclusiones. Antes de su muerte recomenzó el mismo trabajo, con
·~\ acopio de datos nuevos, en Re-vision der Hauptpunkte der Psycho-
1

experiencia, tenemos todavía una conciencia bastante clara del signo ,


local. Y para concluir destaquemos que la doctrina de los signos loca- :, physik. Sea como ful:!re, la psicofísica fue su obra, y aunque él mismo
les tuvo el grandísimo mérito de hacer luz por primera vez sobre todas concede ese honor a su maestro el fisiólogo Weber,lll lo cierto es que
las dificultades inherentes al problema planteado. Nadie mejor que antes de Fechner únicamente existían trabajos fragmentarios y sin
Lotze ha demostrado cómo se confunde la solución con los datos, alcances generales, de modo que fue el primero en publicar un trabajo
queriendo explicar el espacio con ayuda de imágenes que lo presupo- completo y sistemático. Por consiguiente, contra él se elevaron todas
nen, y ve una sola manera de resolver la dificultad: llevar la percep- las críticas y también confluyeron los elogios.
ción de la extensión a una percepción de diferencias cualitativas que, «Entiendo por psicofísica -dice Fechner 14_ una teoría exacta de
por una reconstrucción nueva del espíritu, se convierte en relaciones las relaciones entre el alma y el cuerpo, y, de manera general, entre
de extensión. Su hipótesis, aunque la haya expuesto con lenguaje me- el mundo físico y el mundo psíquico.> Dado que las ciencias de la
tafísico, tiene el carácter de una hipótesis natural, científica. Se apoya naturaleza van en vía de progreso contÍI).uo y que las ciencias del
sobre hechos y se ofrece como su única explicación probable.11 Sin espíritu, incluida la psicología, han encontrado en cierta· medida sus
embargo, a pesar de sus méritos, Lotze no dejó para la psicología, fuera fundamentos, es necesario, considera nuestro autor, desarrollar a nive-
de su teoría de los signos locales, lo que se podía esperar de su ingenio les semejantes la ciencia de las relaciones recíprocas del cuerpo y del
y de su cultura científica, por la simple razón de que prefería los pro- espíritu, mucho menos avanzada y que entre las antes indicadas ocupa
blemas de orden más especialmente filosóficos y no reconocía a la psi- un lugar intermedio. Además, hasta el momento sólo ha estado repre-
cología como ciencia empírica, sino como metafísica aplicada. sentada por teorías sin solidez, a lo sumo una colección de hechos sin
precisión y sin unidad. La finalidad manifiesta de Fechner es hacer
3. Gustav Theodor Fechner y la pSicofísica. - En el dominio de la entrar este orden de investigaciones en una fase positiva, o, mejor aún,
psicología experimental, ningún investigador del siglo XIX publicó tra..; de constituir una ciencia que repose sobre el experimento, el cálculo
bajos tan originales y tan ardientemente debatidos como GusTAV Tm:o- y la medida. En principio coloca la nueva ciencia fuera de. cual-
DOR FECHNER (1801-1887), y al que por lo mismo se acostumbra a llamar hipótesis metafísica, aunque, como metafísico, en diversas de sus.
fundador de la psicología científica. Sus primeros estudios fueron de obras alcance incluso los límites de la fantasía pura. Pero nada de
medicina y de física, y en 1835 fue nombrado profesor de física en esto aparece en su Psicofísica. cNuestras investigaciones -escribe 111-
Leipzig; pero un tiempo después, y a causa de una enfermedad de los . solamente se relacionan con el lado fenomenal del mundo físico y del
ojos, debió retirarse por un tiempo de la enseñanza, entregándose en .· 111undo psíquico, o sea lo que no es dado inmediatamente en la per-
el ínterin a los estudios filosóficos, para asumir por último la cátedra . cepción interna o externa, o a lo que puede concluirse de los fenóme-
de filosofía en la misma Universidad. Desde el año 1836, fecha de la , nos... En resumen, estudiamos lo que es físico, como lo hace la física
publicación de su primera obra: La 1'ida después de la muerte, hasta y la química; estudiamos lo que es psíquico, como lo hace la psico-
428 ALBERTO L. MERANI · HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 429

logía experimental, sin buscar, debajo de los fenómenos, la esencia del en una fracción que varía de 1130 a 1150, según los individuos, y cual-
alma y del cuerpo, como hace la metafísica.» En los preli~inares de. quiera que sea, por otra parte, el peso inicial: gramo, onza, libra o
su libro, la única idea general de Fechner sobre las relaciones de lo kilogramo. Weber relacionó estos resultados con un hecho acústico muy
físico y lo psíquico se refiere a que la oposición entre el cuerpo Y el análogo: entre dos tonos de altura diferente, la diferencia má.s pequeña
espíritu es el producto de una diferencia de punto de vista: lo que de perceptible es siempre la misma, cualquiera que sea la altura de esos
hecho es uno, parece doble. «Aquello que, desde el punto de vista ~te­ tonos, ·y esta pequeña diferencia es siempre una misma fracción del
rior te parece tu espíritu, el espíritu que eres, desde el punto de vista tono más ·bajo. Estas experiencias, de tres órdenes diversos de sensa-
ext~rior te parece el substrato corporal de ese espíritu. Ocurre que es ciones, permitieron a Weber formular una ley: Las sensaciones aumen-
otra cosa completamente diferente pensar con tu cerebro o considerar tan en cantidades iguales, cuando zas excitaciones aumentq.n en canti-
al cerebro del ser pensante.» 16 La tesis, sin embargo, no era nueva ni cW.des relativamente iguales. .
paradójica; ya había sido sostenida desde la antigüedad con agudeza Tal era el estado de la cuestión antes de Fechner; pero para com-
y no tenía ningU:na influencia directa sobre las investigaciones psico- prender bien lo que vamos a tratar ahora debe tenerse en cuenta que
físicas tal como las concebía la época y, principalmente, Fechner. Ade- la fisiología de las sensaciones distinguía dos cosas: su cualidad y su
más la finalidad de su obra no era ocuparse de esa cuestión fundamen- :, , cantidad o intensidad. Y aunque en último análisis esas dos cosas tal
tal, 'que deja al arbitrio de cada uno resolverla como le plazca, porque vez fueran. una sola, de hecho nos son dadas como distintas. Así, por
ello no entraña consecuencias para el trabajo que va a emprender. ejemplo, en la categoría de las sensaciones visuales, el rojo, el azul,
Y aunque Fechner se nos presenta como dispuesto" a brindar una teoría el verde, nos están dados como cualidades. Pero esas sensaciones, aun-
general de las relaciones de lo físico y de lo psíquico, sus investigacio- que quedando las mismas en cuanto a cualidad, pueden variar en inten-
nes experimentales recaen, en definitiva, sobre un único .punto: las sidad; aumentan o disminuyen. Cualquier sensación ti~ne, pues, valor
relaciones de la sensación y de la excitación, puesto que lo compren- cuantitativo, y aunque la experiencia cotidiana nos permita comparar
dido bajo el nombre de «PSicofísica interna», o sea las observaciones sensaciones y decir que una es más intensa que otra, no nos permite
sobre el asiento del alma, de la vigilia y delsueño, la atención, la remi- decir cuántas veces una sensación es más fuerte o más débil que otra.
niscencia, etc., etc., está muy lejos de la exactitud que él· mismo recla- La medida natural de la sensación nos hace éonocer el más y el menos,
mara para la psicofísica. No obstante, haber llevado a fondo el estudio pero nunca el quantum. De igual manera podemos comprobar que la
de las sensaciones, capital porque de ellas viene todo, es el grandísimo intensidad de una sensación aumenta y disminuye con la intensidad
e incuestionable mérito de Gustav Theodor Fechner, que señala el de la excitación que la provoca; sin embargo, somos incapaces de
comienzo de la psicología experimental. . decir exactamente cuál es esa relación y saber si la sensación crece
En resumidas cuentas, la finalidad principal de Fechner fue de como la excitación, o más lentamente, o más rápidamente: en una pa-
cuantificar las sensaciones. Para lograrlo se entregó _por años al expe- labra, no sabemos nada de la ley que aquí rige la relación de causa a
rimento y al c'álculo. En numerosas memorias y trabajos de matemá- efecto. Ignoramos si una excitación de intensidad 1 pr,ovoca una sen-
ticas, de física, de astronomía, de fisiología, debidos a Euler, Bernouilli, sación de intensidad 1; si una sensación de intensidad 2 provoca una
Laplace, Bouvier, Arago, Masson, Poisson, Stheinheil, etc., numerosas sensación de intensidad 2, ó 3, ó 4, etc.
observaciones realizadas con otra finalidad habían quedado sin inter- De primera intención, la idea de medir el grado de la sensación
pretación psicológica, y Fechner confrontó esos resultados con lós parece aventurada, pues la sensación no contiene en sí misma ninguna
suyos. Pero sin duda fue ERNST H. WEBER (1795-1878), 17 quien le abrió medida exacta. Pero reflexionando se ve que, si en toda medida un
comino. En efecto, en su notable monografía Der Tastsinn und das patrón de contraste es necesario, nunca el patrón de contraste puede
Gc-rneingefilhl, publicada en el Handworterbuch der Physiofogie de ser en sí mismo objeto de medida. De este modo llegamos a medir las
Wagncr como resultado de algunas experiencias sobre la percepción cosas por un artificio, y que en este caso nos lo brinda la naturaleza
rk los ~esos, de las longitudes, dedujo una ley. Weber había notado de los fenómenos. En efecto, sabemos muy bien que cualquier sensa-
que si se comparan dos líneas casi iguales, la diferencia más pequeña . • ción es un fenómeno nervioso, y sabem.os también que los fenómenos
que se puede asir entre ellas equivale siempre y aproximadamente nerviosos dependen de un movimiento exterior que llamamos excita-
a 1/ 50 de la más corta, cualquiera que sea la longitud de las líneas ción. Hacer variar la excitación es, por intermedio del agepte nervioso,
comparadas: tei;¡.gan un centímetro, un decímetro o un metro. Lo mismo hacer variar la siensación, siendo la fuerza nerviosa h. causa próxima
vale para un peso juzgado superior a otro; se requiere que lo supere de la sensación; la excitación e~terior, la causa alejada. Pero como esta
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causa exterior -la excitación- no la tenemos bajo nuestra dependen- falsos. Cuanto más aumente la diferencia de los pesos, más aumentará
cia, como es accesible a los medios de medición más exactos, parece el número de juicios verdaderos a costa de los juicios falsos. Repre-
que, por su intermedio, podemos medir la sensación misma. La excita- ,1 sentemos el número total de los casos por 100, y el número de los casos
ción es, pues, la más próxima y la única medida posible de la sensación. , t ro ·
Entre la sensación y su medida existe una relación necesaria. La sen- (verdaderos por 70; tenemos así la relación - - , obtenida por_ la com-
• . ·WO
r'i:; paración de los pesos A y B. Ahora, sea un peso dado a; se podr~ pro-
sación no existiría si la excitación no la precediera, y de este modo ·
tomamos la causa para medir el efecto. Y en esta situación nos encon~
1\''. c\lrar determinar el peso b, que, comparado con a., dará la misma
tramos, mejor dicho, se encontró Fechner, que el punto esencial que ti 70
distingue la medición de las magnitudes psíquicas de la medición de ¡~ relación - -
.. Se debe destacar que los casos indecisos deben sumarse
las magnitudes extensas es que, en las primeras, la ca:u.sa. sirue pa.1"a. '~ 100
medir el efecto; en las segundas, el efecto sirve para. medir la causa. i.:¡ por mitades a los casos verdaderos y a los casos falsos. El último mé-
La propiedad que presentan las sensaciones de aumentar o de dismi- r todo, el de los errores medios; consiste en tomar primero un peso nor.:.
nuir sirve de base para su medida. Cuando Fechner comenzó a traba- ;K mal A, bien determinado con ayuda de la balanza. Después se procura
jar, y gracias a Weber, se sabía que cualquier sensación aumenta o i' determinar, por el solo juicio que acompaña la sensación, otro peso B
disminuye como la excitación que la causa. Pero si todo nuestro co.. ;'. que parece igual a A. En general, el segundo peso difiere del primero
1
noc~iento se concretara a esto, bien poco e!3 lo que sabríamos, y de- ~'; en una cantidad d; que es tanto menor cuanto mayor es la sensibilidad.
ber1amos concluir, de manera general, que la intensidad de la sensación. ":,. Se repite este ensayo gran número de veces; se suman los errores posi-
aumenta., no propOTcionalmente con la intensidad de la ex~taci6n que ;f .' .tivos y los errores negativos, haciendo abstracción de sus signos; se
la provoca, sino más lentamente. En consecuencia, se plantea esta pre- t:, divide el total por el número de ensayos, y así se obtiene el error
gunta: ¿en qué cantidad el aumento de la sensación es inferior al j;" •medio. «Estos tres métodos -afirma Fechner 19- se completan y llevan
aumento de la excitación? Aquí la medición exacta de las intensidades :•.;, por caminos diferentes a los mismos resultados. El primero sirve para
es necesaria. Mas resulta imposible medir directamente la fuerza de ~· · determinar las diferencias perceptibles más pequeñas. El segundo da
una sensación; sólo podemos medir diferencias de sensación. Y para ;:i diferencias que superan la diferencia perceptible más pequeña (caen
lograrlo se emplean tres métodos de experimentación que Fechner cre6 ;:': tanto en los casos verdaderos como en los falsos); el tercero da las
Y puso en uso, y que designó con los nombres de Método de las dife- :l'e. diferencias que están por encima.:. En la práctica, el primer método es
rencias perceptibles más pequeñas; Método de los casos verda.deroo y '~ el más simple, el más directo, el que proporcionalmente lleva más rá-
falsos; Método de loo errOTes medios.IS ,; , pidamente al fin perseguido y exige menos cálculos. Pero como des-
El método de las diferencias perceptibles más pequeñas consiste en .?r' taca su comentador Delboeuf, la falta de precisión es su mayor
esto: Sean dos pesos A y B para comparar. Si la diferencia entre esos ~;: defecto. c¿Dónde y ,..cuándo una diferencia en la excitación exterior
dos pesos es muy débil, puede ocWTir que no se la perciba y se los \1; deja de ser perceptible? Se ve cuán vasto campo queda abierto a la
( . 20
juzgue iguales. Por el contrario, si la diferencia es considerable, será ··'duda.>
observada. Así, pues, que si se hace crecer la diferencia d de los pe- ~~! Después de haber expuesto el método con lujo de detalles, Fechner
sos A y B, llegará el momento en que, de imperceptible que era, se ~.· lo aplica en innumerables casos para ver qué resultados da en lo que
volverá apreciable. En general, cuando se .emplea este método, se pro- · .': concierne a las sensaciones de peso, de esfuerzo muscular, de tempera-
cede de dos maneras opuestas: primero se hace aumentar la diferen- '~> tura, de luz y de sonido. Sin entrar en estos detalles que llenan la
cia d hasta que se vuelve perceptible; después se la hace disminuir ,l'. mayor parte de su libro, sus experiencias demuestran que todas las
hasta que desaparece. Naturalmente, la sensibilidad del sujeto, para .",' veces que las sensaciones de peso, de luz, de temperatura, de sonido y
juzgar diferencias, es tanto más grande cuanto más. pequeña es la can- :k: aun de esfuerzo muscular aumentan de manera continua por la adi-
tidad d. El método de los casos verdaderos y falsos consiste en tomar .';t, ción de las pequeñas diferencias perceptibles a la conciencia, hay en
pesos de tal manera que su diferencia sea muy pequeña. El error es t. la excitación correspondiente un aumento que es una cantidad alícuota,
posible en el juicio comparativo que se debe dar sobre ellos. ·Se desig- .f' siempre Za misma, de la excitación total. Resumiendo, y con Fechner,
nará al peso mayor a veces como mayor, a veces como menor. En una ::: de acuerdo con el cuadro que sigue, podemos decir: Para que Za sen-
palabra, para cada pareja de pesos a comparar, sobre un número dado ,1,; saci6n aumente en la más pequeña diferencia perceptible, la excitaci6n

de juicios, habrá cierto número de verdaderos y cierto número de , ;: debe crecer:


HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
ALBERTO L. MERANI
432
en 1/3 reservas, Fechner pudo decir que clas variaciones de la sensación son
Para el tacto . . . . . proporcionales a las variaciones de magnitud en la excitación mientras
Para el esfuerzo muscular en 1/17
en 1/3 que las variaciones de una y otra parte sean pequeñas>.21 De ;ste modo
Para la temperatura
en 1/3 apoyándose sobre dos principios: 1.0 ) que las diferencias de sensació~
Para el sonido quedan iguales entre ellas cuando las diferencias de excitación quedan
Par.a la luz . . . . en 1/100
relativamente ig~les entre ell~s (principio de Weber), y 2.0 ) que los
Estas cifras y muchas otras, permitieron a Fechner encontrar una aumentos pequenos de sensacion son proporcionales a los aumentos de
ley muy gene;al que expresa la relación de cualquier excitación con. excitación, Fechner razona de la manera siguiente: cAdmitamos con-
cualquier sensación. Pero antes de llegar a esa ley se debe destacar forme con .las .i;1vestigáciones de ~eber, que el aumento que se ~grega
que Fechner distingue las sensaciones intensivas de las sensaciones a una exc1tac1on sea muy pequeno en relación con ella. Llamemos la
extensivas, que con mayor precisión deben denominarse percepc~ones excitación ~ y el pequeño aumento d~ (la leb;'a d no designa ninguna
de las diversas manifesiaciones de la extensión. Además, es de notar m~gnitud ~articular, sino solamente sigriifica que d~ es el aumento
que su ley se aplica sobre todo a las primeras, y que para enunciar
1
mas pequeno de ~ y que puede ser considerado como su diferencial).
una ley que exprese .la relación general de la excitación y de la sensa- El aumento relativo de excitación es, pues, dfi . Por otro lado, llame-
ción se debe responder a dos preguntas fundamentales: ¿en qué can- .• ~ .
tidad debe aumentar una excitación dada para producir, en la sensa- mos Y1a sensac1on q?e depende de la excitación~. y dy el más pequeño
ción correspondiente, un .aumento determinado?, y ¿si aumento una aumento de sensacion que se produce durante el aumento de excita-
excitación en una cantidad determinada, en qué medida crece la ción d~ (teniendo d aquí el mismo sentido que antes) ...
sensación correspondiente? Después de haber respondido a estas dos >Según las investigaciones experimentales de Weber, dy queda
cuestiones, y otras más, y de habernos relatado cómo, luego de muchas . d~
reflexiones y de ensayos infructuosos, encontró, finalmente, «una ma- constante, mientras que -~- queda constante, cualquier valor abso-
ñana el 22 de octubre de 1850, estando en la cama», un medio que le
pare~ió satisfactorio para medir la sensación con ayuda de la excita- luto que puedan tener~ y d~. Y, según el principio matemático a priori
ción, entra en el problema. Dejemos de lado el camino matemático enunciado antes; las variaciones dy y d~ quedan proporcionales. entre
·seguido por Fechner y penetremos directamente, para ser mejor com- ellas, en tanto que quedan muy pequeñas. Estas dos relaciones se expre-
prendidos, en la cuestión. Tenemos dos series en presencia: la de las san por la siguiente ecuación:
excitaciones y la de las sensaciones, y se trata de medir la segunda por Kd~
medio de la primera. El valor -cuantitativo de la excitación y sus d-t=---.
aumentos puede ser determinado. Se trate de peso, de luz, de sonido, ~
podemos, con procederes experimentales, establecer que la excitación
siendo K una constante.> s::
inicial aumentó en un tercio, en un cuarto, el doble, el triple. S~ re-
De donde, por integración, resulta: y = K log. ~' y esto es lo que
curre, pues, a un procedimiento indirecto, que consiste en determinar
da el valor de la sensación.
las diferencias perceptibles más pequeñas de sensación, y luego deter-
. Tal es el ~esultado de esas investigaciones que Fechner expresó de
minar la relación existente entre las diferencias de excitación, que
m~~ª. conClSa, con ~a fórmula famosa que lleva el nombre de ley
aumentan progresivamente, y las diferencias de sensación, que aumen-
psic?flSlca: La sensación aumenta como el logaritmo de la excitación.
tan uniform. emente, para expresar así la sensación en función de la
Segun esta ley, el empleo de una tabla de logaritmos permitiría saber
excitación. en cuánto aumenta una sensación cuando la excitación aumenta en una
El método de Fechner se apoya, ante todo, sobre el principio ma-
cantidad determinada, y realizar la operación inversa.
temático siguiente: los aumentos de las magnitudes continuas que
dependen una de la otra quedan proporcionales en tanto son muy pe- Acabamos de exponer en sus grandes líneas la ley psicofísica y las
experiencias sobre las cuales se apoya. Ahora corresponde destacar
queños. Pero, destaca Fechner, ese término «muy pequeños» es com- ·
pletamente relativo. En verdad, la proporcionalidad únicamente existe que por primera vez en la historia se convierte en sujeto de medida
para aumentos infinitamente pequeños: la aproximación será tanto lo que ante~ sólo se in~ucía aproximadamente con el raciocinio, y que
mayor cuanto más se aproxime al infinitamente pequeño. Bajo tales el nuevo metodo experimental que se introduce en la psicología asienta
28
434 ALBERTO. L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 435
sobre el principio matemático de la «diferencia», o, como se decía ·ya unidad sorprendente, que está, precisamente, en su método, que con-
con una expresión introducida por Herbat, sobre el «Umbrab. Entre siste en ·apoyarse sobre los datos de la fisiología: directamente si se
un estado de indiferencia y otro en el cual percibimos alguna sensa- trata de las sensaciones, que son, en definitiva y a ~u concepto, la base
ción aparece un' punto que se llama «umbral de la conciencia»; entre de cualquier psicología y el alimento de toda vida mental, cuando se
una sensación y otra de intensidad diversa percibimos también un trata de los movimientos involuntarios, del lenguaje, de las formas
punto de diferencia que se llama cumbral de diferencia», y así tam- inferiores del sentimiento y de su expresión natural; indirectamente
bién percibimos la diferencia que hay entre dos o más de estos puntos. cuando se trata de la voluntad, de la atención, de las nociones com-
Este cumbrah o esta sensación de diversidad es la medida con la cual plejas de espacio y de tiempo, de los sentimientos estéticos. Y allí donde
podemos establecer una relación exacta entre. cierta «cantidad» dada la fisiología es insuficiente, la antropolpgía, la etnografía, la historia,
de excitación y la intensidad de las sensaciones que provoca. Esta me:- la estadística, le sirven de apoyo. En suma, su metodología psicológica
dida, por consiguiente, aunque dependa de ·un hecho objetivo, físico, es no semeja en nada al método especulativo o al método de la pura
considerada por Fechner como un dato de nuestra conciencia, que observación interna. Para Wtindt, la psicología debe ser tratada como
debe ser percibido por nosotros mismos. De esta manera,' resulta claro ciencia natural; pero esto debe ser precisado, pues «más de una vez
que la psicología experimental alemana del siglo pasado no renuncia en estos últimos tiempos --escribe2 3- se ha tratado de la psicología
a la autoobservación, sino que, por ·el contrario, su pretensión es de desde el punto de vista propio de las ciencias naturales, sin que se
convertirla en más segura sometiéndola a ciertas normas. pueda concluir que esos ensayos constituyen un progreso fundamental
sobre los sistemas especulativos anteriores. Pues la psicología, apun-
4. Wilhelm Wundt y la. psicología fisiológica. - Cuando se hace la tando a convertirse en ciencia natural, reconocía como su fuente única
apreciación histórica del desarrollo de· la psicología experimental en la observación interior. Ahora bien, a los hechos de conciencia que
el siglo pasado, y específicamente en relación con Alemania, WILHELM cada uno puede encontrar en sí mismo por la observación, nada ha
WUNDT (1832-1920) d~be ser tenido por su principal representante, pues sido agregado desde que el hombre piensa y reflexiona; apenas la.
la abarcó en toda su extensión. Fechner, a pesar del brillo de sus tra- ciencia puede agregar algo que no sea familiar a la experiencia de
bajos, quedó confinado en una cuestión única; Lotze es ante todo un todo el mundo. La psicología debió, gracias a este método, quedar la
metafísico que a menudo llega a la experiencia por necesidad y a des- misma en el fondo durante siglos; y lo que en ella es científico, apenas
gana; Helmholtz, a pesar de sus análisis tan profundos de las sensa- está sepárado de lo que es experiencia vulgar.> La finalidad que Wundt
ciones elementales, queda restringido al campo de la física y de la se propone es convertir a la psicología en ciencia e:tplicativa. Si se
fisiología; otros, aunque en el mismo camino ·que Wundt, están muy examina el estado anterior 'o actual de las ciencias que tienen por·
lejos de igualarlo. De todos los psfcólogos del siglo XIX, Wundt es el objeto el estudio de los fenómenos naturales, se verá que unas se limi-
único que nos ofrece un estudio completo y sistemático de los proble- tan a describir, mientras que otras tienden a explicar. Menos adelan-
mas de la psicología. Trabajó en Berlín, hacia 1856, junto al gran tada está una ciencia, más describe; o, por lo menos, mezcla cons-
fisiólogo Johannes Müller, para pasar luego a Heildelberg, como asis- tantemente las descripciones y las explicaciones. cEs de este modo
tente de fisiología en la Universidad de esa ciudad, precisamente en los como la mayoría de los trabajos de psicología empírica pertenecen
años en que Helmholtz dictaba allí sus lecciones. En 1'862, en su Beitriige a la historia natural del alma. Los estudios profundos. hechos .en estos
zur Theorie der Sinneswarhnehmung, o sea «Contribución a la teoría últimos tiempos por la interpretación psicológica de la historia y de
de la percepción exterior», estudió, bajo la forma de monografías, di- la etnografía pertenecen al mismo dominio, aunque con un sentido
versas cuestiones relativas a la fisiología de los sentidos, de la visión más amplio. Puesto que la psicología de los pueblos se ocupa de fe-
en particular. Después sus pubiicaciones han tenido por objeto tanto nómenos tan complejos que solamente pueden ser aclarados por los
la fisiología pura como la psicología y la filosofía: Lehrbuch der Physio•. hechos y las leyes de la conciencia individual: ahora bien, hay en
logie, 1865; Untersuchunge-n zur Mechanik der Nerven und Thierseele, ello, ante todo, un trabajo de clasificación que pertenece al género
1863; Grundzüge der Physiologischen Psychologie, 1874; Grundiss der ' descriptivo.> 2 4 En consecuencia, Wundt se propone un trabajo expli-
Psychologie, 1896; System der Philosophie, 1889; Logik, 1886; lttik, 1886; ·• cativo. Para ello se requiere agregar a la observación interior, que
sin contar numerosísimos escritos publicados en los Philosophie Studien, sola únicamente puede brindar descripciones, la experimentación, y a
algunos de los cuales son verdaderos tratados. ésta la medida, porque le es inseparable. Tal es,. en síntesis, la finalidad
Aunque diversificada, la obra psicológica de Wundt presenta una de la psicología fisiológica. Tiende a encontrar los hechos psíquicos
436 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 437

elementales en partiendo de los hechos fisiológicos a los cuales están pensamiento toma su fuente invisible? ¿Cómo descomponerla en esa
unidos. El punto de vista de la psicología, explica Wundt, .no es el de miríada de hilos que sirven para tejerla? Las experiencias que siguen
la experiencia interna. Por el contrario, va de afuera hacia adentro, tienen por objeto mostrar que la e:z:periencia. es én psicología el :nedio
y por lo mismo emplea los medios propios de cualquier ciencia natu- esencial que lleva de los hechos de conciencia a ese trasfondo oscuro
ral: el método experimental. Y en verdad, el empleo de este método donde se elabora la vida consciente. La observación interior como
sólo lo encuentra posible en el dominio psicofísico, y se puede entonces cualquier observación en general¡ sólo nos da fenómenos compuestos. '
decir, para haolar con exactitud, que solamente hay experiencias psico- Por la experimentación, y al contrario, despojamos al fenómeno de
físicas y no experiencias puramente psicológicas. A veces, como este todas sus condiciones accesorias. Por su medio producirnos al fenó-
método consiste en hacer variar las condiciones externas que están meno. artificialmente, en sus condiciones determinadas, que podemos
unidas a la producción de los fenómenos internos, se sig\.Íe que por. camb1ai· ·a nuestro agrado y que nos permiten medirlo. En todas partes
ello tenemos aJguna apertura sobre esos fenómenos internos, Y con y siempre, la experiencia nos lleva a las leyes naturales, puesto que
este sentido cualquier experiencia psicofísica es al mismo tiempo una nos permite asir simultáneamente la cau5a y el efecto.
experiencia psicológica. En resumen, y dentro de estos límites, para >El .naturalista parte siempre de la observación de los fenómenos
Wundt una psicología experimental es posible. De aquí que su fina- que la naturaleza le ofrece inmediatamente: el psicólogo debe de igual
lidad sea . constituir la psicología, tarea de la cual la fisiología es un manera partir de los hechos de conciencia. Cuando de inmediato por
medio, como lo expresa el nombre de psicología fisiológica. la experimentación, resuelve los fenómenos psicológicos en sus' ele-
Pero dejemos exponer a Wundt mismo 2Ci el camino que entiende . mentos simples, arroja de este modo una mirada furtiva sobre ese
debe seguir: «Desde el momento en que ~ adelanta un poco en la mecanismo que, en las. profundidades inconscientes del alma elabora
cuestión, se ve que la cuestión tradicional que admite a ~a conciencia las impulsiones derivadas de las impresiones exteriores. Es ~l mismo
como escena que abarca toda nuestra vida interior es inaceptable. En camino que el naturalista eligió. Cuando, en partiendo de estos fenó-
todas partes, en la naturaleza, lo único que se ofrece inmediatamente menos embrollados que le entrega la observación, remonta hasta las
·a la observación es el fenómeno complejo: pero las leyes simples, por leyes que los rigen, no hace otra cosa que producir delante de los ojos
cuya acción el fenómeno se realiza, quedan escondidas a nuestros ese fondo inconsciente que está debajo de los hechos. El proceso situado
ojos. ¿Lá. psicología será únicamente la excepción? ¿Debemos admitir más allá de la conciencia y de donde sale el acto consciente está en
.que aquí las leyes son accesibles a la percepción inmediata? ¿Y cuáles la misma relación con éste que la ley escondida con el fenómeno, tal
serían entonces las relaciones recíprocas de esas leyes? En la concien- como nos lo dan nuestras sensaciones.
cia, los actos psíquicos son muy. distintos unos de otros: los deseos, los >La experimentación está acompañada paso a paso por la medida.
sentimientos las sensaciones, las ideas, no son dados como modos de Medir Y pesar, tales son los grandes medios de que se sirve siempre
actividad di~intos. ¿Se debe atribuir a cada una de esas actividades l~ in':'estigación experirnez:tal para llegar a leyes precisas.. Con la expe-
un dominio separado? Es lo que se ha hecho con la doctrina corriente r1enc1a, el peso y la medida han entrado en la ciencia, pues son ellas
de las facultades fundamentales del alma. Pero solamente una ciencia las que le. dan carácter definitivo. La medida encuentra las constantes
todavía en rn infancia puede creer que su tarea se limita a mostrar de la naturaleza, esas leyes fijas que regulan los fenómenos. Cualquier
las diferendas entre los objetos que analiza. La ciencia adulta apunta medida puede traducir sus resultados por números. Los números no
a la unidad. Y la observación misma lleva necesariamente al psicó- son la finalidad de la medida, pero .son el medio indispensable para
logo a esta unidad ... Lo que une a los fenómenos psíquicos está fuera llegar al final último de la investigación, pues solamente los números
de la conciencia: ésta sólo conoce los resultados ·del trabajo realizado pueden revelarnos la ley.
en ese laboratorio oscuro, ubicado en el fondo de ella misma. Por mo- >Pero, se dirá, ¿cómo es posible aplicar la experimentación al prin-
mentos surge un pensamiento nuevo: no sabemos de dónde viene, ~ip~o psíquico ~ue está totalmente sustraído a nuestras sensaciones?
puesto que desde hace mucho las condiciones que podían producirlo ¿Como se podr1a poner en la balanza o someter a cualquier otra me-
desaparecieron. El análisis íntimo de los procesos psíquicos nos pro- ; dida esta esencia inmaterial? El principio productor de los fenómenos
bará que el inconsciente es el teatro de los fenómenos espirituales más ~ ·• se es~nde a nuestros sentidos; sólo se trata de asir, pues, al fenómeno
importantes. En todo, la conciencia supone al inconsciente como con- en s1 mismo. Aunque los efectos y las condiciones exteriores de la
dición. vfda psicológica sean ~~camente accesibles .a nuestras investigaciones,
>¿Cómo es posible descender a ese laboratorio secreto donde el sm embargo esas condiciones y efectos, si están suficientemente ana-
438 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 439

!izados, pueden hacernos penetrar hasta la esencia íntima de los hechos reposa casi por completo sobre el campo de las investigaciones expe-
que constituyen la vida psicológica. Por los sentidos y los movimientos rimentales y de la medida. Muchas de esas investigaciones son ya
·del cuerpo, el, alma está en relación continua con el mundo exterior. antiguas, y no son debidas a los psicólogos, sino a los físicos, a los
Podemos aplicar a voluntad agentes exteriores a los sentidos y a los astrónomos, a los fisiólogos, que a menudo las han realizado inciden-
movimientos, observar los efectos producidos y de esos efectos sacar talmente y lo más corriente es que hayan desconocido su valor psico-
conclusiones sobre la naturaleza de los procesos psíquicos. Nunca nues- lógico.»
tras· medidas se aplican directamente, ni a las causas productoras, ni Precisado así su método, Wundt expone extensamente la anatomía
a las fuerzas productoras de movimientos: solamente podemos mediT- y la fisiología del sistema nervioso. Sobre todo, apoyándose en los
los por sus efectos. . trabajos de Meynart, demuestra cómo la anatomía de la médula espi-
»El físico mide las fuerzas motrices por los movimientos producidos, nal, del bulbo, de la protuberancia, de los pedúnculos, del cerebelo y
Y de la observación de éstos infiere las leyes -absolutamente inacce- del cerebro permite concebir el funcionamiento de esos diversos órga-
sibles a sus sentidos- según las cuales las fuerzas actúan. De igual nos y la cantidad de oscuridades que se encuentran a cada momento
manera, medimos las funciones psíquicas por los efectos que producen en ese dominio.w Pero con el estudio de las sensaciones entra en su
o que las producen, por las impresiones sensoriales o los movimientos tema propiamente dicho: «Cuando se comienza por las más simples, el
del cuerpo. Pero lo que determinamos por las experiencias y por las estudio de los fenómenos psicológicos, se está forzado a esperar que
medidas no es simplemente ese grado de abstracción; la sensación pre- esos elementos simpies se escondan siempre a nuestra observación o
senta sólo dos determinaciones inmediatas: 1) es fuerte o débil, es de- sólo se presenten íntimamente unidos con otros fenómenos. Sin embar-
cir, tiene cierta intensidad; 2) señala una característica que la dife• go, los que ofrecen el carácter de la mayor simplicidad son, sin con-
rencia de cualquier otra: posee una cierta cualidad. Pero, por último, tradicción, las puras sensaciones. Entendemos por esto esos estados pri-
ofrece un tercer carácter menos neto que los otros dos; en la sensación mitivos que• el hombre encuentra en sí mismo, aisladas de todas
real hay algo que pertenece al sujeto que siente: estado secundario las relaciones y conexiones que la conciencia adulta les agrega.» 27
que acompaña a la sensación primitiva y que se puede llamar un De este modo, W.nndt-dis_tingue:.netamente entre sensacións--peTcepci6n,
sentimiento. Y es sobre todo en la vista y en el oído que esos senti- que es un fenómeno mucho más complejo y que se debe estudiar
mientos concomitantes nos alcanzan: son los mismos factores elemen- aparte. Llevada a la excitación, depende en su mayor grado de la cons-
tales del elemento estético. Existen igualmente para el tacto, el gusto titución molecular de los nervios, que es desconocida. Para Wundt, los
Y el olfato. ·Éste es el tono de la sensación. LOs dos primeros carac- sentidos mecánicos son evidentemente los más simples; y el más ge-
ieres son los únicos elementos primitivos; si se los suprime, el tercero . neral de todos, el tacto, verosímilmente sirvió de base para el desarro-
desaparece. La excitación, que actúa sobre los órganos terminales de llo de los cuatro sentidos especiales. Wundt coloca la vista en el grupo
los sentidos, determina un movimiento que se transmite hasta las de los sentidos químicos; y aunque reconoce las dificultades de esta
partes centrales. Pero el hecho puede ocurrir de dos maneras distintas. clasificación, expone en detalle sus razones, hoy por hoy fuera de higar,
En los sentidos mecánicos (tacto y oído), la excitación se transmite, que le hacen reunir ese sentido con el gusto y el olfato. Otra cuestión,
muy probablemente, bajo la forma que le es propia, en la sustancia entonces muy general y actualmente fuera de debate, es la referente
nerviosa, y allí determina un proceso que corresponde en general al a la eneTgía específica de los neTvios. Para la época, ofrecía un interés
proceso del movimiento excitante. En los sentidos químicos (vista, filosófico particular, ·puesto que muchos la presentaban como la expre-
gusto, olfato, temperatura), la excitación exterior determina un fenó- sión fisiológica de la doctrilla de Kant sobre la subjetividad del cono-
meno nervioso qiferente a ella en cuanto a su forma y a su proceso; cimiento. Según la teoría que admite una energía específica de los ner-
aunque, dentro de ciertos límites, cambia según las variaciones del vios, la cualidad de la sensación sería una función propia de la sustancia
excitante. En los primeros hay transmisión directa del movimiento de cada nervio sensorial. Cuando sentimos la luz, el ~Q!J.jqQ,_ el calor,
externo. En los segundos, la excitación produce un hecho de otra
naturaleza, probablemente un movimiento químico molecular. De este
es
etcétera, lo que llega a nuest~a-concfeñ.cia--ñ.o' la-i.IDpresión exterior,
sino la reacción de nuestro nerVio sensorial a esa impresión. Esta doc-
modo se puede decir que la excitación es sentida más inmediata.mente trina se apoyaba sobre el hecho de ·que cada nervio sólo es apropiado
en los primeros que en los segundos; en éstos, la forma de efectos exte- para excitaciones determinadas; y, además, que si se emplea un exci-
riores son las leyes psicológicas mismas de donde resultan esos efectos. tante de carácter general, electricidad por ejemplo, cada nervio reac-
>La psicología, pues, en tanto que existe como ciencia natural, ciona según su forma específica. Esta teoría es rechazada por Wundt:
440 ALBERTO L. MERAN! . HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 441
«Lo que distingue esencialmente la hipótesis de la energía específica mental, por una síntesis psicológica, forman una combinación que es
de ésta 2s es que la primera supone que la sensación está determinada la noción misma de espacio. Ahora bien, como la teoría de las percep-
exclusivamente por las partes que recorre la excitación, mientras que ciones .táctiles debe explicar cómo, estando dada una cierta organiza-
para nosotros es la forma de ese fenómeno la que es el fundamento ción, se produce, según leyes psicológicas, un orden de las sensaciones
inmediato de la forma de la sensación. Apenas es necesario demostrar táctiles en el espacio. Todas las observaciones muestran, destaca, que
que esta opinión, incluso desde el punto de vista. psicológico, es más para este orden de percepciones el movimiento es un factor de la
comprensible. Podemos muy bien admitir que nuestra conciencia está mayor importancia. Esta influencia del movimiento sobre las percep-
determinada cualitativamente por la naturaleza de los procesos que ciones táctiles solamente acaece por medio de sensaciones unidas a la
recorren nuestros órganos; pero es muy difícil de concebir que esas innervación motriz. El sentimiento de innervación se combina de todas
diferencias cualitativas estarían unidas solamente a diferencias locales las maneras posibles con las sensaciones táctiles. Al movÍmiento de una
del proceso.> 29 Como destaca nuestro autor, la teoría de las energías parte cualquiera del cuerpo están invariablemente unidas las sensacio-
específicas es un 'eco fisiológico de la filosofía de Kant, de su tentativa · nes táctiles que provienen de la presión de los tejidos de esa parte
para determinar las condiciones subjetivas del conocimiento, hecho Y hay una relación constante entre el grado de intensidad de las sen~
que demuestra muy bien el principal representante de esa teoría, Johan- saciones motrices Y el de las sensaciones táctiles. Y es probablemente
nes Müller. Pero W\indt demuestra que no existe· ningún nexo de ne- de esa combinación que sale nuestra primera noción de lugar que
cesidad lógica entre las dos doctrinas; y la tesis de la naturaleza pura- consiste en asir la diferencia de 7'u partes de nuestro cuerpo en' rela-
mente subjetiva de la sensación deja el campo libre a todas las opiniones ción con B'U .situación en el espacio. Está claro que cuando distingui-
sobre su fundamento fisiológico. Está de más agregar que para Wundt mos el movimiento de nuestro brazo de aquel de la cabeza es gracias
la discusión de este punto exclusivamente teórico no cambia en nada a una diferencia C'IUl.litativa de las sensaciones concomitantes. Según
el hecho bien comprobado de la relación de las sensaciones con las una ley psicológica bien conocida, afirma Wundt, sensaciones diversas
excitaciones exteriores. unidas habitualmente, se funden en un todo, aunque una parte dei
Para Wundt, las sensaciones son la materia de las representaciones. todo, si es evocada, suscita el resto. Esta ley se aplica al problema que
Comparada con la sensación, la representación es un hecho complejo, ocupa a Wundt. En efecto, las sensaciones táctiles y los sentimientos
las sensaciones son sus elementos constitutivos y resultan de su com- de innervación se funden en un todo inseparable. Se puede decir que
binación. Las representaciones que se relacionan con un hecho real no conocemos sensaciones táctiles, ni tampoco sentimientos de inner-
lás llama percepciones. Las que se relacionan con un objeto simple- vación solos: nos es imposible aislarlos completamente. Lo que ocurre
mente pensadc;> son concepeion,es ima.gina.rias. Es imposible en esta sín- en este caso es una síntesis psíquica. cSe puede designar por este nom-
tesis seguir a Wundt en su larguísimo estudio de las percepciones tác- bre la combinación particular de las sensaciones periféricas con los
tiles, auditivas y visuales,ªº que está completamente penetrado por el sentimientos de innervación central, de donde resulta un cierto orden
método y los resultados de la fisiología; por ello cabe destacar un solo de las primeras en el espacio. La idea ordinaria de una síntesis, en
punto, la respuesta a la pregunta: ¿cómo nuestras percepciones tácti- efecto, implica un producto nuevo que no existía en los elementos cons-
les y visuales están localizadas en el espacio?, que desarrolla con gran- titutivos. ·ne igual manera que en el juicio sintético un nuevo predi-
dísima originalidad. Al respecto imperaban en la psicología del si- cado es atribuido al sujeto, de igual manera que en la síntesis química
glo XIX dos teorías: de la: inneidad y de la experiencia. Wundt no se se produce ,una . com~inación que tiene propiedades nuevas, de igual
adhiere a una ni a otra, pues a ninguna de las dos considera suficientes. manera la SintesJS ps1quica nos da, como producto nuevo un orden de
La teoría de Wundt se puede resumir así: cada punto de la piel (tacto), las se~~s en el espacio.> 31 Pero siendo el orden ~n el espacio
cada punto de la retina (visión) posee su signo local, su manera propia una smtesIS, no puede ser dado por el análisis. cDe aquí que las ca-
y particular de sentir las impresiones: lo cual produce un comienzo racterísticas locales del tacto formen un continuo de dos dimensiones
de localización. Además, esas diversas impresiones están acompañadas de donde puede nacer la noción de un pla,n. Pero ese continuo en sí
de movimientos y, por consl.guiente, de un cierto sentimiento de inner- mismo no contiene la noción de espacio. Admitimos que ésta sólo se
vación, variable según el miembro y el lugar afectado. Pero ni las produce por una relación retrospectiva con el continuo simple que
impresiones locales por sí solas, ni los movimientos por sí mismos, forman los sentimientos de innervación. ~tos, gracias a sus variacio-
explica Wundt, pueden darnos la localización en el espacio; mas esos nei; puramente intensivas, constituyen una medida uniforme para las
dos elementos reunidos, agrega, reunidos por una especie de química dos dimensiones de las características locales. La forma del plano en
442 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 443

el cual estas características están ordenadas es, de primera intención, y que en su estado psicológico denomina con un término tomado de
indeterminada: varía con la forma de las superficies. tocadas. Pero las la filosofía de Leibniz: apercepción,33 Wundt asienta su teoría de la
leyes del movimiento de los miembros son tales que, e~ la mayoría ~e apercepción en una hipótesis anatomofisiológica que podemos resumir
los cambios de posición, el órgano táctil se mueve er; linea :ecta hacia diciendo que considera las regiones frontales del cerebro como los fac-
los objetos (o se aleja). La línea recta se vuelve as1 un ob3et.o deter- tores de esos fenómenos que acompañan a la apercepción de las repre-
minante del espacio táctil, y éste recibe la forma ~e un espaci~ plano, sentaciones sensoriales. En tanto que las excitaciones centrales quedan
en el cual las superficies por nosotros percibidas Y que. cambian, en limitadas a los centros sensoriales propiamente dichos, hay simple-
. 32
cuanto a su curvatura, deben ser relacionadas con tres d imensiones.» mente percepción; pero su apercepción está constantemente unida con
La misma cuestión se plantea para el espacio visual y es resuelta por una excitación simultánea de los elementos de la región central.
Wundt de idéntica manera. Cada acto' de apercepción está acompañado de un proceso fisiológico
Desde sus primeras obras e incluso en la Physiologische Psycho- determinado: uno de los más netos es la sensación de esfuerzo, que
logie, Wundt sostuvo la tesis 'de que ~Z: ,el fondo de todos l~~ f enome-
' coexiste con las apercepciones intensas. Con esta sensación, probable-
nos psíquicos hay unidad de composicion. Todos se reducirian final- mente central, se combinan a menudo tensiones musculares que deben
mente a conclusiones. Así, el pensamiento -entendido por tal cual- ser atribuidas a una excitación motriz simultánea. «Supongamos -es-
quier estado de conciencia- puede ·ser considerado en su. forma o en cribe ª4- al órgano de la apercepción unido con un doble sistema de
su naturaleza. En su forma está sometido a la condición del tiempo. vías conductoras: una centrípeta, que le transmite las excitaciones sen-
Cualquier acto de pensamiento tiene una duración mediable, de ma- soriales de todos los órganos del cuerpo, y la otra centrifuga, que lleva
nera que podemos tener dos estados de conciencia a la vez.. Allí donde a los centros sensoriales y a los centros motores los impulsos que pro-
la observación interior nos da la falsa apariencia de una simultaneidad, vienen de la región central. Según que los impulsos de· este género
estamos en realidad inducidos en error por una sucesión rápida. Estos i;ean transmitidos a los centros sensoriales o musculares, resulta la
hechos, dice Wundt, poseen significación ·psicológica: son la expresión apercepción de las sensaciones o la ejecución de movimientos volun-
de un hecho interno que es la unidad del pensamiento. En su natura- tarios.»
leza íntima en su fondo, el pensamiento se reduce á. un solo hecho: En llegando al capítulo de los sentimientos, debemos retroceder a
razonar schliessen esto es concluir. Para todos los fenómenos mentales, las sensaciones y examinar el tercer carácter que les atribuye Wundt,
por va;iados y di~ersos ~ue sean1 existe unidad de composi~ió~. Las y. que se refiere al sentimiento o tono de las mismas. Este sentimiento o
sensaciones de cualquier clase, los juicios, las ideas, los sentimientos, tono es agradable o desagradable, es un placer o un dolor. El placer
etcétera son producidos por razonamientos, son el resultado de una y et-'dolor son estados contrarios que pueden transformarse 1.J.no en el
conclusiÓn. Todas las diferencias únicamente vienen de los diversos otro a través de un punto de indiferencia, lo cual equivale a decir
grados de complejidad del acto primitivo y de la div;r.sidad de· ~os que hay sensaciones que no poseen tono, que no están acompañadas
materiales que ponen en acción, de manera que el espiritu entendido por ningún sentimiento. Por estar la relación de las sensaciones con la
de este modo podría definirse: algo que raz<ma. Tal es la tesis fun- conciencia sometida a oscilaciones continuas, ese punto de indiferen-
damental de Wundt, que por oscura e inesperada que parezca lo aleja cia debe responder en general a un estado pasajero que fácilmente se
del fisiologismo absoluto de su psicología e introduce en la misma un transforma en placer o dolor. Sin embargo, hay muchas sensaciones
logicismo cuyas raíces espiritualistas no son difíciles· de rastrear. De cuyo sentimiento concomitante es tan débil que giran siempre en torno
aquí que la idea, para Wundt, resulte de un razonamiento. La id:,ª co?- de su punto de indiferencia. En otras, el sentimiento es tan fuerte que
siste en la fusión de todas las señales en una unidad. Y esta fusion solo recubre la sensación. Las primeras son las sensaciones propiamente
puede venir de la única forma de actividad mental a la que reconoce dichas. El sentimiento, que consiste en una relación con la conciencia,
el poder de unir, de unificar, o sea del raz.onamiento. La actividad del o sea en un cambio de estado continuo, permite, mucho menos que los
pensamiento consiste únicamente en el raz.onamiento; el. resto es ~lo · otros dos elementos de la sensación, un análisis exacto. De aquí que
un resultado, un producto. Por ello tambien es establecida la unidad Wundt considere al sentimiento como el complemento subjetivo de las
de composición del pensamiento. Todas las actividades y facultades se sensaciones y como el resultado de una actividad interna: la apercep-
reducen finalmente a una forma única, y esta forma tiene por carác- ción. Dicho de otra manera, en ese todo inseparable que llamamos una
ter esencial ser una sucesión.. Todos los fenómenos mentales se redu- sensación de cualídad, de energía y de matiz cualquiera de sentimiento,
cen así a una operación lógica. ·Tal es la tesis sostenida por Wundt, el matiz del sentimiento representa el elemento que no aparece en
ALBERTO L. :MERANI BISTORIA ClÚTICA DE LA PSICOLOGfA
444
relación directa con las relaciones objetivas de los excitantes. Por con- elementos concretos que la produjeron. El ideal, por el contrario, que
siguiente debemos ver en el tono del sentimiento el síntoma de un no resulta de operaciones elaboradas, no puede resolverse en una suma
proceso ~ central, que en la cualidad y la energía de la excitación determinada de predicados, de donde viene que posea ese carácter
sensorial. En efecto, la sensación, por simple que se nos aparezca, no indeterminado que se l,lama cel infinito>. El deber de la ciencia, con-
es, ni del lado físico ni del psíquico, un proceso simple. Y como somos cluye Wundt, es de cambiar en lo posible todo ideal en una idea, y con
incapaces de decir algo relativo a esa clase de sensaciones, que .no son este criterio hace largos y brillantes análisis de los sentimientos esté-
apercibidas, el acto de apercepción constituye un elemento insepar~ble ticos, morales y sobre todo religiosos.
de todas las sensaciones que están ofrecidas a nuestro examen psico- Para Wundt, todos estos estados de los cuales acabamos de hablar:
lógico. De tal manera el sentimiento sensorial se vuelve inmediata- percepciones, apercepciones, imágenes, ideas, sentimientos, voliciones,
mente inteligible, en lo que concierne a toda::¡ las influencias a que está forman esa trama continua que se denomina conciencia, y de la cual
sometido, si lo cqnsideramos como el modo de reacci6n ejercido 1>0'I" sólo se pueden formular definiciones tautológicas. Su carácter funda-
la actividad de la a.percepción contra la excitación sensorial. Puesto que mental, dado por la experiencia, es la unidad. Su condición: que los
el tono del sentimiento se produce únicamente en tanto que apercibi- hechos mentales estén unidos y coordínados según leyes. La base fisio-
mos las sensaciones, debe ser directamente consi~erado como el lado lógica de la unidad de la conciencia es la continuidad del sistema ner-
subjetivo o psíquico de ese proceso más central, que se agrega a la vioso, que excluye la posibilidad de varias especies de conciencias. No
excitación sensorial central cuando la actividad de la conciencia se se puede admitir un 6rgano determinado de la conciencia, cori el sentido
vuelca en ese punto. Estas relaciones explican, tanto al psicólogo como corriente de esa palabra, pues cada región del sistema nervioso influye
al fisiólogo, que la ley general de relación, que domina la percepción sobre nuestras representaciones y sentimientos. Sin embargo, opina
de la intensidad y de la cualidad de las sensaciones, es igualmente Wundt, las investigaciones sobre el sistema nervioso de los animales
valedera para la reacción del sentimiento. Esta ley había sido formu- superiores muestran que la capa gris del cerebro est4 en relación más
lada para los sentimientos, dice Wundt, mucho antes de ser aplicada íntima que las otras partes con la conciencia. Las capas corticales, por
a esos otros elementos de la sensación. El astrónomo Daniel Bernouilli, lo demás, son muy propias para unir, in.mediata o mediatamente, todos
el primero que aplicó tal ley a sentimientos complejos, .la calificó de esos estados del cuerpo que pueden provocar representaciones cons-
«mensura sortis>, y Laplace, interpretándola con el mismo sentido, l.e cientes. Con este sentido y no otro se puede decir que, en el hombre,
dio la forma de una ley de relación entre la cfortune physique> Y la las capas corticales del cerebro son el órgano de la conciencia, sin
«fortune morale>. En su significado general, esta ley se formula así: olvidar, por supuesto, que la función de este órgano presupone esas
La intensidad de la reacción del sentimiento aumenta proporcional- partes centrales subordinadas: tubérculos cuadrigéminos, capas ópti-
mente con los aumentos relativos de las excitaciones.35 Después de los cas, etc., que previamente realizan la síntesis de las sensaciones.87 Bajo
sentimientos cuya base es puramente física -los que dependen del su aspecto psicológico, la conciencia es una unificación, una· actividad
~stado de los órganos y tejidos-, Wundt estudia tres grupos impor- cuya esencia es unir, combinar. Dos fenómenos principales la mani-
tantes: los sentimientos estéticos, morales y religiosos, que explica en fiestan: la formación de las representaciones por medio de las impre-
.relación con el ideal. Hemos visto que para Wundt, en el orden inte- siones; la sucesión de. las representaciones. Imposible extendernos so-
lectual, todo el trabajo del espíritu consiste en pasar de las percep- bre el largo estudio que Wundt hace de la conciencia, así como de los
ciones a las ideas o nociones abstractas, que son el término del cono- . movimientos, el lenguaje, los estados mórbidos de la coneiencia, la
cimiento. En el orden de los sentimientos hay un trabajo análogo, que psicología animal. Nos basta aquí con haber hecho comprender su mé-
consiste en pasar. de las afecciones puramente materiales a un ideal, todo, mostrando a la vez la variedad de las cuestiones por él estudia-
que es el término de los tres grupos de sentimientos que acabamos de das. Faltaría hablar de sus investigaciones experimentales, pero las
citar. La relación de la percepción con Ja idea es análoga a la relación pasamos por alto puesto que nada sustancial agregan a la teoría ex-
del sentimiento con el ideal, pero con la diferencia que la primera es puesta. No obstante, es imposible concluir cualquier estudio del pen- ·
consciente y la segunda inconsciente. «Ideal es, pues, una palabra samiento de Wundt sin hacer referencia, por breve ,que sea, a las
que expresa el término del proceso inconsciente del conocimiento, así teorías que sostiene en su Logik y sin mostrar en qué medida invalidan
como la idea expresa el término del proceso consciente.:i> 36 Como la o completan sus obras anteriores. Se resumen en el papel superior,
idea resulta de una suma de señales y de operaciones lógicas perfecta- cada vez más preponderante, que concede a la actividad de la aper-
mente conscientes, siempre se puede, por el análisis, reducirla a los cepción. Por ello, los estados de conciencia pueden ser considerados
.... ~ .

446 ALBERTO L. MERAN! lllSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 447

como dependiendo inmediatamente del organismo, y entonces su estu- un artículo aparecido en la Revu.e philosophique, noviembre de 1877, y en un
apéndice a la obra de Stumpf, UebeT den Psychologisch1m UT8jTung de-r Raum-
dio pertenece a la psicofísica y a la psicología fisiológica. Su ley última t10Tsteltung, Leipzig, 1873.
es aquella de la ,asociación, análoga a las leyes físicas. Pero, por encima, 5. Medic.inische Psychologie, Loe. cit.
la apercepción, idéntica con la voluntad, autónoma en un sentido, da 6. Ibídem.
a esas representaciones o estados de conciencia unidad: es un prin- 7. Loe. cit.
8. Medicinische Physiologie, Loe. cit.
cipio sintético. Y es en ella que finalmente se resuelve el concepto 9. Ibídem.
de alma ..En. efecto, afirma Wundt, sólo hay dos maneras de concebir el 10. Ibídem.
alma: como una sustancia o como un acto. La psicología no debe, como 11. Wundt, en un articulo publicado en la Revu.e philosophique, Paris, sep-
las ciencias físicas, atarse a un concepto metafísico fuera· del hecho tiembre de 1878, hace una crítica muy profunda de la teoría de los signos locales,
que llama hipótesis de los signos locales simples, en oposición a la suya, que
de la percepción interna, porque entonces se embaraza con la hipótesis llama hipótesis de los signos locales compuesto. Reprocha a Lotze de plantear la
inútil de una sustancia que no le permite realizar ningún progreso en cuestión bajo una forma metafísica (hipótesis del alma) y de decidir en virtud
la explicación de los fenómenos. La actividad interna no es compa- de esta ihipótesis que nuestras senSa.ciones retinianas y cutáneas no pueden poseer
rable de ninguna manera con la actividad externa, tal como nos la da extensión. Por el contrario, procura demostrar: 1) que son las experiencias 6pti-
cas y otras las que autorizan a negar a las sensaciones retinianas y cutáneas,
la experiencia, aunque las comprendamos bajo una misma palabra. No t.omadas en sí mismas, carácter extensivo; 2) que las condiciones que deben agre-
es un simple acontecimiento; es una apercepción, o sea que nuestros garse a esas sensaciones para ihacerlas pasar a la categoría extensiva son los
actos de pensamiento lógico están siempre unidos con un sentimiento movimientos.
inmediato de la espontaneidad: y esta espontaneidad no es algo exte• 12. Das B-üchlein von Leben nach dem Tode, 1836; UebeT das oochste Gu.t,
1846; Nanna odeT iibeT das Seelenleben deT Pflanzen, 1848; Zend-avesta. oder
rior a la actividad o distinto de ella; se la puede separar lógicamente, übeT die Dinge der Himmels und deT Jenseits, 1851; Die physikalische und phi-
pero no en la realidad. losophische AtomenlehTe, 1855; UebeT die SeelenfTage, 1861; Die dTei Motive und
Por último queda por agregar que en 1878 Wundt fundó en Leip- GTiinde des Glaubens, 1863; Einige Ideen zuT SchOpfungs und Entwickelungs-
zig el primer laboratorio de psicología fisiológica, al que pronto acu- geschichte deT Organismen, 1874; VoTschule deT Aestheetik, 1876; ek. A estas obras
dieron estudiosos de todas partes y de. donde salieron valiosos experi- se debe agregar las de psicofísica, citadas en el txeto.
13. Elemente deT Psychophysik, Loe. cit.
mentadores que fueron a fundar institutos similares en otros países. 14. Ibídem.
En comenzando su laboriosa carrera científica con modestas experien- 15. Ibídem.
cias de laboratorio, Wundt alcanzó poco a poco a levantar, sobrE! la 16. Ibídem.
base de todas las investigaciones exactas realizadas para la época, un 17. Ilustre anatomista y fisiólogo alemán, que enseñó en la Universidad de
Leipzig y que escribió numerosas obras famosas en su tiempo sobre ambas
sistema de psicología general, poniendo así la psicología fisiológica en ciencias.
relación con la especulación filosófica, con la ética y la lógica, en 'J>ro- 18. Elemente deT Psychophysik, Loe. cit. La exposición de Fechner es muy
cura de conceptos firmes de las leyes, de los métodos y de la esencia oscura; mucho más clara y accesible es la que realizara Delboeuf, RecheTches
de los hechos psíquicos. Por esto se puede decir que en la obra de théoriques et expéTimentales B'UT ·la mesuTe des sensations, Bruxelles, 1873, y a
la cual nos atenemos en 10 que sigue.
Wundt se encuentra resumido y precisado mejor que en la de otros 19. Elemente deT Psy.chophysik, Loe. cit.
autores contemporáneos suyos todo lo que la psicología experimental 20. Delboeuf, Recherches théoriques et expérimentales su.T la mesu.Te des- sen-
y fisiológica del siglo XIX produjo; y no solamente en la parte refe- iations, Loe. cit.
rente a las relacic:mes del espíritu con el cuerpo, o sea para la psicología 21. Elemente deT Psychophysik, Loe. cit.
22. Ibídem.
experimental, sino para toda la psicología, comprendida la psicolo- 23. Mensch1m und ThieTseele, Loe. cit.
gía de los pueblos o social. 24. Grundrüge deT Physiologischen Psychologie, Loe. cit.
25. Menschen und ThieTseele, Loe. cit.
26. GTundrüge, Loe. cit.
27. GTundiss deT Psichologie, Loe. cit.
NOTAS 28. Se refiere a la suya, según la cual no existe función específica de los ele-
mentos nerviosos, pues todo cambio en la naturaleza del fenómeno molecular
l. Cf. Ernesto Haeckel, Ensayos de psicología celulaT, traducción ·de Antonio es causado por la manera con que los elementos son puestos en contacto entre
Zozaya, Madrid, 1889. ellos y, en los órganos de los sentidos, con las excitaciones exteriores.
2. Optique physiologique, trad. franc., Paris, 1892. 29. GTundiss der Psychologie, Loe. clt.
3. Medicinische Psychologie, Loe. cit. 30. Qrundrüge, Loe. Clt.
4. Medicinische Psychologie, Loe. cit. Esta misma idea, Lotze la explicó en 31. Ibídem.
448 ALBERTO L. MERANI

32 Me~hen und Thiet"seele, Loe. cit. .


33" Vid Grundzii.ge, Loe. cit. Cf. M. H. Lachelier, cLes lois psydlologiquH
dans. l'.tcoie de Wundu, Rewe Philosophique, Paris, febrero 1885.
34. Grunclzii.ge, Loe. cit.
35. Me?Lschen und Thiet"aeele, Loe. cit.
36. Ibídem.
37. Grunclzii.ge, Loe. cit.

CAPirot.o 4

LA COMPLF..JIDAD DE LA PSICOLOG1A FRANCESA

l. Oposiciones y contradicciones. - Al historiar la psicología del


siglo XIX, es lugar común oponer a la escuela francesa los métodos y
las teorías desarrollados en Inglaterr¡;i y Alemania. Uno de los mejores
estudiosos de las psicologías inglesa y alemana en. dicha época, Théo-
dule Ribot,1 procedió en sus análisis de esta manera. Se loaba a los
ingleses de haber construido una psicología de pura observación, imi-
tada de las ciencias de la naturaleza; se exaltaba a los alemanes por
haber sustituido el ·estudio de la conciencia por sí misma con procede-
res objetivos y de haber sometido los hechos psicológicos a la experi-
mentación y a la medida. Y cuando el nacionalismo tocaba el orgullo
de algún autor, después de observar que ni el empirismo de unos
ni la acumulación de cifras de otros habían hecho progresar sustan-
cialmente la ciencia del espíritu, se concluía que al estudiar los psicó-
logos franceses «Se está, por el contrario, obligado a reconocer que el
cetro de la psicología, reservado a Francia desde el siglo xvr, no le
pudo ser quitado y que evidentemente le pertenece hoy, como en la
época clásica».2 Inútil destacar el derroche de ingenio y de palabras
altisonantes que hicieron franceses, ingleses y alemanes para justificar
sus pretensiones al respecto. Mientras los verdaderos pensadores dedi-
cados a la psicología en esos países trabajaban sin preconceptos y ante-
ponían a las luchas imperialistas del siglo el espíritu de verdad y de
devoción por la ciencia como patrimonio del conocimiento, universal
como el hombre, los epígonos dedicaban todo su arte, toda su ciencia
y habilidad para engrandecer cada personalidad que vio la luz del
día aquí o acullá. Con un afán digno de mejor destino apilaban comen-
tarios sobre com.entarios para hacer del psicólogo alemán o del inglés
o del francés el centro .del mundo, y hasta sacaban del mercado de las
mediocridades figuras a buen precio para exaltar la gloria nacional.
Sin duda, no se trataba de una moda más o de un siníple nacionalismo
miope; la lucha había estallado entre la burguesía, que al final del
siglo xvm estaba continentalmente unida por la aspiración de ser. Re-
conocida primero, triunfante después con la Revolución francesa, unida

29
450 ALBER'i'O L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 451
sólidamente luego en la contrarrevolución, su ideología común se había la palabra «libertad», la consigna puramente ideológica del liberalismo. 3
finalmente fracturado con el choque de los intereses locales. Dueña de Por cierto, no se trataba de una palabra nueva en la historia,
los estados, en los gobiernos por sus representantes o por la persone- · como no era nueva en l¡¡. literatura y en la poesía, pero sí represen-
ría del capital, termina por adoptar, y es inevitable que una burguesía taba un hábito nuevo de pensar para las ciencias del espíritu. Grecia
nacional no exacerbe su chauvinismo, la representación intelectual y y Roma habían elaborado su concepto del hombre; la Edad Media y
moral de sus respectivas patrias. El interés por los negocios, el presti- el Renacimiento habían terminado por coronarlo, respectivamente, con
gio del terruño que procura dividendos en el extranjero, la necesidad la ascesis del espíritu y la liberación para el cuerpo del pecado origi-
de justificar un expansionismo político y económico con el disfraz cultu- nal. La Edad Moderna, por su parte, con la Enciclopedia y la Revo-
ral, confluyeron en la nacionalización del saber y de la cultura. La lución francesa, naturaliza al hombre, y el siglo XIX, heredero de las
antigua imagen del sabio que está por encima de las fronteras quedó virtudes y defectos de esta naturalización, se vio frente a frente con
sustituida por «escuelas>, por tendencias que respondían a la idiosin- las oposiciones y contradicciones que la clibertad», derecho impres-
crasia de cada pueblo y exaltaban la ideología que en ellos imperaba. cindible de la naturaleza humana naturalizada, acarreaba para su rea-
Junto a la fuerza, al poder que expresaban la marina, la infantería, la lización. En su contenido representaba la conciencia de que algo nue-
artillería, al prestigio de las colonias que se poseían e impedían poseer vo había aparecid<J en el pensamiento, y por ello en la vida: un nuevo
a los otros, y a las maquinaciones de ·1as cancillerías, se sumaba el lus- concepto de la humanidad y de una nueva vía de realización para el
tre de las «escuelas:. científicas y filosóficas nacionales. El ideal de la hombre. Por supuesto, no se había llegado a este concepto por azar o
igualdad humana ingénita que decretara la Revolución francesa, la por iluminación subitánea, sino por virtud de todas las experiencias y
aspiración de la hermandad de los hombres por encima de las fronteras soluciones seculares que habían intentado, en cada caso y por medios
y de los gobiernos que proclamara la Primera Internacional, olvidados, diversos, disminuir la distancia entre el cielo y la tierra. Lo ideal y
vilipendiados, fueron arrinconados por las proclamas sobre las cpa- lo real, y confiriendo idealidad a la realidad y realidad a la idealidad,.
trias» y sus derechos csacrosantos>. se había procurado una y otra vez alcanzar la inseparable unidad que
El siglo XIX, que comenzara con la aventura napoleónica y que, es la identidad del hombre con su propio ser, o, con la expresión de
desaparecido el déspota genial de la escena que ocupaba por completo, Giambattista Vico, de que la república, buscada por Platón, no es otra
sus vencedores se entendían o procuraban entenderse para dar a· cosa que el. curso de las cosas humanas. Era éste el pensamiento de la
Europa, gracias a las restauraciones de viejos regímenes y a oportunos ideología ~e la época que se inicia, una ideología que desembocaba
arreglos territoriales, un orden estable que sustituyera al fuertemente en cada lugar con vestidura diversa, y aunque en la boca de todos,
sostenido pero precario del Imperio francés, es un siglo de oposiciones comprobado por la poesía y las palabras de los hombres .de acción,
y contradicciones poco comunes en la historia. Mientras que en Ale- resonaba el reconocimiento de fórmulas felices por su contenido huma-
mania, en Italia, en Polonia, en Grecia y en las lejanas colonias de la nitario, arrastraba las escorias del pasado, se debatía en contradiccio-
América latina germinaban movimientos contra dominadores y tutores nes tan grandes, por ejemplo, que en el país de entonces por excelencia
extranjeros; que en la Europa misma los'países más estabilizados veían medieval y escolástico, clerical y absolutista, en España, se acuñó el
surgir movimientos de minorías obligadas a la unión política con esta- adjetivo cliberah con su oponente de cservib.
dos que debían su origen y conformación a conquistas, a tratados, a Es obvio que a la pregunta de cuál era el ideal .de aquellas gene-
derechos patrimoniales de familias principescas; que por todas partes raciones se respondiera con la palabra clibertad> sin otra determina-
se hacía sentir la necesidad de garantías jurídicas, de participación en ción, porque se pensaba que cualquier agregado hubiera distorsionado
la administración y en el gobierno gracias a constituciones nuevas o el concepto. Mas la ideología de la clibertad> en el siglo pasado, pro-
renovadas, los diversos antecedentes históricos y las condiciones socio- clamada con tanto énfasis, es fría y superficial. Cuando los hombres de
económicas presentes de los diversos pueblos hacían que la ideología La Commune se preguntaban irónicos o sarcásticos, vaciando de for-
de la burguesía, común en sus bases, se fragmentara en ideologías en malismos hueros al concepto: c¿Qué fue siempre la libertad? ¿La li-
las cuales la preeminencia era unas veces dada a la unidad nacional, bertad de qué y de qué cósa? ¿La libertad de hacer qué?>, plantea-
a la expansión colonialista o a la sustitución del absolÚtismo "en el go- ban de hecho la realidad de una ideología que se engolaba con palabras
bierno por el constitucionalismo, etc. Pero cualquiera que fuera el orden Y actuaba con la dureza concreta del sable, delegado innato del poder
de importancia y de sucesión con que se presentaban, todas esas aspi- de Dios y del dinero. Espiritualidad corporificada, y por eso mismo
raciones se unían y, unas delante o atrás, hacían surgir, en torno de corporeidad espiritualizada, el hombre aparecía en todos los intentos
ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 453
452
de antropología concreta dualisticamente escindido. El empirismo inglés teneciera a la familia de su ·madre, Grateloup, gratum lu.pis, lugar del
se resignaba aceptando el alma como compañera de los avatares del agrado de los lobos, situada a ocho kilómetros de Bergerac. Allá, vi-
cuerpo cuyas manifestaciones psíquicas estudiaba; el experimentalismo viendo en una residencia aislada y rodeada de bosques, en medio de
alemán ·conjugando experiencia y metafísica, abrevando en los contra- una población que respeta su nombre, en un departamento donde el
rios, e~altaba con taumaturgias, como la teoría de la concie;11cia de Terror fue relativamente moderado, Maine de Biran esperaba días
Wundt la unidad temporal de las dos esencias. Y la psicologia fran- mejores en comenzando su aprendizaje de la filosofía y la solitud. Pero
cesa d~l siglo xrx, la que ahora nos ocupará, presenta una co~plejidad llega mayo de 1795 y se instalan en el poder los thermidoranianos. Nue-
inusitada en las ideas directrices de sus psicólogos: las relaciones con vos representantes del pueblo reemplazan a los cmontagnards>; reorga-
el vitalismo de Maine de Biran; el eclecticismo de Roger-CQllard, la nizan los cuadros locales y piensan en el nieto y bisnieto de los alcal-
oposición del positivismo de Comte y la corriente cientificista de los des tradiCionales de Bergerac, y lo nombran administrador de la Dor-
Taine Ribot y T;;irde, Idealismo y neoespiritualismo se confrontan, se dogne. Maine de Biran se instala en su cargo, desposa la presunta viuda
estre~han a veces la mano, y se procura siempre unirlos con la tradi- de un primo emigrado y durante dos años cumple sus funciones de
ción y la fusión de cientificismo y racionalismo con los Fouillée Y los administrador con celo y buen tino. En 1797 se lo elige miembro del
Lachelier. Aparece en Francia una psicología oficial, la del Instituto Consejo de los Quinientos. Su eJección y la de sus colegas señala la
de la Sorbona, en una palabra, del régimen, y junto a ella, enfrentán- derrota de los jacobinos, quitados definitivamente del poder tres me-
dola la de la oposición, la de los Cournot, Renouvier, Ravaisson Y ses después, el 18 Fructidor. La Revolución ha muerto, y Maine de
Dur~nd de Gross. Y aunque surja aislado el realismo simplista de un Biran queda todavía un año en París, en ese París del Directorio cuyas
Itard 4 la marea de los acontecimientos y la fuerza de la ideología lo calles ya no pertenecen al pueblo, en el que una sesión pública del
fagoc,itan. Tal vez no se encuentre en la historia. del pensamient? ~jem­ Instituto es un acontecimiento, en el que los revolucionarios cjuiciosos>,
plo más patético y más claro de la dependencia de un conocimiento, provisoriamente reunidos con los monárquicos y futuros nobles del
de una ciencia o de una filosofía, de la ideología reinante en el lugar. Imperio, retoman el cgusto de vivir» en los salones republicanos.
La psicología francesa del siglo XIX vive la exaltación de la política, En 1798, seguro de su posición, el ex diputado de la Dordogne se
los contrastes entre lo anhelado y lo vivido, la lucha entre el absolu- instala con su familia en Grateloup. Lejos de sus funciones oficiales,
tismo y la' libertad sin adjetivos, y revela en qué medida el estudio del lejos de los honores y del mundo, se entrega con pasión al estudio de
hombre refleja al hombre que se aspira a dominar. Se acanton: en las matemáticas y de la filosofía. Lee mucho y comienza a escribir.
·la observación interna con Maine de Biran, proclame el paralelismo Una primera .Mémoire sur l'habitude le vale una mención muy bono-·
psicofisiológico con Taine y Ribot, siempre, a lo largo de la centuria, rable del Instituto y una invitación a retomar y ampliar el tema. Por
desemboca en el espiritualismo, del que Bergson, formado en las pos- lo demás, una breve estadía en París le demuestra en cuánta estima
trimerías de esa .época, será representante indiscutido en la nuestra. lo tienen Cabanis, Destutt de Tracy y el círculo de Auteuil. En 1803
muere su esposa, lueg~ de ocho días de delirio; una tradición local
2 Maine de Biran o el culto de lo S"Ubjetivo. - FRAN«;ors-PrERRE cuenta que la crisis fue provocada por el retomo inesperado de su
GoN~IER MAINE DE BIRAN (1766-1824) fue un representante típico del primer marido. En 1814 casa nuevamente con una vecina; ésta fue
antiguo régimen; miembro de los «Gardes du Corps» .ª los dieciocho una excelente intendente: vivía en Grateloup y se ocupaba de sus pro-
años en 1784 según uno de sus biógrafos, dleva el umforme con ele- piedades; Biran vivía en París y sólo la veía en las vacaciones. Es
ganc,ia: su fi~ura es encantadora y lo sabe»; se le festeja. Ejecuta el entonces cuando el Imperio lo hace consejero de Prefectura, miembro
clavecín, acaricia el arpa, rima sus amor~~· «Lo que el m~do de- del cuerpo legislativo, diputado, cuestor, y, en la sucesión de los cargos,
nomina placer lo gusté en toda su extension.» 3 La Revolucion p.one Maine de Biran parece haber sido un hombre político en relación con
punto final a su aprendizaje militar y mundano, sin que le cupiera su departamento; en París, un parlamentario respetado, amigo de los
nrn .. 0 r gloria en defensa de su rey. Después del licenciamiento de los ministros, manteniendo las mejores relaciones con las más encumbra-
«g;ardias» piensa ingresar en el cuerpo de ingenieros y estudia mate- das personalidades, pero incapaz para el papel de cvedette>. Tanto es
máticas. Pero su reciente pasado hace que sea poco probable una así, que sus pocos discursos en la legislatura los hizo 'leer por un co-
carrera brillante en el nuevo ejército, y tal vez demasiado imprudente lega. En Bergerac, por el contrario, es un administrador activo, metó-
una estadía prolongada en el París jacobino. Sus padres han muerto Y dico y cuyas iniciativas se adelantan a l.Js problemas. Reconstruye los
recibe en herencia una casa solariega de fines del siglo xvn que per- puentes, prescribe la desecación de los pantanos, recomienda la plan-
454 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 455

tación de _árboles y se opone vigorosamente a la tala de los bosques, bosamente, de una inquietud moral a la que tiñe cierto carácter dra-
:toma medidas paar preservar los monumentos históricos, hace vacunar mático y que desemboca en una concepción emotiva de la vida reli-
a sus administrad9s, multiplica las encuestas sobre el estado de la agri- giosa. La melancolía que cultivan esos románticos cuya atención está
cultura, de las industrias, de las escuelas, sobre la natalidad la situa- absorbida por el análisis de sus estados de ánimo se arma en Maine
ción sanitaria. Crea y preside la Sociedad Médica de Be~gerac· se de Biran con los lentes del psicólogo y lo lleva a interesarse por los
propone dotar de un colegio a su ciudad natal, dirige personalmente la trastornos de la personalidad, que es su personalidad; por las varia-
propaganda y, campeón de la educación nueva, se pone en contacto ciones de la sensibilidad, que es su sensibilidad; por todo lo que pueda
con Pestalozzi para traer uno de sus discípulos como instituidor de las haber de inconsciente en nosotros, que es su inconsciente. Al mismo
clases primarias.6 tiempo, Maine de Biran procura combinar la reflexión del pensamiento
Con ~~ine de Biran sobrevive un mundo donde la importancia de sobre sí mismo, en siguiendo la tradición cartesiana, con la intuición
la educac1on de las formas representa una especie de honestidad· un inmediata de la actividad mental en situación de producirse y como se
desliz en las convenciones sociales lo atormenta como un pecado. Hu- manifiesta en la conciencia que tenemos del esfuerzo. Pero debemos
maz:i.ista Y sabio, bien ubic~do para conocer la campaña y la ciudad, advertir que la autoobservación no es para Biran un método analítico
curioso de las cosas del espiritu y atento a los problemas del día, Biran que permite describir los estados primitivos de la sensibilidad, sino un
es un conversador nato, a la vez tímido y brillante tímido en un método sintético, capaz de asir el acto de pensamiento en el momento
círculo demasiado grande, brillante en pequeñas reuniodes donde siente en que se ~umple, enfrentando a la vez el yo de_l que emana y el
despertar la admiración por debajo de la simpatía. Es el hombre de los objeto sobre el cual actúa. Además, no debemos olvidar· que cuando
almuerzos íntimos y de las charlas en voz baja en un rincón del salón aparece Maine de Biran, el sensualismo domina al pensamiento francés.
o en el jardín. ~lto y delgado, pero elegante, agrada y procura agradar. O bien se explica con Condillac la vida consciente por una combina-
Gusta de ~ so~iedad de las mujeres espirituales y hermosas; por ellas, ción de abstracciones -sensación, atención, comparación, juicio-, o se
como por el mismo, se esfuerza por parecer joven; su mirada es dulce esfuerza con Cabanis de reducirla a las influencias físicas y fisiológicas
Y su espíritu se inclina a esa ternura que es cmás que la amistad y que lo determinan. En cuanto a la metafísica, ha desaparecido desde
menos que el amon. 7 De Maine de Biran se puede decir lo que Charles Malebranche, y las teorías materialistas de los enciclopedistas son un
Du Bos escri~iera de Benjamín Constant: con él, cel dato inicial es noli me tangere, algo que la política del momento y el buen gusto de
siempre la vida, el plan vital, y es siempre de la tierra saturada por Ja gente honorable, entre ellos Maine de Biran, repudian. ¡Napoleón
una experiencia vivida a fondo que sale, que brota espontáneamente, había úripuesto su estilo!
el pensamiento, como una napa de agua que aflora>.ª La filosofía de En cuanto a los escritos de Maine de Biran, salvo la Mémoire sur
Maine de Biran encuentra su principio y su movimiento en una exis- Z'habitude, publicada en 1803, y la Exposition de la Doctrine de Leibniz,
tencia que se repliega sin cesar sobre sí misma para descubrir el impresa en 1819, ninguna otra cosa publicó en vida. Sin embargo, sus
secreto de su miseria; se critica y se complica según las exigencias de trabajos fueron considerables, y la influencia que; por sus pláticas,
una esperanza de unidad y cuando todas las situaciones acusan una ejerció sobre la. escuela ecléctica y su jefe Víctor Cousin, ·está estu-
dram~tica división. Es entonces cuando Maine de Biran se repliega en diada y reconocida. Varias veces obtuvo premios de sociedades cientí-
la s.ohtud Y se desahoga en la página en blanco. Dueño de una gran ficas y filosóficas por comunicaciones que dejó inéditas. Entre los
vanidad, torturado por males reales o imaginarios, ávido de notoriedad trabajos de publicación póstuma citaremos~ en relaCión con la psicolo-
por momentos, huyendo del mundo y de su gente por otros Maine de gía, el Journal intime, ApercePticm. immédiate, sus comunicaciones a
Biran e.s la contr~d~cción del fil?sofo que aspira ser, del ftlósofo que la Sociedad médica de Bergerac sobre Les perceptions obscures, Le
se convierte en ps1cologo cmalgre lub, a fuerza de observar el mínimo systeme de Gall, Le sommeil, les songes et le somnambulisme, y sobre
repliegue de su alma, de auscultar la menor resonancia íntima de todo su importante Essai sur les fondements de la psychologie, escrito
su ser. en 1812, y por último el Examen CTitique des opinions de M. Bonald,
Maine de Biran, no debemos olvidarlo, es contemporáneo de Cha- redactado en· 1818, aparte de una serie de fragmentos sobre la moral
teaubriand, Y con uno como con el otro nace el romanticismo Irancés y la filosofía religiosa, y los Nouveau:z: essais d'AnthTop-0logie, que dejó
como expresión de la cultura de lo que .es subjetivo, de los estados inconclusos.e
profundos de la sensibilidad tomados en caliente, de las luchas internas La obra de Maine de Biran concreta numerosas corrientes de ideas;
de la voluntad Y de las pasiones, subrayadas y descritas amorosa, mor- múltiples influencias se encuentran en ellas, pero están todas absorbi-
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das, elaboradas y transformadas por su pensamiento, hasta el punto de men, con.sen.sus, esto es, armonía, o sea finalidad orgánica, tal es la idea
fusionarlas en un producto nuevo. La primera y más notable influencia fundamental que Maine de Biran recibe de la doctrina vitalista de
corresponde a la Ideología,, pues debe a Condillac y el Círculo de Barthez. En .cuanto se refiere a Bichat, recibió la distinción entre vida
Auteuil no haber descuidado la sensibilidad en el estudio de la vida orgánica y vida animal; los movimientos de la primera (circulación,
mental, aunque esté en desacuerdo con su amigo Cabanis, al otorgar respiración, nutrición, secreción) son continuos y por una acción recí-
al yo una realidad que los ideólogos le negaban. Pero bajo la influencia proca de los órganos. La vida animal, por el contrario, está centra-
del vitaliSmo, Biran supera al sistema abstracto de Condillac y reco- lizada y es voluntaria (la locomoción, la voz); entre sus diversos
noce al ser viviente la espontaneidad: el ser que siente tiene necesidad momentos hay discontinuidad. Las nociones de armonía y de hábito úni-
de moverse, conoce sentimientos de bienestar o de malestar que lo camente se aplican a la vida animal. El hábito no domina a la vida ani-
empujan; tiene la impresión de la resistencia, y ésta le da la noción de mal, puesto que mientras embota la sensibilidad perfecciona el juicio.
cuerpo exterior; en el esfuerzo voluntario toma conciencia de sí mismo, Vida orgánica y vida animal se influyen recíprocamente en las pasio-
y éstas son nociones que al desarrollarlas llevan a Maine de Biran a nes. Éstas arrancan de la vida orgánica y ·a ella regresan después de
emplearlas como esenciales para su doctrina. El vitalismo ejerció, a su haber sufrido la influencia de la vida animal. Estas teorías de los vita-
vez, profunda acción sobre Maine de Biran. En su época, los vitalistas . f listas tuvieron una influencia real sobre la teoría de la sensibilidad tal
más influyentes eran Barthez, cuyo NO'Uveaux éléments de la science como la concibe Maine de Biran, y sobre todo en su noción de los
de l'homme había aparecido .en 1778, y Bichat, cuya obra Recherches estaiLos afectivos simples, que, no proviniendo de la conciencia sino
physiologiques sur la vie et la mort había producido grandísimo im- de la vida misma, se imponen a la conciencia y entran en lucha con el
pacto. Barthez expone con claridad los principios clásicos del vitalismo. esfuerzo voluntario. Esta teoría, que expondremos más adelante, ha
Los fenómenos de la vida orgánica son inexplicables por leye,s mecá- sido llamada, y con razón, la primera teoría del inconsciente francesa.
nicas, físicas y químicas; se los debe relacionar con un principio que Pero en la misma medida que hacia 1805 las teorías de Biran se preci-
les pertenece en propiedad y que se llama principio vital, fuerza vital, san y se alejan del sensualismo, encuentran alimento en las conversa-
pero cuya naturaleza no sé conoce. La presencia de este «principio:. se ciones y en las cartas que intercambia con el ilustre físico Andrien-
manifiesta en numerosos grupos de hechos: por estar todas las partes Marie Ampere. Dedicado al análisis de los hechos, Ampere distinguía
de nuestro cuerpo destruidas y renovadas en pocos años, es necesario en el pensamiento fenómenos y concepciones. Por el estudio de los pri-
que un principio vital común a todas repare sus pérdidas y mantenga meros se aprende a conocer la sensibilidad y la actividad del indivi-
su forma y su continuidad. Este principio es distinto de la materia, duo. El análisis de la sensibilidad lleva a Ampere a las teorías de la
puesto que puede haber, materialmente, graves lesiones sin que dis- concreción y de la oonme11wración. Por la concreción, cualquier per-
minuya la vitalidad del individuo, e, inversamente, los venenos rápidos cepción actual se fusiona inconscientemente con un fondo de memoria;
destruyen la vida sin alterar los órganos. Por último, los fluidos orgá- por la conmemoración, si varias imágenes formaron parte de una misma
nicos poseen caracteres de vitalidad que las acciones físico".'químicas ¡epresentación, basta después que una de ellas reaparezca para que
no explican: tal como la conservación del calor propio de la sangre. la representación total vuelva a la memoria. Aquí, Ampere, que ilustra
El principio vital, que no puede ser confundido con el mecanismo físico- sus leyes ron ejemplos típicos, no explica la vida sensible por el sis-
químico ni con el alma, cuya función es el pensamiento consciente, tema de asociaciones mecánicas de los empiristas ingleses, sino por la
confiere al organismo su unidad. Este principio está dotado de sensi- noción de síntesis. Por otra parte, tenemos conciencia de nuestra acti-
bilidad y de motilidad. De este modo, aparte de la sensibilidad general, vidad por su ejercicio y no por intuición intelectual, que asentaría en
existe una sensibilidad local, y muchos de los movimientos presentan el alma; es de esta idea que Maine de Biran sacará la finalidad de
caracteres espontáneos. Las simpatfa.s, cuyas leyes son complejas y va- buscar en el hecho psicológico del esfuerzo la conciencia de nuestra
riables, sólo pueden ser conocidas por observaciones reiteradas. Con- actividad. En yendo de los fenómenos a las concepciones, Ampere las
sisten en la particularidad de que órganos diferentes so_n afectados en dividía en ideas comparativas y generales, que se obtienen por abstrac-
conjunto, y no únicamente órganos en conexión directa, sino órganos ción y provienen ·de las sensaciones, e ideas explicativas o nouménicas,
simétricos, e incluso órganos que no están unidos por ninguna rela- que constituyen el conocimiento científico y racional. Estas últimas
ción. Las sinergias están formadas por conjuntos de movimientos cohe- expresan las relaciones verdaderas entre los seres. Esta teoría refutaba
rentes que presentan la misma tendencia y dirección; los vitalistas los al sensualismo, que, desconociendo las ideas explicativas, sólo llegaba
relacionan con las impulsiones directas del principio vital. En resu- ,hasta las ideas comparativas y se imaginaba que la sensación y la
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abstracción bastan para interpretar la razón. Tras estas huellas, Biran bertad. Análisis y síntesis se completan y apoyan, puesto que el co-
distinguirá las ideas generales, abstractas de las sensaciones Y que nocimiento no puede quedar únicamente en la faz descriptiva. No
varían según l~ organización del ser que siente, y las ideas fundamen- basta con liberar las diversas especies de sensaciones, de signos, de
tales en relación con la naturaleza misma del espíritu y de las cosas. ideas, de sentimientos, se requiere además unirlas al hecho primitivo.
Per~ para Maine de Biran, esas ideas únicamente se las obtiene si. ~e Por otra parte, como el conjunto de las impresiones que sufrimos im-
las separa del hecho primitivo que las contiene, o sea de la apercepc1on plica la relación de la vida mental con el mundo físico y el orgánico,
inmediata que tenemos de nuestro yo como esfuerzo, como actividad Y la psicología de Maine de Biran se ayuda con otros métodos fuera de
causa. la observación interna, esto es, la observación externa, los métodos com-
Sin duda, con independencia de las influencias de primer plano parativos, patológicos y fisiológicos.
-ideólogos, vitalistas, Ampere-, las grandes cuestiones discutidas ~or Pero, ¿qué es el hecho primitivo de conciencia al que Maine de
los contemporáneos de Biran no podían serles ajenas. En los Pensees Biran relaciona ineludiblemente la unidad de la vida mental? En este
y otros escritos se encuentran frecuentes alusiones a estas discusiones sentido, nuestro autor es cla:ro: no puede tratarse de una abstracción,
y a los autores del momento, a los Bonald, los Maistre, los Lamennais. como el poder de experimentar sensaciones. Se requiere, por consi-
Sea como fuere, la miopía nacionalista quiso en diversas ocasiones hacer guiente, que sea un hecho más interior, más espontáneo. La importan-
de Maine de Biran el «Kant francés», y· aunque no entraremos en la cia acordada por los ideólogos a la motilidad, y la idea vitalista de la
discusión filosófica del pensamiento de nuestro autor, baste con asegu- 11

espontaneidad orgánica, no son conceptos perdidos para Biran. Al pro-


rar que Maine de Biran y Kant son los antípodas tanto en lo personal fundizar el análisis, al llevarlo a la conciencia, descubre dos tendencias
como en lo intelectual. Kant es lógico y crítico; Biran, psicólogo e intui- que se contrabalancean: el esfuerzo y la pasividad. Del esfuerzo, afir-
tivo. La obra de Kant únicamente se comprende en sus relaciones con ma, poseemos una apercepción interna inmediata, y esta apercepción
la mecánica newtoniana y con el fenomenismo de Hume, corrientes nos hace asir, sobre el hecho, nuestro yo en plena actividad, al mismo
de ideas estas que para nada alcanzan a Biran, que está esencialmente tiempo que la resistencia a la que ese esfuerzo se aplica. Tal es, y no
preocupado por la biología vitalista. Por ·último, Kant pertenece en lo otro, el único hecho primitivo. Lo conocemos por el sentimiento que lo
esencial al racionalismo del siglo XVIII, y Maine de Biran inaugura el acompaña, sentimiento que difiere claramente del que probamos cuando
romanticismo. realizamos ·movimientos involuntarios;· esto también lo sabemos por
En psicología, los caminos metodológicos introducidos por Maine de . el tacto activo, gracias al cual tenemos el sentimiento de la identidad
Biran son nuevos; para él, no se trata de buscar elementos, cuyas del yo y de la identidad del objeto resistente. Para Maine de Biran,
combinaciones, imitadas de la mecánica, explicarían la vida mental, esfuerzo es sinónimo de voluntad. En el esfuerzo tenemos conciencia
como hiciera Hume; ni de construir el conjunto del pensamiento en de ser una causa libre, y de manera opuesta al mecanicismo del físico,
partiendo de una abstracción: la sensación, como en Condillac; ni de por el cual la causa se resuelve en su conjunto de condiciones, nuestro
remontarse de las influencias físicas y orgánicas a las variaciones del yo se reconoce en él como la causa real de sus voliciones, como dato
carácter como en Cabanis; ni tampoco propugnar una entidad meta- inmediato de la conciencia. El yo se opone, como unidad, a las sensa-
física, ei alma, para· explicar con ella la naturaleza del espíritu. Por el ciones que caracterizan la resistencia. E, inversamente, toma concien-
contrario, Biran se propone trabajar in concreto, o sea tomar los hechos cia de la resistencia por el mismo acto aperceptivo que le hace com-
de conciencia tal cual nos son dados, mixtos y complejos como se pre- prender su acción en el esfuerzo. La causa de que nos sintamos ser
sentan. La observación interio'I', asentada en la propiedad que posee la en el esfuerzo es para Maine de Biran la primera de las ideas funda-
conciencia de darse cuenta de ella misma, es el método esencial de mentales o universa.les, o sea de esas ideas que nacen del ejercicio
Biran psicólogo y al que divide en análisis y síntesis. Su empleo ana- mismo del pensamiento y de las que tenemos una verdadera intuición
lítico determina los componentes de los hechos de conciencia: recurre reflexiva. Estas ideas difieren de las ideas abstractas, como Ampere lo
a la reflexión para las formas constitutivas del pensamiento, al sen- había comprendido, afirma Biran, y no poseemos solamente, agrega, la
timiento inmediato para la vida afectiva, a la observación fisiológica. apercepción interna del yo como causa, sino también la de todas las
para los factores orgánicos. Por otra parte, considera que. el p'l'Oce- ideas universales. Por lo demás, destaca, no son extractos de sensa-
dimiento sientético permite asir el hecho primitivo de concie:!l'cia, que ciones, si son innatas; son el hecho primitivo de conciencia expresado
da sentido a los resultados del. análisis y permite incluso superar la en sus diversos caracteres. El yo puede, pues, considerar su fuerza, su
psicología y fundar las ideas universales: causa, unidad, identidad, li- libertad, su unidad, su identidad, como tipos de lo que son esas ideas
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en el universo entero. Es de esta manera como Maine de Biran llega dualidad afectiva resulta que nuestra naturaleza es doble: hay _un con-
a sacar del acto primitivo la idea de ca.usa, la idea de fuerza, la idea flicto continuo entre las afecciones simples, que provienen de la reac-
de sustancia con el sentido de lo que subsiste a través de las modifi- ción vital del individuo, y el esfuerzo, la voluntad, la libertad. Las afec-
caciones fenoménicas y no de entidad, las ideas de unidad Y de iden- ciones simples resuenan de pronto en nuestra conciencia, con su tono
tidad, y las de libertad cuando el movimiento es activo en el esfuerzo, afectivo; después desaparecen, y así, bajo influencias que jamás desen-
y de necesidad si es pasivo como en la resistencia. trañamos, pasamos sin transición de la tristeza a la alegría, del temor
De todo el pensamiento psicológico de Maine de Biran, la teoría a la esperanza. La acción de esos estados elementales, nos dirá Maine
más completa y más original es, sin duda, la teoría de la sensibilidad. de Biran, · deja en nosotros huellas, disposiciones orgánicas, tendencias.
La vida sensitiva por el hecho primitivo del esfuerzo puede existir Deseos, pasiones, imaginación pasiva están subordinados a las afeccio-
incluso en ausencia del yo, como en los animales. En el hombre, la nes. Memoria, razonamiento, voluntad, dependen del yo. Entte el espí-
sensibilidad tiene, importancia considerable ·y desborda a menudo el ritu activo y el sistema sensitivo se extiende el vasto dominio del
pensamiento. De aquí que el análisis psicológico, para Biran, deba co- hábito, que embota las emociones, las transforma en necesidades y que,
menzar con lo que pertenece al yo activo y con lo que es pasivo en por otra parte, facilita el movimiento y la asociación de ideas.
nosotros. Y así, en la sensibilidad se imponen nuevas distinciones entre La idea del Horno duple:x:, cuyos dos elementos fundamentales son
la impresión afectiva o afección simple, la intuicicm o representación Y la vida sensitiva y la vida activa o refle:x:ión, es primordial para la psi-
y la sensación. La sensación es una noción compleja que engloba a las cología de Maine de Biran, quien, sin embargo, en los últimos años
otras dos y las relaciona tanto con un ser estable, un cuerpo, o con no se atuvo a esos dos términos y agregó la vida divina, y de donde su
nuestra persona. La originalidad de Biran está, precisamente, en reco- teoría de las «tres vidas», junto con la conclusión de que la moral
nocer ese género de estado que es la afección simple. No se la des- cristiana conoce mejor que cualquiera otra la naturaleza humana, por-
cubre de primera intención porque por lo general es parte de una re- que, a diferencia de los estoicos, por ejemplo, que se atenían a la
presentación que relacionamos, como sensación, con un cuetjlo indivi- lucha de la voluntad contra las pasiones, comprende que nunca llega-
dual. Para asir las afecciones simples se requiere llegar a ese límite mos, a pesar de nuestra persistencia, a dominar la sensibilidad sin
en el cual la conciencia se vuelve confusa, en los confines del sub- ayuda de Dios, esto es, con la gracia. Y mientras el esfuerzo es siem-
consciente. Son estados reales y constituyen la naturaleza animal en pre doloroso y motivo de tensión, la vida divina nos gana con dul-
nosotros. Es aquello que Buffon llamara «Sentido interior materiah. zura. Se asemeja, opina Biran, a las pasiones, que también penetran
Los sueños, los estados hipnóticos, los movimientos inconscientes, son en la conciencia sin que nuestro yo se esfuerce en ello. Sin duda, una
una nueva prueba de la existencia de las afecciones simples. Para des- preparación dura es indispensable para ganar la vida divina, y se
cubrirlas debemos identificarnos con nuestras modificaciones, asir sobre debe luchar para merecerla. Nada de quietismo. Se debe querer. Pero
el hecho los apetitos, las inclinaciones, el bienestar o el malestar orgá- una vez que la gracia interviene, la tranquilidad y la calma aparecen.
nicos, las impresiones perdidas o borradas, que sólo existen como im,pre- Para lograrlo debemos desear a Dios y rogarle. Más allá de nuestro
~;iones, sin fijarse en la memoria. Maine de Biran recurre al metodo razonamiento reina el «espíritu-amor, que sopla donde quiere». Esta
patológico para estab'..ecer mejor la realidad de ese género elemental antropología cristiana de Maine de Biran no es consecuencia directa
de sensibilidad, para concluir, después, que la afección simple es un de sus ideas anteriores; resulta de una nueva experiencia que se
modo positivo de la sensibilidad, que domina a una multitud de seres impone a un sistema poco preparado para recibirla, puesto que en su
vivos, y nos domina t<?mbién al principio de la vida, en el sueño, en la origen tenía una experiencia completamente diferente. Aunque la ex-
desatención, en los movimientos de debilitamiento de la voluntad. Ahora presión das tres vidas» no sea empleada por Biran, la idea se encuen-
bien esa vida afectiva inconsciente que late en nosotros recae. sobre tra completamente expuesta en una página de los Fragments relatifs
nue;tros sentimientos y sobre nuestros actos; está en el origen de las º
a la morale et a la religion. 1 y es para describir esta humanidad inte-
pasiones, de la simpatía y de la antipatía irracionales, y colorea la gral que en 1823 el Essai sur les fondements de la psychologie se trans-
vida mental con mil matices. La sufrimos como una fatalidad ciega Y forma en Nouveaux essais d'anthropologie. En renunciando al sen-
necesaria, pues crea en nuestra naturaleza una dualidad afectiva. Por sualismo de Condillac y a la fisiología mecanicista d~ Cabanis, en
lo demás, esos estados sensibles no tienen nada de mecánico; tampoco . restaurando el punto de vista psicológico de la interioridad y en rehabi-
provienen del alma pensante. Biran rechaza tanto la hipótesis meca- litando la noción metafísica de causa, en rechazando seguir la relatividad
nicísta como la animista y se adhiere a las tesis del vitalismo. De esa .·del conocimiento hasta el agnosticismo, Maine de Biran orienta su filo-
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sofía, y con ella su psicología, en un sentido evidentemente espiritua- Restauración, y en la Encyclopédie moderne, de los cu~les fue céle~re
lista. El espiritualismo de Biran es el de un espíritu encarnado. El para 1822 el título Cómo terminan los dogmas, y en el que explica
esfuerzo muscular une la fuerza hiperorgánica con la resistencia orgá- cómo la filosofía debe, en un futuro aún lejano, reemplazar a la deca-
nica por medio' de una relación concretamente indivisible. El hecho pri- dente religión cristiana. En 1826 tradujo los Ensayos de Dugald Ste-
mitivo biraniano, a diferencia del Cogito cartesiano, que da un pen- ward y los precedió de un prefacio que fue el manifiesto psicológico
samiento puro y no permite, en consecuencia, alcanzar directamente de la escuela ecléctica en sus comienZos; de inmediato tradujo la obra
al compuesto humano, da el yo con su cuerpo, evitando así el recodo de Thomas Reid, de 1828 a 1836, precediéndolas también de UD; prefa-
del ocasionalismo de Malebranche o la armonía preestablecida de Leib- cio que es como un segundo manifiesto que completa y corrige al pri-
niz, para encontrar lo que un yo auténtico jamás hubiera perdido. mero. Publicó además dos volúmenes de Ensayos, de los cuales el
Pero dejemos aquí el problema, porque ya desborda la psicología, y segundo comprende trabajos como Organisation des sciences phiwso-
acotemos que la influencia de Maine de Biran se ejerció no sólo sobre phiques y Distinction de 1.a psichowgie et de 1.a philosophii;.12 Repuesto
la escuela ecléctica, sino que cuando ésta perdió poco a poco su pres- en la enseñanza en 1828, fue titular de cursos de la Faculte des Lettr.es
tigio, todavía aparecen sus destellos en Ravaisson, y sobre todo vuelve de París y en el College de France. Su mala salud lo obligó, final-
a brillar cuando se enciende la reacción contra el positivismo. Tanto mente, a renunciar a los mismos. En la Cámara de diputados, para
es así que, presente en toda la psicología francesa del siglo XIX, sobre- la que fuera elegido y por el mismo motivo, su papel no estuvo a la
vive en el nuestro a través de hombres como Pierre Janet y Henri altura de su capacidad. La inclinación de Jouffroy por los problemas
Bergson. . psicológicos está en estrecha conexión con su vida misma y, sobre
todo, con el estado de su sensibilidad, profundamente agudizada por
3. Théod.o-re Joutfroy y Za escuela ecléctica. - Ninguna figura de la enfermedad. Es también cierto que en Jouffroy hay mucho del ro-
la psicología francesa novocentista despierta tanta simpatía como THio- mántico: el sentimiento de la naturaleza, el culto del entusiasmo, una
DORE JOUFFROY (1796-1842), tanto que su sinceridad como hombre y visión trágica de las luchas históricas de la humanidad, amor por la
como escritor contó con el respeto de hasta los adversarios más libertad horror por lo que se llamara más tarde aburguesamiento. Pero
decididos de sus tendencias filosóficas y políticas. Fue el primer psicó- no es ~enos cierto, como atestigua su Correspondencia, que J ouffroy
logo del eclecticismo, y quedó como el más notable entre todos ellos. era de una emotividad tan afinada y despierta como la de Maine de
Durante su infancia y adolescencia estuvo embebido por un sen- Biran aunque más lúcida, menos perturbada, menos atormentada por
timiento religioso y un sentimiento de la naturaleza igualmente inten- las p~siones y por su origen orgánico. La observación de sí mismo,
sos. Alumno de la École Normale de París, en en momento en que el practicada por Jouffroy sobre las tendencias y los movimientos internos
eclecticismo, filosofía oficial, comienza a florecer con Laromiguiere, de su propia vida mental, le hizo comprender cuán compleja es Y en
Roger-Collard y Victor Cousin, esas enseñanzas le produjeron una qué medida se la desfigura cuando se la transporta a nociones abstrac-
crisis de conciencia que describió en páginas célebres.u Su fe católica tas. La idea de Maine de Biran de que el psicólogo debe trabajar in con-
quedó destruida, pero el sentimiento religioso permaneció vivaz en él, creto fue fecunda para él. Su pensamiento no tiene nada de sistemá-
Y el problema del destino del hombre lo as~dió siempre, de tal manera tico; trabaja en profundidad y escudriña con insistentes y minuciosos
que a veces apenas enlaza con los temas que trata en sus cursos: la análisis en algunos puntos determinados del alma. Por lo tanto, lo
independencia y el carácter científico de la psicología, el derecho natu- único que puede hacer el historiador de la psicología frente a Jouffroy
ral y la estética, y todo ello profundamente marcado por un rasgo es reconstruir y construir.
peculiar de su carácter, que es duda y aristocrático desdén por las Jouffroy sufrió intensamente la influencia del eclecticismo naciente
afirmaciones totales y doctrinarias. «Los espíritus vulgares --escribe-, Y' P
articularmente de su jefe Victor Cousin; recibió así una idea
para quienes no hay prólogo, porque todo les resulta comienzo, pueden común a la mayoría ' de los'
psicólogos franceses de los comienzos de
introducirse sin dudas; es un privilegio.> Tomó parte en el movimiento la época contemporánea: la vida del espíritu es rica en actividades; la
liberal bajo la Restauración; por ser la École Normale, de la que para psicología sensualista, al reducirla a ciertas abstracciones y hacerla
entonces ya era profesor, foco de la oposición liberal, fue cerrada. En derivar de la sensación y de sus avatares, no comprendió su naturaleza.
respuesta dictó un curso privado en su casa, que fuera publicado por Los ideólogos mismos, aunque sucesores de Condillac, no pudieron
Damiron en 1843 con el título de Cours d'esthétique. Jouffroy es autor dejar de corregir su doctrina. Los filósofos del eclecticismo insisten en
de importantes artículos filosóficos en Le Globe, diario liberal de lll. la importancia de la atención, o sea de la actividad, que reivindican
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para el alma, y de aquí la teoría de las facultades del alma que Laro- los fundamentos del eclecticismo filosófico, y es a partir de sus premi-
miguiere fuera el primero de los eclécticos en elaborar (1811-1813), sas que se debe estudiar y comprender a Jouffroy. Intentemos, pues,
cuestión que será retomada y desarrollada hasta la saciedad por la .retmir los fragmentos de su psicología y sintetizarlos.
escuela. Además, la cruzada contra el sensualismo data de las leccio- La primera pregunta que Jouffroy psicólogo se plantea es: ¿cómo
nes de Roger-Collard, que tuvieron lugar entre 1811 y 1814. Roger- llegar a un conocimiento de los hechos psicológicos? La respuesta, dada
Collard oponía a la escuela de Condillac la escocesa, cuyos represen- por sus maestros eclécticos, le parece obvia: -por la observación interna.
tantes más ilustres eran Thomas Reid y Dougald Steward, de quienes Pero ésta debe ser educada, y además, cuando llega a la exactitud
Jouffroy tradujo las obras al francés. Sin duda, la famosa teoría esco- deja de ser subjetiva y, verificada por las observaciones de otros psi-
cesa de las verdades del sentido común es una de las doctrinas más cólogos ejercitados, da resultados precisos. Ahora bien, se pregunta
caducas de la filosofía, de las que se prestan con la mayor facilidad Jouffroy, ¿qué observamos en nuestra conciencia? Una complejidad
a cualquier crítica, pero Roger-Collard la apuntala con algunas ideas de ideas, de acciones, de sentimientos. Y al reflexionar descubrimos
que remontan al racionalismo, destacando la racionalidad de los prin- en esa complejidad un elemento invariable, el yo, y elementos varia-
cipios que la conciencia descubre en ella misma y que son, según él: bles, que son sus modificaciones. Entre la multiplicidad variable de
el ser, la duración y la causalidad. Así, en la bú~queda de las rela- éstos y el yo hay intermediarios: son las facultades mentales. Jouffroy,
ciones universales sobre las que reposa todo razonamiento, los ecléc- ,; que al comienzo y por influencia de los escoceses se centraba sola-
ticos, manteniéndose sobre el terreno del empirismo, retornan a Maine mente en el análisis de la conciencia, termina así por reconocer, remon-
de Biran. Pero es con Victor Cousin y su teoría de los cuatro siste- tándose a Descartes y a Biran, que el alma se siente directamente
mas (sensualismo, idealismo, escepticismo y misticismo) que se suce- como causa y como actividad. Provisto con su método de observación
derían y recomenzarían eternamente su ciclo, que el eclecticismo cobra interior, Jouffroy encuentra en la conciencia las luchas y los conflictos
verdadero cuerpo. Hombre de acción en el que prevalece el político del problema del destino. El sentido dramático de esos conflictos le
sobre el filósofo, Cousin, inspirándose en los metafísicos alemanes que inspira una .psicología muy vivaz y lo lleva a formular su teoría de
siguieron a Kant, principalmente en Schelling y Hegel, hizo corrientes las tendencias primitivas. Esto es tal vez lo más original de su obra,
las ideas vagas de un panteísmo racionalista, que buscaba en la natu- y parece continuar la doctrina de Biran sobre las afecciones sim-
raleza y en la historia la realización del pensamiento divino y confun- plés. rn Con los vitalistas admite que cualquier ser está organizado en
día· a Dios y al mundo. Después procuró reunir en un sistema la tra- función de una finalidad y que realiza, desde el comienzo de su vida,
dición platónica y la filosofía de Descartes, apoyándolo sobre el mé- movimientos adaptados para esa finalidad. y con independencia de su
todo psicológico de Biran. Por último procuró establecer una filosofía voluntad. Ahora bien, tales movimientos prueban la existencia de
nacional, que tendía a la conciliación del eclecticismo con la religión tendencias primitivas y de alguna manera instintivas en el ser vi-
católica. Cousin, como Maine de Biran, acuerda importancia primor- viente. Y son esas tendencias las que despiertan e impulsan a las facul-
dial a la psicología, o sea al estudio del acto consciente que se analiza tades mentales. Unas apuntan a la satisfacción de nuestras necesida-
en la observación interior y se ase sintéticamente por medio de la intui- des, otras nos acercan a los demás por una simpatía natural. Nuestras
ción reflexiva. De aquí que, tomado en sí, cualquier conocimiento es - facultades se adaptan a las tendencias primitivas.
primero espontáneo, para luego volverse reflexivo. La espontaneidad Pero para Jouffroy, desgraciadamente, el acuerdo armonioso no es
pertenece a todos. Sus actos, por provenir del inte°rior y no de afuera, de este mundo. En lugar de expandirse libremente, nuestras faculta-
son libres. La libertad no está únicamente reservada a la conciencia des no logran satisfacer las tendencias primitivas. Desde entonces se
rel1exiva, sino que también pertenece a la espontaneidad. El carácter ~ unen a los obstáculos y en ellos se retrasan. De aquí nace el dolor.
de espontaneidad de la razón garante_ su independencia. El pensamiento Atraída por este conflicto, la inteligencia procura arrancar al indivi-
es, por este hecho, actividad y libertad. Hay pensamiento en todas duo de las influencias variables de las circunstancias. Este ejercicio
partes. La conciencia nos revela la esencia del mundo: es como un da nacimiento a las pasiones, que, según Jouffroy, difieren de las ten-
microcosmos. Pensamiento, como afirmaban los antiguos, implira orden. ,: -~ dencias primitivas y sólo se desarrollan por los acontecimientos com-
Las categorías son ideas directrices propias de la razón universal Y plejos que acabamos de reseñar. Por otra parte, las pas'iones única-
dirigen, en consecuencia, toda organización. Cousin las reduce a dos: mente persiguen el bien sensible. Son esencialmente inestables, se com-
la causalidad y la sustancia, que se encuentran unidas en el espíritu baten, provienen de las impresiones sensibles y se complican por la
y nos están dadas en la conciencia. Tales fueron en sus grandes rasgos interacción de la inteligencia. Para clarificar esta teoría, J ouffroy nos

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dice que el egoísmo pertenece al sistema de las pasiones, mientras que representación completa: el humo de una chimenea, percibido en el
la simpatía nace de las tendencias primitivas. La inteligencia, a su bosque, a través de los árboles, evoca el almuerzo familiar. Este último
vez, combate la$ pasiones y les opone su ley, la ley moral. Ahora bien, género de asociación nos permite comprender el verdadero carácter de
entre las tendencias primitivas de nuestra naturaleza y la ley moral las asociaciones en· general: reposan sobre la ley de que todo, en la
existe acuerdo. El conflicto sólo existe con las pasiones. esfera de nuestras asociaciones, es simbólico. Una sensación sólo es un
Ya dijimos que para .Jouffroy, entre la multiplicidad de nuestras símbolo que despierta en nosotros un conjunto de ideas. Pasamos de
modificaciones y nuestro yo, se encuentra intercalado un sistema inter- los símbolos sensibles a las realidades racionales latentes debajo de esos
medio: las facultades mentales, que considera como verdaderas capaci- símbolos. Aunque la sensación dé lugar a imágenes o se una a leyes
dades del alma. Tenemos el poder de dirigirlas; jamás se interrumpen lógicas, únicamente es un símbolo. El trabajo del pensamiento consiste,
en su actividad, pero adquieren dos aspectos diversos, según que la . para Jouffroy, en adivinar la vida escondida de las cosas, el principio
más elevada entre ellas, la facultad personal b dirección de lino mismo espiritual que vive .por debajo de las apariencias. Una sola cosa está
intervenga o no. J ouffroy no realizó ningún estudio sistemático de las hecha para sorprendernos: y es que nosotros, que somos espíritu, no
facultades y se dedicó de preferencia a los efectos de los sentimientos. asimos directamente al espíritu. En todo caso lo adivinamos, lo bus-
No obstante, trazó un cuadro de las facultades mentales, que serían, camos en todo aquello que se nos presenta. El espíritu es unidad,
a su criterio, seis: 1) la facultad personal, o dirección de uno mismo, y unidad racional. Es el espíritu, y no la materia, lo que permite
y que corresponde a lo que es común llamar voluntad y libertad; comprender el orden, la memoria, la duración, la asociación. Reconozco
2) las tendencias primitivas (o inclinacicmes primitivas) , y que serían el orden espiritual de las cosas, afirma Jouffroy, porque llevo el orden
anteriores a cualquier experiencia; 3) la facultad locomotriz; 4) la facul- espiritual en mí pensamiento. Si en un principio J ouffroy admitía que
tad expresiva (lenguaje, mímica) ; 5) la sensibilidad, con sus reacciones solamente llegamos al orden espiritual por los rodeos del análisis, final-
Y las pasiones; 6) las· facultades intelectuales. Este ensayo de clasifi- mente proclama 15 que alcanzamos· directamente la causa que llamamos
cación fue punto de partida para numerosas tentativas del mismo gé- yo, y que nuestra conciencia ase, por una especie de. intuición inme-
nero, pero la división que prevaleció dentro del eclecticismo fue la diata, algunas verdades racionales, como por ejemplo el bien.
tripartita que empleaba Víctor Cousin: inteligencia, sentimiento y vo- La escuela ecléctica, que llegó a ser preponderante en la enseñanza
luntad. y que mcluso recibió el favor del poder bajo la· Restauración, no dio
Entre las cuestiones que los psicólogos .ingleses habían puesto de paso a ideas psicológicas nuevas y terminó por extinguirse, tanto en el
moda, una de las más curiosas era la asociación de ideas. El asocia- campo filosófico como en el psicológico, en la indiferencia. Sus apolo-
cionismo sólo penetrará en Francia con Taine y Ribot, pero Jouffroy, gistas le reconocieron servicios defendiendo las ideas espiritualistas
que conocía los principios de esa teoría; dedujo otra más completa y contra los mecanicistas y por su apego pertinaz a cuestiones de historia
más profunda que podría llamarse simbolismo.14 Jouffroy considera de la filosofía. Pero la verdad es que, a pesar de espíritus sinceros
que para examinar bien las relaciones entre nuestras ideas no basta como Jouffroy, el eclecticismo representó al oportunismo político en
con reducirlas a dos o tres leyes de asociación mecánica. En efecto, la filosofía, y viceversa, y en psicología terminó por elevarse a la me-
he aquí diferentes tipos de asociación, que no pueden ser descuidados: tafísica, principalmente con PAUL JANET (1823-1899), su último repre-
1) la asociación natural e instintiva de la expresión con la emoción que sentante,16 y, considerando ese pasaje como legítimo, alcanza el idea-
traduce; es tan verdadera que la vista de algunas actitudes, de algunos lismo o, con mayor exactitud, se aproxima finalmente al espiritualismo
movimientos expresivos basta para sugerirnos con exactitud el sen- integral de Ravaisson, que termina por absorber al eclecticismo y que
timiento a que corresponden; 2) siguen las asociaciones universales y ejercerá, por su sola autoridad moral, una influencia que la escuela
necesarias, que están determinadas por las leyes del pensamiento: tal de Cousin asentaba demasiado a menudo en las razones de una autori-
es la relación que no podríamos evitar de establecer entre cualquier dad menos filosófica: la política de la reacción.
hecho y el lugar, el tiempo, la causa de que depende; 3) otro género
de asociación casi tan universal y necesario comprende la semejanza, 4. Auguste Comte y el positivismo. - Lo corriente en las historias
el contraste, la relación de la parte con el todo; 4) es leg!timo destacar de la psicología es omitir el nombre de AuausTE COMTE (1798-1857)
las asociaciones que son propias de ciertas épocas y pueblos, como la de la lista de los renovadores de la psicología en el siglo XIX. A lo sumo
asociación del duelo con el color negro; 5) ·por último están esas aso- y de pasada se le reprocha de haber excluido la psicología de su cuadro
ciaciones en las cuales un detalle sugiere una escena y nos lleva a su de los conocimientos humanos, de haberla asimilado con la biología y
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la sociología, finalmente de haberla reducido a convertirse en una curaba combatir la tesis de las ideas innatas. Comte no suprime la
aplicación de la frenología.17 Estos reproches no están justificados, observación in~erna, sino que la limita. A lo más, para él, tiene valor
porque en primer lugar lo que realmente despreció Comte fue la psico- documental, e incluso desde este punto de vista debe ser completada.
logía de la escuela ecléctica, y fuera de las exageraciones de la polé- Para llegar a una concepción explicativa y científica de la vida mental
mica, con fuertes matices políticos, en su obra se encuentran indica- se requiere, según Comte, estudiarla tanto en sus relaciones con el
ciones útiles que psicólogos posteriores supieron aprovechar. ¿Cuáles organismo como con la vida social En el primer caso, la actividad
son, en pocas palabras, . esas indicaciones? Comte destacó como pocos mental se descompone en funciones distintas, psicofisiológicas, locali-
el interés de la comparación de las facultades· mentales de los animales zadas en el c~rebro, y obedece a las leyes de la biología. En el se-
y del hombre; demostró que los sentimientos y las pasiones brindan gundo c~so está detei:mmada por una actividad funcional superior que
el contingente más importante de datos psicológicos y que· el interés la ~~nstituye y 7xpbc~: la Humanidad. De este modo, los métodos
de su estudio supe:ra al de las funciones puramente intelectuales; fue positivos de la ps1cologia no serán metafísicos, sino biológicos y socia-
uno de los primeros en preconizar la patología mental; por último, hizo les. Tomemo~ ~or caso la voluntad; en lugar de relacionarla, como
ver lo que se podía sacar del estudio de los productos del trabajo men- ~:en los 7cl:c~1cos, con una en~idad abstracta, se partirá de la irrita-
tal, lenguaje, ciencias, artes, religiones. Si se toma. debida cuenta de b~1d~~ fis1olog1~a y se ~reguntará cuáles son los movimientos quer
su filosofía sintética y del Syste~ de politique positive, se debe adju- p~unitivamente mvoluntar1os, se vuelven voluntarios, e inversamente. Lo
dicarle la noción de un sujeto universal, la Humanidad, noción que mismo vale para la sensibilidad. En cuanto a las funciones centra-
influyó directamente sobre la idea de un pensamiento colectivo y social, l~s, Comte estima que cada una de ellas corresponde a un centro ner-
idea psicológica en fin de cuentas, que desarrollaran :G:mile Durkheim vioso, per~ rec~noce que _exigen siempre la sinergia de varios centros
y Lucien Lévy-Bruhl. En suma, la influencia de Comte, desde ·el punto Y que es imposible, por eJemplo, localizar las disposiciones naturales IS>
de vista psicológico, fue real; tanto por su negativa de incluir la psico- Además, ~ara. el estudio de las pasiones recurre al testimonio directo
logía eri el cuadro de los conocimientos humanos y la polémica que d; la con~1~ncia, Y para el de las disposiciones recomienda la monogra-
despertó, como por su influencia filosófica sobre psicólogos que traba- ~· Por ultu~o, lo esencial de la vida mental es para Comte lo impul-
jaron al margen de cualquier escuela, como Taine y Ribot. sivo. Las pasion.es desbordan la inteligencia. La causa se debe buscar
Los eclécticos proclamaban la observación interna como único mé- ~n 1~ esp?ntan~1d~d de la vida. De aquí que considere erróneo oponer
tode> legítimo de la psicología. Comte la rechaza, se afirma corriente- mtel~genc1a e mstn:to.. T~ es instinto. Cualquier impulsión, aunque
mente, pero ¿es esto verdadero? La observación. interna, afirma Comte, sea intelectual, . es mstintiva. Hay más instinto todavía en el hombre
no es posible, puesto que, en los fenómenos intelectuales, el órgano ~ue .en l?s anunales: Por el contrario, éstos poseen igualmente la
observado y el órgano observador son idénticos. Pero, se apresura a mtehgenc1a, ~ue con.s1ste, par~ cualquier ser viviente, en modificar su
agregar, la doctrina de las localizaciones cerebrales nos enseña que no conducta segun las circunstancias. Lo esencial, el fondo de la vida men-
ocurre lo mismo con los fenómenos afectivos, que transcurren en una tal, e~, pues, el instinto. Existe una variedad indefinida de instintos
parte del cerebro distinta que los fenómenos intelectuales.is De donde q.'1e difieren segú~ l~s individuos. Las pasiones son su expresión cons:
la observación interna, errónea para estudiar la inteligencia, es exce- ciente. El predo~llllo. que Comte concede a los instintos arranca di-
lente para la sensibilidad y las pasiones. Esta concepción comtiana rectamente de la 1~ea de espontaneidad biológica, propia del vitalismo
equivale a decir que no vemos pensar y que la observación interna q.~e Co~te defend~a. Para nuestro autor no hay yo unitario, ni fun-
no nos permite descubrir· en nosotros facultades, ni yo-causa, ni ideas c1~n ~nificado;a,_ n1 asiento cerebral para semejante función. La vida
suprasensibles, sino que es legítima cuando se trata de describir la p~1q~ica es m~tiple. El cuadro que da la Politique positive comprende
vida consciente tal como la comprobamos en nosotros mismos. Otro dieciocho fu~c1ones men!81es, que son psicofisiológicas. La unión entre
reproche de Comte es también para el método de los eclécticos: al ellas se realiza por medio de Jas nociones biológicas de sinergia y de
vaciar la conciencia para asir el yo en situación de pensar, no se ase consenso. _Este equilibrio es el que se traduce,. en la conciencia, por el
:nada. Sin duda la objeción es justa pero incompleta, pues debió decir yo, que . sunplemente es el sentimiento de simpatía y de sinergia de
que una observación interior dirigida en ese sentido no ase ni yo ni las func~ones, y del cual también están dotados los animales. Cantidad
ideas, sino lo que después se llamó sensaciones internas. Al afirmar de funciones mentales no se encuentran .en el grupo de h h · "
dcno in d . . ec os que
que la observación interna sólo es accesible al adulto sano y que no m, a e. concienc1~: son, pues, inconscientes. El consenso y la
da axiomas lógicos, Comte estuvo en lo cierto. Con esta objeción pro- armoma provienen, segun Comte, de la finalidad orgánica; pero, por
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otra parte, dependen de la vida social. La evolución social aumenta y de la organización de los conocimientos. En cuanto a la cuestión de
el papel de la razón y del equilibrio. Pero a partir de 1851 las cues- las probabilidades, en las que Comte, y con él el positivismo, veían
tiones biológicas. pasan a ser un suborden en el sistema d: Comte, y simplemente fantasías, Cournot la considera fecunda, tanto para las
entonces, para determinar los caracteres de la inteligencia, recurre matemáticas como para la filosofía. Destaca la importancia del pro-
a sus manifestaciones colectivas. La teoría misma de las localizaciones blema metafísico del orden, cuya prueba encuentra en las considera-
cer?brales s~ ded~cirá de las funciones mentales fijadas por la vida ciones que hace sobre el racional, el viviente y el azar.
social. La psicologia de Comte ofrece de común con la de los eclécti- El punto de partida psicológico de Cournot está, precisamente, en
co~ que, como ellos, admite varias funciones irreducibles en la men-
20
la importancia de la idea de orden y de la complejidad del problema
talidad. Pero esas funciones, para el fundador del positivismo, no son . de las relaciones entre el orden lógico, el orden nacional y la vida.
las facultades o poderes de un alma unitaria; su pluralismo es abso- Desde luego, el arden lógico y el orden racional no se confunden. El
luto: cada una de esas funciones está localizada en una esfera deter- primero reside en la estructura de las demostraciones; el segundo, en
n_iinada del c~reb~o. Sin embargo, hay acuerdo entre ellas, que con- su valor. El orden lógico. puede coincidir en algunos puntos con el
siste en la sinergia funcional. El error fundamental de Comte, que orden raciOnal, pero éste lo domina y lo controla. Pero, ¿cuál es la
en este aspecto habla con una· modernidad sorprendente está en lo- relación entre esas dos formas de orden y la vida? Lo que es viviente
calizar funciones muy complejas y de contentarse con eÍ sistema de escapa a la demostración; a menudo incluso es imposible asirlo por-
los frenólogos. que es lo inesperado, lo instintivo. Por consiguiente, entre orden lógico
y vida hay una exclusión necesaria. Esto es lo que comprendemos,
.5: Antoine-Augustin Cournot y la oposición probabilística al po- afirma Cournot, 22 cuando comparamos con el orden viviente los medios
sitivismo. - Inspector general de instrucción pública, ANTOINE-AUGUS- a los que recurre el orden lógico, y particularmente el sistema lógico
TIN COURNOT (1801-1877) fue uno de los primeros pensadores en estu- de signos que constituye el lenguaje, en tanto que se aproxima gra-
diar de modo crítico las nociones fundamentales de las ciencias lo dualmente a un sistema científico de relaciones. El lenguaje científico
que ~oy denominamos epistemología. De Kant y de Comte cons~rva es artificial, discontinuo; para aproximarse a la vida se requiere que
la tesis de la relatividad del conocimiento y la imposibilidad de alcan- una lengua conserve lo que tiene pe flexible, de natural, y que el
zar la esencia de las cosas. En su primera obra, Exposición de la teoría sentido de las palabras varíe con lo que procuramos evocar; ahora
de las suertes y de las probabilidades, publicada en 1843,21 Cournot bien, ritmo interior e imágenes son algo muy distinto de las relaeiones
presenta la certeza de un conocimiento como limite con relación al abstractas.
cual se escalonan los diversos grados de probabilidad. Como Comte De aquí que en las ciencias mismas se deba establecer una distin-
aparte de ~ompartir el relativismo,, Cournot se interesa por los pro~ ción entre la abstracción artificial o l6gica y la abstracción racional.
b~em~s ~ociales, ?:fiende una filosofia científica, está imbuido de biolo- La primera no corresponde al orden real de las cosas: así la noción
g1~ vitalista y critica con igual aspereza al eclecticismo y su psicología. de constelación es artificial, como lo es también y en otro orden de
Difiere del fundador del positivismo en todo lo que es esencialmente ejemplo la noción de lecho de un río. Pero la abstracción racional
personal Y constituye tanto un estilo de vida como de pensamiento devuelve el orden real de las cosas. No tiene' nada de artificial, pero
Comte viv~ó retirado, manteniéndose apenas con funciones que n~ no lleva, aclara Cournot, y contra lo que pensaba Cousin y el eclec-
correspo1:dí~n a su valor, para vivir, finalmente, de las contribuciones ticismo, hacia lo absoluto; Un conocimiento racional, agrega, asienta
d? sus d1sc1pulos. Cournot, por el contrario, tuvo un cargo estable y sobre una probabilidad, o sea un haz de relaciones verdaderas que
bien remunei;ado, y numerosas relaciones. De estilo menos pontifical nuestra razón ase de una vez y que explican las cosas. Pero el orden,
d~ mente mas flexible, no soñó siquiera con ·reformar la humanidad 1a razón de !as cosas, no se obtiene por medio de la abstracción y de
n~ _con fundar una nueva fe. Para Cournot no existe la palabra cdefi- 1a generalización aplicadas a las sensaciones, como enseñan los empi-
mtivo»; su razonamiento es libre, a veces fantaseador; evita constan- ristas. Y en consecuencia, Cournot recurre a la psicología, y pasa re-
t~mente la doctrina y deja libertad de interpretación al lector. Inclu- vista a los diferentes géneros de sensaciones para demostrar que el
,sive en las cuestiones esenciales de su filosofía huye de los pensa- sistema de nuestras ideas racionales no está modificado por la supre-
mientos. inmovilizados en fórmulas. Los rasgo~ más típicos de su sión de algunos géneros de sensaciones ni por la sustitución de un gé-
i;>ensanuento ·son la, .distinción entre ciencia y filosofía, asignando a nero de sensaciones por otro. De este modo, los ciegos y los daltónicos,
esta el papel de critico de las nociones fundamentales de la primera que pueden servir de ejemplo para esta supresión o esta sustitución;
472 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 473

poseen lcis mismos principios de geometría que los individuos dotados lidades sensibles, generalmente designadas como secundarías, son en
de visión normal. Cournot hace de estas consideraciones. sobre las realidad irreducibles. Por ello, Cournot sustituye la división tradicio-
que retornará muchas veces en su obra, gala de un racionalismo asen- nal con la de cualidades fundamentales y cualidades derivadas, que
tado sobre el máximo de probabilidad, y recurre al análisis psicológico. basa en el estudio de las prqpiedades de los cuerpos. Para Cournot
El probabilismo racionalista de Cournot asienta en que al establecer se debe renunciar a explicar la naturaleza por un análisis equivocado
las verdades científicas no recurrimos a una razón impersonal o a de la sensación, y por ello establece la cualidad fundamental y la deri-
una facultad de lo absoluto, sino que una explicación posee más o vada. Mas, ¿cómo determinarlas? Por medio de la investigación de
menos probabilidad de ser verdadera según· su simplicidad y según relaciones exactas. Así, una cualidad fundamental se reconoce PC?r su
su coherencia con el conjunto sistemático de nuestro saber, puesto que mayor persistencia, y una derivada porque es inferior en valores a los
el acuerdo de la razón consigo misma es de rigor. Pero, ¿por qué no caracteres obtenidos de su composición química. En los Essai da nu-
asimos realidades absolutas? Porque el real presenta una extraña com- merosos ejemplos, porque se trata, opina Cournot, de proceder así
plicación. funcional: Puede ser fácil remontar una serie de causas, pero para buscar cuáles son las relaciones. unitiersales, y quita directamente
no explica lo que es: el real consiste en múltiples combinaciones de a la psicología los derechos que le acordaban los sensualistas y los
series de causas, que pareciendo independientes unas de otras, sin eclécticos. En cuanto a las nociones directoras de tiempo y de espacio,
embargo se encuentran y concurren para producir tales o cuales acon- para nuestro autor no dependen de datos sensibles, porque sobre ellas
tecimientos, como por accidente y sin que podamos prever la aparición. se pueden crear construcciones científicas a priori, como la geometría
Tal es lo que Cournot llama azar.za Mas la noción de azar de Cournot, y 1a mecánica racional. Tampoco las considera formas subjetivas' de la
al contrario de la de Nietzsche, no es la de un azar absoluto en un sensibilidad, como postulaba Kant, porque en ellas encontramos más
universo donde todo se produce por impulsos instintivos, 1.ibres de bien la ley que rige las cosas exteriores en razón de las· cuales se
cualquier atadura racional explicable. Para nuestro autor, el azar no producen en nosotros las sensaciones. Se requiere, por consiguiente,
es un absoluto; Dios podría muy bien tener en sus manos «las cadenas para asir su alcance, aplicarles el análisis y buscar sus caracteres esen-
de condiciones y de causas secundarias>,24 por independientes que sean ciales. Se nota entonces que la idea de tiempo precede a la de espacio,
·unas de las otras. El azar, por consiguiente, tendría sus· leyes, y el puesto que el espacio sólo se adquiere por series de exploraciones
racionalismo de Cournot se completaría de este modo por lo alto. En que implican sucesión y, por consiguiente, tiempo. Pero al comienzo
cuanto a la explicación de la vida, Cournot prefiere el azar a las doc- la idea de tiempo es confusa y se precisa gradualmente por la de espa-
trinas que interpretan las cosas por combinaciones ciegas de elemen- cio: el espacio alinea los fenómenos. Posterior a la idea de tiempo, la
tos mecánicos; para él, todo lo que es viviente es inseparable de la de espacio se aclara primero y aclara la otra. La idea de tiempo obtiene
finalidad, y al mismo tiempo no está libre de azar. Para Cournot, el ventaja de esto en el sentido de que la medida a que se aplica es más
mundo, la vida, son el producto de un cálculo de probabilidades racional que el proceder de superposición, que sirve de medida al
divino. Paralelamente, nuestra ciencia es una adivinación racional de espacio y que es todavía grosero. En efecto, se estima que un fen6-
las probabilidades cuya disposición compone el universo, y para llegar meno, al reproducirse, toma el mismo tiempo la segunda vez que la pri-
a esto nuestra razón debe ayudarse con cierto número de nociones mera, cuando las circunstancias que lo determinan quedan las mismas.
directoras. Según el orden deductivo del Traité, al que prepararon los Cournot concede a la vida lugar importantísimo y son muchas las
análisis del Essai, esas nociones serían el _género, el número, la cuali- consíderaciones psicológicas a que eso lo lleva. La reacción del alma
dad, la cantidad; el tiempo y el espacio; el movimiento; la esencia y contra las abstracciones que parecen contrarias a la vida da lugar a
el accidente, y la fuerza. Y no se trata de nociones innatas, ni tam- una concepción superior al racional y que en la última de sus obras
poco provienen de los sentidos. filosóficas 211 denomina transracionalismo. Para él, hay en nosotros algo
Para establecer estas nociones, Cournot recurre al análisis psico- más que la inteligencia; es lo que se puede llamar el alma. Cantidad
lógico. Combate la distinción admitida desde Locke entre las cualida- de hombres poseen una inteligencia cultivada, pero un alma débil. El
des primarias de la ·sensación y las cualidades secundarias, y estima alma es el instinto superior que llevamos, el principio divino. De estf!
que más bien son estas últimas las que deben denominarse primarias; modo son las necesidades del alma las que nos incitan a creer en otra
en efecto, afirma, no somos capaces de explicar por qué los rayos me- vida. Pero no cabe duda, agrega, que se deben evitar las contradk-·
nos refrangibles nos hacen percibir una sensación de rojo y no otra, ciones entre las creencias del a.lnia y el pensamiento racional. Tome-
ni por qué algunas sustancias químicas nos dan sabor ácido; Esas cua- mos por ejemplo el problema de la vida futura. Es contrario a la razón
474 ALBERTO L. MERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 475

localizarla tanto en el centro de la tierra como en los espacios situados lo inesperado, el azar. Fuera de estas consideraciones, que nos esfor-
más allá de la Vía Láctea, pero no es contrario a la razón admitirla .zamos por transponer en proposiciones simples, la obra de Cournot
libre de las condiciones de los fenómenos sensibles. está plena de observaciones, de sugerencias, de detalles preñados de
Por lo démás, es obvio destacar que las ideas psicológicas de Cour- interés para el psicólogo, y que le son sugeridos por la historia, la
not destrozan las del eclectiéismo. La observación interna sale muy política, las costumbres. Sin duda, y con relación a esto, hay en el
mal parada de sus críticas: la atención que presta el psicólogo a la legado de Cournot una complicación demasiado grande para ·que una
conciencia transforma los hechos que de ella pretende obtener; más exposición sistemática la contenga. Además, la imposibilidad de eli-
aún, lleva al estado consciente fenómenos psíquicos que, normalmente, minar el azar, presente en todo y en cualquier momento del pen-
tienen resonancia en la vida mental pero permaneciendo fuera de la samiento de Cournot, hace imposible semejante tentativa. No tenemos
conciencia. Y en limitándonos a ésta, la variación perpetua que en ella derecho, ni siquiera como historiadores, de simplificar lo que no es
se manifiesta no es una condición favorable para la observación cien- simple, y, en respetando la vida propia de cada cosa, debemos limi-
tífica. Por último, los fenómenos superiores, las ideas, escapan a la tarnos a destacar la contribución de nuestro autor a una psicología
observación de uno mismo: pertenecen a la vida colectiva. Cournot va concreta dentro de la línea que, desde Montaigne, los psicólogos fran-
todavía más lejos, pues acusa al análisis psicológico en general de ceses siempre ilustraron.
transformar en abstracciones la vida" mental. Locke es el primer culpa-
ble. Este análisis está condenado a des·cribir; jamás explica. Cuando 6. Charles Renouvier y el idealismo psicológico. - Nacido en 1815,
se arriesga más allá, erige sus abstracciones en principios, como lo muerto en 1903, CHARLES RENOUVIER vivió todos los avatares de los
hace la teoría de las facultades del alma. O todavía, invocando el sen- diversos regímenes que tuvo la Francia en centuria tan azarosa para
tido común, que .toma Ia ballena por un pez, ¿procede mejor cuando su política como fue el siglo XIX, y de la ignominia y el sometimiento
se trata de la psicología? ¿Y con qué reemplazar la psicología ecléc- o la colaboración que mancilló a tantos intelectuales de la época quedó
tica? Cournot propone dos psicologías: una biológica y otra racional. ileso. Conservó siempre el ideal republicano y democrático al que se
La psicología biológica 26 es admisible, pues el más simple de los fenó- había adherido en la adolescencia. Apasionado de las reformas sociales,
.menos psicológicos, la sensación por ejemplo, es de por sí muy com- estuvo en las barricadas de la Commune, y con los mejores hombres
plejo, y porque la vida psicológica asienta sobre una vida animal muy de 1848 supo sobreponerse al descorazonamiento que hizo presa de
extendida. Por ello, Cournot rechaza la tesis cartesiana de una ·sepa- tantos después del fracaso de la Revolución. Su filosofía se inspira en
ración neta entre las acciones de los animales y la conciencia humana un profundo sentimiento de libertad, y desarrolló sus ideas sin tener
y sostiene, por el· contrario, que de la vida consciente existen infinidad en cuenta otra autoridad que la de su conciencia. Entre los pensadores
de grados. ¿Se conocerá mejor la conciencia interrogando la organiza- de. su tiempo lo fue en la verdadera acepción del término. Concluía
ción del sistema nervioso? Cournot no lo cree, y en resumen asigna sus estudios. en la École Polytechnique, donde había encontrado a
como finalidad de la psicología biológica el conocimiento de la jerar- Auguste Comte como pasante de análisis trascendente y de mecánica
quía de las funciones. En cuanto a la psicología racional,27 asienta sobre racional, cuando en 1836 la lectura de los Principes de Descartes lo
el hecho de que las ideas~ no dependen de la organización sensible, inclinó por la filosofía, llevándolo a estudiar casi con desesperación las
como vimos antes sino que, para formarse en el individuo, requieren obr.as de Spinoza, Malebranche, Leibniz y Kant. Este último ejer-
un mediador, el ~edio social. El hombre formado por el medio social ció profunda influencia sobre su pensamiento. De 1839 a 1844 se
no se asemeja al hombre tomado .desde el punto de vista biológico. dedicó de preferencia a la historia de la filosofía, publicando un
Un hombre ilustre, representativo de una época, es el reflejo de esa Manuel de philosophie moderne (1842), seguido de un Manuel de phi-
época y no de los elementos anatómicos que lo componen. Razón Y losophie ancienne (1844). Como historiador, Renouvier est'á lejos de
saber no dependen de la edad del cuerpo, como es el caso para otras los compiladores; lee los escritos de los filósofos, trata de asimilar su
manifestaciones psíquicas, como la sensibilidad, la imaginación, las pa- razonamiento, de rehacerlo con ellos, y se esfuerza por penetrar su sen-
siones o la exaltación, que están en más estrecha conexión con el tido exacto. En 1848 publica el Manuel républicain, que provoca un
organismo. Para Cournot, el elemento intelectual no asienta, como escándalo político; el ministro que lo había adoptado tuvo el honor de
estos últimos, en las leyes de la vida, y lo que es lógico constituye una ser expulsado de la Cámara de Diputados por los reaccionarios. Des-
especie de mecanismo superior. Entre el- mecanismo de abajo Y el de pués de la proclamación del Imperio, Renouvier se dedicó exclusiva-
lo alto se extiende el inmenso dominio del viviente, en el que reina mente a la filosofía, sin abandonar por ello su ideal político. Hacia el
·.
476 ALBERTO L. MERA.NI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 477

fin del reinado de Napoleón III se retiró al sur de Francia,· y allá vivió ocupa el puesto central en el sistema neocriticista y aclara el resto.
hasta su muerte. De 1854 a 1864 publicó cuatro Essais de critique ~é'né­ En cuanto a la conciencia reflexiva, que es la base del análisis, Re-
rctle: Logique, Psychologie, Príncipes de la Nature ~. Introductum et nouvier la explica afirmando que, además de tener conciencia de nues-
la philosophie analytique de l'histoire. En 1869 aparec10 ~u important:e tras representaciones, también la tenemos de sus relaciones. Para hacer
obra sobre la Science de la morale. En 1875, los dos primeros Essaia .ru análisis se debe recurrir a la introspecci6n y sin que haya otro me-
aparecieron de nuevo, considerableme:i~e ~orregid~s Y. aumentados. dio posible. Pero es insuficiente describir y clasificar las representacio-
En 1886 publicó el Esquisse d'une clasStfication sys~ematiqu~ des doc- nes, pue~ se requiere explicarlas, o sea someter a las leyes universales
trines philosophiques. Los últimos años de Renouv1er estuvieron ocu- de la conciencia la representación que el hombre se forja de sí mismo.
pados por lo que denominó el Personalismo, doctrina cuyo desarrollo se Estas leyes son las categorias, y aplicándolas a la vida mental se definen
encuentra en la Nouvelle Monadologie, en el Personnalisme, en los sus funciones. Este análisis es imprescindible, porque las representa-
Dilemmes de la métaphisique pure, y en Histoire et solution des pro- ciones son fenómenos compuestos, síntesis. El yo mismo es un con-
blemes métaphysÍques. Renouvier también publicó otros trabajos, e~tre junto de representaciones unidas entre ellas y con los fenómenos orgá-
ellos dos volúmenes sobre Hugo le Poete (1893) y Hugo le Philo- nicos, de manera que presentan una cierta permanencia. Para Renou-
sophe (1900). Fundó la revista que sería más af.amada en el mun~o: vier no hay entidad ni sustancia; tampoco facultades del alma. Las tesis
L' Année Philosophique, y también la Critique philosophique, segwda eclécticas no cuentan. Todo lo que· se puede comprobar son funcionea
por la Critique religieuse como suplemento. Este hombre, que fuera el mentales, entendiendo por ellas variaciones que afectan algunos grupos.
honor de la filosofía francesa en el siglo pasado, no tuvo acceso a la de representaciones en .sus relaciones con otros grupos. En aplicando
Universidad por su republicanismo y amor a la libertad, Y solamente las categorías a la vida mental se obtiene: 1) que conforme con la
fue recibido en la Académie des Sciences Morales et Politiques en su categoría de relación, nada se presenta bajo forma absoluta a la con-
vejez cuando cumplió los.ochenta y cinco años. Renouvier no fue úni- ciencia, sino que todo es relación; 2) que la personalidµ,d nos hace
came~te un gran te(írico y el fundador de una escuela filosófica nueva, comprender que todo está, para nosotros, representado, o sea relacio-
el neocriticismo francés; nunca perdió de vista el bien Y el bien~star nado con una conciencia personal. Entre estas dos categorías extremas,
colectivo. Tenía, con respecto al pasado y al porvenir de. la humanidad, las otras también se aplican a nuestras representaciones; 3) puesto que
una teoría muy personal, la teoría del ~estado de guerra» Y de los ctres según la cantidad enwneramos todos los fenómenos, nos los represen-
mundos». Imaginaba que la humanidad había vivido, en sus primer03 tamos bajo la relación de unidad, de pluralidad, de totalidad; 4) que
tiempos, en un estado de felicidad durante el cual dominaba a las la posición nos las presenta bajo la forma de figuras y de distancias: a la
fuerzas físicas. Pero habiendo cedido los hombres al orgullo Y dero- categoría de posición corresponde la imaginación; 5) por la sucesión,
gado la justicia, siguió el estado de guerra, esto es, el reina~o del , la conciencia es memoria y previsión; la memoria puede traducirse
egoísmo y el dominio de las pasiones. Tales fueron los dos primeros tanto por la asociación de ideas como por la memoria voluntaria, que
mundos. El filósofo estaba convencido de la necesidad de transformar ubica los recuerdos; 6) que la cualidad distingue sujeto y atributo,
las conciencias y de ayudar al advenimiento de un estado nuevo, bajo encadena los términos, crea signos, y se manifiesta en la vida cons-
la autoridad moral de la razón: ése sería el tercer mundo. Para ser ciente por la función de razón; 7) que el cambio o devenir se traduce
justos debemos destacar que en esto, co!11o en muchos a~ecto~ socia- por la transición o encadenamiento de lÓs pensamientos; 8) que la
les de su pensamiento, Renouvier esta profun?amente mflui.~o por causalidad, en el espíritu, se llama voluntad; 9) que, por último,
muchos de los grandes socialistas que vivieron baJO la Restaurac1on Y el la finalidad o fin rige las tendencias. Pero la conciencia es sobre todo
Segundo Imperio, particularmente por Saint-Simon, Fourier, Proudhon personalidad o libertad. Este sistema está orientado contra los empi-
y Louis Blanc. Renouvier tomó de ellos muchas ideas fecundas sobre ristas, especialmente los positivistas, que se contentan, según Renou-
el desarrollo de la humanidad y la organización de la sociedad. vier, para explicar por una parte la conciencia, por otra las leyes de
Lo esencial del pensamiento psicológico de Renouvier es objeto los fenómenos, con recurrir a la asociación de ideas y al hábito, sin
del segundo Essai de critique, esto es, la Psychologie, aunque sus.,, que en su hipótesis haya certeza científica. Las categorías, sostiene Re-
conceptos deben ser completados con ideas y nociones que se encuen- { º nouvier, se ejercen, y por el contrario, en ·razón de la experiencia, pero
tran en otros de sus escritos, principalmente los del último período, ·.no derivan de ella. Salen del espíritu, pero no de la razón impersonal
Monadologie y Le Personnalisme. Su psicología es racional, .o sea que, !lUe imaginaban Cousin y su escuela, sino de un espíritu que es a la
asienta sobre el análisis reflexivo. Desde el punto de vista filos6ficQ, yez razón, pasión, voluntad, o sea de un espíritu individual y concreto.
478 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 479

Renouvier reformó varias veces el cuadro de las categorías. El ra.tionnelle, Renouvier separa el problema de la voluntad del problema
último cambio, publicado después de su muerte, pone aparte la relación, de los movimientos. La voluntad sólo produce movimientos cuando no
por la cual distinguimos 'al yo del no-yo, siguiendo las categorías se detiene a tal o cual representación, y cuando las representaciones,
lógicas: cualidad y cantidad. Tiempo, espacio y devenir sori las cate- según las leyes que unen los fenómenos orgánicos con las pasiones, la
gorías de posición, mientras que las categorías de la persona, catego- sensibilidad con las imágenes, están seguidas ininediatamente de mo-
rías propiamente psicológicas, comprenden finalidad, causalidad y per- vimientos determinados. En Personnalisme, Renouvier resuelve el pro-
sonalidad. Para mantenernos en el terreno estrictamente de la hlstoria blema de la relación de la voluntad con los movimientos admitiendo
de la psicología, estudiaremos particularmente las tres categorías psi- un acuerdo entre nuestra voluntad reflexiva y una causalidad volun-
cológicas y mostraremos cómo explican el sistema del espíritu. La taria oscura que preside los movimientos del cuerpo; recurre a la teoría
finalidad se aplica a la vida mental en tanto que sistema de pasiones. de las mónadas y de la armonía preestablecida, y considera el cuerpo
En efecto, apetitos, deseos, pasiones, sólo se desarrollan bajo la condi- como compuesto de verdaderas actividades o mónadas que concuerdan
ción de fines propuestos a nuestra actividad, y por ellos la conciencia entre ellas. Ahora bien, una· volición no es ·el resultado de adquisicio-
tiende hacia otro estado. La pasión está constituida por la representa- nes anteriores del sujeto, ni de las modificaciones que sufre, sino que
ción de un fin, un sentimiento indefinible y una impulsión natural a la determinación voluntaria está tomada por el sujeto en el momento
determinarse. Para estudiar las pasfone:;, que son múltiples y variadas, mismo de su resolución. No resulta de móviles, porque es un acto de
Renouvier ensaya, como hiciera Spinoza, reducirlas a algunos grupos causalidad propia. Los actos voluntarios son contingentes. Es después
primarios, de los que deducirá los otros. La finalidad permite recono- de acaecidos que creemos comprenderlos mejor considerándolos como
cer esos grupos, que son los de las pasiones dirigentes (deseo y adver- determinados por motivos. Desde el punto de vista metafísico, esta con-
sión), posesionales (alegría y tristeza) y adquirentes (entusiasmo y cepción implica el pluralismo y el individualismo.
y cólera). Para Renouvier, las pasiones se corrigen por la inteligencia En cuanto a la categoría de perSCY1ULlidad, significa la armonía ra-
y, en el hombre, presentan, frente a las pasiones animales, la diferen- cional, la posesión de la conciencia por sí misma, esto es, la libertad.
cia de que convergen a la búsqueda del bienestar. De este modo, el Para comprender la libertad se debe encarar el caso cuando está ata-
deber moral planteado por la inteligencia se presenta bajo la forma cada, o sea lo que Renouvier llama vértigo mental: bajo el dominio de
de bienes propuestos a la pasión. Fuera de las pasiones, la finalidad una ·emoción muy fuerte, de una pasión, de una representación que
también explica los instintos y los hábitos. Por su parte, la causalúUui, se prolonga mucho, el sujeto toma por reales los productos de su ima-
desde el punto de vista psicológico, hace comprender la voluntad, Por ginación, o incluso una idea hipotética: proceso psicopatológico que
la entrada en acción de la voluntad se produce una solución de con- tiene por punto de partida el error de juicio y está causado por un
tinuidad en los fenómenos; rompe las serie naturales y.· establece un debilitamiento de la armonía racional que es la perso:ti.alidad. Entre
orden nuevo, la individualidad. Pero, ¿cómo entra en acción? Una re• los casos extremos de vértigo mental y la voluntad reflexiva aparecen
presentación primero involuntaria se sostiene por una pasión y se numerosas transiciones que forman el vértigo normal, en el cual nues-
conserva. Esta permanencia provoca la atención y la reflexión, gracias tra imaginación o nuestros deseos dirigen nuestros actos con exclusión
a las cuales concebimos las representaciones como posibles; esta no- de la voluntad. La libertad se manifiesta tanto cuando suspendemos
ción de representación posible es la idea de potencia en tanto que una decisión inminente, provocada por las pasiones; el hábito o la
dato en la conciencia. De este modo pasamos de la espontaneidad imaginación, como cuando intervenimos por la reflexión. Se trata de
simple a la espontaneidad libre. Este pasaje es el sello de la con- que la libertad, para Renouvier, es reflexiva: somos libres de ser libres,
ciencia humana, y en él se comprueba la acción de la voluntad en la de determinarnos según motivos superiores. Esto no está en contra-
media que destruye los hábitos viejos, crea hábitos nuevos y trans- dicción con nuestras tendencias y nuestros hábitos: la libertad no
forma nuestras funciones mentales, como implica la distinción indicada exige una tabula ra.sa, porque en medio de las influencias que se ejer-
por todos los psicólogos entre ver y mirar, oír y escuchar, recordar cen desde afuera, de nuestros hábitos;· de nuestras asociaciones de
espontáneamente y reconocer. Una vez establecida, la voluntad no ideas espontáneas, la conciencia es automotora y todas las influencias
tiene límites. Fundamenta la libertad, es más que la razón, ~s el poder que la alcanzan deben pasar por ella, ser juzgadas y transformadas
superior del espíritu, plantea libremente los conceptos abstractos, los por ella. En lo referente a lo adquirido y el hábito, los hemos querido
depone, los transforma. Desde el momento en que aparece la voluntad, o aceptado en el pasado, y podemos siempre revisarlos. Para Renouvier,
las cosas dejan de ser, pues se hacen por sí mismas. En la Psychologie nadie actúa como si creyera en el determinismo. La libertad es una

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convicción, una creencia, un deber moral. Es una postura se afuma· por el arte no fueron extrañas a su pensamiento filosófico, puesto que
no requiere demostración, porque es el su-ieto el individuo' consciente' se fusionaron íntimamente con el mismo. Ya desde 1838, los principios
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la personalidad. Pero, ¿qué es el sujeto para Renouvier? El segundo
'
de su filosofía estaban fijados: constituían un espiritualismo asentado
Essai nos explica, desde el punto de vista fenomep.ista, cómo un grupo sobre el pensamiento concebido como realidad. Mantuvo firmemente su
de representaciones y de relaciones· entre representaciones, o sea de posición, frente al positivismo, a los filósofos que se llamaban científi-
funciones, presenta una estabilidad y una permanencia que no poseen· cos y al semiespiritualismo. de los eclécticos. En relación con la escuela .
los otros hechos de conciencia. Esta estabilidad va hasta la inmorta- ecléctica tomó una posición clara y definida en su artículo Fragments
lidad. Pero Renouvier es consciente de. las limitaciones del fenome- de Hamilton. LO juzga severamente, se rebela contra la observación
nisni:o. en este orden d~ ideas y lo corrige, en sus últimos trabajos, interior como la practicaban Cousin, Jouffroy y sus discípulos, y pro-
admitiendo que cualqwer sujeto es, como postulaba Leibniz una clama que la filosofía, lejos de fundarse sobre este método, era la
mónada. La mónad~ no designa en Renouvier una entidad sust~ncial ciencia de las causas y del espíritu en todas las cosas; con Descartes,
. una i uerza espontánea,
smo ' dotada de apetición y de percepción . U11a' Leibniz y Maine de Biran, afirma, es la reflexión del espíritu sobre sí
actividad espiritual, cualitativa e individual. Y de esta hipótesi~ re- mismo y no una psicología puramente descriptiva, lo que es capaz de
sulta, finalmente, que la única .realidad es la mónada. La naturaleza fundamentarla. cSolamente hay realidad viviente -c-escribe21l- en la
es c~mo un escalonamiento de mónadas regido por la armonía preesta- actividad interna del espíritu.» Ahora bien, agrega, los eclécticos pre-
blecida. En todas partes, afirma Renouvier, se encuentra cierto grado tenden hacer de la psicología una ciencia que observa los estados cons-
de conciencia, pues no hay objeto en sí, ni inclusive cosa en sí. El cientes como si fueran fenómenos,. y semejante concepción lleva a una
objeto está siempre dado en la idea, la idea está siempre dada en ilna simple enumeración y a la inútil doctrina de las facultades del alma.
conciencia. Todo es relaciones. Tal es el personalismo que · nuestro A este semiespiritualismo, Ravaisson opone el «espiritualismo verda-
autor propugnara. La misma conciencia divina únicamente percibe por dero», cque encuentra hasta en la materia lo inmateriah a-0 y explica
relaciones. Ninguna conciencia escapa a la ley del número. Definir a la naturaleza por el espíritu. El espíritu no se concluye por efectos
Dios por el infinito es una contradicción, o, mejor dicho la noción de exteriores; se ase interiormente en la reflexión. Para Ravaisson es
infinit~ es siempre contradictoria, pues representa el ind~finido erigido inexacto hablar de cfenómenos» psicológicos, pues el ser del pen-
en entidad, lo cual es absurdo de por sí. Y de la misma manera con- samiento es, esencialmente, acción, y debajo de esta acción no hay
cluye Renouvier, que nuestra voluntad procede por comenzamÍentos entidad. De este modo, lo propio del espíritu es asirse él mismo, cono-
absolutos, actúa Dios: la creación es un acto primero, sin antecedentes. cerse en su acción: es el hecho de la reflexión. Para Ravaisson, se
debe explicar primero el ser, para comprender después tanto al mundo
7. Félix Ravaisson-Mollien y el neoespiritualismo. - FÉLIX RAVAIS- físico como al moral. El ser es el px:imer móvil, aunque inmóvil exte-
SON-MOLLIEN (1813-1900) ejerció desde 1870 gran influencia sobre la riormente y .siendo interiormente acción plena. La naturaleza realiza
filosofía Y psicología francesas, pues les imprimió determinadas direc- al pensamiento del ser, y las organizaciones particulares, el hombre
cion~s que llevaron a la formación del neoespiritualismo, del que .La- comprendido, solamente se explican por la organización total. De este
cheher, Boutroux y Bergsorx fueron, para la filosofía. los dos primeros modo, el pensamiento es acción y causa, el espíritu divino está pre-
para la filosofía y la psicología el tercero, los r.epresentantes más co~ sente en toda la naturaleza, el alma anima al cuerpo, o, mejor aún, el
nocidos. Ravaisson publicó poco,2s pero sus escritos son modelo de estilo cuerpo está en el alma. Con viejas resonancias de Aristóteles, opone su
filosófico: el pensamiento es amplio, luminoso y sutil a la vez· la frase realismo espiritualista al idealismo, formado por relaciones intelectua-
de aire clásico, se adorna con matices delicados y deja en ei lector I~ les,· que defendía Platón. Para Ravaisson son los individiws, no las re-
U:Upresion de encanto y de fuerza; posee un ritmo. interior que se laciones, lo que constituye la realidad; pero sus individuos sólo exis-
siente. En suma, Ravaisson fue como escritor una figura de primera ten por el acto del Espíritu. A la influencia de Aristóteles se agrega la
lí~ea. Su actividad fue polifacética; aparte de la filosofía, el dibujo, la de Leibniz: todo es diD.amismo y síntesis, y las armonías particulares
pintura, la escultura le eran familiares y representaban actividades que forman el mundo asientan en la armonía superior de la mónada
que practicaba con éxito. Profesionalmente siguió la carrera adminis-. suprema.
trativa, que, en pasando por la Inspección General de la Enseñanza.: Enemigo de las doctrinas mecanicistas, no acepta, sin embargo,
:.:iuperior en 1854, lo llevó en 1870 a «Conservateur des Antiques et de al vitalismo, como hicieran Maine de Biran, Comte y Cournot; única-
la Sculpture moderne» en el Museo del Louvre. Las preocupaciones' mente lo utiliza para conseguir argumentos que opone al materialismo.
482 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 483

Renouvier admite, pues, una inteligencia intuitiva, que penetra de de la actividad consciente, sino que también se extiende a sus formas
alguna manera en el corazón de las cosas y las conoce por el interior. más elevadas: a los sentimientos morales, por ejemplo, que prim¿ro
La intuición a~í concebida corresponde, según él, al acto del espíritu nos asen bruscamente bajo la forma de emociones, después se atenúan,
que se ase en su plena realidad; es un tacto especial que se com- se transforman en necesidades regulares de actuar moralmente. Co-
prende al estudiar la visión del artista que percibe de golpe cla línea mienzan por un instinto del bien, por un deseo primordial, como la
flexible y ondulante>, o sea que se trata de la vida misma, que no conciencia en la naturaleza, para alcanzar su pleno desarrollo y regre-
procura construirla geométricamente, por la medida y disposición de sar luego a un curso regular y sin esfuerzo. El hábito también se
elementos mecánicos. extiende al entendimiento: pasivo, nos lo representa todo bajo la forma
Pero, ¿cuál es el pensamiento psicológico de nuestro autor? De lo de extensión y de sucesión: la sensibilidad guía nuestras asociaciones
que precede se sigue que, para Renouvier, pensamiento y voluntad de ideas. Activo, se manifiesta por la atención, y forma síntesis nuevas.
constituyen la realidad. Pero ésta, en tanto que se nos presenta como Luego, más se ejercita el entendimiento, más rápidas y precisas se
naturaleza, adquiere aspecto mecanizado y, por consiguiente, entre vuelven esas síntesis, y cuestan menos esfuerzo, hasta alcanzar la
lo mecanizado y lo espiritual debe haber un contiiiuo intercambio, que · espontaneidad natural. Este razonamiento lleva a Renouvier a la con-
podemos estudiar actuando por medio del hábito, que es propio del clusión ineludible de su espiritualismo: materia y espíritu son una
viviente y, en consecuencia, del hombre. El hábito se define por la sola y única realidad, el espíritu, que en su unidad superior, en Dios,
t'eceptividad, según la cual cada ser viviente registra las impresiones potencia y acto forman una e idéntica cosa: el pensamiento que se
a su manera, y la espontaneidad, que se manifiesta claramente en las nutre de sí mismo. La materia resulta así un valor negativo, pues re-
funciones intermitentes y es necesaria para que la percepción sensible presenta la limitación del espíritu. En cuanto a la naturaleza, condes-
se produzca. Los seres inferiores, que dependían íntimamente del me- cendencia de Dios que se convierte en naturaleza, para retornar a su
dio, no poseen há~itos. Para que se establezcan se necesita que el ser unidad a través de la serie de los seres, está formada por bosquejos,
viviente tenga su manera de reaccionar. Para Renouvier, el hábito por fragmentos del Pensamiento. Ésta es la razón por la cual hay
sigue una doble ley: por una parte, l~s impresiones que· se repiten se espontaneidad en todas partes, inclusive en el fenómeno tan simple
debilitan y, al mismo tiempo, se convierten en necesidad; si faltan se del choque, pues el cuerpo chocado presenta una reacción y trata de
percibe un vacío; por otra parte, la acción se fortalece con 'el hábito; conservar' su estado. Ésta es la razón por la cual el movimiento es otra
el esfuerzo del comienzo se facilita, se atenúa, y da lugar a una cosa: que µn desplazamiento espacial. Tomado en sí mismo, es tenden-
tendencia independiente de nuestra voluntad. De este modo, el hábito cia, acción; por tanto, pensamiento. La fatalidad sólo es aparente en la
constituye una sensibilidad y una actividad que, después. de haber for- naturaleza, pues la espontaneidad· y la libertad son únicamente verda-
mado parte de la conciencia, se independizan. A la pregunta ¿cuál es deras. De todo esto resulta que la esencia misma de los fenómenos
la extensión del hábito en la naturaleza?, Reilouvier responde: al igual físicos no puede prescindir del pensamiento y. recurre a principios tales
que en el hombre asistimos al pasaje de la conciencia al automatismo, como el mínimum de gasto en mecánica, la finalidad en biología. La
en la naturaleza comprobamos, con ·sentido inverso, una progresión psicología de Renouvier no· es ni siquiera un bosquejo de sistema; ape-
gradual hacia la conciencia. En su origen es una tendencia sin esfuer- nas representa un programa, pero su importancia es capital para la
zo, un deseo indefinible, un instinto primordial en el que se confunden historia, porque orientó a una gran corriente del pensamiento por el
el acto y ·su finalidad: estado de ncí.turaleza, multiplicidad indistinta, de .camino del espiritualismo más puro y refinado, que tendrá su expre-
donde surgirá la energía motriz; allí encontramos un estremecimiento sión psicológica más decantada con Henri Bergson y pesará con fuerza
apenas discernible, un vago resplandor de pensamiento; allí el pen- en la psicología y psicopatología del. siglo xx por más de cuarenta
samiento todavía está confundido con el mecanismo. Después nace la años y conservando todavía sus destellos.
acción, y con. ella el sentiniiento correlativo de esfuerzo y de Tesis-
tencia, y es a partir de ese momenfo cuando aparece la conciencia, 8. Hippolyte Taine y Théodu.le Ribot, fu.nda.do'l'es de la psicología
que se irá amplificando sin cesar. De este modo, p~ra Renouvier, es. científica. - Fue Taine quien, con una serie de artículos famosos,81
gracias al análisis del hábito psicológico que nos es posible ·descender dio el golpe de gracia a la escuela ecléctica y destrozó, política e inte-
a ese grado ínfimo de conciencia en el cual conciencia y mecanismo lectualmente, a sus sostenedores; fue Ribot el primero que tomó resuel'."
no se distinguen, y de inmediato remontar los grados de la vida cons- tamente partido por la psicología científica, de la que se convirtió de
ciente. Para Renouvier, el hábito no se· limita a las formas inferiores inmediato en jefe indiscutido y cuyos cursos siguieron hombres para
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entonces ya ilustres, como Claude Bernard, Vulpin y Charcot. Hu>POLYTE de la imagen mental. Desde este punto de vista se puede decir que la
TAINE (1828-1883) se inicia ·en la psicología con sus célebres Essais, psicología actual, influida por el conductismo y el psicoanálisis, ha
donde brinda modelos de una antropología concreta que renueva el tomado con sentido contrario las tesis de Taine, y acuerda que la iina-
arte del retrato literario inspirándose en ideas tomadas de la biología. gen mental es una ficción inútil. Mas, por viejas que puedan parecer
Todavía hoy los Essais sobre Racine, sobre Balzac, sobre los poetas las tesis de Taine, ¿qué es para él la imagen mental? Un simulacro
ingleses, están considerados modelos en el género. Pero solamente fue q~e se forma en nosotros por el impulso de una excitación y del cual
en 1870 que Taine publicó una obra de psicología teórica: L'Intelligence. solo nos damos cuenta estudiando la alucina.ción. El caso patológico
Su psicología aplicada precedió a su doctrina y es, sin duda, muy su- acl8;l"a. el hecho normal. La sensación es, pues, un acontecimiento muy
perior. Taine parte de la necesidad de tomar la psicología como base sub3etivo Y representa una alucinación verdadera que por la ilusión
de las ciencias históricas y morales. La psicología, para él, debe ser nos lleva a la verdad, y los fantasmas de adentro nos revelan las cosas
independiente. Da ~a razón a Stuart Mili contra Comte, y opina que los de afuera. La conciencia se compone de estas imágenes, para las que
positivistas también se equivocaron al excluir del saber la metafísica, n_o hay facultades mentales ni yo que las produzcan. Nuestro yo es
pues nada es tan indispensable como las concepciones generales. En simpl~mente un polipero de imágenes. No obstante, las imágenes no
efecto, en la naturaleza reina un orden racional; sin duda los eclécti- son sunples; se componen de elementos; además, unas corresponden
cos se equivocaron de camino al pretender descubrirlo en }as ideas a ob~et~s sen~ibles actualmente presentes; otras, a recuerdos, y otras,
innatas, puesto que únicamente se lo conoce razonando sobre la expe- por ultuno, a ideas. El papel del psicólogo es, para Taine, descubrir los
riencia. De hecho, afirma Taine, sólo existen ideas, pero no están dadas elementos de las representaciones, la ley de ensamblamiento de esos
a priori en la razón. Sin embargo, son cognoscibles, y para llegar a elementos .Y los ,fenómen?s fisiológicos que los sostienen. En una pala-
conocerlas se deben estudiar los hechos y separar de ellos los caracte- br?, la psicologia de Tame es un atomismo mental. En cuanto a los
res esenciales, o sea hechos típicos que son, al mismo tiempo, leyes. metodos, preconiza la observación interna, enfocada exclusivamente
Partimos, pues, de la observación y del análisis, y obtenemos algunas sobre los hechos, los acontecimientos, y completada por el análisis de
ideas dominantes que corresponden a los caracteres esenciales de la los signos, las monografías, las encuestas, los datos de la filología de
realidad, puesto que existe paralelismo entre las cosas y nuestras sen- las artes, de la historia de los hombres y de las ideas· y finalm~nte
saciones, de la misma manera que entre la sucesión de los aconteci- por la fisiología. Bajo la presión de la imagen sensible ~mitimos ~
mientos sensible y la de las ideas. De las ideas dominantes deducimos conjunto de signos que se le asocian, al mismo tiempo que esta imagen
la explicación de la realidad. En estas pocas proposiciones que encon- se resume· en algunos caracteres que la fijan. De este modo de la vista
tramos a través de toda la obra de Taine es patente la influencia del de cien árboles sobreviven algunos caracteres comunes ~ esas cien
realismo de Spinoza y del idealismo de Hegel, singularmente combi- imágene~: esbeltez del tronco, distribución de las hojas. Es así cómo,
nados, al mismo tiempo que un esfuerzo para combinar esas doctrinas para Tame, se forma el concepto, y con éste la palabra que nos lo
con el sensualismo del siglo xvnr y el de los ingleses. Además, está la hace .retener. La palabra es el resto desecado de impresiones vivientes.
biología, de la que toma la idea del carácter dominante y la noci6n de Las ideas generales vienen, por consiguiente, de los sentidos y sólo
interdependencia de los órganos, que la completa. Por último, lo que son tendencias a dorilinar las cosas. Las imágenes resultan sustitui-
dio a Taine el éxito de sus Essais de psicología concreta son sugestio- das por c:1'racte~es esenciales, .~ este sistema de sustitución, que crea
nes felices que recogió de Stendhal, de Guizot, de Jouffroy y de Sainte- ~ lengua3e corriente, se continua con la formación del lenguaje cien-
Beuve; finalmente, el carácter del artista, el sentido de lo hermoso, es tífico.
el carácter dominante y esencial de su pensamiento. No es, pues, de En la vida normal hay, para Taine, un equilibrio entre las imágenes.
extrañar que su psicología concreta sea más sólida que la teórica. Pero. la. alucinació~, el sueño, las ideas fijas, nos enseñan que, fuera
Pero comencemos por la psicología teórica, que está expuesta en su d; si. rmsma, cada unagen tiende a imponerse, a invadir nuestra con-
obra sobre La inteligencia.32 Este libro no da una idea del valor real cienc1~, lo cual e~pl.ica que todas las imágenes se esfuercen por rena-
de Taine; sorprende por sus contradicciones, sus paradojas, su desor- cer. Si todas las unagenes no renacen por igual es debido a que algu-
den. Se percibe que los hechos están forzados y suena a falso. Su nas gozan de un predominio que proviene del grado de atención con el
preocupación constante a lo largo de todo el texto es evitar al sujeto, que se impusieron, de su frecuencia, de su repetición de sus asociacio-
al yo, y de representar la conciencia como una acumulación de acon- nes. Taine considera la sensación como la síntesis d~ gran número de
. tecimientos. Ali~ la psicología es presentada por Taine como la ciencia elementos desapercibidos y de los que es la suma: de las combinado,..
486 ALBERTO L. MERAN[ HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 487

nes latentes de esos elementos sólo comprobamos los resultados. En elementos constituyen la raza. Colocad los pueblos en el medio en que
.esto recoz;oce. el u:consciente y la síntesis, pero sin ver la diferencia viven, o sea en las circusntancias físicas y sociales que los rodean,
.entre la sintes1s qu1mica y la síntesis mental. Además, la noción de ele- y estudiad su manera propia de reaccionar; el momento, y habréis
.mentas desapercibidos y de combinaciones inconscientes entre esos hecho revivir el pasado. Taine logra particularmente sus· reconstitu-
oele~entos le P':rmite acentuar su atomismo psicológico. Es así como ciones de psicología concreta cuando se trata de una personalidad
~xphc~ la cualidad de las sensaciones por combinaciones puramente o de una figura de ficci6n que admira y lo entusiasma. Sus Essais,
10tens1vas (magnitud, número, orden, duración) entre los elementos y sobre todo el de 1868 sobre la Ifigenia de Goethe, son modelos del
que componen esas sensaciones. Cada uno de los elementos estaría a género.
su v~z, determin~do fisiológicamente en sus relaciones con el mu~do La obra de THÉODULE RmoT (1839-1916) presenta gran unidad; pero
exter~or. De. aqm que reconozca la necesidad, para el psicólogo, de como su curiosidad no le permite descubrir nada y vivió en la época
estudiar al sistema nervioso. · en que la psicología científica se constituía, creaba sus métodos, es na-
1:ª ~s~cología concreta de Taine consiste en reconstituir un carác- tural que sus ideas reflejen esa evolución, se amplifiquen en algunos
ter md1vidual o una é•Joca. Para lograrlo emplea un método com- puntos, se c;:orrijan y hasta se contradigan en otros. De este modo, en
pue~to por dos ideas biológicas: lá idea de tipo y la idea de la coOTdi- su obra se pueden distinguir tres fases sucesivas; la primera corres-
nación de los 6Tganos. La primera, debida a Geoffroy de Saint-Hilaire· ponde a la publicación de la Psychologie anglaise contemporaine (1870)
la segunda, a Cuvier. Entre los numerosos caracteres variables ha; y la Psychologie Allemande ccm.temporaine (1879), así como de su tesis
algw:os que predominan, parecen más durables; los demás caracteres sobre L'Hérédité (1873), la traducción de Spencer y un libro sobre
gravitan e.n torno de ellos y constituyen el tipo. Gracias a los carac- Schopenhauer. Es sorprendente que Ribot, intrínsicamente antimeta-
teres dominantes es posib!.~ determinar especies, definirlas, relacionar- físico, haya expuesto las ideas de un metafísico tan decidido como
las u~as co~ otras. ,En efecto, se llega a seguir las transformaciones de Schopenhauer; pero lo que busca y destaca en el filósofo alemán es
un mismo tipo de organo a través de sus variaciones y a encontrar el la crítica al sustancialismo, la importancia concedida a la experiencia,
lazo q.ue une esas variaciones entre ellas. La coOTdinaci6n de los 6Tgano8 una teoría del dinamismo y del inconsciente, nociones que Ribot em-
n?s dice que .entre las diferentes partes de un organismo existe armo- pleará con liberalidad en su psicología. La segunda fase del desarrollo
ma, i:na finalidad que las hace colaborar en un mismo fin. Un carácter de las ideas de Ribot corresponde . a las cuatro monografías sobre
permite encontrar los otros. Cuando se tiene un carácter esencial se Les maladies de la mémoire (1881), de La Volcm.té (1884), de la Person-
puede. descomponer el conjunto de que es parte integrante.ss Cuando, nalité (1885) y sobre la Attention (1888). La tercera fase está casi
por e1emplo, se trata de comprender a un !'.'scritor, se debe clasificar exclusivamente consagrada a la psicología de los estados afectivos, que
los caracteres que se observan en su obra, separar los caracteres domi- estudia desde el punto de vista de las nociones de evolución y del
nantes Y resumirlos con una fórmula que demuestre su dependencia inconsciente. A este periplo corresponden la Psychologie des · senti-
mu.t1!,ª· ¿S~ procederá de la misma manera para una época de la his- ments (1896), la Evolution des idées généraies (1897), la Imaginatio'll.
t~ria. Lo importante es trazar primero monografías. Se procurará por créatrice (1900), la Logique des sentiments (1905), las Passions (1907),
eJempl~, ~escribir la jo;nada típica de un artesano, de un guer'rero, los Problemes de psychologie affectwe (1910), la Vie inconsciente et
de ~n .egis~ador ~e la epoca a estudiar. Se destacarán sus relaciones, les m.ouvements (1914). Es importante destacar estas fases en la obra
s~s ~uencia~ reciprocas. Más allá de los acontecimientos y de las ins- de Ribot, porque más allá de su evolución mental señalan la evolución
ti;uciones se rrá a los individuos, pues también la historia es psicolo- propiamente dicha de la psicología científicá en Francia. En efecto, SU3
g1a concreta, Y nada es más real que el individuo. Para Taine la historia primeros trabajos representan una actifod agresiva, casi panfl.etaria,
es un problema de psicología. cDaría -escribe 84-- cincuenta volúme- pero la desaparición del eclecticismo modifica el tono de los comienzos;
nes de. constituci~n~s, cien volúmenes de piezas diplomáticas, por las la observación interna, que los eclécticos habían desvalorizado, es re-
memorias de Cellm1, por las cartas de San Pablo, por las conversacio- tomada, empleada con mayor precisión. En 1870, Ribot se colocaba en
nes de sob~emesa de Lutero o por las comedias de Aristófanes.> y en el mismo punto de vista que Mill y Taine; se pronunciaba contra el
otra parte 11 agr:ga: cEl verdadero objeto de la historia es el alma.> empleo exclusivo de la observación interna y, sobre todo, su uso indis-
~ay que c~nvertll" al pasado en viviente. En los pueblos, afirma, hay criminado. La conserva con el sentido de la introspecci6n de los ingle-
ti?ºª esenC14les, dependencias .mutuas entre los caracteres de los indi- 11es y procura completarla con otros métodos: el análisis que tiende a
viduos que los componen, y un concurso de disposiciones morales. Estos descubrir los elementos de la vida mental, el estudio de la froolucicSn
488 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 489

del espíritu, la psicologí,a, comparada. y la psicologf.a mórbida. &ta medios mezcla hechos muy diferentes, que sólo se acercan entre ellos
última cobró gradualmente importancia primordial en la obra de Ribot. por medio de una apreciación completamente externa. Los últimos, los
E.~tos métodos analíticos los completa con la síntesis, que caracteriza . métodos patológicos, son para Ribot los más fecundos, y es a él que
la psicología concreta, o sea la reconstrucción de los tipos y los carac- se debe su empleo regular en· la psicología. Se los puede dividir en
teres, sobre los que tanto insistiera Taine. En esta época, Ribot con- método patológico propia.mente dicho, que estudia las enfermedades
sidera al yo como nombre colectivo para designar la totalidad de los mentales para conocer a través de ellas mejor el funcionamiento nor-
estados de conciencia. La psicología tiene por objeto las representa- mal, e hi'¡motismo, que es un proceder experimental.
ciones, sus elementos, las asociaciones entre éstos. En 1879, en el Con el estudio de la psicopatología: Enfermedades de Za. memoria.,
Méthode des Sciences, obra debida a la colaboración de numerosos de la Voluntad, de la Personalidad, Ribot introduce en psicología una
investigadores, Ribot se muestra mucho más severo con la observación nueva concepción, que podemos denominar psicología. en profundidad,
interna. Insiste en el empleo de la experimentación en psicología y frente al asociacionismo que imperaba y solamente era una psicología
sobre las enseñanzas de la fisiología, que dan una explicación científica de la superficie. La vida mental está considerada como formada por
de aquello que la psicología sólo sabe describir. Cuando en 1900 Ribot capas superpuestas, de las cuales las más alejadas de la superficie son
retoma estos problemas, los tiempos han cambiado, el espiritualismo ,; · las menos conscientes y las más estables; la conciencia es, así, poca
ecléctico había desaparecido, la experimentación no ~abía dado aquello cosa frente .al inconsciente. Las formas conscientes se desarrollan de
que la psicología esperaba, las explicaciones fisiológicas aparecían como las inconscientes, por la. ley de la evolución. Pero la verdadera origi-
dudosas y variables, la observación interna había retomado un nuevo nalidad del método patológico en Ribot está en que las enfermedades
valor y, finalmente, las monografías sobre los hombres de genio, inves- mentales nos hacen conocer la regresión, la reversión o pérdida suce-
tigaciones preconizadas por Comte y el estudio de los estados afectivos siva de funciones, descendiendo de lo inestable, que es más reciente, a
habían cambiado radicalmente el aspecto de la psicología, y el cuadro las formaciones anteriores y más estables. La enfermedad mental, para
de los métodos que ahora traza Ribot es más rico, más flexible, mejor Ribot, nos hace recorrer la evolución a la inversa. En este momento
adaptado a un conocimiento que se extiende en todo sentido. Dis;.. de su obra, Ribot considera al inconsciente como puramente fisiológico,
tingue tres grupos de métodos: subjetivos, objetivos y experimentales. tesis que sin embargo atenuará más tarde. Al mismo tiempo ataca al
Los métodos subjetivos tienen como fundamento la introspección, que intelectualismo. Las asociaciones de ideas son superficiales; lo esencial
Ribot ahora justifica porque la conciencia conoce directamente los son los estados afectivos, que resultan de la actividad de numerosas
hechos que la constituyen, y por lo tanto la observación de uno mismo tendencias que provienen de la herencia y del medio y se propagan
no es nada inferior a la observación externa. Ésta, que debe pasar por en el sistema nervioso. Las más fuertes constituyen el carácter. Ade-
los sentidos, no es más segura ni objetiva que la observación interna. más, provocan espo-ntánea. e involuntaria.mente nuestro interés por las
Los métodos objetivos son de dos clases: directos o indirectos. Los cosas de afuera y constituyen la atención que, primero espontánea,
métodos objetivos directoa son genera.les si observan la vida mental como en el animal, se vuelve voluntaria por su ejercicio, bajo la pre-
en los otros hombres, en los niños y en los animales y la interpretan sión de las necesidades sociales. La atención sustituye la multiplicidad
por medio de lo que observamos en ellos; son individua.les como en los de las tendencias con una unidad relativa: es elección, detención de
tests, en las encuestas, que pueden ser indirectas como el cuestionario tendencias opuestas, convergencia. Se constituye por fenómenos moto-
dirigido a gran número de personas y sobre cuyo empleo no se tiene .· res. El conjunto de estas formaciones resulta de leyes biol6gioo.s: ne-
control. Los métodos ob;etivos indirectos consisten en consultar me- cesidad del organismo que procura mantenerse, perfeccionamiento del
morias, biografías, hechos históricos, costumbres, religiones. En cuanto individuo por asociaciones más complejas, tendencias inconscientes de
a los métodos experimentales, Ribot los divide en psioofisiol6gicos, psico- o.tigen orgánico, dinamismo fisiológico.
físicos y patológicos. Los primeros estudian las relaciones .entre la ~tas son las ideas directoras comunes de las cuatro monografías
actividad mental y las transformaciones orgánicas, brindando grandes · que caracterizan el segundo período de la psicología de Théodule Ribot,
recursos al conocimiento de los movimientos de expresión, de las sen- · y cuya aplicación concreta da para nuestro autor los siguientes resul-
saciones orgánicas, de la motricidad. Los segundos, a pesar del pesado tados. En Les ma.ladies de Za. mémoire encuentra que las .teorías inte-
aparato de cifras que los acompañan, han producido muy poco: las ' lectualistas ponen el acento sobre el aspecto de la memoria conocido
condiciones en que se coloca al sujeto son artificiales, los hechos que . como reconocimiento o localización, y que consiste en ubicar exacta-
se miden tienen poco interés psicológico, y el sistema de los términos .mente en su tiempo los acontecimientos del pasado. Pero para Ribot,
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA -4.91
490 ALBERTO L. MERANI

la conservación y la reproducción de los recuerdos son los aspectos . la memoria· memoria y sentimientos traducen la continuidad de la
esenciales de la memoria, y los relaciona con propiedades biológicas , actividad or~ánica. Tales son los elementos de la personalidad, Y la idea
que define como cualidad de las células que, bajo la presión de dife- aparece aquí como secundaria.
rentes circunstancias, han funcionado en concierto y conservan una Otrn conclusión que fluye de estos tres trabajos es que para Ribot
tendencia a reproducir su asociación. Se trata de un dinamismo latente la concrencia no es un epüenómeno, pues se ve bien claro que el estado
propio de los centros nerviosos. Cuando las mismas asociaciones se re- de conciencia es un factor fundamental de la vida mental, aunque no
piten se estabilizan. En todo hecho de memoria, como en toda percep- teaga nada de absoluto, y que estados inconscientes y subconscientes
ción sensible, numerosas células entran en acción conjunta, y son los colaboran siempre con ella. Es de este modo cómo una pasión, cuya
mismos elementos los que concurren en una percepción sensible y en elaboración es inconsciente, cambia el carácter y extiende su esfera
el recuerd~ que la reproduce. El estudio de las amnesias progresivas de acción convirtiéndose en consciente. En resumen, para Ribot la
nos ilustran exactamente sobre la evolución de la memoria: reprodu- estructurd mental es la siguiente: cuando comienza la vida consciente,
cen, con sentido inverso, las diferentes fases del desarrollo qúe siguió la vida psíquica ya existe: es el inconsciente, que se compone. d~ ten-
la memoria para constituirse; abolen primero los recuerdos más re- dencias debidas a las reacciones orgánicas, de grupos de movimientos
cientes, después las ideas adquiridas anteriormente, y de inmediato los regidos por una finalidad interna, y por detenciones de movimientos.
sentimientos y los afectos, para terminar con las acciones habituales. El inconsciente primordial abarca una pluralidad de tendencias. Éstas
Esto es lo que se llama Ley de Ribot, la cual nos enseña que los sen- próvocan en la conciencia estados afectivos que determinan la elección
timientos están más fuertemente anclados en nosotros que las ideas de impresiones sensibles y la reacción propia del individuo. Para el
y son más personales. El estudio de las amnesias parciales y el de los desarrollo intelectual, los estados afectivos, sin perder su influencia, se
signos permite a Ribot descubrir el papel de los elementos motorea combinan con la inteligencia, que es elección, síntesis Y abstracción,
en la vida mental. La amnesia de los signos es, para él, una enferme- que resume en imágenes las impresiones elegidas y sustituye de inme-
dad de la: memoria motriz, y nos enseña que es gracias a los residuos diato las imágenes por signos. El razonamiento, dominado por el sen-
motores conservados por el cerebro que aprendemos a hablar y a es- timiento obedece al valor; si queda al servicio de la emoción, sinte-
cribir. tiza en ~ acto de intuición el dinamismo inconsciente, 'las tendencias
En Les maladies de la volonté, Ribot encuentra que también la afectivas y la adquisición intelectual; si se orienta hacia la búsqueda
voluntad revela una evolución sucesiva y por etapas superpuestas, que centífica se presenta como un sistema de abstracciones Y de sustitu-
lleva la vida mental de los movimientos reflejos, coordinados heredita- ' .
ciones que son las relaciones racionales.
riamente, que se observan desde los primeros días del niño, a los Bajo el impulso de Taine y de Ribot, la psicología científica fran-
deseos, formas afectivas elementales, que se vuelven conscientes desde cesa tomó una orientación que la distingue netamente de lo que fue,
· el momento en que adquieren una duración y una intensidad suficien-. bajo la influencia alemana, la psicología experimental. Incluso se puede
tes. Sólo al término de esa evolución se desarrolla la voluntad, poder decir que se caracteriza. por haber dado resultados mucho más fecun-
de detención y de elección, determinado por estados inconscientes o dos. Lo que interesa es la actividad mental tal como se presenta de
fisiológicos, subconscientes o automáticos, y conscientes. El conjunto manera concreta, sus aspectos tomados en su conjunto, las variaciones
de esos estados constituye en cada instante el yo, el carácter indivi- de esos aspectos en funciones mutuas de los unos y los otros: la vida
dual. La causa de nuestros estados de voluntad no es, pues, una facul- y las transformaciones de las imágenes, las relaciones de la emoción
tad del alma, sino nuestra propia manera de sentir. De este modo, la con los ritmos orgánicos, el desarrollo de la inteligencia, los lúnites
voluntad tiene su origen en el movimiento reflejo y evoluciona pre- del automatismo y de la conciencia, el subconsciente, los estados afec-
sentando un conjunto siempre más complejo de funciones, con la adap- tivos, los sueños. Aplicar a la vida del espíritu la medida y el número,
tación a un fin. Por su parte, el examen de Les maladies de la per- reducirla a cantidades, sin tener en cuenta lo esencial, la reacción pro-
aonnalité enseña a Ribot que el yo no es una entidad abstracta, sino pia del sujeto, es lo que intentaron, como vimos, los experimentadores
un conjunto muy complejo de movimientos y de funciones, y que lo alemanes, al mismo tiempo que los empiristas ingleses desconocían en
importante en la constitución y conservación del sentimiento de per- igual medida el carácter, descomponiéndolo en elementos y formulando
sonalidad son, ante todo, las sensaciones orgánicas y su continuidad. Los las pretendidas leyes de asociación de esos elementos: leyes de tipo
desórdenes de la personalidad están en estrecha dependencia con mecánico, impersonales también. Para la escuela científica francesa,
los desórdenes de las sensaciones orgánicas. A esto se debe agregar esas hipótesis excluyen de la psicología lo que es propiamente psico-
492 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA ~E LA PSICOLOGÍA 493
l6gico, y su gran mérito, que recae sobre todo en Taine y Ribot, es 28. Aristote, 2 vols., París, 1837 y 1846, obra no concluida· L'habitude1 Pa-
de haber intentado precisamente conocer el proceso y las funciones de r~ 1838; . .z;:ragments de Hamilton, Rév. de Deme Mondes, Par'is, 1840; Le Stoi-
la vida mental, sin querer descomponerla en átomos despojados de toda cisme, ParJ.S, 1857; Rapport sur la ph.ilosophie en France, Paris, 1867, 2.• edic.
a~entada, 18~; La .Philosophie de P~al, París, 1887; L'Education, Rév. Blue,
subjetividad. ParlS, 1887; Metaphysique et Mora.le, Rév. de Mét. et Mor. Paris 1893· Testament
philosophique, Rév. Mét. et Mor., París, 1901. ' ' '
29. Fragments de Ha.milton, Loe. cit.
NOTAS 30. Fragments de Hamilton, Loe. cit.
31. En 1875, esos artículos fueron reunidos y publicados bajo la forma de
l. La psychologie anglaiae contemporaine, Loe. cit., y La PB11ehologie alle- libro con el título: Les philosophes fra~ais du XIX• siecle.
32. De l'intelligence, París, 1870.
mande contemporaine, Paris, 1898.
2. Georges Dwelshauvers, La. Psychologie fran~aise contemporaine, Pa- 33. Vid. «Préface», de los Essais, Loe. cit.
rís, 1920. , 34. La. Littérature anglaise, Paris, 18...
3. Cf. Benedetto Croce, Storia d'Europa nel secolo decimonono, Bari, 1932.
35. «Essai sur Tite-Live., Essais, Loe. cit.
4. Vid. Alberto L. Merani, Na.tu.raleza humana 11 educación, Grijalbo, Mé-
xico, 1972.
5. Cahier-Journal, 27 mai 1794, Edic. La Valette Monb;un, Paris, 1914.
6. Sobre Maine de Birari educador véase: Alexís Bertrand, La psychologie
de l'effort et les doctrines contemporaines, Paris, 1898.
7. Joumal intime, 28 mai 1816. .
8. Vid. Delbos, Figures et doctrines des philosophes, París, 1918.
9. Para una bibliografía completa de los escritos de Maine de Biran vid. Henri
Goubier, Oeuvres choisies de Maine de BiTan, Paris, 1942, obra sobre la cual
citaremos los textos biranianos.
10. En Oeuvres choisies, Loe. cit.
11. Correspondences, Edic. Lair, Paris, 1901.
12. Las obras de Théodore Jouffroy son: Cours de droit naturel, París, 1835;
Préface a La traduction des Esquises de philosophie morales de .bugald Steioa.Td,
París, 1826; Préface au.l: Oewvres de Reid, París, 1835; Mélanges philosophiques, Pa-
ris, ¡842; Cours d'Esthétique (póstuma), París, 1843; Nouveau:r: mélanges philoso-
phiques (póstuma), París, 1842; Correspondence, Paris, 1901.
13. Vid. Cours de Droit Naturel, Loe. cit.
14. Vid. Cours d'estéthique, Loe. cit.
15. Nouvea.u:r: Mélanges, Loe. cit.
16. Paul Janet, Principes de métaphysique et de psychologie, París, 1897.
17. Cf. Luciep. Lévy-Bruhl, La Philosophie d'Auguste Comte, Paris, 1900, y
Georges Dumas, Quid Comte de sua.e aetatis psycho1ogicis senserit, Paris, 1886.
18. Se sabe que Comte admitía el sistema de Gall, con localización estricta de
las diferentes formas de actividad mental, y que, partidario convencido del vita-
lismo, negaba que los fenómenos vitales y psíquicos, por supuesto, pudieran expli-
carse .por leyes físicas y químicas.
19. Cours de po!itique positive, Loe. cit.
20. Cf. G. Dumas, Psychologie des Deu:r: Messies positivistes, Saint-Simon et
A li,¡¡uste Comte, Paris, 1905.
21. Autor de numerosas obras de econonúa, de matemáticas y de filosofía,
entre estas últimas, Cournot escribió: Essai sur le fondement de nos connais-
.winccs, 1851; Traité de l'enchainement des idées fonda.mentales, 1861; Materia.-
lisme, vitaíisme, rationalisme, 1857; Souvenirs, edic. Bottinelli (póstuma), 1913.
22. Traité de l'enchainement des idées fondamentales, Loe. cit.
23. Essai sur le fondement de nos connaissances, Loe. cit.
24. Souvenirs, Loe. cit.
25. Materialisme, vitaliame, rationalisme, Loe. cit.
26. Vid. Essai, Loe. cit.
27. Vid. Traité, Loe. cit.
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 495

. Es fácil comprender cómo, dada la estrecha conexión entre la nueva


orientación científica de los estudios psicológicos y la evolucionista de
los biológicos muchos naturalistas de profesión trataron también de
ocuparse de los ' fenómenos psicológicos. Y también se co,mprende ~o~o,
los naturalistas debieron inclinarse a considerar los fenomenos ps1qw-
cos desde un punto de vista propio, diverso del de los psicólogos puros
y los filósofos. Un naturalista inglés que a pesar de ocuparse muy
CAPÍTULO 5 parcialmente de la psicología influyó bastante sobre su progreso fue
· Tm:onoR LAicoCK (1812-1876), dada su preocupación por el estudio de
LOS EPiGONOS los procesos de la conciencia. En 1838 expuso una teoría, que mucho
después fuera célebre, en torno de la llamada cerebra.ci6n inconsciente,
y que en 1860 desarrolló. en: su obra Mind and Brain. Tuvo además el
l. Epígonos ingleses. - Charles Darwin está presente en mayor mérito de haber sido, con Maudsley, uno de los primeros en ocuparse
grado en las figuras menores de la psicología inglesa que en las prin- de los fenómenos mentales patológicos en relación con los normales.
cipales. En efecto, uno de los frutos de la doctrina de la evolución fue Otro que trató incidentalmente, pero con amplitud de ideas, problemas
poner de relieve la importancia que tienen los fen6menos psíquicos de psicología fue Wn,LIAM BENJAMIN CARPENTER (1813-1885), natura-
patológicos para ilustrar los normales. Por ser la conciencia actual del lista y fisiólogo, cuya obra Zoology and instinct in animals (1851) plan-
hombre el resultado de una larga evolución de la especie, que se repite tea la génesis animal de los instintos humanos. También es de recor-
de manera infinitamente abreviada en. el individuo, de la misma ma- darse en la línea de los naturalistas a W. TH. MoRELL (1822.;.1890), que
nera las enfermedades mentales, se pensó, deben cumplirse según el escribió una Introduction to mental philosophy on the inductive method
proceso de involución, en el cual se puede tener, por así decirlo Y {1861); sus conceptos, aunque evolucionistas en el fondo, se resienten
como pensaba en Francia Ribot, un control del proceso nomial. De tal , mucho por el influjo de las doctrinas alemanas de la escuela de Herbat.
manera, el proceso patológico sirve para reconstruir el normal y puede En cuanto a THoMAs MURPHY (1828-1873), cuya obra Habitat an intelli-
ser una fuente riquísima de conocimiento para la psicología. Uno de gence in their conne.rion with the laws of matter and force (1869) gozó
los primeros, y por cierto el más notable entre los psicólogos ingleses de merecida fama, procuró conciliar las nuevas teorías de la evolución
que vieron la posibilidad de estas investigaciones, fue HENRY MAUDSLEY con las antiguas de la asociación.
(1836-1918), quien a pesar de sus puntos de vista unilaterales contri- La cpsicología de los pueblos) o psicología social tiene doble origen,
buyó para abrir un nuevo camino a la psicología científica. Sus prin- que corresponde, se puede decir, a dos países: Alemania e Inglaterra,
cipales obras son Physiology of mind (1863) ; Pathology of mind, edi- y cuyo desarrollo es pragmáticamente colonialista. En efecto, los ingle-
tada en 1867 y vuelta a publicar en 1876 en dos volúmenes, uno que ses del siglo XIX deben conocer las peculiaridades de los pueblos que
trata la fisiología y otro la patología del espíritu: Bo4y and mind (1870); habitan sus colonias extendidas por el globo; los alemanes pertenecen
Body and Will (1883), y Responsability i~ mental diseases (1874). Para a un mosaico de nacionalidades, sobre todo como cabeza racial de un
Maudsley, como indican claramente los títulos de su~ obras, la psico- conglomerado heterogéneo que es el imperio austro-húngaro, y des-
logía está completamente absorbida por la fisiología, y el estudio de piertan al mismo tiempo al colonialismo, pues toman parte del reparto
los hechos de conciencia, de su conexión y de su manera de desarro- de África después de 1870. Pero no debemos olvidar que la raíz ideoló-
llarse está implícitamente contenido en el estudio de las funciones del gica, el origen racional de la «psicología de los pueblos», corresponde
sistema nervioso. Sostiene que la conciencia no es lo más importante filosóficamente tanto al interés de la escuela romántica y de la empirista,
del hombre, sino que representa un epifenómeno, un hecho sobrepuesto que poseen en común un carácter que las distingue netamente de la
a lo que, por el contrario, constituye la verdadera esencia del ser orga- filosofía racionalista del siglo anterior, o sea su profundo sentido de la
nizado, o sea el complejo de los impulsos y de los instintos que salen continuidad y de la evolución en la naturaleza y en la historia. La
del organismo. Se trata, en última instancia, de una traduc~ión al ma- escuela romántica, y especialmente Hegel, dio, a diferencia del empi-
terialismo ingenuo de las ideas espiritualistas de Schopenhauer, par11 rismo que puso sobre todo de relieve la evolución natural, importania
el cual la conciencia carece de poder para dirigir al ser, puesto que particular al desenvolvimiento histórico del pensamiento, en las formas
éste actúa de por sí y movido por una fuerza espontánea ciega. sociales y jurídicas, y en las producciones del arte y de la ciencia. Por
496 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 497

su parte, Comte y el positivismo, y tras de sus huellas el empirismo 2. Sobre las huellas de Herbat y de Wundt. - La conclusión meto-
inglés, llegaba por otros caminos a los mismos resultados, ya que, bus- dológica de Wundt de que, dados los puntos de contacto entre la con-
cando el fundamento de las ciencias sociales en las disciplinas físicas ciencia y la naturaleza externa, se sigue que la psicología puede
y biológicas, llegaba a asignar a la sociología la máxima importancia emplear en parte los métodos de las ciencias físicas y biológicas, y por
dentro del sistema de las ciencias, La orientación positivista encontró tanto ser una ciencia experimental, dio en Alemania impulso a una
muchos secuaces en Inglaterra, mientras que en Alemania se siguió, en tendencia muy fuerte para conceder fundamento científico a la psico-
general, aunque modificándolo con el tiempo, el método cerradamente logía. Por este camino ADOLFO Hoawxcz (1831-1894) intentó un tra-
histórico indicado por Hegel. Ya Mili había destacado la importancia tamiento completo de los hechos psíquicos basándose en los resultados
de las ciencias morales y de sus relaciones con la psicología general; pero de la fisiología. Los Psycho"Logische Analysen auf pshysio"Logischen
las contribuciones más notables al desarrollo de la psicología de los Grundlage: ein Versuch zur Neubegründung cLer Seelenlehre de Hor-
pueblos la dio Sp~cer, que en su primera obra, Social stacties (1850), wicz aparecieron en tres volúmenes entre 1872 y 1878. Esta obra con-
concibió la evolución de la sociedad a semejanza de la evolución de tiene muchas observaciones notables, pero tiene el grave defecto de
los organismos. Pero las principales contribuciones en este sentido en una exposición desordenada y confusa. Además, el autor, aunque pro-
Inglaterra las dieron los estudios antropológicos de JoHN LUBBOCK fese atenerse a la pura experiencia, se explaya a menudo en teorías
(1834-1913) 1 y de EDWARD BURNETT TYLoR (1832-1917) sobre los orí- generales muy discutibles y lleva su antiintelectualismo al extremo de
genes de la civilización y sobre el hombre prehistórico;2 apoyándose en hacer del sentimiento la facultad más primitiva del espíritu, conside-
varias ramas del saber y haciéndolas confluir en la sociología, la antro- rándolo como «la expresión directa del impulso que tiene el alma por
pología y la paleontología, dieron hipótesis verosímiles sobre las con- la propia· conservación:..6 Ésta fue una teoría extremada que solamente
diciones psicológicas de la humanidad primitiva. Lubbock se ocupó sobre podía justificarse como reacción a la teoría de los herbatianos, según
todo de completar e ilustrar las investigaciones en torno de la civili- la cual el sentimiento es una facultad exclusivamente derivada.
zación primitiva de los pueblos civilizados en relación con las condi- En el parágrafo anterior indicamos orígenes y orientaciones de la
ciones intelectuales y morales de los pueblos salvajes existentes para psicología de los pueblos; Un estudio completo de la vida de los pueblos
su época. Tanto o más ricas en resultados fueron las investigaciones salvajes basado sobre una impresionante cantidad de noticias etnográfi-
de mitología comparada y de lingüística realizadas por Max Müller cas fue intentado por un secuaz de Herbat, THEODOR WAITZ (1821-1864).
(1828-1893), de origen germano pero que vivió y trabajó en Inglaterra Waitz, profesor en Marburgo, siguiendo las huellas de su maestro, se
y que conjugó felizmente los caracteres más salientes de ambas cultu- esforzó por dar base oientífica a la· psicología, que deseaba elevar a la
ras. La famosa obra de Max Müller sobre la cienda del lenguaje, tra- categoría de ciencia fundamental de la filosofía, en oposición con las
ducida en casi todas las lenguas cultas, apareció en dos series, del 1861 ideas de Fichte, Schelling y. Hegel, para los cuales la psicología sólo
al 1864. 3 Aunque famoso como orientalista e historiador de las reli- tenía importancia puramente secundaria. Después de haber publicado
giones, en lo que respecta a la psicología social, Müller no la desarrolló varios trabajos de psicología general, Waitz comenzó su obra Antropo-
con mucha precisión en lo que a métodos y exposición se refiere, ate- logie der Naturvolker, que constituye su trabajo más importante pero
niéndose a un procedimiento estrictamente empírico y descriptivo, tq]. que no llegó a concluir y del cual los cuatro primeros volúmenes apa-
como preconizara e hiciera Spencer. De la misma manera fue de gran recieron entre 1859 y 1865; el quinto y el sexto se publicaron, respec-
importancia la obra en dos volúmenes de JAMES SULLY (1842-1923), tivamente, en 1867 y 1872. Waitz también escribió una obra: Die India-
The human mind, publicada en 1892 y que es una ampliación de otro ner Ncmfumerika, publicada en 1865, y que es una especie de suple-
libro mucho más breve titulado Outlines of Psychology, aparecido mento de la anterior. Otro cultivador estimado de la psicología social
en 1884. Obra escrita con método excelente y con mucha doctrina, en en su aspecto etnográfico y sociológico fue ADOLFO BASTIAN (1826-1905),
la cual se procura contemporizar las principales tendencias que para profesor de la Universidad de Berlín y autor de varios trabajos, entre
entonces pugnaban en la psicología. 4 Si bien es cierto que Sully sigue los que destacan Der Mensch in der Geschichte (1860), BeitTilge zur
en su obra un procedimiento demasiado esquemático y convencional vergleichenden Psycho"Logie, Ethnologische Forschungen (1876) y Das
en la distribución de la materia y no hace aparecer muy claramente el Bestiindige in den M enschenrassen (1868). Más riguro~os y sistemáticos
desenvolvimiento real de los procesos psíquicos, no cabe duda que en este terreno, y tanto que inclusive se los puede considerar los ver-
posee un concepto muy claro de la unidad de las funciones psíquicas daderos creadores de la «psicología de los pueblos», fueron M. LAZARUS
y de la importancia que para ellas tienen la intención y la voluntad. (1824-1903) y H. 8TEINTHAL (1823-1899), ambos seguidores de Herbat.

32
498 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 499

Lazarus publicó en 1855 su célebre Das Leben der Seele, en tres volú- continúa definiendo la psiCología como «Ciencia del alma>, en Íranco
menes, en los que se encuentran expuestos en forma ordenada los re- contraste con el fenomenismo de la psicología experimental que le era
sultados de las investigaciones en torno de la evolución psíquica de los contemporánea y que cada vez se afirmaba más. También tuvo éxito
pueblos y los principios de la nueva rama de la psicología. Lazarus no THEODOR LIPPS (1851-1914), profesor en Münich, con su teoría de la
se limita al procedimiento puramente descriptivo y empírico en el cual Einfühlung, o teoría de la «inmedesimación>, término qué toma. de la
se había acantonado el método histórico para las ciencias morales, sino estética de Vischer y con el cual indica el proceso base del comprender
que busca en la evolución de las ideas y de los sentimientos de los intersubjetiva de la exterioridad de la expresión. En· sus obras Die
pueblos las leyes que los gobiernan, de manera de poder hacer de la Grundthatsachen des Seelenlebens (1883) y · Psychologische Untersu-
psicología una ciencia que tenga para las disciplinas históricas y socia- chungen (1907-1912) basa el saber psicológico en la experiencia interna,
les el mismo valor explicativo y fundamental que tienen la fisiología ' y por ello la necesidad de considerar la psicología como «Ciencia de la
y la física para las ciencias de la naturaleza.e Steinthal se ocupa de vida espiritual:>. Y Lipps va todavía más allá: la psicología representa
manera más particular de las relaciones entre la psicología y la lin- para él la ciencia fundamental de la lógica, de la estética y de la ética,
güística, especialmente en su· obra Einleitung in die Psychologie und que únicamente pueden alcanzar sus principios con el canálisis de la
S¡rrachwissenschaft, publicada en 1871, y que es ia reelaboración de conciencia a priori». Pero las obras escritas con esta orientación se van
otra editada en 1855 con el título de Grammatik, Logik, Psychologie, raleando mientras se acrecienta el número de las que siguen el método
ihre Principien und ihr Verhiiltniss zur einander. Lazarus y Steinthal experimental Una de las más notables en este sentido es la Psychologie
publicaron juntos, desde 1860 a 1870, una revista de psicología de los in Umrissen, de liARALD HoFFDmc (1843-1920), profesor de la· Univer-
pueblos y lingüística, 7 que luego fue continuada con la Zeitschrift des sidad de Copenhagen, editada en alemán en 1887. En esta obra están
V ereins für Volkskunde y destinada a recoger noticias y observacio- admirablemente contemplados el método experimental y el de la obser-
nes sobre la vida l.ntelectual y moral de los pueblos, las que gradual- vación, de manera que, entre todos los trabajos que le son contempo-
mente terminaron por constituir un rico material de estudio, tanto ráneos, puede ser considerada como la que más se acerca a una com-
para la psicología como para las ciencias históricas y sociales. prensión justa del oficio y del carácter que tiene el esiudio de los
Entre los Elementos de psicología fisiológica y el Compendio de hechos psíquicos en la obra de Wundt. Hoffding se extiende princi-
psioología de Wundt, o sea de 1874 a 1896, fueron publicados en Ale- palmente en la exposición y discusión de los problemas psicológicos
mania muchísimos trabajos de psicología inspirados en la nueva orien- de índole general y filosófica, así como las relaciones entre el espíritu
tación. Pero en la medida que la nueva psicología tomaba poco a poco y el cuerpo, sobre los estados conscientes e inconscientes, sobre la di-
la delantera no dejaron por ello de aparecer obras que más o menos visión de los elementos psíquicos, y sacrifica, en cambio, el estudio de
resueltamente seguían todavía el método de la observación interna. las sensaciones, mientras que trata magistralmente los hechos del sen-
Entre las más notables están las de ThANZ BRENTANO (1838-1913), pro- timiento, de la voluntad y la acción recíproca que ejercen cada uno
fesor de la Universidad de Viena, filosóficamente neoescolástico y sacer- de esos tres elementos psíqukos fundamentales, de manera que la con-
dote católico que, habiendo colgado los hábitos, debió finalmente aban- ciencia aparece como una unidad que tiene por fundamento la activi-
donar la docencia y radicarse en Italia. Su Psychologie vom empirischen dad psíquica más íntima y profunda de todas, esto es, la voluntad.
Standpunkte, 8 publicada en 1874, está dentro de los lineamentos del El auge que la psicología experimental cobró en los últimos dece-
tomismo, aunque en su escrito precedente de 1867, La psicología de nios del siglo en Alemania, produjo, como era de esperar, que los psi-
Aristóteles, pone en primera línea al nous poietikós. No obstante estas cólogos jóvenes iniciados en esta orientación dedicaran toda su actividad
bases, se declara partidario de los métodos experimentales, que no al laboratorio y únicamente reconocieran como método válido de la
practica aunque haya abogado por la fundación de un laboratorio de psicología la experimentación. Esta nueva tanda de psicólogos tuvo
psicología en la Universidad de Viena. Para Brentano, la fuente de la por representantes principales a Külpe, Münsterberg, Stumpf y Ziehen,
experiencia psicológica consiste en la percepción interna, sin la cual pero entre ellos es necesario establecer algunas diferencias. OswALD ·
cualquier tentativa para comprender lo psíquico resulta estéril. Ade- KÜLPE (1862-1915), discípulo de Wundt, fundador de la escuela de
más, las percepciones del mundo exterior no pueder. brindiir modelos Würzburg, que publicó en 1883 un Gru.ndriss der Psychologie, debe
del pensamiento para el conocimiento de la vida psíquica· los hechos ser considerado solamente en parte entre los cexperimentalistas> puros,
1

psíquicos son de otra naturaleza: son actos del alma. En su conjunto porque su obra, por muchos motivos notable, y aunque expuesta sobre
forman el alma, de cuya realidad Brentano no duda. Por tal motivo bases experimentales y estando en su mayor parte dedicada a lo que
HISTORIA CBÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 501
500 ALBERTO L. MERANl

sables en cantidades cardinales. De este modo, los métodos preconiza-


es sujeto de experimento, se atiene también a diversas cuestiones c~si
puramente filosóficas, que luego desarrolló en sus Philosophische Stud~en. dos por la escuela de París serán el método de ?bs~roacián, tanto ~terna
como externa, que ase en vivo un estado ps1quico o su e~presion; el
y en una Einleitung in die Philosophie. Más avanzados en el sentido
método patológico, del cual Ribot enseñó el empleo; el met~ expe-
exp"rimentql fueron Ruco MÜNSTERBERG (1863-1916) y THEODOR ZIEGEN
rimental cualitativo o sea la experimentación aplicada a conJuntos de
(1862-1950), que aspiraron reducir cualquier investigación psicológica
hechos concretos; l~s encuestas perscmales, y por último el hipnotismo,
al estudio de los procesos fisiológicos que acompañan los estados psí-
que permite aislar y estudiar separadas algunas ac~ividades que, n~r­
quicos y que se entregaron por este camino a hipótesis tan arriesgadas
malmente subconscientes, están confundidas en medio de la trama sin-
como discutibles.
tética de la conciencia. Sería necesaria una obra especial para exponer
Con todas estas publicaciones, parciales o completas, a los finales del
en toda su amplitud el empleo de estos métodos y establecer el balance
siglo XIX el material de estudio va siendo siempre más copioso, de
del trabajo experimental realizado en Francia en una treintena de años
manera que escribir nuevos tratados de psicología exige una prepara-
y fijar }os resultados adquiridos. Éste sería. un estudi~ demasiado par-
ción larga y diligente.' Una de las últimas obras alemanas del siglo Y
ticular y aquí, en la historia general de la psicologia, nos contenta-
de mayor importancia es la publicada por FRIEDRICH JooL (1849-1914),
remos' con encarar la obra de algunos psicólogos que, a pesar de sus
Lehrbuch der Psychologie (1897), basado en las lecciones que por once
diferentes puntos de vista, representan mejor lo que se dio en llamar
años dictó en la Universidad alemana de Praga. Resume con amplitud
cEscuela de París>, y nos referimos a Alfred Binet, Pierre Janet,
de criterio los resultados obtenidos por los diversos métodos psicoló-
Frédéric Paulhan y Gabriel Tarde.
gicos y examina y discute los problemas principales que de ellos de-
ALFRED BINET (1857-1911), conocido sobre todo por la ~vención de
rivan como el cuerpo y el alma la conciencia y la inconsciencia, el
tiem~o y el espacio, el lenguaje' y el pensamiento, etc. Jodl, además, los tests de inteligencia, se inició en la psicología por las v1as del aso-
ciacionismo. inglés, para ser llevado por sus trabajos sobre las Altéra-
dedica una gran parte de su trabajo al estudio experimental de las sen-
ticm.s de la personnalité, a señalar y combatir los defectos de la teoría
saciones, sometiendo a un examen crítico muy cuidadoso los principios
de Stuart Mili. Para Binet, lo que define una personalidad psicológica
de las mediciones de Weber y Fechner. Por último, en el campo de la
no son las leyes impersonales de la asociación, sino la memoria y el
historia de la psicología encontramos varios intentos. CARL GusTAV
carácter, que esas leyes no pueden explicar. La sugestión hipnótica Y
CARUS (1789-1896) fue en 1808 el primero en publicar una HistO'l'ia de
el estudio de las disociaciones de la personalidad aclaran ese problema
la psii;:ología, pero con poco éxito; mucho más hermosas y completas
de manera insospechada. Las leyes de la asociación no pueden hacer-
son otras dos publicaciones del mismo tipo, la de HERMANN SIEBECK
nos comprender por qué y cómo recuerdos, conservados en la memoria
(1842-1920), Geschichte der Psychologie (1880-1884), y la de MAX DEs-
del sujeto, no se reavivan por las sensaciones que normalmente les
som (1867-1930), Geschichte der neurendeutschen Psychologie (1894),
están asociadas, mientras que estos mismos recuerdos reaparecen por
que va de Leibniz a Kant y que, basándose en una gran riqueza y pre-
la constitución artificial y experimental de un estadio anterior de la
cisión de noticias, da con mucha viveza de exposición un cuadro éom- personalidad. Para Binet ocurre que las ideas, sentimientos, percep-
pleto del movimiento de ideas que en el dominio de la psicología hubo ciones y recuerdos se reparten en síntesis autónomas, y cuando estamos
en Alemania en el siglo xvm.
dentro de una síntesis dada, requiere un gran esfuerzo despertar una
idea que pertenece a otra síntesis. Cada una de esas síntesis compone
3. La escuela de Parf.s. - Sin duda la corriente más fecunda de
una forma de carácter, y el carácter propio de cada síntesis se com-
la psicología en el siglo XIX fue la que derivó de los trabajos de Taine
bina con la memoria. Llevado por las alteraciones de la personalidad
y de Ribot, especialmente de este último, maestro indiscutido en Fr~n­ a estudiar los actos automáticos, tanto en el estado patológico como en
cia para las últimas décadas de la centuria pasada. En Francia, a dife-
el normal, Binet llega a resultados análogos a los obtenidos por Pierre
rencia de Inglaterra y de Alemania, la experimentación no recae sobre
Janet, lo cual no .es sorprendente, puesto que ambos proceden de las
las relaciones entre conjuntos de hechos y de funciones, Y como apun-
enseñanzas médicas de Charcot y sus experiencias asientan en la obser-
tará a conocer al individuo y los que éste siente, se asemeja más bien
• vación de histéricos. Según Binet, los elementos que norma~ente ayu-
a una clínica médica que a una medición mecánica. En cuanto a las
dan a constituir nuestro yo pueden separarse y continuar viviendo
leyes, no serán leyes físicas, como las entendían los psic~físicos, sino le-
cada uno por su parte y acompañados de una cierta conciencia; en
yes de orden, que tienen en cuenta funciones que var1an con recipro-
condiciones excepcionales: patológicas o experimentales, esos elemen-
cidad unas de otras, series y grupos de hechos, y no relaciones expre-
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
503
502 ALBERTO L. MERANI

nuestro siglo. Las pruebas de Binet pertenecen tanto a la historia del


~os se organizan en personalidades secundarias.9 De acuerdo con las diagnóstico psicológico como a la psicología infantil. Planeó sus .expe-
ideas de Paulhan, cuyo libro sobre L'activité mentale había aparecido ·rimentos de manera de aproximarse a las situaciones reales de la infan-
e~ 1889, y con Pierre Janet, que en el mismo año publicaba L'automa.-
cia, y junto con su ayudante, el médico Théodore Simon, elab~ra un
tisme psychologique, Binet, en 1892, se adhiere a la idea de la síntesis sistema gradual de «pruebas de inteligencia,, y para cada edad fiJa una
mental: la unidad de nuestra vida psíquica debe ser buscada en la «escala métrica)). Grupos de cinco tareas oportunamente elegidas ofre-
coordinación de los acontecimientos múltiples y variados que la com- cen la posibilidad de sondear la capacidad discriminadora del niño
ponen interiormente. . (explicar un diseño, definir una palabra, indicar la fecha, ordenar pesos,
Estas consideraciones llevaron a Binet y a sus colaboradores del cambiar dinero, etc.) .. Binet; como los que más tarde adaptaron los
Laboratorio de Psicología Experimental de la Sorbona a oponer a los tests de inteligencia a situaciones locales, creyó que los resultados obte-
sistemas facticios de los empiristas ingleses y de los experimentadores nidos esto es el llamado cociente intelectual, medía efectivamente el
alemanes un conjunto de métodos que permiten estudiar las funciones grado, de inteligencia.
' Esta deducción es consecuencia de ~os estudios
mentales propiamente dichas: juicio, razonamiento imaginación me- anteriores de Binet sobre la inteligencia; en efecto, despues de haber
moria, sentimiento. Estos métQdos son el objeto d~ su Introductum a combinado un sensualismo de forma ideológica con la tesis de Bergson,
la psychologie expérimentale,10 obra en la que por primera vez se según la cual percibimos los objetos como son· y donde están, Y de haber
encuen~ra una metodología completa, para el estudio de la memoria.
concluido que el espJritu aprehende la sensación sin agregarle nada,
A partir de ese momento, los trabajos de Binet acentúan cada vez más y que las leyes universales de la materia son las únicas que pueden
las diferencias entre las escuelas de Leipzig y de París. Para ésta se determinar su contenido, pasa a un dinamismo psicológico por el cual
trata de emplear procederes experimentales que permitan determinar supone que cualquier hecho mental es una actitud, una 'tendencia a
en los sujetos observados el estado de la sensibilidad de la memoria actuar, y que en presencia del objeto nuestra actividad se expresa por
de la imaginación, de la atención, de los sentimientos: de la voluntad'. reacciones motrices, mientras que en ausencia del mismo ·se traduce
~ai:a . Binet son los pr?c~sos más complicados que diferencian a los
por aptitudes, por actos virtuales, que permiten diferenciar las acti~­
i~div1duos Y qu; son mas mteresantes para el estudio del psicólogo. Pero,
des emotivas, acompañadas de sensaciones orgánicas fuertes, Y las acti-
sm duda, lo mas interesante de la obra de Binet es el Étude expéri- tudes intelectuales, ilustradas sobre todo por imágenes objetivas. De
mentale de l'intelligence. Insiste sobre la complejidad de la vida mental aquí que la capacidad discriminadora, producto del aprendizaje, como
Y ~ necesidad de estudiar lo que es personal en cada individuo, si se hemos demostrado,11 aparezca a Binet como la inteligencia propia-
qu1e;en comprender las funciones superiores del espíritu. Critica la mente dicha y le permitiera responder a la pregunta: ¿qué es la inte-
teon~ de l~ faculté :ruittresse: o sea del carácter dominante, aplicada a
ligencia?, con la desgraciada frase «lo que miden mis pruebas». En
la ps1colog1a por Tame, teoria que para Binet no tiene en cuenta la suma, y fuera de la gloria del momento que le otorgara la famosa
~omplejidad psíquica. También ataca con fuerza la doctrina de la
escala métrica de la inteligencia, la obra de Binet vale realmente por
imagen, mental, ~emostran~o ,que hay pensamientos sin imágenes y que el gran número de detalles: interesantes recogidos en el curso de sus
la teor1a del polipero de imagenes popularizada por Taine no corres- investigaciones experimentales, por la :r>aciencia y la constancia que
pon~e a la realidad. Según Binet, para transformar en imágenes el
puso en éstas y por los resultados que dan lugar sobre determinados
sentido de las palabras se requeriría un tiempo que al escuchar hablar puntos del análisis de la inteligencia, como por ejemplo la imagen
o al. leer corrientemente no disponemos. Comprendemos el sentido de
las ideas s_in pasar por las imágenes. Cuando hay imágenes, son vagas. mental. .
PIERRE JANET (1859-1947), aunque su obra se clasifique principal-
Cuan~o Bmet pretende elevarse de los temas particulares a las conse- mente en el ámbito de la psicopatología, ha rendido importantísimos
cuencias g.e?erales,, como en L'd~ et le corps, es confuso, pues carece servicios a la psicología. La tónica esencial de sus trabajos es que a la
de formac1on filosofica y de espiritu crítico, y es de este modo como vez que sistematiza pone en guardia contra el dogmatismo y presenta
nunca lle.~ó a ~r~cisar lo que entendía por actividad mental y cayó en las ideas que de ellos se deducen como hipótesis directoras y nunca
la confusion teonca .que sustenta a sus trabajos sobre la escala métrica como expresión de una doctrina absoluta. De sus obras, el libro sobre
de la inteligencia. L'automatisme psychDlogiqu.e, publicado en 1889, es un clásico de la
. En efect~,, desde 1908, y por encargo del Ministerio de la Educación, literatura psicológica. Además ha publicado trabajos notables sobre
Bmet trabaJO, en su famosa escal~ métrica, que está en los orígenes L' état mental des hysteriqu.es (1894) , sobre las N évroses et idées fi.Zes
de la testolog1a que se desarrollara en los primeros cuarenta años de
504 ALBERTO L. MERANI ' HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 505
(1898), Les obsessions et la psychasténie (1903), Les névroses (1909) y dados más o menos numerosos en un fenómeno nuevo de diferentes
cantidad de otros trabajos que lo convierten en uno de los autores elementos. rn La conciencia es, . según J anet, una verdadera creación.
más fecundos de fines del siglo pasado y principios de éste,12 sin contar Decir qué elementos sintetiza la conciencia es imposible, puesto que
numerosos artículos, principalmente en el Jo-urnal de Psychologie, del todo hecho de conciencia, por sit:nple que sea, es sintético. La actividad
que fuera uno de los fundadores y que da una idea de conjunto sintética está completada por el automatismo, que es útil para el vi-
de los trabajos. de sus discípulos y colaboradores. El interés de la viente en la medida que quede sometido a la síntesis. Estos resultados,
obra de Janet es doble: tanto la medicina como la psicología encuen- producto de la interpretación de hechos recogidos con los métodos pa-
tran en ella importantísimas observaciones, y no es difícil dar una idea tológicos, pueden ser considerados como definitivamente adquiridos, Y
de esos resultados, que Janet formuló repetidas veces con un len- se los comprende mejor con la claridad que aportan a la interpretación
guaje muy claro. Los métodos empleados por Pierre Janet fueron el de las neurosis y de las ideas fijas.
patológico y el hipnotismo. En L'automatisme psychofogique, el estudio Después de estudiar la histeria desde el punto de vista del psicólogo,
de las disociaciones. psíquicas en los histéricos lo lleva a definir dos Janet emprendió la dura tarea de separar· de un enorme conjunto de
nociones directoras importantes para la psicología: la síntesis mental observaciones, reunidas por él con el nombre de estctdos psicasténicos
y el automatismo. Para Janet, esas dos actividades colaboran tan estre- (obsesiones, impulsiones, manías, fobias, agitaciones, angustias), los
chamente en la vida normal que es difícil saber lo que corresponde a caracteres ·esenciales que, en relación con la vida mental, permiten defi-
cada una. Pero la histeria brinda experiencias i;uriosas en las cuales nir lo que hay de común en esos diversos estados. Esos caracteres
el automatismo aparece a plena luz y la vida psíquica se reduce a algu- esenciales son el sentimiento de incompletud y la pérdida de la funci6n
nos hechos simples. En efecto, el campo de la conciencia está restrin- del real. El sentimiento de incompletud proviene de la disininución de
gido en los histéricos y esos enfermos sólo pueden percibir pocas sen- la síntesis, de la reducción de la complejidad mental y del recuerdo
saciones al mismo tiempo y realizar pocos movimientos voluntarios. de un pensamiento antes más rico y más fácil. La pérdida de la fun-
De aquí, fenómenos psíquicos que se aíslan de la síntesis, formándose . ción del real significa que la adaptación a la realidad no se realiza Y
un subconsciente independiente y dividiéndose la personalidad. En que el enfermo, capaz de razonar y de vivir en lo imaginario, no es
esto, Janet comprueba la existenci8; de una forma rudimentaria de la capaz de actuar adaptándose a las circunstancias. Y de estos dos ca-
conciencia, que se reduce a la única imagen presente, con exclusión de racteres surge, para Janet, una nueva noción: la tensión psicol6gica,
la apreciación de la forma, de la dimensión, de la distancia, y termina que está en proporción con la riqueza del contenido mental y con la
por dar la razón a Maine de Biran con su teoría de la afección simple, potencia de síntesis que supone. Esta tensión sube y baja: su grado de
y de donde deduce que, en una conciencia, una sensación no provoca, elevación constituye el nivel mentctl. El nivel mental baja hasta los
como afirmaba Condillac, una serie de operaciones mentales, sino un fenómenos psíquicos inferiores cuando la atención y la voluntad están
movimiento. Por último, admite que un acto que antes fuera parte de ~onstituidas por rumiaciones, angustias y agitaciones motrices. Para
un todo vivido (como el puño cerrado y la cólera) provoca la repeti- Pierre Janet es insuficiente considerar, según la llamada teoría peri-
ción del conjunto del cual formó parte. Esto es lo que después fue férica de las emociones, como causa única de esas angustias trastornos
llamado ley de totctlizaci6n, que con sobrada justicia debería llamarse viscerales, ·como afirmaba Lange, o trastornos en las secreciones o en
.ley de Pierre Janeb, y que rige a ciertas asociaciones. Los trabajos la motilidad, como creía James; para Janet, las oscilaciones del nivel
sobre la histeria permiten a Janet conclúir que es equivocado consi- mental dependen de fenómenos superiores, debidos a la síntesis Y al
derar al juicio y a la voluntad como formas complicadas de funciones grado de adaptación al real. La prueba la encontramos en la derivación,
inferiores. La voluntad difiere del automatismo y no proviene de éste. de la que hace un análisis notable: ocurre que la fuerza destinada a
l!-:1 automatismo se repite, la acción voluntaria implica un nuevo reali- la actividad normal del pensamiento queda inutilizada y deriva hacia
zarse. La voluntad, sosteniéndose con la ideación, o sea el juicio y el otra parte; en lugar de producir síntesis nuevas, produce, entonces,
razonamiento, está lejos de ser una copia, y establece nuevas relacio- «agitaciones enormes, rumiaciones que duran horas, angustias con
nes, nuevas síntesis. La capacidad sintética se manifiesta con su grado trastornos respiratorios y cardíacos que parecen muy graves>.14 Esto
más elevado en el hombre de genio. La organización del genio es lo se produce cuando la actividad superior está detenida e~ su desenvol-
opuesto a la disociación y a la preponderancia del automatismo que se vimiento por un descenso del nivel mental.
observa en la locura. En consecuencia, para Janet la conciencia no es El conjunto de e~tas consideraciones llevó a Pierre Janet a un
un epifenómeno, sino cuna actividad de síntesis que reúne fenómenos ensayo de jerarquía de las operaciones mentales. La operación que
506 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 507

primero desaparece en los obsesionados, y que en consecuencia es la la clasificación de los conocimientos humanos de Comte, la corrige en
más difícil para ellos, es la función del real, que comprende la acción lo referente a este punto. Como Ribot, también combate el intelectua-
voluntaria, la perseverancia y el poder de regular voluntariamente los lismo y somete la teoría de la asociación a una crítica muy seria. Por
períodos de sueño y de vigilia. La· acción voluntaria presenta mayor último, concuerda con Ribot en la existencia de una vida psíquica
dificultad cuando es social, puesto que el psicasténico se preocupa con inconséíente y la relaciona con el sistema nervioso: el proceso nervioso,
exageración por los sentimientos de los demás. A la acción social se une inclusive cuando no está acompañado de conciencia, puede tener alcan-
la acción profesional. La acción social es tanto más difícil cuanto más ces psicológicos. Pero, ¿qué es para Paulhan la vida mental y cómo
esfuerzo de adaptación exige e implica lo nuevo; también es difícil la aparece la conciencia? En la medida que una función orgánica actúa li-
coordinación de los actos con el conjunto de la personalidad. A la fun- bremente no tenemos conciencia de ella; pero cuando sufre un incon-
ción del real se une la atención y la creencia en el mundo exterior. veniente sentimos una emoción. Todo hecho consciente resulta de la
Los psicasténicos no se forman una noción precisa de lo que está pre- detención de una tendencia, mientras que todo recho psíquico (no
sente, o sea de un acto complejo que abarcamos con un solo estado de consciente) es una tendencia. Si la tendencia no encuentra obstáculo,
conciencia. Sin duda, inclusive en el estado normal, la atención a este se cumple lo más rápidamente posible y con un mínimo de conciencia.
alto grado, también se relaja. «Pensamos sin tener necesidad de elegir El hecho consciente en general, y especialmente los estados afectivos,
a cada instante entre creencias y negaciones~, 15 pero hay actos que son, pues, signo de un trastorno del organismo. Con mayor exactitud,
exigen una tensión psicológica de la cual los psicasténicos son incapa- si una tendencia es contrariada es porque entra en conflicto con otras
ces. El segundo grado de la jerarquía mental comprende el cumpli- tendencias. Por consiguiente, el hecho consciente que son los estados
miento de actos corrientes, pero sin la concentración que exige la aten- afectivos nos revela ese conflicto y al mismo tiempo nos hace conocer
ción prestada al real. Éstos son los actos múltiples que cumplimos por la existencia de numerosas tendencias, más o menos bien unificadas,
hábito, sin aplicarnos a ellos especialmente. En el tercer grado se ubi- que constituyen nuestra vida mental. Cada tendencia es el índice de la
can el razonamiento, la memoria representativa y la imaginación, que acción de numerosos procesos fisiológicos. Con Ribot, Paulhan admite
continúan funcionando en los psicasténicos cuando las operaciones de una memoria afectiva: sentimientos que no son actualmente los míos
los dos primeros grados están atacadas. El cuarto grado está formado son a veces evocados por un objeto que encuentro después de haberlo
por las emociones que se desarrollan sin relación con el real: son tras- perdido de vista por mucho tiempo. El recuerdo afectivo es mucho
tornos vagos y sin objeto, producidos por reacciones viscerales y mo- más intenso que el recuerdo intelectual; al no estar alterado por las
trices. La función del real, que para Janet domina toda la jerarquía circunstancias de ambiente y las preocupaciones que perturban al sen-
psicológica, es la síntesis mental, a la cual se agrega la noción de timiento actual, puede aumentar en intensidad y en pureza. Si el senti-
riqueza de las sensaciones y de las ideas que engloba, en estado activo, miento se exalta por el recuerdo, mientras que la memoria de una
esa síntesis. En siguiendo el ejemplo de Ribot, Pierre Janet ve la vida percepción es más débil que la percepción misma, es porque la reduc-
mental en profundidad y trata de descubrir su estructura; emplea los ción o simplificación operada por la vida mental alcanza la percepción,
mismos métodos que Ribot y procede de una concepción general aná- mientras que los sentimientos tienen una organización que escapa a la
loga. Pero completa la obra de Ribot en el sentido de que se da conciencia que sistematiza. En resumen, para Paulhan, el fondo de
cuenta más exactamente del dinamismo del espíritu y de su actividad nuestra naturaleza mental está constituido por tendencias que se vuel-
sintética. Las nociones de síntesis y de automatismo, de tensión y de ven conscientes por el hecho de que se enfrentan en conflicto entre
nivel mental, de voluntad consciente y de operaciones subconscientes ellas.
aportaron nuevas inquietudes en la psicología. 1 6 Por último, el ensayo No obstante, queda pendiente la cuestión del equilibrio. y de la
de jerarquía de las funciones mentales corresponde a lo que Cournot armonía de esas tendencias. La vida mental es, en efecto, una organiza-
esperaba de la psicología. ción más o menos coherente. Esto proviene para Paulhan de necesidades
La obra de FRÉDÉRic PAULHAN (1862-1931) está compuesta por una de la conservación del individuo y de su adaptación a las condiciones de
psicología teórica que formuló en Les phénomenes affectives (1890) Y la existencia. De ello resulta que la actividad psíquica está impregnada
en L'actfoité menta.le (1892), y en muchos otros estudios de psicología por una finalidad interna, que ordena los elementos. Esta finalidad es,
concreta, como Les caracteres (1899). En cuanto a la psicología teórica para Paulhan, en última instancia, el resultado de la evolución tal
de Paulhan, los métodos son los de Ribot; como éste, reconoce el valor como la entendía Spencer, y no el índice de un plan trazado de ante-
y la independencia de la psicología como ciencia, y aunque admirando mano, creacionista o no. La ley de asociación sistemática, que para
508 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 509
Paulhan domina toda la psicología, es la siguiente: «Todo hecho psí- marca sobre todo en los reflexivos y dueños de sí mismos; la asociación
quico tiende a asociarse y hace nacer los hechos psíquicos que pueden por contraste, con sus luchas y sus conflictos, explica numerosas varia-
armonizar con él, que pueden concurrir con él hacia un fin común o ciones en los caracteres. Además, los casos de menor cohesión nos hacen
hacia fines armónicos, que, con él, pueden formar un sistema.> 11 comprender los caracteres impulsivos y los incoherentes. En lugar de
Asociaci6n sistemática y finalidad reinan soberanas en la psicología. invocar las leyes sintéticas de la vida mental, Paulhan cree poder de-
Para Paulhan, las leyes de la asociación no deben ser consideradas como terminar los caracteres según las cualidades de las tendencias que
leyes abstractas; las asociaciones, tal cual las concibe, se organizan a los componen. Este sistema se aplica más a las clases que a los indi-
través de continuos conflictos de tendencias y siempre en vista de una viduos, y el libro Les caracteres es, al respecto, un verdadero reperto-
finalidad, de donde resulta que en la vida mental se impone continua- rio. En él se encuentra un cuadro esquemático de los principales.grupos
mente una selección. Esta selección encuentra su fórmula en la ley de tendencias que se encuentran en el europeo instruido. Retomando
de inhibici6n sistemática, según la cual todo fenómeno psíquico tiende ese cuadro, Paulhan lo aplica a individuos concretos, tanto hombres
a obstaculizar los otros fenómenos que no se le pueden unir para un ilustres como gente corriente, y así el cuadro se vuelve viviente en la
fin común. En cuanto a la sustituci6n psíquica, que comprende nume- medida que se fija en personajes. Más aún, en la misma obra nos da
rosos casos en los que un deseo, una idea, un acto, se sustituyen por reglas para poder descubrir las tendencias y definir los caracteres indi-
otros se explica por las dos leyes que acabamos de· analizar: de aso- :viduales. Pero no son solamente los caracteres, sino también los tipos,
ciaciÓn y de inhibición sistemática. Paulhan destaca que la asociación lo que preocupó a Paulhan: tipos intelectuales, espíritus l6gicos y espí-
sistemática reviste muy a menudo la forma del con.traste, de la cual ritus falsos, analistas y espíritus sintéticos. El interés de estas inves-
la sensación nos enseña la importancia, puesto que percibimos los obje- tigaciones está en la flexibilidad del método y en el cuidado que pone
tos solamente porque contrastan unos sobre los otros; de la m~ma ma- para no sustituir la multiplicidad de la vida por la abstracción.
nera una creencia jamás adquiere tanta fuerza como cuando hay En la obra de Paulhan está patente un grave defecto de la psicolo-
otra 'creencia que la contradice. De este modo, las formas que los empi- gía científica, o sea el de una psicología que pretende prescindir del
ristas ingieses creían esenciales, las asociaciones por contigüidad o por sujeto, de la actividad propia y del movimiento de la conciencia, y que
semejanza, caen en un suborden. Según Paulhan, el sistema clásico por lo mismo desemboca inevitablemente en la negación de toda vida
del asociadonismo comete el error de querer reconstruir la vida men- mental autónoma. Por consiguiente, no debe sorprendernos t;!ncontrar,
tal por medio de elementos abstractos, sin tener en cuenta las reaccio- paralelamente con el desarrollo de la psicología científica en Francia,
nes del individuo y la finalidad orgánica. Pero termina por colocarse una línea de filósofos que, como Fouillée, Lachelier, Boutroux, Hanne-
en el mismo terreno de los psicólogos que critica cuando afirma que, quin, Lagneau, Brunschvicg, Lalande,. se dieron a la tarea de exaltar
para él, «el espíritu sólo se distingue de sus elementos porque es su el espiritualismo y el idealismo y hacer ver que una «psicología sin
síntesis»,1s y son precisamente los elementos los que viven, se asocian, alma» es una monstruosidad. Y en relación con esto, nos queda todavía
se coordinan. por hablar de un autor que es difícil de clasificar, porque se dedicó
A la doctrina de Paulhan le falta la explicación de la actividad per- sobre todo a la psicología colectiva y, recurriendo a. nociones cercanas
sonal; no establece lo que es subjetivo y lo que no lo es; todo se con- a. las de una psicología científica, hizo de .ellas un empleo original, por
funde: tendencias, elementos fisiológicos, ideas, finalidad. Algo que el cual supera el punto de vista de esta psicología y se acerca a las
Paulhan no nos enseña es la relación exacta entre las tendencias, que tendencias filosóficas nacientes en la época. Nos referimos a Gabriel
son psicológicas, y la actividad orgánica, y la relación entre lo que es Tarde.
inconsciente y lo .que es consciente. Los defectos de la psicología teó- GABRIEL TARDE (1843-1904), miembro de una familia de magistrados
rica de Taine no se atenúan en la doctrina de Paulhan. Su psicología y de investigadores, se dedicó a la carrera jurídica hasta llegar al cargo
concreta, coronamiento de su psicología teórica, procura primero defi- .de jefe de la oficina de estadísticas del Ministerio de la Justicia, para
nir los caracteres y los tipos. La reconstitución metódica de caracteres convertirse finalmente, en 1900, en profesor del College de France.
individuales, como los de Darwin 19 y de Flaubert,20 asienta en el aná- Entre sus numerosas obras, son particularmente interesantes para la
lJ,;is de las tendencias individuales y de sus relaciones, determinadas psicología Les lois de l'imitation (1890), Logique sociale '(1893), L'oppo-
por las leyes de asociación y sobre la finalidad biológica. Las leyes psi- sition universelle (1897), :ttudes de psychologie socia.le (1898), L' opini<m
cológicas permiten clasificar los caracteres: a la asociación sistemática et lo joule (1901), Psychologie écanomique (1902). Tarde se inicia en
responden los equilibrados y los unificados; la ley de inhibición se la psicología cuando ésta escapa en Francia al dominio del eclecticismo
msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 511
510 ALBERTO L. MERAN!

y, rechazando las críticas de Comte y de Cournot, se afirma en lo que invención· primero se realiza por mu.lti-conciencia; libre, después, de
se llamó la «Vía científica». Participó en este movimiento y extendió conflictos,' se unifica de inmediato. Y Tarde toma como ejemplo la for-
el dominio de l~ investigación psicológica al afirmar que solamente mación del dogma •cristiano, que «por el esfuerzo cerebral de una mul-
ella permite explicar la vida social, comprender los fenómenos eco- titud de fieles que, cada uno apartado en su pequeña iglesia aislada,
nómicos, que en vano se intentan reducir a leyes mecánicas. Para Tarde. concilian como pueden sus diversos artículos de fe; en segundo lugar,
pretender interpretar los hechos sociales sin tener en cuenta la con- por el triunfo, después de innumerables conflictos oscuro~ Y alg~~s
ciencia de los individuos es una empresa condenada de antemano al luchas ruidosas entre esos millares de credos, por el triunfo Y donunio
fracaso. La única realidad social son los individuos; un grupo no es indiscutido de uno de ellos, que es el símbolo de Atanasio».22 Para
una entidad por encima o afuera de los hombres que lo co~ponen, y ei Tarde la vida social presenta, como la psicología en la concepción de
espíritu del grupo está formado por ciertos acontecimientos psicológi- Ribot,' capas superpuestas: primero una estratificación de descubri-
cos que transcurren en la conciencia de los individuos que lo consti- mientos antiguos y de iniciativas de antaño, reunidos en tradiciones,
tuyen. Con esta interpretación, Tarde se opone al materialismo histó- en lenguas' religiones, ciencias y en usos; por encima, «algún punto .
brillante y multicolor cuyo arrastre se llama historia». 28 La alternancia
rico y a las concepciones sociológicas mecanicistas de Durkheim y
Lévy-Bruhl, cuya boga comenzaba. Y bien, ¿cuáles son para Tarde los de la organización y de la novedad se realiza en medio de contradic-
caracteres fundamentales de la vida psicológica y, por consiguiente, de ciones e incoherencias; las causas de la invención se deben preguntar
la vida social? La creación y el deseo. Es imposible explicar la nece- primero a la psicología del individuo genial, a sus creencias y a sus
sidad de alimentos, de vestidos, de abrigo, sin tener en cuenta las ne- deseos; después, con las oposiciones lógicas, al acuerdo y fusión entre
cesidades conscientes del individuo; más imposible todavía, sin la sen- sus ideas; luego, a las condiciones biológicas que presiden el nacimiento
sibilidad, comprender el alcance de las necesidades superiores, arte;. del genio; por último, a las relaciones sociales que hacen posible su
lujo, verdad, justicia; imposible, por último, saber en qué consisten las eclosión. En cuanto al OTden de las invenciones y a su organización,
relaciones económicas de otra manera que a través del individuo, pues se comprueba que en algunas civilizaciones inferiores las ideas coexis-
un mercader avisado, un industrial hábil están constantemente preocu- ten, contradictorias, sin chocar; que en una fase superior se comprueba
pados por la psicología en tanto sueñan con sus clientes; suponen sus esas contradicciones y se busca suprimirlas: cosas nuevas sustituyen
deseos y buscan los medios de captarlos. Tarde, como observador, tiene entonces a las antiguas, o, mejor aún, se establecen grados de subor-
el sentido de la complejidad y de la riqueza del real. Como Cournot. dinación entre los hechos sociales. De aquí, dTarde deduce que la parte
acude siempre a ejemplos originales, que recoge observando los hom- de la individualidad y de la conciencia así definidas, que forma pro-
bres o las cosas, o en el curso de sus ·lecturas históricas o científicas. piamente hablando el grupo social, es la imitación. Un grupo social es
También como Cournot repudia la exposición sistemática porque estima una colección de seres en tanto que están en función de «imitarse entre
que quita colorido a la realidad, y prefiere la intuición de la multipli- ellos o en tanto que, sin imitarse actualmente, se asemejan y sus rasgos
cidad viviente. En nombre de esta realidad se opone a la hipótesis de comunes son copias antiguas de un mismo modelo». 24 En todo· donde
Spencer, que considera la evolución como una serie de disociaciones hay imitación, «incluso entre el hombre y las especies animales que ha
que arrancan de lo homogéneo. Según Tarde, lo primtivo no es lo domesticado, hay sociedad o comienzo de sociedad. 25 La· imitación tiene
homogéneo: es lo heterogéneo, y éste se debilita y se mecaniza al su fundamento en la psicología. Socialmente .es un equivalente de lo
pasar a lo homogéneo. Lo homogéneo no se encuentra en ninguna que son la memoria y el hábito para el individuo. A menudo es incons-
parte, ni siquiera en el fenómeno mecá.D.ico. Apliquemos ahora la tesis ciente. «Tener ideas sugeridas y creerlas espontáneas: tal es la ilusión
de la heterogeneidad a la sociedad: comprobaremos que nuestros obje- propia del sonámbulo y también del hombre social.» 26
tos usuales y nuestras costumbres diarias comenzaron por ser indivi- Al reflexionar sobre el carácter psicológico de la vida social,
duales. En la sociedad, como en la naturaleza, lo original es lo indi- Tarde llega a distinguir la psicología propiamente individual y otra
vidual y lo variado. El fondo de las cosas se compone de una multitud psicología que, aunque produciéndose únicamente en la conciencia de
tumultuosa de elementos individuales. «Se ha admirado demasiado los individuos, implica sin embargo relaeiones entre ellos: es la psico-
-escribe Tarde 21 - la sabiduría de la naturaleza, y muy poco la ambi- logía intermental o intercerebral, denominada finalmente y más sim-
ción y la audacia que estallan en ella cuando se la obser\ra bien.,. El plemente por su creador interpsicología. La interpsicología es el estudio
hecho del individuo es, pues, la invención, la iniciativa. En él, todo es del yo en tanto que impresionado por otro yo, «Sintiendo un ser sen-
obra de conciencia. Pero no es en una sola conciencia que nace la sible, queriendo un ser voluntario, percibiendo un ser inteligente,
512 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 513
simpa,tizcindo, en suma, con su objeto. Se puede definir la psicología ser dogmático, interesante también por su ensayo de sintetizar las no-
ordinaria por las «relaciones del espíritu con la universalidad de los ciones cuantitativas y cualitativas por medio de datos psicológicos.
seres exteriores», y la interpsicología, por las «relaciones mutuas de
los espíritus, sus influencias unilaterales y recíprocas».21 Su método es 4. Orígenes del pragmatismo norteamericano. - Para el siglo XIX,
observación a la vez subjetiva y objetiva, el único· que alcanza su obJ' eto los Estados Unidos de Norteamérica carecen de tradición filosófica; las
.
que es siempre, en materia social, «algo que pasa en la conciencia o la' realidades cotidianas y la teología son las únicas preocupaciones «inte-
subconsciencia de nuestros semejantes. Y ¿dónde podemos. estudiar resantes~. No hay pensamiento filosófico y científico verdaderamente
mejor ese objeto que en su espejo, que está en nosotros mismos?» 28 original, y tampiaco se puede hablar de psicología, porque las ideas que
La interpsicología es más amplia que la psicología social, que vimos reinan con este sentido son una mezcla confusa de consideraciones pas-
desarrollar a la escuela alemana, pues estudia algunas relaciones que torales y didácticas. Tanto es así, que en el Congreso Internacional de
no tienen nada de s,ocial, como el hecho de ensayar a adivinar, según la Psicología de 1929, James Me Keen Cattell, que fuera el primer cate-
expresid'n y los movimientos, lo que experimenta o piensa un hombre drático de psicología en los Estados Unidos, en la Universidad de
o un animal. La relación social es ese género de relación interpsicoló- Pennsylvania en 1888, pudo declarar: «Una historia de la psicología
gica en el cual un ser actúa mentalmente sobre otro. La acción irter- americana anterior a estos últimos cincuenta años sería tan breve como
mental, que se comprueba por ejemplo en la conversación, causa uni- una obra sobre las serpientes de Irlanda -donde no las hay- desde
versal y continua de transformación social, en la acción del individuo los tiempos de San Patricio.» Sin embargo, estamos obligados a de-
sobre la multitud, o de la multitud sobre el individuo, está sometida tenemos en las últimas décadas del siglo pasado en los Estados Unidos
a un conjunto de condiciones: físicas, como los medios de comunica- de Norteamérica, porque la carencia de una verdadera psicología en-
ción; fisiológicas, como la edad, que influye más que la raza, ·sobre la globa, a la vez, fas fuerzas y razones de la explosión pragmática que
capacidad d\? recibir influencias; psicológicas, voluntad, visión imagi- la psicoiogía sufrirá allá en lo que va de nuestra centuria. En efecto,
nadora, impulso de la pasión; sociales, comenzando por el lenguaje, la para 1862, cuando Wuhdt publica su primer ensayo sobre La teoría de
religión y la educación. En todo esto, la conciencia no es, según Tarde, las percepciones, cuando aparece La psicología alemana contemporánea
un epifenómeno, sino el más eficaz de los fenómenos. Por lo demás, de Ribot, en los Estados Unidos se anuncia una asombrosa prosperidad
la conciencia no es un juego de imágenes, sino la acción de una con- económica; al mismo tiempo que llega. a su máximo nivel l~ «conquista
vicción, de una certeza individual. Y, socialmente, el valor de las cosas del Oeste», que John D. Rockefeller funda la Standard Oil Company,
no se determina por leyes independientes de la conciencia de los indi- que Vanderbilt y Morgan comienzan a entretejer el monopolio de' los fe-
v lduos, sino por pesadas internas de deseos y por las creencias. No es rrocarriles, en 1882 aparece el instrumento esencial, poderoso e inigua-
la concurrencia de compradores lo que influye sobre el precio de las . lado para conglomerar capitales que es el trust. El ·auge económico se
cosas, sino la concurrencia psicológica de los deseos. La moneda es, acompaña, como en todos los casos donde hay mala conciencia, de
desde este punto de vista, la medida de las cantidades sociales y, por homenajes al espíritu qüe, cuando está bien administrado, también se
con.siguiente, de las manifestaciones de las creencias y de los deseos.29 vuelve rentable. Las universidades son privadas y la inversión de capi-
.Csta teoría pone el acento sobre la importancia social del individuo, tales en ellas, en un país ávido de técnicos, produce buenos dividen-
especialmente del innovador; la potencia de la imitación continúa y dos, y es de este modo como junto al negocio de lo tangible se suma
propaga la invención; por los intercambios interpsicológicos, las ideas, el negocio de ese algo etéreo, pero que brinda prestigio y promete
que primero dirigen grupos sociales restringidos, se expanden y se for- buena renta, que es la cultura universitaria. Las inversiones en las
man públicos y una opinión. En todo esto .reina una finalidad que se universidades aumentan con el ritmo de crecimiento de las industrias
manifiesta en adaptaciones o armonías múltiples que se interpenetran, del petróleo y. del acero, y están a disposición de los estudiantes nume-
aunque conservando siempre algo de su impulsión primitiva, o sea de rosas becas para perfeccionarse en el extranjero. El interés que hoy en
la genialidad del innovador. Las ideas nuevas entran en conflicto entre día mueve a los estudiantes de los países subdesarrollados por seguir
ellas y con las ideas antiguas, pero esas luchas no son definitivas y cursos en los Estados Unidos, el prestigio que otorgan esos cursos,
pueden resolverse en armonías. Después de lo expuesto es inútil des- bien o mal seguidos, al regreso, es fenómeno que allá 'tuvo sus ante-
tacar que Tarde es el primero que intentó formular una teoría científica cedentes. Los estudiantes norteamericanos van a Europa para comple-
de la psicología social y extendió sus principios de explicación a los tar sus conocimientos, y dos países de ultramar, Francia y Alemania,
düerentes hechos de la vida colectiva: sistema completo, coherente sin son metas preferidas, pero sobre todo Alemania, cuya pujanza en el

33
'514 ALBERTO L. MERANI IDSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 515
.campo técnico e industrial asombra a la nueva sociedad que despierta metafísica en una historia general de la filosofía; pero en ambos casos ·
a la praxis. La psicología interesa, en escapando a las nebulosas teoló- hay una circunstancia que obliga a ocuparse de él, y es su relación
gicas y didácticas que es su tradición en este terreno, a los norteameri- con el pragmatismo y la influencia que esta doctrina tendrá en nuestro
canos, que empiezan a preocuparse por el hombre que les imponen siglo. Los libros de James son fáciles de leer y su estilo abunda en
las circunstancias históricas que viven: el hombre de la acción y del frases lapidarias que se recuerdan bien, que impresionan al lector inge-
riesgo, el «Cruzado» del Oeste, que el Babbitt de las ciudades procura nuo o desprevenido y que carecen de significado: «Una idea dotada de
emular en los negocios y admira, en secreto, por su energía primitiva. existencia permanente», c:una entidad tan abstracta como el rey de
Dos cescuelas» de. psicología disputan por entonces la primacía en pique», «la conciencia es un reflector que se ilumina a sí mismo», «una
Europa: la francesa y la alemana. Ambas han tomado después de me- idea verdadera es una idea que triunfa», ése está triste porque se llora,
diados del siglo el rumbo experimental, pero de tónica bien diversa, y no se llora porque se está triste». Además, hay en James una gran-
como vimos en los capítulos anteriores. Mientras la «escuela» francesa dísima inclinación por las ideas generales, por el tono anecdótico, todo
continúa preocupándose por la conciencia como fenómeno esencial de lo cual confunde y a veces hace pensar en el trabajo de un simulador,
la vida psíquica, la alemana la enfoca como epifenómeno que puede ya sea en la psicología como en la filosofía. Para .principios de nuestro
quedar en las puertas del laboratorio; no se trata de que niegue la siglo, su fama es indiscutida en los Estados Unidos, y Europa lo aclama
conciencia, pero tampoco de que haga de ella un pivote de sus especu- sin leerlo a través de un artículo famoso de Henri Bergson, 81 que debía
laciones: simplemente le concede interés paralelo, esto es, filosófico. servir de Prefacio a la traducción francesa del libro de James sobre
Este enfoque, que aparentemente acerca a la «anatomía» del hombre EL pragmatismo, publicado en 1911.
de acción, que puede explicar sus actitudes individuales y colectivas. Su obra más importante, PrincipLes of Psychology, aparece en 1890, 8Z
sus reflejos y reacciones, fascina a los estudiantes norteamericanos de el momento cuando Helmholtz publica su famoso Manual de Óptica
psicología, que hacen de Leipzig su meca. Cuando, en 1879, Wundt fisiológica, y James sostiene la necesidad de poner la psicología sobre
instala su laboratorio, se produce la afluencia masiva de norteamerica- bases exactas análogas. Earte de la hipótesis fundamental de gue la
nos ansiosos de aprender a su lado la manera de hacer del laboratorio actividad mental es una función de la actividad cerebral; sos.tiene g,ye
cun sistema y un método de introspección». James, Stanley Hall, Cat- el hábito es una propiedad de los centros nerviosos, gue el sentimient9
tell, Scripture, Angell, Warren, Stratton, Judd y muchísimos ·otros que del esfuerzb_y la emoción son fenómenos esencialmente fisiológicos. En
se perdieron luego en el anonimato llegan a Alemania para iniciarse en una palabra,, afirma que la psicología debe ser una cnatural science>,
la nueva ciencia que puede, como afirmara un día Cattell, asimilarse al mismo tiempo que confiesa que su objeto es algo completamente
a una concepción más «industriah del laboratorio. De retorno a los diverso de la realidad física; tan diverso, que el análisis instrumental
Estados Unidos, con buenos fondos a su disposición, crean cátedras de y la concepción mecanicista son para ella letales. En ninguno de sus
la materia y organizan laboratorios. Para 1876, ya William James había trabajos, inclusive filosóficos, James logró superar esta situación de
instalado un pequeño laboratorio de psicología en Harvard; pero fue antinomia de su pensamiento, y ¡,ecae siempre en el tema de !os
Stanley Hall quien, nombrado profesor de filosofía, pedagogía y psico- PrincipiQ§..._.9.JL._@e el hombre es en todo y para todo naturaleza~
logía en la Universidad John Hopkins en 1883, establece en ese mismo tamhlé..JJ....~clu~ivamente razón: «Todo es naturaleza, y todo es al mismo
a.ño el primer laboratorio de psicología oficialmente reconocido en los ti..e!!l.rut razón.» En 1876 instala en la Universidad de Harvard un labo-
Estados Unidos. Cinco años después, Cattell hace lo mismo en la ratorio de psicología experimental, aunque, como destacara uno de sus
Universidad de Pennsylvania, con el aditamento que a la investigación apologistas,33 «por su naturaleza odiaba las investigaciones experi-
agrega la enseñanza. Es a partir de 1888 cuando comienza la verdadera me,ntalesi>. Antes de publicar los Principles abandona el laboratorio,
proliferación de los laboratorios: tres en esa fecha, otros tres al año y, aparecido este libro, se preocupa durante casi veinte años por el
siguiente, cuatro en 1890, dos en 1891, cinco en 1892, etc.; tanto es así problema de la conciencia, o, mejor dicho,· de su existencia, que da
que solamente James Mark Baldwin organiza tres.so origen a su trabajo Does consci01LSness exist? (1904). Esta duda lo lleva
WILLIAM JAMES (1842-1910) estudió medicina, que no ejerció, dedi- a cambiar de cátedra en la Universidad; hasta 1889, James había ense-
cándose a la enseñanza de la fisiología, para después, por inllujo de ñado filosofía; luego había pasado a la psicología, para retornar en 1897
Wundt, dedicarse a la psicología y, finalmente, desembocar en la filo- a la enseñanza de la primera. Es el momento del i;pnflicto entre poai-
sofía. En realidad, en una historia general de la psicología, James no tivismo e idealismo, y James adopta un punto de vista particular: ífil::-
tiene real cabida ni siquiera entre los epígonos, como no la tiene su ciador del pragmatismo, ~_.Q2! algunos también precursor del con-
516 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 517

ductismo, 34 mientras que Qtros lo edg_~n er¡._..Q~ggidQ adversario del ralismo, con el sentido de que la atención del psicólogo se dirige no
positivismo. Sus dudas, sus ambivalencias, se prestan a cualquier in- sólo a los elementos, sino también a sus combinaciones o pattern.s;
terpretación, tanto que no han faltado tratadistas, como Boring s11 y aboga por la readucción atomística de la conciencia en tres categorfus
º
Linschoten, 3 que intentaron comprenderlo entre los fenomenólogos. de elementos: sensaciones, imágenes y afecciones. Para Titchener, la
La verdad es que para James la psicología, como «science of mental conciencia es el único criterio que, dentro de la hipótesis del parale-
liíe», se remonta en su · origen a «experiencias en cualquier senti_do>, lismo psicofísico, permite distinguir la serie psicológica de la serie
pero estas experiencias no pueden ser «Objeto», dado que experimen- física, y, ·según sus conclusiones, la introspección es el único criterio
tarlas representaría una corriente continua en la cual el que experi- que puede utilizarse, puesto que ésta y la extrospección caracterizan,
menta está activo. Son relaciones con estados cerebrales, pero no por respectivamente, los puntos de vista de la psicología y de la física sobre
eso «aferrables», porque e.ntre,...eL_~sJ.imYlQ.__ ~Jª~rn.stc~cjQ_p__;?_e_j_IJj;er~all!.n un objeto común: la Naturaleza. De este modo, la iP,,trg,m~.c\i:i6?J. expe-
µna serie de ex2eriencias que constituyen la conciencia. No obstante, rimental es, esencialmente, un m#Q<4>... 4fi!, imw:esión que implica dos
aunque la conciencia sea necesaria para que el organismo pueda adap- fases. En la ~riffi.~ra fase de}a experiencia, el sujeto debe permanecer
tarse al mundo, es sin embargo un fenómeno sui generis, y como tal completamente ·:misiv~; 11\ s~guz¡,da fase consiste en una relación del
debe ser descrito. De aquí que James parta del concepto, muy discu- sujeto sobre lo que ocurrió '-en su conciencia durante la experiencia.
tido entonces, de la psicología alemana de Erlebnistrom, que traduce Como complemento del método de la impresión se agrega un desarrollo
como «the stream of conciousness», «the stream of thoughb>, el flujo de del método de la expresión, que pretende, por ejemplo, revelar el paso
la conciencia o el flujo del pensamiento, que representaría una sensa- de un proceso afectivo gracias a las pulsaciones de una arteria, al
ción fundamental. En este flujo cambiarían continuamente las expe- ritmo respiratorio, a lo~ movimientos involuntarios. Pero esto es exclu-
riencias; ninguna experiencia retornaría sin cambio: la sensación. eJ sivamente subsidiario; +'itchener sigue siendo introspeccionista por
S~P,~~ lar;¡ !::Q§~~~n,__,,gILJ:-Q!ltimuUJJJ.ciuª_gQ:n, principio y por intención.1 Caracterizar, pues, la psicología de Titchener,
fo~n:Usmo g,ue los...Rt21:e~2s 1:im:brales que_ no el?tán en la___has_e, Inclusive con todo lo que tiene de\ concreto, de efectivo y a la vez de ilusorio,
el reconocimiento de lo idéntico sería efecto del factor de cambio. es imposible; los tratadisi;:is norteamericanos hablan, según la época,
EDWARD BRADFORD TITCHENER (1867-1927) fue un inglés que estudió de psicoestática, de ronte?it-psychology (psicología del contenido), de
con Wundt en Leipzig y del cual se autoconvirtió en heredero _espiri- experimentalismo, de estnicturalismo, de introspeccionismo, de exis-
tual, tanto que no sólo tonió del maestro sus maneras de pensar, sino tencialismo, sin que en reaqdad ninguna de esas expresiones vaya más
también sus maneras de ser: rigor científico y rigidez profesora! allá de un deseo de interpretación. Lo cierto es que los cambios e
(siempre dictó la cátedra vestido con toga), así como inquebrantable incertidumbres de Titchener, que llevan su doctrina de la sensación al
firmeza doctrinaria. En 1892 fue nombrado, a la edad de veinticinco atributo, luego del atributo a la dimensión, representan las etapas de
años, profesor de psicología en los Estados Unidos, donde permaneció transición que llevaron, ya al iniciarse nuestro siglo, de la psicología
por el resto de su vida. Su ideal científico fue hacer ciencia «pura» y de Wundt al operacionismo de las escuelas norteamericanas actuales.
combatir los que buscaban en la psicología respuesta inmediata a pro- - De todos los psicólogos norteamericanos que acudieron al laborato-
blemas prácticos; se sentía poderoso, y en todas partes donde reinaba, rio de Leipzig, el que se mantuvo completamente apegado, hasta la
sobre todo en la Universidad de Cornell, que fue su reducto, decretó intransigencia, a las técnicas de Wundt fue Titchener; el laboratorio
el ostracismo de los testistas, de los psicotécnicos y hasta de las muje- de la Universidad de Comell, un enorme piso con veintitrés grandes
res. Su psicología la llamó «expe:i:i,p,1entab, con el sentido de que sig- salas de trabajo, continuó en sus métodos directamen,te inspirados por
nifica análisis._de_los contenidos. conscientes, lo cual para él era sinó- Wundt. La inevitable decepción q~ en todas partes provoca la llamada
nimo de científico. Formó una legión de discípulos que manejó con psicología experimental aviva el espíritu crítico de los psicólogos que,
disciplina férrea y' bajo cuyos nombres publicó la mayor parte de sus decepcionados también por los filósofos que anteponen a todo la Idea
trabajos, 87 y a los que azuzó constantemente contra las posiciones opues- y el Espíritu, descubren finalmente -un nuevo campo en el evolucio-
tas y vigiló con celo en la lucha frontal contra el enemigo común. El nismo. En las últimas décadas del siglo pasado, Darwin está de moda
esquema de la psicología de Titchener es simple y claro: se ocupa del en los &tados Unidos; nada podía convenir mejor a la democracia capi-
}1owbre blanco, agulto y civilizado; adopta como método la introspec- talista en ascenso que las nociones de lucha por la existencia, de
ción experimental, y su hipótesis de trabajo es el paralelismo psico- diferencias individuales, de supervivencia del más "fuerte, del más apto.
físico, al mismo tiempo que su doctrina es una variedad de estructu- Y es así como la creencia evolucionista penetra en la psicología e infil-
lllSTORIA CRÍTICA DE ·LA PSICOLOGÍA
519
518 ALBERTO L. MERANI
Entre los libros de Max Müller que de una u otra manera interesan ~ ~a
tra el pensamiento general norteamericano. De todos los evolucionistas · 3'¡ ía tenemos· Essays on compara ti ve m11thology (1858);. Lectures º!1' ongin
teóricos norteamericanos, la mayoría de ellos darwinianos assez avant ~~c~r':!,th of reli¿,on as mustrated by the religions of India (1878); Science of
Za lettre, JAMES MARK BALDWIN (1861-1934), que fuera profesor en su thought (1887). . . S d.
4 Splly publicó: Sensation and intu1tion ( tu ies in psyc
· · holog11 and aeste-
país y en México, es el más eminente entre los evolucionistas, que, tics)· (1874); The iilusions (1881>; Studi~s of Chilhood (1895) ·
la gran mayoría, se pierden en las contradicciones de una nebulosa 5. P~11chologische Analysen, Loe. c1~. ,
-epistemológica sui generis que pretende conciliar !a teología puritana 6. Cf. Ch. Bouglé, Les sciences sociales en Allema?ne, Paris, 1896.
7 Zeitschrift für Volkerpsychologie und Spra~w1ssens0a~t.
con el darwinismo. Como colaborador de Cattell, fue opositor encar- a: La psicología desde el punto de vista empin~o quedo macab~;ura_ ~';:
nizado de Titchener, aunque como él fuera discípulo de Wundt en aparente falta de constancia del autor, que se ocupo luego de u?a . dual
Leipzig. Baldwin fue tanto psicólogo como filósofo, y su contribución riedad de temas menores, representa más bi.en ~a to~a ~e con~~n~i~!ªde ~
a la psicología norteamericana fue teórica, a pesar de que restableciera mente más clara que la evolución de la p_s1cologia. ~- e ª.s res ic~1oimos ca í-
1 rimitivo. Tanto es así, que en 1911 solo perm1tio reeditar .l~s ult . ~ .
en la Universidad John Hopkins el laboratorio, que estaba a punto de
desaparecer. Su labor como psicólogo se centra en cuatro temas que ~u~~s pdel segundo libro, J'. eligió un. tit~lo ~f las~~~abras ~7?~:~%u~t:rs1ci~c~~
Clasificación de !os fenomenos psiquicos. • « e ace~ e .
considera fundamentales: 1) Psicología de la edad evolutiva, a la cual Maun·ce de Gandillac, a la traducción editada por Aub1er, Pans, 1944.
¡·t. Loe "t
contribuye publicando en 1895 Mental _Development in the Child and 9 Altérations de la personna 1 e, · Cl • S bo
10. Binet dirigió el Laboratorio de Psicología Experimental de la or na .Y
the Race; se trata de un ambicioso estudio de los problemas de la psi- tableció en la escuela primaria de la calle Grang(!-aux-Belles un laboratorio
cología infantil, en el cual aplica el concepto evolucionista de Haeckel, es da o"ía normal Fundó L'Année psychologique, en 1895. Entre sus nu;n;-
esto es, la ontogenia como recapitulación de la filogenia. En 1897, con ~~i:se o:raºs cabe cit~r: Magnétisme animal, 1886 (en colabor~ción ~o~ Fere);
el volumen Social and Ethical Interpretation continúa este estudio, al Altérations de la personnalité, 1892; Introduction a la psychologie exp~r~m~nt~e,
1894 (en colaboración con Courtier, Víctor Henri Y Philippe); La psyc 0 ogie es
que amplía con observaciones sobre la sugestión y la imitación, zur- grands calculateurs et joueurs d'échecs, 1894; La fatigue intellec~uetle, 1898; Sug-
dería, origen y desarrollo del lenguaje. El tema fundamental es el gestibilité, 1900; Étude expérimentale de l'inte!ligence, 1903; L'ame et le corps,
desarrollo de la personalidad visto como necesidad de acomodación a 1906· Révélations de l'écriture, 1906. p bl
la sociedad. 2) La psicología de la vida afectiva, campo en el que se lÍ. Vid. Alberto L. Merani, «1'.estolo~ía, psicología Y medicina», en ro emas
opone a los empiristas ingleses y a Wundt, sosteniendo que las emo- . l/ pseudoprob!emas de la psicologia, Gr1¡albo, Barcelona, 1.968. , d S h tz,
12. Para una bibliografía completa de Pi~rre Jan~t, vid.: Léon~r c war
ciones pueden ser restablecidas sin ayuda de reacciones cognitivas,
D1. neurose. n und die dynamische psychologie von Pierre Janet, Bale, 195L
Baldwin sugiere que la emoción desempeña una función primaria y
que los estados afectivos controlan la conducta. 3) La finalidad de los
;3. L'automatisme psychologique, Loe: cit.
14. Obsessíons et psychasténie, Loe. cit.
métodos de la nueva psicología. Contra Wundt, sostie'rie. que el estudio 15 Névroses et ídées fixes, Loe. cit.
16' Tanto es así que el «subconsciente» que servirá a Freud para estructi;-
de las diferencias individuales puede sustentar una psicología objetiva, rars'u obra fue ínt~gramente desarrollado por Pierre Janet, Y a él pe:.tenece, s~
y en el libro Darwin and the Humanities (1900) presenta al enfoque duda, la prioridad. Cf. Alberto L. Merani, Freud y el Talmud, GnJalbo, M -
genético como básico tanto para la psicología como para la sociología xico, 1974.
y la ética. 4) Admiraba los grandes maestros franceses Charcot, Janet 17. L'activité menta.le, Loe. cit.
18. · Les caracteres, Loe. cit
y Ribot, cuyos escritos tradujo haciendo libre uso de los· ,mis:r!'los. Tanta 19. L'activitbmentale, Loe. cit.
fue su admiración por la cultura francesa, que en 1913 emigró a Pa- 20. Les caracteres, Loe. cit.
rís, donde vivió hasta su muerte, en 1934. 21. Logíque sociale, Loe. cit.
22. Ibídem.
23. Ibídem.
24. Les lois de l'imitation, Loe. cit. .
NOTAS 25. Études de psychologíe sociale, Loe. cit.
26. Psychologie économique, Loe. cit.
l. Las principales obras de Lubbock son: Prehistoric times, as illustrated b11
27. Ibídem..
ancient remains and the manners and customs of modern savages (publicade. 28. L'opinion et la foule, Loe. cit. . .
en 1865, esta obra llegó en 1880 a la decimoquinta edición); The origin LJf civi- 29. Logique sociale y Psychologie économique, ~c. c1t. , . .
lisation and primitive condition of man (1870). 30. Vid. René zazzo, Ps11chologues et Psychol,o~ies d ~m~nque, Pans, 1947.
1

2. Entre las obras de Tylor cabe destacar: Researches into the historv of 31. «Sur le pragmatisme de William James. Ver1té et real!té», que ~e encuentra
mankind (1865); Primitive culture: researches into the devetopment of m11tho- en Bergson, Oeuvres. Édition du centenaire, Paris, 1963. En este articulo, James
log11, philosophy, religion, art and custom (1871); Anthropolow, an introduction aparece como una especie de Bergson americano, al que el Bergson francés, pro-
to .the stud¡¡ ,of man and civilisation (1885),
520 ALBERTO L. MERANI

fundamente interesado por el pragmatismo por razones :filosóficas, presta genio


e ideas que no tuvo. Bergson espiritualiza el pragmatismo de James, cuya teoría
de la conciencia emocional contradice, sin embargo, con alarde de materialismo
ingenuo, el espíritu mismo del pragmatismo y del espiritualismo bergsoniano.
32. Además de esta obra, sus principales publicaciones de psicología son:
The varieties of religious .e.rperience (1902), E/1$a¡¡s in radical empirizism (1912)
y Docs consciousness e;ríst? (1904).
33. J. Linschoten, Auf dem Wege zu einer phanomenologi.schen Ps¡¡chologie,
Die Psychologie von William James, Berlin, 1961.
34. René Zazzo, Ps¡¡chologues et Psychok>gies d'Amérique, Loe. cit.
35. E. C. Boring, The physical dimensions of c<msciou.me$8, New York, 1933.
36. J. Linschoten, Auf dem Wege ... , Loe. cit.
37. Las principales obras de Titchener son: Experimental Ps¡¡cholog¡¡ (1901),
Experimental ps¡¡ch,olog¡¡ of the though.tprocenes (1909) y Text-brok of ps¡¡-
ch.olog¡¡ (1909) •

PARTE SÉPTIMA

LA PSICOLOGÍA DE LA ALIENACIÓN
CAPÍTULO 1

PSICOLOGÍA ·Y RELACIONES DE PODER

l. Las ilusiones del progreso. - El panorama político del siglo XIX


se cierra frente a designios de conquista y voluntad de guerra, en los
que participan las potencias europeas por un lado y los Estados Unidos
de Norteamérica por el otro; Alemania, sobre todo, exige «Un puesto
al sol» y la conquista de otras colonias, e Inglaterra, que ya disfruta
de su cpuesto al soh y posee el mayor imperio colonial conocido, con-
sidera la guerra, de la que había sacado máximo provecho en su mo-
mento, una cindecible calamidad» para todo el mundo civilizado, porque
era inútil y, por lo demás, en las presentes condiciones de Europa,
de dudosa victoria. Un inglés, Normal Angell, publicó en 1910 un li-
bro· que, traducido a todas las lenguas, fue muy leído y comentado,
La gran ilusión, con la tesis de que la guerra, si en otros tiempos
había procurado tierras y dominio a pueblos conquistadores, ahora era
incapaz de brindar beneficios, porque el eventual vencedor no hubiera
podido apoderarse de las riquezas de otro pueblo, puesto que la inter-
dependencia económica mundial las habría esfumado apenas tocadas y
habría hecho esfumar las del propio vencedor. Por su parte, los Esta-
dos Unidos aplicaban la política del «big stick» a los pueblos latino-
americanos; el episodio de la guerra - con "i!:spaña y la consecuente
emancipación de Cuba, la rapiña de las provincias mexicanas que
llevara las fronteras norteamericanas hasta el Río Grande por el Sur,
son todos episodios que, unidos con la independencia forzada de Pa-
namá y la consecuente concesión de derechos sobre el Canal, apunta-
laban la decidida intención de extender las operaciones de los <rrangers>
primero, de los «mariners> después, por el resto de Sudamérica.
Este aspecto de guerra con que se inicia nuestra centuria está acom-
pañado por otro que, dentro de la psicología bélica, no es. un hecho
utilitario pero sí creador de una disposición moral que la favorece, que
se debe comprender por sí mismo y que no siempre es posible· desen-
mascarar con simples análisis críticos hasta que no se vive la amarga
experiencia de sus resultados: la formación de un ideal falso. Las con-
524 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 525

diciones propicias para su surgimiento estaban implícitas en las mismas el predominio en el comercio, en la industria, por el disfrute de los
fuerzas del mundo moderno, en la creciente e infatigable actividad de bienes de otros pueblos para que el nuestro tenga bienestar y pros-
las empresas industriales y comerciales que se internacionalizaban, en peridad. De esta manera; el activismo lleva a una reducción del con-
los descubrimientos técnicos, en las máquinas cada vez más potentes, cepto por el que tanto se luchó en el siglo XIX, a una triste parodia
en las exploraciones geográficas acompañadas de colonización y dis- de los principios de la Commune y de la revolución del 48. Y dentro
frute económico, en la tendencia que se agudizaba de conferir prima- de su configuración tiene estampado en el rostro los signos del µidus-
cía a los estudios científicos y prácticos sobre los especulativos y hu- trialismo contemporáneo y de la actitud mental que favorece; tanto es
manísticos en el incentivo de las recreaciones y juegos sociales que así que, por su aspecto, se lo llama' a veces «americanismo>. Surge de
pasaron a llam~rse spoTts, y que desde el foot-ball al sky, del box al
1

este modo en el mundo una rara admiración por NaJi!.oleón, una ·especie
automovilismo, terminaron por dar la parte mayor en las costumbres de imitación de ese hombre de acción, audaz, resuelto, clarividente,
y en los intereses pulturales a la fuerza y a la destreza corporales, que no tuvo dudas ni escrúpulos, que tomó por asalto la fortuna y
dejando gradualmente de lado, y cada vez más, la parte de la inteligen- conquistó el mundo, y de todos los personajes históricos que se le
cia y del sentimiento. Aportaron además su contribución a la exaltación asemejan; así fue interpretado Nietzsche, el filósofo al que se convirtió
de la violencia las teorías de los etnólogos y de muchos pseudo- en profeta del activismo, y los D' Annunzio en Italia, los Barres en
historiadores sobre las luchas de razas y la concienéia política y cultu- Francia, los Dewey en los Estados Unidos de Norteamérica, y muchí-
ral que sobre ellas se procuraba formar, de razas germánicas y latinas, simos de menor talla y capacidad en todas partes, se entregaron a ese
eslavas y escandinavas, analizadas tanto como si fuesen hechos reales ese nuevo «romanticismo» de la acción, que se volvió «dinámico» en
y valores naturales que se debían enconar unos contra otros y con la arte con el «futurismo», y en filosofía, pedagogía y psicología con el
sumisión y el exterminio de los menos fuertes. La guerra, la crueldad, pragmatismo. Y esto que acaecía en todas partes de Europa, y también
la dureza, el desprecio por la muerte y la sangre vertida no eran ya fuera de Europa en Norteamérica, ese estado de ánimo «activista» des-
motivos de repugnancia, de desvalorización o de oprobio, sino cosas encadenó en parte el impulso de la guerra europea y en seguida mun-
necesarias para los fines a conseguir, que se presentaban como acepta- dial del 1914-18. El tema moral de la guerra fue bien ideado como de-
bles y hasta deseables, que se revestían de atracción poética, de 1a be- fensa de la libertad de los pueblos, defensa del sistema liberal contra
lleza que en la guerra y el heroísmo el hombre .blanco puede gozar,_ el autoritarismo de Prusia y de Austria-Hungría, como liberación defi-
coro.o atestiguan y cantan las obras de Rudyar Kipling. Este ideal ha nitiva de las minorías oprimidas o dependientes, como redención de los
sido designado con el nombre de «activismo>,1 término genérico que germanos mismos del régimen político que sostenían. Los Imperios
recoge todas las formas particulares de imperialismo y de nacionalismo centrales adelantaron los principios de la «santa defensa» de su pueblo
y que, por lo mismo, es el más apropiado para resumir todas las expre- y sus intelectuales sostuvieron la necesidad. de la unificación de Europa,
siones de cpoden que configuran la ideología naciente. Reúne tanto al similar a la realizada por. Prusia en Alemania, de la Pax germanica
«imperialismo>, nombre que, nacido en Inglaterra en 1890, servía para y de la felicidad y moralidad que esperaban dar al mundo. La propa-
caracterizar un mejor encaminamiento, fuerza y coherencia, de la po- ganda de guerra hacía valer sus razones acusando de hipocresía la ideo-
lítica colonialista inglesa, .y que adquirió otra connotación, la que logía del rival, y de ambas partes había razón en eso, puesto que eran
ahora conocemos con la suma del «nacionalismo>, concepto que surge hipócritas las razones esgrimidas por los dos bandos. Y en ese drole
en Francia en la época del antidreyfusismo, y que contenía tanto sentido de guerre, en esa guerra extraña, absurda derivación de las incon-
antisemítico, reaccionario o monárquico absolutista como el. ideal na- gruencias socioeconómicas de las ideologías del siglo pasado y de la
cional por sí mismo en la forma clásica y humanitaria que le diera que de ellas se perfilaba para el nuestro, pocas fueron al comienzo las
Mazzini. ¿Qué era en su naturaleza íntima este ideal del activismo? conciencias libres que se opusieron, los Romain Rolland, pero muchos
Aunque parezca incongruente, su impulso no era otro que el impulso fueron después los «Clerembault» que descubrieron durante la lucha
de la libertad; pero bien entendido de la libertad a la que es desnuda que habían defendido razones demasiado genéricas, comunes a todos
de su principio moral, que se separa del pasado y de la tradición de los pueblos combatientes por el hecho que combatían, y vacías de con-
sacrificios que la engendraron, que se le da el valor de formas objetivas tenido histórico. Comprendieron finalmente que el ideal eran los inte-
deseables por sí mismas y que se debe desear y buscar por sí misma, reses del «activismo» vaciados en los del industrialismo ávido de mer-
constituyendo mi libertad, que se enfrenta con tu libertad, y que debe cados, 'y que cualquier razón humanitaria o cosmopolita era contraria
conducirnos a la consecución de fines particulares representados por a ese nacionalismo convertido en activismo y que realizaba la fórmula
526 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 527

de Grillparzer; «La humanidad, a través de la nacionalidad, se con- el nudo de un tajo, solución tercera y sin lógica, pero solución com ..
vierte de nuevo en bestialidad.> · pleta para un callejón aparentemente sin salida. Y la antropología con-
El siglo XIX acuñó la noción de progreso, y el nuestro la recibió en creta del siglo xx se inaugura bajo estos auspicios.
herencia como una promesa vaga e incierta. ¿Qué significa «progreso>?
Tomada con sentido absoluto, la palabra carece de significación, puesto 2. Psicología y alienación. - La era industrial tiene el mérito de
que la historia es infinita y en la infinitud se permanece siempre igual- haber comprendido la importancia del hombre frente a la máquina para
mente alejado del principio y del fin. Si se deben descomponer los mo- la producción, y también la mala conciencia de haberlo instrumenta-
vimientos de la sociedad en los movimientos de los individuos, ¿qué lizado para que produzca y consuma más. En efecto, sin el trabajo
progreso puede determinarse para seres cuya curva total apenas dura «condicionado» no hay aumento de la producción, y sin gente ccondi-
unos pocos años? Debe tomarse, pues, con sentido más restringido la cionada> para consumir, el mercado permanece estacionario; estos dos
idea. ~e «progreso», y es entonces usual aceptar la definición de QU;>bo_p.. problemas se presentaron conjuntamente: cuando las nuevas técnicas
admitiendo que, «desde el principio del mundo, cada siglo ha aumen- abarrotaron los almacenes de mercancías superfluas se vio la necesi-
t~do Y aumenta aún la riqueza real, la felicidad, la ciencia y quizá la dad de canalizar su venta convirtiéndolas en necesarias, y nació el
virtud de la especie humana». Esta definición, que contiene una cierta «marketing». Pero el paso se realizó en dos etapas y el instrumento fue
duda respecto de la evolución moral, ha sido muy discutida y hoy por la psicología. Durante el siglo xxx, la psicología se desarrolló como
hoy queda de ella el hecho conslante de que el término «progreso> sig- conocimiento; la sensibilidad, las facultades mentales, la inteligencia y
nifica la mejora general de la humanidad durante el período histórico. · la razón, las relaciones del cuerpo y del alma, fueron sus problemas.
Pero, aun así, ¿es válido este concepto para todos los puntos de vista Las aptitudes del hombre interesaron en función de la adquisición de
o, dicho de otra manera, para las diversas situaciones que el hombr~ conocimiento, y más que motivo de investigación constituyeron campo
ocupa en la sociedad? Es conocidísima la crítica de Sorel,2 y más allá de de especulaciones. Teórica o empírica, la psicología enfocó al ser, y re-
ella, cualquiera que sea la noción que uno se forme del progreso siem- sultó así una ontología de las conductas, fundamento de la filosofía
p~e está pendiente la cuestión del hombre, aquello que realme~te sig- para unos, de la antropología, la moral y la sociología para otros. Se
nifica progreso de la raza humana. Los misioneros que encuentran encararon los grandes temas y la síntesis prevaleció. La antropología
salvajes desnudos creen hacerlos «progresar» dándoles pantalones y concreta tuvo una finalidad sintética, y la psicología reflejó, más que
faldas; los estudiantes de algunas universidades norteamericanas e in- ningún conocimiento, las ilusiones metafísicas y antropomórficas de una
?lesas ere.e; «progr~sar» o~ganizando carreras desnudos; se festeja la ideología que se presentaba, como todas las ideologías, en función de
maugurac10n de mas hospitales como cprogreso» y se olvida que su una Verdad y de una Razón únicas. No obstante, las contradicciones
necesidad también significa atraso en la· salud pública·1 se habla del inherentes al sistema eran demasiado notorias y su falla, de produc-
in~reíble, «progre~o» técnic~, q1;1e pone astronautas en 1os cielos, y el ción, incitaba a la búsqueda del complemento de la máquina. Creada
mismo dia anuncian los penodicos que dos millones de seres humanos por el hombre, la máquina requería del hombre; producto del hombre,
mueren de hambre en Nigeria. ¿Y qué clase de progreso reservamos la producción asentaba en el hombre. La máquina de vapor, la dínamo,
para los que cada día deben apretarse más el cinturón racionar a sus los altos hornos, las acerías, devoraban hombres y exigían obreros con
hij~s, porque la sociedad de consumo los obliga al ~asto superfluo? aptitudes especiales. Fue un ingeniero norteamericano, Frederick Wins-
Ev1~entemente, las «ilusiones del progreso» se prestan a los mayores low Taylor (1856-1915), quien asentó el principio del scientific mana-
equiv0cos, Y el peor, el más trágico, fue para nuestra centuria creer ge~nt, como a partir de 1910 se comenzó a llamar al sis.!_e-;-a d~ e~lo­
que mediatizando a los hombres se los hacía felices. Y otra palabra tan tación psicológica por él creado para ocultarlo de la desconfianza que
vaga como «progreso»: «felicidad», vino a sumarse al diccionario de suscitaba. Setrata de un método muy simple de organización industrial
las ilusiones que heredaba el siglo xx. Pero es difícil, diríamos imposi- destinado a aumentar el rendimiento de los obreros, que asienta sobre
ble, que todos piensen por igual; y mientras el mundo industrial loa el cronometraje· de los gestos de trabajo, de manera de convertirlos
ª! progres~ de sus dividendos, que sí es «progreso> porque representa en menos complicados, más rápidos, más automáticos, sostenidos por
c1f:as relativas de un balance, un puñado de esclarecidos piensan, con mayor tiempo, con el fin de imponer como norma para la producción
Ehseo Reclus, que el verdadero Progreso es la conquista del Pan: y de los tiempos mejores, sin preocuparse por la usura física y psíquica que
la Instrucción para todos los hombres. Y frente a estas dos posturas, se produce en el trabajador. Responde al axioma cthe rigth man in
falsa la primera, legítima la segunda, la psicología fue llamada a cortar the rigth place». Pero ocurre que el hombre que se requiere en el
528 ALBERTO L, MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 529
lugar que lo requiere es prácticamente necesario crearlo, porque la ideología liberal que los nutría, tan rica en valores como en propósitos
naturaleza humana difícilmente responde por entero a las necesidades absurdos, lo humano se reconocía como tal y no se confundía homini-
de la industria, que son variables, caprichosas y están supeditadas al zación con humanización. Esos principios, de desarrollarse, hubieran
ritmo de los procesos qe producción. De aquí que se comience por ana- constituido un dique moral al industrialismo, a sus pretensiones de
lizar los requerimientos del oficio en relación con metas de producción hegemonía, a su insidiosa inclinación por la aventura guerrera, que
y sin preocupaciones por la «humanidad» del material estudiado, y que repetirá con conflictos locales, restril)gidos, hasta desembocar en la
sea muy buena ilustración de lo que afirmamos el criterio que encon- segunda guerra mundial. Se podrá argüir el papel del fascismo en estos
tró Taylor para el «perfecto» transportador de lingotes de acero colado planteamientos; es verdad, pero también lo es que el fascismo :repre-
en las fundiciones: aptitudes intelectuales requeridas: nulas; muscu- senta un subproducto .del régimen industrial. Y bien: planteadas las
lares: formidables; motivaciones deseables: ambición limitada de sala- cosas de este modo, la educación no podía quedar olvidada, y·el prag-
rio inmediato par(J. un trabajo de fuerza remunerado proporcionalmente matismo, con Dewey a la cabeza, se apodera de las aulas, y se instru-
con los metros-tonelada de fundición transportados. Este hombre de mentaliza con la psicología conductista y su derivado skinneriano en
la edad de piedra de la selección profesional responde al criterio del el momento actual. El patrón estímulo-respuesta suplanta al ejercic~o
obrero asimilado con un acumulador semiautomático que funciona con de la razón, y como se condiciona para aprender se condiciona para
un ritmo de 10/14, o sea que por diez horas produce plusvalía y por pensar según slogans predeterminados. 4 El panorama se completa con
catorce acumula energía para la próxima jornada. De entonces a hoy, el tratamiento del individuo aislado, del sujeto que, sometido a esas
los criterios han variado y el análisis ha sido refinado en relación. con presiones, sofocado en su conciencia, se rebela o se angustia. Las psico-
los adelantos de la medida de las aptitudes, con la exploráción de las logías analíticas resultan el elemento mediatizador; producto del irra-
motivaciones, con las exigencias de los sindicatos y, sobre todo, con cionalismo que apoya al régimen industrial/' le reconocen soberanía
el «descubrimiento» de que se debe «cuidan la máquina humana para y concluyen que los cambios deben ser del individuo, que las condi-
que funcione por más tiempo y sea, a la vez que productora, buena ciones pertenecen a la historia, son incambiables, y quien debe trans-
consumidora. No obstante, el contexto del scientific management sigue formarse, mejor dicho, conformarse y padecer con ellas es el indivi-
siendo el mismo: la organización industrial en la que cada mecanismo, duo. De este modo, el cconformismo» se convierte en producto y aliado
incluido el espíritu humano, está valorado según el mismo patrón, el del «activismo~. Tanta será su fuerza, que uno de los críticos actuales
del costo y el rendimiento. No interesa que ya no se sueñe con el tro- más prominentes de la sociedad industrial, Herbert Marcuse, procura
glodita a que aspiraba Taylor y se requiera del hombre un mínimo interpretar psicoanalíticamente el fenómeno de la alienación, come-
aceptable de inteligencia y de instrucción, que hasta se le brinde pre- tiendo con ello falta inexcusable en un filósofo, y que falsea compie-
paración profesional asistencia médica · y social. El cambio lo. produjo tamente sus conclusiones, como es confundir la ~olución del problema
simplemente la técnica, que con mejores máquinas desplazli al hombre- con sus datos, o sea que para explicar la alienación emplea el psico-
fuerza de las tareas más duras y rutinarias y le reserva puestos que análisis, elemento que ya implica esa idea.
presuponen mayor capacidad. ~9s. psicólogos de la selección profesio-
nJtl..s.a....ni..fil~yifil:.a_re~uerdan al sujeto__Q.Q in~JJ.@Jlc;,i.s...n..lJlíLY.. músc.,Y.lo~ 3. La. cverdad» del activismo pragmatista. - El activismo de la
de~Q,_ J;!Qrgue sus finalidades son más sutiles, más precisas, y, me- ideología con que se inicia nuestro siglo tiene su filosofía, que es el
j_ores cono.sed ores del .hombr.~~e preocupan cada vez más .. P.Or el espí: pragmatismo. Trazar su historia sería ocioso por harto conocida,6 pero
ritu,_norque !ambién es rentabk,_y_, éste es su último descubrim~ es indispensable saber de sus repercusiones en la psicología si quere-
gentro del contexto industrial.ª mos comprender la evolución y orientación de ésta en nuestros días.
Pero sería ilusorio pensar que el activismo de la sociedad industrial .El mot.iyg fqndamental del pragmé!_tismo es el siguiente: 1La yerdad de
se interesa únicamente por el espíritu de sus obreros y empleados. La ;.JJn princW.io ._!e_~~~-~~-)-~~--C:_?~.~encias prácticas qu~~a2az cfa.
:sociedad toda, entendida como universo humano, es su contexto y debe P.roducJn. Una teoría científica, una creencia religiosa, un sistema filo-
adecuarla a sus requerimientos. La juventud de fines del siglo XIX y sófico, son verdaderos si son útiles. El pensamiento es sólo un instru-
comienzos del nuestro aún estaba educada por sus padres, maestros y mento de acción: es la voluntad la que, guiada por el sentimiento,
?ºetas en el amor de la libertad, de la justicia y de la humanidad; no determina la elección entre dos hipótesis. Por consiguiente, es conve-
mteresa que concordemos o no con los principios inherentes a los niente modelar el conocimiento sobre las realidades, y es propiamente
contenidos de esa educación, lo importante es que por encima de la la experiencia psicológica, afirmará su exponente máximo William

34
HISTORIA ClÚTICA DE LA PSICOLOGÍA
531
530 ALBERTO L. MERANI

i:ok>nes; el modo de conocer cuya realidad distinta ha sido puesto en la representación del objeto a que se refiere o cuy,a imagen sugiere:
c~aro por Lock~, Berkeley y Stuart-Mill. De este modo, el pragma-
~s la concepción de una fórmula que nos dice a que debemos a~ener­
0

tismo. arranca di~ectamente de las tesis empiristas, a las que, agregando nos cuando comprobamos que ese fenómeno se produce. ¿En que ~on-
.siste pues para el pragmatismo, la verdad de una idea? Se contiene
el prunado de la voluntad como motor de la actividad sitúa el valor
de las ideas en el valor de los hechos, y como los hecho~ son en cuanto ínte~a er: la, propiedad de adaptar el pensamiento del hombre a la
los experimentamos, el valor de la idea está dado por la resolución que realidad. Una idea verdadera es aquella que puesta a pru.eba cu;nple
la idea tiene en la experiencia. Vale todo lo que podemos experimen- su promesa. La idea verdadera es la que rinde un beneficio, .segun el
t~r; lo demás, el quid metaempírico, es indiferente, porque en la prác-
sentido de la expresión inglesa to 'JXLY: que asegura un trab~JO rem~­
tica carece de realidad. Al revés de Kant y de todas las filosdfías pos- nerador. De este modo, la verdad de una ide~ no se de:~rm1!1~ segun
kantianas, se rehúsa a una crítica del conocimiento que pone desde el su origen, sensible 0 racional, ni tampoco ,segun su relac1on logica con
principio in medias res, pretendiendo demostrar q~e se conoce cono- eSte principio 0 con aquel otro: depende solo de sus. efectos. Verdadero,
ciendo, ó, en otros términos, que la ciencia es hacedera haciéndola. para el pragmatista quiere decir verifi~ado o verifica~le. y. como. la
P~r consiguiente, el pragmatismo niega el valor teórico del ~­
verificación es necesariamente una a.cci6n, y una accion que alguien
ha de cumplir la verdad resulta una comprobación que hacen o pueden
!!!~~p_t.Q"..Y..1"...9:~... !!!ª~~r.11.~:r.J~c::µlll:t'., ....del ...GQP.Pclmi.euJo....ci~nt.ífu:.o, qJie sería
hacer los indi~iduos. Se resumen, con absoluta fidelid~?· las condiciones
1Jll insk!JmentQ_Q.Ju\cción con una sig'nifkru;J.6n aproximada y J:.elativaJ
En el pensamiento de los pragmatistas, tanto norteamericanos como necesarias y suficientes para la idea ~e verdad, definiendola con James
i:1gleses, 7 los ~echos no son, como para el positivismo, entidades obje- de esta guisa: es una idea que tiene el psic?logo de ~daptarnos, mental
tivas que se rmponen desde el exterior, sino que llevan marcada la físicamente a alguna realidad.9 Y es as1 como, s1 con una palabra
queremos de~ignar la doctrina del conocimiento que se despre~d~ de
0
huella de nuestra actividad constructora y organizadora, esto es, de
la vol~ntad, tanto de creer como de hacer. En el campo psicológico, la este examen debemos llamarla pragmatismo, de pragma, que significa
creencia no responde a una verdad objetiva, sino que ella misma con acción, en o~sición al intelec_tualismo o al racionalismo. En efecto, la
prescindencia del control científico, está determinada por la -vol~ntad acción subordina siempre las ideas a los hechos y nunca los hechos a
de creer,8 y, cuando nos encontram~s con una alternativa, la elección las ideas. Para la acción, la realidad no es función de la verdad! sin,o ~a
se produce según nuestras necesidades. Sin duda, este punto sobre· el verdad funcicSn de la realidad. Los hechos realísimos se redu~;n, en últi-
valor de la experiencia es bastante engorroso. Cuando se trata de la mo análisis¡ a las manifestaciones observables de alguna accion h~ana.
Siendo éste el criterio pragmatista de la idea de verdad, ¿cual es el
experiencia física se comprende fácilmente, si es conocido el objeto
que se lo encare diciendo que su importancia se calcula por la com~ sitio adecuado que encuentra en la experiencia psicológica, como ,lo
encuentra en el domhüo de la experiencia física? Su objeto, segun
paración de nuestras aserciones y de los hechos, de la misma manera
que si existiera fuera de nosotros una medída para ello; pero ya sa- James, es la vida de la conciencia personal y tiene dos :~racteres: ~n
bemos que para el pragmatismo también se trata de datos psicológicos primer lugar, es una activ_idad tele?lógica, o ui:a colecc10n de med10s
de la conciencia, lo cual es cosa distinta. En efecto, ¿dónde encontrar adoptados para la realizacion de algun fin; ademas'. Y en segundo lugar,
la du~lida~ de la idea y del hecho, del objeto y del sujeto, que parece persigue la conservación de las partes de su contenido por las cuale~ se
estar rmphcada en la noción de conocimiento? Aunque el pragmatismo interesa y la eliminación de las restantes. Éste es ~l doble hecho psico-
aparente detenerse en estas cuestiones alegando que la identidad del lógico fundamental para elpragmatismo; situar el contenido ~e .la con-
sujeto Y del objeto es característica de la conciencia, abona en testi- ciencia en un ambiente físico, esto es, en el cereQ.m; descnbu.: tod~
monio suyo u~ valor exclusivo e inexpugnable, porque, en suma, no s.us.Jases y Jowas. atá,n.,4<.>.lE\§,_ª.. "§:l!lL~Qllili.c;iones fisiológicas. ·~laro esta
sabemos de nmguna manera qué cosa sean nuestros estados de con- que el pragmatismo no construye su teoría sin preguntarse si con .el~a
afirma 0 prueba la verdad del materialimo; lo hace descartando la h~po­
~iencia, lo cual significa conocimiento de sí y asimismo supone un su-
3eto c~nocedor correspondiente del objeto conocido; la verdad es que tesis materialista porque busca una exposición conforme con la realidad
los de3a de lado Y se concreta a responder cuál es en el ord~n físico experimental como expresión de activismo y no como acto de recons-
la condición necesaria y suficiente para que una idea sea considerada titución del fenómeno natural. Sólo busca explicaciones instructivas o
como verdadera. útiles en causas próximas, sin examinar lo relativo a los principios.
En partiendo de la función experimental de la ciencia una idea Por supuesto, no se trata de que el pragmatismo, se desentienda. del
profundamente científica ya no es una idea considerada com~ el retrato problema metafísico que suscita su teoría. El ingles F. C. S. Schiller
532 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 533

sustituye con el chumanismo> pragmatista, esto es, con el voluntarismo su momento es la sociedad ideal, que reúne todas las condiciones para
de la acción, al naturalismo que considera al hombre como cparte> de que la «actividad> sea clibre> y, por ser útil, es verdadera y dispensa
la naturaleza, y al idealismo que lo subordina al absoluto. Según el bien. Y la sociedad que acepta como modelo, el mundo de cutopía-.
Schiller, es a los seres humanos -seres de voluntad- a los que se les para los hombres del siglo xx, es el de los trusts, del scientific ma.na-
plantea el problema filosófico; son seres humanos los que se esfuerzan gement, el sueño de Babitt, de la reducción del individuo a simple
por comprender un mundo de experiencia humana con los medios pro- engranaje de_ una maquinaria que es buena porque es ú~il prodigando
porcionados por el espíritu humano. Para el humanismo de Schiller, el bienes de consumo. La psico!Ogía implícita y explícita de este concepto
pragmatismo es, pues, cuna aplicación consciente de una psicología es la del condicionamiento, la que desarrollara como el primero Watson,
teleológica a la epistemología, que, en último término, implica una me- que apuntalará después el psicoanálisis americanizado, descubridora
tafísica voluntarista>. En efecto, Schiller hizo suyo el célebre aforismo que la solitud, la angustia existencial, la orfandad de lo intrínsecamente
de Protágoras cel hombre es la medida de todas las cosas>; identifi- humano que vive el hombre, es producto de inc:apacidad para aceptar
cando a chombre; con cvoluntad> y cacción>, se autodefinió como al «mejor de los mundos posibles>.
c:neoprotagorista>.
Las consecuencias psicosociales del pragmatismo no son difíciles de 4. Una ideología en marcha. - La aceptación del pragmatismo por
adivinar; producto del cactivismo> de la sociedad industrial que nace, el siglo XX es un fenómeno que deben reflexionar los psicólogos si
representa, en primer término, la determinación de imponer los hechos, quieren comprender las orientaciones actuales de su saber. Al mismo
tal como se dan y valorados por su utilidad, que la determina su éxito, tiempo que el irracionalismo, el historicismo, el intuicionismo, el rela-
a las ideas. La sociedad industrial reorganiza al mundo, reestructura tivismo desarrollan sus teorías, el pragmatismo irrumpe en el campo de
los hombres; su cverdad» está en el «aumento> de la producción, de las ideas. Como filosofía es pobre, de una pobreza tal que sus mejores
manera que es útil, y su ideología, por ende, verdadera. La experiencia exponentes, James, Schiller, Dewey, apenas pueden aspirar a la cate-
plantea conflictos que producen los sistemas, las ideas, las teorías, los goría de filósofos mediocres, destinados a perderse muy pronto para
instrumentos de reorganización de una situación determinada. Por ello la historia. Sin embargo, ocurre lo contrario y hoy tienen su puesto en
ª-\L!..Valide~_>Jel!!de en el é_;rit~>, es decir, en lograr efectivamente una todos los manuales. La más activa y emprendedora de las burguesías,
inteligente y, por consiguiente, útil reorganización de la realidad. En la norteamericana, escala gradualmente la cumbre del poder burgués.
caso contrario, los sistemas y las teorías son falsos. Por otra parte, Mientras la burguesía tradicional europea, incapaz de resolver por las
dado el valor instrumental de las ideas, para el pragmatismo no existen vías del idealismo y del espiritualismo sus contradicciones, declina, la
teorías y sistemas cerrados, verdades absolutas, sino que cualquier con- burguesía de la caccióm, templada en la conquista y organización del
cepción, en función de su uso, es susceptible de desarrollo. El pen,- propio país, toma la delantera. Carece de csavoir faire> de cesprit de
samiento, en una palabra, es una norma de conducta, y como-la utili- finesse>; la simbiosis entre burguesía y antiguo régimen que tuvo lugar
dad es norma que determina la verdad y el bien, lo intrínsecamente en Europa no se produce en América. Boston, con sus intelectuales, sus
humano queda supeditado a tales procederes. No es difícil compren- círculos_ exclusivos, sus refinamienfos victorianos, es apenas una man-
der las resonancias del pragmatismo en las ciencias del espíritu, que, cha casi invisible en el inmenso mapa de los acontecimientos america-
de este modo, deben experimentarse en contacto con la realidád. Por nos. La política de la acción, del cbig stick> de Teodoro Roosevelt, el
primera vez en la historia, el concepto de eficiencia está antepuesto auge de los trusts y el éxito inmediato de una industria que única-
a cualquier consideración crítica y móral, y se acepta, en consecuencia, mente aspira al provecho inmediato provocan una reacción de fuerza
la reorganización de lo humano, la reestructuración del hombre según Y de orgullo, de prepotencia que se manifiesta en el desenfado con
Jos criterios de la praxis que sustenta el activismo. Todo lo que sea ·que se encaran tanto los problemas sociales como los individuales. El
-útil, remunerativo con el amplio sentido del to pay, puede aspirar a hombre norteamericano es libre; libre de ataduras con el pasado, con
-.in puesto en el desarrollo de la humanidad. No existen controles las ideas; su historia comienza ayer, y, como crisol de todas las razas,
p, priori ni tampoco análisis a p-0steriori: únicamente hay cambios de los hombres de América abandonan automáticamente sus lazos con
necesidades y, con ellos, de actitudes. El pragmatismo a~epta, con Marx, la historia y actúan solamente con vistas al futuro, y por la acción.
que las condiciones hacen al hombre, pero no imagina un cambio en Sin duda, el fenómeno es digno de atención y hasta de admiración en
esas condiciones; por boca de uno de sus más destacados propulsores, algunos aspectos, pero no olvidemos que esa ruptura también significa
John Dewey, termina por decl~rar que la sociedad norteamericana de el rompimiento con , la inteligencia y la razón, que no son productos
534 ALBERTO L. MERANI HISTORIA .CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 535

.lnnatos, instrumentos de aplicación directa sino de formación gradual rizac1on total del valor cognitivo de las ciencias. La filosofía dirige
.e hist' . 10 y es aqw' donde aparece la ' coyuntura que permitirá al
. . or1ca. contra la ciencia las mismas armas que ésta había empleado contra la
.actlvlSmo, despre~dido de escrúpulos humanistas, penetrar airosamente filosofía; derriba de su pedestal a las ciencias cexactas>, a sus verdades
.~n el con~ierto del Pensamiento humano: el espiritualismo que triunfa «objetivas> y «absolutas>, y las hunde en la corriente del devenir, en
·con Henr1 Bergson, el idealismo empírico-histórico que se desarrolla con el fluir constante de la existencia. La psicología, que con Fechner y
Ben.edetto Croce, el actualismo de Giovanni Gentile tienden a crear Wundt, con los empiristas ingleses .y los experimentalistas franceses,
la «mterna;i?nah de~ espíritu, a reconstruir la realidad según las fuen- había querido constituirse en ciencia exacta, pudo haber sido el punto
~es d.el espiritu el primero, de la historia y del espíritu el segundo, del más vulnerable para esta crítica, pero en realidad no fue necesario
i~eahsmo absol~to el tercero, pero todos chocan con una realidad so- que se le aplicara. Pese a todos los esfuerzos de los Wundt, de los
cial ~ue se les rmpone Y que no pueden soslayar. Bergson es, tal vez, Spencer, de los Ribot, no había superado el plano descriptivo, y las
el primero que lo comprende y acude al pragmatismo para entregarle pretensiones de «exactitud> y de «objetividad>, calcadas respectiva-
aq~i;lla parte del hombre que no corresponde a su esquema de la evo- mente de las ciencias físico-matemáticas y de las naturales, habían
luc1on creadora del espíritu. Filósofo de genio, saluda al mediocre James naufragado por propia imposibilidad de establecer la crítica de sus fun-
como un .alia.do; lo reinterpreta 11 y entrega a sus acólitos el aspecto damentos cognoscitivos.14 Sin duda hay dos maneras de entender la
de l~ efi~1enc1a cuando, en dividiendo la psicología en. psicolooía de la psicología como antropología concreta: el modo de quien concibe
con;1.enc1a y . de la eficiencia, reserva la primera· para su filo~ofía del la teoría y la práctica del conocimiento psicológico como función de la
espir1tu Y de3a la segunda al albur de los acontecimientos. Croce 12 se actividad cinemática de la materia, o sea comprendiendo en un solo
escuda en el liberalismo y acepta al activismo como forma mentis que concepto ciencia y filosofía, y el modo de quien concibe la actividad
se debe respetar aunque controlándola, como intenta hacer con la re- cinemática y dinámica de la materia como teoría y práctica, respectiva-
forma de la ed~cación italiana cuando fuera ministro del fascismo· por mente, del conocimiento psicológico, porque se atribuye el movimiento
su ~arte'. Gentile 18 es más directo; para él, filosofía, ética y peda~ogía a la materia organizada en el fenómeno vida, y la acción que moldea,
se identifican, porque toda la filosofía es ética y pedagogía, porque motiva o desencadena actos a la presión de las circunstancias biofóri-
filos~far. es «educar>, esto es, llega a la identificación de la filosofía con .cas, naturales, sociales o culturales.15 En el primer caso, la teoría y la
la vida, del pensamiento con la acción, y acaba por disolver el ritmo práctica se convierten en conocimiento, se vuelven vida, porque se
~el pensamien;o en el ritmo de la vida, y hace derivar, con el pragma- comprende que ciencia y filosofía, psicología y filosofía en nuestro caso,
t1sn:io, la ~eor1a de la c':ntingencia de la práctica. Pensar es obrar, es realizan idéntico trabajo; en el segundo, teoría y práctica llegan a ser
decir, r~alizarse del esp1ritu, y obrar es pensar. Lo real es, pues el fórmulas, dualísticamente separadas, porque los representantes de la
pensamiento en su desarrollo dialéctico, en su eterno hacerse c~mo primera no alientan la decisión de penetrar en el campo de una ciencia
act.o puro. Nada puede presuponerse al pensainiento, puesto que cual- particular y de profundizar sus problemas, y los de la segunda no se
qu1~r cosa presupone .antes al .pensamiento, y .por eso es. siempre pen- atreven a introducirse en un mundo de cuadros abstractos, demasiado
sam1en~o: ~ otro del p;nsamiento: la idea de Platón, la naturaleza diverso al suyo. Este camino, esta segunda posibilidad, había adoptado
a.el posit1v1smo, no es mas que el acto mismo del pensamiento conver- la psicología como ciencia, y de ello resultaba, sin objeciones, la más
tido en hecho. Dentro del idealismo absoluto de Gentile está abierta patente y ridícula contradicción in terminis. La psicología, lo expresa
la puerta para el activismo pragmatista y, entonces, no es de sorpren- . con toda claridad Bergson,16 había quedado más acá de cualquier co-
der que toda la filosofía con que se inicia nuestra centuria tienda una nocimiento, y ni siquiera representaba el esbozo de una filosofía de la
mano a ese pariente pobre que es el pragmatismo y le asigne el papel experiencia. A las acusaciones del positivismo, que con Comte la exclu-
se~unda;io a sus ojos pero fundamental desde el punto de vista de l~ yera del cuadro de los conocimientos, se sumaba la crítica justa, dado
psicologia! de ?cuparse del hombre concreto, esto .es de hacer real- el estado de las cosas, de los representantes del espiritualismo, del idea-
mente ps1cologia. ' lismo y de los teóricos de los problemas de las ciencias. La psicología
Más aún, en la filosofía anterior a la guerra de 1914-18 ,Persiste era despojos que nadie quería recoger y para los cuales quedaba la
c?ns~nte el m?t.ivo de su reacción contra el valor cognoscitivo de la deriva hasta perderse, o un ínfimo acto de misericordia. Pero la presión
c1enc1a. El empmco-criticismo de Mach y de Avenarius Bergson BI de los hechos tiene su voz; la sociedad industrial en plena organiza-
d e1. 1os ~e la tivis
. tas, 1os ep1stemologos
. , como Poincaré ' y Milhaud, ' on-los ción no se guía por la palabra de los filósofos y los epistemólogos; no
neohegehanos Croce y Gentiles, están todos de acuerdo en la desvalo- entiende de ilusiones antropomórficas o antropocéntricas en el plan-
536 ALBERTO L. MERANI BISTORIA CRÍTicA DE LA PSICOLOGÍA 537

teamiento de los problemas; no le interesa la cverdad>, sino la cuti- la filosofía aparece como ilusoria y, al mismo tiempo, se considera impo-
lidad>. Práctica a ultranza, necesita un instrumento para mediatizar al sible resolverla en la filosofía o en la socíología. Su carácter es de
hombre, y ese instrumento, se lo enseñó Taylor en la fábrica, Dewey un esperantismo· absoluto, y cada vez que se tira de la manta aparece
en la escuela, es la psicología. ¡Qué importa la seriedad del cono- un mosaico informe que se p~etendía ocultar. El siglo XX, que podría
cimiento; qué importa que se confunda descripción con explicación, pasar a la historia como el siglo de la psicología, al mismo título que
condicionamiento con actitud voluntaria, que se estudie a un hombre el XIX como centuria de la historia, debe reconstruir la antropología
artificial, asimilado a las ratas de los claberintos>, como estaba de moda concreta o abandonar la esperanza, acariciada a todo lo largo de la
desde que W. S. Small construyera en 1899 el primero, sobre el mo- historia, de conocer el ei¡píritu humano fuera de las vías que ofrece
delo del que Guillermo III usaba alrededor del 1700 para divertir a los la filosofía. Frente al callejón sin salida, una. voluntad férrea se impone,
huéspedes del palacio ·de Hampton Court, cerca de Londres! Todavía una v.oz se escucha, y es aquella del Poder; y el poder como facultad
más: ¿qué significado puede tener pá:i:a el industrialismo el problema legal o moral, como derecho de hacer algo, escapa gradualmente de
de la conciencia? Ninguno, porque la ideología del mundo que nace manos de la burguesía y comienzan a e]ercerlo las csociedades anóni-
acepta con el pragmatismo que la verdad científica está probada por mas>, que a través de los trusts controlan el mercado. Ya no se trata
la utilidad. Si algunos procederes psicológicos son útiles, configuran de la potencia de un grupo político o confesional; no es el poder que
un conocimiento verdadero y eso basta. Es de este modo, y solamente otorga el voto y por el cual se luchara. desde la Revolución francesa;
de éste, como al iniciarse el siglo xx, Bergson desembaraza al cono- tampoco el poder milenario que pasa de l:>ios al soberano; es una
cimiento del hombre del problema de la acción humana entregándolo potencia sin rostro visible, la potencia ejecutora de las cosas que de-
al pragmatismo, y éste lo deposita solemnemente en manos de John penden del crecimiento industrial y que junto con la producción pla-
Broadus Watson. Los acontecimientos se precipitan; como l;i. flecha nifica la vida de los hombres, que producen y consumen. con el uso
que, disparada por el arco, sigue su camino sin detenerse, el ejemplo creciente de medios y de personal «Científico> para el control y la
cunde, y Freud se suma a los cruzados del activismo, y hasta llegar a manipulación de la mente humana mediante la información, la publi-
Henri Wallon no hay, en nuestros días, barrera que se le oponga. De cidad, la educación, la industria «culturab.17 De esta manera, cada
este modo, la psicología es llevada a pensar en ccosas> y no en función día aparecen nuevos cespecialistas>, cuya tarea es uniformar a los hom-
de crelaciones progresivas> que determinan la ubicación de las cosas bres con las exigencias del poder, de segregar y reprimir a los que
y su valor relativo en cuanto a la inserción dentro del proceso conti- rechazan sus pretensiones, de manera que cada individuo tiene una
nuo. que se desarrolla sobre el vector de la duración psicológica. Se cierta posibilidad creciente de ser considerado «anormal>, o sea ubi-
quiera o no, el hecho de pensar en ccosas> lleva inevitablemente la cado en la categoría de los que escapan a la «norma> establecida por
psicología al terreno de las explicaciones mecanicistas, y de ello resulta el equilibrio social que se crea. Es difícil establecer estos límites; los
que, de cualquier manera. que se interprete 1a continuidad de los fe- psiquiatras más serios están de acuerdo en aceptar que desacuerdan
nómenos psíquicos, éstos aparecen en la interpretación como produ- al reconocer el 46 % de los síntomas de desequilibrio mental y al defi-
ciendo un autómata consciente, que sigue la pendiente de los hábitos nir el 35 % de los diagnósticos, 1 8 de donde las divergencias de diagnós-
útífos que prolongan la excitación en reacción apropiada. Es un indi- ticos derivan de la mayor o menor adaptación del diagnosticador a las
viduo que mima su existencia en lugar de representársela, lo cual con- normas que le están prescritas y cuyos copfines inciertos entre equili-
figura una ventaja para el chumanismo:> del activismo industrial, por- brio y desequilibrio debe conscientemente aplicar a la gente, pero que
que disfraza el condicionallliento de espontaneidad, convierte lo alea- inconscientemente hace en función de su propio grado de alienación.
torio en necesario, y viceversa; el hombre no piensa, actúa, y la acción Cuando estudiantes de medicina de la Universidad de Parma, durante
ciega, ignorante de sus fuentes, aparece como expresión de libertad. Sin la revuelta universitaria del verano de 1968, izaron sobre el manico-
saberlo, el individuo es tan clibre> como el perro retenido por la cadena; mio provincial del lugar un irónico cartel que decía: cil figlio del ricco
libre de moverse dentro del círculo de la cual ésta es radio, libertad e esaurito, il figlio del povero e matto>, tradujeron con una fórmula
condicionada que nada tiene que ver con la verdadera libertad del que simple y concisa la realidad de las relaciones de la psicología y la
no teme nada, no espera nada y por eso puede exclamar: c¡Soy libre!> psiquiatría con el poder. Los hechos están más allá, de las palabras;
tanto es así, que incluso ha tenido en nuestros días éxito un libro de
5. Psicología y relacion.es de Poder. -Al comenzar nuestro siglo Szasz 111 que pone en duda la existencia de enfermedades mentales.
la psicología ha fracasado como ciencia; la pretensión de separarla de El resultado a que llegamos pertenece al hecho de que para la «psi-
538 ALBERTO L. MERANI IDSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 539

cología> del industrialismo el espíritu individual se convierte en sede dora, justamente lo contrario de labor cognoscitiva. 20 Y todo porque
natural de las contradicciones sociales y sufre, por consiguiente cons- existe un patrón general que impone los propios intereses, que única-
tricciones y violepcias que minan la unidad psicofísica. En efe~to las mente permitirá la aceptación de conocimientos en la medida que,
desviaciones de la cnorma> se presentan bajo múltiples aspectos: c~mo dándole ventajas, no dañen la producción o el consumo. Antonio
señal de un conflicto con causas naturales y sociales, como desviación Gramsci 2 1 demostró que «el nombre se debe concebir como un bloque
en relación con las normas de conducta establecidas por el poder y histórico de elementos puramente individuales y subjetivos y de ele-
también como sufrimiento individual, como i.nlposibilidad de mantener mentos de masa u objetivos o materiales con los cuales el individuo
relaciones reales y críticas con otros individuos y con el ambiente está en relación activa.>. Esto significa que el trabajo sólo puede con-
y, por lo mismo, de modificarlos. La situación es clara y precisa: las vertirse en primera. necesidad de la. vida. cuando permite la expresión
conductas están determinadas por las relaciones de poder y deben ser de la propia personalidad; y las normas de trabajo y de consumo de la
estudiadas según ese patrón. De esta manera, la psicología se desplaza sociedad industrial ahogan la creatividad y sus patrones de producción
del individuo a las condiciones, se olvida la unidad ser-medio y se convierten al trabajo en medio de vida.. La diferencia es fundamental:
enfo~a el problema desde dos ángulos separados que, por naturaleza como primera necesidad de la vida, el trabajo libera, y tanto que con-
coexistentes y complementarios, aparecen así únicamente como con- virtió la hominización en humanización,22 creando la singularidad del
vergentes: el de las relaciones estímulo-rlilspuesta, ~on, el. individuo individuo, dimeqsión originaria destruida por la alienación del trabajo
como canal de entrada y de salida, como sede del autóínatismo, y el como necesidad de vida. Llegados a este punto, resulta evidente que la
de la resolución inconsciente por el propio individuo de los conflictos valorización psicológica de los «Científicos» al servicio del poder es
que de esa relación pueden derivar. La psicología se convierte en falsa; mejor dicho, es correctísima desde el punto de vista de la ins-
embriología de las conductas con Watson; en psicogénesis del sub- trumentalización del hombre, subrayando en conclusión la exigencia
consciente, con Freud. La norma está respetada y los imperativos del de que el proceso de desarrollo psíquico no puede completarse sin la
poder in tocados. ·Para llegar a estas consecuencias se fragmentó la coincidencia con los intereses del poder, o sea con la modificación de
antropología concreta en cpsicología>, en ramas diversas que de psico- las conductas en todos los niveles que tocan las relaciones de poder.
lógico solamente tienen la presencia del individuo como punto de arran- De esta manera, los hombres no pueden ser conscientes y dueños de
que de sus especulaciones; por ejemplo, una psicosociología que sim- la situación porque no se convierten en dueños de la propia integración
plemente es una sociología de las conductas, una cphisiologie des en la sociedad. Esto significa el fin de la psicología, que traslada su
moeurs>, como fuera costumbre decir desde Montaigne, y una psico- horizonte del hombre a los autómatas y se transforma en análisis de
logía clínica que es pseudopsicopatología de las conductas individuales. las situaciones que lo convierten en títere del poder. El vigor y la
En un caso como en el otro, la reflexión psicológica está ausente porque cualidad de la psicología del siglo XVIII, el deslizamiento de la antro-
falta el gran personaje de la epopeya de la humanización: la concien- pología concreta hacia lo psíquico en acto, la colocación del espíritu
cia. Desde Homero, la pregunta clave fue: ¿por qué somos hombres; en el ámbito de la materia, el optimismo humanista que la impulsaba,
por qué lo que has pensado tú no lo pensé yo; por qué lo que siento desaparecen en el siglo xx por la gravedad de los procesos de destruc-
yo no lo sientes tú; por qué somos tan iguales unos a los otros y tan ci6n del hombre, que, por supuesto, no son compatibles con el cono-
diversos a la vez? Fuera cual fuese el camino tomado por la antropo- cimiento del hombre. Pero la marcha de los acontecimientos, sean cuales
logía concreta, se procuró siempre dar respuesta a esos interrogantes; fueren, no es unidireccional; la negación de la racionalidad eleva como
la psicología nació en tomo del problema humano, y de pronto, por antítesis una nueva valorización del racionalismo; la negación de la
·relaciones de poder, se concluye en nuestra época que lo único impor- conciencia despierta interés por establecer qué es y cómo actúa la con-
tante es saber cómo cumplimos normas y cómo se nos puede hacerlas ciencia; la destrucción psicológica del hombre lleva a invertir esta
cumplir. Se forma para ello una caterva de ccientíficos> que analizan orientación, y la dialéctica del conocimiento termina, en nuestros días,
lo humano sin cuestionar las bases del análisis que les solicitan, que después de Wallon y de su escuela, por partir de consideraciones que,
no se preguntan para. qué, por qué, sino que se entregan íntegros al como veremos, valoran lo humano en todas sus dimensiones: biológica,
cómo: cómo saber lo que pensaré o haré en tal o cual circ'unstan- psicológica, social, histórica, y crea con ello una antítesis profunda y
cias; cómo descubrir y explorar lo que no expreso; cómo descifrar mis radical con respecto de los modelos impuestos por la alienación; cons-
jntenciones; cómo explicar, finalmente, que acepte o me niegue a obe- tituye, en una palabra, un momento necesario y positivo en el estudio
decer. Se trata de un verdadero juicio de intención, pesquisa inquisi- del hombre integral dentro del horizonte antropológico de la libei:tad.
540 ALBERTO L. l\fERANI

NOTAS

l. Sobre el concepto de «activismo:. y su formación, vid. Benedetto Croce,


Storia d'Europa neu Secolo Decimonono, Loe. cit.
2. Georges Sorel, Le.s iltu.sions du Progres, Loe. cit.
3. Vid. Alberto L. Merani, Psicología 11 pedagogía, Grijalbo, México, 1969, Y CAPÍTULO 2
Alberto L. Merani Naturaleza humana 11 educación, Grijalbo, México, 1972. Para
un análisis compl~to del problema, vid. Alberto L. Merani, Psicología. 11 alie- HENRI BERGSON O LA PSICOLOGfA COMO FILOSOFfA
nación, Grijalbo, México, 1973. DEL ESPffiITU
4. Vid. Alberto L. Merani, Freud 11 el Talmud, Grijalbo, México, 1974.
5. Cf. Hebert Marcuse, One-Dimensiona.l Man, Boston, 1964, y An Ess1111 oo
Liberation, Boston, 1969.
6. Para una breve historia del pragmatismo e interpretación parcializada por l. El método y la. rela.ci6n del cuerpo y el alma. - Pocas doctrinas
Ja tesis eSPiritualista, véase: Emilio Boutroux, William James 1J su filosofía,
' han tenido en la época contemporánea tanta resonancia como la de
Montevideo, 1921.
7. Cf. William James, Pragmati.sm, a New Name tor· Some Old Wa11s of Bergson. Es necesario remontarse a los tiempos de Auguste Comte,
Thinking, ·Boston, 1907. o llegar a los años de la difusión del existencialismo, para encontrar
8. The Will to Believe 11nd others Ess1111s in Populllr Philosoph11, título de una influencia filosófica tan marcada. Pero mientras que en el caso de
una obra de William James publicada en 1897. Comte y de Sartre los factores políticos de oposición al poder desem-
9. William James, cPsychology and Scientific Methods», Journal of Philo-
soph11, 3 december, 1908. , peñan papel preponderante, son tendencias bien determinadas de la
10. Vid. Alberto L. Merani y Susana Merani: Lll génesis del pensamiento, ideología de comienzos del siglo xx las que satisface la obra de Bergson.
Grijalbo, México, 1971. Es contemporánea de lo que se ha querido llamar impresionismo en
11. Sur le pragmati.sme de William James, Loe. cit.
12. Benedetto Croce, Lll storia come pensiero e come azione, Bari, 1938. pintura, en música, en poesía; del activismo en política, y está empa-
13. Giovanni Gentile, Teoría generale dello spirito come 11tto puro, Bari, 1918. rentada, en lo moral, con un renacimiento de esa religiosidad sensual,
14. Cf. Alberto L. Merani, «Crítica de los fundamentos de la psicopatolo- de matiz muy peculiar, que une la unción mística con aires de incre-
gía>, Loe. cit., y Critica de los fundamentos de la psicología, Grijalbo, Barce- dulidad· y que, empezando por rechazar la fe de la Iglesia, termina
lona; 1975. siempre con la más solemne y aparatosa conversión. Los adeptos a esas
15. Cf. Alberto L. Merani, cCrítica de los fundamentos de la psicopatolo-
gía:., Loe. cit., y ¿Es la filosofía una ciencia?, Loe. cit. convicciones nuevas buscan, en sus impresiones de arte, la vibración,
16. Henri Bergson, Matiere et Mémoire, París, 1896. la atmósfera, la riqueza de movimientos variados y complejos; desde-
17. Cf. Alberto L. Merani, Psicología ¡¡ alienación, Loe. cit. ñan las líneas y combinaciones bien arquitecturadas; en una palabra,
18. R. Blum, cCase identification in psychiatric epidemology: methods and
problems•, Milbank memorial fund qU11rterl11, vol. 40, 1962. buscan todo lo que es tenso, lo que sienten inquieto y viviente. La
19. T. S. Szasz, n mito della malllttia mentale, Milano, 1966; el tema, reto- reljgiosid.ad próxima a esta visión de las cosas no se ata al dogma se-
mado por E. Cotti: cLa pazzia e un'invenzione>, Rinascita, n.• 41, 1968, lo lleva a guro y definítivo, pues se diversifica en aspiraciones, en desbordes del
concluir que la locura es cun comportamento normale in relazione a situazioni sentimiento, en una bÓsqueda apasionada de lo divino, que es conce-
anormali~. ·
20. Sobre el juicio de intención en la selección profesional, vid. Alberto L. Me- bido como presente e interior a las cosas y no como trascendente y
.rani, Psicología 11 alienación, Loe. cit. · dominador. Es el momento en que Rémy de Gourmont publica su libro
21. ll materialismo storico e la filosofía di Benedetto Croce, Torino, 1949. sob~e el Latín mystique, Paul Claudel se convierte a través de la visión
22. Cf. Alberto L. Merani, De la praxis a la razón, Grija1bo, Barcelona, se- poética del mundo creyente medieval, y Paul Valéry, opuesto a esos
gunda edición, 1974. irracionalismos, escribe, tal vez el único verdaderamente lúcido entre
los pensadores de la época, la racionalista Introduction a lá méthode
de Léonard de Vinci. De una manera u otra, por el sendero de la mís-
tica o el camino de la razón, los intelectuales de comienzos de siglo
que intuyen la deshumanización que anuncia la era industrial buscan
aires de libertad individual. Y es precisamente cuando llega la filosofía
de Bergson, que en apariencia responde a ese ideal porque, abando-
542 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 543

nando el ser corpóreo al instrumentalismo pragmatista, pretende salvar Los escritos de Bergson fueron innumerables; son centenares sus
al espíritu de la mecanización, elevándolo por encima de la materia. artículos, reseñas críticas, sus ponencias a congresos y a las academias,
Se opone tanto al ;racionalismo como a las diferentes formas de meca- pero de todo lo que escribió y publicó lo único que reconoció finalmente
nicismós; se apega a lo inmediato, a lo vivido, a lo que está probado en su testamento con derecho a perdurar bajo la forma de nuevas edi-
directamente, y procura asir la realidad psicológica por debajo de las ciones son los libros que enumeramos: L'idée de lieu chez Aristote, 1889
:formas conceptuales con que se disfraza en las ciencias y en la vida (tesis latina, traducida al francés por M. Mossé-Bastide); Essai sur les
social. Para sus contemporáneos, Bergson abrió una ancha puerta de don:nées immédiates de la oonscience, 1889; Matiere et Mémoire, 1896;
escape, pero en realidad y a la luz del análisis posterior lo que otorgó. Le rire,.1900; L'éoolution CTéatrice, 1907; L'énergie spirituelle, 1919; Les
fue franquicia de libre circulación al pragmatismo del régimen in- de'l.tX sources de la morale et· de la religi<m, 1932; La pensée et le
dustrial. mouvant, 1934.
Discípulo de Ribot en la École Normale Supérieur, la Sorbona y el En el momento en que Bergson publica el Essai sur les donées
College de France, HENRI BERGSON (1859-1941) representa el punto de immédiates de la conscience, · el método experimental estaba en pleno
arranqué de la primera gran oscilación pendular de la psicología auge; la observación interna, arrastrada por la escuela ecléctica en su
de nuestro siglo. Como pensador, Bergson tuvo los mayores honores caída, sólo despertaba desconfianza, y no duda en rehabilitarla, per-
que recibiera un psicólogo: normalista, agregado en filosofía, doctor feccionarla y transformarla. Demuestra que es el método psicológico
es-lettres, miembro de la Academia de Ciencias Morales, de la Acade- por excelencia. Pero en su trabajo la observación inte.rna se precisa;
mia de Francia, embajador especial de su gobierno con fines de difusión procura seguir, con soltura y penetración, la vida mental en sus me-
cultural y acercamiento político en los Estados Unidos de Norteamé- nores movimientos; ve en nuestra conciencia un dinamismo, una com-
rica después de la primera guerra mundial, y Premio Nobel de Lite- binación interior de tendencias, un devenir móvil y matizado, que se
ratura. Si su carrera fue brillante, su éxito resultó espectacular. Du- renueva y se recrea en actuando. Método menos abstracto que el de
rante cincuenta años, su rincón de trabajo en el Boulevard Beauséjour los eclécticos y menos puramente descriptivo, la observación interna
representó el foco de )as ideas que más pesaron en la filosofía, la psico- de Bergson se aproxima por algunos puntos a ·la introspección de los
logía y la psicopatología. Honestamente consecuente con sus principios, ingleses, pero difiriendo de ~sta en que no descompone la vida mental
luchó por un humanismo práctico y dio una inolvidable lección de en elementos y no lleva a una concepción mecanicista de las leyes psi-
moral también práctica bajo la ocupación alemana de París. El judío cológicas. Por otra parte, no sigue el proceder reflexivo de los racio-
de origen polaco convertido al catolicismo, al que se ofrecieron consi- nalistas ni pro_cura conocer las formas de orden que presiden la vida
deraciones que únicamente buscaban su silencio, rechazó prerrogativas mental, prefiriendo mantenerse en lo concreto, en los matices cualita-
que derivaban de su prestigio y retomó públicamente la fe judaica de tivos, en la tensión, en la duración viviente. Según Bergson, la obser-
sus mayores. Como acto de protesta por las persecuciones hizo coser vación de uno mismo es capaz de perforar la caparazón de actos y de
la estrella amarilla de David en sus ropas, y voluntariamente formó representaciones mecanizadas· que, por la vida social, la ciencia y el
cola, anciano débil y. moribundo, atado a una silla de ruedas por- la lenguaje, se ha formado en la periferia de nuestra vida mental y de
parálisis, para recibir su ración de pan. En función de la historia de zambullirse, por una visión profunda, en el interior de nosotros mis-
las ideas, el ciclo psicológico de Bergson se cerró cuando comenzara mos. Éste es el papel de la intuición, que pretende apercibir la vida
el de Henri Wallon. En efecto, la separación entre psicología de la en situación de realizarse. Además, en la visión que adquiere de nues-
conciencia y psicología de la eficiencia arranca de Bergson, · está en tra vida mental hay coincidencia del conocimiento psicológico y del
sus ideas, la sancionó en la praxis y la api.intaló con su prestigio. La conocimiento metafísico: en asiendo la vida consciente sobre lo vivo,
fundamentación de la unidad de la psicología, las ideas básicas para ase de un solo golpe la vida, a la que toma de manera absoluta. En
una ciencia genética y dialéctica del hombre arrancan de Henri Wallon este sentido, Bergson espera de la intuición el mismo servicio que los
el primero en darle carácter de conocimiento rico en realizaciones y~ racionalistas esperaban de la apercepción reflexiva del pénsamiento por
más todavía, en posibilidades. A Bergson, con sil filosofía ·del ~spíritu sí mismo. Con ellos procede de Ravaisson y, por su intermedio, del
Y mecánica de las relaciones, W allon opondrá la unidad de una teoría pensamiento de pensamiento de Aristóteles y del Cogito de Descartes.
universal, cuya ley general, la dialéctica, «Contiene en práctica· la evo- Sin embargo, el método de Bergson no desarrolla en ideas los datos
lución del ser desde el átomo hasta las sociedades h\Imanas en pasando de la intuición; su intuición no es una intuición reflexiva, sino una
por las especies animales~. especie de simpatía intelectual por la cual se transporta al interior de
ALBERTO L. MERANl: HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 545
544
un objeto para coincidir con lo que en él hay de único y, por consi- La relación entre el mundo interior y el exterior se establece por
guiente, de inexpresable.1 De esta manera, la misma intuición que la percepción sensible. La vida mental es tanto acción como pen-
sirve de método al psicólogo para penetrar hasta los datos inmediatos samiento y no está únicamente limitada a la conciencia, No se explica
de la conciencia es también el proceder al que debe acudir el meta- por la materia, por la imagen cerebral; los fisiólogos han recurrido a
físico para ubicarse en el corazón de cualquier ser y, en general, de esta hipótesis para explicar el espíritu. Ahora bien, nos dirá Bergson,
cualquier género de realidad. Para Bergson, como lo fuera para Cousin, eso implica una contradicción. Los ·cuerpos, en este caso, estarían des-
el método psicológico es, al mismo tiempo, el método de la metafísica, doblados cuando los percibimos y existirían una primera vez fuera de
y así la intuición alcanza lo absoluto, aunque ninguna fórmula, ningún nosotros, una segunda vez en nuestro cerebro. Empero, el sistema ner-
concepto puedan expresarlo; ninguna imagen tiene semejante potencia; vioso no forma imágenes; es exclusivamente un conjunto de mecanis-
únicamente puede ser sugerido. El método psicológico que Bergson mos motores, desde el simple reflejo hasta las adaptaciones más ele-
preconiza y emplea se separa de los métodos de las ciencias, que se vadas. Del hecho ·de que no existan im~genes en el cerebro, Bergson
asientan sobre la dilucidación de relaciones lógicas y sobre el empleo concluye que percibimos las cosas directamente donde están y q~e el
de conceptos precisos, y se aproxima al proceder del artista, que se trabajo cerebral, en el acto de ·percepción sensible, sólo es parte de
esfuerza, por medios que alcanzan los sentimientos,. en sugerir la emo- un proceso que comprende ante todo el objeto exterior. Si el conjunto
ción de la realidad viviente. de las pretendidas imágenes del objeto solamente es el conjunto del
Pero frente al mundo interior, mejor dicho, rodeándolo, está el mundo material, que supera con toda su infinitud el centro de acción
mundo exterior. Según las ciencias físicas, los cuerpos constituyen una que es mi cuerpo, limito mi cuerpo en relación con la totalidad de los
multiplicidad homogénea situada en la extensión; sus movimientos, objetos, lo distingo de los demás cuerpos por los estados afectivos de
para ser comprendidos, deben ser reducidos a la cantidad y. medidos; que es asiento- y reúno de esta manera las cualidades diversas de los
se los considera como propagándose en el tiempo y en el espacio, que cuerpos que percibo por diferentes sentidos. Mas la percepción sensi'-
son medios homogéneos e indefinidamente indivisibles. Esta concepción ble no es la única relación de mi cuerpo con los otros cuerpos. A ello
útil para la vida práctica, parte, según Bergson, del trabajo de solidi- agregamos algo: la memoria, que prolonga el pasado en el presente
ficación y de división que se impuso el hombre para llegar a fijar puntos y permite concebir el porvenir. De la misma manera que no se forman
de apoyo, centros de operación en la naturaleza: cson los esquemas de imágenes en el cerebro, tampoco se conservan. La representación úni-
núestra acción sobre la materia».2 Ahora bien, si verdaderamente la camente existe en el momento en que la formamos. Hay dos clases
naturaleza se redujera a lo homogéneo y a lo cuantitativo, como pos- de memoria: una, la actitud para reproducir movimientos, asienta en
tulan la práctica y las ciencias, sólo se podría admitir que cualidades la ley del hábito; la otra, el recuerdo de ideas, acontecimientos u
se hubiesen agregado acudiendo a un milagro. Lo cualitativo, que nos objetos. Por lo general, de ésta se enseña que su operación principal
está dado en todas las cosas, se encuentra realmente en todas partes. consiste en reconocer un hecho o una idea y ubicarlos lógicamente
Tomemos como ejemplo el movimiento. Para el matemático, se reduce entre otros hechos o ideas con los cuales se relacionan. Según Bergson,
a un cie:rto número de posiciones relacionadas con puntos de referencia esta operación, llamada por lo común reconocimiento, es mucho menos
situados en un espacio homogéneo, divisible y medible. Pero en la característica de la memoria que la evocación, o sea la posibilidad de
realidad concreta, como deben encararla el psicólogo y el. metafísico, rememorar el acontecimiento, el objeto o la idea, y de hacerlos revivir
el movimiento no es una serie ordenada de posiciones espaciales, sino delante de nuestros ojos con su m~tiz propio. Ahora bien, la evocación
el transporte de una manera de ser antes que un objeto; es pasaje, no es el rememorar de tal o cual recuerdo que estaría conservado en
transición, tiene su ritmo, su valor propio, y, lejos de definirse por la la memoria como se conserva un objeto en una gaveta, sino el reco-
cantidad, ces la cualidad misma, vibrante interiormente, por así de- nocimiento de una antigua personalidad que fue nuestra, con todo lo
cirlo, y escandiendo su propia existencia en un número a menudo que contenía, como en la catalepsia una actitud que el experimenta-
incalculable de momentos:.:'! Si existiese un acto de percepción pura dor impone al sujeto produce la reviviscencia de la situación total de
por el cual pudiéramos aprehender una instantánea de la realidad, la cual esa actitud formaba parte. De este modo funciona la memoria
obtendríamos una visión de conjunto sobre millares de movimientc.s y, por consiguiente, difiere de la percepción. Para hácer comprender
en situación de cumplirse y dotados de vida original, como aquella que bien esta diferencia, Bergson recurre a una comparación ingeniosa:
comprobamos en nuestra tensión interior cuando estamos en el cora- percibo el cuarto en el que me encuentro; es la percepción sensible
zón de una acción. actual; pero sé, sin tener que pensarlo, que más allá de los muros hay

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HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
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546 ALBERTO L. MERA.NI

otros objetos que no percibo por el momento, e incluso un universo salientes, que ayudan a fijar su cristalización. 11 En resu r:ien, la n:ie:no~ia
infinito del que concibo la riqueza sin poder jamás agotarlo con mi para Bergson no es un puro mecanismo y no se loca.iza; 1
es dm.~ica
sensación. De inll;lediato, entre los objetos del cuarto y los objetos des- y constituye el carácter con su pasado que dura; es a la vez a~tividad
conocidos reconozco que existen algunas relaciones. ¡Y bien!, concebi- e inconsciente· para expresarse exige un esfuerzo que consiste en
mos una relación del mismo género entre nuestra experiencia presente pasar de la interpenetración virtual de todos los estados psíquicos a la
y todo lo que vivimos antes; el pasado es virtual·y actualmente ine<ms- realización de algunos de ellos. El cuerpo, con su actualidad activa, es
ciente; pero se concentra en nuestro carácter y lo forma. La memoria el instrumento de acción que tiene por función esencial hacer posible
se inserta siempre en el presente, que sin ella sería demasiado instan- ese pasaje, limitando la vida del espírit~; «Es, en rela~i?n ;o~ las re-
táneo. Pero es poco en comparación con el fondo de memoria sobre el presentaciones, un instrumento de seleccion, y de seleccion unicamente.
No podría engendrar ni ocasionar un estado inte.lectual.~
6
cual se abre, se dilata. Esta inserción de la memoria en la percepción
presente es posible gracias a los mecanismos de que dispone, o sea a Todo lo que Bergson nos ha explicado lleva irremediablemente a
los sistemas sensomotores organizados por el hábito y que constituyen la relación entre el alma y el cuerpo. Niega al materialismo capacidad
el primer género de memoria de que ·Bergson nos habló. La natura- para resolver ese problema: en efecto, esa doctrina se apoya sobre la
leza nos hace realizar una experiencia indicadora de qué es la me- relación entre el estado cerebral y sus causas, y el estado cerebral está
moria: es el soñar. El soñar es provocado por las sensaciones vagas determinado limitado· entre ese estado y la infinidad perceptible por
que producen en nuestros sentidos, a través del sueño, los ruidos, la una parte, l~ memori~ por otra, no hay relación posible. La ac~ualidad
luz, el roce de las ropas de la cama y gran número de sensaciones sensible o materia en el espacio, la virtualidad de la memoria en el
internas. Por estar abolidas las vías entre el mundo exterior y el tiempo, desbordan el estado cerebral y aniquilan cualquier explica-
cerebro, el control que normalmente ejerce el real no se ejercita. ción llamada paralelista. Tampoco el idealismo explica mejor, Y por
Y bien, ¿qué comprobamos? Una misma sensación puede evocar mu- la misma razón: ni la memoria ni la materia se reducen a la repre-
chos sueños diferentes: la memoria que constituye esos sueños desborda sentación o a la id~a, sino que las sobrepasan. El problema únicamente
la percepción; no existe correspondencia estricta entre tal excitación se· comprende si se encaran otros dos ,problemas metafísicos: ·el de la
nerviosa y tal representación. Por el contrario, la excitación exterior relación entre lo extenso (los cuerpos) y lo inextenso (el espíritu)' y el
abre el camino a numerosas posibilidades, y esto es lo que da forma de la relación entre lo cuantitativo (el mundo de los cuerpos según la
al sueño, pues son los recuerdos, tanto recientes como antiguos; es ciencia) y lo cualitativo (la vida del espíritu, con sus matices,· sus sen-
como si todo lo que hemos vivido estuviese presente en la memoria. saciones sus estados afectivos, sus voliciones, sus pensamientos). Estos
Sí, creo que toda nuestra vida pasada está allí, conservada hasta en problem~s metafísicos no son insolubles para Bergson. Para el primero:
sus más ínfimos detalles, y que no olvidamos nada, y que todo lo sen- en realidad las cosas no son completamente extrañas al espíritu; hay,
tido, lo percibido, pensado, deseado desde el primer despert~r de en los objetos materiales, algo de la .síntesis mental; la yuxtaposici~n
nuestra conciencia, se sobrevive indestructiblemente.> 4 Si en la vigilia y la homogeneidad espaciales, la división y ·la multiplicidad son sm
omitimos tantos recuerdos es por causa de la acción presente que los duda verdaderas, pero no agotan la realidad material, pues ésta no está
aleja, por causa de la «precisión del ajuste> entre el real y nosotros. únicamente desplegada en el espacio, sino también en situación de pro-
Pero bien, ¿qué más hay en el estado de vigilia? Está el esfuerzo del ducirse en cada momento; hay también un cierto dinamismo, algo inte-
espíritu, «que no se reduce a ningún mecanismo de asociación entre rior a ella misma, inextenso; y lo que aproxima lo inextenso o espiri-
ideas aisladas, sino que exige un movimiento que va de adentro hacia tual y lo extenso o multiplicidad homogénea es la idea de extensión,
afuera, que atraviesa diversos planos de conciencia en profundidad y, que significa desarrollo, pasaje de la interioridad dinámica a la exte-
llevando a la superficie una representación vaga primero, la convierte rioridad exhibida. Para el segundo problema, el de la relación entre lo
en una imagen precisa; para percibir debo recordar, para recordar no cuantitativo y lo cualitativo, la idea de tensión servirá para resolverlo.
dispongo de una colección de imágenes bien dispuestas y clasificadas Las ciencias estudian lo cuantitativo, o sea lo que es medible y meca-
en una memoria que únicamente sería un archivo; es un esfu~rzo que nizado. Y, en efecto, lo mecanizado está en el universo. Pero la materia
trae primero una noción oscura y de alguna manera dinámica del misma no es un puro mecanismo, que se opondría al !>uro dinamismo
objeto; ésta, poco a poco, por una serie viviente de transformaciones, del espíritu, como dos entidades o sustancias en la filosofía cartesiana.
llega a fijarse en una imagen, a tomar cuerpo; de este modo, para Bajo el mecanismo de la materia vibra un movimiento que está por
retener algo, ensayamos agrupar las ideas en torno de algunos puntos producirse, y cada cosa tiene su tensión propia, su manera de ser,
548 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 549

E, inversamente, está lo mecanizado en la vida mental, en razón del abstractas, sino algo del movimiento y del colorido de la vida. Al fin
hábito: es el problema, dice Bergson, que Ravaisson había tratado y al cabo, la vida que sentimos en nosotros la reencontramos en el
magistralmente. 7 universo, después que, superando el punto de vista espacial y cuanti-
De aquí se deduce que para Bergson la vida psicológica tiene natu- tativo de las ciencias, nos colocamos eh aquello que las cosas tienen
raleza exclusivamente cualitativa. En el Essai sur les données immé- de interior, de cualitativo. Entonces todo se nos aparece como tensión.
diates de la conscience, ensaya definir la vida psicológica, en la que y energía. Para comprender la naturaleza profunda de las cosas se·
descubre tres caracteres esenciales: cualidad, duración, libertad. En debe, pues, recurrir a la intuición psicológica. Es importante, agrega
trayendo las tentativas de los psicofísicos, que consideran las sensa- Bergson, invertir la manera de proceder de las escuelas deterministas,
ciones como cualidades extensiva's y pretenden aplicarles el número que creían poder explicar la vida consciente por el mecanicismo y fra-
cardinal, se entrega a análisis muy finos del esfuerzo muscµlar por casaron en los errores del paralelismo psicofisiológico s y de las doc-
una parte, del sentimiento estético por otra, para demostrar que, lejos trinas asociacionistas, que no tienen en cuenta la vida espiritual.
de componerse de elementos, de átomos psíquicos, la vida mental se Los caracteres de cualidad y de d~ración propios del espíritu se
afirma como penetración recíproca de todos sus momentos. El psico- completan con la libertad. La psicología de Bergson alcanza su punto
físico toma como verdadero estado mental su traducción en términos culminante con la teoría de la libertad. Pero esta libertad no es el
cuantitativos; despoja a la vida psicológica de la natfil.aleza cualitativa libre arbitrio de los eclécticos. Toma precisión por la distinción entre
1que le es propia. La sensación, en tanto que sentida, que vivida, es el yo profundo y el yo parásito, y pata comprenderla se requiere, con-
.esencialmente cualitativa. Pero si se quedara en el matiz sensible, sería tra los racionalistas que ubican la libertad en el acto de pensamiento,
para nunca más salir de sí misma. Interesados en la' acción, proyectamos encarar, por el contrario, los individuos concretos, con su manera pro-
nuestras sensaciones en el medio homogéneo del espacio, que nos per- pia de vivir, de sentir, de pensar. Hay, en cada uno de nosotros, actos,
mite actuar y limitar los puntos de unión de nuestra acción y de los sentimientos, ideas, que traducen nuestro carácter individual y son de·
objetos. Desde el momento en que encaramos la vida sensible sin trans- tal naturaleza: que esas maneras de actuar y de pensar tienen con
formarla y tal como la vivimos, muestra su cualidad pura, matizada. La nosotros «esa indefinible semejanza que se encuentra a veces entre la
vida psicológica es también duración. Aquí, Bergson establece una dis- obra y ~l artista».9 Ésos son algunos estados de alma que Bergson
·~ j, denomina libres: «El acto será tanto más libre cuanto más tienda la
tinción entre el tiempo medible, del que se sirven las ciencias y que
serie dinámica con que se enlaza a identificarse con el yo fundamen-
empleamos en la vida social, y la duración, que es propia de la vida
tal.» 10 Sentido este muy particular y nuevo, pues, en general, se de-·
mental e inseparable de la memoria dinámica antes definida. En la
nomina acto libre un acto que obedece a una deliberación racional, en.
duración existe continuidad del pasado en el presente, y como pro-
oposición a un movimiento de pasión. Según Bergson, por el contrario,
yección, en el presente, de toda la vida pasada; esto excluye la yuxta-
un acto reflexionado no puede ser libre, mientras que un movimiento
posición. en el tiempo medible, de manera· que la exterioridad mutua
de indignación o una gran pasión merecen el epíteto de libres si tra-
de los hechos de nuestra existencia sólo admite como esencial para la
ducen por completo la personalidad. Por otra parte, muchos actos o
vida del espíritu el dinamismo, la penetración mutua de todas las ten-
ideas resultan de las influencias sociales o se producen por hábito sin
dencias que la constituyen. El yo verdadero únicamente se comprende . d ,
que mtro uzcamos en ellos nuestra alma: es como si emanaran de un
por la duración. Si la duración psicológica se inmoviliza, se fija en yo parásito que recubriera al yo profundo. Son actos mecanizadosr
conceptos, o sea en términos definidos, bien limitados y de alguna caídos bajo la ley del determinismo; constituyen el automatismo men-
manera objetivos, construidos según el modelo de las cosas espaciales, tal y están despojados, por lo mismo, de su valor psicológico. Bergson
es porque la vida social así lo exige, dado que solamente nos es posi- estudia en Le rire los efectos que obtienen la comedia y la sátira pre-
ble comunicarnos con nuestros semejantes saliendo de nosotros mismos sentando al público el espectáculo del automatismo puesto, de alguna
.Y de lo que nuestra vida psicológica tiene de original y de vivido;
manera, al desnudo. Los actos libres son, en general, mucho más raros
sustituimos el matiz propio de nuestros estados de alma por algunos que los automáticos. La personalidad libre difiere de hombre a hombre.
iipos generales, símbolos por medio de los cuales entramos en relación Pero inclusive reducida a un mínimo, la libertad resiste a la mecani-
<:on los otros. Y si en lugar de' entregarnos a los intercambios de puntos· zación. Esto ocurre tanto en la naturaleza como ~n la humanidad.
de vista. prácticos y cotidianos deseamos sugerir al otro lo que sentimos, Tanto de un lado como del otro, la materia y el espíritu no aparecen
se requiere que recurramos a los procederes del arte, que dispone de como cosas, sino como tendencias; la materia como tendencia a la acción
los medios de expresión de tal manera que no expresan relaciones
550
ALBERTO L. MERAN!
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 551
mecanizada y 1 •.
' e espmtu, el carácter 1 .
la concentración. a la penetra . , iº a memoria, como tendencia a y del proceso por el cual la percepción se vuelve recuerdo, y el re-
' c1on, a a personalidad, a la libertad. cuerdo, a su vez, termina por reproducirla. cTomad una sensación
2. La crítica 'de la psicología. e erime . intensa -nos dirá Bergson- y hacedla decrecer progresivamente hasta
'CS,olamente vosotros sabéis 'si sois ~ard ntal. - Montaigne afirmaba: cero. Si entre el recuerdo de la sensación y la sensación misma sólo
mas no os ven, os adivinan . es, cruel~s o devotos. Los de- hay una diferencia de grado, la sensación se volverá recuerdo antes
único método posible de obsepor ,t;iedio de conJeturas inciertas.> El de extinguirse. Ahora bien, llega un momento, sin duda, en el que no
so bre s1, nusmo
.
· ..~En psico. 1ogia, rvac1on es concl ' el retorno de uno
-diría • ch. wa, d , podréis decir si se trata de una sensación débil que sentís; o de una
ran-, la observación es sólo reco imi nmu o ~spues Maine de Bi- sensación débil que imagináis, pero nunca el estado débil se convierte
agrupan doctrinas muy d' g e to>, y baJo estos conceptos se en recuerdo, echado atrás en el pasado, del estado fuerte.> u El re-
. , iversas pero unidas !
c1a comun: la psicología consid d por un punto de referen- cuerdo es, pues, otra cosa, es algo capaz de sugerir la sensación, pero
estudio de lo que pasa en la cone~a ª. c~mo estudio del alma, como resulta algo distinto del estado que la sugiere. Para que la atomiza-
sante, definitivamente separada ~1e~cia umana, de la sustancia 'pen- ción de la vida psíquica pueda explicar por reconstitución los fenóme-
C~ndillac, pasando por Maine de eB;a:x;:nsa por Descartes. Desde nos de la misma tendría que ser un grado de ella, y en la realidad ocu-
mas tarde a 'Bergson el an, 1· . . . ' sta llegar a Ravaisson y rre que se presenta desdoblándola, desarrollándose al mismo tiempo,
terminará por llegar ~ conc1~s:~e:1~r~o;: .la «reflexión concentrada>, pero siendo de naturaleza distinta, y esa naturaleza está representada
cia c?mo método de aproximación de ~aª ~~ca~ y ª. negar la inteligen- por la duración. En tanto que la reconstitución atomista se hace en
Henri Bergson, la inteligencia se ha . v1. a interior. En. efecto, para función de la duración inherente a los fenómenos espaciales: el tiempo,
el mundo de las cosas sobre la t . eJercido durante milenios sobre que separa a los fenómenos y que medimos convencionalmente, la rea-
continuada de la inteÍigencia com~ eria, so~re el espacio. Esta relación lidad de los procesos psíquicos, que no transcurre en una proyección
cluido por crear hábitos d n ~ materia, con el espacio, ha con- espacial, posee otra duración, que no puede ser cronometrada, «una
.
d. a d d e explicar e pensamiento bien d t · d
dividiendo, analizando m. . e ermma o: la necesi- duración en la que el pasado, siempre en marcha, se agranda sin cesar
mtelectlJ.ales aplicados a la 'd . . ' idiendo. y estos procederes por inclusión de un presente completamente nuevo>.12
vi a mter1or no h '
y.h an llevado inevitablemente al atcmismo acen ma~ que deformarla El criterio atomista asienta en el estudio de las funciones psíquicas
Dicho de otra manera, han terminado or y al .estatismo psicológicos. en estado aislado, como .si ellas mismas fuesen su propio fin, como si
de conciencia de contornos bien defin. p sugerir que ex~sten estados fuésemos espíritus puros, ocupados en ver desfilar ideas e imágenes.
den los unos en los otros a tr ' d idos, cuando en realidad se fun- Firme en 'la tradición de Maine de Biran, la psicología de la segunda
Est a I'dea, que arranca del conce aves e tonos Y m t'
to '
.
a ices muy diversos. mitad del siglo pasado pretendió realizar una «revolución psicológica>
~sociacionistas, había cobrado en PI de. los ~atomos mentales> de los cuando en realidad fue únicamente una crevolución metafísiea>. Kant
nnportancia. Los estudios de la ~ p~1~ologia del siglo XIX singular había dado el golpe de gracia a la metafísica considerada como sistema
experiencias de laboratorio qu . psicofisica sobre las sensaciones las del mundo; la astronomía, la física y la química, que progresaban rá-
blemente a la definicio'n de 1 efma;igura .Wundt, condujeron ine1~cta- pidamente, relevan a la filosofía especulativa en la tarea de explicar
d e .e1ementos· os enomenos p ' ·
claramente separados d fini siquicos por yuxtaposición el cosmos. La filosofía. se repliega sobre el dominio de la vida interior,
logia experimental asienta en t Y e dos. En realidad, la psico- y con el biranismo la metafísica se convierte en filosofía del espíritu.
en una sucesión de del! - . . es e p~oceder y convierte la explicación De esta manera, la psicología es llevada a pensar en ccosas> y no en
. lUilCiones espaciales a 1
cartesiano para la sustan . t ' a manera del pensamiento función de <relaciones progresivas> que determinan la ubicación de
' .
f ':5ica. cia ex ensa Se term · • •
del espíritu Y suplantar la m~vilid d dino as1 po; constituir una las cosas y su valor relativo en cuanto a la inserción dentro del pro-
ciencia por cuadros sucesivos que 1 a e los fenomenos de con- ceso continuo que se desarrolla sobre el vector de la duración psico-
la ilusión de duración. Pero ~sa du:a ~•manera de un filme producen lógica. Así, por ejemplo, se parte de la idea, que se desarrolla en
mos, sino que la introdu . c10n no está en los cuadros mis recuerdos-imágenes auditivos, capaces de insertarse en el esquema mo-
. cunos nosotros En t • . -
por quitar a los fenómenos d . . . o ros termmos, se comienza tor para recubrir los sonidos escuchados. En ningún momento se puede
tintivo: la unidad de un e cbonciencia lo que les es propio· y dis· decir con precisión que la idea o que la imagen-recuerdo termina,
• . rompeca ezas sin .. -
risb~a. esencial, les pueda ser devuelU: E que ~a movilidad, caracte- que Ja imagen-recuerdo o la sensación comienza. Sin embargo, el pen-
.enáhSis de la percepción, del estudi d ~· por eJernplo, el caso, en el samiento psicológico, al analizar esta serie ininterrumpida de cambios,
o e os umbrales de la sensación y cediendo a una necesidad de representación por medio de símbo-
552 ALBERTO L. MERANI lilSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 553

los, detiene y solidifica en cosas terminales las principales fases de para el que considera el fenómeno en su realidad, que sabe de la exis-
esa evolución. «Erige -escribe Bergson- los sonidos brutos escucha- tencia de la mano y del brazo, es que simplemente ha habido un acto
dos en palabras separadas y completa· de~pués las imágenes auditivas indivisible, el de la mano atravesando las limaduras, «el inagotable
rememoradas en entidades independientes de la idea que desarrollan: detalle del movimiento de los granos, así como el orden de su disposi-
esos tres términos, percepción bruta, imagen auditiva e idea, terminan ción final, expresa negativamente, de alguna manera, ese movimiento
por formar todos distintos, de los cuales cada uno se bastará a sí inseparable, siendo la forma global de una resistencia y no una síntesis
mismo.» 1a Más aún, al explicar por qué el recuerdo se convierte en de acciones positivas elementales>.1s De la misma manera, el conjunto
imagen, se presenta a la percepción como atrayendo un recuerdo simi- de fenómenos que configuran una idea, una representación, un re-
lar, como si en el mundo mental actuara una ley de atracción análoga cuerdo, un estado de conciencia, en suma, sólo se explica como cefecto>
a la que gobierna al mundo sideral: la «ley de la similitud». Empero, por el todo de la «causa> y no por la disposición o acción de uno de los
«Como por otra parte lo hemos destacado .--dirá Bergson-, dos ideas elementos, porque las partes de la causa no corresponden de ningún
cualesquiera y dos imágenes tomadas al azar, tan alejadas como se las modo a las partes de los efectos. Sin embargo, hay otra manera de
quiera suponer, se parecen siempre por algún lado, puesto que se ver el fenómeno, y es considerar que un plan de conjunto preside el
encontrará siempre un género común para hacerlas entrar: de manera detalle de esas acciones elementales de las limaduras, verbi gro.tia de
que no importa cuál percepción recordaría no importa a cuál recuerdo, los fenómenos que llamamos ideas, representaciones, recuerdos. En el
si no hubiese aquí una atracción mecánica del semejante por el seme- primer caso estamos frente a la concepción de los mecanicistas; en el
jante».14 La verdad es que si una percepción trae un recuerdo, con- segundo, de los finalistas. Para ambas concepciones, el efecto aparece
. cluye "Bergson, «es porque las circunstancias que han precedido, acom- así, y siempre, como una especie de gracia; gracia de las fuerzas de
pañado y seguido la situación pasada hacen alguna luz sobre la s.ituación disposición interna en el mecanicismo de los asociacionistas, gracia de
actual y muestran una salida». 1 5 la disposición prevista del conjunto en el atomismo finalista, «gracia
Se quiera o no, el hecho de pensar en «cosas» lleva inevitablemente que los finalistas se hacen conceder una sola vez por la causa final,
a la psicología al terreno de las explicaciones mecanicistas, y de ello y que los mecanicistas pretenden obtener gradualmente del efecto de
resulta que, de cualquier manera que se interprete la continuidad de .una causa>.19
los fenómenos psíquicos, éstos, en un realizarse, «aparecen como pro- Weber y Fechner iniciaron los estudios de psicología experimental.
duciendo un autómata consciente, que sigue la pendiente de los hábitos Sin embargo, a pesar del éxito que acompañó a estos primeros trabajos,
útiles que prolongan la excitación en reacción apropiada. El individuo, la posición de los experimentalistas está lejos de ser clara; en sus con-
repite Bergson, mima sin cesar su existencia en lugar de represen- sideraciones generales, nps dice Bergson, se· asientan en el sustancia-
társela verdaderamente».16 Ahora bien, en tanto que para Bergson el lismo cartesiano y las conclusiones es~ en contradicción con tal pre-
todo de una máquina organizada representa en rigor la totalidad del mis;i. En tanto que consideran la sustancia pensante como una realidad
trabajo organizador, aunque ello sólo sea aproximadamente verdadero, viviente que se transforma y enriquece sin cesar: que no hay estados
para el mecanicismo, las partes de la máquina corresponden a las par- de conciencia separados, sino una corriente continua de. conciencia,
tes del trabajo, de manera que la materialidad de la máquina, o sea la consideran al mismo tiempo la vida interior como algo susceptible de
organización psíquica en nuestro caso, representa un conjunto de me- medición, al igual que las cosas materiales, que se extienden en el
dios empleados, en lugar de ser un conjunto de obstáculos superados. espacio. Ahora bien, destacará Bergson, mientras que las cosas medi-
«Supongamos --escribe Bergson- que mi mano debe atravesar lima- bles se extienden en el espacio, las espirituales se desarrollan en la
duras de hierro que se comprimen y resisten en la medida que. Ja ade- duración, y ésta, por definición, solamente puede ser «vivida> y nunca
lanto. En cierto momento, mi mano habrá agotado su esfuerzo, y, en apreciada en divisiones convencionales de una extensión recorrida,
ese momento preciso, los granos de limadura se habrán yuxtapuesto y ~mo en el caso del tiempo, que señala simplemente el recorrido espa-
coordinado en una forma determinada, aquella de la mano que se de- cial de un móvil animado por un movimiento supuesto uniforme. Al
tuvo y de parte del brazo. Ahora supongamos que la mano y el brazo desplegar los fenómenos de la. conciencia en el espacio y establecer
hayan quedado invisibles. Los espectadores buscarán en los granos unidades cuantitativas de medición, se convierte a una actividad inespa-
mismos de limaduras y en fuerzas internas al montón la razón de. la cial y que transcurre sobre la constante de la duración en un fenó-
disposición. Unos atribuirán la posición de cada grano a la acción que meno artificial y que no corresponde a la realidad vivida por el indi-
los granos vecinos ejercen sobre éste: serán mecanicistas.» 17 ·sin duda, viduo. Se somete a las leyes de la materia lo que no es materia, y se
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 555
554 ALBERTO L. MERAN!

detiene en un cuadro estático lo que únicamente se explica por un pone al vector del tiempo la duración de los actos psíquicos: convierte
continuo fluir. Si la vida transcurre sobre el filo del tiempo, los fenó- a prio-ri la unidad del movimiento en sucesión de intervalos, esto es,
menos que le son inherentes se desarrollan según una· duración propia. .los inmoviliza. De este modo, alcanzo la realidad del movimiento cuando
Bergson denuncia éontinuamente esa ilusión que nos hace confundir Ja se me aparece, interiormente para mí, como un cambio de estado o .de
duración con un tiempo homogéneo, ccon una representación simbólica cualidad.> 25 De lo contrarip es admitir para lo psíquico que la d1s-
sacada de la extensión».20 La duración es, precisamente, aquello que -continuidad establecida por el sentido común entre objetos indepen-
en los fenómenos cambia de naturaleza. cimaginemos una línea recta, dientes entre sí poseyendo cada uno su individualidad, es una distin-
indefinida, y sobre esta línea un punto material A que se desplaza. dón fundada en' aplicándola a fenómenos que no son independientes, que
Si este punto tomara conciencia de sí mismo, se sentiría cambiar, puesto connstituye una multiplicidad cualitativa sobre la variable de. la du-
que se mueve: percibiría una sucesión. Pero esta sucesión ¿revestiría ración. En esta suposición se trataría más bien de saber cómo se pro-
pa·ra él la forma de una línea h 2 1 Dos respuestas, y únicamente dos, son ducen, en partes determinadas de la materia, c~mbios de posi~ión. ~e
posibles: sí y no. Sí bajo la condición de que pudiera elevarse de cual- trataría, en todo caso, de establecer una fisiologia y no una ps1colog1a,
quier manera por encima de la línea que recorre y percibir, simultá- que procura saber «cómo se cumple -dirá Bergson- en el todo, un
neamente, varios puntos yuxtapuestos. Por esta acción se formaría la cambio de aspecto»,26 cambio del que debemos determinar, por otra
idea de espacio, y los cambios que sufre los vería desarrollarse en el parte, su naturaleza. ,
espacio, esto es, en la sucesión tempera!, en su continuidad sobre la Cuando Bergson realiza estos análisis es el momento en que todav1a
extensión, no en la duración pura que es la medida de sus estados de la psicología experimental, dominada por la orientación que le diera
conciencia. «Si nuestro punto consciente A no tiene aún la idea de Wundt, pasa por una época de ambigüedcd. En tanto se hacen ingentes
espacio -y es en esta hipótesis que debemos colocarnos, dice Berg- esfuerzos para que los procedimientos de investigación es. transformen
son-, la sucesión de los estados por que pasa no podría revestir para en rigurosos (Külpe en Wurzbourg, Binet en París).• el fenómeno psí-
él la forma de una línea; pero sus sensaciones se agregarían dinámica- quico no es definido de manera tal que se preste a un análisis real-
metne unas a otras y se organizarían entre ellas como hacen las notas mente científico. El hecho psíquico es siempre el hecho de conciencia, de
sucesivas de una melodía por la ,que nos dejamos arrullar.» 2 2 En re- todas maneras algo interior, solamente comunicable por el testimo-
sumen, la duración resultaría de una sucesión de cambios cualitati- nio siempre sospechoso del lenguaje. La psicología quiere ser cientí-
vos, cque se funden, que se penetran, sin contornos precisos,. sin nin- fica como las ciencias ·exactas y acude .al método experimental; pero
guna tendencia a exteriorizarse los unos con relación a los otros, sin en lugar de plantear sus objetivos en términos «científicos» encara la
ningún parentesco con· el número: sería la heterogeneidad pura».23 situación transponiendo los problemas psíquicos al terreno de la ma-
Transportar sobre el tiempo la sucesión de los actos psíquicos significa teria, 'pero sin dejar de ser cartesiana, esto es, sustancfalista; de rec;o-
inmovilizarlos, caer en la paradoja de· Zenón, de que la flecha, en su nocer 'que si acepta una sustancia extensa y otra pensant8, en otros ter-
vuelo, está a cada instante inmóvil, porque no hubiera tenido tiempo mines, dos mundos coexistentes: el de lo objetivo y lo subjetivo, de cual-
de moverse. Como la flecha en un momento dado está en reposo en quier manera que se quiera hacer una cfísica» del espíritu, se cae en un
un punto dado, está inmóvil en cada punto de su trayecto, y está, por callejón sin salida, porqu~, al no considerar una sustancia única, los pro-
consiguiente, inm6vil durante todo el tiempo que se mueve. «SÍ, si supo- blemas del psiquismo planteados en el plano de la materia serán siempre
nemos que la flecha jamás puede estar en un punto de su trayecto. Sí, pseudoproblemas derivados de la transposición, y como. tales jamás
si la flecha, el moviente, nunca coincidiera con una posición, que es la podrán tener solución. La crítica de Bergson a la psicología experi-
inmovilidad. Pero la flecha nunca está en ningún punto de su trayecto. mental resulta justa.
Lo más que se puede decir es que podría estar allí, en el sentido de
que por allí pasa y que allí le será posible detenerse».24 En síntesis, la 3. La psicología como filosofía del espíritu y la evolución crea-
duración es para Bergson lo absoluto. Un movimiento único es com- dora. - Después de haber demostrado la imposibilidad de una cfísica:.
ple~amente entero; si hay detenciones intermediarias, ya no es un mo- de los fenómenos psíquicos, Bergson se entrega a la tarea de estr\lc-
vimiento único. De lo contrario sería distinguir dos actos sucesivos turar una salida por medio de un conocimiento que, respetando la
donde por hipótesis sólo hay uno; cortar el trayecto en dos y sustituir esencia del cmoviente:., lo considere, precisamente, en lo que tiene de
con dos trayectorias la trayectoria única que se considera por prin- esencial: la duración. Para tal fin, la ciencia positiva recibe su veto;
cipio. cTal es lo que hace la observación experimental cuando trans- la filosofía clásica, que se vale de la introspección intelectualista, tam-
556 ALBERTO L. MERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 557
poco basta; necesita encontrar la bisagra que permita ~I cono~imi:nto conciencia que es contacto y al mismo tiempo coincidencia. La vida
abrirse hacia uno y otro aspecto, y la descubre al considerar ciencia Y psíquica, identificada con la duración, se convierte en absoluto, y «un
filosofía como dos maneras de conocer, o, mejor dicho, como dos formas absoluto sólo puede darse en la intuición»,33 en tanto que el resto
de la experiencia. Una, la ciencia en que «la conciencia se abre hacia se destaca por el análisis, que corresponde a la inteligencia. Aquí,
el exterior, y se exterioriza por relación con ella misma en la medida Bergson, metafísico espiritualista; aparece como el primero, en Matiere
exacta con que percibe cosas exteriores unas de otras»; 27 otra, la filo- et Mémoire, que se plantea el problema de la inteligencia práctica.
sofía en la cual la experiencia se interioriza, se apodera de nuevo de Entre el pensamiento conceptual del Homo sa.piens y el instinto animal,
hech~s que·· le son propios y se profundiza. La ciencia se basa en la descubre el dominio de la inteligencia técnica, y plantea el problema
aplicación de la inteligencia, cuya «función esencial es unir lo igual del Homo faber, dejando para el método experimental la posibilidad
con lo igual, y solamente son adaptables por com~leto al. cuadro de de investigar este terreno. En realidad, la psicología de la eficiencia
la inteligencia los hechos que se repiten».28 Ademas, lo vimos antes, tiene en él su primer teórico, o, en otras palabras, Bergson adelanta su
Bergson encuentra que la inteligencia, o sea la lógica de raigambre teoría antes de que existiera como ~al.
aristotélica de nuestro pensamiento, está definitivamente contaminada La intuición bergsoniana no representa una tensión constante, es
por la aplicación al mundo exterior de la sustancia extensa, Y los imposible prolongarla más allá de ciertos límites. «Si se la pudiese
hechos de conciencia no se repiten, fluyen, y pertenecen al mundo prolongar por más de algunos instantes, aseguraría el acuerdo del filó-
interno, de la sustancia pensante. Por consiguiente, queda un camino, sofo con su propio pensamiento, y también el de todos los filósofos entre
y es rechazar drásticamente la inteligencia, la introspección intelec- ellos. Tal como existe, huyente e incompleta es, en cada sistema, lo
tualista como instrumento del conocimiento psicológico, 'Y suplantarla que vale más que el sistema y lo que le sobrevive.» ª4 Cuando la intui-
por una forma de conocimiento que no traicione la vida ,interior al ción intuitiva llega al máximo, aparece la dialéctica, que es un desaho~o
asirla. Tal es la intuición, que, como vimos, Bergson define como una
de la intuición, que hace posible diferentes acuerdos aunque sólo haya
«especie de simpatía» por la cual se procura llegar al corazón mismo
una verdad. En síntesis, el objeto de la filosofía sería lograr que la
del objeto que se desea conocer. Esta intuición, «Visión directa del espí-
intuición pudiera sostenerse, generalizarse, y sobre todo asegurarse
ritu por el espíritu», representa a los datos inmediatos de la conciencia,
puntos de referencia exteriores para no extraviarse. «Por ello, un
título y objeto de su ensayo de 1889.
vaivén continuo es necesario entre· la naturaleza y el espíritu.» 35 Este
. El Ensayo sobre Los datos inmediatos de la conciencia aclara mejor
«Vaivén» de donde la intuición, como Anteo al contacto de la tierra,
saca un ~uevo impulso, resulta revivida, está sostenido, vivificado por
las intenciones de la psicología de Bergson que cualquiera de sus otras
obras. Se trata de refutar los argumentos de los deterministas acu-
el élan vital,ªª expresión que Bergson utiliza por· primera vez en
diendo, coi:no vimos, a la experiencia interior, a la intuición directa de
L'évoluticm créatrice, y que resume, para él, la noción «de un élan
la libertad. Porque «Si los deterministas asimilan nuestras decisiones
original de la vida, que pasa de una generación de gérmenes a la ge-
a resultantes es porque consideran el acto voluntario una vez enfriado,
neración siguiente de gérmenes por intermedio de los organismos
después de su cumplimiento» ... «El acto es dado como una cosa, se
desarrollados que forman entre los términos el lazo de unión». 87 El
deja disecar, aparece fácilmente como «consecuencia" de "factores
múltiples".» 29 Si procuro describir el acto en trance de realizarse, el élan, que en su sentido biológico anticipa y define el concepto meta-
físico de.gene de la teoría de Weissman, porque, conservándose sobre
lenguaje mecanicista no basta: «Una decisión -afirma Bergson- se
las iíneas de evolución entre las cuales se divide, es la causa profunda
vive en la duración, no es un objeto en el espacio, susceptible de aná-
lisis y de medida.» so Para Bergson, no existe en la fuente de nuestras de las variaciones, por lo menos de aquellas que se transmiten regu-
decisiones móviles separados unos de otros, sino una maduración del larmente, que se adicionan, que crean especies nuevas», 38 representa
una exigencia de creación. «No puede crear en absoluto, porque de-
proyecto, una verdadera creación libre viviente, la que solamente la
«intuición» del psicólogo comparte, desposa, porque la «intuición nos lante suyo encuentra la materia, esto es, el movimiento inverso al
conduce al interior mismo de la vida»,81 en tanto que la inteligencia suyo. Pero se hace a esa materia, que es la necesidad misma, y tiende
«gira en torno de .ella, toma por lo externo el mayor número posible a introducir en ella la mayor suma posible de indeterminación.» 39
de vistas del objeto. que atrae hacia ella, en lugar de entrar en éh. 32 Bergson, crítico del método experimental, se planta 'frente a la ma-
De este modo, la intuición ·.significa ante todo conciencia, pero con- teria en retornando a la doctrina vitalista de la École de Montpellier,
ciencia inmediata, visión que apenas se distingue del objeto visto, según la cual en cada individuo existe un «principio vital», distinto a
la vez del alma pensante y de las propiedades físico-químicas del
558 ALBERTO L. MERANI HISTORill. CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 559
cue,rpo,, Y ~ue gobierna los fenómenos vitales, puesto que «la ciencia información científica amplia acerca de las alteraciones de la memoria,
esta mas leJos que nunca de una explicación físico-quúnica de la vida. tema del día de la patología mental de entonces gracias a los trabajos
Tal .es lo .que ~Qmprobam?~ de primera intención cuando partimos de
4
un elan vital). La durac1on es un concepto derivado de la observa-
de Ebbinghaus y de Ribot, y comprueba que alteraciones del cerebro
no suprimen definitivamente a nuestros recuerdos. Los trastornos de
ci~n, .que se impone como nivel propio de realización de los hechos la memoria imaginativa que corresponden a lesiones localizadas de la
ps1qwcos, Y que no es precisamente el de los biológicos realizándose corteza son siempre enfermedades del reconocimiento. En la hipótesis
en e~ espa~io'. ni de los fisiológicos, que se desarrollan en el tiempo. de Bergson, esas lesiones del reconocimiento no tienen como razón que
La vida ps1qu1ca se despliega, para Bergson, como una nueva categoría los recuerdos ocuparan la región alterada (tesis localizacionista), sino
de hechos, categoría que realiza su unidad y se expresa como totalidad que responde a dos causas posibles: que nuestro cuerpo no puede
a través de la duración. Pero la ciencia de la época no está en condi- tomar ~utomáticamente, en presencia de la excitación externa, la acti-
ciones de explicar el fenómeno; el desconocimiento casi absoluto de tud precisa por medio "de la cual se operaría una selección entre nues-
las f~ciones, corticales -será necesario llegar hasta Pávlov, Lapicque, tros recuerdos que ya no encuentran más en el cuerpo un punto de
Y. Il1;ª~ todav1a a Fulton en 1950-,. impide encontrar un fUhdamento · apoyo, un medio de prolongarse en acción. En traduciendo estas ideas
b1olog1co al concepto psicológico de la duración. Empero éste se re- en conceptos de la psicopatología, en el primer caso la lesión cae sobre
vela imprescindible; más aún, aparece por el momento c~mo el único los mecanismos que convierten a la excitación percibida en movimiento
concepto cap_az de justificar una psicología. Además el vitalismo triunfa automático ejecutado: la atención no podría ser fijada por el objeto.
en las ciencias biológicas; Claude Bernard lo acept~ en su Introduction En el segundo, la lesión interesa los centros particulares de la corteza
a l'étude de la médicine expérimentale, y Hans Driesch termina por que preparan los movimientos voluntarios brindándoles el antecedente
e~te~derlo a la ~iología en general.41 Bergson, fiel a su premisa de que sensorial necesario: la atención no podría ser fijada por el objeto. «Pero
ciencia Y filosofia confluyen tanto en el punto de arranqu~. como en tanto en un caso como en el otro, son movimientos actuales los que
el de llegada; que una observa los fenómenos desde ftiera y la otra resultarían lesionados o movimientos a realizar que dejarán de ser
desde .dent~o,.º. sea que al apoyarse mutuamente hacen que la cara preparados: no habrá habido destrucción de recuerdos.» 42 Las alte-
del ob;et~, lDVlSlbl~ para un.a sea visible para la otra, concluye con raciones del cerebro no suprimen definitivamente nuestros recuerdos,
una so.uc1on ~eta~isica de sintesis; que en el momento es compartida lo que induce . a ~;,·.eer que la memoria es algo distinto de la materia;
tanto. por la c1enc1a como por la filosofía: el élan vital. Del sentido el cuerpo no es la .cuente del pensamiento, sino solamente su instru-
ampho de la doctrina vitalista admite que los fenómenos de la vida mento: la psicología desemboca así directamente en una filosofía del
poseen caracteres sui generis, por los que difieren radicalmente de espíritu, porque «conciencia y materialidad se presentan como formas
los fenómenos físicos y químicos, y manifiestan así la existencia de de existencia radicalmente diferentes, e incluso antagónicas, que adop-
una «fu~rza v.ital~; irreducible a las fuerzas de la materia inerte. Esta tan un modus vivendi y se ordenan como pueden entre ellas). 43 La
fuerza vital, .eJer~iendose en el dominio de la duración, adquiere ampli- materia aparece de este modo como necesidad, la conciencia como
tud, trascendencia; es expresión de cohesión, de continuidad· totaliza libertad, y «la vida es precisamente la libertad . insertándose en la
Y se transforma en élan vital. '
necesidad y haciéndola actuar en su pr.ovecho». 44 La evolución de la
La, «~uerza vital» actúa sobre el plano de la extensión: da su ca- materia se presenta a Bergson como un largo y lento proceso de acumu-
racte;is:ica a la vida organizada. Está más allá de los fenómenos físicos lación de energía, «que ha sido lenta, gradualmente tomada del sol
Y qu~micos, pero se desarrolla por su propia naturaleza sobre la línea por las plantas; y el ¡nimal que se nutre de una planta, o de un ani-
~el tiempo. Por, consiguiente, la «fuerza vitah no anima al élan vital; mal que se ha nutrido de un animal que se nutrió de una 'Planta, etcé-
este representaria una forma especial de la característica vida, que se tera, hace simplemente pasar por su cuerpo un explosivo que la vida
des~nvuelve .en e~ plano de la sustancia pensante, que nada une con ha fabricado almacenando energía solar. Cuando ejecuta un movimien-
~l tien:po, direct~iz ~e los cambios de la materia. El transcurrir del to, libera algo de la energía así aprisionada>. 411 Y esa liberación de
elan ,vital ~e rea.izaria sobre la duración pura. Justificar la actividad energía, esa descarga, requiere de un detonante, que es el espíritu.
del elan vital sobre la duración es aceptar el dualismo sustancialista La materia pertenece a la necesidad, es incapaz de romper esa atadura;
Y Bergs~n lo hace. Se trata, para él, de concluir en una tesis metafísic~ su tarea es almacenar energía y convertirla en movimiento; el espí-
-no olv~demos su, c.oncepto de los objetivos de filosofía y ciencia-: la ritu, nos repetirá Bergson, es libertad, se inserta en la materia, y apro-
autonom1a del esprr1tu en relación con el cuerpo. Para ello utiliza una vecha de la energía que puede transformarse en movimiento pravo-
560 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 561

cando su descarga en el momento que lo requiere. «Con la muy 36. El primer sentido de esta expresión se encuentra en André Lalande:
pequeña influencia de que dispone sobre la materia, obtiene de ella, La disolution opposée a l'évolution, 1899: cNous voyons chez les etres vivants qui
nous entourent et qui se rapprochent le plus de nous, que l'élan vital imprimé
en una dirección cada vez mejor elegida, movimientos cada vez más a l'individu par la génération ne persiste pas indéfiniment oomme ferait le mou-
poderosos.» 4 ª El progreso en la organización de la materia ha sido, vement d'un boulet dans un espace vide.>
para Bergson, el progreso del espíritu, que acrecienta así su libertad 37. L'évolution. craétrice, Loe. cit.
porque cada vez se puede expresar mejor. 38. Ibídem.
39. Ibídem.
40. L'énergie spirituelle, Loe. cit.
41. Hans Driesch, Der Vitalismus als Geschichte una als lehre, 1905.
42. Matiere et Mémoire, Loe: cit.
43. L'énergie spirituelle, Loe. cit.
NOTAS 44. Ibídem. ·
45. Ibídem.
l. Essai sur les données immédiates de la conscience, Loe. cit. 46. Ibídem.
2. Durée et simultanéité, 1922; esta obra fue excluida por Bergson de cual-
quier reedición póstuma.
3. Matiere et Mémoire, Loe. cit.
4. «Le réve», en Revue Scientifique, 8 juin 1901.
5. «L'effort intellectuelle», en Revue Philosophique, janvier 1902.
6. Matiere et Mémoire, Loe. cit.
7. Cf. Henri Bergson, La vie et l'oeuvre de Ravaisson, aparecida en los
Comptes rendu de l'Académie des Sciences morales et politiques, 1904, t. I, des~
pués de ser leída a esta Academia por el autor, que sucedió a Félix Ravaisson-
l\o1ollien.
8. Cf. Le cerveau et la pensée: une illusion philosophique; memoria leída
en el Congreso de Filosofíá de Ginebra de 1904 y publicada en la Revue de Mé-
taphysique et de Morale bajo el título: «Le paralogisme psycho-physiologique».
9. Essai sui: les données immi?diates de la conscience, Loe. cit.
10. Ibídem.
11. L'énergie spirituelle, Loe. cit.
• 12. L'évolution créatrice, Loe. cit.
13. Matiére et Mémoire, Loe. cit.
14. L'énergie spirituelle, Loe. cit.
15. Ibídem.
16. Matiére et Mémoire, Loe. cit.
17. L'évolution créatrice, Loe. cit.
18. Ibídem.
19. Ibídem.
20. Durée et Simultanéité, Loe. cit.
21. Essai sur les données immédiates de la conscience, Loe. cit.
22. Ibídem.
23. Ibídem.
24. L'évo!ution créatrice, Loe. cit.
25. Matiere et Mémoire, Loe. cit.
26. Ibídem.
27. La pensée et le mouvant, Loe. cit.
28. L'évolution créatrice, Loe. cit.
29. Essai sur les données immédiates de la eonscience, Loe. cit.
30. Ibídem.
31. L'évolution créatriee, Loe. cit.
., .
32. Ibídem.
33. La pensé et le mouva.nt, Loe. cit.
34. Uévolution créatriee, Loe. cit.
3.5. Ibídem.
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 563

por Bergson, de que entre el pensamiento conceptual del Hamo sa.piens


y el instinto animal se extiende el dominio de la inteligencia técnica.
c¡Habla, y te bautizo!», fueron las palabras del cardenal Duque de
Polignac a un chimpancé que imitaba sin que hubiese engaño a San
Juan Bautista predicando en el desierto. El lenguaje articulado es,
CAPÍTuLo 3 precisamente, el Rubicón que ningún César animal ha vadeado y sería,
dentro del desarrollo del pensamiento de Bergson, uno de los «instru-
LA PSICOLOGfA DE LA INTELIGENCIA mentos» que la· inteligencia creó para la acción, sin que en nada com-
PRACTICA
prometa su grado y nivel a la «libertad» impulsada por el élan vital.
1. La transici6n irra.cionalista _ , . Representaría una de las conductas posibles, una de las formas de
al materialismo mecanicista fin. . El exito de la crítica bergsoniana atenci6n a la vida con que se expresa la función nerviosa. Es a partir
fisiologismo de la psicología y ~· de su demostración de que el de esta idea y de los primeros trabajos experimentales de la psicología
del pensamiento n:o fue . experlimen~l no podía asir los fenómenos animal,· que al alba del siglo xx se concibió una teoría de la psicolo-
. .• ' aJeno a gemo de su t
orientacion espiritualista d
ce:r la muerte». Pero desd: :r fil •. au or y tampoco a la
::i~~fia, q~e daba fa esperanza de «ven-
el aspecto más contundente d PI bde vista estrictamente psicológico
gía definida como ciencia de las conductas, o «hehaviorismo», por lapa-
labra inglesa «behaviour», conducta, que hizo fortuna gracias a los tra-
bajos de Watson. En efecto, fue sin duda la psicología animal la que
. son fu e 1a teoría de la,
. t el"igencia,
. que destaca com e f a o• ra de Berg hizo cumplir el paso decisivo a la división, teórica en Bergson, de psi-
m
fine como «facultad de fab . o ~momeno unido a la acción y que . de- cología de la conciencia y de la eficiencia, y no es difícil comprender
. rt d ricar instrumentos La . l' por qué: ¡una psicología animal no puede ser introspectiva! La subje-
v1e e, e este modo de facultad bst ». mte igencia se con-
nia ' a racta de la p · l • tividad de la hormiga nos es desconocida, la cvida interior» de una
~~· en representación concreta d 1 f • ~1co ogia prebergso-
accion. Está atada a la ne 'd d e enomeno vida a través de la . rata blanca en el laberinto no puede ser objeto de una pesquisa posi-
cons t i·tuye el único medio dcesi a ' responde
., a sus cont'mgencias pero tiva. En psicología animal existe un solo objeto posible de observa-
d e expresion del esp' •t La 1 b ' ción: el comportamiento de los animales, la reacción objetiva de su
ora>, esto es, la lucha del es • •t ll'i u. « i ertad crea-
instancia, de la medida en pir1 ula para r~alizarse, depende, en última organismo, y principalmente de sus estructuras nerviosas, a las condi-
· es superada por la que
m a t e:ria, l'b .necesidad
• , las l'imi'taciones
· de la ciones en que está colocado. En tanto que Wundt, y tcidos los que tras
alcanza su mayor grado a tra i • eracion d 1 de energía· , y es a l'b
t 1 eración sus huellas cultivaron la psicología de laboratorio no lograron desli-
psicólogos contemporáneos de ~e~teeli pro~reso d~ la inteligencia. Los garse por completo de la introspección y de la subjetividad, los biólo-
da? de resolver problemas deben a 1 ~enc~a. ,considerada como capaci- gos se vieron constreñidos a rentinciar al. «hecho mental» de la «vida
mas de lo que aceptan o h a mtu1c1on bergsoniana muchísimo interior»; únicamente encuentran «Comportamientos» y deben desarro-
. sospec an de ordina . En f . llar una metodología que se atiene a esa región hasta entonces de nadie
camino al estudio experimental del . . rio. e ecto, abrió el
acude a la introspeccio' . pensamiento. Cuando Alfred Binet que se extiende entre el pensamiento conceptual y los instintos y que
· n experimental par
imagen en el pensamiento 1b a ac1arar el papel de la representa la contraparte animal de la inteligencia técnica de Bergson.
. , o e a ora sus famosa
nar e1 nivel mental concluy B s esca1as para determi- Y es así curioso observar que lo llamado desde comienzos de nuestro
, e con ergson que 1 .
re d uce a una ciréulación de . , e pensamiento no se siglo «psicología del comportamiento» corresponde a una extensión, en
. l imagenes mentales f todos los dominios de la psicología, y en especial de la humana, de
mino a asociacionismo. Su métod . y re uta por otro ca-
el sujeto es puesto en una situ .?• experimental en el sentido de que los métodos y técnicas creados por los biólogos para estudiar las reac-
logo y no por las circunstancia:c1~n org~nizada, definida por el psicó- ciones animales. Recordemos que, a comienzos del siglo, Henri Piéron
tivo, porque el hecho de observ' s~~ue, s~ embargo, siendo introspec- estudia en Francia el problema de la orientación a distancia de los
o de muchas conciencias Incl ac10? es siempre el testimonio de una animales· y procura saber cómo las hormigas, cuando se alejan mucho
. t i·
«In .
e igencia es lo que mide uso. mas ' suya o n 0 1a h umorada de que del hormiguero, retoman. En los Estados Unidos de Norteamérica, y
espíritu de los psicólogos y~:;~ Pz:1e~as~, revela bien a las claras el al mismo tiempo, Edward Lee Tuomdike estudia la «inteligencia)
las definiciones, el concepto de . ~sto og~a de la época: más allá de animal, esto es, el aprendizaje de hábitos, por medio de sus famosgs
m e igenc1a sigue siendo. el asentado pm~:nk.bQXes,-.eajas.._de_.las. __.cuales._eLanimaLúnicamente p11ede..sa&
/ ' ~- ~,,... ...., manj.pulando un picaJ;!orte más ~llQS c2ml!li..c;.1ido,_ Los trabajos de
564 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 565
Piéron y de Thorndike debían tener repercusiones sobre los psicólo- más complejas por las reacciones animales más simples. Junto con
gos, pues permitían aparentemente abordar de manera objetiva y me- esto, la teoría del «activismo>, que consideramos en el Capítulo Primero
dible el problema hasta entonces filosófico ·de la formación de hábitos. de esta Parte, conjuntamente con el pragmatismo, abrieron camino
En tanto que Piéron, con espíritu puramente científico, se contenta a las explicaciones directas; únicamente importaba la acción; su va-
con definir un método y asignar a la psicología un objeto de estudio, lor era la utilidad, y, por· supuesto, cualquier mecanización de lo psí-
Watson elabora una teoría del comportamiento que es consecuencia quico resultaba una teoría adecuada del acto automático. A este enfo-
ineludible de la filosofía del espíritu de Bergson, o, mejor dicho, que que, producto de la ideología industrial, debe sumarse la mediocridad
se hace cargo de la tarea de construir la psicología de la inteligencia y la ignorancia, que nunca fueron tan grandes en el campo de la psico-
práctica. Rechaza toda importancia de la conciencia, a la que, además logía y que tienen la facultad de asimilar con la mayor calma los ma-
de negar la posibilidad de ser una vía para el conocimiento psicológico, yores desatinos. En efecto, la legión de camportamentistas que con
con lo cual tamb~én rechaza el método introspectivo, la supone asimismo Watson a la cabeza domina la psicología, revelan una mediocridad inau-
incapaz de desempeñar algún papel en relación con el comportamiento. dita; sus trabajos son de pobreza sin igual; desconocen todo lo que les
La psicología se convierte así en el «estudio de las reacciones obje- antecede y buscan apoyo directo en . la biología, que abordan con
tivamente observables, que un organismo ejecuta en respuesta a es- espíritu de periodistas ccientíficos> y saquean sin discriminar. Tanto
tímulos, también objetivamente observables y que provienen del me- es así, que Karl Spencer ::{..~, pontífice de la psicología fisiológica
dio>.1 En definitiva, el papel de la psicología verdaderainent~ científica para 1930, cuya obra principal, Brain, mechanism and intellegence
!~Él __J!rever la respuesta si el estímulo es · conocido, o. inyersame.n.te, (1929), se ocupa de las localizaciones cerebrales, recibió los más duros
si la respuesta es CQnocilil~, especificar la naturaleza del estímulo, lo. reproches de Pávlov, incluso los de ignorancia y mala fe, aunque pre-
cual representa llila fisiología mecinica de los estímulos y las respues- tendía apoyarse en las investigaciones del insigne fisiólogo ruso.2 Las
tas. Esta posición representa la cara opuesta de la psicología intros- «leyes» comportamentistas se multiplicaron al infinito, y como ejemplo
pectiva e intelectualista: se reconoce al objeto y se deja de lado al citemos la «ley del efecto>, famosa en su momento y hoy solamente
sujeto, apoyándose en un materialismo mecanicista. En una palabra, es recordada por los manuales de más bajo nivel, tal como la encuentra
la versión moderna de la teoría del animal máquina de Descartes, el y la explica Thorndike. Consideremos un laberinto en forma de T.
análisis, como prescribiera Bergson, de la actividad que ·media entre Dos caminos son propuestos a una rata blanca: por el de la izquierda
el pensamiento conceptual y el instinto animal. Por lo demás, existe encontrará alimentos; por el de la derecha, una rejilla electrificada.
una analogía directa con la concepción asociacionista de los siglos XVIlI Al cabo de algunas repeticiones, la rata, dejada de nuevo en el labe-
y XIX. En tanto que los asociacionistas hablaban de estados de con- rinto, adquirió el hábito de tomar por la izquierda. En tanto que el
ciencia y los psicólogos de la inteligencia práctica de comportamiento, movimiento de doblar a la izquierda tiene por cefecto> el aplacamiento
.1curre que el principio de explicación es el mismo. Para los asocia- del hambre, el movimiento de doblar a la derecha tiene por ·«efecto>
cionistas, un estado mental complejo representaba una suma de «áto- un choque eléctrico desagradable. El concepto. de cefecto> da, para los
mos mentales>, de imágenes r~unidas por leyes especiales; para los comportamentistas, la objetividad y la exterioridad de lo que se llama,
ccomportamentistas>, el más complejo de los comportamientos es una en el lenguaje de la subjetividad, emotivo>, y de ello se deduce cobje-
suma de reflejos simples, esto es, una atomización de las conductas üva> y cexperimentalmente> el problema de las motivaciones, y en
inteligentes. En el cuadro de las investigaciones sobre el compor- transponiendo con una zancada de gigante el abismo que media entre
tamiento es necesario destacar diversos factores que contribuyeron a la pobre rata enfrentada con dos alternativas: comida o choque eléc-
preparar una desenfrenada invasión de la psicología por un experimen- trico, se concluye de la presencia de un automatismo de adaptación
talismo sui generis, al margen. de los más elementales cánones cientí- en una pedagogía humana del estímulo y la respuesta, que tanto abarca
ficos, principalmente porque, centrado en las «ratas de laboratorio>, la escuela con Dewey como la vida social eon la Human Engineering.s
'Verdaderos mártires de la psicología hasta muy pasada la década de
los 30, se reintrodujeron en la antropología concreta los peores vicios 2. Un antecedente serio. - En 1904 fue concedido a IvÁN PETRovISH
del antropomorfismo y del antropocentrismo. Todavía más, se llegó al PÁVLOV (1848-1936) el Premio Nobel en Fisiología y Medicina. Había
extremo que se desconoció todo valor a la filosofía en relación con las aclarado, entre muchos otros descubrimientos, el fenómeno de las fun-
ciencias del hombre, argumentando un cexperimentalismo> que nada ciones digestivas y comenzaba ya a preocuparse por los reflejos con-
justificaba, y hasta se intentó explicar las conductas sociales humanas dicionados. En verdad que resultaba un extraño investigador; cor.
566 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 567

tant?s é~~tos positivos en tin campo tan positivo como la fisiología de · zara la experimentación con Flourens, a principios del siglo XIX, el
la. digestion, se desviaba de pronto hac1~... el estudio de fun c1ones
· ner• ·-:~ •:.: cerebro es considerado un órgano; la anatomía comparada señala su
_ viosas que la filo~ofí~ rete?ía todavía como suyas en sus _conséé~~ncias '1 excepcional desarrollo en el hombre, la patología indica la existencia
-~bservables, Y .la. psicolog1a Y la psicopatología únicamente encaraban :~
:u ~i:era subJehva Y descriptiva. Nadie dudaba· que el cerebro tenía
C: srmo que ".er con. el pensamiento; ya filósofos presocráticos lo
de muchos grados y tipos de paralelismo entre lesiones cerebrales y
perturbaciones de la sensibilidad, de la voluntad, pérdidas de concien-
cia. Todo lo que lesiona al cerebro alcanza en mayor o menor grado
~a~1an ~en~do s1~ titubear, y Descartes llegó al lindero en que la fisio- a la inteligencia; más aún, a partir de una observación de Broca y de
,ogia Y P~1colo~1~ .confluyen. Sigmund Freud construía para la misma · los trabajos de Fritsch e Hítzig, la era de las «localizaciones> cerebra-
epoca el ps1coanahs15; su teoría, cortada a la medida para. ju tifi les comienza. A cada manifestación mental o afectiva se le encuentra
l~s ~ales ~e una etapa histórica que se derrumbaba y consola: a ~:; un campo correlativo de funciones psicofisiológicas. No obstante, a
victimas sin 'ofrec.erles ,redención alguna, encontró rápida acogida en pesar de que la anatomía y la histología cerebrales alcanzan niveles
neurop~tologia'. ps1.cologia Y fisiopatología. La herencia racionalista del insospechados, el pensamiento como función cerebral queda en el mis-
pens~miento científico, que desde los analistas franceses hasta fines terio. La filosofía, y la psicología como rama que de ella era, siguen
del siglo XIX tantos triunfos brindara en todas las ramas del saber, resul- entonces preguntándose qué es el pensamiento; la fisiología, incapaci-
_taba rs?dª ~ar~a e~ muchos aspectos,· y el «explicar» quedó sustituido tada entonces por principio metodológico de_ aventurar una opinión,
por e com~ o «intuir»; el ~comprender:., por el ambiguo «simpatizan continúa creyendo, con Cartesio, en el puente que reúne alma y
Un~ vez ~as, el pensamiento mítico, prelógico al decir de Léyy-Brhul. cuerpo. Innova, es verdad, pero suplantando la glándula pineal, escon-
se rmp?ma en ~l conocimiento. La ideología acallaba muchas voces co~ dida junto al cerebelo, por los hemisferios cerebrales, que demuestran
l~ s?rd1;11a del silencio empleado como sistema; las conquistas seguras las por sí mismos, lo mucho que tienen que ver en la cuestión. Por último,
hip?tes~~ firmdes Y perfectibles de la neuropatología y la psicopatol~gía nuestro siglo se inicia en neurofisiología con el reconocimiento de que
rac:ona IStas e la segunda mitad de la centuria pasada quedaron ex- el psiquismo, como tal, no es localizable; que la buena o mala marcha
c~mdas, «fue~a de moda>, Y hasta la voz serena, desapasionada ero de las funciones mentales, que las fallas o excelencias en uno u otro
since~a, de Pierre Janet, que después de haber construido e imp!sto de sus aspectos, no dependen exclusivamente de este o aquel centro,
~n sistema. en psicología, lo demolía en función de nuevos hechos e sino que l¡¡. totalidad de las funciones cerebrales está: implicada en el
mt~rpretac10~e~'. quedó clamando en el desierto. El conocimiento de la fenómeno. No es posible, se demuestra, localizar la atención, la me-
m~~t~ ~el anahsi~ de las funciones neuropsíquicas del hombre, retra- moria, la capacidad de síntesis o de análisis; incluso sensaciones y per-
e~ i~ ~o~ ei can:mo ~e las apreciaciones intuicionistas y pragmatistas cepciones, tan aguda y exhaustivamente estudiadas por la psicología
;. ruve e as discusi~nes escolásticas de los nominalistas y uiiiversa- experimental, aparecen como eslabones de una caden;;l muchísimo más
istas .de la Edad Media. Basta abrir cualquiera de los textos en bo compleja de funciones. El cerebro se presenta como un órgano que
de psicología, psiquiatría o neuropatología de las décadas comprend~~ no posee funciones, sino una función, y el psiquismo, a pesar de todas
d.as entde 19.10 Y 1940, P~ra darse cuenta de que el estudio de las fun- sus fluctuaciones, como proceso unitario y de ninguna manera acúmulo
c1on.es el SlStema nervioso superior era un no-m.an's la--' t' d de «facultades» más o menos conectadas. Este período está jalonado
nadie en la t d . -,ou,, ierra e
no e qu~ o o~ ~ ninguno podían aventurarse. Pero la historia por dos hechos de singular importancia; en 1920, el fisiólogo francés
s ~a corriente unica, no avanza como un torrente solitario ue Louis Lapicque descubre .un aparato regulador, y extracortical, de la
pro~ndiza. su cauce con la sola fuerza de su erosión; es la conflue!ia armonía ael mayor de los ritmos del sistema nervioso superior, el
continua, incesante, variable de muy diversas fuentes todas d' sueño y la vigilia, que denomina centro del S"Ueño; nueve años después,
~~a~u~ aportes -cuanti~tivos, pero sorprendentes a vedes por l:sfe~~~ el alemán Hans Berger pone en evidencia la actividad eléctrica del
.e alguna pequena cantidad de limo que depositan. Si el hombre cerebro y su relación con diversas funciones psíquicas, en· especial el
h~ Jodido entrar en las clasificaciones zoológicas como sapiens lo debe sueño y la vigilia. De ambos hallazgos resulta que los hemisferios son
a esarro 11o extraordinario del cerebro o meJ' or dicho de las' f · un órgano funcional unitario y no una yuxtaposición de aparatos con
nes qu · b ' ' unc10-
fi . l~ ~n ese cere ro, a 1 que poco diferencian constitución anatómica funciones sinérgicas. Recién en 1950, gracias al desarrollo de la elec-
y s10 og1ca de lo que se encuentra en el cerebro animal han desem- trónica, se logra un nuevo y considerable aporte para el estudio .de
b ocado en el pensamiento. ' los mecanismos del cerebro con la microelectrofisiología cerebral, que
Desde Demócrito y los filósofos naturalistas griegos, hasta que empe- es, como destacara con exactitud Paul Chauchard,4 una electrofi.siología
568 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 569

ceTebral ·del comportamiento. Se logra registrar Ió que pasa en una y de síntesis parciales de los fenómenos biológicos sigue el anhelo de
neurona (15 billones tiene el cerebro humano) durante el transcurrir un análisis y de una síntesis tcital del fenómeno vida, y aborda el nuevo
de no importa cuál proceso mental. El análisis llevado a tales extremos problema concorde con el proceder que le dicta su convicción científica
termina por imponer definitivamente la obligación de considerar el fun- y filosófica. cEs únicamente por el camino de las investigaciones obje-
cionamiento cerebral en su totalidad. Por primera vez resulta induda- .tivas que llegaremos gradualmente hasta el análisis completo de la adap-
ble a todos, fisiólogos y psicólogos en primer término, que para com- tación ilimitada en que consiste la vida sobre la tierra. El movimiento
prender el pensamiento es necesario interpretar científicamente el acto de la planta hacia la luz y la búsqueda de la verdad por el análisis
de pensar, y que, en este camino, la psicología y la psicofisiología teóri- matemático, ¿no son, acaso, los eslabones extremos de la cadena casi
cas, apriorísticas para acudir al lenguaje filosófico, deben ser suplanta- infinita de la adaptación que se cumple en todo el mundo viviente?
das por una psicología y una psicofisiología que a partir del funcio- ¿Qué razón habría en cambiar de método para estudiar las adaptacio-
namiento cerebral procuren comprender el pensamiento con todas las nes de un orden superior? Tarde o temp:r¡ano, la ciencia, apoyándose
implicaciones posibles para la explicación racional del fenómeno hu- sobre las analogías de las manifestaciones exteriores, transportará, so-
mano. bre nuestro mundo subjetivo, los datos objetivos obtenidos, e, ilumi-
Partir del cerebro para llegar a comprender el pensamiento, inver- nando brusca e intensamente nuestra naturaleza tan misteriosa, acla-
tir el orden clásico que exige bajar del Olimpo de las ideas, los con- rará el mecanismo y. el sentido real de lo que más preocupa al hombre,
ceptos, los juicios, los raciocinios, a la deleznable cbase material>, es es decir, su conciencia, el sufrimiento de su conciencia.> il Profesión
tarea a la que ahora se aboca la ciencia. Las bases físicas de la mente de fe, estas palabras también lo fueron de acción que lo introduce en
comienzan a adentrarse en los manuales de psicología, y los fisiólogos, un campo totalmente nuevo para la fisiología. Hasta ese momento, la
que hasta ayer desdeñaron el pensamiento como materia de estudio actividad nerviosa del hombre no ha sido científicamente estudiada;
porque no es una secretación, adelantan tímidos capítulos sobre cfisio- la anatomía del cerebro está prácticamente acabada, su histología avanza
logía de la conciencia>. Estamos a la vuelta de un impasse, y, con asom- con pasos agigantados. Santiago Ramón y Caja! realiza su obra. Las fun-
bro de muchos, hasta en tratados de endocrinología se afirma que cno ciones, por el contrario, están en tinieblas; la única ciencia que se
es posible separar los fenómenos fisiológicos de los fenómenos psico- detiene en ellas es la psicología, y ésta se revela, en sus mejores re-
lógicos>. 5 Estamos sufriendo una revolución copemicana en lo relativo presentantes, dualista. Todavía prima la pesada herencia de Descartes,
al estudio del hombre, y esta revolución tiene también su patronímico: y la teoría de las cfacultades innatas» explica, a su manera, el acto del
IvÁN PETROVISH PÁVLOV. Cuando Pávlov recibe el Premio Nobel, ha de- pensamiento. La conciencia aún se identifica con el alma, y los pocos
mostrado el mecanismo reflejo de la secretación gástrica; ha creado el investigadores que quieren terminar con ese maridaje ilícito conclu-
«estómago pequeño> o «estómago aislado> -con parte de la pared esto- yen por negar la conciencia humana: aplicar al hombre el mismo pa-
macal se forma una especie de pequeño saco unido al resto del órgano trón que Descartes a los animales -seres sin alma, máquinas reflejas-.
por un cpuente> de nervios y vasos sanguíneos-; ha probado que di- Pávlov y sus colaboradores no están. en el momento libres de estos
ferentes alimentos desencadenan secretaciones diferentes en cantidad y prejuicios; la tendencia primera es la de explicar la csalivación psí-
cualidad; ha establecido las curvas de las relaciones alimento-secreta- quica> con una interpretación antropomórfica del «mundo subjetivo:>
ción; ha reconocido que la actividad de los fermentos varía en función del perro; además, deben romper con los hábitos comunes de hablar,
del alimento, y en relación con esto ha descubierto la primera cquinasa>: de pensar, y se crea en el laboratorio un sistema de cmultas> contra
la enteroquinasa o cfermento de los fermentos>. Su laboratorio ha pu- el empleo de términos subjetivos. Gradualmente, sin prisas y asegu-
blicado 250 trabajos de primera línea, y en 1897 han aparecido sus rando cada paso, se emprende de este modo el estudio de la actividad
Lecciones sobre el trabajo de las glándulas digestivas. En medio de tan nerviosa superior, de los reflejos innatos, incondicionados, cgeneral-
resonantes éxitos, Pávlov hace una pausa en el estudio de los fenóme- mente llamados instintos>, y de los reflejos adquiridos, condicionados
nos digestivos que resultará definitiva. En el curso de los trabajos sobre por los precedentes, cque se establecen de inmediato sobre este fun-
la salivación, uno de sus discípulos, Glinski, había practicado de rutina damento nervioso, bajo la forma de hábitos y de asociaciones>. En 192..3
una fístula salivar, y Pávlov observa el fenómeno que llamará csecreta- aparece la primera edición de la obra decisiva de Pá,vlov: Dvatsatil;et-
ción psíquica>, esto es, secretación de saliva provocada por un estímulo ni; opyt obiektivnogo izucenija vysse; nervno; diejatelnosti (prove-
inespecífico. Este hecho aparentemente trivial cambia por completo la clenija) zivotnych, «Veinte años de experiencias sobre el estudio objetivo
tarea a perseguir en el laboratorio del maestro. A la labor de análisis de la actividad nerviosa de los animales>, y cuatro años después,
570 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 571

en 1927, las Leccicn.es sobre la actividad del corte:r. En apenas un sin que pierdan sus propiedades específicas. La fusión fisiológica pavlo-
cuarto de siglo, Pávlov logra poner de manifiesto las leyes que rigen viana es dinámica, señala el punto de partida de nuevos desarr?~los;
la actividad de los hemisferios cerebrales, tanto en los animales como muestra lá existencia de leyes comunes en el plano de la perc~p.c1on Y
en el hombre. Su método permitió el análisis de los procesos muy de la representación, y destaca que la diferencia de sus d?~1mos les
complicados de excitación y de inhibición que en el interior del cere- impone estudios particulares; plantea nuevos problemas te~r1cos Y_ de
bro modifican el curso de los reflejos condicionados, con lo cual todas aplicación, y deja establecida de una vez para siempre la umdad psico-
las posibilidades, la riqueza de la interioridad cerebral, resultan reve- física del ser humano. . 1 , •
ladas. Antes de que la electrofisiología permitiera abordar directamente La herencia de Pávlov se proyecta hoy sobre la fisio,ogia, la psico-
estos procesos, Pávlov los estudió en el plano analítico y sintético con logía la biología y las ciencias del hombre en general, y como cuando
tal precisión, tan ajustada objetividad, que de entonces a ahora sola-. nos ;eferimos al desarrollo del método experimental debemos hablar
mente se ha logrado realizar retoques en los detalles, sin poder cam- .de antes y después de Galileo, en cada una de esas. ramas ~el saber
biar nada en la definición de las leyes fundamentales. ha terminado por establecerse un antes y un despues de Pavlov._ ~o
En el curso de sus trabajos, y sobre todo de sus polémicas,7 Pávlov -obstante la conclusión que estimamos más decisiva, que está imphcita
se refirió muchas· veces a la psicología, y en todas para criticar dura- en toda '1a obra teórica y experimental del gran fisiólogo ruso, es que
mente a sus cultores cuando partían exclusivamente del fenómeno de la yida mental arranca de la vida orgánica, de la que es u~a cons:-
conciencia, y del cual pretendían sacar el conocimiento de la vida psí- cuencia de importancia primordial y que resulta, como toda vida orga-
quica por introspección, o cuando exclusivamente, como Watson, y so- nica, de la vida propiamente dicha, que es la vida celular. J?,epen~e
bre todo Lashley, pretendían encontrar en los reflejos condicionados la de un estadio de la evolución del cerebro, en la cual su funcion pr~­
objetividad absoluta para prescindir de lo subjetivo, dé la conciencia mordial es pensar, como la existencia individual depende. de un estadio
y la vida íntima del ser humano. Por lo mismo, se negó obstinadamente · del organismo, y la vida elemental, de un estadio de la celula. El_ hecho
a hacer psicología; más aún, desautorizó a los que en nombre de la mental deja de ser un epifenómeno, una realidad dada para siempre
creflexología» querían reducirlo todo a condicionamientos, pues unos en un espacio y un tiempo infinitos, sin comienzo ni ~· ~ara conver-
y otros afirmaban que el hombre ~s doble, y aunque así se vuelva expli- tirse en producto de la evolución, en salto de lo cuant.itativo a l~ cua-
cable, por lo menos el espíritu queda separado de la materia· y no se litativo a través de las transformaciones de la materia en un tie~po
producen embarazos en la investigación o la especulación. Pávlov com- limitad~. El cerebro huroano representa la última jerarguía eyolutiva
prendió lo absurdo, lo anticientífico y antifilosófico de. ambas solucio- ].Qgr,ada ppx: cl sistema nervio.so; sus mecanismos, puestos en claro por
nes, y se propuso estudiar a través de la actividad nerviosa superior, la obra de Pávlov, ejemplifican una de las características s,alientes del
y como fisiólogo exclusivamente, el modo en que se operan las com- fenómeno vida: la interrelación individuo-medio que, segun el .p~ano
binaciones necesarias entre el mundo exterior en que está inmerso el -evolutivo en que se realice, brinda los diversos grados de la activid~d
individuo y las reacciones ·orgánicas de ese miSmo individuo. Primero animal, que se supera y complejiza con la humana, cre~dgra del me~io ·
encontró que existe un camino común al hombre y a los animales para social, que le es específico; y todo esto a lo,_l¡:¡.rgo--O; los 600.000 ano:
el mantenimiento del equilibrio individuo-medio: las sensaciones o que nuestra especie evoluciona sobre la T1erri}. Pavlov pud? habe
primer sistema de señales. Después destacó que para el hombre las dicho con Giovanni Bovio que ~da naturaleza se hace pensamiento, el
circunstancias no pertenecen solamente al medio físico, sino también pens;miento se hace historia».
al social, a las esferas moral e intelectual, y que a ese nivel los estímu-
los adquieren significaéión intrínseca a través del lenguaje, que deno- 3. El «behaviorismo» mecanicista de WatsO"n. - L;:i doctrina de
minó segundo sistema de señales, y gracias al cual la humanidad pudo Piivlov está dentro de los límites precisos de la biologia; .conceptual-
edificar el mundo de las representaciones, del pensamiento, de la cien- mente corresponde al más puro racionalismo científico, Y tant? el me-
cia y la filosofía. Para Pávlov, el antiguo dualismo entre lo físico y lo canicismo como el determinismo que descubrimos en la teona de ~os
espiritual o mental se resuelve en la inextricable unidad biológica del 'reflejos condicionados responden a la necesidad indispensable de I.a d1~­
primer sistema de señales, el mundo de la sensación, y el segundo sis- léctica del viviente. Pocos .investigadores en el campo de la b10logia
tema, el lenguaje, soporte del pensamiento y medio de comunicación están epistemológicamente tan bien ubicados, y ninguno, podemos de-
entre los hombres. Materia y pensamiento, las dos sustancias -extensa cir afrontó con tanta sagacidad y profundidad filosófica el problema
e inextensa- que los filósofos no dejaban de oponer, quedan soldadas del determinismo y la autonomía en fisiología. 8 _Las teorías de Pávl.ox,
572 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 573
incluida la de los reflejos condicionados 9U.e..J!QL__propia caracterís!;i,~¡¡, que todavía en nuestros días, en 1967, Davidd C. McClelland, figura
de.-l9.s.J1e.c.lli2s...a.c.umula may.m:.e.s...~hlas..-.d.ei.erminis..tas~ y. mecani- cprominente> en el campo de la psicología social, director del Depar-
:!8s, no pueden ser tildadas de ittíW.lmalli;~ El pensamiento pav- tamento de Relaciones Públicas de la Universidad de Harvard, con-
loviano, y lástima para la psicología, a la que despreciara por las co- cluirá que todos los motivos que desencadenan la reacción estímulo-
1-rientes en boga de su tiempo: comportamentismo y psicoanálisis, es respuesta son adquiridos en razón de procesos de aprendizaje y deter-
cartesiano por su estructura y representa una de las mejores expre- minan lo que el hombre espera como agradable o desagradable. Esta
siones del nuevo racionalismo dialéctico. Al mismo tiempo que Pávlov, teoría, formulada en base de un estudio cexperimentah de la motiva-
en el Congreso Internacional de Fisiología celebrado en Madrid eq 1903, ción determinada por factores de mercado (el «mercado» es el nuevo
hace públicos sus conceptos sobre los reflejos condicionados, Bergson, problem-box de los neobehavioristas), saca las raíces de lo humano
con pocas palabras que son nuestras, pero suyas por el contenido y del ámbito biológico y social, para definirlo según valores de produc-
la intención que d,erivan de sus textos, dice a los psicólogos: ¿Queréis ción y de consumo.10
hacer psicología? Pues bien, ocupaos de la inteligencia como capacidad La biología de fines del siglo XIX, la del positivismo evolucionista,
pgrg, reso]J¿er ..ru:2.hl.~...._mQS de sus fundamentos bjológicos, to.po.- había aplicado un vocabulario directo, mecanicista y finalista, .el único
lQg!~Q§J_ÍE_filj._9}:~ª1~.~•..2S.YI?.ª9.~.,,~kJ~.}'.l.!!!9.l!..Í!}~.-gµ5!. S~.m~al car- ccientífico» que aceptaba, a los hechos sociales y a las actividades de
tes.jgmg~-ªR2n~~~~ ele lq_ resp.Y.,esta._Haced la los animales inferiores. La identificación de la colmena o el termitero
embriología de las conductas, la psicofisiología de las funciones. El con la sociedad o «colmena humana», de las actividades de los insec-
resto, con la conciencia como base, es terreno de la filosofía del espí- tos con las de los cuerpos sociales, del sistema nervioso con una central
ritu. Y esto es afirmado en el momento en que Benedetto Croce, otro telegráfica, del ciclo de la vida con el ciclo de la máquina, y de ambas
gran pensador, que conocía a fondo a Hebel, a Marx, a Sorel y los con la sociedad, realizaban en lo ideológico la fusión que un sistema
problemas sociales e históricos, sentencia con otra perspectiva que el basado en el régimen de producción y consumo requería. El hombre,
hombre como tal, esto es, como conciencia de sus circunstancias, es al igual que los animales y los organismos sociales, aplicaba energía
únicamente campo de la historia.9 La coincidencia de pensadores tan para producir bienes que, a su vez, necesitaba consumir para seguir
opuestos como Bergson y Croce, que inclusive siendo contemporáneos produciendo la energía que debía nuevamente dispensar. De esta ma-
nunca se citaron uno al otro ni se criticaron, señala por sobre todas las nera, el ciclo vital también se resumía en producción y consumo. Berg-
cosas la existencia de un consenso general en el plano de la ideología son y James habían llamado con el espiritualismo y el pragmatismo la
con que se inicia nuestro siglo. Es el pensamiento de una sociedad que ya atención sobre este camino. El desafío del filósofo a la práctica, reser-
no considera en el hombre únicamente la fuerza como trabajo. que vándose la conciencia y dejándole el resto del viviente, fue recogido
éasi no necesita del «ti:.Wodita> de Taylor, sino que procura integrar por un ingeniero de la escuela de Taylor convertido en psicólogo. Sin
todas las posibilidades human§S. inclusive las más aparentes, al sis- . entrar en la racionalidad de los problemas, como el mecánico que sin
~ema de prodm;ciqn.....x_ cuy:o primer ensayo en masa por este camino conocer la ley de la entropía regula el motor, JoIÍN BROADUS WATSON
será la aplicación de la escala métrica de Binet-Simon, reforinªs!_IL!'!_!l_ (1878-19-58) procuró «aplicar al estudio experimental del hombre la
i~~iLnlv:ernigad de Stanford, a los millares y millares.. cle. soidados que especie de método y el mismo vocabulario descriptivo que cantidad de
re.cluta_.eLej~.r.~l~qos Unidos de Norteamérica para env.iar- '.·:1vestigadores estimaron ventajoso para el estudio de los animales infe-
l&§..~~-:UUL....sL1º.!l:samRQssle bata~....E.\!LQP.-ª· Las cosas se manejan rio1~es al hombre». 11 Se propone la investigación en psicología, pero
en términos de bienes de consumo y de bienes de producción, y para desconoce valor y significado del método experimental en las ciencias
que el hombre se integre al sistema debe ser clasificado entre los unos biológicas. Es el mismo momento cuando Páyloy destaca el valor del
y los otros. Desde el momento ~ trabaja, la energía que despliega ~efle;i2_<:2.~~~-~~~~ª~- ~~?."1.o__j~~!!~~.~7-!'!?.___ ~~-J.a investigación, - y que él
~d..m.Q.t.9.L.Q_e_JQ.ii~ bkn.~I? de prod.ucción. -Más a"ful. es a la vez un bien interpreta a su manera, convirtiendo un «instrumento» en elemento
de__p,mduc.c.ión,~~.J.Q..dQ¡¡__e.l único del cual la sociedad industrial no, simple y primero de la actividad psíquica. W11t§.gµ retrocede así a la
pued_~-J~!'~~~msfü:. ..E.!?!-:9!1_~-~!.Ei~~-~_!iem..P.o es ser de necesidades ~ etapa precientífica del estudio de los refleJ~§...ªliWifü:LGQil la reacción
s.on_satisfes:has._~n.JQS__zniml.2$_J)Jenes de consumo que producet.-Z.1A es.tímulo-resw..e.m~ que presenta como dato inmediato <k.Ji!--e~p_e.­
ldeolQgfa_..P_I'.ªKmfil.ls.J.~Lfil!imila el viviente a_la sociedad y desc_!lbre .9..1:1~ rienciª tenida como única realidac.!: En partiendo de esta ,.concepción,
e_ri_ )a ·-ª-<;~iyiªª-º'--ªrill!l_aJ_Y:_Pl.!~ª118,. ~!_ ~q:tl,Jxa,J~~il?" c!1tJa . Qf~rta_~;y_la ~~::. que mezcla los conceptos de Hume con el mecanicismo de los natu-
manda es. .111. rel!lc:;i!>.n piolqgi<;a c!e. es#mµlQ y .!'~§.pJ.IeS~.:.. Tanto es así ralistas del siglo XIX, Watson termina por ignorar el fenómeno e inge-
574 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 575

nuamente pone en su lugar a la acción, que el activismo había pro,- de la vida interior, que en Maine de Biran y en Bergson es un nombre
cla1;11:ado como ~nstrumento de poder con el «ÍUturismo» y la acción para el espiritualismo. El trasfondo y el contexto del behaviorismo
política del fascis~o. Desafiante, crítico, quiere independizar al fenÓ-' supone al materialismo ingenuo y al mecanicismo; es la teoría de los
..:men9 de cualguier hipótesis sobre el real. con lo gue concluye inevi- animales-máquinas de Déscartes transportada al hombre. Watson, y nos
tablemente por quitarle toda significación. Éste es el camino de la atenemos a sus trabajos, jamás· leyó a Descartes, y por lo mismo aplicó
experimentación conductista o «behaviorista>, máxima expresión del su teoría, que recibió como reflejo ideológico, de la actividad animal
comportame:itismo, que considera a la conciencia como epifenómen2 sobre la extensión al plano del Cogito. Para Watson, ~l comportamiento
que acompana los hechos psíquicos sin agregarles nada y sin modificar de-1.ados.Jos seres vivos es mecánico, o sea que los «estímulos» desen-
en nada el desarrollo de su cadena causal, espejismo que pretende· cadenan respuestas de manera automática, como el movimiento de un
retrotraernos de la superstición y la magia, sin comprender que obe- émbolo en una · máquina hace girar un volante. Claro está que por
dece a una nueva superstición y magia, la del hecho positivo. En resu- simple que sea el planteamiento y por simplista que sea la solución
n;en, Watson nos dice gue la psicología, para ser ciencia, ~l mismo watsoniana, queda pendiente a nuestro psicólogo-mecánico la pre-
t1t~Q_,_q~J..e_física o la fisiología, únicamente puede y debe tener por gunta de ¿por qué, si el estímulo determina automáticamente la reac-
ob1eto el comportamiento (Behaviar l del hombre y del anjma]. Da ción, dos animales de la misma especie o dos hombres, no reaccionan de
s~ntido de aplicación al precepto bergsoniano y se desprende, sin más. la misma manera en una misma situación? W atson no se siente pertur-
~i ~enos, de ~os problemas de la subjetividad, de un contexto que bado en su mecanicismo a 01Ltrance por estos problemas y encuentra
significa la razon, .los estados, las funciones, los fenómenos psíquicos 0 la solución en las doctrinas para entonces recientes de Pávlov, que,
mentales, la vida interior, a los que reemplaza por el todopoderoso por supuesto, interpreta a su manera; .~ tanto que para Páyloy el
bem:vior, fórmula mecanicista de la conducta, puesto que el compor- reflejo es la unidad fisiológica de actividad más simple, y lo estudia por
tamiento es una conducta sin conciencia, similar al reflejo y al instinto ser fácilmente aislable y reconocible y no porque la yuxtaposición, la
tan automática como el primero y tan finalista como el segundo. ' combinación, la suma, la interacción de reflejos constituyan la totalidad
Que un comportamiento sea o no consciente carece de importancia neurofuncional, o sea que mientras en _Pávlov eJ~_ty,diQ ..del reflej.a....es
para Watson, en cuya concepción el hecho psíquico más característico una metodología, Watson hace del reflejo, de su yuxtaposición, suma,
Y fundamental es el reflejo, respuesta automática de los músculos esti- combinación, interacción, un mecanismo complejo. Para .Yla.ts.120, .tl
mulados por los nervios motores según los diversos datos de una si- comportamiento...humanº-....eS...J.IDa~~um~lo..s....innatos_o__condicio.-
t;i~ción (estímulos) transmitidos por los nervios sensitivos. El ejemplo nados,_y___la.~er:¡9p.¡:i,lldad XePtelle.n!g_JJLXlt~taposición de esQs condic&
hpico para el behaviorismo lo constituye la rana descerebrada de tal namientos. Por ejemplo, y según Watson, todos los niños sienten espon-
modo que únicamente la médula quede funcional. Pongo una gota de táneamente miedo por el ruido; lo que sería un reflejo innato en su
ácido sobre.}ª piel de la pata, es el estímulo; la rana retira la pata, teoría. Si cuando acostamos a un niño apagamos la luz, y al salir del
es la reacc10n. ¿Estamos acaso repitiendo un capítulo de la neuro- cuarto golpeamos la puerta, el niño tendrá, muy rápidamente, también
fi"siol~gia.' ? De. mng.~na
· manera, responde Watson; la psicología es el miedo por la oscuridad. De este modo, cada hombre no sería otra cosa
estud10 ~e l~ relac1on entre el estímulo y la reacción. en tanto que la que aquello que de él hicieron sus condicionamientos; do que somos
neurqfis1ol.o~ia es el estudio de lo que ocurre en e} cerebro ugra que --escribe W atson 13- es lo que hacemos y lo que hacemos, o sea lo que
P.Ueda recibir sensaciones y_ ordenar movimientos. De este modo todos el medio nos hace hacer». Tal es su concepción del hombre, concepción
los fenómenos internos del organismo estárl, según Watson fu;ra del de la que Huxley nos dará una feroz caricatura en El mejor de los
campo de la psicología, que se contenta con estudiar las reÍaciones de mundos; la teoría del hombre-robot completamente modelado por con-
los comportamientos y de los estímulos. Más aún, agrega, «el más sabio dicionamientos múltiples y sistemáticos.
d~ los ?sicólogos puede no saber una palabra de fisiología».12 .El psi- Sin duda, el radical beha-viorism fue más bien un programa que una
~ologo ideal, para el behaviorismo. es un mecánico que conoce. eCc.Qn- metodología de la investigación psicológica, pero tuvo y tiene, aunque
;u.mto de las fuerzas que se ejercen sobre un ser viviente y que puede ahora bajo formas renovadas, grandísima resonancia. Por primera vez,
calcula~ sus resultados. Watson cree firmemente en la indepe~dencia la psicología penetra verdaderamente en el campo de la práctica. Deja
de ~us ideas y, por supuesto, en la autonomía conceptual de su «psico- de ser una antropología concreta, un estudio y conocimiento del hom-
logia»; no obstante,! tanto sus ideas como sus conceptos psicológicos bre, para convertirse en instrumento de la acción, comprendidas la
dependen de la filosofía igual o más de lo que dependía la psicología acción intelectual y científica. La teoría psicológica que faltaba al
576 ALBERTO L. MERAN! msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 577
scie-ntific management de la sociedad industrial está creada, y la 4. La Gestalt-theorie alemana y sus interacciones con el behavio-
human engineering recibía, en el año 1914, cuando se publicó la obra rismo norteamericano. - La teoría de la Gestalt, palabra . gue en ale-
de Watson Behavior, an introduction to comparative psychology, los
instrumentos para cumplir su tarea de alienación. Taylor estaba per-
mán significa «forma>, surgió en Alemania bajo la forma de escuela. Su
fundador es MAX ·.WERTHEIMER (1880-1943), y sus discípulos prin-
feccionado por su discfoulo Watson. y la fórmula estímulo-res,euesta 14 cipales fueron KURT KoFFKA (1886-1941) y WoLFGANG KoHLER (1887-
se reveló, por su mecanicismo, más eficaz que el sim12le cronometra:W_ 1950). En 1933, cuando Hitler tomó el poder en Alemania, los crea~ores
de los gestos del obrero. que solamente lo adecúa al ritmo de má- de la Gestalt-theorie, que eran judíos, emigraron a los Estados Uni-
quina. Con esto se da un formidable paso adelante, se «amaestra:. al dos de Norteamérica, y fue· en New York donde Koffka publicó sus
individuo, se lo puede incluir en la estructura de los mecanismos, que Principles of Gestalt Psycho'logy, en 1935, que se convirtió en mani-
deben ser sus estímulos. Todavía más, se lo convierte en apéndice abso- fiesto americano de la escuela y en el resumen y culminación de las
luto del medio representado por el régimen industrial, que se presenta ideas expuestas por el mismo autor en sus principales obras europeas:
como el gran estíin.ulo, la motivación por excelencia. Es inútil hablar Beitriige zur Psychologie Gesta.lt (1919) y Die Grundlagen psychischen
de coincidencias; las coincidencias en estos casos no son fortuitas. No Entwicklung (1921). También K<ihler había publicado la Intelligenz"".
se trata, como vimos, de descubrimientos aislados que de pronto re- prüfung der Menschenaffen (1917), Die physischen Gestalten im Rüge
percuten sobre el ámbito de la vida. Responde al hilo de la ideología und im stationiiren Zustand (1920) y Gestalt Psychologie (1929). El
que desde la revolución industrial domina al mundo, al concepto de trabajo principal de· Wertheimer para la Ges:talt es su ExpeTimentelle
los bienes de consumo y de los bienes de producción, a la necesidad Studien über das Sehe-n von Bewegungen, publicados en/ 1912 y reim-
capitalista de producir y de crear consumidores. Como instrumento presos en su obra capital Drei Abhandlungen zur Gestalt-thecrie, apa-
·de la alienación, el behaviorismo o conductismo es incompl~to; en la recida en 1925. La actitud general de la psicología de la forma se ha
práctica se aplica solamente a una parte de los hombres, los que apro- prestado a las más diversas interpretaciones, y muy adecuada para
vecha. la industria en sus fábricas: instrumento directo, de aplicación comprenderla es la definición dada por Claparede en el V ccabulaire
circunscrita, sin perspectiva en la etapa de la vida anterior y posterior de Lalande: 15 '«Consiste en considerar los fenómenos como conjuntos
al trabajo, etapas importantísimas porque la primera es donde está (Zusammenhange) que constituyen unidades aut6nomas que manifies-
la mano de obra potencial, la que será oportunamente seleccionada y tan solidaridad interna· y tienen leyes propias, y no como sui::na . de
condicionada; y la segunda, una reserva útil, además de constituir elementos que ante todo se trata de aislar, de analizar, de disecar. De
consumidores reales. Por otra parte, está la conciencia colectiva, la esto se sigue que la manera de_ SE!l'. _d_!! Cé!-<l.8: elemenJQ Qepende. de.Ja_
razón de la gente que debe. aceptar al régimen y consumir fo que el estructura del ¡:onjµI'lto y de las leyes que lo rigen. El elemento no
régim~n produce. En pocas palabras, está planteado el problema de la preexiste af conjunto ni psicológica ni fisiológicamente; no es más
educación. Si se pretende que ·la sociedad entera quede englobada en inmediato ni más antiguo; el conocimiento del todo y de sus leyes no
el proceso de creación de bienes de producción y de bienes de con- puede ser deducido del conocimiento separado de las partes que en
sumo, que no existe otra manera de organizarla que en función de los el mismo se encuentran.> Esta definición, que aclara muy bien la. posi-
mismos, la sociedad debe ser una con el. régimen industrial, sus miem- ción de la Gestalt frente a cualquier atomismo y reconstitución mecá-
.bros deben pensar y actuar en función del mismo. Desde siempre y nica por adición de elementos, se comprende sobre el plano concreto
en líneas generales se había propugnado que educar es poner en acción si en lugar de acudir de primera intención a l9s trabajos de Werthei-
medios propios para procurar el desarrollo del hombre, principalmente mer y de sus discípulos, recordamos a un precursor, CHRISTIAN VON
de sus facultades morales: sentimiento, voluntad, sentido de los valo- EHRENFELS (1850-1932), que ya en 1890, en. un artículo titulado Ueber
res ... , esto es, el desarrollo de la naturaleza humana en lo que tiene Gestalqualitiiten,16 propuso observaciones y principios realmente ges-
de humano. Si con el conductismo el régimen industrial descubre un taltistas. Von Ehrenfels partió de la reflexión sobre la Pe!'.~ePE!ón de
canüno nuevo para someter al hombre a sus estructuras, con el instru- una melodía, encontrando que los datos sensoriales implican dos clases
1ncntalisrno psicopedagógico de Dewey encontrará la manera de apli- de cualidades: las cualidades sensibl.es (por ejemplo, cada una de las
car el behaviorismo, preparándolo para sus fines, desde la infancia. La notas de la melodía,. todos los sonidos escuchados) ·y también las cua-
teoría de John Dewey, y de los que se llamó la «Escuela de Chicago», lidades de forma, esto es, sus Gestaltqualitiiten, como son la línea me-
fue tan simple y efectiva en pedagogía como la doctrina de Watson en lódica en sí, el canto de la frase musical. De esto dedujo que la «forma>
p.sicoJogía. de conjunto de la melodía no representa la suma de las notas sucesivas

37
578 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 579

que escucho. Supongamos, propone, que las mismas notas sean tocadas plano la plasticidad de los procesos motores del organismo. El neuró-
sucesivamente, pero con un intervalo de tiempo entre cada una mucho iogo Kurt Golstein había criticado duramente a la reflexología,19 hasta
mayor que en la primera audición de la melodía; esta vez, la forma llegar tan lejos que pone en duda la realidad de los reflejos en el sen-
global de la melodía está destruida, la sucesión de sonoridades perdió tido estricto de la palabra. Señala el hecho de que en los animales no
su sentido y fisonomía. La melodía, concluye, es otra cosa que la suma siempre puede desencadenarse el mismo reflejo desde el mismo sitio,
de notas, la percepción es otra cosa que la suma de las sensaciones y resultó de fundamental importancia para los gestaltistas la cuestión
elementales. Hay un agregado que es la forma. El ejecutante puede' por él planteada .de cómo, en general, puede resultar de un círculo de
hacer descender la melodía en un tono o dos, pero quedará la misma. reflejos un rendimiento real del organismo. Los argumentos más con-
Cada una de las notas es diferente, ¡;-~;() l;-;éo!1:!J:g_ui:_l:!sA~l1L.c:l~L§~tema, tundentes en este sentido los proveen observaciones llevadas a cabo en
el conjunto de las relaciones entre las _!!_()_!as, es idéntica. Los datos animales amputados artificialmente. 2<> La compensación de las altera-
sensibles están modificados, pero las gestaltqualitiite~ subsisten. En par- ciones de la · motricidad, afirman, no tienen lugar de la manera que
tiendo de esas consideraciones, van Ehrenfels plantea un problema filo- podría esperarse si los movimientos acomodados del organismo animal
sófico: ¿Cómo la forma, la Gestalt, puede ser percibida si no está pro- estuvieran estructurados con arreglo al esquema del reflejo. El ani-
vocada por un estímulo sensorial específico? ¿Cómo ocurre que escu-' mal realiza más bien un cambio instantáneo con el aparato motor que le
cho la melodía y no~ no solamente-.las notas? L.a percepción de l_a resta sin tener que reaprender penosamente las tareas antiguas del
forma no es, concluye van Ehrenfels, exactamente «sensoriab, como movimiento del lugar correspondiente. De aquí concluyen que es, pues,
la percepción deloselementos, y la califica de «casi sensorial», con lo preciso abandonar la teoría según la cual el mismo centro motor, así
que bautiza la dificultad pero no la resuelve. Dos filósofos alemanes como las fibras nerviosas aferentes y eferentes, poseen de una vez para
de la escuela de Graz, ALEXIS MEINONG (1853-1920) y V1XTOR BENUSSI siempre lina función constante. No puede haber, afirman, ningún sis:..
(1878-1927), propusieron al problema de van Ehrenfels una solución de :-teiiiáde fibr'as que conduzca las excitaciones en forma específica e inal-
tipo intelectualista.17 En tanto que el oído escucha los sonidos, el espí- terable desde un lugar del sistema nervioso a otro. En vez del punto
ritu es el que se representa la melodía. Con otras palabras, recurrían de vista corriente aplicado al sistema nervioso central, aparece en este
a ~ para quien las sensaciones constituían la materia del cono- caso el punto de vista gestaltista. Según Magnus, 21 la médula es, en
cimiento, que recibe su forma del espíritu. Y es precisamente contra cierto modo, diferente en cada momento y refleja, de esta manera, la
los filósofos de Graz, contra el punto de vista intelectualista, que situación y posición de las diferentes partes del cuerpo y de la totalidad
Wertheimer y sus discípulos reaccionan cuando responden al proble- del mismo. En resumidas cuentas, la biología gestaltista invierte el pro-
ma de von Ehrenfels y crean .la psicología cie)a form~.· No distinguen blema fisiológico fundamental, comó invirtiera el de la sensación Y la
sensación y percepción, pues "cla percepClÓn IlO es un conjunto de sen- percepción: el órgano central no determi'l_ta lo que ha de ocurrir en la
saciones, siri_o que cualquier percepción es de primera · intericiori-Ia periferia, sino la periferia . determina c6mo el órgano ce~tral ha de
percepción de un. conjunto».1s Dicho esto de otra manera, p.o agrupa-:-_ adaptarse. En lugar de Ía idea de los· centros motores constantes apa-
mos, por un trabajo intelectual, sensaciones antes aisladas, no percibi-:. rece un enfoque según el cual la periferia crea en el órgano central
mas los . elementos separados para reconstruirlos y asociarlos, sino . que centros pasajeros, unos que se forman con relativa lentitud y otros
están directamente dados en nuestros s!'!ntidos, inmediatamente agru::: que se forman repentinamente, como en el caso de las amputaciones.
pados en una gest_alt, es.to es, una fo:rma .. Para los gestaltistas, la parte De este modo se plantea un cambio en la interpretación del principio
del dato en la percepción del mundo es mucho mayor d~ lo que se de la autorregulación dinámica del organismo. ··Y es con esta teoría
había creído y no se debe exagerar la importancia de lo que es cons- que la psicología de la forma resuelve el segundo problema planteado
truido, de los significados adquiridos, de los recuerdos. Al no existir por van Ehrenfels: ¿cómo la percepción de la «forma:i> es posible si
distinción entre sensación. y percepción, la forma resulta inseparable no es un estímulo sensorial? El sistema nervioso, responde como aca-
de la materia y nos está dada intuitiva e inmedeiatamente con la materia bamos de ver, estaría estructurado de manera que corresponde a la
y en ella. En retornando al problema de van Ehrenfels, la melodía no percepcióh de formas. Un gestaltista francés, Paul Guillaume, escribe:
es una interpretación dada por el espíritu en partiendo éíe ·1a; notas cla organización que estudia el psicólogo debe ser identificada con la
brutas. La me 1odía está percibida con las notas y en ellas. que estudia el fisiólogo. Si nuestra p~r._c~pc:!9n..eJi.tlÍ()rganiz_ada, el pro-
_La psicología de la forma arremete no sólo contra el a.tomis)llQ psi-: ... ceso nervioso que le corresponde debe ser de la misma manera,. 22
cológico, sino también contra el fisiológico, ya que pone en primer Y he aquí que de pronto la cuestión adquiere una amplitud muchísimo
580 ALBERTO L. MERANI
HISTORIA CRÍTICA. DE LA PSICOLOGÍA 581
mayor; en efecto, la Gestant-psychologie no se limíta a una interpre- necesidades del régimen industrial. Esto requería un trabajo de adap-
tación de los fenómenos psicológicos, es una teoría general de la natu- tación pragmática, de acomodación en el terreno del conductismo. Por
raleza cuyo principio esencial es el 1d.5om.orfismo>.,.esto es, la identidad, ello, taz:i.to por' razones teóricas como prácticas, más por las segundas
o, por lo menos, la correspondencia de las formas físicas, fisiológicas Y que por las primeras, Koffka y Kohler comenzaron a expresar su. t~o­
psicológicas. . ·ría en el lenguaje de_ la psicología. del comportamiento. Pero como el
Es fácil comprender que los términos de f~:!'.IX1ª• <:!~ estru~!U1'ª• de lenguaje también arrastra a las ideas, pronto la antigua gestalt, teoría
organización, convienen tanto al mundo biológico como al de los hechos general del mundo y del conocimiento, se concretó más y más. a los
psíqÜicos, y de ello deduc~ qtl.~ ~l _todo cJ.irige y e;_pli~ª-}ª Pªr~e· _El__ _ problemas del comportamiento. A su vez, los conductistas, que trope-
funcionamiento de. cada eleJX1ento depende del funcionanu•mto global zaban· con muchísimos inconvenientes para perfeccionar sus concep-
~¡.
del organismo. El equilibrio global del sistema, concluye ~a ,Ges~t, ciones analíticas y mecanici::;tas y veían en la pujanza creciente del
orienta todas las funciones particulares. Kohler va todavía mas leJos; psicoanálisis un rival que podía arrebatarle los favores del régimen
fo.sistesobre el'ííecho de.que en el mundo mismo de la materia inerte industrial, se pusieron a describir las conductas en lenguaje de forma
las «formas» no están ausentes. Da el ejemplo de un conductor eléc- y de estructura. Este acercamiento produjo cambios notables en el con-
trico homogéneo que, puesto en contacto con un condensador, recibió ductismo, que desde entonces comenzó a denominarse neobehaviorismo,
una carga electroestátka. Es de destacar que. esa· carga se repart: sobre todo por obra de KURT LEWIN (1890-1947), filósofo y psicólogo
inmediatamente, de manera igua1, en la totalidad del· conduct.or. S1 alemán radicado en los Estados Unidos también por motivos raciales.
luego la carga eléctrica se encuentra modificada en un lugar del sistema Lewin, cuya obra simboliza muy bien la interacción entre gestaltismo y
0 en otro, inmediatamente el conjunto se encuentra reestr\lcturado. de behaviorismo, se aplicó a demostrar que el espacio en que se desplie-
manera que la igl¡aldad de la distribución en la carga sea m¡mtemda. gan los comportamientos no es homogéneo, indiferenciado, como aquel
La masa de energía eléctrica del sistema, concluye, se comporta como en el cual el físico aplica sus ecuaciones. El espacio en que vivimos,
una gestalt. En sus líneas generales, la .ieQ;:fo. ggJª:·Qes,.t?Jt tien~e a afirma, no es un campo homogéneo; 2 ª por ejemplo, en la sala de clases,
reducir la inteligencia, como hace Kohler en sus t;ral:>_B:Jos ::;obre. La t'IJ.t~~ la cátedra desde dom:le habla el profesor, las ventanas a través de las
lig~ncia de los m.onos sul?erio'l"es, a una reestructuración de la pe:c~p-· cuales se divisa el mundo exterior y extraescolar, la puerta por donde
ción; así, por ejemplo, «veo» repentinamente en una fig':ra geometrica personas diferentes pueden entrar en la clase, son puntos de espacio
que .dos ángulos son alternos-internos, lo que me permite resolver el privilegiados, que representan significaciones particulares. Tal o cual
problema. De la misma manera comprendo que si to9.os los ho~bres dirección, según las circunstancias, está cargada de fuerza y da al campo
son mortales, Sócrates, que es hombre, es mortal, o sea «veo» al mismo espacial una orientación dinámica. Pero Lewin encuentra que para
tiempo a Sócrates en la clase de los .hombres y en la clas~ de los. ~or­ describir el campo eS:pacial del ser viviente el lenguaje de las formas
tales lo cual significa constituir una gestalt. La memoria tambien es no basta, que se requiere hablar en término de significaciones y de
susc~ptible de interpretación gestaltista. La fijación y la r~s~stencia al valores. El medio del ser viviente -en el cual el behaviorismo veía
olvido del recuerdo aparecen bajo esa forma; las formas «debiles», poco una suma de estínrulos- no es definible fuera de la subjetividad del
estructuradas se fijan mal y desaparecen de la memoria; las formas individuo. La selva es un medio diferente para el nrtista pintor, para
pregnantes, l~s «buenas formas», se fijan sól!damente. Por último, el el cazador, para enamorados y para un perseguido. Este medio subje-
recuerdo. tiene tendencia a transformarse segun las leyes de la buena tivo y psicológico es lo que el biólogo von Uexküll había llamado
f(;;;;:;; si pedimos a alguien dibujar segi'.Ín un modelo. un moti:Vo arqui- u.mwelt, o sea mundo circundante. Lo que circunda designa evidente-
tectónico, y después de seis meses hacemos que repita el mis~o ~o­ mente, para Lewin, una proximidad psicológica y no física. No se trata
tivo de memoria, comprobamos que el dibujo trazado de ~~~ona tiene ya de un behaviorismo «molecular», o sea de una teoría que vería en
formas más regulares, más geométricas que el modelo 1.~1cial. . el comportamiento una suma de pequeños elementos determinables, una
La psicología de la. Gestalt cambió de «habita.!» y tambien de destmo adición mecánica Je reflejos independientes, sino un behaviorismo
p~;- ~~u"s~ .de acontec~iefitos políticos y. raciales .. L~s. creadores de la «molar:., del conjunto. El comportamiento aparece como un conjunto
teoría, emigrados eri los Estados Unidos de Norteamerica, se e~~ontra­
ron con un ambiente completamente dominado por el mecanicismo Y
a
de reacciones, adaptado una ~i!Y»J:lQ!l· En consecuencia, los mecanis-
mos del conductismo aparecen .interpretados en función de ideas ges-
la chatura intelectual del behaviorismo; más aún, encontraron que la taltistas. El detalle de cada reacción, lejos de ser elemento que lo explica
única manera de «sobrevivir» para sus ideas era la inserción en las todo, está, por el contrario, subordinado a la adaptación global del ser
582 ALBERTO L. MERANI

viviente. Ésta es, por obra de Le . l


derna, tal como se expres MA.wm, a concepción behaviorista mo-
(1908-1961) fil. f fr ,ª en URICE JEAN-JACQU-ES MERLEAU-PONTY
; o~o o anees, autor de una tesis sobre la estructura del
comportanuento.24
NOTAS
l. John B.
New York, 1914. Watson Behavior
' · · A n intro
· d uctwn
· to comparative psycholo911, CAPÍTULO 4
2. Iván P. Pávlov «Respuesta de un fi . 'l . .
de Iván P. Pávlov t~ducción recopil .• s10 ogo a los psicólog<>S», en Presencia EL «BOOM» PSICOANALfTICO
versidad de los ~des, Venezu~la 19 3 acion :!'. notas .d': Alberto L.. Merani; Uni·
logical review, vol. XXXVII, n.º • • ~ 3 ~ 1 articulo original apareció en la Psicho-
5 1 0
3. Para un análisis exhaustivo del r 0 bl
logia y alienación, Loe. cit., y Psicologí:
4. Paul Chauchard Préci d B' 1 . Y P
:Xi\ .
v;d. Alber~ L. Merani, Psico-
g. gia, Loe. cit.
l. Las fuentes indirectas del freudism-0. - Método psicoterápico en
sus comienzos, teoría psicológica después, filosofía de la vida práctica
5. Nicola Pende, C~rso dis Neeuroi;n~~ie .huma~ne, ~~is, 1957. luego, el psicoanálisis es expresión acabada de la ideología de nuestro
6.. «Memoria» leída en el Congreso rn=olog~a cllindica C?~relat.iva, Roma, 1962.
Madrid en 1903. rnaciona e FlSlologia celebrado en siglo. Con sus tesis epistemológicamente disparatadas y los dislates
7. Vid. «Respuesta de un fisiólo 1 . •
en que a menudo incurren sus adeptos ha terminado por convertirse en
enajenación Y la fase ultraparadojal·go a taos Js1cologos», «Los sentimientos de capilla, con sus iniciaciones, neófitos, sumos sacerdotes y una masa de
«Posibilidad de fusión de lo sub'etl car la ier.ta. al profesor Pierre Janeu Y
P. Pávlov, Loe. cit. J vo Y 0 obJetivo•, en Presencia de Iván creyentes que buscan en el diván del analista el apoyo que antaño
procuraba el confesionario y explican su vida cotidiana, desde la re-
8. Pierre Vendryes, Determinismo y autonomía

1 ~: ~~~~~~toC~oc~ Teo;ia e. Stor~a dell~ storiodrafi~J~~. ~~~~elona,


G ..
yerta conyugal hasta el éxito o la derrota profesionales, en pasando por
1969.
11 J h B . eram, Psicologia Y alienación Loe cit todos los momen.tos buenos y malos del existir en una sociedad indus-
12' Ao .n roadus y;ratson, Behaviorism, Boston, 1925. . . trial, por la «magia» del subconsciente. La literatura y el arte, el cine
· mma! education, New York 1903 . y la educación, y hasta la política, están todavía infeccionados de psico-
i!·
.
~~havior~~m, New York, ediciÓn re;isada de 1930
a noc10n, tal como la anunciara W tso & análisis, como lo estuvieron hasta hace pocos años la psicología y la
tismo de Skinner, es errónea· correspo d · ªla nl Y to vía la aplica el conduc- psiquiatrÍa. Y lo más curioso de este fenómeno es que, sin ofrecer solu-
cida por Adrien (The «all or. none• pr~~ f f ::. del «todo o nada>, estable- ciones concretas para los problemas que enfoca o abarca, porque todo
~60/47~), Y según la cual un eleme~to exc~i:.bf e nerve, J. of Psychol., 1914, lo explica a posteriori, es hoy en día la mejor herramienta para la
mtens1dud, sea cual fuere la inten id d : ofrece respuestas de la misma
excitabilidad; los excitantes que sesen~ue~:a~xci~e P?r encima del umbral de alienación, puesto que en lugar de combatirla adecúa los individuos
vacan respuestas. La verdadera rela . . , por ebaJo de ese umbral no pro- para soportarla. Desde la úlcera péptica del ejecutivo hasta los éxitos
psíquico Y no con lo fisiológico, des~~:i estimulo-re8?~e~ta, en relación con lo escabrosos de la «vedette» de moda, desde la política del fascismo y del
como acontecimiento físico tal ase e!1 el analis1s, porque el estímulo
·t . , ' como es en si es una part l · t • comunimo y de la democracia liberal o no, hasta las fluctuaciones de
cs1 uacion», tal como se presenta al . ' e, Y a o ra es una
en las reacciones del animal y que orlganh1smo que responde, lo único decisivo los mercados, las guerras, todo sin excepción, incluidos los cuernos que
El • en os umanos se incorpo
~n duc t'ISJ?O reduce el comportamiento al autom . ra. a
la . .
conciencia. pone su mujer al pequeño burgués, todo tiene razón de ser y de acep-
rac1on experimental nervio-músculo a la ~tismo propio de la prepa- tación dentro del psicoanálisis. Esta teoría es ahora patrimonio colec-
15. A. Lalande, Vocabulaire tecnÍque e~~t~ aplica la l~y de· t:todo o nada>.
1
16. Vierteljahrsschrift fii.r Philosophie 14 18~iue de la philoso¡.hie, Paris, 1962. tivo, pues sus conceptos se han divulgado tanto, aunque muy def9r'."
V. Benussi, Gesetze der inadii u.a' t ' ·
mados muchas veces, que, sin saberlo, gran parte de la gente piensa
17· Psychologie,
samte 32, 1914. q n en Gestaltauffassung. Arch. für die ge- psicoanalíticamente y obra en consecuencia. Sti génesis está en los tra-
18. Wolfgang Koffka, Principies of Gestalt p lo . bajos 1 de un hombre, SIGMUND FREUD (1856-1939), que en su5 comien-
19. Kurt Goldstein Der Aufban d 0 . sycho g¡¡, Loe. cit.
20. David Katz z • p . es rganismus, Haag, 1934. zos científicos estuvo alejado de los verdaderos y propios centros de
;zig. 1920. • ur sychologie des Amputierten und aeiner Prothese, Leip- _investigación psicológica. Freud proviene de la medicina, y como neu-
~~· Robert 1:agnus, Ki:irperstellung, BerlÍn, 1924• rólogo realiza algunos trabajos sin mayor brillo sobre la ánatomía del
23. ii1ul Gu1l!aum~, La Psychologie de Za Forme París 1937 sistema nervioso en general, sobre la médula espinal, sobre los efectos
u:
Paris 1941
M:t!¡~wl~~_i;aªc~~~sth:Z1 of P,!raotnalit11, New Y¿rk, 1S35.
Ph • • eau-..-on y, La stTUcture du comport
de la cocaína en algunos trastornos como las afasias, la enuresis noc-
• •Y enomenologie de la perception, Paris, 1945. ement,
584 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 585

turna, las ·amnesias, etc. Su ingreso a la psicología lo realiza a través cedentes inmediatos y particulares en el desarrollo -del pensamiento
de la psiquiatría, con las ideas que le sugiere en 1893 el tratamiento freudiano, veamos las causas lejanas y generales que configuran la·
que realiza un amigo, por hipnosis, de un caso de histerismo. Freud actitud psicoanalítica, así como el contexto ideológico dentro del cual
fue . alumno del afamado fisiólogo vienés Brücke y del neuropatólogo actúan para desembocar en la concepción por un momento todopode·-
también austríaco Meynert; médico joven especializado en neurología, rosa del médico vienés.
parte becado a París en 1895, donde sigue los cursos de Charcot en la -- Cuando Freud inicia sus trabajos, en los últimos decenios del si-
Salpetriere, quien explica la etiología y las posibilidades de cura del glo XIX, el racionalismo sufre una crisis profunda; las filosofías espiri-
histerismo, y repite siempre a sus alumnos: «C'est toujours la chose tualistas y el relativismo científico habían creado una desconfianza ge-
génitale, toujours, toujours!» Freud acepta y sostiene la misma idea. De neral en la capacidad y poder de la razón humana; más aún, la psicología
regreso a Viena, colabora con el médico Joseph Breuer, y a lo largo había llegado a confundir razón e inteligencia, y se había· hecho de la
de la tarea conjunta, Freud ya renunciando gradualmente al tra!;amirnto conciencia un epifenónieno producto de las circunstancias, o de lo que
.jlipnótico del histerismo, gue propugnan tanto Charcot como la escuela hoy consideramos dialécticamente conciencia en sí, que, por ser poten-
de Nancy, que lo considera una forma general de sugestión, y con cial, carece de valor de decisión, de capacidad de transformación. El
Breuer desarrollan un nueyo· método a través de ~atsu:fil.<;, haciendo voluntarismo, con su corolario el activismo, abría las puertas de •las
«desahogar» al paciente por me<lio de la asociación libre, de la .i.niei:: decistones humanas y el pragmatismo encauzaba la .actividad con mi-
metación de lQ~fiQ..s, etc. De aquí, luego que se rompe su asociación ras a la estructuración de un hombre sin voluntad propia, tal como es
con Breuer, llega paso a paso a la forma de terapéutica prjm·ero. de el ideal de la Human engineering, con la cual ·la sociedad industrial
teoría psicológica después, gue llamará psicoanálisi§. daba los primeros pasos para impedir la formación de una conciencia
Tratando con Breuer una enferma de histerismo, descubr.e una vez individual y de clase. La situación, planteadá abiertamente en los Esta-
más la participación de componentes sexuales que se manifiestan evi- dos Unidos de Norteamérica, se revestía de otros matices en Europa y,
dentes con el hallazgo de un lazo afectivo pecaminoso en la paciente. sobre todo, en los imperios centrales, donde vivía, pensaba y trabajaba
En tanto que Breuer, llegados a este punto, se retira del problema, Freud. Las contradicciones eran tanto o más graves, pero reflejaban
pues sólo le interesa la práctica médica, Freud se percata de que está otro trasfondo ideológico; en efecto, no sólo ·se trataba de los avances
frente a un punto importante de la dinámica de los impulsos; de ello de la sociedad industrial, sino que los problemas sociales e intelectuales
deduce ideas sobre la estructura de los instintos y acerca de las raíces adquirían matices más acusados y revelaban una profundidad que Amé-
semiconscientes e inconscientes de la conducta, y le resulta «Claro» que rica desconocía. Se trataba en lo social, para el caso del Imperio austro-
también los síntomas corporales provienen de causas psíquicas. Las húngaro, de minorías que pugnaban por la independencia, como eran
experiencias frustradas, desagradables, embarazosas, son rápidamente los checos, y en cuyo seno, en Moravia, naciera Freud; y más todavía,
reprimidas; sin embargo, su recuerdo actúa («inconsciente») y lleva a de microminorías dentro de esas minorías, como los judíos, a cuya
un desarrollo equivocado de las conductas. En tanto que la psiquiatría 'i• ., colectividad pertenecía Freud. Además, el proletariado europeo había
de la época parte de los fenómenos de la vida espiritual consciente, desarrollado una conciencia de clase aguda y no se satisfacía con el
y en particular procura destacar las funciones de la inteligencia, Freud prÍl}cipio ..darwiniano de la «lucha por la existencia», soberano en los
recorre el camino inverso. CQn.s.isl!:ra gue lo importante para la dinámka Estados Unidos y propugnado por el pragmatismo, puesto que había
.de l9s conductas: intelectuales, afectivas. no son Jos actos intelectuales.. comprendido, con la revolución del 48 y la Commune, que su lucha no
§IDO las fuerzas oscuras y reprimidru¡ del inconsciente, que representl\- era de sobrevivencia, sino de conquista de la dígnidad humana. Por lo
ría. los impulsos primitivos de la es12ecif!, En verdad, todo esto ya hal.Jía demás, el liberalismo de viejo cuño estaba todavía fuerte y arrogante;
sido pensado; más aún, estructurado con una teoría del automatismo creía en la guerra como solución de los problemas y no podía concebir
por Pierre Janet. No obstante, Freud no respeta a sus predecesores y que ésa, su propia solución, engendraría al fascismo que lo liquidaría.
da un paso más adelante al considerar que la unión causal de los pro- Mientras que el pragmatismo se conformaba con que la gente tuviese.
cesos psíquicos estaría también en el inconsciente, provendría de estra- una..c.on.citm.cia....e.'ILSÍ, las filosofías.. jrracionalist.as_descubr.en..Jos ..peligi:os
tos lejanos del «YO». El sujeto no se percata de esas conexiones, que sociales de una conciencia~!!:t..~!, .~§.JQ... ~§d1.Q._g_qi:;;i~1Qu....d1dª-.Capacidad
corresponderían a la esfera inconsciente del «es»,2 cuyo concepto pro- . de transformar y actuar, y llegan a la conclusión exacta de~a
viene de Nietzsche y fue empleado por primera vez en psiquiatría en razón es el catalizªdor de_~nci~ot.~.ns~o!!u:e.Y.Oluci.o.naria....
una monografía de G. Groddek.ª Pero antes de continuar con los ante- Con otros términos, SP. llega a la conclusión de que por sobre todo es en
586 ALBERTO L. MERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 587

l~ r~zón doi:de radica el verdadero interés de la cuestión, en la cantidad sin poder emplear la razón, pierde la conciencia, que por antonomasia
diaria ~e alimento, como decían los antiguos, que se sirve al intelecto lo hace humano. Entonces se aliena como persona, se destruye como
Y ~ue e~te cuen~, calcula Y distribuye. La razón, y en ello radica su clase, se lo fragmenta, se lo dirige, condiciona para que acepte como hu-
pehgros_1dad s~cia:, no es causa de las cosas, de las que se ocupa el manas condiciones que no lo son; y, lo que es más importante para
pensam1_ent~ cientifico; ~o nos dice qué es la cosa y por qué es, pero el poder, pierde potencia. El irracionalismo se convierte de este modo
da conciencia de en que medida esa cosa existe para nosotros y por 1 s' a s' ol' ic la acción en teoría rá tica d
nosotro~. La causa es lo que precede en el tiempo y condiciona de ma- ~ En tanto se mina la conciencia atacando la razón, se consolida
:iera mas o menos necesaria; la razón es lo que justifica a la vez que el poder, porque «la debilidad del poder supremo es la calamidad má_s
ilust~a. De este modo, en las relaciones de medios de producción y de horrible de los pueblos». 4 Siendo el poder independiente de los sujetos
~rop1ed_ad de los mismos reside la causa de la existencia de la sociedad sometidos a su acción, se debe establecer en virtud de principios que
mdustri~l, :i-: ~us consecuencias, la experiencia y reflexión de las mismas constituyan modos de existencia de la gente, que determinen su exis-
por los mdiv1duos, contiene la razón que la impugna y combate. Es el tencia, y estos principios ya fueron ofrecidos, como vimos, por la psi-
paso ?°r el cual los individuos adquieren conciencia social: saben que cología conductista. De este modo se produce un desdoblamiento del
constituyen la sociedad y conocen de su fuerza. Combatir Ja razón se que la pérdida de conciencia es el efecto y la destrucción de la razón
vuelve,_ de es!a manera, motiyo esencial de la tarea de alienación. Es la causa, y cuya consecuencia práctica es la alienación, que se opera
el cammo mas . general Y directo para la distorsión de las relaciones tanto en el dominio ideológico como en el plano económico, que es el
hwnan~s Y sociales. Primero se comienza por justificar un acto por
de la vida real.
~ran numero de razones, lo cual haee que se pase en silencio al mo- Freud, como casi todos sus contemporáneos, hace suya esta ideo-
tiv~ fundam:ntal Y que, por supuesto, la causa quede enmascarada en logía, la vive y la refleja sin saberlo, como atestigua la lectura atenta
el, Juego polivalente de un número infinito de causas. Así cuando el 5
de sus obras, en especial de Totem y Tabú y de su autobiografía. Ade-
nwne~o. ~e causas posible impide identificar la causa y qu~da flotando más, está presente otro factor que es metodológico y a la vez personal:
l~ pos1~1li~a~ .de causas no conocidas, se deja constancia del fenómeno las raíces culturales judías del padre del psicoanálisis. No se trata de
sm abrir JU1c10, tal como hace la estadística. En cierta manera es lo una interpretación de teorías en base de razones racistas, como pre-
~ue Kant ll~mó «razón pura», o sea lo que está en el pensamie~to con tendiera el nazismo y un discípulo de Freud, Jung; no es cuestión de
mdependenc1a de la experiencia o simplemente de la razón. un mítico ·cespíritu> hebraico, germano o de cualquier laya lo que nos
Desde el punto de vista del valor del conocimiento se concluye de ocupa, sino la influencia directa y que hemos probado de la teología
esta manera que la razón hwnana es incapaz de conocer la realidad del Talmud en el psicoanálisis.e Tanto es así, que la verdadera origi-
por~ue las leyes del pensamiento racional no son las leyes de las cosas' nalidad, innovación de Freud, consiste en haber introducido en su sis-
la formula de~ racionalismo más absoluto, que fuera dada po~ Hegel:' tema psicológico la dialéctica del pilpul, que es llave maestra para la
clo que es rac10~al es real y lo que es real es racional», queda descar- interpretación del Talmud, y consiste en plantear, en forma alterna-
tada. La pluralidad de causas desconocidas impide la racionalización tiva, un problema insoluble. Sin duda, cualquiera tiende en estos casos
de ~os hechos ,Y niega, el valor de la razón o la racionalidad del real. a hacer como Alejandro ante el nudo gordiano: cortarlo de un tajo,
Se mst~ura .asi l~ teor1a, o más bien la actitud intelectual que denomi- lo cual es una manera de resolver.el problema negándolo. La inteligen-
namos irrac1onahsmo. Es una actitud cómoda; permite retroceder ante cia judía, nutrida del Talmud, tiene el defecto inverso: «No son las
los prob~emas, ~ceptar cualquier explicación y, sobre todo, aplicarla r.esruJgstas lo gue _m_e ir1J~r~sa__::-se dice en el Talmud-; las J;OPºZco
porque s1 lo racional no es real, y lo que es real no podemos conocerlo todas. Lo que quiero saber es ~-cnij_p..J:.~1:1.!.!!~.. !::9.;'!~.2!?-de determinada
como ~l, el conocimiento resulta completamente aleatorio, producto respu~sta.) De este modo, ese juego dialéctico del pilpul, capaz de
de las circunstancias que se elijan. Es la crealidad> de la utilidad para cortar un cabello en ocho, que la mayoría de las veces pierde contacto
James Y Dewey, la «realidad> de la economía en la ciencia de Mach con la realidad, concede más importancia a la manera de plantear el
~a ~real~dad~ de . la resolución de dificultades contingentes para ei problema y a la de resolverlo que a la solución en sí misma. Se trata
~mto-mtehgenc1a de Bergson, la crealidad> del automatismo es- de una inteligencia que cabalga sobre los lomos de dos caballos, la inte-
timulo-respuesta para Watson, y será la crealidad» del inconsciente ligencia especulativa y la práctica, y puede pasar de uno al otro, de lo
para Freud. Semejante cúmulo de negaciones destruye la razón o me- ideal a lo real y de lo real a lo ideal, sin considerar a lo real como ideal
jor dicho, es lo que en fin de cuentas la niega. Y si el hombr~ ~ueda ni lo ideal real, según la fórmula racionalista de Hegel. Por supuesto.
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICO~OGÍA 589
588 ALBERTO L. MERANI

este pilpul desemboca siempre en el irracionalismo. Freud es un escri- ·eran, respectivamente, JEAN MARTIN CHARCOT (1825-1893) e liIPPOLYTE
MARIE BERNHEIM (1844-1919). La enfermedad mental a la orden del día
tor nato Y sabe manejar sin esfuerzo aparente este delicado y. sutil ins-
trumento, como atestigua a cada paso el planteamiento de sus casos y es la histeria, mal que se manifiesta por trastornos muy diversos: con-
las soluciones que les imagina, Además, está otro factor que señalamos: vulsiones, contracturas, parálisis, etc., presentando un carácter com-
la ~c;ología del Talmud. Como toda teología que se vale de la interpre- pletamente partic_ular, pursto que no parece estar acompañada de nin-
tac1on de documentos, de testimonios, etc., es positiva, y trata de Dios, guna lesión orgánica. Se comprueba, por ejemplo, que la parálisis his-
de sus atributos, de sus relaciones con el mundo, a través de los hom- térica no está determinada por ninguna lesión de los centros motores,
bres, de donde deriva una antropología que demuestra la existeneia de lo que kae como consecuencia que se la descarte de los trastornos neu-
Dios Y de su sabiduría por el orden y el desorden que reinan en el uni- rológicos. Cuando los centros motores están atacados aparece siempre
verso de los humanos. Freud, que tal vez con Voltaire sea uno de los una modificación de los reflejos: la excitación de la planta de los pies
pensadores que menos sarcasmos ahorró a esa «ilusión» que es la reli- determina una extensión refleja del hallux, mientras que en el individuo
gión, que profesa por momentos un ateísmo Íngenuo, hace, sin embar- normal -y en el histérico- hay flexión. Este descubrimiento fue de-
go, del psicoanálisis una teología negativa o apofática esto es el cono- bido a Babinski, neurólogo que un poco a la ligera y dogmáticamente
. .
c1m1ento negativo de Dios, que piensa a Dios coµio 'algo determinado
' concluyó que los histéricos eran simuladores. Charcot, cuyas Lecciones
que pasa al lado de lo que es el Ser por esencia. En efecto, la antro- sobre las enfermedades del sistema nervioso, dictadas en 1873, le habían
pología freudiana calca y repite a la del Talmud,7 y expresa la natura- dado grandísima fama, atribuía los trastornos histéricos a un proceso
leza de Dios, que es la naturaleza de este hombre, no por afirmaciones de autosugestión, o sea que se trataba de manifestaciones de origen
sino por negaciones que tienen por finalidad subrayar la insuficienci~ psicógeno, como decimos ahora. De la misma manera que la risa y el
de los conceptos que aplicamos al hombre, verbigracia, a DiQ.s. El hom- bostezo son «contagiosos)) para una persona normal, qµe los imita a
bre no es bueno, poderoso ni justo, es un «perverso polimorfo» ... pala- regañadientes, dejándose «Sugestionar», algunos síntomas histéricos ten-
bras que evocan cualidades observadas en las criaturas y principalmente drían por origen ideas inconscientes que se encarnan en manifestacio-
en los hombres, por lo que resultan esencialmente imperfectos. Ahora nes mórbidas. Esta hipótesis, compartida por Bernheim, quien llegara
bi~n, si el hombre, si ,la razón humana son perfectos, existen por sí a ella simultáneamente con Charcot, despertó en ambos la idea de
mismos en esa perfeccion y con ello queda demostrado para la teología recurrir al similía similibus curantur,. de que los iguales se curan por
positiva la existencia de Dios, o para la ciencia y la filosofía la auto- los iguales, y, en considerándolos efectos de la sugestión, procuraron
nomía Y la libertad humanas. En una palabra, se sacraliza a la razón. curar los fenómenos histéricos por sugestión. Charcot y Bernheim pro-
Esto es, en último análisis, lo que hace la psicología de fines del si- cedían a hipnotizar a sus pacientes, o sea a sumirlos en un sueño por
glo XIX, la que Freud tiene a su disposición la que utiliza la que .1.
sugestión, tal como se definía a ésta en la época. El enfermo era invi-
desarrolló los conceptos que él aplica. Y preci~mente aquí está la ori- tado a relajarse, a no pensar en nada, a concentrar su vista en un punto
ginalidad freudiana. Sabemos que no son suyas las nociones de incons- del horizonte y a dormirse a una orden repetida o a un contacto pre-
ciente, de subconsciente, de libido, del «Es», etc.; cuando afirma que no viamente sugerido. Como el histérico es fácilmente hipnotizable, y bajo
son los actos intelectuales, sino las fuerzas inconscientes de la persona, hipnosis se presta a muchas sugestiones, podía, por consiguiente y de
que representan impulsos primitivos, las que determtnan las conductas alguna manera, curar completa o temporariamente, sobre todo por per-
en verdad todo eso había sido pensado, pero de manera positiva. ~ suasión si la autoridad del médico: renombre, figura, actitudes, pala-
que Freud hace es recorrer el camino inverso, y, desacralizando la bras, es bastante poderosa para él. Sobre todo Charcot, cuyas lecciones
conciencia, termina por sacralizar el inconsciente, con lo cual un sis- casi teatrales eran ilustradas con espectaculares procederes hipnóticos,
tema improbable sigue a otro poco probable. atrayendó mucho público lego, obtenía resultados singulares, pero a ·
menudo poco durables. Los histéricos que acudían al servicio, especial-
2. Las fuentes directas del freudismo. - Es fundamentalmente en mente mujeres; terminaban muchas veces por convertirse en seres mi-
los trabajos de la psiquiatría francesa que se debe buscar la fuente di- serables que arrastraban una vida deplorable y desesperada en las salas
recta principal del psicoanálisis. Hacia fines del siglo xrx, dos escue- de la Salpetriere. Esta situación llevó a reñidas y hasta ruidosas dispu-
las se disputaban el terreno de la psiquiatría en Francia, y una enfer- tas entre las dos escuelas; en tanto que Charcot insistía cada vez más
medad entonces en boga era la pedana sobre la que competían. Las sobre el carácter curativo de la hipnosis como único tratamiento espe-
escuelas son la de la Salpetriere, en París, y la de Nancy, y cuyos jefes cífico, Berheim y su escuela se apartaban un tanto de la misma e insis-
590 ALBERTO L. MERAN! mSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 591

tía;i e1! la especificidad de la sugestión y la autosugestión sin hipnosis. espontáneamente de beber: la hidrofobia que duraba desde muchos me-
Mas aun, con la concepción de Charcot, el histerismo asumía el carác- ses había desaparecido. Breuer no esperaba el fenómeno y quedó sor-
ter de enferme~ad con contornos bien precisos, que aparecía en el te- prendido: la enferma había curado de uno de sus más graves Y tenaces
r:eno de una constitución neuropatológica predispuesta por la heren- síntomas apenas aflorado a la conciencia el episodio que fuera la causa
cia, la cual ~º. concordaba bien con la variabilidad de los fenómenos y primera. Aprovechando el descubrimiento, Breuer aplicó el principio
con las ~co~diciones excepcionales de su aparición y desaparición. Si en a otros síntomas, y logró hacer desaparecer la sordera, la disartria, va-
la ~alpetriere se ~~ageraba por un lado, en Nancy se exageró en el rias parálisis y paresis, neuralgias, etc. «Cada síntoma histérico -escri-
sentido opues,to; criticaban con gran pasión las rígidas teorías de Char- bió- desaparecía inmediatamente, sin volver a retornar, cuando se
cot, Y concl':1ian en la. fuerza sugestiva de las ideas o representaciones, lograba despertar con plena claridad el recuerdo de la causa que lo
dando .ampht~,d e~ces~va al concepto de sugestión, en el que incluían había determinado y al mismo tiempo evocar también el estado afec-
cualquier acc~o~ e3ercida por el hombre sobre el hombre, por ejemplo tivo con él concomitante, con tal que el enfermo expusie:i;a el aconte-
tanto al que u;i1ta como. al que se deja convencer por la fuerza de un cimiento de la manera más completa posible y expresara con palabras
argumento ser~an su~:stionados, al igual de aquel que sufre una ver- el estado afectivo.» La hipnosis, en la práctica médica de Breuer, sólo
dadera !, propia presion de una autoridad moral. Tal era el estado de era un medio apto para facilitar las reevocaciones que quitan a los mo-
la cues~10n en 1885, cuando Sigmund Freud llega a París para seguir tivos del síntoma su fuerza turbadora. Por ese sentido de liberación o
~as lecciones de Charcot por un bienio; pero también conoce la escuela de purificación que el enfermo sentía, logrado el desahogo, el trastorno
e Nancy, donde fuera una vez acompañando una enferma que bus..; desaparece, y, tal vez recordando la doctrina aristotélica de la «Catar-
caba con fe las curas sugestivas de Bemheim. La estadía parisiense sis»,9 Breuer dio a su método psicoterapéutico el nombre de método ca-
de .Freud co~cide también con el momento cuando en torno de la his- tártico.
teria se comienza a sospechar que falta toda determinación exacta de De regreso a Viena, Freud se relaciona con Breuer, quien le expone
la enfi;rmedad, Y sobre todo investigaciones etiológicas: dado, y no los fenómenos que observara en histéricos y el éxito del método catár-
concedido, que el mecanismo de la sugestión baste para aclarar el tico. De la colaboración de ambos médicos salió en 1893 un trabajo
modo de producción de los síntomas histéricos, quedan siempre oscuras que llamó la atención por la novedad de los hechos y por la riqueza
las causas que los produjeron.
de las perspectivas: una breve nota titulada Deber den psychischen
, ~ retrocediendo un poco en el tiempo, y yendo a Viena, un joven Mechanismus hysterischer Phiínoniene. Dos años más tarde publica-
medico, Joseph Breuer, tuvo que tratar una enferma, la señorita Ana o., ban, también en colaboración, un volumen titulado Studien iiber Hys-
que presen~aba muchos y graves síntomas histéricos: . parálisis motri- terie (1896), que de Freud contiene un amplio estudio Zur Psycho-
ces, altera:iones de la sensibilidad visiva y auditiva, fobias, entre éstas therapie der Hysterie. Los conceptos fundamentales contenidos en estos
rep~gnancia por ~1 agua que le impedía beber, alteraciones de la me- escritos representan tanto los gérmenes como el principio del desarro-
~cria, desdobl~m1ento de la conciencia, y, siendo alemana no lograba llo de las doctrinas psicoanalíticas, aunque en algunos puntos luego
ablar otra lengua que el inglés. Breuer, de acuerdo con Íos recientes fueran modificados por Freud. Los autores concluyen declarando que
progr.esos de la psiquiatría francesa, procuró hipnotizar la enferma y no pueden explicar la naturaleza íntima del histerismo, sino única-
repetirle las. palabras primeras que había murmurado, con la esperanza mente, como expresa el título del primer escrito, el mecanismo de pro-
de dar cammo a alguna confestón. En efecto, la paciente adormecida ducción de los fenómenos histéricos. El resio, el trabajo de desenvol-
comenzó un relato inesperado. «Eran -escribió Breuer~ fantasías d; vimiento que después vendrá, constituye la obra personal de Sigmund
una. profun~a tristeza, aunque a menudo de cierta belleza, podríamos Freud, que, entretejiendo estas ideas sobre el cañamazo de las fuentes
decir ensuenos, que tenían por tema una jovencita a la cabecera de su indirectas que vimos al comienzo, concluirá siendo la teoría psico-
padre, enfermo. Después de haber expresado cierto número de estas analítica.
fan;a~ias, se e:icontraba liberada y volvía a una vida normal.» s Dado
e~ ex,it~ obte~ido, Breu:r contínuó las sesiones, y una tarde, ~n estado 3. El inconsciente. - De acuerdo con la definición dada por Freud,
hipnotico, la JOve~ canto ~ue, algún tiempo antes, encontrándose en el el psicoanálisis es: 1) un método de investigación de la actividad psí-
cuarto de una az;uga, ~ab1a visto a un :perrito muy feo que bebía agua quica «inconsciente»; 2) un método de cura de algunas enfermedades
.de un v_aso: ha~1a sentido a~;o, pero se había contenido para no parecer mentales; 3) un cuerpo de doctrinas y de hipótesis sobre la vida psí-
descortes. Termmada la ses1on y despierta de la hipnosis, la joven pidió quica humana que tienden a constituir una nueva disciplina científica.
592 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 593

Comencemos, pues, por considerar el psicoanálisis desde el primer carnos nuestras acciones suponiendo motivos racionales, imaginando
punto de vista. La afirmación de que hay una vida. psíquica incons- una lógica coherencia interior, una escrupulosa observación de normas
ciente es hoy tan popular que por ser patrimonio de todos no requiere éticas o de exigencias sociales, la verdad, afirma Freud, es que en rea-
mayores comentarios. Pero sería erróneo creer que el psicoanálisis es lidad hemos actuado por la presión de oscuros intereses personales. Es
la primera doctrina que habló de inconsciente. Toda ·una larga línea una especie de «mentira a nosotros mismos>: una mentira de la que
de filósofos y de científicos, comenzando por Schopenhauer y Hart- no nos damos cuenta porque, en efeqto, queda inconsciente el motivo
mann y terminando con que la idea de una vida psíquica inconsciente de la acción, queda también inconsciente el proceso psíquico de la sus-
está, tácita o explícitamente, contenida en la ·orientación científica de titución de un motivo racional por el instinto, y sobre el nivel de la
los que fundaron y desarrollaron la psicología experimental~ de Fech- conciencia afloran sólo -los resultados terminales de complicados pro-
ner a Lotze, de Helmholtz a Wundt. Además, todos los que procuraron cesos psíquicos que en todas sus fases preparatorias y en gran parte de
profundizar el dinamismo de los sentimientos, de Ribot a Baldwin, de su decurso quedaron en la sombra del inconsciente. Y no se puede
Morton Prince a 'Pierre Janet, no se apartaron de la necesidad de unir decir que estos movimientos sean maquinales y debidos a procesos
continuamente los fenómenos de la conciencia con otros fenómenos que, puramente fisiológicos: muchos revelan una compensación de la situa~
aunque revistiendo los mismos c.aracteres de las funciones psíquicas, ción externa, una elección de las reacciones más adaptadas, un crite-
quedan fuera del campo de la conciencia subjetiva. De modo que el rio regulador de la forma, de la velocidad, de la dirección de los
concepto de «vida psíquica inconsciente» ya estaba maduro en la psi- movimientos, una sagaz conservación del equilibrio. Todas estas acti-
cología cuando nació el psicoanálisis. Pero debe reconocerse que Freud vidades directoras, reguladoras, compensadoras, son, afirma Freud, ac-
es el primero que intenta una exploración sistemática del mismo. Mas, tividades psíquicas: implican representaciones, sentimientos, direcciones ·
¿qué es el inconsciente? Una definición general no es fácil, y la ma- hacia fines, resoluciones; y, sin embargo, en su casi totalidad son extra-
yoría de los autores se contentan con designaciones negativas, como ñas a la conciencia. Ahora bien, una gran parte de nuestros hábitos los
por lo demás corresponde a la estructura de la palabra que lo designa, contraemos en la primera infancia, en la edad de la que no conserva-
y siempre, si no agrega ejemplos, de esas definiciones no sale nada en mos ningún recuerdo. Después, como adultos, nos encontramos que
claro. Freud mismo no escapa a. esta ambigüedad y considera incons- actuamos de determinada manera bajo la presión de aquellos antiguos
ciente tod.o aquello que no es consciente porque de alguna manera está hábitos, incapaces de explicarnos sus razones, y siempre inducidos a
agarte, rechazado del campo de la conciencia, excluido aquello que no imaginamos alguna razón cuando la conciencia no nos socorre. De esta
llega a la conciencia por defecto de atención o a consecuencia de· una manera se forja, en base de ese proceso, lo que es corriente denominar
obstrucción del campo de la conciencia, y que en tal caso llama pre- carácter personal.
consciente. «Existen -nos dice- dos variedades de inconsciente: los Más todavía, a esto no se limita el inconsciente. Pensemos en la
hechos psíquicos latentes, pero susceptibles de volverse conscientes, y memoria. Es algo de nuestra vida psíquica que escapa, por ahora, a
los hechos psíquicos reprimidos que, como tales y líb.rados a sí mismos, cualquier esfuerzo de explicación, y que representa la conservación de
son incapaces de llegar a la conciencia ... Los hechos psíquicos laten- los recuerdos en estado latente. ¿Dónde está, por ejemplo, esa enorme
tes... son hechos preconscientes, y reservamos el nombre de incons- masa de recuerdos que constituyen lo que llamamos con una sola pa-
cientes para los hechos psíquicos reprimidos.> 10 Dicho con otras pala- labra «la cultura», el «saben de cada uno? ¿Dónde está cuando no
bras y como ilustración, Freud, que cita el caso de Bernheim, que en pensamos, no la tenemos presente en la conciencia? Freud afirma que
hipnosis daba al sujeto la ·orden de abrir, después de despierto, el está almacenada en el inconsciente y que si su totalidad no aflora a la
paraguas en el aula, delante de los estudiantes, concluye: «Es en si- conciencia, si una inmensidad de recuerdos están «olvidados», no es por-
tuaciones de este género que pensamos cuando hablamos de procederes que se haya perdido cualquier «huella» de los mismos, sino más bien
psíquicos inconscientes.» En suma, se trataría de «ilusiones de la intros- porque no sirven para las circunstancias actuales o porque algún obs-
pección» que, fuera de la sugestión poshipnótica, llenan todos los actos táculo les impide el retorno. Freud ~ostiene que, habiendo logrado .re-
de nuestra vida. ¿Quién podría explicar todos sus actos? Instintos, mover esos obstáculos, hizo resurgir a la conciencia recuerdos de la
necesidades inadvertidas, egoísmo secreto, celos desconocidos, antip.'itías primera infancia: de una época a partir de la cual hasta ahora todos
inconfesadas, determinan, según Freud, muy a menudo nuestras con- los elementos químicos constituyentes de las células .cerebrales, que
ductas, más que los propó'sitos meditados y los criterios intencionados; deberían soportar las huellas de las impresiones recibidas, se han cam-
y aunque en la vida cotidiana nos vemos a menudo obligados a expli- biado y recambiado quién sabe cuántas veces. Cómo y dónde conser-
594 ALBERTO L. MERANI
lilSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 595
vamos los recuerdos no podemos decirlo; lo cierto es que los conser-
v~mos fue:a del, campo de la conciencia, por consiguiente, en el incons- pre presente en el espíritu más las consideraciones de las funciones
ciente,, Y de all~ salen hacia la conciencia cuando están llamados por que las consideraciones de los órganos.» A esta tendencia, cambiando
un estimulo actual Y cuando nada obstaculiza la revisvicencia De esto .cfunciones fisiológicas» por cfunciones psíquicas», se une el psicoaná-
Y ~e .lo ante~ dicho resulta que el antecedente causal de un ~cho psí- lisis, pues Freud sostiene que el antecedente causal de un hecho psí-
quico consciente es muy a menudo un hecho psíquico inconsciente quico consciente debe ser buscado en un hecho psíquico inconsciente,
Esta t~sis constituye una de las columnas del psicoanálisis r debe se; negando que la causa directa de los fenómenos mentales se deba bus-
entendida ~n.to en su significado positivo como en el negativo. Positi- car en un hecho somático, y orienta, por consiguiente, la investigación
vamente s1gmfica que en cualquier investigación psicológica no pode- causal hacia una dirección puramente psicológica,· con lo cual entra en
mos contentarnos con describir los fenómenos de conciencia como se las redes del espirituálismo, del que Janet se cuidaba de caer.
presentan a la introspección simple y superficial. De esto resulta que ¿Cuáles son, finalmente, las relaciones entre la conciencia y el
para F:eud, n:uestra vida psíquica está regida por un determinismo mu~ inconsciente? Freud comienza por recordar que cada uno de nosotros,
cho mas estricto de lo que a menudo se cree. Cantidad de nuestros cuando emplea el pronombre «YO» en las expresiones comunes: yo
actos que cree~os «~o~untarios», explica el psicoanálisis, 0 sea inspi- pienso, yo hablo, yo camino, etc., entiende referirse a aquella parte del
r~dos por motivos log1cos, sugeridos por ciertas consideraciones por propio ser psíquico que está investida por la conciencia: «YO» y con-
c1er~s apreciacion~s, ~or la búsqueda de ciertos fines, son, por ~1' con- .ciencia se identifican; «YO camino» significa, en el acto que pronuncio
trario, efectos de. ,instmtos, de necesidades, de impulsos inconscientes. la frase, «YO sé que camino». Cada uno unifica, pues, en un sujeto
El ca~po de. acc10~ de la voluntad, en el sentido de la determinación todas las actividades psíquicas que forman el contenido de la propia
co!18c1ent: e. mtenc1onal de los actos, aparece, para Freud, muchísimo conciencia, considerándolas como otras tantas manifestaciones del «YO».
mas restrmg1do de lo que es corriente reconocer; dicho con toda fran- Ahora bien, la actividad psíquica inconsciente manifiesta en sus efectos
queza, en el psicoanálisis no queda ningún puesto para Za libertad en caracteres análogos a las actividades del «YO»: comprensión, dirección
n~est~a conducta. ¡Nada escapa a las mallas de un riguroso determi- hacia un fin, pero al mismo. tiempo el individuo en que se desarrollan
msmo. La llamada libertad del «querer» sería una ilusión que nacería no tiene conciencia de ellas y no puede, por esto, emplear para las
del hecho de que las causas determinantes de nuestras acciones esca- mismas el pronombre «yo». El individuo, que en la sugestio poshipnó-
p~n a la conciencia. Esta tesis, por lo demás, no es nueva· en forma tica se siente irresistiblemente llevado a actuar de un modo dado, sin
d1v~rsa, el materialismo ingenuo del siglo XIX había tamblén negado tener conciencia de los motivos de su acto, está como presionado por
la libertad del querer reduciéndola a una pura ilusión. otro, por una fuerza que actúa en él pero que no es el «YO». La apa-
En cuanto al significado negativo de la tesis antes enunciada tiene· riencia es que Somos dos personalidades, la consciente y la incons-
gran importancia práctica. En oposición a cualquier consideració~ ma- ciente; y si la primera expresa sus propios actos por medio del pro-
terialista Y organicista de las enfermedades mentales, para la cual nombre «YO», para expresar los actos de la segunda debemos emplear
aquellas que no revelan trastornos anatómicos o funcionales nerviosos un pronombre impersonal o alusivo a persona distinta del «YO». El cas-
deben, de alguna manera tenerlos, puesto que si no aparecen es por- tellano, en las frases impersonales, no emplea ningún pronombre: se
que aun no ,sab.emos .observarlos, Freud admite la posibilidad de enfer- dice «llueve», «hace calor», etc. En· alemán se usa en vez un pronom-
medad:s psiqu~c~ sm alteraciones orgánicas, o sea la existencia de bre' neutro: «Es regneb, «Es ist Warm». Cuando Uh instinto .de celo-
mecamsmos ps1qwcos por lo menos parcialmente autónomos con res- tipia, del que no tengo conciencia, me arrastra a realizar una acción
pecto al terreno somático. La mayoría de los neurólogos han elegido inconveniente, no puedo decir, según Freud, «lo cometí», sino más bien
h~sta nuestros días, el primer camino. Esta concepción es propia d~ que «fue cometida» por el inconsciente que está en mí. El pronombre
Pie:re Janet, q:1e en su obra ~apita!, de 1889, L'Automatisme Psychc- alemán Es fue, pues, introducido por el psicoanálisis para indicar
logique, denomma a las neurosis cenfermedades psicológicas»; más tar- el principio o la fuerza de la que dimanan todas las· actividades psíqui-
de: e~ _1910, para evitar •la acusación de introducir en la medicina los cas incO'ltScientes.
prm~ip10s de una metafISica espiritualista, corrigió por cenfermedades De la naturaleza y significado del inconsciente freudiano resulta
func~onales», Y escribió.: «Estamos demasiado hipnotizados, desde hace que por lo menos gran parte de las actividades psíquicas inconscientes
un siglo, por la anatom1a patológica, y pensamos demasiado anatómica- están constituidas por experiencias infantiles, que permanecen como
mente. En medicina se requiere pensar fisfológicamente y tener s~em- disposiciones latentes y determinan nuestra conducta resistiendo a cual-
quier tentativa de ser reevocadas y de convertirse en conscientes. Emo-
596 ALBERTO L. MERANI
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 597

ciones vivas sufridas en los primerísimos años pueden constituir una suspende la satisfacción del deseo y, por consiguiente, le resiste como a
«cicatriz> en nuestra vida mental, sin que luego logremos darnos un obstáculo que impide, o por lo menos retarda, su realización. Si el
proc~so es desfavorable, se requiere reprimir el deseo, lo que puede
cuenta: deseos, impulsos, necesidades, instintos satisfechos mal o poco
• como fuerzas secretas y orientarían, según Freud, toda nues-'
que dar1an ser mtentado de dos maneras. El método más empleado consiste en
tra conducta sucesiva mientras escapan a cualquier posibilidad de re- desviar la atención sobre otro objeto; otro método mejor es elevar tan
víviscencia. Tanto es así, desde el punto de vista psicoanalítico, que en alto. el motivo inhibidor, que es desvaloriza el deseo y se le quita su
el caso de la formación de los hábitos y en el de los juicios y razo- cualidad perturbadora. Pero queda un .tercer camino nos dice Freud
1 • , '
namientos inconscientes, en la constitución de la percepción del mundo menos caro, mas tortuoso, que desemboca, en el mejor de los casos,
en un laberinto de turbios complejos afectivos y por lo común1 en una
exterior se debe siempre remontarse a la infancia. Por lo demás, afirma
situación morbosa. Rechazado directamente en eÍ inconsciente, el deseo
Freud, se encuentran muchísimos otros hechos (interpretación de los
no descarga su fuerza, sino que la aumenta· y procura siempre obtener
sueños, etiología de las neurosis) que llevan a las mismas conclusiones.
desahogo y satisfacción. No habiendo tenido un fluir normal busca
Generalizando, para el psicoanálisis, el incansciente está constituido
continuamente sustitutivos para la satisfacción que, por así de~irlo, lo
d~de la fase infantil de La edad evolutiva, y también admite que todo
c~lma, le da por lo menos un desahogo aparente y momentáneo por
Jo que es ahora inconsciente fue una vez consciente, pues constituyó
vias tortuosas y en forma indirecta. Este acto de arrojar el deseo en el
el contenido de una experiencia individual directamente sufrida y que
inconsciente, lanzándolo al olvido pero dejándole toda su fuerza pertur-
de inmediato, por motivos que el psicoanalista debe investigar, todos badora, es llamado por Freud Verdriingung, esto es, remoción.u Al
esos procesos se volvieron inconscientes. Ésta fue la tesis originaria de respecto, Freud escribe: cLa teoría de la remoción es el pilar sobre
Freud; pero con el correr del tiempo, a la idea del inconsciente indivi- que se apoya el edificio del psicoanálisis; es parte esencial, aunque sólo
dual, esto es, a los procesos constitutivos de la experiencia infantil del
rep~esente la expresión teórica de una experiencia que se puede repro-
individuo, le fue agregado un inconsciente más primitivo todavía, cons- ducir cuantas veces se quiere cuando se emprende el análisis de un
titucional, hereditario, común a todos los individuos. No se trata de neurótico sin acudir a la hipnosis.» 12 La remoción constituye, pues,
procesos que fueron parte de la conciencia durante la vida del indivi- una forma de «inhibición psíquica» que se encuentra en la vida co-
duo y que luego se volvieron inconscientes, sino de procesos origina- rriente y que se manifestaría tanto en lo que consideramos distracción
riamente inconscientes. Pero no olvidemos que desde sus primeros normal como en una cantidad de parálisis funcionales. Pierre Janet,
trabajos, Freud intlodujo una distinción importante y la mantuvo, con que ha?!ª estudiado el fenómeno mucho antes que Freud, llegó a la
algunas modificaciones, en todos los escritos sucesivos: la distinción conclus1on de que en los casos patológicos la situación se vuelve per.-
entre inconscíent,e y pre consciente .(Vorbewusst). Este punto no está manente Y. gei:era el fenóme~o que él denominó crestricción del campo
claro ni siquiera para los psicoanalistas más devotos; unos interpretan de l~. conciencia». 13 Mas ¿que puesto ocupa para el psicoanálisis la re-
a Freud diciendo que el inconsciente abarcaría todos los procesos psí- moc1on entre las formas de inhibición psíquica? A diferencia de la inhi-
quicos que jamás podrán ser llevados a la conciencia, mientras que el ?ici.óz: .voluntaria,. en la que el sujeto tiene conciencia del impulso
preconsciente abarcaría aquella región del «aparato psíquico~ que, a inh1b1do, del motivo que lo impele a reprimirlo y del esfuerzo mismo
pesar de ser inconsciente, puede también aflorar al nivel de la con- de represión, en la remoción todo es inconsciente: el proceso inhibidor
ciencia. De aquí que la distinción entre inconsciente y preconsciente entero se desarrolla sin que el sujeto cobre conciencia del mismo. En
sea: preconsciente son todos los procesos psíquicos de los que espontá- esto. reside, para el p.sicoanáli~is, la característica de la remoción y
nea y voluntariamente podemos ser conscientes; inconscientes son los explica las consecuencias patologicas que de la misma derivan. La re-
procesos que únicamente pueden ser reevocados con procedimientos · mo.ció~ significa: pues: 1) que existe un deseo potente, un instinto
especiales, como la hipnosis y el tratamiento analítico. Los primeros, e~erg1~? que quisiera ser satisfecho; 2) que un obstáculo impide la sa-
afirma Freud, son inconscientes desde un punto de vista descriptivo; t1sfacc1on: o sea que el deseo o el instinto entra en conflicto con alguna
los segundos, desde un punto de vista dinámico. í~erza a~ta?ónica que se opone a su satisfacción; 3) que por eso ha
sido repr1m1do aunque no desvalorizado, por lo que, altera la conducta
.4. La remoción. - Es corrientet observar en nosotros mismos que del sujeto y provoca los diversos síntomas patológicos con que se
nuestros deseos casi nunca están satisfechos de inmediato, y no sólo incorpora la enfermedad.
por obstáculos externos, sino también por obstáculos internos que pro- Frente a este problema se plantean dos preguntas: ¿cuáles son las
vienen de nuestra propia conciencia. Para Freud, este trabajo mental
599
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
598 ALBERTO L. MERA.NI

crea el concepto de ccomplejo> y hace de la sexualidad el eje de la


totalidad de las actividades humanas, que desprovista de sexo ~on la
ten~encias (instintos, deseos, sentimientos, impulsos) removidos?, y
¿cuál es la fuerza antagónica con que chocan y provocan la remoción?
libido se espiritualiza y mueve tanto al genio como al ~to~, la m~er­
Con la respuesta, el psicoanálisis comienza a dar algunas ideas en torno pretación de los sueños y de los actos fallidos; la .aplicac1on psic~­
de la estructura de la personalidad humana. A la primera pregunta se terápica del psicoanálisis con la ccura> de las ne~osIS; todo esto, mas
puede responder, simple y aproximadamente que son removidos los
la aplicación a los orígenes sociales de la humanida_d, todo es~o. Y mu-
sentimientos penosos, los estados de ánimo 'que se acompañan con cho más, lo pasamos por alto, pues constituyen mot1~os que :acim_i~n:e
dolor, los impulsos sensuales más bajos que chocan contra los hábitos se encuentran en cualquier obra que exponga o analice el ps1coanálisIS.
sociales, todo ese complejo de instintos que, para la afirmación co- Desde. el punto de vista histórico, nos corresponde sintetizar su meollo
rriente, aparecen indignos 1l.~ nuestra humanidad y contrarios a los heurístico interpretarlo y, sobre todo, establecer su ubicación dentro
valores espirituales más elevados. Es removido todo aquello de noso- del conte~to del saber psicológico, en la suposición de que el lector
tros que no quisiéramos ser, que si apareciera en nuestra conciencia nos
domina de alguna manera· la teoría considerada. ,
ofendería o turbaría. De este modo; Freud se inclina por una actitud La primera cuestión de historia que se plantea es: ¿por que. con-
pes~sta de la naturaleza humana y recalca que algo de bestial, de
ceptos que ya existían cobran fuerza inusitada con Freud Y se rmpo-
egoista, de sensual, se agita en el fondo de nuestra personalidad. El
nen como marco de antropología concreta del siglo xx? La pregunta
hombre, como cualquier animal, tendería instintivamente a satisfacer tiene dos respuestas, que son complementarias. Primero, esos c~nceptos
sus nece:idades naturales y a satisfacerlas con la obtención del mayor
que podemos rastrear en toda la psicología de la segunda mitad del
goce posible. Pero el medio impone restricciones (leyes normas mora-
siglo XIX, están en ella enmare<;ldos por otro contexto id~?lógico y, por
les, religiosas, etc.), y aquí está la respuesta a la segunda pregunta: la
supuesto, empleados desde el punto de vista de afirmacion d~ la con-
fuerza antagónica con que chocan los iiistintos y pasiones está consti-
ciencia de donde su valor heurístico y su significado lato es diametral-
tuida por el complejo de normas ético-sociales, de vínculos, de escrú-
mente' opuesto. Lo básico y esencial de Freu~ está, ~~ P~erre Janet,
pulos, de convenciones, de prejuicios, de ideales que están por encima
pero jamás hubiera podido transformarse en ps1coanahsis sm la~ :az~­
de nosotros Y nos presionan impidiendo el desahogo de nuestros ins-
nes que adelantamos al iniciar este capítulo; estaba dentro de hipote:IS
tinto animales. Freud ha designado esto con el término de tJber-Ich
o ~a Su?er-Yo, queriendo con este término indicar por un lado eÍ
racionalistas y la conciencia representaba el foco de convergencia.
Freud revoluciona negativamente: elimina la conciencia como fenómeno
caracter rmpersonal de esa fuerza inhibidora, y por el otro el hecho
y la con:vierte en epifenómeno que refleja la aparición del ~~ons­
de q?~ en gran parte escapa a la conciencia. De esta manera, y psico-
ciente en los actos de reflexión. El hombre pierde responsabilidad;
anahticamente, podemos decir que el Yo -nuestra personalidad cons-
aparece como producto de su capacidad de absorción de la~ c~~uns­
ciente-- está aherrojado por dos fuerzas opuestas y ambas inconscien-
tancias que lo rodean, y en esta capacidad, com~~etame~te ~divi~ual,
t~s: el E~ y el Super-y o, ;l fondo oscuro de los instintos y de· las pa-
finca todo su quehacer, su personalidad y su desuno. El .1rracionalismo
siones anrmales, y la t.1rama igualmente oscura de las fuerzas y de las
encuentra con Freud un camino práctico y fácil para introducirse en
normas sociales. El Yo, según Freud, sólo registra algunos momentos,
la vida cotidiana, y el <o:energetismo» que caracteriza a la teoría se
algunas fases y algunos resultados de esa lucha; es testimonio pasivo
adecúa muy bien al voluntarismo y al activismo de. la ideología prag-
de un choque dramático entre fuerzas cuyo origen y cuya potencia le
matista de comienzos de siglo. En esto hay sin duda algo de trágico:
son desconocidas. Con esto se afirma de nuevo y plenamente el rígido
el voluntarismo y el activismo evolucionaron políticamente hacia el fas-
determinismo de la doctrina psicoanalítica.
cismo y su corolario el nazismo, que proclamó la necesidad de una psi-
cología «aria» frente a la psicología «judía» de Freud, porq~e el.
5. Síntesis y conclusión. - Se requeriría todo un volumen para
cinconsciente ario», más antiguo, más primitivo y menos contaminado
desarrollar los diversos conceptos del psicoanálisis y sus aplicaciones.
de cosmopolitismo que el judío, debía ser interpretado con normas que
Hemos sintetizado los fundamentos de la doctrina, o, mejor dicho, aque-
destacaran, precisamente, la fuerza, la «energía> propia de una «raza su-
llo que se presta a menos impugnaciones, que constituye el marco
perior>. Esto, que sostuviera un discípulo disidente de Fr~u~: Jung,
14
del resto de las ideas, y que, naturalmente, en otro contexte fue-
señaló la proscripción del psicoanálisis por razones de «higiene men-
ron de elaboración anterior a las doctrinas freudianas. El resto la 'teoría
de los instintos, que supone una psicoenergética que transp~rta a la
tal:. del mundo dominado por el nacionalsocialismo. De este. modo,
Freud tuvo que dejar Austria dos veces: una por judío y refugiarse
psicología la teoría físico-química de la cenergética> de Ostwald, que
600 ALBERTO L. MERANl HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 601

en Inglaterra, donde murió, y otra por su doctrina 4:decadenteJ> y anti- diano, es radicalmente sustancialista: la vida inconsciente es parte de
aria; tanto es así que muchos psicoanalistas no judíos fueron a parar la extensión y desemboca, de esta manera, en un detenninismo abso-
a los campos de concentración por su psicología. luto que abre las puertas para el manejo instrumental del hombre. El
Estos tristes episodios políticos provocaron, al mismo tiempo, el pesimismo de Freud es también en gran parte responsable; responsa-
auge del psicoanálisis dentro de la ideología de nuestro tiem!JO. En ble del éxito que otorgó al psicoanálisis la sociedad industrial, y res-
efecto, la emigración de psicoanalistas centroeuropeos a los Estados ponsable también de su actual declinación. Si nos atenemos a este
Unidos de Norteamérica señala una nueva etapa en la historia de la análisis, es obvio preguntar cuál será el futuro del psicoanálisis. Al
doctrina. El conductismo ya se demostraba parcialmente incapaz para igual que la psicología ecléctica brilló y dominó un momento por el
los fines de la sociedad industrial; incluso el neoconductismo resultaba favor de la Restauración, a cuya política servía, el psicoanálisis tuvo
incapacitado para cubrir un amplio sector de la psicología de la alie- un cboom> porque participó del cboom> de la sociedad que lo adoptó
nación: la vida interior de los individuos. El condicionamiento no . como instrumento, y pasará definitivamente al panteón de la historia
bastaba para tomar ese reducto, y el usufructo del individuo tenía un cuando las estructuras estén al servicio del hombre y no ~l hombre al
límite que estaba representado· por la conciencia. Tomar por asalto servicio de las estructuras, como pedía el lema escrito en las paredes
ese baluarte, desmantelarlo con la propaganda, las relaciones públicas de la Sorbona por estudiantes durante la crevolución de mayo> en 1968.
y las comunicaciones, hacer que el hombre, además de conducirse como
apéndice, pensara como tal, que la conciencia crítica dejara de funcio- 6. Discípulos de Freud. - La historia particular del movimiento
nar, era un anhelo que en el psicoanálisis encontró su instrumento. La psicoanalítico es sumamente instructiva, pero escapa a los propósitos
sociedad industrial lo anexó para reforzar y perfeccionar la Human de esta obra bosquejarla. únicamente nos cabe ahora ocuparnos de
cngineering; lo divulgó, lo popularizó, lo transformó en necesidad y algunos discípulos de la primera hora, de aquellos que con su labor
organizó su consumo convenciendo a la mayoría de la ge~te de la o adhesión parcial o total al maestro completaron la doctrina. Se des-
verdad absoluta de sus hipótesis. El proceso de sugestión de masas, que taca en primer término un médico que se dedicó especialmente a la
Gabriel Tarde estudiara dentro del fenómeno de la imitación, se realizó práctica del tratamiento analítico y que dio impulso a estudios e inves-
en escala industrial. Los medios de comunicación fueron los encargados tigaciones en torno de la etiología y cura de las neurosis: KARL
de la tarea: la prensa, el cine, la radio, la televisión, la literatura y el ABRAHAM (1877-1925). El psicoanálisis le debe los primeros trabajos so-
arte se preñaron de psicoanálisis, y cada alienado, cada ejecutivo, cada bre la libido infantil, y las bases de la teoría del arte como sublimación
insignificante white-collar, se convenció de su credo y lo practicó. Se de la sexualidad por los estudios que hizo de la evolución sexual, del
encontró en el psicoanálisis un componente explosivo: la teoría de la pintor italiano Giovanni Segantini. ÜTTO RANK (1884-1939) fue uno de
sexualidad, y se hizo todo para fomentarla verbi apeTtis; se desembocó los primeros y más apasionados seguidores de Freud; se dedicó a las
en una competencia desenfrenada por los absurdos y hasta se elaboró aplicaciones del psicoanálisis en las ciencias históricas y sociales; sus
una psicología social en base del sexo y de sus represiones. Los centros estudios sobre el mito y el folklore, como El mito del nacimiento de Zos
o institutos de relaciones públicas pasaron a desempeñar en las uni- héroes y El motivo del incesto en la poesía y la leyenda, son obras de
versidades el papel que antaño desempeñaron los laboratorios de psico- divulgaCión de la doctrina y la metodología psicoanalítica. WILHELM
logía. El psicoanálisis, doctrina que describe un lado de la vida psí- STEKEL (1868-1940) no puede ser considerado con rigor un freudiano
quica, se transfonna así en. interpretación y explicación por excelencia ortodoxo, porque en algunos puntos de dóctrina y de práctica se separa
de toda la vida psíquica, en la psicología por excelencia; más aún, es del maestro, aunque está orientado en la totalidad de su pensamiento
una metapsicología: una filosofía y una praxis del existir. El arsenal con sentido estrictamente psicoanalítico. Debe ser citado como ejemplo
de la alienación está completo y los pueblos reciben su dosis de opio. de las exageraciones en que cayeron y caen a menudo los psicoanalis-
Sin duda, Freud, a pesar de su poderosa imaginación, no llegó a tas. En su libro Poesía y neurosis lleva la tesis erótica del arte a sus
sospechar estos resultados; no era ideológi~mente consciente de las consecuencias extremas: cEntre el neurótico y el poeta -sentencia-
influencias que sufría porque carecía de fonnación filosófica para inter- no hay diferencia esencial. No todo neurótico es un poeta, pero todo
pretarlas; tampoco es responsable consciente de esa funambulesca poeta es un neurótico.> En otro libro, Los sueños de los poetas, afir-
ciencia-ficción que será el psicoanálisis después de su muerte. No obs- ma que el delirio del neurótico es cun poema logrado>, o sea un poema
tante, tiene la responsabilidad directa de haber echado las bases sus- que logra vivir, realizar en fonna alucinadora, mientras que la obra
tancializando lo psíquico. Todo el psicoanálisis, freudiano o posfreu- del poeta es cuna neurosis frustrada>, o sea un delirio que el poeta sólo
602 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 603

logra imaginar en el irreal sin vivirlo. Para Stekel, todas las obras en la etnografía, en el conocimiento comparado de las religiones, etc. En
de arte son producto de instintos perversos: «son una parte de aquella la práctica terapéutica, Jung, que para diferenciarse más de Freud
fuerza que quiere· el mal y hace el bien>. Y más: cun mundo sin his- llama a la propia teoría «psicología analítica», en lugar de psicoaná-
teria sería un triste valle de miseria>; «la neurosis es la flor del árbol lisis introduce de manera sistemática el método de las asociaciones Y
de la civilización.» En el campo de la práctica psicoanalítica se dis- em;lea resultados de la psicología experimental. En cuanto a la tarea
tinguió el húngaro SANDOR FERENCZI (1873-1933), autor de numerosos del médico en la cura del enfermo, la enfoca desde otro punto de vista
trabajos a los que por años recurrieron los psicoanalistas prácticos. Una que Freud: mientras que para éste el médico sólo debe ayudar al
mentalidad completamente diversa es la del pastor evangélico y pe- enfermo en la búsqueda del csentido» de sus síntomas, para Jung debe
dagógico suizo ÜSKAR PFISTER (1871-1943), el primero que con un vo- indicar al enfermo los caminos para alcanzar una completa adaptación
lumen sobre Educación y psicoanálisis transporta la teoría de Freud a a la vida y para hacer progresar su libido hacia fases superiores de la
la pedagogía. Acepta los puntos fundamentales de la doctrina, pero, evolución. Freud apunta siempre al factor causal; Jung, hacia los fines,
animado de un profundo sentimiento religioso y convencido de la va- la meta a alcanzar.
lidez de los valores espirituales del cristianismo, rechaza la idea radi- En hablando de Jung y de sus discípulos en general, Freud escri-
cal de Freud sobre el origen de la moral y la religión, como también bió una vez: «Los antecedentes teológicos de muchos suizos han tenido,
los catastróficos presagios a que llegó el maestro en su obra El porvenir en su actitud con respecto al psicoanálisis, una parte tan grande como
de una ilusión. los antecedentes socialistas de Adler en el desarrollo de su psicología
De todos los discípulos directos de Freud, el que más renombre individual.» ,ALFRED ADLER (1871-1937) es, junto con Jung, el otro gran
alcanzó fue el suizo CARL GusTAV JUNG (1871-1961>, su colaborador disidente. freudiano. A su doctrina le dio el nombre de «psicología indi-
íntimo entre los años 1907 y 1913 y que gradualmente se fue alejando vidual com:mi~gll2· La orientación general de su pensamiento está
de las tesis del maestro hasta condenarlas en nombre de la «psicología daramente expresada en estas frases de su primera obra importante:
aria> del nacionalsocialismo. Sus puntos de vista sobre el psicoanálisis .(Cada aspecto, aunque sea ínfimo, de la vida psíquica, está penetrado
comprenden, además de ampliar el concepto de la libido, al que lleva por un dinamismo finalista. La psicología individual comparada ve en
a abarcar toda la vida preconsciente, la inserción del inconsciente en todo hecho psíquico la impronta, o incluso el símbolo, de un plano de
~] mJadri> completo de la pe~, Para Jung, el inconsciente deja de vida que presenta una orientación rigurosamente única, como aparece
ser un reservorio de mecanismos escondidos y se transforma en 1m -con nitidez particular en la psicología de las neurosis y psicosis.» 15
fér.til substrato _dLJª existencia consciente. El inconsciente junguiano, Para Adler, sin tener cuenta de la finalidad, es imposible comprender
además de abarcar por entero la persona, repercute sobre el desarrollo el sentido y la dirección de los fenómenos morbosos, y se pregunta,
de la humanidad, de manera que itncuentran m..P~J- acción y de pues, ¿a qué tiende la neurosis?, ¿qué fin pretende alcanzar el neuró-
reacción característicos de la especie, gue denomina arau.@íip~s. Los tico con su enfermedad psíquica? Apartándose de Freud, que busca
arquetipos representarían disposiciones que en determinadas situaciones en los instintos removidos la fuente del mal e insiste en la etiología
son aferrables bajo la forma de imágenes y de -símbolos que se mani- seXllal de la neurosis, Adle~ sostiene que la finalidad de toda neurosis
fiestan en los sueños, las visiones, las fantasías y que se realizan con- e.s la exaltación del sentimiento de la. ;persoMlidad, cwa forma más
cretamente en los mitos, en las concepciones religiosas, en las fábulas, simple es la afirmación exagerada. de 1.a 11irilidnd. Como Freud, Adler
en la sagas, en las obras de arte de todos los tiempos y de todas las busca apoyo en una teoría propia de la psicología de la infancia. En
culturas. Entre los arquetipos, Jung destaca Q.os formas 'principales de general, cada niño, al nacer, es un disminuido frente al ambiente, pues-
actitudes: extrovertido, que se orienta hacia el mundo exterior, e ~ to que no está adaptado al mismo y no puede obtener las satisfacciones
v.ei:tidQ, volcado hacia el propio mundo interior; y c:uatro tipos de que quisiera; la infancia transcurriría en una atmósfera de inferiori-
funciones: pensar, sentir. intuir y percibir, que según la intensidad y dad por la debilidad física del niño, por el desarrollo incompleto de
predominio modifican los dos tipos básicos de actitudes. Atribuye gran sus órganos, por las dificultades que continuamente encuentra y que
importancia al diagnóstico de los sueños, pero de manera diversa que no puede superar, por su dependencia con respecto a los adultos. Las
Freud; destaca también la interpretación de los símbolos, en los cuales tendencias agresivas del niño, el espíritu de contradicción, los actos
emergería el aspecto final y la perspectiva de los procesos inconscien- violentos y destructivos, son otras tantas maneras de reaccionar al sen-
tes, en oposición con la explicación causal-reductiva de Freud. La casi timiento de inferioridad y de afirmar la propia voluntad de potencia,
totalidad de las concepciones de Jung están ancladas en la antropología, porque en último análisis, para Adler, ct,oda voluntad no es otra cosa
ALBERTO L. M.ERANI
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 605
_q,Lte..JJ.U~..C.QID.P.S!J:Wl_@IJ, ...J.m•.~§fJJ.fil'Z&U~Il§Q..P.!Y'.ªJi.,YP.el'élfJ.r 10. Sigmund Freud, Ensayos de psicoanálisis.
s.qJ.timi..1uitiL.d.e~mruifill>. 11. Es corriente traducir por represión, pero es mejor indicar con este tér-
El psicoanálisis ha ejercido gran influencia sobre muchos estudiosos mino la inhibición consciente. Remoción debe entenderse aquí en su sentido lato
provenientes de otras escuelas y educados con otras per:;pectivas cien- de mover o trasladar algo de un lugar a otro. También se suele decir rechazo,
pero este término es traducción directa de «refoulement», expresión empleada
tíficas. En Inglaterra, W. H. R.IvERs (1864-1922), investigador de antro- por los psicoanalistas franceses.
pología, etnografía y medicina, después de haber trabajado por años 12. Sigmund Freud, Introducción al psicoanálisis.
en la psicología de los pueblos primitivos y de haber publicado, luego 13. Pierre Janet, L'automatisme psychologique, Loe. cit.
de una estada en Melanesia, una obra notable sobre la mentalidad y 14. Vid. al respecto Alberto L. Merani, Freud y el Talmud, Loe. cit.
15. Alfred Adler, Studien über die Miderwertigkeit VO'll. Organen und die
las costumbres de sas tribus, se dedicó a los problemas de la patología $t'elische Kompensation, Wien, 1907.
mental, obteniendo frutos de una experiencia personal sobre la psico-
neurosis de guerra. En la obra Instinct and the unconscious, publicada
en 1920, procura profundizar el mecanismo de la remoción, que de-
nomina supresión y en el cual descubre la obra maestra del psicoaná-
lisis y el mayor descubrimiento de Freud. La obra de Rivers, que es
la primera en introducir el evolucionismo en el psicoanálisis, es rica
en sugestiones y buenas observaciones. Muestra de manera bien precisa
el influjo del psicoanálisis -para el que tiene reservas y también admi-
ración- sobre un pensador cuyos estudios y orientación Científica te-
nían antes distinta finalidad.

NOTAS
l. Freud fue un escritor muy fecundo. Entre volúmenes, opúsculos, me-
morias, artfoulos, diversos por extensión e importancia, se cuentan más de dos-
cientas cincuenta publicaciones. Una edición completa de sus trabajos és la co-
leccfón Gesammelte Sehriften von Sigmund Freud (Leipzig, Wien und Zürich,
Internationaler Psychoanalytischer Verlag), con un total de 15 tomos hasta ahora.
Citamos al pie de página los títulos de las obras en castellano, para que el lector
pueda acudir a las ediciones en esta lengua, pues están traducidas, aunque no
¡¡iempre con fidelidad y corrección.
2. El término alemán «Es», empleado por Freud en sus escritos, es general-
mente traducido por «id», terminación neutra del pronombre latino is, ea, id.•
que fuera un término propuesto en biología por W eismann para designar una
supuesta unidad vital compleja que se compone de un grupo organizado de deter-
minantes hipotéticos. En castellano también se puede decir «el· ello»; en francés
se emplea ~a, pronombre demostrativo que es contracción de cela.
3. G. W. Groddeck, Das Buch vom Es, Leipzig, 1922.
4. Napoleón I, Ouverture du Corps Législative, 1804.
5. Sigmund Freud, Selbst Darstellung-Die Frage der Laienalyse, Leip-
zig, 1925.
6. Para el análi~s de esta cuestión, vid. Alberto L. Merani, Freud y el
Talmud, Grijalbo, México, 1974.
7. Cf. Alberto L. Merani, Freud y el Talmud, Loe. cit.
8. Joseph Breuer und Sigmund Freud, Studien ii.ber Hysterie, Wien, 1895.
9. Aristóteles considera como catarsis el resultado psicológico y el fin ético
de la tragedia. Los acontecimientos trágicos representados en el escenario pro-
vocan piedad y terror, con lo que generan en los que asisten al espectáculo pa-
siones ficticias mediante las cuales el alma se libera de las pasiones tórbida.s
y perversas que la agitaban secretamente.
PARTE OCTAVA

LOS FUNDAMENTOS DE LA PSICOLOGÍA


DEL FUTURO
CAPÍTULO 1

LA PSICOLOGíA COMO BÚSQUEDA DEL SUJETO EPISTÉMICO:


JEAN PIAGET

l. Una ruptura epistemológica. - El esperantismo psicológico de


nuestro siglo está especialmente arraigado en las concepciones espiri-
tualistas y naturalistas, y la cpsicología aplicada», tanto la clínica como
la del trabajo, la pedagógica como la social, y especialmente esta última.,
es tal vez el mayor producto de esa mentalidad. Dé donde la tendencia
a las clasificaciones abstractas, al metodologismo por sobre todas las
cosas, que es concebido como existente en sí y para sí mismo, como
fórmulas matemáticas abstraídas del pensamiento concreto y de las
existencias particulares concretas. Las pocas reacciones, por lo gene-
ral más del campo de la ciencia que de la filosofía,1 significaron casi
siempre escepticismo o agnosticism(), y eclecticismo cuando vienen de
la psicología misma.2 Es innegable, como demostrara Gramsci, que toda
forma de pensamiento debe considerarse a sí misma como «exacta» y
«verdadera» y combatir las otras formas de pensamiento, pero «crítica-
mente», y por lo cual la cuestión rad.ica en la dosis de «criticismo» y
de «historicismo» que están contenidos en cualquier forma de pen-
samiento. Sin duda, el problema es más agudo en la filosofía como pro-
blema. en sí; no obstante, es de la ciencia, y sobre todo de la biología
en los últimos tiempos, de donde arrancan los intentos para establecer
esa «dosis» de criticismo y de historicismo, o sea señalar el punto de
ruptura epistemológica, el momento preciso cuando el saber adquirido
deja de ser parte de la ideología que domina para erigirse a su vez en
ideología o apuntalar la que inevitablemente se gesta en las entrañas
de la que es soberana. En psicología, esta ruptura se realizó en nues-
tros días y está personificada en dos nombres: Jean Piaget y Henri
Wallon. Ambos rompen epistemológicamente con la tradición; los do5
·replantean la psicología desde sus propios fundamentos- y abren una
grieta que permite hablar de antes y de después de, ellos. Tanto Piaget
como Wallon arrancan de la crítica del concepto mismo de hombre y
atacan, cada uno a su manera, el esperantismo psicológico que lo con-
virtió en instrumento. Sus ideas chocaron en un comienzo, o, mejor

39
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
611
610 ALBERTO L. MERANI

· to La dialéctica de Wallon es una actividad racionalista


dicho, Wallon combatió cierto exceso de naturalismo del Piaget de la pensamien . l' ·' d l
primera época; gradualmente éste rectificó algunas tesis y llegó en que ve en la existencia del individuo en el tiempo 1a rea izacion e os
./,'. ocasión de la muerte de su genial rival, a darle razón. 'Í_,a psicologí~ de procesos dialécticos del pasado y del futuro, del saber Y del querer,
Piaget es genética y dialéctica; la psicología de Wallon es genética y del yo y de los otros: equilibrio del presente y a;1 pas~do, de~ ~ue
dialéctica. No obstante, hay una diferencia fundamental. En Piaget, el, deriva toda la dialéctica del individuo. Por lo demas, el Juego .d1alec:
concepto. «genética» se circunscribe a los fenómenos de la ontogénesis; tico de Wallon no está saturado de antemano:, por el contr.ario, .esta
da· por mterpretada y aceptada la génesis filogenética. En Wallon, lo b' rto en devenir. Se acompaña de una creacion constante ae O~Jetos
«genético» desborda la filo y ontogénesis animal y humana y parte de ~;~tal~s nuevos e imprevistos, que arrastra de inmediato en su ritmo;.
la constitución misma de la materia, abarcando desde el átomo hasta· es un c;nocimiento que acepta su propia revisión porque es parte _de
lo social. Podríamos decir que mientras Piaget indaga cómo se estruc- la ley de su desarrollo, puesto que acept~ c.on todas sus consecuenc.1~s
tura el hombre pensante, Wallon se pregurita cómo la materia llega a el diálogo entre el a priori y el °; posterwri: el p~oce.so de depurac10n
ser pensante a través del hombre. En relación con la dialéctica hubo de un conocimiento bajo la presion de una experiencia con la cual se
y hay muchos equívocos en torno de Piaget, y muchas veces ~stuta­ confronta. Abierta a la experiencia, la dialécti~a ~~ Wallon es capaz
mente provocados o fomentados por él mismo, como en el XIX Con- de integrar la propia experiencia, porque esta teJida sobre la doble
greso Internacional de Psicología celebrado en Moscú en 1967. Lp cierto trama de la experiencia y la razón.
es que su método dialéctico representa el proceso por el cual el niño Los antecedentes de esta ruptura epistemológica son remotos. A pa:-
primero, el hombre después, se eleva de las apariencias del mundo tir de Descartes, convertir en geometría la representación ~e l?s fen~­
sensible a las ideas del mundo inteligible; no es un método lógico; no menos· ordenar en series los acontecimientos de una experiencia, deb~a
representa, como la dialéctica de Pla,tón, una fuerza que está íntegra conve;tirse en la tarea del espíritu científico. Las leyes Y hechos. exi-
en la intuición inmediata de lo absoluto, al que no abarca de primera, gían una conciliación; lo concreto percibido 1:º podía , queda;r di_vor-
intención, pero hacia el cual se eleva progresivamente, atravesando ciado de lo abstracto imaginado. Hasta Cartesio, filosofia Y ciencia ~e
todos los grados del ideal y del ser; tampoco es el proceso señalado habían disputado la tarea, con a veces difíciles colisiones ~e pn~e:m:­
por Hegel, por el cual el pensamiento, que se confunde con el ser se nencia. Galileo y su proceso, Leonardo da Vinci y sus, escritos c1enti-
desarrolla según un ritmo ternario. Es una dialéctica de la perman~n­ ficos cifrados, son el ejemplo. Con el cJ:?iscurso del i;i~todo», e.l cono-
cia, esto es, de lo racional y lo experimental, dialéctica de la aplicación, cimiento .científico se centra en la descripción f~~enica; las innova-
por medio de la cual el teórico informa la experiencia y se informa por ciones geométricas del mismo Descartes, ,la mecamca de N~~on, la
ella. Sin ser estrictamente el concepto bergsoniano de la dialéctica: óptica de Fresnel, representan la ordenacion del cómo ~enomenico, or-
el camino que pone la intuición a prueba, necesaria también para que denación cuyos mayores éxitos serán alcanzados en el siglo XIX por los
la intuición se refracte en conceptos y se propague a otros hombres, analistas franceses con Laplace a la cabeza, y los biólogos in_gleses con
la dialéctica de Piaget, como la de Bergson, es lo que asegura el acuerdo Darwin como ariete. La senda del positivismo queda así abierta, Y la
de nuestro pensamiento consigo mismo, de donde resulta que, habiendo clasificación de las ciencias que termina por proponer Comte excluye
inclusive muchos acuerdos posible, hay sin embargo una sola verdad. directamente a la psicología, que refunde con la biología y la so~iolo­
Para Wallon, la dialéctica es en su fundamento hegeliana: tesis o afir- gía · lo psíquico en cuanto a sus manifestaciones --,el comportamiento,
mación, antítesis o negación, síntesis o negación de la negación, por lo dirán los behavioristas luego- corresponde a la reali~ad sensible _Y
que es conservado lo que contienen de justo las dos proposiciones anti- admite la enumeración fenoménica; en cuanto al porque, ~ su esencia
téticas. Wallon salva cada dificultad de coherencia aboliendo conser- causal, representa la realidad inteligible, objeto .~e la razon ?ªr~ los
vando, sintetizando, superando, al mismo tiempo, los elemento~ incom- filósofos inaccesible a cualquier tipo de verificac10n. Por consiguiente,
patibles e irreducibles. En tanto que la lógica del experimento y la es una ;ealidad absoluta, la ccosa en sÍ>, el noumeno kantiano. P~ra ~l
teoría psicológica estuvieron hasta ahora asentadas en la incompatibi- positivismo, que propugna el contacto permanente con la experu;nc1a
lidad de los contrarios, el movimiento de la dialéctica psicológica de y la renuncia a cualquier a priori, el dominio de la ccosa en s~> es
Wallon tiene por razón esa oposición que tiende a reducirse'. Como inalcanzable, dado que el pensamiento sólo puede lle~a;1" a rel.a~1~nes
Marx, atribuye el proceso dialéctico a la materia, de la que el pen- y leyes. El ccómo fenoménico> queda asentado como un1ca posibilidad
samiento es una forma cualitativa; es en la materia donde se oponen del conocimiento científico, y la psicología, en lo que puede albergar
los contrarios y se realiza la síntesis psicológica que es cualidad, el de positivo, resumida con la biología o la sociología. No obstante, el
612 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CllÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 613
hallazgo cartesiano de la posibilidad de una correspondencia exacta nera, el interés epistemológico de la posibilidad y medios del cono-
entre el dominfo del pensamiento -en su raíz cartesiana, el álgebra- cimiento, que, a su vez, dependen de la definición del objeto, que para
y el dominio de la extensión -el descubrimiento cartesiano de la geo- él caracteriza lo que es pensado, o representado en tanto se lo dis-
metría analítica- plantea, explícitamente unas veces, tácitamente otras, tingue del acto por el cual es pensado. Schopenhauer había escrito,
al pensamiento filosófico y científico el tema de las relaciones entre refiriéndose a lo mismo: «Todo lo que existe· para el conocimiento y,
pensamiento y extensión, a la vez indisociables y fundamentalmente en consecuencia, el mundo entero sólo es un objeto frente a frente de
distintos. La epistemología positivista, que no diferencia la función del un sujeto, visión del que ve, en una palabra, representaci6n.» 6
epistemólogo de la del histoi:iador de las ciencias, preconiza que la La psicología experimental, o fisiológica, como prefería llamarla
idea, antes que una prueba de existencia, debe tener una finalidad que, Wundt, se dirige al análisis de las actividades elementales de la con-
con el pragmatismo, se convertirá en destino práctico: queda en la ciencia; procura conocer el substrato fisiológico de la actividad psíquica,
categoría de hecho y, en consecuencia, no puede dar una ley. La lega- pero sin que un nexo causal una ambos aspectos. La psicología experi-
lidad, en siendo abstracta, se justificaría por sí misma y no por medio mental estudia su objeto desde el punto de vista de las ciencias de la
de la sucesión verificada de hechos. Al designar los objetos por su uti- naturaleza; las sensaciones, las pe·rcepciones, etc., son consideradas en
lidad se proh.fbe conocerlos; al conocerlos se los despoja de la utilidad. cuanto objetos percibidos por el sujeto, pero no como Tepresentaciones.
Y con la psicología se procede de esta manera a repartirla entre dos De aquí que la realidad inteligible, la «cosa en sÍ», deba ser alcanzada
conocimientos nuevos entonces: la biología y la sociología, así denomi- a través del análisis de la voluntad. El «noumeno» kantiano pierde su
nadas por el propio Comte. El problema fundamental de Descartes: la sentido crítico inicial y adquiere valor casi ontológico. 6 El psicólogo,
correspondencia exacta entre pensamiento y extensión, sufre un giro aun siendo experimentalista, debe, pues, situarse en el punto de vista
de ciento ochenta grados y se convierte en división entre pensamiento de la experiencia inmediata, tomando la experiencia como se da, sin
y extensión. Por una parte, filosofía del espíritu; por otra, mecánica alterarla. Ya vimos la crítica de Bergson a este encaminamiento de la
de la eficiencia. De este modo, hechos y normas aparecen desvinculados. psicología experimental. La irreducibilidad entre materia extensa y
En el caso preciso de la psicología, el cómo fenoménico se traduce en pensante, el concepto sustancialista profundamente anclado en la pers-
la taxonomÍ.l de las reacciones, en la medición de fenómenos inmedia- pectiva bergsoniana, terminó por imponer la división radical entre
tos. La psicología experimental ataca el problema de la extensión y «tiempo» y «duraciÓn1>, y al punto la división, sensu lato, entre psico-
se d.esvincula del acontecer inmediato, del pensamiento como fenómeno logía de la eficiencia y psicología de la conciencia. Más aún, para enton-
subyacente. La obj~ción de que «el espíritu científico nos prohíbe tener ces, Franz Brentano distingue con fuerza la validez lógica de un pen-
opinión acerca de cuestiones que no· comprendemos, sobre cuestiones samiento q su génesis psicológica; hay una lógica y una psicognosia que
que no sabemos formular claramente»,ª de que nada surge de por sí, analiza los elementos psíquicos últimos de que se componen todos los
nada está dado, todo es construido, termina por elevar la enumeración fenómenos psíquicos, y aunque la cuestión epistemológica no esté explí-
al plano de explicación. Es el momento, a fines del siglo pasado, cuando cita, es lo capital. Con Wundt y su escuela, el psicologismo, o sea la
Jules Lachelier puede afirmar que «la verdadera ciencia del espíritu doctrina que pretende que la ciencia fundamental, la ciencia base de
no es la psicología, sino la metafísica». la filosofía, es la psicología, afirmó una gnoseología cuyo reflejo está
Que el análisis metafísico tomara posiciones en el campo de la psi- en la definición de Baldwin: «Análisis sistemático de los conceptos
cología resulta lógico si tenemos en cuenta los pasos del pensamiento empleados por el pensamiento para interpretar al mundo»,7 incluida,
psicológico en la segunda mitad del siglo pasado. Wilhelm Wundt con- claro está, la crítica del acto de conocer considerado en cuanto a su
cluye propugnando como sistema del conocimiento un evolucionismo valor ontológico. Con Brentano se preanuncia Husserl, o, dicho de otra
voluntarista, que es su metafísica. En efecto, para Wundt, 4 todos los manera, su psicología, desde el punto de vista empírieo, 8 asienta las
fenómenos psíquicos deben ser considerados como acontecimientos pa- bases del nuevo antipsicologismo gnoseológico, porque las leyes del co-
sajeros, no como objetos, ni incluso como estados de objetos relativa- nocimiento son leyes de valor absolutamente general, universales, en
:mente durables; o sea que, bajo una forma más o menos radical, la re• tanto que cualquier fenómeno psíquico se caracteriza por su intené:iÓ-
presentación y las funciones intelectuales están subordinadas a fas nalidad, «por la relación con un contenido, la direcéión hacia un objeto
funciones afectivas y activas del espíritu. El voluntarismo de Wundt (por lo que no se ha de entender aquí una realidad) o la objetivada
se aparta de la voluntad de vivir de Schopenhauer, pero queda unido inmanente. Todos ellos contienen algo de objeto en sí, aunque no de
al voluntarismo metafísico en la medida que plantea, de la misma ma- igual rnanera».9 El criterio gnoseológico en boga entonces, análogo al
615
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA
614 ALBERTO L. MERANI
raciones. Solamente se valoran esas ideas si se conoce su génesis; de lo
de Kant, de que la gnoseología se aplica al análisis reflexivo del acto contrario no se las comprende y se las mistifica. Es lo que ocurre,
o d: la faculta~ d~ conocer (el voluntarismo de Schopenhauer, el volun:.. por ejem~lo, con «Piaget psicólogo de la infancia». Sus estudi~~ de psi-
ta~ evol~~o~ista. de Wundt), estudiados en general y a PTiori por cología genética solamente pueden ser interpretados en funcion de su
un metodo log1co, ~ntra en crisis. Y al hablar de tal crisis no olvide- concepción epistemológica; para Piaget, la psicología es la base de , una
mos que los trabaJOS fundamentales de Brentano, que la desencade- epistemología genética. Si de malacólogo y filósofo se transformo en
naro~,. se remo~tan a escritos concebidos antes de 1874, cuando todavía psicólogo fue por~ue necesitaba un.a· psicología ad. hoc pa.ra asen~ar su
la critica d: . Mili, de Lotze, de Maine de Biran, ofrecía venero para sistema epistemológico. Más todavía, este compleJO cammo de mter-
nuevas pos.1~1ox:ies e? .lo que a la psicología y la gnoseología respecta. acciones de diversas· ramas del saber en Piaget se explica únicamente
La afi:rmac10n ideolog1ca posterior de Pierre Janet de Willi'am J si se define el conflicto de filosofía y ciencia en su pensamiento. Piaget
d H . B b ' ames,
.e enr1 ergson so ri; todo, debía acentuar el problema. Las posibi- psicólogo solam~nte se entiende comprendiendo a Piaget epistemólogo,
h.~des de una psicologia en tanto que, ciencia autónoma chocaban de- y éste se justifica únicamente descubriendo la «crisis» de Piaget filó-
c1d1damente con las doctrinas psicologistas o antipsicologistas. Ya no se sofo y aclarando el conflicto entre filosofía y ciencia que subyace en
trata de saber si la psicología está o no en la base de la filosofía, y se
perfila el problema d~, la modalidad del conocimiento. Del plano de la sus ideas.
La doble formación de Piaget, de biólogo y de filósofo, lo lleva di-
gnoseologia, la cuestion pasa, gradualmente, al de la epistemología. rectamente a plantearse el problema de la teoría del conocimiento.14
En l~l~: ~re~tano autoriza, con oportunos cortes, agregados y notas, El estudio de la epistemología de la biología le revela, en primer tér-
la ed~c1on ~tahana de su Psicología, que pasa a ser su última visión de mino, que en tanto conocimiento del fenómeno vida como seriación
la ~s1cologia; para entonces, Bergson, en especial con Matiere et M '_ de datos· empíricos y experimentales, la biología no puede enfrentar
moire Y Les données immédiates de la conscience, abre profundo sur~o el «CÓmO» y el «porqué» de las modalidades del conocimiento. Incluye
en el pei:isamiento psicológico y psicopatológico.10 Es el momento en en su perspectiva al ser que «conoce» por excelencia, pero cuando
que . un JOVen profesor en Neuchatel entra en escena. JEAN PIAGET debe pasar de las modalidades de la acción de la materia -los reflejos,
(nacido en 1896!: biólogo por formación, epistemólogo por vocación, filó- por ejemplo- a las del pensamiento, da un salto en el vacío, el brinco
sofo por pr~fes1on, completa la estructura de su pensamiento y penetra, de la peistemología de tipo spenceriano, que de ninguna manera con-
renovando ideas, en el campo de la psicología.11 sigue reducir a relaciones lógicas los matices que separan al «acto»
Entre los psicólogos vivos, Jean Piaget es actualmente la figura más como expresión del continuum biológico, del pensamiento como figura
importante, Y, entre los epistemólogos, una de las más relevantes. Se yuxtapuesta al mismo. Acto y pensamiento son inseparables en la acti-
pu.ede o 1:º .concordar con su concepto de la psicología 0 con sus ideas vidad humana; es un hecho imposible de negar, anclado en el fenó-
ep1stemolo?icas, tenerlo como maestro o como rival de gran talla pero meno vida como función de actividad, pero las reláciones entre ambos
en .cual~uiera de los casos queda implícito el reconocimiento de su aspectos, la razón de necesidad por la cual el pensamiento engloba ?l
geruo.. ~m embargo, la misma importancia del papel de Piaget en la· acto y se convierte en «conocimiento» del mismo, no podían ser expli-
evoluc1on
1 . . contemporáneo ve·
del pensamiento . la ' en ·mu ch'is1mos
· aspec- cadas. Piaget descubre que necesita de la psicología. «Los factores nor-
t?s, e verdad~ro con?cimiento de sus ideas. Para muchos se ha conver- mativos del pensamiento -razona Piaget- corresponden biológica- 15
tido en un mito; , mas aún, no son pocos qui.enes se ven obligados a mente a una necesidad de equilibrio por autorregulación.» Este
tr~tar de sus teorias y lo ha~en -la profesión obliga- 0 bien habiendo aspecto se aplica en su generalidad a la especie, y el género Horno
leido ~lgunas .de sus obras unicamente, 12 sin haberlas rea!mente com- lleva como añadidura de los sistemas de autorregulación comunes con
pr~nd:do, o b~en sobre la base de resúmenes de segunda man 0 ,1a sín- los animales otro que le es propio: el pensamiento. Como expresión de
tesis informativas y nada más. El «fenómeno> Piaget como el «fenó- la homeostasis, el pensamiento se explica en biología con carácter espe-
meno> Wallon, exige una clarifi~ación para que pueda ~er comprendido cífico, pero, pasando a las individualidades, deja de ser una «necesidad
Por .ello, al tratar en sendos capítulos a estos autores, la finalidad n~ de equilibrio» para transformarse en proceso de equilibración, que se
ha sido, en uno Y otro caso, sintetizar ni ·divulgar, sino eurística.: plan- revelaría a través de la lógica: las normas del pensamiento represen-
tear. los problemas del conocimiento de su época, las influencias que tarían la «selección» de modos de equilibración más directos y eficaces.
sufrieron, Y bu.cear hasta encontrar el arranque de sus propias ideas. Piaget también ha llegado, al mismo tiempo, a otra idea capital -que,
Los gran~es pioneros . del pensamiento -y Piaget es uno de ellos- como la anterior, confiesa no haber abandonado nunca- «de que todo
expresan ideas que determinan el progreso del conocimiento por gene-

616 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 617

conocimiento es siempre asimila.ci6n de un dato exterior a las estruc- del conocimiento de los fenói;nenos psíquicos implicados, que, a su vez,
turas del sujeto». 16 El concepto no era núevo; estaba planteado en la dependen de condiciones fisiológicas muy diversas y de las que tene-
epistemología biológica de la época, pero ésta sólo podía ir más allá mos un conocimiento muy imperfecto. Se trata de leyes empíri~as que
del hecho viendo en el conocimiento una «apropiación> orgánica de exigen un análisis preciso de los estados psicofísicos a los cuales se
los objetos. Claro está, la biología puede pasar, en sus búsquedas, de aplican. En refiriéndose al problema, en los primeros cuatro lustros del
un estado posterior a un estado anterior del fenómeno, reproducir un siglo, la psicología está en el mismo punto que la dejara la crítica de
fenómeno. elemental en su simplicidad primitiva: un hecho es única- Maudsley 11l a J ohn Stuart-Mill; «fisiología o psico1ogía» es la alter-
mente un hecho. 'Pero en psicología, ya lo había visto K.ant, 1 7 un aná- nativa última de Maudsfoy, y la segunda de carácter empírico. En la
lisis de este tipo es imposible. La grandísima complejidad del fenómeno alternativa, Jean Piaget decide cortar el nudo gordiano: se trata de
psíquico más elemental, a pesar de la dependencia innegable de los saber, a su criterio, si existe una evolución de las normas, e incluso si
procesos con respecto de los fisiológicos, impide considerar la «asimi-- dicha «evolución» está dirigida por la necesidad de una equilibración
lación» como una (apropiación». En la. sensación, por ejemplo, encon- constante, o si depende de uno de los dos extremos del acto de conocer:
tramos el componente físico, el fisiológico y el psicológico. Pero como el objeto conocido o el sujeto que conoce. Su tarea se centrará, pues,
sistema engloba a los tres sin que al mismo tiempo se la pueda re- en el análisis genético de las normas, y el resultado serán su psicolo-
construir por adición de los dos primeros. Cada una de las fases tiene gía y su epistemología genéticas.
leyes generales y particulares propias que se reflejan en la sensación,
pero que no la explican como tal. Lo mismo se aplica a la inteligenría; 2. Un antecedente necesario: Brentano y Bergson. - En el sentido
si se respetan los procesos psicobiológicos, se está fuera de los proble- de la cronología, Franz Brentano es anterior a Henri Bergson. No obs-
mas de las estructuras normativas, y la tarea se presenta, a Piaget, tante, en cuanto a repercusión sobre el pensamiento de nuestro siglo,
como búsqueda de un camino que entronque la investigación epistemo- el orden se invierte. Mientras. los trabajos de Bergson ejercen influen-
lógica con el respeto de los hechos. cia directa, el pensamiento de Brentano debe esperar la tarea de discí-
El planteamiento alcanza por igual a la filosofía y a la ciencia, por- pulos y críticos, en especial de Edmund Husserl. Tanto Brentano como
que «nada se puede afirmar en un dominio que depende de 1os hechos, Bergson dan base a la reacción epistemológica de Piaget, pero en el
sin control metodológico verificable para cada uno, o en Jos dominios orden del desarrollo de su pensamiento, el segundo resulta, como en
ÍOril}ales sin un control logístico».1s Piaget enfrenta un doble campo el orden de la influencia cultural, el primero. Todavía al final de la
de dificultades; la filosofía, por una parte, se revela incapaz de resol- segunda mitad del siglo xrx, la imagen del mundo, como lo fuera para
ver el problema de la validez del conocimiento tal cual se le plantea, el siglo xvm, correspondía a la de un mecanismo gigantesco. La idea
que está, por uno de sus aspectos, asentado en el terreno de los hechos. newtoniana, profundizada por los analistas franceses, hacía que los
De este modo, las reglas generales de la inducción no permiten, en fenómenos naturales aparecieran, además de causales y determinados,
este orden de cosas, establecer ieyes fundamentales y más generales objetivos, en el sentido de que ninguna intervención humana podía mo-
que regulen la sucesión de los fenómenos psíquicos, y que esas leyes dificarlcis. Objeto e idea estaban separados, y la idea crítica en un co-
valgan para todos los fenómenos o simplemente para el conjunto de una mienzo, irracionalista y mística después, que naciera con Locke 20 en
clase fundamental. Por su parte, las leyes que la biología y la psico- su apreciación de las relaciones entre el espíritu y lo conocido, terminó
logía le ofrecen no poseen la misma profundidad y exactitud que los por ahondar el abismo. Tal era en sus rasgos más generales el fun-
axiomas de las ciencias matemáticas: no hay leyes psíquicas o bioló- damento de la epistemología cuando Henri Bergson publica Matiere
gicas fundamentales que se puedan considerar como principios y en et Mémoire. Las leyes del determinismo en física, axiomas fundamen-
toda la acepción del término. Valen a título de leyes derivadas, y la tales a los que el pensamiento debe conformarse para ser válido, exten-
psicología presenta por ello carácter bipartito de psicofísica. Además, dían su dominio en el campo de la biología y de la psicología experi-
las características normativas del pensamiento, ¿corresponden al fe- mental. Sin duda, un salto adelante realizaba la primera de estas cien-
nómeno que se conoce y sus reglas generales son abstraídas por induc- cias en base de tales axiomas, pero, al mismo tiempo, ahondaba el
ción, o representan una necesidad lógica inherente al fenómeno psí- abismo que de antes separaba al objeto conocido del sujeto cognoscente.
quico mismo? En suma, ¿el fenómeno inteligencia se organiza según Por una parte, mecanicismo y finalidad se presentaban como los dos
un orden externo o las normas que lo caracterizan derivan, en parte o grandes dominios del determinismo; . por otra, el determinismo implí-
totalmente, de sus propios procesos? Sin duda, la respuetsa depende cito en la cley» negaba la clibertad». Lachelier, 2 1 que entendiera el de-
618 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 619

terminismo como lo opuesto a la acción de las «fuerzas espirituales>, descubrimos que acusa al pensamiento de la época de una falta gnoseo-
abre, por vía negativa, el camino de Bergson. cSi las condiciones de lógica: haber tratado de encontrar una diferencia de valor entre cien-
existencia de las cosas -escribe- son las mismas de la posibilidad cia y metafísica; cuando únicamente existe una diferencia de método,
del pensamiento, se las puede determinar absolutamente a priori, puesto porque «los resultados obtenidos por ambos lados deberán reunirse,
que resultan de la naturaleza misma de nuestro espíritu.» El principio puesto que la materia alcanza al espíritu». 23 En Bergson, la filosofía
de causalidad y el principio de finalidad tienen a sus ojos el mismo no es una síntesis de las ciencias particulares, como proclamara el posi-
valor. El fundamento del eclecticismo, que reinaba en el campo del tivismo porque no habría lugar para dos maneras diversas de cono-
conocimiento, de que los sistemas están construidos con elementos pre- cer: fil~sofía y ciencia. La experiencia se nos presentaría bajo dos
existentes en el espíritu humano, como las obras que el hombre cons- aspectos diferentes: hechos que se yuxtaponen a hechos, que se des-
truye con elementos preexistentes en la naturaleza, -establecía de hecho pliegan en _el sentido de la multiplicidad distinta y de la especialidad,
la división entre pensamiento y conocimiento. Pensar era elaborar un por una parte; por .otra, que se presentan bajo la forma de una penetra-
sistema basado en la razón y la conciencia; conocer se reducía al acto, ción recíproca que es duración pura, refractaria a la ley y a la medida.
a la relación del sujeto con el objeto. Así, en tanto que, al pensar, el Con Bergson, la psicología se convierte en cimiento bipartito del
sujeto subordina al objeto, al conocer hay una cierta subordinación conocimiento; por una parte, psico~ogía de la eficiencia, base de la epis-
del sujeto al objeto. Pensar sería penetrar, comprender el objeto; co- temología; por otra, psicología de la conciencia, filosofía del espíritu,
nocer, afirmar su existencia sin ninguna determinación. base de la gnoseología. Esta doble perspectiva bergsoniana se resume
En traduciendo este planteo gnoseológico al problema del cono- en su aserto de que la inteligencia ha surgido en la evolución para
cimiento en psicología, encontramos que ésta es puesta a pensar en servicio de la vida y no para el conocim:.2nto, de donde deriva la con-
«cosas», y BergsCin, alejándose del asociacionismo, del atomismo y el secuencia sobre la cual asentará el pragmatismo, de que :a inteligencia
estatismo psicológicos en la misma medida que se. alinea junto a la sirve para la acción, para intervenir en las cosas, pero no para· un
«reflexión concentrada))· de Maine de Biran, considera, por el contra.;. conocimiento puro o una verdad teórica. En tanto Bergson asienta la
rio, que las «relaciones progresivas)) determinantes de la ubicación de validez del análisis psicológico, de la psicología experimental, como
las cosas son punto crítico en el problema del conocimiento. La psico- fundamento del saber, y hace de la «intuición» punto de arranque de
logía experimental, todavía fuertemente influida por Wundt, entendía las concepciones antiintelectualistas a que dará origen, concepto estric-
con su «fisicalismo)) renovar el conocimiento psicológico. Al trasladar tamente psicológico, base de la aprehensión de las modalidades del
al lenguaje de la ciencia experimental los «datos» psicológicos, los objeto por el sujeto, Brentano defendía con ahínco la validez lógica
. señalaba en el tiempo, los ubicaba sobre la constante temporal en cse- del pensamiento frente a su génesis psicológica. Cuando, en 1866, Bren-
ries» inmovilizadas; la única relación posible resultaba un transcurrir tano sostuvo las tesis para su «habilitatio» en la Universidad de Wutz-
implícitamente ajeno: el del tiempo, que servía como escenario sobre burgo, ya afirmaba «que el verdadero método de la filosofía solamente
el que se desarrollaban los hechos, pero no participaba en ellos. · puede ser el de las ciencias de la naturaleza», afirmación en clara con-
La duración es para Bergson, lo explicamos en el capítulo a él de- traposición con la intuición de Bergson como método único de la filo-
dicado, aquello que en los fenómenos cambia de naturaleza. En síntesis, sofía, y de la psicología como eje de ésta. Oposición clara, que por sus
es lo absoluto, pues de lo contrario sería admitir para lo psíquico que mismos orígenes explica otra faceta del problema, gnoseológico, tal
la discontinuidad establecida por el sentido común entre objetos depen- como habría de desarrollarse en los países de habla alemana. En La psi-
dientes entre sí, poseyendo cada uno su individualidad, es una distin- oología desde el punto de vista empírico, Brentano, como hiciera des-
ción fundada aplicándola a fenómenos que no son independientes, que pués con mayor fuerza en la Psicología genética, 24 termina por inclinar
constituyen una multiplicidad cualitativa sobre la variable de la du-. este campo del conocimiento hacia una f enoonenognosia, término con
ración. En esta suposición, es el planteamiento gnoseológico de la psi- el cual procura soslayar el de fenomenología, por demasiado cargado
cología de entonces, se trataría más bien de saber cómo se producen, en de intenciones metafísicas. Para Brentano, una psicología «descriptiva»,
partes determinadas de la materia, cambios de posición. Se trataría, del tipo que Bergson aceptara como producto de la experiencia y la
en todo caso, de fundamentar una fisiología y no una psicología que experimentación, es completamente imposible como determinación «de
procura saber ccómo se cumple --dirá Bergson-, en el todo,. un cam- todos los elementos psíquicos últimos cuya combinación produce la to-
bio de aspecto>,22 cambio del que debemos determinar, por otra parte, talidad de los fenómenos psíquicos>.2.'I Según su concepto, la acercaría
su naturaleza. Aquí, siguiendo la trama del pensamiento bergsoniano, a la característica universal del sustancialismo cartesiano y, a la vez,
620 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 621

sellaría un compromiso con la «síntesis subjetiva> de Comte. La psico- 11Ilir dos términos de los cuales únicamente el primero posee existen-
logía, tal como la entendiera Bergson, es la búsqueda de la natura- cia verdadera. Invierte en cierta forma el valor del conocimiento, tal
leza en sí de las cosas; o sea que, después de haber establecido en el como lo entendiera Bergson, y adjudica a la psicología empírica, atada
plano de la eficiencia un cuadro de las categorías del entendimiento, a la descripción del hecho, valor de ciencia-guía del conocer. El tiempo
pasa, por obra de la filosofía del espíritu, la psicología de la conciencia, suplanta a la duración como constante ontológica, y su pensamiento
a interpretar ese cuadro, definiendo todas las modalidades clasificadas .adquiere carácter realista. El método de Brentano prohíbe cualquier
de manera analítica, en las relaciones de la inteligencia con su cobjeto>, crítica ontológica exterior al análisis del acto cognoscitivo, o sea toda
de manera sintética. Para Brentano, este proceder estriba en un esta- distinción entre el eser absoluto» y el eser de razón». Así, Brentano
blecimiento a. priori de· las categorías del entendimiento, con la intro- termina .por asentar una gnoseología inductiva; de la singularidad infe-
ducción de objetos ideales, intemporales, generales, como la cduración>, rimos la generalidad, único camino seguro, nos dirá, porque lo singu-
a la que habría de atribuirse un ser verdadero. 26 Esta crítica, que de- lar es lo único que no requiere demostración, su existencia está axio-
secha como funda~ento del conocimiento tanto los objetos «reales> de máticamen te reconocida, porque nada puede existir que no sea singular,
la psicología experimental como los «ideales» de la filosofía del espí- y precisamente los hechos psicológicos se presentan en su análisis como
ritu, sirve a Brentano para presentar la propia interpretación de las singulares. La lógica de Brentano termina por asentar sobre la psico-
diversas modalidades de la relación psíquica sujeto-objeto. El objeto logía, pero desechando una psicología de tipo genético -que encon-
real, afirma, no puede servir de base al conocimiento, como tampoco tramos como fundamental en Piaget- para defender una psicología
pueden serlo los objetos ideales de la metafísica; ésta debe ser su- centrada exclusivamente sobre el análisis de los «modos reales de la
plantada por una ciencia nueva: la psicología, pero una psicología que, conciencia», esto es, descriptiva.2 8 Mas los cmodos reales de la con-
renunciando a la consideración de cualquier objeto extramental, no ciencia», en tanto que objetos del pensamiento, ¿son parte intrínseca
se separa, sin embargo, de la negación del objeto, al que reconoce, con del sujeto como tal? La respuesta la brinda Brentano con el, análisis de
sentido kantiano,. valor subjetivo, esto es, que jamás deja de pertene- la sensación, que, para la psicología experimental de la época, era una
cer al dominio de la intuición interna. De tal manera, si bien es un modificación interna; a su concepto,29 entra en acción antes que cual-
hecho de experiencia que existen crelaciones» concretas posibles de com- quier intervención de la reflexión, siendo, por consiguiente, una rela-
probar con una evidencia de tipo cartesiano, 2 7 no es menos cierto que ción psíquica que se mantiene con un.«real>. Si en alguna parte encon-
las. afecta el «relativismo» propio de la relación sujeto-objeto. Este re- tramos claramente expresado el psicologismo gnoseológico y realista
lativismo sería el que impide su conversión en juicios afirmativos, base de Brentano es en esta proposición, de la que deriva el principio inelu-
lógiCa de cualquier proposición universal. La relación entre sujeto y dible que planteara a cualesquiera fenomenología: «La conciencia es
objeto debe ser, pues, directa. Bergson, que también enfrentara el pro- siempre conciencia de algo.>
blema, acudió a la «intuición»; Brentano, para expresar esa relación
se vale de la «inexistentia intentionalis», que en su vocabulario sig- 3. La. búsqueda. del su;eto epistémico. - Para un joven intelec-
nifica, como para la escolástica, la inmanencia del objeto con el sujeto, tual, científico y filósofo a la vez, que comienza a estructurar el propio
o sea la aplicación del espíritu a un objeto de conocimiento y, a la pensamiento a principios de siglo, el choque del ideario bergsoniano y
vez, el contenido mismo del pensamiento al que se aplica. brentaniano no podía quedar sin consecuencias, y menos todavía si ese
Para Brentano, «el carácter propio del hecho psíquico es de rela- joven pertenece a Suiza, donde siempre 4an confluido y confluyen
cionarse con algo corno a su objeto»; pero ese algo, ¿existe en relación tres grandes corrientes culturales: francesa, alemana e italiana. De
con el sujeto que conoce como el efecto en relación con la causa? La Bergson, Piaget recibe el primer impacto,ao y por largo tiempo queda
gnoseología bergsoniana daba la respuesta: el hecho psíquico se rela- dentro de su órbita; de Brentano, la acción no es directa, le viene por
ciona con el objeto, e incluso consigo mismo, por medio de la duración, contragolpe a través de la psicología de Meinongs1 y, sobre todo, de
único fenómeno que establece una relación entre lo posterior y lo ante- Husserl s2 y el idealismo psicológico italiano, fuertemente influido por
rior. La duración, el tiempo vivido, es la pauta gnoseológica de Berg- la Psicología desde el punto de vista empírico.as Además, aparte del
son. Para Brentano, una interpretación de eset tipo «dobla» de alguna interés científico y filosófico de los problemas del conocimiento, desde
manera al objeto pensado con un objeto puro no pensado, y ambos sus comienzos intelectuales Piaget empieza a interesarse especialmente
tendrán, por consiguiente, igual significado gnoseoJógico. Por ello, la por· la epistemología. 34 La ciencia de la época, o más concretamente a
relación «conscienciah se le presenta como cuasi relación que permite la que estaba dedicado, la biología, aparecía todavía profuridamente
622 ALBERTO L. MERANI msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 623

teñida por el evolucionismo espenceriano, que, en el fondo, reunía d 1 ser en el cual concurren ciertos fenómenos psíquicos; la biología,
concepciones diferentes para formar un concepto único. En efecto, par Íen lo sabe Piaget, prescinde del sujeto, o, mejor dicho, se ocupa de
Spencer,36 da e:rolución es una integración de materia y una disposición antítesis, el objeto. Resulta claro que para un análisis gnoseológico
concomitante de movimiento, durante el cual la materia pasa de una es necesario poseer una concie,ncia semántica .del sujeto completamente
homogeneidad indefinida e incoherente a una heterogeneidad definida distinta, y para que esa conciencia no represente una comprensión
Y coherente, y por lo cual el movimiento contenido sufre una trans., subjetiva se requiere definir al sujeto epistémico. Bergson, precisando
formación paralela>. La primera parte de la definición es mecanicista' · el sujeto epistémico, lo dividió en dos categorías de grado diferente,
Y. cuantitativa; la segunda, biológica y cualitativa, y la integraci6n) y 'al aceptar al sujeto como antítesis de alguna manera incluida en el
siempre con sentido spenceriano, el pasaje de un estado difuso e imper- objeto, abrió el doble camino del saber y el conocer. En tanto que mo-
ceptible a un estado concentrado perceptible, con lo cual el proceso de tivo del conocer, el sujeto se objetiviza y de él se ocupa la ciencia, que
la vida queda identificado con un proceso físico general. Las críticas enumera y estudia cualidades. Como problema del saber, el sujeto es
que provocaran desde un principio las tesis spencerianas no podían ser .· el ser, cuya esencia y dinámica solamente puede ser intuida, captada
ajenas a Piaget biólogo, preocupado por los procesos de adaptación de sobre la duración, y cuyas características deben ser analizadas por la
los moluscos alpinos, ni a Piaget filósofo, que se debatía con el dua- psicología de la eficiencia, que determina las modalidades del ser, esto
lismo bergsoniano de lo vital y de lo matemático. Un problema de epis- es, la propiedad de relaciones, en tanto la psicología de la conciencia
temología d~ la biología como ciencia le estaba planteado, a la vez que analiza su relación con la estructura de nuestro conocimiento. Piaget
su perspectiva alcanzaba a la teoría del conocimiento en general. Su conoce muy bien el origen aristotélico de la primera afirmación, el
intención 36 era una tentativa del tipo spenceriano, pero liberada de la 1
kantiano de la segunda, y ase la razón del paralelismo qve propone
contradicción que implica la metodología empirista. · Bergson, asentada en el sustancialismo dualista de su filosofía. Al mis-
Piaget comprende que para resolver el problema de la integraci6n, mo tiempo, Piaget sabe de Brentano, de su logicismo. Para este inves-
el pasaje de lo biológico a lo físico, es necesario establecer una dis- tigador, la psicología es coextensiva de la filosofía misma, y fundamenta
tinción entre clases y géneros, descuidada por Spencer. En. efecto, éste los elementos positivos de la lógica: se contenta con establecer leyes
confunde un problema lógico con otro metodológico; la clase como de sucesión entre los fenómenos, es una fenomenogsia. El sujeto como
concepto lógico -conjunto de objetos definidos por el hecho c;le que realidad epistémica debe ser, para Brentano, la base de la psicología,
poseen cada uno y todos uno o varios caracteres comunes-, con la que debe considerar sus elementos esenciales. Pero ya vimos que la
clase concepto metodológico en biología, división intermedia entre las psicología Ónicamente puede ocuparse de relaciones y, por consiguiente,
ramas y los órdenes. Se trata, en última instancia, de establecer la el sujeto, que en Brentano suplanta al ser de la metafísica, ·pertenece
realidad del sujeto epistémico. En lógica -y_ Piaget lo sabe muy bien al orden lógico. En última instancia se puede afirmar que el sujeto
por ~l. análisis de Couturat-, Sur la structure logique du langage,s'I epistémico brentaniano es el pensamiento. La psicología define las mo-
se distingue netamente entre los dos elementos de la proposición: un dalidades que se descubren de manera analíÍica en las relaciones del
sujeto Y lo que se afirma de ese sujeto, lo que lleva· a considerar di- pensamiento con su «objeto); la lógica define la anterioridad y también
cho sujeto como una variable x cuyo predicado .es una función. En la originalidad del sujeto.
metafísica, el sujeto es siempre un ser, y un ser puede siempre ser La cuestión se plantea a los ojos de Piaget como, el doble fin que
sujeto, pero nunca predicado. La. psicología, por su parte, como psico- de siempre persiguiera la filosofía: un fin de conocimiento y un fin de-
logía de la eficiencia (experimental o patológica), considera sujeto al coordinación de valores. La ciencia - y en la práctica del laboratorio
ser individual sometido a observación; la psicología de la conciencia Piaget lo ha confirmado-- está sometida al segundo fin como resultado
(crítica o reflexiva) hace del ser que conoce sujeto del conocimiento, de la crítica kantiana: la filosofía determina los límites de cualquier
Y lo considera en tanto que condición necesaria para la unidad de ele- conocimiento y brinda una teoría del conocimiento; la coordinación de
mentos representativos decisivos, unidad que convierte a esas represen- valores, dentro de tales marcos, es tarea del científico. Tanto Bergson
taciones en objeto. Cualquiera de estas posiciones presenta una duali- como Brentano rompieron, a la manera de las modalidades de sus pen-
dad: requerir una antítesis que es en todos los casos el objelo, y en samientos, la norma crítica, y ambos recurrieron a la psicología como
algunos, como en la psicología de la conciencia casi sinónimo del ciencia normativa, aunque con valoración opuesta. Al promover la psi-
. '
su3eto en el sentido de que está sometido a la discusión, a la reflexión. cología al nivel de ciencia autónoma -con todas las oposiciones que
Así, la filosofía acostumbra referirse al sujeto pensante; la psicología, separan sus ideas-, procuraban una coordinación de_ valores asentada
624 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 625

en la reflexión organizada del proceso de análisis y coordinación de el estudio de la inteligencia sobre problemas gnoseológicos. Con .Bleuler
valores en el individuo. Si para Bergson el valor está implícito en el descubre una psiquiatría que ha roto definitivamente con la estricta
acto mismo de la intuición,. si para Brentano tiene una normatividad taxonomía de las clasificaciones krapelinianas y se distancia, a la vez,
lógica propia que la cintencionalidad> del conocimiento pone de re- de la separación neta entre neurología y psiquiatría establecida por
lieve, en ninguno de los dos el conocimiento se expresa como «juicio Babinski al demoler la estructura del sistema de Krapelin.43 El con-
de valor>. Piaget comprende una vez más que la reflexióri organiza- cepto de esquizofrenia de Bleuler, dinámico y sintomático, opuesto al
dora debe proceder por medio del examen crítico de la ciencia, . el ins- estático y nosológico de la «dementia praecox> de Krapelin, le mues-
trumento moderno del conocimiento, y por la búsqueda de un modo tra en función de hechos que el problema de los cgéneros> y «leyes>
específico de conocimiento inmanente a esa crítica. Sus estudios de también alcanza al plano de la práctica, y que Bleuler, al desvincu-
epistemología le aseguran ese primer punto; en cuanto al segundo, larse de la clasificación de Krapelin, se desvincula de la ortodoxia
como Bergson y Brentano, recurre a la psicología. Resueltamente gnoseológica de los «géneros> y se pone en el camino de las leyes. Mas
rompe con el veto positivista que en lógica permanecía atado al pro- ni Lipps, ni Wreschmer, ni Bleuler se plantean el problema del cono-
blema de los cgéneros> y se enfrenta, llevado por Bergson 38 en sus cimiento como integrado dentro de la investigación psicológica, no se
trabajos filosófico-biológicos, con el problema de las leyes. preguntan si entre la lógica, la gnoseología y la psicología existe alguna
La en5eñanza de la filosofía y la práctica de laboratorio de biología interacción. Se les puede aplicar la acusación de Gramsci a Croce y con-
y psicología llevan a Piaget a una. convicción profunda: cNada se siderar que para ellos cla lógica y la metodología general son concebidas
puede afirmar en el dominio que depende de los hechos sj.n un control como existentes en sí y por sí, como fórmulas matemáticas, separadas
metodológico verificable por cualquiera, o ·en los dominios formales del pensamiento concreto y de las ciencias particulares concretas>.44
sin un control logístico.> 311 En contraste del problema de lo.s «géneros> En su primer contacto directo con la psicología de la eficiencia, Piaget
en lógica y en biología resultaba ilustrativo y le recordaba que la descubre que tanto ésta, tal como se la estructura y practica, al igual
aceptación, en uno u otro campo, de soluciones antagónicas no corres- que la p:;icología de la conciencia de sus primeros maestros, puede ofre-
pondía ni al control metodológico ni a la logística. La situación sólo cerle un camino que concilie el control lógico necesario para la inves-
podía ser superada recurriendo al concepto de ley. La definición del tigación epistemológica con el respeto de los hechos.
género es en sí una ley, pero como regla imperativa anterior a los París es la tercera y definitiva etapa en la búsqueda del sujeto
hechos que rige; las leyes que Descartes denominara de cla natura- epistémico por Piaget. Allá decide combinar las investigaciones en psi-
lézu 40 son las de una fórmula general, establecida a posteriori por el cología con las enseñanzas de filósofos como Brunschvicg y Lalande.
estudio de los hechos en que es ley. El género implica, de cualquier El laboratorio de Binet lo recibe, y ctuve la extraordinaria suerte de
manera, la presencia de una causa final; en cambio, la ley natural tiene poder trabajar casi completamente solo en el laboratorio de Binet, con
como interés principal de encontrarse en relación con las aplicaciones una escuela por completo a mi disposición, y que me fuera confiado
y las previsiones que permite. Más aún, en el momento que considera- un trabajo dirigido en principio a perfeccionar tests de inteligencia,
mos de la evolución del pensamiento de Piaget, la segunda década del pero que de hecho permitía un análisis de los diferentes niveles de la
siglo, las cleyes de la naturaleza» no admiten desviaciones. ~á vi-· lógfoa de las clases y de las relaciones con el niño».45 El trabajo en el
gente la admonición de Claude Bernard: cNo existe, en la naturaleza, laboratorio y la elección de los cursos de Brunschvicg y de Lalande
nada perturbado ni anormal; todo ocurre según leyes que son absolu- por Piaget rastreador del sujeto epistémico es clara ilustración de su
tas ... La palabra "excepción" es anticientífica: del momento en que las asimilación conceptual en el momento de la decisión. En la herencia
leyes son conocidas no puede haber excepción.> 41 Para Piaget, son experimental de Binet 46 estaba implícita la idea central del positi-
sus propias palabras, «todavía no se había planteado en mi espíritu la vismo, de rehusar a la psicología cualquier contenido extraño a los
cuestión de optar entre la filosofía y la psicología, sino solamente de datos de la ciencia, e identificarla con la reflexión sobre las ciencias
elegir si, para una epistemología seria, necesitaba o no entrar en algu- positivas. Por su parte, el pensamiento espiritualista de Léon Brusch-
nos semestres de psicología>.42 Y, en Zurich, G. E. Lipps, Wreschner y vicg se mantiene alejado del entusiasmo científico de la época; adhiere
Bleuler son, respectivamente, sus primeros maestros en psicología y al método reflexivo de Lachelier. «El espíritu -rescribe47_ no se da
psiquiatría, o, dicho de otra manera, a través de los dos primeros entra un objeto fijo y permanente puesto ante él, sino que intenta captarse
en contacto con una psicología que se aparta de la introspección berg- a sí mismo en su movimiento, en su actividad, para alcanzar la pro-
soniana o brentaniana y aprovecha el método patológico para centrar ducción viva, no el producto que sólo una abstracción ulterior permite
626 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 627

poner aparte.> La conexión íntima entre la crítica idealista y el espiri- necesidad de explicar al conocimiento sobre la base de los diversos ni-
tualismo de Brunschvicg, influye profundamente en Jean Piaget. Al veles evolutivos de las posibilidades de conocer: la lección de Brunsch-
año de la aparición de Le progrés de la conscience dctns la philosophie vicg ha calado hondo en su espíritu. •
occidental (1927), de Brunschvicg, Piaget escribe: «El Cogito es el A medida que la investigación psicológica de Piaget progresa, entre
resultado de la reflexión sobre las matemáticas. El llamado subjetivismo los dos puntos de la oscilación pendular de sus observaciones: la inte-
kantiano es la toma de conciencia de la objetividad física. La interiori- ligencia del niño y la del adulto, se intercala un interrogante. El espi-
zación en teoría del conocimiento es expresión directa y necesaria ritualismo de Brunschvicg, el idealismo racionalista de Lalande, se ate-
de la objetividad en ciencia. El realismo sólo es subjetivista, pues pro- nían al hecho sostenido tanto por la filosofía empírica como por la
yecta hacia afuera el contenido del espíritu. Por el contrario, el idea- idealista, de ntlrar como idénticos en todos los tiempos los principios
lismo se atiene a la expresión de la actividad científica auténtica, que directores de la inteligencia, constitutivos, por consiguiente, de una
siempre ha consistido en aplicar al dato bruto de la percepción física razón universal. El análisis de la verdad de ·esta razón, que Lucien
las conexiones matemáticas debidas al poder legislativo del espíritu. En Lévy-Bruhl emprendiera en la primera década del siglo, culmina con
suma, interiorización y subjetividad nada tienen que ver una con la un éxito casi sin precedentes en la historia de las ideas, cuando pu-
otra, salvo por semejanza verbal. Existen tres, y no dos, términos entre blica en 1924, La mentalité primitive; Lévy-Bruhl sostiene que no
los que se impone la elección: la trascendencia, el yo y, en último exist~ identidad perfecta de las funciones mentales de los primitivos
lugar, el pensamiento con sus normas impersonales. Ahora bien, el con los civilizados; identidad que en nosotros produciría la ciencia Y
inmanentismo resulta identificado con Dios en las normas del pen- en ellos los mitos. Entre seres por naturaleza idénticos, la experiencia
samiento y no con el yo psicológico.> 4 s A su vez, los trabajos de no muestra frecuentemente ninguna clase de analogía en los modos del
Piaget sobre la mentalidad infantil servirán al maestro para apuntalar pensamiento. Piaget, por su parte, va encontrando en sus trabajos. que la
º
la redacción final de su obra sobre las Edades de la inteligencia. 4 Si mentalidad infantil es, con respecto a la del adulto, algo as1 como
el espiritualismo de Brunschvicg es foco de atracción para Piaget, el la mentalidad primitiva es, según Lévy-Bruhl, con respecto a la del
racionalismo de André Lalande le sirve como ejemplo. Las «i:usione!l» civilizado: una especie de bloque irreducible que la excluye. De su
spencerianas de su juventud se borran con la crítica de Lalande, que periplo, le estadía en París ha sido la ~ás fecunda.
resalta los valores racionales del conocimiento 50 y da como verdadera
garantía de la inducción la tendencia fundall1ental del espíritu a la 4. La naturaleza de la inteligencia. - Si bien las tesis de Lévy-
universalidad. Pero si ·con algo subyuga Lalande a Piaget es a través Bruhl son un alerta para la orientación psicológica, y, por ende, gnoseo-
de la «práctica» de una asimilación espiritual, fa tentativa de unión lógica de Piaget, la base teórica, el núcleo epistémico sobre el que
de las cosas de la inteligencia que lleva a cabo al someter los artículos definitivamente derivarán sus trabajos, se encuentra en las ideas Y
que escribe para su Vocabulaire Technique et Critique de la Philo- enseñanzas de Brunschvicg. En efecto, Lévy-Bruhl, antes de estudiar
sophie (1926), a los miembros de la Société de Philosophie. la mentalidad primitiva había analizado a Jacobi, 53 filósofo contempo-
Definitivamente, Piaget ha encontrado el camino que une a la inves- ráneo de Kant, en el cual la «categoría afectiva de lo sobrenatural»
tigación en psicología, como ciencia positiva, con la búsqueda del representa el núcleo que en el desarrollo de la metafísica alema.na pos-
sujeto epistémico. «Tuve, por fin, el sentimiento de haber encontrado terior desempeñaría papel dominante. Adversario . encarnizado de la
una vía que conciliara la investigación epistemológica con el respeto razón, del pensamiento del siglo XVIII en tanto que adhiere a ésta,
de los hechos, y un terreno de estudios intermedio entre el dominio del «Jacobi combate siempre con la misma vivacidad la filosofía de las
desarrollo psicobio~ógico y los problemas de estructuras normativas.» ~ 1 luces. Sólo que en lugar de reprocharle de dar demasiada importancia
Más aún, en el trabajo de laboratorio tropieza directamente con Henri a la razón, le enrostra a veces de darle demasiado poca».54 Claro está
Piéron,52 quien concibe la psicología como parte de la biología, como que para Jacobi la razón se ha convertido en «la facultad que nos
estudio de los modos de reacción, pues el psicólogo debe ignorar la hace creer en lo incomprensible, incluso si contradice lo que compren-
conciencia. En Piéron no se destaca ninguna preocupación epistémica demos».55 Y a través de la crítica de Brentano, del irracionalismo de
particular o, mejor dicho, para él la epistemología biológica "explica, a Bergson, de la «intencionalidad» brentaniana y de la «intuición» berg-
la vez, la psicológica, actitud que para Piaget, quien precisamente viene soniana 1 Piaget se enfrenta con la dualidad de la razón como pensa-
del campo de la epistemología biológica en busca de una solución psi- miento crítico, que asegura un conocimiento verdadero, y de la razón
cológica del problema del conocimiento, resulta incongruente con la que permanecería extraña a la conciencia y haciéndose únicamente
628 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 629

posible como hecho metafísico,66 como inteligencia agnóstica. Lévy- sentir. Aquí es patente un círculo vicioso que sin duda para Piaget,
Bruhl replantea la cuestión en el plano de la etnograffa,57 y el pen- discípulo de Brunschvicg, lector atento de Lévy-Bruhl e investigador
samiento «prelógico>, como denomina a la estructura mental de los de psicología en el laboratorio de Binet, no deja de presentarse como
pueblos primitivos, aparece como antecedente remoto, y contemporá- base del pensamiento «prelógico> de Ios primitivos y del niño en las
neo a la vez, del pensamiento agnóstico. Brunschvicg, con la tesis de primeras etapas de su evolución intelectual. Los hechos de experien-
«las edades de la inteligencia> investiga su evolución en la historia de cia, lo veremos más adelante, le ofrecen la confirmación de este paren-
los cambios del pensamiento filosófico y científico desde Aristóteles tesco. cEs el residuo inconsciente de idolatría natural de dogmatismo
hasta Einstein. Brunschvicg lo investiga y lo enseña; Piaget es su dis- instintivo, que el análisis descubre en el fondo de la mentalidad pri-
cípulo en París, y se propone investigarlo en la duración restringida mitiva>, dirá Brunschvicg, y cpara el niño de ocho a nueve años (como
de la ontogénesis de la inteligencia, en la evolución del pensamiento para Aristóteles, para el primitivo), los pesos, el calor, la humedad, no
infantil. son relaciones; son. cualidades inmediatamente dadas como objetivas,
Analizando las reflexiones que sobre el trabajo matemático han incrustadas como están en los pliegues del lenguaje primitivo. Las cosas.
hecho matemáticos y filósofos, Brunschvicg i>s. encuentra dos concep- no son· más pesadas o más livianas; son pesadas con un peso absoluto,
ciones distintas de la inteligencia. Para una, el papel esencial del espí:- livianas con una liviandad absoluta>, escribirá Piaget, s2 al encontrar
ritu está en captar los términos más generales def discurso, encerrarlos que el calor y el frío, la humedad y la sequedad constituyen ·en la
en una definición primera. La idea aparece así como un concepto en mentalidad infantil parejas de opuestos; sus conflictos explican la
el sentido aristotélico y escolástico del término. Para. la otra, la idea estructura y el devenir del mundo. Los modelos de las cosmogonías
es una acción del espíritu que se traduce en el enlace de relaciones; míticas, de la física jónica, la fisiología de los médicos del siglo va. C,63
es el intelligere, la doctrina inte!, ctualista de platónicos y cartesianos. la mentalidad de los pueblos «primitivos» actuales, los períodos de la
De un lado, un ideal de deducción estrictamente lógica, en la cual la mentalidad infantil, aparecen identificados: toman ·el substrato como
elaboración intelectual podría ser reemplazada por un mecanismo y que norma.
en su forma actual la acerca al ideal de la máquina pensante de los De una manera o de otra, sea cual fuere la denominación, la antino-· ·
cibernetistas y al concepto de las funciones mentales de algunos neuró- mia clásica del nominalismo y realismo se repite en el plano epistemo-
logos, como por ejemplo Penfield; 09 del otro lado, una actividad que no lógico y psicológico. Piaget encuentra que «el primero de esos proble-
parte de ideas totalmente hechas, sino que constituye la idea misma mas es el de las relaciones entre la percepción y la "inteligencia>,64 que
que se elabora, y cuyo ejemplo es la idea de número, producidas en Bergson procura. resolver sobre la base de la intuición, que Brentano
las operaciones mismas realizadas por él.60 Este análisis de Brunschvicg salvara renovando el realismo aristotélico, y que en psicología experi-
desemboca en el hallazgo de dos factores: la Mnna y el substrato,ui mental fuera clásico abordar desde el punto de vista psicofisiológico..
o sea que los mismos elementos entran en contacto y en conflicto en En la disparidad de enfoques, Piaget descubre que en los diversos
el plano superior del conocimiento por el pasaje de la representación planteos se tiene en cuenta las configuraciones perceptivas por un lado,
,sensible al conocimiento racional. El subs.trato está formado por el fondo las estructuras operatorias por el otro, como dándose conjuntamente en
de hábitos mentales que constituye la Úlfraestructura biológica y social el individuo, en tanto que sus estudios sobre el pensamiento preopera-
del pensamiento; la norma es el arranque de la razón; .el liberarse del tivo en el niño,65 le demuestran que dichas estructuras están muy uni-
realismo para crear combinaciones de reacciones en relación gradual- das con las configuraciones perceptivas,<1 6 lo que no es el caso de las
mente más estrecha con la técnica experimental. Entre ambos facto- estructuras operatorias ulteriores. En psicología, dos modos de inter-
res, los grandes sistemas del conocimiento han procurado establecer pretación están abiertos: atomismo o Gestalt, que Piaget termina por
un equilibrio que resulta siempre ·inestable, armonía precaria, en tanto definir como «un genetismo sin estructura y un estructuralismo sin
Jos dos factores no hayan sido centeramente esclarecidos y -dirá génesis>.67 El atomismo psicológico considera al todo como formado
:Brunschvicg- radicalmente discernidos:.. Cuando el substrato es to- por asociaciones de elementos preexistentes; la Gestalt considera esos
.mado como norma, y el ejemplo es el realismo matemático de Aris- elementos como diferenciados en el interior de una totalidad presente
tóteles, la relación de la inteligencia con su objeto es imaginada como en el acto mismo de la percepción: no existen con independencia de
una relación directa entre la sensación y la cosa sensible, ces como si las relaciones que los unen. En suma, no se trata de la validez de uno
la cosa pudiera estar dada en derecho antes de estar dada en hecho>; u otro de los enfoques; la determinación del concepto de verdad no
sería una preintuición ontológicamente superior al acto mismo de · está de por medio. En el fondo, se trata de un problema epistemológico,
631
IÚTICA DE LA PSICOLOGÍA
.· HISTORIA C
630 ALBERTO L. MERANI , . . .d que se vuelve
, , evolutivo del mdivi uo 1 hombre
o, mejor dicho, metodológico. El antagonismo se revela facticio para Pia- en la intelig~~ci:x!:':°::ºparte al ad~lt~, mi~:~=fa~~=. :ue ofrece
,get, porque ccualquier génesis parte de estructuras .anteriores para adulto..El rm énesis de los procesos psiqmcos si uiente, el fenómeno
·construir otras nuevas, y toda estructura implica de ese modo una no exp~icat a g tructurados. Se presenta,. por co~b~ con carácter per-
génesis, en una 'regresión sin fin> (sin ccomienzo absoluto>) .~s ·. en conJun o, es turas· la adulta irreversi ' cualquier mo-
En su paso por la biología y la' epistemología biológica, en su aden- de dos tipos de esdtrudc y l~ infantil reversible, ~ue len·ones aparente-
. t una vez a a, . ' tle esti.mu aci úl
trarse en la lógica, 611 Piaget toma contacto directo con el método gené- manen e . incluso en funcion e tivas y m -
tico. Pero, claro está, este método aparecía demasiado apegado al evo- mento puede cambbl.iarExisten múltiples estructurlas p~r~~s estructuras
oco nota es. . ·como as mis l
lucionismo positivista; el problema de los géneros, con que lo vimos roent e P de la inteligencia que, . llega a resolver e
enfrentarse, impedía su adaptación sin más ni menos. No se trataba • tiples estructuras te adquieren sentido si se y las segundas.
· únicamen ., 1 primeras
de establecer una génesis de tipo lineal, una filiación a lo Linneo, en operativas, 1 filiación o no fi.liacion entre as d Piaget se lo plantea.
la cual se sucedieran las fases de un proceso sin detenerse en el pro- , . problema de a l' ión no es nuevo cuan o desde Taine 73
ceso mismo, sino de establecer de qué manera, cómo ese proceso es · El pr~bl~m:ad~;:u:ui;~ c~ntaba entre s~~ e:~~!~~Ó: de los procesos
consecuencia de otros, y, además, en qué medida los involucra y se La psico º, i esolverlo por dos ca.mi?os: i e~ ronta de Durkhein; la
separa de ellos. Los moluscos alpinos, cuya adaptación preocupara a
Piaget, le preocupa aún hoy,10 era un ejemplo. La experiencia como
:e~:'~':~o~ los sociales, q~e i:it;~~sª ~~ei~~rivó, naturalmente, en
. d tificación con procesos s.
filósofo agregaba a su acervo el manejo del método histórico-crítico,71 l en 'cismo de tipo evolucionista.. · 1 niño el lenguaje y el pen.;:
cuya proyección en el plano epistemológico podía, por fo menos parcial- me'i:iel laboratorio, Piaget inve~~~:o e~ae representación dell mubnld~a
mente, corregir los defectos de la metodología genética. Brunschvicg 1 . . . y el razonami ' 'bl te en e pro e
aplicaba con brillo el método histórico-crítico en sus análisis de la samiento, ·e d Juicio planteos desemboca, ineludi ~m~n ~a estructura a
evolución del pensamiento filosófico y científico, incluso un éxito admi- y cada~~~ió~ s~ada vez que se tr~ta de~:::ª~; s:jeto que percibe y
rable había logrado en estableciendo las cedades> de la deducción ma- d~ la stalla la. cuestión de las relacione(psor las mediciones físicas, .etc.)
temática. En el laboratorio, que alternaba con los cursos de Brunsch- o a e nocidos de· antemano .. 1 roblema <i:es mse-
vicg, Piaget maneja el método genético. En efecto, en el terreno de los caracteres co p p·aget en definitiva, e p . , 75 y se
b' t ercibido. ara i ' , . d la percepcion»,
la inteligencia infantil, como en el de las percepciones, de las opera- del o 1e ~ p la significación epistemologica ~r análisis de los concep-
ciones intelectuales, el estudio genétic() nos informa acerca de las mo- parable. e . Una general, otra P vez esta-
d dos maneras. « .t n buscar, una
dalidades de construcción de los mecanismos. en acción. Sin duda, no plantea . e L manera general. consis e e ntre las estruc-
se trata de la explicación; la descripción de mecanismos no nos aclara tos particulares. a . los caracteres comunes. e . undos
b'ecidas las diferencias con de la inteligencia, si los. seg ,
las conductas ni los modos de las operaciones intelectuales. Cuando " ptivas y las estructuras . ' a las situaciones mas
Piaget asienta en los estadios de la sensomotricidad la evolución de la turas perce . r simple extension r movi-
inteligencia infantil, 72 tal inteligencia está presentada en su modalidad derivan de los pr~mereossp. :~os temporales crecientes, e~bcl.)e,s ~o las ope-
· (distancias, . emirreversi .
de formación; y nos dejaría frente a la duda de saber si su evolución comp1e1as . . de las regulaciones s 1 d 1 transmisio-
refleja un carácter finalista, o sea que tiende a un equilibrio con las lidad progresiv~br:s:~~. o si la continuidad eventu~ ~in:ión gradual
formas de razonamiento, operaciones y estructuras lógicas en el adulto, raciones rev~rsi e 'cont;ario, solamente por la su or otor en general,
a la Denkpsychologie alemana, que a partir de Brentano ve en el nes se explica, al t' as al esquematismo sensomd Uo de la
de las estructuras percep iv fuente auténtica del esarro le-
~ue .cons~:~i~!ª~ine~:;:,e~st~a planteamiento 1~~b~~;:~ss~~p~~:~os:
pensamiento un «espejo de la lógica>, de donde resultaría que ésta
es innata y que· el individuo, al crecer y evolucionar, marcha hacia
la ubicación en encuadres predeterminados, modalidades del cono- :.~~i~:~c el. análisis particular d~ c.ad~ou~: ~= velocidad, del tiemp~, de
cimiento, o si esa lógica es resultado de una construcción progresiva. , 1 acio del movmnen , . . o como nociones
Lévy-Bruhl había establecido el paralelismo de diversas clógicas> en el percepcion de esp ' 1 niño se presentan prime: T 1 nálisis
la causalidad, etc., que ente finalmente los contenidos. a 'tad ge '
pensamiento de la humanidad actual; Brunschvicg, contemporánea- . estruc urar fu · • del me o o -
mente, explicaba la evolución de la lógica en el pensamiento efe Occi- preoperat;v~s'. para uede ser realizado en n~10n. . el método
d e por si, umcamente p 1 1 o de la ontogenesis, con 'd d
dente. Se trataba de la aplicación a la razón del método histórico- . t imila en e P an 1 d 1 humam a '
nético, que Piage as . ' 1 d la evolución menta e a
crítico en escala hasta entonces jamás intentada. Piaget, por su parte, histórico-crítico en el mve e
deja de lado la inteligencia fenómeno del género humano y se centra
632 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 633
porque si dejara de hacerlo la significación epistemológica de su bús- organizadas a lo largo de su génesis, «en lugar de proceder por aso-
queda desaparecería y, ya lo vimos, siguiendo el ejemplo de Brunsch- ciaciones entre sensaciones aisladas; y atribuyendo a esta organización
vicg, encuentra que el problema de la filiación sólo se resuelve dentro la misma fuente relativa al sujeto».81 Es la fórmula de Michotte 82
del terreno epistémico. corregida de manera que la estructuración de las percepciones proceda
Tanto Brunschvicg como la psicología misma a partir de Bergson de modo análogo al de las nociones porque arrancan de raíces senso-
con los intérpretes de la Gestalt y los continuadores del asociacionism~ motrices comunes. Piaget opone al empirismo y a· la fenomenología ·
Y el empirismo, procuraban distinguir dos tipos de conocimiento: ope- gestaltista un «estructuralismo genético:>. Cada estructura es el pro-
rativo Y figurativo en la terminología de Piaget, según se tratara de ducto de una génesis; cada génesis, el pasaje de una estructura menos
objetos o de dominios del pensamiento .a considerar. La naturaleza evolucionada a otra más compleja, y en el contexto de esta inter-
operativa se nps impone si consideramos que un sistema operativo de relación activa se ubican los intercambios entre sujeto y objeto, resul-
transformaciones consiste en modificar ciertos estados para dar lugar tando de tales intercambios un fenómeno oper~tivo: la inteligencia.
a otros, y recíprocamente. Al mismo tiempo, el aspecto figur~tivo brin-
daría la señalización o la representación de los estados. Ya Pávlov 77 5. El giro hacia la filosofía poT intermedio de las matemáticas y
había condenado ese dualismo, que resolvía en la fusión fisiológica de de la lógica. - Un pensamiento cuyas bases originales se han ido estruc-
sujeto Y objeto. Piaget 78 también conviene en que se debe encontrar turando a lo largo de más de cuarenta años, las ideas de un hombre
un modo de unión que integre la función· cognitiva. «Consiste en ne- que piensa y escribe mucho, resultan r.my difíciles, por no decir impo-
garse a admitir cualquier dualismo radical entre la experiencia y la sible, de sintetizar. Y si ese pensamiento abarca tanto el campo de las
deducción, y en. considerar la experiencia como estructuración pro- ciencias como el de la filosofía, o, mejor dicho, se escinde en ambos
gresiva Y no simplemente como una lectura, en tanto que la ,deducción campos por decisión expresa de su autor, que les niega caminos comu-
es una coordinación de operaciones y no simplemente un discurso.» 79 nes de evolución y los pone en rieles paralelos, la dificultad tropieza
Con otras palabras, por consistir la experiencia en acciones sobre los con contradicciones que se resuelven o ahondan, según el caso, en cada
objetos, Y las operaciones deductivas en acciones interiorizadas y coor- nuevo trabajo. Estamos frente a la dinámica de un pensamiento que
dinadas, sólo existe entre la estructuración que interviene en la expe- año tras año se reconstruye, se sintetiza, y cuyas proyecciones han ter-
riencia Y la de las construcciones deductivas diferencia de grado, desde minado por volcarse íntegras, finalidad expresa de tantos decenios de
el J?unto de vista del funcionamiento. Claro está «que las percepciones búsquedas, en el problema del conocimiento. Tal es el caso de Jean
no constituyen la fuente del conocimiento, puesto que ésta precede la Piaget, y tales las dificultades para reducir su pensamiento a un esque-
acción completa, en sus esquemas .operativos». so Las percepciones asu- ma, puesto que intrínsecamente desborda cualquier esquematización
men la función ·de medio de unión que asegura, en el tiempo y en el y la síntesis de hoy solamente puede preanunciar el desarrollo de ma-
espacio, el contacto de las acciones de operaciones con los objetos o ñana. En tanto Piaget viva y produzca su pensamiento, únicamente
acontecimientos. De este modo, por una parte el su3eto, que tiende a podrá ser asido en su fluir; a diferencia de otros pensadores que cie-
organizarse ~~jo la influencia de las actividades perceptibles; por otra, rran ellos mismos el ciclo de su evolución ofreciendo una teoría defi-
la prefigurac1on aparente de la noción operativa en la percepción. En nitiva, Piaget la reconstruye en cada obra. Conscientes del problema,
lo que ·al objeto respecta, la percepción sólo ofrece conocimientos que nos atuvimos al método histórico-crítico para este análisis: buscar las
únicamente adquieren significado cuando son asimilados por los esque- fuentes, criticarlas, rastrear sus proyecciones en nuestro autor y dejar
mas sensomotores; en lo referente al sujeto, la percepción es un ca- a su pensamiento futuro que fluya. No obstante, crítico por excelencia,
mino dé conexión que permite .asir un reflejo de lo inteligible. En este Piaget debe ser criticado para comprenderlo, para asir el núcleo de su
punto, piedra de toque de las cuestiones epistemológicas desde Kant, pensamiento. Pero no existe crítica del mañana, apenas se puede esbo-
se centra para Piaget el problema de las relaciones entre sujeto y zar la del hoy y únicamente es real la del ayer. Y en Piaget el ayer
objeto. Si para Pávlov la antinomia se resolvía en el dominio de la significa etapas; de aquí que la crítica de cada una de ellas nos apro-
fisiología, para Piaget se explica a través del desarrollo del proceso xime apenas al núcleo eurístico y no sea difícil que de inmediato quede
perceptivo con sentido kantiano en lo que al significado epistemológico superada por el desarrollo de la etapa · siguient,e. Además, muchas
se refiere. Las formas a priqri de la «sensibilidad», el · esp:icio y el veces las críticas a Piaget psicólogo no alcanzan necesariamente a Piaget
tiempo, se traducen con Piaget en términos de actividades percepti- epistemólogo, y viceversa; o, lo que es apenas nota marginal en uno
vas (vid ut supTa) y de construcción real; las percepciones aparecen de esos terrenos se convierte en objeción fundamental en el otro.
634 ALBERTO L. MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 635

~am_bién es .verdad que Piaget psicólogo y Piaget epistemólogo son ines- las manifestaciones o aptitudes sucesivas que aparecen en el compor-
cmdibles; sm una Y otra tesitura, su pensamiento carece de coheren- tamiento del niño>.s1 Sin duda, Bergson, Brentano, Lévy-Bruhl, y en
cia. Nada se puede concluir sobre el pensamiento de Piaget sin tener cierta medida Brunschvicg, compartían el concepto diltheyano de cex-
estas apreciacionés siempre presentes. plicamos la naturaleza, comprendemos la vida psíquica>, 88 y Piaget lo
En efecto, desde el punto de vista psicológico, Piaget ubica sus tra- acepta cuando pone como postulado ineludible la adaptación de la men-
- bajos en oposición al concepto evolutivo psicofisiológico que caracte- talidad infantil a la mentalidad adulta colectiva. cTodo el pensamiento
riza ~ la psicol.ogía, en especial de la infancia, en las primeras décadas del niño está destinado desde los comienzos del lenguaje a fundirse
del siglo. CollSl?era que el desarrollo es esencialmente progresivo, pero progresivamente en el pensamiento del adulto>,ª11 y precisamente en
cada etapa esta señalada por continuidad entre el plano motor y el el fenómeno del conocimiento de la naturaleza es donde se encuentra
plano verbo-intuitivo. Así, aunque los estadios del desarrollo le reve- toda explicación. No se trata, como se ha argumentado,90 que Piaget
len en primer término una profunda unidad funcional su finalidad es conciba la explicación de la inteligencia como trazando su desarrollo
en última instancia, lograr el «estado de adaptación y de equilibrio del para lograr el equilibrio final, sino que esa descripción se vuelve causal
adulto», de manera tal que el largo pasaje representado· por la edad «cuando los factores que aseguran el pasaje .de una etapa a la siguiente
e~~lutiva significaría sucesivos períodos 'de inadecuación, de inadapta- son puestos en evidencia».91 La psicología de Piaget es descriptiva
c10n, hablando con miras a los valores del adulto, que tendrían como porque su epistemología es explicativa; cuando estudia los estadios de
punto de referencia el pensamiento socializado de éste. «La historia del la inteligencia infantil se preocupa de investigar los factores que asegu-
desarrollo intelectual del niño -escribe ya en su primera obra sobre ran su evolución. No explica la inteligencia, describe su hacerse, por-
el tema- es, en gran parte, la historia de la socialización progresiva que la explicación en este caso cae por entero dentro de la episte-
de un pensamiento individual, primero refractario a la adaptación social mología o, mejor dicho, de su epistemología genética. Cuando Kedrov
después progresivamente penetrado por las influencias adultas ambien~ le reprocha de psicologizar la epistemología, Piaget acepta complacido
tales.> 83 Para explicar la inteligencia, los psicólogos los filósofos los la observación;92 más todavía, destaca años después una y otra vez el
bio. 'l d al , ,
ogos, 84 acu en subterfugio de presentarla con cierta estabilidad episodio en el XVIII Congreso Intern¡¡.cional de Psicologfa,93 porque
c?mo si la marcha del tiempo hubiese estado detenida; existe una espe~ para él la explicación psicológica se debe encarar sobre un plano más
cie de suspensión del juicio, o sea negación de afirmar 0 de negar general que el de la psicología, ciencia interdisciplinaria en su con-
ª.lg~· 85 Con m ' t~nc10.n
'' o sm. ella, caen en el agnosticismo, y su epokké, cepto, y en el cual desembocan los trabajos que realiza, dirige y pro-
SI bien no es pirromana, corresponde, en alguna medida, a la reducción pugna en el cCentre d'Épistémologie Génétique>.
fenomenol6gica, a la epokké fenomenológica del Husserl de las Medita- La crítica de Wallon a Piaget apunta al hecho de que el plan expli-
ciones cartesianas. Para Piaget; por el contrario, explicar la inteligencia cativo en psicología debe corresponder a una teoría general cque encie-
no es poner «entre paréntesis> o «fuera de circuito> el problema, sino rre en potencia la evolución del ser en partiendo del átomo a las socie-
<poner las operacione.s superiores en continuidad con todo el desarrollo dades humanas y en pasando por las especies animales». 94 Con ello
estando éste concebido como una evolución dirigida por necesidade~ quiso significar que la función eurística únicamente puede conseguirse
;internas de equilibrio. Y esta continuidad funcional se alía muy bien por medio de la función de ciencia y filosofía. En efecto, para Wallon
con .la .distinción de las estructuras sucesivas>,86 En su concepto, la el conocimiento no representa la confluencia de dos vertientes, el
contmuidad entre el plano motriz y el plano verbo-intuitivo explica el encuentro final de la· sagesse y la sabiduría, un 'confrontamiento en
hecho esencial de la marcha de las operaciones lógicas en la búsqueda última instancia, sino que, imbricados sus caminos, sagesse y sabidu-
d<; :UO equilibrio progresivo. De esta manera, otorgando al método ge- ría se apoyan, chocan, se niegan y se afirman a la vez, y cambios apa-
netico el sentido de continuidad progresiva del método histórico-crítico rentes o radicales de orden cuantitativo dan origen a cambios cualita-
asimilando los estadios de la ontogenia de la mteligencia con las «eda~ tivos, y viceversa. Así, la ciencia alcanza la cualidad, y la filosofía la
d~s> del desai:rollo histórico de la inteligencia de Brunschvicg, para cantidad. Piaget, por el contrario, y la crítica walloniana sirve para
Piaget el pasaJe de una etapa a otra se realiza por transiciones insen- aclarar su tesitura, considera que la filosofía tiene una función meta-
sibles Y cae,· con este proceder, en sus primeros trabajos, en la con- física que desemboca en la sagesse, «porque es una coordinación razo-
fusión entre descripción y explicación que le achacara Wallon. En nada de todos los valores, comprendidos los valores cognoscitivos, pero
efecto, éste pudo reprocharle que cesa continuidad es, en realidad, todo superándolos sin quedar en el plano del simple conocimiento>.95 El
lo que puede asir quien se propone exclusivamente la descripción de saber como conocimiento correspondería, en tal caso, únicamente a la
º636 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 637

ciencia, que debe separarse de la filosofía, porque en su constitución vista, de idealismo, etc., de que fuera objeto Piaget; la objeción fun-
debe estar implícita como renuncia necesaria la determinación de no damental de Wallon a su sistema de ideas, corresponden a la época de
mezclar «a la exposición lo más objetiva como sea posible resultados sus proposiciones. Desde el punto de vista de una clasificación, sus
que se esperan o explicaciones que se buscan, preocupaciones que se trabajos se agrupan en diversos planos; más todavía, se contradicen.
tienen tal vez con anterioridad, pero que se está obligado a dejar fuera Enfocados, sin embargo, con sentido de una contin,uidad gnoseológica
de las fronteras trazadas ( ... ) . La historia del pensamiento científico ( ... ) revelan una idea que se autoconstruye. Acaso la división tajante de
es la de una escisión progresiva entre las ciencias particulares y la filo- ciencia y filosofía que informa sus investigaciones psicológicas ¿sea
sofía».96 De este modo, Piaget retorna, una y otra vez, al quid de sus válida adentrándose en la epistemología genética? ¿La superación del
años de formación; en· su confrontación de ciencia y filosofía se trata escollo no e~tá implícita en su aceptación de la convergencia entre sus
de dilucidar el problema de la verdad, «que solamente adquiere valor interpretaciones y la dialéctica? 105 En un pensador que arranca de la
propio encarnándose en reglas obligadas de verificación». 97 En una pa- matriz común de ciencia y filosofía, .convencido de que la hipótesis es
labra, la ciencia representaría la coordinación de valores, que única- la finalidad, el meollo y la verdadera consistencia de las construcciones
mente puede realizar.se desde uh punto de vista descriptivo y por medio científicas, cambiantes pero progresivas, ¿el conflicto de filosofía y
de reglas obliga.da.s de verificación, en tanto que la filosofía únicamente ciencia, producto de la madurez de su pensamiento, se mantendrá en
alcanza ese nivel otorgando a la coordinación sta.tr¿s ontológico. Cree los frutos de esa madurez? Lo ignoramos; todo depende de que Piaget
descubrir así una ilusión epistémica, «ese género de sofismas que Kant comprenda y valore con sentido realista ambos aspectos, esto es, se
denunciaba hace dos siglos».n No obstante, Piaget se adhiere a la de- ubique en un punto de vista ccrítico>, el único fecundo en la búsqueda
mostración de Duhem 9 11 en el terreno de los hechos físicos, de que una científica.
comprobación es siempre solidaria de una teoría, de un sistema de
interpretación y, naturalmente, lo elabora, por lo que Mueller ioo afirma
que Piaget, creyendo atenerse a la experiencia, hace en realidad filo- NOTAS
sofía. La respuesta es airada, pues «hacer filosofía significaría enunciar
proposiciones in verifica bles o ilógicas» 101 Piaget, ya lo vimos,. al iniciar l. Cf. Jacques Monod, Le hasard et la nécessité, Paris, 1970.
2. Jean Chateau, La malaise de la psychologie, Paris, 1972, y Didier Deleule,
sus estudios de epistemología «necesitaba de la psicología», y haciendo L& psychologie mythe scientifique, Paris, 1969.
una psicol6gía accede al plano más general que, piensa, requiere de la 3. Gaston Bachelard, La formation 'de !'Esprit Scientifique, Paris, 1960.
epis.temología. Cuando entró en el campo de la psicología fue porque 4. Grundriss de Psychologie, Loe. cit.
se enfrentaba con la cuestión de las «estructuras» de la verdad y sólo 5. Arthur Schopenhauer, Il mondo come volanta e rappresentazione, Bari, 1914.
6. Schopenhauer llega a identificar el noumenon o Ding an Sich con la «Vo-
se le abría entonces una manera de considerarlo: el análisis de las luntad», según él la entiende.
condiciones formales. De siempre, este análisis había sido provisto por 7. Dictionary of Philosophy and Psychology, Edited by J .. M. Daldwin, New
la lógica, pero a partir del teorema de Goedel, en 1930, la teoría se York, 1901-1905. ·
vuelve incapaz de probar las lagunas o contradicciones internas de la 8. Franz Brentano, Psychologie vom empirischen Standpunkte, Wien, 1874.
9.- Brentano, Loe. cit.
verdad matemática en general. Para la época, Piaget había iniciado 10. La psicología de nuestro siglo lleva hasta pasados los años treinta, y sin
con éxito el estudio del origen y desarrollo de esas nociones en el excepción, el sello bergsoniano. La psicopatología, con Monakow y Mourge,
niño,102 y encuentra un nuevo camino, capaz de superar la contradic- -Blondel, Guiraud y E. Minkowski, es para entonces, con razón .º sin ella, berg-
ción descubierta por Goede1,10a porque las «estructuras madres» (alge- . soniana. Vid. al respecto: cAu fil du courant_ en suivant la demence précoce•,
por Eugene Minkowski, en L'tvolution Psychiatrique, tome XXXI, fase. Il, 1966.
braicas, estructuras topológicas y de ordenación) no son artificiales, 11. La bibliografía de Jean Piaget es inmensa; aquí citamos las obras que
sino «naturales», como prueba su existencia de los siete a los ocho años tienen relación directa con nuestro texto y en el orden en que son citadas:
en adelante y el hecho de que la construcción psicológica de las estruc- Sagesse et illusions de la philosophie, París, 1956; Le jugement et le raisonnement
turas espaciales está de acuerdo con el moderno orden teórico (de la chez l'enfant, Paris, 1924; Les mécanismes perceptifs, Paris, 1961; La constru.c-
1ion du réel chez l'enfant, Geneve, 1947; Traité de Logique, Paris, 1952; De la.
topo'.ogía a las esructuras proyectivas y euclídeas) y no con el orden logique de l'enfant d la logique de l'adolescent (en col. con Ingelder BiirbeD, Pa-
histórico.104 Aquí nos enfrentamos con un giro del pensamiento de ris, 1955; La naiasance de l'inteligence, París, 1927; La psychologie de l'enfant
Piaget hacia la filosofía por intermedio de las matemáticas y la lógica. (en col. col Ingelder Biirbél), Paris, 1966; Le langage et la pensée chez l'enfant,
Y este giro no será sin duda el último de un pensamiento tan rico Neuchatel, 1924; La représentation du monde chez l'enfant, Paris, 1926; Intro-
d"ction d l'epistemologie génétique, Paris, 1950; La représentation de l'espace
en perspectivas. En efecto, las múltiples críticas de empirismo positi- chez l'enfant, Paris, 1947; Le langage et la pensée chez l'enfant, Paris, 1948;
msTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 639
638 ALBERTO L. MERANI

principalmente a lo que hoy se denomina los principios de conservación, según


La génése du nombre chez l'enfant, Geneve, 1941; La géometrie spontanée de
renfant, París, 1948. demostrara E. Meyerson, ldentité et réalité,, Paris, 1908. , . . , .
4L Claude Bemard, lntroduction a l'etude de la medicine experimentale,
12. El caballito de batalla es siempre Los orígenes de la inteligencia, obra
en la que apenas están esbozadas las ideas de Piaget. París, 1865.
13. En este sentido es un buen ejemplo el largo párrafo dedicado a Piaget 42. Vid. Sagesse et illusions de la philosophie, Loe. cit.
43. Vid. Alberto L. Merani,. Problemas y pseudoproblemas de la psicología,
en The History of Psychiatres (New, York, 1966), obra escrita por autores de
tanto renombre como Franz G. Alexander y Sheldon T. Selenich, con Prefacio Loe. cit.
44. Antonio Gramsci, ll materialismo storico e la filosofía di Benedetto Croce,
de Jules H. Masserman.
14. Los pasos de la estructuración de este pensamiento están descritos por el Loe. cit..
propio Piaget en el primer capítulo de su libro Sagesse et illusions de la philo- 45. Sagesse et illusions de la philosophie, Loe. cit. . .
46. Pierre Oléron, «Le 75 Anniversaire du Laboratoire de Psycholog!e E:rpe-
sophie, Loe. cit.: «Récit et analyse d'une déconversiom.
15. Sagesse et illusions de la philosophie, Loe. cit.
rimentale et Comparée» de l'École Pratique des Hautes Études, Bulletin de
16. Ibídem. Psychologie, mars 1966.
17. «Puesto ·que en ella [la psicología] los elementos múltiples de la observa- 47. La modalité du Jugement, Paris, 1894.
48 .. Apud. Deu:r types d'attitude reUgieuse, lnmanence et. transcendence, Pa-
ción interna únicamente se b'eparan unos de otros por una simple operación abs-
tracta, sin poder ser conservados ni renovados a voluntad.» Prefacio a Funda- ris, 1928.
mentos metafísicos de la ciencia de la naturaleza. 49. Vid. parágrafo 4.
18. Sagesse et illusions de la philosophie, Loe. cit. 50. Les théories de Z'induction et de l'expérimentation, Paris, 1929.
19. The Physiolo¡jy and Pathology of Mind-Body and Mind, London; 1875. 51. Sagesse et illusions de la philosophie, Loe. cit.
20. John Locke. Sorne thoughts concerning · Education, The Harvard Clas- 52. Pierre Oléron, Loe. cit.
sics, vol. 37, London, 1910, y Essai sur l'entendement humain. :tdition Didot, Pa- 53. Lucien Lévy-Bruhl, La philosophie de Jacobi, Paris, 1894.
rís, 1821. 54. Ibídem.
21. Le fondement de l'Induction, París, 1886. 55. Ibídem.
22. Lci pensée et le mouvant, Loe. cit. 56. No olvidemos que a Kant se le planteó la antinomia y la resolvió, pri-
23. Ibídem. mero en la Crítica de la razón pura en favor de la razón como pensamiento,
24. Artículo publicado en la Neue Freie Presse, 1895. para '1uego en la Crítica de la razón práctica volverse en favor de la integración
25. Psicología genética, Loe. cit. fideísta. «Debí suprimir el saber para dar lugar a la creencia», dice en el Prefacio
26. La atribución de un ser verdadero a esos objetos ideales, implícita en el a la segunda edición de la Crítica.
57. Vid. Luden Lévy-Bruhl, Les fonctions mentales dans les sociétés infé-
sustancialismo bergsoniano, está explícita en Husserl, aunque fuera discípulo de
Brentano. En la psicología de Meinong, también discípulo de Brentano, aparece rieures, Paris, 1910; La mentalité primitive, Paris, 1922; Les carnets de Lucien
cuando acepta «objetos subsistenteS» y sin embargo «ausentes». Lévy-Bruhl, París, 1932.
27. Brentano siempre defendió el estudio de las «relaciones concretaS» o sea 58. Léon: Brunschvicg, Les étapes de la philosophie mathématique, Paris, 1913.
la psicología experimental, para el análisis de hechos «singulares» que en 'su sis- 59. Wilder Penfield and Lamar Roberts, Speech and Brain-Mechanisms, Prin-
tema, la inducción debía integrar. Tanto es así que desde 1880 hasta' 1895 fecha ceton, New Jersey, 1959.
en que se retiró a Italia, luchó en la Universidad de Viena por la fundadión de 60. Léon Brunschvicg, L'expérience humaine et la causalité physique, Pa-
un instituto de psicología experimental. · ris, 1921.
28. Nunca ha sido estudiada la relación de este pensamiento de Brentano con 61. Vid. Léon Brunschvicg, Les O.ges de l'intelligence, Paris, 1953.
el origen de la teoría psicoanalítica, pero no dudamos de su influencia decisiva 62. Le jugement et le raisonnement chez l'enfant, Loe. cit.
en la evolución del concepto de psicopatología en Freud. 63. Vid. Guido de Ruggiero, Storia della filosofía. La filosofía greca (vals. I
29. Fi:anz Brentano, Un~ersuchungen zur Sinnespsychologie, Leipzig, 1907. y lI), Bari, 1921).
30. Vid. Sagesse et illusions de la philosophie, Loe. cit. 64. Jean Piaget, Les mécanismes perceptifs, Loe. cit.
31. Alexius Meinong, Psychologische-ethische Untersunchungen zur Wer- 65. La construction du réel chez l'enfant, Loe. cit.
theorie, Leipzig, 1894. 66. Les mécanismes perceptifs, Loe. cit.
32. Edmund Husserl, Logische Untersunchungen, 1900-1921. 67. Ibídem.
33. Cf. Francesco de Sarlo, Psicología e filosofía, Milano 1918. 68. Ibídem.
34._ Vid. Sagesse et illusions de la philosophie, Loe. cit. ' 69. Traité de Zogique, Loe. cit.; De la logique de Z'enfant d. la logique de
35. Herbert Spencer, First Principles, London, 1862. l'adolescent, Loe. cit.
36. Vid. Sagesse et illusions de la philosophie, Loe. cit. 70. Vid. Sagesse et illusions de la philosophie, Loe. cit.
37. Revue de Métaphisique, janvier 1912. 71. Ibídem. . 1
38. La influencia determinante de Bergson en éste y otros aspectos del pen- 72. La naissance de l'intelligence, Loe. cit., y La psychologie de l'enfant,
samiento de Piaget, está explícitamente expuesta por nuestro autor en Sa.gesse Loe. cit.
et illusions de la philosophie, Loe. cit. '13. Vid. Hyppalite Taine, Nota sobre la adquisición del lenguaje en los niñoa
39. Vid Sagesse et illusions de la philosophie, Loe. cit. ti en la especie humana, Anales de Psicología, Caracas, 1965. La publicación
40. Principios, II, 37. Sin embargo, no debemos olvidar que la manera como original apareció en la Revue Philosophique, 1876,
Descartes define las leyes de la naturaleza muestra que su propósito apuntaba 74. Le langage et la pensée chez l'enfant, Loe. cit.; Le jugement et la raison-
640 ALBERTO L. MERAN!

nement ·chez l'en.fant, Loe. cit.; La réprésentcition du. monde chez l'enfant, Loe. cit.
75. Les mécanismes perceptifs, Loe. cit.
76. Les mécanismes perceptifs, Loe. cit.
77. Vid. Presencia de lván P. Páv!ov, Loe. cit.
78. Introdu.ction a l'épistemo!ogie génétiqu.e, Loe. cit.
79. Les mécanismes perceptifs, Loe. cit.
80. Ibídem.
81. Introdu.ction d l'épistemo!ogie génétiqu.e, Loe. cit.
82. Las percepciones «amodales», o sea una abstracción de las nociones par-
tiendo de la percepción. Vid. A. Michotte, La perception de la cau.salitti, Lou- CAPÍTULO 2
vain, 1954.
83. Le langue et la pensée chez l'enfant, Loe. cit. LA DIALÉCTICA EN PSICOLOGiA
84. Así, respectivamente en cada campo, y por ejemplo: Claparede (Génese
de f'hypotheses) afuma: «Inteligencia es ( ... ) la capacidad de resolver por el pen·
¡;amiento problemas nuevos. Esta definición funcional nos parece la más wm-
prensiva que se pueda dar de la inteligencia.» Ed. Globot (Systhéme des Scien- l. Presencia de H enri Wal'Lcm. - Se trate del behaviorismo, del
ces) piensa que «los procederes de la inteligencia son los de la selección, pero psicoanálisis, de la Gestalpsychologie o de cualquier otra corriente,
de una selección que mata ideas e hipótesis, en lugar de matar seres vivienteS»,
y G. Viaud (Les instincts) escribe: «La inteligencia es siempre comprensión e
descubrimos de inmediato que, declarada o subrepticiamente, sus pos-
invención ( .. .). A menudo, la comprensión y la invención son en el hombre re- tulados se revelan sustancialistas. El pensamiento de Descartes conti-
sultado de razonamientos abstractos y lógicos, que se convierten en posibles por núa como telón de fondo de los psicólogos; la oposición entre extensión
el empleo del lenguaje conceptual. En el animal son el hecho de un pensa- y pensamiento, objeto y sujeto para reducirla a la terminología con-
miento intuitivo, intuición, insight, Einsicht (. .. ). Los animalés ( .. .) ven en el
acto imaginado, por adelantado, su efecto posible~. temporánea, revela que se admite la existencia de una sustancia o
85. Vid. Alberto L. Merani. «De la inteligencia y la frenastenia», en Anales sustancias con sentidos diversos: algo que existe por sí mismo sin
de Psicología, Caracas, 1966. suponer nada diferente de lo cual sea un atributo o relación; lo que
86. La répresentation de l'espace chez l'enfant, Loe. cit. hay de permanente es considerado sujeto que existe por sí mismo y al-
d7. Henri Wallon, De l'acte a la pensée, París, 1942.
88. W. Dilthey, Eingleintu.ng in die Geisteswissenschaften, Leipzig, 1883. cual el cambio no afecta, pues permanece «el mismo» . en cualquier
89. I,e langage et la pensée chez l'enfant, Loe. cit.; idénticas razones sosten- circunstancia. Las vertientes del materialismo mecanicista y del espi- ·
drá veinte años después, al afirmar que el desarrollo es «concebido como una ritualismo, cuya conjunción intentara Cartesio, siguen activas. La psi-
evolución dirigida por necesidades internas de equilibrio», con lo cual la inteli- cología se ocupa de «materia» cuya existencia está dada, del objeto,
gencia queda relacionada con «el poder morfogenético de la vida misma», La· ré-
presentation de l'espace chez l'enfant, Loe. cit. o de atributos permanentes de esa materia, del sujeto. La irreducibili-
90. Maurice Reuchlin, HistoiTe de la psychologie, Paris, 1947. dad sustancialista de los psicó~ogos desemboca o bien en un fenómeno
91. Le développement de la notion du. temps chez l'enfant, Loe. cit. de raigambre kantiana, aplicándose la investigación a todo lo que apa-
92. Vid. Sagesse et illusions de la philosophie, Loe. cit. rece en el tiempo o en el espacio, esto es, al fenómeno «objeto de
93. Lo destacó tanto en las sesiones del Congreso, eomo en su discurso al
mismo: Psychology, interdisciplinary relations and the System of Sciences, experiencia posible», o bien en una indetermi,nación que al negar la
Moscú, 1966. posibilidad de conocer la «cosa en SÍ» admite que nunca serán suficien-
94. Henri Wallon, Les origines de la pensée chez l'enfant, Paris, 1945. tes los datos que podemos conocer de un problema y, por consiguiente,
95. Sagesse et musions de la philosophie, Loe. cit.
96. Introduction a la épistémologie génerique, Loe. cit.
éste comporta muchas soluciones, todas verdaderas, ninguna producto
97. Sagesse et illusions de ta philosophie, Loe. cit. de la realidad. El conocimiento se reduce así a una elección intuitiva
98. Ibídem. del· espíritu y la validez de la realidad estaría determinada por la posi-
99. Pierre Duhem, L'évolution de la mécanique, París, 1905. bilidad de libre elección. El hombre que piensa, siente, actúa; el hom-
100. F. L. Mueller, La psychologie contemporaine, Paris, 1964.
101. Sagesse et illusions de la philosophie, Loe. cit.
bre objeto de la psicología, queda liberado en su pensamiento, en su
102. La gennése du nombre chez l'enfant, Loe. cit. afectividad, en su praxis, de cualquier determinismo, y sus actos tem-
103. De la l.ogique de l'enfant a la logique de l'adolescent, Loe. cit. porales se rigen por el libre arbitrio y sus comienzos como hombre
104. La géometrie spontanée de l'enfant, Loe. cit. son absolutos. En consecuencia, la psicología como ciencia se convierte
105. Señalada por Luden Goldmann, M. Rubel, C. Nowinski y otros. Vid. Sa,,.
gesse et illusions de la philosophie y Psychologie, Interdisciplinarv relations and
en lo que Eisler propusiera denominar indetermínis'm.o psicológico, y sus
the System of Sciences, Loe. Cit. resultados reflejan, exclusivamente, una probabilidad en el sentido de
lo que se debe esperar, o derivándola de la propiedad matemática que

41
642 ALBERTO L, MERANI
lllSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 643
constituye la «ley de los grand ,
tica, para la cual la relaci, es ':~er~~'>, una probabilidad estadís- parte, y una .lógica de la inteligencia por otra. El hombre está dado,
a priori, sino observada emp~~ SUJeto-o Jeto no ha sido establecida aunque sea evolutivamente, y es un dato cuyas relaciones con el
. ....1camen e en gran númer d mundo de las cosas y lt;is seres en que vive deben ser encontradas,
r10res y extendida por hipóte . t d o e casos ante-
Basada en la int '. . , l . sis, a o os 1os casos de la misma especie. analizadás, para descubrir la cualidad de su ser y la razón del fenó-
mc1on a primera forma de prob b'l'd d meno que representa. En su sistema, la explicación tiene carácter res-
ter discontinuo 0 continuo d 1 ª l i a , en el carác-
de cualquier manera producteo os. casos 1. a segunda, el hombre resulta tringido, está reducida a sus limites menores. La explicación de Piaget
·,
1uc1on sui generis · creación b t d 1 corresponde a un fenómeno particular: el desarrollo de la inteligencia
o finalidad inescrutable de és . . ' ª, or o ~ a evo-
en el fondo, de la biología de la ta, y l~ ps1cologia, desvinculada, infantil
la sociología, de la histor'·a antrodpolog1a, de la paleontología, de Wallon también parte, en su análisis, de la psicología del niño. Para
i • aunque e manera m ' · f Piaget, «la historia del desarrollo intelectual del niño es, en gran parte,
conserve relaciones con tales d. . 1. ecanica o ormal
en metafísica de un ser l' is~ip mas, se convierte en saber alienado, la historia de la socialización progresiva de un pensamiento individual,
ba,se ?e semejantes consi~~;:~o~e~º:i a~tono.m~sia; Discu.tir ~obre la primero refractario a la adaptación social, después penetrado gradual-
mas aun, si es una ciencia de la n t 1 ps1co og!ª. es ciencia o no, mente por las influencias adultas ambientales)}; o sea que explicar la
canicista, finalista se revel a ura eza ? ~.el esp1.r1tu, si es o no me- inteligencia es poner las operaciones mentales superiores en situación
' a como una petic10n de pr' . . p de continuidad con el· desarrollo, y éste debe ser concebido como una
se d eb e dete~minar el objeto real de 1 . , mc1p1os. rimero
después estudiar ese objeto fin 1 a ps1colog1a, el hecho psicológico; evolución dirigida por necesidades internas de equilibrio. Para Wallon,
ciencia, esto es, como con'.:nto ~:;:iente e.st~ucturar la psicología como por el contrario, la sucesión de los estadios de la infancia aparece como
grado suficiente de unidadJ de g c~~c~nuentos que, poseyendo un esencialmente discontinua. El pasaje de un estadio a otro es algo más
cer conclusiones concordan' t enera i a ' sean susceptibles de ofre- que simple amplificación, adaptación como en Piaget; existe una ver-
. · . es que no resultan de · dadera reconstrucción. Encuentra que, a menudo, el fin de un estadio
intuiciones 0 de intereses ind' 'd 1 d convenciones, de
tivas que se confirman po l~lt uda esd o e grupo, sino relaciones obje.;. y el comienzo de otro están separados por un hiatus representado por
cer este conjunto de conoc'r me . to os e verificaci'on d efi m'dos. Estable- una crisis. «Conflictos -escribe-- puntualizan el crecimiento, como si
. rmien os acerca del hombre d fin. 1 cada uno de ellos fuera una elección entre un tipo pasado y_ otro nuevo
ciones objetivas de los mismo d t . . , • e ir as rela-
definidos, echar en suma las~ Y e e1mmar metodos de verificación de actividad.)} 1 El estadio pasado, que en el conflicto resulta sometido,
razón propia y' no por 1 ~ f asi:; p~ra una ~sicología científica por pierde el poder de regular con utilidad el comportamiento del sujeto;
ha sido la obra de Henri W~~~~~ ~t;ot~lo~l mas o men~s discutibles, cuando un estadio pasado no desaparece en su actividad, o no lo hace
prendida por su maestro p· s .e e ' esta necesidad fue com- completamente, la conducta resulta patológica. Tales crisis son debidas
emprendió la tarea Jean Pia ie;r~. Janet; contempor~neamente con él a dos factores inseparables: biológico uno, representado por la madu-
tintas y los resultados en c~~~e m ei:nbar.go, las actitudes fueron dis- ración del sistema nervioso, que, a través de sus etapas, ofrece, gra-
prenderse com 'letame~ cuenc1a, diversos. Janet no logró des-·, 'ldualmente, posibilidades psicobiológicas nuevas al niño; social el otro,
de .su primera ~ormació~ ~e rersupue;tos .metodologicos y filosóficos constituido por situaciones sociopsíquicas a las cuales la maduración
los últimos esfuerzos de 'su et a segun a mitad del siglo pasado, Y en nerviosa sucesiva otorga oportunidad de actuar y ·sin cuya influencia,
ciencia pesaron aunque em ar~~ para estructurar la psicología como por interacción, las funciones no podrían desarrollarse. Las .crisis son,
ler las estructu~as concepttia~:~ p1~ra 'lla a:dua y dolorosa tarea de demo- en el enfoque de Wallon, momentos de desarrollo en que la evolución
. , r e mismo creadas y a la d b'
s~ f ama, 1as h1potesis que había elaborado s que e. ia de estos dos factores los lleva a un punto donde dialécticamente, por
Piaget, por su parte sigue 1 o apoyado con sus estud10s. la negación misma de las funciones alcanzadas, puede aparecer un
epistemología genéti~a que ~~ ~ brecha; su sistema asienta en una nuevo sistema de interacciones que los reúna. Para Wallon, la inteli-
samiento científico como un ien .e.,ª presentar la historia del pen- gencia se explica por esa serie de puntos iniciales a que conduce el
ticulares de la filosofía y a es~isio; ?rogresiva de las ciencias par- estudio del pensamiento en el niño.
conocimiento psicológic~ e:º~a e c~t u ic~ _al hombre co1?1o o~jeto del Si bien la comparación entre Wallon y Piaget es necesaria para
explica describiéndolo y no analizan~~or~~ de algo :e~lizado que se comprender las características originales del pensamiento de ambos,
nera, aunque genética la psicolo ' . ,orno se realizo. De esta ma- no significa que sus hipótesis presenten algún paralelismo o similitud.
en dos planos: una «e~briol ' gi~ ~ient~ca. de Piaget se desenvuelve Representan dos actitudes diversas frente a la estructuración de la psi-
ogia> e crecimiento y desarrollo por una cología como ciencia. Para W allon, fuePa del enfoque dialéctico, la
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 645
644 ALBERTO L. MERA.NI

psicología es una ciencia híbrida, de compromiso entre la oposición clá- sóficas las «escuelas» psicológicas, sobre todo la freudiana, se han ocu~
sica de extensión y pensamiento, situación que se resuelve de manera pado de la cuestión. Pero ¿definen realmente al hombre, o sólo lo
ecléctica. Pero las soluciones eclécticas no resuelven los problemas describen? Ninguna va más allá de la fenomenología en su sentido
simplemente establecen concordancias, y la psicología, para ser ciencia: más general: estudian descriptivamente un conjunto de fenómenos, tal
debe ir más allá de las verificaciones, de las concordancias accidenta- como se manifiestan en el tiempo o en el espacio, pero se oponen tanto
les, debe constituir un sistema de explicación del hombre en función a las leyes abstractas y fijas de esos fenómenos como a las realidades
del universo del cual es parte, de la materia que evoluciona y del de que serían manifestación, y sobre todo a la crítica normativa de su
viviente que se estructura a sí mismo, de l_as especies que se transfor- legitimidad. En una palabra, permanecen al margen de la ci~~cia. Esta
man y del fenómeno de la hominización, que no debe ser tomado como crítica la concretó Wallon en Piaget, al reprocharle que se aplica a des-
co?secuencia ineluctable de todos los cambios, sino como un proceso cribir el desarrollo creyendo explicarlo. El reproche fue lanzado por
mas en la sucesión de los cambios. Anclado en tal convicción, para primera vez en 1927, en la reseña que escribiera de la obra Le représen-
Wallon la psicología encuentra en la dialéctica su razón de ser, su jus- tation du monde chez l'enfant, del segl.indo, y fue repetido quince añ?s
tificación, la indicación de sus problemas esenciales._ La interpretación después, en el capítulo que consagra a Piaget en De l'acte a 'la JX?nsee.
de la discontinuidad de los estadios representa la explicación dialéc- Para W allon, la explicación en psicología encierra en potencia la
tica de la transformación de los procesos cuantita1:ivos en cualitativos; explicación de la evolución del ser desde el átomo hasta las sociedades
es un proceso que pasa de cambios cuantitativos insignificant:')s y la- humanas, pasando por las especies animales. Su teoría explicativa es
tentes a cambios cualitativos aparentes y radicales. Los cambios cuali- universal y reúne el papel eurístico de la ciencia, de sus últimos alcan-
tativos no son graduales, proceden por saltos de un estadio al otro; no ces con el de la filosofía. En definiendo al hombre a través de la expli-
son contingentes, sino ·necesarios. Representan el resultado de.la acumu- caclón, su pensamiento alcanza la categoría de cosmovisión: e~ uni-
lación de cambios cuantitativos inasibles y graduales. La comparación verso realizándose en uno de sus elementos, el hombre, y en explicando
de las ideas de Henri Wallon y de Jean Paiget sirve también para des- psicológicamente al hombre se comprende la unidad material intrínseca
tacar un punto de toque en la problemática de la psicología: ¿es una de ese universo. Por primera vez en la historia del pensamiento, la
ciencia posiLva, o comienza a ser estructurada como tal? Colocados en materia aparece elevada a la categoría de fenómeno psicológico. Ciencia
la segunda posibilidad, cabe a_ún preguntar: ¿es una ciencia del hombre y filosofía confluyen, teniendo la dialéctica como método, para darn~s
copio dato, o del proceso evolutivo de la materia concentrado en el \:Ulª concepción unitaria y explicativa, sin otra constricción que los li-
fenómeno de la hc:ninización; esto es, una interpretación del universo mites de la razón 1 pero con la advertencia clara, precisa, de que ésta
a través de una de sus facetas: el hombre, producto del viviente que amplía siempre y gradualmente sus alcances. Como eje normativo de
se construye a sí mismo? La respuesta de Wallon es tajante: la psico- esta explicación sirve a Wallon: la interpretación del desarrollo de la
logía, mejor dicho, la multiplicidad de «psicologías», representa hoy . inteligencia infantil; razón ésta para que manuales y divulgadores p~co
por hoy un esfuerzo pragmático para resolver, gracias a la acción, pro-•- ltnformados lo consideren un psicólogo de la infancia y pretendan Cll'-
blemas inmediatos del hombre contemporáneo -en la clínica en el cunscribir su pensamiento a los problemas de la psicología de la edad
trabajo, en la vida comunitaria, en la escúela, etc.-. En tal sentido, los evolutiva. Muy por el contrario, en Wallon el desarrollo de la inteli-
resultados son siempre aleatorios, corresponden a la empiria y repre- gencia, en lugar de ser un fenómeno particular, e~ un fenó~eno .gene-
sentan el -!U anejo de un arte. La psicología, como la medicina por. ejem- ral: un hecho evolutivo dentro del cual los estadios de la mfancia son
plo, están por este camino en los umbrales del acceso a la categoría una etapa, y nada más, del fenómeno vida. De este modo, la psicología·
de ciencias, pero de ninguna manen; son ciencia. La tendencia mate- -sin otros límites que los de la razón, que amplía siempre Y gradual-
matizante de algunas corrientes actuales, el auge de la estadística re- mente sus alcances- se transforma en ciencia del devenir mental, por-
presentarían, en última instancia, una sistematización del conocimiento que en siendo genética procura explicar al individuo por la historia
empírico. Dentro del pensamiento de Wallon, la psicología en general, de la especie, a la especie por la historia del fenómeno vida, a, ést~ por
en lo que va de siglo, está terminando de llenar el primer requisito la actividad de la materia animada: el viviente creador de si mismo;
para constituir una ciencia: determinando los puntos de referencia de al adulto por las edades evolutivas, y cada una de esas etapas por la
cuyas relaciones surgirá el verdadero conocimiento psicológico. Más conjunción, confluencia e interacción de factores . físicos, ?io:ógicos,
aún, encarar los problemas del hombre con criterio científico exige, psíquicos y sociales, que actúan en esas transformaciones, brmdandoles
c;omo premisa mayor, haber definido al hombre. Las antropologías filo- carácter global, puesto que aun en sus aspectos contradictorios consi-
64'1
' ICA DE LA PSICOLOGÍA
HISTORIA CRIT
646 ALBERTO L. MERAN!
. . ación en Francia. Sabio insigne,
ensamiento, la docencia y la mve~tlg o racionalista, para Henri Wallo.n
dera al ser como una unidad, y cada aspecto particular, sea cuantita-
tivo o Cl,Jalitativo, lo analiza en su integración con el todo. Pero incluso ~ropulsor del mov~ienio den~~~~:1:tegoría científica, sin~ una i~l~~~~
lo humano no fue sunp eme última instancia, para os m 1
así, de considerar Wallon lo mental como dado de una vez para siempre· d d la única realidad absoluta, en d 1 planeta, por la fuerza de a
y alcanzando 'expresión a través de tipos agrupados en esquemas abs- · a , de un extremo al otro e . . luchan para que las
tractos, la suya resultaría una ciencia psicológica de espaldas a la vida, dez~::~n~= la razón de la fuelrza, ~a~~:~n:s. Durante la seg1;1ndla
un cartabón para medir hombres abstractos, y de ninguna manera al ra . h manas sean rea men e . la Resistencia o
ser concreto que vive circunstancias también concretas, que posee un circunstanucniad~al ucuando Hitler dominaba endFrganuec~~~ mundial, acepta
pasado, elabora un porvenir, y, en todos los casos, hace historia. Por guerra m • · d la segun a . 1
el contrario, su psicología es dinámica, porque no admite la considera- tuvo ent~e los s~yo~e~:~::ª g:neral de la Educación. ~~~º:~ Ól~~;:
ción de elementos psíquicos atomizados, detenidos en su particulari- dese~[oen;~: p::ºhacer de la contienda a~~n:~et%~ueblos reciban
dad o amalgamados sincréticamente, sino que insiste en las gradacio- venci 1 h manidad es necesari 1 ez de la
nes de las interacciones que los modifican continua e incesantemente; es
funcional, porque tiene más en cuenta las estructuras y niveles· fun- ~:i~~c;~~:U~ú:e1a: c~cu~st:~~~~a=~;7~[;;~;::i~e,q~e :1~b;rr ~°:s
cionales que la anatomía de las estructuras que le subyacen; es hist6rica, cComisión de reforma. e a mbre de ambos, represen a ~
Paul Langevin, conocido con el no un país el reinado de la razon que
porque no separa al individuo del pasado de la especie, de la dinámica , 't de instaurar en 1 que en la crea-
evolutiva general del fenómeno vida, y de la sociedad a que pertenece; completo proposi o 1 b do Su convicción de1 pape p~ofeso-
por último, y la tónica de este aspecto la recalcó siempre Wallon, es hast a hoy se haya e'da dora ·
nueva deben esemp
d eñar maestros Y
d 1 Federación
dialéctica, porque considera premisa ineludible la transformación onto- ción de, una humam a u actividad como presidente e a « eñó hasta
lógica de lo cuantitativo en cualitativo, y viceversa, reversibilidad en res esta .exprlesS~d~· e:i ~e la Enseñanza», cargo que des~~~a vida de
la que asienta la unidad de la materia y de la mente, unidad que en su Internaciona m ic t en sus pormenores . 1
sistema se expresa como síntesis evolutiva en la dinámica de la praxis su muerte. Largo sería ·~ re~u~~~s ribetes heroicos q~e el estudi~:e:­
y de la gnosis convertidas en pensamiento. Henri Wallon, de una ~i ~~ites con las propias conv~cciones {( ~~ sido
De la obra escrita y docente de HENRI WALLON surge como para;.. trabajo y una lealtad sm . .Ásí lo conocimos, siempre a t
to único para la discrepancia. - así era cuando un mes an es
digma el aserto de que el hombre es el pensamiento, y su propia pe, . ara quienes lo conocían' d~ antano, ! álido ya, en la biblioteca de
existencia justifica la afirmación. Desde los ochenta y tres años que asi p . or ultuna vez, mv
de su muerte lo vimos p
transcurrieron desde su nacimiento en París, el 15 de junio de 1879,
su vieja casa de la rue La Tour. 'os más importantes que Wallo~
hasta su muerte en la misma ciudad, el 1.0 de diciembre de 1962, cin- Por último, indiquemos lo~ tr~baJ 1909· L'enfant turbulent, 1925,
cuenta y cinco pertenecen por entero a la actividad filosófica y cien- · de George
tífica. Alumno de la École Normale Supérieur, a su regreso enseña filo- ublicara: Le d e'l"ire de persecution,
. · 1 Traité' de Psyc h 0 1ogie,
~tículos sobre la «conciencia» e~ ~ . ue 1926· Principes de psycho-
sofía en un Liceo; estudiante de medicina, su paso por la Salpetriere 1 ·1923-24· Psycho1.ogie pat o ogiq ' t'~e chez l'enfant, 1934;
lo orienta haci.J la psicopatología y se doctora en 1908 · con una tesis
que merece el honor de la publicación bajo el título de Délire de Per-
sécution. En 1925 obtiene el doctorado es lettres con el libro L'enfant
.
D urnas,
logie . appliqtau~
La vie men e,
l::!o
• i ines du carac e
~I~I ~eg la Encyclopédi~ Fran<;~~;3. d~,1~o~uf;n
t' 1 s le pertenecen, •
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Wallon y cuyos principale~9:;. I~Ue ºracte a la pensée, 1942; Les. ori~i-


turbulent, trabajo que sacude desde los mismos cimientos los conceptos chologique de l'enfan~, ' . Les mécanismes de la memoire,
estáticos y clasificatorios, para entonces clásicos, de la nosología de psy de la pensée chez l enfant, 194z~' f t 1959· Buts et méthodes de
Kraepelin y echa las bases de ideas que a través de libros como Del acto nes d t'on de en an , '
1950; Psychologie et E uca i
al pensamiento, Los orígenes del pensamiento en el niño, Los orígenes
del carácter en el niño, La evolución psicológica del niño, constituirán la psychologie, 1963. ' d
. t' .ca Hacia la tercera de ca a
Ja expresión más original, coherente y científica del pensamiento psico-
lógico contemporáneo. Al mismo tiempo, desde 1920 hasta. 1937, es 2. La materia como catego¿i psico ogi . Úo acuerdo sobre los des-
, h b realizado un amp h h esta-
profosor de la Sorbonne; en 1925 fundi\ el Laboratoire de Psychobio- del siglo, parecia a erse. ' . L ob. etividad de los ec os
tinos del conocimiento ?sicologico. cie~cia J parecía bastar para el cono-
blecidos por la psicologi8;. de ,la e~ auge de los tests, y la «.querella» a
logie de l'enfant, y llega a director en la École Practique de Hautes
Études, para finalizar carrera tan pocas veces igualada como profesor cimiento del hombre; mas aun, e
.del College de France, la institución de mayor jerarquía dentro del
648 ALBERTO L. MERAN!
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 649
que entonces dieran lugar, parecía probar que para conocer y com- haya entre ellos correspondencia perfecta. Dicho de otra manera, Blon-
prender los motivos de la acción es suficiente el conocimiento de los del retorna la psicología, y por un nuevo camino, a la hipótesis del
medios para obtener resultados y el análisis consecutivo de tales re- paralelismo. No obstante, admite que el conocimiento subjetivo de las
sultados. El ~o:icepto de inteligibilidad, desacreditado por Bergson, leyes de la vida interior no solamente hace inteligible la vida interior
qued_aba defimt1vamente desterrado del campo psicológico. La inteli- de los demás y la psicología en general, sino que la inteligibilidad debe
gencia por el individuo de los medios que el individuo utiliza esto es estar en el origen de toda. experiencia y de toda actividad psíquica. Esta
el he~ho de que en el origen de cualquier conducta existe el ~oder d~ ambivalencia no puede sorprendernos, ya que sin duda no fue por
experu~entar mentalmente los efectos como si éstos recayeran sobre ocasión fortuita de que en las citas de su artículo acuda a la opinión
uno mismo, quedaba relegada a la categoría de supuesto que única- de filósofos eclécticos como Garnier, Bouillet, Paul Janet. Sin embar-
~ei:te una filosofía intuicionista podía abordar. Sin embargo, aunque go, de cualquier manera que se explique la ~ctitud del pensamiento
":diferentes a Ja ,naturaleza de las cosas, los más osados entre los psi- blondeliano, cuya significación ha sido y es todavía muy grande en psi-
cologos si; atrev1an adherir al pensamiento de Charles Blondel, que quiatría, queda asentada por primera· vez en el pensamiento moderno
en un articulo de mucha resonancia publicado en 1931: Vie intérieur la tesis de una psicología esencialmente basada en la inteligibilidad,
et Psychologie, resumía sus ideas, para sostener que la psicología debe que se debe confrontar con las psicologías fundamentadas en la eficien-
acercarse en todo lo posible a ciencias próximas: en primer término a cia o en la causalidad. Resulta así que separar, u oponer, la psicología
l~ bi~logí~ Y a l~ socio~ogía, pero que aun así su objeto sigue siendo la de la eficiencia de la psicología de la conciencia no tiene ninguna signi-
vida mte~10r .. Mas flexible que Bergson, más cerca quE! él del espíritu ficación, salvo que se trate de doctrina. Aunque por un lado esté la
de las c1enc1as, rechaza la intuición como camino del conocimiento psicología «aplicada» o «Concreta» y por el otro la de la «conciencia> 1
psicológico. Para· Blondel, la vida interior es un mundo equivalente al se concilian para el estudio de cada objeto: la psicología del hombre
m~do exterior, pero distinto, por lo que «no sería demasiada para- normal, la patológica, la del niño, la de los pueblos, aunque sus prin-
doJa sostener que, como las leyes físicas son válidas cuando están rela- cipios sean demasiado contrarios.
cionadas con experiencias materiales que las confirman, de la misma La atenuación de las diferencias entre psicología de la eficiencia y
man~ra las verdades propiamente psicológicas se vuelven inteligibles psicología- de la conciencia, que intentara Blondel, resultó ser de todas
relac10nadas con experiencias mentales que, si bien no somos capaces maneras lábil. Sus principios son demasiado contrarios y de hecho el
de .r.ealizar, ~orlemos imaginar~.~ De otro modo, la psicología no tendría acuerdo terminó con el divorcio de teoría y práctica. Cada vez que se
obJeto propio, pues se reducina por completo a la biología por un emprendía un trabajo de investigación objetiva se lo acompañaba con
aspecto, a la sociología por el otro. La negativa irracionalista de la una enjundiosa ·disquisición acerca del ser y la conciencia, y viceversa,
inteligibilidad estaba rechazada; la vida interior podía ser estudiada cuando del sujeto se trataba, se acudía, pro forma, a los resultados de
por la razón, siempre, claro está, que ésta· imaginara sus experiencias, la experiencia. En uno y otro caso, la unidad era verbal, porque .en los
porque pertenecen a un mundo paralelo pero distinto del mundo exte- principios fundamentales la realidad obliga a los. psicólogos a definirse,
rior. El dualismo sustancialista que tanto pesa sobre la psicología que- explícitamente o no, en favor o en contra del ser-sustancia. «La psico-
daba replanteado, aunque esta vez estuviese fundado sobre la natura- logía ·de la introspección, cualesquiera sean sus atenuaciones -nos
leza de las cosas y no sobre la oposición entre extensión y pensamiento. dirá Wallon-, no puede hacer otra cosa que tener por objeto esencial
La diferencia entre el universo y sus leyes, demostradas gradualmente el ser-sustancia, en tanto ·que en todos los otros dominios la ciencia
por el pensamiento, y el dominio de la subjetividad, aunque en él únicamente ha podido constituirse al precio de su eliminación.» 11 En
enc,ontramos efectos constantes, descubrimos poco a poco sus leyes, su base, sin importar las contingencias, la psicología de la conciencia
esta en que esa tarea, esos descubrimientos no lo separarán jamás de es de tipo deductivo. Lo que comprueba debe salir de la naturaleza
nuestro yo, como «se han podido separar los movimientos del corazón misma de los seres que debe identificar para interpretarlos. Por el con-
Y :_odas las funciones fisiológicas». 4 En síntesis, la subjetividad es una trario, la psicología de la eficiencia es naturalmente inductiva, y, por
cuna dentro de la universalidad, y como modalidad del conocimiento consiguiente, va de lo que ocurre a lo que puede ser, en tanto su opo-
pr~sent~ la característica de una generalidad cerrada, restringida a la nente va de lo que es hacia lo que debe ocurrir. La diferencia es
existencia de seres humanos. Unida la vida interior por su existencia infranqueable porque en la práctica la psicología de la eficiencia choca
con otras re~Iidades se requiere que sea, por su propio plan, el equi- con la de la conciencia por todos sus principios y procederes. «Sola-
valente preciso de los diferentes planes de lo real o, por lo menos, que mente --afirma Wallon- quiere conocer de actos motores o mentales,
650 ALBERTO L, MERAN! HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 651

manifestaciones ·espontáneas o reacciones provocadas. Las recoge tal individuo>.9 Si el estudio de ambos, medios o individuo, se realiza en
como se presentan, sin decidir de antemano sobre su naturaleza, pero , -d.os niveles distintos, respectivamente, por la psicología de la eficiencia
asociándoles todas sus circunstancias.» 6 De tal manera hace de ese y la psicología de la conciencia, se llega a clasificar y a describir, o a
conjunto algo i:Íidivisible y no la resultante de fuerzas o de elementos comprender por la intuición y la expresión de lo que es inmediata-
previamente establecidos. Los hechos psíquicos aparecen produciéndose mente presente, el ser mismo, pero jamás se llegará a relaciones de
en razón de un contacto entre el ser psíquico y su medio, sin decidir causalidad, esto es, a la problemática de una ciencia.
a priori la parte que corresponde, en su producción, al ser que reac- Y bien, la problemática de una ciencia no depende de sistemas; en
ciona o a la naturaleza del medio. La línea divisoria de esa participa- todo caso, los sistemas le son subsidiarios, y Wallon encuentra que la
ción puede desplazarse en uno u otro sentido, y el resultado es exte- psicología ha invertido este orden en función del sustancialismo, como
riormente siempre idéntico... La reacción que al principio sólo se pro- acotara reiteradamente en todos sus trabajos. Sin embargo, el error no
dujo excepcionalmente por el encuentro fortuito en el ambiente de asienta solamente en· la consideración del ser-sustancia, sino también
tod~s las circunstancias favorables puede, un: tiempo después, repro- en el enfoque uniforme de los problemas del conocimiento como algo
ducirse en ausencia de cualquier circunstancia inmediatamente de- establecido a priori, esto es, los cuadros en que se hacen entrar las
terminante, en función de una circunstancia que nada tiene para .cosas y el mundo del espírjtu para pensarlos, cuadros que desde Aris-
ser determinante por sí misma.» 7 Tal es el caso de los reflejos condi- tóteles se denominan categorías. En efecto, ces imposible -asienta
cionados, en que una circunstancia ajena a la producción del fenómeno Wallon- estudiar el pensamiento del niño en relación con el del adulto,
.se vuelve, en base de una asociación, determinante por sí misma. El .es decir, sus límites respectivos, si no se encara la naturaleza y la
problema está, pues, planteado en si la psicología ve en los hechos que razón de los límites propios de cada une. La solución puede ser dis-
pretende estudiar las modalidades o las apariencias de ese ser funda- tinta para el niño y para el adulto. En un caso es cuestión de desarrollo
mental, esto es, lo compatible con su naturaleza y su esencia. Por otra .individual; en el otro es problema del ·conocimiento».1 º Problema im-
parte, confundir existencia y conocimiento es proyectar .el conocimiento prescindible que, lógicamente, ha inspirado teorías opuestas. Bergson
sobre la sustancia misma de las cosas y no sobre las relaciones como .afirmaba que lo conocido de las cosas no puede consistir en las sensa-
hace la ciencia. En tanto la psicología tropiece con esta valla, el estudio ciones variables que nos proporcionan. Por su parte, Koffka, y con
de las reacciones, por ejemplo, puede hacerse en diferentes sentidos. .él la escuela de la Gestalt, considera que necesariamente debe cons-
cToda reacción -afirma Wallon- puede señalarse como una extensión tituir una estructura que se reduce a una construcción intelectual. De
del ser psíquico. Él depende de ella, como ella de él ... Las reacciones esto a admitir que' esa estructura es lo que existe de real en las cosas
pueden ser unidas y comparadas considerando que son un hecho del ya ni siquiera media un paso: es la tesis idealista o racionalista, direc-
mismo individuo: psicología individual. También permiten definir todo tamente opuesta a la tesis empirista o materialista. Ahora bien, si esas
lo que del individuo puede ser definido, comprendido el sentimie1~to tesis ofrecen a los filósofos la dificultad de demostrar la existencia del
que tiene de su individualidad, la conciencia que posee de su p~rsona­ mundo fuera del pensamiento, para los psicólogos plantea la cuestión
lidad. Igualmente pueden ser clasificados según que más bien parezcan no menos urgente y candente de justificar el acuerdo del conocimiento
pertenecer a un grupo, gentes de igual edad, idéntica situación social, con la realidad de las .cosas. Entre esas dos actitudes se abre camino
del mismo sexo, de la misma raza, de similares condiciones de clima, de una tercera: el ensayo de conciliación entre la experiencia práctica y
la misma época histórica, etc. Y así se repartirán entre los capítulos el conocimiento, centre el espíritu y las cosas -dirá Wallon-; cosas
de _la psicología diferencial y de la psicología comparada. Por último, que sólo resultan cognoscibles si se las hace entrar en ciertos cua-
pueden ser reunidas según sus semejanzas o la similitud de sus condi- dros que son los del conocimiento: las categorías».11 Sea como fuere, esto
ciones: psicología funcional.» s Pero, por lejos que se lleven estos análi- prueba que la raíz del problema está en dar cuenta de las relaciones
sis, el problema fundamental, para Wallon, sigue en pie. No se trata existentes entre la realidad material y los procesos psíquicos. Sabemos
sólo de clasificar y de describir, se requiere explicar, descubrir relacio- como desde Descartes la cuestión ha sido el nudo gordiano para la cons-
nes de causalidad. En este terreno, la situación para la psicología es como titución de una ciencia psicológica, porque cla atracción y enlace mu-
la de cualquier otra ciencia, se trata de dar cuenta de similitudes o de tuo de las cosas que se parecen entre sí (esto es, de las dos sustancias
desemejanzas ·comprobadas; mas cla psicología presenta al máximo un del dualismo) es lo contrario de la renovación -afirma Wallon al
carácter ya manifestado en la biología -escribe Wallon- de que hablar del artificio bergsoniano del élan vital-; y el enlace de lo que
entraña una dependencia de la reacción frente al medio y, a la vez, al se encuentra próximo en la experiencia no es más que fijación pasiva,
652 ALBERTO L. MERANI lilSTORIA CBÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 653

de donde no podrían surgir las direcciones que exigen las iniciativas deT opos1c1on la que señala el progreso cumplido. Un conflicto es lo que
pensamiento». 12 Estas cuestiones surgen siempre que se parte del estu- hace destacar la verdad nueva de la antigua. La búsqueda de la verdad
dio de la conciencia sin tener en cuenta el aspecto material que le es una perpetua negación del error. A cada época sus verdades, que
sirve de substrato. Por lo demás, éste será, repetimos, el reproche de :tienen su material de ideas y de lenguaje, y por soporte las técnicas
Wallon a Piaget, cuando destaca que sustituye las combinaciones de de trabajo, los modos de vida, las condiciones de existencia que el
sensaciones e imágenes del asociacionismo por esquemas motores, y medio social impone a sus miembros.> 17 Inmerso de este modo en un
suplanta la introspección por la observación, cuando «queriendo expli- ambiente intelectual, material, moral, el nüio adopta el sistema de
car lu psicogénesis del pensamiento solamente la describe».1a En su pensamiento correspondiente, pero no sin que haya oposiciones. cLa
crítica a toda la psicología contemporánea, que Wallon encama en su primera que se observa en su evolución intelectual es la de las tareas
más destacado representante, Piaget, encuentra que éste no considera que el medio le propone y de sus aptitudes actuales»,1s porque no hay
necesario explicar el paso de los mecanismos motores a lo intelectual actividad, psíquica o cualquier otra, cuyas manifestaciones sean posibles
porque acepta a priori que entre los planos psicológico y biológic¿ sin un aparato correspondiente. «El pensamiento -afirma Wallon-,
existe identidad en cuanto a leyes y procesos, puesto que ambos se como la vida, supone la materia organizada.» 19 La afirmación, claro
rigen por la adaptación y la 'organización. «El viejo adagio, retomado está, no es nueva; no existe psicólogo que haya dudado de la necesidad
por Leibniz, natura non facit saltus tiene siempre· sus partidarios, a de la materia organizada. Pero para todos, desde Bergson hasta Piaget,
pesar de todos los desmentidos que le lanza el conocimiento cada vez desde Spearman hasta Burt, desde von Ehrenfels hasta Koffka, Lewin
más profundo de la naturaleza o del hombre. A muchos parece que y el mismo Freud, pasando por Meinong y Benussi, la materia orga-
haber supuesto una identidad general es haber explicado. Pero sub- nizada pertenece simplemente a cierto nivel de la evolución biológica,
siste el problema de saber cómo se opera el pasaje entre esa inteligen- nivel que una vez fue alcanzado, y que en el caso concreto de nuestra
cia que sería finalidad latente en las cosas y las construcciones varia- especie se logró cuando el Homo sapiens emergió definitivamente, con
bles de la inteligencia explícita. Esto es .lo único que importa, lo único caracteres homogéneos, de la heterogeneidad hominizada. Se apoyan
que tiene sentido.» 14 Problema fundamental, Wallon lo ilustra en la en una genética de la determinación y consideran, a priori, la invaria-
práctica al estudiar la sucesión de los estadios de la infancia, que con- bilidad individual y específica como elemento dado de una vez para
sidera esencialmente discontinuos: «El pasaje de uno a otro es más siempre. Las conductas varían, reconocen, pero en dependencia de los
que. una simple ampli!i_cación, es un nuevo hacerse ... Entre los dos, a factores del medio, y mantienen a pesar de todo una constancia pres-
menudo parece que se abre una crisis ... Conflictos puntualizan el cre- cripta por la situación biológica del ser, que de esta manera resulta
cimiento, como si tuviese que elegir entre un tipo viejo y un tipo nuevo biológicamente inmutable.. Esta posición, y no es difícil comprenderlo,
de actividad. El que sufre la ley del otro debe transformarse y pierde desemboca, aun dentro del pensamiento evolucionista, en el sustancia-
de inmediato su poder de regular útilmente el comportamiento del lismo dualista: lo biológico y lo social se interaccionan; interacción en
sujeto.» 15 Wallon retomó varias veces esta concepción del desarrollo la cual el primer factor es constante, constante incluso en el período
señalado por «crisis», por «conflictos», que compara con «mutaciones», de la edad evolutiva; porque sus cambios solamente expresan el per-
con «revoluciones», y en el que intervienen dos factores inseparables: feccionamiento de estructuras, y el otro factor, el segundo, es variable,
uno biológico, otro social, pues son los momentos en que la evolución de carácter histórico. Para algunos, Piaget por ejemplo, esto lleva implí-
de esos dos factores los lleva ·a un punto tal que se puede desencade- Cita una actividad dialéctica; sí, pero es una dialéctica de la perma-
nar entre ellos todo un nuevo sistema de interacciones. «Es a la serie nencia, de la continuidad de fenómenos que varían por cambios en los
de esos puntos iniciales que debe llevarse el estudio de los orígenes del estímulos pero realizándose sobre una y misma duración, la de lama-
pensamiento en el niño.» 1t1 teria definitivamente determinada.
Estudiar el pensamiento del niño en su desarrollo es compararlo Por supuesto, observará Wallon, el pensamiento, como la vida, su-
explícita o implícitamente con el del adulto. Esta comparación lleva a pone la materia organizada, que pertenece a un cierto nivel de la evo-
reconocer en ella misma la acción de factores de diversa especie y que lución biológica. c:Sin embargo -aclara-, no está completamente de-
la mantienen en un equilibrio variable, porque diferencias de pen- terminada. Su determinación es doble. Sea la palab;ra quien la expresa
samiento se observan de una época a otra, entre individuos y según la y de la cual el hombre dispone a diferencia de otras especies animales:
edad. «Etapas sin duda necesarias -afirma Wallon-, en la elaboración deja de ser posible después de una lesión de ciertos centros o de
del instrumento intelectual, hacen algo más que adicionarse: es su conexiones que los unen; pero no resulta del simple funcionamiento
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 655
654 ALBERTO L, MERANI

automático de centros, como si entre los dos hubiese unidad de estruc- "['.aparente de la causa y el efecto. Sus rep~~sentaciones son. e~táticas.
tura.> 2 0 Si así ocurriera, una determinada lengua, por ejemplo, sería , . Pero lo real es movimiento y transformacton>.25 Este movumento ,Y
invariable para un individuo determinado. Por el contrario, la expe- esta transformación terminan por establecer una dialéctica del esp1-
riencia muestrá que a pesar de las diversidades lingüísticas no existe ritu y de la materia que intr~duce, inevi~blei:ien~e •. un nuevo concepto
lengua que no pueda ser aprendida con tal que sea la del medio donde fundamental: la materia como categor1a ps1colog1ca. .
el individuo vive su infancia. «Suficientemente joven puede, incluso, Bergson, al criticar el organicismo psicológico, relegó l~ .maten~ a
olvidar totalmente la primera lengua en favor de una segunda, de tip<> necesidad del espíritu; Watson -llegó a afirmar que el ps1cologo b1~n
completamente diferente. También puede retener muchas, cualesquiera podía ignorar la biología- la convirtió en s~ple punto de refe~enc1a
que sean sus diversidades. La aptitud para la palabra está, pues, lin- de las conductas; la Gestalt hizo de ella asiento de estructuras pre-
güísticamente indiferenciada, a pesar de que existe por una diferencia- formadas que sirven de patrones de contraste con las estructuras tam-
ción muy especializada de los centros nerviosos.> 21 La falta de esta bién preformadas de la actividad mental. Pero la vida en ~e~eral, ~a
consideración es la que esterilizó, por lo demás, durante decenios los. · vida psíquica en particular, no son reducibles a simples cond1c10~~s f1-
estudios sobre la afasia. sicas1 ni tampoco de materia como soporte, aunque esas cond1c1ones
~J El pensamiento, como el lenguaje, que es su instrumento indispen- sean necesarias para su desarrollo. La materia, la vida que les es inhe-
sable, está enclavado entre dos especies de estructuras: las estructuras rente, «inaugura -nos dice Wallon- leyes de existencia, que manifies-
orgánicas, que constituyen su base biológica, y las estructuras cuya tamente no tienen su equivalente en el nivel precedente, pero al cual
función debe manifestar. Sin duda, entre unas y otras no existe simi- coyunturas favorables han hecho descubrir un mundo todavía inerte,
litud sino únicamente condicionamiento, como demuestra la neurofisio- por consiguiente inexistente, de causas y efectos. posibles»: 26 «?e este
logía. Su identidad constituyó por mucho tiempo una ilusión que ter- modo puede surgir, a través de esas transformaciones del medio, con-
minó por desacreditar las explicaciones organicistas, a las que Bergson diciones favorables para formas de vida diferentes. Y afirmar esto de
terminara por dar el tiro de gracia. Las relaciones entre psiquismo y la vida, ¿significa también afirmarlo del psiquismo? ¿Vamos a preg~­
organismo, al igual que las de sujeto y objeto, lo real y el cono- tarnos si surgió o no con la vida misma? No es, por supuesto, reduci-
cimiento, se prestan a confusiones o identificaciones viciosas, y unas· . ble a las reacciones fisiológicas que lo preceden y lo condicionan. Sus
veces se establece una diferencia ei;encial de naturaleza, otras se opera diferentes niveles señalan, en la vida, el advenimiento de actividades
la reducción mutua. «En lugar de comparar en las series de especies que mqdifican o amplían el medio en que aquélla se despliega. El
-nos dirá Wallon- la diversidad de comportamientos y morfologías desarrollo del psiquismo sólo puede ser estudiado en relación con el
corporales, sus modificaciones simultáneas, sus correlaciones, sus in- ambiente omplementario y específico que responde a cada una de sus
fluencias recíprocas, sustituyen a los mismos seres vivientes, al hombre formas. El único problema útil es preguntarse, en presencia de cada
y a los animales, por vagas entidades como la conciencia opuesta a la comportamiento, sobre las condiciones de base que lo hacen p~sible
materia. ¿Dónde comienza una o termina la otra?:> 22 La situación es y qué relaciones hace posible, después, la influencia de esas relaciones
fatal para la psicología; ninguna de las teorías contemporáneas resuelve sobre la situación subjetiva y objetiva, sobre el individuo Y sobre el
el problema; o se niega la conciencia y la materia a la vez con el beha- medio. Por ejemplo, en el hombre, la influencia recíproca de su cons-
viorismo de Watson, y se acepta únicamente el comportamiento. Pero- titución funcional y de la civilización; en el niño,, las relaciones de su
la negación no es una solución. O se habla de identidades estructurales maduración fisiológica y del ambiente social.> 27 Hasta hoy, la psicolo-
con la Gestalt, pero la similitud transfiere el problema a otro plano y gía ha considerado que la irreversibilidad está en las cosas Y que es
tampoco es solución, porque «¿la materia, asiento aparente de la sensi- misión de la inteligencia traducirla en fórmulas reversibles. Este pen-
bilidad -pregunta Wallon-, puede ella misma estar dotada de sen- samiento que culmina con la fenomenología existenctalista, da a la
sibilidad y, en el seno de la sensibilidad, en una simple sensación, razón u~a finalidad que jamás alcanzará porque así nunca llegará a
existe ya, o no, conciencia o inteligencia?> 2a. cEl principio de inmanen- conocer la estructura del mundo. Los psicólogos, al asignar a la mate-
cia obliga, así, a llevar las cosas a una causa primera sin considerar ria papel de telón de fondo, causa mecánica, asiento o punto de refe-
coyunturas de donde pudieron surgir, con organización nueva, con rencia, le niegan categoría psicológica, razonan cartesianamente Y su
manifestaciones nuevas, tanto la vida como el pensamiento. La inteli- pensamiento traduce, sin que haya manera de evitarlo, las opos1c1ones
gencia aparece como encerrando espontáneamente en sus propios con- sustancialistas. No basta con ptoi'gar a la materia movimiento, capaci-
ceptos el objeto que ellos definen:>,24 pues crepugna a la heterogeneidad dad de evolucionar, de transformarse, para resolver el problema de sus
656 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 657
relaciones con el psiquismo; es menester ir más allá, reconocer con otra la reversibilidad y la irreversibilidad, para traducir a la vez lo
Wallon «que, por el contrario, los lúnites de la reversibilidad. n.o son que hay de constancia y de evolución en las cosas. Y, además, la even-
fijos, sino que retroceden sin cesar, haciendo caer en el. domm10 del tualidad de la reducción de un irreversible en reversible, por descu-
conocimiento territorios enteros del reab.28 En efecto, s1 aparece un brimiento y reproducción de la coyuntura que pudo hacer pasar de
hecho nuevo, y en partiendo de las condiciones anteriormente ~xi~ten­ una forma de existencia a otra.» 3 1 E.5tos momentos se encuentran tanto
tes resulta inexplicable, ¿debemos considerarlo error del conocrm1ento, en la evolución y transformaciones de la materia viva, como en la evo-
aberración, fenómeno hasta entonces misteriosamente ignorado, o acep- lución y transformaciones de la vida psíquica. Claro está que para
tar que su aparición implica un nuevo ciclo de causas y de efectos Wallon no son momentos paralelos, sino consecutivos, inevitablemente
anteriormente inexistentes y de los que es, simultáneamente, ocasión Y uno sigue al otro, dado que representan expresiones distintas de un
producto.? Ni el hombre ni ninguno de los seres vivos ~s completamen~e mismo y. único fenómeno realizándose en niveles sucesivos. Las dife-
explicable por la fisiología, puesto que su comportamiento Y sus apti- rencias están dadas, pues,. por niveles y nunca por la actividad de sus-
tudes específicas 'tienen por complemento y por condición esencial al
tancias diversas u opuestas. De este modo, el callejón sin salida de la
medio, social o natural, pero de todos modos al medio, conylo q':e psicología, la relación entre lo objetivo y lo subjetivo que la acompaña
ello inevitablemente comporta de circunscrito y de universa1. preci-
desde los más remotos orígenes, que en nuestros días Bergson no pu-
samente la universalidad de ese medio es la condición básica, porque
diera resolver, viéndose obligado a transformar la psicología de la
de otra manera la materia viva no podría subsistir. «Para tomar un
conciencia en una filosofía del espíritu, el sustancialismo que todos los
ejemplo menos complejo -nos dice Wallon-, la célula viviente única-
psicólogos importantes de nuestro siglo enfrentaron y acataron, ya sea
mente es posible si encuentra de primera intención, en el universo, el
con criterio dualista, cartesianamente, o simplemente soslayaron ne-
conjunto de circw1stancias necesarias para las relaciones.viU:i.les, nuevo
gando unos lo subjetivo, otros los objetivo, o bien estableciendo dos
imperio con que enriquece el real.» 20 Pero el medio es modificado por
psicologías paralelas, de la conciencia y de la efectividad, ese problema
cualquier especie, tanto por ella misma como por otras, unas presentes
pbdra de escándalo queda convertido por Wallon en una dificultad
y otras cuya presencia se vuelve posible. De aquí un equilibrio nuevo
ficticia. La materia y el espíritu no están unidos, no son solidarios,
que puede estabilizarse o romperse para abrirse, a lo mejor, a formas
entidades que se interaccionan; tampoco es el espíritu un epifenómeno
nuevas. Es evidente que todos esos cambios de la materia, del medio,
de la materia, ni siquiera un nuevo estado al que tiende -punto Omega
esos estados de equilibrio y las consecutivas rupturas, las estabilizacio-
de Teilhard de Chardin-. Es la materia a la que posibilidades favora-
nés relativamente definitivas o precarias, determinan a su vez nuevos
niveles de acciones y de reacciones, «Y que para cada nivel de esas bles hacen pasar de la realidad de un reino a otro. La materia que dia-
acciones y reacciones se puede repetir el acto intelectual de la equilí- lécticé.lmente se autoconstruye conociéndose.
bración cuya consecuencia será, por último, de medir el umbral de qué
posibilidades favorables han hecho franquear a la realidad de un reino 3. La psicología com-0 ciencia dialéctica.. - La crítica de Bergson a
la psicología cl~sica, y a la experimental, se detuvo ·en un punto: las
a otro».ªº
Actividad de la materia viva y actividad psíquica aparecen así fun- categorías, que sirven de encuadre al fenómeno del conocimiento. Kant
didas1 integradas en un solo hecho, expresiones de un mismo fenómeno había procurado fundirlas estrechamente con la experiencia sensible y
cuya diferencia no es de grados, de especie, ni siquiera de esencia, sino la mental, con la experiencia real y cualquier experiencia posible. De
que simplemente representa dos momentos de uno y mismo devenir. esta manera las llevó al grado más extremo de necesidad y de forma-
Apenas creado el nivel de acciones y de reacciones en el cual el acto lismo: es imposible experimentar algo fuera de cbrtos marcos que son
se puede repetir, se estructura ya el umbral de una nueva realidad que las condiciones indispensables de toda percepción: el espacio y el
la materia viva franquea por medio de la actividad psíquica. Ésta, por tiempo. Al no poder superar de ninguna manera esos marcos,. condi-
supuesto, se traduce en sus modalidades superiores por conocimiento, · ción indispensable y a priori de cualquier experiencia y de cualquier
cuyo logro, nos demostrará Wallon, se realiza por la oposición de tres conocimiento, resulta que imponen su forma a lo que podemos apre-
momentos: «Irreversibilidad absoluta del empirismo bruto, esto es, ciar y es imposible averiguar si la realidad concuerda con lo que de
simple sucesión de impresiones o de imágenes que uno encuentra o de ella conocl¡?mos . o podemos conocer. La realidad en sí de las cosas se
afmídades particulares que unen individualmente. Reversibilidad total nos esconde ·detrás de las categorías, y este conocimiento, determinado
del acto intelectual. Necesidad de integrar alternadamente una con la a priori en sus alcances, es el que Bergson concediera a la psicología
de la eficiencia. A partir de él, la Gestalt, el behaviorismo, encontraron
¡v

658 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 659

que la concepción de las categorías, el conformismo de la universalidad De todos modos, el sujeto sigue siendo el ser que co?oce;, consi~
de la ~azón, era una hipótesis en oposición con los datos de la historia. derado como tal y . opuesto a las cosas conocidas; todav1a mas, con
Despues de :i;.,évy-Bruhl, 32 la idea de evolución y de transformismo se Merleau-Ponty se establece una jerarquía de anterioridad, cpues es
introdujo en el estudio crítico de las categorías. Sin duda, Para Lewin, esencial para el sujeto de percibir al objeto como anterior a éh,33 o,
Koffka, Merleau-Ponty, se convirtieron en algo que puede ajustarse dicho de otra manera, el sujeto, para poder ser sujeto, debe suprimirse
gradualmente más, y más estrechamente, con las cosas tal cual real- del orden de las cosas. La psicología queda así de nuevo condenada al
mente son. Empero, el concepto sustancialista, determinista o· :finalista dualismo, aunque sea de otro cuño, y todo el progreso ~esde ~ergson
termina, en la psicología contemporánea, por poner un límfte al cono~ hasta nuestros días consistirá simplemente en que la pSlcologia de la
cim~ento de la r:alidad psíquica. En tratándose del objeto, el pen- conciencia, que llegara a suplantar la introspección por la intuición,
samiento categorial puede llegar a la realidad de la cosa; claro está ve a ésta transformarse en intersubjetividad, esto es, en el encuentro
que esa cosa ofrece características geométricas por pertenecer al reino de un Y o y de un Tú, la necesidad para Husserl de pasar por la expe-
de la extensión. De aquí la despreocupación por la conciencia, típica de riencia de otro para salir de la duda metódica, y de comprobarse a
la psicología de la eficiencia. Pertenece a la sustancia pensante es tr.avés de la intersubjetividad para escapar de la tentación del subje-
e_l sujeto mismo, y el análisis de Bergson la separó del espacio y' del tivismo. Aunque la intersubjetividad aparezca como representando la
tiempo. La conciencia deviene úniea, exclusivamente sobre la duración objetivación de la conciencia, no va más allá de la confrontación
~anscurrir individual, subjetivo, imposible de ser medido, porque eÍ del Yo con el Tú, y bajo ningún aspecto significa fusión del sujeto y del
tiempo ~ue podemos apreciar no es otra cosa que cortes, ·puntos de objeto. Ya Pávlov 34 había recalcado la necesidad de una fusión de lo
referencia, del espacio. La intuición es la única manera posible que subjetivo y lo objetivo para el verdadero conocimiento de la actividad
tenemos de conocer lo subjetivo, y el éla.n vital la fuerza que lo hace nerviosa superior, que, según él, es la que continuamente pone en
devenir y actuar. Para Platón, el mundo material era solamente una relación, por medio de reflejos condicionados, las funciones -incluso
ilusión, un reflejo, y, racionalista o idealista, la psicología de nuest;o las más vegetativas- con estímulos exteriores de cualquier clase. Más
sigl.o t~illó la misma senda. Todo el pensamiento de las corrientes ope- aún los reflejos condicionados conciernen a las relaciones de los indi-
rac1omstas o preoperacionistas asienta en la imposibilidad de conocer vid~os y de sus semejantes. Pávlov, recordémoslo, asimiló el :ienguaje
la cosa en sí, Y toda definición topológica de la inteligencia, de la con- a una señalización de segundo grado; las palabras desempeñan el papel
ducta, parte del presupuesto kantiano de que no existe experiencia sen- de sensaciones como excitantes condicionados, y sería el proceder ele-
sible ni intelectual posibles fuera de las categorías de espacio y tiempo mental por el cual se realiza la fusión de lo biológico y lo social. En
definidas a priori. Son las que se deben buscar, y de hecho se buscan efecto, la separación entre lo subjetivo y lo objetivo tuvo siempre como
cuando se acercan a lo que puede ser identificado como percepción 0 base el estudio de la actividad sensible de la materia con procederes
p:nsamiento en l~s situaciones objetivas. En estos enfoques, las percep- artificiales, esto es, arrancándola del medio preciso de estímulos que
ciones o pensamientos pueden estar menos desarrollados en diversos la condicionan. La biología, y con ella la fisiología,_ buscaron por ese
grup.o .d.e individuos, en el niño relacionado con el adulto, o en el fre- camino la razón del fenómeno en el fenómeno mismo. Vitalistas, mate-
nastemco comparado con el normotipo, pero su línea g·eneral y su rialistas, mecanicistas, la sensibilidad quedaba reducida a la acción del
estr~ctura esencial coinciden con lo que sería la manera adulta y principio vital o de causas exclusivamente físicb-químicas. El estímulo
corr~ente de percibir y de razonar. Más aún, se termina por dar valor venía a insertarse, cuando era oportuno, sobre una coyuntura prepa-
de ~ene:1'~~ización a la introspección, y a pesar de Bergson, se emplea rada de antemano. En otro plano es el de la estructura, es la filosofía
su mtu1c1on como manera de conocer al sujeto absoluto esto es la biológica de la Gestalt a través del idealismo con Goldstein. Queda así
1
conciencia de cualquier individuo, en cualquier situación 'a través de presente y sin atenuaciones el concepto sustancialista, de modo que
la ~onciencia de cualquier individuo en diversas situacion'es. '.La psico- cdos dominios del conocimiento humano, la fisiología y la psicología
log1a se vuelve así existencial con Heidegger, existenciaria con Jaspers. -nos dirá Pávlov-, se ocupan de la actividad de un mismo órgano
En los do.s casos se t;ata. de un anál~sis de la existencia hu.mana; pero en el organismo del hombre y del animal> 3~ y adoptan independencia
el de Heidegger esta orientado hacia una doctrina general del ser de principios. La realidad queda definitivamente separada en dos cam··
simple medio para llegar a una comprensión del ser; en tanto el d~ pos, porque en dos está dividido el sistema natural de fenómenos que
Jaspers es. el análisis de la existencia humana y de sus posibilidades se manifiestan en el hecho psíquico. Mas da existencia del hombre
concretas como comienzo y fin de la filosofía.
-nos dirá Wallon- se despliega entre las exigencias de su organismo,
660 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 661

que son comunes a las de otras especies animales, y las de la socie- plano del real la imagen objetiva de las cosas, procede de manera
dad, que son propias de su especie. Por un lado, la fisiología, a la opuesta al existencialismo, pero son las cosas tal como se las puede
que responde como máximo una sensibilidad vegetativa: aquella con que ver y tener, «en suma, tales que la conciencia -nos dirá Wallon- es
está hecho el automatismo de donde partirá la conciencia del individuo capaz de oponérseles como a realidades estables. Solamente en el se-
Y hacia la que ésta puede regresar cuando se atrofian sus relacione~ gundo plano coloca lo vivido o "experimentado~, que es la sensibili-
con el mundo exterior. Por otro lado, las relaciones de orden ideológico dad descabellada y que se limita al sentimiento de estar en el mundo>. 4 Z
jurídico con el grupo humano de que es parte. Por un lado, el sistem~ En uno· u otro caso nos encontramos frente al hecho de qu~ la con~
nervioso llamado autónomo, que regula el funcionamiento de los órga- ciencia precedería a la ex\stencia, y tengamos bien en cuenta que se-
nos. Por el otro, el aparato cerebro-espinal, que lo pone en relación mejante conclusión no sólo es propia del idealismo, para el cual el
con el mundo exterior, no sólo· por la intervención de los sentidos y de organismo y la materia, psicológicamente considerados, son dispersión
los movimientos, .sino también por la del lenguaje y las ideas».ªª Éste de elementos degradados e ineficaces, sino también para el materialismo
es, traducido en términos actuales, el problema del dualismo, y la si- mecanicista que pretende implicar en los elementos originales efectos
tuación es que las soluciones dadas, lo hemos visto, imponen dos sis- de los que es imposible que sean la razón suficiente. Inevitablemente,
temas de principio o de postulados completamente heterogéneos. «Tanto ya lo vimos, cae en el providencialismo.
.es así -escribe Wallon-:--, que a menudo la existencia de lo que es Estas posiciones, apuntadas por un armazón metafísico heredado,
ha estado fundada sobre uno u otro.> s7 Para algunos asienta en el de una forma u· otra, de las soluciones bergsonianas, reciben su posi-
organismo, y por su intermedio en la materia en general; para otros, ción en nombre del objetivismo científico. cNo es inútil recordar -nos
la existencia del mundo físico se reabsorbe en las imágenes que de dice Wallon- que su fundador, Auguste Comte, negaba cualquier valor
él tenemos, sustituyendo al objeto mismo por el conocimiento que de él científico a la psicología, porque no podía concebirla distinta de la
conservamos. La primera posición es la del materialismo mecanicista. vida interior que sólo puede ser atestiguada por el sujeto mismo, y por-
cTodo lo que se observa en el hombre -explica Wallon-, comprendida que es imposible observarse sin modificarse.» 43 En consecuencia, eI
su conciencia y los sistemas de ideas o de instituciones que en ella psicólogo únicamente podría ocuparse de lo que es aparente, tal como·
subyacen, d~bería ser directamente explicable por la materia bruta, hace la psicología behaviorista. cAsí, el interés exclusivo acordado al
que edifica paso a paso al universo y a los seres que lo componen, hecho observable -escribe Wallon- ha valorizado el hecho en general
Y t:ada uno de ellos actuando en su ocasión como uno de sus instru- al punto de que se lo considere como mereciendo ser descrito siem-
mentos.» 38 Esta concepción está muy unida al artificialismo propio pre.» 44 En procediendo de esta manera se llega muy a menudo a un
del hombre que proyecta sobre la naturaleza la imagen que él mismo olvido del análisis de las causas y de los efectos, «en lugar de procurar
tiene de su actividad constructiva. Es simplista. «Tal es el mecani- aislar experimentalmente, para verificar en la exactitud, la relación
cismo materialista, del que se ha podido decir que toca por algunos supuesta -acota Wallon-, es una simple correlación lo que se con-
lados lo que podría parecer más opuesto a él, el providencialismo.» 39 tentan con calcular: esta operación es muy capaz de mostrar con qué
Por su parte, el idealismo reduce lo real dentro de los estrictos límites frecuencia relativa los dos rasgos comparados coexisten en un grupo
de la imagen; incluso, como procede la Gestalt, recórta con sus estructu- determinado de individuos, pero no indica la naturaleza del lazo que
las la imagen de lo que considera real. aergson había afirmado que úni- los une, ni, en caso de acción de uno sobre el otro, cuál es el que la
camente es real lo que comprobamos subjetivamente; todo lo que ejerce y cuál el que la sufre».411 Los procederes descriptivos en psico-
no esté unido a nuestro sentimiento inmediato de existencia se con- logía: Gessel es un ejemplo, la aplicación de la estadística con carácter
vierte en construcción artificial, agregarán posteriormente los exis- eurístico, proceden así, y en lugar de una comprobación directa se
tencialistas para completar la tesis. Con Goldstein, 40 el idealismo psico- trata de una dicotomía, clasificación en dos categorías paralelas.46 «Este
lógico toma el camino de la reducción del real a esencias. "Para· él, proceder de investigación -anota Wallon- supone, por lo menos implí-
;POr ejemplo, en presencia de cualquier manifestación biológica se re- citamente, una referencia a la lógica conceptual de la comprensión y
.quiere volcarse hacia su esencia, esto es, hacia el conjunto de que es de la extensión: ¿el grupo que presenta los dos rasgos en cuestión es
;µarte y es, por lo demás, el único capaz de darle significación, de asig- lo suficientemente extenso en relación con el otro para que la unidad
·narle un lugar en lo real.> 41 Así, pareciera que nos encontramos fn~nte conceptual de esos rasgos sea admitida?> 47 Si con Bergson, y las teorías
a la esperada ·«fusión> pavloviana entre lo subjetivo y lo objetivo, pero que su influencia tiñó de soluciones metafísicas, parte de la psicología
al identificar esencia, conjunto y adaptación, Goldstein pone en primer contemporánea señala un retorno eurístico al platonismo, con el obje-
HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 663
662 ALBERTO L. MERANI

tivismo científico, aunque sea el del neopositivismo retrocedemos a los devenir. Al no. alcanzar la fusión de lo objetivo y lo subjetivo, recae
,
generos y las especies estables, a una jerarquía de 'conceptos y de rea- en -el sustancialismo y ancla el fundamento de la realidad psíquica en
lidades correspondientes, cuyo fijismo, inmovilidad, señala un retorno la duración vivida, la duración subjetiva con su renovación continua Y
.al aristotelismo. Sea como fuere, el callejón sin salida de la psicología su originalidad incomparable. Wallon, por el contrario, al elevar la
.contemporánea es el de siempre: ~a irreducibilidad de sujeto y objeto, materia a categoría psicológica, descubre que en lugar de comproba-
'con el agregado de que en la práctica ha terminado por elaborar dos ciones y de simples comparaciones, «en lugar de rechazar como extra-
mentalidades también irreducibles, por lo que se llega a con<:ebir cual- científicos los problemas relativos a la naturaleza, a los orígenes, a las
quier pasaje de una a otra como inconcebible. En realidad, no se trata transformaciones del psiquismo, 49 éstos deben ser considerados una
de dos modos de pensamiento; sino de dos materiales ideológicos que realidad cuya existencia y modalidades diversas o sucesivas deben ser
son, efectivamente, diferentes porque están en relación con modos dife- explicadas por sus relaciones con otras realidades. De este modo, ~las
rentes de vivir. Por un lado, el conceptualismo, que pretende intro- uniones -nos dirá- no son más de semejanza o de diferencia, sino de
vertir sus propias introspecciones en los demás y toma su experiencia · acción, de reciprocidad o incluso de conflicto, en una palabra, de ser
personal como patrón de la experiencia universal; por otro lado, el y de devenir. La clasificación por categorías cede su puesto a las rela-
hecho elevado a la categoría de fetiche universal, como patrón general ciones de causalidad, o por lo menos no hay confusión entre las dos.
de la experiencia subjetiva. «No obstante -afirmará Wallon~, bajo La esencia se borra delante de la mutación, tomada en el sentido más
esas apariencias heterogéneas subsiste la naturaleza del hombre que amplio de la palabra. El enclaustramiento aparente de lo real se llena
comporta en particular el poder de formular sus experiencias bajo la de pasajes con dominios del conocimiento hasta ese momento conside-
forma de representación, de conocimiento, o por lo menos de consignas rados como heterogéneos».5º
verbales. Es el cambio de experiencias que entraña la evolución de Claro está que. no basta elevar la materia al nivel de categoría
las ideas, de las prácticas, de las costumbres. Lo que un estricto obje- psicológica para resolver dialécticamente la oposición sujeto-objeto.
tivismo enmascara es revelado, al contrario, por las concepciones acti- Se requieren motivaciones que tengan sobre el problema una acción
vistas de la existencia de las cosas. Pensamos en el materialismo dia- suficiente. «El objeto de la psicología -nos dice Wallon- aparece
léctico.» 48 mutilado si se lo limita a elementos impersonales diferentemente com-
No es singular ni inusitado que Wallon piense en el materialismo binados. Cualquiera que sea la naturaleza de esos elementos, sensiti-
dialéctico; lo inesperado sería lo contrario. Lo puso en práctica en toda vos y motores, ¿no es posible, de su simple ensamblamiento, sin impor-
su crítica a la psicología contemporánea; su afán incansable de análi- tar a qué grado de complejidad es llevado, hacer surgir el sujeto que
. sis y de investigación tienden, del primero al último de sus trabajos, se considera componen? Éste queda ausente si no ha sido planteado
a dar uno de los pasos más resistidos en la historia de la psicología: antes o, más bien, simultáneamente.» 51 Entendámonos bien, que no se
la unión de lo orgánico y de lo psíquico, el alma y el cuerpo. Descar- trata de una toma primaria o inicial de conciencia, porque ésta, en el
tes, lo vimos, fue el primero en intentarlo, pero el sustancialismo dua- curso de su formación durante el desarrollo psíquico, no le es coexten-
lista de su doctrina únicamente le permitió tender un puente, que abrió siva. «Se trata -afirma Wallon- de una identidad psicogenética aná-
el camino de la conceptuación artificialista. En nuestra época Bergson loga con la identidad biogenética de todo ser viviente.» La psicología
ataco, e1 problema y conclusivamente terminó abriendo, sobre ' los pasos del sujeto, por su parte, no puede ser hecha con base de e!ementos o
de Maine de Biran, la senda que condujo al existencialismo. Lo espi- de factores disociados. «Pueden pertenecer a ciertas combinaciones
ritual queda concretado en el esfuerzo por vencer la resistencia de la funcionales -asegura Wallon-, pero quedan separados del ser Y de
naturaleza que, de acuerdo con el biranismo, permite a la conciencia las circunstancias que los han formado y de donde podrían sacar su
realizarse. Para Bergson, el espíritu solamente obtiene de sus contactos explicación, su significación.» ó2 De aquí que la individualidad, la uni-
con las leyes de la materia la degradación y alienación de su propia dad, la especificidad de la psicología, esté en estudiar al hombre en
naturaleza, sustitución de su fuerza creadora por un grosero meca- relación con los medios en que debe reaccionar, con las actividades
nismo. En repitiendo a Cartesio, Bergson encuentra -como por otros que realiza. «... El hombre es un ser biológico, es un ser social, y es a
motivos Auguste Comte- que no puede haber psicologí~ científica la vez una y misma persona. La finalidad de la psicología es hacer co-
porqu~ la ciencia tiende hacia la cantidad y hacia lo homogéneo, e~ nocer la identidad del hombre bajo sus diferentes aspectos. No una
tanto que el ser, es decir, el alma, se hace inmediatamente a sí mismo identidad uniforme y universal, sino más bien y por el contrario los
.en la diversidad cualitativa que es un perpetuo cambio, un incesante efectos indefinidamente variables de las leyes que regulan sus condi-
fj/"
1'

664 ALBERTO L. Ml."RANI lllSTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 665

ciones de existencia.» 153 Por muchas características, por esas leyes el 4. . El rechazo de la apogénesis. - El mundo de las ideas evoluciona
hombre es asimilable a los animales, pero en su caso particular int'er- más rápidamer.ite que el espíritu de sus aplicadores. A medida que la
vienen el lenguaje y la sociedad: al mundo perceptivo superponen las ciencia progresa, las condiciones de la vida social transforman el sig-
representaciones, las ideas. «A la psicología corresponde mostrar Ja nificado de los pensamientos, e incluso las mentes mejor dotadas en-
.continuidad y la discontinuidad de estos dos estados, sus leyes comunes cuentran dificultad para adaptarse. A pesar de las apariencias, es ilu-
Y sus leyes diferenciales. A ella pertenece mostrar al hombre en el sorio pensar que esa evolución anticipa el porvenir; trilla un camino
animal Y que el hombre no es el animal.» '54 Tal característica de la por el proceso irreversible del devenir. Menos todavía el hombre escla-
condición huma~a y la dialéctica del proceso que la rige se observan recido puede aventurar previsiones a la distancia. La técnica de la
de maner~ directa en la expresión de las emociones y en la actitud, velocidad domina los problemas humanos, y la prontitud y ligereza
aunq.ue solo sea el acto de cumplir en potencia, que rápidamente las de los desplazamientos determina la aceleración de las facultades inte-
convierte en esJ!ectaculares. Son, acotará Wallon, «para Jos otros lectuales, y viceversa. Nuestra época está obsesionada por el cono-
advertencia Y para uno mismo medio de identificarse con una situa;. cimiento del hombre; a pesar de las exploraciones que nos alejan del
ción, de penetrar mejor su sentido; secundariamente, también de asir planeta Tierra, lo humano como actividad individual y colectiva es la
en los otros, por mimetismo, el reflejo de la situación resultante de su clave del conocimiento. Santo Tomás de Aquino veía en la «generación
presenc~a... Es un rasgo que tiende a desarrollar los simula~ros y los espontánea», cebada en el embrión humano, la transición del animal al
gestos rituales, con la finalidad de unir a los individuos en un mismo hombre; hoy marchamos, nattiralmente, hacia la conclusión de la tran-
estado de conciencia colectiva».lílí Esta mutación de reacciones pura- sición de lo inanimado a la vida, de la animalidad al hombre, de la
mente fisiológicas en medios de expresión muestra que existe conti- inteligencia a la razón. 11 8 Las antiguas jerarquías del conocimiento,
nuidad, mejor aún unidad, entre el ser orgánico y el ser· psíquico. fragmentadoras del real en dominios que evolucionan más o menos
cNo son dos entidades que se deben estudiar separadamente -escribe paralelamente, .han terminado por confesar su ineficacia. El cono-
Wallon-, sino que se deben poner de acuerdo. No existe de ninguna cimiento se revela uno porque una e indisoluble es la realidad, y las
manera dependencia mecánica de una con respecto de la otra. Se ciencias se convierten en modalidades diversas, en caminos que con-
expres~n simultáneame~te, en todos los niveles de la evolución, por fluyen, que, permitiendo descubrir penoramas diversos, llevan hacia
las acciones y las reacciones del sujeto y del medio ejerciéndose uno la meta común del panorama universal que da sentido a cada una de las
sob;e el otro. El medio más importante para la formación de la per- etapas cumplidas. La psicología no está, por supuesto, marginada, y,
sonalidad no es el físico, es el social. Alternadamente se confunden aunque con retraso, también comienza a enderezar sus pasos hacia
con él Y se disocian. Su evolución no es uniforme, está hecha de opo- la marcha general y común del conocimiento en el mundo moderno.
siciones y de identificaciones. Es dialéctica.» 56 En suma, Wallon ter- En tanto que conocimiento del objeto, las ciencias físicas -hoy en
mina por encontrar que esos tipos de inversiones han sido completa- día las más avanzadas- no confrontan un problema eurístico de base
ment; desconocidos o despreciados en el curso de la historia de la psi- similar al de las ciencias del hombre: decidir la oposición o fusión de
cologia, porque en lugar de considerar las cosas bajo el aspecto de un lo obj,etivo y lo subjetivo. De éstas, es a la psicología a la que de más
devenir dialéctico, en función de los obstáculos que el devenir mismo cerca tocan las consecuencias, y de la resolución que puedi:i, dar de-
opone al devenir ulterior, se lo ha visto como un desarrollo continuo pende que se unifique como ciencia única o se acentúe la división
lineal, conforme a una esencia supuesta y en virtud de su naturalez~ entre psicología de la conciencia y psicología de la eficiencia. De con-
fijada de una vez por todas, con la que se pretende explicar las cosas. tinuar dicotomizada, no podrá constituir una ciencia verdadera; la psi-
cEl conocimiento del materialismo dialéctico -escribe- permite des- cología de la conciencia desemboca siempre e inevitablemente en ia
cubrir o explicar formas mucho más variadas de la causalidad: con- metafísica, y la psicología de la eficiencia se empantana en el meca-
flictos autógenos, resoluciones de contradicciones, acciones recípro- nicismo que la arrastra hacia la cibernética y la asimilación de hombres
cas, etc. Es tanto más necesario cuanto el objeto de estudio ofrece y máquinas. En uno y otro caso, la psicología pierde carácter autónomo
re~acion~s más complejas, más intrincadas,, más sutiles, más frágiles, y representa, respectivamente, una manera de filosofar y un a5pecto
mas variables entre factores de aspecto mas heterogéneo, como en el de la técnica. La psicología de la eficiencia, como técnica, ha progre-
caso para la J?Sicología, que hace de bisagra entre las ciencias llama- sado enormemente en los últimos decenios; más aún, parece haberse
das de la naturaleza y del hombre.» ó7 convertido en indispensable para cualquier dominio de nuestras acti-
vidades. Al mismo tiempo, la psicología de la conciencia no permaneció
666 ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA 667

estacionaria; la fenomenología, en definiendo la conciencia como inten- respetado. Esta actitud, que mantiene la separación de materia y espí-
cionalidad, devuelve el honor a los estudios de la conciencia conside- .ritu, solamente puede explicarse, por un lado, por el inmanentismo y
rada como conciencia de estados, y se dedica a describir las intencio- el acausalismo; por el otro, por el mecanicismo y el preformismo,
nalidades de un «Ser en situación en el mundo». Las dos posiciones son y por ambos, en razón del criterio sustancialista que les es común.
albaceas del. pensamiento de Henri Bergson, filósofo centrado en la En tanto sujeto y objeto, lo orgánico y lo social en el campo de lo
vida interior, metafísico espiritualista, y, sin embargo, el primero en psíquico, permanezcan separados e irreducibles, la psicología no podrá
plantear el problema de la inteligencia práctica. Entre el pensamiento constituirse en ciencia, y mucho material tendrán los escépticos de
conceptual del Homo sapiens y el instinto animal, Bergson ubicó el buen humor para ejercitarlo frente a las ambiciones, por ejempplo, del
dominio de la inteligencia técnica, y al plantear eón un nuevo aspecto c:psicodrama» o del cbrainstorming». Por ello, Henri Wallon comienza
la situación del Homo faber, abrió el camino de la psicología de la por destacar que admitir esos a priori y esas «necesidades» constituye
eficiencia, liberándola de considerar la conciencia y sus alternativas, una renuncia a la explicación y hace de la psicología un conocimiento
verdadero nudo gordiano de su predecesora, la psicología experimental hfürido, ecléctico, lo contrario por definición de ciencia. Encuentra
de Wundt. Al mismo tiempo convirtió la vieja psicología de la intros- que la psicología contemporánea, bergsoniana en sus raíces, al no re-
pección, la clásica psicología de la conciencia, en «filosofía del espíritu», solver el problema de la fusión de lo objetivo y lo subjetivo, consi-
asentada en la intuición como método y en representando la lucha del dera todos los procesos como simple fenómeno de crecimiento, en el
él.an vital con las formas inmutables de la materia como expresión de que los cambios cuantitativos se adicionan o aparecen como paralelos
la evolución creadora. La influencia de Bergson terminó por dominar a los cualitativos, en desarrollándose sobre planos ·distintos; La solu-
todos los aspectos de la psicología y la psicopatología, siendo en esta ción, si nos atenemos a los progresos del conocimiento en cuanto a la
última su posición más firme ahora que hace cuarenta años.59 Incluso estructura de la materia, está en elevar a ésta del nivel objetivo al
las tentativas adversas o de liberación, desde Watson hasta Blondel, subjetivo, o, mejor dicho, otorgarle también categoría psicológica. La
resultan tributarias de su sustancialismo y se aferran a la división de psicología de la: eficiencia, preocupada por las relaciones individuo-
dominios que sancionara. La psicología fenomenológica actual, más medio realizándose por la vía estímulo-respuesta, deja, al centrarse en
con Sartre y Merleau-Ponty que con Husserl, pero sin considerar este aspecto, a la materia como punto de referencia, un dato dado y
matices en su totalidad, respira el espíritu de los Éssais sur les ckmnées ajeno a las variaciones, que resultarían topológicas, esto es, de situa-
immédiates de 1.a conscience. ción; Por su parte, la psicología de la conciencia se ocupa del «ser en
Si Descartes es considerado con razón padre de la psicología mo- situación en el mundo», y al desvincularse de las relaciones materiales
derna, Bergson lo es con igual derecho de la contemporánea, o, mejor también desacredita la materia como valor psicológico. Dentro de este
dicho, el Lutero del cartesianismo, el reformador que transforma cate- orden de cosas se impone el sustancialismo como criterio, y lo cuanti-
gorías, trastrueca niveles, pero respeta finalmente el motivo del anta- tativo constituye una especie de a priori funcional del pensamiento;
gonismo y de la lucha entre Ialdabaoth y Satán. Para Bergson, como el desarrollo psíquico aparece concebido como una evolución dirigida
para Cartesio, los problemas del espíritu se resuelven en cualidad, los por contingencias internas de equilibrio. La inteligencia, desde Bergson
de la materia en cantidad, y termina encontrando ambos aspectos irre- hasta Piaget, aparece para Wallon considerada como poder morfo-
ducibles, correspondiendo, en consecuencia y respectivamente, a la me- genético de la vida misma. De este modo, ya ;no nos encontramos en
tafísica y a la técnica. Para él, metafísica y técnica parten de un punto presencia de dos concepciones diferentes de la psicología, de la oposi-
común: la «cosa en si», para divergir y volverse a encontrar en la ción de puntos de vista descriptivos, comprensivos o explicativos, sino
confrontación de materia y espídtu, de la que resulta la evolución ante dos concepciones diversas de la explicación. Para Wallon, la psi-
creadora. En tanto a la técnica, y con ella la psicología de la eficienGia, cología encuentra sus explicaciones más racionales sobre el plano de
compete estudiar las ralaciones formales de los fenómenos con que se la materia considerada bajo un proceso de desarrollo que pasa de
manifiesta la ccosa en sí», a la metafísica, en el caso de la psicología a cambios cuantitativos insignificantes y latentes, a cambios aparentes y
la «filosofía del espíritu>, corresponde comprender la «cosa en si», el radicales, a cambios cualitativos. Ahora bien, los cambios cualitativos
hecho psíquico, .con los únicos instrumentos que considera ·adecuados no son graduales; son rápidos, súbitos, y aparecen por saltos de un
para la comprensión porque no interfieren en la manifestación del fe- estado a otro. En tanto que todos los enfoques de· la cualidad haGen
nómeno: la intuición, la simpatía, el lenguaje. El límite kantiano que en psicología de sus cambios una contingencia, al convertirlos en una
pusiera Dubois-Raymond a toda ciencia posible: IgmJrabimus!, está resultante propia y exclusiva de las transformaciones de la cantidad,
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Wallon los convierte en necesidad. Son el resultado inevitable de la diciones exclusivamente concretas o, inversamente, rechace tales condi-
acumulación de cambios cuantitativos insensibles y graduales. De esta ciones y se encierre en un formalismo esterilizante, estará condenada a
manera, Wallon atribuye papel explicativo en psicología a una teoría la dicotomía. No será nunca una ciencia de ese real producto de la
universal, al materialismo dialéctico, que «Contiene en potencia la fusión de lo objetivo y subjetivo que es el hombre. La evolución del
evolución del ser desde el · átomo hasta las sociedades humanas, en pensamiento científico exige, por el contrario, que un doble movimiento
pasando por las especies animales».ªº Es precisamente este papel expli- alternantes se produzca sin parar. De una parte, lo que es fijado bajo la
cativo atribuido al enfoque dialéctico el que Wallon opone a la dife- forma de hipótesis, teorías, principios, que tienden a desarrollar sus
rencia entre filosofía y ciencia, que prescribiera Bergson, razón de la consecuencias lógicas y a dar a la ciencia el carácter deductivo que
división entre psicología de la eficiencia y psicología de la conciencia. .anticipa la experiencia. Por otra parte, la experiencia hecha de esa
Dentro de tal dicotomía, distinguir los problemas científicos de los filo- manera posible y que concluye en resultados cada vez menos concilia-
sóficos significa que se ha logrado aislar los primeros de manera que bles con sus premisas teóricas, y los .cambios de hipótesis o de teorías
su solución no sea cuestionable, en tanto los segundos permanecen que se imponen y llegan, incluso, a quebrantar lo que parecía defini-
solidarios de una serie indefinida de cuestiones previas, con lo cual tivo, necesario o a priori de la razón, para recomenzar una vez más la
exigen una poslción en cuanto a la unidad y totalidad del real. Inevi- situación anterior sobre un nuevo nivel. Esta relación dialéctica, única-
tablemente; esto lleva a una escisión progresiva entre las ciencias par- mente posible, nos dirá Wallon, si concebimos la materia en el acto y
ticulares y la filosofía, escisión que Piaget, por ejemplo, en su Intro- en el pensamiento, y a éstos como cualidades de la materia. capaces de
duction a l'épistémologie génétique (1950), considera como realizándose transformarla, hace de la psicología una teoría universal: la teoría del
a todo lo largo de la historia del pensamiento científico,. necesario, hombre ser en situación en el mundo y a la .vez ser creador y trans-
y que Wallon rechaza de plano al sustentar la unidad del real Y formador de esa situación y de ese mundo. Las condiciones hacen al
la unidad dialéctica de lo cuantitativo y cualitativo, que se transforma hombre, pero el hombre crea o transforma las condiciones. La psicolo-
en una unidad completa de ciencia y filosofía como momentos correla- gía unitaria, la psicología única que estructura Wallon, es una psico-
tivos, necesarios,. y no contingentes y paralelos, de la marcha del co- logía que rechaza la apogénesis; es genética, evolutiva y dialéctica. Es
nocimiento. una psicología de la conciencia y de la efectividad a la vez, que consi-
La psicología fue en sus comienzos formal; la génesis del acto pa- dera ambos aspectos a través de la unidad de sujeto y objeto, y en-
recja explicable con ayuda de nociones que, de hecho, sólo se diferen- cuentra la superación en cambios que significan saltos cualitativos y
ciaron tardíamente en la evolución psicogenética. Este punto de vista cambios evolutivos. El hombre es ser de razón que surge del .cono-
fue echado abajo por la psicología de la eficiencia, que tomó como cimiento, que a la vez la echa abajo y la reedifica bajo el impulso de
objeto directo de estudio las conductas. En lugar de lo~ a P.riori par~ la experiencia, de donde las influencias tecnológicas y sociales resultan
una combinación de medios existentes cada uno de por s1, se las encaro en cada época solidarias del esfuerzo especulativo. La explicación psico-
en función de las situaciones que las suscitan y de las circunstancias lógica, nos decía Wallon en una conversación personal, se encuentra
y asimismo de las circunstancias del material que en ellas se organizan. perpetuamente en equilibrio inestable. El menor cambio de las. con-
De los esquemas discursivos se pasó directamente a la explicación por diciones del ser o del medio transforma a los dos y crea un nuevo
condiciones exclusivamente concretas. Tal situación hizo que las condi- equilibrio que exige una nueva explicación. Al mismo tiempo, esa
ciones formales del psiquismo hayan parecido perder su importancia, explicación, en función. de los cambios de actitudes que acarrea, de-
por ejemplo las diferencias entre los dos tipos de inteligencia, o el pa- termina una nueva transformación de ese equilibrio. La psicología como
pel de la conciencia en la relación acto-efecto mediata. Sin embargo, teoría del hombre es transformada continuamente por las transforma-
Wallon demuestra que en muchos aspectos se oponen, que la inteli- ciones del real y termina, siempre, por ser una de las causas de esas
gencia y la conciencia, en lugar de fusionarse con el real para formar transformaciones. Los psicólogos, repetía .siempre Wallon, deben estar
estructuras que organizan sus datos según fines útiles, el pensamiento conscientes de que al explicar están transformando al hombre en grado
les da un doble sobre el plano de la representación. En lugar de orde- tal que ningún otro saber lo iguala.
Jtar entre ellos elementos concretos de una situación, operan sobre sím-
bolos o con ayuda de símbolos. A las cosas se les impone la división de
imágenes y de signos que son necesarios para su análisis. De aquí que
la psicología, en tanto siga rotundamente lo formal para valerse de con-
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ALBERTO L. MERANI HISTORIA CRÍTICA DE LA PSICOLOGÍA

7. «L'organique et le social chez l'homme», Loe. cit.


~C'(/~I <iL.101'~v.~•• . Ibídem.
~~:!d de to\G NOTAS ''"'«Fondements métaphysiques ou"' fonclements di.alectiques de la psy(·b0lo-
Loc. cit.
l. De L'acte a. la pensée, Loe. cit. Ibídem.
2. Vid. Alberto L. Merani, Psicología. y educación, Loc. cit. Ibídem.
3. Charles Blondel, Vie intérieur et Psychologie, Loe. cit. Ibídem.
4. lbidem. Ibídem.
5. La. vie menta.le, Loe. cit. Ibídem.
6. Ibídem. Ibídem.
7. Ibídem. 6. De! aete a la pensée, Loe. cit.
8. Ibídem. . «Fondements métaphysiques ou íondements diaiectiques de la psycholo-
9. Ibídem. ' Loe. cit.
10. Les origines de la pensée chez l'enfant, Loc. cit. 8. Vid. Alberto L. Merani, De la praxis a la razón, 2.• edición; Grijalbo,
11. Ibídem. celona, 1975.
12. Ibídem. . Vid. Alberto L. Merani, «Crítica de los fundamentos de la psicopatolo-
13. De l'acte a. la. pensée, Loe. cit. en Freud y el Talmud, Loe. cit.
14. Les origines de la pensée chez Penfant, Loe. ·cit. 60. «Esprit critique et agnosticisme•, en Buts et Méthodes ele Za psycho-
15. L'évolution psychologique de l'enfant, Loc, cit. Loc. cit.
16. Les origines de la pensée chez l'enfant, Loe. cit.
17. Ibídem.
18. Ibídem.
19. Ibídem.
20. Ibídem.
21. Ibídem:
22. Ibídem.
23. Ibidem.
24. Ibídem.
25. Ibídem.
26. Ibídem.
27. Les origines de la pensée chez l'enfa.nt, ·Loc. cit.
28. Ibídem.
29. Ibídem.
30. Ibídem.
31. Ibídem.
32. Lucien Lévy-Bruhl, La menta.lité primitive, Loe. cit.
33. M. J. J. Merleau-Ponty, Phénomenologie de la perception, Paris, 1945.
34. «Posibilidad de fusión de lo subjetivo y lo objetivo», en Presenci11 de-
Iván P. Pávlov, Loe. cit.
35. «Posibilidad de fusión de lo subjetivo y lo objetivo», Loe. cit.
36. «L'organique et le social chez l'homme», en Buts et Méthodes ele l4 P111-
chologie, Loe. cit.
37. Ibídem.
38. Ibídem.
39. Ibídem.
40. Kurt Goldstein, «L'analyse de l'aphasie et l'étude' angu_:: •., Joumat de
Psychologie, París, 1933.
41. «L'organique et le social chez l'hoJlllll.e», Loe. cit
42. Ibídem.
43. «Fondements métaphysíques ou fondements dialeetiques c;._
gie», en Buts et méthodes de la. psychologie, Loe. cit.
44. Ibídem.
45. «L'organique et le social chez l'homme», Loe. cit.
46. Vid. Alberto L. Merani, «Estadística y psicología», en Problemas y Pi do-
problemas de la Psicología, Grijalbo, Barcelona, 1968.

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