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Cultura y personalidad.

Adán Ríos Parra

CONTENIDO: Resumen. I.-Introducción. II.-Desarrollo. III.-A manera de cierre.


IV.-Consideraciones Finales. V.-Fuentes Consultadas.

Resumen:

Una corriente de pensamiento antropológico lo representa Ruth Benedict y Margaret


Mead.

I.-Introducción.

En la Población de Petaquillas, hasta el año 2000 semiurbana a pesar de estar a siete


kilómetros de la capital del estado de Guerrero y que en 1993 pasó por sus tierras la
autopista del Sol, todavía en los años ochenta se hablaba el náhuatl, y las tradiciones y
usos y costumbres y rituales pueden considerarse como una explicación de lo que pasaba
con los jóvenes de ese entonces, lo que actualmente no ocurre.

Mead en su trabajo al describir a las adolescentes en Samoa, puede dar luz para entender
lo que vivían las adolescentes en Petaquillas todavía en los años ochenta. A saber: Las
jóvenes entre trece y quince años eran cortejadas por los adolescentes de ese entonces,
las espiaban a que salieran a comprar en las dos únicas tiendas que existían, donde doña
“Gueya” auxiliada por su esposo, vendían casi de todo lo mismo de papelería que objetos
de herrería o farmacéuticos, la otra tienda era la de don “tancho”, que era atendida por su
esposa, Entonces los jóvenes ya sabían la trayectoria de las jóvenes y las espiaban a veces
varias horas en la mañana por lo regular, y al verla comenzaban a atajarlas es decir, a
cerrarles el paso, la adolescente trataba de escabullirse, burlando el cerco tendido por los
brazos de, pretendiente malicioso que trataba de conquistarla “platicando” en ese
entonces se decía vacilando, así que cuando la adolescente cedía, y era vista por alguna
vecina, corría a avisarle a la mamá de la pretendida, así que cuando legaba la joven a su
casa después de ir por el mandado era “regañada”, y cansada por esa forma de trato, el
joven desesperado se robaba a la muchacha que por lo regular no aceptaba ser su novia, y
sus cuates” o amigos contribuían a este hecho, así fue como ese ritual de abrazar a la
joven y subirla al hombro y cargársela era bien visto por los ciudadanos porque la
muchacha iba pataleando forzando a galán a bajarla, una vez en la casa del joven los
padres del joven estaba obligados a apoyarlo, porque en aquellos tiempos una joven que
tenía más de quince años ya era quedada y ni siquiera la volteaban a ver los demás
jóvenes. Y es que si venían jóvenes de otro poblado por lo regular lo agarraban a golpes
los oriundos del lugar y decidía ya no regresar.
Aunado a lo anterior,

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“Ruth Benedict, en un principio, en su obra Patterns of culture, defendía que no solamente existían
ciertos patrones culturales en los pueblos, sino que estos podían ser descritos de acuerdo a diferentes
tipos de caracteres. Margaret Mead, por su parte, después de hacer estudios etnográficos en pueblos
de Nueva Guinea, llega a la conclusión que en estos pueblos se daban diferencias de personalidad de
acuerdo con el sexo de los individuos y, además que estas diferencias psicológicas, entre hombres y
mujeres eran diferentes entre los distintos pueblos. Mead, concluye que si las mujeres de una
sociedad pueden actuar como hombres en la otra, había que buscar la razón de las diferencias de
personalidad en la cultura y no en la biología. (Ojo, género) Otros aportes importantes para los
estudios sobre cultura y personalidad, lo realizan el antropólogo R. Linton y el psicoanalista A.
Kardiner. Este último, postula la existencia en todas las culturas de una “personalidad básica”, que es
el fruto de ciertas experiencias compartidas (la personalidad de las personas estaría marcada por
experiencias culturales comunes, igual que las primeras experiencias marcan la personalidad de un
niño). Esta postura es compartida por muchos antropólogos psicológicos. Durante la II Guerra
Mundial y los años que le siguen, se comienza a aplicar el enfoque de Cultura y personalidad a las
sociedades complejas. En estos estudios, se atribuían los rasgos de personalidad de los diferentes
países a las costumbres relacionadas con la educación de los niños. En una segunda fase, será Freud
el que lleve la batuta de la nueva corriente antropológica, sobretodo tras la publicación de su obra
Totem y tabú, curiosamente un texto que los boasianos calificaron de evolucionista. Estas teorías
carecían de base científica, y aunque atractivas, nunca lograron expandirse “pegar” en su época”.
(S/a. (s/f).

Las jóvenes de Petaquillas al igual que las de otras latitudes son entonces influenciadas
por la cuestión psicológica y no sólo genética, además de aceptar un rol en la sociedad. En
otra época digamos en los años cincuenta me contaba ni abuela que quienes organizaban
un baile para recabar recursos pedían a las muchachas del pueblo y las iban a traer casa
por ellas y los jóvenes pagaban su entrada y a las muchachas las colocaban en sillas y eran
los hombres quienes pedían permiso a las chicas para bailar, una vgez terminado el baile
las organizadoras las iban a regresar a sus casas.

“La Escuela de Cultura y Personalidad, conocida también como Antropología Psicológica, se inicia
hacia el segundo cuarto del siglo XX entre los mismos discípulos de Boas. Hay distintos enfoques sobre
el nacimiento y el desarrollo de esta Escuela; por ejemplo, de Waal Malefitjt en Imágenes del hombre.
Historia del pensamiento antropológico (1974) dedica un sugerente capítulo al tema (1983: 254-272)
y C. Joanne Crawford uno de los Guardemos de Antropología de Anthropos (Barcelona, 1983: 1-70).
Yo juzgo que el origen del nuevo paradigma parece ser múltiple y gira en torno a dos hechos: por una
parte, cierta veda teórica que Boas impuso en la práctica a sus discípulos, que los convirtió en
buscadores de teoría y que incluso acabó empujando a varios de ellos a posiciones extremas, como se
vio en Kroeber y Herskovits; y por otra parte, el creciente influjo de la psicología en la antropología
boasiana, que hizo bastante interdisciplinar a la Escuela de Cultura y Personalidad”. (Marzal, 2016:
321).

Así es como la teoría antropológica de cultura y personalidad influenciados por Boas


pueden dar luz a investigaciones antropológicas de diversas latitudes, para entender el
comportamiento humano.

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II.-Desarrollo:

Así es como podríamos explicar que…

“El planteamiento antropológico conocido como cultura y personalidad se desarrolló entre las dos
guerras mundiales influenciado por las tendencias particularizadoras y mentalistas de Boas y las ideas
de Sigmund Freud por analizar las culturas desde una perspectiva psicológica. Surge así, en los años
1920, el interés de algunos antropólogos norteamericanos por estudiar la relación entre cultura y
personalidad. Para esta corriente lo realmente importante era relacionar de una manera
funcionalista la personalidad del individuo con las prácticas y tradiciones culturales y viceversa.
Fueron dos discípulas de Boas, Ruth Benedict y Margaret Mead, las pioneras en esta primera fase de
análisis psicológico”.

Por lo que podríamos mencionar que Margaret Mead fue una prolífica antropóloga…

“Sus principales trabajos de campo son: Samoa (1925-1926), Manus en las Islas del Almirantazgo
(1928-1929), Reserva de los Indios Omaha (verano de 1930), Nueva Guinea (1931-1933), regreso a
Manus (1953). Desde 1926 fue miembro del Departamento de Antropología del Museo Americano de
Historia Natural, cuyo director era Clark Wissler y desde 1954 fue profesora ajunta de antropología en
la Universidad de Columbia hasta su jubilación. Mead fue una antropóloga prolífica, que escribió a lo
largo de casi medio siglo y convirtió varios libros suyos en best seller, cosa no frecuente en esta
ciencia” (Marzal, 2016: 336-337).

Los registros de Mead sobre la adolescencia son interesantes…

“La primera sociedad que Mead estudia es la samoana, Por sus memorias (1972) y sus cartas (1977)
se conocen los detalles del trabajo de campo, que Mead inicia cuando tiene 23 años. En primer lugar,
la elección del tema, que era averiguar si la tensión emocional y otros rasgos propios de la
adolescencia en la sociedad moderna se daban también en la primitiva. Este tema se lo sugirió Boas,
como lo recuerda Mead en sus memorias (…) tal opción por lo cualitativo se debe también al tema de
investigación, porque no es fácil que los informantes hablen sobre el sexo; por eso Mead dice que
siguió la metodología del psiquiatra de usar los casos como ilustración más que como prueba (1976:
269), en la línea de lo que sostenía Kroeber sobre la historia. Cuarta: como el trabajo de campo fue
corto, Mead usa un método, no evolutivo, sino transversal, y así no estudia cómo cambian las mismas
personas, sino cómo cambian personas de edades distintas. (Marzal, 2016: 339-340).

III.-A manera de cierre.

Además de Margaret Mead,

“Ruth Benedict fue una teórica con una sola temática: trabajó la relación de la configuración cultural
con la conducta habitual. De acuerdo con Benedict, cada cultura es un todo integrado que tiene su
propia configuración. Así, cada individuo de esta configuración cultural tiene las características de esa
cultura y se comporta de acuerdo con ese modelo” (Bohannan, 1988: 177).

Al revisar algunos capítulos del libro “el crisantemo y a espada” podríamos mencionar que
Benedict escribió por encargo del gobierno estadounidense, que no fue al sitio de sus
investigados, sino que trabajo con los japoneses que estaban o bien retenidos por el
gobierno americano o los que de una u otra manera vivían ya en el suelo americano, lo

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interesante es que describe muy bien a los japoneses y sus emociones y personalidad y
formas de pensar, y hace el comparativo con los americanos y no encuentra coincidencias.

IV.-Consideraciones Finales.

“En general, es posible decir que este enfoque psicológico de la antropología, intenta comprender
cómo los factores y procesos psicológicos pueden ayudar a entender las prácticas culturales. (…) Aun
cuando los mayores aportes de Benedict y Mead estuvieron en el interés que despertaron por estudios
sobre personalidad, cultura y antropología. Los resultados a los que ellas llegaron a través de sus
investigaciones, fueron puestas en duda”. (S/a. (s/f).

Incluso se ha llegado a pensar que fueron timadas y que sus informantes les dijeron lo que
ellas querían escuchar. Independientemente de eso, los aportes de Mead y Benedict a la
antropología son de suma importancia.

V.-Fuentes Consultadas.

Bohannan, Paul. (1988). “Antropología, lecturas”. Editorial McGraw-Hill. Segunda edición.


Impreso en España.
Geertz, Clifford. (1994) “Conocimiento local. Ensayos sobre la interpretación de las
culturas”. Ediciones Paidós. Segunda edición.
Kottak, Conrad Phillip. (2011). “Antropología cultural”. Mc Graw-Hill. 14a edición. México.
Lévi-Strauss, Claude. (2008). “Antropología estructural”. Editorial Siglo XXI, México.
Marzal, Manuel M. (2016). “Historia de la antropología”. Editorial Abya Yala. Quito,
Ecuador.
Mead, Margaret. (1999) “Sexo y temperamento”. Ediciones Altaya. España.
Radcliffe-Brown A. R. (1986) “Estructura y función en la sociedad primitiva.” Planeta-
Agostini. Barcelona.
S/a. (s/f). “Corrientes del pensamiento antropológico y contexto histórico”.
File:///C:/Users/Usuario/Documents/TEORIA%20ANTROPOLOGICA%20%20II/Rep-Psi2014-
corrientes%20antropologicas%20(1).pdf

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