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Cómo puedo saber si me están manipulando:

preguntas que debes hacerte


Cuando nos ponemos a completa
disposición de los demás, dejando de
respetar lo que necesitamos, nos
perdemos a nosotros mismos para
satisfacer las necesidades y los intereses
de quienes nos manipulan
Y además: cómo identificar a las personas
que destruyen nuestra autoestima

Los manipuladores emocionales buscan


confundir a las víctimas con sus comentarios.14

Mar2023 09:09h Ana Belén


MedialdeaColaboradoraSEGUIRCOMENTARGU
ARDAR
¿Te cuesta reconocer cuándo alguien te
está manipulando? ¿te has visto alguna vez
haciendo cosas que sentías que no querías
hacer para que alguien no se enfadara contigo?
Muchas personas que acuden a mi consulta me
cuentan que, sin saber cómo, se han visto a sí
mismos viviendo una vida que no deseaban, con
un gran sentimiento de vacío, tristeza y
de frustración. Y es que, cuando nos ponemos a
completa disposición de los demás, dejando de
respetar lo que necesitamos, nos perdemos a
nosotros mismos y, poco a poco, nos vamos
convirtiendo en vagabundos que caminan sin
rumbo por nuestra propia vida.
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manipuladores sentimentales
La mayoría de las personas hemos crecido con
el mensaje de: «Para ser buena persona tengo
que pensar antes en ti que en mí, porque si no
soy egoísta».

Si has crecido con este mensaje, creerás


que poner límitesy cuidar de ti es sinónimo de
egoísmo y si hay alguien que en este momento
te está manipulando, seguramente te lo
recordará cada vez que, con esfuerzo, le digas a
algo que no.
Si tienes miedo al rechazo o a la soledad, si
tienes una autoestima bajita, es importante que
puedas trabajar en ello, ya que este miedo te
hace ser un blanco perfecto para caer
como víctima de una manipulación.

Cómo actúa un manipulador


Las personas que tienden a relacionarse con
otras utilizando la manipulación suelen ser
expertas en darle la vuelta a la tortilla a su
conveniencia. Buscan a toda costa satisfacer
sus necesidades y, para ello, utilizan todo tipo
de estrategias. Pueden mentir, negarte lo que
previamente te habían dicho, hacerte creer que
has enloquecido, utilizan la suposición para no
dar un mensaje claro y dejarte pensando, te
confunden, te infravaloran, te culpabilizan, se
victimizan… Tú siempre serás la persona villana
de la película y, pocas veces, reconocerán sus
errores.
Es fácil dejarse manipular, sobre todo, porque
muchas conductas que utilizan las hemos
normalizado hasta tal punto de que, a veces,
ante las faltas de respeto, en vez de marcharnos
de donde no nos están tratando bien, nos
quedamos para hacerles razonar e intentar que
cambien de opinión. Es como si dijésemos:
«¿Cómo puedes estar pensando esto de mí?
Voy a explicarme mejor para que puedas
entender realmente lo que quiero decir». Esto no
nos ayuda. En primer lugar porque quien no te
quiere entender, por mucho que te esfuerces, no
te va a querer entender y, en segundo lugar
porque debemos tener presente que, cuanto
más nos justificamos, más alimentamos nuestra
inseguridad y más empoderamos a la persona
que nos está manipulando. Al ser tan buenos
oradores, aprovecharán toda la información que
le des de más para usarla a su favor.

La
autoestima puede quedar dañada cuando estás
bajo los efectos de un manipulador.
De esta manera, poco a poco, se va destruyendo
tu autoestima, fomentando tu inseguridad y
tu frustración. He visto muchos casos donde al
final la víctima llega a normalizar tanto este tipo
de comportamientos y confía tan poco en sí
misma que justifica continuamente a su
manipulador con frases como: «si no cometiera
tantos errores», «si no hubiera hecho esto tan
mal», «si hubiera hecho el esfuerzo por ir. no se
hubiera puesto así»....
Si te estás sintiendo identificado con esto, ten
presente que no eres un error y que no, no
puedes actuar siempre tan mal. Justamente
sentir esto ya es un síntoma de que estás siendo
una persona manipulada. Quien te quiere de una
forma sana no te genera este malestar.
«Recuerda: Quien te manipula solamente
tiene un fin y es que dejes de lado tus
necesidades e intereses personales para que
te concentres en satisfacer los suyos»Ana
Belén Medialdea , Psicóloga

De qué forma te manipulan


• Culpando: «Por tu culpa me he enfadado y me
he puesto de esta manera».
• Reprochando y echando en cara todo lo que se
han sacrificado por ti: «me parece increíble que
me digas que no puedes venir conmigo a esto,
con todo lo que yo hago por ti».
• Se victimizan y te chantajean emocionalmente,
generándote un profundo sentimiento de culpa y
tristeza. Esta forma de manipulación es más
sutil, ya que suelen hacerlo de una forma
calmada, asumiendo ese papel de víctima. Cosa
que hará que tú te sientas muy mala persona por
no ayudarles o no cumplir con lo que se
esperaba de ti.
• Ignorándote, es decir, haciendo como que no
existes, evitando hablar o el contacto visual
contigo.
• Gritando, insultando, amenazando… esto es
una forma menos sutil y más agresiva. Por lo
general, cuando tienen con nosotros una
conducta de este tipo, podemos reconocer que
esta forma de comunicación no es sana, es
agresiva y nos genera miedo. A veces, el miedo
puede paralizarnos con solamente ver el nombre
de la persona que nos manipula en nuestro
teléfono.
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• Con críticas destructivas. Puede utilizar la
humillación, la infravaloración, la ironía,
etiquetas negativas o juicios de valor sobre
nuestra propia persona. Algunos ejemplos son:
«eres una persona egoísta», «estás mal de la
cabeza», «qué decepción de persona, «qué
vergüenza ajena siento».
• Confusión y suposición: Esto se da cuando te
responsabilizan a ti de lo que piensan. Es decir,
ellos piensan que tú estás pensando mal de
ellos y te hacen creer que lo que tú piensas no
es real, sin decírtelo directamente. Utilizan las
suposiciones: «Si has hecho esto, es porque
entonces no me quieres», «si no has venido a
verme, es porque realmente no te importo»,
«esto es de ignorantes».
• También pueden «echarte en cara» cosas que
realmente no quieren hacer y no estaban
dispuestos a hacer, con el objetivo
de confundirte y hacerte sentir mal. Por ejemplo,
recuerdo una paciente que se sentía mal porque
tenía un hermano que, cuando ella le llamaba, él
le decía que a él no le gusta hablar por teléfono,
cuando ella le escribía, él le decía que le daba
pereza leer los mensajes, que él no utilizaba
WhatsApp. Cuando ella le invitaba a algún
evento, él hasta última hora no se sabía si iba a
aparecer o no y cuando aparecía, siempre
soltaba algún comentario de: «he hecho el
esfuerzo de venir»… Pero si luego había algún
enfado, él le echaba en cara que nunca ella
proponía nada para hacer, ni le llamaba, ni tenía
comunicación con él. Este es un ejemplo de
cómo alguien no tiene interés en construir una
relación cercana, pero aprovecha la oportunidad
para responsabilizarte e intentar confundirte
haciéndote creer que eres tú quien no lo desea.
Como has podido ver, hay formas de
manipulación que son más directas y otras que
son más sutiles, por lo general, las que más nos
suelen confundir son aquellas que se hacen de
una forma más pasiva y sutil, las que te
conectan de lleno con el sentimiento de culpa y
casi no se notan.

Preguntas para saber si te manipulan


Si sientes que hay alguien en tu vida que
continuamente te hace sentir culpable, que te
genera malestar o te hace sentir invadido, te
invito a que te hagas estas preguntas para
ayudarte a identificar una posible manipulación:
No podemos cambiar algo de lo que no somos
conscientes, por eso, el primer paso será tomar
consciencia. No te olvides que, ante una
situación de manipulación, intentar cambiar a la
persona o hacerla entrar en razón será como
echar toda tu energía en un saco roto. Por lo que
evita entrar a razonar. Si estás siendo víctima de
una manipulación, será importante que tú
aprendas a identificar las trampas del
manipulador para evitar entrar en ellas. Es
importante que puedas aprender a protegerte.
Tienes derecho a decir no, a expresar tus
opiniones, deseos y necesidades, sin sentirte
culpable

Petting': así es la técnica para reactivar la


pasión en la pareja
Suele confundirse con los preliminares
pero en realidad es una práctica sexual
completa en la que se busca obtener una
experiencia placentera sin penetración
Y además: seducción cotidiana o cómo
despertar la pasión en los que se aburren
del sexo
Los besos, las caricias y la focalización sensorial
forman parte de las actividades que se practican
en el 'petting'. - Adobe Stock14 Mar2023 09:08h

Raquel
AlcoleaRedactoraSEGUIRCOMENTARGUARDA
R
La palabra 'petting' proviene del verbo en inglés
'to pet' que significa acariciar, mimar y hacerse
arrumacos, pero en su acepción relacionada con
la intimidad hace referencia al placer que se
obtiene de una experiencia sexual sin
penetración vaginal ni anal. Esta incluye un
amplio abanico de actividades, que se pueden
realizar con o sin ropa, como caricias, besos,
roces, frotamientos, susurros, lametones,
chupetones o incluso gestos provocadores y
miradas seductoras. Pero, aunque se haya
asociado durante mucho tiempo a
los preliminares, en realidad esta percepción no
es acertada pues, según explica Rosa Navarro,
sexóloga de Diversual, las personas que
practican 'petting' lo ven como un fin en sí
mismo y no como un paso previo, pues lo que
buscan es probar diferentes formas de estimular
sexualmente las zonas erógenas sin recurrir a la
penetración.
«Puede realizarse de forma única durante una
experiencia sexual o en el contexto de la misma
junto con otras estimulaciones. Ninguna
práctica debe ser considerada como la antesala
de nada. La consideración de que una relación
sexual es aquella que termina en coito ha
contribuido a lo que llamamos ' coitocentrismo'
y al hecho de que para algunas personas la
sexualidad gire en torno a él, pero ya es hora de
que dejemos de pensar en la existencia de
prácticas sexuales de primera y prácticas de
segunda», argumenta.
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pasión sexual perdida
Cabe destacar que la gran mayoría de las
dificultades que se suelen presentar en consulta
a los sexólogos tienen que ver con
las exigencias y las imposiciones del coito. Así,
suprimirlo o, al menos restringirlo, puede dar
lugar a diluir las necesidades de rendimiento,
duración, sostenibilidad y aceptación que
conlleva el coito y eso ayude a que los amantes
se centren en el disfrute y no en lo que tenga
que ver con «estar a la altura». De hecho puede
ser una herramienta útil en las intervenciones
terapéuticas conocidas como «focalización
sensorial».

Niveles de contacto físico


Las posibilidades del 'petting' son ilimitadas y
esto hace que a muchas parejas les resulte
sencillo experimentar con él. «Se puede empezar
con besos por el cuello y los brazos para
después ir sumando caricias por encima de la
ropa que vayan recorriendo el cuerpo de la
pareja. Además se puede ir cambiando la
intensidad de la estimulación desde las caricias
más suaves hasta otras más firmes o incluso
puede plantarse la incorporación de vibradores,
masajeadores o balas vibradoras», propone
Navarro.
Esta evolución en la intensidad es la que da
lugar, según explica la sexóloga, a los distintos
grados de 'petting', que varían dependiendo del
nivel de contacto físico que implique. El grado
1, que sería el más suave, incluye caricias,
besos y abrazos, así como masajes por encima
de la ropa. «Una buena idea en este nivel es usar
plumas de masaje y recorrer con ella los brazos,
el cuello y la cara, pues así las sensaciones
serán más placenteras», propone Navarro.
En el grado 2 se intensifica el contacto y se pasa
a practicar caricias bajo la ropa y a frotarse los
genitales, aunque igualmente con la ropa
puesta. Se trata de una práctica algo más íntima
en la que se pueden explorar mejor las
reacciones y el cuerpo de la otra persona.
Con el grado 3 se pasa a la estimulación directa
piel con piel y entre esas prácticas se incluye
frotar los genitales de forma directa, prácticas
de sexo oral, masturbación, tribadismo,
'frottage' o incluso el uso de juguetes eróticos,
vibradores y masajeadores de clítoris. Sobre las
prácticas que se realizan en este nivel la
sexóloga advierte: «Al igual que sucede con el
resto de prácticas sexuales será necesario el
uso de protección, ya sea usando preservativos
o barreras de látex, si va a haber contacto entre
los fluidos o contacto directo de los genitales».
Lo ideal, según plantea la sexóloga de Diversual,
es ir avanzando en los niveles de forma gradual
para así disfrutar al máximo: «Quedarse en el
grado 1, sin prisas, permite explorar el cuerpo
de la otra persona y deleitarse con cada detalle y
reacción. Una vez que aumente la excitación
puede pasarse al grado 2 alargando también al
máximo el plazo de estimulación. Y por último y
si estamos cómodos, se puede pasar al grado
3».

No sólo para jóvenes


Una de las falsas creencias en torno a esta
práctica, según la sexóloga, es que se trata de
una práctica más propia de las
parejas jóvenes que se inician en la relación
sexual que de las parejas más maduras. Esto
puede deberse, según explica, a que en general
se vea como una práctica más 'light' que las
relaciones con penetración o incluso al hecho
de que el contacto físico que implica sea una
forma más llevadera de practicar sexo si se tiene
poco acceso a sitios y momentos que permitan
una mayor privacidad o comodidad. Sin
embargo la experta asegura que el 'petting'
es una práctica que no tiene edad y que de lo
que más depende es de los gustos personales,
no tanto de que las parejas sean más o menos
jóvenes.
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sexo
De hecho se trata de una práctica que puede
contribuir a reactivar la pasión de una pareja,
pues sirve como recurso para variar las
dinámicas de los encuentros sexuales. «A veces
estamos tan centrados en ese coitocentrismo
que olvidamos otras prácticas que pueden ser
igual de placenteras y que ayudan a romper con
la rutina», comenta Navarro.
Además las actividades que se realizan durante
el 'petting' aportan beneficios como la
posibilidad de aprender a reconocer lo que le
gusta a la otra persona en un contexto de calma
y de disfrute; así como la disminución de la
ansiedad y de alta exigencia que a menudo las
personas se imponen a la hora de tener sexo. De
hecho, tal como propone la sexóloga, el 'petting'
puede resultar de gran ayuda en los casos
de disfunción eréctil, vaginismo y dispaurenia.
También favorece la imaginación y la creatividad
en los encuentros sexuales, mejora la
comunicación entre la pareja y favorece la
conexión entre ambos, tanto fuera como dentro
de la relación sexual.
Por último, al no existir la penetración, la
práctica de los grados más suaves del 'petting'
disminuye considerablemente los factores de
riesgos sanitarios derivados de contraer una
enfermedad de transmisión sexual, así como lo
de la concepción involuntaria.

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